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Bieito García Cacharro nació en La Coruña el 5 de marzo de 1998, pero creció en el municipio de

Carballo. Fue criado por Dolores Cacharro García y Frumencio García Paleta; ambos eran primos
lejanos, los cuales se casaron sin llegar a saber que eran familia.

Su padre trabajaba en la agricultura, iba siempre con un tractor amarillo de nombre "Basilio"; era
un adicto al juego y a la bebida.
Por otro lado, su madre era ama de casa y fue la encargada de criarlo e él y a su hermano pequeño
Saturnino.
Su familia era muy numerosa y todos vivían en Carballo. El miembro más conocido de la familia era
el abuelo Martiño García Baquero, el narcotraficante más buscado de toda Galicia.
Cuando Bieito tenía 5 años y su hermano 3, la Guardia Civil realizó una redada en la casa de su
abuelo. Sin embargo, no llegaron a encontrarlo, pues este se había marchado la mañana anterior
tras un chivatazo. La única persona que sabía de su paradero era la abuela Margariña Paleta De los
Santos.

Bieito y Saturnino pasaban todo el día en la calle jugando con sus amigos, entre esos amigos se
encontraba su primo Xurxo García Inodoro.
Xurxo era un chico excelente, sacaba muy buenas notas y los profesores coincidían en que tendría
un gran futuro. Sin embargo, un día mientras jugaban al fútbol, Xurxo recibió un duro golpe de
Bieito en la cabeza. Tras dos semanas en coma logró despertar, pero ya no era el mismo de antes.
Las secuelas fueron muy graves, pues redujo la capacidad cognitiva de Xurxo se vio muy afectada,
además del habla, pues desde aquél golpe habla con acento andaluz.

Los hermanos garcía eran muy conocidos en la comunidad, ya que han estado en problemas con la
mayoría de las personas de Carballo.
Ambos dejaron el instituto a la edad de 16 años, para ayudar a su padre en los trabajos del campo.
Casi todo el pueblo pertenecían a la misma familia; es por ello que la primera pareja de Bieito
fuese su prima segunda, cuyo nombre era María Antonieta Porrino García. Al cumplir la mayoría de
edad, Bieito y su hermano se van a vivir a La Coruña.
Allí Bieito trabajaría de árbitro de petanca (pues su padre le ensñó cuando era pequeño) y
Saturnino sería entrenador de cabras en el zoológico de la ciudad; allí vivieron durante un par de
años.

Tras la muerte de su abuela, ambos regresaron al pueblo para ayudar a la familia. Durante el
velatorio, Saturnino se encontraba fumando un porro al lado de la abuela, cuando por desgracia,
este cae dentro del ataud quemando el pelo de la abuela.
La familia ya estaba harta de las trastadas de estos dos, así que decidieron echarlos del pueblo.
Poco después, Bieito gana un viaje gratis a Los Santos, es por ello que actualmente se encuentran
de camino a la ciudad.

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