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¿La muerte se presenta

en las células de
cualquier sistema vivo?
Tan necesario es que las células se multipliquen o que
se mueran, ya que en este equilibrio constante
mantenemos nuestra salud; y cuando éste se altera
ocasiona graves problemas de ésta.

La vida normal de todos los seres vivos depende de


mantener un balance entre la muerte y la proliferación
celular. De no ser así los seres humanos tendríamos un
intestino que alcanzaría una longitud de 16 Km a los 70
años.
La muerte celular es el cese de las funciones vitales de
una célula.

Este puede ser el resultado del proceso natural por el


cual las células viejas mueren y son reemplazadas por
otras nuevas o pueden resultar de factores tales como la
enfermedad, una lesión localizada o la muerte del
organismo del cual las células son parte.

Los tipos de muerte celular incluyen la apoptosis,


la autofagia y la necrosis.
Las células de todos los sistema cumplen un ciclo
vital, donde cuentan con una cantidad limitada de
proteínas para ser codificadas y cumplir con sus
funciones, una vez que este periodo concluye se
desencadena varios procesos bioquímicos que
inducen la muerte celular programada, este proceso
se conoce como apoptosis, y es un fenómeno
fisiológico que realizan la mayoría de las células.
Pero además existe otro tipo de muerte celular conocido
como necrosis, donde hay una muerte prematura de la
células, a través de la autolisis, se produce la
desnaturalización de las proteínas y se pierde la
integridad de las paredes plasmáticas, se produce por
agentes nocivos, como insuficiente aporte de oxígeno a
través de la sangre (isquemia), radiación ionizante,
agresiones químicas físicas o mecánicas, y las
infecciones; se desencadenan reacciones inflamatorias
para sustituir los tejidos destruidos y remplazarlos con
tejidos cicatrizales.
La apoptosis es un proceso de muerte celular
programada que puede ocurrir en los organismos
multicelulares. ​

Mediante una orden genética y sintéticamente


motivada se inicia una serie de eventos bioquímicos
que conducen a cambios característicos en la
morfología de las células y, eventualmente, a su
muerte.
También, es cada vez más claro que la mitosis y
apoptosis están alternadas o vinculadas de alguna
manera y que el equilibrio alcanzado depende de que las
señales recibidas de los factores de crecimiento o
supervivencia sean los apropiados.
La autofagia es un proceso catabólico de las células
eucariotas en el cual el citoplasma, incluyendo el
exceso de orgánulos o aquellos deteriorados o
aberrantes, son secuestrados en vesículas de doble
membrana y liberados dentro del lisosoma o
vacuola para su descomposición y eventual
reciclado de las macromoléculas resultantes.
Este proceso juega un papel esencial en la adaptación al
ayuno y a las condiciones ambientales cambiantes, a la
remodelación celular durante el desarrollo y
acumulación de orgánulos alterados hipergeneradores
de especies reactivas de oxígeno en las células en
envejecimiento.
La necrosis es una forma de daño celular que da lugar a
la muerte prematura de las células en el tejido vivo
por autolisis.

Con incapacidad de mantenimiento de la integridad de


la membrana plasmática, escapatoria de elementos
citoplasmáticos y desnaturalización de las proteínas por
acción de los lisosomas. ​

Es provocada por un agente nocivo que causa una


lesión tan grave que no se puede reparar o curar.
Por ejemplo, el aporte insuficiente de sangre al tejido
o isquemia, un traumatismo, la exposición a la radiación
ionizante, la acción de sustancias químicas o tóxicas,
una infección o el desarrollo de una enfermedad
autoinmune. Una vez que se ha producido y
desarrollado, la necrosis es irreversible.
Mientras que la apoptosis a menudo proporciona
efectos beneficiosos para el organismo, la necrosis
es casi siempre perjudicial y puede ser fatal.

El resultado de la necrosis no tratada es una


acumulación de tejido muerto y restos de células en
o cerca del sitio de la muerte celular. Un ejemplo
clásico es la gangrena.

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