Está en la página 1de 49

El Club de las Excomulgadas

¡¡¡Gracias!!!

2
Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
El Club de las Excomulgadas

Argumento
Historia corta navideña protagonizada por Max y Emma del libro El
Wallflower.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta

3
El Club de las Excomulgadas

El Ornamento. Parte1

— Oh, Christmas tree, oh Christmas tree, why don’t I know the stinking words. Ya
dada da, ya dada da, nobody knows the stinking words.1 —Por detrás de ella, podía oír a
Becky, su socia, riéndose. Se detuvo de colgar la guirnalda de hojas perennes sobre su
chimenea. —Oh, por favor. ¿Acaso te las sabes?

—No. Es por eso que no la canto.

Emma sacudió la cabeza, incapaz de ocultar su amplia sonrisa. Max le había


dado a entender que tenía algo especial que quería compartir con ella, y no podía

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
esperar para saber qué era.

— Dime de nuevo, ¿A qué hora cerramos?

— ¡Emma! —Becky sacudió la cabeza.— Aún faltan dos días para la


nochebuena.

— ¿Cuál es tu punto?

— ¿No dijiste que Max te había insinuando algo especial para entonces?

— Sí.

— Entonces, ¿por qué estás tan histérica ahora?

— ¡Vamos! Max y las sorpresas. —Terminó de colgar la guirnalda,

1
El personaje está cantando un conocido villancico llamado O Christmas Tree, pero al no saber la
letra la cambia a: “Oh, árbol de navidad, oh árbol de Navidad, por qué no me sé las apestosas palabras.
Ya dada da, ya dada da, nadie sabe las apestosas palabras” La verdadera canción, en una de sus
versiones, dice en realidad: “Oh Christmas tree, Oh Christmas tree! How are thy leaves so verdant! Oh
Christmas tree, Oh Christmas tree, How are thy leaves so verdant!” Que se traduciría: “¡Oh árbol de
Navidad, Oh árbol de navidad, qué verdes son tus hojas!”.

4
El Club de las Excomulgadas
modificándola ligeramente antes de dar un paso atrás con asentimiento satisfecho.—
La última vez que me sorprendió, me encontré emparejada con él y contemplando
pisos de gatitos. —Ladeó la cabeza, estudió la guirnalda, y la ajustó por última vez.
— Y debido al emparejamiento la sorpresa no será algo como, “Esa chica de ahí lleva
a mi amado niño”, por lo que no puede ser malo, ¿cierto?

Becky se quedó en silencio.

Emma se volvió para mirar a su amiga, de repente preocupada.

— ¿Cierto?

Becky se encogió de hombros, bajando la cabeza.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
— ¡Becks! —Ahora Emma estaba preocupada. Becky se veía desgarrada y
culpable como el infierno. — Él no puede decirme eso... ¿o sí?

— ¡Oh, no! No, por supuesto que no. —Dijo Becky, riendo de manera
nerviosa.— De ninguna manera —Se escabulló hacia el cuarto de atrás.—
¡Necesito más espumillón2!

Emma parpadeó. El terror se instaló en su estómago como una bola de


plomo. Oh, no.

¿Con qué la sorprendería Max?

*****

Max se quedó mirando hacia la pequeña caja negra y sonrió.

—Esto debería ser suficiente.

—Gah, no me gusta configurar estas cosas. —Simon se levantó, estirando la

2
Cintas decorativas navideñas:

5
El Club de las Excomulgadas
espalda antes de sacudirse por completo.

—Pero valdrá mucho la pena una vez que esté terminado. —Adrian les entregó
el café, bebiendo de su taza humeante cuando cada hombre tuvo la suya.— Además,
una vez que lo enchufes se verá genial.

— ¿Crees que a las chicas les gustará? —Simon se sentó en el escalón,


pasando sus manos alrededor de la taza. Hacía mucho frío.

—Más les vale. —Max levantó el enchufe.— ¿Listos?

—Listos.

—Enciéndelas.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
Max ajustó los contactos.

Su casa se iluminó como un llamativo burdel. Luces rojas, verdes, azules y


blancas centellaron alegremente. Ciervos de mimbre, con sus entrañas encendidas,
movieron la cabeza de arriba abajo con mecánica precisión. Y un tipo de globo
inflable de nieve subió… llevando a un Santa que giraba y lanzaba papelillos, que se
suponían era nieve. Incluso había comprado un niño Jesús que brillaba intensamente,
seguro en su pesebre de plástico.

—Se ve. Hmm...

—Como si Rudolph hubiera vomitado sobre toda tu casa.

Max fulminó con la mirada a Adrian. El hombre fue lo suficientemente


inteligente como para levantar las manos y retroceder.

—Gracias a Dios escogí luces blancas.— La cabeza de Simon se hundió en su


abrigo cuando una bola de nieve llegó volando hacia él.

—Cállate. —Max estudió su patio, con el ceño fruncido.— Tal vez se me fue
un poco de las manos.

6
El Club de las Excomulgadas
—¿En qué momento pasa de “irse un poco de las manos” al “especial de luces
de Kmart3”? Porque creo que estamos ahí.

Max se volvió hacia Simon y gruñó.

—Jódete.

—Emma podría ponerse celosa. —Simon movió sus pestañas hacia Max,
ganándose otra bola de nieve.

—No tenemos tiempo para arreglarlo ahora. Todavía tenemos que decorar mi
casa y la de Adrian.

Max gruñó y se dirigió a su Durango4, preocupado por cómo reaccionaría su

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
Curana5 ante lo que le había hecho a su casa. Emma no era exactamente tímida acerca
de dar a conocer su opinión. Entró en el coche, siguiendo a sus amigos hacia la casa
de Simon.

Sólo esperaba que ella estuviera dispuesta a entender lo que le estaba tratando
de decir. Tal vez si quitara algo. Es el globo de nieve de seis pies6 de alto. Si quito eso,
debería estar bien.

Ahora a decorar la casa de Simon. Acarició la bolsa de luces de colores en el


asiento del pasajero. Luces blancas mi culo.

3
Centro Comercial de descuentos americano...tiene de todo: desde menaje del hogar a ropa, juguetes,
electrónica... con precios rebajados.

4
Marca de todoterreno, un Dogde

5
La Pareja del Alfa de la manada de Pumas (Emma es la Curana y Max es el Alfa, para quien no siga la
serie)
6
Aproximadamente 1’80 metros.

7
El Club de las Excomulgadas

*****

— ¿Qué diablos? —Emma salió de su PT Cruiser7 y se quedó mirando hacia


la casa que ahora compartía con Max. Sacó su móvil y llamó a Becky.

— ¿Becks?

— ¿Sí?

—Santa se fumó un porro y decoró mi casa.

— ¿Qué? Espera, estaré allí en unos minutos.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
Emma colgó el teléfono y miró su casa, que parpadeaba llamativamente en
la noche.

Ella había imaginado la hermosa y antigua casa artesanal con centelleantes


luces blancas, y un árbol de Navidad apenas visible detrás de las cortinas. Tal vez con
una guirnalda decorando la chimenea con dos medias, una dorada para ella, y una
plateada para Max.

Lo que no había imaginado era a un niño Jesús que brillara intensamente y


un espantoso globo de nieve medio desinflado.

Una puerta de coche se cerró detrás de ella.

—Dios mío. ¿Quién sacudió la venta especial de Kmart?

Las dos mujeres intercambiaron una mirada.

—Max.

7
Coche de Emma:

8
El Club de las Excomulgadas
—Oh, Dios mío. Simon y Adrian pasaron todo el día con él. —Becky corrió
de vuelta a su coche.— ¡Te llamo más tarde!

Emma la saludó con la mano mientras su teléfono sonaba.

— ¿Hola?

— ¿Emma?

—Hola, Sheri.

— ¿Sabes dónde están los hombres?

—No. ¿Por qué?

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
—Tengo que matar a Adrian.

Emma se mordió el labio.

— ¿Decoraron tu casa?

— ¿Cómo lo sabes?

—Por una afortunada conjetura. —Emma no sabía si debía reír o llorar.

—Necesito mis gafas más oscuras para mirar mi jardín delantero.

—Tengo un niño Jesús alumbrando la noche en el mío. Y creo que un


transbordador espacial podría aterrizar con seguridad en mi camino de entrada, de lo
iluminado y brillante que está.

—Oh, Dios.

Su móvil hizo un sonido intermitente.

—Espera, tengo otra llamada.

—Voy a matarlo.

9
El Club de las Excomulgadas
— ¿A ti también, Becks?

—Síp.

—A Sheri también.

— ¿Nos vemos en Frank’s?

—En camino. —Presionó una tecla del teléfono y le transmitió la invitación


a Sheri, ofreciéndose a recogerla.

—De acuerdo.

Emma se metió en su coche.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
—Estaré ahí en un momento. —Colgó el teléfono y se alejó de la casa,
preguntándose si el cadáver de León-O cabría en el globo de nieve.

*****

— ¿En qué diablos estaban pensando? —Becky mordió su hamburguesa, con


un ceño feroz en su rostro. Emma se preguntó si se habría estado imaginando que era
el trasero de Simon.

—De eso se trata. No pudieron haber estado pensando. —Sheri, la más


tranquila de las tres, dio un sorbo a su batido de doble chocolate. Sheri era legalmente
ciega. El hecho de que considerara una monstruosidad la decoración de la casa de su
compañero decía mucho sobre lo que Adrian debía haberle hecho a su hogar.

—Entonces, ¿qué haremos al respecto?

—Ni idea.

—Ni yo.

Emma mordió su propia hamburguesa, pensando.

10
El Club de las Excomulgadas
—Podríamos simplemente quitar la mayor parte.

—Sí, pero, piensa en ello. —Sheri se inclinó hacia adelante, con expresión
taciturna.— ¿Cuánto tiempo crees que les llevó a poner todo eso?

Emma y Becky se miraron horrorizadas.

—Tienes razón. Deberíamos hacer que ellos lo quiten.

— ¡No, eso no! ¿Creen que alguno de ellos se hubiera tomado todos esos
problemas, poniendo todo eso, haciéndolo en tres casas diferentes en una sola tarde,
si no pensaran que nos haría felices? Deben estar agotados.

Becky se derrumbó hacia atrás en la cabina.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
—Maldita sea. Tiene razón.

Emma resistió el impulso de golpear su cabeza contra la mesa de formica.

—Mierda.

—Síp.

—Tendremos que vivir con ello.

—Y el próximo año, asegurarnos de poner nosotras mismas los adornos.

—Amén. —Las tres mujeres chocaron sus vasos.

— ¡Frank!

—Hola, Emma, ¿qué puedo hacer por ti?

—No por mí, por nosotras, necesitamos tres pedidos para llevar.

Tres bolsas aterrizaron sobre la mesa. Ella levantó la mirada hacia el rostro
sudoroso y sonriente de Frank.

11
El Club de las Excomulgadas
—Pensé que podrían necesitarlas.

*****

Ella no estaba aquí. Su coche no estaba en el garaje y su bolso no estaba en


el mostrador de la cocina. Su olor no estaba en el dormitorio.

—Mierda. Tal vez fui demasiado lejos.

Ella realmente no cogería la cuchara de los pomelos8. ¿O sí?

Sus oídos captaron el sonido de la puerta del garaje abriéndose. Tomó una
respiración profunda, sirviéndole a su compañera una copa de vino. Se quedó
mirando el árbol de Navidad decorado con buen gusto y suspiró. Sólo esperaba que

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
el vino suavizara su estado de ánimo. Si no, él era un gatito muerto.

Emma entró en la cocina, con una bolsa blanca en la mano. El aroma de una
hamburguesa y patatas fritas recién hechas emanaba de la bolsa, haciendo que su
estómago retumbara.

—Hola, cariño.

—Max.

Oh, eso no era bueno. Ese tono de vos suave sólo podía significar problemas.

— ¿Vino? —Le tendió la copa, mirándola mientras se acercaba para


tomarla.— ¿Estoy en problemas?

Ella tomó un sorbo, poniendo la bolsa blanca en sus manos.

—No te mentiré. Pensé en ello. —Se dirigió a la mesa de la cocina y se


sentó, empujando una silla para él.— Pero, no. —Le dirigió una sonrisa cansada.
— Sé la cantidad de problemas que tuviste que pasar para hacer esto por mí. Por

8
Alusión a una amenaza que le hace Emma en el primer libro de la serie. Cuando se entera de que Becky
es la compañera de Simon, Emma amenaza con usar la cuchara de los pomelos para arrancarle los
huevos a Simon si éste le hace daño a Becky (ajajajajajaj le dejó trauma a Max, por lo que se ve)

12
El Club de las Excomulgadas
nosotros —puso la mano sobre la de él, y el corazón de Max brincó.— Pero el
próximo año esperarás para que lo hagamos juntos o habrá consecuencias.

Él se rió ante el brillo de sus ojos entrecerrados, buscando en la bolsa con


gusto.

—Sí, querida.

Ella sonrió, bebiendo su vino mientras él comía. Hablaron de sus respectivos


días, el de ella agitado, el de él no tanto. Cuando llegó el momento de relajarse, él la
llevó a la gran sala de estar.

—Oh, Dios.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
Él sonrió con satisfacción mientras ella se acercaba al árbol que había
establecido cerca de la chimenea. Por la forma en que la casa estaba organizada, ella
no había sido capaz de verlo desde la cocina.

Lo había decorado en blanco y oro, con luces blancas parpadeando


suavemente junto al crepitante fuego. Dos calcetines tradicionales de color blanco y
dorado adornaban la chimenea, su nombre bordado en uno y el de ella en el otro.

—Oh, León-O. Es perfecto. —Se volvió hacia él, la suspicacia hacía resaltar
esos hermosos ojos marrones de ella.— Si puedes hacer esto, ¿por qué hiciste
aquello? —Señaló hacia afuera, a través de la ventana del frente.

— ¿Una sorpresa?

Su cabeza se inclinó, obviamente confundida. Pero como el gato que era,


sentía curiosidad ahora. Él se acomodó en el suelo delante del fuego y dio unas
palmaditas en la alfombra junto a él.

—Estás tramando algo.

— ¿Qué te hace decir eso?

13
El Club de las Excomulgadas
—Porque te conozco, León-O. Tienes en tu cara, esa mirada presumida y
masculina de “sé algo que tú no sabes”.

Esa era la alegría de tener a su compañera a su lado. Aunque sólo habían estado
juntos durante dos meses, ella realmente lo conocía, mejor que nadie más. Él se
encogió de hombros, tratando de parecer inocente mientras sorbía su vino.

—Max.

Él deslizó su brazo alrededor de sus hombros, encantado cuando ella se


acurrucó contra él.

Sin importar cuán cabreada estuviera, siempre se acurrucaba hacia él.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
— ¿Qué?

— ¿Es esto, de alguna manera, parte de mi sorpresa de la víspera de


Navidad?

Él besó su nariz respingona.

— ¿Por qué esperar hasta la Navidad? —Los ojos de Emma se abrieron


ampliamente cuando él hizo un gesto hacia el árbol.— Hay algo especial en el árbol
para nosotros. A ver si puedes encontrarlo. —Sonrió con indulgencia mientras ella
prácticamente le pasaba por encima, trepando por el árbol y examinándolo palmo a
palmo.

— ¡Ajá! —Tiró suavemente de un adorno dorado de cristal que estaba en el


árbol. Grabado en el frente con las palabras: Max y Emma 2012.— ¿Eh?

—Mira más de cerca.

Ella le dio vuelta en sus manos, sus dedos acariciaron las bisagras.

— ¿Max?

—Ábrelo.

14
El Club de las Excomulgadas
Ella movió el pestillo con dedos temblorosos. En el interior, situado sobre un
lecho de terciopelo, estaba un redondo solitario de diamante.

—Cásate conmigo.

Ella levantó la vista, con los ojos aturdidos, y llenos de lágrimas.

—Ya me lo habías pedido, ¿recuerdas?

Él negó con la cabeza.

—No así. —Se puso en cuclillas, sentándose hacia atrás sobre sus talones.
Tomó el anillo que aún estaba dentro del ornamento, levantándolo en el aire.— Sin
fuego, ni vino, ni luces parpadeantes.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
—Oh, Max. —Una solitaria lágrima cristalina resbaló por su mejilla.

Él extendió la mano y la rozó para secarla.

—Una discusión en mi Durango no es la manera como quería pedirle a mi


compañera que se casara conmigo. —Agitó la mano, abarcando todo lo que había
hecho ese día.— Habrá momentos en los que mis acciones hagan que te molestes.
Momentos en los que te haga cabrear más allá de lo que puedas creer. Momentos en
los que las cosas se me vayan de las manos y quieras matarme.

—Y momentos en los que tocarás mi alma.

Él asintió.

—Te amo, Emma. —Deslizó el anillo en su dedo.— Di que sí.

—Oh, León-O. Te follaré tanto esta noche.

Él echó la cabeza hacia atrás y se echó a reír mientras ella se arrojaba en sus
brazos.

—Eso no es un sí.

15
El Club de las Excomulgadas
— ¿Quieres un sí? —Sus ojos se volvieron dorados mientras lo miraba
fijamente a través de sus pestañas.

Los ojos azules de Max se volvieron brillantes y dorados. Él se lamió los


labios, con su sonrisa aún curvando las comisuras.

—Dilo, Emma.

Ella ronroneó, frotando sus pechos contra su pecho. El anillo de diamantes


brilló a la luz del fuego.

—Oblígame.

—Será un placer.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
Emma jadeó cuando Max lamió una línea hacia arriba por su cuello,
terminando en el lóbulo de su oreja. Apretó los dientes, decidida a llevar el juego
hasta el jadeante final.

Disfrutaría haciéndole exprimir un “sí” de su parte.

*****

Hacer el amor a esta mujer se ponía cada vez mejor y mejor. Se quitaron la ropa
lentamente, su Curana burlándose de él mientras la luz del fuego jugaba sobre de sus
pechos. Max mordió uno de los pechos de Emma, riendo en voz baja cuando ella
susurró:

—Oh, Dios.

Succionó alrededor de su pezón, degustándolo, jugueteando con ella, pero


dejando lo mejor para el final.

Dios, le encantaban sus pechos. Podría pasar la eternidad con el rostro hundido
entre ellos.

— ¿Eres un perro o un gato?

16
El Club de las Excomulgadas
Él miró hacia ella, con la nariz enterrada en su escote.

—Estás resoplando.

Su cabeza se levantó de rápidamente.

— ¡No es cierto!

— ¡Claro que sí!

—No es verdad. —Tomó una respiración profunda.— Estoy disfrutando de


los encantos de mi compañera.

—Estás babeando, eso es lo que quieres decir.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
—No se me cae la baba.

Ella se encogió de hombros, y sus deliciosos pechos rebotaron.

—Si tú lo dices, León-O. —Dio un bostezo delicado.— Avísame cuando


termines de admirar mis bienes. —Sus ojos se cerraron, pero su boca se curvó en los
extremos.

Oh, no, no lo harás. Max le hizo cosquillas a Emma, adorando la manera en


que gritaba y se retorcía debajo de él. El amor y la risa iluminaron aquellos ojos
oscuros de ella, una vista que él nunca se cansaba de admirar.

— ¿Todavía tienes ganas de dormir?

Antes de que pudiera contestar, él lamió ásperamente un puntiagudo pezón.

—Eh...

—Tómate tu tiempo. —Succionó el capullo en su boca, rozándolo con su


lengua.

—No. No, estoy despierta.

17
El Club de las Excomulgadas
Ella sonaba sin aliento. Bien.

—Me alegra oír eso. —Se movió al otro pezón, dándole el mismo tratamiento.

Y entonces ella hizo esa cosa que siempre lograba volverlo loco. Su cabeza se
inclinó hacia atrás y hacia un lado, dejando al descubierto su cuello, y colocando los
brazos sobre su cabeza. La vulnerable sumisión en el gesto, siempre lograba hacer
que la bestia en él emergiera.

Él la miró arquear la espalda, ofreciéndole sus pechos a su boca. Tomó ventaja,


alimentándose de ellos, sus dedos profundizándose en el calor húmedo de su coño.
Las caderas de ella se arquearon, aceptando su invitación mientras él la follaba con

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
tres dedos.

Ella gimió y se mordió el labio, al borde del orgasmo.

Él se detuvo, retirando los dedos de su húmedo núcleo y su boca de su


pecho.

— ¿Tienes algo que decirme?

Los ojos dorados de Emma se estrecharon.

—Fóllame.

Él se echó a reír, encantado ante la demanda en su tono.

—No exactamente, mi Curana. —Sus dedos acariciaron su clítoris y ella


gimió. — ¿Y bien?

— ¿Te follo?

—Pronto. —Alineó su pene en su apertura. Tomándose a sí mismo con la


mano, movió la cabeza de arriba abajo por su hendidura, siseando ante la sensación
que recorrió su columna vertebral — ¿Y bien?

18
El Club de las Excomulgadas
—Follarnos suena esquizofrénico. O eso, o cómo de ménage à trois...

Él gruñó, deslizando la cabeza de su polla en su coño.

—Ningún como de ménage à trois.

—Está bien.

Él comenzó a deslizarse dentro de ella con una serie de empujes


superficiales, sin entrar completamente.

Ella gimió.

— ¿Por favor?

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
—Por favor, ¿qué?

Ella gruñó, agarrándolo por las orejas.

—Por favor, ¡fóllame antes de que saque la cuchara de pomelos!

Él echó la cabeza hacia atrás y lanzó una carcajada, empujándose dentro de


ella con tanta fuerza, que sus bolas se golpearon sonoramente contras su trasero.

—Dios, te amo.

Ella gruñó, moviendo sus caderas.

—Ahora, León-O.

—Lo que sea por mi Curana. —Comenzó a follarla con estocadas rápidas y
duras, ya no estaba en el estado de ánimo para jugar. Estaba mucho más en el estado
de ánimo de correrse.

Pero no antes de hacerla decir las palabras. Extendió la mano hacia adelante,
acariciándole el clítoris al ritmo de sus embestidas, empujándola al borde del
orgasmo.

19
El Club de las Excomulgadas
— ¡Sí! ¡Oh, Dios, sí!

La sensación de ella corriéndose a su alrededor lo llevó sobre el borde. Sus


dientes perforaron su marca en el cuello de Emma, enviándola aún más en la espiral
de su orgasmo. Él se vertió a sí mismo en ella, sus espasmos escurriendo hasta la
última gota de él, mientras las estrellas estallaban detrás de sus párpados.

Se derrumbó sobre ella, jadeando, exhausto, y adorando la sensación de


tenerla todavía temblando a su alrededor. Ella era el milagro que nunca había pensado
encontrar.

*****

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 1 - Serie Halle Pumas VI - Historia Corta
Emma acarició el cabello de su compañero, húmedo por el sudor.

—Sí.

Max sonrió contra su cuello, ronroneando.

—Por cierto, ¿no crees que poner una bombilla en el trasero del niño Jesús y
encenderla es un poco, sólo un poco, sacrílego?

— ¡Emma!

Ella se rió.

Oh síp. La vida era muy buena.

Fin
El Club de las Excomulgadas

Argumento
Historia Corta Navideña protagonizada por Simon y Becky del libro Dulces Sueños.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 2 - Serie Halle Pumas VII - Historia Corta

3
El Club de las Excomulgadas

El Ornamento. Parte 2

—Maldita sea. No pensé que fuera a acabar así.

Simon se quedó mirando su casa, viendo la enorme cantidad de luces de


colores que Max había colocado en el techo.

— ¿Y desde cuando soy judío?

— ¿Qué? —Max terminó de guardar las luces que habían sobrado,


empujándolas en el asiento del pasajero de su Durango. Simon no tenía ninguna duda

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 2 - Serie Halle Pumas VII - Historia Corta
de que todas esas luces terminarían en la casa de Adrian.

— ¿No es esa una estrella de David en la parte superior de mi casa?

Adrian asintió.

—Síp. ¿No es Becky judía?

—Ah, no.

Adrian se encogió de hombros.

—Oh. Lo siento.

—No sé por qué te quejas. —Max metió la caja en el maletero del coche de
Adrian, estirando la espalda cuando terminó. — Viste lo que le hicimos a mi casa.

—Síp, pero era tu casa. Y por lo menos allí pusimos la religión correcta. —
Miró hacia los animales con luces encendidas que decoraban su césped. Becky lo
mataría sólo por esa jirafa. — Tal vez deberíamos quitar la jirafa.

— ¿Por qué?

Simon se volvió y miró fijamente a Adrian. ¿Acaso el hombre no la conocía?

4
El Club de las Excomulgadas
—Porque Becky va a dispararme en la cara con una bazuca1, por eso.

Adrian le dio una palmada en la espalda, sin duda tratando de hacer que se
sintiera mejor.

—Becky no tiene una bazuca.

Simon miró fijamente a Adrian.

—Realmente no la conoces, ¿verdad? Por esto, saldrá y encontrará una.

— ¡Bwacawk2!

Simon lanzó una mirada a Max, quién tenía los pulgares metidos en las axilas

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 2 - Serie Halle Pumas VII - Historia Corta
y estaba moviendo los codos de arriba abajo.

—Dime que no me acabas de llamar gallina.

—Aw, ¿Quién le tiene miedo a su arrebatada compañera? Simon

se rió.

—Tú.

Max se detuvo, viéndose preocupado.

—Es cierto. —Se estremeció.— Ahora es demasiado tarde, sin embargo.

—Bueno, no sé ustedes dos, pero yo estoy listo para ir a adornar mi casa. —


Adrian se frotó las manos. — No puedo esperar a ver la cara de Sheri cuando vea al
pingüino sobre de la rueda de la fortuna.

—Sólo esperemos que las mujeres no nos entierren debajo de ella. —Simon
caminó hacia su camioneta, haciendo caso omiso de los pies arrastrándose detrás de
él. — Vamos, cobardes, terminemos con esto. Porque podríamos no vivir lo

1
Lanzacohetes portátil.
2
Por lo que se entiende del texto, es el sonido que hacen las gallinas... un cacareo o algo similar...

5
El Club de las Excomulgadas
suficiente como para darles a las chicas sus verdaderos regalos.

*****

Becky respondió su móvil antes de que hubiera terminado de sonar.


Acababa de girar hacia la calle, en dirección a la casa que compartía con Simon.

— ¿Becks?

¡Emma! Supongo que encontró su sorpresa. Le tomó cada onza de su fuerza de


voluntad no soltar una risita.

— ¿Sí?

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 2 - Serie Halle Pumas VII - Historia Corta
—Santa se fumó un porro y decoró mi casa. Becky

contuvo una carcajada.

— ¿Qué? Espera, estaré allí en unos minutos.

Dio la vuelta y se dirigió a la casa de Max y Emma. Ya tenía una idea de lo


que encontraría. Simon le había contado un poco y le había dicho cómo reaccionar.

Verlo elaborar el adorno especial para el árbol de Navidad de Max había sido
un asunto raro. Simon no le permitía entrar a menudo a su lugar de trabajo, en el que
estaba el horno, pero ese día había hecho una excepción. Esas manos grandes suyas
le habían dado forma al globo, con sus ojos oscuros concentrados en lo que estaba
haciendo. Verlo grabar el vidrio y adherir las volutas, en torno al nombre de la pareja,
había sido increíble y excitante. Y ella se lo había agradecido de la mejor manera
posible, también. Sintió un hormigueo en todo el cuerpo, solo al pensar en la manera
como habían hecho el amor aquella noche.

Se detuvo frente a lo que solía ser la casa solariega de Emma. Apenas pudo
contener su risa al ver al brillante niño Jesús y el globo de nieve con luz encendida.

—Dios mío. ¿Quién sacudió la venta especial de Kmart?

6
El Club de las Excomulgadas
Las dos mujeres intercambiaron una mirada.

—Max.

¡Esa es mi señal!

—Oh, Dios mío. Simon y Adrian pasaron todo el día con él. —Becky corrió
de vuelta a su coche. — ¡Te llamo más tarde!

Por supuesto, no iba a llamarla. Imaginaba que Emma estaría demasiado


ocupada masticando el trasero de cierto gato, justo antes de que dicho gato masticara
el suyo.

Dio la vuelta a la calle una vez más, mirando las luces chillonas que alguien había

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 2 - Serie Halle Pumas VII - Historia Corta
puesto a lo largo de una casa. También podrían iluminar su techo con un “Santa Aparcó
Aquí” Que horrible.

Cuanto más se acercaba a su casa, sin embargo, más se hundía su corazón. La


casa excesivamente brillante se parecía sospechosamente a... No. Oh, no. No lo haría.

Lo había hecho. Iluminados animales animados estaban diseminados por todo


el césped. El ciclo de la vida parece haber encontrado un toma de corriente. ¿Y por qué
diablos hay una estrella de David en mi techo? Ella no era exactamente el miembro que
más iba a la iglesia en la comunidad, pero al menos pensaba que Simon sabría de qué
religión era ella. Después de todo, ella sabía exactamente quién oficiaría su funeral.

Levantó su móvil y llamó a Emma.

—Voy a matarlo.

— ¿A ti también, Becks?

—Síp.

7
El Club de las Excomulgadas
—A Sheri también.

¿Qué? Esta pequeña broma había ido demasiado lejos si habían hecho lo
mismo en la casa de Sheri y Adrian.

Becky miró el reloj. Maldita sea. Necesitaba comer. Simon era implacable sobre
asegurarse de que Becky comiera a horas determinadas, gracias a su hipoglucemia,
pero de ninguna manera iba a estar aquí, esperándolo con una comida casera. No
después de esa... parodia en su jardín delantero. Ni siquiera entraría en el hecho de
que Simon había colocado una especie de sistema de sonido y estaba tocando Oi to
the World 3a todo volumen.

— ¿Nos vemos en Frank’s?

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 2 - Serie Halle Pumas VII - Historia Corta
—En camino. —Emma colgó.

Becky fulminó con la mirada a la jirafa iluminada de seis pies4 de altura.

—Oh, Garfield. Eres un gatito muerto.

Ignoró la pequeña voz en su cabeza que le preguntó cuántos adornos habría


hecho Simon. Había pasado por lo menos un par de días en el horno sin ella.
¿Podría él haber...?

No esperaría eso. Todavía no, de todos modos. Era demasiado pronto en su


relación con Simon, para que le hiciera uno de esos.

¿O no?

******

Estacionó su VW Beetle5 en el camino de entrada, haciendo una mueca ante

3
Album navideño del grupo The Vandals, de género punk rock.
4
1’80 metros, aproximadamente.

8
El Club de las Excomulgadas
las fieras eléctricas en su jardín delantero. Durante la cena había recorrido un largo
camino para calmarla, pero sólo escuchar “Here Comes Santa Claus6” cantada por
The Chipmunks7 era suficiente para hacerla enojar de nuevo. Hizo su mejor esfuerzo
para ignorarlo, mientras abría la puerta del garaje, estacionando su coche en el espacio
junto a la gran camioneta de Simon. Bien. Está en casa. Puedo matarlo ahora mismo.
Sus manos temblaron mientras apagaba el motor.

Entró en la casa y se dirigió directamente hacia la gran sala de estar. Y luego


se detuvo de pronto, aturdida.

Becky se quedó mirando fijamente, con la mandíbula abierta, el árbol de


navidad rojo y verde. Simon lo había decorado con delicados ornamentos de cristal
que sabía que los había hecho él mismo, por lo que eran mucho más valiosos para

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 2 - Serie Halle Pumas VII - Historia Corta
ella. Nítidas luces blancas encendidas aclaraban bombillas rojas y verdes, adornadas
con dorada filigrana. Pálidas gotas de cristal, rojo claro y verde pálido, brillaban en
luces parpadeantes. Todo el árbol era un testimonio del sentido artístico de Simon.
Una estrella de cristal y oro estaba colocada en la cima del árbol, con una luz fija
brillando a través de ella.

Su obra era siempre tan hermosa. Le dolió el corazón al pensar en todo el


trabajo que había tenido que hacer en la decoración de cada adorno, incluso mientras
se hundía en el conocimiento de que probablemente él no había hecho un ornamento
“especial” para ellos.

El hombre en cuestión estaba sentado en el sofá, con una sonrisa jugando en


sus labios.

—Bienvenida a casa, cariño.

5
Wolsvagen Escarabajo...
6
Villancico Navideño.
7
Se refiere al grupo musical Alvin and the Chipmuks (conocido como Alvin y las Ardillas), integrado por
tres ardillas animadas.

9
El Club de las Excomulgadas
—Simon.

— ¿Qué?

Ella se quedó mirándolo.

— ¿Estaban borrachos cuando hicieron lo del césped?

—Nop.

—Entonces, ¿podrías hacerme el favor de explicarme lo qué pasó?

Porque “lo que pasó” sólo se suponía que debía ocurrirle a la casa de Emma. Becky
sabía lo que Max había planeado, pero ¿desde cuándo había decidido Simon que un

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 2 - Serie Halle Pumas VII - Historia Corta
elefante con luz de tres pies y medio8 se vería bien? Y no se atrevía a mirar a la jirafa con
luz de cuatro pies9 de altura con el sombrero de Santa.

Él se levantó y miró hacia el jardín delantero, donde los pingüinos


parpadeantes bailaban alrededor de regalos iluminados, al ritmo de un alegre
“Chimpunk Christmas10”.

— ¿Qué hay de malo en ello?

— ¡Simon!

Él le dio una mirada de grandes ojos marrones, haciendo un mohín.

— ¿No te gusta? Trabajé muy duro en ello.

Ella apretó los dientes.

—Me encanta.

Él sonrió, cruzando la habitación para tirar de ella hacia sus brazos.

8
Más o menos de un metro de alto.
9
Aproximadamente 1’20 metros.
10
Canción navideña cantada por Alvin y las Ardillas.

10
El Club de las Excomulgadas
—Mentirosa.

Ella sopló su pelo rizado para retirarlo de sus ojos.

—Bueno, el árbol es precioso. —Envolvió los brazos alrededor del cuello de


Simon, ofreciéndole su boca para un beso.

Él aceptó la invitación y la besó con dulzura.

—Bien, el jardín delantero era la sorpresa mala. ¿Quieres la buena? Ella

jadeó, llevándose la mano al pecho de manera dramática.

— ¿Estamos embarazados?

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 2 - Serie Halle Pumas VII - Historia Corta
Él se puso blanco, con el rostro iluminado por el temor y la esperanza.

— ¿Lo estamos?

Ella tragó. Wow, no me había dado cuenta de que él ya quería tener hijos.

—No.

Él se desplomó.

— ¿Estás tratando de matarme?

— ¡Sorpresa!

Él puso los ojos en blanco.

— ¿Quieres tu regalo o no?

Las cejas de ella se alzaron.

— ¿Regalo?

Él se inclinó hacia ella.

11
El Club de las Excomulgadas
—Es mejor que el chocolate.

—Sólo puedo pensar en una cosa que es mejor que el chocolate, y no estoy
segura de que vayas a obtenerla hasta que limpies el jardín delantero.

Mentirosa. Una mirada al árbol le había garantizado prácticamente lo que él


deseara, a pesar de lo del jardín delantero.

Simon le acarició el trasero, llevándola hacia él. Sus ojos oscuros brillaron
con motas doradas.

— ¿Estás segura de eso?

Ella lo miró fijamente mientras su corazón daba un vuelco.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 2 - Serie Halle Pumas VII - Historia Corta
— ¿Qué estás tramando, Garfield?

Porque si es lo que creo que es...

Él la soltó, cruzando los brazos sobre el pecho.

—Te dejé algo en el árbol. Es redondo y brillante y con forma de bola.


¿Crees que puedes encontrarlo?

—Ja, ja.

Él la miró fijamente, con una ceja oscura levantada en desafío.

— ¿Hablas en serio?

Él asintió.

Ella se dio la vuelta y miró hacia el árbol.

—Hiciste para nosotros uno de los ornamentos.

—Chica inteligente. ¿Crees que puedes encontrarlo?

12
El Club de las Excomulgadas
Ella se enrolló las mangas del suéter y se zambulló en el árbol, haciendo caso
omiso de su risa.

No tardó mucho en encontrar el ornamento dorado en el árbol. En su exterior


tenía grabado: Simon y Becky 2012. Unas pequeñas bisagras y un pestillo de oro le
hicieron saber que el adorno había sido hecho para ser abierto. Ella se dejó caer de
rodillas, sosteniéndolo como el precioso regalo que era, una señal tangible de su
amor, hecha por sus propias manos.

—Oh, Simon.

Ella le sonrió, amando la mirada suave en sus ojos oscuros.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 2 - Serie Halle Pumas VII - Historia Corta
—Ábrelo.

Ella movió el cerrojo con manos temblorosas. En el interior, situado sobre


terciopelo verde, había un anillo de diamantes y oro blanco. Era un hermoso anillo
de apariencia clásica, con un conjunto de diamantes y hojas de hiedra grabados en la
banda.

—Oh.

Miró de nuevo hacia él para encontrarlo arrodillado a su lado.

— ¿Mejor que chocolate?

— ¡Sí! ¡Sí, sí, sí!—Ella se lanzó hacia sus brazos, abrazándolo


apretadamente.

—Aún no te lo he pedido. —Becky podía oír la risa en su voz.

Ella se echó hacia atrás.

— ¿Te ha detenido eso alguna vez?

Su sonrisa se calentó. Se inclinó y le besó la marca en su cuello, la marca que


le había dado sin pedirle permiso.

13
El Club de las Excomulgadas
—No.

—Eso está bien aunque… —Ella cerró los ojos, preparándose para sentir sus
dientes.— A veces es bueno preguntar.

Becky jadeó, estremeciéndose, cuando sus dientes tocaron su piel, y su cuerpo


llevó el de ella hacia el suelo. ¿Sabes qué? Eso puede esperar.

Y luego sus dientes perforaron su piel, y ella no pudo pensar en nada.

*****

Ella se estremeció debajo de él cuando sus dientes perforaron su piel. El


gemido bajo que Becky emitió mientras se corría, casi hizo que su polla saltara fuera

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 2 - Serie Halle Pumas VII - Historia Corta
de sus jeans. Simon dio gracias a Dios porque su pequeña y espinosa compañera no
lo hubiera castrado inmediatamente. Demonios, hasta le había traído la cena. Podía
oler las hamburguesas y patatas fritas enfriándose en la mesa de la cocina.

Pero podía oler algo más, también, y ahora mismo, esto olía mucho más
apetitoso. Y era definitivamente algo que se estaba muriendo por degustar.

Se apartó de su cuello, adorando el sonido de maullido de pérdida que ella


emitió. Los zapatos y calcetines de Becky fueron los primeros en irse. Alcanzó la
cremallera y tiró de ella hacia abajo, para quitarle los jeans rápidamente. Ella ya
estaba empezando a incorporarse, quitándose el suéter y lanzándolo a través de la
habitación. El sujetador lo siguió rápidamente mientras él se encargaba de sus bragas.

Mmm. Ahí está. Mi sabor favorito en todo el mundo. Simon sonrió mientras
bajaba la boca hacia su coño, dándole una larga lamida en su calor húmedo. Ella se
dejó caer sobre el suelo, con sus caderas ondulando contra su boca. Él se detuvo sólo
el tiempo suficiente como para quitarse su propia camisa, sabiendo lo mucho que a
ella le gustaba sentir su piel desnuda contra la propia. ¿Y quién era él para quejarse?
A él también le encantaba.

14
El Club de las Excomulgadas
Simon se acomodó entre sus muslos, y se dispuso a disfrutar del festín
extendido ante él. Ella estaba tirando de sus propios pezones, retorciéndose bajo él
mientras la follaba con su lengua.

—Detente.

Ella lo empujó por los hombros.

— ¿Por qué? No he terminado aquí.

Ella le sonrió de manera sexy y hambrienta.

—Quiero probarte, también. Una

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 2 - Serie Halle Pumas VII - Historia Corta
de sus cejas se levantó.

—Estaba pensando más en un sesenta y ocho. Ella

se echó a reír.

—No quiero deberte una. —Se lamió los labios y él no pudo evitarlo. Gimió,
mirando esa lengua rosa dispararse fuera de su boca de nuevo.— Trae esa cosa aquí
y déjame chuparla.

Él se estremeció.

—Está bien.

Becky se rió por lo bajo cuando se quitó los pantalones en un tiempo récord, pero
él no iba a quejarse por ello. ¿Rechazar una mamada de esa boca talentosa?
¡Diablos, no!

Simon los hizo rodar a los dos, hasta que Becky quedó a horcajadas sobre su
cara. Miró su coño, gimiendo cuando su boca caliente cayó sobre su polla. Es la hora
de la cena.

15
El Club de las Excomulgadas

*****

Oh, mierda. Becky hizo todo lo posible para concentrarse en la barra de hierro
caliente que entraba y salía de su boca, pero la boca de Simon la mantenía distraída.
Su lengua bailó alrededor de su clítoris y ella tuvo que moverse con ésta. Podía sentir
su orgasmo moviéndose alrededor del borde de sus sentidos. Sólo necesitaba un poco
más...

Simon corcoveó en su boca, recordándole cuál era su trabajo. Tratando de no


sonreír, deslizó los labios por su eje, tomando su sabor almizclado con su lengua. Se
movió a su alrededor, demostrándole lo mucho que le encantaba lo que estaban

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 2 - Serie Halle Pumas VII - Historia Corta
haciendo, y fue recompensada con un gemido roto.

Becky se retiró y lamió la cabeza de su polla, saboreando su esencia salada.


En respuesta, él empujó lo que parecieron tres dedos dentro de ella, tocando su clítoris
con su lengua.

Becky gritó a su alrededor, su orgasmo la alcanzó de manera tan rápida, que


no tuvo tiempo de prepararse.

Simon salió de debajo de ella. Se aferró a sus caderas y empujó, empalándola


con su polla, dura como una roca.

—Joder.

—Simon. —Se contrajo alrededor de él, apretando sus músculos tan


fuertemente como pudo. La opresión añadida logró el truco. Tras unos pocos embistes
Simon se corrió, su grito gutural fue como música para sus oídos.

Con un suave suspiro la soltó y ambos colapsaron sobre el piso. El peso


caliente de Simon se apoyó en su espalda.

—Dios, te amo.

16
El Club de las Excomulgadas
Becky sonrió maliciosamente.

— ¿Simon?

— ¿Hmm? — su voz sonaba soñolienta.

—Tu teléfono va a sonar.

Él se rió entre dientes contra su cuello, mientras el teléfono comenzaba a


sonar.

Fin

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 2 - Serie Halle Pumas VII - Historia Corta

17
Argumento
Historia Corta Navideña protagonizada por Adrian y Sheri del libro Un
gato de Diferente Color.

3
7
El Club de las Excomulgadas

El Ornamento. Parte 3

— Oh, Christmas tree, oh Christmas tree, why don’t I know the stinking words. Ya
dada da, ya dada da, nobody knows the stinking words.1 —Sheri se mordió el labio para
evitar reír, mientras Emma colocaba palabras erróneas a la canción navideña.— Oh,
por favor. ¿Acaso te las sabes?

—No. Es por eso que no la canto. —Sheri podía oír a Becky


hurgando en la caja de ornamentos, respondiendo con voz ausente a la

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 3 - Serie Halle Pumas VIII - Historia Corta
pregunta de Emma.

— Dime de nuevo, ¿A qué hora cerramos? —El entusiasmo de Emma estaba


comenzando a contagiársele. Esta sería su primera Navidad verdadera en años, y
planeaba disfrutar cada minuto con su nuevo compañero, Adrian.

— ¡Emma! —La voz de Becky estaba llena de diversión. — Aún faltan dos
días para la nochebuena.

— ¿Cuál es tu punto?

— ¿No dijiste que Max te había insinuando algo especial para entonces?

— Sí.

— Entonces, ¿por qué estás tan histérica ahora?

—¡Vamos! Max y las sorpresas. La última vez que me sorprendió,


me encontré emparejada a él y contemplando pisos de gatitos. —Sheri se

atragantó con
1 El personaje está cantando un conocido villancico llamado O Christmas Tree, pero al no saber la
letra la cambia a: “Oh, árbol de navidad, oh árbol de Navidad, por qué no me sé las apestosas
palabras. Ya dada da, ya dada da, nadie sabe las apestosas palabras” La verdadera
canción, en una de sus versiones, dice en realidad: “Oh Christmas tree, Oh Christmas tree! How
are thy leaves so verdant! Oh Christmas tree, Oh Christmas tree, How are thy leaves so
verdant!” Que se traduciría: “¡Oh árbol de Navidad,Oh árbol de navidad, qué verdes son tus
hojas!”.
2
El Club de las Excomulgadas
una carcajada. Escuchar a Emma y a Becky conversar era uno de los
aspectos más interesantes de su día.— Y debido al emparejamiento la
sorpresa no será algo como, “Esa chica de ahí lleva a mi amado niño”,
por lo que no puede ser malo,
¿cierto?

Becky se quedó en silencio.

— ¿Cierto? —Emma sonaba preocupada, pero Sheri no estaba segura del


por qué. Max caminaría descalzo sobre vidrios rotos si Emma se lo pidiera.—
¡Becks! Él no puede decirme eso.

— ¡Oh, no! No, por supuesto que no. —Dijo Becky, riendo de manera

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 3 - Serie Halle Pumas VIII - Historia Corta
nerviosa.— De ninguna manera. —Se escabulló hacia el cuarto de atrás. —
¡Necesito más espumillón2!

Hmm. ¿Me pregunto qué está tramando Becky?

Sheri se encogió de hombros y siguió colgando las luces. Suavemente cantó:

— ¡Oh Tannenbaum, oh Tannenbaum, Wie grün Blätter sind deine! Du nicht nur
zur grünst Sommerzeit, Nein auch im Winter, schneit es wenn. Oh Tannenbaum, oh
Tannenbaum, Wie grün sind deine Blätter!3

Desde detrás de la cortina se oyeron dos voces riendo.

— ¡Muéstrate!

Sheri echó la cabeza hacia atrás y se rió. Dios, era bueno tener finalmente un
hogar.

*****

2
Cintas decorativas navideñas:
3
Mismo villancico que cantaba Emma, pero en alemán (Versión Original) y esta vez, con la letra correcta.

5
El Club de las Excomulgadas
Adrian miró fijamente su casa, mordiéndose el labio.

— ¿Crees que ella podrá verlo?

Max y Simon lo miraron como si se hubiera vuelto loco. Tal vez lo había
hecho.

Quizás la alegre rueda de la fortuna del pingüino con unos focos de


megavatios por debajo, había sido demasiado, pero quería asegurarse de
que su compañera, que era legalmente ciega, viera todo lo que pudiera de
lo que había hecho por ella.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 3 - Serie Halle Pumas VIII - Historia Corta
Enormes luces de colores brillaban en el techo. Un árbol de Navidad
había sido colocado en el porche delantero, sus luces parpadeaban y giraban
en el lugar, produciendo una visión única. Muñecas bailando en lindos
trajes de Navidad llenaban el jardín delantero, un Santa mecánico les
sonreía, y de vez en cuando decía: “¡Jo Jo Jo!” en voz alta y resonante,
sobresaltando a los pájaros de los árboles.

Era perfecto.

Adrian no podía apartar los ojos. De ninguna manera Sheri podría


perdérselo.

*****

Sheri se bajó del autobús, con la guía de Jerry firmemente en su


mano. No estaba lejos de la puerta del frente de la casa de Adrian, pero era
mejor prevenir que lamentar, sobre todo al cruzar una calle. Se acercó con
cuidado por la acera, con Jerry guiándola serenamente hasta que sus pies
estuvieron de nuevo en el pavimento.
Mientras caminaban, Sheri pensó que podía oír el “¡Jo Jo Jo!” de
un Santa sobre entusiasmado. Encogiéndose de hombros siguió su camino,
serena en el conocimiento de que, de ninguna manera, el sonido pudiera
provenir de su casa.

Para el momento que llegó a su puerta delantera, esa serenidad se había


El Club de las Excomulgadas
terminado. Lentamente, se levantó las gafas oscuras de la cara, pero se las
volvió a colocar rápidamente, cuando el resplandor cegador del reflejo de
la luz, lastimó sus sensibles ojos. Caminó por el césped, mirando el Santa
mecánico de cinco pies4 , la rueda de la fortuna de siete pies5 de altura, las
muñecas bailando y el árbol de navidad que giraba.

— ¿Qué diablos? —Sheri sacó su celular y marcó el número de Emma. Sabía


que Adrian había estado con Max y Simon, los compañeros de Emma y Becky. Se
preguntó qué horrores habrían perpetrado en el césped de las otras mujeres.

*****

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 3 - Serie Halle Pumas VIII - Historia Corta
— ¿En serio? ¿Un globo de nieve?

— Síp. ¿Y sabes cómo se ven esas cosas fuera de una tienda? —Dijo Emma
con voz sombría, mientras llevaba a Sheri a casa, desde la cafetería de Frank. Sheri
tenía comida para Adrian junto a sus pies, pero no estaba segura de si se la daría o
no. Por mucho que hubiera predicado la aceptación para Emma y Becky, no estaba
segura de poder tomar su propio consejo.

— Está bien, tú ganas. —Emma se detuvo en el camino de entrada de Sheri, y


su voz se llenó de un divertido terror.— Mierda santa. Esas son un montón de luces.

Sheri suspiró.

—Lo sé. —Abrió la puerta del coche.

—Te diría que tengas cuidado, ya que se está poniendo oscuro, pero
no creo que eso sea un problema.

—No, estoy bastante segura de que los extraterrestres podrían


navegar con esta luz. —Emma esperó a que Sheri sacara del coche a Jerry
y la cena de Adrian, antes de decir adiós y salir hacia la calle, en dirección
a su propia casa.

4
1’52 metros, más o menos.
5
Aprox., 2’10 metros.

7
El Club de las Excomulgadas
Sheri se volvió hacia la puerta delantera, esperando poder perdonar
a su compañero por lo que le había hecho a su césped. Ella lo conocía. Sabía
que su corazón estaba en el lugar correcto.

Pero esta vez, sus ojos prácticamente debieron haber explotado


fuera de su cabeza.

“¡Jo Jo Jo!”

Sheri respiró hondo, abrió la puerta y entró en su casa.

*****

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 3 - Serie Halle Pumas VIII - Historia Corta
— ¿Sheri?

— ¿Hmm?

— ¿Estás enojada conmigo?

¿Enojada con él? ¿Cómo podría estarlo? Había iniciado un fuego


en su chimenea, había puesto fruta fresca y vino, y una manta para que
pudieran descansar. Incluso le había quitado los zapatos, cubriéndola con
otra manta antes de finalmente comerse la cena, preocupado por la
comodidad de ella antes de la suya propia. En la esquina, un árbol de
Navidad brillaba, con delicadas estrellas de luz sobre el verde borroso de
sus ramas.

¿Y qué si estaba tratando de que no lo enviara a la caseta del perro? ¡Estaba haciendo
un muy buen trabajo!

—Mm...Mmm

Ahora él estaba acurrucado en su espalda, con sus grandes y fuertes


brazos envueltos alrededor de ella y su copa de vino colgando de sus dedos,
mientras mordisqueaba su oreja.

—Bien.

8
El Club de las Excomulgadas
Ella sonrió. Su grande y feroz Alguacil había sonado aliviado.

— ¿Quieres decirme lo que realmente está pasando?

—No sé de qué estás hablando.

Ella se dio la vuelta, mirando fijamente su cara.

Él sonrió.

— ¿No puedo hacer algo lindo para mi compañera?

—Adrian. Lo del patio delantero no es lindo.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 3 - Serie Halle Pumas VIII - Historia Corta
—A nuestros gatitos les encantará.

—No estamos embarazados.

—Aún.

Ella se lamió los labios, con el corazón acelerado.

—Para ser un hombre que no quería una compañera, de repente


estás ansioso por tener gatitos.

Él la besó en el hombro, con sus ojos color chocolate


comenzando a volverse dorados.

—Me has convencido del error de mi manera de pensar.

—Estás tan seguro de ti mismo.

Su rostro estaba serio mientras lo levantaba de su hombro.

— ¿Lo estoy?

— ¿Qué estás tratando de decir?

9
El Club de las Excomulgadas
Él sonrió.

—Hay algo para ti en el árbol. Es lo único dorado allí. ¿Puedes


traérmelo, por favor?

Sus ojos se dirigieron al árbol que Adrian había puesto en su sala de


estar. Lo había decorado en color burdeos y plata. Encontrar algo dorado
debería ser sumamente fácil.

—Está bien, pero estoy calentita y cómoda. Será mejor que valga la pena.

Su voz flotó sobre ella mientras hacía su camino hacia el árbol.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 3 - Serie Halle Pumas VIII - Historia Corta
—Creo que lo hará.

Ella habría pensado que él pondría el adorno en un lugar fácil de


encontrar, considerando todas las cosas. Se alegró al ver que no lo había
hecho, desafiándola a buscarlo, al ocultarlo entre las ramas cerca de la parte
superior, en la parte trasera. Sacó el ornamento dorado y se lo llevó. Podía
sentir las bisagras sobre un costado, y lo que podría ser un picaporte en el
otro. La delicada filigrana de oro era una delicia para sus dedos.

Ella se recostó de nuevo en la manta, envolviendo los brazos de


Adrian a su alrededor de nuevo.

—Bueno, tengo que decirlo. ¿Qué hay de nuevo viejo6?

—Debería azotarte por eso.

Ella movió su trasero contra él.

—Oh, cariño.

Él se echó a reír y tomó el ornmento de sus manos. Le dio la vuelta


para que ella pudiera ver el grabado.

6
Frase del personaje animado Bugs Bunny.

10
El Club de las Excomulgadas
— ¿Viste esto?

Ella atrajo la mano de él más cerca de su rostro para poder leer las palabras.
Adrian y Sheridan 2012.

— ¿Debo abrirlo?

—En realidad, creo que ése es mi trabajo. —Abrió el cerrojo,


mostrándole un anillo. El diamante de corte princesa estaba flanqueado a
ambos lados por rubíes en forma de pera.— Cásate conmigo, princesa.

Era perfecto. Dios, él era tan jodidamente perfecto.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 3 - Serie Halle Pumas VIII - Historia Corta
—Sí. —Ella miró, con lágrimas en los ojos, mientras él deslizaba
el anillo en su dedo.— Pero todavía vas a quitar al menos la mitad de
esas cosas del jardín delantero. —Especialmente la rueda de la fortuna
con pingüinos de siete pies7 de alto y, Dios, el foco que tenía por
debajo para que no pudieras dejar de verla. Estaba bastante segura de
que un transbordador espacial podría encontrar su jardín.

Pero todo eso quedó en el olvido cuando su compañero se inclinó


sobre ella, llevándola hacia abajo sobre sofá, con un intenso calor en sus
ojos dorados. Ella arqueó el cuello, ansiosa por tener su boca en la marca
con la que la había reclamado, atrayéndola a casa para siempre.
*****

Adrian se inclinó sobre su princesa de nieve, el impulso de follarla


hasta que ambos se desmayaran era tan intenso, que lo hacía temblar. Pero
ella merecía más que eso esta noche. En su lugar, le haría el amor hasta que
ninguno de ellos pudiera soportarlo.

Le sacó el suéter, el suave cachemir se sentía como pelaje bajo sus


manos. Esos pechos exuberantes de ella se liberaron, apenas cubiertos por
el encaje del sujetador. Él sonrió, tomando los globos suaves con las dos
manos, sus pulgares

7
Más o menos, 2’10 metros.
El Club de las Excomulgadas
rozando ligeramente los pezones. Ella jadeó, y sus ojos se cerraron, pero
no antes de que él pudiera ver el destello de rojo en su mirada. Mierda, le
encantaba cuando sus ojos cambiaban, el azul pálido volviéndose rojo vivo.
Ella arqueó la espalda para permitirle desabrochar el sujetador, una
invitación que él aceptó con gusto. El sujetador cayó al suelo. Sus ojos se
deleitaron con la perfección pálida bajo él, su boca se llenó de saliva ante
la tentación de probar lo que ella tan dulcemente le ofrecía. Bajó los labios,
succionando uno de sus pálidos y arrugados pezones en su boca, su lengua
rindiéndole homenaje.

—Oh, Adrian.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 3 - Serie Halle Pumas VIII - Historia Corta
Su suspiro fue duro por la necesidad, pero él aún no había acabado con ella.
Esta noche todo era para ella. Sería una noche para recordar, para los dos.

*****

Él iba a matarla de placer. Le mordisqueó y chupó el pecho como si


fuera un chocolate gourmet, saboreando cada bocado hasta que ella estuvo
a punto de gritar. Luego se movió al otro pecho y el proceso se repitió.

Cuando ella trató de mover las manos hacia sus pantalones, él la


detuvo, con su mirada demandante.

—No. Todavía no. —Tomó sus pechos en sus manos, mirándolos


posesivamente. —No he terminado.

—Yo sí. —Se retorció debajo de él, empujando sus caderas hacia su
cuerpo, tentándolo a seguir adelante con el evento principal. ¡Si su ropa
interior se humedecía más, sus jeans se empaparían!

Adrian lamió justo entre sus pechos, el roce de su lengua envió


escalofríos a lo largo de su espalda. Él comenzó un lento descenso por su
cuerpo, lamiendo y mordisqueando su estómago. La sombra del vello de su
barba le hizo cosquillas en el costado, haciéndola reír.

12
El Club de las Excomulgadas
Su cuerpo era un borrón para sus ojos, pero para sus otros sentidos era
un rico cuerno de la abundancia de sensaciones y aromas que la volvían loca.
Su almizcle caliente le hacía cosquillas en la nariz, su excitación era evidente
en más que la dura cresta detrás de sus pantalones. Ella le acarició los hombros,
deslizando la suave camisa sobre su piel, mientras se mordía los labios con
anticipación, cuando él comenzó a desabrochar sus jeans negros.

—Te amo tanto. —Susurró él, deslizándolos hacia debajo por sus
piernas. Le dio un casto beso en la parte superior de las bragas antes de
quitárselas también.

Ahora, ella estaba completamente desnuda y él estaba completamente

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 3 - Serie Halle Pumas VIII - Historia Corta
vestido. Se estremeció con anticipación, sabiendo exactamente cómo se sentiría
toda esa ropa contra su sensible piel.

Él lamió la parte superior de su coño, el borde de su lengua apenas rozó


su clítoris. Sheri hundió los dedos en su pelo, instándolo a bajar más. Lo hizo,
moviendo la lengua sobre su coño con movimientos largos y suaves,
sumergiendo la punta dentro de su cuerpo de vez en cuando, hasta que ella se
retorció debajo de él.

—Por favor, Adrian.

Con otro beso a su vientre, él se levantó sobre ella. Sheri pudo oír su
cremallera bajando y extendió la mano hacia él, desesperada por sentir su dura
y aterciopelada polla. Esta se liberó, aterrizando directamente en sus palmas, su
olor era mucho más fuerte para sus sentidos.

Tenía que probarlo. Inclinándose hacia adelante tomó la cabeza en su


boca y lamió el líquido pre-eyaculatorio, deleitándose con su sabor.

Lo llevó hacia su garganta, y el ronroneo de deseo que él emitió fue


música para sus oídos.

El Club de las Excomulgadas


*****

Adrian no pudo contenerse. Reunió ese pelo casi blanco y suave como
el de los bebés en un puño y empezó a mover sus caderas, follando su boca con
movimientos largos y lentos. Cómo había logrado ella darle vuelta a la
situación, no estaba seguro, pero no estaba dispuesto a retirarse del paraíso
húmedo de su boca. Vio como su polla se deslizaba entre sus labios, la felicidad
en su rostro casi fue su perdición.

Su orgasmo subía a la superficie demasiado rápido, su columna temblaba


mientras trataba de contenerlo. La retiró de su eje, y el maullido de decepción

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 3 - Serie Halle Pumas VIII - Historia Corta
que ella emitió, casi hizo que se introdujera de nuevo en su boca.

Pero tenía otros planes. Se puso de pie, esperando que ella pudiera ver
la sonrisa salvaje en su cara.

—Inclínate sobre el brazo del sofá, princesa. Ella le

sonrió y obedeció rápidamente.

— ¿Ya terminamos de jugar?

Él gruñó mientras se empujaba dentro de ella.

—Síp. La hora de jugar terminó.

—Oh, qué bien. —Ella respiró, moviéndose hacia atrás alrededor de


él.— Quiero correrme.

—Tus deseos son órdenes para mí, princesa. —Comenzó a follarla


rápidamente, demasiado cerca ahora para tomar las cosas con calma. El cálido
agarre de los músculos de su coño lo masajearon, el placer era casi más de lo
que podía soportar. Extendió la mano alrededor de sus caderas y acarició su
clítoris, rompiendo su ritmo, su coño se apretó en espasmos alrededor de él.

—Adrian, estoy tan cerca. —Sus ojos estaban cerrados, su rostro era una
El Club de las Excomulgadas
máscara de felicidad. Él sabía exactamente qué hacer para mandarla sobre el borde.

Sin hacer pausa la mordió, marcándola de nuevo, enviándola a un


orgasmo que le robó el aliento. Con un gruñido se unió a ella, la marea negra
de su orgasmo superándolo mientras se vaciaba dentro de su pálido cuerpo.

Respirando con dificultad sacó los dientes de su piel, lamiendo la marca


que había dejado atrás. Ella suspiró, acurrucándose sobre el sofá, esos ojos rojos
pálido de ella, tomando una apariencia suave y soñadora. Él se colocó detrás de
ella, asegurándose de que estuviera segura en sus brazos, antes de quedarse
dormido, con su enorme hambre saciada. Por ahora, al menos.

Dana Marie Bell - El Ornamento Parte 3 - Serie Halle Pumas VIII - Historia Corta
Fin

También podría gustarte