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CLAVE GENÉTICA: 59

LA SOMBRA DE LA DESHONESTIDAD
LA COLADA GENÉTICA
Al mirar en la 59.a Sombra vemos la esencia de todos los problemas que afianzan las
estructuras sociales en nuestro mundo. No hay tema más tópico en todo el genoma humano.
Las Claves Genéticas 59.a y 55.a, y hasta cierto punto la 49.a, son espacios en el ADN donde
está sucediendo una total transmutación silenciosa en la actualidad. (Los tiempos de este
cambio y sus implicaciones de largo alcance se han visto en profundidad en la 55.a Clave
Genética). Una de las mejores formas de mirar en estos arquetipos de tu ADN es considerarlos
y comprenderlos por parejas, tanto al nivel de la Sombra, como del Don o del Siddhi. Al hacerlo
así vemos que los seres humanos parecen estar programados por un código binario y que cada
Sombra tiene una pareja. Dado que la 55.a Clave Genética está induciendo actualmente un
cambio genético en nuestra especie, la 59.a Clave Genética, que es su par programado, está
haciendo lo propio. Mientras la Clave Genética 55.a está provocando el despertar individual en
todo el planeta, la 59.a se está haciendo totalmente responsable de lanzar la mutación
planetaria a nivel genético.
En su nivel esencial, la 59.a Clave Genética tiene que ver con el sexo y la reproducción.
Representa la multiplicación de los seres humanos. Como tal, se trata de una fuerza
impersonal que selecciona las parejas potenciales para nosotros. La razón por la que estamos
interesados en una persona en particular es compleja, pero, básicamente, ¡podemos estar
seguros de que nuestros genes tienen en mente su supervivencia! Por lo tanto, la mayoría de
las relaciones no son por diseño sencillas. También existen otras razones por las que los seres
humanos se sienten atraídos unos por otros, que están basadas en una esfera mucho más
espiritual; por ejemplo, las razones kármicas. Sin embargo, desde un punto de vista universal,
sean cuales sean las fuerzas que nos atraen hasta concurrir a nivel cósmico, estas tienen que
operar a través de nuestra genética y nuestra biología, de manera que todas esas perspectivas
diferentes lleguen por fin a unirse.
Tras la 59.a Sombra se esconde una arraigada desconfianza en los otros y un miedo básico a las
relaciones. Esta es la Sombra que hace del mundo un planeta único porque, a pesar del
número de personas que nos rodean todo el tiempo, raramente nos comunicamos en
profundidad con otros. Cuando exploremos el Don y el Siddhi correspondientes veremos lo
que esto significa.
No es corriente en la 59.a Sombra que el miedo sea individual, pues se localiza en el aura entre
las personas. Cuando estás solo, el miedo no está allí, pero tan pronto como otra persona
entra en la misma habitación que tú, el miedo de la 59.a Sombra aparecerá como un trasfondo
sutil. Lo más interesante es considerar por qué existe ese miedo, que es el fundamento de la
atracción sexual. Para muchas personas esto puede resultar chocante, pero lo cierto es que
cuando dejas de tener miedo de algún otro, trasciendes la atracción sexual por esa persona. El
miedo aporta la fricción necesaria para que la atracción sea posible. Es la razón por la que la
59.a Sombra se denomina Deshonestidad.
Mientras tengamos oculto algo de nosotros a los ojos de los demás, quedará siempre algo a lo
que temer. Esto no quiere decir que sea una deshonestidad consciente, sino que somos
genéticamente deshonestos. La revelación extraordinaria que aporta la contemplación de esta
59.a Sombra muestra que nuestros genes quieren que seamos deshonestos.
Esto significa que la vida misma ha estado impidiendo que la humanidad se diera cuenta de su
naturaleza superior. Se necesita tiempo para digerir esta última frase.
La vida necesita que los seres humanos tengan miedo unos de otros para que puedan realizar
su potencial genético en el estadio actual de nuestra evolución.
Para alcanzar del todo la profundidad de esta 59.a Sombra, se necesita mirar a la evolución
humana con una perspectiva más amplia. El miedo que impide a los seres humanos darse
cuenta de su ascendencia genética común ha generado el fenómeno de los acervos genéticos
tribales aislados en todo nuestro planeta. Si no hubiéramos tenido miedo unos de otros, nos
habríamos cruzado inmediatamente dondequiera que migráramos.
No habría ningún límite geográfico, político o social: ni países, fronteras o guerras.
Pero, y este es un gran pero, tampoco habría ninguna diferenciación genética, ni arte, religión
o colorido cultural. En resumen, nos hubiéramos convertido en una sola masa amorfa y
probablemente no hubiéramos sobrevivido. Todo en la evolución sirve a un propósito y tiene
su propio tiempo. Una fase lleva a la otra. El mundo que conocemos hoy es un producto
directo de nuestro miedo genético al otro, con toda su belleza y su horror. Ha llegado el
tiempo del siguiente cambio. Con la mutación de la 55.a Clave Genética en marcha, la 59.a
Sombra será totalmente minada. En muchos sentidos, podría parecer que nuestro miedo al
otro se está incrementando, como si se estuviera colocando en un primer plano para que
todos lo puedan contemplar.
Cualquier aspecto inherente a la Deshonestidad de esta 59.a Sombra tiene que salir a la
superficie. La 59.a Clave Genética va más en profundidad que la raza, las creencias o el credo
religioso. Va incluso más allá de los lazos de sangre familiares. El mundo actual, con sus tribus,
sociedades, naciones diferenciadas y fronteras es la puerta de entrada a una transformación
completa. Esta transformación no llegará mediante una revolución económica o social. No
vendrá a través del amor de los grandes líderes carismáticos.
Todas esas cosas podrían ser claves para la transformación del mundo, pero los cimientos
están en la 59.a Sombra. El miedo se irá apartando gradualmente de los seres humanos. Sin
nuestro miedo por el otro, el mundo dará un cambio drástico. El mayor de todos será el de la
sexualidad humana. Estamos en camino de convertirnos en una especie andrógina en la que
los polos sexuales separados se harán uno con el individuo humano.
Como demuestra la 55.a Sombra, estamos atrapados por nuestra sexualidad y por nuestra
naturaleza animal. Estamos atrapados por nuestra incapacidad de gestionar emocionalmente
la química colectiva que engendra nuestro miedo. Este miedo dirige nuestros sistemas de
gobierno y de educación, además de nuestras relaciones y nuestra vida individual. La 59.a
Sombra está basada en nuestra incapacidad de ser limpios con el otro. Es la fuente de todos
los secretos. Lo que tenemos que comprender en este momento es que nuestro mundo está
atravesando una transmutación genética y que somos conejillos de indias del laboratorio
genético global. Todo el material genético está cambiándose y clasificándose ahora. Todas las
trazas de comportamiento basadas en el miedo ancestral se descartarán del genoma humano,
desaparecerán sin más. Esto significa que hay personalidades tipo que están dejando el mundo
ahora y que ya no volverán. Los antiguos modelos están disfrutando de sus últimos días de
gloria en el mundo, y lo podemos ver en la batalla entre la tendencia hacia lo colectivo del
futuro y los viejos modos tribales del pasado. Esto no significa que todos los elementos del
pasado se pierdan.
Solo significa que todos los elementos de nuestro comportamiento basados en el miedo o en
aspectos ocultos precipitarán en el funcionamiento superior de nuestro ADN. Uno tiene que
ser capaz de leer el mundo entre líneas. No es momento de hablar de lucha de los buenos
contra los malos, como los políticos podrían hacernos creer. Ya no se trata de acervos
genéticos: se trata de la integridad en el comportamiento.
La limpieza genética que estamos experimentando hoy a nivel global Probablemente durará
varios siglos. Tiene que hacer su recorrido por el ADN de nuestros linajes.
Sin embargo, cuando la población decrezca debido a nuestra sexualidad mutante y a la
reducción del miedo a nivel global, el mundo será un lugar más tranquilo y pacífico
naturalmente.
El llamado Día del Juicio Final ya está sucediendo en nuestros genes. Ningún individuo será
castigado o premiado. Lo que sucede, simplemente, es que hay un incremento de material
genético con una perspectiva holística que está llegando al mundo y una gradual erradicación
del material genético que es autodestructivo y aislacionista.
En relación con esto, te podrías muy bien preguntar: «Bien, y ¿qué hago con esta información?
¿Tiene algún sentido que intente aplicar algo de esto si ya está Sucediendo como un salto
cuántico evolutivo?». Esto nos lleva a una interesante paradoja. ¿Nuestro comportamiento
colectivo está influyendo en nuestro cambio de paradigma genético o es el cambio genético el
que influye sobre nuestro comportamiento? El activista evolutivo o espiritual optaría por la
primera visión, mientras que el científico se decantaría
por la segunda opción. Como siempre, ambos lados de la paradoja son ciertos. Uno da lugar al
otro. Hay una fuerza espiritual involucionando hacia la forma que está causando la mutación
de nuestros genes y hay una fuerza genética evolucionando hacia arriba, causante de que
nuestro comportamiento se esté volviendo más espiritual. La respuesta a la pregunta de qué
hacer está en la contemplación de la 59.a Sombra.
Dado que el mundo está evolucionando naturalmente en una dirección concreta, tu
comportamiento bien puede ir en ese mismo sentido o en el opuesto. Si quieres subirte
al tren de las corrientes evolutivas harías bien en ajustar tus planes con su programa.
Debes empezar por investigar en tus temores y ser sincero con tus planes ocultos. Una de las
principales razones para escribir de este libro es la de animar a más gente a mirar sus
demonios internos a los ojos y sacar a la luz esos antiguos temores.
Es la hora de poner en marcha la lavandería genética.
Donde sea que estés siendo deshonesto —contigo mismo, con tus relaciones o con tu trabajo
—, allí tienes que mirar inquebrantable, con los ojos abiertos. Puedes empezar a trabajar con
las frecuencias superiores de esta 59.a Sombra y desbloquear su Don. Una
cosa es segura, si vas contra la evolución en un momento como este, encontrarás una
fuerza opuesta cuyo poder es insondable. Y es de tal calibre que te acabará destruyendo,
de la misma manera que está destruyendo el comportamiento basado en la separación
y el egoísmo.

“Si vas contra la evolución en un momento como este, encontrarás una fuerza opuesta cuyo
poder es insondable”

NATURALEZA REPRESIVA: EXCLUIDA


La naturaleza represiva de la 59.a Sombra consiste en sentirse excluido. Sentirse excluido es un
ejemplo clásico del estado víctima, ya que culpa a otros en vez de asumir la responsabilidad de
sus propios sentimientos. Estas personas inconscientemente se excluyen por un arraigado
temor a perder el control. Cuando abres tus puertas a los demás siempre pierdes el control. En
realidad, esas personas logran atraer atención negativa sobre ellas gracias la autoexclusión.
Además, cuando uno se excluye puede mantener
sus mecanismos de defensa intactos, aunque se sienta mal. La sensación de ser excluido puede
llegar a convertirse en un estado adictivo. Te proporciona la ilusión de que tienes bajo control
tu propio entorno emocional. Sin embargo, en el momento en que optas por incluirte, toda la
ilusión se viene abajo en un instante.

NATURALEZA REACTIVA: INTRUSIVA


La otra cara de la 59.a Sombra se funda en la ira. El temor de quedar excluido aquí no se
reprime, sino que se expresa reactivamente como cólera, lo que se transforma en una
intrusión. Estas personas se fuerzan a sí mismas al límite e invaden el aura de otra persona
física y emocionalmente. Cuando encuentran rechazo, se indignan y se excluyen.
Es la misma estrategia del carácter represivo que intentaba mantener el control del espacio
emocional culpabilizando a los demás. La diferencia estriba en que el carácter intrusivo
experimenta el rechazo activamente, mientras que la naturaleza represiva lo observa
pasivamente. Los intrusivos pueden volverse adictos a las relaciones emocionalmente insanas
cuando encuentran una víctima dispuesta a seguirles el juego. Estas personas intentarán
dominar en sus relaciones con el fin de evitar el rechazo, lo que significa que no pueden
quedarse con nadie que sea lo suficientemente honesto como para desafiarlos.

E L DON DE LA CLAVE GENÉTICA: 59 .LA INTIMIDAD


LA SUBLIMACIÓN Y LA SERPIENTE

La transformación de la 59.a Sombra en el Don correspondiente de la Intimidad es el tema de


muchas antiguas tradiciones y profecías. Dado que la 59.a Sombra representa el fértil poder
desenfrenado de la sexualidad animal, al elevar su frecuencia se desbloquea el poder
transcendental del sexo. Durante milenios el género humano ha tenido que resolver sus
muchos problemas alrededor de la sexualidad. En particular, se ha convertido en un problema
recurrente para las religiones. Todo el mundo sabe que, cuando se reprime la sexualidad, se
puede convertir en un poder tan absorbente que, en última instancia, conduzca a distorsiones
en la conducta humana connaturalmente malsanas.
La pura fuerza genética de la presión causa en esta 59.a Clave Genética un gran conflicto
personal y social para los humanos. Cuando los sabios del antiguo libro chino I Ching
nominaron este 59.° hexagrama «La dispersión», sabían exactamente de lo que era capaz esta
fuerza. Su único interés real al nivel de la Sombra es autodispersarse con la mayor amplitud y
frecuencia posibles.
La 59.a Sombra ha estado jugando a la devastación con la tentativa humana de mantener la
monogamia por largos períodos. De hecho, mujeres y hombres reaccionan de manera muy
distinta al miedo inherente a esta Clave Genética. La tradicional reacción masculina consiste en
escapar para evitar quedar atrapado por una sola mujer (el miedo a quedarse atrapado en la
polaridad de la 55.a Sombra). La reacción femenina consiste en intentar mantenerse en el
campo del aura masculina, porque le promete protección para sus hijos. Las mujeres
comprenden intuitivamente la necesidad masculina de dispersar sus genes. En la frecuencia de
la Sombra, una mujer reacciona intentando mantener al hombre lo más cerca posible, lo que
crea la reacción opuesta en el macho, es decir, la de querer escapar y ser libre. Así es como
funciona la vieja batalla de sexos.
Sin embargo, oculta en la 59.a Sombra hay una presión profunda evolutiva para trascender las
frecuencias inferiores y dar nacimiento a la forma superior. Quizás el arquetipo simbólico más
hondo de la sexualidad es la figura de la serpiente o del dragón, y dentro de ese símbolo
alquímico está escondida la llave del 59.° Don. La energía de la serpiente o el dragón
representa la presión evolutiva de autotransformación, lo que se refleja en el cambio de piel
de la serpiente. Este poder sexual humano ha sostenido siempre la promesa de los estados de
consciencia superiores, y hemos concebido muchas técnicas y sistemas que intentan utilizarlo.
Aquí nos encontramos con un éxito variado y limitado, porque aunque la presión evolutiva de
transformación esté en nuestro interior, el temporizador de este mecanismo no se puede
forzar. La naturaleza florece siempre en algunos individuos primero, lo mismo que ciertas
plantas del jardín florecen an

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