Está en la página 1de 17

RESP:. L:.

“HOSARSIPH Nº 3”
Valle de Quillota.-

TRABAJO INDIVIDUAL

TEMA: “EL RAZONAMIENTO MASÓNICO”

AUTOR: FERNANDO A. DONOSO NAVARRO GR. 3º

FECHA: Tenida de 3er. Grado del 25 NOV. 2017.

PLANTEAMIENTO: I.- Introducción


II.- Desarrollo:
1.- Duda Metódica.
2.- Reflexión Filosófica.
3.-Libre Examen.
4.- Libre albedrío.
III.-Conclusiones.

BIBLIOGRAFIA: 1) El Libro del Aprendiz.


Autor Oswal Wirth.
2) El Libro del Compañero.
Autor Oswal Wirth.
3) 27 Temas del Maestro Masón.
Ediciones El compás Ltda. 1990. Santiago-Chile.
4) Discurso del Método.
René Descarte. Traducción Espasa-Calpe.
5) Spinoza. Etica.
Baruch Spinoza. Ediciones Globus Comunicaciones.
6) Elogio de la Locura.
Erasmo de Rotterdam. Biblioteca Básica Universal.
7) Ensayo y Carta Sobre La Tolerancia.
John Locke. Traducción de Carlos Mellizo.
8) Tratado sobre la Tolerancia.-
Francois-Marie Arouet “Voltaire”.

1
9) Formas vivas de dar sentido a las Cosas.
Fenómeno de la Vida. Francisco Varela.
3º edición. J.C. Sáez Editor.
10) “Natán El Sabio”.
Gotthold Ephraim Lessing. Citado por Tabaré Vásquez.
11.- El Hombre y la Duda.
Eduardo Nicol. Atlántida. Vol. VII. Nº 4, Noviembre-
Diciembre, 1969.
12.- Descartes y el Sueño.
Ximo Fortanet Fernández. Burán Nº 12. Diciembre 1998.-
13.- Tolerancia, verdad y libertad de conciencia en
siglo XVIII.
Eduardo Bello. Isegoría Nº 30-2004.-
14.- “Ensayo sobre el libre albedrío”,
Arthur Schopenhauer, Ed. Gradifco, Buenos Aires, 2005.-
15.- “De máquinas y seres vivo” Autopoiesis: La
organización de lo vivo.
Humberto Maturana R. Francisco Varela G.
Editorial Universitaria.
16.- La Iglesia y los Hermanos Separados. La discreta
fraternidad.
Jünger Holtorf. Edición de la Gran Logia de Chile.
17.- Aportes a la plancha ¿Existe la verdad absoluta?
V:.M:. Miguel González Gaete.
18.- La duda filosófica y el libre examen.
V:.M:. Miguel González Gaete.

2
VALLE DE QUILLOTA, A 25 DE NOVIEMBRE DE 2017. E:. V:.

GRAN LOGIA UNIDA DE CHILE.


RESP:. LOG:. “HOSARSIPH Nº 3”
VALLE DE QUILLOTA.

A:. L:. G:. D:. S:. A:. D:. L:. M:.

“EL RAZONAMIENTO MASÓNICO.”

I.- INTRODUCCIÓN.-

Razonar en forma masónica ¿A qué se alude con ello? ¿Es aceptable acaso
hablar, con propiedad, de un razonamiento masónico? Y ¿En el evento que,
efectivamente, se pueda hablar de un dominio específico o forma intelectiva singular, a
la cual hemos de denominar “Razonamiento Masónico? ¿Cuál es su configuración, o
sea, de qué está compuesto? en otros términos, si se quiere ¿Qué elementos lo
integran y cómo se desarrolla, en forma dinámica, su dialéctica?
Pero estas interrogantes huelgan en su propósito, son estériles si no se colige
que este razonamiento distintivo, tiene por finalidad causalista intentar dar respuesta a
una pregunta fundamental del ser humano ¿Existe la verdad, es ella asible y
alcanzable?
La plancha que a continuación burilaré, conforme con su enunciado contiene
una afirmación implícita, esto es, se postula la existencia de una forma específica de
razonar, una manera propia, con un sello o impronta que distingue y caracteriza a este
razonamiento, de otros métodos y formas de pensamiento símiles, disímiles o,
francamente, divergentes.

3
Empero, es necesario determinar, previamente, qué se quiere significar cuando
se alude al “Razonamiento Masónico” y ello, necesariamente, implica por inferencia,
determinar en qué consiste el razonamiento propiamente tal, y cuál es su relación con
la generación del conocimiento.
En un segundo momento, debemos dar respuesta a qué es lo propiamente
masónico, que imposta dicho razonamiento.
La razón fruto de la experiencia – el primer estado de la evolución humana- es
una capacidad propia del hombre, que se asienta en la creatividad y en la aplicación del
intelecto a dicho acervo experiencial. En un segundo estado, se genera el conocimiento
como estructura coherente, por efecto de un proceso de aprendizaje continuo y
renovado, el cual da paso el tercer estado evolutivo, la generación de la conciencia en
éste.
De allí que el conocimiento, sea conceptualizado como el proceso racional de
entendimiento y de análisis, propio del ser humano, lo cual lo posiciona como agente
transformador y desarrollador de sociedades, culturas, tecnologías y lo que es más
capital, lo habilita para comprender las leyes que rigen el universo.
Sólo el ser humano, en este planeta, posee la capacidad de poner el futuro en el
presente y, por esto, se ha postulado con propiedad, que el hombre jamás será un
primer hombre.
De otro lado, se ha dicho que lo que caracteriza y distingue a La Francmasonería
de otras organizaciones, a no dudarlo, es ser Institución de Fraternidad Universal
esencialmente filantrópica, filosófica y progresiva que proclama la existencia de un
Principio Creador, bajo el nombre de Sublime Arquitecto De Los Mundos, y tiene por
principio fundamental la Tolerancia mutua, el respeto de sí mismo y de los demás, y la
libertad absoluta del pensamiento1 y de la conciencia. Por tanto, está abierta a los
hombres de todas las razas y de todas las nacionalidades, cualesquiera que sean sus
opiniones y creencias, con tal que sean libres y de buenas costumbres. Asimismo,
conviene destacar también, que la masonería tiende a formar iniciados, de allí su
marcada y no menos relevante, dimensión iniciática 2.
El “Razonamiento Masónico” tiene que ver, por tanto, con un pensamiento

1
Stricto sensu, es el pensamiento el que vuelve libre al hombre. Libro del Aprendiz. Oswald Wirth, pá g. 11.-
2
Ella también se caracteriza por ser iniciática, y es precisamente la iniciació n la que enseñ a a pensar, es
decir, a hacer el esfuerzo personal que conduce a la verdad…El Arte al que se ha dedicado (el iniciado),
quiere que sepa construir de acuerdo con sus modalidades personales, el edificio de sus propias
convicciones. Libro del Compañ ero. Oswald Wirth, pá g. 12.

4
progresivo, asentado en la tolerancia mutua, respeto de sí mismo o de los demás,
basado en la libertad absoluta del pensamiento y de la conciencia; desprejuiciada de
acepción de razas o etnias, opiniones y creencias; por lo mismo, alejada de toda
superstición3 y visión dogmática y determinista de nuestra existencia.
La duda metódica, la reflexión filosófica, el libre examen y el libre albedrío,
integran los elementos que configuran la tesitura del Razonamiento Masónico y a su
examen nos avocaremos.

II.- DESARROLLO.-

Nada de lo que le acaece al hombre, ocurre fuera de la historia y el filósofo


siempre ha sido un sujeto que se ha empeñado en ejercer el pensamiento hacia el
límite de sus posibilidades, sostenía con propiedad, don Jorge Millas.
Ejemplos señeros de pensadores hacia el límite son Erasmo de Rotterdam,
Guillermo de Ockham, Baruc Spinoza, René Descartes, Bacon, Kant, John Locke,
Voltaire y tantos otros, quienes rompieron con la mentalidad medieval – la escolástica-
y forjaron las bases de la filosofía moderna, superando el realismo aristotélico 4 y al
vitalismo que éste defendió por cerca de 20 siglos.
Descartes es el primer filósofo moderno y padre del idealismo; su obra magna,
“El Discurso del Método” se erige como un faro, donde la razón alumbra bajo un nuevo
método del pensar, “la duda metódica”.

1.- DUDA METÓDICA.

Eduardo Nicol, en su magistral exposición “La duda y el hombre” 5, sostiene que


la duda, produjo un beneficio en el ser humano: ”El hombre se conoció a si mismo
cuando empezó a dudar”, pero sobre qué dudó y la respuesta, no puede ser otra que
dudar sobre la existencia misma del hombre.

3
La verdad exige, como imperativo ser extraída de todo lo que parece falso y supersticioso. En Investigació n
de la Verdad. Libro del Aprendiz, Oswald Wirth, pá g. 149. Para una comprensió n de los efectos nocivos de la
superstició n ver “La Inquisició n Españ ola y las Supersticiones en el Caribe Hispano a Principios del Siglo
XVII”, autor Pablo L. Crespo Vargas.
4
La opinió n plató nica “cristianizada” de que el conocimiento universal y necesario que hay en el hombre
no podía proceder del conocimiento empírico de la realidad ambiente, sino que era producido por una
impresió n de las ideas eternas de Dios en el alma, a lo cual llamamos “iluminació n”.
5
Revista del Pensamiento Actual “Atlá ntida”, Noviembre-Diciembre 1969. VII Nº 42.

5
El problema del Conocimiento, constituye un tópico crítico de la filosofía y
Descarte irrumpe con trascendental importancia, ya desde una perspectiva
metodológica, tanto más en el ámbito metafísico.
Metodológica, porque elabora un nuevo método de pensar, que clarifica
científica y racionalmente el saber filosófico, al cual denomina “Duda Metódica”
permitiendo ensanchar, de una manera insospechada, el espacio del pensar.
“Mediante la palabra pensar entiendo todo aquello que acontece en nosotros de
tal forma que nos apercibimos inmediatamente de ello; así pues, no sólo entender,
querer, imaginar, sino también sentir es considerado aquí lo mismo que pensar” 6 diría
Descartes.
En el plano metafísico, es la duda, la que ontológicamente servirá para hallar las
verdades fundamentales, sobre las que basar nuestro conocimiento.
Cogito ergo sum -pienso luego existo- redefinirá para siempre los conceptos
fundamentales de la metafísica, con el propósito específico de asentar las verdades
indudables a partir de las cuales construir el edificio del conocimiento humano, con una
impronta subjetivista7. Pero cuidado, se trata de un subjetivismo racional, que repudia a
los sofistas, huye de las trampas de la exaltación de los sentidos y de los delirios de la
imaginación.
Confianza en la razón, trazada en forma matemática si se quiere; ello permitirá
al pensador dudar de todo, menos de que duda, porque si no puedo dudar de que
dudo, no puedo dudar de que estoy pensando y que es, este acto, lo que nos
constituye en seres humanos.
Una nueva teoría de las ideas y una concepción general del universo,
dominado por el Mecanicismo hace su aparición en la filosofía.
Cuatro reglas8, rigen a este Método Cartesiano, las que son expuestas en su
obra Discurso del Método:
1º Regla de Evidencia: afirmar como verdadero sólo aquello que se revele
evidentemente como tal al pensamiento. Es evidente aquello que ya no admite duda
alguna porque ha sido “visto” clara y distintamente. (La intuición como único medio para
alcanzar la Verdad)

6
Los Principios de la Filosofía. I.9.-
7
Lo trascendente ya no es el conocimiento del objeto, sino su conocimiento a través de conocimiento del
sujeto.
8
René Descartes “Discurso del Método” Fragmentos segunda y cuarta partes.

6
2º Regla de Análisis: reducir lo complejo a sus partes más simples 9 para conocerlo
correctamente. (Deducción y análisis con el objeto de detectar los elementos más
simples10)
3º Regla de Deducción: otorgar a la operación racional deductiva, el peso de la
investigación; conduciendo por orden mis pensamientos comenzando por los más
simples de conocer y ascender gradualmente a los más complejos, suponiendo un
orden en aquellos que no lo tienen por naturaleza. 11 (Inducción, a partir de una serie de
intuiciones) 12
4º Regla de Comprobación: comprobar si lo descubierto por la razón ha sido hallado de
acuerdo a las reglas anteriores.(Seguro de no haber omitido nada)
Lo que caracteriza al cogito es el pensamiento, como primera verdad, y que el
mundo existe para la conciencia.13
De esta manera, al ser el hombre limitado y finito, portante de la idea de una
substancia infinita, dicha idea sólo ha podido emanar de algún ser que es realmente
infinito. Por ello Descartes llegó a afirmar que, el contenido de la idea infinito, exige
como razón suficiente la existencia de Dios, ser soberano perfecto, y en dicha idea de
perfección se contiene la de su existencia.

2.-REFLEXIÓN FILOSÓFICA.

Toda reflexión filosófica debe reunir, al menos, las siguientes cualidades:


a) Ser Universal, ya que no delimita su objeto;

9
A estos se denomina hoy, pregnancia, la cual se refiere a la ley de la buena forma, disminuyendo las
desviaciones, distorsiones y ambigü edades, mediante el Principio de Simplicidad.
10
Principio esbozado por Guillermo de Ockham, denominado también de parsimonia o la “navaja de
Ockham”, el cual postula: “La explicació n má s simple y suficiente es la má s probable, má s no necesariamente
la verdadera”.- Sobre un ejemplo de antología ver “El Nombre de la Rosa” Eco Umberto, Ed. Lumen 1986.
Pá g. 116.
11
Se libera, de esta forma, al Conocimiento del lastre de la necedad, tan repudiada por Erasmo de
Rotterdam en su obra Elogio de la Locura, Capítulo XLVII y XLVIII, pá g. 68 y 69.
12
Este método no contempla una inferencia de la mayor relevancia, conocida hoy como abducció n. Se debe
al ló gico, científico y filó sofo americano Charles S. Pierce, el desarrollo de este proceso inferencial. Esta
inferencia hipotética, que se formula, carece de cará cter necesario, sino que es meramente probable, y es
también un tipo de razonamiento sintético o ampliativo.
13
Subyace aquí el idealismo de Descartes, pues existen, en su opinió n, tres tipos de ideas: a) facticias:
proceden de la imaginació n y la voluntad. Su procedencia es subjetiva o interior. b) Adventicias: son
aquellas donadas por los sentidos. Su procedencia es del mundo exterior u objetivo. c) Innatas: se
encuentran impresas en nuestra mente. Estas ideas innatas son de tres especies: la idea de Yo (primera
verdad) la idea de Dios y la idea de Mundo.

7
b) Reflexión Radical, en tanto no le interesa como funcionan las cosas, sino si poseen
un sentido y en qué consiste éste, y
c) Una actitud Crítica, expresada en su enfrentamiento a las hipótesis, que las ciencias
han aceptado sin explorar su efectividad.
La Figura descollante de Georg Wilhelm Friedrich Hegel, filósofo que adhiere a
la escuela idealista especulativa vino a resaltar el rol metafísico del Yo en la búsqueda
del Absoluto Divino, erigiendo como método de reflexión a la Triada Dialéctica, proceso
intelectual mediante el cual el Pensamiento y el Ser se desarrollan simultáneamente a
través de la vía de la Tesis, Antítesis y Síntesis; los Tres Momentos de la Razón.
Toda Tesis contiene una afirmación cuya autenticidad ha sido argumentada; a
su vez, la Antítesis se opone a aquella en cuanto la contradice y niega, por lo que a la
Síntesis le corresponde formular una proposición que superando la contradicción de
ambos juicios previos, dará origen a una nueva Tesis, la cual se erige como la solución
en tanto no sea antitéticamente negada.
Hegel expresó, con propiedad, que “si no hay contradicción no hay evolución; si
no hay contradicción, no hay mañana” y pretenderá de esta forma, mediante la reflexión
dialéctica, resolver esa tensión entre finito e infinito introduciendo el concepto, tan caro
en la época, de Progreso.
Desde la Filosofía Iniciática, los Números nos señalan la vía para llegar al
conocimiento de sí mismos, punto de partida de toda filosofía.
El espejo exterior, el signo externo que refleja la abstracción que está en
nosotros y que tiene capital connotación en la reflexión filosófica, lo constituye el
Ternario, porque Dos revela Tres, un aspecto más inteligente de la Unidad. La Tri-
Unidad de todas la cosas es el misterio fundamental de la Iniciación Intelectual. 14
Saber llevar el Ternario, Binario o Unidad, para el masón que se ha elevado a
la altura del punto que domina a los otros dos, lo posiciona para hacer surgir la luz del
choque de la afirmación y de la negación, es decir, la solución expresada en la
síntesis.15

14
El Ternario. Libro del Aprendiz. Oswald Wirth, pá g. 174.
15
El masó n no se perderá jamá s en vanas discusiones, porque percibirá sin dificultad la solució n que se
desprende de un debate contradictorio. Juzgando con altura de miras sin el menor prejuicio y con toda
libertad de espíritu, hará surgir la luz del choque de la afirmació n y de la negació n (Tesis-Afirmació n;
Antítesis-Negació n; Síntesis- Solució n). O. cit. Pá g. 175.

8
3.-LIBRE EXAMEN.

El tratamiento del libre examen, por su parte, nos conduce a una cuestión
esencial en el devenir del hombre, esto es, el intentar dar respuesta a la interrogante de
si la Verdad existe y es alcanzable para el hombre 16.
La Verdad constituye el Alfa y el Omega de nuestra existencia; germen de toda
Creación y, a la vez, su Corona.
Por lo menos, su búsqueda sólo puede tener sentido si se lleva a cabo
mediante el ejercicio del libre examen; pero cuidado y en consonancia con esta
concepción, se hace necesario destacar que, en el dominio de las ideas, entre nosotros
ninguna concepción puede ser admitida sin examen 17.
El Convento de Lausanne, proclamó para la orden la existencia de un Principio
Creador, bajo el nombre de G:.A:.D:.U:. sin imponer límite de especie alguna a la libre
investigación de la verdad18.
Ello exige de suyo, la práctica vívida de la tolerancia como garantía del ejercicio
de la Libertad, puesto que detrás de toda intolerancia subyace el demonio de la tiranía.
El ejercicio del libre examen, QQ:. HH:. nos impone también la lucha en contra
del prejuicio, al cual yo entiendo como surgido de la psiquis humana, consecuencia de

16
Ello exige preservar a la cabeza del hombre de toda actividad febril (la mano derecha puesta en escuadra
sobre la garganta), susceptible de comprometer nuestra lucidez de espíritu. La trascendencia simbó lica del
signo del Aprendiz, queda evidenciado por su explicació n: “Estoy en posesión de mi mismo y me afano en
juzgarlo todo con imparcialidad”. Catecismo Interpretativo del Grado de Aprendiz. El Libro del Aprendiz,
Oswald Wirth, pá g. 156.
17
El masó n tiene plena libertad para construir só lidamente, con materiales juiciosamente escogidos, porque
no toda piedra es aceptable para el constructor. Libro del Compañ ero Oswald Wirth, pá g. 12.
18
En el período que abarcó desde el 6 al 22 de setiembre de 1875, tiene lugar el Convento de Lousanne, en
Suiza, cuyos objetivos principales son la revisió n y reforma de las Grandes Constituciones del Escocismo de
1786, con la definició n y proclamació n de Principios, y con la elaboració n de un Tratado de Alianza y
Solidaridad.” La masonería confirma que ella postulaba desde su fundació n, la existencia de una fuente
creando, bajo el nombre del Gran Arquitecto del Mundo. Ella no pone ningú n límite en la bú squeda de la
verdad para garantizar la libertad a todos, lo que ella pide de todos es tolerancia. La masonería es abierta
para personas de cada nacionalidad y de cada fe.” La Asamblea General del Gran Oriente había discutido
frecuentemente el artículo 12 de la Constitució n. Quedó reconocido en 1876 que la Francmasonería debe
abstenerse de toda afirmació n dogmá tica. Consultadas sobre la mantenció n del pá rrafo que estipula que la
Francmasonería tiene por principios la existencia de Dios y la inmortalidad del alma, las Logias ordenaron a
sus mandatarios votar por la supresió n de este texto. El Convento de 1877 modificó , pues, la Constitució n en
el sentido requerido. Esta decisió n trajo el abandono de la fó rmula “A∴ L∴ G∴ D∴ G∴ A∴ D∴ U∴” que
tradicionalmente se colocaba en el encabezamiento de todos los documentos masó nicos. Algunos Talleres
quisieron hacer notar má s tarde que el voto del Convento de 1877 no envolvía necesariamente esta medida.
El dogma debía ser descartado, pero una fó rmula esencialmente simbó lica no tenía por qué ofuscar a nadie,
puesto que cada uno quedaba libre de interpretarla segú n sus convicciones personales. “El Gran Arquitecto
del Universo”. El Libro del Aprendiz. Pá g. 43, Oswald Wirth.

9
la “historia” propia del sujeto, fruto de sus frustraciones, de sus odios, de sus
aversiones, de sus desamores, de sus desencantos, de sus descompensaciones, del
inculco e inóculo de sus preceptores (especie de magister morbo) en suma, de su
acervo vivencial personal, de su mirada angular del mundo.
Nuestro deber moral es combatir la ignorancia, el dogmatismo religioso y el
prejuicio, y para ello se imponen al masón la necesidad de obedecer las leyes del país,
vivir honradamente, amar a sus semejantes y trabajar, sin descanso, por el bienestar
de la Humanidad y su progresiva y pacífica emancipación.
¿Significa esto abjurar de las convicciones de orden moral? Por cierto que no y
sobre el particular, conviene traer aquí las palabra pronunciadas por don Agustín
Squella Narducci, con ocasión de la visita de Norberto Bobbio a Valparaíso 19, referentes
a dichas convicciones en este gran pensador: “Tenemos que aprender, primero, de su
concepción, en cierto modo relativista, pero no escéptica, de la moral, que le ha hecho
dudar de la posibilidad de verificación de valores absolutos, pero jamás de la necesidad
de tener, mantener y defender, convicciones de orden moral, aunque sin la
pretensión de imponerlas dogmáticamente a los demás como si se tratare de
verdades firmemente establecidas y seguras”.20
Por ello sostenemos, que el ejercicio real de la libertad de conciencia,
amparados en el libre examen, sólo puede tener cabida en un Estado Laico 21; aquí la
laicidad constituye el caldo de cultivo apropiado, para el ejercicio de la libertad en todas
sus manifestaciones, pues sólo se es libre de verdad dejando a los semejantes ejercer
su libertad.

4.-LIBRE ALBEDRÍO.

¿Por qué una fe que predica el amor al prójimo, la igualdad y fraternidad llega a
ser intolerante?
El germen de tal postura dogmática no puede tener su origen, sino en la
negación del libre albedrío y la libertad de conciencia, a quien John Stuart Mill en su

19
El día 29 de abril del añ o 1986. EDEVAL.
20
Cita Squella a Bobbio, quien escribió estas admirables palabras: “De la observación de que las creencias
últimas son irreductible, he sacado la lección más grande de mi vida. He aprendido a respetar las ideas
ajenas a detenerme ante el secreto de cada conciencia, a comprender antes de discutir y a discutir
antes de condenar”.
21
La separació n de la Iglesia y el Estado en Chile, se concretó en la Constitució n de 1925, artículo 10 Nº 2,
durante el Gobierno de Arturo Alessandri Palma.

10
famoso ensayo “Sobre la libertad”22 define la libertad de conciencia como "la libertad de
pensar y sentir, la libertad absoluta de opiniones y sentimientos sobre toda cuestión
práctica, especulativa, científica, moral o teológica”.
Locke ya nos advertía que la apelación a la fe dejando de lado toda verificación
o control racional, ha sido la causa de todos los excesos fanáticos, acríticos e
intolerantes.
Valores, principios e ideales vienen a ser modos estimativos que tienden a lo
absoluto, desde la perspectiva del saber, pero son relativos en su concreción práctica.
El problema de la tolerancia supone, necesariamente, una facultad inmanente
presente en el hombre, a lo que se ha dado en denominar libre albedrío.
Somos Criaturas de Razón nos dice Locke, pues Dios ha dado al hombre un
entendimiento para dirigir sus acciones y, consecuentemente, le ha permitido una
libertad de voluntad y de acción, como algo propio y constitutivo de ese entendimiento,
aunque confinada, eso sí, dentro de los límites de la ley bajo la que se encuentra 23.
Por lo tanto,  "la libertad del hombre [...], así como su capacidad de actuar de
acuerdo con su propia voluntad, se fundamenta en el hecho de que posee la razón, la
cual le puede instruir en las leyes por las que se tiene que gobernar y le hace saber
hasta dónde llega la libertad de usar su voluntad”.
Voltaire, siguiendo un derrotero semejante nos advierte que defender como
verdadera las creencias que uno profesa, y considerar falsas todas las demás, no
sólo genera un círculo vicioso, sino también el círculo de la violencia y el terror, es
decir, las guerras de religión. Tal vez pensando en ellas comenta Diderot: «Si vuestra
verdad me proscribe, mi error que yo tomo por la verdad, os proscribirá>>.
No obstante esto, hay quienes han negado la existencia del libre albedrío en el
hombre. Mención destacada merece Shopenhauer24, quien sin desconocer la libertad
del hombre, distingue tres aspectos diferentes de la libertad a saber: la libertad física,
la libertad intelectual y la libertad moral. Esta última especie de libertad, la identifica
con el libre albedrío, sin ninguna fuerza condicionante. Sostiene que el “puedo hacer
lo que quiero” se convierte en “puedo hacer lo que debo”, ya que el grado de libertad
humana se ve restringido por determinismos estructurales que son insuperables para
los actos de la voluntad; como la ley de causalidad, el carácter, la condición humana y
22
Sobre la Liberta. Stuart Mill. Biblioteca de Iniciació n Filosó fica. Aguilar.
23
Locke, John, "Segundo ensayo sobre el gobierno civil", en Dos ensayos sobre el gobierno civil, edició n de J.
Abellá n, Madrid, Espasa-Calpe, 1991, p. 244
24
Ensayo sobre el libre albedrío”, Arthur Schopenhauer, Ed. Gradifco, Buenos Aires, 2005.

11
los motivos que condicionan y que se imponen a la voluntad, orientándola hacia una
dirección precisa.

De esta forma, el libre albedrío es sólo un espejismo para el ser humano, pues
a éste lo rige el principio de necesidad, concebida como la necesidad de una
“libertad moral”.

La reacción a esta postura ha surgido desde la neurociencia, la cual postula


que nuestras decisiones no se toman a nivel consciente, tal y como nos gustaría,
porque eso nos daría una sensación de control bastante absoluta acerca de nuestro
libre albedrío…”hago esto porque yo quiero hacer esto”. Y lo que sucede en realidad,
es que la decisión la toma el subconsciente del sujeto. Las decisiones son
inconscientes.

El cerebro toma una decisión acerca de la acción antes de que exista una
intención consciente de hacerlo, aunque debe reconocerse que la voluntad consciente
aparece aproximadamente un par de centenas de milisegundos antes de la
realización del acto.

Si se me permite precisar estas nociones, si bien este impulso consciente está


precedido por el Potencial de Disposición, existe una ventana de tiempo…, en
donde tenemos la capacidad de vetarlo, cambiando así el resultado del proceso
volitivo. Nuestra libertad de decisión podría ser pensada en términos de libertad de
prohibición, quedando relegada a la capacidad de censura o veto de aquellas
decisiones inconscientes previas25.

Me avocaré ahora, a la relación que se evidencia entre libre albedrío, tolerancia


25
Gil, F. J. S. (2009). Relevancia de los experimentos de Benjamin Libet y de John-Dylan Haynes para el
debate en torno a la libertad humana en los procesos de decisió n. Thémata. Revista de Filosofía. Hayne
recuerda que, en una ocasió n, viajando en avió n camino a una conferencia tuvo una epifanía: “De repente,
tuve esta gran visió n sobre el universo determinista al completo, yo mismo, mi lugar en él y todos esos
distintos puntos donde creemos que tomamos decisiones reflejando algú n fluir causal”. Pero no pudo
mantener esa visió n del mundo sin libre albedrío por mucho tiempo. “Tan pronto como empiezas a
interpretar el comportamiento de la gente en tu vida diaria, es virtualmente imposible mantenerlo”,
expresó .

12
y búsqueda de la Verdad, la cual es de la mayor importancia y, para ilustrar el punto,
permítaseme citar a ”Gotthold Ephraim Lessing” quien plantea, en su obra "Natán el
Sabio” una relación de sentido entre verdad y tolerancia.

El escenario es la Jerusalén en tiempos de las Cruzadas y sus protagonistas


son Saladino, el sultán musulmán; Natán, un sabio judío; y El Templario, un guerrero
cristiano. Las tres "fes" están enfrentadas y como cada una de ellas pretende ser
dueña exclusiva de la verdad, la guerra continúa entre musulmanes y cristianos.
Saladino quiere la paz y convencido de que si alguna de las partes en conflicto
demostrara la verdad de su pretensión el conflicto se acabará, convoca a Natán y le
pregunta: "Tú que eres sabio, demuéstrame por qué tu religión es la verdadera".
Natán le responde con una parábola. Según la misma, un hombre rico poseía un anillo
el cual tenía la cualidad de hacer a su portador querido por Dios y por los hombres.
Durante generaciones ese anillo pasó en herencia al hijo predilecto del padre. Hasta
que un padre se encontró con la difícil decisión de tener que elegir al heredero del
anillo entre sus tres hijos igualmente queridos. Entonces decidió hacer dos réplicas
del anillo original. Próximo a su muerte, cada hijo recibió un anillo pensando cada cual
que tenía el único verdadero. Cuando se vieron los tres frente a frente, portando cada
cual su anillo, empezó la guerra por el reconocimiento del anillo verdadero. Tras
varios años de guerra y sufrimientos, los hermanos decidieron acudir a un juez para
que dirimiera el caso. El juez les preguntó quién era el más querido por los demás, y
como ninguno pudo responder, les dijo: "pensad que vuestro padre no os ha
engañado, sino que quizás no quiso someterse a la tiranía de un único anillo
verdadero". Y sentenció: "de ahora en adelante, cada uno de ustedes intentará hacer
verdadero su anillo, esforzándose por ser querido de los demás".

Ni entonces ni ahora la verdad tiene dueño. Nadie la tiene, pero todos la


buscamos. Es un impulso humano. Y el fundamento de esa búsqueda es,
precisamente, nuestra común condición de humanos.
La búsqueda de ella se lleva a cabo, entre nosotros, mediante la Alianza
Universal de hombres Ilustrados, unidos para trabajar en común por el
perfeccionamiento intelectual y moral de la humanidad 26, que se reúnen y trabajan en
26
Respuesta a la pregunta ¿Qué es la Francmasonería? Catecismo Interpretativo del Grado de Aprendiz.
Libro del Aprendiz. O. Wirth pá g. 154.

13
Logias27, las cuales están representadas, simbólicamente, por Granadas 28 entreabiertas,
sitas en los capiteles circulares de las Columnas del Templo, mismas que dan
testimonio de la autonomía de las logias organizadas en todo el mundo. No obstante
ello, y a los efectos de esta plancha, su riqueza propedéutica, si se quiere, se
encuentra en sus anardanas29, cuya característica sorprendente radica en que ninguna
de sus semillas en igual a las otras. Como podrán ya atisbar, quienes eligieron a la
Granada para ocupar los capiteles de las Columnas de Occidente, sabían que todo ser
humano es único e irrepetible, dotado de derechos inalienables, entre los que deben
destacarse la libertad de conciencia, libertad religiosa y de expresión, libertades que no
pueden ser concebidas sin reconocer al hombre la facultad del libre examen y el de
encontrarse dotado de libre albedrío, ejercicio racional y prudente que sólo puede tener
cabida bajo el arco de la tolerancia, tanto en el terreno político y, más aún, en el del
trabajo intelectual30.

III.- CONCLUSIONES.

27
También llamadas, Talleres o Templos; Logias de San Juan o Logias Azules o Simbó licas, consagradas a los
trabajos masó nicos en los tres primeros grados. A diferencia de los templos religiosos, donde en los techos
hay figuras de “á ngeles” y formas geométricas que má s bien son adornos arquitectó nicos, en las Logias, se
manifiesta, simbó licamente, la bó veda celeste, cuya medida se extiende hasta el infinito y que representa al
universo, porque realmente no existe nada que nos separe de los Cielos, no hay límite sobre nuestras
cabezas y también porque de esta forma, no olvidamos nuestro humilde lugar, un pequeñ o punto dentro del
vasto universo. “Los 36 Temas del Aprendiz Masó nico”, Tema Nº 1, “Concepto Masó nico del Trabajo”. Pá g.
6.-
28
Fruto del Granado, también llamada “baluasta” que desde antañ o tiene un poder simbó lico histó rico. En 1
Reyes, cap. 7, se consigna: versos “40 Asimismo hizo Hiram fuentes, y tenazas, y cuencos. Así terminó toda la
obra que hizo a Salomó n para la casa de Jehová : 41 dos columnas, y los capiteles redondos que estaban en lo
alto de las dos columnas; y dos redes que cubrían los dos capiteles redondos que estaban sobre la cabeza de
las columnas; 42 cuatrocientas granadas para las dos redes, dos hileras de granadas en cada red, para
cubrir los dos capiteles redondos que estaban sobre las cabezas de las columnas”. Biblia Versió n Reina
Velera, 1960.- El granado es el á rbol simbó lico de la “Gran Orden de la Perseverancia”, encarnando al sol, la
vida y la sangre.
29
Las semillas de una granada, que llegan a un nú mero de 613, en promedio, por fruto. Una notable
coincidencia con los 613 mitzvot (plural de mitzvá ) mandamientos (orden) entregados al pueblo de Israel
en el desierto del Sinaí. El Rabino Moshe Ben Maimó n (Rambam) conocido como Maimó nedes, los estudió y
compiló en 14 volú menes (Mishna Torá ). No sin sentido se denomina a los judíos, como “El Pueblo del
Libro” (Am Hasefer).
30
Squella, en referencia a Bobbio, sobre este punto expresa: “… aprender de su práctica y defensa de la
tolerancia, tanto en el terreno político como del trabajo intelectual, tolerancia que en modo alguno
entraña tibieza de sus convicciones, sino que, lejos de esto, viene demandada por el respeto a la
personalidad e ideas de los demás y por la disposición a dejarse influenciar verdaderamente por las
opiniones contrarias, porque en palabras de Calogero ‘sólo estudiando y comprendiendo a los otros se
adquiere poco a poco la virtud de pensar por sí mismo.”

14
De lo referenciado se puede extraer, con propiedad, que esta forma específica
de razonar del masón, nos acerca a la contemplación de eso que se ha dado en llamar
la “Reina de los Infiernos”31, la verdad que se esconde dentro de nosotros mismo 32.
La conjugación de la duda metódica, bajo el desafío de la reflexión filosófica,
enfrentando las grandes incógnitas bajo el arco del libre examen y flanqueados
siempre, a la vera del libre albedrío, cobijados en el manto de “La Tolerancia” 33 nos
coloca a resguardo de los peligros intrínsecos, que depara la anidación de dogmas 34 de
toda especie, dentro del seno de nuestra Orden, y pugnan por la proscripción del
materialismo y escepticismo. Quien puede, hoy en día disentir de la siguiente
afirmación -con verdadero sesgo de axioma histórico-: “Gracias al ejercicio de la
tolerancia y la lucha por la proscripción del prejuicio, asentados en el racionalismo y la
universalidad, las fuerzas de la oscuridad que se han encarnado en guerras,
hambrunas, ignorancia y otros tantos azotes que han asolado la humanidad, están
destinadas irremisiblemente a periclitar conforme con el actual estado de Existencia”.
Somos seres perfectibles, ¿Pero significa ello adjurar de la posibilidad de hallar
la Verdad? La brecha entre el error y la verdad, en todos los ámbitos del ser humano se
estrecha cada vez más. Sin embargo, ello no significa desconocer que la solución de
todas las incógnitas y secretos del Universo están lejos de ser develados.
Las cuestiones fundamentales del hombre sobre el conocimiento, el bien y el
mal, su destino, la búsqueda de la Verdad, del por qué de la vida 35 y tantos otros, no

31
En evocació n del mito de Perséfone (Kore y Proserpina, para los latinos), hija de Zeus y Deméter. Fue
raptada por Hades, quien la desposó y quedó relegada al Tá rtaro por haber probado de una Granada
ofrecida por Hades. El retorno a la tierra de Perséfone simboliza la llegada de la primavera, en el ciclo
invariable de la vida y de la muerte.
32
“Todos somos portadores, en nuestra má s profunda interioridad, de verdades que nos son desconocidas,
pero que determinan todo nuestro modo de sentir, pensar y actuar, verdades intolerables para nuestro
pensamiento racional y conciencia moral” sostiene Sigmund Freud, citado por Gustavo Figueroa Cave en “En
lo Social y la Sociedad en Freud”, pá g. 25, Estudios Filosó ficos. Jornadas Académicas. EDEVAL. 1988.
33
Todas las maneras de ver, son igualmente respetables cuando emanan de personas sinceras. Ellas
expresan la verdad bajo los diferentes aspectos que puede tener en razó n de los mú ltiples puntos de vista de
que es susceptible de ser considerada. Se encuentra pues, una parte de la verdad en todas las
opiniones. “No tratéis de imponer nuestra manera de ver; llevar a los demá s lo que vos mismo habéis
encontrado. ¨Pensad y hacer pensar”. El Libro del Aprendiz. O. Wirth. Deberes generales del iniciado. La
Tolerancia, pá g. 148 y ss.-
34
Entendidos como tesis de cará cter obligatorio para todos. La Iglesia y los Hermanos Separados, 2.- El
concepto de la verdad de los masones. pá g. 45.
35
La inteligencia humana, desde que comienza a pensar, se pregunta ¿De dónde venimos? ¿Qué somos? y
¿A dónde vamos? Y, precisamente la masonería, en tanto institució n filosó fica, pretende dar respuesta a
estas interrogantes. Al efecto, los tres grados: el de Aprendiz, se identifica con la primera de ellas; el de
Compañ ero, al segundo ya que nos anima a conocernos a nosotros mismos y por ú ltimo, en el grado de
Maestro, se nos devela a dó nde vamos.

15
pueden ser enfocados, sino filosóficamente desde una visión meliorista 36, relativista y
ecléctica, en su dimensión metafísica, ontológica, gnoseológica y axiológica.
Somos sujetos de la historia y nuestro desafío es el Conocimiento; la necesidad
básica de dudar, es evidencia de nuestra existencia; quizás resulte demasiado osado
sostener que el “cogito ergo sum” encierra una premisa de mayor impacto: “dudo, luego
existo”, porque al parecer, todo está por ser dudado, reconociendo la necesidad de
Existir. Tesis, antítesis y síntesis, no son sino manifestación de la Dialéctica que le dan
vida al desarrollo del Pensamiento y el Ser 37.
El Método Cartesiano que nos ocupó, con una comprobada pregnancia, es de
una trascendencia tal, toda vez que nos revela un criterio de verdad inusitado, el centro
de toda su filosofía y que da origen a los postulados de una ciencia universal.
Ante el entredicho de la vigencia y contemporaneidad de Método Cartesiano,
Francisco Varela afirma que “bajo la presión inevitable de la experiencia y el impulso
decisivo del pensamiento cartesiano, emerge un enfoque distinto, y que el ha ganado
paulatinamente el mundo biológico, al insistir en que los únicos valores operantes en la
organización de los sistemas vivos son los factores físico, desterrando la necesidad de
alguna fuerza inmaterial organizadora de lo vivo. 38”
Del mismo modo, es innegable que la Prospectiva 39 es una hija contemporánea
egregia, de este Pensamiento Cartesiano.
Ahora, enfrentados al dilema de si debemos ser tolerantes con la intolerancia,
aplicando el método cartesiano se hace necesario, primeramente, determinar cuál es el
origen de los postulados del intolerante, sabedores que el principio de tolerancia no
significa la adhesión a la postura del otro ni el cohonestarlos, sino lisa y llanamente,
reconocer el derecho de toda persona a expresar libremente sus ideas; empero, en
todo germen de intolerancia cuaja un ánimo que supera al discurso, en pro de una
acción concreta de negar al otro como un legítimo otro en la convivencia 40, ante lo cual
sostengo, que todo masón debe responder de la manera más categórica posible, en
36
Como concepto propio de la metafísica, postula que el progreso es un concepto real que dirige el
desarrollo humano, basado en una doctrina filosó fica segú n, la cual el mundo no es por principio ni
radicalmente malo ni absolutamente bueno, si no que puede ser mejorado y perfeccionado.
37
“En todo lo que se hace, en todo lo que existe, intervienen, pues tres términos: 1º un agente que actú a, 2º
un paciente que sufre la acció n y 3º un efecto producido, El misterio de la Trinidad se aplica así
universalmente…” Libro del Aprendiz. Oswald Wirth pá g. 176.
38
De Má quinas y Seres Vivos. Humberto Maturana R. Francisco Varela G. Pá g. 62.
39
Ciencia que se dedica al estudio de las causas técnicas, científicas, econó micas y sociales que aceleran la
evolució n del mundo moderno, y la previsió n de las situaciones que podrían derivarse de sus influencias
conjugadas. Un aná lisis prospectivo sobre Chile, se observa en “La Masonería Piensa a Chile” Desafíos y
Oportunidades para el Futuro. La Gran Logia de Chile. Edició n Alvaro Echeverría. Añ o 2017.

16
defensa de la dignidad humana y resguardo del Estado de Derecho Laico 41, garante de
la libertad religiosa, de conciencia y de libre expresión.
Por último, concluyendo, estimo que no es efectivo que nuestra Orden niegue
la posibilidad de la comprensión objetiva de la Verdad, porque nuestra Misión, desde
siempre, en emulación del Maestro Primordial, simbolizado por Hiram, es y será
perseguir la Sabiduría, el dominio de la Razón y la búsqueda de la Verdad.
Lessing, al respecto, con magistral genio, ha dicho: “Si Dios tuviera
encerrada en su diestra toda la verdad, y en su siniestra únicamente el vivo
impulso de la búsqueda de la verdad, aunque con la adición de equivocarse
siempre y me dijera: ¡escoge! Yo con humildad abrazaría la izquierda y diría
¡Padre dadme! ¡La verdad pura por cierto esta reservada solo a Vos! 42 Y esto
queda reflejando en el Ritual de Exaltación: que encierra el imperativo por dudar
filosóficamente sobre cuanto teníais por verdades comprobadas; libre examen
emancipador; necesidad de discernir entre el bien y el mal; forja y cultivo de la Acacia,
símbolo de la esperanza; estudio profundo del secreto que se esconde tras la Vida, la
Verdad, porque ella vencerá siempre a la Muerte.
S:. F:. U:.

FERNANDO DONOSO NAVARRO.


M:.M:.

40
Humberto Maturana R. “El amor es la emoció n que constituye el dominio de conductas donde se da la
operacionalidad de la aceptación del otro como un legitimo otro en la convivencia, y es ese modo de
convivencia lo que connotamos cuando hablamos de lo social. Por esto digo que el amor es la emoció n que
funda lo social; sin aceptació n del otro en la convivencia no hay fenó meno social”. En “Sobre el Fundamento
Emocional de lo Social.”
41
Laicidad, comprende dos nú cleos conceptuales bá sicos: el uno referido a lo no confesional y el segundo,
en cuanto denota lo no clerical. “El Concepto de Laicidad”, Michelangelo Bovero. Colecció n de Cuadernos
Jorge Carpizo Nº 2. UNAM. Añ o 2013.
42
G.F. Lessing, Duplik 1977 Gesammelte Werke. ¿ Se alberga también la duda, en la siniestra de Dios?

17

También podría gustarte