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RECORRIDO DE MACEDONIA, GRECIA, HASTA MILETO Hch.

20:1-16
Introducción: Una enseñanza sobre la narrativa de un viaje.
1. Pablo ya había decidido salir de Éfeso, visitar las iglesias en Macedonia y Acaya, y viajar
a Jerusalén. Por su propio relato (1 Co. 16:8), decidió quedarse en Éfeso hasta
Pentecostés. Visitar y viajar aparentemente requería bastante tiempo; no sabemos
cuánto tiempo ministró Pablo a los creyentes en las iglesias de Filipos, Tesalónica, y
Berea.
2. En Macedonia, esperó a Tito para que le informara sobre la situación de la iglesia en
Corinto (2 Co. 2:13; 7:6, 13), volvió a enviarlo allá (2 Co. 8:6, 16–17), y escribió su
segunda epístola a los corintios. Viajó luego a Corinto, donde pasó tres meses (20:3),
posiblemente el invierno (1 Co. 16:6) del 56 al 57 d.C.
3. En Corinto, escribió su carta a los romanos, recolectó dinero para los santos de Jerusalén
que estaban siendo azotados por el hambre (Ro. 15:26; 1 Co. 16:2–3; 2 Co. 8:2–4), viajó
de vuelta a través de Macedonia, y después de la Pascua navegó desde Filipos a Troas
(20:6). Pensaba estar en Jerusalén antes de Pentecostés (20:16).

A. MACEDONIA v.1-6
1. Después que el tumulto hubo pasado, Pablo mandó por los discípulos y les dio ánimo.
Y cuando se había despedido de ellos, partió hacia Macedonia.
Las palabras del escribano de la ciudad en Efeso hicieron que la gritería en el teatro llegara
a su fin (19:35–41). La gente volvió a sus casas y lugares de trabajo. Pero Pablo se dio cuenta
que sus días en Efeso estaban contados, aun cuando él ya había decidido partir (19:21). Pasó
algún tiempo con sus discípulos, es decir, los creyentes y estudiantes a quienes había
instruido en el salón de conferencias de Tirano (19:9). No volvería a verles por muchos años.
Tendrían que enfrentar solos los tiempos de persecución y penalidades (Ap. 2:3) y
necesitaban el ánimo que él pudiera darles. Después de despedirse de los creyentes de
Efeso, Pablo viajó a Macedonia. De otra fuente sabemos que primero fue a Troas (2 Co.
2:12-13). Antes había estado en este puerto, pero no había predicado el evangelio (16:8).
De todos modos, el Señor había prosperado su obra de predicación del evangelio de Cristo,
porque sabemos que en Troas había una iglesia. Aquí Pablo esperó en vano que llegara Tito
desde Corinto con noticias acerca de los conflictos que había en aquella congregación. Así
es que compró pasaje en una nave que le llevó a Macedonia.
Es posible que Pablo haya estado sufriendo de alguna enfermedad o algún tipo de aflicción
(2 Co. 4:7–12) La información en este punto es escasa; ni Lucas ni Pablo en sus respectivos
escritos dan luz acerca de las aflicciones de Pablo. Pablo dice que cuando viajaba por
Macedonia, su cuerpo no tuvo descanso (2 Co. 7:5). En su amor y buenos deseos por sus
hermanos, al querer servirles la aflicción estaba presente. 2 Cor. 12:7-9
2. Fue a través de aquellas regiones, animó a los creyentes con muchas palabras, y llegó
a Grecia, 3. donde se quedó durante tres meses. Cuando los judíos complotaron en contra
suya cuando estaba por embarcarse para Siria, decidió regresar por Macedonia.
a. “Fue a través de aquellas regiones”. En estos versículos en particular, Lucas presenta su
relato más breve sobre los viajes de Pablo. No nos dice dónde ni por cuánto tiempo estuvo
en Macedonia. No podemos determinar si eso significa que fue más allá de las fronteras de
la provincia de Macedonia.
b. “[El] animó a los creyentes con muchas palabras”. Lucas usa el verbo animar
repetidamente para mostrar que dondequiera que Pablo se reunía con creyentes les
hablaba palabras de aliento (14:22; 15:32; 16:40). Era el PASTOR de los creyentes en el
mundo gentil y se dirigía a ellos como a hijos espirituales (1 Co. 4:14; Gá. 4:19; 1 Ts. 2:7, 11).
Su primer viaje de predicación en Macedonia había sido relativamente breve, pero durante
su segunda visita se quedó un período más largo.
c. “[El] llegó a Grecia”. Con el propósito de indicar que había pasado un tiempo
considerablemente largo durante los viajes de Pablo por Macedonia, a lo menos dos
traducciones agregan la palabra por fin a esta cláusula: “[Pablo] llegó por fin a Grecia” (NVI).
Cuando finalmente llegó a Grecia, pasó tres meses en Corinto.
d. “Cuando los judíos asecharon en contra suya cuando estaba por embarcarse para Siria,
decidió regresar por Macedonia”. Los judíos en Corinto no se habían olvidado de aquel que
había convertido a dos de sus principales de la sinagoga (Crispo y Sóstenes) y había fundado
una iglesia cerca de la sinagoga (18:7–8, 17; 1 Co. 1:1, 14). Todavía recordaban la
humillación de perder un caso en la corte cuando era procónsul Galión (18:12–17). Así es
que, tramaron un plan para atacar a Pablo. Pero Pablo se percató de sus perversas
intenciones, cambió sus planes y en lugar de embarcarse hacia Siria, viajó por tierra a
Macedonia.
Él no estaba solo en Corinto. Había enviado a Timoteo y a Erasto de Efeso a Acaya (19:22);
y mientras viajaba a Siria, algunos de sus seguidores de Macedonia y Asia Menor,
incluyendo a Lucas, le hicieron compañía.
4. Le acompañaban Sópater, hijo de Pirro de Berea, Aristarco y Segundo de Tesalónica,
Gayo de Derbe, y Timoteo, Tíquico, y Trófimo de la provincia de Asia.
Pablo ya no pudo llegar a Jerusalén antes de la Pascua, por lo que planeó llegar para la fiesta
de Pentecostés (v. 16). Las iglesias de Macedonia le entregaron donativos para los
miembros de la iglesia en Jerusalén (2 Co. 8:2–3). Además, representantes de algunas de
aquellas iglesias le acompañaron. Aunque Lucas no menciona representantes de las
congregaciones de Corinto y Filipos, es posible que él mismo haya representado a Filipos.
En el versículo 4 no habla de “nosotros” y “nuestro” pero sí lo hace en el versículo 5, lo que
indica su propia participación en los acontecimientos relatados.
Entre los que acompañaban a Pablo en el viaje estaba Sópater, que es identificado como
hijo de Pirro y oriundo de Berea. Pablo, en Romanos 16:21, menciona a un Sosípater, lo que
podría ser una forma diferente de escribir el mismo nombre.
Aristarco y Segundo, otros de sus acompañantes, son de Tesalónica. Lucas menciona a
Aristarco en otros dos lugares (19:29; 27:2) lo que indica la estrecha relación que existía
entre él y Pablo. En sus epístolas, Pablo también se refiere a esta cercanía (Col. 4:10; Flm.
24). El nombre Segundo aparece sólo una vez en el Nuevo Testamento. El nombre latino es
Secundus que significa “segundo”
Luego, Lucas menciona a Gayo, que viene de Derbe. Tenemos, entonces, que el primer
compañero de viaje es de Berea; los dos siguientes son de Tesalónica, la siguiente pareja es
de Derbe y (Timoteo) Listra, y los últimos dos son de la provincia de Asia. Respecto de
Timoteo, Lucas no da su lugar de origen, pero sabemos que era de Listra (16:1).
Finalmente, Tíquico y Trófimo son de la provincia de Asia. Ambos nombres aparecen en las
epístolas de Pablo y están asociados con Efeso y la región circunvecina. Leemos que Tíquico
sirvió a Pablo como mensajero y la presencia de Trófimo en Jerusalén llevó al arresto de
Pablo (21:29). Años más tarde, Pablo dejó a Trófimo en Mileto, enfermo (2 Ti. 4:20).
Aplicación: la obra de Dios se hace con otros hermanos comprometidos, nunca se hace solo,
ni Pablo podía solo, Dios siempre proveyó compañeros.
5. Estos hombres se fueron adelante y nos esperaron en Troas.
Ahora Lucas revela que él mismo era un compañero de viaje de Pablo (nos esperaron) y que
se quedaron en Filipos un poco más que los otros siete.
6. Pero nosotros navegamos desde Filipos después de la fiesta de los panes sin levadura,
y en cinco días vinimos a ellos en Troas, donde nos quedamos siete días.
Pablo pasó la Pascua en Filipos, después de lo cual él y Lucas se embarcaron desde Neápolis
(la ciudad puerto de Filipos) a Troas. Con viento favorable, el viaje a través de la parte norte
del mar Egeo podría hacerse en dos días (16:11). Pero con condiciones desfavorables,
podría tomar hasta cinco, ya que sería necesario detenerse en algunas islas que había entre
ambos puertos. Pablo permaneció una semana entera en Troas.
B. TROAS v.7-12
Pablo había visitado Troas en su segundo viaje misionero. Allí tuvo la visión del hombre de
Macedonia que le dijo “ven … y ayúdanos” (16:9–10). En ese tiempo, Pablo no había
predicado el evangelio en Troas. Pero durante su tercer viaje misionero, fundó una iglesia
allí (2 Co. 2:12).
7. El primer día de la semana, nos reunimos para partir el pan. Pablo empezó a hablarles;
debido a que pensaba partir al día siguiente, continuó dando su mensaje hasta la
medianoche.
Lucas, como testigo ocular, nos da una cronología casi día por día de lo que ocurrió durante
el viaje de Pablo desde Filipos hasta Jerusalén. En el versículo 6, registra el hecho que el
viaje a Troas tomó cinco días y que Pablo se quedó allí una semana. En este versículo, es
igualmente preciso. Cuenta que el primer día de la semana, Pablo asistió al culto de
adoración local; al día siguiente planeaba salir de Troas. “El primer día de la semana” (es
decir, el domingo; esta es la primera referencia que encontramos en el Nuevo Testamento
a la adoración dominical) los cristianos se reunieron para celebrar la Cena del Señor, la cual
era seguida por una comida comunitaria, la “fiesta de amor”. En Hechos, la expresión partir
el pan se refiere a celebrar la comunión (2:42; y 2:46). El culto de adoración comenzó con
la predicación de la Palabra, y Lucas dice que Pablo predicó hasta la medianoche.
Los creyentes estaban felices escuchando a Pablo durante un tiempo tan prolongado, aun
cuando seguramente muchos de ellos habían trabajado todo el día. Ellos veían la visita de
Pablo como una extraordinaria oportunidad para recibir instrucción de un apóstol, además
que sabían que a la mañana siguiente (lunes) Pablo y sus compañeros partirían para Siria.
Por lo tanto, se gozaban escuchándole explicar las Escrituras. Aplicación: ¿1 hora es mucho?
8. En el aposento alto donde estábamos reunidos había muchas lámparas. 9. Un joven
llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, había dormido profundamente
mientras Pablo seguía hablando. Dominado por el sueño, Eutico cayó al suelo desde el
tercer piso, y fue levantado muerto.
Aquí tenemos el relato de un testigo ocular que con toda precisión describe la escena en un
salón del tercer piso. Lucas escribe que había muchas lámparas en el salón; estas lámparas
proveían luz para la gente que allí estaba reunida, pero también aumentaba la temperatura
del salón. Nos imaginamos que estaba lleno; no sorprende que el joven Eutico haya tenido
que sentarse en la ventana. En aquellos días una ventana era simplemente una apertura en
la pared. Usualmente estaba cubierto por una cortina, pero cuando la cortina se quitaba,
alguien podía.
Eutico, cuyo nombre quiere decir “afortunado”, probablemente había trabajado durante el
día y se encuentra cansado. Cuando Pablo “hablaba y hablaba” (NVI) ya no pudo
mantenerse despierto. Dominado por el sueño, cayó del tercer piso y murió. Si había otras
personas durmiendo también no tiene importancia para Lucas. El da a entender que la
muerte de este joven cambió el gozo y la felicidad en tragedia y pena. Los miembros de la
iglesia lo levantaron ya muerto; Lucas, el médico, estaba capacitado para verificar tal
diagnóstico. Hermanos no se duerman, cualquier cosa puede pasar.
10. Pablo bajó, se echó sobre él, y lo abrazó. Y dijo, “No se alarmen, porque está vivo”.
11. Luego volvió a subir, partió el pan, y comió. Les habló hasta que clareó la mañana y
después se fue. 12. La audiencia llevó al joven a su casa, vivo, y todos fueron grandemente
confortados.
Notemos los siguientes puntos:
a. La resurrección. La predicación se interrumpió en forma abrupta. Pablo corrió escaleras
abajo y se echó sobre Eutico. Abrazándolo, dijo a la gente que lloraba a su alrededor, “No
se alarmen, porque está vivo”. Encontramos un paralelo en las vidas de dos de los profetas,
Elias y Elíseo. Cada uno devolvió a la vida a un hijo único, y cada uno lo hizo de la misma
forma: echándose sobre el cuerpo de la persona muerta (1 R. 17:21; 2 R. 4:34–35). En el
Nuevo Testamento, un paralelo es Pedro resucitando a Dorcas. Por cuestión de decoro,
Pedro se arrodilló, oró, y luego le dijo a Dorcas que se pusiera en pie (9:40). Con toda
sencillez Lucas relata que ambos apóstoles resucitaron a personas de la muerte.
Pablo trajo de vuelta a la vida a Eutico y le dijo a la gente: “Sé que ustedes están afligidos,
pero no tienen por qué estarlo, porque el aliento de vida está en él”. Y cuando levantó a
Eutico, lo hizo sólo gracias al poder que Jesús le dio. Con este milagro, Pablo demostró la
realidad de la presencia de Jesús en medio del pueblo de Dios.
b. La comunión. En este pasaje, Lucas menciona dos veces el partimiento del pan, pero no
da una presentación clara de la secuencia y del significado de este acto. A menudo él
presenta un hecho o una acción que explica en el contexto siguiente; por ejemplo,
brevemente señala que los creyentes de Jerusalén tenían todas las cosas en común (2:44–
45), pero en pasajes posteriores describe la generosidad de Bernabé (4:36–37). Igualmente,
la referencia a que los cristianos en Troas se reunieron para partir el pan (v. 7) pudiera ser
introductoria. El comentario de que Pablo partió el pan y comió, se refiere a la celebración
efectiva de la Cena del Señor y a la participación de la fiesta de amor (v. 11). En el texto
griego del versículo 11, Lucas escribe el artículo definido antes de la palabra pan para
demostrar que este era un acontecimiento especial: Pablo partió el pan de la Santa
Comunión. Después de celebrar la Cena del Señor,
Pablo participó de la fiesta de amor (1 Co. 11:20, 33; 2 Pe. 2:13; Jud. 12). El resto de la noche
la pasó en conversación con los creyentes. Al clarear el alba salió y viajó a Asón (v. 13).
c. El gozo. Lucas completa el relato diciendo que la gente “llevó al joven a su casa vivo y …
fueron grandemente confortados”. Esta nota revela el efecto que sobre la congregación
tuvo la resurrección de Eutico.
La Escritura registra pocos casos de gente que fue resucitada de la muerte: dos en el período
del Antiguo Testamento, en los tiempos de Elías y de Eliseo; tres durante el ministerio de
Jesús (la hija de Jairo, el joven de Naín, y Lázaro); y dos en el período apostólico (Dorcas y
Eutico). Cuando ocurre una resurrección, Dios mismo confirma el testimonio de su Palabra.
Y aquí esa Palabra es clara: los cristianos en Troas llevaron a Eutico a su casa vivo, dice
Lucas.
C. MILETO v.13-16
Lucas nos está entregando una página de su diario, por así decirlo, porque él escribe con el
estilo de un testigo ocular que registra tanto lo que ocurre como lo que se dice. Nos da una
descripción día a día del viaje desde Troas a Mileto.
13. Nosotros nos habíamos adelantado al barco y salimos para Asón. Allí pensamos tomar
a Pablo a bordo, porque él había hecho planes para viajar hasta allí a pie. 14. Cuando se
reunió con nosotros en Asón, se embarcó y vinimos a Mitiline.
Por razones que ignoramos, Pablo se separó de sus compañeros y decidió viajar a pie hasta
Asón. Algunos comentaristas afirman que Pablo era un marinero pésimo, que temía
encontrarse en el barco con judíos enemigos, o que quería estar solo con Dios. No
conocemos sus razones.
Lucas parece indicar que Pablo abordó la nave antes de que arribara a Asón o en Asón
mismo. Ese mismo día, el barco zarpó hacia el sur a una aldea-puerto llamada Mitiline, la
cual estaba localizada a unos 80 kms. al sur de Troas. Aquí pasaron la noche.
15. Y al siguiente día salimos de allí, y llegamos frente de Quío. Al otro día acercamos a
Samos, y al día siguiente llegamos a Mileto. 16. Porque Pablo había decidido pasar de
largo a Efeso para no detenerse en la provincia de Asia. Él estaba apurado para llegar a
Jerusalén para el día de Pentecostés, si le era posible.
a. “Y al siguiente día salimos de allí, y llegamos frente de Quío”. Al siguiente día (martes)
la nave zarpó de nuevo temprano en la mañana. Un viento del norte la impulsaba en
dirección sur-suroeste a través de mar abierto hasta la isla de Quío. Los viajeros pasaron la
noche en el estrecho entre tierra firme y Quío. Al día siguiente (miércoles) salieron hacia el
sudeste y, una vez más, cruzaron el mar abierto, aproximándose a la isla de Samos, situada
al oeste de Efeso. El cuarto día (jueves), el barco navegó a lo largo de la costa occidental de
Asia Menor e hizo puerto en Mileto (2 Ti. 4:20).
b. “Porque Pablo había decidido pasar de largo a Efeso para no detenerse en la provincia
de Asia”. Nótese que Lucas presenta a Pablo como el que hace las decisiones:
*Pablo hizo arreglos para viajar a pie a Asón;
*Pablo decidió no detenerse en la provincia de Asia;
*Pablo envió a un mensajero a Efeso para pedirles a los ancianos venir a Mileto.
Él tuvo la oportunidad de dejar el barco en Trogilio y caminar hasta Efeso, pero prefirió
permanecer a bordo hasta que la nave atracó en la bahía de Mileto. Se dio cuenta que una
visita personal a Efeso le consumiría demasiado tiempo, y que una reunión con los ancianos
efesios en Mileto sería más corta. Además, después de haber perdido la oportunidad de
estar en Jerusalén para la fiesta de la Pascua, ahora quería estar allí para la celebración de
Pentecostés.
Según el registro de Lucas, Pablo tenía algún tiempo disponible antes de Pentecostés. Es
posible que el capitán de la nave haya decidido permanecer en la bahía de Mileto por unos
pocos días para cargar y descargar. Durante ese tiempo de espera, Pablo pudo reunirse
con los ancianos de Efeso y, quizás durante un culto de adoración, despedirse de ellos.
Falta una parte de lo que sigue pasando en Mileto que lo sabremos en la siguiente
predicación.
Conclusiones sobre Pablo
Hechos 20:1-16 no describe amor en los términos enaltecidos de 1 Corintios 13. En realidad,
el pasaje no contiene doctrina ni exhortación práctica en absoluto. Pero esta simple y
sencilla narración ilustra el amor de Pablo por la iglesia en acción (donde se ve mejor el
amor). Ese amor se hizo visible en exhortación, entrega, persistencia, disponibilidad y
preocupación del apóstol.
El peor sufrimiento que Pablo soportó no fue el físico resultante de ser apaleado, golpeado
o de haber naufragado. Un dolor mucho más implacable fue su amorosa “preocupación por
todas las iglesias” (2 cor. 11:28). En el versículo 29 de 2 Cor.11 exclama: “¿Quién enferma,
y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno?”

Cuando falsa doctrina amenazó a las iglesias gálatas, esto causó mucha angustia en Pablo.
Sus turbulentas emociones están reflejadas en las inconexas construcciones griegas en el
libro de Gálatas.
Las deserciones de sus seres queridos y de confianza, como Juan Marcos (Hch. 13:13) y
Demas (2 Ti. 4:10), lo hirieron profundamente. El pecado crónico y la rebelión en Corinto lo
deprimieron (2 Co. 7:5-6).
Tan grande era el amor de Pablo por la iglesia que de buena gana, incluso con gozo, sufrió
por ello. A los filipenses les escribió: “Aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio
y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros” (Fil. 2:17). Repitió ese mismo
tema en su carta a los colosenses: “Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo
en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia” (Col.
1:24).

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