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LA GRANDEZA FEMENINA

A lo largo de la historia, la mujer ha sido siempre marginada, considerada como el


sexo débil. El hombre siempre ha tratado con presunción y extravagancia
considerarse superior. El machismo, fue y es, un mal que ha hecho mucho daño al
núcleo familiar. El padre trabajador, pero a la vez volcado a los placeres mundanos,
dejaba absolutamente toda la responsabilidad de educar los hijos a su esposa.
Lentamente, y hoy cada vez menos lentamente, la mujer se ha ido abriendo paso en
la sociedad y no solo ha demostrado poder realizar cualquier función sino que lo
puede hacer mejor.

Si analizamos el diseño estructural que Dios le ha dado al ser humano,


encontramos que el cerebro está dividido en dos hemisferios, el técnico o
matemático y el afectivo. Mientras el varón trabaja solamente con el técnico, la
mujer siempre actúa con los dos. En otras palabras la mujer ve
sentimientos, el hombre solo cosas. Aquí encontramos una inmensa
diferencia que tira por el suelo cualquier presunción del hombre de querer sentirse
superior. Pero no es la única El hecho de que el varón maneje solo el hemisferio
técnico implica que no puede hacer nada sin formación, es decir que el hombre que
no se forma no puede salir adelante. En la mujer todo es diferente, porque es muy
rica en intuición.

Y te lo explico con un ejemplo de la vida real. Cuando caminamos por las avenidas
de la ciudad, y muchas veces a altas horas de la noche, encontramos en los rincones
fríos de las esquinas, a mujeres que con una rústica y muy humilde mesita de
madera ofrecen en venta unos pocos paquetes de galletas y algunas golosinas
(quien no ha visto esta escena). Bien, solamente con eso, esa mujer saca adelante a
su hijo, que muchas veces está durmiendo debajo de esa mesita envuelto en una
manta gastada. Lo alimenta, le da educación, y en especial, el irremplazable amor
de madre. Allí radica la grandeza de la mujer, algo que el varón no puede
hacer, porque le falta ese sentimiento, esa intuición.

Pero aún hoy, y desgraciadamente todavía por mucho tiempo, abundan los
hombres machistas, que se creen que tienen derecho a todo, que hacen lo que
quieren, que tienen hijos fuera del matrimonio, que beben alcohol hasta no dar
más, que le pegan a sus esposas, y que se sienten más hombres cuando toman más
y tienen más mujeres.

¡Qué asco! ¡Qué ignorancia! La felicidad nunca estará en esos vicios, sino en ese
juego que compartes con tus hijos, en los pañales que le cambias a tu bebé, en el
biberón que le das a la vez que siente tu calor de padre, en la amistad y el diálogo
que le brindas a tu hijo adolescente, en ir al parque a jugar un partido de fútbol con
tu hijo y sus amigos, en entender que quien te dice criollamente “pisado” o “saco
largo” es una persona muy pobre de espíritu, que no ha tenido posibilidad o
capacidad de educarse, que es presa fácil de la ignorancia y que debes rezar mucho
por ella.

San Josemaría Escrivá de Balaguer alentó intensamente a la mujer a participar


activamente en los aspectos variados de la vida social y política. A su juicio, la
presencia de la mujer en el conjunto de la vida social es un fenómeno lógico y
totalmente positivo. En el año 1964 este gran santo pronunció unas palabras al
respecto que pueden calificarse como pioneras. Me permito reproducirlas en esta
hoja para que la medites: “Una sociedad moderna, democrática, ha de
reconocer a la mujer su derecho a tomar parte en la vida política y ha
de crear condiciones favorables para que ejerciten ese derecho todas
las que lo deseen”. Lo dijo un santo, no es un invento mío.

Finalmente te planteo la siguiente interrogante: ¿en qué ser humano no existe o


existió una mujer que grabó en su alma con letras de fuego, su amor y ternura?
Llámale madre, esposa, tutora, nana, o como quieras, pero al final es una mujer,
posiblemente bella o no físicamente, pero con toda la belleza espiritual que el
Creador le ha dado.

Hasta Jesús, el mismo Hijo de Dios, creció, se arrulló, y nos dejó al ascender al
cielo, una mujer, que, como lo hizo con El, está esperando para arrullarnos y
consolarnos.

¿Acaso existe alguien más pura, más llena de amor, que María? Y es
simple y grandemente UNA MUJER.

FELIZ DÍA DE LA MUJER

Mgst. Mauricio Cascallares Píriz


Asesor Educativo Familiar

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