Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Asignatura: Prehistoria
Carrera: Arqueología
Docente: Diego Artigas
Ayudante: Bastian Troncoso
Alumnos: Josefina Kaiser
Francisca Arriagada
Catari Seaman
Fecha:09/11/2023
En base a la información estudiada durante el curso de Prehistoria I, podemos comprender que, si bien
las propuestas sobre el poblamiento humano en América aún resultan confusas, existen
planteamientos fundamentados tanto en el registro arqueológico como en análisis geológicos y
paleoambientales, los cuáles dan pistas acerca de la forma de vida que llevaban los primeros
habitantes del continente. En torno a convenciones antropológicas que definen el modo de vida
cazador-recolector como la economía dominante entre fines del Pleistoceno y el Holoceno, es que,
según plantea Mena (2018), los métodos de subsistencia utilizados por estos grupos humanos se
basaban en la apropiación de recursos por medio de la pesca, caza y recolección de vegetales, algas,
moluscos o carroñeo en proporciones muy variables (p.22). De esta manera, se comprende una
relación directa entre el ser humano y su ambiente, por medio del uso de tecnologías adecuadas, pues
los grupos humanos “se adaptan a lo que cada ambiente les ofreciera, pudiendo sobrevivir de la pesca
o la recolección de vegetales” (Mena, 2018. p.22).
En consideración con lo anterior, el escenario a analizar en el presente documento es la zona costera, y
los cambios tecnológicos observables dentro del registro arqueológico, específicamente en la costa del
Norte Semiárido y Zona Extremo Sur de Chile. En términos generales, y refiriéndonos a una
propuesta discutida sobre vías de poblamiento americano que indica una ruta o avance vía
marítima-costera hacia el continente, es que la relación y conocimiento en torno a los recursos
marinos ha sido bien manejada de parte de los primeros habitantes, pues, según indica Berenguer
(2008) la capacidad de adaptación al medio de los pueblos prehispánicos les permitió desarrollarse
eficientemente en zonas costeras, aunque no siempre tuvieron acceso a todos los recursos marinos de
una sola vez (p.23); no obstante, existe “evidencia creciente de que el ser humano ha navegado mucho
antes de lo que se creía” (Mena, 2018. p.20). Respecto a lo anterior, es preciso considerar las
estrategias para la apropiación del recurso costero, las cuales se expresan como estrategia
Longitudinal -obtención del recurso de forma intermareal-, Batitudinal -obtención del recurso en
profundidad- y Latitudinal -apropiación del recurso utilizando embarcaciones mar adentro-, dichas
estrategias pueden mostrarse como un indicio de desarrollo técnico en la obtención de materias.
Otro caso a considerar es el de Cabo de Hornos, lugar en donde habitaron sociedades canoeras las
cuales consideraban que “el mar, más que ser una limitante y una restricción de desplazamiento, se
transformó en un medio rápido, ágil y bastante seguro para transportarse de un lugar a otro (...) así
como su principal fuente de recursos” (Legoupil y Lira, 2017. p.94). De esta manera, los autores
mencionados expresan que el desarrollo de tecnologías -o el cambio de éstas- para la captación de
recursos era un punto importante a considerar, como en el caso de los Yaganes, quienes hacían uso
recurrente de estos recursos marítimos para su diario vivir (p. 84), pues, todo lo relacionado con “las
embarcaciones y la navegación constituyeron un elemento fundamental en la vida de estas
poblaciones canoeras tanto para la explotación de recursos marinos, la movilidad incesante en un
territorio donde es imposible trasladarse en otra forma, la organización social en pequeñas familias
nucleares que viajaban en ellas y la tecnología del uso de la madera y la corteza, como para rasgos
relativos a sus creencias y cosmovisión” (Legoupil y Lira, 2017. p. 92). Un suceso que da paso al
cambio tecnológico en estas sociedades fue el sincretismo entre los habitantes de Cabo de Hornos y la
llegada de nuevas tecnologías europeas, tal como lo fue el metal, razón por la cuál “las canoas de
corteza fueron reemplazadas por canoas de tronco ahuecadas o monóxilas (...) para el siglo XX las
cortezas habrían sido completamente abandonadas” (Legoupil y Lira, 2017. p.95).
A modo de síntesis de los casos expuestos, en ambas sociedades se observa un cambio forzado
respecto a la tecnología en relación con la obtención de recursos, aunque por razones distintas, siendo,
por un lado, el cambio climático expresado en el período Arcaico el responsable de impulsar a las
sociedades Huentelauquén a adoptar herramientas adecuadas a las nuevas condiciones ambientales, y
por otro, el sincretismo relatado entre misioneros europeos y comunidades canoeras de Cabo de
Hornos. Así mismo, se observa en el registro arqueológico una pérdida de las tecnologías referidas al
Complejo Huentelauquén y con esto, la desaparición de rasgos asociados a dicho complejo, el cuál,
según Jackson (1997), fue subsumido por las tecnologías de la tradición San Pedro Viejo de Pichasca.
(p. 33) A diferencia del Complejo Huentelauquén, las comunidades canoeras de Cabo de Hornos sí
lograron aclimatarse a este avance tecnológico, lo que ayudó a que por medio del cambio tecnológico,
éstas perdurarán como sociedad.
Bibliografía
Berenguer, J. (2008). La costa: un lugar para vivir. En Pescadores de la niebla Los changos y sus ancestros.
Academia. Edu.
Jackson, D. (1997). Coexistencia e interacción de comunidades cazadores-recolectores del Arcaico Temprano en
el semiárido de Chile.
Legoupil, D., & Lira, N. (2017). Canoeros del fin del mundo. Cabo de Hornos, 63-100.
Mena, F. (2018). La humilde aventura de conocer: El caso del poblamiento Americano. Magallania (Punta
Arenas), 46(1), 17-25.