El Folklore de Paraguay (en guaraní, Paraguái tavarandu) es fruto del sincretismo
de las tradiciones, creencias y costumbres de origen criollo-guaraní-gaucho. El estudio del folklore paraguayo es asociado a los diferentes aspectos culturales y al conocimiento espiritual y material, aplicados en los distintos momentos de la vida comunitaria. Se transmiten de generación en generación a través del tiempo, de manera oral o escrita, las informaciones que contienen ideas y valores de un grupo humano, como el conjunto de creencias, ceremonias, ritos, bailes, músicas, instrumentos musicales, leyendas, cuentos, artesanías, vestimentas, bebidas, gastronomía, composiciones literarias, cábalas, chistes, refranes, dichos, costumbres y supersticiones de la cultura local, etc., las cuales conforman la cultura o las tradiciones compartidas de un pueblo y que son conservadas en los grupos humanos, por la transmisión de padres a hijos, sufriendo constantes cambios según la memoria, la necesidad inmediata o el propósito del transmisor.
La difusión oral de las leyendas y de la mitología guaraní también forman parte de
la manifestación folklórica paraguaya. La historia del folklore, se relaciona particularmente a la música folklórica, ya que el hombre siempre ha inventado canciones y danzas que acompañan sus penas y alegrías independientemente de la actividad que desempeña. Entre las características más importantes de los hechos folklóricos encontramos que es: tradicional, vulgar, común, propio de la gente común o simple, del vulgo, es anónimo, es de autor desconocido, es funcional, cumple una función, es utilitario y es espontáneo.
Música folklórica
La música paraguaya es uno de los aspectos más particulares de la cultura del
país ya que es el único país de Sudamérica donde casi toda la población habla o al menos comprende el idioma nativo, pero su música es totalmente de proyección europea. Esto se debe a la influencia que tuvieron los jesuitas durante los siglos XVII y XVIII al notar que los guaraníes poseían buen talento musical, pues de esta manera los interiorizaron en la música europea, aunque nunca llegaron a componer. Desde tiempos remotos, los guaraníes han utilizado instrumentos primitivos de viento y de percusión, principalmente flautas de carrizo, silbatos, sonajas y campanas. Las guitarras y arpas, introducidas por los españoles, son los instrumentos básicos de la música paraguaya contemporánea. Uno de los estilos más antiguos de música popular paraguaya es la polka, la payada, las baladas y otras canciones que conservan gran parte de la historia y tradiciones del país. La guarania, canción de fluida melodía lírica introducida a principios del siglo xx, es la primera variación propia de la tradicional melodía folklórica ya cultivada desde entonces.
Los instrumentos más populares son el arpa paraguaya y la guitarra, aunque de
acuerdo a la región, y para ampliar sus horizontes musicales, hay artistas que incorporan acordeón, pandereta, bongó o incluso marimba. El arpa tiene mucha difusión y es conocida en muchos países del mundo. La Polka, la Guarania y el Nuevo Cancionero son las expresiones musicales más populares; los ritmos del primer género son una invitación a la danza. El segundo, desarrollado por José Asunción Flores cerca del año 1920, es más bien lento y melancólico. Mientras que el tercero tiene como exponente a Maneco Galeano y Rolando Chaparro. Las composiciones preferidas para ser ejecutadas en arpa, guitarra o requinto son los onomatopéyicos y clásicos “Pájaro Campana”, “Tren Lechero”, “Carreta Guy”, “Pájaro Chogüí”, “Galopera”, “La Catedral de Mangoré”, entre otros. Ahora bien, cuando se habla de proyección folklórica, se habla de un patrimonio cultural que toma el espíritu de lo folklórico, pero que no se encuadra en lo puramente folklórico, por falta de alguna característica para considerarla como tal, como por ejemplo, el ser anónimo, de transmisión oral, etc. Las danzas inspiradas en un personaje popular o en un hecho folklórico, cuyas coreografías están creadas por un profesional son de proyección folklórica. La proyección folklórica contribuye a la difusión de los hechos folklóricos, pero debe tener un fundamento real, verdadero, para no desvirtuar la esencia de lo que se proyecta.
DANZA FOLKLORICA
La danza paraguaya es producto del conjunto de expresiones artísticas de
orígenes criollos y guaraníes que fueron adoptados en la cultura escenográfica paraguaya para expresar el acervo cultural a través de ritmos musicales autóctonos como la polka paraguaya. Las danzas tradicionales poseen música y coreografías propias, son patrimonio cultural del pueblo. Tiene una interesante variedad de danzas tradicionales cuyas raíces son el producto de la mezcla de dos culturas: la europea y la guaraní, que sucedió primero mediante el sincretismo español-guaraní, y después con la introducción de nuevos estilos traídos por Madame Lynch y otros inmigrantes durante mediados del siglo xix y principios del siglo xx.
Orígenes
Los orígenes de la amalgama de danzas introducidas en Paraguay se remonta al
término del gobierno de José Gaspar Rodríguez de Francia. El Dr. Francia, una de las personas que encabezó la independencia del Paraguay en 1811, se proclamó dictador supremo en 1814 cuyo mandato culminaría hasta su muerte en 1840. Tras una serie de prórrogas, en 1844 el Congreso nombra a Carlos Antonio López como presidente del Paraguay, convirtiéndose así en el primer presidente constitucional de la república.
Durante el gobierno de López llegaron numerosos profesionales contratados de
Europa, quienes introdujeron importantes cambios en las costumbres de los paraguayos, entre los cuales en materia de arte predominaban los cantares y bailes europeos. Gracias a esto algunas de las danzas que se practicaban en el país adquirieron nuevas características, y dieron origen a varias de las danzas tradicionales actuales. En este periodo las danzas alcanzaron un importante surgimiento. Por ejemplo la contradanza, originariamente inglesa que luego pasó a España, ejerció gran influencia en la formación de las danzas como: el Pericón, la Cuadrilla, el Cielito, Chopi y otras. Las danzas más practicadas en la época fueron la Golondriana, el Londón Karapé, la Polca y la Mazurca.
Durante el gobierno de Francisco Solano López (1862-1870), en los primeros años
se mantuvo firme el entusiasmo por las fiestas y, en ellas, las danzas ocupaban el primer lugar. Al comienzo de la Guerra grande se seguía organizado fiestas de baile para mantener la animación en los diferentes campamentos. El mismo Solano López participaba en la concurrencia acompañando a Madame Lynch, quien también era una entusiasta dirigente bailarina de los diferentes campamentos de la guerra. Las más bailadas de la época eran la Cuadrilla, el Chopi, Londón Karape y Mamá Cumandá.
La vestimenta de estilo europeo que se utilizaban durante el siglo xix eran
pantalones ajustados, camisas con volados en el pecho y puntillas en los puños, el saco largo y la faja ancha de seda en la cintura. Las damas usaban vestidos de talle ajustado, mangas cortas o largas, escotes muy adornados con volados y miriñaques, y lucían peinados con bucles y arreglos de plumas o moños. En la actualidad la danza paraguaya ha evolucionado bastante, existen creaciones coreográficas significativas de gran habilidad y es gracias al sentido rítmico y a la flexibilidad que poseen los paraguayos. En las últimas décadas las danzas en el país comenzaron a ser mucho más estricta de lo normal, un fenómeno que se ve en casi todas las escuelas, especialmente con las del tipo galopera, danza de la botella y danza del cántaro. ANEXO