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FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN

MONICIONES Y COMENTARIOS

COMENTARIO DE ENTRADA
¡Muy buenos días hermanos! Hoy nos hemos reunido para celebrar la Fiesta de la
Virgen María bajo la advocación del monte Carmelo. A María la invocamos como
Madre y nos sentimos apoyados y protegidos por ella. Su cariño y su ternura llenan
nuestras vidas y por eso ponemos en Ella nuestra confianza. En María encontramos la
imagen real y perfecta de la mirada maternal y confidente de Dios. Ella ha sido durante
muchas generaciones de nuestra comunidad, un refugio y un aliento para seguir
avanzando por los caminos, a veces difíciles de nuestra vida. En ella hemos visto
siempre una presencia que nos asegura la cercanía del Creador a todos nosotros. Con
sentimientos de gratitud y de esperanza nos ponemos en pie para iniciar con nuestra
celebración.

COMENTARIO A LAS LECTURAS


La Palabra de Dios nos desinstala de nuestras seguridades, nos hace pensar en los
caminos de nuestra vida, nos recuerda que tenemos una vida por vivir y que en
ocasiones la desperdiciamos cuando apenas hemos comenzado a caminar. Hoy esta
Palabra, confluirá en María, la mujer fuerte y el mejor ejemplo de camino feliz, real
y cumplido en manos de Dios. Escuchemos y dejémonos llenar por esta Palabra de la
vida.

ORACIÓN DE LOS FIELES


Hermanos, invoquemos a Dios nuestro Padre en esta fiesta de la Virgen María,
Nuestra Señora del Carmen, para que, por su intercesión, derrame sus gracias sobre
toda la humanidad. A cada súplica respondemos:
¡Mira a la madre de tu Hijo y escúchanos, Señor!

- Por la santa Iglesia de Cristo que en María contempla su Madre y modelo, para que
aprenda a escuchar la Palabra y a proclamarla a toda la humanidad, roguemos al
Señor.
- Por todos aquellos que invocan a María como Madre y Protectora, para que
encuentren en Ella refugio en las adversidades y estímulo en la vida cristiana,
roguemos al Señor.
- Por aquellos que llevan el santo Escapulario del Carmen, signo de consagración y
de esperanza, para que imiten las virtudes de la Virgen y reflejen en sus obras una
vida conforme al evangelio, roguemos al Señor.
- Por quienes invocan a María, la Virgen del Carmen, en los peligros de la tierra y en
nuestra ciénaga, para que por ella lleguen a Cristo, Salvador de la humanidad,
roguemos al Señor.
- Por aquellas personas que duermen ya el sueño de la paz, especialmente los difuntos
de nuestra comunidad que en vida mostraron gran devoción a la Virgen del Carmen,
para que, por su intercesión, gocen de las alegrías del cielo, roguemos al Señor.
- Por todos nosotros, para que la participación en el misterio de Cristo, nacido de la
Virgen María, nos ayude a ser en el mundo testigos del amor de Dios, roguemos al
Señor.

Presidente: Escucha, Padre Santo, la oración de tu Iglesia, y por la intercesión de la


Santísima Virgen del Carmen, concédenos cuanto te hemos pedido. Por Jesucristo
nuestro Señor

PRESENTACIÓN DE OFRENDAS
Pan: junto al pan te ofrecemos Señor, nuestra vida diaria con sus luchas y esperanzas,
el fruto del trabajo de los trabajadores, especialmente nuestros campesinos y
pescadores, aquello que nos agota y también aquello que nos anima. Que en todo
momento sintamos la compañía de la Madre de Dios.
Vino: junto a las uvas y el vino, te ofrecemos Señor, nuestro amor que necesita del
fuego de tu Corazón y la vida de nuestros hermanos que sufren por la violencia, la
trata de personas, la esclavitud, la marginación y el olvido. Que sepamos hacernos
cercanos a todos los que sufren a ejemplo de María, siempre dispuesta a servir.
Luz: Señor te ofrecemos la luz símbolo de la fe y esperanza de la comunidad cristiana,
haz que tu luz ilumine el sendero que nos lleve a ti, y que en todos los hogares de
nuestra Comunidad se refleje la luz de tu amor. Que a ejemplo de la Virgen María,
sepamos brillar en medio de esta sociedad tan necesitada de Dios.
Familia: en esta familia te ofrecemos Señor nuestras familias cascajaleras, pidiéndote
para que cada uno de nuestros hogares represente fielmente el hogar de Nazaret, que
a ejemplo de María y de José los padres sepan cuidar y educar a sus hijos, y que los
hijos sepan escuchar y aprendan a obedecer, en el amor, a sus padres.

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