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La esencia de lo político:

Al respecto, el autor señala que la esencia de lo político, va más allá de las instituciones
y procesos gubernamentales.
Si bien, la apreciación del autor sobre la influencia del poder cuestiona la debilidad de la
política, para fines de gobierno, se han implementado los poderes del estado, que es
parte de la implementación en nuestro país, ya que con esa distribución se busca el
equilibrio de la jerarquía de poder.
Se entiende que, si bien el individuo, al darse cuenta y estar consciente de la realidad y
utilizarla a su favor, como se aclara, de tener un gran talento, esto no garantiza tener el
poder, se entendería que, de no elegir el poder sería un gran error, es decir, se traduce
a considerar elegir el poder debido a que será como un viejo edificio que resiste por
siglos, dicho eso, un gran ejemplo son los grupos políticos de nuestro país, que sería un
gran ejemplo de autoconservación.
En ese sentido, se entiende que la política implica la organización y regulación de la
convivencia en sociedad, así como la participación ciudadana y la toma de decisiones
colectivas, en lo cual se coincide, por lo que es importante reconocer que lo político es
un espacio donde se negocian intereses y se busca el bien común.
Sin embargo, también es necesario tener en cuenta que los intereses y valores pueden
diferir entre individuos y grupos, y que el diálogo y la negociación son fundamentales
para alcanzar acuerdos y construir consensos.
La amistad política:
Aplicar el termino amistad política solo para convencer a la masa es atrevido, pero para
la política todos los términos funcionan, debido a que es mas importante hacerse notar y
resaltar por ser empáticos solo hasta conseguir el objetivo final, buscar trascender
formando una agrupación, solo así podríamos usar el termino amistad política,
buscando la trascendencia política.
Desde ya hemos visto que una amistad sin fines de lucro en un ambiente político no se
ha dado, a menos que haya sido bien remunerado o reconocido, entonces, en un
ambiente perfectamente igualitario, se podría señalar que dos personas son amigos,
eso va a depender de muchos factores, por lo que, si decimos, hacemos, y logramos
todo lo que nos proponemos, no siempre vamos a contar con el mismo grado de
aprobación de las masas, pero a la vez, no podemos negarnos que esa probabilidad se
pueda dar, de tener una comunicación asertiva.
De compartir el pensamiento de Aristóteles, lo común sería vivir en un entorno o
ecosistema en armonía, y eso convertiría a los humanos con comunicación efectiva,
buscando el bien humano, ante todo.
De conformidad con el autor, si bien señala que la amistad política, se da como algo
más esencial que solo hablar de política, podríamos definirla como bien común, algo
comunicable y efectivamente comunicado, y hace posible la comunidad humana,
(Maestre, 2018).
En ese sentido, se puede señalar que la amistad política se refiere a las relaciones
basadas en la cooperación y la solidaridad entre los ciudadanos en el ámbito político. La
amistad política implica el compromiso de trabajar juntos a favor del bien común y el
desarrollo de la comunidad. Sin embargo, también es importante reconocer que las
diferencias políticas pueden generar tensiones y conflictos en las relaciones entre
individuos y grupos. La amistad política requiere un diálogo abierto y respetuoso, así
como la disposición a escuchar y comprender diferentes perspectivas.

El valor político de la palabra:


¿Por qué deberíamos hablar de la importancia del lenguaje político en la sociedad?, es
natural que podamos distinguir la veracidad de los discursos políticos a fin de separar
los comentarios con fines de uso persuasivos y manipuladores, para buscar la
participación ciudadana a fin de construir un consenso general imparcial que sea de
beneficio para la sociedad.
Si bien los grupos políticos influencian a la opinión pública, se debe señalar que
mediante la palabra, la buena conversación se puede llegar a un consenso a fin de
fortalecer la confianza entre la sociedad y los actores políticos, en relación a ello, en
conjunto debemos reflexionar sobre el valor ético y estratégico de la palabra en la
política, ya que surge la necesidad de transmitir la información precisa para que la
sociedad no se vea afectada.
En ese sentido, a través del discurso político se llegan a transmitir diferentes ideas, pero
depende de la sociedad y su juicio crítico, al respecto, si se ha de materializar en la
llamada democracia, existen leyes y reglamentos, con la creación e Instituciones que
regulan y defienden la democracia, buscando siempre el supuesto beneficio popular.
Sin perjuicio a lo señalado el autor destaca el valor político de la palabra y la
importancia de una cultura del diálogo en la política. El diálogo abierto y respetuoso es
fundamental para la construcción de consensos y la búsqueda de soluciones colectivas.
Sin embargo, en la actualidad, nos enfrentamos a desafíos para fomentar una cultura
del diálogo, como la polarización política y la falta de confianza en las instituciones. Es
necesario promover espacios de encuentro y facilitar la participación ciudadana para
fortalecer la cultura del diálogo y superar estas dificultades para mejorar la estructura de
la convivencia de la sociedad.
Dificultades actuales para una cultura del diálogo:
De acuerdo a lo señalado por el autor, respecto a la deficiente comprensión del valor de
la tolerancia y el relativismo, defiende que, en caso del relativismo, reside en confundir
la verdad con la opinión y en este caso, la opinión del individuo es subjetiva. Al
respecto, la discusión y el pensamiento del sujeto será válida siempre y cuando la
opinión sea verdadera con la finalidad de ponderar en serio unas con otras.
Como señala el texto, tratar de extinguir la discusión es cancelarla razón, y el autor con
esto, trata de señalar que no se trata de llegar a la irracionalidad, debido a que busca el
valor de la palabra, desarrollando la razón humana. Por lo que, una discusión nunca
debería llegar a ser una mala experiencia, eso no exige que el valor de la tolerancia lo
tengamos presente.
Se debe destacar que como individuo debemos promover una cultura del diálogo
iniciando con el respeto, la tolerancia y la comprensión mutua, elementos esenciales
para la convivencia pacífica y el fortalecimiento de la democracia.
Finalmente, se entiende que las dificultades actuales para promover una cultura del
diálogo en la política. Estas dificultades incluyen la polarización política, la
desinformación, la falta de confianza en las instituciones y la creciente fragmentación de
la sociedad. Superar estas dificultades requiere un compromiso colectivo para fomentar
la empatía, la escucha activa y el respeto mutuo. Además, es necesario promover la
transparencia y la rendición de cuentas en las instituciones políticas para generar
confianza y fortalecer la participación ciudadana.
Los límites del diálogo:
Al plantear las necesidades de reconocer los obstáculos y restricciones que pueden
suceder en un proceso de dialogo tanto en el ámbito político y social, debemos de
cuestionar los límites, examinar las causas que podrían generar para poder elaborar
estrategias para superar los obstáculos, y de acuerdo a lo que señala el autor, es que
como individuos que conforman una sociedad debemos trabajar en un diálogo más
inclusivo, respetuoso y efectivo.
El autor también abordó los límites del diálogo en la política. En ese sentido, si bien el
diálogo es fundamental, existen situaciones en las que puede ser difícil alcanzar
consensos o dialogar con ciertos actores políticos. Por ejemplo, en casos de
extremismos, autoritarismo o violaciones de derechos humanos, el diálogo puede ser
insuficiente o incluso contraproducente. En estos casos, es necesario recurrir a otras
estrategias, como la defensa de los derechos humanos, la movilización social y la
presión política.

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