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PARTIDOS POLÍTICOS Y
ORGANIZACIONES DE INTERESES
Juny, 2017
Esta asignatura es un poco especial (sólo existe en 5 de 14 universidades públicas españolas). En dos meses
hay que explicar la diversidad de partidos y grupos de interés sin hacer además referencia a ningún
territorio concreto. Existen dos enfoques para hacerlo:
- Dar una panorámica general sobre lo que hacen los partidos y los grupos de interés
- Centrarse en las relaciones de unos pocos, y explicar lo necesario para entenderlas
En esta asignatura hemos escogido el segundo enfoque, ya que en 2 meses dar una visión general implica
ver las cosas de manera muy descriptiva y superficial. Sabemos que diferentes actores hacen cosas
diferentes, pero no por qué. Mejor centrarse en unos pocos actores, estudiar sus relaciones, e intentar
explicar su comportamiento.
OBJETIVOS DE LA ASIGNATURA
1. Analizar y explicar el papel de dos clases de actores políticos organizados en el proceso político (los
partidos políticos y los sindicatos llamados “de clase”)
2. Entender cómo las diferentes maneras de organizarse internamente que tienen los actores políticos
y la forma de organizarse los contextos institucionales en qué actúan influyen en sus actuaciones
3. Cuando se elaboran las políticas públicas, ¿Qué características nos gustaría que tuviesen? Desde un
punto de vista social, que fuesen “deseables” (que satisfagan al mayor número posible de
individuos), desde un punto de vista económico, que sean “eficientes” (conseguir más por menos).
Pero muchos investigadores se olvidan de un tercer punto. Desde un punto de vista político, que
sean políticamente “factibles”. Hay muchos elementos que nos explican si una política es factible o
no y uno de ellos es contar con el apoyo de los partidos (comenzando por el de los que están en el
gobierno) y/o con el de los grupos de interés
¿De qué depende que los partidos y los grupos de interés apoyen o no una determinada política pública?
Su comportamiento, según Boix en “Partidos políticos, crecimiento e igualdad” (1996), indica que “la
afiliación sindical es baja en España (sólo alrededor del 16% de los trabajadores) y se centra principalmente
en trabajadores manuales especializados con contratos indefinidos en empresas medianas y grandes. Por
consiguiente, los sindicatos difícilmente se han de mostrar proclives a adherirse a una estrategia sostenida
de moderación salarial a cambio de más empleo para trabajadores temporales y sin especializar”.
Rechazan ese acuerdo porque perjudica a los intereses de sus bases (y éstas son algo “egoístas”). Pero, ¿las
preferencias (intereses) de las bases de una organización es lo único que explica su comportamiento?
Veremos que es un tema un poco más complejo. Avanzando ya una pista, no es probable que una política
sea apoyada por los actores si dicho apoyo supone que la organización pone en peligro su existencia. Y tal
riesgo depende de cómo se organizan internamente, y/o el contexto en el que actúan.
EVALUACIÓN DE LA ASIGNATURA
La nota final tiene, en principio, dos partes: el examen final (50%) donde entran los apuntes y las lecturas
obligatorias, y en el cual se debe sacar un 3,5 sobre 10 para hacer media; y los seminarios juntamente con
el examen parcial (50%). No obstante, si no se asiste a ningún seminario (por estar en el extranjero de
Erasmus o trabajar) la nota del examen final contará un 100%. Pero, con asistir a un seminario la nota de
todos los seminarios contará un 50% y la teoría otro 50%.
La recuperación la realizarán aquellos cuya nota final sea de suspenso y hayan hecho previamente el
examen final. En caso de suspender los seminarios y el examen final, se realizará el examen de
recuperación. Por ello:
ESTRUCTURA DE LA ASIGNATURA
La asignatura tiene 8 temas teóricos, y cada tema incluye una lectura obligatoria.
En primer lugar, es necesario clarificar que el campo de estudio de este curso es la participación
política (en grupo) y no se acude en ninguna ocasión a aquellos conceptos o temario que se pueda
confundir con las relaciones laborales y lo que ellas comportan, así como con el “tercer sector”. Los
objetivos de estudio de la asignatura son los grupos de interés y los partidos políticos, y el enfoque que se
tomará será el organizativo (neoinstitucionalismo).
1. Participación política
La participación política es la actividad mediante la cual los individuos (ya sea de forma individual o
de forma colectiva) pretenden influir en las acciones de gobierno para que sus intereses y/o preferencias
sean tenidos en cuenta.
Un grupo de interés es una organización que busca influir en las decisiones de los gobiernos
(estatales, regionales, locales) sin pretender ocupar cargos de responsabilidad política. ¿Y la banda de
música de mi pueblo no puede intentar alguna vez influir en el alcalde? ¿O el Rayo Vallecano en los
gobernantes?
Además, son organizaciones cuya tarea principal o una de las principales (es decir, se ha
especializado) es la de influir en las decisiones de los gobiernos sin pretender ocupar cargos de
responsabilidad política. No obstante, más allá de esto, es necesario saber que un partido político según
Sartori (definición “mínima” en Parties and Party System, 1976) es any political group identified by an
oficial label that presents at elections, and is capable of placing through elections (free or not free),
candidates for public office”. Según Panebianco en Modelos de Partido (1982) “los partidos políticos (al
igual que cualquier otra organización) se distinguen por el específico ambiente en el que desarrollan una
específica actividad. Sean cuales fueran los demás posibles escenarios que comparten con otras
organizaciones, sólo los partidos operan en la escena electoral y compiten por los votos”. De este modo,
¿en qué se diferencian los partidos políticos y los grupos de interés (o de presión)?
3. El enfoque organizativo
Las organizaciones políticas no son actores unitarios, sino colectivos, dado que son “arenas” donde
actúan los individuos. Por ello, ser un actor colectivo tiene algunas consecuencias:
- Se supone que los partidos (al menos los “mainstream”) hacen lo que sea por ganar las elecciones y
tener popularidad. ¿Seguro? Los dirigentes de una facción pueden preferir que su partido pierda las
elecciones y así debilitar a la facción que controla el partido (caso de Gallardón con Esperanza
Aguirre)
- En 1965 (V República) el sindicato francés CFDT se abstuvo en las primeras elecciones
presidenciales directas en Francia desde 1848. Se presentaban De Gaulle y Mitterrand (apoyado por
socialistas y comunistas) ¿Por qué se abstuvieron? Según la perspectiva de actor unitario, se diría
que lo hicieron por la tradición de abstencionismo político en el sindicalismo francés. Si se tiene en
cuenta la perspectiva de actor colectivo, en este sindicato había entonces una facción católica y
otra más socialista dado que provenía de un antiguo sindicato católico. De este modo, eligieron la
opción más segura para evitarse fracturas internas
En segundo lugar, más allá de actuar como actores colectivos, se contrapone al determinismo
sociológico, en concreto a cómo explica la formación y el comportamiento de los actores políticos. El
determinismo sociológico indica que la estructura socioeconómica de las sociedades es suficiente para
explicar qué actores políticos existen y cuál es su comportamiento. Por otra parte, cuando nos
preguntamos por qué tenemos tanta diversidad de partidos (liberales, democristianos, agrarios,
conservadores, socialistas, nacionalistas (PANEs)… la respuesta a ello sería la existencia de los 4 clivajes.
Otra pregunta que puede surgir a todo ello, es por qué han cambiado las relaciones entre los partidos
socialistas y los sindicatos al largo del tiempo, y esto es porque estos partidos representan ahora a las
clases medias, han aumentado su tamaño y por cambios en la estructura económica.
Supervivencia
Determinan objetivos
Por lo tanto, la teoría organizativa es la reacción a aceptar por demostrados estos supuestos, y
destaca que:
“El partido (socialdemócrata) amenazado continuamente por el Estado (burgués), del cual depende
su propia existencia, elude con cuidado (una vez alcanzada la madurez) todo lo que pueda irritar
demasiado a aquél. Las doctrinas partidarias son atenuadas y deformadas, cada vez que ello
demuestre ser necesario, de acuerdo con las exigencias externas de la organización. La organización
llega a ser la esencia vital del partido. Así, en lugar de ser un medio, la organización se ha
transformado en un fin”. – Michels (1915, pp. 156-160)
“És evident que quan els partits polítics fan acords els fan pensant en la seva supervivencia, perquè
els partits polítics, com tots els organismes, volen sobreviure”. – Narcís Serra (2003)
- Cómo se organiza (A) el grupo y (B) el contexto influyen en ese objetivo de mantenerse (sobrevivir,
diría Serra). En sistemas electorales que no facilitan la aparición de partidos nuevos se pueden
ignorar demandas sociales sin que ese hecho “cueste votos”, que se traducen en escaños y ganar
las elecciones. No obstante, en sistemas electorales que lo pongan muy fácil, hacerlo puede ser
“suicida”
- La perfecta identificación entre las preferencias de los miembros de una organización y sus
objetivos sociopolíticos (e incluso su comportamiento), tiene que estar demostrada y no dada por
supuesta
- Las preferencias sociopolíticas y económicas de los individuos no siempre son exógenas (creadas
por la estructura social y económica) sino que pueden ser endógenas (creadas por la organización).
En este sentido, si las preferencias son exógenas y tú prefieres A y tu partido pasa a defender B,
dejas de votar a ese partido. Si las preferencias son endógenas y tú prefieres A y tu partido pasa a
defender B, no le dejas de votar sino que pasas a preferir B
El determinismo sociológico, ¿qué teorías ha utilizado? Hasta ahora ha utilizado la teoría de grupos
(también conocida por “pluralismo”), que parecía ser la teoría de esta asignatura. Esta, destaca el papel de
los “grupos” (sobre todo de los grupos de interés) en el proceso político. No obstante, es una teoría
obsoleta y ya nadie la defiende. Acerca de lo que trata esta teoría, se puede leer en la primera lectura
obligatoria.
TEMA 2. ¿QUÉ HACEN LOS SINDICATOS? LOS SINDICATOS COMO GRUPO DE INTERÉS, LAS “ELECCIONES
SINDICALES”
Sobre los sindicatos tenemos muchas ideas preconcebidas… pero ¿es “usual” ver un sindicalista
bien vestido, con traje (cuello blanco) y demás? César Cabo, fue portavoz de USCA (sindicato de los
controladores aéreos) y tan sindicato es USCA como lo es UGT o CCOO (o la CGT, CNT, USO, etc.). Pero,
¿qué diferencia hay? Igualmente, hay muchos tópicos sobre lo que hacen (véase informe publicado por la
Heritage Foundation). Por lo tanto, ¿sólo se dedican a subir los sueldos? ¿Sólo se relacionan con los
empresarios? ¿Sólo defienden a sus afiliados?
Según Lange, Ross y Vannicelli (en Sindicatos, cambio y crisis), un sindicato es una organización que
intermedia entre los que venden su fuerza de trabajo (asalariados) y los empresarios y agentes políticos
(gobiernos y partidos). De este modo, se puede representar de tal manera que:
Esta manera de entender los sindicatos es un tanto “curiosa” ya que se dice que “intermedian” y no
“representan” como tales. ¿Por qué?
Los sindicatos tienen dos ámbitos o arenas de actuación, dónde tan “sindical” es uno como el otro,
pero en esta asignatura nos interesa principalmente el segundo:
¿Cuáles son los principales motivos para intervenir en el ámbito político (entrar “en política”):
- Obtener apoyo del gobierno en las relaciones con los empresarios (ejemplo de las huelgas de
Francia)
- Obtener directamente del gobierno “bienes” para los asalariados
No obstante, ¿Por qué unos sindicatos se han centrado principalmente en el ámbito laboral
(business unionism), otros en el político, y otros han buscado un equilibrio entre ambos? Debido a la visión
tradicional del sindicalismo en EEUU, bajo el ejemplo del “business unionism”. Pero, ¿no entran en política
los sindicatos de EEUU?
2. Clases de sindicatos
En primer lugar, para realizar una clasificación de los tipos de sindicatos, debemos conocer qué
tipos de asalariados hay. Como hablamos de “asalariados”, se excluyen todos aquellos trabajadores
autónomos que trabajan por su propia cuenta. Por lo tanto, existen todos aquellos asalariados de cuello
azul, que son los que realizan trabajos de tipo manual (oficios) y los asalariados de cuello blanco, que son
los que realizan trabajos de tipo no manual (profesiones).
Existen pues:
• Sindicatos de clase: son aquellos en los que se congregan todos los trabajadores dentro de una
misma organización, independientemente de cuál sea su oficio o profesión. Son ejemplo a nivel
estatal CCOO (Comisiones Obreras) y UGT (Unión General de Trabajadores); y de ámbito no estatal
encontramos ELA-STV y LAB (País Vasco) y el CIG (Galicia)
• Sindicatos de empresa: son aquellos en los que se congregan todos los trabajadores de una misma
empresa (en su gran mayoría, de gran tamaño) independientemente de su cargo, dado que buscan
y compiten por unos intereses colectivos. Es decir, están formados por individuos de varias
profesiones, oficios o especialidades pero que prestan sus servicios a una misma empresa,
establecimiento o institución. Como ejemplos encontramos el SINTRAISS (Sindicato Nacional de
Trabajadores del Instituto de Seguros Sociales), etc.
• Sindicatos de oficio o profesionales: también conocidos como “Craft Unions” son aquellos en los
que se congregan trabajadores de un mismo oficio o profesión. Son ejemplo USCA (controladores
aéreos), SEPLA (pilotos), SEMAF (maquinistas), SATSE (enfermeras)…
• Sindicatos de industria (que no son lo mismo que los sindicatos de la industria): son aquellos en los
que se congregan todos aquellos trabajadores que pertenecen a la misma “rama” o sector, es decir,
van más allá que los del grupo anterior. Son ejemplo STEs (educación), FITC (Federación
Independiente de los Trabajadores del Crédito), las TCV (tres clases de vapor, formado por el sector
textil), etc.
• Sindicatos de cuadros: son aquellos formados por conjuntos de trabajadores como la CGC
(Confederación General de Cuadros), o el CADCI (Centro Autonomista de Dependientes de
Comercio y de la Industria)
• Sindicatos nacionalistas: son aquellos formados por trabajadores de distintos sectores, pero con la
diferencia que los une el sentimiento/ideología nacionalista del territorio al cual pertenecen. Son
ejemplos de ello el SOC (Sindicato de Obreros del Campo) andaluz, el antiguo SEU (Sindicato
Español Universitario), e incluso las mismas JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista), etc.
• Confederaciones sindicales: también conocidas como “federación” o “central” sindical son
agrupaciones voluntarias de sindicatos de un país de diferentes actividades, oficios y empresas con
el fin de constituir una fuerza sindical nacional y representar colectivamente a los trabajadores de
un país ya sea ante el gobierno, los empleadores como grupo, y en el campo internacional. A modo
de ejemplo, existe una OIG dependiente de la ONU, que es la OIT (Organización Internacional del
Trabajo)
En España, y en todas sus CCAA, el sindicalismo está dividido en varias confederaciones sindicales
(CCSS), ¿es esto normal? ¿Qué tipo de sindicalismo es el que predomina en Europa?
- En las Islas Británicas, Austria y Alemania hay una (o prácticamente) única confederación sindical
(aunque puede haber sindicatos “sueltos”). Ejemplos son TUC, ÖGB, DGB
- En Escandinavia, hay diferentes confederaciones sindicales para cada gran “categoría ocupacional”,
donde se dividen obreros vs empleados y la de los obreros se llama LO
- En el resto de Europa, los sindicatos se dividen más bien por ideología
o Suiza y Benelux: sindicato socialista, sindicato confesional (católico o protestante)
o Italia (y Francia hasta los años 60): sindicato comunista, sindicato católico, sindicato
socialista
o Península Ibérica (y Francia desde los años 60): sindicato comunista, sindicato socialista
o Europa del Este: sindicato excomunista, sindicato anticomunista
- En Rusia hay la “Confederación del Trabajo de Todas las Rusias”, la “Confederación del Trabajo de
Rusia”, y la “Federación de Sindicatos Independientes de Rusia”. De este modo, ¿cuál es el que
procede del antiguo sindicato comunista de la URSS? La FSIR
- En los Estados Unidos, existe el sindicalismo desde 2005 bajo el nombre de AFL-CIO (11.525.000
afiliados en 2012) y el “Change To Win” (con 4.250.000 afiliados en 2012)
¿Pero dónde son más fuertes los sindicatos (dónde protegen más)? ¿Es débil la AFL-CIO? ¿Pero
cuantos trabajadores están afiliados en EEUU? En 2016 el 10,7% (según el US Department of Labor) el cual
se divide en el 34,4% en el sector público, y en el 6,4% en el sector privado. Pero no siempre fue así, ya que
ha habido un declive de las tasas de afiliación, y la tasa varía mucho.
¿Pero nos tiene que importar esto o la tasa de cobertura? La tasa de cobertura equivale al
porcentaje de trabajadores con “convenio colectivo”. ¿Me protege un sindicato cuando me afilio o cuando
estoy cubierto por un convenio? Un convenio colectivo es un acuerdo entre representantes de los
trabajadores y el empresario (o representantes del empresario) donde quedan fijados todos los aspectos
de la relación laboral (salarios, jornada, descansos, condiciones de trabajo, capacitación profesional…) y
también, pueden determinar reglas para la relación entre los sindicatos y los empresarios (licencias de
permiso para la acción sindical, locales disponibles en la empresa, información, etc.).
Por ello, observando el gráfico anterior, se dice que hay tres modelos de sindicalismos:
Existen principalmente dos estrategias sindicales, pero, ¿qué las distingue? ¿Qué busca ofrecer la
organización sindical a los asalariados? ¿A qué nivel se realiza la intermediación y entre qué actores? ¿Qué
órgano sindical lleva el peso de la estrategia? ¿Tipo de “convenio colectivo alcanzado? ¿Nivel de
conflictividad laboral?
Esta estrategia es la combinación de ámbitos de actuación laboral y político, por lo que surge el
tripartismo (formal o real), y surge la negociación colectiva centralizada (convenios sectoriales de ámbito
estatal y relacionados entre sí), y tiene una reducida conflictividad laboral.
Pero… ¿En qué se difieren estos bienes de los ofrecidos en la anterior estrategia?
¿Y qué pasa si las políticas keynesianas ya no funcionan? ¿Se puede mantener el “intercambio
político”? ¿Tiene alguna razón de ser? Lo veremos en el tema 5.
4. Las clases de bienes que ofrece una organización (cualquiera) a su base potencial de apoyos
Toda organización para tener seguidores y apoyos (individuos que no sólo permitan que la
organización negocie en su nombre, sino que sigan sus instrucciones) ha de ofrecer bienes (o conseguir
“bienes” de otros actores para sus bases), donde “bien” se entiende como todo lo que produce
gratificación a un individuo. ¿Qué naturaleza tienen estos bienes? ¿Qué piden actualmente los
trabajadores a los sindicatos?
• Materiales: con un mayor o menor carácter de bien “público” (Olson). En el caso sindical hemos
visto bienes materiales que se distribuyen en el ámbito de las empresas, y bienes materiales de
ámbito supra-empresarial
• Intangibles: clasificados entre bienes de sociabilidad y bienes de identidad
o Sociabilidad: la satisfacción que un individuo obtiene del acto de asociarse y sentir que
pertenece a un grupo
o Identidad: la satisfacción que se siente por el hecho de identificarse (y ser identificado) con
unos principios y valores que están recogidos en los objetivos de la organización de la cual
se forma parte
5. ¿Cómo expresan los trabajadores su apoyo a los sindicatos? El sindicalismo electoral en España
• Mediante la afiliación
• Mediante el voto en las “elecciones a comités de empresa y delegados de personal”
En el caso español, estas elecciones son muy importantes. ¿Por qué lo son?
DENTRO DE LAS EMRPRESAS (EN LOS CENTROS DE TRABAJO): EL MODELO FORMALMENTE DUAL
En este modelo existen las secciones sindicales (vertrauenslaute) y los comités de empresa
(betribsräte). De este modo, las secciones sindicales son el órgano del sindicato en la empresa integrado
por sus afiliados por lo que en un centro de trabajo habrá tantas secciones como sindicatos actúen en él;
mientras que un comité de empresa (o “juntas de personal”) es el cuerpo representativo de los
trabajadores en una empresa, el cual está integrado por trabajadores elegidos libremente los cuales suelen
denominarse “delegados” y desempeñan un papel esencial en la organización sindical, tanto porque son
quienes están en contacto directo con los trabajadores, como porqué están ubicados en el interior de las
empresas con pleno conocimiento del proceso productivo. Por otra parte, existen los comités intercentros,
que son órganos colegiados y democráticos de representación unitaria y colectiva a nivel estatal de todos
los trabajadores de distintas empresas, sin la necesidad de que exista ninguna relación jurídica entre las
mismas.
En el siguiente cuadro, se pueden observar los resultados de las elecciones sindicales en España en los
últimos años:
Por otra parte, por lo que se refiere a las zonas donde el sindicalismo nacionalista ha sido más
importante (Cataluña y País Vasco), se observa como en Cataluña según los datos de 2007 (PPT T2 – p.55)
CCOO obtuvo la mayoría con un 44,10% mientras que UGT obtuvo un 40,92% de apoyo. Por lo que al País
Vasco se refiere, si observamos la evolución sindical:
¿Qué importancia tendría que en Cataluña una organización sindical tuviera un 50% y otra un 45%
de voto? Pues que una tendría más apoyos que la otra. ¿Sólo esto? Para entenderlo necesitamos saber qué
hacen las secciones sindicales y los comités de empresa.
1. En otros países (Alemania y Francia, por ejemplo) los sindicatos y los comités se reparten las
funciones. De este modo, la negociación colectiva y las huelgas son actividades reservadas a los
sindicatos; mientras que la codeterminación o participación de los representantes de los
trabajadores en la gestión empresarial, es faena de los comités de empresa. En España e Italia no
hay tal reparto. En España e Italia, los comités de empresa también pueden ocuparse de la
negociación colectiva y de convocar huelgas. De hecho, nuestra legislación hace que ésta sea la
institución realmente importante. ¿Por qué?
Sus resultados determinan las condiciones legales para que un sindicato (o coalición de sindicatos),
pueda firmar convenios de eficacia general (o erga omnes) de empresa. Por ello, deben tener
mayoría absoluta de miembros del comité de empresa. No obstante, su importancia va más allá. Un
supuesto sería que en unas empresas del sector textil hay varias que no tienen comités de empresa
(por la razón que sea) ¿quiere decir esto que los trabajadores de estas empresas no tendrán
convenio colectivo?
RESULTADOS (% DELEGADOS)
CCOO de banca 38,5
UGT de banca 23,6
CGT de banca 7,1
CCP de banca 6,3
AMI de banca 3,3
FITC 10,9
CIG de banca 2,5
ELA de banca 2,4
LAB de banca 1,1
Otros 4,3
¿Por qué, por ejemplo, la CGT-banca (7,1%) no podía participar y CIG (2,5%), ELA (2,4%) o LAB
(1,1%) sí? ¿Qué sindicatos pueden participar en las negociaciones de ámbito supra-empresarial? La
segunda particularidad española indica que, debe tratarse de un sindicato “representativo” o se
debe pertenecer a un sindicato (confederación sindical) “más representativo”. Un sindicato
representativo es aquel sindicato que haya obtenido, como mínimo, un 10% del total de miembros
de comités de empresa y delegados de personal del ámbito geográfico y funcional al que se refiera
el convenido a negociar. Siguiendo esta regla, veamos qué sindicatos son “representativos” en la
banca (1994):
REPRESENTATIVIDAD SINDICAL
CCOO de banca 38,5 SÍ
UGT de banca 23,6 SÍ
CGT de banca 7,1 NO
CCP de banca 6,3 NO
AMI de banca 3,3 NO
FITC 10,9 SÍ
CIG de banca 2,5 NO
ELA de banca 2,4 NO
LAB de banca 1,1 NO
• ¿Qué organización empresarial puede hacerlo? Aquella que afilie a un mínimo de un 10% de los
empresarios afectados por el ámbito de aplicación del convenio, y dichos empresarios afiliados den
ocupación a un mínimo del 10% de los trabajadores del ámbito de cobertura del convenio
• ¿Y qué condiciones ha de tener un sindicato para que pueda firmar un convenio de eficacia general
(erga omnes) de ámbito supra-empresarial? Es decir, un convenio que afecta a todos los
trabajadores y empresas del ámbito del convenio, tengan comité de empresa o no, estén las
empresas afiliadas a la organización patronal o no (este tipo de convenio no existe en EEUU). Aquel
sindicato, o coalición, que tenga mayoría absoluta de miembros de los comités de empresa y
delegados de personal del ámbito territorial y funcional del convenio
• ¿Y en el caso de las organizaciones empresariales? Aquella que afilie a una mayoría de empresarios,
los cuales han de dar trabajo a una mayoría de trabajadores en el ámbito de cobertura del convenio
No todas las organizaciones sindicales hacen lo mismo, ya que unas emprenden la estrategia de
“intercambio político” y otras no. ¿Por qué? Los principales factores que utilizamos para describir y analizar
un sindicato son:
De este modo, ¿cómo puntúa cada estrategia sindical vista en estos dos objetivos? Existen dos
estrategias, de modo que:
PARTICIPACIÓN SOLIDARIDAD
EST. DE PRESIÓN + -
EST. DE INTERCAMBIO POLÍTICO - +
Observando algunos ejemplos, se pueden apreciar los resultados de la NC de 1986 según la UGT
(PPT T3 – p.8) que fue el último año de NC centralizada, del mismo modo que los resultados de la NC de
1989 según la UGT (PPT T3 – p.9) que fue un año con la NC descentralizada.
¿Son estos objetivos “socioeconómicos” la única clase de objetivos que tienen las organizaciones
sindicales? ¿Qué clase de objetivo se desprende de la siguiente fase? “Hacer de la UGT el sindicato
mayoritario y hegemónico de España” (Resoluciones del Congreso de la UGT de 1983) ¿O esta? “No cabe la
menor duda que el crecimiento de la UGT va a ser posible a través de un mejoramiento de los resultados en
las próximas elecciones sindicales. La pretensión una vez más será la de ir equiparando el voto sindical al
voto político en España conformando paulatinamente así un mapa sindical en España cercano a los
existentes en el centro y norte de Europa” (Congreso de la UGT de 1986).
¿Y CCOO, tenía también esta clase de objetivos? “CCOO va ganando las elecciones sindicales. En la
reunión de la Comisión Ejecutiva y los Secretarios Generales, Marcelino Camacho señaló que podemos,
debemos y vamos a ganar las elecciones sindicales” (Gaceta Sindical, nº19, junio 1982) ¿Qué tipo de
objetivo es ese? La literatura sobre “organizaciones formales” pone de relieve que las organizaciones,
todas además de sus objetivos sociales, económicos o políticos, tienen otra clase de objetivos
(“necesidades”). Por ello, tenemos que clasificarlos.
“Externos” vs “internos”
“Finales” vs “instrumentales”
Los objetivos externos (o “transitivos”) son la transformación o conservación en algún sentido del
ambiente en que se desarrolla la organización. Son los objetivos sociales, económicos o políticos de una
organización que aparecen en sus declaraciones oficiales. Por otra parte, los objetivos internos
(“reflexivos” u “organizativos”) se refieren a la conservación o ampliación de la propia organización, es
decir, el objetivo según el cual la organización es un fin en sí mismo, no un instrumento para conseguir
algo.
¿Cómo se entiende eso de la “conservación” (y ampliación)? Según Mohr, “este (la conservación) es
principalmente la preocupación por conservar a la militancia o (más en general) bases de apoyo de una
organización mediante la provisión de incentivos para que permanezcan y colaboren”.
Los objetivos finales son aquel estado último que es derivado colectivamente; mientras que los
objetivos instrumentales son aquellos que nos permiten conseguir otro objetivo. Por lo tanto, un ejemplo
sería ganar votos en unas elecciones pero, ¿es un objetivo final o instrumental según Downs? Este, en su
libro “An Economic Theory of Democracy” (1957) dice que “los partidos desarrollan (propuestas) políticas
para ganar las elecciones, no ganan las elecciones para desarrollar sus (propuestas) políticas”. Así pues,
ganar no es un objetivo instrumental, es el fin.
En principio, los objetivos internos son meramente objetivos instrumentales, dado que nos ayudan
a conseguir algo. Pero, ¿es esto seguro? Se ha señalado así (Michels de los primeros):
1. Que el objetivo interno (que era un objetivo instrumental) al final se convierte en el objetivo final
2. Y este proceso conlleva importantes cambios en los objetivos externos originales (los sociopolíticos
y económicos) de la organización
Veamos otro ejemplo de un clásico, Michels (“Los Partidos Políticos”). Friedrich Engels escribió en
1985 un prefacio para una edición alemana de “La lucha de clases en Francia” de Marx. “Este prefacio fue
tema de grandes discusiones internacionales, y considerado con justicia como la primera manifestación
enérgica de reformismo en el socialismo alemán pues Engels declara allí que las tácticas socialistas tendrán
mejor éxito mediante el uso de medios legales, y no ilegales ni revolucionarios”.
Hace pocos años que Kautsky publicó una carta de Engels donde éste desautorizaba su propio
prefacio diciendo “Mi texto se resintió del tímido legalismo de nuestros amigos de Berlín, quienes temieron
una segunda edición de leyes antisocialistas, miedo al que yo estaba obligado a prestar atención en las
circunstancias políticas del momento”. Así (señala Michels) la teoría de que el socialismo podía alcanzar sus
objetivos parlamentarios nació por el miedo de que la organización partidaria socialista, que debía ser un
medio y no un fin en sí misma, pudiera padecer a manos del Estado. Así, Engels fue celebrado, por una
parte, como hombre de juicio sano (dejar de lado la revolución), en tanto que por otra parte era atacado
como pacifista utópico (tomar el poder sin hacerla); cuando en realidad fue víctima de un sacrificio
oportunista de principios a las necesidades de la organización: sacrificio hecho por amor al partido y contra
sus propias convicciones teóricas.
Más claro, según Michels “El partido (socialdemócrata) amenazado continuamente por el Estado
(burgués), del cual depende su propia existencia, elude con cuidado (una vez alcanzada la madurez) todo lo
que pueda irritar demasiado a aquél. Las doctrinas partidarias son atenuadas y deformadas, cada vez que
ello demuestre ser necesario, de acuerdo con las exigencias de la organización. La organización llega a ser
la esencia vital del partido. Así, en lugar de ser un medio, la organización se ha transformado en un fin”.
Otro ejemplo, este de un sindicato (la CNT), según las memorias de Ángel Pestaña “En 1917 flotaba
en el aire una acusación tremenda contra el diario de la organización sindical que cobraba de la embajada
alemana”. Esta afirmación era cierta, y lo era porque “cuando los individuos que desempeñaban los cargos
de administrador y director vieron que peligraba el diario por falta de medios económicos, en vez de
confesarlo dignamente y llegar a la suspensión del diario si era preciso, optaron por el camino tortuoso de
aceptar dinero del servicio de espionaje alemán.
Finalmente, tras ver los ejemplos anteriores, la “postura intermedia” indica que:
1. Las organizaciones en general, buscan alcanzar tanto los objetivos internos como los externos
2. Pero conseguir los objetivos internos es una condición sine qua non para emprender una acción, es
decir, los dirigentes de una organización emprenderán acciones para conseguir sus objetivos
externos siempre que la conservación de la organización (el objetivo interno) de la que forman
parte esté asegurada
3. La estructura organizativa
Esta, es una teoría muy utilizada (por ejemplo Cameron). La estrategia de intercambio político,
requiere entre otras características (los que reúnen las tres se les llama sindicatos corporati(vi)stas) de
sindicatos con:
LA TASA DE AFILIACIÓN
La tesis indica que sólo el sindicalismo con altas tasas de afiliación va a estar dispuesto a emplear
esta estrategia. ¿Por qué? Recordemos que la tasa de afiliación es, (básicamente) moderación salarial
(sacrificio privado) a cambio de “bienes públicos”. Tenemos dos problemas:
¿Hasta qué punto la organización que soporta “el coste” (la moderación) querrá que se beneficien
otros que no son sus afiliados?
La organización no es tan “egoísta” pero, ¿hasta qué punto sirve de algo la moderación salarial de
unos pocos trabajadores?
EL GRADO DE CONCENTRACIÓN
En el primer caso, cada categoría ocupacional de trabajadores apoya (por afiliación o voto) a su
propia organización. En este ejemplo hay dos categorías ocupacionales, pero puede haber más. Y entonces
el sindicalismo estaría aún más fragmentado.
En el segundo caso, los trabajadores apoyan (por afiliación o voto) a diferentes organizaciones
sindicales que buscan representar (a cada una de ellas) a todas las categorías de trabajadores de un sector
en particular. En este ejemplo solo hay dos pero puede haber más. Es decir, la diferencia existente con el
primer caso es que este une las dos categorías ocupacionales en un solo sindicato, el cual se diferencia de
otros por su ideología.
Pero, ¿qué pasaría si lo que piden los trabajadores de los sindicatos son sobre todo “bienes de
identidad”? ¡Que los sindicatos realmente no competirían entre sí! Por otro lado, si los sindicatos practican
la llamada unidad de acción sindical (colaboran entre sí y piden lo mismo a empresarios y gobiernos), la
competición entre ellos se reduce mucho.
EL GRADO DE CENTRALIZACIÓN
Intentar crecer (en número de afiliados o votos) a expensas de la organización rival si ésta sí que lo
acepta
O, si es tu sindicato el que lo acepta, miedo a perder apoyos
Si un sindicato A, por la razón que sea (por ejemplo por preferencia ideológica), acepta el
“intercambio político”, su rival B muy probablemente lo rechazará y presionará
¿Por qué hace esto el sindicato B? Quizás por su ideología (prima la participación frente a la
solidaridad) o para ganar la competición con A
Los trabajadores ante estas dos estrategias prefieren la de B
¿Qué hará entonces A? El sindicato A, para evitar la hemorragia de apoyos, rompe el intercambio (o
incluso no lo llega a aceptar por miedo a B)
Resultado final: ningún sindicato tiene incentivos para practicar la estrategia de “intercambio”
político incluso aunque uno de ellos comparta la ideología (y más cosas) con el gobierno
¿Una pega? ¿Por qué los trabajadores han de preferir a un sindicato que no acepta el intercambio
frente a uno que sí que lo hace? En este ejemplo vemos que A ofrece BP (bienes públicos) a los
trabajadores y B ofrece BCT (bienes de centros de trabajo). ¿Por qué hemos de pensar para los
trabajadores BCT > BP?
Veamos que hasta los trabajadores “solidarios”(es decir aquellos para los que BP > BCT) se
desencantan por una estrategia que les proporcione BCT. Pongamos una pequeña condición: si, son
trabajadores solidarios, pero no unos “primos” (suckers) por lo que BP > BCT > NADA. Supongamos que mi
grupo de trabajadores presiona (exitosamente) y el resto de trabajadores aceptan el intercambio político.
¿Qué obtendría yo? BCT + BP. Es decir:
P I BCT + BP
P P BCT
I I BP
Es decir, si yo “presiono”, tengo una probabilidad X de conseguir BCT + BP, y seguro BCT. En cambio,
si acepto el intercambio tengo una probabilidad X de conseguir BP y una probabilidad de 1 – X de no
conseguir absolutamente nada, y caer en la lógica del sucker payoff.
En modo de conclusión, bajo estas condiciones, siempre es mejor escoger la estrategia de “presión
en el mercado de trabajo” que la de “intercambio político”. Tenemos una posibilidad, por pequeña que
sea, de obtener (nosotros) las dos clases de bienes, y nos libramos además del riesgo de “hacer el primo”.
Y como todos van a hacer esta misma reflexión, los trabajadores siempre preferirán dar apoyo al sindicato
que presiona (y les ofrece BCT) y no al sindicato que acepta el “intercambio”. Pero, ¿los sindicatos se
comportan así realmente?
o CCOO, lo mismo 6
5,8% 2
LA IMPORTANCIA DE LA CENTRALIZACIÓN
Si una organización sindical está descentralizada también será difícil que acepten el intercambio
político. Esto es porque, aun habiendo solo una única confederación, si ésta estuviera muy descentralizada,
la reflexión anterior la podrían hacer cada una de sus secciones sindicales.
Una sección sindical presiona esperando que el resto de secciones no lo hagan para obtener BCT +
BP
O puede rechazar el intercambio por miedo de ser la única sección sindical que no lo haga, y como
consecuencia no obtuviera nada
A efectos prácticos, un sindicalismo unitario pero descentralizado se comporta como uno con
fragmentación competitiva (no hay tanta diferencia entre Gran Bretaña y Francia, entonces).
La cuestión de la tasa de afiliación TA = tasa de apoyo y seguidores de las actuaciones de los sindicatos?
La cuestión de la concentración
Primero, ¿cómo se explica que con estas características durante el período de retorno a la
democracia (1986), donde CCOO utilizó la estrategia de presión (excepto algún año) y la UGT la
estrategia de intercambio político (acepta la moderación salarial), y se competía entre sí por el
apoyo de los trabajadores, la UGT incluso creciese?
Segundo, ¿son estas características “suficientes” para explicar cuando un sindicato elige el
intercambio político? Nos explican si los sindicatos “pueden”, no si “querrán”. Parece que es
necesario introducir más cosas, tales como la ideología y la confianza en el cumplimiento de los
acuerdos por parte del gobierno y empresarios
Tercero, hemos asumido que las huelgas del sindicato rival tendrán siempre éxito, ¡pero esto no
siempre pasa! Entonces el sindicato moderado (a favor del intercambio) puede estar tranquilo
Pregunta clave. ¿De qué depende entonces que aumente o disminuya la probabilidad de que una
huelga tenga éxito? ¿De qué depende que las huelgas se convoquen o no?
Para poder hacer huelga hay que tener recursos. Por ello, existen dos clases de recursos:
Los sindicatos son más “fuertes” en el sentido de que son más capaces de que haya muchos
huelguistas y que aguanten más tiempo en huelga:
La coyuntura de expansión o crisis económica da o quita recursos para los sindicatos. Así, en
general habrá más huelgas en periodos de expansión que de crisis. Pero (además) la naturaleza de las
huelgas cambiará, de modo que:
Razones:
Por A o por B, la tesis de los efectos negativos de la fragmentación sindical sobre el intercambio
político no es tan cierta en momentos de crisis económica. Explicación racional:
P P NO BCT O A LA CALLE
I I BP (Y ASEGURO EL TRABAJO)
¿Y en el supuesto de que las empresas sean grandes, públicas y del sector secundario? Podrían,
¿pero lo harían? ¿Quiere decir esto que no habrá huelgas en momentos de crisis económica? No, sí que
habrá pero serán “defensivas”. No obstante las huelgas defensivas se darán especialmente en:
Sector público
Grandes empresas privadas
Por lo tanto, tenemos que conocer la estructura productiva de un país para saber si va a haber
muchas huelgas defensivas. Veamos una “explicación racional” de por qué habrá huelgas defensivas (y una
variante del “intercambio político”). Ejemplo:
El Gobierno propone a los sindicatos del sector público, grandes empresas y sector secundario este
acuerdo: cerrar las empresas públicas deficitarias, que son unas cuantas, a cambio de BP (incremento del
gasto social en pensiones, por ejemplo). ¿Lo aceptarían estos sindicatos? (Y tenemos un sindicalismo de
fragmentación competitiva o muy descentralizado).
P I CONSERVO EL TRABAJO + BP
P P CONSERVO EL TRABAJO
I I A LA CALLE + BP
I P A LA CALLE
¿Qué estrategia apoyarán los sindicatos? Sin duda alguna, la presión. Al gobierno no le sirve de
nada ofrecer BP a cambio de cerrar empresas deficitarias. Pero el hecho es que se han cerrado a cambio de
incentivos selectivos. Veamos el ejemplo de Telefónica:
Telefónica ya no es una empresa pública, pero es muy grande. Telefónica considera que “la presión
competitiva, la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos y la convergencia de tecnologías tras la
integración de todos los negocios que se llevaban a cabo en España en una misma compañía obligan a
ajustar la plantilla”. (Cinco Días, 15 de octubre 2008) ¿Los pone “de patitas a la calle” con la debida
indemnización? No, pretende pre-jubilar a 700 empleados a partir de los 48 años.
Lo mismo que le pasa a la dependienta de una tienda si ésta tiene que cerrar porque se queda sin
clientes, ¿no? Aquí no se trata de valorar si esto es justo o no. Se trata de explicar por qué hay asalariados
que ante la posibilidad de perder el trabajo, amenazan con huelgas y otros no.
Cabe fijarse que está escrito “capacidad”, no que hagan huelgas o no. Puede haber elementos
excepcionales que alteren esta situación. La conclusión a todo esto es que, ponemos todas las piezas juntas
pero, ¿qué explica que los sindicatos emprendan una estrategia de intercambio político?
Ahora bien, parece ser que no siempre todos estos factores importan. Algunas veces cuando uno de
ellos toma un determinado valor, otro factor deja de ser relevante.
TEMA 4. LOS GRUPOS DE INTERÉS EN ESPAÑA, LA INFLUENCIA DE LOS LOBBIES (en función de la 4ª lectura
obligatoria “Las organizaciones empresariales en España” de Rosa Nonell e Iván Medina)
1. El estudio del asociacionismo empresarial
Los empresarios son sujetos de notable relevancia en las democracias postindustriales avanzadas
como la española, en cualquiera de sus roles capitalistas, patronos, innovadores, emprendedores,
comerciales, propietarios, promotores o dirigentes, lo que les lleva a liderar un sinfín de iniciativas
empresariales, culturales, filantrópicas, sociales y políticas. Esto genera una omnipresencia empresarial en
la esfera pública; los empresarios gestionan servicios públicos, proponen soluciones de mercado a los
problemas sociales o influyen en la regulación de la economía, aspecto que, desde una perspectiva
democrática, se manifiesta con lo que se ha venido a llamar la “posición privilegiada del empresario”.
En ese aspecto, no se pone en duda su condición de actores poderosos, debido a su presencia
dominante y a su relación ventajosa con los medios de producción. Los gobiernos buscan alianzas con
empresas para desarrollar determinados programas públicos (marca España). Los partidos políticos, en su
afán por abrirse a la ciudadanía en la confección de las listas, incorporan relevantes empresarios a los que
promocionan activamente. De otra parte, movimientos antiglobalización y grupos ecologistas critican las
actividades empresariales contrarias al medio ambiente a la vez que reclaman prácticas de mercado más
justas. También, merece la pena citar la importancia de las donaciones empresariales a partidos políticos o
a la longeva interacción entre empresarios y sindicatos en el campo de las relaciones laborales. Además, el
lenguaje económico ha ido penetrando en el lenguaje político, por lo que la expansión de las escuelas de
negocios ha hecho que gran parte del personal de las administraciones públicas procedan de ese ámbito.
Lanzalaco (1990) sostiene que los empresarios cuentan con cuatro formas de intervenir en el proceso
político. En su condición empresarial, mediante acciones económicas, los empresarios influyen en el proceso
político a título individual cuando toman decisiones dentro del mercado. A nivel colectivo, los empresarios
forman alianzas formales o informales que repercuten en el funcionamiento de la economía y en su
interacción con la política. En otra dimensión, los empresarios emplean medios políticos. A título individual,
los empresarios optan por participar políticamente en procesos electorales, por relacionarse con los
sindicatos dentro de las empresas, por ejemplo. De forma colectiva, los empresarios constituyen
organizaciones empresariales con las que defender y representar los intereses globales.
Esta dualidad puede llevar a pensar que los empresarios actúan de forma completamente diferente
según se desenvuelven en terreno económico o político, pero lo cierto es que existen infinitos vasos
comunicantes entre estas dos esferas: la regulación del mercado fruto del trabajo de las instituciones
públicas, mientras que gran parte del trabajo de la política está promovido por la influencia de empresarios.
De este modo, debemos estudiar las empresas según Hart (2010) como organizaciones de intereses
al tratarse de corporaciones que participan en el proceso político en busca de un interés estrictamente
colectivo. Las organizaciones empresariales adquieren un valor explicativo destacado cuando se trata de
explicar los procesos de negociación colectiva o de articulación de intereses empresariales ante las
instituciones. El punto más interesante en la distinción de las formas de acción colectiva o individual de los
empresarios radica en lo que podríamos denominar “los dos mundos de la representación de intereses
empresariales”, que no es más que referirse a las diferencias entre los sistemas pluralistas y
neocorporatistas.
2. Ámbitos de competición del asociacionismo empresarial en España
Lanzalaco (2008) plantea que la creación de las organizaciones empresariales puede ser resultado de
dos procesos: por difusión, en el que pequeñas asociaciones se van creando para posteriormente integrarse
en una (con)federación o por la penetración de una organización dominante en nuevos ámbitos mediante
la creación de nuevas organizaciones. Estos dos procesos tienen lugar a nivel territorial y sectorial y en modo
de ejemplos podemos encontrar:
- Difusión territorial: las organizaciones locales son las promotoras de la federación (SGV, en Suiza)
- Difusión sectorial: las organizaciones sectoriales buscan sumar esfuerzos a nivel nacional (CBI, en UK)
- Penetración territorial: las organizaciones territoriales fuertes extienden su dominio a lo largo del
país (Confindustria, en Italia)
- Penetración sectorial: las organizaciones sectoriales son impulsoras de la organización nacional (SAF,
en Suecia)
Para el caso español, el proceso de creación de la Confederación
Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), como una
organización cúpula, resultó altamente complejo, combinando sendos
procesos de penetración y difusión, fruto de una época de grandes
transformaciones políticas y sociales en las que el empresariado español
carecía de una voz representativa y unificada frente a los retos
planteados por la transición política y el auge de las reivindicaciones
sindicales de finales de la dictadura franquista. El mapa asociativo
empresarial a finales de la década de 1970 se caracterizaba por la fragmentación y la atomización en una
amplia red de círculos de opinión empresarial, las Cámaras de Comercio, organizaciones empresariales
estatales, organizaciones herederas del Sindicalismo Vertical y algunas patronales regionales fuertes. Los
empresarios necesitaban urgentemente un instrumento de diálogo a nivel estatal, al verse desplazados de
los Pactos de la Moncloa, así que empezaron a construir una nueva organización estatal con pretensiones
monopolísticas sin una planificación clara. La CEOE pues, nace como resultado de dos procesos simultáneos:
por un lado, un proceso de penetración territorial promovido por la patronal catalana Fomento del Trabajo
Nacional (FTN) en su empeño por construir una moderna patronal española al margen del Sindicato Vertical
(SV). Por otro lado, la CEOE fue también de la fusión de las tres organizaciones empresariales más relevantes
hasta 1977: la Confederación Empresarial Española, la Confederación General de Empresarios y la
Agrupación Empresarial Independiente, lo que favoreció el proceso de difusión sectorial.
Así, la CEOE se construyó como la organización empresarial más relevante en España, de modo que
era el vínculo entre la columna territorial y la columna sectorial para construir gradualmente una estructura
jerárquica mediante la creación de nuevas organizaciones afines y su posterior vinculación organizativa. Es
preciso indicar que la CEOE se construyó como una organización cúpula por la necesidad de dialogar
políticamente ante el Gobierno. De ahí su caracterización como confederación de organizaciones
preexistentes. En los primeros años predominaba la vertiente sectorial por encima de la territorial por la
inexistencia de organizaciones regionales al estilo FTN.
La economía española cuenta con muchos mercados de bienes y servicios que no funcionan
eficientemente por el excesivo peso de la regulación. El inicio de la agenda reformadora se enmarca entre
finales de la década de 1980 y principios de los años noventa, con documentos que dieron lugar al Plan de
Convergencia de 1992. En ellos, se reconocía la necesidad de liberalizar el funcionamiento de muchos
mercados, así como reducir el exceso de regulación económica. Los resultados del mismo se traducirían en
mejoras de precios y en una mayor estabilidad al haberse introducido más eficiencia asignativa y haber
aumentado la competencia. En 1991, la CEOE se involucró en la negociación de los cambios en el mercado
de trabajo, siguiendo los citados principios de liberalización. En 2015 se abrió un nuevo conflicto derivado
por la aplicación de la cláusula de ultra-actividad en los convenios colectivos, que fue desregulada en la
reforma laboral de 2011.
LA POLÍTICA INDUSTRIAL
Los recursos destinados a estas políticas han estado sometidos al vaivén del ciclo económico,
experimentando fuertes reducciones de inversión de recursos públicos cuando el déficit público se ha
elevado a niveles preocupantes. España ha sido un país con baja productividad del trabajo, que solo
incrementa en épocas de destrucción del empleo. A la vez, España ha mantenido una de las tasas más bajas
de crecimiento de la productividad multifactorial, como consecuencia de la baja inversión pública en los
factores que la estimulan, así como por claras disfunciones organizativas y funcionales de gran parte de las
medianas y pequeñas empresas, mayoritarias en la creación de empleo. La CEOE ha mostrado una falta de
ambición industrial. De otra parte, la CEOE no ha sido especialmente crítica con los criterios de selección de
las inversiones en infraestructuras ni con la corrupción de recursos destinados al desarrollo de las mismas,
ya que parte de sus grandes empresas se han visto beneficiadas. Junto a la agenda de intervención pública
del gobierno central hay que analizar otro campo de participación de las organizaciones empresariales de
las respectivas Comunidades Autónomas: la firma de numerosos pactos de concertación económica cuyo
objetivo era estimular la competitividad de la región.
5. Las dos lógicas de influencia: diferencias entre el diálogo social y la negociación colectiva
La CEOE ha desarrollado dos lógicas de influencia muy diferentes dependiendo del objeto de
negociación. En temas de diálogo social sobre la política económica, la CEOE ha desarrollado una lógica de
legitimidad política con la que mostrar una predisposición al diálogo institucional. Sin embargo, cuando se
trata de negociar convenios colectivos con las filiales sindicales, la CEOE adopta una férrea postura siguiendo
la lógica de demandas patronales. Por lo tanto, para la CEOE la concertación social no perseguía la eficacia
del intercambio político, sobre todo porque la mayoría de negociaciones se han desarrollado bajo la atenta
supervisión gubernamental.
- Lo que les interesa a los partidos al final es ganar las elecciones para disfrutar del poder y para
llevar a cabo sus preferencias políticas
- ¿(Ya) no hay diferencias entre los partidos de izquierdas y de derechas, tanto sobre lo que
proponen como sobre lo que hacen?
- ¿Qué cambios han sufrido las políticas socialdemócratas en los últimos años?
- ¿Ya no es necesario (conveniente) el apoyo de los sindicatos?
La literatura pone de relieve que los partidos pueden tener estos tres grandes objetivos (Müller y
Strom, 1999 en Policy, office or votes?):
Votos
Cargos
Políticas
Pero, ¿qué relación hay entre ellos? ¿Son objetivos incompatibles? (Si persigo uno es que abandono
los otros. ¿O estarán más bien interrelacionados? Apliquemos pues, lo que nos decía la literatura sobre los
objetivos de las organizaciones. De este modo, ¿cómo podríamos clasificar a los objetivos de votos, cargos
y políticas en términos de objetivos “internos” y “externos”?
Recordando el temario abordado en temas anteriores, la postura pre-micheliana (naif) sostenía que
los objetivos internos eran instrumentales; mientras que la postura micheliana sostenía que, siendo los
objetivos internos originariamente instrumentales, estos acababan siendo finales.
Según la visión pre-micheliana (naif), los votos conducen a cargos para desarrollar las políticas de
forma posterior, donde tanto los votos como los cargos al ser objetivos internos son instrumentales. Los
que se basan en esta visión, quieren votos para conseguir cargos y así llevar a cabo sus políticas, dado que
en la oposición se gobierna muy mal o no como se desearía. Por otra parte, según la postura de Michels, el
objetivo interno (conservación) que en un principio es instrumental, se convierte en el objetivo final y esto
trae incluso a anular (modificar) a cualquier otro objetivo externo que la organización pudiera tener. Esta
postura pues, pretende que las políticas sirvan para conseguir votos y así obtener cargos. No obstante, este
orden es un tanto complicado porque se produce un espiral entre los tres objetivos, de forma que no
queda claro dónde está el final. Finalmente, hay teorías que sostienen que los partidos no solo tienen en
cuenta los cargos (visión micheliana), sino que tienen en cuenta también la ideología. En el caso de la
postura de Michels, ¿Qué implicaciones tendría esto para los partidos políticos? Estos, sacrificarán sus
principios (objetivos externos) con tal de conseguir cargos. De este modo el orden de preferencias según
las dos visiones es tal que:
Veamos cómo se comportaría un partido si estamos de acuerdo con Michels y cómo lo haría si no
estamos de acuerdo con él. Por ello, a continuación se expone un ejemplo teórico de comportamiento de
un “partido verde”:
------
Pre-micheliana: mantenerse fiel a su ideario a costa de tener una gran reducción de votos y escaños
(que son cargos)
Micheliana: dejar de lado gran parte del ideario para no ser penalizado electoralmente
¿Cuál resulta más creíble? Ahora bien, ¿la única razón para dejar de lado a parte del ideario original
es porque priorizamos los votos-cargos? Por ello, destacamos la postura defendida por los “comunistas
blanquistas” de la Comuna de París que recoge Lenin en “El Izquierdismo, la enfermedad infantil del
comunismo”.
“Somos comunistas porque queremos llegar a nuestra meta sin detenernos en paradas intermedias, sin
aceptar compromisos, que no hacen más que alejar el día de la victoria y prolongar la esclavitud”
Posteriormente, a los comunistas “de izquierdas” alemanes y holandeses eso de los “no-
compromisos” les llevaba a:
“¡Los izquierdistas alemanes no pueden ignorar que toda historia del bolchevismo, antes y después de la
Revolución de Octubre, está llena [suyo el énfasis] de casos de maniobras, de acuerdos y compromisos con
otros partidos, incluidos los partidos burgueses!”
“La conclusión es clara [continúa Lenin], rechazar los compromisos por principio constituye una puerilidad
que hasta resulta difícil de tomar en serio”
¿Implicaban los “compromisos” llegar a hacer renuncias en sus principios para Lenin?
“En el momento mismo de la Revolución de Octubre concertamos un bloque político, no formal, pero muy
importante (y eficaz) con el campesinado pequeño-burgués aceptando íntegro, sin el menor cambio, el
programa agrario eserista [la propiedad privada de la tierra]”.
¿Qué explicación daba Lenin? Las retiradas tácticas, que implican hacer renuncias en los principios
ahora, para asegurarte tu posición (empezando por la supervivencia) para, después estar en mejor posición
de llevarlo a cabo. Así, justifica la Paz de Brest-Litovsk de 1918 con el Káiser. Esta explicación es la que nos
da también Aznar en sus memorias a su comportamiento durante su primera legislatura (renuncias ahora
para asegurarte el poder, y llevar a cabo tu programa después).
Lenin ofrece una segunda razón (sin destacarla) por lo que se plantea qué es mejor, ¿mantenerse
fiel a los principios y no conseguir nada, o conseguir algo?
“Todo proletario conoce huelgas, conoce compromisos con los odiados opresores y explotadores, después
de los cuales los obreros han tenido que reintegrarse al trabajo sin haber logrado nada o accediendo a una
satisfacción parcial de sus reivindicaciones”
Ahora bien, ¿cómo sabemos si una renuncia en los principios es una retirada táctica (buscar al
menos obtener algo), o es que sencillamente se prima más a los cargos? La solución que propone Lenin
consiste en confiar en que los líderes del partido no los traicionen (como acusa a todos los líderes del resto
de partidos obreros).
“Hay que tener la cabeza sobre los hombros para saber orientarse en cada caso concreto”
Respeto a todo lo observado hasta el momento, la postura que adoptamos a falta de más estudios
empíricos es que:
Es frecuente escuchar que ya no hay diferencias entre izquierda y derecha. De hecho, un periodista
de la Vanguardia afirmaba que Montilla, en el debate de política general de 2009 “recurrió a la para
muchos obsoleta dicotomía izquierda-derecha” y hay partidos que mantienen posturas muy parecidas
como Rajoy cuando afirmó el 2008 que “el sentido común está por encima de las ideologías. España no es
de derechas o de izquierdas, es nuestra nación”. Otro ejemplo fue Miguel Hernández, de la extinta UPyD,
cuando pronunció que “nosotros nos definimos por nuestras propuestas y programas, sin entrar en el juego
de las arcaicas categorías de izquierda-derecha que no aportan nada al debate”. Otros políticos no lo ven
así, en cambio, ya que Nicolas Sarkozy afirmó en 2006 que:
“Siempre he pensado que la bipolarización no sólo es inevitable, sino necesaria. Si no hay bipartidismo, ¿de
qué sirve la democracia? Yo creo que la derecha y la izquierda no deben tener miedo a mostrar sus
diferencias. No estoy diciendo que la división izquierda-derecha responda a todas las preguntas de la
sociedad. Sin embargo, si se borra la división izquierda-derecha, ¿por cuál se reemplazaría? La verdad es
que los referentes de izquierda y derecha son necesarios para la democracia, aunque dentro de cada
campo, hay que actualizar las ideas”
Para saber si hay o no diferencias entre los partidos de izquierdas y los partidos de derechas, es
necesario ver:
Haciendo pues, un inciso sobre una cuestión práctica, ¿cómo podemos clasificar empíricamente y
desde un punto de vista ideológico a los partidos? ¿Está más fragmentada la izquierda que la derecha? Hay
tres formas para clasificar de forma empírica e ideológica a los partidos:
Situarles en la escala izquierda-derecha por los ciudadanos, votantes del partido, etc. De todas
formas, si ya no hay diferencias, ¿qué esperaríamos?
Agruparles dentro de esa escala en dos grandes categorías (Cameron) de forma que quedaría
“izquierda-derecha”, en tres categorías tal que “izquierda-centro-derecha”. Es más, por ejemplo los
autores Castles y Mair hicieron la clasificación “izquierda radical – izquierda moderada – centro –
derecha moderada – derecha radical”
O clasificarles por familias ideológicas (Von Beyme, 1982) en liberales y “radicales”, conservadores,
democristianos, agrarios, socialistas, laboristas, socialdemócratas, comunistas, étnicos y regionalistas
(PANEs), extrema derecha, ecologistas…
¿Existen diferencias? No es más que una distinta posición en el eje izquierda-derecha, combinado
con otros ejes. ¿Cómo establecemos el corte en las clasificaciones categóricas? ¿Y quién decide qué
partido va a qué familia ideológica? Se suele dejar al propio partido en su presentación pública y según la
intencionalidad (verde, comunista, socialdemócrata, liberal, conservadurismo…) y/o si de la UE a qué grupo
parlamentario del Parlamento Europeo pertenece.
¿Y a Sarkozy los franceses? Veamos cómo vieron, al menos, su campaña electoral de 2007. Las
opciones que había eran: extrema izquierda, izquierda, centro-izquierda, centro, centro-derecha, extrema
derecha y NS/NC. ¿Y los pequeños empresarios franceses? Quizás ellos sí se dan cuenta de lo obsoleto que
es caracterizar a alguien como de “izquierdas” o de “derechas” (gráfico de la derecha).
¿Algún problema con la opinión de los ciudadanos? Por un lado, si se les pregunta que coloquen en
el eje izquierda-derecha a los partidos no les ponen juntos. Pero, si se les pregunta “los partidos se critican
mucho entre sí, pero en realidad son todos iguales”, el 79% está de acuerdo con esta afirmación (El País,
2013).
Estos, ¿desmienten a los ciudadanos? ¿Nos indican los expertos que ya no hay diferencias (o se han
reducido grandemente) entre familias ideológicas de partido? Miramos en concreto las diferencias entre
las siguientes familias: “socialdemócratas”, “liberales”, “democristianos” y “conservadores”. Si miramos la
posición ideológica de diferentes familias ideológicas de partidos de 23 países occidentales según los
expertos, ubicándolos en una escala 1-10 (PPT T5.1 – p.41), observamos que el conservadurismo se ubica
al largo de la historia mucho más a la derecha, donde el liberalismo y la democracia cristiana andan a la par
y los socialdemócratas se quedan muy a la izquierda. Por otra parte, ¿existen diferencias entre partidos de
una misma familia?
Una posible pega a todo esto sería acerca de, ¿estamos utilizando la misma “escala de medir” al
comparar partidos de diferentes países y diferentes momentos en el tiempo? En el gráfico anterior hacia el
2003 uno de los partidos más a la izquierda es el Partido Demócrata de los EEUU, pero la evolución del
Partido Laborista británico encaja bastante bien con lo que suele pasar.
¿Ahora proponen lo mismo? ¿Convergencia de propuestas programáticas? Para medirlo hay que
crear primero una escala izquierda-derecha (a partir de una serie de ítems) que no varía ni en el tiempo ni
en el espacio. Después estudiamos sus programas, y les situamos dentro de esa escala. Esto, lo ha hecho el
equipo del “Party Manifiesto Project”, mediante un estudio de los programas electorales de los principales
partidos de 25 países desde 1945.
Modo de proceder:
1. Se clasifica unos temas como de izquierdas o de derechas (ley y orden, libre empresa, expansión de
los servicios sociales, etc.)
2. Se calcula el % de frases de los programas que hacen referencia a estos temas
3. Si todas las frases hacen referencia a temas de izquierdas el programa es 100% de izquierdas
4. El resultado final para cada partido en unas elecciones concretas es el resultado de sustraer a la
suma de porcentaje de frases de temas de “izquierdas”, la suma de frases de temas de “derechas”
De esta forma, se puntúan los programas de las principales ideológicas de los países en la escala
izquierda (0) – derecha (10) desde los años 40 hasta los años 90 (PPT T5.1 – p.47), donde las familias
ideológicas en cuestión son: comunistas, socialdemócratas, liberales, democristianos, conservadores y
agrarios.
Vale, es cierto que los países prometen cosas diferentes, pero cuando llegan al poder, ¿hacen cosas
diferentes? Hay un primer dato interesante, ¿aquello que prometen los partidos variará según estén en la
oposición o en el gobierno?
La tesis que se tiene sobre la socialdemocracia, es que las transformaciones económicas y sociales
han dejado de ser un actor político de relevancia. Por ejemplo, Dahrendorf (1929-2009) afirmó “la edad de
oro de la socialdemocracia ha llegado a su fin. Sus metas e instrumentos ya no se ajustan a los tiempos
actuales. El siglo socialdemócrata pertenece irrecuperablemente, al pasado”. Esta tesis sostiene así dos
postulados:
Pero antes tenemos que hacer una pequeña aclaración terminológica. ¿Qué quiere decir
(neo)corporat(iv)ismo? Según Lijphart en “Modelos de Democracia” (1999), “la palabra corporatismo tiene
dos significados distintos, conceptualmente hablando. El primero se refiere al sistema de grupos de interés
en los que dichos grupos están agrupados en confederaciones nacionales, especializadas, jerarquizadas y
monopólicas. El segundo se refiere a la incorporación de los grupos de interés al proceso de formación de
políticas públicas”. Por otra parte, Philipp C. Schmitter apunta que el segundo tipo de corporatismo debería
designarse con el nombre de concertación. Sin embargo, empíricamente los dos tipos funcionan por igual,
puesto que el corporatismo en el sentido más literal de la palabra (el de Schmitter) es una condición casi
necesaria para la concertación. ¿Por qué dice esto Lijphart? ¡Repasad el tema 3!
1. ¿Cuáles fueron los grandes objetivos a los que aspiraban los SD?
Plena ocupación
Crecimiento no inflacionario
Estado del bienestar
¿El (neo)corporativismo en qué sentido? Los dos sentidos (con una pequeña matización) están muy
relacionados. Todo esto sostenido por la “política de rentas” (moderación salarial).
3. ¿Pero era realmente gracias a la SD? Los primeros estudios, como los de Hibbs, señalaban:
SD en el gobierno, baja tasa de paro (alta inflación)
No SD en el gobierno, baja inflación (alta tasa de paro)
Estudios posteriores como el de Cameron, señalaban que la presencia de los partidos SD en los
gobiernos se asociaba a:
Ahora bien, en Cameron la asociación entre SD y los buenos resultados económicos podía ser
espuria. Entonces, ¿realmente es la SD (el color político del gobierno) lo que importa? ¿O se trata
más bien de cómo se encuentra organizado el movimiento sindical y qué estrategia practica? Con el
estudio de Cameron no podemos saberlo.
Los casos desviados de Japón y Suiza en Cameron, ¿qué pasa con ellos? Estudios posteriores como
el de Alvarez, Garrett y Lange en “Government Partisanship, Labor Organization and Macroeconomic
Performance” (American Political Science Review 1991, vol. 85, núm. 2) han matizado las conclusiones
anteriores. Para ellos hay realmente dos vías para conseguir:
Y son:
No obstante, nos encontramos con un pequeño problema, ¿son débiles? ¿o es que el gobierno los
debilita? En cualquier caso, hace falta que los sindicatos no puedan entorpecer el proceso productivo (con
huelgas) para conseguir sueldos más altos de los que fije el mercado. En cambio, si tenemos los siguientes
casos, los resultados económicos serán malos:
En modo de conclusión, no se trata de decidir si es más importante el color político del gobierno o
cómo se organizan los grupos de interés. Es una correcta combinación de ambas variables lo que
proporciona buenos resultados económicos. ¿Hay algunos datos que confirmen estas hipótesis? Los
autores hicieron un estudio de 16 países avanzados, entre 1967 y 1984. Los resultados fueron los
siguientes:
1. ¿Qué pasa si las políticas keynesianas dejan de funcionar? ¿Qué políticas las sustituyen?
Sus posibles causas y efectos:
Apertura comercial incremento de las importaciones
Economías cerradas, pero demanda de productos tradicionales saturada incremento de
la inflación
Efectos de la integración de los mercados financieros dificultan el uso de la política
monetaria
No obstante, las políticas de oferta, ¿qué son? Carles Boix en su libro Partidos Políticos, Crecimiento
e Igualdad (1996) nos recuerda que “el ritmo de crecimiento económico y la competitividad a nivel
internacional (…) vienen determinados, en última instancia por las condiciones de oferta de la
economía, es decir, por el nivel de naturaleza de los factores de producción – capital fijo y humano”.
En otras palabras, las políticas de oferta son las que buscan mejorar:
Maravall se preguntaba (Los Resultados de la Democracia) en qué medida estos cambios socavaron
la identidad de la socialdemocracia como una alternativa diferenciada
¿Implica esto que el corporativismo (= intercambio político) sea ahora innecesario y se
abandonará?
Posturas:
a) Ya no hay diferencias, todos hacen lo mismo (tesis de la convergencia) donde se sostiene “el
neoliberalismo se ha convertido en el lenguaje común de los actores políticos de la derecha y la
izquierda, lo cual se manifestaba en la convergencia de las políticas” por Bruno Théret, director de
la investigación en el CNRS francés, refiriéndose al gobierno socialista francés de los años 80
b) Tesis de Maravall acerca de la convergencia en políticas económicas no en las sociales
c) Tesis de Carles Boix en “Partidos Políticos” la cual sostiene que incluso en políticas económicas hay
diferencias, dado que existen políticas de oferta de “izquierdas” y políticas de oferta de “derechas”
a. Políticas de oferta “de izquierdas” donde el estado tiene un papel importante para
aumentar y mejorar el capital fijo y humano (infraestructuras y educación) con impuestos
más bien altos
b. Políticas de oferta “de derechas” donde el estado no tiene que intervenir, sino tiene que
“desregular” para que los mercados sean perfectamente competitivos y los agentes
privados (empresas y trabajadores) mejoren, ellos mismos, el capital físico y humano con
impuestos más bien bajos
¿Qué pasa con los resultados? Según el estudio de Caul y Gray en “From Platform Declarations to
Policy Outcomes: Changing Party Profiles and Partisan Influence over Policy” (2000), ¡parece que vovemos
a la curva de Phillips!
¿Qué pasa con el gasto público? ¿Es cierto que la SD potencia más el gasto público en educación
(capital humano)? Tenemos dos estudios recientes:
Estudio de Wolf y Zohlnhöfer “Investing in Human Capital? The determinants of private education
Expediture in 26 OECD countries” Journal of European Social Policy (2009):
o Estudian el gasto en educación en 2002
o Resultado: el gasto en educación privada es mayor con gobiernos conservadores
Estudio de Busemeyer “Social Democrats and the new partisan politics of public investment in
education” Journal of European Public Policy (2009):
o Países estudiados: 21 países de la OCDE
o Años estudiados: 1980-2002
o Resultado: impacto positivo de la presencia de SD en el gobierno
¿Y qué pasa con las políticas sociales en general? Según un estudio de Starke, Obing y Castles
“Convergence towards where: in what ways, if any, are welfare states becoming more similar?” Journal of
European Public Policy (2008), en concreto se preguntan si esta convergencia ha sido un “race to the
bottom”. Los resultados son:
Desde principios de los 80 hasta 2003 no ha disminuido el gasto social y de hecho, ha seguido
aumentando
Ha habido cierta convergencia entre países pero no ha sido a “peor” y es moderada (PPT T5.2 – p.
36)
Resumiendo, ¿ya no hay diferencias entre las políticas de los gobiernos de izquierdas (SD) y de
derechas? Si hacemos un repaso de los estudios que se han publicado sobre el tema entre 1997 y 2009 nos
ofrecen los siguientes resultados: unos 9 estudios nos ofrecen que sí hay diferencias en los resultados de
las políticas públicas, en concreto en crecimiento económico, inflación, paro, gasto público, gasto social,
política tributaria y legislación laboral. Estos, son los siguientes:
Cusak, T.R. (1997), Partisan Politics and Public Finance: Changes in public spending in the
industrialized democracies, 1955-1989. Public Choice, 91, 375-395
Way, C. (2000), Central Banks, Partisan Politics and Macroeconomic Outcomes. Comparative
Political Studies, 33, 196-224
Cusak, T.R. (2001), Partisanship in the setting and coordination of fiscal and monetary policies.
European Journal of Political Research, 40, 93-115
Tellier, G. (2005), Public Expenditures in Canadian Provinces: an empirical study of the political-
economic interactions. Public Choice, 126, 367-385
Reed, R.W. (2005), Democrats, Republicans, and Taxes: Evidence that political parties matter.
Journal of Public Economics, 90, 725-750
Blom-Hansen, J., Monkerud, L.C., Sorensen, R. (2006), Do parties matter for Local Revenue
Policies? A comparison of Denmark and Norway, European Journal of Political Research, 45, 445-65
Boockmann, B. (2006), Partisan Politics and Treaty Ratification: the acceptance of International
Labour Organization conventions by industrialized democracies, 1960-1996, European Journal of
Political Research, 45, 153-80
Schneider, V., Häge, F.M. (2008), Europeanization and the retreat of the State, Journal of European
Public Policy, 15, 1-19
Petterson-Lidbom, P. (2008), Do parties matter for economic outcomes? A regression-discontinuity
approach. Journal of the European Economic Association, 6, 1037-56
Schneider, V., Fink, S., Tenbücken, M. (2005), Buying out the State: a comparative perspective on
the privatization of infrastructures, Comparative Political Studies, 38, 704-27
Baumgartner, F., Foucault, M., François, A. (2009), Public Budgeting in the French Fifth Republic:
the end of “La République des Parties”, West European Politics, 32, 404-22
Potrafke, N. (2009), Did globalization restrict partisan politics? An empirical evaluation of social
expenditures in a panel of OECD countries, Public Choice, 140, 105-24
Para Boix las políticas de oferta, incluso las de “izquierdas”, no necesitan del intercambio político ya
que “el beneplácito de los sindicatos no es, sin embargo, una condición necesaria para realizar
políticas económicas intervencionistas por el lado de la oferta. Es posible desplegar una política de
inversión pública en países en los que los trabajadores no están organizados. Los partidos de
izquierdas pueden elevar los impuestos, ampliar el sector público empresarial y participar en la
formación de capital sin necesidad de contar con acuerdos corporativistas”
Autores como Scharpf piensan lo contrario. El intercambio político, con la moderación salarial que
comporta, no solo deja de ser útil sino que ahora lo es doblemente. Antes, con las políticas
keynesianas, la moderación salarial control de la inflación. Con las políticas de oferta, la
moderación salarial control de la inflación + creación de ocupación. De este modo: moderación
salarial aumento de beneficios mayor inversión creación de ocupación. Parece necesario
seguir concertando las políticas económicas y sociales con los sindicatos, corporativismo de oferta
¿Hay datos? Algunos autores afirmaban que se abandonó en los años 80, dándole la razón a Boix
pero se ha recuperado en los años 90. Aquí tenemos el problema de carencia de estudios recientes, a pesar
que encontramos alguno. (Ver documento colgado en el Aula Global tabla con los pactos sociales en
Europa).
1. Tipología de partidos
PARTIDOS DE MASAS
Surgen con el sufragio universal masculino y fuera de los parlamentos (los partidos laboristas tienen
una historia peculiar)
Primero es la organización, después los diputados (PSOE: se funda en 1879 y obtiene su primer
diputado en 1910)
¿Consecuencias?
o Predominio de la OEP sobre el GP
o Selección del líder por “congresos” de representantes de los afiliados
“Yo diría (…) que el partido [PSOE] tiene siempre que ser más audaz que la UGT. El partido, que está más
desligado de las necesidades diarias de los trabajadores, tiene que ser más audaz para así poder dirigir a
los trabajadores hacia los objetivos que no se ven cada día, esos objetivos que están a medio plazo y que los
trabajadores, normalmente, no van a captar por sí mismos porque están agobiados. Están presionados por
la falta de dinero, por la falta de puestos de trabajo, por la escasez de las condiciones de vida en las que se
mueven” – Nicolás Redondo (1979)
Haciendo referencia a la variante populista, este término es un tanto ambiguo (hasta hacerlo
inservible), y con connotaciones negativas en Europa, pero no tanto en los EEUU. Por ello, los partidos que
son categorizados como “populistas”, reúnen las siguientes características:
Buscan el voto de los obreros, clases medias, y campesinos ( = el “pueblo” frente a las “élites”), por
lo que el clivaje económico es fundamental
PARTIDOS CATCH-ALL
¿Está clara la diferencia entre un partido de masas “tipo” y un “ideal” de partido “catch-all”? ¿Qué
harían para ganar las elecciones en una situación donde ellos en principio defienden A, pero la mayoría de
la población prefiere B?
PARTIDOS CÁRTEL
Los partidos no compiten entre sí por ganar las elecciones, “hacen como que compiten” para
después repartirse los cargos entre ellos
o El “pentapartido” italiano (DC, PSI, PSDI, PLI, PRI)
o La “fórmula mágica” en Suiza (Soc, Lib, DC y Agrarios-populistas)
O, si no en todos los partidos del cártel están en el gobierno a la vez, prácticamente cualquier
combinación de partidos es posible. Alta rotación de partidos al gobierno (reparto temporal de
cargos), como son los casos de Bélgica, Holanda y los partidos SD, LIB y DC.
¿Qué significa esto de “hacen como que compiten”? Convergencia ideológica, no presentan
alternativas de gobierno diferenciadas (sólo en “cuestiones menores”)
¡Esta convergencia es intencionada! No es una cosa impuesta a los partidos (por el imperativo de
ganar las elecciones, o por factores externos como el poder de los mercados). De este modo, ¿por
qué la quieren? Para conseguir seguridad electoral, de modo que se reducen los incentivos para
cambiar el voto entre los partidos del cártel. Todos los partidos tienen la seguridad que participarán
en los cargos
La pieza fundamental. Tienen que hacer todo lo posible para que no entren nuevos partidos (leyes
electorales, financiando sólo a los “insiders”…) o si entra algún nuevo partido rápidamente le tienen
que cooptar al juego. ¿Será lo que les ha ocurrido a los verdes alemanes y austriacos?
¿Consecuencia para los ciudadanos de esta convergencia? La capacidad (por poca que fuese) que
tienen los ciudadanos de hacer “rendir cuentas” (accountability) y sancionar a los partidos
desaparece. ¿Por qué? Antes, los partidos catch-all quieren ganar las elecciones, y hacen cualquier
cosa para ganarlas, entonces están muy pendientes de qué opina la gente de su gestión. Esto es,
porque la gente puede votar a otro partido que propondrá aquello que la gente quiere (para ganar
las elecciones). Ahora, los partidos se comprometen a no hacer esto (competir entre ellos)
Pero, ¿los ciudadanos no pueden hacer nada? ¿No podrían rechazarlos y no afiliarse, o no votar? ¿Y
los activistas de los partidos? ¿No podrían luchar dentro del partido para mantener la pureza
ideológica (o al menos unos mínimos en sus principios)? La respuesta será que no por las otras dos
características mencionadas
Organizaciones para-estatales:
Partidos con pocos vínculos (y canales de comunicación) con la sociedad civil (cae la
responsiveness), por lo que se manifiesta en:
o Número muy bajo de afiliados
o No hacen campañas para atraerse afiliados simpatizantes que apoyen y trabajen por el
partido
Si tienen pocos afiliados y simpatizantes, ¿quién hace el trabajo? ¿Cómo se financian?
o Subcontratan las tareas
o Y viven de las subvenciones directas del estado, y del reparto de las instituciones y
organismos estatales
Estos partidos han colonizado el estado. Se ha formado una casta política cerrada que vive del
Estado y que no tiene ni interés ni necesidad de escuchar a los ciudadanos (pues no pueden ser
castigados electoralmente). Pero, ¿y los activistas? ¿No pueden hacer nada por evitarlo?
Internamente se pasa de una “oligarquía” a una “monocracia”. Veamos pues, la definición que da
Panebianco (Modelos de Partidos, 1990) de uno y otro:
o Oligarquía: una pequeña coalición tiende a ejercer una influencia desproporcionada sobre
las decisiones colectivas de un grupo. El jefe oficial de la organización es tal vez más
poderoso que cualquiera de sus colegas, pero éstos últimos, en su conjunto, tienen siempre
más influencia que aquél
o Monocracia: modo de dominación caracterizado por la influencia predominante de una sola
persona sobre las decisiones de un grupo. Toda organización (en este caso el partido) tiende
a identificarse con él. Ciertamente la cooperación de otros altos dirigentes con el autócrata
es indispensable: éste necesita su apoyo, pero es claramente superior a la dependencia en
que aquéllos se encuentran respecto a él, que a la inversa
Ahora los líderes de estos partidos buscan una relación directa y plebiscitaria con los (pocos)
afiliados y los votantes. ¿Cómo es posible el hiperpresidencialismo? Por un cambio del sistema de
elección del líder del partido (o al menos contribuye a ello). ¿En qué consiste?
Entender la Ley Curvilínea de May, donde en el eje izquierda-derecha:
o Los votantes de los partidos son más moderados que sus afiliados
o Los afiliados de base algo menos, pero más que los activistas
o Los activistas son los más “radicales”
o Y los dirigentes vuelven a ser más moderados
¿Datos (muy difícil de conseguir)? Una encuesta encargada por La Vanguardia (29-3-98) señalaba
que en una escala del 1 (izquierda) al 7 (derecha): los afiliados del PSOE se autoubicaban en la
posición 2,23 (3,2 en escala 1-10) y sus votantes lo hacían en la posición 2,43 (3,5 en escala 1-10)
Los líderes del partido quieren reducir la influencia de los molestos activistas, pero todavía poder
ser útiles para alguna actividad
o ¿Cómo conseguirlo sin que se vayan? Mediante un sistema de elección que tenga mucha
legitimidad, pero dé voz a los “moderados” las primarias (y cuanto más abiertas, mejor)
Los militantes de base (incluso los ciudadanos) ganan el derecho a elegir directamente el líder del
partido (o el candidato) mediante primarias, pero una vez elegido este, se le ha entregado todo el
poder para que dirija el partido como lo estime oportuno
¡Y todo el cuestionamiento interno de las decisiones del líder del partido se presenta como un
ataque a la democracia interna!
2. Críticas recibidas
Kitschelt es uno de los autores más en desacuerdo. En especial, están desacuerdo con la
plausibilidad de la existencia generalizada y a lo largo del tiempo de “cárteles” de partidos. No obstante,
hace un conjunto de críticas concretas:
¿Es cierto que todos los partidos ofrecen/hacen lo mismo? ¿Convergencia en el eje izquierda-
derecha? Ver el tema 5
Supongamos que sí se ha producido, ¿es necesariamente producto de un deseo de evitar la
competición por los cargos (y el riesgo a perder)? Si fuera por esta razón, ¿es posible mantenerla en
el tiempo?
Si los partidos se han aproximado ideológicamente, pero no así los ciudadanos, un partido que
rompa el cártel tendría un éxito electoral enorme. Suiza parece darnos un ejemplo de esto (PPT T6 – p. 47 i
48). Conclusión: existen incentivos muy fuertes para que un pacto se salga del cártel si sabe que el resto se
mantiene en él.
Aquí hay una cosa que no acaba de cuadrar. Una manera de evitar la aparición de partidos nuevos
es mediante las leyes electorales, de modo que las mayoritarias lo hacen más difícil que las proporcionales.
Al mismo tiempo, los partidos cártel (nos dice Katz y Mair) son más propios de los partidos multipartidistas,
¿por qué? Con multipartidismo es difícil que un partido gane las elecciones con mayoría absoluta, luego los
gobiernos tendrán que ser de coalición. Pero los sistemas multipartidistas tienden a ser más frecuentes con
sistemas proporcionales. Es decir, es más probable encontrar comportamientos de tipo cártel allí donde es
más difícil evitar la aparición de partidos nuevos, y al revés.
Su conclusión: “las propiedades organizativas de los partidos cártel con amplio acceso a la
financiación estatal se correlacionan claramente con un declive electoral, no con su estabilidad”. Veamos
pues, algunos datos sobre la evolución electoral de los principales partidos de centro-izquierda y centro-
derecha (antes de la llegada del “Diluvio del 2008) (PPT T6 – p. 55 i 56)
La idea de cooptación implica que los partidos ya establecidos consiguen que los “nuevos” terminen
actuando como ellos, pero cómo lo hacen es un misterio. En cualquier caso, la aparición de los partidos
nuevos no tiene consecuencias prácticas para la política (sólo que el pastel hay que repartirlo entre más
comensales). ¿Es eso cierto? Kitschelt concluye:
- ¿Por qué estudiar cómo se organizan los partidos políticos (además de por qué no lo sabemos)?
- ¿Hay diferencias entre los partidos de izquierdas y los de derechas?
1. Principales estructuras de los partidos
Toda organización más o menos desarrollada necesita:
- Una estructura que establezca las reglas de funcionamiento interno y los grandes objetivos externos
de la organización (“rule making body”)
- Una estructura que lleve a cabo lo establecido (que gobierne)
- Estructuras de arbitraje y de resolución de conflictos
Esto, en los partidos da lugar a:
- Una estructura local (caucus, sección, célula…)
- Si el estado es multinivel: estructura regional
- Una estructura sectorial: mujeres, jóvenes, campesinos, obreros, etc.
- Una estructura “nacional” compuesta de dos ramas:
o Organización extra-parlamentaria (OEP)
▪ Un congreso de partido (regula), un máximo órgano entre congresos (regula), uno o
varios órganos ejecutivos (gobiernan), varios órganos especializados (listas, financias,
conflictos, etc.) y un máximo líder (gobierna)
o Grupo parlamentario (GP)
Es decir, existe una asamblea directamente elegida por los ciudadanos (elecciones regionales) y una
administración elegida por esta asamblea o por los ciudadanos.
Consecuencias:
- Fomenta la aparición de PANEs (Partidos de Ámbito No Estatal)
- En los PAE (Partidos de Ámbito Estatal) aparecen tres modelos de organización:
o El modelo integrado o alemán: el partido crea ramas organizativas (GP y OEP) para cada nivel
de gobierno, de modo que esas ramas pueden tener mayor o menor autonomía/influencia
respecto al centro (SPD)
o El modelo belga (división organizativa vertical): un PAE se convierte en varios PANEs. Así, cada
organización (que a todos los efectos son partidos distintos) se presenta a todos los niveles
de elecciones (municipales, regionales, federales), pero sólo en una parte del país. Ejemplos:
el PSB (Partido Socialista Belga) que da lugar al PS valón y al PS flamenco (no comparten GP)
o El modelo canadiense (división organizativa horizontal): las ramas organizativas regionales
del PAE se convierten en partidos distintos y sólo se presentan a las elecciones de su nivel.
Ejemplos: el PC canadiense solo se presenta a las elecciones federales y el PC de Ontario
(Columbia Británica) sólo se presenta a las elecciones de su “provincia”
ESTRUCTURA NACIONAL
El congreso del partido es el máximo órgano que establece las normas (estatutos) y principios
políticos del partido. Por ello en España encontramos distintos nombres en función del partido al que forman
parte: PSOE (congreso federal), PP (congreso nacional), IU (asamblea federal), ERC (congrés nacional),
PDeCAT (assemblea nacional), PNV (asamblea general) y Podemos (asamblea ciudadana). No obstante,
según su composición podemos encontrar tres variedades respecto a su composición:
• Congresos exclusivos de “representantes” de los afiliados y/o de las organizaciones que formaron el
partido. Aquí, se hallan dos principios de representación, es decir, tanto territorial como sectorial
• Congresos de “representantes” + “miembros natos”, es decir, de cargos orgánicos y públicos
• Congresos abiertos a los que, en principio, cualquier militante puede asistir
Por otra parte, encontramos el máximo órgano entre congresos que es el que establece las normas
entre congresos, y generalmente de rango inferior. Por ello en España encontramos distintos nombres en
función del partido al que forman parte: PSOE (comité federal), PP (junta directiva nacional), IU (consejo
político federal), ERC (consell nacional), PDeCAT (consell nacional), PNV (asamblea nacional) y Podemos (no
existe). Así, su composición en diferencia al congreso del partido, se dota de los miembros elegidos por el
congreso + miembros “natos” (por ejemplo, representantes de estructuras territoriales). En tercer lugar,
encontramos los órganos ejecutivos que son los que ejecutan las normas y principios del partido y de la
política del día a día. Del mismo modo que en los dos casos anteriores, en función del partido al que forman
parte, reciben un nombre distinto: PSOE (comisión ejecutiva federal permanente), PP (comité ejecutivo
nacional y comité de dirección), IU (presidencia federal y comisión ejecutiva federal), ERC (executiva nacional
y permanent nacional), PDeCAT (comitè nacional y direcció executiva nacional), PNV (euzkadi buru batzar) y
Podemos (consejo ciudadano y consejo de coordinación). Los órganos ejecutivos son elegidos por el
congreso + miembros “natos”.
2. El líder del partido
No existe una buena definición, dado que nos encontramos con el riesgo de recaer en tautologías (es
decir, afirmar que los candidatos a Primer Ministro (PM) son los líderes de los partidos, siempre). Por lo
tanto, se suele dejar que sean los propios partidos quienes aclaren lo que son realmente. Esto es porque, a
veces el candidato a PM es el líder del partido y otras veces no (véase el caso de Rubalcaba-Zapatero). De
ser así, existen dos variedades:
• Liderazgos únicos: el líder formal y el líder real son el mismo. Es decir, el líder “real” que es el que
detenta la presidencia ejecutiva del país sin ocupar un cargo orgánico se equipara con el líder formal,
donde algunos ejemplos famosos serían la UMP de Sarkozy (2007-2012) o el PS de Hollande (2012-
2017). No obstante, puede ocurrir que este no se sostenga al largo del tiempo y se dé una posición
variable, y como ejemplo podemos tomar CDC y Pujol como President de la Generalitat. Esto es
porque de 1976-1989 Pujol era el secretario general de CDC y el presidente entonces era Ramon Trias
Fargas. De 1989-2012 Pujol era el presidente de CDC mientras que como secretario general hubo tres
(Miquel Roca 89-96, Pere Esteve 96-00, Artur Mas 00-12). De 2012 en adelante, Artur Mas fue el
presidente de CDC (y de CiU desde el 2001), mientras que el secretario general de CDC fue Oriol Pujol
de 2012-2014
• Co-liderazgos y bicefalias: ocurre cuando el líder formal y el líder real son dos personas distintas. Es
por ello que el co-liderazgo se da cuando dos personas ocupan el mismo cargo (especialidad en los
partidos verdes), y en las bicefalias no está claro qué cargo es superior a otro (si es ocupado por
personas distintas). Como ejemplo podemos tomar Almunia (secretario general) y Borrell (candidato
a PM y presidente de GP)
No obstante, hay una variante (menos frecuente) que la lleva a cabo el PNV, entre otros:
A modo de conclusión, la organización interna de los partidos parece ser muy relevante. Una pieza
clave de las relaciones entre dos poderes del Estado no depende de las propias instituciones del estado, sino
de una cuestión interna (privada) de los partidos. En muchas constituciones no se menciona a los partidos,
o si se hace, es sólo de forma muy genérica. No obstante, ¿es siempre así? Lijphart adviete que en los
sistemas parlamentarios no siempre domina el ejecutivo sobre el poder legislativo “En los sistemas
parlamentarios puede encontrarse un difícil equilibrio de poder entre gabinete y parlamento, como en
Bélgica, pero también un claro predominio del ejecutivo, como en el RU, NZ y Barbados”.
¿Cómo saber si unos gobiernos son más fuertes que otros en relación al legislativo? El indicador que
nos propone Lijphart en su obra es la duración de los gobiernos, donde cabe hacer una aclaración acerca de
cuándo se considera un “nuevo gobierno”, y esto es cuando hay elecciones (aunque no cambie el partido o
partidos en el poder), si cambia el PM (aunque no su partido), si cambia la composición partidista, y si cambia
el estatus del gobierno (en mayoría o en minoría). Por ello, Lijphart realiza un estudio de la duración media
(en años) de los gabinetes de 31 democracias entre 1945 y 1996 (PPT T7 – p.23) donde en el puesto inferior
se encuentra Italia con 0.99 y donde el puesto superior lo ocupa Bahamas con 4,76. España se encuentra en
2,38. Hay una gran variación, pero 23 de los 31 países no llegan a los 3 años de duración media. Más allá,
con estos datos no sabemos realmente si han acabado su mandato y por qué lo han hecho. En otras palabras,
la fortaleza del poder ejecutivo ante el legislativo (medido en duración de los gobiernos) puede depender
tanto del sistema de partidos como de las características internas de los partidos (que es donde quería
llegar). Así, es evidente que ser gobierno monocolor o de coalición tiene su relevancia para su duración, así
como tener mayoría absoluta o no.
- Los gobiernos monocolores duran de media más que los de coalición (datos medidos en días), por lo
que a través de un estudio de 22 democracias parlamentarias (desde la IIGM hasta el 2000) se
confirmó dicha tesis. En definitiva, duran 150 días más (unos 5 meses aproximadamente)
- Los gobiernos en minoría duran de media más que los de mayoría
- Si combinamos las dos variables, surge la tercera tabla, por lo que monocolor mayoritario > coalición
mayoritario > monocolor minoritario > coalición minoritario
Ahora bien, hay un hecho que nos hace pensar que aquí no se acaba la historia, y es que no todos los
gobiernos monocolores y mayoritarios han durado lo mismo. De hecho, la mayor desviación típica está aquí.
¿Por qué hay gobiernos monocolores y mayoritarios que duran mucho y otros no? ¿Será por cómo se
organizan internamente los partidos? Antes de responder, veamos otras dos cuestiones:
Resumiendo, Cheibub y Przeworski (1999) nos recuerdan que entre 1950 y 1990 el 48% de los
cambios pacíficos de primer ministro no fueron producto de un castigo por parte de los votantes sino de
decisiones tomadas por su propio partido o por sus socios de coalición. Otro investigador que ha tratado el
tema, Maravall (2008), ha afirmado que: “esos primeros ministros tendrían que haber temido las intrigas de
los demás políticos tanto como el veredicto de los electores”.
Hay que tener en cuenta dos cosas, de modo que sirven como razones que hacen que sus gobiernos
duren menos y no por ser exclusivamente “de derechas”:
- La derecha (en general) está más fragmentada que la izquierda (España es un caso especial)
- La derecha tiende a gobernar más en coalición (pero más en mayoría) que la izquierda
Siendo así, si resulta que la derecha es más propicia a gobernar en coalición que la izquierda (porque
está más fragmentada), ¿duran menos sus gobiernos porque son “de derechas” o porque son gobiernos de
coalición (y ya sabemos que duran menos)? ¿Cómo podemos saberlo? La siguiente tabla muestra los datos
controlando por tipo de gobierno
A igualdad de tipo de gobierno,
los gobiernos de derechas duran menos.
Parece que “algo” tienen los gobiernos
de derechas que los hace durar menos.
Puede ser pues, ¿por su estructura
organizativa? El estudio más importante
es el de Janda y King (1985) en el que
estudian 158 partidos de 53 países entre
1950 y 1962. Las conclusiones de este
son que, cuanto más a la derecha un partido:
- Menos implantado territorial, menos implicación de los afiliados de base, estructura organizativa más
sencilla, menor grado de centralización interna, y más autonomía del grupo parlamentario con
respecto al resto de la organización
Hay un estudio más reciente de Enyedi y Lineker para Europa oriental de 2008 (Searching for the
Right Organization: Ideology and Party Structure in East-Central Europe) y encuentran que efectivamente se
dan diferencias entre la izquierda y la derecha, y en el sentido señalado por Janda y King. ¡Pero es verdad
que falta información! Un matiz importante a destacar es que, parece que la diferencia en duración entre
gobiernos de derechas e izquierdas es cosa del pasado.
En conclusión:
- No todos los gobiernos parlamentarios duran lo mismo (lo cual tendrá implicaciones en su relación
con el poder legislativo). Ser monocolor o de coalición, tener mayoría absoluta o no importa, pero
también importa el apoyo que le preste su propio partido
- Los gobiernos de derechas duran (sobre todo, duraban) menos que los de izquierdas. Y de nuevo,
podría ser porque algo tenían “sus partidos” (no se trataba solo de que fuera de coalición, que
también)
5. El papel de la estructura partidaria en la lógica del poder del ejecutivo en los sistemas parlamentarios
Recordemos la razón de que el poder ejecutivo puedan controlar el legislativo en los sistemas
parlamentarios (y para simplificar nos centramos en los gobiernos monocolor con mayoría absoluta). Por
ello, veamos una cita de Esperanza Aguirre: “que pongan una gestora mañana si quieren, y en ese momento…
yo no me voy a presentar como candidata para que el programa electoral lo hagan otras personas con las
que yo no coincido, y la lista electoral otro tanto. No, no soy un monigote” (2015), era la candidata a la alcaldía
pero la lógica es la misma para la presidencia. Así, recordando el primer esquema de flechas que se
encuentra en el punto 3 de este tema, acerca de la lógica del predominio del ejecutivo sobre el legislativo,
es importante hacer mención a que hemos visto que no siempre se da este predominio del ejecutivo (medido
en duración de los gobiernos), por lo que entonces podemos pensar en:
Las dos primeras cuestiones, es decir, que los PM no siempre sean líderes de los partidos, y que éstos
no siempre controlen la OEP están bastante vinculadas. Si el líder del partido controla la OEP es el primer
ministro (PM) aunque en algunas ocasiones no puede controlar y ser PM al mismo tiempo, como es en los
casos de Australia y Japón. Por ello, cabe ver cómo de frecuente es que el PM sea a su vez líder del partido
(LP) (PPT T7 – p. 52-53).
A todo esto, una aclaración conceptual básica entre primarias y “selección directa” (por
afiliados/simpatizantes) del líder del partido, es indispensable. En principio, no deberíamos llamar
“primarias” a la selección de los líderes de los partidos, tal y como acostumbran a hacer los medios de
comunicación. Las primarias son un proceso de selección de candidatos a “cargos públicos” (no internos y
orgánicos). No obstante, si el líder del partido (LP) es el mismo que el candidato al primer ministro (PM), no
hay diferencias en la práctica, como en los partidos ingleses, por lo que se acostumbran a confundir los
conceptos. Veamos pues, las clases de primarias:
• Cerradas y abiertas
• Para cargos legislativos (diputados) y/o cargos ejecutivos
Hay partidos que las han introducido para los dos tipos de candidaturas (legislativas y ejecutivas)
como el PD de Italia, Likud, y el PL de Israel; mientras que otros solo las han introducido para los candidatos
a cargos ejecutivos, como el PSOE. Para saber dónde hay “selección directa” del líder formal actualmente,
yendo más allá de las primarias, es necesario ver los datos.
¿Hay diferencias respecto a esto entre izquierda y derecha? ¿Es la izquierda más dada a adoptar el
sistema de “selección directa” de su líder formal? La selección directa tiene que ver pues, con las diferencias
izquierda-derecha, la posición en el eje ideológico, y por familias ideológicas. Ahora bien, ¿quiénes han sido
los primeros en incorporarlos? Parece que la socialdemocracia. ¿Y por qué? ¿Tiene algo que ver con las
derrotas electorales? Está claro que será un factor que ni es necesario (hay partidos que las incorporan sin
haber sufrido una derrota) ni suficiente (hay partidos que con derrotas las ignoran). Para ver si aumenta la
probabilidad es necesario ver los datos, nuevamente.
¿Y cuándo se copian por los rivales? Cuando estos consideran que (Israel es un caso paradigmático al
respecto):
- Al primero le fue electoralmente bien
- Y ellos sufren una fuerte derrota electoral (en un sistema bipartidista una cosa va ligada a la otra, en
los sistemas multipartidistas no)
Finalmente, ¿tiene relevancia el sistema de elección del líder formal? Generalmente, se piensa que
cuanto más “cerrado” sea un sistema de elección menos poder tienen sus líderes (menos monocráticos son).
Hay que tener cuidado con ello. Que un líder del partido tenga poco poder no quiere decir necesariamente
que la organización sea muy democrática. Puede ser una “oligarquía”. ¿Y por qué los sistemas más
“cerrados” les hacen tener menos poder?
- Porque es más fácil organizar “conjuras” para sustituirlos (comparemos sino un líder escogido por el
GP o por primarias)
- Los procesos de selección donde participan directamente los afiliados dan mucha legitimidad al
poder
Pero hay otras fuentes de poder de los líderes de los partidos. Cuando las elecciones se
presidencializan, se vota en función del candidato, que es un activo electoral para el partido. De hecho,
algunos partidos además de tener en cuenta el sistema de elección del líder y de quien sea el candidato a
presidente es muy importante. Así, introducen otros mecanismos para evitar hiperliderazgos:
• Grado de “inclusividad”: el selectorado puede ser más o menos amplio (número de personas que
participa en la selección) y su clasificación se parece mucho a la de los líderes orgánicos, por lo que
de más inclusivo a menos encontramos tal que (falta un “cuerpo” y son los GP):
o Votantes (primarias abiertas)
o Afiliados (primarias cerradas)
o Representantes de los afiliados
o Dirigentes de los partidos
o Dirigente del partido (“yo hago las listas”)
• Grado de “(des)centralización”: nivel territorial donde se toman las decisiones de quien será el
candidato. Un ejemplo de clasificación (Lundell):
o Selección en las agrupaciones locales del partido, sin revisión posterior
o La decisión se toma en los órganos intermedios (provinciales o regionales), sin revisión
posterior
o Equilibrio entre los dirigentes centrales del partido y los subestatales
o Los dirigentes subestatales proponen, pero los centrales tienen la última palabra
o Control completo por los dirigentes centrales del partido
No obstante, ¿no están ligadas ambas dimensiones? Hasta cierto punto sí, cuando la decisión se toma
por los órganos nacionales, se suele reducir también el número de individuos que participa. ¡Pero lo opuesto
no es cierto! Cuando la decisión se toma a nivel local, ésta decisión puede ser tomada por los votantes o los
afiliados (primarias) o por los “barones” locales del partido.
Para estudiar la relevancia del control del comportamiento de los diputados, imaginemos el siguiente
supuesto: los diputados quieren volver a serlo (allí donde la reelección es posible) pero antes de que lo
reelijan o no los ciudadanos, el “partido” lo tiene que volver a nominar como candidato. Dicha decisión
dependerá de su comportamiento de lealtad (disciplina) hacia el cuerpo que lo vuelve a nombrar candidato.
Pero la cuestión capital es “quién” en el partido toma la decisión. Por tanto, dos ideas bastante extendidas:
- Las “primarias” debilitan la unidad de los partidos (en concreto de su GP)
o ¿Es esto contradictorio con lo que nos decían Katz y Mair? Estos, se referían a la selección del
líder orgánico, o si acaso del candidato a PM
- La “descentralización” tiene el mismo efecto
Si observamos datos al respecto:
- Grado de “inclusividad”: a falta de estudios a nivel comparativo, lo único que tenemos sobre la
extensión de las “primarias” para elegir candidatos a diputados es el estudio de Scarrow, Webb y
Farrell (2000), el cual sostiene que el incremento del papel de los afiliados de base no ha sido un
proceso tan generalizado:
o Sólo en 8/18 paises estudiados (Austria, GB, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Irlanda
y Nueva Zelanda)
o Y en 3/18 el proceso fue inverso (Australia, Bélgica y los Países Bajos)
Además, la dirección nacional del partido suele mantener el derecho de veto preexistente sobre los
candidatos propuestos por parte de la militancia.
- Grado de “descentralización”: Lundell (2004) estudia 94 procesos de selección en 21 democracias,
por lo que la selección en:
o Secciones locales: 10,6%
o Órganos internos: 20,2%
o Equilibrio entre los dirigentes centrales del partido y los subestatales: 38,3%
o Los dirigentes subestatales proponen: 23,4%
o Control completo de los dirigentes centrales: 7,4%
¿Por qué varía el grado de descentralización? ¿Tienen algo a ver las leyes electorales? Se ha señalado
cierta conexión entre las leyes electorales y el grado de descentralización. Las leyes electorales que utilizan
distritos uninominales tienden a favorecer sistemas descentralizados, mientras que los sistemas de listas son
más favorables a que estén controlados por los órganos superiores. El caso alemán sería así bastante
ilustrativo: su sistema electoral es mixto, hay diputados que son escogidos en distritos uninominales, otros
en distritos plurinominales (el distrito es el “Land”), luego por lista. En el primer caso, los candidatos suelen
ser escogidos por los órganos locales; en el segundo por los órganos regionales del partido. Por otra parte,
¿hay diferencias por ideología? (PPT T7 – p.81).
Si los partidos de derechas están más
descentralizados, esto quiere decir que su OEP
(esté controlada por una oligarquía, o por un
líder carismático) menos control tendrá de los
diputados. ¿Se manifiesta esto en su
comportamiento? Se suele estudiar mediante el
índice de Rice. Este, mide el grado de cohesión
de un grupo parlamentario, y va de 0 a 100,
donde 0 equivale a que el partido (sus
diputados) se divide por la mitad en una
votación y donde 100 equivale a que todos los
diputados votan lo mismo.
En modo de conclusión:
- En sistemas que favorecen la formación de gobiernos monocolor y con mayoría:
o si un partido cohesionado y monocrático predominio del ejecutivo sobre el legislativo
o si el partido está dividido el ejecutivo será más dependiente del legislativo
- Los factores que contribuyen a explicar si un partido está cohesionado y es monocrático son:
o Forma de escoger a su líder
o Forma de escoger a los diputados
- La izquierda tradicionalmente presentaba partidos más cohesionados y monocráticos, de aquí que
sus gobiernos duraran más
- Pero esta diferencia se ha recortado con el tiempo (probablemente porque también lo han hecho las
diferencias en sus características internas)
Primero, explican cómo eran las relaciones entre las organizaciones sindicales y los partidos de
izquierdas (principalmente a la SD)
o Compartían (componente “estructural):
▪ Ideología
▪ Líderes, cuadros y bases de apoyo
o (Componente utilitario de las relaciones) Se realizaban dos tipos de intercambios (a los que
estos dos autores lo llaman “political exchange”):
▪ Political bargain: votos a cambio de legislación favorable para los sindicatos
▪ Economic bargain (= intercambio político): moderación salarial a cambio de la
creación de empleo, gasto social, etc.
Después, dan una explicación de por qué sindicatos y partidos SD dejan de colaborar como antes
o La explicación que ofrecen es “estructuralista”
▪ Cambios en la estructura económica
▪ Cambios en la estructura social
2. ¿Es esta la única explicación de por qué puede haber una ruptura de sus relaciones?
Pensemos en una situación hipotética, en la que estamos en una situación de una única
confederación sindical centralizada, o en el caso de que haya varias, no compiten entre ellas. ¿Cuándo su
partido “hermano” estará en mejor situación de proporcionarle más “bienes” a cambio del apoyo electoral
prestado?
- Cuando su partido llegue al poder y le proporcione lo que le pide el sindicato socialdemócrata. En
otras palabras, implica un mayor gasto social y empleo
- Lo cual es más probable que se dé en contextos de expansión económica.
Esto, implica pues que, ¿un apoyo electoral era lo único que pedía un partido SD? ¿Qué le pide
además un partido socialdemócrata a su sindicato tras llegar al gobierno? Apoyo a sus políticas, en concreto
que el sindicato coordine su política sindical en el ámbito laboral (relaciones con los empresarios) con sus
políticas económicas. Y más en concreto todavía, le pedía moderación salarial. En definitiva y en modo de
conclusión, las relaciones con un partido socialdemócrata serán más útil a una confederación sindical cuando
su partido llega al poder y la economía crece.
Pensemos en una segunda situación hipotética, en la que estamos ahora en una situación en que hay
al menos dos confederaciones sindicales que compiten por el apoyo de los trabajadores (una de ellas es SD
y la otra no). ¿Sigue siendo cierto que dichas relaciones le serán más beneficiosas a la confederación sindical
SD cuando su partido llega al poder y la economía crece? Si su partido llega al poder, ¿qué le pide el gobierno
a “su sindicato”? Moderación salarial. ¿Puede un sindicato socialdemócrata dar moderación salarial cuando
tiene la competencia de otra confederación sindical? Depende:
- Si, en época de crisis económica (o al menos es mucho más probable)
- No, en época de expansión económica
¿Por qué? Porque le cuesta las elecciones sindicales (si es que hay elecciones) o pierde afiliados frente
a su rival. Vimos que los trabajadores apoyarían a aquel sindicato que les prometiera subidas salariales. ¿Qué
hará el gobierno “hermano”? Dejar de dar bienes públicos y el sindicato dejará de apoyarle en las elecciones,
por lo que implica que las relaciones se han roto. Y lo hacen precisamente cuando (en un sindicato unitario
y centralizado) estas relaciones serían más provechosas para los sindicatos. ¿Ruptura UGT-PSOE, when?