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INDEPENDENCIA
Baile Flamenco
Cantores y cantoras.
Cierre
Los estribillos más cantados en los bailes fiestas cordobesas de la última parte
del pasado siglo XX y comienzos del presente están marcados a fuego por el
ritmo del glorioso tunga-tunga. La vida del cuartetazo comenzó en las
polvaredas que levantaban las alpargatas gringas de los pueblos del interior
("vieja plaza Colón, en tus noches hermosas"), luego se extendió hacia otras
provincias vecinas ("Abre, Abre tu paraguas, que comienza ya a llover"), para
terminar revoloteando en los clubes barriales de esta cuidad ("que te come,
que te come, que te come el lobizón), convirtiéndose en el ritual nocturno de la
alegría ("sueeenan las sirenas, llegaron los bomberos") de los sectores
sociales más humildes ("cortate el pelo, cabezón")antes de barrer con
diferencias y hacer que todos se prendieran al trencito("y los pies bien juntos al
suelo van haciendo chi-qui-chá"), y asumirse como bandera cordobesa hacia
todo el país ("quien se ha tomado todo el vino oh-oh).
Allá por 1943, la historia cuartetera latía en la mano izquierda de una mujer.
Como una araña saltarina, sobre las teclas del piano Leonor Marzano marcaba
el ritmo que después haría bailar hasta los postes.
Hoy, para despedirnos, el legado de Leonor vuelve a vivir en el ritmo en los
cuerpos de nuestros alumnos de segundo, tercero cuarto y quinto año.
Antes de decirnos adiós, gritemos todos juntos: ¡Que viva la Patria! ¡Que viva
Córdoba! ¡Que viva Latinoamérica!