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1 La nueva ciencia
de la mente
Historia de la revolución cognitiva
Howard Gardner
CoQnición .,
y desarrollo humano
Paidós

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HOWARD GARDNER

LA NUEVA CIENCIA
DE LA MENTE
Historia de la revolución cognitiva

Supervisión de la versión c~stel(ana de Aníbal Ouarte


{profesor titular de la Umvers1dad de Buenos Aires)

~Ed iciones p .
Barcelona- Buenos Aires ~ldós
Mé)(ico
Títu lo original: Th e Mind's Ne w Science. A History o! the Cognitiva Re volutron
Publicado en inglés por Basic Books, lnc. , Publishers, Nueva York

Traducción de Leandro Wollson

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f s._. : .! rvc::Jción: J22. Ol( .·'?C(
t· r . .J~.. eliencia: C...Ot'f;PIZA
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1! edición, 1987
2 ! reimpresión, 1996
h'bld sin la autorización escrita d e los titula res del " Copynght .. bajo las
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Quedan rigurosa m ~ nt e prol
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a ' la reproducaón to tal o parcia l d e esta obra por cualqUio.r m étodo o
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procedimiento. comwen úbllcos.
de ella mediante alqUile r o préstamo P

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and Fellows of Harvard College
~ 1985 by the Pr~st en 1 castellano,
@ de todas las ~d~c1one~ en S .A. ,
Ediciones Pa~dos lb é r~;1 Barcelona
Mariano Cubr, 92 - 08
y Editorial Paidós, SAICAF:res
De1ensa, 599 - Buenos 1

ISBN: 84-7509-503-8
Depósito legal: 8-4.799/1996

Impreso en Novagralik, S . L.,


Puigcerda, 127 - 08019 Barcelona

Impreso en España - Printed in Spain


1 Introducción: lq__gue obró el Menón
-.
"Estoy dispuesto a sostener con palabras Y
obras en tanto sea capaz, que el convenci-
mient'o de que debemos indagar lo que igno-
ramos nos hará mejores, más resueltos Y
menos perezosos, que la opinión de que es
imposible descubrir lo que ignoramos e
inútil buscarlo." ·
Sócrates, Menón .

"La manera más certera de caracterizar en


general a la tradición filosófi.ca europea es
decir que consiste en una sene de notas al
pie de los escritos de !'latón."
Alfred North Whitehead

El programa de trabajo de los griegos


En el Menón, Sócrates indaga persisten temen te a un joven esclavo acerca. de
sus conocimientos de geometría. Al principio, el esclavo se muestra muy bten
informado; declara sin vacilación que un cuadrado cuyos lados ttenen · d os ptes
· de
,
longitud posee una superficie de cuatro pies cuadrados. No obstante, cuando mas
tarde_ Sócrates le pregunta cuál sería la longitud del lado si la superficie del cuadra-
do fuera de ocho pies cuadrados, se pone de manifiesto . la tot al con f uston
·' del
esclavo, quien no advierte que ese lado debería ser igual a la raíz cuadrada de
ocho.
El diálogo se centra en torno de muchas preguntas y respuestas, a la manera
socrática consabida. Gracias a este intercambio, el filósofo logra en definitiva
extraer del muchacho el conocimiento de que un cuadrado de cuatro pies de lado
tendría en verdad 16 pies cuadrados de superficie -vale decir, el doble de lo que él
había supuesto-; y de que, merced a determinados procedimientos geométricos,
puede inscribirse dentro de él otro cuadrado de ocho pies cuadrados. Al proceder
de este modo, Sócrates logra demostrar, para su propia satisfacción y la de Menón,
el amo del joven, que éste posee dentro de sí todo el saber necesario para calcular
las diversas relaciones geométricas que están en juego .
Pero lo que se debatía en este diálogo platónico era mucho más que una inda-
gación acerca del grado de conocimientos de un joven esclavo. Aquí, tal vez por
primera vez en la historia intelectual humana, se hizo una prolongada reflexión
sobre la naturaleza del conocimiento: ¿de dónde proviene , en qué consiste , cómo
estár epresentado en la mente humana? Y, por añadidura , se propuso una teoría
específica -aunque en definitiva sumamente controvertible - sobre el conoci-
miento humano.
20 1 La nueva ciencia de la mente

Para Platón (y presumiblemente también para Sócrates) , la matemática y las


ciencias exactas por ella engendradas constituían el dominio por ex cele ncia del
conocimiento. En verdad, las formas más puras de conocimiento eran arqu etipos
idealizados de los que sólo podía tenerse un mero atisbo en la realidad mundana .
Se afinnaba que la comprensión de las cuestiones geomé tri cas , y de todos los asun-
tos propios de un saber genuino , ya estaba instaurada en el alma huma na desde
el nacimiento; y que la enseñanza , como lo puso de manifiesto el di álogo del
Menón , consistía simplemente en traer a la conciencia este sab er inn a to.
El interés de los griegos por la naturale za del conocimiento, no me nos que
sus particulares teorías polémicas y sus evocativas imágenes, continua ron reverbe-
rando a lo largo de toda la tradición intelectu al de Occidente . La ve rsión aristo-
télica de esta tradición fue la piedra angular de la Edad Media , cuando lo s deb a tes
acerca del conocimiento eran incumbencia principalmente de los teólogos . Más
tarde, durante el Renacimiento y la Ilustración , los filósofos continuaron estas
discusiones, empezando a basarse regularmente en los hallazgos de las incipientes
ciencias empíricas. Pensadores como Descartes , Locke y Kant abordaron sin
mayores dificultades las cuestiones teóricas y empíricas concernientes al conoci-
miento, y el estudioso napolitano Giambattista Vico llegó incluso a inaugurar una
Ciencia Nueva (Scienza Nova) para ocuparse de estas cuestiones y otras afines a
ellas. Hacia el fmal del siglo XIX , habían proliferado las nuevas ciencias y las espe-

-
cialidades ft.losóficas, varias de las cuales tenían por fin declarado indagarJa.n-ªtu-
~ eJa...rnt.nt§Jll!!I@"l a.
Hoy, armados de herramientas y conceptos inimaginables siquiera un siglo
/ atrás, un nuevo cuadro de pensadores , denominados "científicos cognitivistas" ,
están investigando muchas de estas cuestiones que obsesionaron por primera vez
a los griegos hace 2.500 años. Y al igual que éstos , se preguntan qué significa saber
algo , tener una creencia exacta , o por el contrario ignorar, equivocarse . Procuran
comprender no sólo lo que se conoce - los objetos y sujetos del mundo exterior-
sino a la persona que conoce , su aparato perceptual , mecanismos de aprendizaje ,
memoria y racionalidad. Ponderan las diversas fuentes del saber : ¿de dónde viene ,
· cómo se lo almacena y se recurre a él, cómo puede perdérselo? Les interesan las
diferencias entre individuos: aquellos que aprenden antes que los demás y aquellos
que aprenden con dificultad; lo que puede conocer el niño , el habitante de una
sociedad ágrafa, o un individuo que ha sufrido una lesión cerebral , o un hombre de
ciencia maduro.
Además, los científicos cognitivistas, igual que los griegos , formulan conje-
turas acerca de losdiversos vehículos del saber: ¿qué es una forma, una imagen,
un concepto , una palabra? ¿Y de qué manera se relacionan entre sí estos " modos
de representación"? Se preguntan acerca de la prioridad que pueden tener deter-
minados órganos sensoriales , por oposición a un "entendimiento general" o
"sentido común". Reflexionan acerca del lenguaje, advirtiendo el poder y las
trampas que entraña el uso de las palabras , y su posible influencia rectora sobre
1. Introducción: lo que obró el Menón ¡ 21

los pensamientos y creencias. Y especulan largamente sobre la índole de la propia


actividad del conocer: ¿por qué queremos saber, cuáles son las restricciones que se
nos imponen en esta actividad y cuáles los límites del conocimiento científico
acerca del proceso humano del conocer?
Así pues, esta "nueva ciencia" se remonta a los griegos en cuanto al interés
de sus miembros por revelar la naturaleza del conocimiento humano , pero al
mismo tiempo es radicalmente nueva. Dejando atrás la especulación de gabinete,
los científicos cognitivistas han adherido lena~ente al ~ so de los métodos empí-
ricos par~ veritl~q~ d.~ ~us teo.rjgu_hi ótesis , .~~d~-vo y~rlas :Súsceptfbles
de refutación. Sus preguntas fundamentales no son una mera repetición del
programa de trabajo que se fijaron los griegos: han surgido nuevas disciplinas,
como la de la inteligencia artificial ; y nuevos interrogantes, como la capacidad
potencial de aparatos construidos por el hombre para pensar, estimulan la investi-
gación . Además, los científicos cognitivistas han abrazado los avances científicos
y tecnológicos más recientes en una variedad de disciplinas. En sus empeños,
ocupa un lugar central la computadora, esa creación de mediados del siglo XX que
promete cambiar nuestra concepción del mundo en que vivimos y nuestra imagen
de la mente humana.

Definición y alcance de la ciencia cognitiva

Cuando se propone y se funda un nuevo ;:ampo del saber, muchos individuos


formulan sus propias definiciones de éste . Desde que la expresión " ciencia cogni-
tiva" comenzó a andar de boca en boca a principios de la dé.cada de 1970, decenas
de científicos procuran definir su naturaleza y alcances (véanse, por ejemplo,
Bruner, 1983; Collins, 1977 ; Mandler, 1981 ; Miller, 1979;Norman, 1980 ; Rume-
lhart , 1982). En ·consecuencia , me parece importante enunciar desde el vamos qué 1
entiendo yo por ciencia cognitiva.
De fin ~ la ciencia cognitiv~ como un empeño contemporáneo de base emp íri- \
ca por responder a interrogantes epistemológicos de antigua data, en particular los
yin~~:llad_os a Ja natura!eza del conocimiento, sus elementos componentes, sus
fuentes, evolución y difusión . Aunque a veces la expresión " ciencia cognitiva"
se hace extensiva a todas las formas del conocimiento (de los seres animados e ina-
nimados, de los humanos y de los no humanos), yo la aplicaré principalmente a los
esfuerzos por explicar el conocimiento humano. Me interesa saber si las cuestio-
nes que intrigaban a nuestros antepasados filosóficos pueden recibir una respuesta
concluyente , o debe reformulárselas de una manera más provechosa , o desechár-
selas para siempre . Hoy en día , la ciencia cognitiva tiene la clave para responder
a esto .
, ~De los diversos rasgos o aspectos que suelen asociarse con estos empeños de
22 1 La nueva ciencia de la mente

los científicos cognitivos, hay cinco que considero de importancia fund amental .
Desde luego, no todos los científicos cognitivos adherirían a todos esos rasgos:
pero puede considerárselos sintomáticos de la empresa por ello s emprendid a . Si
todos, o la mayoría , están presentes , puede pres umirse sin vacil ación que estamos
ante una ciencia cognitiva; en cambio , si una disciplina sólo presenta unos pocos
de estos rasgos, o ninguno , quedará fu era de mi definición de ciencia cognitiva .)
Expondré más formalmente estas características al final del capítulo 3 y volveré
a examinarlas repetidas veces a lo largo de la obra , pero es import ante que
tomemos contacto con ellas en este punto.
Ante todo, está la creencia de que , al referirnos a las actividades cognitivas
de los seres humanos, es menester concebir representaciones mentales y postular
un nivel de análisis totalmente separado del nivel biológico o neurológico , por un
lado, y del sociológico o cultural , por el otro .
En segundo lugar, está la creencia de que para la comprensión de la mente
humana es esencial la computadora * electrónica. Este aparato no sólo resulta
indispensable para llevar a cabo estudios de diversa índole , sino , lo que es más
importante, constituye el modelo más viable del funcionamiento de la mente
humana.
Las dos primeras características mencionadas incorporan creencias centrales
en la ciencia cognitiva actual ; las tres que enumeraremos a continuación concier-
nen a procedimientos metodológicos o estratégicos. El tercer rasgo de la ciencia
cognitiva es su deliberada decisión de restar énfasis a ciertos factores que , si bien
pueden ser importantes para el funcionamiento cognitivo, complicarían innecesa-
riamente los estudios científicos en estos momentos . Estos factores abarcan la
influencia de los afectos o emociones, la contribución de los elementos históricos
y culturales, y el papel del contexto o de Jos antecedentes en los cuales se desen-
vuelven determinadas acciones o pensamientos .
.PI cuarto rasgo es que los científicos cog'nitivistas tienen el convencimiento
de la gran utilidad de los estudios interdisciplinarios. La mayoría de ellos provie-
nen hoy de las ftl.as de disciplinas específicas - en particular la filosofía, la psicolo-
gía, la inteligencia artificial, la lingüística, la antropología y la neurociencia (me
referiré a todas estas disciplinas como "ciencias cognitivas")- pero abrigan la es pe-
~de que algún día las fronteras entre ellas puedan desdibujarse o quizá desa-
parecer por c.ompleto, con lo cual se tendría una ciencia cognitiva unitaria y uni-
ficada.
Una uinta característica, algo más controvertible, es la afirmación de que un
ingredieñte clave de la ciencia cognitiva contemporánea -es el temario y el conjunto
d~ iQquietudes que los epistemólogos de la tradición filosófica occidental han
debatido durante largo tiempo. A mi entender, es virtualmente impensable que

* En España y diversos países de América latina se utiliza la palabra "orde-


nador" [E.]
1. Introducción: Jo que obró el Menón ¡ 23

pudiera haber una ciencia cognitiva , y mucho menos asumir la forma que tiene en
la actualidad, si no hubiera existido la tradición ftlosófica que se remonta a los
griegos.

Propósitos y plan de este libro

Si he resuelto escribir una obra sobre la ciencia cognitiva es porque la consi-


dero la línea más interesante de indagaciones nuevas emprendidas por los cientí-
ficos en las últimas décadas. Nadie puede saber en este momento si a la postre
alcanzará todos sus objetivos, pero parece oportuno el momento para trazar su
historia y evaluar los hechos tal como se han dado hasta la fecha. A quienes asistie-
ron a los comienzos de la ciencia cognitiva, confío en poder transmitirles en parte
el entusiasmo que encontré, como también las dificultades afrontadas y la índole
de 1 s investigaciones que se realizan en nuestros días.
La historia que trazaré se compone de dos elementos. El primero consta de
los 1diversos intercambios y proyectos interdisciplinarios que han tenido lugar a lo
largo de este siglo, tanto los que precedieron al lanzamiento oficioso de la ciencia
cognitiva, a mediados de la década de 1950, como los inmediatamente posteriores
a él. En los dos capítulos siguientes del libro narraré la fundación de la ciencia cog-
nitiva (Él segundo elemento componente, que abarca los capítulos 4 a 9, consiste
en breves historias circunscriptas de cada una de las seis disciplinas que integran la
ciencia cognitiva , antes mencionadas. (Otras disciplinas, como la sociología o la
economía, podrían haberse añadido, y eliminarse en cambio las disciplinas " fron-
terizas" de la antropología y la neurociencia ; pero a mi juicio jQs aportes
fundamentales a la ciencia cognitiva han sido efectuados por esas seisl_Creo que
esta breve reseña de cada una de esas ciencias cognitivas ofrece una introducción
óptima a las cuestiones principales que se exploran hoy, la forma en que se las
aborda y las líneas de trabajo que probablemente se seguirán en el futuro .
/- Cada uno de estos capítulos históricos ha sido construido en torno de uno o
dos temas principales, que he escogido con el fin de transmitir las cuestiones recu-
rrentes y los enfoques destacados dentro de cada campo. Por ejemplo , en ftlosofía
describo la perenne disputa entre quienes sostienen una concepción racionalista
(según la cual la mente organiza de manera activa las experiencias sobre la base de
esquemas preexistentes) y aquellos otros de inclinación empirista (para quienes los
procesos mentales son un reflejo de la información obtenida del medio). En antro-
pología, paso revista a los diversos intentos, a lo largo de los años, de comparar el
pensamiento de los pueblos primitivos con el de los habitantes típicos de las socie-
dades occidentales modernas. Abordando estos mismos campos desde un punto de
v~sta _metod~I?gico, planteo si la ft.losofía podrá a la larga ser suplantada por una
ctencta ~ogruttva de base empírica, y si la antropología puede (o debe ) trascender
el estudio del caso individual.
24 1 La nueva ciencia de la mente

/ Por supuesto , estos temas organizadores no hacen sino roza r la su pe rficie del
complejo territorio que forma el sustrato de cualquier disciplina científica. No
obstante , confío en transmitir con ellos de qué manera un lingüis ta enfoca las
cuestiones en debate, o cómo concibe un psicólogo un problema (y una solución),
o qué concepciones acerca de los procesos prevalecen en la neurociencia 0 en el
campo de la inteligencia artificial . Sólo mediante una inmersión de est a índole en
las inquietudes diarias del científico cognitivo , extraídas de una ciencia particular,
pueden apreciarse las posibilidades (y dificultades) que surgen cuando especialis-
tas de distintos campos colaboran en investigaciones conjuntas . AJ fmal haré un
resumen evaluativo e indicaré cómo andan las cosas respecto e los principales
puntos en debate en cada ciencia cognitiva particular; evaluación que , a su vez,
sugerirá algunos de los factores principales que han estimulado a los científicos
cognitivistas a sumar sus fuerzas .
Si bien cada una de estas reseñas históricas tiene autonomía propia , su yux ta-
posición señala paralelos fascinantes e imprevisibles. Las ciencias rara ve z surgen
en un vacío: factores tan dispares como la divulgación de los escritos esenciales de
Darwin , el estallido de las guerras, el surgimiento de grandes universidades,
tuvieron reverberaciones (a veces cataclísmicas) en campos en apariencia muY
distantes y que tal vez mantenían poco contacto entr~ sí _ En la mayoría de Jos
casos, señalaré simplemente estos paralelos, pero al comienzo de la Parte IIl me
referiré más concretamente a ciertas fuerzas históricas que parecen haber ejercido
influencia en todas las ciencias cognitivas.
Una vez calibradas las ciencias cognitivas individuales, en la Parte III del libro,
paso a Jos trabajos actuales que constituyen la quintaesencia de la ciencia cogni-
tiva. Así, en los capítulos 10 a 13 el foco se desplaza de los trabajos realizados
dentro de las disciplinas tradicionales hacia las líneas de investigación que se sitúan
más claramente en la intersección de varias disciplinas, y por ende pueden consi-
derarse prototípicas de una ciencia cognitiva unificada. He tratado de referirme
siempre a los trabajos de mayor calidad, ya que si queremos evaluar la ciencia cog-
nitiva como emprendimiento intelectual, debemos hacerlo tomando como base
sus ejemplos más destacados.
Los cuatro ensayos que componen esa parte del libro tienen una estructura
común. En consonancia con mi afirmación de que la ciencia cognitiva procura elu-
cidar cuestiones filosóficas fundamentales , cada capítulo se inicia con un interro-
gante epistemológico permanente: por ejemplo en el capítulo 10, nuestra manera
de percibir el mundo; en el capítulo 13, el grado de la racionalidad humana. En
los capítulos 10 a 13 se pasa progresivamente de cuestiones más circunscriptas a
otras que parecen más globales; y no es de sorprender que existan respuestas más
~e~ras_ para las primeras, en tanto que los temas globales siguen rodeados de
mcogmtas.
. He ~e~ado para el capítulo fmal mis reflexiones personales acerca de la cien-
cia cogruttva. ªn él paso revista a los temas fundamentales de ésta a la luz de la
1. Introducción: lo que obró el Menón 1 25

historia trazada y del repaso de la labor interdisciplinaria. Asimismo, analizo dos


temas que surgen de la indagación y que son tratados con mayor extensión en el
capítulo 3: la paradoja de la computadora y el desafío cognitivo. A mi juicio , el
futuro de esta ciencia descansa en la forma en que se resuelva esa paradoja y se
enfrente ese desafío .
Podría decirse que la ciencia cognitiva tiene un larguísirno pasado pero una
historia relativamente breve, ya que sus raíces se remontan a la época clásica,
aunque sólo ha emergido como empeño reconocido en las últimas décadas. Parece
válido sostener que todos los elementos que le dieron origen se hallaban ya presen-
tes al comienzo de esta centuria, pero su nacimiento efectivo sólo ocurrió poco
después de mediados de siglo. En lo que resta de la Parte 1 me ocuparé del motivo
por el cual la ciencia cognitiva surgió cuando lo hizo Y en la forma en que lo hizo.

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