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AMENAZAS, RIESGOS Y DESASTRES EN EL DEPARTAMENTO

DEL HUILA; EL PAPEL DEL COMUNICADOR SOCIAL EN ESTE


TIPO DE EVENTOS NATURALES

Por: Edna Magaly Calderón


La sociedad en general y el medio ambiente natural se han tornado cada vez
más vulnerables a las amenazas naturales, tales como terremotos, huracanes,
derrumbes, sequías e inundaciones. La situación es particularmente aguda en
Centroamérica y Suramérica por ser ésta una de las regiones del mundo más
propensa a los desastres1.

El impacto de los desastres provocados por amenazas naturales en Colombia


está creciendo. En el transcurso del año se ha producido un notable incremento
en el número de catástrofes por causa de las inclemencias del clima,
provocando derrumbes deslizamientos, inundaciones que han causado
pérdidas millonarias en el país, daños a propiedades, infraestructura y
servicios, e innumerables perdidas humanas; esto sin recordar la desastrosa
erupción del nevado del Ruiz que dejó como consecuencia la desaparición de
armero; la constante amenaza del galeras y otros fenómenos naturales que
han afectado a nuestro país.

Este año el Huila también se ha visto afectado por el invierno, enfrentándose a


numerosos derrumbes e inundaciones en Neiva y distintos municipios de la
región quedando en muchos casos incomunicados con el resto del
departamento. Pero históricamente los huilenses no solo han tenido que vivir
con la dificultad del clima; a través del tiempo se ha enfrentado a eventos y
fenómenos naturales que han afectado no solo a la población sino también a la
infraestructura física y económica del Departamento.

El primer terremoto registrado en la historia del departamento ocurrió en


noviembre de 1827 y el epicentro aparentemente estuvo ubicado en la zona sur
oriental, en límites con el Departamento del Caquetá.
En estos tiempos casi nadie tiene idea que este sismo existió, pero los datos de
registro aportados por el Ingeominas indican que el río Suaza fue represado al
oriente del cerro El Grifo, por un lapso de más de 30 días y que las aguas
embalsadas formaron un lago que llegó hasta el caserío La Viciosa
(Guadalupe). El terremoto originó destrucción en los territorios de Timaná,
Gigante, La Plata, Garzón y otras poblaciones del centro y sur del
departamento.

Es inevitable nombrar los terremotos mas recordados por los contemporáneos


a estas fechas y que han afectado a nuestra población tales como el de 1967
que afectó a los municipios de Neiva, Garzón, la Plata, Timaná y Gigante, en
donde el epicentro fue registrado en el municipio de Garzón, destruyó varias
iglesias y hubo un saldo de 200 víctimas.

Así mismo y uno mas cercano y que siempre estará en nuestra memoria es el
de 7 de junio de 1994 en donde el occidente del departamento fue declarado
“Alerta naranja” Tras un fuerte temblor que sacudió gran parte del país y que en
el Huila dejó 4 heridos y 20 casas destruidas, el occidente del departamento
fue declarado en emergencia por una avalancha del Río Páez que amezaba a
las poblaciones de Belarcazar, Paéz, la Plata, Tesalia y Paicol.
Como consecuencia de él se originaron más de 3.000 procesos de remoción en
masa en forma simultanea que genero la gran avalancha sobre Río,
arrastrando gran cantidad de escombros los cuales destruyeron según censo
del INGEOMINAS, 111 viviendas, averiaron más de 300 casas , destruyo
cuatro puentes sobre el Río Páez y 9 carreteras, así como la destrucción de
800 hectáreas productivas, y colmó la represa de Betania, así también registra
la desaparición de poblados paeces y más de 800 muertos, , dejando además
55.000 indígenas damnificados y desplazamiento de culturas indígenas hacia
los municipios del sur del Huila y occidente del departamento del Cauca.

La región más afectada por este movimiento telúrico fue la inspección del río
Negro en Iquira. Se ordenó la evacuación de la zona del Río Paéz y se pidió
tomar precauciones.

Igualmente se conoció que la creciente del Paéz arrasó con el puente de


Nalasco y deja totalmente aislado al municipio de Nataga.
Un día después ocurrió la avalancha del río Páez y así lo registraron los medios
escritos

Miércoles 8 de junio de 1994

“200 Muertos más 500 desaparecidos”


Cerca de 200 muertos y por lo menos hay 500 desaparecidos a consecuencia
de la avalancha del Río Paéz que sepultó varías poblaciones y centros
indígenas, en el norte del Cauca y causó daños a la infraestructura víal del
departamento del Huila.
La población de Tóez fue prácticamente borrada del mapa y sus habitantes
desaparecidos en un 80%.2

Es muy difícil que un departamento recupere en su totalidad las perdidas


ocasionadas por un evento como estos por esta razón lo ideal es que los
departamentos de prevención y atención de desastres estén alerta a las
indicaciones de los expertos en estos temas pues ellos trabajan con el fin de
mitigar y en algunas oportunidades prevenir los efectos no deseados durante
la presentación de un evento de tipo geológico, realizan estudios de
zonificación de la amenaza antes que se presenten los factores de riesgo y
ocurran los desastres para que sus efectos puedan mitigarse o evitarse.

Estos estudios tienen relación directa con el conocimiento de los fenómenos y


Varias entidades como el Instituto de Investigaciones en Geociencias Minería
y Química (INGEOMINAS), el CORPES Centro/Oriente, la Universidad
Surcolombiana, la Universidad de los Andes, la Universidad Nacional sede de
Medellín y algunas entidades privadas han realizado propuestas y han
adelantado algunos trabajos de difusión como también han realizado estudios
geológicos y geotécnicos orientados a la identificación de amenazas
geológicas en varias cabeceras municipales del departamento de Huila.
Finalmente la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena CAM. con
el Instituto de estudios Ambientales de la Universidad Nacional de Colombia
sede Medellín IDEA-UN, realizó el estudio “Evaluación de amenazas naturales
de origen geológico (vulcanismo sísmica) geomorfológico (erosión, fenómenos
de remoción en masa) e hidrometeorológico (inundación. Sequias) y
caracterización geotecnica preliminar de 33 cabeceras municipales para el
departamento del Huila.” El cual presenta de manera muy general una
zonificación de amenazas de las cabeceras municipales del Huila. 2

Pero no solo es fundamental que los organismos de prevención en su deber de


estar atentos; pues la Legislación Colombiana lo obliga 3; estén al pendiente
de estos estudios sino que la información sea bien manejada, es allí donde
entra a jugar el papel del comunicador social que debe estar al tanto de las
especificaciones y recomendaciones de los especialistas quienes aportan
información valiosa pues además de identificar las zonas amenazadas,
determinan la periodicidad de dicha amenaza, predicen el momento de
ocurrencia del fenómeno amenazante, recomiendan los métodos de prevención
y corrección de los efectos dañinos del mismo.

Este tipo de información debe tener un tratamiento periodístico adecuado para


no crear pánico en la sociedad o comunidad afectada; recordemos que desde
la antigüedad, el hombre ha considerado siempre a los terremotos y
desastres como uno de los azotes naturales más temibles para su vida y sus
bienes. La rapidez de su aparición sin que nada indique su inminencia, el
ruido que los acompaña, la violencia de las sacudidas que, en unos
segundos, transforman una región civilizada en un montón de ruinas y los
efectos que producen sobre la tierra, como hundimientos, fracturas,
derrumbes, nubes de polvo etc., constituyen para el hombre otros tantos
factores de temor e impotencia.

Por esta razón no hay que olvidar la ética y el rigor periodístico al manejar
este tipo de situaciones, las noticias sobre emergencias y desastres han sido
explotadas como suceso, con todo el impacto que estos tienen; sus
características de inédita, inaudita, actual y de interés general, así como el
fuerte contenido humano, la hacen sobresalir entre el resto de noticias 4, pero
este tipo de publicaciónes no son muy comunes pues no son fenomenos que
sucedan a diario .
Ahora bien es supremamente importante tener en cuenta la perspectiva de las
distintas relaciones comunicativas que se tejen y manifiestan en la sociedad
antes, durante y después de los desastres naturales.

Es alli en donde como comunicadores sociales; ojo no como simples


periodistas, tenemos la responsabilidad de divulgar información no solo en el
momento en que suceden los hechos, si no también crear espacios para la
comunicación, la cultura de prevención y protección social.

Muchas veces aumenta el impacto de los desastres como resultado de la falta


de una cultura de prevención o falta de acceso a la información de poblaciones
en riesgo. Es clave diseñar una cultura de prevención, pero ello requiere de
una actitud colectiva y multidisciplinaria a la cual solo se puede llegar mediante
un proceso a largo plazo. Dentro de este proceso, la socialización y
democratización de la información es un factor clave.

En el Huila no existe este tipo de difusión o información en los medios, los


huilenses no conocen la ubicación en la que vivimos, el área del Departamento
por su posición geográfica y geológica presenta varios tipos de amenazas y
riegos geológicos catalogados de acuerdo a su origen como amenazas de tipo
geomorfológico, geológico e hidro-meteorológico respectivamente.

Ya me he referido a la amenaza sísmica la cual es producto de la actividad


geológica de las fallas y lo distintos eventos que hemos tenido en la historia del
departamento; pero cabe anotar que por el Huila atraviesan varios de los
sistemas de fallas mas importantes de Colombia. Estudios realizados por la
Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena-CAM y la Universidad
Nacional identificaron la existencia de 15 cabeceras municipales localizadas
muy cerca a fallas geológicas activas, caracterizadas como amenaza sísmica
alta, entre las que se encuentran: Neiva, Acevedo, Algeciras, Agrado, Aipe,
Baraya, Colombia, Garzón, Guadalupe, La Argentina, Pital Suaza, Teruel y
Tesalia.

De igual manera ningún organismo mediático, gubernamental o social se ha


encargado de informar y dar a conocer a los habitantes del sur de Colombia
que nos encontramos en medio de tres zonas en donde se ha registrado
actividad volcánica, ni mucho menos que el 7% de nuestra población se
encuentra amenazada por este fenómeno.

Y esto no es todo, la naturaleza nos amenaza constantemente con el riesgo de


remoción de masa (derrumbes y deslizamientos), comunes en las vertientes de
la cuenca del Río Las ceibas y en la carretera Neiva - Balsillas - Guayabal,
Departamentos del Huila y Caquetá.

Como si fuera poco nos enfrentamos a lo que la mayoría e los huilenses hemos
vivido; Amenazas por inundaciones origen natural: Gran cantidad de
inundaciones han afectado al Huila a través de los últimos años. Las más
significativas se presentan en ocho municipios localizados a la ribera al río
Magdalena, como respuesta a la operación del embalse aguas debajo de la
Represa de Betania y en la ciudad de Neiva en los barrios aledaños al río las
Ceibas.

Y como para cerrar este recuento con broche de oro los huilenses hemos
tenido que lidiar hasta con las amenazas de origen Antrópico: generadas por la
insuficiencia del sistema de alcantarillado en los municipios y su falta de
mantenimiento, que en épocas de lluvias fuertes provocan el rebosamiento
afectando a la población en general.

¿Será que a nuestra población no le interesaría conocer a fondo en que


situación geográfica nos encontramos y cual es nuestra ubicación física?

En donde están los comunicadores de los entes gubernamentales; o será que


la administración no cuenta con periodistas que difundan aunque sea algo de
esta información; porque sea como sea ellos si la conocen; lo grabe es que no
la dan a conocer.

El comunicador es facilitador, es el puente entre los técnicos, investigadores y


profesionales especializados y la población. El comunicador es quien conoce
las herramientas para organizar la información y presentarla al público en
términos de fácil comprensión, sin alterar ni distorsionar el contenido técnico.
El comunicador social, tiene entrada a públicos masivos, debe convertirse en
factor fundamental de una cultura de prevención y asociada a las instituciones
educativas puede fomentar la capacitación individual y colectiva. El papel de la
comunicación en estos procesos, apunta a la intermediación entre expertos,
Gobierno y comunidad para hacer accesible a la población el conocimiento de
los riesgos prevención de desastres y así hacer de este tema, también un tema
cotidiano en el desarrollo de la región, zona o área 4.

Lo ideal en un país y más en un departamento en donde se viven estas


amenazas y riesgos existan planes de prevención y trabajos mancomunados
con las administraciones, los medios y las instituciones educativas, para que
cuando ocurra un fenómeno de estos por lo menos se minimicen las perdidas
económicas o que por lo menos no existan perdidas humanas.

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