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En su libro "La Sociedad Sitiada", Zygmunt Bauman ofrece una profunda reflexión

sobre la construcción de una comunidad comprometida y ética, así como el papel

del individuo como actor en este proceso social.

En primer lugar, Bauman sostiene que el camino hacia una comunidad

comprometida implica establecer un discurso que busque el diálogo y la

aprobación de aquellos a quienes se dirige. El autor enfatiza que este discurso

debe demostrar que el tema al que hace referencia es digno de aprobación y que

sus implicaciones son relevantes para la comunidad. Sin embargo, Bauman

también reconoce que esta base discursiva es inherentemente frágil y no es

suficiente para fundamentar una comunidad fuerte y cohesionada. Para

contrarrestar esta fragilidad, se requiere la continua y emotiva dedicación de los

constructores, guardianes y actores de la comunidad. Esto implica un compromiso

activo y constante por parte de los miembros de la comunidad para mantener y

fortalecer los lazos sociales.

En segundo lugar, Bauman aboga por la construcción de una comunidad ética y la

promoción de instituciones con motivaciones éticas. Para fundamentar esta idea,

el autor se basa en la Teoría de los sentimientos morales de Adam Smith y en la

Crítica del juicio de Immanuel Kant. Bauman propone que el sistema político y

social deseado debe adoptar la forma de una "comunidad estética" de gustos

compartidos. Esto implica que los individuos dentro de la comunidad compartan

valores y principios éticos, lo que les permite actuar en beneficio de la comunidad

en lugar de perseguir únicamente su propio interés. La comunidad ética se basa

en la reciprocidad y la solidaridad, promoviendo la cooperación y la preocupación


por el bienestar de los demás. Bauman argumenta que esta comunidad ética no

solo es necesaria para el funcionamiento saludable de la sociedad, sino también

para satisfacer las necesidades humanas de pertenencia y conexión social.

En tercer lugar, Bauman enfatiza la importancia de pasar de ser espectadores

pasivos a actores comprometidos en la sociedad. Reconoce que no hay garantías

de que nuestras acciones obtengan una respuesta, o de que serán escuchadas y

aceptadas. Sin embargo, sostiene que la única forma de saber más es intentar

ensayar una respuesta y someterla a consideración de nuestros congéneres. El

autor argumenta que es deber del sociólogo señalar la "subdeterminación" de

todas las soluciones concebibles para un problema común y presentar

detalladamente las complejidades involucradas. Aunque no hay certeza de éxito,

es importante intentar y participar activamente en el diálogo y la toma de

decisiones, con la esperanza de que más personas se unan y enriquezcan el

proceso. Bauman subraya que esta participación activa y comprometida es

esencial para superar la pasividad y la apatía que pueden prevalecer en la

sociedad actual.

En resumen, Bauman propone un enfoque profundo y multifacético para construir

una comunidad comprometida y ética. Destaca la importancia de establecer un

discurso que promueva el diálogo y la aprobación, y enfatiza la necesidad de una

dedicación emocional y constante por parte de los miembros de la comunidad para

fortalecer sus lazos sociales. Asimismo, aboga por la construcción de una

comunidad ética basada en valores compartidos, promoviendo la reciprocidad y la

solidaridad. Finalmente, Bauman resalta la importancia de pasar de ser


espectadores pasivos a actores comprometidos, participando activamente en el

diálogo y la toma de decisiones, a pesar de las incertidumbres y complejidades

inherentes. Estas ideas buscan fomentar una sociedad más comprometida,

cohesionada y capaz de enfrentar los desafíos contemporáneos.

REFERENCIAS

Bauman, Z. (2002). La Sociedad Sitiada.

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