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INTRODUCCIÓN
Hoy nos encontramos para celebrar uno de los días más importantes para
nuestra familia mercedaria: en honor a la Bienaventurada Virgen María de
La Merced, nuestra santísima madre.
A ella le debemos todo. Nos protege, nos cuida, nos guía y nos enseña
que el amor está en la misericordia. MERCED significa “misericordia” y
también “perdón”, y es lo mismo que le dijo a Pedro Nolasco cuando lo
llamó a fundar nuestra orden. Amor y misericordia para salvar y liberar a
los cautivos.
Con alegría iniciemos esta fiesta. Nos ponemos de pie para recibir al p.
Pedro y al p. Jaime. Cantamos.
PERDÓN
GLORIA
SALMO (144)
A la primera lectura, respondemos con la antífona del salmo:
SECUENCIA
En este día especial, y antes del Santo Evangelio, escuchemos esta
hermosa secuencia a Nuestra Madre de la Merced.
HOMILÍA
CREDO
Oramos por nuestros difuntos, para que el Señor los acoja y los tenga en
su Santo Reino.
OFRENDAS
1. Presentamos al altar la imagen de nuestra santísima madre de la
Merced, como símbolo de nuestro amor hacia ella. Estos pequeños
altares serán regalados al final de la misa a todos los asistentes,
para que no olvidemos que ella siempre nos acompaña y protege
nuestras vidas y nuestros hogares.
2. Presentamos el escudo mercedario, símbolo de nuestro corazón. En
estos colores se ven reflejados nuestros deseos de misericordia y
libertad, basados en el amor de nuestra Madre de la Merced.
3. Presentamos también la Virgen Peregrina, que ha estado
recorriendo las casas de los fieles de nuestra comunidad y que hoy
continuará su peregrinar con una nueva familia, llenando de amor y
misericordia cada hogar adonde llega.
4. También presentamos los frutos de la tierra, uva y pan, para que,
como nuestras vidas, sean transformados por el amor infinito y
misericordioso de Jesús.
Cantamos.
COMUNIÓN
La Eucaristía es el alimento de los que buscan al Señor. Vamos,
caminemos hacia Él. Busquémoslo incesantemente.
DESPEDIDA
Amparados en María –a quien llamamos cariñosamente– Nuestra Madre,
ponemos en sus manos la vida de la Orden de la Merced, y le pedimos
que proteja nuestra comunidad parroquial.