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Generalidades:

La Patagonia

La Paleontología es la ciencia que estudia los restos de organismos,


animales o vegetales, que vivieron en el pasado geológico.
Estos restos, preservados en las rocas, son los fósiles y conservan
las características del organismo.
Para que un organismo se transforme en fósil es necesario que se
den ciertas condiciones, principalmente que el organismo quede inmediatamente
enterrado después de su muerte, ya que si queda expuesto al aire se producen una
serie de fenómenos químicos (combinación con el oxígeno y la consecuente
descomposición), o queda a merced de animales que se alimentan de él y finalmente
desaparece.

A partir de ese momento, sucesivas capas de sedimentos se van


depositando sobre el mismo, presionándolo. Entre estos sedimentos circulan líquidos,
que están cargados de minerales disueltos. Lentamente, mientras los sedimentos se
van transformando en roca, la materia orgánica de los animales o plantas es
reemplazada por minerales.

Habrá varios tipos de fosilización de acuerdo al mineral


reemplazante, siendo los más comunes: la silicificación, donde el reemplazo es por
sílice, dióxido de silicio; la carbonatización por calcita, carbonato de calcio; pero
también el yeso, la aragonita, la pirita, la halita o sal común y el carbón pueden
producir fosilizaciones.

Lo que generalmente se preserva fosilizado en vertebrados es el


esqueleto y la dentadura. En invertebrados los exoesqueletos, caparazones de
crustáceos, colonias de corales, las conchillas en moluscos. En flora se fosilizan los
troncos, ramas, hojas y frutos. Las partes blandas muy raras veces se han
conservado, a veces queda la impresión alrededor del esqueleto que marca la forma
de la masa muscular.
También hay registros de huellas (icnites), nidos y excrementos
(coprolitos). Éstas evidencian los modo de locomoción, porte y tamaño del animal,
mientras que los excrementos indican hábitos alimenticios. Reuniendo toda la
información que se obtiene de los huesos, de los dientes, y de otros elementos de
apoyo, se puede calcular el tamaño del animal y la forma del cuerpo y así se realizan
reconstrucciones de los mismos.
Del estudio de los fósiles se deducen diferentes características que
sirven para ubicar en contexto de ambiente, clima y paisaje a las distintas
manifestaciones de vida. Se ha podido estudiar la evolución de las diferentes líneas
siguiendo su desarrollo a través del tiempo y sus representantes actuales.

Durante el Jurásico, el clima seguía cálido y húmedo, extensos


bosques de araucarias poblaban la zona central de la provincia de Santa Cruz,
cobijando abundante vegetación de menor porte y helechos arborescentes; formando
un ambiente ideal para el desarrollo de la vida. No se han encontrado huesos de
reptiles, pero numerosas huellas han quedado registradas,
Al oeste del Monumento Natural Bosques Petrificados se han
identificado icnites de tres reptiles diferentes y de un mamífero. Los mamíferos ya
habían aparecido, eran de tamaño pequeño y muy primitivos. De acuerdo a las
huellas, se ha denominado Ameghinichnus patagonicus a las pisadas de cinco dedos
pertenecientes a un mamífero del tamaño de un pequeño roedor actual.
Por su parte Sarmientichnus scagliai es el nombre otorgado a las
icnites de un pequeño dinosaurio que alcanzaría un metro de largo. De acuerdo a las
pisadas se ha realizado una restauración gráfica del animal.

Se han hallado esqueletos del anfibio Notobatrachus degiustoi, -una


rana – que tienen una gran importancia en el estudio de la evolución del grupo, ya que
es uno de los representantes más antiguos y además típico de un ambiente
subtropical.

En este período comienza a fracturarse la corteza y una intensa


actividad volcánica con abundancia de emisiones de ceniza y polvo cubrió extensas
áreas arboladas, probablemente como resultado del inicio de la apertura del océano
Atlántico. Las cenizas volcánicas cubrieron los árboles, que murieron pero siguieron
recibiendo lluvias de cenizas y polvo volcánico. Estos aportes, con el paso del tiempo,
por su alto contenido de sílice, fosilizaron los árboles, conservando algunos la
posición que tenían en vida.
Estos restos, han llegado preservados hasta la actualidad y se hallan
protegidos en el Monumento Natural Bosques Petrificados, dependiente de la
Administración de Parques Nacionales.

En el ambiente marino proliferaban los moluscos, caracterizados en


esta Era por dos grupos de cefalópodos típicos que se extinguen al finalizar la misma:
los amonites y los belemnites.

Los amonites, son moluscos con conchilla en forma de espiral.


Cerraban la abertura con una tapa, la conchilla iba creciendo a medida que crecía el
animal, cada vez que se agrega una nueva cámara, un tabique la separa de la anterior
formando hacia fuera una línea, que se denomina sutura. Esa línea sirve para
clasificar esos fósiles y fue evolucionando con el tiempo, desde una línea muy sencilla
cuando aparecen estos organismos, hasta un dibujo muy complicado a fines de la era
Mesozoica.
Por su parte, los Belemnites, también cefalópodos, poseían 10
tentáculos y una conchilla interna en forma de cilindro, de carbonato de calcio. Fueron
muy semejantes a los calamares y generalmente se conserva solo la conchilla interna.
Algunos alcanzaron gran tamaño, -hasta 2,5 metros de largo-, no es el caso de
nuestra región y abundan en la zona de Lago Argentino, Lago Viedma y Sierra de los
Baguales.
Hacia fines del Cretácico comienza a elevarse la futura Cordillera y el
mar comienza a retroceder de la zona de Río Turbio hacia el este y noreste donde se
encontraba la línea de la costa. El mar avanzaba y retrocedía generando una zona de
ambiente mixto marino poco profundo o continental inundable, de pantanos y lagunas
con muy profusa vegetación, condiciones que continúan hasta principios de la próxima
era. La flora de angiospermas, plantas leñosas con flores,, y la asociación vegetal que
caracterizó la zona y la época, actualmente se ha desplazado muy hacia el norte, es
característica de un clima templado húmedo, y sólo han quedado remanentes las
actuales fagáceas que siguen conformando el bosque del lugar, de ñires y lengas.

Los amonites y los belemnites, al igual que los dinosaurios se


extinguieron definitivamente a fines de la Era.
La Cenozoica es la era de la diversificación y evolución de los
mamíferos que ocupan todos los ambientes, ahora sin la competencia de los reptiles.
Si bien habían aparecido en la Era anterior, eran muy pequeños y primitivos.
La flora también evoluciona y predominan ampliamente las
angiospermas, plantas con flores con el sistema de reproducción más perfeccionado y
eficaz, y las gramíneas cubren extensas praderas sirviendo de sustento a la fauna de
mamíferos.

Amonites

Belemnites
Así como los dinosaurios fueron los terribles predadores de la Era
Mesozoica, en la Cenozoica este rol lo cumplen las aves, evolucionando a formas
corredoras de gran porte, carnívoras o carroñeras con picos córneos de gran tamaño
con fortaleza suficiente para romper huesos. En la zona de Monte León, se hallan
fósiles de aves extinguidas. Una de las especies más característica de la Patagonia es
Phororhacus, ave corredora de unos dos metros de alto, cabeza de sesenta y cinco
centímetros y un pico poderoso y ganchudo. Vivía en bandadas atacando a mamíferos
de gran tamaño. Tenía patas poderosas y alas pequeñas que le servirían para
mantener el equilibrio.

De las dos grandes ingresiones marinas que ocuparon casi toda la


región quedaron asociaciones de moluscos, crustáceos -cangrejos-, equínidos –
erizos, estrellas de mar-, y braquiópodos diseminados por toda la provincia. Los
dientes de tiburón, reflejan el gran tamaño que alcanzaron. Los cetáceos –ballenas y
delfines- también comienzan su evolución.
Dado que Sudamérica aún se encuentra separado de América del
Norte, se desarrolla una fauna autóctona única en el mundo. Estas faunas típicas se
desarrollaron durante ciertos lapsos de tiempo y en determinadas regiones.
Dos de ellas, la deseadense y la santacrucense, se desarrollaron en
el ámbito de la provincia casi exclusivamente. La Santacrucense se compone de
algunos mamíferos que son indicadores de clima y ambiente –monos, roedores, osos
hormigueros y perezosos-, e indican una sabana arbolada que luego fue migrando
hacia el norte.
En Sudamérica se desarrollan una serie de órdenes de mamíferos
exclusivos de la región, algunos de ellos se extinguieron por completo, otros llegan a la
actualidad con algunos representantes. Un orden es un nivel en la clasificación
biológica, agrupa organismos de características semejantes.
Notoungulados: tienen uñas fisuradas o pezuñas. Ejemplo:
Astrapotherium, animal pesado de hábitos anfibios, con caninos grandes, y aspecto
semejante a un rinoceronte pero con miembros muy cortos.

Astrapotherium

Toxodóntidos: del tamaño y porte de un hipopótamo, hábitos


semiacuáticos, de gran talla. Maxilares de Toxodon se encuentran en la zona de Río
Gallegos, valle del Santa Cruz y Monte León.

Toxodontes

Litopternos: Macrauchenia uno de los primeros restos conocidos en


la Patagonia. De gran porte, con postura semejante a los actuales camélidos, patas
con tres dedos y pezuñas. Cráneo con fosas nasales muy desplazadas hacia atrás, lo
que hace suponer la presencia de una trompa.

Edentados: mamíferos con muy pocos dientes. Unos son peludos y


otros acorazados. De ellos actualmente sobreviven los piches, peludos y las mulitas.
En la zona tropical, los osos hormigueros y los perezosos.
Los peludos comienzan su evolución hace 25 millones de años.
Algunos son de gran porte como Megatherium, herbívoro, manos con garras y una
fuerte cola que utilizaría como apoyo para alcanzar las hojas de los árboles. Los
hallazgos más australes llegan hasta Puerto Deseado.
El Mylodon, del que se ha hallado el esqueleto completo y parte de la
piel momificada fue encontrado a fines del siglo XIX en cercanías de Puerto Natales.

Los acorazados se dividen en dos grupos, unos con caparazón fija


denominados Glyptodóntidos, el más grande es el Glyptodon de hasta cuatro metros
de largo, con caparazón rígida y escudos protectores en la cabeza y cola. Comienzan
su evolución a partir de un armadillo de menor porte, el Propalaehoplohophorus, que
habitó la región.
La otra línea era de caparazón de bandas móviles que van
evolucionando y en la actualidad está representados por los piches.
También poblaron nuestra región varias especies de monos y
marsupiales, que luego se extinguieron y sus remanentes emigraron hacia el norte.

Hace unos tres millones de años, se vuelven a unir las Américas a


través del istmo de Panamá que se eleva, y las especies sudamericanas sufren la
competencia del alimento con los inmigrantes norteamericanos: caballos, tapires y
ciervos, y fueron presas de lobos y felinos recién llegados. Del norte llegaron el
guanaco, el tigre diente de sable, caballo, pecarí, conejo, puma, ciervo, mastodontes,
etc.

Durante el Cuaternario, aparece el hombre. Es también el período de


las glaciaciones. Muchos mamíferos llegan al cuaternario conviviendo con el hombre
de la región, algunos de ellos se extinguieron después de las grandes glaciaciones.

Macrauchenia

Megatherium, herbívoro Glyptodon

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