Está en la página 1de 29

꧁༒☬𝕷𝖊𝖔𝖓𝖆𝖗𝖉 𝕸𝖚𝖗𝖉𝖊𝖗𝖊𝖗☬༒꧂

_Se encontraba esperando, faltaban solo un par de horas para la llegada del barco. Fue
en esos momentos, previos a casi el ultimo "Gran Reto" de su travesía, que empezó a
recordar que lo había llevado a donde estaba._

_No nació en el mejor país. Había nacido en Corea del Norte, conocido como un país
muy estricto tanto con sus habitantes como visitantes. Vivió ahí hasta los 12 años, el
resto... No fue algo que pudiese llamar una vida. A partir de ese momento, solo pudo
dormir 5 horas por día, tenía que quedarse estudiando hasta las 10 de la tarde y
permanecer realizando diversos trabajos hasta que fueran las 11, entre otras cosas
más, algunas impuestas por su madre. E incluso así, siempre fue el mejor alumno._

_A pesar de todo, lo peor de su educación no fue lo que algunos podrían llamar una
pequeña tortura, si no que fue la forma abrupta en la que no pudo llegar a terminarla.
A los 13 años, su madre le ordenó abandonar sus estudios, que no hiciese nada más
relacionado con ellos. Ella quería que fuese parte de las fuerzas militares, que aun así
terminaría siéndolo tarde o temprano, y que tenía que iniciar con la conscripción, y en
ese entonces Leonard no lo entendió._

_Pese a la negación de Leonard, no había nada que el pudiese hacer para cambiar las
decisiones de su madre. Pasaron meses hasta que la idea se llevó a cabo, y justo al día
siguiente de cumplir la edad necesaria fue ingresado en el servicio. Su madre trató de
alejarse de él lo más rápido que pudo, pareciese que no quería que la vieran con él._

_Entonces se le pasó por la cabeza que ni siquiera habría hecho el esfuerzo de intentar
contárselo a su padre, que fingiría su muerte de la forma más humillante para el
orgullo del joven, como tropezarse y tener daños en la cabeza, o atragantarse con la
comida. Cualquier cosa, pero estaba prácticamente seguro que haría algo similar._

_Tenía una idea para evitar eso. Hacerse un nombre. Salir en algún noticiero o método
informativo de Estados Unidos, pues su padre se encontraba en ese país gracias a que
había logrado escapar. Entonces pensó en algo mejor. No era necesario hacerse un
Gran Nombre en el ejército, solo tenía que hacer una hazaña general que todo el
mundo viese. Si bien no era seguro, ya no había nada que pudiese perder si fallaba. En
cuanto estuviera por cumplir los 17 años, empezaría su intento de escape._

_Un hombre que evidentemente era un adulto lo "instruyó" en su inicio, aunque luego
todos los días terminaron siendo iguales. Pasaron 5 semanas, hasta que fue
seleccionado para que su conscripción fuera dirigida hacía el Ejercito. Luego tuvo dos
años de entrenamiento físico y mental, y para cuando tenía 15 años, ya había
desarrollado musculo._

_Cuando dio inicio a su primer año de servicio, logró ascender 2 niveles en el primer
rango gracias a su rendimiento en la conscripción, siendo un Segundo Teniente. Pese al
honor y responsabilidad que esto podía significar, Ya era hora. Estaba cerca de cumplir
los 17._

_Una noche, aproximadamente a las 3:00 AM, faltando tan solo una hora para que
todos despertaran, se dirigió a la puerta de su cuartel, logrando arrancar un barrote
para salir. Sabía que llevárselo podría entorpecer su camino, pero si no quería dejar
más pruebas de las que ya tenían, tendría que hacerlo_

_Ya fuera, se acercó a una Torre Vigía, donde seguramente habría un guardia. Aun así,
subió a la torre tan sigilosamente como pudo, aun con el barrote, y cuando llegó a la
parte alta se dirigió lentamente hacia el guardia, preparo el barrote y, si bien no lo
noqueo, lo arrojó al suelo por unos pocos segundos, tiempo suficiente para que
pudiera ejecutar la siguiente parte de su plan._

_Sin mucha seguridad de sobrevivir, cruzó la apertura de la torre, llegando a la zona


superior de la muralla. Sin pensarlo, se lanzó de esta, a unos 4 o 5 metros de altura. Al
llegar al suelo, tuvo que aguantar el dolor, si hacía un solo sonido, definitivamente
despertaría a todos._

_Tenía suerte de que el guardia no pudiese salir de la torre. Pero el sonido de la alarma
le tomó por sorpresa, era un elemento totalmente obvio y no lo había incluido en sus
cálculos. Los guardias de ambas torres tomaron sus armas, 6 guardias más fueron tras
él. Era un Ocho contra Uno. Preparó la barra de metal que llevaba consigo, dispuesto a
pelear, aunque significara la muerte._
_El primero de ellos, probablemente sin pensarlo, intento atacarlo con un cuchillo de
combate, a lo que respondió dándole un golpe con el barrote en un lado de la cabeza,
y debido a la fuerza del golpe y el lugar en el que lo ejecutó, logró aturdir al primero.
Antes de seguir corriendo, tomo el cuchillo del soldado. Aun lo seguían persiguiendo,
por lo que decidió arrojar el cuchillo desesperadamente, consiguiendo acertar en el
brazo de un soldado. A diferencia del anterior, este no portaba un cuchillo, si no un
arma de fuego, la cual había soltado como reacción al corte. Vio su oportunidad en
esta reacción, acercándose rápidamente al soldado para tomar el arma. Amenazó con
disparar al resto de soldados, pero estos no hicieron caso. Intentó correr, no quería
matar a nadie. Solo provocaría las heridas necesarias para salir de ahí, la muerte
llegaría en caso de que estas no sean tratadas._

_Pero realmente no tenía otra opción. Dio un disparo, volándole la cabeza al soldado
más cercano en el acto_

_El resto simplemente escapó, no tenían armas de fuego debido a que no les había
dado tiempo a equiparse del todo._

_Continuó caminando hasta que divisó la frontera a lo lejos. Escapar por la frontera era
algo que solo había sucedido una vez antes, por lo que ya era parte de su plan. Todavía
le quedaban cuatro disparos._

_Se acercó sigilosamente, pero su sorpresa fue grande al encontrar la estructura


totalmente vacía. Logró pasar sin problemas, pero era evidente que algo había
ocurrido en ese lugar._

_Pero no podría importarle menos, porque ahora se encontraba en Corea del Sur._

_Luego de unos días de ocultarse, conseguir dinero, y planear el escape, llegó al mismo
puerto donde se encontraba en ese instante_

—Ya he llegado. ¿Tú eres la persona con la que quede aquí?


_El barco era enorme, lleno de contenedores de diversos colores. Venía directamente
desde Estados Unidos, y precisamente ese sería su destino. La idea original era escapar
a un país un poco más lejano como era México, pero no había encontrado alguien que
pudiese llevarlo ahí con lo que tenía. El coste final ya era extrañamente bajo._

—Si. Soy Yo.

—No hay necesidad de formalidades, Hombre _—dijo el conductor del barco, que no
parecía tomarse la situación seriamente_—. Vamos, sube al barco y salgamos de este
lugar.

_Sin decir nada, tomó su "maleta", una simple caja de cartón que solo tenía dentro una
pistola con dos balas y una barra de metal. Subió al barco y oficialmente el viaje había
empezado._

_Todo fue relativamente normal, era un viaje de toda una semana, por lo que solo
pudo esperar. Se la pasaba descansando o entrenando como podía la gran parte del
tiempo. La persona que lo estaba trasladando también estaba proporcionándole agua
y comida, alguna especie de consideración extraña, ya que el solo había pagado por el
viaje y este no era precisamente caro. Sabía que no era algo en lo que pudiese confiar
ciegamente, así que se mantuvo alerta._

_Por su parte, decidió asentarse en uno de los tantos contenedores que llevaba la
embarcación. En el día cinco, fuertes gritos y aleteos se escuchaban fuera del
contenedor. Decidió salir a investigar, definitivamente algo estaba ocurriendo y no
creía que fuese algo bueno, por lo que llevó la barra de metal en caso fuera necesario
esconderse._

—¿Que es...?

_La imagen que estaba frente a él era totalmente irreal. Dos criaturas estaban
atacando al hombre, pero no eran algo normal. Nada de lo que conocía siquiera se
parecía a las dos bestias. Ambas eran iguales, eran mujeres con rasgos de pájaro.
Tenían alas y plumas, pero sin embargo era evidente que se veían humanas._

—¡Leonard, estos pájaros no paran de atacarme! ¡Ayúdame!

—Estos no... no son pájaros, no pueden serlo.

—¡¿Que se supone que son, entonces?! ¡¿Demonios?!

—Da igual, yo me encargo de estas cosas.

_Se acerco tan rápido como pudo a uno de los bordes del barco, tratando de golpear a
una de las bestias con su arma improvisada, pero estas simplemente se alejaron
debido a su alcance limitado._

—Así no voy a llegar a nada... ¡Tu! ¡Corre y enciende el motor, tengo una idea!

_El conductor fue rápidamente al puente de mando, aprovechando que las criaturas se
estaban centrando en Leonard. Pasó un rato y el barco todavía no avanzaba, mientras
que los "pájaros" lograban hacer retroceder a Leonard cada vez más. Cuando estaban
casi al final del barco, este empezó a moverse, logrando que ambas criaturas quedaran
sin un suelo debajo._

—Si simplemente avanzamos, en algún momento van a alcanzarnos...

_Tomó el barrote con la boca, acercándose a uno de los contenedores cercanos.


Rápidamente trató de arrancar las manijas, logrando tomar una de las tres luego de
unos momentos. Ahora llevaba una barra de metal en cada mano, y cuando las bestias
se acercaban al barco nuevamente, él también se acercó a estas._
_Arrojó primero la barra que había conseguido en su cuartel, logrando que una de las
dos criaturas cayese al mar. Intentó arrojar también la manija del contenedor, pero la
mujer-pájaro restante ahora sabía cómo le iba a atacar, por lo que no se le hizo difícil
predecir el golpe y esquivarlo._

—¡Morirás a mis manos, Bestia!

_Lo que él consideraba un demonio se abalanzó sobre el en un intento por arrancarle


los ojos, pero pudo esquivar el golpe casi del todo, pues las garras de la criatura
lograron dañar su rostro. En el momento en que esquivó, pudo observar un objeto que
podría usar como arma. Al arrancar la manija, uno de los seguros había caído al suelo
debido a la fuerza usada. No sería muy útil, pero el picaporte podía ser usado como
una versión pequeña de la barra de metal._

—¡Acércate!

_La criatura se mantuvo en el aire por un momento, como si analizara la situación.


Luego de unos momentos, volvió a abalanzarse contra el exmilitar incluso más rápido
que antes. Leonard elevó su brazo, dejando su nueva "arma" en alto. Para cuando la
criatura lo notó, su cuerpo había sido atravesado, debido a la velocidad del vuelo.
Leonard tomó a la bestia con sus propias manos, arrojándola en el mar y observando
cómo se hundía junto con el picaporte. Cuando el cuerpo desapareció de su vista,
sabía que ya podía estar seguro de haberla matado, regresando al lugar donde estaba
el hombre a informarle._

—Ya he acabado con esas cosas _—Su voz no expresaba demasiadas emociones,
quería retirarse a su habitación improvisada y descansar, aunque esto último en un
sentido más mental que físico_

—¿Cómo tu...?

—Pues... he tenido que quebrar algunas cosas de un contenedor.


—Uh... Espero que eso no pase factura. Este barco... es de un amigo _―Parecía mirar
la herida en la cara de Leonard con algo de preocupación_―. Si necesitas ayuda con
eso… en la puerta hay un botiquín, puedes usarlo.

_Tomó el Botiquín y no dijo más, solo se retiró en completo silencio al contenedor._

_Durante los dos días que quedaban, el viaje pudo continuar sin más preocupaciones.
Y para el amanecer del octavo día en aquel barco, estaba en Estados Unidos_

_Tomó las pocas cosas que tenía, a las que se había sumado una botella con agua
gracias a la ayuda del conductor, en la que creía que podía confiar un poco más. Bajó
del barco, listo para lo que pasase, pero el conductor le siguió el paso._

—¿Tu no habías dicho que tenías más trabajos en otros países? ¿A que vienes?

—Si, Leonard, yo... Tengo otros trabajos que hacer, pero quería despedirme.

_En ese momento notó que le estaba llamando por su nombre, cosa que también
había hecho durante el ataque de aquellas criaturas. En ese entonces no lo había
notado por la situación, pero en ese momento... ¿Qué era ese tipo?_

—Esta semana me has estado tratando como si me conocieras, ¿Quién eres y por qué
conoces mi nombre, si se puede saber?

_Entonces, el que hasta ese instante solo era el conductor del barco, se quitó los lentes
que siempre llevaba, o al menos cuando Leonard podía verle. Bajo estos estaban unos
ojos rojos, similares a los del joven. Lo que pensaba no era del todo seguro, pero en
ese instante el contexto de la situación y la forma de actuar de la persona que ahora
tenía frente suya le llevaron a hacer una deducción rápida_
—Bueno, ¿Ahora me entiendes, Leonard?

—¿Que...?

—Aquí estoy, Leonard. Soy Real, Jack Murderer, igual de vivo que siempre. Y estaba
esperando este día, sé que tú también.

_Y tras esas palabras, el joven simplemente se quebró._

_Leonard simplemente no podía contener las emociones, calló de rodillas al suelo, sin
poder contener las lágrimas. Empezó a recordar los pensamientos que había tenido
durante todo el tiempo que había planificado las cosas, antes de conocer a quien
ahora tenía enfrente. El mismo pensaba que su plan fallaría cuando lo estaba
desarrollando, el mismo pensaba que podía morir cuando lo estaba llevando a cabo, el
mismo pensaba que nadie se atrevería a sacarle de Asia cuando ya había logrado
terminar lo esencial. Pero, sin embargo, ahí estaba. Todo había salido incluso mejor de
lo que pensaba._

_Su padre le acercó una caja. Dentro de esta se encontraban dos cosas, un trozo de
pastel de colores rojizos y un papel. En ese papel se encontraba una dirección,
acompañada por unas palabras en grande: "Long Island"_

—¿Que...? ¿Qué significa todo esto?

_Leonard dejó la caja con su contenido a un lado, tras lo que su padre comenzó a
hablar_

—Feliz cumpleaños, Leonard. Cumpliste los diecisiete ayer, ¿No es así?

—Eso lo entiendo, pero... ¿Que... Que significa esta dirección?


_Su padre puso una expresión de tristeza, como si también estuviese a punto de
romper en llanto._

—No sabes cuanto me gustaría poder quedarme contigo. Pero... Sé que estarás más
seguro ahí.

—¿Vas... Vas a dejarme? ¿Qué está pasando contigo?

—Lo siento mucho. Pero... yo no soy tu verdadero padre. La verdad está en ese lugar,
una verdad que yo no conozco, pero me encantaría poder decirte.

—¡No me importa quien sea mi maldito padre real! ¡Tú eres la única persona que se ha
preocupado por mí en años!

—Créeme que lo sé, Leonard. Pero, si te quedas conmigo, me temo que ni tu ni yo...

_No terminó la frase, Leonard se abalanzó sobre el hombre, dándole un abrazo. Un


abrazo que ambos, padre e hijo, llevaban esperando por varios años._

—Comprendo, papá. Pero recuerda, no me importa quien sea mi verdadero padre o


que haga por mí, tú siempre serás el mejor para mí.

—Pues bien... Supongo que esto es un hasta nunca.

—No seas tan pesimista, Es... es posible que nos volvamos a ver. Sea o no en esta vida.
—¡Hey, tu estas siendo incluso más pesimista que yo!

_Rieron y acarició el pelo de su hijo, algo que nunca antes había llegado a hacer. Y
entonces, cuando ya se estaban despidiendo, le tendió una caja distinta.

—Esta trae dinero y... Abre el pequeño sobre por tu cuenta, pero hazme el favor, hazlo
cuando llegues a la dirección del papel. Y un consejo, cuando llegues a la dirección...
Habrá algo, no sabría explicarte el qué, pero es seguro que tendrás que desafiar tus
creencias. Hazte un favor a ti mismo y no seas tan terco.

—Está bien, haré... ambas cosas. Adiós, papá. Te veré... Te veré en el futuro.

_Ambos se alejaron en direcciones opuestas, dirigiéndose a sus próximos destinos


mientras el sol comenzaba a hacerse presente. Leonard cargaba aún la caja en la que
llevaba antes el barrote, y había guardado ahí todos los regalos de su padre, a
excepción del pastel, que comió antes de empezar el viaje._

_Paso el tiempo, y Leonard seguía dirigiéndose al lugar que le había indicado su padre,
descansando cada día en el primer hotel que pudiera encontrar y aprovechando sus
estrictos horarios de sueño para continuar con el trayecto desde temprano, en algunos
casos llegando a irse sin pagar. Era de madrugada, con la luna comenzando a ser
reemplazada por el sol. Leonard se encontraba caminando, cuando de repente fue
arrojado al suelo, dejando caer la caja a un lado. Temió lo peor, que otra de esas
mujer-pájaro o algo parecido intentase matarlo nuevamente_

_Pero incluso si se trataba de una bestia similar, era demasiado distinta. Una mujer de
pelo largo, maltratado y polvoriento al punto de parecer gris, con la piel pálida y su
ropa destrozada. Pese a estar en un estado notablemente débil, estaba tratando de
atacarle, lo cual era un tanto ofensivo para el orgullo del joven._

_Bueno, al menos parecía ser débil. Porque luego de ver mujeres-pájaro, la posibilidad
de que esa chica fuese algo similar a un hombre-lobo no sonaba tan estúpido_

_Hasta el momento no le había hecho daño real, incluso el peso de la criatura era tan
bajo que podría levantarse si así lo quisiese. En realidad, parecía estar oliéndolo, así
que Leonard decidió tratar de esperar y evaluar la situación. La extraña mujer se
levantó e intentó arrastrarlo del brazo, cosa que no le funciono. Extrañamente, pudo
notar como gateaba al intentar colocarse nuevamente a la altura suficiente para oler
su cuerpo, o lo que sea que estuviese haciendo realmente._

_Y entonces le mordió el dedo._

_El antiguo teniente se levantó y la extraña mujer salió corriendo, quedándose a una
distancia considerable. Permaneció observándolo fijamente, pero no parecía ser un
intento por analizar la situación, se veía realmente confundida. Luego de unos
momentos, volvió a intentar abalanzarse sobre el torpemente, a lo que Leonard
esquivó sin problemas, dejándola al suelo. La criatura permaneció mirándolo a la cara.
Pudo ver terror en su rostro, pero no se movía, como si buscase compasión._

_¿Trataba de engañarlo?_

_No creía que pudiese ser débil, si realmente era un ser similar a las criaturas del barco
tenía que estar ocultando algo. Colocó un pie sobre su estómago, haciendo cada vez
más presión, y entonces lo que él creía era un monstruo empezó a gritar de dolor._

―Sseulmo-eobsneun sseulegi..._―dijo, en un tono entre el asco y la decepción_

_Lo que había dicho? “Sólo basura inútil” Y es que eso era para él, solo una tonta
bestia que ni siquiera podía dañarlo, ya que parecía que el propósito de estas era
matarlo. Tomó a la mujer del cuello, tendiéndola en el aire y amenazando con acabar
con su vida en ese mismo lugar. Podía sentir como trataba de respirar mejor, notaba
que su corazón estaba acelerado, por lo que muy posiblemente su temor era genuino.
Pero, llegados a ese punto, no le dio importancia al miedo de la criatura._

—No _―dijo, con una mirada que solo expresaba repugnancia hacia la chica_―. No lo
vale.

_Arrojo bruscamente a la criatura a un lado, golpeándola fuertemente con un


contenedor de basura._

―Donde perteneces...

_Aquella bestia que hace tan solo unos momentos estaba intentando matarlo, ahora
yacía en el suelo, temblando y escupiendo._

=¿Po... Que...?

-¿Ahora preguntas por qué? ¡Has tratado de matarme, así que deja de actuar como si
no lo supieses!

_La criatura calló inconsciente. Segundos después, Leonard se acercó lentamente,


lanzándole un fuerte golpe en el estómago que la forzó a despertarse._

—¿Te atreves a caer inconsciente en un combate? ¡Levántate, y muestra tu fuerza


real!

_Seguía aferrado al mismo pensamiento, una criatura que seguramente provenía del
mismo sitio que las mujeres-pájaro no podía ser tan débil. Para el era imposible, si las
que se había enfrentado en el pasado eran capaces de volar, esta tendría que tener
algo oculto._

_Pero simplemente seguía tratando de descansar. cada vez que lo hacía, recibía otro
golpe en alguna zona de su cuerpo. Luego de diez golpes pudo ver como trataba de
levantarse otra vez, entre quejidos de dolor y temblores en el cuerpo._

—¿Ahora te levantas? Muy bien...

—Tu... Malo... ¿P-pol... que... t-?

_No pudo terminar la frase, Leonard dio una embestida que hizo que la chica cayese
nuevamente al suelo. Tomó el arma de la caja que había caído no muy lejos de él,
apuntando a la bestia. En el mismo instante en que esta notó el arma, intento alejarse,
pero no tenía fuerzas para levantarse y correr, por lo que todo lo que intentaba era
totalmente inútil._

—La última vez me olvide de usar esto, pero esta vez no será igual _—Los sollozos de
la criatura no lograban nada en el_—. ¿Tienes miedo, eh? Bien, entonces conoces lo
que le hice a tus compañeras.

_Su voz cada vez era más burlona, más sádica que antes. Reía cada vez que la criatura
daba intentos cada vez más desesperados de huir al arrastrarse. Su miedo era
totalmente genuino, el terror se notaba en los ojos de la criatura. Y en un último
intento desesperado, la bestia habló._

—¡Espede! ¡Pofa! ¡No!

_Lagrimas caían de los ojos de la criatura mientras se arrastraba, un llanto de terror


genuino._
_Y entonces notó sangre. No le aseguraba las cosas del todo, pero las criaturas que
había tenido que enfrentar antes no habían sangrado, incluso después de atravesar a
una de ellas. ¿Era realmente posible que…?_

—¿Tu...?

_No estaba seguro en lo más mínimo de lo que hacía. Guardo el arma en su cinturón,
aprovechando que seguía llevando el uniforme militar. Se acercó a la mujer y se
arrodilló para mirarla a la cara._

—Explícate _—comenzó de forma directa_—. Demuéstrame que no eres algún tipo de


monstruo y entonces vere que hacer

—Yo... ¿Q-que...? _—La voz de la mujer demostraba miedo, pero también podía notar
cierta confusión en sus palabras._

—Hablo de ti. Supongo que se ve contradictorio de mi parte, pero voy a tratar de


confiar en ti. Sígueme, ¿Crees poder caminar así?

—Yo...

_La mujer bajó la cabeza, extrañamente calmada pese a lo ocurrido momentos antes.
Leonard no sabía identificar si estaba cansada, triste o decepcionada de sí misma._

—¿Cuál es tu nombre?

_La única respuesta que obtuvo fue silencio, pero sumado a sus expresiones, ese
silencio dejaba en claro lo que la chica quería responderle._
—¿Edad?

(DE AQUÍ PARA DELANTE)

_Finalmente levanto la cabeza, mirándolo a la cara. Por primera vez pudo ver con
detalle sus ojos, que muy seguramente eran la única parte de su cuerpo que no parecía
haber pasado por un campo de guerra._

_Cargó a la mujer, casi como si fuese un peluche o un animal, retrocediendo al hotel


que había usado esa noche._

-Pues hoy voy a tener que pagar... ¿Puedes quedarte aquí un segundo?

_Notó que se había quedado inconsciente de nuevo, pero un leve toque en la cabeza
fue suficiente para despertarla._

-Ya tendrás tiempo para descansar después, dame unos minutos, ¿sí?

=Eh... Yo...

_Entro al edificio con su maleta improvisada, sin tomarle mucha importancia. Había
pasado ya una hora fuera, eran las 6 de la mañana, así que ya habían empezado a
atender._

#¿Puedo saber por qué se ha ido sin pagar, y además ha vuelto así?

-Tuve una urgencia, ¿Le molestaria si traigo a una persona y pago al irme de nuevo?

#Mientras pague puedo aceptarlo, pero esa persona tendra que cumplir las normas.
-Eso es precisamente de lo que queria hablar. Esa persona es una... amiga mia, y sus
padres le acaban de echar a la calle. ¿Crees que pueda quedarse aqui unas horas?

#Acepto, pero solo tiene... seis horas como maximo.

_No discutió más. Subio a su habitación del hotel y dejo la caja a un lado, volviendo a
bajar y saliendo del edificio._

=¿Eh...? ¡Volviste!

_La alegria se notaba en su voz, la chica incluso intentó abrazarlo, pero Leonard la alejó
y mantuvo su tono de voz neutro._

-Entra, he conseguido que te dejen quedarte.

_Los dos entraron al edificio. Al observar a la chica, la recepcionista dio una expresión
de sorpresa, pero no dijo nada. Una vez en la habitación, Leonard se sento en la cama
y la chica en el suelo._

-Bien, ahora que estamos tranquilos, ¿Cual es tu nombre?

_La chica quedo callada unos segundos, parecia estar pensando en algo. No dio
respuesta y luego de un tiempo bajó la cabeza._

-¿Y tus apellidos?

-No se.
-¿Acaso no sabes que es un apellido...? ¿Hace cuanto que estas en la calle?

_La chica empezo a usar sus dedos y a contar en voz baja. Repetia los nombres de los
12 meses del año, y luego volvia al primero. Asi continuo 5 veces._

=Cinco

-¿Cinco...?

_Volvio a contar, esta vez hizo lo mismo 10 veces._

=Diez.

-¿Diez años?

=Eso es lo que recueyo...

_No pudo contener una pequeña sonrisa, le causaba un poco de ternura, aun que al
mismo tiempo le frustraba que hablase como una niña pequeña._

-Bien, tienes razon

=¡¿Por que sonyies?!


-No es nada... Pero he tomado una desición rapida. Voy a darte un nombre, ya que no
recuerdas el verdadero. Es lo suficientemente sencillo para que no se te dificulte
pronunciarlo.

_La cara de confusión de la chica no hacía más que notarse más con cada palabra que
soltaba, parecia un cachorro confundido, cosa que le dio un poco de risa._

-Apartir de hoy eres... Helen, ¿Si?

=Helen... Suena... bonito.

_No parecía que le molestase su nuevo nombre. Por otro lado, le resultaba bastante
gracioso que cada una de sus reacciones pudiesen compararse con un cachorro.
Siguiendo esa logica, intentaria usar más su nuevo nombre para dirigirse a ella, para
intentar que se acostumbrara rapidamente._

-Perfecto entonces. Voy a necesitar que te bañes, ¿Sabes como hacerlo?

=Yo... Pues...

-Lo que faltaba... Mira, voy a prepararte todo, solo necesito que te metas en la ducha.

=¿Te refieres al cuadlado que hay en ese cuato?

-Exacto, solo necesito que te metas ahi y te quedes unos minutos, el agua hará el
resto. Yo tengo que salir un momento, relajate e intenta descansar.
_Salio de la habitación y entro al baño, preparando el agua en un equilibrio. Unos 5
minutos despues, con el agua ya equilibrada, salio del cuarto de baño._

-El agua ya esta, solo necesito que entres y te mojes. No sera necesario que te bañes
del todo, con agua basta.

_Helen quedó en silencio, escuchando atentamente el sonido del agua caer. Ese sonido
parecia hacer que recordase algo, un suceso que en cierta parte ya parecia recurrente
en ella._

=No... Yo... N-no puedo...

-¿Le tienes miedo al agua? Pues... Mira, Helen. Yo voy a salir y me voy a tardar, tu
tienes todo el tiempo que necesites.

_Un silencio se apodero de la habitación, hasta que Helen asintió con la cabeza y habló
nuevamente._

=Yo... Esta... Esta bien. Pometo hacerlo, pero... solo... solo si tu pometes volve.

_Tendio su dedo meñique, y el no hizo nada por un rato. No sabia que era lo que
queria, e intento recordar como actuaba en su infancia, era la mayor ayuda que
tendria para tratar con la chica. Luego de pensar por un rato, cuando Helen estaba por
retirar su dedo con una cara de decepción, tomo nuevamente el dedo de la chica,
observando como su expresión se transformaba en una de felicidad nuevamente._

=Eh... Lo siento si le molesta, peyo... ¿como... se llama?

-Uh? Oh, claro. Soy... Leonard. Leonard Murderer.


=Tu nombe tiene... dos palablas.

_No le tomo mucha importancia al comentario de la "pequeña". Salio de la habitación


y posteriormente del hotel, dirijiendose atras en todo el trayecto que había hecho.
Luego de un rato, llegó a una tienda de ropa en la que ya había entrado con
anterioridad. No compro nada en ese momento, no queria desperdiciar el dinero de su
padre, y ademas no le interesaba nada. Ya había investigado toda la tienda en ese
entonces, por lo que sabia perfectamente que era lo que queria. Una polera de color
negro, dividido por un centro de color blanco. En el combate, había notado como la
ropa no le quedaba especialmente bien a Helen, o no era suya o era vieja. Sus piernas
delgadas, seguramente por la falta de alimento, no eran adecuadas a la mayoria de
prendas, asi que se vio obligado a optar por prendas mas ajustadas, pero al mismo
tiempo lo más suelto posible. La unica prenda que se ajustaba a esa descripción era un
short "vaquero", asi que tomó esa prenda. Se dirigió al mostrador, ya habiendo
calculado el precio exacto._

#Bien, el precio seria...

-50 dolares.

#Qu-

-He calculado el precio exacto del producto para evitarme problemas. No seria la
primera vez que veo que piden más del precio real.

_Colocó el dinero en el mostrador y se retiró, intentando volver lo más rapido posible


con Helen. Fue a medio camino que encontró un restaurante. Si queria ganarse la
confianza de Helen en el tiempo que tenia hasta retomar su viaje, tendria que darle
algo que seguramente no había recibido en mucho tiempo. Entro al edificio y pidio la
cosa mas generica posible: Una pizza, no queria arriesgarse a que no le guste, y era lo
que menos demoraria en enfriar de todo el menú de pastas. Luego de un total de dos
horas, llego nuevamente al hotel. Helen no estaba, y se asustó un poco. Escuchó
sollosos provenientes del ultimo piso, dejo todo en el cuarto y subió a verificar si
estaba ahi. Una persona estaba sentada en la terraza del edificio, contemplando la
ciudad._

-¿Helen...? ¿Eres... tu...?

=¿Eh...? ¡Leonad!

_No tuvo tiempo de quejarse sobre la mala pronunciación de su nombre, Helen se


aferro a el, intentando hacer la maxima presión que podia en un abrazo. Pudo sentir
como mojaba levemente su ropa. No entendia por que, pero Helen había estado
llorando._

-¿Paso algo?

_Frente a el ya no estaba la mujer desaliñada de hacia tan solo unas horas, ahora se
encontraba una chica que aparentaba unos 14 años, con el pelo blanco, con una piel
lisa y unos ojos Azul Zafiro. No la habria reconocido... si no fuera por la ropa que seguia
llevando, pero incluso esta, pese a estar rota, estaba seca y más limpia que antes._

-Que... ¿Que te paso?

=No fue algo muy feliz, me senti un poco mal con eso, pero queo... queo que... valio la
pena.

-¿Valer para que, Helen? A lo largo de mi vida, con todo lo que tuve que pasar... Creo
que he aprendido que nada vale la pena para nadie si no se es feliz con hacerlo.

_La mujer quedo callada. Seguramente no sabia que responder, por lo que Leonard
decidio que era mejor terminar la conversación ahi._
-Helen... vamos abajo. Tengo un par de regalos para ti.

=¡No! Queyo... Queyo quedame aqui.

-Tenemos poco tiempo...

=Solo dame un momento...

_Luego de unos minutos, la joven intento rodear el torso de Leonard con su brazo,
fallando en el intento. Leonard rodeo facilmente el suyo, formando una extraña
imagen de un abrazo incompleto. Bajaron de la terraza, sin soltar una sola palabra.
Solo volvieron a hablar cuando llegaron a su habitación_

=¿Que es... todo?

-Es lo que te mencione, regalos. Vamos, ve a cambiarte.

_Helen entro al baño con nerviosismo, se notaba que no estaba acostumbrada a nada
de lo que estaba pasando. Luego de un rato, Helen volvio a salir, con un cambio de
aspecto nuevamente grande. La polera le quedaba un poco suelta, pero no lo
suficiente._

-Helen... Puedo continuar llamándole de tal forma, ¿cierto?

_En un inicio iba a alagar su aspecto, pero no pudo resistir a hacer una pequeña
broma. Podía ser un ex-teniente militar de Norcorea, Pero si seguía haciendo algo
común de vez en cuando, eran bromas livianas. Las pesadas no, tenia malas
experiencias con esas._
=¿Eh...? ¿Pasa... algo?

_Sonrío nuevamente al ver a Helen observar su propio aspecto, en busca de algo que
pudiese estar causando su reacción. La mujer realmente parecia una niña pequeña, a
pesar de tener solo un año de diferencia con el._

-No pasa nada, Hel.

=¡Hm!

_Se cruzo de brazos y le dio la espalda, levantando la cabeza en señal de indignación.


Ciertamente, era una expresión de enojo bastante infantil._

=¿Ahoa vas a usal apodos, Leo?

-¡Nadie me llama Leo!

=No es eso, solo...

_Helen Se volteo nuevamente, al tiempo que se encogia de hombros_

=...No se deci tu nombe

-Tendre que enseñarte. Por cierto... Se que es temprano, aun asi, ¿quieres descansar?
Quiero aprovechar este hotel, estamos a solo dos dias de nuestro destino.
=B-bien, pero... ¿Que es... destino?

-Long Island, Esta a solo cuarenta y ocho horas de aqui.

_Helen rascó su cabeza en señal de confusión. Realmente habían muchas cosas que
alguien tendria que enseñarle, y no estaba seguro de que el pudiese ser quien lo
hiciera._

=¿Ocho Que? ¿De que hablas?

-Es... Olvidalo, esta a dos dias de aqui. En fin...

_Leonard se sentó en la cama, listo para dormir. Fue entonces que notó como Helen se
acurrucaba en el suelo, casi como un gato. Se preguntó que hacía, pero pensó que
probablemente no estaba acostumbrada a dormir en una cama, por lo que decidio
hablarle._

-Hey. Helen, no es necesario que duermas en el suelo. Para algo esta la cama, ¿No?

=Leo... No es malo, ¿Veda? Yo... me gusta dormi asi.

-Bien. Aun asi, te dejare un lugar por si finalmente aceptas. Descansa, Lu.

=¿Lu?
-Hm. Supongo que puedo explicarte. Rapidamente... Tu nombre, Helen, significa Luna
en griego. Me parece divertido usar ese apodo, si te molesta que te llame Hel.

_No obtuvo respuesta, simplemente silencio. Helen se había quedado dormida.


Realmente bastante rapido... Decidio hacer lo mismo, luego de media hora
aproximadamente, pudo conciliar el sueño. Aun asi... ese dia tuvo un mal sueño. Una
pesadilla, a decir verdad. Abrió los ojos y se encontraba en un cuarto oscuro. Lo unico
visible era una mancha completamente roja, muy a lo lejos. Sin motivos detras de esto,
su cuerpo empezo a correr hacía la mancha. Pareciese que su cuerpo quisiese estar
con ella, Parecia necesitarla inconscientemente. Fue cuando se acercó lo suficiente que
pudo ver la verdadera forma de la figura rojiza. Era un gato, totalmente rojo, un color
que evidentemente no era normal en esos animales. Pese a ser completamente rojo,
no era un rojo plano, eran distintas tonalidades de rojo que insinuaban cuales eran los
verdaderos colores del gato: Negros y Grises. Intentó tocar al animal sin poder
resistirse, el solo podía observar. En cuanto el gato fue tocado, se transformo al
instante en un Tigre Maltés, avalanzandose sobre Leonard. No podia describirlo, pero
sentia una sensación familiar en la fiera. Por unos momentos, la bestia no atacó,
inspeccionando el cuerpo de quien probablemente planeaba tener de proxima comida.
Luego de unos 30 segundos lamió la cara de Leonard, y parecia ser extrañamente
amistoso. Entonces se levantó, y comenzó a rugir, pero sin dirigirse a Leonard, parecia
estar adolorido. Poco a poco, el tigre fue deformandose junto con su voz, que se volvio
cada vez más aguda. Esperó hasta que el tigre parase de mutar, contemplando a una
cara conocida. Era Helen, pero no la Helen que el conocia. Lo más notable de todo era
que seguia imbuida en tonos rojizos, a excepción de su cara. Y precisamente en su cara
estaba lo extraño, normalmente en su rostro estarian unos ojos azules del color de un
zafiro. Pero ademas de que tenia unos ojos color Rojo Sangre, su cara no era normal.
Portaba Ojos, Oidos e incluso Nariz, pero si bajabas un poco la vista, donde
normalmente estaria su boca, no había nada. Intentó decir algo, pero no podia soltar
nada, no tenia control sobre su propio cuerpo. Parecia estar de pie, Inerte, casi como si
fuera un maniqui. Y derrepente Helen calló al suelo, y de sus ojos goteaba el color que
estos habían adquirido en forma de sangre. Su cuerpo intentó acercarse, pero Helen
soltó un rugido de León salido de quien sabe donde, a lo que su cuerpo empezó a
correr, intentando escapar de la bestia, era evidente que estaba en peligro. La criatura
lo perseguia, corriendo con sus cuatro piernas mientras no paraba de salir sangre de
sus ojos. Continuó huyendo en contra de su voluntad hasta que tropezó, y entonces
pensó que moriria en el sueño. Pero era algo peor. El estaba en el suelo, tratando de
levantarse, sentía un peso extra proveniente de ningún lugar. Contempló lo que estaba
justo atrás de el. Helen, con sus ojos bañados en tanta sangre que nisiquiera parecían
ojos. La sangre bajaba como cataratas, pero eso no era lo peor. Además de eso, las dos
piernas y el brazo derecho de Helen habían desaparecido, como si algo o alguien se los
hubiera cortado con una cierra. Intentaba usar el brazo izquierdo para arrastrarse,
pero solo hacía la escena aún más grotesca._
_De un momento a otro no podia moverse, y la grotesca versión de Helen se acercaba
lentamente, cada vez más y más._

_La criatura comenzó a subirse sobre el, incluso intentando morder su cuerpo, pero ya
nisiquiera tenia dientes. La bestia continuó arrastrandose hasta tocar su cara, y con un
rugido estremecedor desapareció. Estaba solo en ese lugar completamente oscuro,
pero luego de unos segundos despertó, viendo a Helen sobre la cama, acurrucada a su
lado, con sus piernas sobre su cuerpo. Se levantó de la cama y la movió lenta y
cuidadosamente para que pudiese dormir mejor posicionada._

-Supongo que es... interesante, Almenos a su manera. Pero... sigue siendo un sueño
muy extraño.

_Le dio una ultima mirada a Helen para asegurarse que este bien e ingresó al cuarto de
baño. Tomó una ducha rapida y salió nuevamente, confirmando que Helen seguía en
su sitio. No creia que fuese uno de esos sueños que te revelaban el futuro de los que
hablaba, pero... Aún asi tenia un poco de miedo. Tendria que cuidar más a Helen, no
iba a dejar que terminase... en ese estado._

-Helen, nos queda poco tiempo, despierta.

_No hubo respuesta. Tomó a Helen y la cargó en su espalda, dejo dinero en el


mostrador sin decir nada y retomó su viaje, ignorando la cara de sorpresa de la
persona detras del mostrador._

_El viaje pudo continuar de forma tranquila, uno que otro encuentro con animales
callejeros o con dueño. No entendia por qué, pero los animales le daban pavor a
Helen, ya había tenido que ir a buscarla a varios escondites improvisados como
contenedores de basura o callejones. Por otro lado, ya solo quedaban un par de horas
para llegar a Long Island, y Helen ya había despertado. Vio de reojo a una persona que
los llevaba siguiendo un buen rato y tomó la mano de Helen, haciendo un poco de
fuerza, la suficiente para que no pudiera irse._
=¿L-leo...?

_Le dio una mirada a Helen, dandole a entender que no hablase. Recogió un cristal que
encontró en el suelo, colocandolo en una posición adecuada para que Helen pudiese
ver lo que había detras suya. Intentó disimular una actitud tranquila mientras hacía
todo eso, quizás le estaban buscando por lo ocurrido en Corea._

-Mira el cristal. Helen, ¿Ves lo mismo que yo?

_Soltó la mano de Helen y arrojó el cristal. Si o si tendria que haberlo visto, a juzgar por
la cara de susto que había hecho. No creia que hubiese una razon para que ella le
tuviera tanto miedo a la policia, o eso creia hasta que derrepente Helen salió corriendo
en dirección contraria, Parecía saber lo que hacía. Realmente lo daba todo para
escapar de ese lugar, por que tenia que hacer un esfuerzo para alcanzar su velocidad.
Sentía que había pasado tantas calles que parecía un laberinto, hasta que Helen se
paró en una casa vieja, muy vieja, que seguramente se caeria en cualquier momento.
Helen ignoraba esto, entrando con toda la tranquilidad del mundo. Entró él también
para asegurarse de que no pasase nada. Pese a que por dentro tambien se notaba que
no la habían limpiado hace muchos años, Era una construcción relativamente grande,
con varias habitaciones que daban señales de haber pertenecido antes a una familia
igual de grande._

-Helen, ¿Que... que lugar es...?

=No es nada...

_Siguiendo a Helen, entraron en una de las habitaciones. La chica se separó de el,


abriendo un pequeño cofre del cual tomó un cuchillo. Contempló el arma con una
tristeza notable, pero inexplicable tratandose de un simple objeto._

-¿Vives aqui, o...?


=Yo no "vivo", Leo. Solo quería recordar mi pasado antes de continuar el viaje y...
afrontar lo inevitable.

-¿Entonces...?

_Helen quedó unos momentos en silencio. No la conocía por demasiado tiempo, pero
estaba seguro de que la seriedad que estaba mostrando no era algo muy común. Todo
en ella era... distinto. Incluso su forma de caminar y su tono de voz habían cambiado, y
su pronunciación de las "r" era totalmente normal._

=Este lugar es más un refugio. Vivo en las calles, pero utilizo este lugar para ocultarme
de ser necesario, nadie sospecha de esta cada, pero si viviera aquí empezarían a
sospechar. Y no me gustaría que este lugar dejara de existir o fuese peligroso para mi,
es un recordatorio de los pocos que me han ayudado en el pasado.

_Helen era todo un enigma, cada que intentaba obtener respuestas, solo conseguía
aún más preguntas._

—Yo... realmente no sé-

—Voy a permitirte hacer tres preguntas. Las responderé lo mejor que pueda.

_¿Que estaba pasando?_

_No entendía las cosas, pero esa podría ser su unica oportunidad de conseguir
respuestas._

—Bien. Primero que nada... quisiera saber que eres. No Helen, solo... tu, por que es
evidente que no son la misma cosa
—La verdad es que no tengo un nombre claro, Pero si sé que es lo que soy. Luego de
dieciséis años de sufrimiento practicamente diario, "Helen" terminó por desarrollar
voces internas en un intento desesperado por evitar la soledad. Yo soy una de ellas,
que terminó por ser una personalidad completa.

_Esa... era bastante información. Pero ya tenía pensada su siguiente pregunta._

—Que... ¿Que es lo que piensa Helen de mi?

También podría gustarte