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CONTEO DE PLAZOS

LAURA VALENTINA PINEDA RODRIGUEZ

UNIVERSIDAD DE CUNDINAMARCA
FACULTAD CIENCIAS ADIMINISTRATIVAS, ECONOMICAS Y CONTABLES
CONTADURIA PUBLICA
FACATATIVÁ
2023
En el texto dado nos proporciona pautas claras sobre como contar los plazos en días, meses y años
en el ámbito administrativo, ya que al contarlos mal se puede perder un derecho, beneficio,
exención o pagar una sanción.

 Plazos fijados en días:


Estos plazos comienzan a contar desde el día siguiente al de la notificación del acto administrativo.
Por ejemplo, si el acto se notifica el 10 de octubre y el plazo es de 10 días, el primer día de plazo
será el 11 de octubre.
Por lo general, los días inhábiles, como los domingos y festivos, no se toman en cuenta en este tipo
de plazos, a menos que la norma específica indique lo contrario.

 Plazos fijados en meses:


En este caso, el conteo se inicia el día en que se recibe la notificación del acto administrativo.
Los plazos se cuentan según el calendario, es decir, desde el día en que se notifica hasta el mismo
día del mes en que se cumplen los meses especificados en el plazo. Por ejemplo, si se notifica un
acto el 15 de junio y el plazo es de 3 meses, este vencerá el 15 de septiembre .
Es importante destacar que en los plazos fijados en meses se incluyen los días inhábiles, como
domingos y festivos, ya que se cuentan de manera continua.

 Plazos fijados en años:


El conteo de los plazos fijados en años sigue la misma lógica que los plazos en meses, comenzando
desde el día de la notificación del acto administrativo.
Se cuenta según el calendario, desde el día de inicio hasta el mismo día del mes y año
correspondiente al término de los años especificados en el plazo. Por ejemplo, si se notifica un acto
el 10 de febrero de 2017 y el plazo es de 3 años, vencerá el 10 de febrero de 2020.
Los días inhábiles no se descuentan en este tipo de plazos, al igual que en los plazos mensuales.

En el consejo de estado, aborda la interpretación y aplicación de normas relacionadas con el conteo


de plazos tributarios, centrándose particularmente en el término de un año establecido en el artículo
732 del Estatuto Tributario. Se destaca la importancia de entender cómo se computan los plazos y
cómo se manejan los días inhábiles o festivos en el cómputo de estos plazos, lo cual puede tener
implicaciones significativas para los administrados y la Administración.

El análisis de la jurisprudencia citada revela dos enunciados relevantes: primero, que en los plazos
de meses y años, el término se cuenta según el calendario, lo que significa que el último día del
plazo debe ser igual al primer día de dicho plazo; y segundo, que si el último día del plazo es un día
inhábil o festivo, se extiende hasta el siguiente día hábil. Esto se presenta como una garantía para
los administrados, impidiendo que se recorte el plazo debido a la existencia de días inhábiles o
festivos.
Sin embargo, se plantea una reflexión sobre la aplicación de esta norma en los casos en que el plazo
corre para la Administración, señalando que su extensión podría perjudicar al administrado al
ampliar el plazo legal que la ley da a la Administración para actuar. En este sentido, se destaca que
en casos como el término de caducidad de la facultad sancionatoria de la Administración, no se
debe entender prorrogado o extendido cuando el último día corresponde a un día inhábil o festivo.
Esta interpretación busca mantener la celeridad y eficacia de las actuaciones administrativas.

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