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En la cordillera de los Andes hay muchos volcanes activos. Uno de ellos ocasionó en 1991 una
de las erupciones más violentas en la región andina. Se trata del volcán Hudson, ubicado en el
sur de Chile, a 140 km de la ciudad de Coyhaique. A simple vista, el Hudson parece una meseta
cubierta de hielos. Sin embargo, es una caldera volcánica activa del tipo estrato-volcin, que
alcanza una altitud de 1905 metros sobre el nivel del mar y presenta un cráter con un diámetro
próximo a los 500 metros
Entre el 8 y 15 de agosto de 1991 entró violentamente en erup ción. La nube de cenizas alcanzó
una altura de 10.000 metros so- bre el cráter, acompañada por importantes descargas
eléctricas yuna gran cantidad de material volcánico. Los vientos del oeste característicos de la
región transportaron el material hacia terri- torio argentino, afectando severamente la region
patagonica. Se estima que más de 2500 toneladas de cenizas cubrieron parte del territorio
chileno y la patagonia argentina, principalmente en la provincia de Santa Cruz, afectando cerca
de 100.000 km2. En la zona más próxima al volcán, la capa de ceniza depositada alcanzó entre
50 cm y 120 cm, arrasando con la vegetación y la fauna. Rios y lagos quedaron cubiertos por las
cenizas, que fueron luego transportadas hacia otras áreas. Muchos animales murieron
cubiertos por las cenizas. Se estima que más de medio millón de ovejas perecieron; otras
sobrevivieron, pero su lana quedó inutilizable. Los campos perdieron sus cultivos. El flúor
contenido en las cenizas incrementó la mortalidad, ya que al depositarse en las plantas
resultaba tóxico para los animales que se alimentaban de ellas.
Una vez depositadas las cenizas, fuertes vientos volvieron a re moverias y resuspenderlas en el
aire, extendiendo el problema, una confirmación del efecto del material particulado afectando
áreas muy alejadas cuando las condiciones metereológicas.
contribuyen a ello. Los lugareños fueron afectados por afecciones respiratorias, digestivas y
oculares, Mucho tiempo después de la erupción, numerosos trabajadores rurales sufrían
pérdida de ca- bello, pobre crecimiento de las uñas y manos permanentemente blancas y
limpias como consecuencia de las constante fricción y abrasión de las cenizas levantadas por el
viento.
B2 de mayo de 2008 entró en actividad otro volcán, el Chalten, situado en la X Región de Los
Lagos (Chile). Toda la población de la ciudad de Chaitén fue evacuada a pocos días de que el
volcán entrara en actividad, sin victimas fatales. El 6 de mayo había comenzado a expulsar
cenizas, formando una columna de 800 metros de diámetro.
Durante la tarde de ese mismo día, las cenizas volcánicas llegaron a la ciudad argentina de
Viedma y al día siguiente alcanzaron Buenos Aires. Los vuelos que partian y llegaban a esas
ciudades y otras vecinas fueron suspendidos, debido a la nube de particulas suspendidas a
3500 metros. Similar situación se repitió varias veces en el transcurso de los meses siguientes,
interfiriendo con la aeronavegación de toda la región.
Se estima que murieron unos 20.000 animales domésticos, inclu yendo ganado, perros y gatos.
En 2009 se decidió que la ciudad no sería reconstruida, siendo la población reubicada, El
Chalten permaneció activo durante varios años, manteniéndose la alerta roja hasta mayo de
2010.
Fuentes: López, Carlos, 1994, Una rápida evaluación de los efectos de la erupción del volcán
Hudson en la Patagonia Argentina, Jorna das Nacionales de Vulcanologia, Medio Ambiente y
Defensa Civil, EEA Bariloche, INTA San Carlos de Bariloche, Periódicos argentinos y chilenos
(Clarin, El Mercurio, Milenio, la Tercera).
Contaminación atmosférica por incendios forestales en Buenos Aires ¿Quién contamina y quién
paga?
En abril de 2008 la ciudad de Buenos Aires se encontró en medio de una gigantesca nube
tóxica, consecuencia de una serie de incendios en el delta y pre-delta del Paraná iniciados por
pro- ductores agropecuarios. La quema de pastizales era parte de la preparación de los suelos
húmedos de la zona para la ganadería.
Debido a la sequía reinante, el fuego se extendió cada vez más. Los incendios se tornaron
debido a los vientos, los cuales transportaron las partículas tóxicas hacia la capital argentina. El
humo y las cenizas se extendieron cubriendo Buenos Aires, norte de la provincia de Buenos
Aires, sureste de Santa Fe, sur de Entre Ríos y sur de Uruguay, y alcanzaron incluso a la capital
uruguaya Montevideo. Según el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) se
detectaron 570 focos de incendio que afectaron unas 70.000 Ha del delta. Otras estimaciones
(Liotta, 2008) realizadas en 245 días sin cobertura nubosa desde marzo hasta octubre,
señalaron la existencia 3185 focos; la mayor cantidad de focos activos (33%) se registró en el
mes de abril.
La alta concentración de monóxido de carbono y partículas sólidas alarmó a las autoridades
sanitarias y se temió que en algún momento superaran los valores máximos tolerables, lo que
finalmente no ocurrió. Muchas personas sufrieron problemas respiratorios, alergias,
irritaciones en nariz, ojos y garganta.
Este caso sirve como ejemplo del "negocio" de la contaminación: algunos particulares
contaminan recursos de dominio público (aire, agua, suelo, paisaje) para reducir sus costos,
perjudicando al resto de la población, que tendrá que pagar para reparar o mitigar los daños.
Fuentes: Liotta, Jorge, 2008. Caracterización de los incendios en el delta del río Paraná entre
marzo y octubre del 2008, Fundación Óga, San Nicolás de los Arroyos, Buenos Aires. Periódicos
nacionales (Clarín, La Nación, Página 12).