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UNIVERSIDAD DEL CARIBE

(UNICARIBE)

ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS


CARRERA DE DERECHO

INFORME FINAL DEL CURSO DE MONOGRÁFICO PARA OPTAR


AL TÍTULO DE LICENCIADO EN DERECHO

ANÁLISIS DE LOS DELITOS ELECTORALES EN REPÚBLICA


DOMINICANA, PERÍODO 2000-2021.

SUSTENTADO POR:
AWILDY FABIAN POLANCO
TOCALLA MONTERO MONTERO
PEDRO BELÉN GONZÁLEZ

ASESOR METODOLÓGICO
DR. DAMIÁN PERALTA

ASESOR DE CONTENIDO
JOSÉ ALEXIS DE JESÚS GÁLVEZ

SANTO DOMINGO D. N., REPÚBLICA DOMINICANA


2023
UNIVERSIDAD DEL CARIBE
(UNICARIBE)

ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS


CARRERA DE DERECHO

INFORME FINAL DEL CURSO DE MONOGRÁFICO PARA OPTAR


AL TÍTULO DE LICENCIADO EN DERECHO

ANÁLISIS DE LOS DELITOS ELECTORALES EN REPÚBLICA


DOMINICANA, PERÍODO 2000-2021.

SUSTENTADO POR:
AWILDY FABIAN POLANCO
2007-2509
TOCALLA MONTERO MONTERO
2018-3884
PEDRO BELÉN GONZÁLEZ
2018-4274

ASESOR METODOLÓGICO
DR. DAMIÁN PERALTA

ASESOR DE CONTENIDO
JOSÉ ALEXIS DE JESÚS GÁLVEZ

SANTO DOMINGO D. N., REPÚBLICA DOMINICANA


2023 Los conceptos emitidos en
este documento son de la
exclusiva responsabilidad de
los autores.
ANÁLISIS DE LOS DELITOS ELECTORALES EN REPÚBLICA
DOMINICANA, PERÍODO 2000-2021.
CAPÍTULO I
FUNDAMENTOS TEÓRICOS SOBRE LOS DELITOS
ELECTORALES EN REPÚBLICA DOMINICANA

1.1. Delitos electorales:

Los delitos electorales, son acciones ilícitas que se cometen durante el proceso
electoral con el propósito de afectar la voluntad popular, alterar los resultados o
violar los derechos políticos de los ciudadanos. Estos delitos pueden englobar
diversas conductas, como el fraude electoral, la corrupción, la intimidación a
electores, la compra de votos y la manipulación de los resultados.

1.1.1. Definición y clasificación de delitos electorales:

El Diccionario Electoral del Instituto Interamericano de Derechos Humanos, define


los delitos electorales como “acciones u omisiones que vulneren los principios a los
que deben operar los sistemas electorales en la democracia.

La clasificación de los delitos electorales puede variar según la legislación de cada


país, pero generalmente se pueden agrupar en las siguientes categorías:

Fraude electoral: incluye acciones como la falsificación de documentos electorales,


el robo de urnas, la manipulación de votos, la alteración de resultados, el relleno de
urnas con votos falsos o la suplantación de identidad.

Coacción y amenazas: se refiere a la intimidación de los electores para que voten


por un candidato o partido específico, o para que se abstengan de ejercer su
derecho al voto. Puede incluir amenazas de violencia, represalias o pérdida de
beneficios.

Corrupción electoral: abarca prácticas como el soborno de electores o funcionarios


electorales, el financiamiento ilegal de campañas políticas, el uso indebido de
recursos públicos para fines electorales y el intercambio de favores o beneficios a
cambio de votos.

Manipulación de la información electoral: implica difundir información falsa o


engañosa sobre candidatos, partidos políticos o el proceso electoral con el propósito
de influir en la decisión de los electores. Esto puede incluir la difusión de noticias
falsas, propaganda engañosa o desinformación deliberada.

Es importante destacar que la clasificación y tipificación de los delitos electorales


pueden variar en cada jurisdicción, y es fundamental referirse a la legislación
específica de cada país para obtener una definición y clasificación precisa de los
delitos electorales en ese contexto.

1.1.2. Origen y evolución:

El delito electoral, surge con el primer proceso de votación en las elecciones para
cargos públicos. Desde entonces, estas personas han sido severamente
sancionadas por lo que se consideran graves delitos contra la democracia.

En la antigua Grecia, cuando un ciudadano votaba dos veces o vendía o compraba


votos, era condenado a muerte. Idéntico tratamiento se daba a estas transgresiones
en el antiguo Imperio Romano, calificándolas el Senado, el Parlamento y la
Constitución como delitos en el proceso electoral, derivados de actividades
desleales o ilegales para la obtención de votos. Durante años, sin embargo, la
mayoría de las democracias latinoamericanas ignoraron estos delitos, a pesar de
que la ley los tenía en cuenta.

Los delitos electorales, se remontan a los inicios de la democracia y los procesos


electorales. A medida que las sociedades establecieron sistemas políticos basados
en la elección de representantes y gobernantes, surgieron conductas ilícitas
relacionadas con estos procesos. A lo largo del tiempo, los delitos electorales han
ido evolucionando en respuesta a los cambios políticos, sociales y tecnológicos.
El origen de los delitos electorales, se puede encontrar en las prácticas de
corrupción y manipulación que se desarrollaban durante las elecciones en
diferentes partes del mundo. Estos delitos incluían soborno a votantes, fraude
electoral, falsificación de documentos, intimidación y violencia, entre otros. El
objetivo de estas acciones era influir en los resultados electorales y asegurar el
poder o los intereses de determinados individuos o grupos.

Con el desarrollo de la legislación electoral y el fortalecimiento de los sistemas


democráticos, los delitos electorales comenzaron a ser tipificados como conductas
ilícitas específicas, sujetas a sanciones legales. A medida que los países iban
promulgando leyes electorales más completas y sofisticadas, se establecieron
normas para garantizar la transparencia, la igualdad y la justicia en los procesos
electorales, así como para prevenir y sancionar los delitos electorales.

A lo largo de los años, los delitos electorales han evolucionado en respuesta a los
avances tecnológicos y los cambios en los medios de comunicación. Con el
advenimiento de la era digital, han surgido nuevos desafíos y delitos electorales
relacionados con la manipulación de información en línea, la difusión de noticias
falsas y la influencia indebida a través de las redes sociales.

La evolución de los delitos electorales también ha estado marcada por los esfuerzos
de los países y las organizaciones internacionales para prevenir, detectar y
sancionar estas conductas. Se han implementado medidas de prevención, como la
promoción de la transparencia en el financiamiento político, la supervisión y
observación electoral, y la educación cívica. Asimismo, se han fortalecido los
sistemas de justicia electoral y se han establecido sanciones más efectivas y
proporcionales a los delitos electorales.

La República Dominicana, es uno de los ejemplos más llamativos de democracia


representativa, caracterizada por la impunidad de los delitos electorales. En este
sentido, numerosas disposiciones legales que contemplan los delitos electorales
han quedado en letra muerta debido a la falta de interés de la dirigencia política en
perseguir penalmente a los perpetradores.

1.2. Marco legal y normativo de los delitos electorales en la República


Dominicana:

En la República Dominicana, la integridad y transparencia de los procesos


electorales son fundamentales para garantizar la legitimidad y la confianza en el
sistema democrático. Para asegurar esto, existen disposiciones legales y
normativas específicas que buscan prevenir, sancionar y erradicar los delitos
electorales. Estas leyes y regulaciones tienen como objetivo proteger los derechos
de los ciudadanos y mantener la equidad, la imparcialidad y la transparencia en el
desarrollo de las elecciones.

El marco legal y normativo actual en la República Dominicana, establece un


conjunto de disposiciones que abordan los delitos electorales y las conductas
prohibidas durante los procesos electorales. Estas normativas contemplan un
amplio rango de acciones ilegales, tales como la compra de votos, la intimidación
de electores, el fraude electoral, la alteración de resultados, el financiamiento ilícito
de campañas, entre otros actos que buscan influir indebidamente en la voluntad
popular y distorsionar el resultado de las elecciones.

Además de las leyes específicas sobre delitos electorales, existen instituciones y


organismos encargados de velar por el cumplimiento de estas normas, investigar
las denuncias y aplicar las sanciones correspondientes en caso de infracciones.
Estas instituciones desempeñan un papel fundamental para promover la
transparencia y la justicia en los procesos electorales, asegurando que los delitos
electorales no queden impunes y que los responsables sean debidamente
sancionados.

Es importante destacar que la legislación y las normativas en materia de delitos


electorales están en constante evolución para adaptarse a los desafíos y realidades.
El objetivo es fortalecer cada vez más el sistema electoral, garantizando que los
procesos sean limpios, equitativos y representativos de la voluntad de los
ciudadanos dominicanos.

1.2.1. Infracciones sobre financiamiento ilegal de partidos y candidatos,


contempladas en la Ley de Partidos, agrupaciones y movimientos políticos
33-18:

Las contribuciones recibidas por los partidos políticos y candidatos de individuos y


estados deben provenir de fuentes legítimas. En este sentido, los partidos políticos
se nutren del Estado, filiales u organismos autónomos o descentralizados, y de los
Municipios o entidades dependientes de ellos, o de empresas públicas y privadas,
así como de empresas de capital extranjero.

Los candidatos y partidos que reciban fondos ilegales, así como las personas
naturales o jurídicas responsables, serán multados con el doble de la multa que
reciban donaciones ilegales, sin perjuicio de las sanciones penales previstas por
otras leyes.

La sociedad dominicana, necesita el fortalecimiento de las agrupaciones y partidos


políticos, y que estos se condicionen bajo un régimen jurídico, mejorando la calidad
en el sistema democrático y el ejercicio político, logrando una mejor participación de
los ciudadanos dominicanos.

1.2.2. Delitos derivados de la Ley 30-06 de uso de emblemas partidarios:

La Ley Núm. 30-06, sobre el uso de lemas de los partidos políticos tiene en cuenta
las irregularidades judiciales. Estas normas prohíben a las personas, grupos,
movimientos o partidos políticos utilizar sectas o lemas, dibujos que contengan
símbolos, colores, emblemas, en los medios de comunicación, por escrito, en la
radio, la televisión o cualquier medio electrónico y en acciones públicas. o bandera,
que esté registrado en la Junta Central Electoral y que distinga a un grupo político
de cualquier otro grupo político existente, sin la debida autorización legal del grupo
político que utiliza legalmente estos símbolos. La persona natural que infrinja esta
ley será sancionada con prisión de seis meses a dos años y multa de cincuenta a
cien salarios mínimos o ambas.

Por otra parte, si la conducta es realizada por un grupo, movimiento o partido político
que pretenda confundir como militantes a otros grupos o partidos, o apoyar a la
organización o a sus candidatos a cargos de elección popular, se impondrá la
siguiente sanción: equivalente a su importe económico público mensual, sin
perjuicio del derecho legal del afectado a reclamar el resarcimiento del daño
causado.

1.2.3. Ley núm. 20-23 del Régimen Electoral de la República Dominicana:

La Ley núm. 20-23, Orgánica del Régimen Electoral de la República Dominicana,


introduce un marco legal actualizado para regular el sistema electoral del país. Esta
ley aborda varios aspectos relacionados con los delitos y crímenes electorales,
estableciendo sanciones para aquellos que violen las disposiciones electorales.

El análisis del texto revela que la legislación electoral en la República Dominicana


es estricta en cuanto a los delitos y crímenes relacionados con los procesos
electorales. Los artículos de la ley enumeran diversas acciones que constituyen
delitos electorales y establecen las penas correspondientes para cada uno de ellos.
En el artículo 309, se especifica que los tribunales penales ordinarios del poder
judicial tienen la competencia para conocer los delitos electorales denunciados por
la parte que resulte afectada, juntas electorales o de oficio, por parte de la
Procuraduría Especializada para la investigación y persecución de los Crímenes y
Delitos Electorales.
Los artículos 310, 311, 312, 313, 314, 315, 316, 317 y 318, describen una amplia
gama de delitos electorales y sus respectivas sanciones. Estos delitos, van desde
acciones menos graves, castigadas con prisión correccional y multa, hasta acciones
más graves, que llevan penas de prisión reclusión y multas significativamente más
altas. Además, se incluyen delitos agravados que pueden implicar acciones dolosas
y que llevan a sanciones más severas.

Se establece también la importancia de sancionar tanto las tentativas de cometer


los delitos como los delitos consumados, lo que demuestra la seriedad con la que
se toma la protección de la integridad de los procesos electorales. Por último, se
menciona que las disposiciones del Código Penal, son aplicables a las infracciones
previstas en esta ley, lo que implica que se seguirán las regulaciones generales del
Código Penal.

Además, de estos delitos específicos, la Ley Orgánica del Régimen Electoral,


también establece disposiciones generales para garantizar la transparencia y la
equidad en los procesos electorales. Estas disposiciones incluyen la prohibición de
prácticas fraudulentas, la regulación del financiamiento de partidos políticos, la
garantía de acceso a los medios de comunicación para todos los candidatos, la
promoción de la participación ciudadana y la protección de los derechos electorales
de las personas con discapacidad, entre otros aspectos.

1.3. Integridad Electoral:

La integridad electoral se refiere a la garantía de un proceso electoral justo,


transparente, libre de irregularidades y que refleje la voluntad de los votantes de
manera precisa. Es un principio fundamental de las democracias y se busca
preservar la confianza de los ciudadanos en el sistema electoral.

1.3.1. Concepto de integridad electoral y su importancia:

La integridad electoral, se refiere al conjunto de principios, normas y prácticas que


garantizan la realización de elecciones libres, justas, transparentes y equitativas. Es
un concepto fundamental para preservar la legitimidad de los procesos electorales
y fortalecer la confianza de los ciudadanos en las instituciones democráticas. La
importancia de la integridad electoral radica en varios aspectos:

Legitimidad de los resultados: La integridad electoral asegura que los resultados de


las elecciones reflejen de manera precisa y fiel la voluntad de los electores. Cuando
se respetan los principios de integridad, se garantiza que los candidatos y partidos
políticos elegidos legítimamente asuman los cargos públicos correspondientes.

Protección de los derechos políticos: La integridad electoral, garantiza el pleno


ejercicio de los derechos políticos de los ciudadanos, como el derecho al voto, la
libre expresión y la participación política. Esto implica asegurar que todos los
ciudadanos tengan igualdad de oportunidades para ejercer su derecho al voto y que
no sean objeto de intimidación, coacción o discriminación.

Fortalecimiento de la confianza ciudadana: Los procesos electorales transparentes


y justos generan confianza en las instituciones democráticas y en el sistema político
en general. Cuando los ciudadanos perciben que las elecciones son manipuladas o
que existe corrupción en el proceso, se socava la confianza y se fomenta la
desafección política.

Estabilidad democrática: La integridad electoral contribuye a la estabilidad y la


gobernabilidad democrática. Cuando los resultados electorales son respetados y
aceptados por los actores políticos y la ciudadanía en general, se evitan conflictos
y tensiones que pueden poner en peligro la estabilidad de un país.

Combate a la corrupción y el fraude: La integridad electoral ayuda a prevenir y


combatir la corrupción y el fraude en los procesos electorales. Establecer
mecanismos de transparencia en el financiamiento político, la supervisión y
observación electoral, y las sanciones efectivas para los delitos electorales,
contribuye a reducir las prácticas ilícitas y garantizar elecciones más limpias y
justas.
1.3.2. Factores que afectan la integridad electoral:

La integridad electoral, puede verse afectada por diversos factores que pueden
comprometer la imparcialidad, transparencia y equidad de los procesos electorales.
Algunos de los principales factores que pueden influir en la integridad electoral son:
Corrupción: La corrupción puede afectar la integridad electoral cuando hay casos
de soborno a electores, financiamiento ilícito de campañas, compra de votos o
influencia indebida en la administración del proceso electoral. La corrupción puede
comprometer la equidad y transparencia de las elecciones al permitir que los
recursos o favores sean utilizados para obtener ventajas indebidas.

Manipulación política: La manipulación política, se refiere a prácticas que buscan


influir en el resultado de las elecciones mediante acciones como el acoso, la
intimidación o el soborno de electores, la manipulación de datos o la distorsión de
la información electoral. Esto puede incluir la difusión de noticias falsas, el uso de
propaganda engañosa o la desinformación deliberada para influir en la decisión de
los votantes.

Violencia y coacción: La presencia de violencia física, amenazas o intimidación


durante el proceso electoral puede socavar la integridad de las elecciones. La
violencia y la coacción pueden limitar la libertad de los electores para ejercer su
derecho al voto de manera libre y sin temor, así como afectar la participación política
de ciertos grupos.

Desigualdad y discriminación: La desigualdad socioeconómica, la discriminación


racial, de género u otros factores pueden tener un impacto en la integridad electoral.
Cuando ciertos grupos de la sociedad enfrentan barreras o exclusiones que limitan
su participación política igualitaria, se socava la integridad y representatividad de
los procesos electorales.

Falta de transparencia: La falta de transparencia, en los procesos electorales, como


la opacidad en el financiamiento de campañas, la falta de acceso a la información
electoral o la falta de supervisión y observación independiente, puede debilitar la
integridad del proceso. La transparencia es fundamental para garantizar la
confianza de los ciudadanos en el sistema electoral y prevenir posibles abusos.

Debilidad institucional: La falta de instituciones sólidas, independientes y con


capacidad técnica para administrar y supervisar los procesos electorales puede
afectar la integridad. La falta de recursos, la falta de autonomía o la falta de
profesionalismo en los organismos electorales pueden comprometer la
imparcialidad y la eficiencia de las elecciones.

Es importante abordar y mitigar estos factores para fortalecer la integridad electoral


y asegurar la realización de elecciones libres, justas y transparentes. Esto implica
implementar medidas de prevención, como regulaciones claras, supervisión
efectiva, sanciones adecuadas y promoción de la participación ciudadana en la
vigilancia y control del proceso electoral.

1.4. Prevención y sanción de los delitos electorales:

En la República Dominicana, la prevención y sanción de los delitos electorales, se


abordan a través de diferentes leyes y organismos encargados de velar por la
integridad del proceso electoral. Algunas de las medidas y entidades relevantes son
las siguientes:

Ley Electoral: La Ley Electoral dominicana, establece el marco legal para la


celebración de elecciones en el país y define los delitos electorales y las sanciones
correspondientes. Esta ley establece los principios de transparencia, equidad,
imparcialidad y legalidad en los procesos electorales.

El Tribunal Superior Electoral (TSE): la constitución de la Republica Dominicana, en


su artículo 214, nos plantea que este órgano constitucional de carácter autónomo,
es la máxima autoridad en materia contenciosa electoral, encargado de Juzgar, y
sancionar de carácter definitivo, sobre los asuntos contenciosos electorales que
puedan surgir entre las organizaciones políticas. Su función principal es garantizar
la transparencia, imparcialidad y legalidad de los procesos electorales en la
República Dominicana. El TSE, tiene la facultad de investigar y conocer los delitos
electorales que ocurran durante los procesos electorales. Puede recibir denuncias,
recopilar pruebas, interrogar testigos y realizar las investigaciones necesarias para
determinar la existencia de un delito electoral. Además, Puede imponer sanciones,
como multas o penas privativas de libertad, a aquellos que sean encontrados
culpables de cometer delitos electorales.

Junta Central Electoral (JCE): La JCE, es el órgano con personalidad jurídica e


independiente, tiene el deber de dirigir las asambleas electorales. la JCE, tiene la
responsabilidad de velar para que los procesos electorales, se realicen bajo el
principio de libertad y equidad. Esto implica monitorear el cumplimiento de las
normas electorales, detectar posibles irregularidades y garantizar la transparencia
del proceso. Si se identifican delitos electorales, la JCE debe tomar las medidas
necesarias para asegurar la integridad de las elecciones.

Policía Electoral: Tiene la tarea de mantener el orden y la seguridad durante los


procesos electorales. Colabora con la JCE y el Ministerio Público en la prevención
y detección de delitos electorales, así como en la protección de los centros de
votación y los votantes.

Observadores Electorales: Organizaciones nacionales e internacionales, así como


la sociedad civil, participan como observadores en los procesos electorales para
garantizar la transparencia y la imparcialidad. Sus informes y recomendaciones
contribuyen a la prevención y sanción de delitos electorales.

En cuanto a los delitos electorales específicos, la legislación dominicana contempla


una serie de infracciones, como el fraude electoral, la compra de votos, la
intimidación a los electores, la alteración de los resultados electorales, entre otros.
Las sanciones pueden incluir multas, inhabilitación para ejercer cargos públicos, y
en algunos casos, pena de prisión.

1.4.1. Mecanismos de prevención de delitos electorales:

Los partidos políticos, están en la obligación de contribuir con la formación y


adiestramiento técnico de los ciudadanos dominicanos. La ley 33-18 en el artículo
38 y siguiente, nos plantea el financiamiento de la educación política, de un 10% de
la suma recibida cada año, financiamiento público que corresponda a los partidos,
agrupaciones y movimientos políticos, 10% que será utilizado, para la formación y
capacitación de los de los órganos partidarios, entre los mecanismos para la
prevención de delitos electorales entre las agrupaciones políticas, tenemos los
siguientes:

Educación cívica: Promover la educación cívica de los ciudadanos para que


comprendan sus derechos y responsabilidades en el proceso electoral. Esto incluye
difundir información sobre el ejercicio del voto, los mecanismos de denuncia y la
importancia de participar en forma activa y responsable en las elecciones.

La Educación política: se puede convertir en un elemento clave, en el desarrollo


social y económico de un país. A través de esta, se pueden fomentar y plantear
metas que sirvan como estrategias para mejorar la calidad de la educación,
promover la inclusión y la equidad educativa, para contribuir con el desarrollo del
buen comportamiento entre los grupos sociales y políticos. La política es una
actividad cuyo objetivo es resolver de manera pacífica y razonablemente conflictos
entre las personas y los grupos humanos. Más precisamente, la política es una
forma particular de afrontar aquellos conflictos que deben resolverse
democráticamente.

Transparencia en el financiamiento político: Establecer regulaciones claras y


transparentes sobre el financiamiento de campañas electorales. Esto implica la
obligación de los partidos y candidatos de reportar sus fuentes de financiamiento,
límites a las contribuciones individuales y restricciones a las donaciones anónimas.
La transparencia en el financiamiento ayuda a prevenir la corrupción y la influencia
indebida en los procesos electorales.

Supervisión y observación electoral: Permitir la presencia de observadores


independientes y organizaciones de la sociedad civil durante el proceso electoral.
Estos actores pueden monitorear la imparcialidad y transparencia de las elecciones,
identificar posibles irregularidades y brindar informes y recomendaciones para
mejorar los procesos.

Fortalecimiento de las instituciones electorales: Dotar a los organismos electorales


de recursos adecuados, independencia y capacidad técnica para llevar a cabo su
labor de manera eficiente y transparente. Esto incluye brindar formación y
capacitación a los funcionarios electorales, establecer mecanismos de control
interno y garantizar la autonomía en la toma de decisiones.

1.4.2. Sistemas de sanción y justicia electoral:

Además de la prevención, es esencial establecer sistemas de sanción y justicia


electoral eficientes y efectivos para los delitos electorales. Algunas medidas que
pueden implementarse son:

Legislación clara y actualizada: reforzar la implementación y aplicación de las leyes


y normativas, de forma claras y actualizada, para aquellos que violen la ley al
cometer delitos electorales, reciban las sanciones correspondientes.

Investigación y enjuiciamiento efectivos: Asegurar que los delitos electorales sean


investigados de manera pronta, imparcial y exhaustiva. Los órganos de justicia
deben contar con recursos y capacidades suficientes para llevar a cabo las
investigaciones, recolectar pruebas y enjuiciar a los responsables de los delitos
electorales.
Poder Judicial: Garantizar la independencia para que los casos de delitos
electorales sean juzgados de manera imparcial y sin influencias políticas o
partidistas. Los jueces y fiscales encargados de los casos electorales deben actuar
de forma objetiva y cumplir con los principios de debido proceso.

Sanciones proporcionales y disuasorias: Establecer penas y sanciones


proporcionales a la gravedad de los delitos electorales cometidos. Estas sanciones
deben ser disuasorias para evitar que se repitan conductas ilícitas en futuros
procesos electorales. Además, se deben garantizar mecanismos eficaces para
ejecutar y hacer cumplir las sanciones impuestas.

1.5. Experiencias internacionales en el combate a los delitos electorales:

Existen diversas experiencias internacionales en el combate a los delitos electorales


que pueden servir como referencia para otros países. A continuación, se mencionan
algunos ejemplos destacados:

México: La Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE)


en México, es una institución encargada de investigar y perseguir los delitos
electorales. Fue creada el 19 de julio 1994, y ha desarrollado una amplia experiencia
en la materia. La FEPADE, ha implementado estrategias de prevención,
capacitación y coordinación con otras instituciones para combatir delitos como el
fraude electoral, la compra de votos y el uso ilícito de recursos en las campañas.

Colombia: La Unidad de Delitos Electorales de la Fiscalía General de Colombia ha


trabajado en la investigación y sanción de los delitos electorales en el país. Además
de su labor de persecución, ha impulsado campañas de educación y concientización
ciudadana sobre la importancia de la integridad electoral. También ha implementado
mecanismos de colaboración con otras instituciones y organismos internacionales
para fortalecer su labor.
Brasil: En Brasil, el Tribunal Superior Electoral (TSE), tiene un papel fundamental
en el combate a los delitos electorales. El TSE, ha implementado medidas de
seguridad y tecnología para garantizar la transparencia y la integridad en los
procesos electorales. Además, ha impulsado campañas de educación cívica y
ciudadana para fomentar la participación y prevenir delitos como la compra de votos
y la coacción electoral.

Estados Unidos: En Estados Unidos, el Departamento de Justicia, a través de la


División de Derechos Civiles, está encargado de investigar y perseguir los delitos
electorales. Se enfoca en casos de discriminación electoral, intimidación de
votantes y fraude electoral. Además, existen organizaciones no gubernamentales y
grupos de defensa de los derechos civiles que monitorean y denuncian posibles
irregularidades en los procesos electorales.

1.5.1. Buenas prácticas y lecciones aprendidas en otros países:

Existen diversas experiencias internacionales en el combate a los delitos electorales


que han generado buenas prácticas y lecciones aprendidas. Algunas de ellas
incluyen:

Fortalecimiento de la supervisión y observación electoral: Muchos países han


fortalecido la participación de observadores independientes y organizaciones de la
sociedad civil en los procesos electorales. Estos actores desempeñan un papel
crucial en la detección de irregularidades, la promoción de la transparencia y la
rendición de cuentas, y la generación de informes y recomendaciones para mejorar
los procesos electorales.

Implementación de tecnología electoral: La introducción de tecnología en los


procesos electorales puede ayudar a mejorar la transparencia, la eficiencia y la
integridad de las elecciones. Esto incluye el uso de sistemas de registro de votantes,
máquinas de votación electrónica, transmisión electrónica de resultados y
verificación biométrica. La tecnología puede reducir las oportunidades de fraude,
mejorar el control y la verificación de los datos y agilizar los procesos.

Auditorías electorales y revisión independiente: Algunos países, han implementado


auditorías electorales posteriores a las elecciones para verificar la integridad de los
resultados. Estas auditorías pueden incluir la revisión de registros electorales,
boletas, actas y otros documentos para garantizar la precisión y la validez de los
resultados. La participación de entidades independientes en estas revisiones
fortalece la confianza y la transparencia del proceso.

Campañas de concienciación y educación electoral: La realización de campañas de


concienciación y educación electoral dirigidas a los ciudadanos puede ayudar a
prevenir delitos electorales. Estas campañas informan a los votantes sobre sus
derechos y responsabilidades, fomentan la participación ciudadana activa, y
promueven la denuncia de irregularidades y la vigilancia electoral.

Cooperación internacional y asistencia técnica: La colaboración entre países y la


asistencia técnica internacional pueden desempeñar un papel crucial en el
fortalecimiento de los sistemas electorales y la lucha contra los delitos electorales.
La cooperación puede incluir intercambio de mejores prácticas, apoyo en la
implementación de reformas legales y capacitación de funcionarios electorales.

1.5.2. Las faltas electorales y sus sanciones:

En vínculo con las equivocaciones se encuentra la problemática de las penalidades


con las cuales son sancionadas. Las más frecuentes son aquellas que tienen la
pérdida de su empleo o la suspensión de su función pública en el momento en que
la infracción se realice por un trabajador de la administración pública; la multa, la
inhabilitación (en Ecuador, la suspensión de los derechos de nacionalidad), la
clausura de los medios de información, y, en algunos estados, la privación de
libertad: en Panamá, es posible ser arrestado por una extensión que varía entre los
diez días y los tres meses debido a la perturbación del orden en el momento de
realizar una actividad electoral, o bien, llegar a la misma portando un armamento;
en Guatemala, toda infracción electoral puede generar una suspensión de diez a
sesenta días, y en Colombia, el entorpecimiento de los trabajos encargados de la
organización de los comicios es sancionado con una multa de un mes.

Las sanciones monetarias son, sin duda, las más frecuentes. En algunos estados
(El Salvador, Honduras, Panamá), el sistema de votación establece una cantidad
determinada de multa, en otros, la cuantía de la sanción pecuniaria se establece en
función del ingreso mínimo (Venezuela o Paraguay, donde se habla de jornaleros
mínimos), o del ingreso mínimo de un estado (en México, del ingreso mínimo
general diario en el Distrito Federal). No están ausentes naciones, como es el caso
de Costa Rica o de Venezuela, en donde se aspira a la transformación de la
penalidad no pagada en días de encarcelamiento o, incluso, se contempla la
penalidad como castigo o encarcelamiento en proporción (Venezuela).

En cuanto a las sanciones pecuniarias, encontramos disposiciones específicas muy


diversas en los sistemas electorales de los distintos países: desde la necesidad de
acreditar el pago mediante timbres fiscales que debe la lista de ciudadanos
votantes, que se envía a la Contraloría General de la República, para que puede
emitir un "aviso de pago" para el cobro de la multa, cuyo monto deberá ser
depositado en la cuenta especial del Tribunal Electoral (Bolivia) del departamento
correspondiente al tercer día de ejecución de la condena.

Además de esto, las fuentes comunes de multas impuestas por el gobierno en


algunos sistemas legales son: en El Salvador, se espera que las multas
determinadas por el Código Electoral, sean cobradas por el Tribunal Supremo
Electoral, en forma de gobierno; en Honduras, todas las multas impuestas previstas
en el Código Electoral, Serán aplicadas por el alcalde de la ciudad.
Como ya hemos señalado, la sanción más común por infracciones electorales es
una multa, es decir, una sanción monetaria. En busca de la efectividad de su
cumplimiento, seis sistemas electorales (Argentina, Bolivia, Brasil, El Salvador,
México y Panamá), han instituido un conjunto de disposiciones destinadas a
garantizar el pago de estas sanciones económicas o, en su defecto, los pagos de
tasas a los infractores conllevan una serie de consecuencias jurídicas.

Los esquemas legales utilizados varían, comenzando por el Código Federal


Mexicano, que simplemente prevé un plazo improrrogable de quince días contados
a partir de la notificación, durante el cual se deberá pagar una multa impuesta por
la Cámara de Comercio Central. Resoluciones del Tribunal Federal Electoral, hasta
la sentencia más severa de Panamá, falta de pago de sanciones en el plazo de tres
días (impuestas por irrespeto o desobediencia a las autoridades electorales en el
ejercicio de sus funciones y durante el proceso electoral) Luego de la ejecución, se
Diez Balboas fueron detenidos a razón de un día, y esta sanción será aplicada por
el alcalde del distrito correspondiente.

En El Salvador, se establece que si las multas impuestas por la Ley Electoral, no


son pagadas dentro de los ocho días siguientes a la notificación, el fiscal electoral
representante del Tribunal Supremo Popular, iniciará una acción civil ante los
tribunales ordinarios. corte electoral

Los sistemas electorales de Argentina, Bolivia y Brasil difieren de los anteriores,


tendiendo a imponer un conjunto muy diferente de barreras a quienes
esencialmente incumplen con sus obligaciones (y derechos, aparentemente) de
votar. Por lo tanto, en Argentina, de manera muy general, se les prohíbe realizar
trámites o trámites ante organismos estables nacionales, provinciales o municipales
por el término de un año, contado a partir del vencimiento de los sesenta días
posteriores a las elecciones (durante las elecciones) pudiendo pagar la multa).
En Bolivia y Brasil, esto lleva a consecuencias más específicas: no poder obtener
un pasaporte; recibir una remuneración o salario de un empleo público; obtener
puestos de servicio público (Bolivia) o incluso inscribirse en concursos para cargos
públicos (Brasil); recibir dinero de instituciones financieras gubernamentales o
privadas (Bolivia) o sociedades o empresas públicas o de economía mixta (Brasil).
Por otra parte, Brasil estipula que si los votantes no pagan las multas electorales
dentro de los treinta días, serán consideradas "deudas corrientes y ciertas deudas"
para su cobro por parte del ejecutivo fiscal. Las consecuencias son aún más graves.
Si el deber de votar (o pagar la multa correspondiente) no se ha cumplido en tres
elecciones consecutivas, sin causa justificada dentro de los seis meses siguientes
a la última elección, se deberá cancelar la inscripción del elector en el registro
electoral correspondiente.

El sistema electoral ecuatoriano, tiene un ángulo diferente, se limita a las normas


de que ningún ciudadano deberá pagar una multa por no votar, ni los funcionarios
públicos estarán obligados a votar un año después del día de las elecciones. boleta
de votación.

Como complemento a los pronósticos anteriores, debemos recordar que en muchos


sistemas electorales, la falta de entrega del recibo de voto por parte de un
funcionario público en una elección anterior sería considerado un delito, o incluso
un delito electoral, sancionable al menos durante el período siguiente. : : Un cierto
período de tiempo.

Además de todo lo anterior, recordemos que en Venezuela, la Ley Orgánica del


Sufragio representa, independientemente de que se trate de infracciones
electorales o no, las denominadas “ilegalidades administrativas” que guardan
estrecha relación con el proceso electoral, cuyas sanciones son atribuida al Consejo
Superior de Consejos, Junta Electoral Primaria y Junta Electoral Municipal o
Parroquial.
1.5.3. Competencia, procedimiento y recursos:

Acción Penal: Debemos referirnos a que, entre las disposiciones específicas


aceptadas por ciertos sistemas electorales, el Ecuador permite a los ciudadanos
ejercer la acción popular para denunciar irregularidades electorales en violación de
las garantías ante los tribunales electorales provinciales, previendo la acción en el
plazo de un año; una serie de autoridades electorales en los Estados Unidos, son
conscientes de la naturaleza de la obligación de denunciar las conductas electorales
indebidas ante los tribunales y de la obligación de las autoridades o de los órganos
judiciales de imponer sanciones (en el caso de México) de informar a los órganos
electorales federales las medidas que decidan tomar .

Órganos Competentes: Al discutir la competencia de los catorce sistemas


electorales que tratan este tema (excepto en el caso de Cuba, Nicaragua, Perú,
República Dominicana y Uruguay), la primera pregunta que surge es si dicha
competencia se encuentra en manos de un solo organismo o de múltiples países:
mientras que en seis países (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, El Salvador y
Guatemala) esta facultad corresponde a un solo organismo (aunque en Costa Rica
la normativa electoral se refiere únicamente a facultades sancionadoras), contra
funcionarios electorales por faltas equivalentes a Tribunal Supremo Electoral),
mientras que la jurisdicción de los ocho países restantes (Bolivia, Colombia,
Ecuador, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Venezuela), se divide entre
diferentes instituciones.

El interés indudable refleja también la naturaleza del órgano de gobierno. En el


primer grupo de países (Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Ecuador, El Salvador,
Panamá y Paraguay), las violaciones electorales, fueron atendidas
fundamentalmente por el poder judicial electoral, aunque es necesario señalar que
en Rica Costa previsto por la supuestos de hecho mencionados anteriormente; en
el Ecuador, en los casos que establezca la ley, esta competencia es compartida por
otros órganos como la Corte Suprema y el Tribunal de Garantías Constitucionales;
y finalmente, en Panamá, se rigen las reglas generales sobre la competencia de los
tribunales electorales. por otras autoridades electorales Limitación de Jurisdicción
en Ciertas Circunstancias Específicas.

En el segundo bloque de países (Honduras y Venezuela), las jurisdicciones


ordinarias tienen derecho a conocer sobre violaciones electorales. En cambio, en
Chile y Guatemala, es el poder judicial comunitario (jueces de policía local en la
comunidad chilena) o, si se prefiere, los juzgados municipales (jueces pequeños en
cualquier municipio de Guatemala) quienes se ocupan del asunto. No faltan países
como Colombia que delegan esta facultad en el ejecutivo (Registrador Nacional de
la Ciudadanía y sus representantes). Finalmente, en algunos otros países, como en
México, la jurisdicción está conferida a un conjunto diferente de instituciones, que
van desde la Sala Central del Tribunal Federal Electoral, hasta los superiores
administrativos de las autoridades morosas, pasando por el Colegio de Notarios y
la Secretaría de Asuntos Internos. y Secretaría de Relaciones Exteriores.

Procedimiento: En cuanto a los procedimientos que deben seguir las autoridades


competentes para juzgar las infracciones electorales, el primero de 13 países
(Argentina, Chile, Honduras y Paraguay), consideró estos temas en su legislación
electoral, refiriéndose a los procedimientos normales (en Argentina y Paraguay, para
el Código Procesal Penal), solución que también debe adoptarse en Venezuela, ya
que la autoridad competente es la jurisdicción penal ordinaria.

Un segundo grupo de países decidió precisar en el Código Electoral algunos de los


principios que debe seguir este procedimiento, en particular los principios de
generalidad, prioridad y oralidad: es el caso de Bolivia, Colombia (dicho sujeto a
consulta sumaria) y Costa Rica. En otro país (Ecuador, El Salvador, Guatemala y
Panamá), los estatutos electorales establecen reglas más o menos procesales para
conocer caso por caso las infracciones electorales.
En Guatemala, se espera que se presente una denuncia formal por delitos
electorales y un informe de estado debe ser aprobado por un juez. El arreglo
normativo ecuatoriano es más sofistico, pues el país establece un doble
procedimiento según haya habido omisión electoral u otra irregularidad, previendo
en ambos casos la citación o notificación del presunto infractor, que puede tener por
objeto justificar su actuación o para proporcionar pruebas exculpatorias. Finalmente,
en Panamá, el procedimiento especial que se sigue para sancionar los delitos
electorales está regulado por la notoria ley de sofismas, solo destacaremos la
injerencia de la fiscalía electoral y las inevitables audiencias de las partes
involucradas, quienes son susceptibles de aportar lo que él considere prueba
pertinente, y notificación personal de la nueva caducidad de la resolución.

Además, de todos los modelos anteriores, nos quedamos con México, un país cuyo
sistema electoral solo contempla en términos generales el procedimiento a seguir
cuando el responsable es un partido político, y en este caso la autoridad competente
para conocer del delito. es el partido político La Sala Central del Tribunal Federal
Electoral, deberá citar al partido para que responda por escrito, en su caso, y aporte
las pruebas documentales necesarias a su juicio. En los restantes casos, el
procedimiento dependerá de las autoridades competentes para la persecución del
delito cometido.

1.5.4. Aplicabilidad al contexto de Republica Dominicana:

En la República Dominicana, las faltas electorales, están contempladas en la Ley


Orgánica de Régimen Electoral No. 20-23. Esta ley establece una serie de
sanciones para aquellos que cometan infracciones durante los procesos electorales.

Las faltas electorales, pueden incluir acciones como la alteración de los resultados
electorales, el soborno de votantes, la suplantación de identidad, la compra de
votos, entre otros. Estas faltas son consideradas como violaciones al proceso
democrático y pueden afectar la legitimidad de las elecciones.
En cuanto a las sanciones, la Ley Electoral, establece diferentes tipos de
penalidades para las faltas electorales en la República Dominicana. Algunas de las
sanciones comunes incluyen:

Multas: Se imponen multas económicas como sanción por las faltas electorales. La
cuantía de la multa puede variar dependiendo de la gravedad de la falta cometida.

Inhabilitación: En casos más graves, los infractores pueden ser inhabilitados para
ejercer cargos públicos o participar en futuros procesos electorales por un período
determinado.

Anulación de votos: Si se detecta alguna irregularidad en la emisión de votos, estos


pueden ser anulados, lo que implica que no se tomarán en cuenta en los resultados
finales.

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