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HORA SANTA 16 de Junio 2022

Solemnidad de Corpus Christi


INICIO
Sacerdote saluda, se dirige brevemente a la Comunidad, pone el viril en la
Custodia, ora y luego toma asiento.

(Monitor) ¡Señor Jesús bendito y alabado seas! Hoy, con especial devoción,
nos postramos ante ti para adorarte desde lo más profundo de nuestros
corazones en la Solemnidad del Corpus Christi. Adorarte en esta Hostia
Santa, Consagrada, que eres Tú, Jesucristo, en cuerpo, sangre, alma y
divinidad, vivo y glorioso. ¡Gran Misterio de nuestra Fe! “Sacramento de
caridad” donde te revelas con amor infinito hacia nosotros y te das como
alimento para saciar nuestra hambre de verdad, nuestra hambre de amor.

¡Gracias por quedarte entre nosotros Señor!, por haber ocultado bajo
las especies eucarísticas, tu infinita Majestad y Hermosura, regalándonos la
gracia de poder contemplarte en tu trono de Misericordia. ¡Gracias Señor.!

Tus hijos presentes, deseamos disponer nuestros corazones, para que


en esta hora dedicada exclusivamente a ti, recibas Señor todo nuestro amor
y adoración, con la sinceridad y confianza que nos da el sentirnos Hijos muy
amados por ti. Envíanos Señor tu Espíritu Santo, para abrir nuestros labios y
proclamar tu alabanza.

AUDIO: Canto VENI CRATORE o SANTO ESPIRITU…


(Música instrumental muy baja que no compita con la voz se pierde)

l.- (Monitor1) “PAN BAJADO DEL CIELO”

(Raquel) Señor Jesús, deseamos en este día agradecerte profundamente, el amor


inmenso que te movió en la Última Cena a quedarte Sacramentado hasta el fin del
mundo. Deseamos adorarte y alabarte con oraciones dignas de tu Divina
Majestad, pero no encontramos palabras que expresen plenamente el gran amor y
la alegría que sentimos de tenerte vivo y presente entre nosotros. Por eso nos
encomendamos a nuestra Santísima Madre, la Virgen María para que sea ella
quien con su dulcísimo y puro corazón te entregue este pequeño homenaje amor.
Por nuestra parte, estamos aquí, mirándote, amándote y unidos a toda la Iglesia
que hoy te aclama con gran gozo y júbilo te decimos: ¡Honor y gloria a ti, Rey de
la Gloria! (Todos) ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!
Jesús, Dios cercanísimo que moras entre nosotros.
(Todos) ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!
Jesús, Pan de los Ángeles, hecho Pan de los hombres.

(Todos) ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!


Jesús, Amor de los amores, Dios que estás aquí.

(Todos) ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!


Jesús, manso y humilde, que aceptas nuestros homenajes.

(Todos) ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

Jesús, desconocido del mundo y vivo para los creyentes.


(Todos) ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

Jesús, Hostia pura de nuestros Altares.


(Todos) ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

Jesús, alimento nuestro en la comunión.


(Todos)¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

Jesús, Amigo nuestro en la intimidad de tu Sagrario.


(Todos)¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

Jesús, Rey amoroso en el esplendor de nuestras Custodias.


(Todos)¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

Jesús, que gozas con nuestras flores y nuestros cantos.


(Todos) ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

Jesús, reconocido por la fe viva que nos infundes.


(Todos)¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

Jesús, a quien esperamos ver sin velos en la Gloria.


(Todos) ¡Honor y gloria a ti, Rey de la Gloria!

Señor, Tú, que te has quedado presente en este admirable Sacramento para que
nos sea imposible olvidarnos de ti, haz que vivamos pendientes de tu Presencia
Adorable, para corresponder con amor al amor inmenso que has derrochado al
darte en Pan de Vida y al hacerte el compañero de nuestra peregrinación.
1 Padre Nuestro, 1 Ave María 1 Gloria

AUDIO: Canto Adorote Devote


(Música instrumental muy baja que no compita con la voz se pierde)
ll.- (Monitor2). En la Solemnidad del Corpus Christi, la Iglesia muestra al mundo
el Cuerpo de Cristo e invita a adorarlo. La mirada de los creyentes se concentra
en el Sacramento, donde Cristo se nos da totalmente a sí mismo: Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad.

En esta importante fiesta para todos los cristianos, volvemos a aquel


"jueves" que todos llamamos "santo", en el que el Redentor celebró su última
Pascua con los discípulos: fue la última Cena, culminación de la cena pascual
judía e inauguración del rito eucarístico.

Así, el Corpus Christi constituye una renovación del misterio del Jueves
santo, en el que Jesús dice a sus apóstoles : "Lo que yo les digo en la oscuridad,
repítanlo ustedes a la luz, y lo que les digo en privado, proclámenlo desde las
azoteas." (cf. Mt 10, 27).

Los Apóstoles recibieron el don de la Eucaristía en la intimidad de la última


Cena, pero estaba destinado a todos, al mundo entero. Precisamente por eso en
esta fiesta, se proclama y se expone abiertamente, para que cada uno pueda
encontrarse con "Jesús que pasa", como acontecía en los caminos de Galilea, de
Samaria y de Judea; para que cada uno, recibiéndolo, pueda quedar curado y
renovado por la fuerza de su amor.

En el pan y en el vino consagrados en la Santa Eucaristía, permanece con


nosotros el mismo Jesús de los evangelios, que los discípulos encontraron y
siguieron, que vieron crucificado y resucitado, y cuyas llagas tocó Tomás,
postrándose en adoración y exclamando: "Señor mío y Dios mío" (Jn 20, 28).

(…) Con este pan nos alimentamos para convertirnos en testigos auténticos
del Evangelio. Necesitamos este pan para crecer en el amor, condición
indispensable para reconocer el rostro de Cristo en el rostro de los hermanos. En
este camino Jesús nos precede con su entrega hasta el sacrificio y se nos ofrece
como alimento y apoyo. Más aún, no cesa de repetir en todo tiempo a los
pastores del pueblo de Dios: "Dadles vosotros de comer" (Lc 9, 13); partid para
todos este pan de vida eterna.

Es una fiesta de adoración, de contemplación y de exaltación. Fiesta en la


que el pueblo de Dios se congrega en torno al tesoro más valioso que heredó de
Cristo, el sacramento de su misma Presencia, y le alaba, le canta, lo lleva en
procesión por las calles de la ciudad.
(Extractos de homilías de San Juan Pablo II y Homilía de Benedicto XVI en la Festividad del Corpus)

AUDIO: Canto
(Música instrumental muy baja que no compita con la voz se pierde)
III.- (Monitor1) Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 51-58

"Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para
siempre. El pan que yo daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo.» Los
judíos discutían entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer carne?» Jesús les
dijo: «En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del hombre y no
beben su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi
sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera
comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre
permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que es vida, me envió y yo vivo por
el Padre, así quien me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo.
Pero no como el de vuestros antepasados, que comieron y después murieron. El
que coma este pan vivirá para siempre."
AUDIO: Instrumental……..
(Monitor) “La conversión sustancial del pan y el vino en el cuerpo y la sangre del
Señor Jesús, es una realidad que supera toda comprensión humana".
Precisamente porque se trata de una realidad misteriosa que rebasa nuestra
comprensión, no nos ha de sorprender que también hoy a muchos les cueste
aceptar la presencia real de Cristo en la Eucaristía. No puede ser de otra manera.

Así ha sucedido desde el día en que, en la sinagoga de Cafarnaúm, Jesús


declaró abiertamente que había venido para darnos en alimento su carne y su
sangre (cf. Jn 6, 26-58). Ese lenguaje pareció "duro" y muchos se volvieron atrás.
Ahora, como entonces, la Eucaristía sigue siendo "signo de contradicción" y no
puede menos de serlo, porque un Dios que se hace carne y se sacrifica por la
vida del mundo pone en crisis la sabiduría de los hombres. Pero con humilde
confianza la Iglesia hace suya la fe de Pedro y de los demás Apóstoles, y con
ellos proclama, y proclamamos nosotros: "Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes
palabras de vida eterna" (Jn 6, 68).

Renovemos también nosotros la profesión de fe en Cristo vivo y presente en


la Eucaristía. Sí, "es certeza para los cristianos: el pan se convierte en carne, y el
vino en sangre". Como el maná para el pueblo de Israel, así para toda generación
cristiana la Eucaristía es el alimento indispensable que la sostiene mientras
atraviesa el desierto de este mundo, aridecido por sistemas ideológicos y
económicos que no promueven la vida, sino que más bien la mortifican; un mundo
donde domina la lógica del poder y del tener, más que la del servicio y del amor;
un mundo donde no raramente triunfa la cultura de la violencia y de la muerte.
Pero Jesús sale a nuestro encuentro y nos infunde seguridad: él mismo es "el
pan de vida" (Jn 6, 35.48) "Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Quien come de este
pan, vivirá para siempre" (cf. Jn 6, 51).
Extracto la Homilía de SS. Benedicto XVI en la Solemnidad del Corpus Christi Basílica de San Juan de Letrán
Jueves 7 de junio de 2007

IV.- AUDIO: Canto


(Música instrumental muy baja que no compita con la voz se pierde)

(Monitor1) Respondamos hermanos: R./ Quédate con nosotros

-Cristo, Pan vivo bajado del cielo


-Pan de los Ángeles
-Pan de fraternidad
-Pan que da la vida
-Pan que alimenta la esperanza
-Cuerpo y Sangre que fortalecen la fe
-Alimento eterno, signo vivo de caridad
-Alimento eterno para acompañar el camino de los creyentes
-Alimento eterno, presencia real del Salvador
-Alimento espiritual de la Iglesia
-Alimento, consuelo y vida de los cristianos
-Viático para la vida eterna
-Por tu entrega en la cruz
-En el silencio del sagrario

Respondamos ahora: R./ Perdónanos Señor

Por las ofensas a tu Presencia real


Por las profanaciones que recibes
Por el olvido de tus mandamientos
Por los odios que nos dividen
Por la violencia que vive tu pueblo
Por la falta de compromiso de los creyentes

Respondamos ahora: R./ Quédate con nosotros


-Para que reine la paz
-Para que santifiques y conserves tu santa Iglesia
-Para que bendigas al Santo Padre el Papa Francisco
-Para que santifiques, protejas y bendigas a los sacerdotes
-Para que acompañes y lleves a su plenitud las vocaciones
-Para que acompañes y fructifiques los esfuerzos y
obras de apostolado de tu Santa Iglesia.
-Tú que eres el Pan de vida otorga al hombre el valor
de proteger y promover la vida humana desde su
concepción hasta su fin natural.

AUDIO: Canto
(Música instrumental muy baja que no compita con la voz se pierde)

V.- (Monitor2). ¿Como se instituyó esta Fiesta?


La gran solemnidad del Corpus Christi, se instituye en la Edad media y fue
consecuencia del florecimiento del pensamiento Eucarístico del Siglo XII que dio
origen a varias costumbres eucarísticas, como por ejemplo la Exposición y
Bendición con el Santísimo Sacramento, el uso de las campanillas durante la
elevación en la Misa y finalmente la fiesta del Corpus Christi.

Fue sin embargo a Santa Juliana de Mont Cornillón a quien se le atribuye el


gran impulso de esta fiesta. A los 16 años ella tuvo un visión, que se repitió a lo
largo de 20 años, en donde veía la luna en todo su esplendor atravesada
diametralmente por una franja oscura. El Señor le reveló qué la luna significaba la
vida de la Iglesia y la franja oscura que faltaba una fiesta litúrgica donde se
adorase públicamente a la eucaristía. Desde ese momento la santa, que luego se
hizo religiosa se comprometió, junto a dos hermanas, en adorar a la Santa
Eucaristía para que se cumpliera el deseo de Nuestro Señor.

Junto a este episodio, en 1263 se da el Milagro Eucarísitico de Bolsena, en el


que un sacerdote, llamado Pedro de Praga, que dudaba de la Presencia de Cristo
en la Eucaristía, fue testigo durante una Misa que realizaba, cómo de la Hostia
Consagrada salieron gotas de la preciosísima sangre de Cristo confirmando la
Presencia Real, que todos profesamos como verdad de fe.

Es a partir del fervor de Santa Juliana y de este milagro en Bolsena, que en 1264
el Papa Urbano IV, a través de la Bula “Transiturus hac mundo”, instituye la fiesta
del Corpus Christi. En esta bula papal se pide que la fiesta se celebre en el
jueves después de la Octava de Pentecostés. Es decir, el jueves posterior al
domingo de la Santísima Trinidad.

Son conocidos los hermosísimos himnos y oraciones que Santo Tomás de


Aquino elaboró para el oficio litúrgico de esta solemnidad, como el Adoro te
devote, Tantum Ergo, Pangue Lingua, Verbum Supernum Prodiens y Lauda Sion
Salvatorem… Este último se canta cada año en la Eucaristía de esta Solemnidad
como Secuencia antes del Evangelio. Se cuenta que cuando Santo Tomás se lo
presentó al Papa Urbano IV, Fray Buenaventura y otros teólogos que habían sido
convocados también para elaborar composiciones al Santísimo Cuerpo y Sangre
de Jesucristo, tomaron sus obras y las rasgaron en dos, rindiéndole así tributo a
fray Tomás de Aquino con este hermoso poema. A continuación oremos y
contemplemos a Cristo en la Eucaristía con una adptación del mismo.

AUDIO Y VIDEO: Secuencia del Corpus Christi

VI.- (Monitor) Milagros eucarísticos: El Cuerpo y la Sangre de Cristo


con nosotros hasta el fin de los días.

Los milagros eucarísticos, son signos de origen sobrenatural en torno a


la Eucaristía, que se han presentado a lo largo de los siglos demostrando
una verdad de fe: Cristo está real, verdadera y sustancialmente en la
Eucaristía. La evidencia lo confirma a través de estudios científicos
inequívocos. Estos prodigios son un regalo también, para que las personas
que no creen, crean, y las que ya creen, aumenten su fe.
Existen más de 100 casos reconocidos como milagros eucarísticos,
incluidos en años recientes. Escuchemos tres de ellos.

1. El milagro de Lanciano, ocurrido en la región de Abruzzo en el año 750.


Es uno de los más antiguos y el más importante para Italia.
Se produjo cuando un monje, que tenía dudas sobre la presencia real de
Cristo en el pan y el vino, pronunció las palabras de consagración durante
una Misa que celebraba en el monasterio de San Longino. De pronto, el
monje “vio cómo el pan se convertía en carne y el vino en sangre. Todo fue
mostrado a los presentes”, señalan los documentos oficiales del Santuario
del Milagro Eucarístico de Lanciano o Iglesia de San Francisco.
El milagro fue sometido a diversos exámenes científicos y el más
importante fue el realizado en 1970 bajo el compromiso del Dr. Eduardo
Linoli, director del hospital de Arezzo. En éste se descubrió que la sangre y la
carne son humanas, de tipo AB, el mismo tipo de sangre que se encuentra
en el Sudario de Turín. Además, en 1973 la Organización Mundial de la
Salud eligió una comisión médica para verificar los hallazgos iniciales.
Después de 500 exámenes se verificaron los hallazgos y “declararon sin
duda que es un tejido vivo”, algo científicamente inexplicable, según informa
el Santuario del Milagro

2. El milagro de Legnica, Ocurrido en Polonia en el año 2013.


Este milagro eucarístico es uno de los más recientes y sucedió en la navidad
en la iglesia de San Jacinto, en la ciudad de Legnica (Polonia).
Durante la Comunión, una hostia cayó al suelo accidentalmente. El
párroco de la iglesia, el P. Andrzej Ziombra, la puso de inmediato en un
recipiente con agua para que se disuelva y la guardó en el sagrario, tal como
dicta el Código de Derecho Canónico. Sin embargo, dos semanas después,
los presbíteros del templo notaron que la hostia no se había modificado,
excepto por una mancha roja que cubría la quinta parte de su superficie.
Cuando se pidió a dos de los institutos de medicina forense más
importantes del país que examinaran la muestra, ambos encontraron que
estaba compuesta de tejido miocárdico (corazón). Además, la segunda
investigación en el departamento de la Universidad Médica de Pomerania
descubrió que era “músculo cardíaco humano con alteraciones que a
menudo aparecen durante la agonía”.
Cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe recibió los resultados,
reconoció el suceso como una experiencia sobrenatural. Éste no fue el único
milagro eucarístico en este siglo para Polonia: en el año 2008, en la iglesia
de San Antonio de Sokółka, ocurrió un milagro eucarístico muy similar.

3. Tres milagros en Buenos Aires, Argentina


En la parroquia de Santa María en Buenos Aires, un milagro eucarístico
ocurrió no una, sino tres veces, en 1992, 1994 y el 15 de agosto de 1996.
En 1999, el entonces Obispo Jorge Mario Bergoglio (hoy Papa
Francisco) pidió al profesor Ricardo Castañon Gómez realizar una
investigación sobre lo ocurrido el 15 de agosto de 1996: una hostia que cayó
al suelo durante la Comunión, fue colocada en un envase para disolver y 10
días después se transformó en sangre.
En el año 2000, un experto en tejidos encontró que las muestras tenían
piel humana y glóbulos blancos. En 2003, el mismo experto dijo que el tejido
era el de un corazón inflamado, lo que significa que “la persona a la que
pertenecía debe haber sufrido mucho”.
En 2005, Castañon Gómez le pidió a otro experto de la Universidad de
Columbia que investigara. El científico identificó el tejido como si fuera del
corazón, particularmente el ventrículo izquierdo, y lo etiquetó como tejido vivo
que provenía de una persona que sufre.
Castañon Gómez concluyó que el Señor “en el milagro quería
mostrarnos su miocardio, que es el músculo que da vida a todo el corazón,
tal como lo hace la Eucaristía con la Iglesia. ¿Y por qué el ventrículo
izquierdo? Porque de ahí viene la sangre purificada y Jesús es el que purifica
a su Iglesia de sus pecados”.
(Fuente Aciprensa)

AUDIO: Canto
(Música instrumental muy baja que no compita con la voz se pierde)
VII .- (Monitor) Señor Jesús, que permaneces con nosotros día y noche en
tu Sagrario, deseamos agradecerte por tu bondad e infinita ternura. Gracias,
por permitirnos llenarnos de tu Santa Presencia y desde aquí transmitirla a
tantos hogares. Gracias por derramar tantas gracias en nuestras almas.
Concédenos Padre amado que desde hoy en adelante, nuestras vidas sean
una constante alabanza de acción de gracias y a imitación de la Virgen
María, proclamemos desde lo más íntimo de nuestros corazones ¡Proclama
mi alma la grandeza del Señor!. Gracias Jesús por quedarte en el Santísimo
Sacramento del Altar hasta el fin del mundo…
(Monitor1) Respondamos Hermanos : R./ Te adoramos, Señor, y creemos
en Tí

-Oh Jesús, pan vivo bajado del cielo


-Oh Jesús, víctima de la propiciación por nuestros pecados
-Oh Jesús, fuente de pureza y santidad
-Oh Jesús, amigo y hermano nuestro
-Oh Jesús, alimento y fuerza de nuestro camino
-Oh Jesús alivio de nuestros sufrimientos
-Oh Jesús, viático divino en nuestra muerte

(Monitor2)
Aclamaciones: Respondamos: R./ ¡Viva Cristo!
-Por ser Pan de vida eterna
-Por ser Pan que da fuerza en la tentación
-Por ser Pan que da fortaleza en el dolor
-Por ser Pan que da fuerza para llevar la cruz de cada día
-Por ser el pan de los hijos de Dios
-Por ser nuestro compañero y sostén en el camino
-Por ser el vino que nos da entusiasmo en la lucha
-Por ser quien nos da fervor en nuestra entrega a Dios
-¿Quién nos dará la paz y el amor?
R./ Sólo Cristo, Jesús el Señor
-¿Quién es el Rey de la gloria?
R./ Siempre es Cristo, ayer y ahora

AUDIO: Canto acompaña al Padre al altar


PADRE TERMINA HACE LAS ULTIMAS ORACIONES DE
ADORACIÓN Y ACCION DE GRACIAS

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