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NUESTRA EXPERIENCIA EN CLIMAS ADVERSOS

El hormigonado en condiciones “normales” no es, en muchas ocasiones, la situación en la que se


ejecutan las obras.
Las obras no pueden detenerse por la presencia de bajas o altas temperaturas, heladas, lluvias
intermitentes o fuertes vientos.
Estas situaciones de deben impedir que los vaciados de hormigón se lleven a cabo tratando de alcanzar
el mayor nivel de calidad posibles y solo se deben contemplar dos aspectos:
CONOCIMIENTO Y PREVISIÓN.

Las prácticas constructivas que se aplican para el hormigonado en tiempo frío o caluroso, tienen por
objeto asegurar que el material desarrolle resistencia y condiciones de durabilidad tales que, tanto
durante la puesta en servicio como a lo largo de su vida útil prevista, la estructura soporte en forma
satisfactoria las exigencias a que será sometida.

Temperaturas por debajo de 0°C pueden llevar a la destrucción parcial o total del hormigón debido a
las fuertes tensiones de tracción que se originan al congelarse el agua contenida en la masa del material.
En este aspecto, el hormigón resulta particularmente vulnerable cuando está fresco, es decir que aparte
de carecer de la resistencia suficiente, contiene en su masa una gran cantidad de agua que aún no ha
reaccionado con las partículas de cemento. A los fines prácticos, se considera que la saturación de agua
ha disminuido lo suficiente cuando el hormigón alcanza una resistencia a la compresión superior a los
3,5 MPa (35 kg/cm2).
Pero las prácticas constructivas deben asegurar la protección del hormigón no sólo en las primeras
horas a contar desde su colocación en los moldes, sino que debe continuarse el cuidado para que
alcance el desarrollo de la resistencia en el tiempo a los valores requeridos por el proyecto.
La temperatura ambiente de 4,5°C resulta pues el valor tope superior a partir del cual, y según baje la
temperatura, deberán tomarse distintas medidas de protección del hormigón.
En general, en las distintas regiones del país y según la época del año, es posible predecir las
variaciones de temperatura ambiente que puedan afectar a una obra y -en particular-, la posibilidad que
se produzcan heladas. Y de acuerdo a los valores de temperaturas mínimas que se prevean, deberán ser
los medios de protección a emplear.

El comité ACI 305 define el clima calido como “cualquier combinación de latas temperaturas
ambientales y del hormigón, baja humedad relativa, radiación solar y velocidad del viento. Los efectos
de las temperaturas altas, radiación solar y baja humedad relativa del hormigón, son mas pronunciados
con el incremento en la velocidad del viento y pueden llevar a la rápida evaporación de humedad, causa
principal de fisuramiento por retracciones plásticas.
LOS PROBLEMAS POTENCIALES
Los problemas potenciales del clima caluroso pueden ocurrir en cualquier momento del año en climas
tropicales o áridos, y ocurren generalmente durante el verano en otros climas. Los problemas asociados
con el hormigón recién mezclado, vaciado durante climas calurosos, incluyen el incremento de:
Demanda del agua.
Velocidad de pérdida de asentamiento.
Tendencia a remezclar.
Dificultad en el manejo del vaciado, compactación y acabado.
Velocidad del fraguado.
Presencia de agrietamiento por retracción en estado plástico.
Curado temprano.

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