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Traducido por Templo Bautista de Fairfax ©

1TEMPLO BAUTISTA
DE FAIRFAX
Estudio Bíblico

Estudio Bíblico Personal y Familiar


Lección 9

Introducción
Debemos hacer lo que es correcto. Es
correcto hacer lo que debemos hacer. <preguntas
retóricas> ¿Es el estudio Bíblico personal y
familiar algo que es correcto hacer? ¿Es el estudio
Bíblico personal y familiar algo que debemos
hacer? La respuesta Bíblica a ambas preguntas es
que “sí”. La razón por la que sabemos que esto es
algo que debemos hacer y que al mismo tiempo es
correcto es porque la Biblia lo dice así.

Esta lección es propia para todos y servirá


de estímulo a todo aquel que en este momento
practica el estudio Bíblico personal y familiar:
reforzando el hecho de que lo que está haciendo es
correcto. Si usted no sabía que debía estar
practicando el estudio Bíblico personal y familiar,
esta lección le enseñará las razones por las cuales
debería de hacerlo para que sepa lo que es correcto.
Finalmente, si usted sabe que debe de practicar el
estudio Bíblico personal y familiar pero no lo está
haciendo, está lección le animará a hacerlo.
Nunca es tarde para empezar a hacer algo
que debemos hacer, ni nunca es tarde para empezar
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a hacer lo correcto. No hay nunca un momento


apropiado para dejar de hacer lo correcto o lo que
debemos hacer. Estamos equivocados siempre que
ignoramos la Palabra de Dios. Hay un libro titulado
Entrenando a los Hijos para que Hagan lo Correcto,
disponible en nuestra librería (en inglés), el cual
contiene un capítulo con muchos de los conceptos
que vamos a discutir hoy.

Porqué Debemos Estudiar la Biblia

El primer versículo que viene a la mente es


2ª Timoteo 2:15, el versículo lema del programa de
AWANA, “Procura con diligencia presentarte a
Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.”
La palabra “procura” traducida quiere decir ‘poner
atención a’, ‘apurarse’ o ‘hacer un esfuerzo.’ Un
obrero es alguien quien hace un esfuerzo. La
palabra “presentarse” significa ‘ponerse cerca de’ o
‘exponerse.’ ‘Se presentó’, palabras usadas en
Hechos 1:3 respecto a las apariciones de Jesús
después de la resurrección. Por tanto, deberíamos
de estar haciendo un esfuerzo para ser vistos y
aprobados por Dios. Esa aprobación se encuentra
centrada en estudiar la Biblia, la Palabra de Dios,
de la manera correcta. Como creyentes, nuestro
deseo debe de ser de pararnos firmes con la
aprobación de Dios.

Leamos Josué 1:7-8 “Solamente esfuérzate y


sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a
toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te
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apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que


seas prosperado en todas las cosas que emprendas.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley,
sino que de día y de noche meditarás en él, para
que guardes y hagas conforme a todo lo que en él
está escrito; porque entonces harás prosperar tu
camino, y todo te saldrá bien.” Como creyentes,
nuestro deseo también debe ser el vivir en
obediencia a Dios. El consejo que Dios le dio a
Josué fue que meditara a diario en la Palabra de
Dios. La idea de meditar no es con el objeto de
desocupar nuestras mentes como enseñan los falsos
religiosos orientales sino al contrario, la meditación
Bíblica consiste en tomar una idea de las Escrituras
y estudiarla con el mismo esfuerzo mencionado en
2ª Timoteo 2:15. Estos versículos nos muestran un
buen número de beneficios que podemos obtener al
estudiar la Palabra de Dios. Además de ser
obedientes, estaremos evitando tentaciones que se
nos presentan y nos llevan por el camino
equivocado. Viviremos de una manera prudente
(v.7 próspera), comportándonos con prudencia.
Creceremos (v.8 prosperaremos) espiritualmente.
(Comparemos lo negativo— Proverbios 28:13 “El
que encubre sus pecados no prosperará; mas el que
los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”.)
Repitiendo lo anterior, viviremos de manera
prudente (‘saldremos victoriosos, prósperos’ como
dice el v.7) comportándonos juiciosamente. Dios le
dijo a Josué que el propósito de su meditación era
para que viviera con prudencia y con la intención de
que creciera espiritualmente.
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¿Quién, como creyente, no desea crecer


espiritualmente y vivir una vida prudente ante los
ojos de Dios? Como padres Cristianos, ¿quién no
quiere esto mismo para sus hijos? Ya que es normal
que como Cristianos queramos crecer
espiritualmente y vivir juiciosamente, debemos
tener un estudio Bíblico personal y ya que es
normal que como padres Cristianos queramos
también crecer espiritualmente y vivir
juiciosamente, debemos estudiar la Biblia con
nuestra familia.

Porqué es Correcto el Estudio de la Biblia

Leamos Salmo 19:7-14 “La ley de Jehová es


perfecta, que convierte el alma; el testimonio de
Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. 8 Los
mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el
corazón; el precepto de Jehová es puro, que
alumbra los ojos. 9 El temor de Jehová es limpio,
que permanece para siempre; los juicios de Jehová
son verdad, todos justos. 10 Deseables son más que
el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más
que miel, y que la que destila del panal. 11 Tu
siervo es además amonestado con ellos; en
guardarlos hay grande galardón. 12 ¿Quién podrá
entender sus propios errores? Líbrame de los que
me son ocultos. 13 Preserva también a tu siervo de
las soberbias; que no se enseñoreen de mí; entonces
seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión. 14
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación
de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y
redentor mío.”
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Pregunta: ¿Qué razón nos da el


Salmista David para el estudio de la
Palabra de Dios?

v.7 - La palabra de Dios es perfecta,


lo cual significa que está entera o
completamente de acuerdo con la
verdad y los hechos (Definición de
Brown-Driver-Brigg). La verdadera
educación, conocimiento,
entendimiento y sabiduría nos llegan
de estudiar al mundo como es en
realidad, no como otros quieren que
lo veamos. No hay manera de
aprender la verdad acerca de este
mundo excepto a través de la Palabra
de Dios.
v.7 - El resultado es convertir el
alma, que es originalmente la
salvación para luego acercarnos más
a Dios. A medida aprendemos la
Verdad nos encontraremos mejor
equipados para distinguir el mal.
Del mismo modo que aprendemos a
discernir el mal, lograremos como
Cristianos entrar en una comunión
con Dios respecto al mal. Por
ejemplo, Proverbios 15:9 dice
“Abominación es a Jehová el camino
del impío; mas El ama al que sigue
justicia”.
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v.7 - ‘Que hace sabio al sencillo.’


Esto se explica mejor en Isaías 30:21
“Entonces tus oídos oirán a tus
espaldas palabra que diga: Este es el
camino, andad por él; y no echéis a
la mano derecha, ni tampoco torzáis
a la mano izquierda.” El estudiar la
Palabra de Dios desarrolla nuestra
conciencia, nuestro compás moral,
para que actúe como nuestro
consejero a cada paso que damos.
Meditemos en la promesa de Isaías,
juntamente con lo que dice
Proverbios 3:5-7 “Fíate de Jehová
de todo tu corazón, y no te apoyes en
tu propia prudencia. Reconócelo en
todos tus caminos, y él enderezará
tus veredas. No seas sabio en tu
propia opinión.”
v.8 - El precepto de Jehová es recto y
puro alumbrando nuestra alma y
reflejándose en nuestros ojos.
Cuando nuestros ojos están fijos en
la verdad no podemos tan fácilmente
desviarnos hacia el pecado. Jesús
instruyó en Mateo 6:22 “La lámpara
del cuerpo es el ojo; así que si tu ojo
es bueno, todo tu cuerpo estará lleno
de luz”. La palabra ‘bueno’ en este
versículo se refiere a una
determinación sincera de estar,
particularmente, bajo la voluntad de
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Dios y al mismo tiempo haciendo


Su voluntad.
v.12 - La eficacia de la Palabra de
Dios es que Dios nos limpia a través
de ella, mostrándonos el pecado en
nuestras vidas, “Líbrame de los que
me son ocultos.” Es muy importante
librarnos de todo pecado, aún los
pecados secretos, porque el pecado
nos impide una relación intima con
Dios. “Si en mi corazón hubiese yo
mirado a la iniquidad, el Señor no
me habría escuchado” (Salmo
66:18). Por medio de Su Palabra el
Espíritu Santo trae a nuestra atención
las áreas de nuestras vidas que
necesitan limpiarse. Esta
purificación nos acerca más a El.
v.13 - El estudio de la Palabra de
Dios nos “Preserva también a tu
siervo de las soberbias”. Dios nos
habla por medio de Su Palabra
ayudándonos a evitar el pecado
evidente. Las faltas ocultas en la
vida del Cristiano le pueden derrotar
a uno. El orgullo y el pecado
evidente son devastadores. Los
Cristianos tenemos la habilidad para
evitar el pecado. Pablo escribió en 1ª
Corintios 10-13 “No os ha
sobrevenido ninguna tentación que
no sea humana; pero fiel es Dios,
que no os dejará ser tentados más de
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lo que podéis resistir, sino que dará


también juntamente con la tentación
la salida, para que podáis soportar.”
La mejor manera de escapar es a
través del estudio intenso de la
Palabra de Dios. Ya sea por
declaración directa o a través de
principios, Dios nos ha proveído una
escapatoria de todo el pecado. La
realidad es que no podemos aplicar
en nuestras vidas la verdad que no
conocemos. Aprendemos esta
verdad estudiando personalmente la
Biblia e instruimos a nuestros hijos
sobre la verdad por medio del
estudio familiar.
v. 14 - Debemos vivir de acuerdo con la
Palabra de Dios. Es la única manera que
podemos ser aceptables ante los ojos de
nuestro Señor ‘delante de ti’. Este es el
mismo concepto que encontramos en 2ª
Timoteo 2:15 procura con diligencia
presentarte aprobado. La ventaja de la
rectitud es que nos protege del mal. Salmo
5:12 dice, “Porque tú, oh Jehová,
bendecirás al justo; como con un escudo lo
rodearás de tu favor”. Satanás se quejó con
Dios de que Job era justo porque Dios lo
había protegido del mal, encontrándose en
un lugar muy seguro.

Cómo Hacer lo que Debemos y lo que es


Correcto
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El primer paso a dar para comenzar a


estudiar la Biblia es planear el momento apropiado
para hacerlo y hacer del estudio un hábito.
Pensemos en todas las cosas que planeamos para un
día en particular. Planeamos cuándo nos
levantamos, planeamos cuándo salir de casa hacia
nuestros trabajos para llegar a tiempo, planeamos
otros eventos durante el día, planeamos cuándo
cenar, planeamos cuándo nos vamos a dormir y el
ciclo se vuelve a repetir. Los planes para el fin de
semana serán un poco diferentes, pero siempre
serán planeados. Es muy normal que en una familia
el padre y la madre se pongan de acuerdo sobre sus
horarios para poder acomodar las actividades de sus
hijos. <Preguntas retóricas> ¿Dónde encontraremos
tiempo en nuestros horarios tan ocupados para
poder llevar a cabo un estudio Bíblico personal y
familiar? La respuesta es que no habrá tiempo para
Dios si no lo planeamos con anticipación.
Una de la dificultades con el estudio Bíblico
personal y familiar es el figurar qué debemos
estudiar. Muchos libros se han escrito sobre este
tema. Planear es muy importante. Tener paciencia
con el estudio es también importante. Dios nos
revelará toda la verdad que podamos asimilar. ¿Si
no usamos la verdad que ya nos ha revelado, cuál
sería el propósito de que nos iluminará con más
verdad? El principio es el siguiente: El
conocimiento nos lleva al entendimiento y el
entendimiento, si lo aplicamos, nos lleva a la
sabiduría. Conocimiento, entendimiento y sabiduría
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son las tres patas de un banquillo. Un banquillo sin


sus tres patas es inservible.

Un aspecto del conocimiento es que es


simplemente hechos. El problema con ciertos
hechos es que nos volvemos engreídos (1ª
Corintios 8:1). Pablo escribe aquí que
conocimiento junto con caridad es edificante. El
conocimiento del que Pablo nos habla no es el
conocimiento que nos viene del temor a Dios
(Proverbios 1:7). Este conocimiento va más alla de
los meros hechos, abarcando la segunda y tercera
pata del banquillo. El saber que poner gasolina en
nuestro carro es necesario para su funcionamiento,
es conocimiento absolutamente correcto. Es un
hecho. Pero ese simple hecho no nos lleva a de
compras a la tienda. Si relacionamos entre estos
hechos Bíblicos o principios y nuestra propia vida,
entonces obtenemos lo que la Biblia llama
entendimiento.
La idea transmitida por la palabra
entendimiento es capturada en Efesios 5:17 “Por
tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál
sea la voluntad del Señor.” Primero, aprendamos
un suceso (hecho) de la Biblia. Segundo,
analicémonos y veamos si ese suceso de la Biblia
toca algún aspecto de nuestras vidas. Usando el
ejemplo del carro, si el carro que está en el garaje
tiene el tanque lleno de gasolina, hemos aplicado el
conocimiento. Pero eso no es suficiente. Poseemos
conocimiento y entendimiento, pero hasta que no
nos subamos al carro, lo encendamos y lo
manejemos ese conocimiento y entendimiento es
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inútil. Es cuando manejamos que hemos convertido


conocimiento y entendimiento en sabiduría.

La tercera pata del banquillo es la sabiduría.


Sabiduría es la aplicación correcta y consistente del
conocimiento Bíblico a cada aspecto de nuestras
vidas. Sabiduría es conocimiento aplicado a
nuestras vidas (entendimiento). La sabiduría resulta
de convertir el entendimiento en uso. Proverbios
2:6 “Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca
viene el conocimiento y la inteligencia”.

Pregunta: ¿Qué tiene que ver el


conocimiento, el entendimiento y la
sabiduría con el estudio Bíblico
personal y familiar?

La lectura de las Escrituras es la mejor


manera de ganar conocimiento. La meditación de
lo que leemos o estudiamos nos da entendimiento -
nos permite descubrir áreas de nuestra vida a las
cuales se aplica el conocimiento. La memorización
de las Escrituras nos asegura que retenemos el
conocimiento: que ha llegado a ser parte de nuestro
ser. Luego sabiduría, poner en acción el
conocimiento y el entendimiento, nos coloca en la
voluntad de Dios. Leer y memorizar la Palabra es
de lo que habla el Salmo 19. También es lo que
Pablo escribió a la iglesia Romana, “No os
conforméis a este siglo, sino transformaos por
medio de la renovación de vuestro entendimiento,
para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de
Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2). Nos
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beneficiaríamos mucho más de los mensajes si


estuviéramos ya familiarizados con los pasajes
Bíblicos que se predican. Tendremos un contexto
dentro del cual la predicación puede ser mejor
recibida. Estaremos equipados, como los de Berea
(Hechos 17:11) para distinguir lo verdadero de lo
falso. Todo esto es parte de ser un creyente fiel.
“Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto
encarga a hombres fieles que sean idóneos para
ensear también a otros” (2ª Timoteo 2:2).

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