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3. La emancipación
6. La declaración de prodigalidad
El Código civil no contiene una definición de prodigalidad, pero si lo regula como una circunstancia
fundada en el interés privado familiar.
Pródigo es la persona que de forma habitual gasta su patrimonio de manera desordenada y excesiva.
Para que proceda la declaración de prodigalidad es necesario acreditar un derroche desmedido por
parte del sujeto que coloque a su familia en un inminente estado de necesidad.
Las notas que definen la prodigalidad son:
- Ha de tratarse de una conducta habitual.
- Ha de ser una conducta condenable, al dilapar sus bienes.
- La conducta ha de suponer un riesgo injustificado para el patrimonio.
- La conducta ha de perjudicar gravemente a la familia.
Es importante diferenciar la prodigalidad de la incapacitación. El pródigo no es un incapaz en el
sentido del artículo 200 CC, es un derrochador. En caso de que su conducta desordenada en su esfera
patrimonial fuese debida a una enfermedad o deficiencia +, entonces es considerado incapacitado.
La persona que sea declarada judicialmente pródiga quedará sujeta en todo caso a curatela, no con
representante legal (art 286.3 CC). El curador intervendrá asistiendo al pródigo en aquellos actos que
no pueda realizar por sí solo. Las restricciones a su capacidad de obrar sólo podrán ser de carácter
patrimonial.
Los actos jurídicos realizados por el pródigo sin la intervención del curador, cuando ésta sea
preceptiva, serán anulables.
7. Restricciones al concursado
La declaración del concurso, conforme a la Ley 22/2003, de 9 de julio, limita la capacidad del deudor
de administrar y disponer sobre los bienes, derechos y obligaciones que se integran en el concurso en
aras a la conservación y administración de su patrimonio para la satisfacción de las deudas a sus
acreedores.
En caso de concursos voluntario el legislador prevé que el deudor conserve las facultades de
administración y disposición sobre su patrimonio, quedando sometido el ejercicio de éstas a la
intervención de los administradores concursales. En cambio, en el concurso necesario dichas
facultades se suspenderán, siendo sustituido el deudor por los administradores concursales, a
instancias de los acreedores.
La declaración del concurso, además de limitar las facultades patrimoniales del deudor, impone
deberes específicos de colaboración con los órganos del concurso que pueden llegar incluso a limitar
alguno de sus derechos fundamentales, como son los de libertad, secreto de las comunicaciones,
inviolabilidad del domicilio y libre residencia y circulación por el territorio nacional.
8.2 La tutela
Según el art. 222 CC, la tutela es la institución de guarda y protección prevista para los siguientes
supuestos:
- Menores no emancipados que no estén bajo la patria potestad.
- Personas con capacidad judicialmente modificada.
- Sujetos sometidos a patria potestad prorrogada.
- Menores en situación desamparo (tutela automática, tutela ex lege o tutela administrativa).
La tutela se trata de un cargo de origen judicial y obligatorio, del que sólo se puede excusar por las
causas legalmente previstas. La tutela conlleva la representación legal del tutelado que le sustituye a
la hora de realizar actos o negocios jurídicos. Se excluyen de la representación legal los actos que el
menor o incapacitado pueda realizar por sí solo.
Entre sus funciones, el tutor está obligado a velar por el tutelado, a procurarle alimentos, educar al
menor, procurarle una formación integral, promover la adquisición o recuperación de su capacidad, su
inserción en la sociedad, e informar al Juez anualmente y rendirle cuentas de su administración. En
todo caso, el tutor ha de ejercer su cargo de acuerdo con la personalidad del pupilo, respetando su
integridad física y psicológica.
La administración del patrimonio del tutelado por parte del tutor deberá ejercerse con la diligencia de
un buen padre de familia. Asimismo, el tutor necesitará la autorización judicial para la realización de
determinados actos (art 271 CC).
La tutela se ha de ejercer bajo la vigilancia del Ministerio fiscal (art 232 CC). Igualmente el Juez
podrá establecer las medidas de vigilancia y control en beneficio del tutelado (art 233 CC).
En 2003, se regula lo que se conoce como autotutela, al disponer que cualquier persona con la
capacidad de obrar suficiente, en previsión de ser incapacitada judicialmente en el futuro, podrá en
documento público notarial adoptar cualquier disposición relativa a su propia persona o bienes,
incluida la designación de tutor.
8.3 La curatela
La curatela es un cargo estable pero de actuación intermitente, su función consiste en completar la
capacidad de quien la posee pero necesita un plus para la realización de determinados actos.
La diferencia es que el sometido a tutela carece de capacidad de obrar y por ello la medida de
protección es la representación legal, mientras que el sometido a curatela es capaz pero requiere de un
complemento de capacidad (STS 29 abril 2009).
El cargo del curador se prevé para los siguientes supuestos:
- Los emancipados cuyos padres han fallecido o están impedidos para el ejercicio de la
asistencia prevenida por la Ley.
- Los que obtuvieren el beneficio de la mayor edad.
- Los declarados pródigos.
- Para las personas a quienes la sentencia de incapacitación designe esta forma de protección en
atención a su grado de discernimiento (art 287 CC).
Su ejercicio constituye un deber del que sólo se puede excusar por las causas previstas por la Ley, que
son las mismas que se establecen para la tutela.