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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Zaragoza

Licenciatura: Médico Cirujano

Histología

“Muerte celular y adaptación celular”

Alumna: Macedo Montalvo Evelyn Paola

Profesor: Gerardo Llamas Vázquez

Grupo: 1113

12 de febrero del 2023


Muerte celular

La muerte celular puede ser accidental o estar programada, iniciada y ejecutada a través
de vías bioquímicas diferentes. La muerte celular programada (MCP) está regulada
genéticamente y su cometido es eliminar células superfluas, dañadas o mutadas. Durante
muchos años, la apoptosis ha sido sinónima de la MCP; sin embargo, este concepto está
cambiando gracias a los hallazgos recientes en los que se han identificado diferentes
modos de muerte celular controlada.

Apoptosis

La apoptosis es un proceso mediante el cual se destruyen las células y está programado


intrínsecamente y está regulado por diversas moléculas según el tipo de tejido. Constituye
un mecanismo activo (utiliza energía) que resulta esencial para mantener la homeostasis
tisular, este proceso fisiológico se caracteriza por una secuencia de eventos bien
sincronizados (activación de caspasas, formación de burbujas o vesículas de la membrana,
fragmentación del ADN internucleosomal, etc. Las células mueren en el momento requerido
sin afectar la función del organismo.

Es un proceso evolutivamente conservado que permite que los organismos


multicelulares eliminen selectivamente las células a través de un programa altamente
regulado de suicidio celular. La apoptosis está mediada por dos vías. La vía extrínseca usa
receptores de la superficie celular, mientras que la vía intrínseca involucra la mitocondria y
el retículo endoplásmico (RE), y cada una de estas vías conduce a la activación de la
caspasa. Además, las conexiones entre las vías amplifican las señales, lo que aumenta la
eficacia de la matanza.

La vía intrínseca es responsable de transducir la mayoría de los estímulos


apoptóticos, incluidos los causados por nutrientes o factores de supervivencia inadecuados,
hipoxia, estrés oxidativo, estrés por nutrientes, estrés proteotóxico, daño en el ADN y
toxinas químicas y físicas. Estos estímulos finalmente convergen en las mitocondrias para
desencadenar la liberación de proteínas apoptogénicas, como el citocromo c, y en el RE
para estimular la liberación de Ca 2+ luminal.

Durante la apoptosis la célula se encoge y finalmente se rompe en pequeños


fragmentos rodeados de membrana. Estos últimos a menudo contienen fragmentos de
cromatina condensada denominados cuerpos apoptóticos. El mantenimiento de la
integridad de la membrana plasmática hasta el final del proceso apoptótico permite que la
célula moribunda sea engullida por los macrófagos, lo que evita la liberación de los
contenidos intracelulares reactivos, evitando así una reacción inflamatoria.

Se considera un componente vital de varios procesos, incluida la renovación celular


normal, el desarrollo y funcionamiento adecuados del sistema inmunológico, la atrofia
dependiente de hormonas, el desarrollo embrionario y la muerte celular inducida por
sustancias químicas. La apoptosis inapropiada (ya sea muy poca o demasiado) es un factor
en muchas afecciones humanas, incluidas las enfermedades neurodegenerativas, el daño
isquémico, los trastornos autoinmunes y muchos tipos de cáncer. La capacidad de modular
la vida o la muerte de una célula es reconocida por su inmenso potencial terapéutico.

Ocurre normalmente durante el desarrollo y el envejecimiento y como un mecanismo


homeostático para mantener las poblaciones celulares en los tejidos. Así mismo, ocurre
como un mecanismo de defensa, como en las reacciones inmunes o cuando las células son
dañadas por enfermedades o agentes nocivos. Aunque hay una gran variedad de estímulos
y condiciones, tanto fisiológicas como patológicas, que pueden desencadenar este
fenómeno, no todas las células necesariamente morirán en respuesta al mismo estímulo.
La irradiación o los medicamentos utilizados para la quimioterapia contra el cáncer
producen daños en el ADN en algunas células, lo que puede conducir a la muerte apoptótica
a través de una vía dependiente de p53. Algunas hormonas, como los corticosteroides,
pueden provocar la muerte apoptótica en algunas células (por ejemplo, timocitos), aunque
otras células no se ven afectadas o incluso estimuladas.
Necrosis

Modo patológico o accidental de muerte celular. Aunque en un principio se pensó que la


necrosis era una forma "pasiva" de muerte celular, las nuevas pruebas indican que la
muerte celular necrótica también está "regulada", su inicio no sele implicar gasto de energía
y se caracteriza por la alteración de organelos, edema del citoplasma y daño en la
membrana celular irreversibles, lo cual genera destrucción total de la célula y liberación total
de su contenido. Este material funciona como quimioatrayente para células y origina
inflamación. Puede ser inducida por estímulos tóxicos, hipertermia, elementos metabólicos
nocivos, trauma celular directo o isquemia.

Se caracteriza morfológicamente por "aumento del volumen celular (oncosis),


hinchazón de orgánulos y rotura de la membrana plasmática con pérdida del contenido
intracelular". Cada vez hay más pruebas de que la necrosis no es simplemente un proceso
pasivo incontrolado, sino que se regula a través de una cascada de acontecimientos
similares a otras formas de muerte celular. Las reacciones bioquímicas potenciales
indicativas de muerte celular necrótica en la LCT incluyen la activación de calpaínas y
catepsinas.

La muerte de las células necróticas se relaciona con la pérdida temprana de la


integridad de las membranas interna y externa y la liberación de enzimas lisosómicas
autolíticas. La fuga del contenido celular al entorno tisular desencadena múltiples sistemas
de detección de patrones moleculares relacionados con el peligro (DAMP, danger-
associated molecular pattern), en particular receptores de reconocimiento de patrones (o
patógenos) [PRR, pattern (or pathogen) recognition receptors] y provoca la respuesta del
huésped, en general denominada inflamación.

A diferencia de la apoptosis, la ruptura de las membranas celulares con la necrosis


celular libera contenidos intracelulares, que incluyen la liberación de los denominados
patrones moleculares asociados al peligro (DAMP) que son suficientes para evocar una
intensa reacción inflamatoria, que conduce a la afluencia de granulocitos, macrófagos y
fibroblastos secretores de colágeno a la zona de la lesión. El resultado final es una cicatriz
fibrótica, que puede alterar las propiedades estructurales y funcionales del miocardio. Las
vías reguladas de muerte celular que se han estudiado hasta ahora incluyen la señalización
del TNF a través del receptor tipo 1 del TNF (TNFR1) y la apertura del poro de transición
de permeabilidad mitocondrial (MPTP) en la membrana mitocondrial interna, lo que da lugar
a la pérdida de la diferencia de potencial eléctrico (ΔΨm) a través de la membrana
mitocondrial interna, lo que conduce al agotamiento del ATP

La hinchazón celular resultante de la falla de las bombas de iones dependientes de


ATP es una de las primeras evidencias de lesión celular isquémica. Aunque muchos
sistemas celulares críticos se trastornan por la isquemia, la incapacidad de las células con
actividad metabólica para producir suficiente ATP mediante la glucólisis sola sugiere que la
falla de la fosforilación oxidativa mitocondrial es fundamental para el proceso de necrosis.

La alteración de la fosforilación oxidativa conduce a una cascada de alteraciones


metabólicas que interactúan y acaban en la muerte celular. Éstas incluyen lo siguiente:

• Daño a la cadena de transporte de electrones. El daño inducido por isquemia a los


componentes mitocondriales conduce a la hidrólisis del ATP y aumenta el fosfato libre.
Esto contribuye a reducir aún más la energía para la actividad de la bomba de iones.

• Aumento de Ca2+ intracelular. En condiciones fisiológicas, existe un exceso de 10 000


veces en la concentración de calcio externa a las células. La falla de la ATP-asa de
Ca2+ de la membrana plasmática (PMCA, plasma membrane Ca2+ ATPase, la principal
bomba de salida de los iones de Ca2+ en células no excitables) tiene como consecuencia
el aumento de los niveles intracelulares de Ca2+. El aumento del Ca2+ citoplásmico
activa una serie de efectores de necrosis, como las calpaínas y las fosfolipasas; además
tiene un papel fundamental en la promoción del daño mitocondrial.

• Activación de la calpaína. Las calpaínas son proteasas de cisteína neutras que


requieren Ca2+ y tienen una amplia gama de objetivos intracelulares. La escisión de
proteínas que se asocian con la actina (como la talina, la vinculina y la actinina alfa)
puede provocar daño de la membrana con el consecuente edema celular y formación
de ampollas citoplásmicas, ambas características de la necrosis. Las calpaínas son un
factor importante en la rotura de las membranas lisosómicas que conduce a la liberación
de catepsinas, una familia de proteasas degradantes que de manera común están
activas dentro del ambiente ácido del lisosoma, un evento terminal en la necrosis que
conduce a la lisis celular.

• Activación de la fosfolipasa. Las fosfolipasas hidrolizan los fosfolípidos, lo que afecta


la estabilidad de las membranas y organelos celulares. Los productos hidrolíticos
(ácidos grasos libres y lisofosfolípidos) también pueden dañar las membranas a través
de una actividad de tipo detergente. Muchas fosfolipasas, incluida la fosfolipasa
A2 citoplásmica, son activadas por el Ca2+.

• Daño mitocondrial. El aumento de las concentraciones celulares del Ca2+ se refleja en


el aumento de los valores del calcio mitocondrial. Aunque de manera inicial se tolera,
los valores excesivos conducen a lesión mitocondrial mediada por un proceso
denominado transición de permeabilidad mitocondrial (MPT, mitochondrial permeability
transition). Durante el MPT, la membrana mitocondrial interna forma poros que
conducen a la despolarización mitocondrial, desacoplamiento del transporte de
electrones, falla en la producción de ATP, tumefacción mitocondrial (a menudo con la
presencia de depósitos densos en electrones de fosfato de calcio) y lisis.

• Lesión por reperfusión. por el contrario, las células que son


relativamente resistentes a la lesión isquémica, como los miocitos cardiacos, sufren una
lesión adicional y necrosis al reanudarse la perfusión (lesión por reperfusión). En tales
células, la sintetasa de ATP mitocondrial utiliza el ATP residual (producido por la
glucólisis) e invierte su función normal para actuar como una ATP-asa con el propósito
de permitir que las mitocondrias dañadas mantengan la polarización y reanuden su
función cuando se reinicie la irrigación. El bajo pH intracelular resultante de la glucólisis
estabiliza las mitocondrias y retarda el MPT. Tras la reperfusión, las mitocondrias
continúan su acumulación de Ca2+ y, de manera significativa, liberan cantidades
elevadas de especies reactivas de oxígeno (ROS, reactive oxygen species) hacia el
citoplasma
Adaptación celular

Hipertrofia

Proceso proplásico caracterizado por el incremento en el volumen individual de sus células.


Si el número de células hipertróficas es alto, el proceso conlleva un aumento en el volumen
del tejido u órgano afectados. Es un aumento de las células que, en consecuencia,
incrementa el aumenta el tamaño del órgano afectado. Puede ser de dos tipos:

Hipertrofia fisiológica

Es el resultado de un aumento de la demanda, de la estimulación hormonal (por ejemplo,


por la hormona peptídica natriurética) y de factores de crecimiento (por ejemplo, IGF-1). En
músculo esquelético ocurre en respuesta al trabajo intenso

. El embarazo es un ejemplo hipertrofia fisiológica, con el aumento de tamaño del


útero inducido por hormonas

Hipertrofia patológica

Es el resultado de una sobrecarga hiperdinámica crónica, por ejemplo, en caso de


hipertensión o de disfunción de una válvula cardiaca.

Mecanismos de hipertrofia miocárdica


Hiperplasia

Proceso proplásico reversible caracterizado por el incremento en el número de células de


una población, que tiene su origen en la alteración del mecanismo de renovación celular.
Las células de una población hiperplásica tienen un volumen nuclear aumentado,
hipercromatismo, nucléolo prominente y presentan ocasionales figuras de mitosis. Es
resultado de una mayor división celular.

Ocurre con respuesta a una lesión grave y prolongada. Su mecanismo principal es


la producción de factores de crecimiento que estimulan las células restantes (después de
una pérdida o un daño celular) para que sinteticen nuevos componentes celulares y, por
último, se dividan. Otro mecanismo es el incremento de la generación de células nuevas a
partir de células madre. Por ejemplo, si afectan los hepatocitos, se pueden formar nuevos
a partir de células madre intrahepáticas. Aunque la hiperplasia y la hipertrofia son procesos
diferentes, pueden ocurrir juntos y se desconoce su mecanismo específico.

Puede ser fisiológica o patológica

Hiperplasia normal o fisiológica

• Hiperplasia compensadora. Es un mecanismo adaptativo que permite que algunos


órganos se regeneren. Ocurre hiperplasia compensadora regenerativa significativa
en la epidermis, el epitelio intestinal, los hepatocitos, las células madre de la célula
ósea y los fibroblastos.
• Hiperplasia hormonal. Ocurre sobre todo en óranos dependientes de estrógenos,
como el útero y las mamas.

Hiperplasia patológica

Es la proliferación anormal de células normales y puede suceder en respuesta a la


estimulación hormonal excesiva o a los efectos de factores de crecimiento sobre células
específicas. Las células hiperplásicas se
identifican por el agrandamiento pronunciado del
núcleo, la formación de grumos de cromatina y la
presencia de uno o varios nucleolos aumentados
de tamaño.

Hiperplasia del epitelio bronquial


Neoplasia

Es el proceso de proliferación descontrolada de células en un tejido, el cual por sus


características histológicas o inclusive genéticas, puede ser benigno o maligno.

Neoplasia benigna

Es un tumor localizado, delimitado (sus bordes no son infiltrativos), regularmente con una
cápsula fibrosa, de forma regular y células bien diferenciadas (similares a la célula que le
dio origen). Una neoplasia benigna no invade el tejido adyacente ni metastatiza, sólo causa
daño por compresión a los órganos o tejidos vecinos y no recurre después de la extirpación
quirúrgica. La nomenclatura se centra en el sufijo oma, sobre todo en tejidos blandos o
mesenquimatosos, ya que en los epitelios el término “adenoma” es como se denomina a
las neoplasias benignas de este origen.

Neoplasia maligna

Se caracteriza por tumores en donde hay células anormales que se multiplican sin control
y pueden invadir los tejidos cercanos. Las células de neoplasias malignas también se
pueden diseminar hasta otras partes del cuerpo a través del torrente sanguíneo y el sistema
linfático (metástasis). En la nomenclatura de los casos de tejidos blandos el sufijo “sarcoma”
denomina el comportamiento maligno, mientras que “carcinoma” se refiere a neoplasias
malignas originadas de epitelios de revestimiento y adenocarcinomas para aquellas con
origen en epitelio glandular.
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