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De esta manera, se afirma que la libertad de información comprende los derechos “a) a
comunicar libremente información veraz por cualquier medio de comunicación; derecho
que a su vez comprende el de buscar y obtener información (aspecto activo); y, b) a recibir
5
información en iguales condiciones (aspecto pasivo) ”.
Como puede apreciarse existe una estrecha vinculación entre la libertad de expresión y la
libertad de información. De ahí que se sostenga que ambos derechos son
manifestaciones de un derecho general a la libre comunicación.
1
SOLOZÁBAL Juan José, “La libertad de expresión desde la teoría de los derechos fundamentales”, en
Revista Española de Derecho Constitucional, Madrid, Nº 32, 1991, p. 8.
2
BIDART CAMPOS Germán, “Manual de Derecho Constitucional Argentino”, Buenos Aires: Ediar, 1985, p.
228.
3
SAGÜES Néstor Pedro, “Elementos de Derecho Constitucional”, Buenos Aires: Astrea, 1993, tomo II, p. 105.
4
FERNÁNDEZ SEGADO Francisco, “El sistema constitucional español”, Madrid: Dykinson, 1992, p. 318.
5
ESPÍN Eduardo y otros, “Derecho Constitucional. El ordenamiento constitucional. Derechos y deberes de
los ciudadanos”, Valencia: Tirant lo blanch, 1991, Vol. I, p. 228.
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Las similitudes se aprecian especialmente en su faceta activa pues en ambos casos se
trata de actos destinados a la comunicación. Sin embargo, la distinción se evidencia en el
contenido de lo que se transmite, pues mientras que en la libertad de expresión se
exterioriza el pensamiento, en la libertad de información se difunden datos o hechos. Así,
por ejemplo, lo ha entendido el Tribunal Constitucional en la sentencia de 14 de agosto del
2002 (Exp. 0905-2001-AA/TC, Caso Caja Rural de Ahorro y Crédito de San Martín, FJ Nº
9), al precisar que:
También se aprecia una diferencia entre ambos derechos por la amplitud de su contenido.
En efecto, mientras la libertad de expresión sólo protege la comunicación del pensamiento
u opinión, la libertad de información abarca, además, la preparación, elaboración,
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selección y difusión de las noticias .
Sin perjuicio de lo señalado, cabe advertir que la distinción resulta más clara en su faceta
pasiva. Así, mientras que la libertad de expresión sólo protege la comunicación sin trabas
del pensamiento, el derecho a la información comprende, además, el derecho de todas
las personas a recibir información diligentemente producida.
6
ESPÍN Eduardo, Ob. Cit. pp. 226 y 230.
7
SOLOZÁBAL Juan José, Ob. Cit., p. 81.
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Suele afirmarse que el fundamento de la libertad de expresión presenta, por un lado, una
dimensión subjetiva como manifestación de la dignidad humana, mientras que por otro,
cuenta con una dimensión objetiva o institucional al constituir un supuesto básico para la
vigencia de un Estado democrático.
De otro lado, la dimensión institucional de este derecho denota su carácter esencial para
la vigencia de un régimen democrático. Como anota Juan José Solozábal, la libertad de
expresión “es condición de la transparencia, la existencia efectiva de alternativas, la
responsabilidad y la participación racional del ciudadano en el sistema político”. Agrega
8
”
este autor que “La opinión pública presupone información sobre la cosa pública .
Por su parte, el artículo 19º del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos señala
que la libertad de expresión comprende “la libertad de buscar, recibir y difundir
8
SOLOZÁBAL Juan José, “Aspectos constitucionales de la libertad de expresión y el derecho a la
información”, en Revista Española de Derecho Constitucional, Madrid: CEC, Nº 23, 1988, p. 141.
9
FERNÁNDEZ SEGADO Francisco, Ob. Cit. p. 318.
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informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente,
por escrito, en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento”.
Para desarrollar el contenido y alcance de la libertad de expresión, tal como lo acogen las
declaraciones y tratados internacionales, resulta útil retomar lo dispuesto por la
Declaración Universal de los Derechos Humanos. En esta dirección, puede señalarse los
siguientes cuatro aspectos que este derecho comprende según el texto de dicha
declaración: a) a no ser molestado a causa de las opiniones; b) a investigar o buscar
informaciones; c) a recibir informaciones y opiniones; y, d) a difundir informaciones u
10
opiniones . De esta manera, se señala que “la libertad de expresión no está diseñada
solo en función de los intereses de quien procura divulgar sus opiniones o ideas; de hecho
y de derecho, toda persona a quien se le impide el acceso a la información, o a las
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opiniones o ideas de otro, es víctima de una violación de la libertad de expresión”
Las dos dimensiones de la libertad de expresión que han sido expuestas por la Corte
Interamericana, dan una pauta sobre el contenido de este derecho.
10
Síntesis desarrollada por Héctor FAÚNDEZ en su artículo “La libertad de expresión”, en Revista de la
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Central de Venezuela (Caracas), Nº 78, p. 252.
11
Ibidem, p. 253.
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En consecuencia, puede afirmarse que la concepción de la libertad de expresión utilizada
por los documentos internacionales citados, que orientan la interpretación constitucional
en nuestro sistema jurídico, acoge una concepción unitaria al comprender a la libertad de
expresión en sentido estricto, es decir, la libre comunicación de ideas u opiniones, así
como a la llamada libertad de información que tiene por objeto la transmisión de hechos o
datos.
Siguiendo a Néstor Sagüés, la censura previa consiste en “cualquier acto u omisión que
inhabilite la publicación de algo (incluyendo la no provisión de papel, la intervención
arbitraria a una empresa periodística) o que tienda a influir en esa publicación (p. ej.,
propaganda discriminatoria del Estado o presiones sobre el medio) o que dificulte que el
13
producto informativo llegue normalmente a la sociedad ”.
14
Tanto un importante sector de la doctrina como la jurisprudencia internacional en
materia de derechos humanos, considera que la prohibición de la censura previa es
absoluta. En este sentido, la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la ya citada
Opinión Consultiva OC-5/85 de 13 de noviembre de 1985, indica que:
12
EKMEKDJIAN, Miguel Angel, “Derecho a la información. Reforma constitucional y libertad de expresión.
Nuevos aspectos”, Buenos Aires: Depalma, 1996, p. 38.
13
SAGÜES Néstor Pedro, Ob.Cit. p.116. tomo II.
14
O’DONNELL Daniel, “Protección Internacional de los Derechos Humanos”, Lima: CAJ, 1988, p. 253.
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En definitiva, la censura puede provenir del Poder Ejecutivo, del legislador e incluso de los
jueces. Así por ejemplo lo consideró la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la
sentencia de 5 de febrero del 2001 recaída en el caso “La última tentación de Cristo
(Olmedo Bustos y otros vs. Chile)”. Esto significa que ningún poder público –y menos un
particular– puede impedir la libre difusión de ideas. Al respecto, precisa nuevamente
Sagüés:
“El censor es, generalmente, el Poder Ejecutivo; pero también puede ser el
legislador, mediante leyes de censura (...) o los jueces, en virtud de medidas
cautelares o sentencias de censura. No cabe descartar que los particulares
impongan de hecho actos de censura, por ejemplo, impidiendo fácticamente una
15
publicación” .
15
SAGÜÉS Néstor Pedro, Ob. Cit., pp. 116-117.
16
Cfr. SERNA Pedro,”La llamada censura previa judicial y el derecho constitucional argentino.
Consideraciones a partir de la constitucionalización de la Convención Americana sobre Derechos Humanos”,
en SECRETARIA DE LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, Liber Amicorum Héctor
Fix-Zamudio, San José, Costa Rica,Volumen II, pp.1415 y ss.
17
Una posición en contra es la de Francisco EGUIGUREN PRAELI quien considera que un amparo
preventivo o correctivo debería proceder para garantizar el derecho a la intimidad. “La libertad de información
y su relación con los derechos a la intimidad y al honor en el caso peruano”, Ius et Veritas, Nº 20, p. 71.
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propaganda oficial (como forma de presión económica) y los allanamientos de
18
locales de (…) algunos medios de comunicación’” .
5. La responsabilidad posterior
En todo caso, para que una medida de esta naturaleza prospere debería estar
contemplada por la Constitución, tal como sucede en otros países. Así por ejemplo, la
Constitución italiana admite el secuestro de publicaciones de modo excepcional por orden
judicial (artículo 21º), mientras que la Constitución española también admite “el secuestro
de publicaciones, grabaciones y otros medios de información en virtud de resolución
judicial” (artículo 20.5). En el Perú, en cambio, la norma constitucional no habilita
limitaciones previas de esta naturaleza, más bien las impide.
De esta manera, cualquier medida sólo puede ser aplicada sobre conductas ya
producidas. Si bien es necesario evitar el posible abuso de los medios de comunicación,
también es necesario proteger la actividad informativa, en consideración a que es una
garantía para la vigencia del sistema democrático.
Se trata de dos derechos estrechamente ligados a las libertades informativas. Así por
ejemplo, el Tribunal Constitucional (Exp. Nº 0134-2003-HD) ha sostenido que el secreto
profesional, reconocido por el artículo 2º inciso 18) de la Constitución, “protege a los
titulares de la libertad de comunicar información, en especial a los periodistas de cualquier
medio de comunicación social”, quienes “no pueden ser obligados a revelar sus fuentes
informativas” (F.J. Nº 2). En el citado caso, el demandante pretendió a través del proceso
de hábeas data obligar a la revista “Caretas” a revelar sus fuentes de información. El
Tribunal fue contundente al precisar que “el hábeas data no es un proceso destinado a
obligar a los periodistas o empresas periodísticas a revelar sus fuentes de información”.
De otro lado, la Ley de Radio y Televisión, Ley Nº 28278, publicada en el diario oficial el
16 de julio del 2004, ha regulado la cláusula de conciencia señalando que en virtud de ella
"todo el que ejerza la actividad periodística tendrá derecho a solicitar la resolución de su
18
O’DONNELL Daniel, Ob. Cit., p. 254.
19
“Contribuciones a los Diez Principios de la Declaración de Chapultepec”, en SOCIEDAD
INTERAMERICANA DE PRENSA, “La libertad de prensa y la ley. Norma Legales que afectan al periodismo en
las Américas”, 1999, p. 556
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contrato o el término de su vínculo laboral cuando hubiese sido conminado u obligado a
realizar trabajos contrarios a su conciencia o al Código de Normas Éticas establecido por
el titular del servicio". Creemos que constituye un avance reconocer dicha institución. Sin
embargo, la pregunta que podemos plantear es si realmente garantiza la libertad de
conciencia disponer que cuando cambia la línea editorial o se afecta el Código de Ética,
es suficiente con reconocer el derecho al periodista de solicitar la resolución del contrato o
dar por culminado el vínculo laboral. Y es que en un país donde el mercado laboral es tan
reducido y existe una elevada tasa de desempleo, ¿un periodista a quien le cambian la
línea editorial del medio en que labora buscará otro trabajo o aceptará la nueva línea
impuesta pese a que ella afecte su conciencia?. No es posible olvidar lo ocurrido con los
medios de comunicación en el Perú. Por ello, creemos que debió establecerse que el
periodista, en vez de renunciar, pueda rehusarse a cumplir la orden del medio de
comunicación y permanecer en él haciendo respetar su conciencia.
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