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CUESTIONES:

1) Explica el texto relacionándolo con la noción de mayoría de edad (2 puntos).

PÁRRAFO 1:

El texto es un breve ensayo de carácter político publicado en 1784 como respuesta al desafío
de definir el movimiento de la Ilustración que lanza un periódico berlinés a los intelectuales
de la época. En él Kant resume su concepción general de la Ilustración, haciendo suyos los
principios ilustrados a los que amplía y enriquece desde su propia filosofía.
Cuando en 1784 Kant publica ¿Qué es la Ilustración? inmediatamente se convierte en un
auténtico ideario de este periodo del pensamiento caracterizado por la fuerza de la razón y la
idea de progreso, de ahí que con justicia se considere a Kant como el filósofo ilustrado por
excelencia, y no sólo por sus vastos conocimientos, sino por sus importantes aportaciones al
movimiento intelectual de la época.

En este texto la Ilustración quedará definida como el proceso de madurez y autonomía


intelectual y moral del individuo y la humanidad para alcanzar lo que Kant denomina la
“mayoría de edad”.

La exclamación "sapere aude" ("piensa por tí mismo") supone en el contexto


histórico-político que vive Kant superar los dogmas religiosos o políticos extendiendo el
progreso conseguido a través de la ciencia a todos los campos del saber. El objetivo final es la
emancipación política y el progreso moral del género humano a través de la difusión del
saber.

Kant señala, en primer lugar, cuales son las causas de la minoría de edad en la que se haya la
humanidad:
- Pereza y cobardía de los individuos
- El miedo que inspira la libertad
- Los intereses políticos del Estado en mantener a los ciudadanos en esta minoría de edad

A continuación, Kant enuncia cuales son las condiciones para alcanzar la mayoría de edad:
- La libertad de expresión (uso público de la razón limitado por el uso privado de la razón)
- Una reforma paulatina que no implique una revolución
- Co-legislación (imperativo categórico aplicado al ámbito político)
En este párrafo distinguimos el compromiso de Kant por la emancipación del ser humano, por
la realización de la libertad. Si la humanidad se encuentra en una situación desastrosa, es
preciso retirar los obstáculos externos (leyes injustas e instituciones autoritarias) que impiden
el desarrollo y, sobre todo, los de conciencia (sea por religión o por los prejuicios). Es preciso
que cada uno tome conciencia de que debe actuar para lograr su propia libertad. Así se
alcanza la mayoría de edad en la que reside la libertad verdadera: crear tu propia vida sin
tener que depender de nadie, solo de ti mismo (carácter autónomo de la razón). Quienes se
mantienen apáticos en “la minoría de edad” son culpables de este estado de opresión. Por eso,
la Ilustración, además de conocimiento, es una actitud moral, es la liberación del hombre de
su culpable incapacidad: “¡Ten valor para servirte de tu propio entendimiento!”, dice Kant;
esto es, hazte responsable de tu vida pensando y guiándote por ti mismo.

En conclusión, la idea de “¡Atrévete a pensar!” es un medio para lograr una adecuada


formación y, a la larga, conseguir una mejora social. Debe ser un antídoto para, por ejemplo,
la actual desinformación, cuyo objetivo es el adormecimiento de las conciencias y la
promoción de la incultura.

PÁRRAFO 2:

El texto es un breve ensayo de carácter político publicado en 1784 como respuesta al desafío
de definir el movimiento de la Ilustración que lanza un periódico berlinés a los intelectuales
de la época. En él Kant resume su concepción general de la Ilustración, haciendo suyos los
principios ilustrados a los que amplía y enriquece desde su propia filosofía.
Cuando en 1784 Kant publica ¿Qué es la Ilustración? inmediatamente se convierte en un
auténtico ideario de este periodo del pensamiento caracterizado por la fuerza de la razón y la
idea de progreso, de ahí que con justicia se considere a Kant como el filósofo ilustrado por
excelencia, y no sólo por sus vastos conocimientos, sino por sus importantes aportaciones al
movimiento intelectual de la época.

En este texto la Ilustración quedará definida como el proceso de madurez y autonomía


intelectual y moral del individuo y la humanidad para alcanzar lo que Kant denomina la
“mayoría de edad”.

La exclamación "sapere aude" ("piensa por tí mismo") supone en el contexto


histórico-político que vive Kant superar los dogmas religiosos o políticos extendiendo el
progreso conseguido a través de la ciencia a todos los campos del saber. El objetivo final es la
emancipación política y el progreso moral del género humano a través de la difusión del
saber.

Kant señala, en primer lugar, cuales son las causas de la minoría de edad en la que se haya la
humanidad:
- Pereza y cobardía de los individuos
- El miedo que inspira la libertad
- Los intereses políticos del Estado en mantener a los ciudadanos en esta minoría de edad

A continuación, Kant enuncia cuales son las condiciones para alcanzar la mayoría de edad:
- La libertad de expresión (uso público de la razón limitado por el uso privado de la razón)
- Una reforma paulatina que no implique una revolución
- Co-legislación (imperativo categórico aplicado al ámbito político)

En este párrafo Kant se centra en comentar las causas ya mencionadas antes del predominio
de la minoría de edad o falta de ilustración en la humanidad. Aunque naturalmente un hombre
sea adulto, si prefiere la comodidad o ,verdaderamente, la cobardía y la pereza, antes que
valerse y guiarse por sí mismo, será un menor de edad mentalmente. Kant ejemplifica esta
cómoda dejación de la responsabilidad de pensar: los asuntos de conciencia, al sacerdote, los
de la salud, al médico. También ironiza sobre la pretendida bondad de los tutores, que
someten al ser humano y le transmiten el miedo a la libertad. En contraste, se muestra
optimista e invita a que nos atrevamos a pensar por nosotros mismos, algo que se aprende
poco a poco, después de varios errores pero siempre optando por intentar pensar y vivir por
nosotros mismos.

En conclusión, la idea de “¡Atrévete a pensar!” es un medio para lograr una adecuada


formación y, a la larga, conseguir una mejora social. Debe ser un antídoto para, por ejemplo,
la actual desinformación, cuyo objetivo es el adormecimiento de las conciencias y la
promoción de la incultura.

PÁRRAFO 3:
El texto es un breve ensayo de carácter político publicado en 1784 como respuesta al desafío
de definir el movimiento de la Ilustración que lanza un periódico berlinés a los intelectuales
de la época. En él Kant resume su concepción general de la Ilustración, haciendo suyos los
principios ilustrados a los que amplía y enriquece desde su propia filosofía.
Cuando en 1784 Kant publica ¿Qué es la Ilustración? inmediatamente se convierte en un
auténtico ideario de este periodo del pensamiento caracterizado por la fuerza de la razón y la
idea de progreso, de ahí que con justicia se considere a Kant como el filósofo ilustrado por
excelencia, y no sólo por sus vastos conocimientos, sino por sus importantes aportaciones al
movimiento intelectual de la época.

En este texto la Ilustración quedará definida como el proceso de madurez y autonomía


intelectual y moral del individuo y la humanidad para alcanzar lo que Kant denomina la
“mayoría de edad”.

La exclamación "sapere aude" ("piensa por tí mismo") supone en el contexto


histórico-político que vive Kant superar los dogmas religiosos o políticos extendiendo el
progreso conseguido a través de la ciencia a todos los campos del saber. El objetivo final es la
emancipación política y el progreso moral del género humano a través de la difusión del
saber.

Kant señala, en primer lugar, cuales son las causas de la minoría de edad en la que se haya la
humanidad:
- Pereza y cobardía de los individuos
- El miedo que inspira la libertad
- Los intereses políticos del Estado en mantener a los ciudadanos en esta minoría de edad

A continuación, Kant enuncia cuales son las condiciones para alcanzar la mayoría de edad:
- La libertad de expresión (uso público de la razón limitado por el uso privado de la razón)
- Una reforma paulatina que no implique una revolución
- Co-legislación (imperativo categórico aplicado al ámbito político)

En este párrafo Kant expone que la falta de libertad (o de costumbre en el uso del propio
entendimiento pues de un modo u otro nos han impedido usarlo (abuso), volviéndose algo
casi natural y provocandonos miedo cuando intentamos usarlo ) y los prejuicios sociales
dominantes (“los grilletes”) hacen muy difícil la tarea de salir del estado permanente de
minoría de edad que es el amparo ajeno, que, por otro lado, nos aporta seguridad. Así, un
prejuicio es una opinión a simple vista sobre algo del cual no tenemos conocimiento y esto
puede ser peligroso para uno mismo (vulnerable) o para la sociedad. Kant constata la
dificultad que puede tener una persona para liberarse y pensar por sí misma. Los prejuicios
sociales inculcados por los tutores inhiben esta capacidad de pensar y se vuelven también
contra aquellos. De ahí que las revoluciones no sean el camino para la ilustración, pues solo
modifican las estructuras políticas dominantes y suponen un mero cambio de dueños, por lo
que poco se gana. La ilustración es un camino que ha de darse lentamente y con valor hacia la
libertad, pues entraña una transformación del modo de pensar.

En conclusión, la idea de “¡Atrévete a pensar!” es un medio para lograr una adecuada


formación y, a la larga, conseguir una mejora social. Debe ser un antídoto para, por ejemplo,
la actual desinformación, cuyo objetivo es el adormecimiento de las conciencias y la
promoción de la incultura. Además, la idea del derecho cosmopolita no solo busca el
establecimiento de la paz perpetua, también para evitar que caigamos en el dominio sobre
otras culturas o instituciones. Por ejemplo, la actuación de los países del primer mundo en
otros subdesarrollados son una muestra de ese afán de dominio, aunque intenten pintarlo
como solidaridad.

PÁRRAFO 4:

El texto es un breve ensayo de carácter político publicado en 1784 como respuesta al desafío
de definir el movimiento de la Ilustración que lanza un periódico berlinés a los intelectuales
de la época. En él Kant resume su concepción general de la Ilustración, haciendo suyos los
principios ilustrados a los que amplía y enriquece desde su propia filosofía.
Cuando en 1784 Kant publica ¿Qué es la Ilustración? inmediatamente se convierte en un
auténtico ideario de este periodo del pensamiento caracterizado por la fuerza de la razón y la
idea de progreso, de ahí que con justicia se considere a Kant como el filósofo ilustrado por
excelencia, y no sólo por sus vastos conocimientos, sino por sus importantes aportaciones al
movimiento intelectual de la época.

En este texto la Ilustración quedará definida como el proceso de madurez y autonomía


intelectual y moral del individuo y la humanidad para alcanzar lo que Kant denomina la
“mayoría de edad”.

La exclamación "sapere aude" ("piensa por tí mismo") supone en el contexto


histórico-político que vive Kant superar los dogmas religiosos o políticos extendiendo el
progreso conseguido a través de la ciencia a todos los campos del saber. El objetivo final es la
emancipación política y el progreso moral del género humano a través de la difusión del
saber.

Kant señala, en primer lugar, cuales son las causas de la minoría de edad en la que se haya la
humanidad:
- Pereza y cobardía de los individuos
- El miedo que inspira la libertad
- Los intereses políticos del Estado en mantener a los ciudadanos en esta minoría de edad

A continuación, Kant enuncia cuales son las condiciones para alcanzar la mayoría de edad:
- La libertad de expresión (uso público de la razón limitado por el uso privado de la razón)
- Una reforma paulatina que no implique una revolución
- Co-legislación (imperativo categórico aplicado al ámbito político)

En este párrafo Kant expone que la libertad es la condición indispensable para que se dé la
ilustración de la humanidad: liberación del hombre de su culpable incapacidad. En concreto,
el tipo de libertad a la que se refiere Kant es la intelectual: la libertad de hacer un uso público
de la razón, que permite a alguien exponer públicamente y sin limitaciones su opinión o obrar
según lo que uno mismo crea conveniente. Por el contrario, el uso privado de la razón es el
que alguien ejerce como titular de un cargo, en calidad de funcionario que defiende los
intereses de una determinada institución. Por ello, de esta manera no es posible la libertad de
expresión o de acción, pues se representa a esa institución y no se reflexiona y se guía por uno
mismo.

En conclusión, la idea de “¡Atrévete a pensar!” es un medio para lograr una adecuada


formación y, a la larga, conseguir una mejora social. Debe ser un antídoto para, por ejemplo,
la actual desinformación, cuyo objetivo es el adormecimiento de las conciencias y la
promoción de la incultura. Además, la idea del derecho cosmopolita no solo busca el
establecimiento de la paz perpetua, también para evitar que caigamos en el dominio sobre
otras culturas o instituciones. Por ejemplo, la actuación de los países del primer mundo en
otros subdesarrollados son una muestra de ese afán de dominio, aunque intenten pintarlo
como solidaridad.

PÁRRAFO 5:
El texto es un breve ensayo de carácter político publicado en 1784 como respuesta al desafío
de definir el movimiento de la Ilustración que lanza un periódico berlinés a los intelectuales
de la época. En él Kant resume su concepción general de la Ilustración, haciendo suyos los
principios ilustrados a los que amplía y enriquece desde su propia filosofía.
Cuando en 1784 Kant publica ¿Qué es la Ilustración? inmediatamente se convierte en un
auténtico ideario de este periodo del pensamiento caracterizado por la fuerza de la razón y la
idea de progreso, de ahí que con justicia se considere a Kant como el filósofo ilustrado por
excelencia, y no sólo por sus vastos conocimientos, sino por sus importantes aportaciones al
movimiento intelectual de la época.

En este texto la Ilustración quedará definida como el proceso de madurez y autonomía


intelectual y moral del individuo y la humanidad para alcanzar lo que Kant denomina la
“mayoría de edad”.

La exclamación "sapere aude" ("piensa por tí mismo") supone en el contexto


histórico-político que vive Kant: superar los dogmas religiosos o políticos extendiendo el
progreso conseguido a través de la ciencia a todos los campos del saber. El objetivo final es la
emancipación política y el progreso moral del género humano a través de la difusión del
saber.

Kant señala, en primer lugar, cuales son las causas de la minoría de edad en la que se haya la
humanidad:
- Pereza y cobardía de los individuos
- El miedo que inspira la libertad
- Los intereses políticos del Estado en mantener a los ciudadanos en esta minoría de edad

A continuación, Kant enuncia cuales son las condiciones para alcanzar la mayoría de edad:
- La libertad de expresión (uso público de la razón limitado por el uso privado de la razón)
- Una reforma paulatina que no implique una revolución
- Co-legislación (imperativo categórico aplicado al ámbito político)
En este fragmento Kant expone que ninguna persona puede renunciar a la ilustración debido
a que implicaría ir en contra de los derechos humanos. Del mismo modo, tampoco el monarca
puede imponer una doctrina religiosa, sino que ha de reconocer la libertad que cada
ciudadano posee para pensar lo que considere, pues no es dueño del pueblo, sino que sólo lo
representa. Esto muestra la posición kantiana: contraria al absolutismo (“despotismo”) y
propensa a regímenes republicanos. El monarca ideal para Kant es aquel que “no teme a las
sombras”, expresión que nos recuerda que la Ilustración se simboliza con la luz. Por el
contrario, continuar eligiendo la ignorancia, los prejuicios y los sistemas políticos caducos
son signos de un vivir en sombras y oscuridad. Sin embargo, Kant apuesta por un proceso
escalonado en el uso de la libertad para evitar los riesgos que conlleva un nivel excesivo de
ella. Lo ideal para él sería la actitud de un rey que exige obediencia, pero que a la vez permite
que la sociedad razone y muestre públicamente sus opiniones. Esto favorece al desarrollo del
libre pensar del ser humano, lo que contribuye al proceso de la libertad de obrar del pueblo y
de la humanización de los principios del gobierno.

En conclusión, la idea de “¡Atrévete a pensar!” es un medio para lograr una adecuada


formación y, a la larga, conseguir una mejora social. Debe ser un antídoto para, por ejemplo,
la actual desinformación, cuyo objetivo es el adormecimiento de las conciencias y la
promoción de la incultura. Además, la idea del derecho cosmopolita no solo busca el
establecimiento de la paz perpetua, también para evitar que caigamos en el dominio sobre
otras culturas o instituciones. Por ejemplo, la actuación de los países del primer mundo en
otros subdesarrollados son una muestra de ese afán de dominio, aunque intenten pintarlo
como solidaridad.

2) Explica el significado que tienen en Kant 3 de los siguientes términos: imperativo,


libertad, ilusión trascendental, Revolución copernicana (escoger únicamente 3 términos.
3 puntos).

❖ GIRO COPERNICANO:

Es el cambio que supone la filosofía kantiana en la concepción del conocimiento. Para


ilustrarlo, Kant se basa en una analogía con la revolución copernicana. En astronomía
Copérnico comprendió que para entender el movimiento de los objetos celestes era
necesario cambiar la relación poniendo al Sol en el centro y suponiendo que es la
Tierra la que gira a su alrededor.

Kant considerará que en filosofía es preciso una revolución semejante a la


copernicana: la filosofía anterior a Kant suponía que en la experiencia de
conocimiento el sujeto es pasivo y que el objeto conocido influye en el sujeto y
provoca en él una representación fidedigna. Es decir, nuestro conocimiento se rige por
los propios objetos, tal como afirman los presocráticos, Platón y Aristóteles entre
otros.

Kant propone darle la vuelta a esta relación afirmando que en el conocimiento no


somos nosotros quienes nos sometemos a las cosas, sino que son más bien las cosas
las que se deben someter a nosotros. Una consecuencia de este giro en epistemología
es la distinción kantiana entre el noúmeno y el fenómeno. Sólo conocemos
fenómenos, objetos afectados por esas estructuras mentales, el sujeto lo que conoce
son sus propias ideas acerca de las cosas. No podemos conocer la realidad en sí
misma, lo “nouménico”, es incognoscible (fenomenismo).

En las concepciones anteriores, el sujeto es pasivo orientándose hacia el objeto. En la


concepción kantiana el sujeto es activo en el conocimiento porque ordena la realidad,
imponiendo sobre ella sus formas a priori:

- espacio y tiempo en la sensibilidad

- categorías en el entendimiento

Por eso el conocimiento es universal (todos tenemos las mismas condiciones para
conocer) y por eso podemos hacer juicios sintéticos a priori en matemáticas y física.
Por todo ello la filosofía kantiana se le denomina idealismo trascendental.

❖ IMPERATIVO:

Si la razón teórica se preocupa de cómo son las cosas, y fórmula para ello juicios, la
razón práctica se ocupa de cómo debería ser, y formula mandamientos o imperativos.
El imperativo es un mandato conforme a una regla o norma que describe cómo
debemos actuar. Tiene un carácter constrictivo.

Kant distingue dos tipos de imperativos: hipotéticos y categóricos.

Los imperativos hipotéticos son condicionales e empíricos. Tienen la forma general


"debes hacer x si quieres conseguir y". Este tipo de imperativos son propios de las
éticas materiales. Kant creyó que las éticas materiales sólo pueden fundamentar
imperativos hipotéticos pero nunca mandatos morales en sentido estricto o
imperativos categóricos. Los imperativos hipotéticos (al igual que los juicios
sintéticos a posteriori) son particulares y contingentes, es decir, no obligan de manera
absoluta. Kant no los considera propiamente morales.

Por su parte el imperativo categórico es un mandato con carácter universal y


necesario: prescribe una acción como buena de forma incondicionada, manda algo por
la propia bondad de la acción, independientemente de lo que con ella se pueda
conseguir. Declara la acción objetivamente necesaria en sí, sin referencia a ningún
propósito extrínseco. Para Kant sólo este tipo de imperativo es propiamente un
imperativo de la moralidad y son los que definen las éticas que podemos denominar
formales. Los imperativos categóricos son la ley moral que la propia conciencia se da
(autonomía), son universales, a priori y racionales.

Kant ofrece tres formulaciones del imperativo categórico; la primera y más conocida
es “Obra como si la máxima de tu acción pudiera ser erigida, por tu voluntad, en ley
universal de la naturaleza”. Pero también podemos encontrarla formulada como el
principio de universalidad: "Actúa de manera que tu máxima sea universalizable" o el
principio de dignidad humana: "Trata a los otros siempre como fines y nunca como
medios".

❖ ILUSIÓN TRASCENDENTAL:

La ilusión trascendental es el engaño al que llega la razón cuando queremos conocer


los objetos que están más allá del límite de la experiencia (noúmenos). Al aplicar las
formas a priori, no sobre la experiencia, sino sobre conceptos puros incurrimos en
contradicciones, falacias o razonamientos erróneos.

La razón es sintetizadora y relaciona los juicios del entendimiento en razonamientos


cada vez más generales. De este modo llega a las tres Ideas trascendentales, formas a
priori de la razón: Alma , Mundo y Dios.

El ser humano sólo puede conocer los fenómenos y no a las cosas en sí mismas
(noúmenos). Cuando intentamos superar este límite caemos en lo que Kant denomina
“ilusión trascendental”.

En su obra “Crítica de la Razón Pura” Kant se pregunta si es posible el conocimiento


(es decir, los juicios sintéticos a priori) en los distintos tipos de ciencias: las
matemáticas, la física y metafísica. En los dos primeros encuentra que sí son posibles
mientras que en el caso de la metafísica no es posible aplicar las categorías a los
conceptos puros. La imposibilidad de la metafísica como ciencia se debe a que sus
objetos de estudio carecen de datos sensibles que proveen de contenido a las
categorías del entendimiento.

Pese a la imposibilidad de establecer la metafísica como ciencia, Kant defiende que el


ser humano tiene una tendencia natural e inevitable a preguntarse por esos conceptos
puros (Alma, Mundo, Dios). Estas ideas se emplean legítimamente cuando se hace un
uso regulado de ellas; esto es, cuando son tomadas como un objetivo ideal para
perfeccionar nuestro conocimiento. Estas Ideas, como pensables, tendrán validez en la
razón práctica, como postulados, es decir, supuestos indemostrables pero necesarios
para que tenga sentido hablar de moralidad.

3) Relaciona la filosofía de Kant con 3 de los siguientes autores y corrientes: Aristóteles;


Racionalismo-Empirismo; Contractualistas; Nietzsche (escoger únicamente 3
comparaciones. 3 puntos).

KANT-ARISTÓTELES:

Kant y Aristóteles tienen en común la preocupación por la metafísica o filosofía primera, sin
embargo, difieren respecto a su posicionamiento frente a esta materia. Para Aristóteles la
metafísica es ciencia teórica por excelencia mientras que Kant se cuestiona si es posible hacer
una metafísica como ciencia dando una respuesta negativa pero manteniendo su importancia
como fundamento de la vida moral.

Kant, como defensor del idealismo, se enfrenta al materialismo aristotélico. Para Kant debe
darse más importancia al sujeto que se conoce que al objeto que se va a conocer. Es lo que el
propio Kant denominó “giro copernicano”. Para Kant, el sujeto no puede conocer la realidad
en sí (noúmeno) sino que organiza y construye la realidad (fenómeno). Aristóteles, sin
embargo, no distingue como Kant entre la realidad que aparece ante el humano (fenómeno) y
la realidad tal cual es (cosa en sí o noúmeno); para Aristóteles, la realidad que se percibe con
los sentidos y que se conoce con la investigación es la realidad en sí misma.

El idealismo de Kant se enfrenta al materialismo de Aristóteles también en el ámbito de la


ética. Frente a la ética material aristotélica y sus imperativos hipotéticos (orientados al fin
último de obtener la felicidad), la ética kantiana es formal y su imperativo es categórico
("actúa de tal forma que tu máxima de acción sea universalizable", o en una formulación
alternativa: "trata a los demás siempre como fines, nunca como medios"). Aristóteles defiende
una ética que siempre tiene que tener en cuenta las circunstancias en que se desarrolla la
acción. Kant defiende situar la acción humana en un ámbito más allá de sus causas y
consecuencias, en un ámbito en el que se pueda decidir qué hacer sin tener en cuenta lo que se
va a conseguir con la acción.

Respecto a las relaciones entre ética y política encontramos que Aristóteles otorga primacía a
la política sobre la ética (“la ciudad es por naturaleza anterior al individuo”). Kant, por su
parte, tras demostrar la libertad del individuo, propone la autonomía como eje de la ética, de
modo que cada uno tiene la misma ley dentro de sí, a la que obedece la buena voluntad. En
Kant el deber es la clave de la ética y la política debe ser coherente con este apriori ético,
permitiéndonos en el uso libre de la razón guiada por el imperativo ético.

Por último, en relación con la sociabilidad humana encontramos un punto de encuentro en


cuanto a que ambos se alejan del pesimismo antropológico que defenderá Hobbes. Si para
Aristóteles el ser humano es un animal político y, por tanto, sociable por naturaleza, Kant
defiende una teoría de la insociable-sociabilidad. Ambos, sin embargo, se acercan en tanto
defienden una sociedad humana construida sobre la bondad, la prudencia y el deber que les
alejan de esta visión pesimista hobbesiana.

KANT- EMPIRISMO Y RACIONALISMO:

El racionalismo y el empirismo son las dos corrientes filosóficas modernas dominantes en el


panorama filosófico de los siglos XVII y XVIII. Ambas corrientes coinciden en que la
realidad no existe con independencia del sujeto que la conoce suponiendo un giro
epistemológico respecto al realismo ingenuo anterior. Sin embargo, en cuanto a cómo se
produce el conocimiento humano el racionalismo y el empirismo se oponen de manera
radical.

En primer lugar, los racionalistas, como Descartes, piensan que la razón es el origen y el
fundamento del conocimiento y que poseemos ideas innatas, mientras que los empiristas
consideran que el origen de todo conocimiento reside en la experiencia sensible, como
mantenía el empirismo de Hume, negando, por tanto, la existencia de ideas innatas.

En segundo lugar, los racionalistas aseguran que podemos acceder a un conocimiento objetivo
y universal, mientras que los empiristas mantienen que solo podemos obtener un
conocimiento probable. Por esta razón, los racionalistas conceden más importancia al método
deductivo y la matemática como ciencia, mientras que los empiristas apoyan el método
inductivo y la física como modelo de ciencia.

En tercer lugar, los racionalistas afirman que el conocimiento es ilimitado porque la razón es
infinita siendo la metafísica posible como ciencia, mientras que los empiristas sostienen que
el conocimiento es limitado, pues solo podemos conocer lo que podemos percibir. En
consecuencia, para el empirismo la metafísica es imposible como ciencia.

En su reflexión sobre el problema del conocimiento, Kant realiza un importante esfuerzo de


síntesis entre el racionalismo y el empirismo. Kant, al igual que el racionalismo y el
empirismo rompe con la visión ingenua del conocimiento humano según la cual conocer es
copiar la realidad tal cual es. Subraya, por el contrario, que la realidad no existe
independientemente del sujeto que la conoce: no conocemos el mundo tal como es
(noúmeno), sino tal como se nos aparece (fenómeno). El sujeto que conoce es quien
determina la realidad. Esto es lo que Kant denomina “giro copernicano”.

La síntesis de Kant respecto a la oposición epistemológica entre racionalismo y empirismo


se resume en los siguientes aspectos:

En relación al origen y fundamento del conocimiento, para Kant el conocimiento válido


comienza por la experiencia (empirismo) pero la experiencia queda transformada por las
estructuras cognoscentes del sujeto (racionalismo).

Respecto a la relación entre verdad y conocimiento, Kant afirma que es posible el


conocimiento universal (posición en común con dogmatismo epistemológico defendido por el
racionalismo). Sin embargo, mantiene que ningún conocimiento debe ser dado por definitivo
e incuestionable. Esta defensa de la crítica acerca a Kant al escepticismo epistemológico
defendido por el empirismo.

Por último, la filosofía de Kant supone una posición intermedia entre racionalismo y
empirismo en cuanto a la consideración de la metafísica negando la posibilidad de la
metafísica como ciencia (empirismo) pero afirmando que el ser humano no puede dejar de
plantearse cuestiones que van más allá de los límites de la experiencia, como la libertad, la
inmortalidad del alma y la existencia de Dios.

KANT- CONTRACTUALISTAS (HOBBES Y ROUSSEAU):

La reflexión filosófica y política de Kant está fuertemente influida por las corrientes de
pensamiento del siglo XVIII y los planteamientos de los ilustrados franceses, en especial de
Rousseau. De hecho, Kant se convirtió en uno de los exponentes de la ilustración
defendiendo la plena confianza en el uso de la razón como instrumento esencial para
combatir la superstición y para transformar la sociedad.

Las teorías acerca del origen del estado que denominamos contractualistas son las que
afirman que el origen y fundamento del poder político es el 'contrato social' entendido como
un pacto o convención racional entre individuos. Estas teorías se oponen a las teorías
anteriores (como las de Platón o Aristóteles) que denominamos naturalistas en las que el
fundamento del estado se encuentra en la propia naturaleza social del ser humano.

Los principales representantes del contractualismo moderno son Hobbes, Locke y


Rousseau. Kant comparte con los contractualistas los rasgos generales de este
pensamiento que son:
- El individuo es racional y autónomo
- La hipótesis del 'estado de naturaleza' como situación anterior al contrato social
- La convencionalidad del contrato (y por tanto, la posibilidad de revisarlo)
- El origen extrínseco del estado (y por tanto, de alguna manera 'antinatural')
- El estado civil como resultado del contrato y que sustituye al 'estado de naturaleza'

Sin embargo, respecto a estos tres momentos: estado de naturaleza - contrato social -
estado, el pensamiento político de Kant presenta diferencias respecto principalmente a lo
expuesto por Hobbes y Rousseau.
Aunque los tres filósofos hablaron del estado de naturaleza, existen importantes diferencias
en la descripción que hacían de éste. Hobbes afirmaba que en el estado de naturaleza el
hombre es un lobo para el hombre (Homo homini lupus). El egoísmo natural del ser humano
los lleva en un hipotético estado de naturaleza a una guerra continua de todos contra todos.
Rousseau, por el contrario, defendía que el ser humano era bueno por naturaleza y que era la
sociedad la que lo corrompía. Por tanto, en ese estado de naturaleza, el hombre vivía en
compañía de los otros en armonía, y no enfrentándose a ellos como afirma Hobbes. Por
último, Kant, coincide con Hobbes en describir un supuesto estado de naturaleza como un
estado de guerra en ausencia de principios jurídicos que lo regulen. Pero el influjo de
Rousseau hace que Kant no dude de la bondad natural del ser humano.

Según esta hipótesis, el estado de naturaleza fue la fase previa a la constitución de la


sociedad civil, pero, ¿por qué los hombres deciden abandonar ese estado natural y fundar
un estado? En opinión de Hobbes, el ser humano decide abandonar el estado de naturaleza
por temor a ser asesinado por los otros; prefiere renunciar a su libertad y derechos a cambio
de que el estado garantice su seguridad. En el caso de Rousseau, el ser humano abandona
el estado de naturaleza porque cree que en un estado político va a conseguir mayores
ventajas. Kant, sin embargo, afirma que el hombre decide abandonar ese estado de
naturaleza por un imperativo moral: hay algo en el interior de cada hombre que le lleva a
actuar conforme al deber. El hombre abandona el estado de naturaleza por deber, por
imperativo moral, porque es un ser racional que decide convivir en paz con los demás.

Por último, compararemos a estos tres autores teniendo en cuenta cuál es para ellos la
mejor forma de gobierno. Para Hobbes, la mejor forma de gobierno es un estado absolutista
donde no exista la separación de poderes, pues cuando el gobierno ha sido elegido los
súbditos pierden todos los derechos a la rebelión; sólo se puede desobedecer al monarca
cuando éste no protege la vida de sus súbditos. Rousseau, sin embargo, afirma que el único
gobierno legítimo sería la democracia directa, en la que el poder legislativo pertenece al
cuerpo entero de los ciudadanos, a los que corresponde la designación de las personas
encargadas de hacer ejecutar las leyes. Por último, Kant afirma que el modo perfecto de
gobierno es la constitución republicana, que respeta la separación de poderes (legislativo,
ejecutivo y judicial) y convierte al ciudadano en colegislador.

Kant trata de establecer una línea de equilibrio entre la libertad para el libre uso de la razón
que predica Rousseau y la obediencia ciega al gobernante que plantea Hobbes como se
manifiesta en su distinción entre el uso privado y el uso público de la razón, que fuerza a
obedecer en lo público (órdenes al militar, pagar impuestos al ciudadano, predicar dogmas
al clérigo) pero salvaguardando el derecho a discrepar públicamente.

4) Realiza una disertación sobre alguno de los temas planteados en las diferentes épocas
(2 puntos)

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