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DERECHO PENAL II: PARTE ESPECIAL

UNIDAD 1: DELITOS CONTRA LAS PERSONAS

LA PARTE ESPECIAL DEL DERECHO PENAL


La doctrina acepta la división del Derecho penal en dos partes: la general y la especial. La primera tiene como objeto las
doctrinas generales referidas al delito, al delincuente, a la pena, etcétera, y la segunda describe y estudia los diversos delitos
en particular. Esta división es adoptada por la mayoría de los códigos modernos que, como el CPA, se divide en II Libros.
Fácil resulta advertir entonces, la importancia que encierra esta Parte especial en un D° Penal liberal y garantizador. La
adecuada y precisa formulación de los tipos legales deviene del valioso principio nullum crimen, nulla poena, sine praevia lege
poenali.
El repudio a la Parte Especial de los códigos es propio de los regímenes autoritarios, enemigos del principio de legalidad y
corifeos de la tipificación libre.
El Principio de Legalidad se ha convertido en el eje de todo el D° Penal de los Estados democráticos. La certeza del derecho, en
su formulación legal, es condición imprescindible de una justicia penal libre de las interferencias del poder político o de
cualquier otro poder.

Criterios para la Clasificación de los Delitos. Clasificación del CPA:


La clasificación de los delitos según el bien jurídico o derecho que afectan, criterio expuesto por Carmignani y perfeccionado
por Carrara, es una característica aceptada por los códigos modernos.
Cierto es que este criterio, aun cuando resulta ser el menos inseguro o inexacto para determinar la naturaleza del delito y
establecer su jerarquía y clasificación, tiene una precisión muy relativa. Ello, porque la clasificación de los delitos, que depende
de apreciaciones personales de su autor, a diferencia de las clasificaciones puramente naturales, se inspiran en intereses
políticos y morales más que científicos.
No obstante, estas falencias, la clasificación de los delitos por el bien jurídico que se tutela resultan en numerosos casos de gran
utilidad para una correcta interpretación de la ley.
El Libro II del CPA, adoptando el criterio clasificatorio analizado, se divide en 12 Tít. que se subdividen en capítulos referidos a
las distintas variaciones que puede presentar el bien jurídico que tutela el tit. respectivo.
A los delitos previstos y reprimidos por el CPA, deben agregarse otros, previstos en leyes especiales.

DELITOS CONTRA LAS PERSONAS: Vida Independiente


Concepto de Persona
Comenzando con la enumeración de los delitos en particular, el Libro II del CPA se inicia con los Delitos Contra Las Personas,
lo que evidencia la importancia que en la escala de valores sociales el legislador argentino acuerda al individuo, y en el orden
de sus distintos atributos, a su vida e integridad corporal.
La denominación del Tít. no responde a un determinado y genérico bien jurídico que se pretende tutelar con la incriminación
de los delitos que comprende, sino que está referida al titular de los bienes que se tutelan: la persona física. Los bienes o atributos
de la persona que son protegidos por el Tít., surgen de los distintos capítulos que lo integran, y que tienden al resguardo de su
vida, su salud o integridad física.
Se ha destacado que el concepto de persona empleado por el Título se encuentra restringido al de persona de existencia real, y
que los delitos que comprende son atentatorios de algunos de los bienes inherentes al individuo, y que hemos mencionado,
pero que, de ninguna forma, agotan los atributos de la personalidad. El resto de esos atributos son materia de protección en
otros tít. del CPA.

HOMICIDIO SIMPLE: Concepto (Art. 79: 8 a 25a)


Prevé y reprime el homicidio simple, es uno de los dispositivos que no ha sufrido modificación alguna desde la sanción del
CPA, conservando el texto original de la Ley Nº 11.179.
Se puede definir el delito de homicidio como la muerte de un hombre cometida por otro hombre. Es el tipo básico, alrededor del
cual deben girar todas las otras formas de homicidios previstos por el CPA.
Elemento Subjetivo. El elemento subjetivo del delito consiste en el dolo. A diferencia de algunas figuras calificadas que
requieren el dolo específico, el homicidio simple se satisface con el dolo genérico. Este dolo puede revestir las formas de dolo
directo o determinado, dolo indirecto o dolo eventual o indeterminado.
Es aceptada en forma pacífica por la doctrina, la opinión que el homicidio simple es un delito de comisión y de comisión por
omisión. Por ser éste un delito de resultado, que requiere una modificación, aunque sea parcial, del mundo exterior, la omisión
simple no es idónea al delito de homicidio. El homicidio se consuma mediante una actividad, haciendo algo de manera positiva
o no haciendo lo que jurídicamente se estaba obligado a hacer en el caso concreto.
La obligación jurídica de actuar nace cuando es impuesta:
1. Por la ley de una manera inmediata.
2. Por una obligación especial.
3. Por una conducta precedente.

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Sujeto Pasivo. Sujeto pasivo del delito de homicidio es la persona de existencia visible. Resulta de aplicación el Art. 51 del Cód.
Civil y Comercial de la Nación (CCyC) que establece que basta una existencia humana, cualquiera sea la condición biológica,
psicológica, social o jurídica del sujeto pasivo. No es necesario la viabilidad.

HOMICIDIOS AGRAVADOS (Art. 80 Perpetua)


El art. contempla las distintas figuras agravadas del homicidio, las que se califican por el Vínculo (Inc. 1); por el Modo de
Comisión (Inc. 2); por los Medios de Comisión (Incs. 2 y 5); por los Móviles (Incs. 3 y 4); por la Pluralidad de Sujetos (Inc. 6),
por la Conexión Final o Causal con Otro Delito (Inc. 7), por la Función o Cargo del Sujeto Pasivo (Inc. 8) y por el Abuso de la
Función o Cargo del Sujeto Activo (Inc. 9).

Agravación por el VÍNCULO:


INC. 1°. Contempla un delito de rancio abolengo y del cual ya se ocuparon las más antiguas legislaciones y comentaristas. La
Ley de las XII Tablas empleaba el término parricidio para designar la muerte de los padres cometida por los hijos. Hay acuerdo
en la doctrina en designar como parricidio a esta agravante comprensiva del parricidio propiamente dicho, esto es, la muerte
de los padres y demás ascendientes; del filicidio, muerte de los hijos y demás descendientes y del uxoricidio, la muerte del
cónyuge.
Las Circunstancias Extraordinarias de Atenuación (Último Párr. Art. 80). Específicamente para esta fig., la última parte del
Art. 80 establece una importante atenuación de la pena cuando en el hecho “… mediaren circunstancias extraordinarias de
atenuación…”. El agregado fue introducido por Ley Nº 17.567, adoptado por la Ley Nº 21.338 y mantenido por la vigente Ley
Nº 23.077.
Si bien la ley no establece qué debe entenderse por circunstancias extraordinarias de atenuación, nuestros tribunales han
establecido que deben considerarse como tales aquéllas cuya concurrencia haya colocado al agente en una situación vital en la
que, por alguna razón, los vínculos tenidos en cuenta, para agravar el delito, de hecho, hayan perdido vigencia en cuanto a la
particular consideración que debían suponer para con una persona determinada. La doctrina sostiene que son todos aquellos
supuestos que ocurrieren fuera del orden habitual, común o natural, circunstancias graves e inusitadas, que no fundamentan la
emoción violenta, pero tampoco constituyen circunstancias ordinarias comunes a todo parricidio. Pueden referirse a las
relaciones del autor con la víctima o a situaciones que, aunque referidas a la víctima, no se deben a su inconducta. Pueden ser
una conducta propiamente dicha desplegada por la víctima o puede asumir la forma de un estado o situación de desgracia que
determina que uno o ambos sean víctimas de su propio estado o situación personal. Subjetivamente, el homicidio tiene que
estar motivado por estas circunstancias. No basta para la aplicación de la atenuante que objetivamente existan estas situaciones
si ellas no han sido las determinantes de la acción del autor, que obró por finalidades distintas. No es necesario que el autor
obre bajo una perturbación emocional, aunque normalmente ésta exista. Pero si la situación lo ha hecho caer en un verdadero
estado de emoción violenta que las circunstancias hicieran excusable, será de aplicación el Art. 82.

Agravación por los MODOS:


INC. 2°. Contempla distintas agravantes que responden a los modos y medios de comisión del hecho.
1. Ensañamiento. Esta agravante del homicidio por el modo de su comisión, consiste en matar aumentando en forma
deliberada, innecesaria e inhumana, los dolores o padecimientos de la víctima. Se acepta sin discrepancias por la doctrina y
jurisprudencia que el ensañamiento se compone de elementos objetivos y subjetivos. No basta que al matar se produzcan
innecesarios sufrimientos a la víctima. Se requiere que el autor tenga la intención de matar de esa manera, aumentando los
males y padecimientos del sujeto pasivo. En el ensañamiento debe haber una concurrencia entre un hecho físico (los
sufrimientos de la víctima) y un hecho psíquico (la intención del agente dirigida a ese fin). Materialmente, es preciso que
estos actos hayan causado en la víctima una serie de padecimientos mayores que los que de ordinario acompañan a la
muerte, o mayores que el medio empleado para darla. Por su elemento intencional, es preciso que el agente tenga 2 fines
ideológicos distintos: el fin de hacer morir y el fin de hacer sufrir.
2. Alevosía. La ley no define el concepto de alevosía. La doctrina y la jurisprudencia nacional unánimemente requieren la
confluencia de los elementos objetivos y subjetivos para la configuración de la alevosía. Objetivamente, la alevosía requiere
una víctima desprevenida o indefensa que no pueda oponer resistencia al ataque del agente. Esta situación puede haber
sido procurada por el autor (ocultando sus intenciones u ocultando su persona o medios), o simplemente aprovechada por
éste (víctima que se encuentra durmiendo o maniatada, conduciendo un automóvil, etcétera). Pero ésta sola circunstancia
objetiva de indefensión de la

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víctima no es suficiente para la configuración de la agravante. La alevosía exige también la concurrencia de un Elemento
Subjetivo del tipo. Esta indefensión de la víctima, lograda o aprovechada por el autor, debe ser la motivación que lo lleve a
actuar, buscando un obrar seguro y sin riesgos para su persona proveniente de la defensa que la víctima o un tercero
puedan oponer. También hay absoluto acuerdo en la doctrina y la jurisprudencia actual sobre que la alevosía no requiere
premeditación, esto es, el frío y prolongado proceso reflexivo sobre si se cometerá y cómo se cometerá el crimen.

Agravación por los MEDIOS DE COMISIÓN:


Veneno u Otro Procedimiento Insidioso. El envenenamiento es para la ley argentina un tipo calificado de homicidio y que
según la definición de Carrara consiste en “la muerte de un hombre realizada mediante veneno que se le propina de un modo
doloso y oculto”. Estaba dividida la doctrina sobre qué debía entenderse por veneno a los fines de la aplicación de la agravante. Si
para su definición debía estarse a criterios puramente químicos o sí el concepto también abarcaba otras sustancias que, sin ser
químicamente veneno, podían suministrarse y matar en forma insidiosa. La Ley Nº 17.567 agregó al homicidio cometido por
veneno los términos u otro procedimiento insidioso. Con la nueva fórmula se superaron las discrepancias existentes sobre el
alcance del concepto de veneno. Al incluir el envenenamiento entre los medios insidiosos de matar, se destaca la exigencia de
una víctima inconsciente o engañada. El acto de envenenar debe ser realizado en forma artera, oculta, insidiosamente, lo que
excluyede la calificante el empleo abierto o violento de la sustancia. También resultan típicas a la calificante las sustancias que
parte de la doctrina habían rechazado como constitutivas del concepto de veneno por no obrar químicamente, sino por acción
térmica o mecánica siempre que sean suministradas insidiosamente.

INC. 5°. Para que el hecho sea típico a la figura agravada, es necesario que el medio empleado sea uno de los previstos en el Tít.
VII. Pero la sola utilización de estos medios o procedimientos no califican, por sí solos, el hecho. Estos deberán ser usados en
forma y circunstancias tales que tengan la posibilidad de generar un peligro común para las personas o los bienes. Basta que
potencialmente sean capaces de producir el peligro, no siendo necesario, para que la agravante proceda, que el peligro
realmente se haya producido. Entre los Delitos contra la Seguridad Pública, se prevén agravantes de la pena cuando a
consecuencia del hecho incriminado resultase la muerte de una persona. La diferencia con la agravante que analizamos, reside
en que, en aquéllas, la muerte de una persona no estaba prevista en el dolo del autor, la que se produce como un resultado
preterintencional. Mientras la figura que estudiamos es, objetiva y subjetivamente, un homicidio. El hecho consiste en matar a
una persona y el dolo del autor está dirigido a lograr esa muerte, eligiendo para ello, medios idóneos para crear un peligro
común.

Agravación por los MÓVILES:


INC. 3°. Se trata del homicidio por mandato, que requiere necesariamente de la intervención de dos personas. El fundamento
de la agravante reside en la mayor alarma social que causa el sujeto que mata sin tener motivo personal alguno en contra de la
víctima, movido exclusiva o fundamentalmente por una abyecta finalidad de lucro. El mandante apelando a este traicionero y
premeditado procedimiento busca su seguridad y su impunidad. La agravante se caracteriza por un pacto expreso, referido al
delito de homicidio, mediante el cual el mandatario mata y el mandante paga o promete pagar por ello. Quedan excluidos los
convenios o mandatos tácitos. El precio o la promesa remuneratoria convenida puede ser en dinero o cualquier otra cosa o
bien apreciable pecuniariamente. El precio supone el pago efectivizado antes del hecho y la promesa remuneratoria, un
ofrecimiento de pago posterior al hecho. Es opinión pacífica también, que el homicidio es calificado tanto para el mandatario
como para el mandante. El mandante como instigador, el mandatario como ejecutor material. El mandante responde aun en la
hipótesis de un error in persona o aberratio ictus en la ejecución por parte del mandatario, pero no si el mandatario,
voluntariamente y sin la anuencia del mandante, sustituye al destinatario del acto homicida. El pacto, aunque es esencial para
la configuración del tipo calificado, es un acto preparatorio y como tal impune.

INC. 4°.
a. Homicidio por Placer. Mata por placer el homicida que es impulsado a su acto criminal por el goce, disfrute espiritual,
satisfacción que experimenta con matar a un semejante. La amplitud de la figura comprende el placer por el solo hecho de
matar, o de ver correr sangre, o motivado por causas leves, desproporcionadas o banales. Resulta también comprensiva del
homicidio que tiene como propósito la satisfacción de impulsos sexuales. Señala con acierto Creus que la muerte ejecutada por
una causa distinta de la mera obtención de placer no es típica a la figura, aunque el autor haya experimentado placer al
realizarla. Si el homicida obró en busca de placer, la circunstancia de que no lo haya experimentado realmente al matar, no
descarta la aplicación de la agravante..

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b. Homicidio por Codicia. Sostiene la doctrina que no puede identificarse la codicia en el homicidio con el simple ánimo de
lucro. La codicia va más allá del ánimo de lucro, aun cuando involucra a éste. Para la determinación de la codicia no debe
estarse únicamente al monto del beneficio a obtener sino también a las condiciones personales y económicas del autor ya que
lo que para uno puede ser un lucro sin importancia para otro su obtención puede significar un afán excesivo de riquezas. Otra
parte de la doctrina ha estimado inconveniente la distinción que los tratadistas citados precedentemente hacen del ánimo de
lucro y de la codicia, ya que la ley no castiga al sujeto por su inclinación exagerada al lucro sino por el hecho de perseguir u
obtener el lucro por medio del homicidio. El agente actuará con codicia sea que pretenda un beneficio importante o una
pequeña retribución. La figura queda excluida cuando el lucro proviene del precio percibido en virtud de un pacto, en cuyo caso
es de aplicación el inciso anterior; o cuando proviene de la conexión con otro delito, que quedaría encuadrado en el Inc. 7°.
c. Homicidio por Odio Racial o Religioso. La agravante es de aplicación a hechos individuales de homicidio, de persona
determinada, motivado por odio racial o religioso. La figura es comprensiva también del genocidio propiamente dicho,
en cuyo caso estaremos en presencia de un concurso real, por la pluralidad de hechos, o de la agravante del Inc. 5°, según el
medio utilizado. La figura requiere que la razón determinante de la muerte sea el odio que el agente siente por la raza a la que
pertenece el sujeto pasivo, o por la religión que profesa. Es típico también a la agravante la muerte de una persona por no
pertenecer a determinada raza o religión. Quedan excluidos de la figura los homicidios motivados por odio a ideologías políticas
o económicas.

Agravación por la PLURALIDAD DE SUJETOS:


INC. 6°. Se considera como fundamento de esta agravante el índice de mayor peligrosidad de quienes actúan en conjunto y
en forma preordenada de lo que deviene también una considerable disminución en las posibilidades de defensa de la
víctima. Objetivamente se requiere que el agente obre con el concurso de dos o más personas, es decir, que es necesario un
mínimo de tres personas. Subjetivamente se requiere un concurso premeditado. No se trata de una concurrencia de voluntades
sino de un acuerdo previo para matar. El concurso es premeditado si responde “a una convergencia previa de voluntades,
donde la acción de cada uno aparezca vinculada con la de los otros partícipes y no por simple reunión ocasional”.

Agravación por los FINES: HOMICIDIO "CRIMINIS CAUSAE"


INC. 7°. Este inciso prevé el homicidio conexo con otro delito, denominado también criminis causae.
La doctrina y la jurisprudencia han reconocido la naturaleza eminentemente subjetiva de la agravante, consistente en la
conexión, de medio a fin, que en el ánimo del agente debe existir entre el homicidio y el otro delito. Dado el carácter subjetivo
de la agravante, es indiferente para la aplicación de la figura la verdadera incidencia que el homicidio pueda tener sobre el
delito que se pretenda preparar, facilitar, lograr la impunidad, etc. Lo que la ley requiere expresamente es que la finalidad del
homicida esté dirigida a otro delito, no siendo suficiente una simple contravención. La Conexión Subjetiva. La ley contiene 2
supuestos de conexiones que difieren entre sí. Una conexión final, cuando se mata para, y una conexión causal o impulsiva,
cuando se mata por. En el homicidio finalmente conexo para preparar, facilitar o consumar otro delito, el homicidio es un
hecho previo, realizado en vista del otro hecho a cometerse. En los otros casos de conexidad final, para ocultar otro delito o
para asegurar sus resultados o procurar la impunidad para sí o para otro, el homicidio es posterior al delito fin y en estos
supuestos la conexión puede existir con otro delito doloso, preterintencional o culposo. En todos los casos de conexidad final,
el autor del homicidio, delito medio, puede ser persona distinta del autor del otro delito, delito fin. En el homicidio por
conexidad causal o impulsiva, el agente mata por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito. El hecho debe estar
impelido por el resentimiento, el despecho por el fracaso, a diferencia del homicidio finalmente conexo, que estaba impulsado
por una esperanza ilícita. El fracaso puede provenir de la propia torpeza del agente, de la resistencia de la víctima o de
cualquier otra circunstancia ajena a ambos, siendo indiferente para la ley su origen. En el homicidio causalmente conexo, es
necesario que el otro delito por lo menos haya sido intentado. La agravante también es de aplicación en el caso de delito
consumado, cuando el autor no logró con esta consumación los fines que previamente se había propuesto.
Dolo. Dada la conexidad subjetiva exigida por la ley, sólo es compatible con la figura el dolo directo, aunque la muerte se haya
decidido de improviso, sin premeditación. Esta es la opinión de la mayoría de la doctrina.
Concurso. Tentado o consumado el delito fin, éste concurre en forma real con el homicidio, ya que se está en presencia de dos
hechos independientes entre sí en cuanto a sus resultados.

Agravantes por el SUJETO PASIVO:

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INC. 8°. La Ley Nº 25.601 (2.002) incorporó este inc. que agrava el homicidio en razón de la función, cargo o condición
del sujeto pasivo.
Antecedentes Nacionales. Los fundamentos dados por los autores del proyecto de ley era la de “…dar un mayor resguardo para quienes tienen la misión de
cuidar el orden, la seguridad y la propiedad de los ciudadanos”.

Análisis del Nuevo Inc. Sujetos Activos y Pasivos. El inc. agrega una nueva calificante al delito de homicidio en razón de la
función, cargo o condición que tiene o tenía el Sujeto Pasivo.
Sujeto Activo puede ser cualquier persona. Sujeto Pasivo sólo puede ser un miembro de las fuerzas de seguridad, policiales o
penitenciarias. Las Fuerzas de Seguridad Pública son la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval Argentina y la Policía
Aeronáutica. No están comprendidas las empresas privadas de seguridad, ni los miembros de los servicios de inteligencia del
Estado, en tanto éstos no sean integrantes de los servicios de inteligencia de aquellas fuerzas de seguridad pública. El tipo
incluye también a las fuerzas policiales. En ellas se comprende tanto a la Policía Federal Argentina como a las policías
provinciales. Se incluyen los cuerpos de bomberos integrantes de las fuerzas policiales y los cadetes de las escuelas de policía, dado
que éstos, desde su ingreso, adquieren estado policial. Se excluyen las agencias privadas de vigilancia, y también a los
miembros de las policías municipales de tránsito, que sólo tienen como función la regulación y el control del tránsito en sus
respectivos municipios. El inc. incluye a las fuerzas penitenciarias, que abarcan a los miembros del Servicio Penitenciario
Federal y de los distintos servicios penitenciarios provinciales. No es necesario que el homicidio se produzca con motivo o en
ocasión del cumplimiento de las funciones del sujeto pasivo. La agravante funciona, aunque la víctima no esté en cumplimiento
de un acto de servicio, por el solo hecho del cargo que desempeña. Al referirse la ley a la “condición” del sujeto pasivo, incluye
en la agravante tanto a los agentes que están en servicio activo como a los que han pasado a situación de retiro, dado que
éstos, aún luego de su retiro o jubilación, mantienen su “condición” de miembros de las fuerzas respectivas. No así aquellos
que han sido exonerados o dados de baja.
Elemento Subjetivo. No es suficiente para la aplicación de la agravante que se mate a un miembro de las fuerzas de seguridad,
policiales o penitenciarias. El tipo requiere de un elemento subjetivo consistente en la específica motivación que debe guiar el
accionar del agente: mata porque su víctima es miembro de aquellas fuerzas. Debe mediar una conexión causal subjetiva entre
el accionar del agente y su motivación. Se mata “por” la función, cargo o condición del sujeto pasivo. Ello importa también
el conocimiento certero que debe tener el agente sobre la función del sujeto pasivo. Ante esta exigencia subjetiva, se debe
concluir que la figura admite sólo el dolo directo.

Agravantes por el SUJETO ACTIVO:


INC. 9°. El inciso fue incorporado por la Ley Nº 25.816 (2.003). Fundamentos. Entre los fundamentos del dictamen emitido
por la Comisión de Asuntos Penales y Regímenes Carcelarios del Senado que revisó el Proyecto de ley de los Senadores Beatriz
S. Halak y Juan C. Maqueda, se señala que “… estas son medidas necesarias, teniendo en cuenta el alto porcentaje de
integrantes de las fuerzas de seguridad procesados y condenados por la comisión de los delitos mencionados. Según estadísticas
recientes, la principal causa de detención de miembros o ex miembros de estas fuerzas de seguridad, es el homicidio.”
Análisis del inciso. Sujetos Activos y Pasivos. A diferencia del inciso anterior, y con el cual el que analizamos guarda una
estrecha vinculación, en éste la calificante del homicidio radica en la función o cargo que desempeña el sujeto activo del delito.
Sujeto Pasivo puede ser cualquier persona. Sujeto Activo sólo puede ser un miembro de las fuerzas de seguridad, policiales o
penitenciarias. Es un delito especial, no pudiendo extenderse la agravante a otras personas por más que cumplan funciones
similares a los expresamente contemplados en el tipo. Resultan válidas las mismas consideraciones y alcance que se les dio a los
sujetos pasivos del inciso anterior. Pero debe destacarse una diferencia fundamental respecto del Inc. 8, ya que en éste los
miembros de las fuerzas de seguridad, policiales o penitenciarias podían estar en servicio activo como haber pasado a
situación de retiro, quedando sólo excluidos los que han sido dados de baja o exonerados. En el supuesto del Inc. 9, al exigir un
abuso en la función o cargo, la agravante sólo alcanza a los agentes que estén en servicio activo, quedando excluidos quienes
han pasado a situación de retiro dado que éstos no ejercen ninguna función o cargo, salvo que hubiesen sido incorporados
nuevamente al servicio activo.

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Elemento Subjetivo. Para el funcionamiento de la agravante no basta con que el autor del homicidio sea un miembro de las
fuerzas de seguridad, policiales o penitenciarias. Es necesario que el agente haya actuado “abusando de su función o cargo”. El
tipo requiere un abuso en sentido objetivo y subjetivo. Quedan excluidos los casos de error o los casos de culpa por imprudencia,
negligencia o impericia, dado que el tipo penal sólo es imputable a título de dolo. A diferencia de la agravante prevista en el
inciso anterior, que subjetivamente requiere una específica motivación en el sujeto activo, la que analizamos no reclama
ninguna de estas exigencias subjetivas, por lo que respecto al resultado muerte no sólo es admisible el dolo directo, sino que
también es suficiente el dolo eventual.

Leyes Especiales: Nº 26.394 y 26.791 (Modif. Art. 80 Inc. 1 y 4 y agrega Incs. 11 y 12):
Inc. 11° Por ser la víctima una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género: Este
inciso prevé el de lito denominado femicidio. Consiste en la acción mediante la cual un hombre acaba con la vid a de una
mujer en un contexto de Violencia de Género. El sujeto activo únicamente podrá ser un hombre y el sujeto pasivo solo una
mujer. Por violencia de género—o contra la mujer— puede entenderse la provocada con actos u omisiones violentos dirigidos
contra la mujer, por el solo hecho de serlo. En síntesis, esta norma castigas un hombre que mata a una mujer, en el marco de
una situación de violencia de género preexistente o concomitante, sea que dicha situación se haya extendido en el tiempo o
que surja instantáneamente al momento de matar. En tal sentido, se ha sostenido que el autor al ver "frustrado su acceso
carnal sobre la menor; aplicó violencia física contra la resistencia de la víctima y en ese contexto le quitó la vida. Este ejercicio de
violencia por pertenecer al género femenino, fue un ataque sexual apoyado en la desigualdad y concepto equivocado de
denominación de la especie. Lo actuado impone aplicar al caso el injusto que prevé el Art. 80 Inc. 11 del CPA. Las evidencias de
autos acreditan la violencia de género"

Inc. 12° Con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido una relación en los
términos del Inc. 1°: Lo central de esta figura penal está dado por el elemento subjetivo, en la medida en que el autor del
crimen tiene como finalidad utilizar la muerte que provoca para ocasionar sufrimiento a una tercera persona con la cual tiene
o ha tenido alguna de las relaciones mencionadas en el Inc. 1°. En este supuesto, cualquier persona puede ser sujeto activo o
pasivo y, si bien es irrelevante el conocimiento que tenga el autor con la víctima, resulta clave la relación que lo unió con la
persona a quien pretende infringir sufrimiento para aplicar esta agravante.

HOMICIDIOS ATENUADOS: HOMICIDIO EN ESTADO DE EMOCIÓN VIOLENTA (Art. 81 Inc. a 3 - 6a)


Se trata de un delito de homicidio que tiene previsto una pena inferior al homicidio simple. Estado de Emoción Violenta. La ley
exige que la emoción debe ser violenta lo que a primera vista parece redundante. No cualquier emoción es violenta y por lo
tanto no siempre un estado emocional será suficiente a los fines de la ley: Cabello diferencia la emoción simple de la emoción
violenta: la primera consiste en emocionarse ante cualquier situación en la que algunos de nuestros valores o sentimientos
están en juego o que por no sernos familiar involucran un factor de expectativa. La segunda es la que produce un desajuste a
favor de los elementos expresivos que a su vez potencializan la experiencia emotiva mediante una acción de rebote. En este caso,
la emoción traduce una grave perturbación. El suceso es tan rápido que cuando queremos reaccionar el hecho se ha
consumado. Emoción implica referenciar una crisis, circunscripta y visible del sentimiento, motivada por sensaciones que la
percepción (o la imaginación) introducen al campo de la conciencia, o por representaciones, es decir, imágenes, recuerdos e
ideas que surgen de ella. En la fórmula legal del Art. 81 Inc. 1, pueden distinguirse, dentro de la unidad estructural, 2
componentes: el biosicológico y el valorativo, cuyas relaciones vale considerar. Cuando un sujeto reacciona contra una
situación que objetivamente excusaría, si lo hace en circunstancias demostrativas de que no estaba emocionado, el homicidio
no se excusa, por grave que haya sido, la situación objetiva. Ese estado emocional debe ser tal que haya disminuido, debilitado o
relajado los frenos inhibitorios del autor sin que ello implique la pérdida total de la conciencia porque ello nos lleva a un
estado de inimputabilidad donde el autor tiene imposibilidad de dirigir sus propias acciones y por tanto el estado emocional
excluiría la pena. Se plantea la discusión acerca de si la pasión puede quedar comprendida en el término emoción. También
muchas veces se confunde un homicidio pasional con un verdadero estado de emoción violenta. La pretendida separación entre
emoción y pasión resulta estéril ya que se deberá valorar el caso concreto y advertir si la pasión en el momento del hecho
pudo disminuir, debilitar o relajar los frenos inhibitorios del autor, para determinar si estamos frente a un homicidio
emocional.

Las Circunstancias Excusantes:


Causas de la Emoción Violenta. No cualquier motivo será suficiente a los fines de la atenuación del homicidio. No se trata de
acordar un privilegio a los sujetos accesibles a la cólera. La causa provocadora de la emoción debe ser externa al sujeto; no
puede provenir del carácter del sujeto, de su falta de prudencia o su intemperancia. La 1º exigencia de la ley es clara y precisa,
restringe su contenido nada más que a la emoción violenta; la emoción simple, la pasión, u otros sentimientos parecidos no
caben dentro del término. No se trata entonces de “cualquier emoción” que pueda producir una perturbación espiritual, sino
de una emoción intensa que produzca en el individuo una conmoción psicológica de tal magnitud que debilite su capacidad de
detenerse frente al hecho externo que la estimula. “La excusa de la ley no es un homenaje al simple hecho de estar emocionado,
conmovido o agitado, pues lo que tiene poder de atenuación son las circunstancias motivantes. La ley no excusa a quien se
encuentra en circunstancias que determinen una posible emoción sino, al que es llevado al estado subjetivo de emoción por
circunstancias que lo hagan excusable”. La causa debe ser ajena al autor, no provocada por éste, de cualquier naturaleza,
resultar detonante del estado emocional y valorada en el caso concreto para que resulte eficiente a los fines del Art. 81.

PARRICIDIO EMOCIONAL (Art. 82: 10 – 25a):


La ley atenúa el parricidio cuando éste ha sido cometido en un estado de emoción violenta y que las circunstancias 6
hicieren excusable. Es la única fig. de los homicidios agravados que puede beneficiarse con esta atenuante. Consta que en
un mismo caso concurren una circunstancia agravante y una atenuante.

HOMICIDIO PRETERINTENCIONAL (Art. 81 Inc. b 3 – 6a):

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El 1º antecedente de la figura se encuentra en el Proyecto de 1891 y en el Proyecto de 1906.
Autonomía de la figura. Gómez consideraba a este delito como una figura calificada atenuada del homicidio simple. Postura
que no es admitida por la doctrina más moderna que lo considera como una figura autónoma. Soler considera que no es figura
atenuada de homicidio porque no se trata propiamente ni de atenuación, ni de homicidio, sino de una figura especial que no
deriva del homicidio. Núñez, compartiendo la tesis de Soler, afirma que el homicidio preterintencional no deriva del homicidio
simple.
El Elemento Subjetivo. Nuestra fórmula legal, al decir “… con el propósito de causar un daño en el cuerpo o en la salud…”,
introduce un elemento subjetivo del tipo. Si el autor no ha tenido la intención de dañar el cuerpo o la salud de la víctima, no
concurre el tipo penal de homicidio preterintencional. Para que se configure el delito en estudio, es necesario que el autor haya
tenido el dolo de causar un daño enel cuerpo o en la salud de su víctima. Cuando la ley habla de “propósito” no se refiere sólo al
dolo directo, sino también al indirecto y aun eventual de lesionar, postura sostenida por Núñez. En contra, Soler y Terán
Lomas, que interpretan la fórmula legislativa como referida únicamente a dolo directo.
Medio Empleado. El tipo penal en estudio establece que el medio empleado no debería razonablemente ocasionar la muerte.
Sobre la razonabilidad del medio, Soler entiende que es una cuestión de hecho; Núñez, que es una cuestión de hecho y derecho.
Es de hecho, en tanto se trata de fijar los hechos y sus circunstancias; pero, es de derecho en cuanto se trata de la aplicación de
la regla jurídica sobre los hechos examinados. Los ejemplos traídos por la doctrina serán o no idóneos de acuerdo con el
examen concreto de cada caso particular, donde se deberá apreciar la forma de emplear los medios, las características de la
utilización de dichos medios, la fortaleza de quien los emplee o la fragilidad de quién sea la víctima. No se puede, a priori,
establecer la idoneidad o inidoneidad del medio empleado.

INSTIGACIÓN (Art. 83: 1 – 4a):


a. Instigación al Suicidio. Es la acción de incitar, provocar, inducir, determinar a alguien hacia el suicidio o reforzar la
idea suicida en quien ya tiene este propósito. La instigación debe ser intencional y puede ejercerse por diversos modos:
por consejos, por ejemplos, por lecturas, poniendo al alcance del instigado, medios para el suicidio, etcétera, siempre que al
agente lo guíe el propósito que aquél ponga fin a su vida. Se requiere el dolo directo, no bastando el eventual. Unánimemente
señala también la doctrina que la persuasión dirigida a un inimputable, así como la coacción, engaño o violencia que conduce al
paciente a quitarse la vida, es típica al homicidio, por autoría mediata o inmediata, desplazando la fig. que estudiamos que
requiere un instigado con conciencia plena y voluntad no viciada. Se sostiene que la ley no requiere que la instigación sea el
único motivo que lleve a la víctima al suicidio.
b. Ayuda al Suicidio. Consiste en la realización de actos materiales, esenciales o accesorios, encaminados a cooperar, auxiliar o
facilitar la acción que el suicida ha resuelto ejecutar. La ayuda no puede sobrepasar los actos de cooperación o auxilio para el
suicidio de otro. Todo acto ejecutado sobre el cuerpo de la víctima o compatible con la acción de dar muerte, aun a solicitud de
ésta, saca al hecho de la figura para encuadrarlo en el delito de homicidio. Coincide también la doctrina en que al igual que la
instigación, la ayuda al suicidio requiere el dolo directo. Sostiene Gómez que la omisión no implica la ayuda requerida por la
figura, ni aun en los casos de inobservancia de las obligaciones de custodia o asistencia. Otra parte de la doctrina
acertadamente coincide en que si bien no es punible como ayuda la simple inacción o la omisión de quien no está obligado a
actuar, la situación es distinta cuando esa obligación existe. Quien, faltando a sus deberes de asistencia familiar, a los
impuestos por ley o por una convención, omitiere dolosamente actos impeditivos del suicidio, incurre en una omisión punible
como ayuda material. Estaríamos en presencia de un delito de comisión por omisión.

HOMICIDIO CULPOSO (Art. 84: 1 – 5a):


Formas de la Culpa. En el Código Penal la imprudencia, la negligencia, la impericia en el arte o profesión y la inobservancia de
los reglamentos o los deberes del cargo constituyen las formas de culpa.
La Impudencia “es el defecto contrario a la prudencia, una de las cuatro virtudes cardinales, que enseña al hombre a
discernir lo bueno de lo malo, para actuar en concordancia”.
La Negligencia es la inobservancia de lo debido. Dice Terragni a este respecto: “En la conducta negligente hay desidia,
abandono, pereza, apatía”.

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La Impericia “es la actuación inexperta o inidónea en una tarea que requiere una especial destreza de quien se supone que la
tiene o debe tenerla”.
En cuanto a la Inobservancia de los Reglamentos o los Deberes es para todo supuesto que exista una obligación de
observar reglamentos o deber de actuar de alguna forma en especial, y se actúe en forma contraria a ello.
Siempre deberá existir un nexo de causalidad entre el obrar del agente, en las formas típicas del Art. 84, y la consecuencia
dañosa resultante de su obrar. El Homicidio Culposo es un delito de acción pública, que se consuma con la muerte, no
admitiendo la tentativa por la falta de dolo, y tampoco la participación. El delito tiene previsto pena de prisión juntamente con
la de inhabilitación especial, para cuyos efectos son de aplicación los Arts. 20, 20 Bis y 20 Ter del CPA.

Agravantes:
1.- HOMICIDIO CULPOSO POR CONDUCCIÓN DE VEHÍCULO CON MOTOR (Ley Nº 27.347) Art. Art. 84 Bis: 1 – 5a)
Homicidio mediante la Conducción de Vehículo Automotor. La conducta típica consiste en "ocasionar la muerte de una
persona conduciendo un vehículo automotor” bajo las formas de culpa imprudente, negligente, impericia o
antirreglamentariamente. Por vehículo automotor debe entenderse únicamente toda máquina que se desplaza mediante
impulso de un motor eléctrico, a combustible líquido o sólido, o a gas. La ley dice ''vehículo automotor", no vehículo de
transporte automotor. La victima puede entonces ser embestida, atropellada, conducirse en otro vehículo o hallarse en el
interior del mismo que conduce el sujeto activo. Respecto de la Inhabilitación, se ha entendido que incluso puede aplicarse de
manera provisoria, pues importa una medida cautelar adecua da en el caso de que se halle probada, prima facie, la temeraria
conducción de un vehículo automotor que haya ocasionado alguna muerte. Finalmente, resta mencionar que la muerte
ocasionada conduciendo una bicicleta, o un carro tirado por caballo, u otro vehículo que no sea impulsado a motor, cae bajo las
previsiones genéricas del Art. 84.
Desde la reforma según la Ley N° 27.347, se regulan las siguientes agravantes:
a) Darse a la Fuga, la penase agrava por el simple hecho de huiro no asumir las responsabilidades de su acto.
b) No Intentar Auxiliar a la Víctima. Es una conducta subsidiaria, ya que la norma aclara "siempre y cuando no se dé el caso
de abandono de personas" (Art. 106), ya que en tal caso se produce un concurso alternativo y fa conducta queda atrapada por
la figura más grave (Art. 106, en caso de lesiones graves o gravísimas el abandono prevé 3 a 10 años de prisión y si ocurre la
muerte de la víctima la escala asciende de 5 a 15 años de prisión). La ley penal exige solidaridad y responsabilidad ante un
hecho de esta naturaleza.
c) Conduciendo bajo efectos del Alcohol en cantidad igual o superior a 500mg por cada litro de sangre para el caso de
conductores de transporte púbico; o de 1g para conductores de vehículos particulares por cada litro de sangre. El alcohol
potencia la a agresividad en el manejo y, a la vez, neutraliza en gran medida los reflejos del conductor de un redado.
d) Conduciendo bajo efectos de Estupefacientes. Análogo al caso anterior por sus efectos sobre el conductor. El mayor
castigo se justifica ya que mientras el consumo de alcohol está autorizado, el de estupefacientes está prohibido, con lo que la
conducción en tal situación admite la mayor severidad punitiva.
e) Conduciendo a Velocidad Excesiva de Más de 30Km/h por encima de la Velocidad Máxima permitida en el lugar.
Exceder la velocidad permitida en ciertos lugares en alrededor de treinta kilómetros genera una situación de riesgo cierto.
La jurisprudencia ha sostenido que "más allá de la apreciación de (...) que admitiendo que ella misma conducía en exceso al
límite de velocidad permitido en el lugar donde ocurrió el siniestro, calculó en función de su experiencia, que el imputado lo
hacía a más de 130km/h, lo cierto es que ello no ha sido objetivamente acreditado por ningún tipo de estudio, lo que, de
momento, impide encuadrar la conducta reprochad a en la hipótesis calificada que contempla la norma''.
f) Conducir Encontrándose Inhabilitado por Autoridad Competente para Hacerlo. Este es un claro delito de violación de
inhabilitación, previsto y reprimido por el Art. 84 Bis, pero que ha sido expresamente contemplado como una figura
especializada de aquel la norma genérica para la conducción de automotores. Así, el Art. 281 Bis quedará para ser aplicado a
otros casos que no sea este específicamente, el cual al prever pena mayor y por el principio de que ley especial deroga ley
general, tendrá aplicación preeminente.
g) Violarla Señalización de Semáforos. Este es un homicidio cometido por violación de normas de tránsito, que en realidad
son contravenciones graves. Está justificada la agravante por la realidad que nos agobia en materia accidentología vial, pero
también habrá que estudiar caso por caso.
h) Violar las Señales de Tránsito que Indican el Sentido de Circulación (como por ejemplo de contramano). En este caso, la
o las víctimas están absolutamente desprevenidas, sea que se conduzcan a pie o en otro vehículo. El peligro creado es
realmente enorme y la circunstancia agravatoria tiene un fundamentó lógico.
i) El que Condujere Creando una Situación de Peligro para la vida o la integridad física de las personas, mediante la
participación en una Prueba de Velocidad o de destreza con un Vehículo con Motor, realizada sin la debida
autorización de la autoridad competente (Art. 193 Bis 1° Párr.). El legislador quiso darle especialidad a una reiterada
modalidad delictiva que se viene incrementando en nuestro país, donde los protagonistas de estos homicidios, actúan con tal
desprecio por la vida de los demás que, más de una vez, sus conductas han sido calificadas como de dolo eventual.
j) El que Condujere con Culpa Temeraria. La culpa temeraria se hallaría incluida en el 1° Párr. No se entiende bien qué
quiso decir el legislador con “culpa temeraria" y además utilizarlo como circunstancia agravante. Por eso, reiteramos que a
nuestro modo de ver se refirió a la culpa “con re presentación" o la mal llamada" culpa con previsión' o "culpa grave", que es
íntima vecina del dolo eventual, mientras que en el tipo básico (1° Párr.) hablaría de temeridad genérica (culpa leve o sin
representación).
k) Cuando fueren Más de una las Víctimas Fatales. No resulta razonable que un hecho que produce la muerte de dos o más
personas tenga los mismos parámetros de pena que aquel que tenga una única víctima fatal.
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HOMICIDIO CONSENTIDO:
En nuestro Derecho positivo, el consentimiento de la víctima no tiene relevancia jurídica en el homicidio, por lo que la muerte inferida a otro, aun por expreso
pedido del sujeto pasivo, hace encuadrar el hecho en la figura del Art. 79 del CPA (o del Art. 80, según el caso).

HOMICIDIO PIADOSO:
Tampoco el homicidio piadoso o eutanásico tiene acogida en nuestro Código. La eutanasia, derivada del griego eu, bueno y thánatos, muerte, significa buena
muerte, muerte liberadora de sufrimientos físicos, muerte tranquila ysin dolor. En el Derecho penal, el problema se plantea con referencia a la punibilidad del
que mata para evitarle grandes padecimientos físicos a una víctima que irremediablemente, a corto plazo, morirá. El Salvador y Colombia prevén
expresamente, como figura atenuada, el homicidio piadoso. El Código Penal del Uruguay, si bien no prevé el homicidio piadoso en su parte especial, faculta a los
jueces a eximir de castigo al sujeto de antecedentes honorables, autor de un homicidio efectuado por móviles de piedad, ante súplicas reiteradas de la víctima.
Antecedentes Nacionales
En nuestro país, los proyectos de 1937, 1941 y 1960 lo incluyeron como figura atenuada del homicidio.
El Proyecto de Coll – Gómez (1937) contemplaba el homicidio piadoso como atenuante del homicidio simple y del parricidio. El art. 117, inc. 2° imponía pena
de prisión de uno a seis años: “Al que lo cometiere movido por un sentimiento de piedad ante el dolor físico de la víctima, si fuera intolerable, y las
circunstancias evidenciaren la inutilidad de todo auxilio para salvar la vida del sufriente”. Soler, al comentar el artículo respectivo de su Proyecto, criticaba
este dispositivo pues al prescindir del consentimiento de la víctima, llevaba la institución a un subjetivismo exagerado. Agregaba que, si la víctima está
dispuesta a soportar un padecimiento, su libertad de sufrir debe ser respetada.
El Proyecto Peco de 1941 prevé en su art. 114, además de la instigación o ayuda al suicidio, las dos hipótesis que tratamos: el homicidio consentido y el homicidio
por móviles piadosos con consentimiento. El segundo apartado de este artículo reprimía con privación de la libertad de tres a diez años al que matare con
expreso consentimiento delinteresado. El tercer apartado consagraba una mayor atenuación, de uno a tres años, si el autor obrare por móviles piadosos, y en
caso de consentimiento mediante instancias apremiantes del interesado.
El Proyecto Soler de 1960 introduce, en art. 115, la figura especial del homicidio por piedad. Dispone este artículo: “Se impondrá prisión no mayor de cuatro
años al que, movido por un sentimiento de piedad, matare a un enfermo o herido grave y probablemente incurable ante el pedido serio e insistente de éste. Se
aplicará la misma pena aun cuando medie vínculo de parentesco”. Menciona como fuentes los códigos de Costa Rica, Colombia y Uruguay. La última parte del
artículo hace extensiva la figura privilegiada al parricidio. En la nota a este artículo, se destaca la doble exigencia del texto sobre el pedido de la víctima y el
motivo de piedad del autor.

La Ley Nº 24.193 Ablación de Órganos. Prohibiciones y Penalidades (Arts. 27/34)

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UNIDAD 2: DELITOS CONTRA LAS PERSONAS (Conclusión)

ABORTO Vida Dependiente (Art. 85/88): Concepto (ver Ley N° 27.610 IVE Art. 4°: 14 semanas)
Art. 85 según Ley N° 27.610
ABORTO (Art. 85: 3 a 10a, 15a y 3m a 1a):
Consiste en la interrupción prematura del proceso de gestación que culmina con la muerte del feto.
A través de la Ley N° 27.610 (IVE) se reguló el acceso a la interrupción involuntaria del embarazo y a la atención post –
aborto, en cumplimiento de los compromisos asumidos por el Estado Argentino en materia de salud pública y DDHH de las
mujeres y de las personas con otras identidades de géneros gestantes o con capacidad de gestar, y a fin de contribuir a la
reducción de la morbilidad y mortalidad prevenible. Le ley reconoce el derecho de toda mujer o persona gestante tiene a
acceder a la interrupción de su embarazo en los servicios de salud o con su asistencia, en un plazo máximo de 10 días corridos
desde su requerimiento y en las condiciones que establece la norma y las Leyes N° 26.485 y 26.529 y cc. Cabe poner de
relieve que, a partir de la reforma, el legislador ha dejado de utilizar la palabra “mujer” reemplazándolo por el concepto de
“cuerpos gestantes” que incluye a todas las personas con capacidad de gestar y no sólo a las mujeres. Así la semántica
utilizada incluye a mujeres, hombres trans, personas no binarias y todas las identidades de género que puedan concebir.

ABORTO PROVOCADO:
La figura exige:
a) Existencia de Embarazo: requisito indispensable para que se dé la conducta en trato;
b) Feto con Vida: otra de las circunstancias objetivas, porque lo que protege la norma es aquélla condición, y
c) Muerte del Feto por Acción del Agente: lo que se sanciona es acabar con la vida del feto a través de prácticas y
maniobras abortivas, la sola existencia de estas sin la muerte del feto impide tener por consumado el delito. El delito queda
consumado con la muerte del feto, sea dentro o fuera del útero.
La ausencia de la acreditación del feto con vida impide tener por configurado el Delito de Aborto, precisamente ante la falta de
uno de los elementos objetivos exigidos por el tipo penal. Es un delito doloso. Necesariamente el agente debe tener
conocimiento de la existencia del embarazo, y además, la intención de terminar con esa vida en gestación. Al respecto se
sostuvo que, “la distancia desde la cual se efectuaron tales disparos – menos de 50m – las zonas en las que impactaron – uno
en un pulmón y otro en una pierna – y el mencionado tiempo de gestación – 7m – impiden acceder a los reclamos de la defensa
en torno tanto a la falta de dolo en el accionar desplegado en ese momento como a que la persona que disparó pudo no haber
advertido el estado de gravidez de Q.

También la norma sanciona el accionar abortivo de los terceros que lo provocan, excluyendo la situación de la persona
gestante que será tratada más adelante SIEMPRE QUE SEA LUEGO DE LA SEMANA 14 DE GESTACIÓN Y NO SE DEN LOS
SUPUESTOS DE “ABORTOS NO PUNIBLES” previstos por el Art. 86.

Tal precepto distingue la situación de quienes lo llevan a cabo con el consentimiento de aquélla, respecto de los que actúan sin
él. La distinción obedece a que, en el 1° supuesto, además de terminarse con la vida del feto, se transgrede también el derecho
inherente de la persona gestante a concebir, es decir, su libertad de determinación. El consentimiento es la autorización
otorgada por la persona gestante para que se le realicen maniobras y prácticas abortivas. Para que la autorización sea
considerada válida, debe ser prestada voluntariamente (discernimiento, intención y libertad); si falta cualquiera, la anuencia de
la persona gestante, no valdrá como tal. Si además de no contar con el consentimiento de la persona gestante, se produce su
muerte como consecuencia de las maniobras abortivas, el tipo penal prevé una pena agravada (Agravante).
En el 2° supuesto, la conducta será penalmente relevante cuando la interrupción voluntaria del embarazo SE DÉ LUEGO DE
LA SEMANA 14, y siempre que no mediaren los supuestos de Abortos No Punibles (Art. 86).
A diferencia de la antigua redacción donde también se preveía una pena mayor para el caso de que se obrare con
consentimiento de quien llevaba el embarazo y el hecho fuere seguido de su muerte, el nuevo texto nada dice al respecto.

Responsabilidad Penal del Funcionario y Profesional de la Salud (Art. 85 Bis: 3m a 1a)


Las conductas típicas que prevé la nueva norma consiste en dilatar injustificadamente (extender en el tiempo sin motivo
alguno), obstaculizar (entorpecer, dificultar) o negarse a practicar un aborto en los casos legalmente autorizados y en
contravención de la nueva normativa vigente. El tipo requiere un Sujeto Activo Específico: funcionario público de la salud,
autoridad de establecimiento de salud, profesional, efector o personal de salud (púb. o priv.).
Los casos de Abortos Legalmente autorizados sólo son los del Art. 86.
Es un delito doloso, requiere el conocimiento y voluntad del sujeto activo de llevar a cabo alguna de las modalidades típicas. La
Tentativa no pareciera admisible.

ABORTOS NO PUNIBLES (Art. 86)


Es la más novedosa modificación introducida por la Ley N° 27.610. LA NORMA ES CLARA: NO ES DELITO EL ABORTO
REALIZADO CON CONSENTIMIENTO DE LA PERSONA GESTANTE HASTA LA SEMANA 14 INCLUSIVE DEL PROCEDIMIENTO
GESTACIONAL.
Fueras de ese plazo, la ley también prevé otros supuestos de Aborto Impune, siempre que haya consentimiento de la persona
gestante:
Inc. 1° Aborto Sentimental o Eugenésico: aquí se autoriza la IVE cuando sea producto de una VIOLACIÓN. Se legisla la
interpretación que se venía realizando en el anterior Art. 86 mediante el Fallo “F.A.L. s/Medida Autosatisfactiva” de la CSJN
1
donde la misma adhiere a una postura amplia que, basados en los DDHH y D° emanados de la CN y Trat. Internacionales
incorporados a ella, sugería incorporar el aborto practicado sobre cualquier embarazo que fuera consecuencia de una violación,
con independencia de la capacidad mental de la víctima. Para llevar a delante la práctica, se requería la DDJJ (Declaración
Juarda) de la persona gestante ante el profesional de la salud interviniente, la cual no será necesaria para las victimas menores
de 13 años.
Inc. 2° Aborto Terapéutico: exime de pena a quien practicare un aborto con consentimiento de la persona gestante, CUANDO
LA VIDA O LA SALUD INTEGRAL DE ÉSTA CORRIERA PELIGRO Y NO PUDIERA SER EVITADO DE OTRA FORMA. Aquí existe un
conflicto de derechos, de 2 bienes jurídicos protegidos: la vida del feto y la salud o vida de su progenitora, y nuestra legislación
otorga mayor protección legal a la vida de la persona gestante que a la persona por nacer.

Aborto Preterintencional (Art. 87: 6m a 3a)


Según Ley N° 27.610 (IVE) Requisitos:
a) Persona gestante;
b) Estado de Embarazo;
c) Constarle ese estado al autor de las lesiones;
d) Violencia ejercida por el autor sobre la persona gestante, en sus distintas modalidades (física: golpes, malos tratos y/o
moral: medios hipnóticos o narcóticos);
e) Los Actos de Violencias deben estar exclusivamente dirigidos contra la persona gestante, lo que permite descartar
el dolo directo de aborto en el agente.
f) Se trata de un Tipo Compuesto: por un actuar doloso respecto a la violencia en contra de la persona gestante y otro
culposo o con dolo eventual respecto al aborto.

Aborto Cometido o Consentido por la Mujer (Art. 88: 3m a 1a)


Se reprime la conducta de la persona gestante que, LUEGO DE LA SEMANA 14 DE GESTACIÓN, y siempre que no mediaren los
supuestos del Art. 86, lleva a cabo personalmente maniobras abortivas.
Cuando la persona gestante presta su consentimiento para que sea un Tercero el que realice las prácticas abortivas, su
conducta quedará en el 2° supuesto. Los Terceros que acompañen a la persona gestante y realicen los actos típicos principales,
son abarcados por el Art. 85 Inc. 2°.
La última parte del Art. 88 determina la impunidad de la persona gestante que intenta causar su propio aborto, pero no lo
consigue (Tentativa). La exención de pena no se aplica a los casos en que la persona gestante prestó su consentimiento para
que un tercero le practique el aborto y el hecho no supere el grado de Tentativa. Aquí se aplica el Art. 44.
La mayoría de la doctrina nacional excluye también la punibilidad a los cómplices, siempre que estos no hayan hecho más que
colaborar con la persona gestante que intentó causar su propio aborto, ello siempre luego de la Semana 14 de Gestación, y
siempre que no mediaren los supuestos del Art. 86.

Interrupción Voluntaria del Embarazo:


Art. 4 Las mujeres y personas con otras identidades de género con capacidad de gestar tienen derecho a decidir y acceder a la
interrupción de su embarazo hasta la semana 14 inclusive, del proceso gestacional.
Fuera del plazo dispuesto en el párrafo anterior, la persona gestante tiene derecho a decidir y acceder a la interrupción de su
embarazo solo en las siguientes situaciones:
a) Si el embarazo fuere resultado de una violación, con el requerimiento y la declaración jurada pertinente de la persona
gestante, ante el personal de salud interviniente.
En los casos de niñas menores de 13 años de edad, la declaración jurada no será requerida;
b) Si estuviere en peligro la vida o la salud de la persona gestante.

Derechos en la Atención de la Salud:


Art. 5 Toda persona gestante tiene derecho a acceder a la interrupción de su embarazo en los servicios del sistema de salud o con
su asistencia, en un plazo máximo de 10 días corridos desde su requerimiento…
b) Privacidad: … Asimismo, deberá protegerse a la paciente de injerencias ilegítimas por parte de terceros.
En los casos de violación cuyas víctimas fueran niñas o adolescentes, el deber de comunicar la vulneración de derechos previsto en
el Art. 30 de la Ley N° 26.061 (NNyA) y el deber de formular denuncia penal establecido en el Art. 24 Inc. e) de la Ley N° 26.485 en
el marco de lo dispuesto por el Art. 72, deberán cumplirse respetando el derecho a la privacidad y confidencialidad de niñas y
adolescentes, su capacidad progresiva e interés superior de conformidad con la Convención de los Derechos del Niño, la Ley N°
26.061 y el Art. 26 del CCyC y no deberán obstruir ni dilatar el acceso a los derechos establecidos en la presente ley; …

Consentimiento Informado:
Art. 7 Previo a la realización de la interrupción voluntaria del embarazo se requiere el consentimiento informado de la persona
gestante expresado por escrito, de conformidad con lo previsto en la Ley N° 26.529 y conc. y en el Art. 59 del CCyC. Nadie puede ser
sustituido en el ejercicio personal de este derecho.

Personas Menores de Edad:


Art. 8 En el marco de lo establecido en la Convención sobre los Derechos del Niño, la Ley N° 26.061, el Art. 7 del Anexo I del Decr.
415/06, el Art. 26 del CCC y la Resol. 65/15 del Min. de Salud de la Nación, la solicitud de la interrupción voluntaria del embarazo
deberá ser efectuada de la siguiente manera:
2
a) Las personas mayores de 16 años de edad tienen plena capacidad por sí para prestar su consentimiento a fin de ejercer los
derechos que otorga la presente ley;
b) En los casos de personas menores de 16 años de edad, se requerirá su consentimiento informado en los términos del Art. 7 y
se procederá conforme lo dispuesto en el Art. 26 del CCC y la Resol. 65/15 del Min. de Salud de la Nación en conc. con la
Convención de los D°del Niño, la Ley N° 26.061, el Art. 7 del Anexo I del Decr. Reglam. N° 415/06 y el Decr. Reglam. N°
1.282/03 de la Ley N° 25.673.

Personas con Capacidad Restringida:


Art. 9 Si se tratare de una persona con capacidad restringida por sentencia judicial y la restricción no tuviere relación con el
ejercicio de los derechos que otorga la presente ley, podrá prestar su consentimiento informado sin ningún impedimento ni
necesidad de autorización previa alguna y, si lo deseare, con la asistencia del sistema de apoyo previsto en el Art. 43 del CCC. Las
personas que actúan como sistema de apoyo no representan ni sustituyen a la persona con discapacidad en el ejercicio de sus
derechos y, por tanto, es necesario que el diseño del sistema de apoyo incorpore salvaguardas adecuadas para que no existan
abusos y las decisiones sean tomadas por la titular del derecho.
Si la sentencia judicial de restricción a la capacidad impide prestar el consentimiento para el ejercicio de los derechos previstos en
la presente ley, o la persona ha sido declarada incapaz judicialmente, deberá prestar su consentimiento con la asistencia de su
representante legal o, a falta o ausencia de este o esta, la de una persona allegada, en los términos del Art. 59 del CCyC.

Modificación al CPA:
Art. 14 Sustituyese el Art. 85 del CPA, por el siguiente:
Art. 85: El o la que causare un aborto será reprimido:
1. Con prisión de 3 a 10 años, si obrare sin consentimiento de la persona gestante. Esta pena podrá elevarse hasta 15 años
si el hecho fuere seguido de la muerte de la persona gestante.
2. Con prisión de 3 meses a 1 año, si obrare con consentimiento de la persona gestante, luego de la semana 14 de gestación
y siempre que no mediaren los supuestos previstos en el Art. 86.

Incorporación del Art. 85 Bis al CPA:


Art. 15. Incorporase como Art. 85 Bis del CPA, el siguiente:
Art. 85 Bis: Será reprimido o reprimida con prisión de 3 meses a 1 año e inhabilitación especial
por el doble del tiempo de la condena, el funcionario público o la funcionaria pública o la autoridad del
establecimiento de salud, profesional, efector o personal de salud que dilatare injustificadamente, obstaculizare o se
negare, en contravención de la normativa vigente, a practicar un aborto en los casos legalmente autorizados.

Sustitución del Art. 86 del CPA:


Art. 16.- Sustituyese el Art. 86 del CPA, por el siguiente:
Art. 86: No es delito el aborto realizado con consentimiento de la persona gestante hasta la semana 14 inclusive
del proceso gestacional. Fuera del plazo establecido en el párrafo anterior, no será punible el aborto practicado con el
consentimiento de la persona gestante:
1. Si el embarazo fuere producto de una violación. En este caso, se debe garantizar la práctica con el requerimiento y la
declaración jurada de la persona gestante ante el o la profesional o personal de salud interviniente.
En los casos de niñas menores de 13 años de edad, la declaración jurada no será requerida.
2. Si estuviera en riesgo la vida o la salud de la persona gestante.

Sustitución del Art. 87 del CPA:


Art. 17 Sustituyese el Art. 87 del CPA, por el siguiente:
Art. 87: Será reprimido o reprimida con prisión de 6 meses a 3 años, el o la que con violencia causare un aborto sin
haber tenido el propósito de causarlo, si el estado del embarazo de la persona gestante fuere notorio o le constare.

Sustitución del Art. 88 del CPA:


Art. 18 Sustituyese el Art. 88 del CPA, por el siguiente:
Art. 88: Será reprimida con prisión de 3 meses a 1 año, la persona gestante que, luego de la semana 14 de gestación
y siempre que no mediaren los supuestos previstos en el Art. 86, causare su propio aborto o consintiera que otro se lo
causare. Podrá eximirse la pena cuando las circunstancias hicieren excusable la conducta. La tentativa de la persona
gestante no es punible.

Legalmente, el término es más amplio que en sentido estrictamente médico. En este último aspecto, el abortoes la expulsión prematura y provocada del producto de
la concepción, desinteresándose del resultado de las maniobras para la vida del feto. Desde el punto de vista penal, el aborto es la muerte del feto, ya sea como
consecuencia de su expulsión violenta y prematura o por su destrucción en el seno materno.
Ha correspondido a la doctrina la conceptualización jurídica del delito de aborto. Carrara definió al aborto, al que denominaba feticidio, “como la muerte dolosa del
feto dentro del útero, o como su violenta expulsión del vientre materno, de la que se sigue la muerte del feto”. Soler dice que, así como el homicidio es la muerte
inferida a un hombre, el aborto es la muerte inferida a un feto. Fontán Balestra sostiene que el aborto consiste en la interrupción del embarazo, con la muerte del
feto o fruto de la concepción.
Bien Protegido
Se alega a favor de la sanción del aborto que este delito protege la vida humana representada por el feto, y lavida y la salud de la madre. Es inadmisible un derecho
de libre disposición sobre el feto, ya que este es algo que el Estado tiene interés en proteger, como lo demuestran los derechos que las legislaciones acuerdan a las
personas por nacer, bajo la condición de que nazcan con vida.
Distintos Casos: Aborto Provocado por Terceros.
3
La figura del Art. 85 del CPA. El artículo regula las dos figuras básicas del aborto doloso cometido por un tercero, según sea con el consentimiento o sin el
consentimiento de la mujer. Establece también para ambos supuestos, una agravante objetiva de la pena si el aborto fuera seguido de la muerte de la mujer. La
falta de consentimiento agrava considerablemente la penalidad pues en tal supuesto se está atentando no solamente contra la vida del feto sino también contra la
libertad y la maternidad de lamujer.
Los elementos materiales del delito, comunes a todo tipo de aborto, consisten en:
a) El embarazo de la mujer.
b) La vida en el producto de esa concepción al momento de practicarse las maniobras abortivas.
c) La destrucción o muerte del feto como consecuencia de esas maniobras.

Consentimiento de la mujer. Decíamos que el elemento diferenciador de las figuras básicas de aborto practicado por terceros residía en el consentimiento de la
mujer. Lo que la mujer consiente o autoriza es que otra persona le realice un aborto y no que el tercero colabore en su propio aborto. En el primer supuesto, al
tercero le será aplicable el Art. 85 Inc. 2 y a la mujer el Art. 88, mientras que en el segundo supuesto para ambos será de aplicación el art. 88, pero al tercero en
grado de participación criminal, primaria o secundaria, según el caso. Hay consenso en la doctrina que la capacidad requerida en la mujer para prestar un
consentimiento válido no es la exigida por la ley civil para los actos jurídicos en general, pues estamos en presencia de un hecho ilícito. Por ser punible este
consentimiento, se requiere capacidad para ser responsable penalmente. Se requiere también capacidad para comprender la criminalidad del acto o dirigir sus
acciones y que el consentimiento no haya sido prestado mediante violencias, coacción o engaño. No mediando estas condiciones de edad, salud mental, conciencia
o libertad, el consentimiento se reputa inválido y el hecho es atrapado por el Inc. 1 del Art. 85. La figura no requiere determinadas formas en el consentimiento, el
que puede ser expreso, verbal o escrito, o por signos inequívocos referidos al aborto, o tácito, mediante actos que reflejen con certidumbre su asentimiento a las
maniobras. Pero no es admisible presumir o conjeturar el consentimiento. El autor debe tener la certeza de que la mujer quiere la muerte del feto, aun cuando el error
sobre la existencia de ese consentimiento lo favorezca y el hecho se repute cometido con consentimiento. Tampoco es eficaz el consentimiento prestado por los
padres, tutores, curadores o simples guardadores, ya que la ley sólo acuerda validez al prestado por la mujer, por lo que el aborto practicado con el exclusivo
consentimiento de aquéllos, aun cuando la mujer sea incapaz o este momentáneamente incapacitada para prestarlo, encuadra en el Inc. 1 del art.
Agravante Objetiva. Muerte de la Mujer. La figura prevé una agravante objetiva para los dos supuestos de aborto contemplados, con o sin consentimiento,
incrementando considerablemente la pena, “… si el hecho fuere seguido de la muerte de la mujer”. La agravante es de aplicación al autor del aborto doloso,
consumado o tentado, por la sola vinculación causal directa de las maniobras abortivas desplegadas por aquél con el resultado letal. Debe descartarse en el agente
el dolo homicida. Tampoco es de aplicación la agravante si la muerte se produce luego de practicadas las maniobras abortivas, pero por causas sin vinculación
directa con aquéllas.

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Parte de nuestra doctrina y jurisprudencia sostiene que para la procedencia de la agravante es imprescindible la consumación del aborto, mediante la muerte del
feto. Si este resultado no se produce, aunque muera la mujer a raíz de las maniobras ejercidas sobre ella, la agravante no se aplica, pues no habiendo aborto,
tampoco hay aborto agravado por la muerte de la mujer. En contra de la tesis expuesta se alega, con razón, que el delito calificado por el resultado no se excluye ni
desaparece porque el delito básico haya quedado en grado de tentativa. Lo que importa es el resultado causalmente producido, la muerte no querida de la mujer,
que ocurre a consecuencia de un aborto consumado o de las maniobras abortivas, aunque el feto no muera. No empecé la aplicación de la agravante por muerte de
la mujer, la circunstancia que el aborto haya quedado en grado de tentativa por no haberse producido la muerte del feto.
Aborto Provocado por la Mujer:
La situación de la mujer, que causa su propio aborto es atrapada por este artículo. Aquélla es punible con prisión de uno a cuatro años, de igual extensión que la
conminada para el tercero que practica el aborto con consentimiento, aunque para la mujer no se estipula la reclusión. Por supuesto que la figura exige, al igual que
en el aborto causado por terceros, el dolo directo de la madre, el propósito de matar al feto. La mujer debe ser la autora de su propio aborto. La ejecución por
parte de la mujer de su propio aborto, no es incompatible con actos de participación de terceros en el hecho de la mujer, que no importen actos ejecutivos del delito.
Aborto Profesional:
La primera parte del artículo prevé como agravante específica para los profesionales y en los supuestos allí establecidos, la pena conjunta, de aplicación obligatoria
junto con la privativa de la libertad prevista en el artículo anterior, de inhabilitación especial por el doble de tiempo de la reclusión o prisión.
Al referirse la ley al abuso en la ciencia o arte, exige, para la aplicación de la agravante, la intervención o cooperación dolosa del profesional en un hecho que sabe
es ilícito. Se requiere un abuso en sentido objetivo y subjetivo.
La ley requiere la intervención o cooperación en el aborto, no la actividad de ocultar uno ya realizado o la posterior intervención curativa de la mujer, cuando el
profesional ha sido extraño al aborto. La enumeración de la ley de los profesionales a quienes alcanza la agravante es taxativa.
Aborto Impune:
La segunda parte del artículo declara impune al llamado aborto terapéutico o necesario (Inc. 1), al aborto ético o sentimental y al aborto eugenésico (Inc. 2). Se ha
considerado más apropiado designar a estos casos como abortos justificados, antes que impunes, ya que son hipótesis de verdaderas causas de justificación.
Aborto Terapéutico:
La específica inclusión de este aborto ha motivado críticas por parte de la doctrina por considerarlo sobreabundante e innecesario frente a la previsión del Art. 34
Inc. 3 del CPA. Estas críticas son infundadas pues si bien la impunidad del aborto terapéutico se basa en un estado de necesidad que persigue finalidades curativas,
requiere de exigencias distintas de las de la fórmula general del Art. 34 Inc. 3. Resulta equivocado identificar el estado de necesidad del Art. 34 Inc. 3 del CPA con el
aborto terapéutico previsto por el Art. 86 Inc. 1. Los autores han señalado las diferencias entre los requisitos exigidos por el estado de necesidad como justificante
general y los del aborto terapéutico. Se indica que mientras la fórmula del estado de necesidad se aplica tanto al interesado como a un tercero, el aborto
terapéutico excluye la intervención de la interesada o un tercero, y admite sólo la del médico diplomado; el estado de necesidad no contiene referencia alguna al
requisito del consentimiento de la mujer encinta, imprescindible en el aborto terapéutico; el estado de necesidad exige un conflicto de bienes jurídicos que se
resuelve en el sentido que el mal causado debe ser menor que el que se trata de evitar, mientras que en el aborto terapéutico, el conflicto ya se encuentra resuelto
por la ley que da primacía a evitar el peligro para la vida y aun para la salud de la madre, sobre la vida del feto; el estado de necesidad supone un mal inminente,
mientras que el aborto terapéutico no requiere la inminencia del mal, ni siquiera del peligro para la vida o la salud de la madre, y puede ser previsto con gran
antelación. Por supuesto que esta incorreción de equiparar estado de necesidad con aborto terapéutico, no es impedimento para que, dada una situación de
urgencia, de grave peligro actual e inminente para la vida o la salud de la madre, cualquiera puede ejecutar el aborto, aun sin los presupuestos requeridos por el Inc.
1 del Art. 86, en cuyo caso la situación estaría reglada por el Art. 34 Inc. 3. La figura sólo autoriza a practicar el aborto terapéutico a un médico diplomado, es decir,
que tenga título habilitante para ejercer la medicina, expedido en el país o en el extranjero, siempre que esté legalmente reconocido. La ley acuerda sólo a la madre
el derecho de optar por su vida o salud, o por la vida de su hijo. Es la única que puede prestar el consentimiento válido que legitime el aborto ejecutado bajo estas
circunstancias. No es válido el otorgado por el esposo o representante legal de la mujer, aun cuando en los casos de extrema urgencia, y ante la imposibilidad o
incapacidad de aquella para otorgarlo, la situación pueda resolverse conforme las preceptivas

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del Art. 34 Inc. 3 del CPA. No se requieren determinadas formalidades para prestar el consentimiento, que puede ser expreso o tácito, pero es necesario que esté
prestado con libertad y discernimiento y que no esté viciado por error. El peligro para la vida o salud de la mujer deben ser inevitables por otros medios. Si éstos
existen, a dichos procedimientos se debe recurrir, pues si son desechados intencionalmente, no procede la justificación de este aborto.
Aborto Sentimental:
El aborto sentimental, llamado también ético o humanitario, es el practicado cuando el embarazo proviene de delitos sexuales, tales como la violación, el estupro,
etcétera, o de prácticas sexuales perversas como el incesto.
Aborto Eugenésico:
Puede darse como concepto genérico de aborto eugenésico, el practicado para evitar el nacimiento de un ser con serias incapacidades físicas o mentales, o con
ambas a la vez.
El supuesto del Art. 87 del CPA
La figura contempla el denominado aborto preterintencional ya que, de un hecho ilícito y doloso, deviene unresultado más allá de la intención del agente. Parte de
la doctrina sostiene, sin embargo, que el aborto contemplado en el artículo es una figura culposa.
Nuestra ley no admite la forma culposa del aborto. La violencia a la que se refiere la ley es la acción dolosamente ejecutada destinada a ocasionar un daño en el
cuerpo o en la salud de la mujer, que puede constituir el delito de lesiones, o por lo menos, un hecho ilícito civil. Se destaca que el artículo no emplea las expresiones
que normalmente utiliza el Código cuando quiere imputar un hecho a título de culpa, designando las distintas formas de éstas. La aplicación de la figura requiere
la ausencia de dolo directo, del propósito del agente de causar el aborto de la mujer. Hay acuerdo en la doctrina que el delito excluye el dolo directo y la culpa, por
lo que quedan comprendidos en el artículo los abortos cometidos con dolo eventual. Las violencias deben estar dirigidas a la mujer y no al feto, pues en este caso
difícilmente pueda excluirse el propósito de ocasionar el aborto. Las violencias ejercidas culposamente no son típicas a ninguna figura del aborto. La ley requiere
que el estado de embarazo de la mujer fuere notorio o le constare al agente. Este debe saber positivamente que la mujer sobre la cual ejerce violencia está
embarazada, sea por lo manifiesto de su estado o porque lo sabe por otro motivo. El tipo se integra con este conocimiento.
Tentativa de la Mujer:
La ley prevé expresamente la impunidad de la tentativa de la mujer, que alcanza tanto al delito imposible como al caso de frustración por causas ajenas a su
voluntad. Esta impunidad está referida sólo a los casos del propio aborto tentado por la mujer, ya que en los casos de abortos practicados por terceros con el
consentimiento de la mujer, la tentativa se rige por las reglas comunes, siendo punibles el tercero y la mujer que consiente. A los partícipes en el aborto tentado de
la mujer, siempre que no tengan intervención en los actos ejecutivos del delito, les alcanza también la impunidad. Se sostiene que los mismos fundamentos dados
para justificar la impunidad de la mujer, son válidos para los partícipes. Se afirma también que la participación requiere de un hecho principal típicamente
antijurídico y objetivamente punible. Que la exención de pena para la tentativa de la mujer no se basa en una razón personal, sino que la ley declara expresamente
a esta tentativa como hecho impune. La postura trascripta sobre la impunidad de los partícipes en el aborto tentado de la mujer, no es compartida pacíficamente.
Parte de nuestra doctrina y jurisprudencia sostiene que la impunidad de la tentativa de la mujer es una excusa absolutoria, y como tal, una causal personal e
intransferible, que no se comunica a los partícipes, conforme lo preceptúa el art. 48 del Cód. Penal, por lo que éstos son punibles.

LESIONES:
Concepto
Recién con la civilización cristiana se advierte la necesidad de incluir dentro del concepto de lesión, la perturbación al
entendimiento de un hombre. Aquí surge el concepto de lesiones personales en lugar de la antigua denominación de lesiones
corporales. Queda incluido en el concepto de lesión, el daño físico como el psíquico. A partir de considerar la lesión como un
daño físico o psíquico se elaboran distintos conceptos que incluyen ambas situaciones. El Art. 89 castiga al que causare a otro,
en el cuerpo o en la salud, un daño que no esté previsto en otra disposición del Código. La fórmula legislativa recepta el
concepto de lesión personal, comprensiva del ataque corporal como el daño psíquico. Partiendo del concepto legal del Art. 89
se define a la lesión como una alteración de la contextura física o un detrimento en el funcionamiento del organismo de una
persona; la lesión es un daño anatómico y un daño

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fisiológico; es un daño en el cuerpo o en la salud, para emplear textuales palabras de nuestro CPA vigente.
Soler estructura el concepto del delito de lesión a partir de la fórmula legislativa, aclarando que la separación conceptual entre
daño en el cuerpo y daño en la salud no tiene una importancia fundamental, porque tratándose de lo que Beling llama una ley
compleja alternativa cualquiera de las dos formas constituye el delito y es indiferente que un caso encuadre a la vez en los dos
extremos.
Nosotros pensamos que el concepto de delito de lesión surge claro del precepto legal del Art. 89 del CPA, con el alcance
dado por Soler.
Daño en el Cuerpo. La lesión como daño corporal sólo exige la idea de alteración; existe daño en el cuerpo toda vez que se
destruya la integridad del cuerpo o la arquitectura y correlación de los órganos y tejidos, ya sea ello aparente, externo, o
interno. Terán Lomas conceptualiza el daño en el cuerpo como la alteración de la integridad o contextura física, no importando
que sea externo, y por ende aparente, ni que exista derramamiento de sangre. La doctrina mayoritaria considera al daño como
una alteración o como una modificación, puede ser interno o externo, causar o no causar dolor, con o sin derramamiento de
sangre o puede ser insignificante, basta que sea un daño y que la herida por simple que sea cure espontáneamente o con
simples cuidados higiénicos, aunque beneficie la estética del sujeto pasivo. Se discute en doctrina si toda alteración o
modificación de la estructura corporal representa un daño. Núñez sostiene que sólo será daño si recae en partes susceptibles
de afectar la eficacia de su actividad vital, en razón que la protección legal se dispensa velando en último término por la
vitalidad de las personas, la que no puede ser afectada por alteraciones de partes físicas que están naturalmente a ser
cortadas. Soler considera que, en los supuestos examinados, existe daño toda vez que la ley protege la anatomía del cuerpo
como tal. Creus dice que la discusión es ociosa, ya que cualquier parte del cuerpo desempeña una actividad vital. Desde el
punto de vista médico, la alteración corporal se puede presentar como una contusión, una herida, una fractura, etc.
Daño en la Salud. Consiste en un detrimento en el funcionamiento del organismo de la persona, cualquiera que sea el estado
de éste y cualquiera que sea el perjuicio causado en ese estado. Esta forma de lesión se refiere más bien a la fisiología, al
equilibrio funcional del organismo; se altera el orden normal de las funciones fisiológicas. El equilibrio funcional protegido es
tanto el físico como el psíquico, no así el moral que es objeto de protección en otro Título del Código. El desequilibrio funcional
puede presentarse como enfermedad o como debilitamiento y aun como sensaciones molestas.

LESIONES LEVES (Art. 89: 1m a 1a):


Características Específicas del Art. 89 del CPA. La acción constitutiva del delito es la de inferir una lesión a otro; es causar un
daño, en el cuerpo o en la salud de una persona. La figura en estudio constituye un caso de subsidiariedad genérica cuando
dice: “… un daño que no esté previsto en otra disposición de este Código”. Esta subsidiariedad existe no sólo respecto de los Arts.
90 y 91 sino también en relación a las lesiones en riña, el duelo, el abuso de armas y el tormento al preso. La doctrina
dominante considera que por muy insignificante que sea el daño, constituye el delito de lesión. El tipo penal en examen es
doloso, pudiendo ser de dolo directo o eventual. La figura no contiene elementos subjetivos específicos. Tratándose de un
delito de daño material, es posible la tentativa. Cualquier medio comisivo es posible. Es un delito de comisión, que puede
consumarse tanto por una actividad como por omisión. En cuanto a la punibilidad, el delito se encuentra conminado con pena
de prisión de 1 mes a 1 año. Esta pena se agrava en los supuestos de la Ley Nº 24.192 (Violencia en los Espectáculos
Deportivos).

LESIONES GRAVES (Art. 90: 1 a 6a):


Conceptos Comunes de Debilitación y Permanencia. La ley prevé distintos tipos de daños donde el concepto común es el
debilitamiento funcional permanente de la víctima. La debilitación supone la conservación de la función, pero en forma
disminuida. La debilitación es un estado que se crea como consecuencia del daño, y que si bien no altera el funcionamiento del
organismo lo predispone permanentemente a la enfermedad o fatiga. La permanencia a la que alude la ley no significa que la
debilitación deba ser para siempre, perpetua. Bastará el pronóstico médico prescribiendo una cierta duración de la
debilitación; sólo se requiere la persistencia. Cuando una lesión tenga ese carácter de permanencia, es indiferente que por
ulteriores intervenciones quirúrgicas o procedimientos artificiales se pueda corregir la lesión.

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1. Debilitamiento de la Salud
2. Debilitamiento de un Sentido
3. Debilitamiento de un Órgano
4. Debilitamiento de un Miembro
5. Dificultad Permanente de la Palabra
6. Peligro de Vida
7. Inutilidad Temporal para el Trabajo
8. Deformación Permanente del Rostro

LESIONES GRAVÍSIMAS (Art. 91: 3 a 10a):


El criterio seguido en este tipo penal es el de la perpetuidad, aplicada a algunos casos de gravedad de la lesión.
1. Enfermedad Cierta o Probablemente Incurable
2. Inutilidad Permanente para el Trabajo
3. Pérdida de un Sentido, Órgano o Miembro o del uso de un Órgano o Miembro
4. Pérdida de la Palabra
5. Pérdida de la Capacidad de Engendrar o Concebir

Agravantes (Art. 92: Lesiones Leves – 80 -: 6m a 2a; Les. Graves: 3 a 10a y Les. Gravísimas: 3 a 15a)
Agravantes de la Pena por Lesiones. En el proyecto de 1960 se simplifica el sistema de agravación de las penas. Núñez
plantea que alguna de las agravantes del Art. 80 no se correlacionan, con claridad, respecto de las lesiones.

Atenuantes Comunes con las del Homicidio


Atenuantes (Art. 93: Lesiones Leves – 80 -: 15d a 6m; Les. Graves: 3m a 3a y Les. Gravísimas: 1 a 4a)
Concurrencia de Agravantes y Atenuantes. El tipo penal en estudio presenta la concurrencia de circunstancias agravantes y
atenuantes en lo referido al Art. 80 Inc. 1 y 81 Inc. 1. En el supuesto de lesiones contra el ascendiente, descendiente o cónyuge,
cometidas en estado de emoción violenta, la conductaqueda atrapada en los tipos penales de los Arts. 92 y 93.

LESIONES CULPOSAS (Arts. 94 y 94 Bis: Lesiones Leves: 1m a 3a; Les. Graves y Gravísimas: 6m o $):
Aquí es de aplicación todo cuanto se ha dicho al comentar el Art. 84 y referido a las formas de la culpa. No se realiza distingo
alguno atendiendo a la gravedad de las lesiones. En cuanto a la pena, es de prisión o multa y con la aplicación de alguna de
ellas corresponde la de inhabilitación.

Agravantes:
Lesiones Culposas por Conducción de Vehículo con Motor. Ley N° 27.347
La ley N° 27.347 modificó el Art. 94 e introdujo el Art. 94 Bis siguiendo los mismos lineamientos adoptados para el homicidio
culposo por conducción de vehículo con motor. Los cambios no han sido significativos en relación al texto anterior, ya que
únicamente se eliminó la frase “y concurriera alguna de las circunstancias previstas en el 2° Párr. del Art. 84". En cuanto a las
lesiones producidas por la conducción imprudente, negligente o antirreglamentaria de un vehículo con motor y sus
agravantes, su regulación se encuentra consignada en el Art. 94 Bis, en el que se repiten las referencias del Art. 84 Bis.

EL DELITO DE CONTAGIO VENÉREO


El Delito de Contagio Venéreo Previsto por la Ley Nº 12.331: Características. El Art. 18 de la ley Nº 12.331 de Profilaxis
Antivenérea de 1937, reprime con la pena del Art. 202 a “quien, sabiéndose afectado de una enfermedad venérea transmisible,
la contagia a otra persona”. La acción típica es contagiar la enfermedad a otra persona. A diferencia del delito de propagación
de enfermedad peligrosa y contagiosa, basta que la enfermedad venérea se transmita a una sola persona, sin que se haya
creado con ello una situación de peligro común. Por eso, parte de la doctrina ha considerado conveniente incluir este tipo
penal entre los delitos contra las personas, como una categoría de lesión. Es un delito de daño, que requiere, para su
consumación, que se haya producido el contagio de la enfermedad. Sujeto activo sólo puede ser quien se sabe afectado de una
enfermedad venérea transmisible, esto es, de una enfermedad que se transmita principalmente por el trato sexual, aunque no es
necesario que el contagio se realice por esa vía. El autor debe tener un conocimiento cierto de que se encuentra afectado por la
enfermedad venérea. La ley dice “sabiéndose afectado”. Este es un elemento subjetivo de la figura del contagio venéreo,
de cuya existencia dependerá la tipicidad del hecho. En cuanto a la culpabilidad del autor, se trata de una figura dolosa, que
admite tanto el dolo directo como el dolo eventual.

HOMICIDIO Y LESIONES EN RIÑA (Art. 95: 2 a 6a y Les. Leves: 4 a 120d):


Bien Jurídico Protegido. El bien jurídico es la persona, y en particular la vida o su incolumidad física o psíquica.
Riña y Agresión. “La riña se define como una lucha súbita, que surge entre dos o más personas por causas privadas. Se dice
súbita, para distinguir la riña de la agresión y del duelo; y se dice por causas privadas, para distinguirla de la sedición y de otros
delitos de carácter político”.

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Nuestra ley se refiere a riña o agresión, términos que son perfectamente distinguidos por nuestra doctrina. Riña es el súbito
acometimiento recíproco y tumultuario de más de dos personas, de manera que no puede llamarse riña el acometimiento de
varios contra uno. A diferencia de la riña, la Agresión, aunque tenga carácter de acometimiento, presenta la particularidad de
que, a pesar de ser tumultuaria, la víctima no reacciona en forma activa, o no se resiste. La doctrina es pacífica en cuanto a que el
contacto entre quienes intervienen en una riña puede ser directo o a distancia.
Requisitos. Siguiendo a Núñez, a los fines de la configuración del Art. 95 es necesario:
a) La existencia de una riña o agresión de 2 o más personas.
b) Que tenga un resultado mortal o lesivo.
c) Que no conste quiénes causaron la muerte o lesión.
d) Que conste que alguno de los participantes ejerció violencia sobre el ofendido.

La indeterminación del sujeto activo conlleva al castigo de todos los participantes de la agresión con una pena menor. Muchos
autores sostienen que es una verdadera excepción a los principios que constitucionalmente rigen el sistema represivo penal
en materia de autoría culpable o al principio de cuIpabiIidad, y que la norma viene a solucionar dificultades probatorias para
la imputación del resultado. No obstante, la CSJN ha sostenido al respecto: "... Que si esto fuera efectivamente así, es decir, si el
Art. 95 supliera la falta de prueba acerca de quién fue el autor del hecho por medio de la atribución de responsabilidad a todos
los intervinientes en la riña, nos encontraríamos frente a una regla que lesionaría la presunción de inocencia. Los demás
intervinientes en la riña que no hayan participado del acometimiento concreto contra la víctima, son impunes para la ley
argentina.

ABUSO DE ARMAS (Arts. 104 y 105: 1 a 3a – 15d a 6m):


De la lectura del Art. 104, surge claramente que hay 2 hechos reprimidos y previstos por la ley: disparo de armas de fuego;
agresión con toda arma. Los párrafos 1ero y 2do de este art. corresponden al abuso de arma, el 3er corresponde a la agresión
con toda arma. Tanto el disparo de armas como la agresión con toda arma son delitos formales, de peligro real y concreto,
pudiendo convertirse en delitos de daño en caso de producirse lesiones leves. La ley contempla la pena de 1 a 3 años cuando
se dispare un arma de fuego contra una persona sin herirla. Se aplica la misma pena si el resultado dañoso es lesivo de
carácter leve. En cuanto a la lesión grave o gravísima, o cuando el resultado es la muerte, elimina la aplicación de esta figura, y el
autor responde por los resultados causados.

DISPARO DE ARMA DE FUEGO:


Debe tratarse de un arma de fuego. Esta es la que dispara proyectiles en virtud de un mecanismo de explosión. Es requisito el
disparo del proyectil como consecuencia del mecanismo de explosión de pólvora; la sola explosión sin lanzar el proyectil no
produce peligro y por tanto no se encuentra alcanzado por la norma penal en estudio. El arma puede ser de corto o largo
alcance. Siendo un delito de peligro, no se configura si la distancia fuera tan larga que el proyectil no tuviera alcance. El
disparo de arma de fuego tiene que ser contra una persona, aunque no se requiere que sea contra persona determinada; puede
ser contra personas indeterminadas. La pluralidad de personas agredidas o la reiteración de los disparos, no multiplica el
delito. La figura en estudio queda desplazada si la intención del agente fue la de matar o causar lesiones graves o gravísimas.
En este supuesto, el hecho se castiga como tentativa de homicidio o lesiones, según el caso. Conforme a la redacción del tipo
penal en estudio, si por el abuso de arma se infieren lesiones leves, éstas quedan absorbidas en el supuesto del Art. 104, no
pudiendo pensar en un supuesto de concurso ideal de delitos. El tipo penal tiene una función subsidiaria, además de la función
absorbente ya estudiada. Ello ocurre cuando el hecho importe un delito más grave; que se causen lesiones graves, gravísimas,
la muerte o la tentativa de cualquiera de estos delitos. Este carácter absorbente y subsidiario de la figura, no implica que el
delito en examen no pueda concurrir con otros delitos más graves que no lo presupongan en los modos comisivos.

AGRESIÓN CON TODA ARMA


Concepto de Arma. El concepto de arma del Art. 104, último párrafo, comprende el de armas propias e impropias. Arma es
todo objeto capaz de aumentar el poder ofensivo del hombre. Arma es un concepto comprensivo, que abarca las armas
propiamente dichas, como todo objeto, no destinado al efecto, pero que por la forma de su empleo puede resultar apropiado
multiplicando las fuerzas. Arma a los fines del Art. 104, in fine, es cualquier objeto material que utilizado de forma
determinada resultaidóneo para agredir a otro.
La figura es de carácter subsidiario y quedará desplazada en caso que la agresión produzca algún daño.
Agravantes y Atenuantes: El Art. 105 contempla la situación de agravantes y atenuantes de los hechos contemplados en el
Art. 104 cuando concurran las circunstancias de los Arts. 80 y 81 Inc. a), en el cual la agresión o disparo de arma es agravado,
y resulta atenuado cuando media la emoción violenta, siempre que las circunstancias lo hicieran excusable. La pena aumenta o
disminuye en un 1/3.

ABANDONO DE PERSONAS (Arts. 106/8: 2 a 6a; 3 a 10a; 5 a 15a):


ABANDONO DE PERSONAS: Naturaleza y Carácter del Delito. Bien Jurídico Protegido. Las figuras comprendidas en este
capítulo son todas figuras de peligro para la vida o la salud de las personas. El

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fundamento de la incriminación es la tutela de la seguridad o incolumidad de la persona física, puesta en peligro por el hecho
material del desamparo o abandono en que la coloca el sujeto activo del delito. El abandono es un delito contra las personas,
ya que el sujeto pasivo no sufre la privación de un derecho ordinario o de un bien, sino que con la acción típica se pone en
peligro su vida o su salud.

Hipótesis Legales:
FIGURA BÁSICA. Se reprime 2 delitos distintos o 2 modos de comisión de un mismo delito: 1) la exposición a peligro de una
persona colocándola en situación de desamparo; 2) la exposición a peligro de una persona incapaz de valerse y a la que el
autor deba mantener o cuidar o que éste hubiese incapacitado, abandonándola a su suerte.

EXPOSICIÓN A PELIGRO POR DESAMPARO. La acción típica consiste en poner al sujeto pasivo en una situación de desamparo.
Este es el alcance del término colocar, empleado por la ley. Esta mayor actividad exigida en el autor, se justifica por la amplitud
de la figura, que alcanza a quienes ninguna obligación asistencial tiene con la víctima, y que protege a cualquier persona, sea
capaz o incapaz de valerse por sí misma. Se coloca a la víctima en situación de desamparo cuando por encierro, aislamiento,
abandono, etcétera, se le impide obtener, por sí o por otro, la asistencia física que requiere. Son hipótesis que reclaman un
quehacer activo del autor. A diferencia de los supuestos de abandono, los casos de desamparo constituyen un delito de acción. El
delito es doloso y como en el resto de los supuestos previstos en el artículo, requiere para su punibilidad que se haya creado
un peligro para la vida o la salud del sujeto pasivo.

EXPOSICIÓN A PELIGRO POR ABANDONO. En la segunda hipótesis prevista por el artículo, el autor abandona a su suerte a la
víctima cuando se desentiende de su manutención o cuidado, la que, por su incapacidad, no puede proveérselos por sí misma,
careciendo también de la posibilidad que se los proporcione un tercero. Hay consenso en la doctrina en que el delito es doloso,
dolo que se integra con la voluntad, o al menos el conocimiento de la situación de desamparo del sujeto pasivo, con peligro
para su vida o salud.
Sujetos Activo y Pasivo. El primer supuesto de Abandono, importa la violación de un deber jurídico del autor hacia la víctima.
No es suficiente la existencia de un simple deber moral o impuesto por razón de convivencia social. En el caso, sujeto activo
sólo puede ser quien, con anterioridad al abandono, ya estaba obligado jurídicamente a mantener o cuidar al abandonado. Esta
obligación reconoce su origen solamente en:
a) La ley.
b) El contrato.
c) La conducta anterior o precedente.
Sujeto pasivo debe ser una persona incapaz de valerse, que no pueda proveerse a sí mismo su manutención o cuidado. Esta
incapacidad puede provenir de su edad, por minoridad o senectud, por enfermedad y aun por causas imputables al mismo
incapaz. Puede provenir de circunstancias especiales.

ABANDONO DE LA PERSONA QUE EL MISMO AUTOR HA INCAPACITADO. Es el segundo supuesto de Abandono previsto por
el CPA. A diferencia del supuesto anterior de abandono, el deber asistencial del autor del hecho causante de la incapacidad no es
un deber jurídico preexistente, sino que nace en el mismo momento en que el agente comete el hecho causante de la
incapacidad. Sujeto activo puede ser cualquier persona y pasivo también cualquier persona a la que el autor haya incapacitado.
Al igual que el otro supuesto de abandono, es una forma delictiva de comisión por omisión.

Figuras Agravadas. El art., en sus Párra. 2º y 3º agrava las penas cuando a consecuencia del abandono resultare un grave
daño en el cuerpo o la salud de la víctima, o si ocurriere la muerte. Es necesario para la aplicación de las agravantes, que entre
el abandono y el grave daño en el cuerpo o en la salud, o la muerte, medie una relación de causa a efecto. No hay acuerdo en la
doctrina sobre el alcance de la expresión “… grave daño en el cuerpo o en la salud…” empleada por la ley. Fontán Balestra y
Oderigo sostienen que sólo está referida a las lesiones graves o gravísimas. Núñez piensa que esta expresión es más amplia,
que puede ser configurativa, o no, de estas lesiones. Basta que el cuerpo o la salud hayan sufrido un importante perjuicio, aun
cuando éste no encuadre en los supuestos de los Arts. 90 o 91. Esta última opinión es la que más se adecua a una correcta
interpretación sistemática del Código. La mayoría de la doctrina conviene que estos resultados agravantes son eventos
preterintencionales, toda vez que, si el agente ha actuado con dolo, utilizando el desamparo o abandono como un medio para

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obtener aquéllos, el hecho queda atrapado por las figuras comunes de lesiones u homicidio. Las mismas expresiones utilizadas
por la ley, “resultare”, “ocurriere”, hacen referencia a consecuencias preterintencionales.

Agravante por PARENTESCO. La Ley Nº 23.077 restableció el texto original del CPA y la Ley Nº 24.410 derogóla 2° parte de este
dispositivo que preveía una atenuante cuando el abandono estuviere motivado por el ocultamiento de la deshonra sexual de la
madre de la víctima. La agravante proviene del Proyecto de 1891, y su fundamento deriva de la transgresión de los mayores
deberes que tienen estos parientes entre sí. La ley limita la agravante a los padres e hijos entre sí y a los cónyuges. Excluye a todo
otro parentesco por consanguinidad, en cualquier grado, ascendente o descendente. Los mismos principios analizados al
comentar el Inc. 1 del Art. 80 con respecto a estos parientes, son de aplicación al caso.

OMISIÓN DE AUXILIO (Art. 108: $):


La figura contempla un delito típicamente omisivo y de peligro, que se consuma por la sola omisión, sin necesidad de resultado
o consecuencias dañosas para el sujeto pasivo. Pero es necesario para su tipicidad que la víctima ya se encuentre en una
situación de peligro, situación que se prolonga por la inactividad del autor, que no conjura o trata de conjurar el peligro, y que
es la omisión que castiga la figura. Importa el incumplimiento de un deber, expresamente impuesto por el artículo, y que
responde a razones de convivencia y solidaridad social.
Sujetos del delito. Sujeto Activo puede ser cualquier persona, que no tenga un preexistente deber de asistencia con la víctima.
Su obligación nace de la objetiva situación de peligro en que se encuentra el sujeto pasivo. Dado el carácter omisivo del delito,
no es admisible la participación, pero sí la autoría plural, cuando sean varios los autores que omiten auxiliar a la misma
víctima, en el mismo momento y situación. Es necesario que el sujeto pasivo se encuentre perdido o desamparado. Está
perdido quien, encontrándose fuera de su casa o de lugar seguro, no es capaz de dirigirse hacia su lugar de destino o a otro
donde se lo conozca, donde se lo oriente o se haga saber de su paradero. Está desamparada la persona imposibilitada de
procurarse, por sí o por otros, los auxilios y asistencia requeridos por su situación. Sujetos Pasivos sólo pueden ser un menor
de diez años o persona mayor de esta edad, sin límite alguno, que estuviera herida, inválida o amenazada de un peligro
cualquiera y que, en ambos supuestos, estuvieran sufriendo aquella situación de pérdida o abandono. Tratándose de menor de
10 años, basta la situación de pérdida o abandono, por el peligro que ésta supone para el menor y es innecesario para la
tipicidad que se encuentre herido o inválido. En el segundo supuesto, no basta que el mayor de 10 años esté herido o inválido;
es necesario que este estado, ante su situación de perdido o desamparado, lo haya puesto en un real peligro para su vida o su
salud. El peligro puede tener cualquier origen, aun cuando provenga de la propia culpa de la víctima, siempre que pueda
afectar la integridad física de la persona.

Omisiones Punibles. El delito se consuma no prestando el auxilio necesario y posible que requiere la situación del sujeto
pasivo o, en su defecto, no dando aviso a la autoridad sobre la situación por la que atraviesa la víctima. El auxilio impuesto por
la ley no es ilimitado o incondicional. Será obligatorio siempre que no importe un riesgo, de relativa consideración, para la
integridad física del auxiliador. Hay acuerdo en la doctrina en que la eximente del riesgo personal tampoco funciona cuando el
agente está jurídicamente obligado a soportar ese riesgo. Cuando el agente no puede prestar el auxilio requerido por el sujeto
pasivo, por el riesgo personal que éste le significa, o por no estar capacitado o no tener posibilidades de hacerlo, surge para
éste la obligación de dar inmediato aviso a la autoridad, y cuyo incumplimiento, importa la segunda omisión punible por el
artículo. El aviso debe realizarse de cualquier forma, por cualquier medio, y con la mayor premura posible, inmediatamente
dice el art., dado que su objeto es hacer que la autoridad preste el auxilio que no pudo prestar el agente. La doctrina
mayoritaria estima que la obligación de dar aviso a la autoridad es subsidiaria, y que sólo exime de responsabilidad cuando el
autor no pudo prestar el auxilio o cuando éste importaba un riesgo a su persona.

INCUMPLIMIENTO DE LOS DEBERES DE ASISTENCIA FAMILIAR: Ley N° 13.944:


Se señala que, conforme a la ubicación sistemática del delito, por ser el abandono una figura de peligro o de daño para la vida
o la salud de las personas, no son típicas a ésta ciertas acciones que importen un mero incumplimiento de deberes familiares,
como las previstas por la Ley Nº 13.944, en tanto de éstas no derive un efectivo peligro para la vida o la salud del sujeto pasivo.

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1
UNIDAD 3: DELITOS CONTRA EL HONOR

El Bien Jurídico Protegido: Resulta claro y no existe discrepancia en la doctrina que se trata de un delito contra las personas.
Ofende un aspecto distinto de las figuras cuya protección se encuentra en el Tít. I del CPA.
Muchos conceptos se han formulado acerca del honor: Desde nuestro punto de vista, para precisar el concepto de honor,
como bien jurídico protegido, es necesario recurrir a los distintos elementos que componen el honor de las personas. Intentar
objetivar, a través de sus elementos constitutivos, el concepto de honor. Carrara decía que es necesario examinar los diversos
bienes que constituyen el honor y descubrir las distintas formas que puede tomar el delito desde el punto de vista de su más
íntima objetividad. La idea de honor se puede vincular a tres conceptos distintos: 1) El sentimiento de la propia dignidad,
refiriéndose “a la conciencia de nuestros méritos, de nuestras capacidades, de nuestras virtudes”; 2) “La estima o buena opinión
que los demás tienen de nosotros”; 3) El poder que tiene una buena reputación de procurar ciertas ventajas materiales. Florián
distinguía el honor interno del honor externo. El 1° corresponde a la estimación que cada uno tiene de sí mismo. El honor
externo es la opinión que los otros tienen de nosotros. Analizando las posturas reseñadas, veremos sin esfuerzo alguno, que el
honor interno y externo de Florián coincide con los dos primeros conceptos de Carrara. Estos son coincidentes con lo que más
usualmente se denomina: concepto subjetivo y objetivo del honor.
Concepto Subjetivo de Honor. Es la autovaloración. Es la autoestima lo que cada individuo piensa de sí mismo como una
cualidad que posee. Es un concepto propio e íntimo que cada uno realiza de sí mismo con independencia de lo que consideran
los demás. Esta autoestima comprende una serie de condiciones positivas, de cualquier índole que el propio individuo
considera poseer y que, por tanto, son susceptibles de ser menoscabadas a través de cualquiera de las conductas tipificadas
como delito por el tít. en estudio. El ataque al honor subjetivo es una deshonra, con total y absoluta independencia de la
trascendencia a terceros de dicho menoscabo, aunque no toda la doctrina coincide con ello.
Concepto Objetivo de Honor. Es la valoración que los demás hacen de una persona. El honor objetivo está constituido por las
cualidades que nos atribuyen los terceros. Es el crédito que una persona tiene como consecuencia de la valoración social que
realizan los terceros. Nuestra ley penal protege el honor subjetivo y objetivo, a través de la tipificación de los delitos de
Calumnias e Injurias. Pero la protección no sólo es la individual y personal de la víctima, sino también, existe un interés
social en la preservación del honor.
Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos: El caso Kimel y la reforma de la Ley N° 26.551.

INJURIA (Art. 110: $):


Concepto: La Injuria, como deshonra o descrédito, implica un menoscabo, una disminución, una imputación peyorativa acerca
de la personalidad de alguien. Nuestra fórmula legislativa prevé 2 posibles formas de injuriar: la deshonra y el descrédito. La
Deshonra es un ataque al honor subjetivo. El descrédito, un ataque al honor objetivo. En la deshonra, se dirige la ofensa al
propio sujeto pasivo, careciendo de importancia si la acción injuriante llega a conocimiento de terceros. Es lo que en derecho
comparado se denomina Contumelia. El Descrédito se produce cuando la acción injuriante trasciende a terceros afectando el
crédito o fama que el sujeto pasivo goza en una comunidad determinada. Es la Difamación. Una acción injuriante podrá,
conforme a la estructura del Art. 110, configurar el ataque al honor subjetivo, objetivo, o ambos a la vez. No es necesario que
se produzca la deshonra y el descrédito; sólo bastará el ataque a uno de ellos. El tipo penal en examen no requiere la publicidad
de la acción injuriosa a los fines de su configuración. En el caso de injuria por deshonra sólo bastará que el injuriado tome
conocimiento personal de las ofensas proferidas. En el supuesto de injuria por descrédito, bastará que un tercero ajeno al
sujeto activo o pasivo tenga conocimiento del acto injuriante, sin necesidad de su publicación.
Elementos: Intencional. La injuria es, en nuestra legislación, un delito doloso. Es compatible con el dolo directo, indirecto y
eventual. No existe el delito de injuria culposo. El autor del delito debe comprender el significado injurioso de su conducta;
debe saber que su acción es idónea para ofender la honra o el crédito de una persona, o admitir la probabilidad que su
conducta lesione el honor de otro.
La "Exceptio Veritatis": Prueba de la verdad de las imputaciones de los delitos de injurias o calumnias con el fin de quedar
exento de responsabilidad penal. Facultad que corresponde al acusado de un delito de calumnia de probar la realidad del
hecho que ha imputado a otra persona, quedando exento de responsabilidad penal. Se trata de una causa de exclusión de la
penalidad de naturaleza objetiva que puede tener lugar en el transcurso del proceso por injuria o calumnia, y que encuentra su
fundamento en el interés del Estado en la persecución y castigo de los delitos

INJURIAS VERTIDAS EN JUICIO (Art. 115)


El tipo penal tiene su actual redacción en virtud de la Ley N° 23.077.

1
Las injurias exentas de pena referidas en el Art. 115 son las proferidas en tribunales. Ello está referido a los órganos
jurisdiccionales unipersonales, colegiados, de cualquier competencia material o jurisdicción nacional o provincial. Los Sujetos
Activos se encuentran definidos en la ley: litigantes, apoderados o defensores. Los litigantes son el demandante y demandado
en juicio no penal, acusador, acusado y denunciado en juicio penal, querellante y querellado, fiscales y defensores, sean
particulares o públicos. Los apoderados son los que representan a un tercero. Los defensores, por representación o
patrocinio, asisten a un tercero en litigio. La Excusa es procedente siempre y cuando la injuria no se haya dado a
publicidad. Ello ocurre cuando, por obra intencional del agente, se dan a conocer las manifestaciones injuriosas, antes o
después de ser presentadas en el tribunal.

CALUMNIA (Art. 109: $):


Su Definición Legal: El concepto proviene de la legislación francesa que declaraba “reo del delito de calumnia al que, en sitios o
reuniones públicas, en un acto público o auténtico, o por medio de manuscritos o impresos que se hayan fijado, vendido o
repartido, hubiera imputado a cualquier persona hechos que, de ser ciertos, la expondrían a ser procesada criminal o
correccionalmente, o sólo al menosprecio u odio de los ciudadanos”. En este delito, se ataca el honor de una persona de forma
determinada, a través de la imputación de un delito que dé lugar a la acción pública.
Diferencias con la Injuria: El tipo penal describe la conducta delictiva, a diferencia de la injuria, que con la fórmula
desacreditar o deshonrar, requiere el examen concreto de cada caso particular en la valoración acerca del contenido
desacreditante o deshonrante de los hechos. Con el tipo penal de la calumnia se ofende, al igual que en la injuria, el crédito o la
honra de una persona. “La calumnia es una injuria especializada por la conducta ofensiva”.

PUBLICACIÓN O REPRODUCCIÓN DE CALUMNIAS E INJURIAS AJENAS (Art. 111)


Es un tipo penal autónomo que castiga al autor que publica o reproduce una injuria o calumnia proferida por un tercero. La razón
de su incriminación es evitar que quien reproduce la injuria o calumnia se pueda amparar en que el delito fue cometido por
otro. Cometido cualquiera de los dos delitos contra el honor, el autor será castigado conforme el tipo penal correspondiente, y el
autor de la reproducción o publicación incurrirá en el delito del Art. 113. Se trata de un delito doloso, sin que la figura requiera
un dolo especial; basto el dolo eventual.La reproducción o publicación puede hacerse por cualquier medio: escrito, oral, etc.

INJURIAS O CALUMNIAS PROPAGADAS POR MEDIO DE LA PRENSA (Art. 114)


Este tipo penal establece una especial sanción a la conducta delictiva que describe: la publicación a costa del culpable, de la
sentencia o satisfacción. Limita su vigencia a la Capital y territorios nacionales. En los precedentes de esta norma no se
restringía su aplicación a la Capital y territorios nacionales, sino que su aplicación era para todo el territorio de la Nación. Ello
motivó reiterados fallos de inconstitucionalidad de la norma, con fundamento en el Art. 32 de la CN. El Art. 114 se refiere a la
propagación de la injuria o calumnia por medio de la prensa. Prensa es “la expresión de la palabra escrita e impresa publicada
por un editor”. Frente a la clara determinación de la ley penal en cuanto a que la propagación sea mediante la prensa, queda
fuera del tipo penal cualquier forma de difusión distinta: radio, teléfono, televisión, etc. Conforme el tipo penal, la ofensa debe
ser propagada, es decir difundida. Si ello no ocurre no es aplicable el Art. 114. La sanción de esta norma implica la publicación de
la sentencia o satisfacción. Cuando el CPA dice sentencia se refiere a sentencia firme, sin perjuicio de que dicha sentencia se
complemente con la de primera instancia si la primera es de segunda. La satisfacción es la retractación de la ofensa. La
sentencia debe publicarse en su totalidad, con exclusión de las ofensas. No basta la parte resolutiva, sino completa con los
considerandos. La publicación es a instancia de partes, no de oficio. La publicación debe ser en los impresos o periódicos en
que se hubiera propagado el delito contra el honor, tratando que aparezca en el mismo lugar y ubicación y con características
similares a los impresos ultrajantes. El tribunal que ordenará la publicación será aquél que dictó la sentencia condenatoria, o
el que hubiera sobreseído enrazón de la retractación del culpable. Las costas son a cargo del culpable.

Ejercicio de la Acción Penal en los Delitos de Calumnias e Injurias:


Art. 73 Querella. Delitos de Instancia Privada.

INSERCIÓN DE DATOS FALSOS EN UN ARCHIVO DE DATOS PERSONALES (Art. 117 Bis 6m a 3a):
Ley N° 25.326 Habeas Data
Divulgación de datos falsos. Agravantes. Este inciso ha sido incorporado por la Ley N° 25.326 (2000) de Habeas Data. En
su Art. 2, prevé qué se entiende por Datos Personales: es la información de cualquier tipo referida a personas físicas o de
existencia ideal determinadas o determinables; en tanto que archivo, registro, base o banco de datos, indistintamente,
designan al conjunto organizado de datos personales que sean objeto de tratamiento o procesamiento, electrónico o no,
cualquiera que fuere la modalidad de su formación, almacenamiento, organización o acceso. Cuando se analiza la disposición
enunciada en su Inc. 2 estamos en presencia de un delito que consiste en proporcionar datos provenientes de un falseamiento
que puede causar perjuicio (especial mente en materia de datos sensibles, que son aquellos referidos a la persona en sus
aspectos más íntimos, particulares y distintivos). En la modalidad delictiva, se puede decir que, conociendo la falsedad delos
datos, se los proporcionan a un tercero, ya sea que los demande o no. Esta conducta se comete por cualquier medio
(proporcionar es tanto dar como transmitir, hacer saber, dar a leer, retransmitir, copiar y distribuir, publicar, vender
información, intercambiarla, etc.). Pero en todos los casos, su pone actos positivos y no exige como resultado que el tercero
sepa, lea, se entere o utilice el dato falso o crea en él. Es un delito de peligro abstracto y se sanciona la mera conducta, sin
necesidad de riesgo a peligro visible. Subjetivamente es de dolo directo. El sujeto activo que proporciona debe saber que está
transmitiendo un conocimiento falso, un dato falso. En el párrafo 3°, se prevean incremento de la sanción, cuando del hecho se
derive perjuicio a alguna persona. Este podría configurar un ataque al buen nombre o crédito de u na persona. Pero la ley no
habla de qué clase de perjuicio. Finalmente, en el 4° Párrafo, se prevé que cuando el autor sea funcionario público y en2
ejercicio de sus funciones cometa la acción típica, se le aplicará además la accesoria de inhabilitación para el desempeño de
cargos públicos por el doble del tiempo que el de la condena. Ello guarda correlación con ese mayor reproche que merece un
servidor público y por ese aprovecha miento del cargo para realizar la conducta incriminada.

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UNIDAD 4: DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD SEXUAL

Bien Jurídico Tutelado: concepto de integridad sexual.


La Ley Nº 25.087 (BO 1999) reformó totalmente el Tít. III del Libro II del CPA, que antes de su modificación se denominaba “Delitos
contra la honestidad”, rúbrica que fue suplantada por la de “Delitos contra la Integridad Sexual”. Nos parece que resulta
incuestionable que la expresión “Integridad Sexual” como denominación del bien jurídico genérico protegido por el Título
resulta más adecuado a los tipos penales que contiene y responde a las modernas tendencias legislativas, que los anacrónicos u
obsoletos términos “honestidad” o “moralidad”, que han sido paulatinamente abandonados por las distintas legislaciones
penales de otros países como Alemania, España o Portugal. Los autores que se han ocupado de la Ley de reformas N°
25.087 se han referido al concepto de integridad sexual como el bien jurídico protegido por las distintas figuras que
componen el tít. Como en la derogada rúbrica “Delitos contra la honestidad”, la vigente “Delitos contra la integridad sexual”
alcanza a un complejo grupo de bienes jurídicos tales como la libertad sexual, la reserva sexual, la inexperiencia sexual, el sano
y natural instinto de la sexualidad, el derecho de las personas a no ser sorprendidas, involuntariamente, con manifestaciones
obscenas o pornográficas, etc.

Ejercicio de la Acción Penal en los Delitos contra la Integridad Sexual


ABUSO SEXUAL (Art. 119 1° párr.: 6m a 4a): Tipo Básico
Figura Básica. El abuso sexual se encuentra contemplado en el 1er apartado del artículo que comentamos. Si bien la vigente
figura hace expresa mención a nuevos medios comisivos y aumenta la edad del sujeto pasivo, la estructura tanto objetiva como
subjetiva de la figura básica del abuso sexual, o abuso sexual simple, coincide con el derogado delito de abuso deshonesto, hoy
derogado.
Antecedentes. Concepto. Carrara definía al abuso sexual, al que denominaba “ultraje violento al pudor”. “Son ultrajes
violentos contra el pudor todos aquellos actos impúdicos que sin constituir tentativa de violencia carnal se cometen sobre otra
persona, contra la voluntad de ella”. Contiene la definición del maestro italiano todos los elementos que la doctrina requiere
para la configuración del delito.

Medios Comisivos:
Circunstancias y Medios Comisivos. La figura requiere que los actos impúdicos sean cometidos en las circunstancias o por los
medios indicados en el Ap. 1° del Art. 119, los que son comunes para los distintos tipos de abusos sexuales reprimidos en este
artículo.
1. Víctima Menor de 13 Años. El 1er supuesto contemplado por el Art. 119 es un caso de aprovechamiento de la edad de la
víctima. El abuso sexual cometido sobre un menor de 13 años de edad es siempre típico al delito, aun cuando el sujeto
pasivo haya prestado su expreso consentimiento para el acto. Por la sola razón biológica de la edad, la ley presume, juris et
de jure, que el menor de 13 años carece de capacidad y discernimiento para comprender el significado del acto sexual, por
lo que niega existencia válida a su consentimiento. Por ser una presunción que no admite prueba en contra, la figura es de
aplicación, aunque realmente, el menor tenga la comprensión social y fisiológica del acto para el que se presta. El error
sobre la edad de la víctima tiene valor excluyente de la culpabilidad cuando aquél resulta de una creencia razonable, no
así la ignorancia o la duda sobre si la víctima tiene menos o más de trece años, en cuyo caso el hecho sería imputable a
título de dolo eventual.
2. Mediante uso de Violencia. La violencia típica al delito es la energía física desplegada por el agente sobre o contra el
sujeto pasivo, para vencer la resistencia que éste opone al abuso sexual, no consentido, al que se lo somete o pretende
someter. Se incluye dentro del concepto de violencia el suministro de hipnóticos o narcóticos a la víctima.
La violencia supone una víctima físicamente capacitada para expresar su disenso oponiendo resistencia al acto al que se la
quiere someter. Es inconcebible la violencia del agente sin la correspondiente resistencia de la víctima, o la resistencia sin
violencia. Hay acuerdo en doctrina que la violencia debe recaer en la persona del sujeto pasivo. La fuerza física desplegada
sobre cosas u obstáculos para llegar a la víctima no es la requerida por el delito. Tampoco la desplegada sobre terceros
que tratan de impedir el acto o para influir sobre el ánimo de la víctima, infundiéndole miedo. La fuerza debe estar
dirigida a lograr un acto no aceptado por la víctima. Queda excluida todo tipo de violencia practicado durante un acto
consentido. También debe rechazarse como violencia constitutiva del delito la discreta energía o fuerza que el varón
utiliza para doblegar el pudor que opone casi toda mujer, que en realidad desea y consiente.
3. Mediante Uso de Amenazas. Resulta evidente que el delito no se conforma con una víctima “amenazada”, sino que
requiere una víctima “intimidada”. Una amenaza, por seria que sea, por variadas razones puede no intimidar. Lo que la ley
toma en cuenta no es la amenaza en sí, sino su efecto psicológico, es decir, la intimidación, el miedo que se infunde al sujeto
pasivo. La amenaza consiste en anunciar o hacer conocer al sujeto pasivo un mal o daño futuro que el agente, o un tercero
sujeto a la voluntad de aquél, le ocasionará a la persona o bienes de la víctima o a la persona o bienes de un tercero. La
víctima asiente el acto, por eso no ofrece resistencia física al mismo, pero su voluntad, su libertad de decisión está viciada
por la coacción a la que está sometida, y que le impiden oponerse, por el temor que le ha causado la amenaza, a un acto
que no es querido. Tampoco en este caso es posible fijar reglas fijas para apreciar cuándo una amenaza es lo
suficientemente idónea para intimidar a una persona.

1
A diferencia de la fuerza física, en la amenaza no es necesario que el mal amenazado deba recaer sólo sobre la persona de la
víctima. Puede tratarse de un mal a terceros, o a cualquier otro bien, propio y también ajeno. Éstas deben tener, entre otras
características, el de ser graves e injustas, idóneas, determinadas, serias, es decir, que el daño que contienen sea posible y
dependiente de la voluntad del agente, que se trate de un daño futuro, etc.
4. Mediante Abuso Coactivo o Intimidatorio de una relación de Dependencia, de Autoridad o de Poder. Consiste en una
situación de superioridad, jerarquía o preeminencia de cualquier naturaleza, tanto en el ámbito público como
privado, que tiene el agente con respecto a la víctima, y de la cual aquél se vale para coaccionar o intimidar a ésta,
infundiéndole un temor con vinculación directa a las causas de aquella superioridad o preeminencia, lo que obliga al sujeto
pasivo a aceptar un acto de naturaleza sexual que no hubiera consentido libremente. La doctrina señala como situación de
superioridad derivada de una relación de dependencia cuando media una subordinación del sujeto pasivo al activo. En la
relación de Autoridad también existe una subordinación del sujeto pasivo al activo, pero el sometimiento o el deber de
obediencia de aquél es de carácter público y se da en aquellas instituciones organizadas sobre la base de jerarquías como
pueden ser las fuerzas armadas o de seguridad y toda la Administración Pública. Con respecto a la Relación de Poder, señala
Creus que una “relación de autoridad” ya constituye una “relación de poder”, por lo que quedarían abarcadas en esta última
“… todas aquellas que colocan a la persona del sujeto pasivo en la precisión de obedecer las decisiones del autor, no
derivadas ni de la dependencia ni de la autoridad en sentido funcional”. Son situaciones de hecho, donde la víctima se
encuentra en una condición de inferioridad y como tal de subordinación al sujeto activo. Comprende casos de dependencia
económica, social, sanitaria; o donde el agente detenta una condición de garante. El medio comisivo que analizamos tiene
las características propias del llamado acoso sexual, y si bien en alguno de los numerosos proyectos presentados en la
Cámara de Diputados, y que sirvieron de base para la elaboración de la Ley Nº 25.087, se reprimía el Acoso Sexual, el
mismo no es contemplado, como delito autónomo, por el reformado Tít. III del CPA. El Acoso Sexual, considerado como una
figura de mero prevalimiento, es un hecho atípico para nuestra ley penal.
5. Aprovechándose de que la Víctima por cualquier otra causa No Haya Podido Consentir Libremente la Acción. El
aprovechamiento por parte del agente de determinadas condiciones en que se encuentra el sujeto pasivo y que le impiden
otorgar el libre consentimiento al acto que se lo somete, o de expresar su disenso o de resistirse al mismo, son
circunstancias típicas al delito de abuso sexual. Son las mismas circunstancias que estaban previstas en el derogado Art. 119,
Inc. 2 que consideraba como circunstancias comisivas de la violación y del abuso deshonesto “cuando la persona ofendida se
hallare privada de razón o de sentido, o cuando por enfermedad o cualquier otra causa no pudiere resistir”. Y si bien, en la
nueva fórmula el legislador pone el acento en la libertad del consentimiento de la víctima o que “su voluntad fue quebrada”
más que en la resistencia opuesta al acto, no nos parece que con la reforma se contemplen supuestos que no eran atrapados
en la legislación derogada. El Sujeto Pasivo se encuentra privado de sentido cuando presenta un estado de inconsciencia, es
decir, cuando padece de la pérdida absoluta de la conciencia o de una perturbación profunda de la misma, que lo desconecte
de la realidad del mundo exterior, impidiéndole la comprensión del acto. La Víctima se encuentra en pleno goce de sus
facultades mentales, pero por su estado de inconsciencia, generalmente transitorio, producido por causas fisiológicas o
patológicas que no afectan la normalidad de sus facultades, se ve impedido, mientras dure ese estado, de expresar
válidamente su voluntad. El Estado de Inconsciencia debe haber sido aprovechado y aún provocado por el agente. Por
supuesto que, si el autor le hace perder el sentido a la víctima por medio de violencia, o por procedimientos incluidos en
este concepto, el caso encuadraría en el uso de violencia y no en el que analizamos. La imposibilidad de resistirse debe ser
total y absoluta. Si alguna resistencia puede oponer el sujeto pasivo, por más débil que sea, y que obliguen al autor a
desplegar un mínimo de violencia para anularla, estaremos frente al supuesto de uso de violencia.
Elementos: Subjetivo. El delito de abuso sexual es doloso, dolo que consiste en el genérico propósito y conocimiento de
realizar un acto de significado sexual, con capacidad para lesionar el pudor individual del sujeto que lo soporta. Los actos de esta
significación y capacidad, pero ejecutados por imprudencia o negligencia, no son típicos a la figura.

ABUSO SEXUAL GRAVEMENTE ULTRAJANTE (Art. 119 2° Párr.: 4 a 10a):


El 2° Ap. del Art. 119 contempla una de las modalidades agravadas del abuso sexual, elevando la pena a 4 a 10 años de
reclusión o prisión, cuando aquél, por su duración o circunstancias de realización, importa un sometimiento sexual gravemente
ultrajante para la víctima. No nos parece acertada la formulación dada al tipo. Ella adolece de una peligrosa vaguedad e
imprecisión que no contiene elementos objetivos que permitan fijar con precisión los límites del tipo penal. (Ppio. Legalidad).
Para el funcionamiento de la agravante el abuso sexual, además de contener los elementos materiales y subjetivos de la figura
básica, debe configurar por su duración o circunstancias de realización, un sometimiento gravemente ultrajante para la
víctima. Por su “Duración”, será gravemente ultrajante el abuso sexual cuando por su innecesaria o excesiva prolongación en
el tiempo, agrega al vejamen que por sí conlleva el abuso sexual un plus vejatorio y degradante para la dignidad de la víctima.
Las pautas para establecer cuál es el tiempo que debe durar la conducta abusiva para ser considerada “gravemente
ultrajante”, es cuestión que queda librada al arbitrio judicial, lo que evidencia que estamos ante un tipo penal abierto que
debe ser completado por la apreciación subjetiva del juez.

2
Por las “Circunstancias de su Realización”, la ley hace referencia a aquellos abusos que, tanto por la naturaleza del acto mismo,
como por los medios, lugar, oportunidad, etcétera, en que se llevan a cabo, son actos “escandalosos y humillantes” y que por
ellotienen un alto contenido degradante y vejatorio para la víctima.
Elemento Subjetivo. El abuso sexual gravemente ultrajante es delito doloso, dolo que se conforma con la voluntad y el
conocimiento de realizar un acto con significación sexual, con todas las características objetivas requeridas por el tipo, con
aptitud para lesionar el pudor individual de la víctima. No se requiere en el autor ningún ánimo o específica intención, que puede
ser cualquiera. Sobre el tema, resulta de aplicación lo expuesto al tratar el elemento subjetivo de la figura básica. Es criterio
también sustentado por una parte de la doctrina. Donna sostiene que el tipo exige un elemento subjetivo: el ánimo del autor de
someter a la víctima, de degradarla, sin el cual el hecho sólo será atrapado por la figura básica.

ABUSO SEXUAL AGRAVADO POR EL ACCESO (Art. 119 3° 6 a 15a):


El 3° Ap. del Art. 119 establece la pena de 6 a 15 años de reclusión o prisión cuando mediando las circunstancias del abuso
sexual simple, “… hubiere acceso carnal por cualquier vía”. Es el equivalente del delito de violación derogado. El delito de
violación, conforme a la reforma introducida por la Ley Nº 25.087, consiste en el acceso carnal que el hombre, mantiene con
persona de uno u otro sexo, mediante los procedimientos o circunstancias previstas en el 1° Párr. del Art. 119. El Bien Jurídico
Tutelado por el delito de violación es la libertad sexual. Esto es, el derecho que cada persona tiene de disponer, a su albedrío, de
su propio cuerpo, para elegir, libremente, el desarrollo de su actividad sexual. No son requisitos típicos de la figura la
virginidad, la honestidad o la diversidad de sexos. Pueden ser sujetos pasivos del delito tanto la mujer honesta sexualmente
como la prostituta, el varón o la mujer.

Equiparación de Conductas Sexuales Análogas:


Modificación de la Ley N° 27.352 y el alcance del Tipo Penal
Formas Comisivas:
ACCESO CARNAL. Es la introducción del órgano sexual masculino en cavidad, conducto u orificio de otra persona, por vía
normal, la que por naturaleza es la destinada para la actividad sexual, esto es, la vía vaginal, y también por vía anormal. La ley
requiere sólo la penetración, cualquiera sea su intensidad, aunque fuera superficial. No se requiere una cópula perfecta,
bastando el llamado “coito vestibular o vulvar”. No es necesario ni la desfloración, la eyaculación o la satisfacción genésica,
extremos estos que resultan extraños al concepto jurídico de acceso carnal. Quedan descartados todos los actos de
acercamiento o tocamientos sexuales que no importen una penetración física del órgano genital masculino. El ap. 3° del Art.
119 extiende el concepto de violación al acceso carnal con persona de uno o de otro sexo, en las circunstancias o por los
medios previstos en el primer apartado, incluyendo en una sola figura o tipo además del acceso normal, los accesos abnormes y
acoplamientos sodomíticos.
Sujeto Activo. En el derogado Art. 119, sujeto activo del delito de violación sólo podía ser el hombre. Luego de la reforma,
entendemos que la limitación contenida en la figura derogada respecto a que sólo el hombre podía ser sujeto activo del delito
de violación deja de tener vigencia. La ley ya no reprime al que “tuviere” acceso carnal, sino cuando en el abuso sexual
“hubiere” acceso carnal. Es decir, cuando el hombre o mujer – sujeto activo -, penetra o tiene acceso carnal con el sujeto pasivo,
como cuando el sujeto activo del abuso sexual, mujer u hombre, se hace penetrar o que la accedan carnalmente por el sujeto
pasivo. En ambos supuestos, se trata de un abuso sexual en que ha habido acceso carnal. Debe señalarse también, que a
diferencia del derogado art. 119 que reprimía solamente la violación, el delito de violación previsto por el apartado tercero del
vigente Art. 119, constituye una forma agravada del abuso sexual previsto en el 1° párrafo. El artículo contempla un tipo
progresivo, por lo que necesariamente, en los supuestos previstos por los Ap. 2° y 3°, deben concurrir las exigencias
materiales y subjetivas del 1er aparatado. Y si para el tipo básico de abuso sexual –como también para el agravado previsto por
el 2° Ap. es criterio uniforme que resulta indiferente el sexo del sujeto activo, resulta claro que también puede ser sujeto activo
de violación tanto el hombre que penetra como la mujer que se hace penetrar. Conclusión que resulta compatible con el cambio
del verbo “tuviere”, utilizado por la figura derogada, por el del verbo “hubiere”. Pero tampoco en esta cuestión media
uniformidad de criterios. Otra parte no menos importante de nuestra doctrina, basados en que sólo el hombre puede cumplir la
acción típica de acceder o penetrar carnalmente, no admiten como sujeto activo posible a la mujer.
Sujeto Pasivo. La claridad de los términos de la ley no admite discusión alguna sobre el punto. Sujeto pasivo del delito puede
serlo tanto mujer como hombre. Para la ley le es indiferente la edad, las condiciones o la honestidad de la víctima. Hay acuerdo
doctrinario en que la prostituta puede ser víctima del delito de violación. Al exigir la ley que el sujeto pasivo sea una persona, la
que para ser tal debe estar viva, se excluyen los accesos mantenidos con cadáveres o con animales.

El Abuso Sexual con Acceso Carnal en el Matrimonio o Concubinato:

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En el Matrimonio. Ya antes de la reforma introducida por la Ley Nº 25.087, encontrándose en vigencia el hoy derogado art.
119, y en virtud del derecho que tiene el marido de exigir a su mujer el acceso carnal, con el correlativo deber de ésta de
acceder al concúbito, sostenía una destacada parte de la doctrina que el acceso carnal mantenido por el marido con su esposa,
con las modalidades del Art. 119, no constituye el delito de violación. Algunos de estos tratadistas afirman que en ningún caso
puede haber violación en el matrimonio, pero admiten la punibilidad de las lesiones, corrupción, contagio venéreo, etc., en las
que hubiera incurrido el marido en contra de su esposa, al mantener acceso carnal. Limitando la extensión de este derecho, se
sostiene que habrá violación si la negativa de la mujer se basa en razones de salud. Hay consenso unánime en todos estos
autores, que mediando divorcio el acceso carnal logrado con violencia constituye violación. La imposibilidad de la violación en
el matrimonio no es opinión pacífica. Una parte de la doctrina, y a cuyas conclusiones adherimos, sostiene que el acceso carnal
violento, mantenido por el marido en contra de la voluntad de su cónyuge, es típico al delito de violación, cualquiera haya sido
la razón del disenso de la mujer. El indiscutible derecho del marido al acceso carnal, no importa la facultad de recurrir a la
fuerza para ejercitarlo, cuando el mismo le es negado por la esposa. Esta negativa podrá autorizar el divorcio, pero jamás el
empleo de la fuerza. Es cierto que en el matrimonio hay comunidad de mesa y cama, pero cuando el camino de la cama está
cerrado, cualesquiera sean las razones aducidas, se abre el camino del tribunal de justicia, para reclamar las sanciones legales,
pero nunca el camino de la violencia. Otros autores, por estimar que con el hecho no se afecta la reserva sexual de la víctima o
por la obligación jurídica que tienen los cónyuges al débito conyugal, rechazan la adecuación de aquella conducta a la
violación, admitiendo que sólo será típica al delito de lesiones o coacción.

Agravantes para el Supuesto del 1° Párr.:


Agravantes del Tipo Básico de Abuso Sexual. La Ley Nº 25.087 da solución a esta anomalía, dado que en el 5° y último
apartado del Art. 119 establece para el Abuso Sexual Simple las mismas agravantes contempladas en el apartado 4to para los
casos de Abuso Sexual Gravemente Ultrajante y con Acceso Carnal, agravantes que se fundamentan tanto en la persona del autor
como en otras circunstancias comisivas y que pueden sistematizarse de la siguiente manera: 1) por los resultados; 2) por la
persona del autor; 3) por la forma y medio comisivo; 4) por la calidad del autor y por la situación de convivencia con la
víctima. Inexplicablemente se excluye de las agravantes del abuso sexual simple la prevista en el inc. c), referida a la situación
del autor de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual grave, habida cuenta que no resulta imposible el contagio de
este tipo de enfermedades aún en tocamientos típicos a la figura básica. Su exclusión importa también una imperfección técnica
y una limitación no razonable.
Inc. a). De acuerdo a los términos empleados por el inciso, el grave daño en la salud física o mental de la víctima debe ser un
resultado del delito. La agravante requiere un grave daño en la salud. Es decir, consecuencias lesivas de cierta entidad y que
importen un desequilibrio orgánico funcional serio, debiendo excluirse las lesiones de poca entidad. Sin embargo, el grave
daño no debe identificarse con las lesiones graves o gravísimas de los Arts. 90 y 91. El mismo puede provenir de lesiones que
no encuadren en aquel concepto. La determinación de su entidad, que lo hagan típico, o no, a la agravante, es una cuestión que
el juzgador deberá determinar en cada caso concreto. Sostiene otra parte de la doctrina que cuando el impreciso inciso que
comentamos se refiere a grave daño en la salud, está señalando las lesiones previstas en los Arts. 90 y 91. Si no son de esta
naturaleza, la agravante será inaplicable, ya que el juez no tiene facultad para apreciar como daños graves, otros que no estén
comprendidos en este tipo de lesiones.

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Subjetivamente, la agravante es una figura preterintencional; el resultado no debe haber formado parte de los designios del
autor. Basta con que el daño haya sido previsible, pero no comprendido en la intención del agente. Si la voluntad del sujeto
estaba también dirigida a la producción de ese resultado dañoso, serán de aplicación las reglas del concurso real entre la
figura básica del abuso y las lesiones, del grado que sean.

Inc. b). El Vínculo de Parentesco entre el Autor y la Víctima es también Circunstancia Agravante del delito. Se agrava el
abuso sexual cuando el sujeto activo fuera ascendiente, descendiente, afín en línea recta o hermano de la víctima. El hecho se
agrava por la sola circunstancia de ser el autor uno de los parientes enumerados en el art. Al no distinguir la ley, el parentesco
puede ser legítimo o natural. No hay limitación de grados entre los ascendientes o descendientes, ni en la afinidad en línea
recta. Se comprenden tanto los hermanos bilaterales como los unilaterales. Sólo se tiene en cuenta el parentesco por
consanguinidad, fundado en el vínculo de sangre, excluyéndose el parentesco por adopción. El adoptante podrá ser alcanzado
por la agravante, como persona “encargada de la educación y guarda” del adoptado, no así al adoptado, con respecto al hecho
cometido contra su adoptante, ya que no le comprenden ninguna de las causales de agravación del artículo. No coincide otra
parte de nuestros autores con el criterio expuesto, para quienes el parentesco por adopción es alcanzado por la agravante. Es
necesario que el autor tenga conocimiento del vínculo que lo une con la víctima. El error sobre esta circunstancia es excluyente
del dolo, aunque la duda sobre la relación parental no es suficiente para excluir la aplicación de la agravante. También se
agrava el delito cuando el autor sea “… un ministro de un culto reconocido, o no …”. Con la nueva normativa, la agravante
alcanza no solamente a los ministros de órdenes admitidas y reconocidas por el Estado, sino también a los ministros,
sacerdotes o líderes de numerosas sectas o religiones que ninguna vinculación, admisión o autorización tienen del Estado
argentino. La última agravante contemplada por el inc. b) funciona cuando el autor del delito es el encargado de la
educación o guarda del sujeto pasivo. No es necesario para su procedencia un abuso en las funciones del educador o guardador,
pero sí la vinculación entre agente y la víctima, provenientes de esas funciones. Encargado de la Educación es aquel que en
forma más o menos permanente, individual o colectivamente, por encargo o por función, tiene la tarea de instruir a la víctima.
Aún aquel que no tenga como tarea la enseñanza, pero que forme parte de toda una estructura o institución de estudio.
Encargado de la Guarda es aquel que, por ley, convención o por una situación de hecho tiene el cuidado y atención de una
persona. No es necesario que se conviva con la persona, ni que sea un encargo permanente, pudiendo responder a períodos
más o menos extensos; pero no es suficiente el encargo momentáneo y ocasional de vigilancia de la víctima.

Inc. d). Se agrava también el abuso sexual cuando el hecho se cometiera con el concurso de dos o más personas. El
fundamento de la agravante radica en las menores posibilidades de defensa que tiene la víctima frente a una pluralidad de
agentes y las mayores facilidades que ello importa para la ejecución del delito. Hay acuerdo en que el tipo agravado por
pluralidad de sujetos requiere que éstos intervengan en la ejecución del hecho, sean como autores, coautores o partícipes. No
es necesario que todos los intervinientes sean imputables, ni siquiera los requeridos para alcanzar el número mínimo de dos,
basta que lo sea uno solo. Tampoco que todos abusen sexualmente de la víctima, basta con la complicidad, aunque la calificante los
alcanza a todos, por su ayuda e intervención en el hecho. La utilización de Armas en la comisión del hecho es una causal
novedosa de agravación del abuso sexual. El fundamento de la agravante radica en el real y mayor peligro que para la vida o la
integridad física de la víctima importa la utilización de un arma por el agente para la comisión del abuso sexual. Quedan
comprendidas tanto las armas propias como las impropias. Pero no es suficiente para el funcionamiento de la agravante la mera
portación de arma. Será necesario que el arma sea utilizada como medio intimidatorio o vulnerante, sea disparándola o
apuntando con ella, o lanzando la puñalada o el golpe, o amenazando físicamente con su utilización, para doblegar la
resistencia que se pueda oponer al abuso sexual.

Inc. e). El fundamento de esta agravante radica en la situación de preeminencia, de autoridad y poder que tienen estos
funcionarios sobre el resto de los ciudadanos, y que coloca a éstos, respecto de aquéllos, en una situación de mayor
vulnerabilidad. La mayor gravedad del hecho radica en que es cometido por quienes el Estado ha investido de poderes y
atribuciones para protección y resguardo de las personas, para respetar y hacer respetar la ley, y violando sus trascendentes
responsabilidades, se aprovechan y abusan de aquellos atributos para la comisión del ilícito. No basta para la aplicación de la
agravante que el agente ostente alguna de estas funciones. Es necesario que el abuso sea cometido “en ocasión de sus
funciones”, es decir, cuando está realizando un acto para el cual tiene competencia funcional y territorial. Quedan
comprendidos por la agravante los miembros de la Policía Federal y de las policías provinciales. También los integrantes de las
fuerzas de seguridad, esto es, de la Gendarmería Nacional, de la Prefectura Naval Argentina y de la Policía Aeronáutica. Si bien
para estos supuestos la ley no prevé la pena de inhabilitación, se podrá aplicar la inhabilitación especial, aunque no esté
expresamente prevista, conforme a lo estipulado por el Art. 20 Bis Inc. 1°. Se excluyen de la agravante al personal de los
distintos servicios penitenciarios, que no son fuerzas policiales o de seguridad. Omisión que no tiene justificativo, si se tiene en
cuenta que este personal también se encuentra en una situación de preeminencia y de poder respecto de los internos de las
penitenciarías donde cumplen sus funciones. Y tal vez más acentuada, porque por lo general, es una situación temporalmente
mucho más extensa que en los otros casos.

Inc. f). Es una agravante que tiene características muy similares al supuesto del guardador, prevista por el Inc. b). En esta
agravante basta la convivencia, es decir, habitar bajo el mismo techo con la víctima, la que debe mediar con anterioridad al
hecho, aunque no se tenga la guarda o el cuidado de la víctima.

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Para el funcionamiento de la agravante la víctima debe ser menor de 18 años. Respecto del sujeto activo, una parte de nuestros
autores estiman que debe ser mayor de 18 años. No compartimos esta opinión. Cualquier persona con capacidad de
responsabilidad penal, esto es, mayor de 16 años autora del delito de abuso sexual, en cualquiera de sus modalidades, puede
aprovechar y valerse de las facilidades que le da la convivencia y consiguiente cercanía con la víctima para lograr su ilícito.
Entendemos que no se requiere una edad diferente del sujeto activo que la requerida para las figuras básicas de los abusos
sexuales, o para cualquier otro delito, aun cuando sea menor que la víctima.

Agravantes para Supuestos del 2do párr.:


AGRAVANTES del ABUSO SEXUAL GRAVEMENTE ULTRAJANTE. El 4° Párr. contempla en 6 inc., las agravantes comunes para
las figuras del abuso sexual gravemente ultrajante y cuando mediare acceso carnal. Para ambos supuestos, establece como
pena única la de reclusión o prisión de 8 a 20 años, pese a que las figuras básicas de estos tipos tienen penalidades
cuantitativamente diferentes. Las agravantes previstas en los Incs. a), b), d) e) y f), se aplican también a la figura básica del
abuso sexual, conforme lo dispuesto por el 5to apartado del artículo, las que ya fueron analizadas al tratar este tipo y a donde
remitimos, pues todos los conceptos allí expuestos son de absoluta aplicación a los tipos de los 2° y 3° Párrs. Pero como lo
señalábamos entonces, inexplicablemente se excluye, para el abuso sexual simple, la agravante prevista por el Inc. c), sólo
prevista para los abusos de los 2° y 3° Párrs.
Inc. c). La agravante requiere para su funcionamiento que el autor conozca, con seguridad, que padece de alguna enfermedad
de esta característica. Debe tratarse de una enfermedad de transmisión sexual grave. Es decir, que produzca efectos perniciosos de
importancia para la vida o la salud de las personas. Participan de estas características el sida, la hepatitis B, la sífilis y otras. Se
trata de una figura de peligro concreto. Basta que por la forma en que se abusó sexualmente de la víctima, ésta haya corrido el
concreto peligro de contraer la enfermedad. Cuando el contagio se ha producido, será de aplicación la agravante prevista en el
Inc. a).

Agravantes para Supuestos del 3er párr.:


AGRAVANTES DEL ABUSO SEXUAL CON ACCESO CARNAL. Remisión. Las agravantes comunes previstas por el 4° Ap. del Art.
119 para el abuso sexual gravemente ultrajante y cuando mediare acceso carnal ya fueron analizadas.

ABUSO SEXUAL CON APROVECHAMIENTO DE LA INMADUREZ SEXUAL DE LA VÍCTIMA:


El Delito de Estupro. LA FIGURA ANTES DE LA REFORMA DE LA LEY N° 25.087. Para una mejor comprensión de esta compleja y bastante oscura figura
acuñada por la Ley N° 25.087, nos parece conveniente realizar un somero análisis del delito de estupro tal cual estaba previsto en el derogado Art. 120,
establecía este: “Se impondrá reclusión o prisión de 3 a 6 años, cuando la víctima fuere mujer honesta mayor de 12 años y menor de quince y no se encontrare en
lascircunstancias de los números 2 y 3 del art. anterior”. Consistía entonces el delito, en el acceso carnal mantenido por varón sobre mujer honesta, mayor de 12
años y menor de 15, y con el consentimiento de ésta. La doctrina admitía que el fundamento de la punición del estupro era la inexperiencia sexual de la
víctima, lo que resta validez a su consentimiento al acto, por desconocimiento de las consecuencias del mismo.

El Abuso Sexual con Personas Menores de 16 años según la Reforma de la Ley N° 25.087 (Art. 120 3 a 6a). Esta ley
introdujo importantes, y algunas muy confusas, modificaciones al artículo que analizamos, pese a que puede sostenerse que,
no obstante, estas modificaciones, la figura estructurada por la Ley N° 25.087 es un equivalente del antiguo delito de estupro,
por lo que todas las consideraciones formuladas por la Doctrina y la Jurisprudencia al tratar la anterior figura, y que
obviamente no hayan sido motivo de reforma, serán de aplicación al vigente Art. 120. Puede sostenerse que el vigente tipo del
estupro requiere de los siguientes elementos para su configuración: un abuso sexual gravemente ultrajante o con acceso
carnal; la edad de la víctima; una víctima sexualmente inmadura y el aprovechamiento, por parte del autor, de esa inmadurez
sexual.
Acciones Típicas: La nueva normativa amplía considerablemente el ámbito de lo punible con respecto a la figura derogada,
habida cuenta que se reprimen las acciones previstas en los Aps. 2° y 3° del Art. 119, fuera de las circunstancias o medios
comisivos previstos por el primer apartado, y con el consentimiento del sujeto pasivo.
Sujetos Activo y Pasivo: Cualesquiera sean las acciones típicas desplegadas por el autor del delito, sujeto activo del delito puede
ser persona de cualquier sexo, mayor de veintiún años. A diferencia de la figura derogada, que sólo admitía como sujeto pasivo
a “mujer honesta”, el artículo que analizamos admite a persona, varón o mujer, sexualmente inmadura, mayor de trece y menor
de dieciséis años.

INMADUREZ SEXUAL: Aprovechamiento


Aprovechamiento de la Inmadurez Sexual. El tipo requiere que el autor se aproveche de la inmadurez sexual del sujeto
pasivo. Es decir, que no basta una víctima sexualmente inexperta; es necesario que el autor utilice esa inexperiencia, por
medio de halagos, engaños o cualquier otro artificio para persuadir a la víctima y lograr su consentimiento para llegar a los
objetivos sexuales que aquél se propuso. La figura señala los supuestos de los que se puede valer el autor para aprovecharse de
la inexperiencia de la víctima y obtener su consentimiento al acto: su mayoría de edad, su relación de preeminencia respecto a la
víctima u otra circunstancia equivalente. Este aprovechamiento puede provenir “… en razón de la mayoría de edad del autor
…”. La fórmula utilizada es por demás confusa y ha dado lugar a encontradas opiniones en la doctrina. La primera cuestión que
se presenta con este supuesto es determinar si lo requerido por el tipo es que el autor sea mayor de edad, conforme a lo
dispuesto por el CCyC, o si sólo es suficiente que tenga más edad que la víctima, aun sin haber alcanzado la mayoría de edad. La
ley exige “… la mayoría de edad del autor …” (no la “mayor edad del autor” respecto a la víctima), la que se obtiene a los 21 años,
por lo que esa es la edad requerida. Criterio compartido por dominante doctrina. Los otros supuestos de aprovechamiento de la
inexperiencia sexual de la víctima señalados por la ley, consisten en la relación de preeminencia del autor respecto de la víctima
o de otra “circunstancia equivalente”, lo que evidencia que la enumeración es meramente ejemplificativa, no taxativa.
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Agravantes: El 2° Ap. del Art. 120 contempla las agravantes del estupro, aumentando considerablemente la pena, haciendo
remisión a las agravantes previstas para el abuso sexual gravemente ultrajante y con acceso carnal en el 4° Párr. del Art. 119. La
remisión del 2° Ap. del Art. 120, excluye la agravante prevista por el Inc. d) 4° Ap. Art. 119, consistente en la comisión del
hecho “… por dos o más personas, o con armas”. Exclusión que resulta lógica si se tiene en cuenta que el estupro es un delito que
requiere del libre consentimiento de la víctima, resultando inadmisible cualquier forma de violencia, amenaza, abuso coactivo
ointimidatorio que, de mediar, haría típica la conducta a la figura del Art. 119.

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UNIDAD 4: DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD SEXUAL (Conclusión)

PROMOCIÓN O FACILITACIÓN DE LA CORRUPCIÓN DE MENORES DE EDAD (Art. 125: 3 a 10a; 6 a 15a; 10 a 15a):
En la Promoción de la Corrupción la iniciativa a adquirir, mantener o aumentar el vicio, debe partir del sujeto activo, a
diferencia del que facilita, en que la iniciativa parte de la propia víctima, limitándose el agente a cooperar o auxiliar al mismo
en su autocorrupción. Facilitar la corrupción significa hacer posible la autocorrupción del menor, allanando los obstáculos
que se presenten o proporcionándole los medios necesarios para la realización del propósito del menor de iniciarse, mantener
o empeorar su estado de corrupción. En la Facilitación, el agente se limita a complacer o acceder a los requerimientos o
necesidades del sujeto pasivo. El facilitador es, de hecho, aunque no de derecho, un partícipe en la obra de autocorrupción del
menor. A diferencia de la Promoción a la Corrupción, que requiere una actividad dirigida a ese fin, siendo imposible lograrla
por una omisión, la facilitación puede consumarse mediante una omisión, no simple, sino mediante una comisión por omisión,
no actuando cuando se tiene el deber jurídico de actuar, facilitando de esa forma la corrupción de la víctima.
Concepto de Corrupción:
Promover o Facilitar la Corrupción. La doctrina y la jurisprudencia señalan en forma más o menos coincidente, que
corrupción, en el sentido utilizado por el Art. 125 significa un estado de depravación del punto de vista sexual, que el agente
promueve o facilita en el sujeto pasivo. Se sostenía que las personas se corrompen sexualmente cuando se depravan y se
entregan a torpezas sexuales contrarias a la naturaleza. La conclusión expuesta lleva a parte de la doctrina a sostener el
carácter eminentemente material, y por supuesto de naturaleza sexual, de los actos corruptores. Son atípicos al acto corruptor
las palabras, los consejos, las lecturas, la exhibición de estampas, etc. Sin embargo, esta limitación que reduce los actos
corruptores a los actos materiales, de naturaleza sexual, ejecutados por el menor o sobre el menor, no surge de la ley.
Confunde esta tesis la corrupción misma, que como dijimos debía ser material o corpórea, con los medios o formas de lograrla.
La ley sólo requiere acciones tendientes y aptas para corromper, sin importar si éstas son de carácter material o intelectual. Una
corrupción física o corpórea, por actos no sexuales, intelectuales (enseñanzas, consejos, etcétera), no será la más frecuente,
pero no cabe estimarla como hipótesis de laboratorio o extrema, pues es perfectamente posible lograrla por estos medios.
Actos Corruptores: Han señalado la doctrina y la jurisprudencia que el carácter corruptor de los actos sexuales deviene de su
condición de perversos, prematuros o excesivos. Es Perverso el acto cuando en sí mismo es depravado por lo anormal; es
Prematuro cuando es practicado sobre menores de muy corta edad, despertando en los mismos instintos sexuales precoces;
es Excesivo cuando crean una lujuria anormal por desmesurada. La ley 17.567 requería expresamente que la corrupción se promoviera por
actos sexuales perversos, prematuros o excesivos, dejando fuera de la tipicidad cualquier otra acción de pura significación intelectual.
Sujeto Activo y Pasivo: Sujeto activo del delito puede ser cualquier persona, sin distinción de sexo. No se requiere en el autor
habitualidad o condición de intermediario. El último apartado del artículo califica el hecho cuando el sujeto activo es pariente o
reviste determinadas condiciones con respecto a la víctima.
La Ley N° 25.087 introdujo una saludable modificación respecto del sujeto pasivo. Este sólo puede ser un menor de 18 años,
cualquiera sea su sexo, estado civil o sea menor incontaminado sexualmente o ya corrompido. Al limitar la edad del sujeto
pasivo, los actos corruptores practicados con o sobre los mayores de esa edad a los veintiún años, resultan atípicos a la figura
que analizamos. El derogado art. 125 reprimía la corrupción de “menores de edad”, es decir, hasta los veintiún años.
Elemento Subjetivo: La promoción o facilitación de la corrupción de menores es delito doloso, que sólo admite el dolo directo,
consistente en el conocimiento y voluntad del autor de realizar actos con entidad corruptora y tendientes a promover o
facilitar la corrupción del menor. La figura no se conforma con el dolo eventual ni con la culpa. Dominante doctrina coincide en
que sólo es admisible el dolo directo. Algunos autores admiten el dolo eventual sólo respecto a la edad de la víctima.
Por el derogado Art. 125, no bastaba el dolo de corromper del autor. El tipo requería un elemento subjetivo específico consistente en el fin de lucro o en la
satisfacción de deseos propios o ajenos. Se debía corromper para. Si estos propósitos no estaban incluidos en los planes del autor, el delito no se configuraba.
La Ley N° 25.087 suprimió del tipo estos elementos subjetivos, por lo que el delito se perfecciona con la sola intención de
corromper al menor (dolo directo), cualquiera haya sido el ánimo que haya motivado la conducta del autor, o aunque no
hubiera mediado otro aparte de aquella intención corruptora.

1
Agravantes. El 2° Ap. del Art. 125 agrava la pena, elevándola a reclusión o prisión de 6 a 15 años, cuando la víctima fuera
menor de trece años. Límite de edad que coincide con la fijada por el Art. 119 para los supuestos de abusos sexuales, donde se le
quita toda validez al consentimiento prestado por el menor, dado que la ley presume, jure et de jure, que este carece de todo
discernimiento para conocer el acto al que asiente.
El 3° Ap. y Última Parte del Art. 125 prevé una serie de agravantes de la figura básica, fundadas unas en los medios empleados
por el autor para cometer el hecho, y otras en las condiciones o vínculos que median entre autor y víctima. Concurriendo
cualquiera de estas circunstancias agravantes, la pena se incrementa en reclusión o prisión de 10 a 15 años.
Habrá Engaño cuando el autor presente deformada la realidad de las cosas a la víctima, induciéndola en error, en cuanto a los
objetivos o naturaleza del acto que realiza. El Error en que debe caer la víctima debe ser esencial y determinante del
consentimiento prestado para participar en los actos. Ello supone una víctima con capacidad para comprender la naturaleza
de los actos a que se la somete, de no mediar el engaño del autor. La violencia es la fuerza física que el autor despliega para
anular la resistencia que la víctima opone al acto corruptor. Cualquier medio de intimidación o coerción es la amenaza de un
mal que, infundiendo temor a la víctima, le coarta su libertad de decisión y le impide oponerse a un acto no querido. El abuso
de autoridad importa no una simple ascendencia moral sobre la víctima, sino un efectivo poder, una facultad de mando que el
agente tiene sobre la víctima y del cual se vale para someter al sujeto pasivo. Las agravantes de carácter personal, en
consideración a las condiciones del sujeto activo y su relación con la víctima, funcionan no por el abuso que se haga de estas
situaciones sino por la sola vinculación que une al agente con la víctima. En la agravación por el parentesco, la ley incluye
tanto el legítimo como el natural. El ascendiente es sin limitación de grado y solo se tiene en cuenta el vínculo por
consanguinidad, quedado excluido los ascendientes por afinidad, ya que el artículo no los incluye como lo hacen los Arts. 119,
4° Ap. b) y 133. También se excluye el parentesco por adopción, pero la agravante puede funcionar para el adoptante con
respecto al adoptado, como “persona conviviente o encargada de su educación o guarda”.

PROMOCIÓN O FACILITACIÓN DE LA PROSTITUCIÓN (Art. 125 Bis: 4 a 6a):


Promover o facilitar la prostitución. Las acciones típicas reprimidas por la figura son las mismas reprimidas por el artículo
anterior. Promueve o facilita la prostitución quién instiga o inicia al menor en esta actividad, o lo mantiene en la ya iniciada, le
allana los obstáculos para su ejercicio, le busca clientes, el local, etcétera. Son de aplicación a la prostitución los alcances de los
términos promover o facilitar, analizados al tratar el delito de corrupción. La conducta típica consiste en promover o facilitar la
prostitución como un estado, más o menos permanente, y no un acto sexual aislado, aun por precio. Tampoco le alcanza la
punibilidad al cliente que tiene relaciones con la prostituta, pues este no promueve o facilita nada, sólo tiene acceso o contacto
sexual con la prostituta. Como en la corrupción, la promoción de la prostitución requiere de una acción destinada a lograrla o
mantenerla. No basta una omisión. Pero también, de la misma forma que en el delito de corrupción, la conducta facilitadora
puede consumarse por una omisión del deber jurídico de impedir o entorpecer la prostitución del menor. Se trataría de una
comisión por omisión.
Concepto de Prostitución:
Por prostitución debe entenderse la habitualidad de prestaciones carnales a un número indeterminado de personas, y con
fines de lucro. Acepta la doctrina que la entrega sexual a personas indeterminadas y la habitualidad de estas entregas son
requisitos imprescindibles para que se configure el estado de prostitución. No existe el mismo acuerdo con respecto al precio
que se exige para la entrega sexual, que no debe ser confundidocon el ánimo de lucro requerido en el que promueve o facilita la
prostitución. Las entregas sexuales pueden consistir en coitos normales o anormales, o cualquier otro tipo de actividad o
tocamientos sexuales, aunque no importen verdaderos accesos carnales. La prostitución no sólo puede ser realizada por la
mujer, sino también por el hombre.

Ley N° 26.842. Figura Básica. Agravantes (Art. 126: 5 a 10a). Sujeto Activo y Pasivo. Elemento Subjetivo
Figuras Agravadas, El legislador ha utilizado la misma técnica que la empleada al efectuar la descripción típica comisiva del
Art. 119, razón por la cual son aquí aplicables todos los comentarios realizados sobre el particular, con el agregad o de cierto
endurecimiento de las penas a raíz de la reforma operada por la Ley N° 26.842, y su agravamiento cuando el sujeto pasivo
fuere un menor de 18 años, En cuanto al sujeto pasivo, la disposición refiere igualmente a hombres o mujeres. Se incluyen
mayores y menores.

PROSTITUCIÓN Y PROXENETISMO. Sistemas Legislativos que regulan la Prostitución (Art. 127: 4 a 6a; 5 a 19a):
Sistemas que regulan la Prostitución. Frente a la ley, la prostitución ha sido encarada por 3 sistemas oregímenes distintos:
reglamentarista; abolicionista y prohibicionista.
En el Reglamentarismo, el Estado tolera la prostitución, por considerarla un mal necesario, la reconoce y admite, autorizando
el funcionamiento de casas de tolerancia y consecuentemente admitiendo la existencia de un sostenedor, regente o
administrador con quién aquel se entiende a los efectos de los registros municipales, y para el pago de los abultados
impuestos con los que generalmente se grava esta actividad. Le impone restricciones y precauciones

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sanitarias, tales como periódicas revisiones médicas a que se someten las mujeres dedicadas a este tráfico, como
protección de la salud pública.
El Sistema Abolicionista propugna la abolición de toda reglamentación, desvinculando de esa forma al Estado de la
prostitución. Afirma que la prostitución en sí misma, si bien es un hecho inmoral, de ninguna manera constituye delito. Agrega
que bajo la sanción penal solamente debe caer la actividad del lenón, proxeneta o intermediario, propugnando también y, en
consecuencia, la abolición de la implantación de casas de tolerancia, entendiendo por tal los locales donde se ejerce la
prostitución por varias personas y administradas, dirigidas o regenteadas por terceros. Es prácticamente unánime la adhesión
de la doctrina a este sistema. Se afirma que libera a las prostitutas de sus explotadores, a las que considera una víctima de
coacciones morales, físicas, sociales y económicas. Propugna la adopción de medidas preventivas y rehabilitativas, de carácter
socio-pedagógico, tendientes a la supresión, o por lo menos a la máxima disminución posible, de este fenómeno social. Los
numerosos acuerdos y convenios internacionales establecidos en torno a esta materia, han concluido en la conveniencia de la
adopción de este sistema, y una notable mayoría de países orientan sus legislaciones hacia el abolicionismo.
El Prohibicionismo considera a la prostitución como delito. La represión penal alcanza no sólo al que la promueve o facilita,
sino también a la prostituta que comercia con su cuerpo, la que es considerada como delincuente y castigada con pena. Sistema
inaplicable y sin precedente, ha sido rechazado, por abrumadora mayoría, tanto en el plano doctrinario como legislativo. Es
criterio dominante e indiscutido que la prostitución es un hecho inmoral, pero no delictivo.
Antecedentes Nacionales. Ley N° 12.331 de Profilaxis Social.
Antecedentes Nacionales. La ley N° 12.331 de Profilaxis Venérea. Antes del año 1936 la prostitución fue encarada en nuestro país por medio de ordenanzas
municipales, autorizando bajo ciertas y determinadas condiciones la instalación de prostíbulos y castigando también duramente la prostitución clandestina.
Tanto los precedentes del CPA en esta materia, el Código de 1886, la ley de reformas 4189 y la llamada ley Palacios9143, como el vigente Código de 1921, dejaron
abiertas las puertas al reglamentarismo. Es recién en el año 1936, con la sanción de la Ley de Profilaxis Venérea N° 12.331, que nuestro país adopta el
sistema abolicionista, prohibiendo en su art. 15 la instalación en todo el territorio de la República de casas o locales donde se ejerza la prostitución o se incite
a ella, erigiendo a categoría de delito la actividad de quienes las administren, sostengan o regenteen (Art. 17). Es decir, que consecuente con el definido criterio
abolicionista que adopta, la ley castiga al proxeneta o rufián que sostiene, administra o regentea una casa de tolerancia. Pero de ninguna forma prohíbe la
prostitución, ejercida individualmente por la mujer, pues aquella fue considerada por sus redactores como un hecho inmoral, pero no ilícito. Por casa de
tolerancia debe entenderse el local donde varias personas ejercen la prostitución en forma habitual, sostenido, administrado o regenteado por un tercero o
por una de las personas que también ejerce la prostitución. El concepto exige la presencia de un intermediario. No es correcto afirmar que es casa de
tolerancia, que la mujer sostiene o administra, el lugar donde está, en forma individual e independiente, ejerce la prostitución habitualmente, y a la que el
público tiene libre acceso. Se ha señalado que en este supuesto la mujer no sostiene ni administra nada, solamente “ejerce la prostitución”. El 28 de abril de
1944, fue promulgado el Decr. N° 10.638, mediante el cual, modificando los Arts. 15 y 17 de la Ley N° 12.331, implantaba un neoreglamentarismo en materia de
prostitución, ya que abría las puertas para la autorización de la instalación de casas de tolerancia. Alteraba el sistema abolicionista que había consagrado la
Ley N° 12.331. Agregaba a la originaria prohibición del Art. 15, la posibilidad de establecer casas de tolerancia cuando su funcionamiento fuera autorizado por
la Dirección Nacional de Salud Pública, con aprobación del Ministerio del Interior. Desalentando pretensiones prohibicionistas, agregaba al Art. 17 que el
simple ejercicio de la prostitución por la mujer, en su casa, en forma individual e independiente, sin afectar el pudor público, no constituía el delito penado
por el artículo. Y concordante con la modificación introducida al art. 15, tampoco consideraba delito las tareas de gestión o administración, realizadas por
mujeres, en los establecimientos autorizados según este artículo. En virtud de este decreto, entre 1944 y 1949, se autorizó el funcionamiento de prostíbulos en
zonas militares o navales. El Decr. N° 22.352, de fecha 30 de diciembre de 1954, amplía aún más el reglamentarismo incipiente que se esbozó en el anterior
10.638, ampliando la facultad de autorizar la instalación de casas de tolerancia, que tenía exclusivamente la Dirección de Salud Pública, otorgándosela también
a los gobiernos de provincias y de territorios nacionales, y a la Intendencia Municipal de la Ciudad de Buenos Aires. El Decr. N° 22.352/54 tuvo una vida muy
efímera, ya que el Decr. N° 4863 (BO 06/12/1955), le quitó toda vigencia. No obstante, esta última disposición no fue publicada en el BO hasta el 22/06/1959,
fecha en que recién tuvo obligatoriedad. Seguía vigente el Decr. N° 10.638 y sus disposiciones

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reglamentaristas. Olvido en que incurrieron los redactores del Decr. N° 4863. Recién 06/1965, la Ley N° 16.666 deroga expresamente aquel decreto,
volviendo los textos de los Arts. 15 y 17 de la Ley N° 12.331 a su redacción originaria, y por consiguiente a un estricto sistema abolicionista que, prohibiendo
la instalación decasas de tolerancia, sanciona a sus sostenedores o regentes.

Por Ley N° 23.077, derogatoria de la Ley N° 21.338, el Art. 17 de la Ley N° 12.331 recuperó su vigencia, por lo que el
proxenetismo por sostenimiento o administración de casas de tolerancia vuelve a ser un hecho típico y punible para la ley, toda
vez que, en este aspecto, en nada ha modificado la ley de reformas 25.087, y los arts. 15 y 17 de la Ley N° 12.331 mantienen
plena vigencia.

RUFIANISMO O RUFIANERÍA:
La figura, que reprime el llamado Delito de Rufianismo o Rufianería, es introducida por la Ley N° 25.087. En el derogado Art.
127 se contemplaba el abuso deshonesto, actualmente abuso sexual previsto en el Art. 119. Bien Jurídico Protegido. No media
un criterio uniforme en la doctrina respecto al bien jurídico que se protege con la incriminación del rufián. No compartimos el
criterio sustentado por una parte de la doctrina que es de opinión que el bien jurídico protegido por el delito es la libertad
sexual del sujeto pasivo o su autodeterminación sexual. El rufián ni promueve ni obliga de ninguna manera a la víctima a
ejercer la prostitución. Esa es actividad del proxeneta. El rufián solo se aprovecha de las ganancias que el sujeto pasivo obtiene
del ejercicio de su prostitución, en la que aquel para nada interviene, por lo que entendemos que el rufianismo en nada afecta la
libre determinación de la vida sexual de la persona prostituida. Uno de los bienes preponderantes protegidos por la fig. es el
patrimonio de la víctima, dado que el delito responde a las características de la estafa, del robo o la extorsión.

Ley N° 26.842. Figura Básica. Agravantes.


Elemento Subjetivo. La rufianería es delito doloso que solo admite el dolo directo. El agente debe conocer que las ganancias
que explota, sin ningún derecho, por los medios típicos, provienen del ejercicio actual de la prostitución que ejerce la víctima.

DIFUSIÓN DE IMÁGENES Y ESPECTÁCULOS PORNOGRÁFICOS DE NNyA.


Ley N° 26.388.Análisis en particular de las 4 figuras del Art. 128. Conductas Típicas:
Concepto de Pornografía: alcance del Tipo Penal: Lo Pornográfico. Se ha dicho que lo obsceno –“o pornográfico”– es lo
torpe y lujurioso que tiende a excitar los apetitos sexuales, o que tiene aptitud para ello. Lo obsceno es lo lujurioso, lo que es
sexualmente vicioso por representar un exceso respecto del sexo. Será obscena –o pornográfica– la obra, objeto, o imagen que
tienda a excitar el instinto sexual o a hacer apología de la lascivia. Acentuando el aspecto subjetivo, se ha sostenido que la
interpretación de lo obsceno –o pornográfico– debe vincularse con la intención que inspiró al autor de la creación de que se
trate, intención que debe estar enderezada a excitar el instinto sexual de los observadores. Si no se parte de un propósito
sexual predominante, sí será muy difícil de discernir lo artístico de lo pornográfico. Dable es concluir que todos los esfuerzos
doctrinarios y jurisprudenciales realizados para definir, o por lo menos caracterizar lo que es obsceno –o pornográfico–, pone
en evidencia lo ambiguo, impreciso y oscuro del concepto, todo lo cual impide describirlo en forma clara y objetiva, al margen
de consideraciones puramente subjetivas. La figura que comentamos reprime en su actual redacción “lo pornográfico”,
incurriendo en la misma deficiencia que se objetaba al texto anterior con respecto a “lo obsceno”. Ello ha motivado que se diga
de este tipo penal que es abierto, con el consecuente peligro para la seguridad jurídica de los individuos que tal situación
provoca.
Elemento Subjetivo: Culpabilidad. Se trata de un delito doloso en el que confluyen la voluntad de llevar a cabo la conducta
típica y el conocimiento del carácter sexual de lo que se fabrica, publica, organiza, etcétera. Según Reinaldi –y otros autores
entre quienes nos incluimos– es factible el dolo eventual, toda vez que basta la representación de dicho carácter, y lo mismo
respecto de la edad de los menores. Por su parte Donna dice que el claro contenido obsceno del objeto hace que al existir un
elemento subjetivo del injusto el dolo deba ser directo.

EXHIBICIONES OBSCENAS (Art. 129 $ - 6m a 4a):


El derogado Art. 129 distinguía, sin que ello alterara la cuantía de la pena, entre exhibiciones obscenas ejecutadas en sitio público y las que lo eran en sitio
privado pero expuestos a la involuntaria observación de terceros.

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La nueva norma se desentiende de la publicidad o no del lugar y enfatiza exclusivamente en la posibilidad de que terceros se
vean sorprendidos con el despliegue de escenas a cuya exhibición, de haberlo podido considerar, podrían haberse negado.
Basta con que exista el peligro de que las mismas sean vistas involuntariamente por terceros.

Acción Típica:
Materialidad del Delito. En el delito de exhibiciones obscenas, la acción constitutiva consiste en ejecutar por sí o hacer ejecutar
por un tercero hechos o actos de esta naturaleza. Ejecutar es realizar esos actos por sí mismo. Hacer ejecutar es valerse de
otra persona para efectuar el acto. Con respecto a este último caso, y en la medida en que la voluntad del ejecutor esté viciada
por alguna de las circunstancias que obstan al libre accionar, dicha persona quedará exenta de punibilidad. La figura reprime
los actos de exhibición, es decir “que se presente o se ponga de manifiesto algo, y que lo exhibido sea obsceno”. La ejecución de
estos hechos puede consistir no sólo en la mostración de partes pudendas sino también en actividades o espectáculos de
naturaleza obscena. Apunta Gavier que no quedaría atrapado por la figura, sin perjuicio de su trascendencia en el ámbito
contravencional, el acto indecente pero no obsceno de quien orina o se baña desnudo, ni tampoco las obscenidades vertidas
verbalmente, si no van acompañadas de actos o gestos.
Elemento Subjetivo:
Culpabilidad. Consumación. Tentativa. Se trata de un delito doloso, que consiste en el conocimiento de la naturaleza del acto
y de que el mismo llegue a ser involuntariamente visto por otro. Pero no se requiere el dolo directo de que el mismo llegue
efectivamente a ser observado por terceros, sino que basta que el agente acepte tal posibilidad. También basta el dolo eventual
sobre la edad de las víctimas. Donna por su parte, sostiene que la figura sólo admite el dolo directo. La exhibición por
imprudencia o negligencia no es típica a la figura. Las exhibiciones obscenas es un delito de peligro, que se consuma con la
realización del acto, aunque el mismo no trascienda efectivamente a terceros. En cuanto a la tentativa, no es aceptada por la
mayoría de la doctrina, más los autores no olvidan citar el caso traído a estudio por Núñez en el que habría que admitirla como
posible, como el de quien, completamente desnudo, corrió hacia la calle para ser visto por las personas que participaban de
una manifestación y otra persona le impidió abrir la puerta.
Sujetos Activo y Pasivo. Sujeto activo puede ser cualquier persona que realiza la acción típica o la hace ejecutar por un tercero.
Con respecto al sujeto pasivo, que también puede serlo cualquier persona, el legislador prevé un agravamiento de la pena
cuando los afectados fueren menores de 18 años, pero mayores de 13, que vieron involuntariamente la exhibición obscena.
Agravamiento que también se aplica cuando se trate de menores de 13 años, aunque hubieran prestado su consentimiento para
observar la exhibición ilícita.
Agravantes:
Consentimiento del Sujeto Pasivo. Claro está que los menores de 13 años, a quienes el legislador no los encuentra
capacitados para prestar consentimiento alguno a cualquier acto de índole sexual, amerita un tratamiento especial; y es por
ello que independientemente de cuál fuere la voluntad de los mismos, se aplica la agravante. Con respecto a los menores de 18
años, pero mayores de trece el legislador omite toda referencia a su consentimiento y se limita a considerarlo como un caso
calificado. Dicho silencio induce a pensar que, mediando consentimiento de ese menor, el hecho queda al margen de tipicidad, más
si, por el contrario, no existe tal disposición anímica por parte del joven, el autor será pasible de una pena agravada.

RAPTO (Art. 130):


RAPTO PROPIO (Art. 130 1° Párr.: 1 a 4a):
El Delito de Rapto. Denominación. Inconvenientemente la Ley N° 25.087 eliminó la rúbrica del Capítulo IV, que se
denominaba “Rapto”. Pese a esta eliminación, creemos más conveniente seguir individualizando como rapto los delitos
contenidos en el Capítulo, nombre que tiene un rancio abolengo y como tradicionalmente lo ha denominado la doctrina. De la
misma manera que seguimos llamando violación a la figura prevista por el 3° Párr. del Art. 119, o estupro a la prevista por el
Art. 120. Rapto Propio. El hecho previsto por el párr. 1° del Art. 130 ha sido denominado como rapto propio, diferenciándolo
del previsto en el segundo apartado de este artículo, al que se lo designa como rapto impropio, o consensual, o por seducción.
Elemento Material:
Sus acciones típicas consisten en sustraer o retener a una persona. Sustrae quien toma y separa a la víctima del lugar donde se
encuentra, cualquiera que sea éste. Retiene el que impide apartarse a la víctima del lugar en que se encuentra, privándola de su
libertad de trasladarse. El lugar de la retención puede ser en el que se encuentre la víctima voluntariamente o al que haya
concurrido por propia decisión, o al que haya sido llevada en contra de su voluntad por quien previamente la sustrajo. Si bien
generalmente por regla, a la acción de sustraer debe seguir la acción de retener, para la retención no es necesaria la previa
sustracción.

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Por importar las acciones típicas verdaderas privaciones de la libertad, el rapto es un delito permanente o continuo en que la
acción se prolonga durante un tiempo. Si bien quien sustrae consuma el delito en el momento de ser separada la víctima del
lugar en que se encuentra, la consumación se prolonga con la retención de ésta. El rapto por retención es delito
necesariamente permanente, y el rapto por sustracción es eventualmente permanente. Es indiferente el tiempo, más o menos
prolongado, que la víctima haya estado privada de su libertad. Pero es necesario que ésta exceda el tiempo de privación de
libertad imprescindible para la consumación del acto deshonesto que tenía en miras el agente, que como en el caso de la
violación, es absorbida por este último delito. La necesaria retención que sufre la víctima mientras es sometida al acceso carnal
violento, no es típica, por sí sola, al delito de rapto, si no ha estado precedida de una sustracción o retención autónoma de la
desplegada para consumar el acto ultrajante.
Elemento Subjetivo. El rapto, en cualquiera de sus formas, es delito doloso que requiere un especial elemento subjetivo,
consistente en la intención de menoscabar la integridad sexual de la víctima. Sin estas miras o propósitos en el autor no habrá
rapto, y el hecho sólo será punible como una privación ilegítima de la libertad. La intención de menoscabar la integridad sexual
de la víctima, es la que persigue, o se propone, acciones de naturaleza sexual en las que se haga participar, u observar, a la
víctima.

RAPTO IMPROPIO (Art. 130 2° Párr.: 6m a 2a):


EL Rapto Impropio. El 2° Párr. del art. que analizamos prevé y reprime el llamado rapto impropio, consensual o por
seducción, porque a diferencia del previsto en el apartado anterior, en éste la sustracción o retención debe ejecutarse con el
consentimiento de la víctima.
Elementos del Delito. El elemento material del delito es el mismo que el requerido para el rapto propio, consistente en las
acciones de sustraer o retener a la persona menor de 16 años. También el elemento subjetivo del agente es un requisito
esencial al delito que comentamos. No habrá tampoco rapto impropio si la sustracción o retención de la víctima se ejecuta sin el
propósito de realizar sobre la misma posteriores acciones de clara naturaleza sexual en la que se las haga participar u
observar.
Consentimiento de la Víctima. La característica diferencial de este delito, con el previsto en el apartado anterior, está dada
por el consentimiento prestado por la víctima a ser sustraída o retenida. El menor conoce y acepta el hecho de la sustracción o
retención y las intenciones que tiene el agente.
Este consentimiento, libre y voluntario, no viciado por coacción o error, excluye los medios requeridos por el apartado
anterior. Si el consentimiento ha sido prestado por fuerza, intimidación o fraude, el hecho es típico al rapto propio. Para
limitar la excesiva extensión que se le pueda dar a esta fig., la doctrina exige en este rapto con consentimiento una actividad
del agente en la sustracción o retención del menor. Si la iniciativa parte de la misma víctima y decide instalarse en la casa de
un tercero, que no tuvo ninguna participación material o espiritual en la decisión de la víctima, no podrá decirse que ésta fue
sustraída o retenida.
Sujetos Activo y Pasivo. Inmadurez Sexual de la Víctima. Sujeto activo puede ser un varón o una mujer. Las apreciaciones
formuladas al respecto al analizar el rapto propio, son válidas en este delito. También con respecto al sujeto pasivo del rapto
impropio la Ley N° 25.087 introdujo una sustancial reforma, al establecer que éste puede ser una persona, sin distinción de
sexo, menor de 16 años, en coincidencia con la edad fijada para la víctima del estupro. El apartado no fija un límite descendente
en la edad de la víctima, por lo que, mediando el consentimiento de ésta, aún menor de 13 años, será de aplicación esta figura.
No hay acuerdo en doctrina sobre si la inmadurez sexual de la víctima es requisito necesario para el rapto impropio. Se
sostiene que la razón de la incriminación del delito es la misma que en el delito de estupro. La ineficacia del consentimiento
para legitimar el hecho se fundamenta en la inexperiencia sexual de la víctima, de la que se aprovecha y abusa el autor del
estupro o del rapto. La identidad de edades confirma esta equiparación. Si bien la ley no lo requiere expresamente, es
condición implícita la inexperiencia sexual de la víctima para la configuración del delito. Lo contrario, importaría una
inadmisible contradicción de la ley.

RAPTO DE MENOR IMPÚBER DE 13 AÑOS (Art. 130 3° Párr.: 2 a 6a):


Agravante. Rapto Propio de Menor Impúber. El 2° Párr. del derogado Art. 130 agravaba la pena del rapto propio si la víctima era mujer casada.
En su reemplazo, el vigente Art. 130, en su 3° Párr., agrava el rapto propio en razón de la edad de la víctima –si ésta fuera menor
de 13 años. Pero a diferencia del rapto de menor de 12 años, previsto por el derogado Art. 131, la actual figura prevé un
verdadero rapto propio, donde no solamente deben concurrir las mismas acciones materiales y propósito de atentar contra la
integridad sexual de la víctima, sino que el hecho debe ser ejecutado con los medios típicos del rapto propio, es decir, con
fraude, fuerza o intimidación. Medios que resultan incompatibles con el consentimiento que preste el menor. De mediar este
consentimiento, aun tratándose de un menor de 13 años, el hecho sólo será punible como rapto impropio, previsto por el 2°
Ap. del art. en estudio.

GROOMING O CIBERACOSO SEXUAL INFANTIL: Ley N° 26.904 (Art. 131 6m a 4a):


Naturaleza Jurídica. Sujeto Activo y Pasivo.Acción Típica y Medios Comisivos. Elemento Subjetivo.
Grooming. El bien jurídico protegido es la libertad sexual de la víctima. No se advierten problemas constitucionales con la
sanción de la Ley de Grooming, porque su objeto no fue tipificar intenciones de las personas, sino la acción específica de
solicitar al niño la realización de actividades que él mismo no debería efectuar, lo cual se corresponde con todos los preceptos
que pretenden resguardar su interés superior. Con su promulgación nuestro país no hace más que cumplir con estándares
mínimos fijados por la estructura jurídica internacional elaborada al respecto: Convención sobre los D° del Niño; el Protocolo
Opcional de la Convención sobre los D° del Niño acerca de la venta de niños, la prostitución infantil y la pornografía infantil; el
Protocolo para la Prevención, Supresión y Castigo del Tráfico de Personas, Especialmente Mujeres y Niños, complementario a
la Convención de las Naciones Unidas contra el Crimen Organizado Transnacional —Protocolo de Palermo—; Memorándum 6
de Montevideo sobre la Protección de Datos Personales y Vida Privada en las Redes Sociales en Internet, particularmente en
los niños, niñas y adolescentes; todo pone de manifiesto la preocupación de la Comunidad Internacional ante la proliferación
de conductas que, al involucrar a menores, hieren los más profundos sentimientos personales, familiares y sociales.

El Groommg debe ser definido como un proceso abusivo, facilitado por el uso de las nuevas Tecnologías (TIC’s), que implica la
interacción comunicación al de un adulto con un menor, a través del despliegue de una conducta de liberada para captar su
atención y confianza, con el objeto de obtener imágenes sexuales o lograr un encuentro sexual. Aquí se utiliza una cierta forma
de seducción o de aproximación a través de un medio informático, siendo que la interacción puede darse a través de mails,
blogs, redes sociales (Twitter, Facebook, Instagram), mensajes de texto, aplicaciones de mensajería instantánea para teléfonos
inteligentes (WhatsApp, Skype), etc. La palabra grooming, que proviene del término inglés grúom, significa preparar o entrenar
para un objetivo específico o actividad concreta. Constituye la acción deliberada que lleva un adulto para ganarse la confianza
de un menor con el propósito de contactarlo, y posteriormente tomar el control emocional de la víctima rompiendo sus
débiles barreras, por razones de inmadurez biológica, facilitando su propósito sexual. Esta conducta tiene una intención
determinada que podemos dividirla en etapas o fases y que pueden durar semanas o meses; una etapa inicial o de relación,
donde se trata de acercar al menor, generalmente suplantando identidad, estadio donde se habla de gustos, amigos, deportes,
etc.; una intermedia o de amistad, donde ganada ya la confianza, se van obteniendo datos personales de la víctima y comienza
un intercambio de confidencias, de secretos pero llegará muy pronto la primera petición muy sutil, hasta lograr el
compromiso, con el propósito de obtener imágenes o vídeos de contenido sexual por cualquier medio de comunicación por
plataforma online; y la etapa final o de actuación, donde hay una intención sexual, implícita o explícita, que puede ser lograr
mediante engaño una Cita real destinada a lograr un fin sexual. La conducta típica consiste en tomar contacto, comunicarse o
establecer cualquier clase de intercambio efectivo, por un medio de una comunicación electrónica o de una telecomunicación
u otra tecnología de transmisión de datos similar, creada o a crearse; con la finalidad de cometer cualquier delito de este Tít.
Así, el delito se comete con dolo directo, y la finalidad del autor debe estar dirigida a cometer una agresión sexual Contra el
menor de edad. Es real la dificultad probatoria que presenta analizar su faz subjetiva pero la conversación bajo estudio denota
la intención de seducir y la voluntad de crear confianza para concretar su propósito; la imagen obscena está íntimamente
ligada con ello. En definitiva, insistentemente quiso concertar una reunión con la menor para satisfacer su deseo sexual, que
dejó al descubierto al enviar una imagen de sus genitales. Esto último revela el elemento subjetivo que requiere el tipo para su
configuración. El delito de Grooming solo admite el dolo directo, cuyo alcance debe abarcar los elementos del tipo objetivo,
pero además exige una ultra intención, es decir, un plus en la faz subjetiva que está dado por el propósito de cometer un delito
sexual en perjuicio del menor de edad. Para la aplicabilidad de la figura es necesario que no se haya producido ninguno de los
delitos contra la integridad sexual, puesto que tratándose de un acto preparatorio el delito final cometido o tentado desplazará
por la vigencia de concurso aparente de leyes a aquel que representa la fase menos avanzada del iter criminis.

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UNIDAD 6: DELITOS CONTRA EL ESTADO CIVIL

Bienes Jurídicos Tutelados: El Estado Civil de las Personas y la Identidad Personal


El estado civil de las personas, como bien jurídico tutelado por las fig. contempladas en el tít., es la condición o situación
jurídica que éstas ocupan en el seno de la sociedad en virtud de sus condiciones personales o de acuerdo con sus vinculaciones
y relaciones familiares. Está constituido por una serie de datos, referidos a hechos o acontecimientos naturales unos, tales
como el nacimiento y sus circunstancias de lugar y fecha, o como el sexo, o referidos a hechos o actos jurídicos, dependientes
de la voluntad del sujeto, tales como el matrimonio, el divorcio, la legitimación, la adopción de ciudadanía, etc. La fidelidad de
estos datos y sus registraciones, que el Estado impone en un registro del estado civil de las personas, que definen la situación y
la individualización de las personas en la sociedad, constituyen el objeto de protección de las fig. del Tít. Se dispensa una doble
tutela, al estado civil en sí mismo, y a la fidelidad de los datos y registraciones que acreditan ese estado.
Matrimonios Ilegales: Concepto La acción consumativa del delito de matrimonio ilegal, sea bilateral o unilateral, consiste en
contraer matrimonio, según se desprende con claridad del texto de la ley. Se trata de un elemento normativo del tipo, cuyo
verdadero alcance y significado debe extraerse del CCyC.

Figuras Diversas:
1. MATRIMONIO ILEGAL BILATERAL (Art. 134: 1 a 4a). Para la configuración del delito se requiere que el acto verificado
por los contrayentes reúna todos los requisitos formales necesarios para la celebración del matrimonio, conforme a los
requerimientos de la ley civil, de manera tal que de no mediar el impedimento que causa su nulidad absoluta, se trataría de un
matrimonio formal y sustancialmente válido. Acuerda en forma pacífica nuestra doctrina que el delito, al importar un ataque al
estado civil formalmente válido de las personas, se perfecciona cuando ambos autores “contraen” matrimonio, con las
formalidades y requisitos señalados precedentemente. De lo expuesto se concluye que para la legislación argentina el delito
que nos ocupa es delito instantáneo que se consuma en el acto de su celebración.
Elemento Subjetivo. La fig. requiere que ambos contrayentes conozcan que existe un impedimento que causa la nulidad
absoluta del matrimonio que van a contraer y, no obstante, consiente y voluntariamente, lo celebran. Este determinado
conocimiento exigido por la ley es un elemento subjetivo del tipo. El requerimiento de este saber, que importa la existencia de
un conocimiento expreso, sumado a la dirección de la voluntad encaminada al hecho no obstante de este conocimiento, pone
en evidencia que la figura sólo admite el dolo directo, excluyendo la posibilidad del dolo eventual o la culpa. El error de hecho,
aun el imputable al agente, excluye la culpabilidad pues la figura no está prevista a título de culpa. También es excluyente de la
culpabilidad, el error de derecho extra penal, pues éste recae sobre un elemento normativo del tipo, equiparable en tal
supuesto, al error de hecho. Es indiferente para la fig. que sólo uno o ambos contrayentes tengan impedimento; o que los dos
conozcan el mismo impedimento en caso de ser dos o más; o que el conocimiento que tenga sea por revelación del otro
contrayente o por cualquier otra circunstancia. Sólo se requiere que ambos contrayentes conozcan, sin duda, que existe un
impedimento que causa la nulidad absoluta del matrimonio que van a celebrar.
Impedimentos Dirimentes. El Art. 403 del CCyC establece en sus 7 incisos los impedimentos dirimentes que no permiten
matrimonio válido y cuya violación habilita para el ejercicio de la acción de nulidad del matrimonio. Los Impedimentos
Matrimoniales son prohibiciones de la ley que afectan a las personas para contraer un determinado matrimonio. Los
impedimentos derivados del parentesco por consanguinidad, por adopción y por afinidad, por no presentar cuestiones de
trascendencia en la aplicación de la ley penal, no han merecido la atención de la doctrina. Sí han preocupado a los penalistas, los
impedimentos previstos por los Incs. d y e, el matrimonio anterior mientras subsista y el impedimento de homicidio,
respectivamente.
Autoría y Participación. El delito de matrimonio ilegal pertenece a los llamados delitos de acción bilateral porque para su
configuración requiere la intervención necesaria de más de una persona, aun cuando no se requiere que todos los
intervinientes presten su concurso doloso en el delito o que sean penalmente responsables. Son sujetos necesarios del delito
de matrimonio ilegal, bilateral o unilateral, ambos contrayentes y el oficial público, los que podrán ser autores en la medida de
su participación dolosa. Lo serán ambos contrayentes en el caso del artículo que comentamos y sólo uno de ellos en el caso del
artículo siguiente (Inc. 1°). El oficial público podrá ser autor del delito previsto por el Art. 136. La intervención de otras
personas en el hecho, sujetos no necesarios de éste, será juzgada no ya como autores, sino conforme a las reglas comunes de la
participación de acuerdo con lo dispuesto por los Arts. 45 y 46.
Tentativa. No hay acuerdo en doctrina sobre la posibilidad de la tentativa en este delito, aunque la opinión predominante la
admite, aun cuando se destaca la dificultad para diferenciar los meros actos preparatorios de los verdaderos actos ejecutivos.
Se señala como meros actos preparatorios la presentación de partidas, exámenes médicos y todas las diligencias previas a la
celebración del matrimonio. Como actos ejecutivos se requiere el comienzo de la celebración del matrimonio ante el oficial
público.

2. MATRIMONIO ILEGAL UNILATERAL (Art. 135 Inc. 1°: 2 a 6a). A diferencia del delito previsto en el art. anterior la fig. que
analizamos requiere que la existencia del impedimento que ocasiona la nulidad absoluta del matrimonio sea conocida sólo por
uno de los contrayentes, e ignorada por el otro, que debe actuar en la convicción de que está celebrando un matrimonio sin
impedimento alguno que lo invalide. Se trata de una forma calificada de matrimonio ilegal, con referencia a la figura anterior, ya
que la pena se incrementa en razón de que el hecho lesiona no sólo el estado civil, sino que importa también una lesión al
contrayente de buena fe.

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La materialidad del delito consiste en contraer matrimonio con todas las formalidades requeridas por la ley, de forma tal que
hubiera sido válido de no mediar el impedimento dirimente. El delito requiere también la participación necesaria de ambos
contrayentes y el oficial público, aunque respecto de los contrayentes sólo uno de ellos será autor, el contrayente de buena fe es
sujeto pasivo del delito. No es necesario que el contrayente que conoce el impedimento lo oculte al que lo ignora utilizando
algún ardid, engaño o mentira. Es suficiente con que lo calle, sabiendo o suponiendo que el otro contrayente lo desconoce. El
tipo requiere que el ocultamiento del impedimento sea al otro contrayente. Lo esencial para el matrimonio ilegal unilateral, es
que el contrayente de buena fe desconozca el impedimento hasta después de la celebración del matrimonio. Si no obstante el
ocultamiento, se lo llega a conocer antes de la celebración del matrimonio, el hecho será típico al Art. 134. Entre los
contrayentes, tanto el hombre como la mujer pueden ser sujetos activo y pasivo del delito. El Proyecto de Tejedor, al fijar una
multa a favor de la mujer engañada, suponía que sólo ésta podía ser sujeto pasivo. Sólo es admisible el dolo directo, y el error
de hecho y de derecho extrapenal son excluyentes de la culpabilidad.

3. SIMULACIÓN DE MATRIMONIO (Art. 135: Inc. 2° 2 a 6a): Este delito no es propiamente un matrimonio ilegal —ni legal—,
pues se trata de un caso de apariencia de matrimonio. La acción típica consiste en simular un matrimonio. Requiere un engaño
previo sobre el sujeto pasivo, haciéndole creer como verdadero un acto matrimonial falso. El autor debe haber aparentado las
formalidades propias del matrimonio. La victima debe padecer el error determinante causado por la maniobra ardidosa
desplegada por el autor y creer que en realidad está contrayendo un matrimonio legitimo El tipo no requiere calidad especial
de ninguno de los contrayentes. Sujeto activo puede ser hombre o mujer y el sujeto pasivo será el cónyuge engañado. Se trata
de un delito doloso, de dolo directo. Se consuma con la celebración del matrimonio. La tentativa resulta admisible. En cuanto a
la participación, se requerirá la colaboración de terceras personas que simulen en conjunto para lograr que el sujeto pasivo
crea que está contrayendo un matrimonio válido. Quien colabore, será punible bajo las reglas de la participación criminal.

BIGAMIA:
Impedimento por ligamen. Bigamia. Es impedimento propio de los países que han adoptado el régimen del matrimonio
monogámico. Se denomina bigamia al matrimonio ilegal contraído con el impedimento del matrimonio anterior subsistente,
de uno o ambos contrayentes. El matrimonio anterior es el impedimento previsto por el Inc. d del Art. 403 del CCyC, y se ha
señalado que es el más común, y el determinante de mayor número de matrimonios ilegales. El elemento material del delito
radica no sólo en el segundo matrimonio, sino también en la validez y subsistencia del matrimonio anterior. No mediando estas
condiciones de validez y subsistencia del anterior matrimonio, faltará uno de los elementos esenciales del delito, aun cuando
el agente creyera erróneamente en esa validez, el segundo matrimonio será válido y el hecho de haberlo contraído será atípico
a los matrimonios ilegales, salvo que exista algún otro impedimento dirimente que cause su nulidad absoluta.
La Cuestión Prejudicial: Cuestionada la validez del primer matrimonio por quien se encuentre habilitado para ello, y atacado de
nulidad, esta impugnación constituye una cuestión prejudicial que, referida a la validez o nulidad de aquel matrimonio, sólo
puede ser resuelta por la justicia civil, y cuya resolución hace cosa juzgada para la justicia penal, que no puede resolver la
cuestión criminal hasta tanto no haya sido resuelta la cuestión prejudicial civil. Declarada la nulidad del primer matrimonio
por el juez civil, este resolutivo obliga al juez penal, que no podrá condenar por el delito de matrimonio ilegal basado en la
subsistencia y validez de este matrimonio. Como la cuestión prejudicial versa sobre la validez o la nulidad del primer
matrimonio, no del segundo, es indiferente que aquél haya adolecido de una nulidad absoluta o relativa. Cualquiera haya sido
la causa de su invalidez, su declaración torna válido el segundo matrimonio y por consiguiente inaplicables los Arts. 134 o 135
del CPA. Declarada la validez del primer matrimonio, el juez penal no podrá absolver fundado en su invalidez o inexistencia,
pero sí podrá hacerlo por otros motivos como los referidos por ejemplo a la imputabilidad, el dolo, el error, etcétera. El
acatamiento que el juez penal debe a la autoridad de la cosa juzgada civil, sólo se refiere a la nulidad o validez del primer
matrimonio impeditivo del segundo, pero conserva su plena potestad para examinar y valorar los demás elementos
integrantes del delito.

Responsabilidad del Oficial Público (Art. 136: $):


El art. contempla 3 formas distintas de responsabilidades en que puede incurrir el oficial público, cuando en el ejercicio de sus
funciones, procede a la celebración de un matrimonio. Una responsabilidad dolosa, cuando a sabiendas celebra un matrimonio
ilegal previsto por los Arts. 134 y 135, Inc. 1° del CPA; una responsabilidad culposa, cuando celebra estos matrimonios sin
conocimiento del impedimento que los torna nulos, cuando su ignorancia proviene de no haber llenado los requisitos que la
ley prescribe para la celebración del matrimonio y una responsabilidad por la simple omisión de las formalidades exigidas por
ley, con independencia de que el matrimonio así celebrado sea válido, nulo o anulable.
Celebración Dolosa de Matrimonio Ilegal. Decíamos al tratar el Art. 134, que el delito de matrimonio ilegal es de acción
bilateral, que requiere la intervención necesaria de los contrayentes y el oficial público. Cuando este último conoce el

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impedimento dirimente y sabe que uno o ambos contrayentes también lo conocen, y no obstante autoriza el matrimonio, será
coautor del delito de matrimonio ilegal, y reprimido con las mismas penas establecidas para los contrayentes por los Arts. 134
y 135, según el caso. Hay acuerdo en doctrina en que no es suficiente que el oficial público conozca la existencia del
impedimento que cause la nulidad absoluta del matrimonio; es necesario también que tenga conocimiento de que ambos
contrayentes lo conocen (Art. 134) o que lo conoce sólo uno de ellos y el otro lo ignora (Art. 135). No será típico a esta figura la
celebración del matrimonio cuando el impedimento sólo sea conocido por el oficial público, o también por los testigos o terceros,
pero ignorado por ambos contrayentes.
Celebración Culposa de Matrimonio Ilegal. El segundo apartado del Art. 136 responsabiliza también al oficial público que
autorizare un matrimonio ilegal sin saber que existía impedimento, cuando su ignorancia proviniera de no haber llenado los
requisitos exigidos para la celebración del matrimonio. En el caso no ha mediado dolo, se trata de una responsabilidad por
culpa. Entre estos requisitos se cuentan la previa solicitud con la consignación de los datos que requiere el Art. 186; la copia de
la sentencia que hubiere anulado o disuelto, por divorcio vincular, el anterior matrimonio de uno o ambos contrayentes; el
certificado de defunción del anterior cónyuge del contrayente viudo; los testigos que declaren sobre la identidad y habilidad de
los contrayentes; los certificados médicos prenupciales, etc. No cualquier culpa hará incurrir en responsabilidad al oficial
público. Sólo será típica a la figura la negligencia en el cumplimiento de los deberes y reglamentaciones a cargo del funcionario.
Inobservancia de las Formalidades Legales. El 3° Párr. del art. reprime al oficial público que, en la celebración de un
matrimonio, no observare las formalidades que le impone la ley. Las formalidades que la ley impone para la celebración del
matrimonio están referidas no sólo a los requisitos previos exigidos, sino también a la forma misma de la celebración tales
como el lugar, la lectura de los Arts. 406/7 del CCyC, la declaración del oficial público, la redacción y firma del acta, etc. La ley
reprime la simple omisión de las formalidades. Protege los modos legales como debe celebrarse el matrimonio. Es suficiente
con que se haya omitido una sola formalidad, y es indiferente la validez jurídica del matrimonio así celebrado. El hecho sólo es
imputable a título de dolo y admite el dolo eventual.

y del Representante Legítimo del Menor:


El art. reprime a quien otorgare el consentimiento para la celebración de un matrimonio en violación al impedimento de la
edad, y que por consiguiente será anulable. Según lo dispone el Art. 403 Inc. f, es impedimento para contraer matrimonio tener
menos de 18 años. La violación de este impedimento torna anulable el matrimonio.
Sujetos Activos. Los representantes legítimos del menor, sujetos activos del delito, son sus padres, matrimoniales,
extramatrimoniales o adoptivos. También lo es el tutor, legal o dativo. Los contrayentes no incurren en ningún delito, pues el
matrimonio que contraen sólo es anulable. Se advierte que será muy difícil la comisión de este delito si el oficial público no
incurre también en la inobservancia de alguna de las formalidades exigidas para la celebración del matrimonio, ya que, de
observarlas con la necesaria diligencia, advertirá que el acto no puede celebrarse por la edad de uno o de ambos contrayentes.
Elemento subjetivo. Hay acuerdo en doctrina que la figura es dolosa, excluyéndose la culpa.
Consumación. El hecho se consuma con la prestación del consentimiento, antes del acto, mediante declaración auténtica, o en
el acto mismo del matrimonio.
Penalidad. Cuando el Art. 137 dispone que: “En la misma pena incurrirá …”, se está refiriendo a la pena establecida para el
tercer apartado del Art. 136.

SUPRESIÓN O SUPOSICIÓN DEL ESTADO CIVIL Y DE LA IDENTIDAD:


El Art. 4° de la Ley N° 24.410 sustituye la denominación del Cap. agregándole los términos “y de la identidad”. El bien jurídico
tutelado por el Cap. es también el derecho a la identidad, derecho más amplio que el estado civil, que abarca no solamente a
éste, sino que alcanza actos, que, sin afectar al estado civil del paciente, hacen incierto, alteran o suprimen la identidad del
menor, cambiándole el nombre, o la nacionalidad, o adulterando los certificados de nacimiento o de parto, etc.

SUPRESIÓN, ALTERACIÓN Y SUPOSICIÓN DEL ESTADO CIVIL (Art. 138: 1 a 4a):


En este cap., se protegen todos los aspectos del estado civil de una persona, incluido el matrimonio. Los delitos contemplan
acciones que hacen imposible o dificultoso el estado civil de una persona o atribuyen un estado civil que no se tiene. En este
capítulo, se protege la posesión del estado civil de las personas y en el Tít. “Delitos contra la fe pública” se protegen los registros
públicos que acreditan el estado civil.
Acciones Típicas. La figura consiste en tornar dudosa, modificar o directamente volver inexistentes la información de los
registros que contienen la identidad de una persona. Las acciones típicas del Art. 138 del CPA están referidas a las personas
mayores de 10 años, ya que el Art. 139 Inc. 2° se refiere, a las mismas acciones típicas, referidas a los menores de 10 años. El
atentado debe perpetrarse contra el estado civil de otro. El delito se consuma de manera instantánea, con la ejecución del hecho
que hace incierto, altera o suprime el estado civil, y se admite la tentativa que consiste en todos aquellos actos que no alcanzan
a consumar el delito. Es delito de resultado.
Se altera el estado civil cuando se sustituye todos o algunos datos determinantes del estado civil de una persona.

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Suprime el estado civil de una persona, el que de cualquier forma le quita su verdadero estado sin asignarle otro.
El que hace incierto el estado civil de una persona, lo torna dudoso, dificultoso en su prueba; al que suprime, torna
imposible la comprobación de su estado civil.
Perjuicio. Si bien con la última reforma el elemento subjetivo fue eliminado del texto en análisis, podemos afirmar que el
propósito de causar un perjuicio constituye un requisito de la figura, toda vez que la definición del delito y sus elementos
básicos los da el Art. 138, y tratándose el caso contemplado por el Art. 139, Inc. 2°, de una figura agravada por la edad de la víctima
parece innegable que ese agregado subjetivo debe presentarse.
Consumación y Tentativa. Es un delito material; ello surge de la misma letra del tipo penal. El delito se consuma cuando se
logra hacer incierto, alterar o suprimir el estado civil de una persona. El delito admite tentativa y esta consiste en todos
aquellos actos ejecutivos que no alcanzan a consumar el delito.

SUPRESIÓN Y ALTERACIÓN DE LA IDENTIDAD DE MENORES (Art. 139 Inc. 2º: 2 a 6a):


El anterior inc. 2° es sustituido por un nuevo tipo, que reprime “al que, por un acto cualquiera, hiciere incierto, alterare o suprimiere la identidad de un menor de
diez años, y el que lo retuviere u ocultare”. Se protege con este nuevo delito la identidad del menor de 10 años, que es un bien más
amplio que el estado civil, pero que también abarca a éste.

Supresión del Estado Civil de un Menor. Igual que en el caso del Art. 138, se castiga al que hace incierto, altera o suprime el
estado civil de una persona. La diferencia estriba en cuanto a que el Art. 139 Inc. 2° se refiere a un menor de 10 años. La
menor edad de la víctima es la razón de la agravante del tipo penal en estudio. Tampoco existe diferencia en cuanto a los
medios contemplados en los Arts. 138 y 139 Inc. 2°; en ambos supuestos, los fines pueden ser conseguidos “por cualquier
acto”.
Acciones Típicas:
La referencia a la ocultación y exposición referida en el Art. 139 Inc. 2°, no contenida en el Art. 138, son ejemplificativas y
no taxativas. El tipo penal en estudio menciona a la exposición y ocultación “… o de otro acto cualquiera…”, dejándonos
claramente señalado que puede ser por cualquier medio, igual que en el supuesto del Art. 138. La exposición “consiste en
colocar al niño fuera de su medio, generalmente el familiar, del cual puede deducirse su estado civil, de modo que se produzca
la ignorancia, la confusión o la duda sobre su verdadera filiación”. La exposición no significa abandono de persona, y si éste
fuera el medio para ello, ambos delitos concurren en forma ideal; en contra se pronuncia Soler, para quien el abandono de
persona concurre materialmente con el delito en estudio. Correctamente señala Soler la contradicción entre el tipo del Art.
138 y 139 Inc. 2° del CPA. En el primero, existe delito en la medida en que se cause perjuicio; en el 2° no se hace referencia al
perjuicio. Considerando al Art. 139 como agravante del Art. 138, no se puede negar, como presupuesto típico, la exigencia del
perjuicio en la figura del Art. 139 Inc. 2° del CPA. Los Arts. 138 y 139 Inc. 2° reprimen la misma conducta, con la única
diferencia que en el Art. 139, la víctima es un menor de 10años. El Art. 139 es una figura agravada del tipo penal del Art. 138.

FACILITACIÓN, PROMOCIÓN O INTERMEDIACIÓN EN LOS DELITOS PREVISTOS EN EL CAPÍTULO:


El Art. 7° de la Ley N° 24.410 incorpora un nuevo art. al CPA, el 139 Bis. De los antecedentes parlamentarios de la Ley N°
24.410 surge con claridad que la intención del legislador al incriminar estos hechos, fue la de reprimir las distintas y posibles
formas comisivas del tráfico o comercio de niños, aun cuando la amplitud de la figura alcanza a los delitos previstos por los Arts.
138 y 139, y no sólo al previsto por el Inc. 2° de este último art.

Las Acciones Reprimidas de Facilitar, Promover o Intermediar en la comisión de los delitos previstos en el Cap. son típicos
actos de participación criminal, –que sin diferenciar la entidad o influencia que han tenido en la comisión de aquellos delitos–,
primaria o secundaria, la figura los reprime como delitos independientes de los que facilitan, promueven o intermedian. El
nuevo tipo se aparta de los principios que rigen en materia de participación criminal por su estructura independiente, porque
reprime con igual penalidad las acciones que importen una participación primaria o secundaria, sin distinción, en los delitos
reprimidos por los Arts. 138 y 139, y por último, porque reprime con mayor severidad a los partícipes que a los autores de
aquellos delitos. Facilita la perpetración de los delitos del Cap. II quien allana los obstáculos, ayuda, proporciona los medios
necesarios que hagan posible, o menos dificultoso, hacer incierto, alterar o suprimir el estado civil o la identidad de otro o de
un menor de diez años; o que una mujer finja preñez o parto con la finalidad típica. Promueve quien incita o procura que se
cometan estos delitos, organizando o suministrando los medios destinados a aquel logro. Intermedia el que sirve de nexo, o
vincula al sujeto activo de estos delitos y al receptor del sujeto pasivo. El intermediario es sujeto que cumple un importante
papel en el tráfico o comercialización de niños, poniendo en contacto a las partes interesadas en la ilícita operación, o
interviniendo en la entrega y recepción del menor y del precio convenido. Según surge de la última parte del 1° Párr. del art.,
la figura no requiere de ninguna motivación especial en el agente. Es indiferente que el autor obre por precio o promesa
remuneratoria, o gratuitamente. Tampoco la ley hace referencia a especiales medios de comisión del delito, y al prescribir
que resulta indiferente que en el hecho “… haya mediado o no … amenaza o abuso de autoridad”, el agregado no puede tener
otra significación que cometiéndose el delito que comentamos por medio de amenazas o abuso de autoridad, la figura del Art.
139 Bis absorbe, por especialidad, aquellos delitos. El ap. 2° del Art. 139 Bis agrega a la pena establecida en el 1° Ap. reclusión
o prisión de tres a diez años, la inhabilitación conjunta, especial y por el doble tiempo de la concreta pena privativa de la
libertad aplicada, al funcionario público o profesional de la salud que “cometa alguna de las conductas previstas en este Cap.”.

El Concepto y Alcance de la expresión “Funcionario Público”, surge de lo dispuesto por el Art. 77 del CPA
La fig. se refiere también al “profesional de la salud”, sin ningún tipo de limitación, por lo que la expresión es comprensiva
de todo profesional vinculado a la actividad de curar, como los médicos, parteras, farmacéuticos, enfermeros, etc. La ley no
requiere un abuso o siquiera un aprovechamiento de la función o de la profesión del agente, por lo que cuando de estas 4
personas se trata, el tipo del Art. 139 Bis alcanza una indebida extensión.

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UNIDAD 7: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD
Principios Generales Bien Jurídico Protegido
PRIVACIÓN ILEGAL DE LA LIBERTAD (Art. 141: 6m a 3a): Por la norma vigente, el bien jurídico que se protege es la libertad
física de las personas en sentido amplio, esto es, la libertad de movimiento corporal y la de trasladarse de un lugar a otro
(ambulatoria). Limita pues, indebidamente, el alcance de la tutela de la ley, la doctrina que sostiene que el delito importa,
exclusivamente, un ataque a la libertad de locomoción. El delito protege exclusivamente la libertad física de movimiento y
locomoción, y la definición anterior excede este límite ya que comprende la libertad de determinación, que abarca también la
libertad interna o psíquica del individuo, protegida por el delito de coacción.
Materialidad del delito. La materialidad del delito consiste en la privación de la libertad física del paciente. La misma puede
recaer en su libertad de movimientos, o en su libertad de locomoción, o en ambas a la vez. Pero no es necesario para la
configuración del delito la privación absoluta de la libertad física de la víctima. Basta con que se la haya privado de alguno de
sus movimientos corporales, o que se la prive de dirigirse a determinado lugar, pero dejándole la libertad de dirigirse a
cualquier otro. El hecho puede consistir en impedirle a la víctima determinados movimientos corporales o la facultad de
locomoción, o en imponerle ciertos movimientos o su traslado en determinada dirección o lugar.
Ilegalidad de la acción. El artículo exige que la privación de la libertad sea “ilegal”. Esto importa que para que la acción sea
típica al Art. 141 se requiere una doble exigencia objetiva y subjetiva. Objetivamente, la privación de la libertad del sujeto
pasivo debe ser ilícita. Subjetivamente, el hecho también debe ser ilícito. Parte de la doctrina estima que la referencia a la
ilegalidad es inútil, ya que el tipo no puede referirse a una conducta legítima. No es razonable que el legislador califique como
“ilegal” una conducta definida como delictiva.
Sujetos Activo y Pasivo. El Consentimiento de la Víctima. Sujeto activo de la figura básica puede ser cualquier particular.
Puede serlo también el funcionario público, siempre que el hecho sea cometido fuera del ejercicio de sus funciones, ya que si lo
ejecuta con motivo o en cumplimiento de éstas serán de aplicación los Arts. 143. Sujeto pasivo del delito sólo puede ser aquel
que en el momento de ser privado de su libertad puede expresar su disenso al hecho que se lo somete. Las personas
inconscientes o dormidas no pueden ser sujetos pasivos del delito. Debe tratarse de persona con capacidad para determinarse
libremente, y con posibilidad de poder expresar esta determinación. Otra parte de la doctrina caracteriza al sujeto pasivo del
delito por su capacidad física o vitalidad para ejercer la libertad de movimientos o locomoción, que constituye el bien
protegido por la figura. Es unánime la opinión en doctrina nacional sobre los efectos desincriminadores del consentimiento de la
víctima, libremente prestado. Se acepta que la libertad es un bien susceptible de renuncia, dentro de determinados límites. El
consentimiento libremente prestado por el interesado para la privación de su libertad de movimientos o locomoción, elimina la
ilicitud del hecho. Se sostiene que, en el caso, no hay una privación ilegal de la libertad, sino una enajenación de la misma.
Características del delito. Culpabilidad. La privación ilegal de la libertad es delito material que se consuma en el momento
que el sujeto pasivo es privado de su libertad de movimiento o de desplazamiento. O desde que cesa la legitimidad de la
preexistente privación de la libertad, en los casos de comisión por omisión o de simple omisión. Es delito permanente, que se
prolonga en el tiempo, pero cuando la privación de la libertad dura más de un mes, el hecho se agrava. Admite unánimemente
la doctrina, la posibilidad de tentativa. El delito, tanto en su figura básica como las agravadas, es doloso. Este consiste en el
conocimiento de la ilegalidad de la privación de la libertad a que se somete al paciente.
Penalidad. La vigente Ley N° 23.077 reprime la figura analizada con prisión o reclusión de 6 meses a 3 años.

Agravantes (Art. 142: 2 a 6a)


Figuras Agravadas Del Delito De Privación de la Libertad. Las fig. previstas por el art. por tratarse de formas agravadas del
tipo básico, requieren de las mismas exigencias típicas de aquélla, y si bienla norma no hace referencia expresa a la ilegalidad,
esta exigencia subjetiva es también imprescindible para la configuración de las formas calificadas de la privación de la
libertad. El fundamento de las agravantes previstas por el artículo radica en el modo de comisión del delito (Incs. 1° y 4°); por
sus finalidades o motivaciones (Inc. 1°); por el vínculo que une al agente con el sujeto pasivo (Inc. 2°); por las consecuencias
que la privación de la libertad ocasiona a la víctima (Inc. 3°) y por la duración de la privación de la libertad (Inc. 5°).

1
Inc. 1°. Las 2 primeras agravantes están referidas al modo de comisión del delito, que se califica si seperpetra con violencia o
amenazas. La violencia es el despliegue de energía física sobre la víctima o sobre terceros que impidan o puedan impedir el
hecho. Queda incluido en el concepto de violencia, el uso de hipnóticos o narcóticos. Las amenazas consisten en el anuncio de
un mal, posible y futuro, en el cuerpo, el honor, los bienes, etcétera, a ocasionar a la víctima o un tercero, dirigido a aquélla o a
quien pueda impedir el hecho. Deben tener, en cada caso concreto y con relación a la persona a quien se dirigen, la suficiente
eficacia para doblegar su voluntad y determinar su sometimiento. El empleo de amenazas absorbe la figura prevista por el Art.
149 Bis del CPA. La 2° parte del Inc. contempla las agravantes que se fundamentan en las finalidades o móviles que llevaron al
autor a la comisión del ilícito. El agente actúa con fines religiosos cuando el delito ha sido cometido por motivos referidos a
la religión que profesa el mismo, o la víctima, o por motivos contrarios a toda religión. Obra por venganza el que priva de su
libertad a una persona como retribución de un agravio o daño, real o supuesto, recibido de la víctima o de un tercero
afectivamente ligado a ésta. No es suficiente el odio que el agente pueda sentir por la víctima. Es necesario un nexo entre el
agravio recibido, o el que cree haber recibido el agente, y la privación de la libertad. Puede tratarse de una venganza directa,
cuando la privación de la libertad recae sobre el autor del daño, o de venganza transversal, cuando recae sobre un tercero
ligado afectivamente al autor del supuesto daño. Las agravantes por los motivos perseguidos por el autor tienen un carácter
eminentemente subjetivo, bastando para su aplicación que ellas estén en el ánimo del sujeto activo, con independencia que los
fines propuestos se hayan logrado o no.

Inc. 2°. El inc. contempla las agravantes que se fundamentan en el vínculo existente entre victimario y víctima. Respecto al
ascendiente, la ley agrava el hecho en consideración al vínculo familiar que une al agente con la víctima y por la presunción de
respeto particular que aquél debe a ésta. Puede tratarse de parentesco matrimonial o extra matrimonial, y sin limitación de
grado. Quedan comprendidos sólo los ascendientes por consanguinidad, excluyéndose los ascendientes por afinidad o por
adopción. La exclusión del descendiente como sujeto pasivo agravante de la figura, ha sido explicada por la doctrina porque
respecto a estos, el ascendiente tiene más bien autoridad que respeto. También en el caso de los hermanos sólo se tiene en
cuenta el parentesco por consanguinidad, pudiendo ser matrimoniales o extramatrimoniales, bilaterales o unilaterales.
Respecto del cónyuge, debe tratarse de un matrimonio válido, no estando incluidos los concubinos. Mediando separación
personal, la agravante es aplicable, pues aquélla no disuelve el vínculo. No así si ha existido divorcio vincular, que disuelve el
vínculo y los cónyuges dejan de ser tales. Hay acuerdo en doctrina en que la agravante alcanza a ambos cónyuges. La última
parte del inciso que tratamos agrava el hecho cuando la víctima es persona a quien se daba respeto particular. La agravante
ha sido criticada por considerársela una norma penal en blanco, de difícil precisión, sujeta a las más diversas y riesgosas
interpretaciones. La determinación de estas circunstancias es una cuestión de hecho, que debe ser resuelta en cada caso en
particular, siendo imposible establecer cánones fijos y en abstracto que resuelvan el punto.

Inc. 3°. Se agrava también la privación ilegal de la libertad, cuando de ella resulta un grave daño para la salud, la persona o los
negocios del ofendido. Tratándose de daños en la salud de la víctima, estos deben ser el resultado de la misma privación de la
libertad a la que se encuentra sometida. El daño en la salud tiene que ser grave lo que no implica que se excluyan las lesiones
leves previstas en el Art. 89 ya que en determinadas circunstancias estas pueden importar daños graves en la salud de la
víctima. La última parte del inc. impone como condición excluyente de su aplicación que el hecho no importe otro delito por el
que se imponga pena mayor. En tal supuesto, sólo será de aplicación la figura correspondiente al delito más grave, que excluye
la figura que comentamos. Resulta un grave daño en la persona de la víctima, cuando ha sido afectada en otros derechos
inherentes a su personalidad, que no importen daños en su salud. El grave daño en los negocios importa todo perjuicio
patrimonial, experimentado por el sujeto pasivo en su actividad o trabajo, de la naturaleza que sea, como consecuencia de las
limitaciones que sufrió en su privación de la libertad.

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Inc. 4°. Para la procedencia de la agravante el autor debe haber simulado autoridad pública u orden de la misma,
determinante de error en la víctima que se somete, como consecuencia del mismo, a la voluntad del agente.

Inc. 5°. La privación de la libertad se agrava si ella se prolonga por más de un mes. Es necesario que la misma exceda el mes de
duración, cualquiera sea el lapso del exceso. Si ha durado exactamente un mes,sin superarlo, o si ha durado menos, el hecho no
sale de la figura básica.

SECUESTRO COACTIVO (Art. 142 Bis: 5 a 15a – Logrado Mín. Aumenta a 8a):
El secuestro es una forma de privación ilegal de la libertad caracterizada por los específicos medios comisivos requeridos por el
artículo y por la finalidad perseguida por el autor, que utiliza esta privación de la libertad como medio coactivo para obligar a la
víctima o a un tercero a una acción u omisión en contra de su voluntad.
Materialidad del delito. Consiste en la privación de la libertad de la víctima lograda mediante su sustracción, retención u
ocultación. Sustrae quien separa a la víctima del lugar donde se encontraba, trasladándola a otro lugar. Retiene quien impide a
la víctima apartarse del lugar donde se encuentra, y donde no quiere permanecer. Se oculta a la víctima cuando se la esconde.
Elemento Subjetivo. El hecho sólo admite la forma dolosa y el autor debe tener la específica finalidad de obligar a la víctima o
a un tercero a hacer, no hacer o tolerar algo en contra de su voluntad. Es un elemento subjetivo exigido por el tipo. La privación
de la libertad es el medio utilizado por el agente para lograr su finalidad coactiva. Si la privación de la libertad ha sido cometida
por el autor sin la específica finalidad coactiva, no será típica a la figura. Para la tipicidad es necesaria esa relación de medio a
fin. Si la exigencia del autor es el pago de un rescate, el hecho será típico a la figura del Art. 170 que es una modalidad del delito
que tratamos.

Agravantes: Art. 142 Bis: 5 a 15a (Fig. Agravada Básica); 10 a 25a (6 Incs.); 3° Párr.: 15 a 25a; 4° Párr.: Perpetua y 5°
Párr.: Atenuante: -1/3 a la ½ (Ley N° 26.394 Deroga Cód. Justicia Militar y Art. 3º en función de la Ley N° 26.842 Trata de
Personas)
Agravantes. La parte final del 1° Párr. agrava el mínimo de la pena, incrementándola a 8 años, cuando el autor “lograre su
propósito”.
El 2° Párr. del art. impone pena de prisión o reclusión de 10 a 25 años por calificantes que responden a la mayor vulnerabilidad
de la víctima frente al delito, por el vínculo existente entre el autor y el sujeto pasivo, por el resultado dañoso, por la calidad
funcional del sujeto activo, por elnúmero de personas que participan en el hecho. El delito se agrava cuando:
1. La víctima es una mujer embarazada, un menor de dieciocho años de edad, o un mayor de setenta años de edad.
2. Si el hecho se cometiera en la persona de un ascendiente, de un hermano, del cónyuge o conviviente, o depersona a quien se
daba respeto particular.
3. Si se causare a la víctima lesiones graves o gravísimas.
4. Cuando la víctima sea una persona discapacitada, enferma, o que no pueda valerse por sí misma.
5. Cuando participaren en el hecho tres o más personas.

Agravante por la Muerte de la Víctima. Los 3° y 4° Párr. del art. incrementan la penacuando el ofendido por el delito muere. La
persona ofendida es la que está privada de la libertad, no el tercero que haya sido coaccionado.
El 3° Párr. del art. impone pena de 15 a 25 años de prisión o reclusión si del hecho resultara la muerte de la persona ofendida,
como consecuencia no querida por el autor. La muerte debe ser la consecuencia no querida por el autor. La agravante de este
párrafo alcanza tanto alos homicidios culposos y a los preterintencionales y también al homicidio con dolo eventual. Sólo quedan
excluidos los hechos fortuitos no vinculados con la privación de la libertad, aunque estimamos que se hubiera alcanzado
mayor precisión conceptual si la fórmula hubiera utilizado el término “homicidio” y no “muerte”.
El 4° Párr. del art. reprime con prisión o reclusión perpetua si se causare intencionalmente la muerte de la víctima. Al exigir la
ley la causación intencional de la muerte, para la aplicación de la agravante se requiere sólo el dolo directo.

Desaparición Forzada de Personas que Modif. CPA (Ley N° 26.679: Art. 1)


DESAPARICIÓN FORZADA DE PERSONAS (LEY N° 26.679). En cuanto al bien jurídico protegido, se trata de un delito de
naturaleza pluriofensiva que afecta la libertad individual de la víctima y el derecho de acceso a la justicia. Sin embargo,
también se ha señalado que se trata de un delito que afecta el bien jurídico vida por la puesta en riesgo queso comisión
entraña. Al respecto, "la desaparición forzada entraña afectación del derecho a la protección de la vida tomando en cuenta que
esa desaparición suele conducir a la muerte. Esta consideración coloca la idea de riesgo en el centro de la escena. Para suponer
que la muerte es el dato culminante de la desaparición, el analista observa, como dije, el patrón seguido en numerosos casos
de desaparición, el con texto en el que esta ocurre y la posibilidad de presumir, al cabo del tiempo, que el sujeto privado de
libertad ha sido finalmente privado de la vida. Por lo tanto, se agrega a la inequívoca figura de desaparición un darte incierto,
no probado, pero probable: el riesgo de violación de otro bien, aunque esta violación aún no se haya perpetrado (y tal vez ni
siquiera intentado). De otro lado, y partiendo de los efectos que conlleva la desaparición sobre la personalidad jurídica del
individuo, en particular sobre el ejercicio de sus derechos (Ej., contraer matrimonio o los derivados del ejercicio del derecho de
propiedad, de la patria potestad, etc.), el individuo "queda sustraído o excluido del orden o marco jurídico, habida cuenta de la
situación en que se le coloca. Cae en una suerte de indeterminación jurídica, un limbo, un vacío, al margen ríela protección de
la ley. Se le priva de acceso a la justicia, a los recursos que esta brinda, a la protección que provee". En su tipicidad objetiva, la
figura que prevé 2 acciones que deben concurrir necesaria y sucesivamente: la privación de la libertad a una o más personas y,
como acto seguido, la falta de información a de la negativa a reconocer dicha privación de libertado la negativa de informar
sobre el paradero de la persona. "La negativa de reconocer la detención y de revelar la suerte o paradero" de la víctima,
"transformó su privación de libertad o secuestro en una desaparición forzada, según los elementos que la conforman, incluso 3
cuando, como en este caso, los familiares acudieron a diversas instancias y autoridades so licitando información y poniendo en su
conocimiento la desaparición". El nombre del Delito "Desaparición Forzada de Personas" da una idea concreta del tipo. Se
trata de detener a la víctima y no dar información de ese hecho o de su paradero. Es decir, hacer desaparecer a una persona
implica tanto como sustraería y ocultarla de la sociedad en general y de sus familiares y allegados en particular. Por otra parte,
no informar implica no dar noticia de algo debiendo hacerlo, pudiendo referirse, de acuerdo al texto legal, al hecho de la
privación de la libertad (supuesto primero) o al paradero de la persona, es decir, el lugar o sitio donde se encuentra (su puesto
tercero). La 2° hipótesis supone el hecho de no reconocerla privación ilegal de la libertad de una determinada persona, que por
lo común se da cuando se ha requerido previamente esa información. Del texto se advierte que la norma exige una calidad
especial en el sujeto activo. Debe tratarse de un funcionario estatal o de alguna otra persona que actúe con la aquiescencia,
apoyo o autorización del Estado para privar a una persona de su libertad. Cabe remitirse a la definición establecida en el Art.
77. Si el sujeto activo no es un funcionario público, debe actuar, según el tipo analizado, con aquiescencia, apoyo o autorización
del Estado. La aquiescencia es tanto como el ascenso o consentimiento; el apoyo implica protección, auxilio o el favor de otro
(el Estado); actuar con autorización del Estado su pone que el Estado permite al sujeto activo actuar de la manera descripta
en el tipo. Sujeto pasivo será la persona privada de su libertad, sobre quien no se informa el hecho de su detención o bien su
paradero. A su vez, el tipo prevé que por víctima debe entenderse a la “persona nacida durante la desaparición forzada de su
madre, (esta es una circunstancia agravante de la figura básica), toda vez que, por obvias implicancias y a un por mero carácter
transitivo, el hijo de la madre desaparecida también se encuentra en esa condición. Se trata de un delito doloso de forma
directa, pues el agente debe tener conciencia y voluntad de privar de la libertad a una persona y posteriormente no brindar
información sobre la privación de libertad o el paradero de la persona o bien negarla ante el requerimiento efectuado en tal
sentido. El delito se consuma cuando no se brinda la información de la privación de la libertad de la víctima o de su paradero,
o se niega el reconocimiento de la privación ilegal de la libertad, dado que el tipo exige, para su materialización, la
concurrencia de las conductas de privar de la libertad a una persona, ocultando ese hecho por medio de cualquiera de los
modos antedichos. Es posible la tentativa. Se trata de un delito permanente, que se continúa cometiendo hasta tanto se
conozca (informe) públicamente (la sociedad y los familiares y allegados de la víctima) sobre la privación de la libertad del
sujeto pasivo y/o su paradero (Art. 3° Convención Interamericana sobre la Desaparición Forzada de Personas).
a) Agravante por el Resultado El Párr. 2C del Art. 142 Ter del CPA agrava la figura si "resultare la muerte" de la víctima;
resultado que debe ser una consecuencia necesaria de la privación ilegal de la libertad. Estamos ante un caso típico de delito
de resultado preterintencional, en donde el agente busca infringir un mal a la víctima —la privación ilegal de libertad—
consiguiendo un resultado de mayor gravedad—la muerte—, Ej., por las condiciones en que se lleva a cabo esa privación de
libertad. También abarca los casos en que el resultado muerte se da a causa de una actuar doloso del sujeto activo, pero
siempre que el hecho no esté contemplado en el Art. 80.
b) Agravante por las Condiciones del Sujeto Pasivo El 2° Párr. también agrava la conducta por las especiales características
del sujeto pasivo, cuando la víctima sea: una mujer embarazada; una persona menor de 18 años; una persona mayor de 70
años; una persona discapacitada, o una persona nacida durante el cautiverio de su madre. Los 3 primeros casos no traen
dificultades interpretativas, toda vez que se tratan de determinadas cuestiones biológicas. Dichas condiciones deben existir en
la víctima al momento de ser privada de su libertad. Respecto de lo que debe entenderse por persona discapacitada,
corresponde traer a colación lo normado en el Art. 2D de la Ley N° 22.431 del Sistema de Protección Integral de las
Personas Discapacitadas y Ley N° 24.901 que se entiende "... por persona con discapacidad, contarme lo establecido por el
Art. 2° de la Ley N° 22.431, a toda aquella que padezca una alteración funcional permanente o prolongada, motora, sensorial o
mental, que en relación a su edad y medio social implique desventajas considerables para su integración familiar, social,
educacional o laboral". En todos los casos, se requiere que el sujeto activo conozca la particular situación de la víctima. Es
decir, debe conocer que la mujer está embarazada o que la persona que priva de su libertad a menor de 18 o mayor de 70 años
o que sufre de alguna discapacidad de acuerdo con la definición legal. Sí la privación de libertad de la mujer embarazada
continúa hasta el momento en que da a luz, al igual que su madre, el hijo se encuentra del mismo modo en situación de
desaparición forzada. Por ello el art. comentado también señala que, si el hijo de la mujer en cautiverio nace en esas
circunstancias, la pena será de prisión perpetua.
c) Atenuantes. El Último Párr. del Art. 142 Ter del CPA dispone que: “La escala penal prevista en el presente art., podrá
reducirse en 1/3 del máximo y en la 1/2 del mínimo respecto de los autores o partícipes que liberen con vida a la víctima o
proporcionen información que permita su efectiva aparición con vida". La reducción prevista supone una facultad no
obligatoria del tribunal ("... podrá…) legislada a la luz de encontrar con vida a la víctima que se encuentra en situación de
desaparición forzada. En efecto, la norma prescribe que los autores o partícipes pueden beneficiarse de la reducción de la
escala penal, solamente cuando procedan los mismos a liberar al sujeto pasivo o bien cuando proporcionen la información
necesaria y pertinente que conduzca a encontrar con vida a la víctima.

DELITOS CONTRA LA LIBERTAD COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS:


El Art. 143 reprime, en sus 6 Inc., distintos hechos que tienen como denominador común el importar abusos u omisiones
funcionales del autor.

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Sujeto activo del delito sólo puede ser un funcionario público. Pero que tenga competencia para realizar la función de la cual
abusa u omite, y de donde deriva la ilicitud de un accionar que originaría y funcionalmente era legítimo.

Análisis Pormenorizado de las Distintas Figuras del Art. 143 del CPA (1 a 3a):
INC. 1°. RETENCIÓN ILEGAL DE DETENIDO O PRESO: Retención Indebida: La 1° fig. del Art. 143 prevé la hipótesis de una
persona legalmente privada de su libertad y cuya soltura ha debido decretarse o ejecutarse, por imperio de la ley o por orden
de autoridad competente. El Inc. contempla 2 supuestos:
a) El del funcionario que con facultades para ordenar y decidir la libertad del detenido que tiene bajo su custodia no la
hace efectiva, cuando así se lo imponía la ley o las reglamentaciones vigentes; en el caso, el agente no decreta la soltura del
detenido o preso.
b) El del funcionario que no da cumplimiento a la orden de libertad del detenido o preso que tiene bajo su custodia,
emanada de autoridad con competencia para emitirla; en esta hipótesis, el agente no ejecuta la soltura del detenido. Es un
delito de comisión por omisión pues se mantiene la privación de la libertad de una persona, omitiendo cumplir con la ley o la
orden de soltura. Según surge de la Acción Típica, es delito permanente cuya consumaciónse opera en el momento mismo que
surge la obligación, por ley o por mandato de autoridad competente, de liberar al detenido. Existe también acuerdo unánime
en que es inadmisible la tentativa.

INC. 2°. NO PONER EL DETENIDO A DISPOSICIÓN DEL JUEZ COMPETENTE (Prolongación Indebida de la Retención). La fig.
contempla también un delito de comisión por omisión consistente en prolongar la detención de una persona, omitiendo
ponerla, dentro de los plazos legales, a disposición de juez competente, conducta omisiva que torna ilegítima una detención
originariamente legítima, y practicada por funcionario competente. El delito se consuma cuando inmediatamente de vencido
el plazo para poner el detenido a disposición del juez, el agente lo sigue manteniendo a su disposición. Hay acuerdo también
en que es delito permanente y que no admite tentativa. Es delito doloso que no admite la forma por culpa. La divergencia se
presenta sobre el tipo de dolo requeridopor la figura.

INC. 3°. INCOMUNICACIÓN INDEBIDA. Las leyes procesales admiten como medida de coerción personal excepcional la
incomunicación del imputado detenido, mediante la cual se le impide mantener contacto verbal o escrito con terceros. La
incomunicación será ilegal, o indebida según los términos del CPA, cuando sea dispuesta o ejecutada por funcionario que
carezca de facultades para ordenar o ejecutar, por sí, la incomunicación del detenido, o que lo haga sin orden legítima de
autoridad competente. También será típica a la figura la incomunicación dispuesta o ejecutada por funcionario competente,
fuera de los casos en que las leyes o reglamentaciones la admiten, o cuando se prolonga una incomunicación originariamente
legal, más allá de los plazos admitidos por la ley.

INC. 4°. RECEPCIÓN IRREGULAR Y COLOCACIÓN INDEBIDA DE CONDENADOS (Reos). El inciso contempla 2 supuestos
distintos, que importan verdaderos abusos y mal desempeño funcional lesivos de la Administración Pública, aunque también
atentatorios de las formalidades y condiciones de cumplimiento de las penas privativas de la libertad. El Inc. reprime al jefe de
prisión u otro establecimiento penal, o al que lo reemplace, que:
a) Recibiere algún reo sin testimonio de la sentencia firme en que se le hubiere impuesto la pena.
b) Colocare al condenado en lugares del establecimiento que no sean los señalados al efecto.

INC. 5°. RECEPCIÓN IRREGULAR (Ilegal) DE PRESOS. El inciso contempla una situación sustancialmente similar al 1° supuesto
del inc. anterior, cuya acción típica consiste en recibir en cárcel de detenidos y seguridad, a personas privadas de su libertad
sin observar las formalidades legales. Sujeto pasivo del delito sólo puede ser un detenido, simplemente arrestado, procesado, y
aun el condenado por sentencia que no esté firme, pues se trataría de sujeto sometido a prisión preventiva. Se excluye como
posible sujeto pasivo el condenado por sentencia firme, cuya situación está prevista en el inciso anterior. La excepción
establecida en la última parte del inciso, permite la recepción de un detenido sin necesidad de orden de autoridad competente
en el caso de flagrante delito. Se considera flagrante delito cuando se sorprende a su autor en el momento de cometerlo, o
inmediatamente después, o mientras es perseguido por la fuerza pública, etc.

INC. 6°. OMISIÓN O RETARDO EN HACER CESAR O DENUNCIAR UNA DETENCIÓN ILEGAL. El Último Inc. del Art. 143,
contempla un delito de pura omisión, que importa el incumplimiento a un hacer positivo quela ley impone al funcionario
que tiene conocimiento de una detención ilegal.

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Es presupuesto del delito la preexistencia de una ilegítima privación de la libertad personal, a la que ha sidoajeno el sujeto activo.
Puede tratarse de una detención ilegal en su origen, o inicialmente legítima que luego se convirtió en ilegal. Sujeto activo es el
funcionario competente para hacer cesar la detención ilegal, quien teniendo conocimiento de la misma omite, oficiosamente,
realizar las diligencias necesarias para tal fin o se rehúsa a realizarlas ante un pedido expreso, o las retarda maliciosamente. Si
el funcionario no es competente para hacer cesar la ilegal detención, su conducta será típica a la norma si omite, se rehúsa o
demora maliciosamente dar cuenta a la autoridad que deba resolver o con competencia para hacerla cesar. Es delito doloso
que se consuma con la omisión, la negativa o el retardo de hacer cesar la detención o de denunciarla a funcionario competente.
No admite tentativa.

Agravantes (Art. 144: Máx., se eleva en 5a):


El art. eleva a 5 años el máximo de la pena establecida en el dispositivo anterior, cuando en todos los supuestos previstos por
aquél concurriera alguna de las circunstancias de los Incs. 1°, 2°, 3° y 5° del Art. 142, que establece las agravantes de la figura
básica de privación ilegítima de la libertad. En su consecuencia los hechos de los funcionarios públicos, previstos y reprimidos
por el Art. 143 se agravan y se incrementa su pena hasta un máximo de cinco años de prisión, por el modo en que se cometen
(Art. 142 Inc. 1°); por sus finalidades o motivaciones (Art. 142 Inc. 1°); por el vínculo que une al funcionario autor con la víctima
(Art. 142 Inc. 2°); por las consecuencias que el hecho ocasione a la víctima (Art. 142 Inc. 3°); o si la privación de la libertad
dura más de un mes (Art. 142 Inc. 5°). Se excluye de las agravantes del Art. 143 la prevista por el Inc. 4° del Art. 142, ya que es
requisito típico de las hipótesis reprimidas por aquel dispositivo, la condición de funcionario público del sujeto activo. El
incremento recae sólo en la pena máxima, manteniéndose el mínimo en un año de prisión o reclusión. Hay acuerdo en doctrina
que atento a la subordinación de la pena de inhabilitación a la privativa de la libertad dispuesta por el Art. 143, en el supuesto
del art. que comentamos también el máximo de la pena de inhabilitación se incrementa a 10 años.

PRIVACIÓN ILEGAL DE LA LIBERTAD Y SEVERIDADES, VEJACIONES Y APREMIOS ILEGALES (Art. 144 Bis: 1 a 5a):
INC. 1°. PRIVACIÓN ABUSIVA DE LA LIBERTAD o Privación Ilegal de la Libertad con Abuso Funcional o Sin las
Formalidades Legales. El inc. contempla un típico supuesto de privación ilegítima de la libertad, cuya materialidad es la
misma que la de la figura básica prevista por el Art. 141. Sujeto activo del delito sólo puede ser el funcionario público que
actúa en el ejercicio de sus funciones. Con la disyuntiva “o”, la figura distingue 2 Acciones Típicas: La 1° acción típica es la de
privar la libertad personal con abuso de la función pública y la de privar la libertad personal sin las formalidades prescriptas
por la ley, aunque este últimosupuesto importa, también, un abuso funcional. Coincide la doctrina en que el sujeto activo abusa
de su función cuando no tiene facultades para detener a las personas o no las tiene en el caso concreto, extralimitándose en sus
facultades, es decir, cuando es absolutamente incompetente o relativamente incompetente. La 2° acción típica prevista por la
figura es la privación de la libertad sin las formalidades prescriptas por la ley. Remiten los autores a los códigos de
procedimientos penales de las provincias, para determinar los casos y formalidades requeridas para proceder u ordenar la
detención de las personas. Es delito permanente, que se consuma en el momento de la detención, y que admite la tentativa. El
dolo requerido por la figura consiste en la voluntad y conocimiento de ordenar o realizar una privación de la libertad a
sabiendas de que se abusa de la función u omitiendo formalidades legales.

INC. 2°. VEJACIONES O APREMIOS ILEGALES EN ACTOS DE SERVICIO. Se ha sostenido que los hechos previstos en este inciso,
más que atentatorios de la libertad de las personas, se tratan de abusos de autoridad lesivos de la Administración Pública.
Sujeto Activo sólo puede ser un funcionario público y en el desempeño de un acto de servicio, durante cuyo transcurso comete
la vejación o aplica los apremios ilegales. No hay coincidencia en doctrina respecto del sujeto pasivo de la infracción. Algunos
autores consideran que las vejaciones o apremios tienen que estar relacionados con la privación de la libertad, conforme a la
actual ubicación sistemática del delito. Otra parte de la doctrina sostiene que la acción vejatoria debe recaer sobre persona
que no está detenida, conclusión a la que se arriba por el cotejo de la figura con la prevista en el inciso siguiente. Ninguna de
estas interpretaciones restrictivas, nos parece que coincidan con el verdadero alcance de la ley. La ley al referirse al
destinatario o sujeto pasivo de las vejaciones o apremios, habla genéricamente de “las personas”, sin requerir que éstas estén
detenidas o en libertad. Puede ser sujeto pasivo del delito una persona arrestada, detenida o condenada. En este supuesto, las
vejaciones o apremios deben provenir de funcionario que no tenga la guarda del arrestado, detenido o condenado, ya que, si así
fuera, el hecho sería típico al inciso siguiente. La acción típica consiste en cometer una vejación contra las personas o en
aplicarle apremios ilegales.

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Las vejaciones son maltratos, que pueden ser tanto físicos como morales, pero que fundamentalmente importan un agravio a
la dignidad de la persona. Son procedimientos indecorosos y agraviantes para quien debe soportarlos. Vejar es humillar a una
persona. Conforme al concepto intentado, las vejaciones siempre son ilícitas, porque ellas sólo atacan a la dignidad del sujeto
pasivo. El apremio también es un procedimiento arbitrario e ilegal, físico o moral, que puede constituir una verdadera
vejación o severidad, pero que persigue una finalidad, que no se encuentra en la vejación, como la de obtener una confesión,
una delación, un dato para el esclarecimiento de un hecho, etc. La vejación es un fin en sí misma; el apremio tiene una
finalidad trascendente al mismo, es un medio para lograr un fin.

INC. 3°. SEVERIDADES, VEJACIONES O APREMIOS ILEGALES A PRESOS. La doctrina considera a la fig. como una consecuencia
de la última parte del Art. 18 de la CN. A diferencia de la figura anterior Sujeto Pasivo del delito previsto por el inciso sólo puede
ser persona privada de su libertad, siendo indiferente para la tipicidad que esta privación de libertad sea legítima o ilegítima.
El término “preso” utilizado por la ley está empleado en un sentido amplio, comprensible del simplemente arrestado, del
detenido o del que está cumpliendo una pena privativa de la libertad. Sujeto Activo es el funcionario que guarda o custodia al
preso, y sobre quien ejerce su autoridad, momentánea o permanentemente. Si el funcionario autor de las vejaciones o apremios
no tiene la guarda o custodia del preso víctima, su conducta quedará atrapada por el Inc. 2° del artículo. Aunque la figura no lo
exija expresamente, el autor debe ejecutar el hecho en el desempeño de un acto de servicio. A las vejaciones y apremios
ilegales la figura agrega como acción típica la imposición de severidades. Las severidades son tratamientos físicos con
excesivo rigor, mortificaciones innecesarias y abusivas, privaciones ilegítimas de derechos o beneficios, etcétera, que aumentan
los padecimientos y atacan el remanente de libertad de la persona que se encuentra privada de la misma. Son severidades el
empleo, fuera de los casos expresamente autorizados, de esposas, chalecos, camisas de fuerza o de otras medidas de sujeción, el
alojamiento en celdas en deficientes condiciones higiénicas, el aislamiento indebido o por mayor tiempo que el autorizado, la
privación abusiva de beneficios adquiridos reglamentariamente, etc. Pero a diferencia de las vejaciones, que como dijimos,
siempre son ilegales, las severidades son tratamientos rigurosos, necesarios y legítimos, para el mantenimiento de la
disciplina y la seguridad en los establecimientos que alojan detenidos, procesados o no, o condenados. La imposición de
severidades sólo será típica a la figura en la medida que éstas sean innecesarias o abusivas, y que se aparten de lo autorizado
por las leyes o reglamentos que regulan su imposición. El plural utilizado por la ley al designar las severidades, vejaciones o
premios, no significa que se requieran varios actos para perfeccionar el delito.

Agravantes: La última parte del art. eleva la pena cuando concurrieran las circunstancias de los Incs. 1°, 2°, 3° y 5° del Art. 142.
Son las mismas agravantes previstas en el art. anterior. La única diferencia radica en que en este supuesto también se
incrementa la pena mínima, elevándose ambos extremos en 1 año, fijándose una pena de reclusión o prisión de 2 a 6 años.
Conforme a ésta, la pena de inhabilitación también se incrementa, la que se fija entre los 4 y los 12 años.

IMPOSICIÓN DE TORTURA (Art. 144 Tercero: 1°: 8 a 25a y 2°: Perpetua y Les. Art. 91 10 a 25a)
Figura Básica. Concepto de Torturas. El inc. 1° del art. prevé la figura básica del delito, cuya acción típica consiste en imponer
a las personas cualquier clase de tortura.
Sujetos Activo y Pasivo. Sujeto activo del delito tanto puede ser un funcionario público como un particular. La figura no
requiere que la víctima se encuentre jurídicamente a cargo del funcionario autor. Basta que tenga sobre el detenido un poder
de hecho, sea que ese poder se lo haya otorgado quien estaba jurídicamente a cargo de la víctima, o porque él mimo lo asumió.
Es suficiente que ese poder dedisposición sea transitorio. Particular es la persona que no es funcionario o empleado público o
el que siéndolo, comete el hecho no actuando en esa condición. Sujeto pasivo del delito puede ser cualquier persona,
particular y aún funcionario público, siempre que se encuentre privada de su libertad, legítima o ilegítimamente.
Culpabilidad. La tortura es delito doloso que requiere la intención de ocasionar un profundo dolor físico o padecimiento
psíquico a la víctima, que se conforma con ese solo propósito y que no exige otra motivación o finalidad trascendente a la
tortura misma. Se ha destacado que es suficiente a la figura el dolo eventual. El error sobre la situación de detenido del sujeto
pasivo puede obrar como excluyente de la culpabilidad, pero no el que recae sobre la naturaleza de esta detención, si es legal o
ilegal, ya que esta característica es indiferente a los fines de la tipicidad.

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Agravantes: Figuras Agravadas. El Inc. 2° del art. contempla 2 agravantes del delito, referidas ambas a su resultado: si con
motivo u ocasión de la tortura resultare la muerte de la víctima o si le causare lesiones gravísimas previstas por el Art. 91. En
el 1° supuesto, la pena se eleva a reclusión o prisión perpetua, y en el 2° de 10 a 25 años de reclusión o prisión. En el caso de
muerte de la víctima, la ley emplea una fórmula similar a la utilizada en el Art. 165. Esta redacción permite dar mayor amplitud
a la agravante, ya que la misma comprende no sólo los casos en que la aplicación de los procedimientos torturantes es la causa
directa de la muerte de la víctima, sino otros supuestos en que, sin existir esa relación causal, la tortura dio la oportunidad para
el resultado letal. Coincide en general la doctrina en que las agravantes comprenden los resultados culposos. Sólo se excluyen
los casos fortuitos. También se admiten los resultados dolosos, queridos por el autor.

Concepto de Tortura:
El Inc. 3° conceptualiza a la tortura como los “tormentos físicos” y los “sufrimientos psíquicos, cuando éstos tengan gravedad
suficiente”. Conforme a esta definición, coincide la doctrina en que el delito consiste en ocasionar intensos, grandes o graves
padecimientos físicos o psíquicos a la víctima, por medio de procedimientos, métodos o instrumentos con idoneidad suficiente
para ocasionar esos dolores o sufrimientos. La historia de la tortura nos muestra que la aplicación de estos aberrantes
procedimientos, utilizados desde los albores mismos de la Humanidad, se justificaron y legalizaron como un medio para
obtener la confesión del reo y para averiguar la verdad. El Diccionario de la lengua española define a la tortura como el “grave
dolor físico o psicológico infligido a una persona, con métodos y utensilios diversos, con el fin de obtener de ella una confesión, o
como medio de castigo”. En la actualidad, el delito de tortura ha dejado de tener su tradicional significación procesal, y están
contestes nuestros autores que la figura que analizamos no requiere un especial elemento subjetivo.

Omisiones Funcionales Punibles (Art. 144 Quater: 1°: 3 a 10a; 2°: 1 a 5a):
INC. 1°. OMISIÓN DE EVITAR EL DELITO DE TORTURA. La 1° figura prevista por el art. consiste en el incumplimiento o violación
del deber de actuar que tiene un funcionario público que teniendo conocimiento que se va a cometer, o que se está cometiendo
el delito de tortura, no evita o no hace cesar el mismo, siempre que tuviera competencia y posibilidad material de impedirlo.
Coincide la doctrina en que la omisión típica comprende no sólo el de evitar una tortura que aún no ha tenido comienzo de
ejecución sino también el de hacer cesar una tortura que ya se está imponiendo. Sujeto activo del delito es el funcionario
competente. Es delito doloso el que consiste en el conocimiento de la existencia de persona detenida a la que se le impondrá o
se le está imponiendo tortura y en la voluntad de omitir las acciones que podrían haberla evitado o hacerla cesar. Pero si esta
omisión responde al dirigido propósito de posibilitar o facilitar la tortura, estaría prestando al autor material de la misma una
ayuda sin la cual el hecho no se podría haber cometido, por lo que en tal supuesto su responsabilidad se resolverá por los
principios comunes de la participación en el delito más grave de imposición de tortura.

INC. 2°. OMISIÓN DE DENUNCIAR EL DELITO DE TORTURA. El inc. reprime al funcionario público que teniendo conocimiento
que se está cometiendo o se ha cometido el delito de tortura, omite denunciarlo a autoridad competente, siempre que el
mismo no tenga competencia para evitarlo o hacerlo cesar. El término de 24 horas que se otorga al funcionario para efectuar
la denuncia, se computa a partir del momento en que el funcionario tuvo conocimiento del hecho. Vencido el término sin
haberse efectuado la denuncia, el delito queda consumado, no eximiendo tampoco de responsabilidad la denuncia
extemporánea, efectuada fuera de este plazo, que es improrrogable y que rige aun cuando las leyes procesales otorgaran uno
más amplio para formular denuncias en general, o para que las formulen los funcionarios de la Administración. Cuando el
funcionario sujeto activo del delito fuera médico, la sanción se agrava imponiéndosele, además de la pena de prisión, la de
inhabilitación especial para el ejercicio de su profesión, por el doble tiempo de la privativa de la libertad que concretamente se le
imponga. Pero para el funcionamiento de la agravante, no es suficiente que el sujeto activo sea médico, la que no es de
aplicación por esa sola circunstancia. Es necesario que su actividad funcional tenga vinculación directa con el ejercicio de la
Medicina, en cualquiera de sus especialidades, como sería un médico de policía o de un hospital estatal.

INC. 3°. OMISIÓN DEL JUEZ DE INSTRUIR SUMARIO O DENUNCIAR LA TORTURA. La figura contempla 2 hechos distintos: el
del juez competente que, en conocimiento, en razón de su función, de la comisión del delito de torturas, no instruyere el
sumario correspondiente; y el del juez incompetente para la instrucción del sumario, que con el mismo conocimiento, no
denunciare el hecho al juez competente dentro de las veinticuatro horas desde que lo conoció.

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En el 1° supuesto, sujeto activo sólo puede ser el juez competente para instruir sumarios por delitos y que, por regla casi
general, será el juez de instrucción en lo penal. La fig. requiere que el conocimiento que el juez competente tenga de la
comisión del delito de tortura, lo haya tomado en razón de su función. El conocimiento debe haberlo adquirido a raíz de una
actividad propia de su función. Incurre en la omisión típica el juez que no instruyere sumario, teniendo competencia para
ello y conocimiento, en razón de su función, que se ha cometido el delito de tortura previsto en el artículo anterior. El 2°
supuesto contemplado por el Inc. 3°, reprime al juez incompetente para instruir sumarios penales, que en conocimiento de un
delito de tortura omite denunciarlo al juez competente, en el plazo de veinticuatro horas. Sus exigencias típicas son las mismas
que las del hecho previsto en el Inc. 2°. Sujeto activo sólo puede ser un juez, integrante del Poder Judicial, de la Nación o de las
provincias, de cualquier fuero (civil, comercial, laboral, etc.) o grado. Quedan excluidos los miembros del Ministerio Público y
demás funcionarios del Poder Judicial, a quienes alcanzará la figura del inciso anterior.
Pena Accesoria: Impone el inc. para los autores de los hechos previstos por este art. la inhabilitación conjunta, especial y
perpetua para desempeñarse en cargos públicos, inhabilitación a la que deberá agregársele la inhabilitación especial para el
ejercicio de su profesión, cuando en el caso del Inc. 2°, el sujeto activo fuera médico. La última parte del inc. incluye en la
inhabilitación que impone “… la de tener o portar armas de todo tipo”. Este agregado ha sido calificado como “insólito”, y
criticado, con razón, por la doctrina, dado que su interpretación literal puede llevar a excesos inadmisibles.

Negligencia Funcional Permisiva: Es un delito culposo en que incurre el funcionario a cargo de la repartición, establecimiento,
etc. que, por su negligente omisión en la debida vigilancia o adopción de los recaudos necesarios en el establecimiento o
dependencia, y en sus subordinados o terceros, funcionarios o no, se somete a torturas a personas detenidas, legítima o
ilegítimamente, en aquellos lugares. La negligencia del funcionario no es la causante de la tortura, sino la que hace posible la
dolosa acción torturadora de otros.

CONDUCCIÓN FUERA DE LAS FRONTERAS DE LA REPÚBLICA (Art. 145: 2 a 6a)


Acción Típica. La acción material constitutiva de este delito es la de conducir a una persona, llevarla, dirigirla fuera de las
fronteras de la República, aunque no se requiere que sea efectivamente sacada del país.
Elemento Subjetivo. La acción material constitutiva del delito debe ir acompañada del específico propósito del agente de
someter a aquélla, ilegalmente, al poder de otro o de alistarla a un ejército extranjero. La falta de este concreto elemento
subjetivo, o la existencia en el autor de otra finalidad que no sea de las mencionadas en la ley, elimina el tipo.
Sometimiento ilegal al poder de otro. En esta 1° hipótesis, el agente debe tener la finalidad de someter a la víctima al dominio
material de otro, que puede ser una persona física o una organización o un Estado extranjero, o cualquier otra persona de
existencia ideal. El sometimiento debe ser ilegal. Se afirma que la ilegalidad debe consistir en la inobservancia de las
formalidades necesarias para sacar a la víctima de la República, y también en la falta de potestad o derecho del autor para
realizar el acto. Se ha señalado que el sometimiento procurado no debe constituir un estado de servidumbre o condición
análoga. Si con la conducción de la víctima, en la figura que tratamos, se la reduce a un verdadero estado de servidumbre, será
de aplicación la fig. prevista por el Art. 140.

Alistamiento en Ejército Extranjero. Debe tratarse de un alistamiento a realizarse en contra de la voluntad de la víctima. El
propósito de alistamiento que debe tener el agente debe consistir en la efectiva entrega de la víctima al ejército extranjero, no
bastando su sola inscripción en el mismo. Coincide la doctrina que por ejército extranjero debe entenderse toda agrupación
militar o fuerza armada, regular o irregular, con asentamiento en el extranjero y no sujeta al poder soberano del Estado
argentino.
Sujetos Activo y Pasivo. Sujeto activo del delito puede ser cualquier persona, de cualquier sexo o nacionalidad. Tampoco se
requieren especiales condiciones para el sujeto pasivo. El delito atenta contra la libertad de las personas, no contra la soberanía
del Estado, por lo que sujetos pasivos pueden ser tanto nacionales como extranjeros, de cualquier sexo o edad, incluso los
menores y los inimputables.
Culpabilidad. Tentativa. Dado el elemento subjetivo requerido por el tipo, hay coincidencia en que la figura admite,
exclusivamente, el dolo directo. El error sobre la ilegalidad del sometimiento, aun el imputable al agente, excluye la
culpabilidad, pues el delito no se imputa a título de culpa.

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Parte de la doctrina admite la posibilidad de la tentativa, siempre que los actos que la integran no importen la
consumación de un delito, que absorbería la tentativa de éste.

TRATA DE PERSONAS CON FINES DE EXPLOTACIÓN (Art. 145 Ter: 5 a 10a – Logrado: 8 a 12a y -18 años: 10 a 15a):
Ley 26.842. Figura Básica. Acciones Típicas. Elemento Subjetivo. Agravantes

TRATA DE PERSONAS: a) Figura Básica (Art. 145 Bis). La conducta típica consiste en llevar a cabo cualquiera de los verbos
núcleos contra mayores de 18 años. La realización de distintos verbos núcleos no multiplica la criminalidad, ni permite
considerarlo como un supuesto de reiteración delictiva, siempre que se trate de las mismas víctimas implicadas. Los verbos
utilizados son ofrecer, captar; transportar, trasladar, acoger o recibir, a mayores de 18 años, con fines de explotación
(elemento subjetivo ultra intención al que, al igual que en los delitos de tráfico de estupefacientes, debe ser probado). Ofrecer
consiste simplemente en proponer, presentar voluntariamente, comprometerse a dar o hacer una promesa a la víctima de
someterse a cualquiera de las formas de explotación que la ley expresamente prohíbe, no interesando que la víctima lo acepte.
Si la víctima es forzada o engañada o estafada o coaccionada, la conducta se desplaza a la modalidad agravada del siguiente
art. Este es un delito de mera conducta y de peligro abstracto que requiere dolo directo, recargado por la finalidad de
explotación. Captación refiere a ganar la voluntad de la persona (mayor de 18 años), por cualquier medio o modo, atrayéndolo
a su poder de hecho o dominio (o al de un tercero). Consiste en conseguir la disposición personal de la víctima, con la finalidad
propuesta de explotación (aunque la misma no se materialice y la propia víctima lo consienta). Trasladar es llevar a las
víctimas de un lugar a otro por más corta que sea la distancia, con finalidad de explotación, sea que la conducta se materialice
(traslado o transporte) por mano propia o a través de terceros o con participes; por encargo, de propia voluntad, en forma
abierta o clandestina y finalmente por cualquier medio idóneo para dicha función, a sabiendas de que serán destinadas a
sometimiento. Acoger o recibir implica dar habitación, resguardo o alojar de cualquier modo a las víctimas de explotación, lo
que se realiza generalmente en lugares acondicionados y controlados por la organización delictiva, de modo de ejercer con
más facilidad los medios coactivos de los que se valen para someterlas. Acoger tiene un sentido más amplio que receptar o
recibir, ya que en este último caso puede ser transitoriamente o por espacio corto de tiempo, para luego remitir a la persona a
su destino definitivo u otros previstos por los autores. Recibir es delito de consumación instantánea, ya que basta dar cabida a
alguien, aunque sea por instantes, sin otra acción. En cambio, acoger supone recibir y acondicionar y también su pone cierta
permanencia o prolongación en el tiempo.
En los Arts. 1 y 2 de la nueva Ley N° 25.842 (2.012), que reemplaza al Art. 2 de la Ley N° 26.364, se define la explotación
ruándose diere cualquiera de los siguientes supuestos, sin perjuicio de que constituyan delitos autónomos respecto de delito
de trata de personas: 1. Cuando se redujere o mantuviere a una persona en condición de esclavitud o servidumbre, bajo
cualquier modalidad. Este ya es un delito independiente previsto en el Art. 140 del CPA a cuya explicación remitimos y que
queda como figura residual de la presente. 2. Cuando se obligare a una persona a realizar trabajos o servicios forzados. La
Organización Internacional del Trabajo (OIT), enuncia como criterios rectores para definir el trabajo o servicio forzoso que: I)
se realice bajo amenaza de una sanción, o II) contra la voluntad del trabajador. 3. Cuando se promoviere, facilitare o
comercializare la prostitución ajena o cualquier otra forma de oferta de servicios sexuales ajenas. También son delitos
independientes ya tratados en la parte de Delitos contra la Integridad Sexual (Arts. 125 y 125 Bis) y que quedan como delitos
subsidiarios respecto del presente. 4. Cuando se promoviere, facilitare o comercializare la pornografía infantil a la
realización de cualquier tipo de representación o espectáculo con dicho contenido. Delitos previstos en los Arts. 128 y 129,
también quedan como figura residual. 5. Cuando se forzare a una persona al matrimonio o a cualquier tipo de unión de
hecho. En el sXXI parece impensable que se pueda obligar a una persona a contraer matrimonio porque ya constituiría un
grave delito contra la libertad, pero es un buen ejemplo del cambio de costumbres y cultura de nuestro país (y otros) en los
que 70 años atrás, los matrimonios eran "arreglados" por las familias y sigue siendo costumbre en muchos países no
occidentales. En algunos casos sigue siendo costumbre en las casas reales europeas. 6. Cuando se promoviere, facilitare o
comercializare la extracción forzada o ilegitima de órganos, fluidos o tejidos humanos. También este es un delito
contemplado por la Ley N° 24.19 3 de Ablación de Órganos, que queda como delito subsidiario del presente. En este punto,
es menester recordar que (...) para considerar cometido este delito se hace necesaria no ya solamente un a dominación física
sobre el cuerpo del sujeto pasivo, sino un verdadero dominio psíquico, porque es preciso distinguir esta infracción de las
formas corrientes de encarcelamiento o de secuestro, consiste en apoderarse de un hombre para reducido a la condición de
una cosa: comprar, vender, cederlo sin consultar para nada su voluntad, servirse de él sin reconocerle derechos correlativos a
sus prestaciones (...) el término 'servidumbre incluido en el tipo penal ilustra 'una relación de sometimiento y enajenación de
la voluntad y el albedrío de una persona' (...) Es por ello que la apreciación probatoria no puede desconocer ese delicado
margen, pues la figura penal bajo estudio exige la constatación, en el caso concreto, de la existencia de indicadores que den
cuenta de la sustitución de la voluntad de la víctima por parte del supuesto explotador”. En ese contexto, la norma establece
que el consentimiento otorgado por la victima mayor o menor del delito de Trata y Explotación de personas no constituirá en
ningún caso causal de eximición de responsabilidad penal, civil o administrativa de los autores, partícipes, cooperadores o
instigadores. El sujeto pasivo de este delito es siempre una persona mayor de 18 años de edad (pues los menores son
contemplados por el art. siguiente, en la modalidad agravada). El sujeto activo puede ser cualquier persona y cualquiera de esas
etapas son constitutivas de hechos de autoría independiente. En todos los casos, cualquiera de las conductas debe llevarse a
cabo con dolo directo, por la necesidad de cometer el hecho con fines de explotación (ultraintención). En todos los casos, la
ultraintencionalidad del autor debe ser probada. Basta para que se consume el delito que se lleve a cabo alguna acción de las
descriptas por el tipo (verbos núcleo), independiente de que efectivamente luego se logre el resultado de someter a la víctima a
las finalidades para las cuales se la hace objeto detraía. Con ello, es delito de peligro, que no exige daño material alguno
verificado en el mundo real. En algunos casos admite perfectamente la tentativa.
Agravantes. Las primeras modalidades de este inciso son harto conocidas, porque las describimos al tratar Delitos Sexuales 10
(engaño, fraude, violencia, amenaza u otros medios coercitivos o abusivos). Son propias de los modos de vencer la voluntad de
una víctima, especialmente en los delitos contra la libertad de las personas o de carácter sexual. Se aprovecha de una situación
de vulnerabilidad quien actúa respecta de una víctima que puede ser fácilmente sometida a los designios y voluntad del autor
de la comisión delictiva en virtud de las especiales circunstancias en que se encuentra (pobreza, desamparo, carencia de
necesidades básicas, etc.), lo cual deberá ser juzgado en cada caso teniendo en cuenta las particularidades propias del nivel
socio-cultural y de las condiciones de vida de la víctima del delito. En tal sentido, se ha sostenido que "La situación de
vulnerabilidad tiene que ver con las características de una persona o de un grupo de ellas respecto de su capacidad para
superar un estado de indefensión de debilitamiento de la personalidad, o de recuperarse de amenazas externas. Quien se
aprovecha de ellas contribuye a un proceso de desobegivación psíquica, que favorece la anulación de condición de sujeto y
deteriora la autoestima hasta hacerle llegara perder el sentido de ser víctima. En fin, se encontraría en esta situación quien no
tiene posibilidad de decidir y optar libremente y sin condicionamiento personal o social alguna". Se agrega por concesión o
recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de la persona que tiene autoridad sobre la víctima y la
"entrega” al delito de Trata. Esta disposición carece de mucho sentido, porque como el consentimiento de la víctima no tiene
validez alguna, no se entiende dónde radicaría la ilicitud de la conducta. En verdad nos cuesta mucho encontrar los ejemplos
concretos, cuando la propia ley invalida el consentimiento de la víctima.
En los Inc. 2°y 3° respectivamente, se contempla que la víctima estuviere embarazada o fuere mayor de 70 años. O fuere
una persona discapacitada, enferma o que no pueda valerse por sí misma. No requiere mayores aclaraciones, cuando ya
las tratamos en el Art. 142 Bis. Desde el punto de vista de la técnica legislativa y la razón de ser o fundamento de la agravación
(mayor protección a los sectores más vulnerables), son irreprochables.
Sea por el incremento de la cantidad de víctimas o victimarios, la ley agrava cuando son más de 3 en ambos casos en los Incs.
4° y 5° respectivamente ("Las víctimas fueran 3 o más. (...) En la comisión del delito participaren 3 o más personas"). Ambos
enfoques apuntan a un incremento de la criminalidad de esta clase de ilícitos.
Luego, también se prevé el agravante cuando el autor tenga condición de ascendiente, descendiente, cónyuge, afinen línea
recta, colateral, tutor, persona conviviente, curador, encargado de la educación o guarda, ministro de algún culto reconocido o
no, o funcionario público o miembro de alguna fuerza de seguridad o penitenciaria: Incs. 6° y 7°del art. La norma nada dice
acerca de la aplicación de la agravante cuando quien posea cualquiera de las calidades especiales previstas en los Incs. 6° y 7°
actúe bajo alguna modalidad de participación delictiva (participe, cómplice secundario, etc.). En tal sentido, el respeto al
principio de legalidad reconocido constitucionalmente indicaría que, en tales supuestos el agravante no debería ser aplicado,
ni hacerse extensivo a los autores del hecho en tales circunstancias.
El penúltimo párrafo prevé una pena mayor (8 a 12 años de prisión), cuando se logre consumarla explotación de la víctima.
O sea, la finalidad del delito de trata propiamente dicho. Se parece a los a Arts. 142 Bis y 170. Previsión correcta, que cierra la
punibilidad del ilícito (antes de la reforma, estos delitos que se consumaban contra la víctima, concurrían en forma real). Pero
quedan a salvo otros delitos similares que no forman parte de la Trata propiamente dicha (ni aún consumada), que
concurrirán en forma real. El logro de esta finalidad, no modifica la naturaleza jurídica del delito que sigue siéndolo de peligro.
El último párrafo prevé la trata de menores de 18 años (propiamente dicha), elevándola pena de 10 a 15 años de prisión. Es en
verdad una previsión plausible porque la protección del niño, en cuanto la mayor vulnerabilidad que exhibe, amerita este
incremento de pena inusitado (para algunos autores), aunque guarda relación con la siguiente figura).

Delitos vinculados a NNyA


SUSTRACCIÓN DE MENORES (Art. 146: 5 a 15a): Concepto
Si bien la ley prevé 3 acciones típicas diferentes, estas no son independientes entre sí, ya que las 2 últimas carecen de
autonomía y su punibilidad depende de la primera. La retención u ocultación son acciones que no aumentan la delictuosidad
cuando son llevadas a cabo por el mismo autor de la sustracción. Aquéllas están comprendidas en la acción de sustraer, en el
robo del menor, que es el verdadero substrato del delito. Para que las acciones de retener u ocultar sean típicas a la figura,
deben recaer sobre un menor que previamente haya sido sustraído por un tercero y que esta circunstancia sea conocida por el
que retiene u oculta. Sustraer significa apartar, sacar, hacer salir al menor de la esfera de custodia a la que se encuentra
sometido, aunque este poder de custodia no sea permanente sino simplemente transitorio. La ley no distingue o selecciona
medios para la sustracción, que puede haberse logrado mediante violencia, engaño, fraude, etc. También es indiferente para la
figura que la sustracción se haya logrado con el consentimiento del menor. El único consentimiento con eficacia para excluir el
delito es el de las personas que tienen a su cargo la custodia del menor, por lo que los medios empleados para la sustracción
deben suponer o importar la falta de consentimiento de aquéllas. Dada la irrelevancia que para la ley tiene el consentimiento
del menor en este delito, coincide la doctrina en que la acción de inducir al menor a fugarse de la casa de sus padres o
guardadores, fuga que se concreta por obra exclusiva del menor, es también comprensiva de la acción de sustraer y en
consecuencia típica a la figura. Se señala que esta solución surge en nuestra ley del Art. 148. Retiene quien guarda al menor,
manteniéndolo fuera de la esfera de custodia de sus padres, guardadores, etcétera. Ya se puntualizó que para que esta acción
sea típica, debe tratarse de la retención de un menor que ha sido sustraído por un tercero y que esta circunstancia sea conocida
por quien retiente. Es delito permanente, que requiere cierta duración, aunque sea escasa. Ocultar es acción que se superpone
con la de retener, pero además se esconde al menor, haciendo incierto o desconocido, para su padres o guardadores, su
paradero. Como en el supuesto anterior, debe tratarse de un menor previamente sustraído, de lo que debe tener conocimiento
el que oculta. El tipo reprime la ocultación de un menor sustraído, no la ocultación de un menor fugado, prevista por el Art.
149.
Bien Jurídico Protegido: Coincide la doctrina más reciente, en que el bien jurídico protegido por las figuras es el libre ejercicio
de los derechos y obligaciones emergentes de la patria potestad que los padres tienen sobre sus hijos y las potestades y
obligaciones que sobre el menor tienen sus tutores, guardadores o encargados. Los hechos incriminados importan un ataque al
derecho de tenencia de los menores que surgen de aquellas potestades, y que por lo mismo entorpecen o impiden su ejercicio. 11
Así entendidos estos delitos, el menor será el objeto material de la acción ilícita, mientras que ofendidos o sujetos pasivos del
delito serán los padres, tutores o guardadores que detenten la tenencia del menor y ejerzan los derechos y potestades
protegidos por las fig.

Distintas Hipótesis: Sustracción, Retención, Inducción a la Fuga:


El delito ya no consiste en una sustracción o retención del menor, sino que éste, por su propio y voluntario accionar, se va a
alejar de la esfera de legítima custodia a que estaba sometido, aunque su determinación haya sido inducida por el agente. La
acción típica de inducir consiste en aconsejar, persuadir, alentar al menor para que se fugue. Pero debe tratarse de una
inducción o un consejo serio, con entidad suficiente para influir en la determinación del menor. La acción desplegada por el
agente será típica a la figura tanto si hace nacer en el menor una idea o propósito de fuga que no tenía, como si consiste en
reforzar la idea de fuga ya existente en el menor, persuadiéndolo del acierto y conveniencia de su propósito. No coincide la
doctrina en cuanto al momento consumativo del delito. Una parte de ella sostiene la opinión que para el perfeccionamiento del
delito basta con la inducción, sin que sea necesario que la fuga realmente se haya producido. Otra parte de nuestra doctrina
afirma que el delito requiere para su consumación la fuga, ya que la figura castiga la acción de determinar la fuga de un menor
que no tiene el suficiente discernimiento para valorar su acto.

12
La acción típica debe recaer sobre un menor de 15 años, pero mayor de 10. Ya se vio, al tratar el Art. 146, que la inducción
a la fuga de un menor de 10 años es comprensiva de la acción de sustraer, y por consiguiente alcanzada por aquel
dispositivo, pues para la ley es absolutamente irrelevante el consentimiento prestado por el menor de 10 años.
Ocultación: La 1° parte del artículo reprime la específica ocultación, a las investigaciones de la justicia o de la policía, de un
menor de 15 años, pero mayor de 10, que se hubiere fugado del lugar donde estaba sometido a la legítima potestad o
guarda de sus padres, representantes legales o guardadores de hecho. No hay acuerdo absoluto sobre el alcance de la
acción típica. Una gran parte de nuestra doctrina sostiene que lo que se debe ocultar es la persona del menor, no las
noticas acerca de su paradero. La acción punible consiste en esconder al menor. Esta opinión no es pacífica, pues otros
autores estiman suficiente con la negativa a dar cuenta del menor, no sólo escondiendo sino también callando el
paradero del menor, desviando las investigaciones judiciales o policiales, que es una forma de ocultar.

A) SUSTRACCIÓN DE MENORES (Art. 146: 5 a 15a). Cierta parte de la doctrina entiende que el ataque no se encuentra
directamente dirigido contra la libertad individual del menor, sino más bien contra la tenencia del niño por parte de
quienes legítimamente la ejercen, de modo tal que se protege la familia del menor. Asimismo, una posición distinta se
advierte en la jurisprudencia, que entiende que: "La patria potestad en sí no es un bien jurídico penalmente protegido,
pues es un instituto instrumental, es decir, está al servicio de un fin" de esta perspectiva, el bien jurídico en estos tipos
penales pasa por esta idea, y es desde esta idea que debe entenderlos." En este punto se dijo que, por sus
características, no es tampoco un delito que afecte solo ni principalmente la 'libertad'. El valor de la libertad,
protegido por el Tít. V, supone en la victima la posibilidad de resistencia o al menos de albedrío, que no se da, por sus
características, en los niños sin discernimiento, intención ni voluntad. A no negarlo, la familia, núcleo básico de la
sociedad recibe también una protección especial expresa en nuestro ordena miento punitivo, por ello existen figuras
agravadas por el vínculo (Art. 80, Inc. 1°) y exclusiones de pena en razón de relaciones personales (Arts. 185 y 279). Y,
aunque en realidad desearía un fortalecimiento de la familia porta trascendencia que tiene como unidad social, soy
consciente de que ello no debe ser llevado a cabo a través del derecho penal". Pérez Lance en tanto señala que el bien
jurídico tutelado no puede orientarse a un interés único, ya que no se trata exclusivamente de la libertad individual
del niño—a la luz de las penas previstas en este Capítulo y del análisis de los tipos— como tampoco es una figura que
protege únicamente el derecho de tutela de quien tiene al niño legítimamente —como evidencia la escala punitiva de
los distintos delitos de esta parte del CPA y la ubicación sistemática en que se encuentran. Es decir, se trata de un
delito pluriofensivo. Esta posición ha sido afirmada por la CSJN al señalar que" la circunstancia de que la retención de
me n ores afecte el derecho de familia no permite descartar, sin más ni más, que el tipo penal no lesione, además, la
libertad en el sentido estricto de libertad ambulatoria, que es protegida por las figuras de privación ilegal de la
libertad, en tanto una vez que la víctima fue colocada fuera del área de guarda legítima, constituye una valla que le
impide al menor retomara dicha guarda legitima. En el aspecto subjetivo, la acción es típica consiste en sustraer al
menor o retener ocultar a uno que previamente había sido sustraído. La doctrina es conteste en que retener y ocultar
son acciones típicas que exigen como presupuesto indispensable que se trate de un niño previamente sustraído,
constituyendo este extremo la diferenciación entre el supuesto comentado y el previsto en el Art. 139 Inc. 2 del CPA.
La acción de sustraer implica apoderarse del niño para sí o para un tercero o bien apartarlo o sacarlo de la esfera de
custodia al a que se encuentra sometido. Los medios que se utilizan por parte del sujeto activo, con referencia al
menor, no resultan de relevancia, bastando que los medios utilizados sean coactivos o engañosos, impliquen la
ausencia del consentimiento de la persona que detenta la legitima tenencia del menor. Asimismo, carece de mayor
importancia que la sustracción del menor haya si do del hogar familiar, del establecimiento escolar o de la vía pública.
En cuanto al 2° verbo típico, retiene al menor sustraído quien lo detiene o lo guarda. Ocultar implica esconder al
menor sustraído de aquel que tiene legítimamente la tenencia. Respecto del consentimiento del menor, la doctrina es
coincidente en afirmar su irrelevancia, pero el consentimiento prestado por quien ejerce legítimamente la tenencia del
niño posee eficacia y diluye la tipicidad de la conducta. Sujeto activo del delito puede ser cualquier persona; sin motivo
de debaten la doctrina y la jurisprudencia, si también pueden serlo los padres que sustraen al menor de aquel que lo
detenta legítimamente. El sujeto pasivo de la figura es tanto la persona que detenta legítimamente la tenencia del niño
como el mismo menor de 10 años, sin distinción de sexo. Ello es así debido a que se trata de un delito pluriofensivo, en
tanto que el bien jurídico resguarda tanto los derechos del niño como los de su legítimo tenedor. En el aspecto
subjetivo, se trata de un delito doloso. La doctrina en general exige dolo directo para los 3 supuestos, aunque se
admite el dolo eventual para los casos de retención u ocultamiento del niño. Basta el querer desapoderar al legítimo
tenedor, ya que cuando "el delito está constituido por tas acciones de retener u ocultar al menor sustraído por otro, el
agente tiene que conocer esta circunstancia; en este caso la duda equivale al saber. Es decir, procede el dolo eventual
en los casos de los 2 últimos verbos típicos de la figura, supuesto en el cual el agente se representa como posible que
el niño ha sido sustraído y, no obstante, lo retiene u oculta. El delito se consuma tanto con el apoderamiento del autor,
como con el desapoderamiento al legitimo tenedor del menor, así también como cuando se impide la relación
interrumpida. La sustracción es un delito de resultado que se consuma cuando se ha logrado el despojo debido a la
interrupción e interferencia del vínculo, sin que sea necesario que el autor con solide su dominio sobre el niño.
También se produce la consumación del delito cuando se realizan los actos de retención u ocultamiento del menor
ya sustraído por otra persona. En estos 2 supuestos, estamos—a diferencia de la sustracción— frente a delitos
permanentes. Resulta admisible la tentativa.
B) NO PRESENTACIÓN DEL MENOR (Art. 147: 5 a 15a). La doctrina clásica asevera que se protege el derecho de
disposición y de gobierno de la persona del menor, que ejercen los padres o legítimos tenedores, quienes entregaron
al niño en encargo. No obstante, creemos que es una visión incompleta del bien jurídico protegido por la norma pues
aquí también estamos ante un delito pluriofensivo, que incluye tanto el derecho a la tutela de los padres 13 o
guardadores como la libertad misma del niño. La fig. comentada requiere que un menor de 10 años haya sido
entregado voluntariamente a una persona para su cuidado; posteriormente, el padreo guardador haya solicitado su
presencia; y que, finalmente, el sujeto activo, no presente al niño o no dé razón satisfactoria de la desaparición. El
delito se configura con cualquiera de las 2 conductas, sin que—por otra parte— resulte sencillo de determinar cuándo
no se dan las explicaciones satisfactorias de un menor que ha desaparecido. Así, no presenta al menor quien, no
mediando una razón o una causa legítima, no exhibe, muestra o indica el lugar donde aquel se encuentra. Al contrario
de lo que sucede con la figura del Art. 146, se requiere la entrega voluntaria del menor a otro individuo, a fin de que
este ejerza la tenencia o custodia del niño. Asimismo, y también como un elemento del tipo, se requiere la solicitud de
los progenitores, su tutor o guardador, la presentación o entrega del niño. De manera tal que esta exigencia resulta
imprescindible para la configuración del delito y solo puede provenir el reclamo por parte de los padres, tutores o
guardadores del niño. Creus sostiene que se trata de un tipo omisivo, toda vez que "una cosa es que las conductas
típicas sean indicativas de una desaparición u ocultación del menor, otra que se requieran acciones positivas donde la
ley no habla más que de omisiones. De similar opinión, Núñez señala que se trata de un delito de omisión permanente,
puesto que se continúa consumando mientras el sujeto activo no presente al menor, una vez efectuada la solicitud de
presentación y vencido el plazo fijado por quien tenga derecho a exigir. Para Donna, se trata de un delito de omisión
impropia, desde que quien recibe al menor queda en posición de garante respecto del bien jurídico, y esto es lo que lo
obliga a entregarlo a sus padres o guardadores. El sujeto activo resulta el que ha sido encargado de la persona del
niño a los fines de custodia, educación, curación, por un tiempo prolongado, sin considerarse estrictamente el tiempo
de duración. Para la mayor parte de la doctrina, sujeto pasivo del delito es quien tiene la legitima guarda del niño y
ellos son los padres, tutores o guardadores, que la delegaron en el sujeto activo. Otro sector entiende que es un delito
pluriofensívo y, por lo tanto, existe una afectación al derecho de padres y guardadores, y a la libertad del niño. Es una
figura dolosa, exigiéndose el dolo directo. Se requiere el conocimiento por parte del sujeto activo de la calidad en que
se tiene al menor. El delito se consuma cuando no se entrega o presenta al menor o no se dan las razones sobre su
desaparición una vez que se vence el plazo concedido en el requerimiento efectuado por los padres o guardadores.
Debido a su carácter permanente, el tipo se sigue consumando mientras aquellas situaciones persistan. La doctrina
sostiene que no resulta admisible la tentativa.
C) INDUCCIÓN A LA FUGA (Art. 148: 1 a 4a). A diferencia de los tipos anteriores, donde se trataban de delitos
pluriofensívos, aquí se protegen los derechos inherentes a la responsabilidad parental, tutela o encargo del menor,
que impliquen deberes de convivencia. En consecuencia, sus titulares son los padres, tutores o encargados del niño.
La acción típica consiste en inducir a la fuga a un menor cuy a edad se encuentre dentro de los límites establecidos por
la norma. Ello implica tanto aconsejar, de manera seria, a que un niño mayor de 10 años y menor de 15 huya del lugar
que los padres, guardadores o personas encargadas de su persona han destinado para habitar con el menor. EI
comportamiento del sujeto activo debe estar orientado a influir sobre la psiquis del niño a fin de que este adopte su
decisión de fuga. Sujeto activo puede ser cualquier persona, incluso el padre tiene induce al hijo a fugarse del hogar
donde reside con el otro ascendiente que posee la tenencia del menor. Respecto del sujeto pasivo, no obstante, el bien
jurídico protegido es el derecho de tutela de los tenedores legítimos, la victima de este delito es el niño mayor de 10
años y menor de 15 y no los titulares de aquellos derechos afectados, quienes verdaderamente son los sujetos pasivos
del delito, máxime cuando en este caso la ley cede sustancialmente en la tutela del interés referente a la libertad del
menor, al haber alcanzado el umbral para el discernimiento de los actos ilícitos. Es una figura dolosa, que requiere el
dolo directo. Un sector considera que, para que el delito se perfeccione, basta la inducción sin resultar necesaria la
fuga efectiva del niño. Se sostiene que la sola acción de inducir a un menor a su fuga vulnera los derechos de los
padres, guardadores o encargados del niño. Así, parte de la doctrina sostiene que se trata de un delito de pura
actividad, ya que la expresión "indujere" no implica también la realización de la acción que se induce. Del otro lado, se
sostiene que se requiere, para la consumación del delito, la fuga del menor, no alcanzando la mera inducción. En este
sentido, Donna señala que, debido al Estado de derecho, solo se "debe exigir conductas externas" y que "el castigo de la
inducción por la inducción misma carece de relevancia penal, entrando, de alguna mañera, en el plano de los actos
irrelevantes para el derecho. No resulta posible la tentativa.
D) EXPLOTACIÓN DEI TRABAJO INFANTIL (Art. 148 Bis: 1 a 4a). Con esta fig. el legislador ha procurado prevenir y
sancionar el grave problema que representa el Trabajo Infantil en la Argentina y, en tal sentido, reforzar la tutela de
los derechos de los niños—conforme los compromisos internacionales asumidos en la Convención sobre los D° de
NNyA—; pues el trabajo infantil influirá necesariamente en el desarrollo psicológico, físico, moral o social de los
menores. El bien jurídico protegido consiste en la indemnidad del menor a no ser sometido o explotado
económicamente por otro. La capacidad decisoria del menor de 16 años es nula para el D° Laboral, por lo cual es
indiferente el consentimiento prestado por el sujeto pasivo a cumplir tareas laborales. La acción típica prevista por la
norma implica un aprovechamiento económico del trabajo infantil. El aprovechamiento significa abusar de una
posición de preeminencia del autor sobre el menor de edad. EI abuso de la inmadurez, la inexperiencia o la candidez
del menor de edad, sujeto de este delito, representa el contenido material de lo injusto de este delito doloso. El
carácter económico del aprovechamiento recorta sensiblemente el contenido y alcance de esta figura. La acción de
aprovecharse debe ser conocida can la explotación a la que es sometido el menor de edad.
E) OCULTAMÍENTO DE MENORES (Art. 149: 1m a 1a y si es Menor de 10 años: 6m a 2a). Al igual que en el caso
anterior, el bien jurídico protegido es el D° a la custodia del menor por parte de los padres, tutores y encargados. A
ello cabe agregar que, dada la idea de ocultación a la justicia o policía, se incluye a la administración de justicia como
objeto de protección. La acción consiste en ocultar a un menor de 15 años de las investigaciones de la justicia o dela
policía. Ocultar implica tanto como esconder, cubrir a la vista de terceros. Cabe consignar que la mera ocultación no
resulta suficiente. Es necesario que la acción se realice con la finalidad de frustrar las investigaciones de la justicia14
o la
policía. Asimismo, el accionar que se frustra debe tener la finalidad de dar con el paradero del niño que se busca. Es
un delito común, por ende, cualquier persona puede ser sujeto activo. Si bien, la doctrina mayoritaria entiende que
sujeto pasivo debe ser un niño mayor de 10 y menor de 15 años, cabe afirmar que en realidad deben ser considerados
en tal calidad a los padres y encargados del derecho de tutela del menor, en tanto son ellos los "titulares del interés
cuya ofensa constituye la esencia del delito. Se trata de una figura dolosa, y en este sentido, el dolo exige que se
conozca la situación en que se dalia el niño, su edad y la existencia de las "investigaciones judiciales o policiales" que
se están efectuando respecto del paradero del menor. Puede aceptarse el dolo eventual, si el agente se representa la
posibilidad que con su ocultamiento se obstaculizarán las investigaciones. El delito queda consumado al ocultar al
niño de las investigaciones, sin quesea necesario que efectivamente se frustre la averiguación de su paradero. La
última parte del artículo prevé una agravante cuando el menor no tuviera 10 años de edad.

IMPEDIMENTO DE CONTACTO DE HIJOS MENORES CON PADRES NO CONVIVIENTES. LEY N° 24.270


La Ley N° 24.270, complementaria del CPA, (1993), reprime hechos que con vinculación a la fig. que analizamos y con la
prevista en el art. anterior, resultaban conductas penalmente impunes. Los fundamentos de los proyectos que sirvieron como
antecedente de la ley, señalan como bien jurídico que se pretende tutelar con la norma, el natural e incuestionable derecho
tanto de los padres como de los hijos no convivientes de mantener un adecuado contacto y comunicación.
Distintos Supuestos:
 El Art. 1° de la ley reprime con prisión de 1 mes a 1 año “al padre o tercero que, ilegalmente, impidiere u obstruyere el
contacto de menores de edad con sus padres no convivientes”.
 El 2° Ap. del Art. 1° agrava la pena elevándola a prisión de 6 meses a 3 años, cuando el hijo sea menor de 10 años o
discapacitado, siempre que sea menor de edad.
 El Art. 2° de la ley incrimina con las mismas penas del artículo anterior al “… padre o tercero que para impedir el contacto
del menor con el padre no conviviente, lo mudare de domicilio sin autorización judicial”.
 El 2° Ap. del Art. 2° eleva las penas “al doble del mínimo y a la mitad del máximo”, cuando la mudanza con la finalidad
típica fuera al extranjero, sin autorización judicial o excediendo sus límites. Conforme a la escala del art. anterior, la
prisión será de 2 meses a un 1 año y 6 meses cuando se trate de la figura básica del art. anterior. Cuando la acción recaiga
sobre un menor de 10 años o de un discapacitado, la prisión se elevará a un mínimo de 1 año y a un máximo de 4 años y 6
meses.
 El Art. 3° impone al tribunal interviniente en estos hechos, la adopción de diversas medidas para hacer cesar en forma
rápida y expeditiva los efectos del delito y restablecer el contacto del menor con su padre no conviviente, debiendo
remitir los antecedentes al juez civil o al competente para entender en las cuestiones de familia, o al que con anterioridad
haya entendido y dispuesto en la situación familiar o tutelar del menor.
 El Art. 4° incorpora como Inc. 3° del Art. 72 del CPA, como delitos de acción dependiente de instancia privada, a las
distintas figuras previstas por la ley, bajo la denominación común de “Impedimento de contacto de los hijos menores con sus
padres no convivientes”.
Agravantes: Figura Agravada. La figura se agrava, elevándose la pena de prisión a la de 6 meses a 2 años, si se oculta a un
menor de 10 años, conforme lo dispone el 2° Párr. del Art. 149. La figura agravada de este artículo sólo será de aplicación
cuando se oculte a un menor de diez años que por propia iniciativa, sin haber sido inducido por terceros, se haya fugado. Si la
fuga se ha producido por

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el consejo o inducción de otro, el ocultamiento del menor será típico al Art. 146, siempre que esta circunstancia fuera conocida
por el agente.

AMENAZAS (Art. 149 Bis 1° Párr: 6m a 2a y Agrav.: 1 a 3a):


El delito de amenazas se encuentra reprimido en el 1° Ap. del Art. 149 Bis. La 1° parte contempla la figura básica y la 2° la
agravada. Carrara definía el delito de la siguiente forma: “Amenaza es cualquier acto por el cual un individuo, sin motivo
legítimo y sin pasar por los medios o por el fin de otro delito, afirma deliberadamente que quiere causarle a otra persona algún
mal futuro”. Coincide en general la doctrina que la figura protege la libertad psíquica de las personas, que se traduce en el
derecho que tienen a su tranquilidad espiritual y que le permitan reflexionar y determinarse conforme a su libre voluntad, sin
ninguna clase de temores, condicionamientos o trabas.
Acción Típica. Características del Delito. La acción material constitutiva del delito consiste en anunciar o hacer conocer al
sujeto pasivo un mal o daño futuro que el agente, o un tercero sujeto a la voluntad de aquél, le ocasionará a la persona o bienes
de la víctima o a la persona o bienes de un tercero. Pero esta acción, para ser típica a la figura, debe ir acompañada de la
finalidad de alarmar, asustar, atemorizar al sujeto pasivo. Señala la doctrina y ha exigido la jurisprudencia determinadas
características y requisitos que deben tener las amenazas, y el daño contenido en las mismas, para que éstas sean típicas.
Deben ser graves e injustas, idóneas, determinadas, serias, es decir, que el daño que contienen sea posible y
dependiente de la voluntad del agente, que se trate de un daño futuro, etc.
Sujetos Activo y Pasivo. No se requieren especiales condiciones para ser sujeto activo del delito, que puede ser cualquiera,
incluso aquél sobre quien va a recaer el daño con que se amenaza, o que lo va a compartir con la víctima, siempre que este
daño sea idóneo para alarmar o atemorizar al sujeto pasivo. Sujeto pasivo del delito sólo puede ser la persona con
capacidad para comprender el contenido y significado de la amenaza, aunque esa capacidad de comprensión dependa de
ciertas circunstancias o acontecimientos, o de terceros.
Elemento Subjetivo. Culpabilidad. Coincide la doctrina en que la figura requiere un específico elemento subjetivo en el sujeto
activo. La amenaza debe usarse para alarmar o amedrentar a la o las víctimas. No es suficiente el conocimiento de que se está
anunciando un daño idóneo para atemorizar al sujeto pasivo, se requiere además la dirigida intención de alarmar, asustar,
amedrentar al destinatario de la amenaza, aunque el agente no tenga el real propósito de ocasionar el daño con que amenaza,
bastando que la víctima crea en la existencia de ese propósito. Conforme a lo expuesto sobre el elemento subjetivo requerido
por la figura, esta sólo admite el dolo directo, consistente en el conocimiento del agente de todas las características típicas de
las amenazas a lo que debe agregarse aquella intención de alarmar o amedrentar a su destinatario. El tipo excluye el dolo
eventual y toda forma de culpa.

COACCIONES (Art. 149 Bis 2° Párr. 2 a 4a):


El 2° Ap. del Art. 149 Bis contempla el Delito de Coacción, consistente en hacer uso de amenazas para obligar a su
destinatario a que haga, deje de hacer, o tolere algo que éste no quería hacer, omitir o tolerar. Ya se puntualizó al diferenciar las
amenazas de las coacciones, que en el delito de amenazas éstas son un fin en sí mismas, amenazar para atemorizar,
mientras que en el delito de coacciones las amenazas son un medio para lograr un fin trascedente a las mismas, un
hacer o no hacer del sujeto pasivo. La norma protege la libertad de determinación de las personas. Es decir, la libertad de
elegir entre diversas conductas posibles y de actuar conforme a esa elección, siempre dentro del ámbito de las opciones lícitas
permitidas por la ley, libertad que resulta vulnerada por la acción del agente que pretende suplantar la voluntad de la víctima y
determinar su conducta. Coincide la doctrina sobre el bien jurídico que tutela la figura, y se señalan las diferencias con el bien
protegido por el delito de amenazas. Las amenazas atentan contra la libertad o tranquilidad espiritual de la víctima,
influyendo en su ánimo, condicionando o perturbando su libertad de determinación, mientras que en la coacción esa
libertad de determinación se anula, pues al paciente sólo le queda la elección de actuar conforme a la imposición del agente,
o de sufrir el mal anunciado.
Elemento Subjetivo. Culpabilidad. En el delito que comentamos, el tipo requiere también un específico elemento subjetivo en
el sujeto activo. Las amenazas deben usarse con el propósito de obligar a otro a hacer, no hacer, tolerar. Deben ser el medio
que utiliza el agente para imponer un hacer o no hacer a la víctima. Faltando esa finalidad, las amenazas vertidas sólo serán
típicas a la fig. anterior.

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Admite pacíficamente la doctrina que la acción u omisión que se impone a la víctima puede tratarse de algo lícito o ilícito,
delictivo o no, pues la criminalidad del hecho no reside en la licitud o ilicitud de lo exigido a la víctima, sino en la ilicitud de la
exigencia. Pero cuando lo exigido al sujeto pasivo es típico a alguna figura delictiva, el cumplimiento de la imposición puede
colocar a ésta, con relación al ilícito que ha cometido, en una situación de inculpabilidad, conforme al Art. 34 Inc. 2° del CPA. La
fig. se conforma sólo con el dolo directo, consistente en el conocimiento del agente de todas las características requeridas para
la tipicidad de la amenaza formulada, y en el propósito de utilizarla como medio para lograr de la víctima una acción u omisión.
Diferencias con las Amenazas: Enseñaba Carrara que en la amenaza con orden o violencia privada (Coacciones), el ataque
contra la libertad es explícito, mientras que en la amenaza sin orden (Amenaza), la restricción de la libertad es implícita. Esta
influye sobre el ánimo de la persona amenazada, porque el temor que le despierta hace que se sienta menos libre y que se
abstenga de muchas cosas que sin ese temor habría realizado, o que realice otras que no habría ejecutado. A diferencia de las
coacciones, que persiguen un hacer, no hacer o tolerar algo por parte del sujeto pasivo, las amenazas se conforman con esa
sola turbación de la tranquilidad de espíritu de la víctima, por el temor o sobresalto que aquellas le producen. Se sostiene que
las amenazas es un delito fin (atemorizar o amedrentar), mientras que las coacciones es un delito medio, para lograr una
acción u omisión del amenazado.

Agravantes:
INC. 1°. COACCIONES AGRAVADAS. El 1° inc. de este art. agrava la penalidad de las coacciones cuando para la comisión del
hecho se utilizan armas, o cuando se formulan anónimamente. Son las mismas circunstancias calificantes de las amenazas, por
lo que lo expuesto al tratar las formas agravadas de este delito resulta de aplicación a la figura que tratamos.
INC. 2°. 2 tipos de circunstancias agravatorias contiene el inciso, incrementando, aún más, la pena ya agravada del inciso
anterior. Las 2 agravantes tienen de común que no requieren para su funcionamiento el efectivo logro de los propósitos que el
agente tenía al hacer uso de la amenaza. Basta para agravar el hecho la intención del agente al formularla, con independencia
de los resultados obtenidos:
 Propósito de Obtener Alguna Medida o Concesión de Cualquier Miembro de los Poderes Públicos. Sujeto pasivo de
la figura puede ser cualquier miembro componente (funcionario o empleado) de cualquiera de los 3 poderes, del
Estado nacional, provincial o municipal. No se requiere que el funcionario tenga competencia para disponer la medida
u otorgar la concesión que se le exige. Pero no basta la sola condición de funcionario público, es necesario que por lo
menos tenga la posibilidad de resolver sobre la exigencia, aún de hecho. La medida es una disposición, resolución,
decreto, sentencia, etc.; la concesión es algo, generalmente beneficioso, que se otorga al agente o a un tercero a
requerimiento de aquél (la libertad de un detenido, un nombramiento, una pensión, etc.). Es indiferente para la
tipicidad que lo exigido se debido y legítimo, o ilegítimo, toda vez que la criminalidad del hecho no reside en la licitud
o ilicitud de lo exigido, sino en la ilicitud de la exigencia.
 Propósito de Compeler a Hacer Abandono del País, de una Provincia o de los Lugares de Residencia Habitual o
de Trabajo. Abandonar significa dejar un lugar, apartarse de él. La figura requiere un abandono con características
de permanencia, definitivo o prolongado en el tiempo. No se trata de un simple alejamiento momentáneo o por corto
lapso. Abandonar el país es salir fuera de las fronteras de la República Argentina. El lugar de la residencia habitual o
de trabajo de la víctima tiene una significación espacial más limitada que las anteriores, y es comprensible de un
barrio, ciudad, pueblo, o de una casa habitación, oficina, local, fábrica, etcétera. También en estos casos el abandono
exigido debe tener la característica de permanencia referida anteriormente.

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UNIDAD 8: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD (Conclusión)

VIOLACIÓN DE DOMICILIO (Art. 150 6m a 2a):


Art. 18 de la CN: “El domicilio es inviolable, como también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y una ley
determinará en qué casos y con qué justificativos podrá procederse a suallanamiento y ocupación”. Las constituciones y estatutos
nacionales y provinciales anteriores a 1853 ya proclamaban la inviolabilidad de la morada.
El Art. 31 de la Const. de La Rioja (CP): “DERECHO A LA PRIVACIDAD. Son inviolables el domicilio, los papeles y registros de
datos privados, la correspondencia epistolar y las comunicaciones de cualquier índole. Sólo pueden ser allanados, intervenidos,
interceptados o registrados en virtud de orden escrita de juez competente. La ley limitará el uso de la informática para preservar
el honor, la intimidad personal y familiar de los habitantes y el pleno ejercicio de sus derechos. El allanamiento de domicilio en
horas de la noche es excepcional, debiendo el magistrado que lo dispone fundar la decisión. Las autoridades policiales sólo
proporcionarán antecedentes penales de los habitantes en los casos previstos por la ley”.
Bien Jurídico Protegido. Carrara ubica el cap. de la violación de domicilio entre los delitos contra la libertad personal.
Considera que lo que la ley tutela es el lugar en el que el hombre se refugia, reposa y desarrolla sus afectos. Para Eusebio
Gómez, se equivoca la doctrina que busca en el honor, la libertad de la familia, la paz pública o el derecho real, el objeto de
protección legal, que, a su juicio, está dado por la libertad individual, ya que la inviolabilidad del domicilio es una garantía
indispensable de aquella libertad. Núñez considera que se ampara el derecho a no sufrir injerencias en el ámbito de intimidad.
Para Soler, la tutela legal recae sobre el derecho a la soledad o a la intimidad. Según Creus, se protege el ámbito de intimidad del
individuo.
Concepto de Domicilio. El concepto de domicilio del D° Penal no coincide con el concepto de domicilio del D° Civil. Aquél tiene
mayor amplitud. Nuestro CPA, en su Art. 150, no habla de domicilio, sino de morada, casa de negocio, dependencias y recinto
habitado. Mientras que, en la ley civil, para que un lugar habitado sea propiamente un domicilio se requiere que la residencia sea
habitual y no meramente accidental, para la ley penal, habrá domicilio, aunque la residencia sea ocasional, e incluso, en el caso
de la casa de negocio, el concepto de domicilio se extiende a un lugar en el que nadie reside. Morada. Es el lugar que la persona
ha destinado, en forma más o menos permanente, para su habitación. Se señala que la morada es el conjunto de recintos
dentro de los cuales una persona o un conjunto homogéneo de personas vive, permaneciendo en ese lugar durante
considerable tiempo y generalmente pernoctando, aunque no es indispensable este último requisito. Lo que caracteriza a la
morada es la permanencia de su destino como habitación para alguien. No interesa el destino para el que se construyó el
recinto sino el que le da su actual habitante. No violará domicilio alguno quien entre en una casa desocupada, pero si está
habitada, el ingreso contra la voluntad del morador será típico, aunque éste no se encuentre presente en ese momento. Casa
de negocio. Su concepto no se limita a los locales comerciales, sino que es comprensivo de todo recinto en el que se practique
cualquier actividad lícita, ya sea comercial, profesional, industrial, artística, científica, deportiva, etc. Dependencia.
Dependencia de morada o casa de negocio es todo lugar delimitado que, por formar parte de estas construcciones, o estar
unido a ellas, o complementar su destino, sirve a sus ocupantes, como ámbito de reserva o intimidad. No son dependencias,
aunque formen parte del mismo inmueble, los lugares destinados al acceso de personas indeterminadas, como el jardín
abierto hacia la calle. Tampoco es dependencia el campo cerrado o el predio de una casa quinta. La intromisión indebida en
estos últimos lugares se encuentra prevista en algunos Cód. de Faltas. Sí constituyen dependencias los patios interiores o
cerrados, las terrazas, las lavanderías y todo otro recinto que integre o complemente a la morada o casa de negocio. Será una
cuestión de hecho determinar en cada caso si el lugar en el que el sujeto entró constituye o no una dependencia de una morada
o de una casa de negocio. Recinto Habitado por otro. Es todo lugar delimitado que se use como vivienda en forma transitoria.
Lo que distingue la morada del recinto habitado no es la estructura del recinto sino su aplicación. Ambos se utilizan para vivir.
Pero mientras la morada está aplicada para albergar la intimidad de la persona, de sus cosas, y en su caso, de su familia o
núcleo semejante, con un propósito de continuidad más o menos prolongado; el recinto habitado es utilizado accidentalmente,
como la habitación del hotel, el refugio, el camarote o la carpa en la que se acampa. Subsidiaridad expresa de la fig.
Subsidiariedad Expresa de la Figura. Conforme con la previsión legal, el Art. 150 será de aplicación siempre que no resultare
otro delito más severamente penado. El desplazamiento del Art. 150 se produce cuando el hecho mismo de la violación de
domicilio pasa a ser otro delito más severamente penado, lo cual sucede cuando esa violación es un elemento que ha integrado
la tipicidad de la acción del otro delito (como en el hurto con escalamiento), o cuando en sí mismo el hecho constituye el corpus
del delito más grave (como sucedería si el autor coacciona a la víctima para obligarla a tolerar la entrada de aquél en el
domicilio de ésta). Pero, si la violación de domicilio puede catalogarse como hecho distinto del otro delito de pena menor o
mayor, ambas figuras concurren realmente.

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ALLANAMIENTO ILEGAL:
El bien jurídico tutelado, al igual que en la figura anterior, es el derecho a la privacidad, a la intimidad en el domicilio propio,
como expresión de la libertad individual; aunque en este caso, la protección se brinda ante un abuso funcional por parte de
quien actúa como autoridad. Se trata de asegurar la garantía constitucional de la inviolabilidad del domicilio.
Acción Típica. Concepto de Allanamiento. Materialmente, el delito consiste en “allanar un domicilio” en forma arbitraria.
Allanar equivale a entrar en el domicilio contra la voluntad del morador. El legislador ha preferido el término allanar para
referirse a la entrada de quien ejerce un acto funcional como autoridad.
Sujeto Activo. Sujeto activo de este delito sólo puede ser un funcionario público o agente de la autoridad. Por tratarse de un
abuso funcional, el agente debe actuar en ejercicio de la función que desempeña, ya que si actuara como simple particular su
conducta quedaría comprendida en la fig. del Art. 150.
Elementos Normativos del Tipo Penal. El debido proceso legal establecido en la Constitución Nacional impone respetar cierto
marco ético jurídico. Para que el allanamiento sea ilegal, el funcionario público debe haber actuado sin las formalidades
prescriptas por la ley o fuera de los casos que ella determina. Los casos en que puede procederse al allanamiento de un
domicilio y el modo en que éste debe practicarse se encuentran determinados por las leyes procesales.
Casos de procedencia. No cualquier finalidad autoriza el allanamiento. En el Proceso Penal, la ley permite el registro del
domicilio, cuando sea necesario en la búsqueda de pruebas de un delito o para lograr la detención del presunto delincuente.
Formalidades. La autoridad facultada para emitir la orden de allanamiento es el juez. La orden debe ser escrita, con indicación
del lugar y el momento en que la medida debe practicarse, así comoel nombre del funcionario que debe llevarla a cabo.
Casos de Excepción. Innecesaridad de la orden. El Art. 227 del Cód. Proc. Penal de la Nación (CPPN) establece que: “No
obstante lo dispuesto en los arts. anteriores, la Policía podrá proceder al allanamiento de morada sin previa orden judicial cuando:
1°) Por incendio, explosión, inundación u otro estrago se hallare amenazada la vida de los habitantes de la propiedad. 2°) Se
denunciare que personas extrañas han sido vistas mientras se introducían en una casa o local, con indicios manifiestos de ir a
cometer un delito. 3°) Se introduzca en una casa o local algún imputado de delito a quien se persigue para su aprehensión. 4°)
Voces provenientes de una casa o local anunciaren que allí se está cometiendo un delito o pidan socorro”. Similar Arts. 321, 323 y
326 CPPLR.
Relevancia del Consentimiento en los casos de Allanamiento Sin Orden. Tratándose de un delito contra la libertad, el
consentimiento del morador suple la ausencia de orden de allanamiento ya que aquel bien jurídico sólo se vería lesionado por
la intromisión que contraríe la voluntad expresa o presunta de quien tiene el derecho de exclusión. La libertad no se ve
menoscabada si el morador ha podido decidir libremente si excluye o admite a quien pretende el ingreso a su domicilio. Y esto
no importa un renunciamiento a la garantía constitucional, sino el ejercicio de la facultad de admitir en nuestro domicilio a
quien nos plazca. Pero frente al acto de autoridad, no es fácil determinar cuándo el consentimiento es real y cuándo es
meramente aparente. Dada la finalidad de un allanamiento, el consentimiento no debe presumirse. Debe ser expreso. Para ser
válido, el consentimiento debe ser otorgado por el titular del derecho de excluir del domicilio del que se trate. No mediando
orden de allanamiento y fuera de los casos de excepción contenidos en las normas procesales, la voluntad del titular del
derecho de exclusión, manifestada por escrito y libre de toda imposición, habilitará el ingreso de la autoridad.
Penalidad. El art. impone al funcionario que practica un allanamiento ilegal, la misma pena de prisión de 6 meses a 2 años con
la que el Art. 150 reprime la entrada de cualquier persona en domicilio ajeno, a la que agrega en forma conjunta inhabilitación
especial por el mismo tiempo.
Consecuencias Procesales. La ilegalidad del allanamiento, además de la responsabilidad penal de sus autores y partícipes, trae
aparejadas importantes consecuencias procesales: la ilegalidad de las pruebas y detenciones que se deriven directamente de
aquél. La fig. que estudiamos mantiene una íntima vinculación con la doctrina de los “frutos del árbol envenenado”, que se
refiere a la imposibilidad de utilizar o valorar como prueba en un proceso penal cualquier elemento de convicción que se haya
obtenido mediante la violación de garantías fundamentales. Todo dato probatorio incorporado en virtud de la violación
constitucional debe ser desechado al momento de la valoración de los elementos de prueba acumulados en la causa.
Consumación y Tentativa. El delito se consuma en el momento en que se produce la entrada de la persona del funcionario en
el domicilio, aunque no se alcanzara a practicar el registro que motivó el ingreso. La tentativa es perfectamente posible.
Culpabilidad. La figura exige un dolo directo. El representante de la autoridad debe tener conocimiento de que está
practicando un allanamiento fuera de los casos en que la ley lo autoriza o sin las formalidades prescriptas por la ley procesal o
consignadas en la orden y sin el consentimiento del morador. Y no obstante ello, debe querer ingresar al domicilio en
cumplimiento de un acto funcional.

2
VIOLACIÓN DE SECRETOS Y DE LA PRIVACIDAD: Figuras Diversas
Acceso Indebido a Comunicaciones Ajenas y su Información o Publicación: Art. 153: 15d a 6m y 1m a 1a)
El objeto del delito son las comunicaciones electrónicas, lascarlas, los pliegos cerrados, los despachos telegráficos y
telefónicos. La enumeración no es taxativa, en razón de la expresión "o de otra naturaleza", que deja abierta la enumeración
que se puede integrar con la apreciación judicial. Las encomiendas no están comprendidas por la normativa, peros las cartas
que se transportan en Su interior. Cuando se habla de correspondencia, se hace referencia a toda comunicación escrita entre
2 personas, que puede consistir en la transcripción escrita o simbólica del pensamiento o sentimiento del remitente al
destinatario. Es fundamental que la carta vaya dirigida a otra persona y el tercero la abra indebidamente, aunque sea el
intermediario, por lo tanto, la acción típica es apoderarse ilegítimamente de una comunicación que no le está dirigida a él sino
al destinatario, ya que no solo el autor debe interceptarla, sino que debe conocer que no tiene derecho a ello o abrir
indebidamente. Es correspondencia que no le está dirigida. Existe una discusión acerca de s i es necesario que el papel que se
halle dentro del sobre ordinariamente cerrado debiera estar no o no escrito, pues según alguna definición de la ley de correos,
carta es todo papel ese rito cerrado cuyo contenido no se indique ni pueda conocerse. En principio, a mi criterio, debería
estarse a la inexistencia de delito, salvo que el pliego aún no escrito tuviera algún contenido simbólico por caso, por su forma
de plegado, de manera tal que comunique algo. Si el pliego está abierto, no es delito leerlo, como sería el caso de las
propagandas que se envían por correo, ya que el tipo penal indica que el pliego debe abrirse, todo lo que importa romper la
cubierta o el cierre, aunque el agente no se interiorice de su contenido y sea cerrada inmediatamente. En definitiva, y conforme
lo enseña la doctrina, para que se configure el delito, el contenido no debe ser legible a simple vista, es decir que la acción
típica consiste en realizar maniobras tendientes a lograr la lectura del contenido quebrantando las precauciones del titular
para preservarla del conocimiento de terceros, Ej., romper la cubierta, el sello etc. La forma en que el autor se hace de la carta
es para la ley irrelevante, aunque puede concursar el hecho con otro delito. La correspondencia puede estar en cualquiera de
sus etapas de tránsito luego de que el remitente la ha depositado para su envío, aun cuando estuviera perdida o haya sido
recibida. Por lo dicho, abrir indebidamente no implica necesariamente hacerse del contenido de la carta, toda vez que lo que
se protege no es el secreto en sí, sino el derecho al secreto. La sola lectura de la carta abierta, así como la lectura realizada sin
necesidad de remover o superar el obstáculo impuesto para asegurar su privacidad, resultan comportamientos que, aunque
pueden ser cuestionados social y moralmente, no resultan acciones típicas. Asimismo, resulta indiferente si la carta o pliego
contiene o no alguna información secreta. En cuanto a la comunicación electrónica, la cuestión no es sencilla ya que,
mientras podría resultar simple acceder a la comunicación para quien es avezado en ello, es dificultoso para quien no lo es ya
que en toda comunicación por esta vía se requiere un prestador de servicio de Internet, un código de acceso, claves y la
posibilidad de acceder mediante un programa instalado en una computadora a una red de interconexión de ordenadores. Por
otro lado, si dichas comunicaciones resultan set violadas resulta dificultoso hallar huellas. El e-mail requiere instrumentos
tecnológicos más sofisticados y cuenta con características de protección de la privacidad más acentuadas que el correo
tradicional. El correo electrónico es correspondencia privada, protegida tanto por la CN como por los Tratados
Internacionales que la integran, en razón del reconocimiento a la intimidad ya la vida privada. El chateo y los mensajes de
texto se hallan incluidos en la correspondencia electrónica. En igual sentido, la última doctrina fijada por la CSJN equipara a las
cuentas de Facebook con los correos electrónicos y establece que estas constituyen una comunicación electrónica o dato
informático de acceso restringido en los términos de los Arts. 153 y 153 Bis. Originariamente, la ley optó por tipificar la
violación en sí de los dispositivos existentes para custodiar esa información —Ej la apertura de una carta—, y con mayores
alcances el apoderamiento indebido de esa información. También previo la acción de quien suprimiere o desviare el destino
de una correspondencia que no le esté dirigida. Como se ve, por un lado, se persigue el indebido acceso y, por otro, lo que sería
su natural consecuencia: la apropiación de la información secreta. La intervención telefónica, hoy prevista expresamente en la
norma, tan solo vino a sumar un medio comisivo a los existentes en relación a ese indebido acceso (...) aquí las maniobras no
se agotan en el acceso indebido, sino que este debe ser visto como la antesala de la apropiación de la información.
En cuanto a las conductas típicas, se prevén las siguientes: a) Abrir o acceder. Abrirla correspondencia significa remover los
obstáculos que impiden la lectura del contenido de la carta, pliego, etc., y, por consecuencia, en principio no podría ser típico el
accionar que permite leer el contenido sin remover materialmente el obstáculo, aunque el delito se concrete con solo abrir la
correspondencia, amén de que la persona no se imponga del contenido. El término acceder no es tan exacto. En tal sentido, se
ha podido desentrañar que esta nueva incorporación del verbo típico puede significar el accionar de aquel que sin remover el
obstáculo que significa el sobre de papel lee el contenido del mensaje enviado, ya se verá algunos autores proponen la lectura
a trasluz. El pliego correspondiente a la carta debe estar cerrado, lo que implica que es necesario algo más que el simple
pliego del mismo y que poco importa si requiere su rotura o no, solo debe estar prístino que él autor no lo haya destinado a la
lectura indistinta de Cualquier persona. Además, cabe como posible la maniobra muy utilizada en algunos ámbitos de
prevención policial y aún penitenciaria en que por un resquicio del borde en su extremo y valiéndose de un adminiculo que
hace las veces de pinza larga y fina, se enrosca el papel sacándolo del sobre sin romperlo para luego volver a colocarlo.
b) Apoderarse. Este accionar tiene mayor alcance que los anteriores. Implica hacerse de la cosa indebidamente, aprehenderla
misma por parte del autor, no importando de qué forma se produce dicho apoderamiento, siendo posibles todas las acciones
previas tales como hurto, robo retención, defraudación y también en forma furtiva, pudiendo concursar con otro tipo delictivo,
siempre que se verificaran las notas específicas de esos otros delitos, esto es, en el caso del hurto, que al menos la carta tuviera
algún valor patrimonial, pues podría ser insignificante y no dañar el bien jurídico propiedad. Si no hay apoderamiento, el
hecho tipificaría eventualmente en la 1° parte del art., siempre que se abriese accediere no pasando a apoderarse del objeto.
c) Suprimir o Desvía. Significa sacar del curso o cambiar del curso una correspondencia o comunicación de manera tal que no
llegue al destino prefijado. Si la saca o suprime la hace desaparecer definitivamente, sea que la destruya o la oculte y este
accionar puede concursar con otro delito si se verifica una acción típica en ello, como podría ser daño. La acción consiste en
impedir que llegue a su destino o retardar su llegada portales medios, con lo que no ha de entenderse que resulte necesario
destruir la correspondencia, alcanza con retenerla o apoderarse indefinidamente de la misma. Desvío implica darle un curso 3
distinto al que tiene designado y requiere que el objeto, abierto o cerrado, se halle en curso. En el caso de la comunicación
electrónica es fácil la hipótesis de quien desvía reenviando un correo electrónico o enviándolo hacia la papelera de reciclaje.
d) Interceptar o Captar. En el caso, el presunto autor accede a un correo electrónico o abre la carta o despacho telegráfico y,
mediante el uso de la tecnología, toma conocimiento de la totalidad de las comunicaciones electrónicas de una cuenta o de las
comunicaciones de una línea telefónica.
e) Comunicar o Publicar. En este último caso, además de 2 acciones diferencia das de las anteriores, opera la agravante, pues
es presupuesto del tipo que se hubieran dado alguna de las acciones anteriores y esto surge de la redacción del precepto; "si el
autor además".
El sujeto activo puede ser cualquier persona a la que no le esté dirigido a la correspondencia y le llegue en forma legítima o
ilegítima. En cuanto al despacho dirigido a persona fallecida o destinatario imaginado también permite la configuración típica,
ya que lo que se protege es el derecho al secreto del remitente y del destinatario. En el caso del último párrafo del artículo solo
puede ser sujeto activo el funcionario público. El tipo no requiere calidades especiales en el sujeto pasivo. El tipo exige dolo
directo, pues el autor debe tener conocimiento de que se trata de correspondencia cerrada—correo electrónico, carta, pliego,
despecho telegráfico cerrado o telefónica o de otra naturaleza—, y que la abra con conocimiento de que lo está haciendo de
manera indebida, o sea sin autorización ni derecho. Debe ser consciente de que la carta no le estaba dirigida, pues las
conductas previstas son pasibles de sanción siempre que se actúe indebidamente y se trate de una correspondencia que no le
esté dirigida al autor. Como todo dolo requiere de Conocimiento y voluntad de ejecutarla acción final, en el caso del 2° Párr. se
admite el dolo eventual en el caso de quien desvíe una correspondencia aceptando que pueda llegar a un tercero que la
publique o se entere de su contenido. El tipo admite la tentativa. En la publicación, cuando por algún inconveniente no se llega
a publicar, pero se ejercitaron actos de ejecución. Tal es el caso de si se rompe una máquina cuando ya se está en proceso de
impresión o de manifestación por vía oral en un medio público. También es posible la tentativa en la interceptación o
supresión de la correspondencia o la interceptación o captación de las comunicaciones. El última párr. establece la agravante
par abuso del cargo, tratándose de funcionarios públicos, y alcanza los tipos previstos en el 1° Párr. del art. En la ley argentina,
los conceptos de "funcionario público y empleado público dentro del D° Penal, se han definido dentro del 4° Párr. del Art. 77.

Intrusismo Informático: (Art. 152 Bis: 15d a 6m y 1m a 1a)


Se trata de un delito de peligro, que supone vulnerar la confidencialidad de la información en sus 2 aspectos: exclusividad e
intimidad. Es discutible si se trata de un peligro concreto, en cuyo caso debe admitirse que hay un peligro de daño concreto al
bien jurídico de forma instantánea con el acceso ilegítimo con los caracteres típicos. Sin embargo, se lo ha caracterizado como
delito "de antesala’ o "delito barrera u obstáculo", ya que podría constituirse en una suerte de acto preparatorio punible con
olvido del principio de lesividad. Al indicar "sí no resultare un delito más severamente penado "fija con claridad el carácter ya
mencionado de subsidiario, residual o remanente. Al respecto, se ha dicho que: "El delito contenido en el Art. 153 Bis del
ordenamiento sustantivo es autónomo —y de acción privada—, y en determinada ocasión es, como su cedió en el sub examine,
oficia como preparativo para la comisión de otros delitos más graves. En esos supuestos, el disvalor que significa la acción de
ingresaría legítimamente queda absorbido por la configuración de alguno de estos. Así lo ha entendido el legislador al prever
su aplicación no resultare un delito más severamente penado. Se trata de un acceso a un sistema o dato informático
restringido. Al respecto, Donna indica que es importante descifrar qué se entiende por "dato". Se definen como corporaciones
electrónicas o magnéticas que se encuentra en archivadas o guardadas por protección. En este caso se protegen el dato y el
programa que los guarda. El verbo típico consiste en acceder, a sabiendas y sin autorización o sobrepasando la que se tiene, a
un sistema o data informático de acceso restringido; por el que excluye la posibilidad de punir el acceso a redes, sistemas y
contenidos de sitios públicos. La restricción puede consistir en la existencia de clave de usuario o cualquier otra modalidad
que evidencie que se trata de ámbito reservado por el titula El acceso debe ser sin consentimiento, lo que constituye un
elemento normativo del tipo penal. Si no fuera así, la acción de acceder queda fuera del tipo pues el consentimiento legitimo el
accionar y elimina el tipo objetivo. El acceso puede ser de cualquier forma, con la clave del legítimo usuario o mediante
maniobras de desencriptación. Se excluyen del ámbito típico las diligencias de testeo de seguridad de falencias de redes
informáticas como los trabajos de saneamiento realizados por hackers éticos o con fines científicos realizados con
consentimiento del legítimo usuario. EI elemento normativo lo constituye la falta de debida autorización, al no tener dicha
autorización o excederla que se tenga, si empre que no se configure la figura del hacker ético que es el que accede con
anuencia del titular de los datos. Sujeto activo puede ser cualquier persona capaz y que sepa manejar este tipo de tecnologías.
Es frecuente la presencia de autores mediatos. Por su parte, el sujeto pasivo es el titular del sistema o d arto informático. En el
caso de que el titular del sistema sea un organismo público o un proveedor de servicios públicos o financieros, esa calidad lo
coloca en la calificante del 2° párr. del art. El delito exige dolo directo. Requiere, por parte del autor, el conocimiento de su
falta de autorización o que exceda la autorización que posee para acceder, para cualquier medio, a un sistema o dato
informático de acceso restringido. El error sobre un elemento del tipo objetivo, como podría ser el yerro sobre la existencia de
autorización, excluye el dolo y la responsabilidad penal tanto si es invencible como vencible, dado que no se encuentra
previsto el tipo culposo. La consumación se concreta en el instante mismo en que se accede al sistema o al dato informático
restringido o, para el caso de estar autorizado. Cuando se excede el límite de tal autorización. La tentativa es posible cuando se
ingresan todas las posibles alternativas de combinación alfa numéricas que constituyen una clave, supuestos en los que podría
interrumpirse el "íter" entre el comienzo de ejecución y la consumación. La doctrina no es pacífica al respecto. El 2° párr. de la
fig. calificada y duplica la pena cuando el acceso fuere respecto de un sistema o dato informático de un organismo público
estatal o un proveedor de servicios públicos o de servicios financieros. La distinción aparece razonable y, en consecuencia,
importa la calificación de la figura por la característica singular del sujeto pasivo. La mayor punibilidad, responde a la
sensibilidad de la información que allí se aloja y en el riesgo que implica que se divulguen públicamente. En cuanto a servicio
público, se entiende '"todo aquel que se encuentra destinado a servir a la población en forma maso menos generalizada, más
allá de que la prestación en sí esté en manos del Estado o de particulares. 4
Abuso del Cargo: (Art. 154: 1 a 4a) El objeto del delito son las cartas, pliego de telegrama u otra pieza de correspondencia. La
enumeración es meramente enunciativa. En cuanto a las acciones típicas, las conductas o de apoderarse y suprimir son las
mismas que las analizadas en el Art. 153, por lo que nos remitiremos a lo allí explicado. El autor se impone del contenido
cuando lee y se entera del texto de la correspondencia. No basta con abrir la carta o el pliego, sino que debe leer su contenido.
Incluso la conducta abarca la lectura a través del sobre, aunque esté cerrado. La entrega se produce cuando la
correspondencia se pone en manos de una persona distinta de aquella a quien estaba dirigida, salvo que haya existido una
autorización previa que permita modificar la entrega con relación a quien debía recepcionarla. Por comunicar el contenido se
entiende hacer saber o conocer la correspondencia a una persona distinta del destinatario. Se oculta la correspondencia
cuando se la esconde o se impide que sea vista por terceros. Cambiare texto consiste en modificar total o parcialmente el
contenido de la correspondencia. El sujeto activo debe ser un empleado de correos, telégrafos o que cooperare con el servicio.
El agente debe obrar con abuso de sus funciones o, en el caso del particular, de su condición de cooperador o de auxiliar. Al
respecto, se sostuvo que: "El acusado [en tanto personal contratado para distribuirla correspondencia del Correo Argentino]
debe ser considerado 'empleado público', según los términos establecidas en el Art. 77 pues participaba en ejercicios de
reuniones públicas—reparto de correspondencia oficial. El tipo requiere dolo directo, e implica actuar con conocimiento y
voluntad de configurar las acciones descriptas. Se consuma con la realización de la acción típica. Admite tentativa.

Publicación Ilegal de Comunicación con Otro Destino: Art. 155 ($)


Este delito apunta a la propagación indebida par cualquier medio de difusión. Se protege la libertad de los individuos y el
derecho de las personas a que no se haga pública la correspondencia que no está destinada a publicidad. También se ha dicho
que el bien jurídico es la reserva que, expresa o tácitamente, se ha pactado al tener esa correspondencia. Los elementos
esenciales del delito son los siguientes: a) que la correspondencia epistolar es telegráfica no sea destinada a la publicidad; b)
que aquel que la posea la haga pública indebidamente, y c) que el hecho de la publicación cause o pueda ocasionar perjuicio.
Ya hemos definid o el concepto de correspondencia. En lo que atañe a la presente fig. lo característico es que, ya sea que se
encuentre cerrada o abierta, no debe estar destinada a ser publicada. El objeta del delito es toda correspondencia,
comunicación electrónica, pliego cerrado, despacho telegráfico, telefónico o de otra naturaleza, no destinados a la publicidad.
Por ello, si existiera una autorización para publicar por parte del titular, desaparecería la ilegitimidad. De igual forma, cuando el
autor tuviera derecho a publicarla ya sea por el ejercicio de un derecho o el cumplimiento de un deber. La acción típica
consiste en hacer publicar indebidamente, lo que implica tanto publicarla personalmente como encargar esa publicación a
otra persona, por cualquier medio, ya sea total o parcial. Si es parcial, más allá del testo original, lo importante es que contenga
la parte que es secreta respecto de una correspondencia que el sujeto activo tenga en su poder pero que no esté destinada a
ser publicada. La publicación debe ser indebida, es decir, ilegítima al no estar destinada a la publicidad. En cuanto al perjuicio,
la publicación de be causado o tener potencialidad para causarlo, ya sea en forma directa o indirecta, de cualquier índole y a
Cualquier persona. Siempre que sea sobre el mismo autor del hecho. Ese perjuicio puede ser público, privado, patrimonial o
extrapatrimonial. El sujeto activo es la persona que está en posesión legitima de la correspondencia. El sujeto pasivo puede ser
cualquier persona. La figura exige dolo directo. El autor debe actuar con conocimiento de que la correspondencia no está
destinada a ser publicada; que, por esa misma razón, tal publicidad deviene indebida y, además, debe conocer y querer causar
un perjuicio. Se consuma con la publicación y admite tentativa. El último párr. del art., elimina la punibilidad de quien realiza
la acción típica, pero hubiere obrado con el propósito inequívoco de proteger un interés público".

VIOLACIÓN DEL SECRETO PROFESIONAL (Art. 156: $):


Concepto de Secreto. “El hecho es secreto cuando no es del dominio de un número indeterminado de personas, ni está al alcance
del conocimiento de ellas”. “Es secreto el hecho no divulgado, exterior o interno lícito o ilícito, propio o ajeno, relativo a una
persona, institución u objeto … No está divulgado el hecho cuyo conocimiento no es público o no está puesto al alcance de
cualquiera”. De las definiciones doctrinarias trascriptas se extrae, como denominador común, la especial circunstancia que el
hecho que resulta secreto no se encuentre divulgado y consecuentemente, conocido por un número indeterminado de
personas. No cualquier revelación de secretos es punible, sino aquella que pueda causar perjuicio de cualquier naturaleza,
material o moral.
Sujeto Activo. La ley los determina claramente: “… los que, teniendo noticia, por razón de su estado, oficio, empleo, profesión o arte
…”. Se requiere revestir una determinada calidad en el autor, y que en razón de esa especial calidad se conozca el secreto. Lo
decisivo es que el autor haya conocido el secreto con motivo del desempeño propio de su actividad. No es necesario que
continúe en tal actividad al momento de la revelación del secreto.
Revelación del Secreto. La acción típica consiste en revelar el secreto. Revela el que manifiesta, descubre, pone en
conocimiento de terceras personas el secreto que se le confiara en razón de su especial calidad personal. Es indiferente que la
persona a quien se le comunica el secreto ya conozca lo revelado. El hecho revelado debe ser el real, no un hecho falso. Debe
ser identificable la persona del sujeto pasivo con el hecho que se revela. El hecho secreto debe ser concerniente a la esfera
íntima de la persona, lo que resulta congruente con la libertad individual. Es indiferente la forma como se revele el secreto;
puede ser en forma pública o privada, por comunicación directa o por comisión por omisión, en forma escrita o verbal. Debe
existir una vinculación entre el secreto conocido, y las circunstancias de dicho conocimiento. Esto último, debe ocurrir por
razón del estado, oficio, profesión o arte del sujeto activo. El mero y ocasional conocimiento que tenga un profesional
cualquiera de un secreto, que no lo haya conocido en razón de su ejercicio profesional, no resulta punible a tenor de la norma
en examen. La noticia de lo secreto debetenerse por razón de la función que se está cumpliendo con un tercero.
Justa Causa. La revelación del secreto debe ser sin “justa causa”; es una exigencia del tipo penal. Si existiera justa causa
para revelar el secreto, el hecho deja de ser típico. Es un delito doloso y éste consiste en el conocimiento del autor que está
revelando un secreto, y que lo hace sin justa causa. El error sobre la existencia de la justa causa excluye el tipo de la norma en 5
estudio.Los supuestos de justa causa, son los siguientes:
1. El consentimiento. Prestado por el interesado, antes, durante o después de conocido el secreto, pero siempre con
anterioridad a la revelación del mismo.
2. Causas de Justificación. La defensa del propio interés del Art. 34 Inc. 6. Estado de Necesidad preceptuado por el Art.
34 Inc. 3. La defensa de los derechos de otro (Art. 34 Inc. 7), en la medida que concurran los requisitos del Art. 34 Inc.
5 a y b y 7. El ejercicio de un derecho.
3. Obligación Legal. Existen diversos supuestos que la ley, en protección de intereses superiores al secreto, establece
una justa causa para su revelación. Ello acontece en las siguientes circunstancias:
a) La obligación de denunciar los nacimientos, defunciones, derivadas de la Ley de Registro Civil
enfermedades infecto contagiosas, como la lepra, contagiosas o transmisibles, venéreas.
b) Las leyes procesales penales imponen la obligación de funcionarios y empleados públicos, de denunciar los
delitos de acción pública que conozcan con motivo del ejercicio de sus funciones.
c) Las leyes procesales penales contienen normas que obligan a los médicos, parteras, farmacéuticos y en
general personas que profesen el arte de curar, a denunciar los delitos contra la vida, la integridad física,que
conozcan con motivo de su ejercicio profesional.

REVELACIÓN DE ACTUACIONES SECRETAS (Violación de Secreto Oficial: 157 1m a 3a):


Es el secreto de hechos, actuaciones o documentos que tienen su origen y se mantienen dentro de la Administración Pública.
No es el secreto de los particulares el bien jurídico protegido. Frente a lo expuesto, la ubicación sistemática del tipo penal en
estudio, es incorrecta. Debería estar legislado en el Tít. XI del CPA, que tutela precisamente, a la Administración Pública como
sujeto pasivo de los delitos que en su contra se cometen.
Reformas Legislativas.
Materialidad del Delito. La acción típica consiste en revelar el secreto.

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Revelar no es lo mismo que divulgar, esto importa publicar. Es un delito doloso, admitiendo el dolo eventual. El delito se
consuma con la sola revelación, sin necesidad de daño efectivo. Basta la posibilidad de perjuicio.
Objeto de la Revelación. Son hechos, actuaciones o documentos que por la ley deben quedar secretos. Hechos, son
acontecimientos, de cualquier naturaleza, que se producen dentro de la administración pública. Actuaciones, son las
diligencias, resoluciones o procedimientos dispuestos y llevados a cabo dentro de cualquiera de los tres poderes del Estado.
Documentos, es “todo escrito o elemento expresivo de ideas que se encuentre en el seno de la administración, originado en ella o
que haya llegado a ella, produzca o no efectos jurídicos entre partes, siendo indiferente que estén o no firmados y que se conozca o
se ignore su origen”.
Sujeto Activo. El único sujeto activo posible es el funcionario público (Art. 77). La mayoría de la doctrina considera que el
funcionario público debe tomar conocimiento del secreto por el desarrollo de la misma función. Distinta opinión es la
sustentada por Creus, para quien autor es el funcionario público que tenga obligación de guardar secreto. Resulta indiferente,
para este jurista, que el secreto haya sido conocido en razón de su función, o fuera de ella. La violación del secreto oficial
prevista por el Art. 51.
La Prohibición de Informar del Art. 51 en relación al Art. 157. La Ley N° 23.057 introdujo al Art. 51 la prohibición de
informar a todos los entes oficiales, en los siguientes términos: “Todo ente oficial que lleve registros penales se abstendrá de
informar sobre datos de un proceso terminado por sobreseimiento o sentencia absolutoria. En ningún caso se informará la
existencia de detenciones que no provengan de la formación de causa, salvo que los informes se requieran para resolver un hábeas
corpus o en causas por delitos de que haya sido víctima el detenido … La violación de la prohibición de informar será considerada
como violación de secreto en los términos del Art. 157, si el hecho no constituyere un delito más severamente penado”. El art.
comentado contiene una excepción a la referida prohibición de informar, cuando dice: “En todos los casos se deberá brindar la
información cuando mediare expreso consentimiento del interesado. Asimismo, los jueces podrán requerir la información
excepcionalmente, por resolución que sólo podrá fundarse en la necesidad concreta del antecedente como elemento de prueba de
los hechos en un proceso judicial”.

En cuanto a la relación entre el Art. 51 y el 157 vemos que el primero es más específico en cuanto a los documentos que la ley
quiere mantener secretos; éstos son los descriptos en la 1° y 2° parte del Art. 51. En el Art. 51 los documentos que la ley quiere
preservar como secretos, se encuentran taxativamente descriptos, a diferencia del Art. 157 que lo hace en forma genérica.
Autor del delito del Art. 51 es el funcionario del ente oficial que tiene competencia para informar, cualquier otro funcionario que
viole los registros secretos del art. 51 podrá incurrir en la violación del Art. 157, pero no en el 51. Cuando la ley se refiere a
“ente oficial” comprende los organismos nacionales y provinciales. Los entes oficiales que llevan registros penales son, el
Registro Nacional de Reincidencia, reparticiones policiales y organismos jurisdiccionales.

DELITOS CONTRA LA LIBERTAD DE TRABAJO Y ASOCIACIÓN (Art. 158: 1m a 1a):


Hay acuerdo en doctrina que la figura protege la libertad de trabajar y de asociarse, que como derechos son reconocidos por el
Art. 14 de la CN. Pero específicamente la libertad de trabajo de los obreros, patrones y empresarios, para decidir libremente su
participación en huelgas o lock out; y la libertad de adherirse o pertenecer, o no, a determinadas asociaciones laborales,
obreras o patronales.
El Art. 158 contiene y reprime 3 conductas distintas:
a) La compulsión a la huelga o al boicot.
b) La compulsión al lock out.
c) La compulsión para abandonar o ingresar a una asociación obrera o patronal.

Compulsión a la Huelga o al Boicot. Prevista por la 1° Parte del Art. 158, se ha destacado que el precepto no reprime el acto de
la huelga o la voluntaria participación en este hecho, que es uno de los derechos típicamente gremiales consagrados por el Art.
14 Bis de la CN o el hecho o la voluntaria participación en el boicot. La figura alcanza a quien compele violentamente a otro a
participar en estos hechos. La materialidad del delito consiste en ejercer violencia sobre la víctima para obligarla a tomar parte
en una huelga o boicot. La violencia debe ser física, es decir, mediante el uso de fuerzas o energías directamente desplegadas
sobre la víctima, o utilizando medios hipnóticos o narcóticos. La acción material del delito debe ir acompañada de un especial
elemento subjetivo: el propósito del agente de obligar a otra persona a tomar parte en una huelga o boicot. La figura requiere
el dolo directo o específico. Dado la intención que debe dirigir la acción del autor, la violencia debe ejercitarse antes de una
huelga en preparación o durante una huelga en ejecución, pero no con posterioridad a la huelga, porque ésta no puede estar
dirigida a la

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obtención del fin requerido por la ley. No cumplirá con las exigencias subjetivas de la figura, la violencia desplegada para que
la víctima deje de participar en una huelga en la que voluntariamente está interviniendo. La Huelga no es simplemente la
suspensión o retiro colectivo del trabajo, sino que éstos son el medio para imponer o lograr algo vinculado a la relación laboral.
Consiste en la suspensión colectiva del trabajo dispuesta en razón de un conflicto laboral por un gremio obrero. El Boicot es la
abstención colectiva y concertada de los obreros, de trabajar o de utilizar los servicios de determinado industrial o
comerciante, o de determinado grupo de ellos, por motivos y con finalidades similares a las de la huelga. Sujeto activo del
delito sólo puede ser un obrero, es decir, la persona física que realiza tareas manuales, de esfuerzo físico, a favor de otra u
otras, en relación de dependencia, mediante el pago de una remuneración. Sujeto pasivo del delito sólo puede ser un obrero.
Pero en el caso del boicot, se ha sostenido que puede ser cualquier persona. El delito se consuma cuando se ejerce violencia
sobre la víctima, siendo innecesario que el agente logre el propósito perseguido. Resulta difícil concebir la tentativa, cuya
posibilidad ha sido negada por algunos autores, aunque es aceptada por otros. Es posible la participación criminal, en
cualquiera de sus grados, aunque el partícipe no sea un obrero o trabajador.

Compulsión al Lock Out. La 2° parte del Art. 158 no reprime el hecho del lock out, sino la coacción que se ejerce sobre un
patrón o empresario para obligarlo a participar en el mismo. El Lock Out o Huelga Patronal, consiste en el cierre concertado
de establecimientos industriales o comerciales, con la consiguiente paralización de tareas, como medio de lucha en los
conflictos laborales con los obreros. Es un medio de presión o compulsión utilizado por la patronal, para imponer
condiciones de trabajo a la parte obrera. La acción material del delito consiste en ejercer coacción sobre el sujeto pasivo. El
medio comisivo es pues más amplio que en la figura anterior. Sujeto activo puede ser un patrón, o empleador según el Art. 28
de la Ley 20.744 (LCT), un empresario o un empleado de éstos, que actúe por sí, o por cuenta de alguien, que no
necesariamente tiene que ser un patrón o empresario. Sujeto pasivo es la persona que tiene facultad para cerrar el
establecimiento, finalidad que persigue el autor, sea aquél patrón, propietario, empresario o empleado. La consumación del
delito se opera cuando el agente ejerce la coacción sobre la víctima, siendo indiferente para ello que ésta acceda o no a tomar
parte en el lock out. La tentativa es posible, en los casos y condiciones en que es admisible en el delito de coacciones.

Compulsión para Abandonar o Ingresar a una Asociación Obrera O Patronal. La última parte del Art. 158 reprime al
patrón, empresario o empleado que ejerza coacción para obligar a otro a abandonar o ingresar a una sociedad obrera o
patronal determinada. Es un delito que atenta contra la libertad de asociación gremial, en todas sus formas, o de formar parte
de asociaciones de tipo gremial, pero que ninguna vinculación tiene con la figura anterior, ya que el hecho no supone la
existencia actual ni la inminencia de un lock out. Los medios y el sujeto activo son los mismos que en la compulsión al Lock Out.
Sujeto pasivo también tiene que ser un patrón, un empresario o un obrero, es decir, quienes pueden pertenecer a asociaciones
obreras o patronales. El texto de la ley guarda silencio sobre la naturaleza de la sociedad a la que el agente pretende ingrese o
abandone la víctima.

CONCURRENCIA DESLEAL (Art. 159: $):


Resulta claro que el delito de concurrencia desleal, también denominado “competencia desleal”, o “propaganda desleal”,
protege como bien preponderante aquella libertad de trabajo, que se traduce en la libre y leal competencia comercial e
industrial.
La figura del Art. 159. Acción Punible. Elemento Subjetivo. La acción material del delito consiste en desplegar maquinaciones
fraudulentas, sospechas malévolas o cualquier otro medio de propaganda desleal, con la intención de desviar, o “tratar” de
desviar, para sí, la clientela de un establecimiento comercial o industrial ajeno. Coincide en general la doctrina que por
maquinaciones fraudulentas debe entenderse todo procedimiento engañoso, artificioso, de mala fe, comprensible de cualquier
fraude dirigido a desviar la clientela ajena. Las sospechas malévolas es una propaganda insidiosa de descrédito, llevada a
cabo mediante sugerencias o insinuaciones falsas, que ponen en duda la credibilidad de determinados productos, o de
establecimientos comerciales o industriales. Al señalar la norma como medio comisivo “cualquier medio de propaganda
desleal”, abarca cualquier otro hechoo situación idónea para la comisión del delito, incluidas las maquinaciones o las sospechas
malévolas. La finalidad del agente de convertir en provecho propio, de hacer suya la clientela ajena que desvía, es el específico
elemento subjetivo de la figura. Esta exigencia subjetiva deja fuera del tipo el desvío de la clientela realizada con cualquier
finalidad que no sea la de aprovecharla para sí. Se entiende por clientela, el conjunto de personas que adquiere o utiliza los
productos que fabrica, elabora o comercializa determinado establecimiento comercial o industrial, o que utiliza los servicios
que aquéllos prestan.

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Sujetos Activo y Pasivo. Sujeto activo del delito sólo puede ser un comerciante o industrial, que es el único que puede captar,
en provecho propio, la clientela ajena que desvía o trata de desviar. Otra parte de nuestros autores sostienen que no es
necesario que el autor sea comerciante o industrial con establecimiento instalado. Hay acuerdo en doctrina que sujeto
pasivo sólo puede ser un comerciante o industrial. El establecimiento al que se sustrae la clientela debe ser también, por
expresa disposición legal, unestablecimiento comercial o industrial.
Tentativa. Según ya se vio, la concurrencia desleal es delito de carácter formal, que se consuma con el despliegue de las
maniobras típicas, aunque no se logre el resultado propuesto. Esto ha llevado a negar la posibilidad de la tentativa a la gran
mayoría de la doctrina. Otra corriente de opinión, admite la posibilidad de la tentativa, en determinados casos.
Naturaleza de la Acción. Pena. La acción emergente del delito es privada, conforme lo dispone el Art. 73 Inc. 3 del CPA. El
delito esta conminado con pena de multa, la que fue modificada por la ley N° 24.286 del año 1993, fijando su monto en $ 2.500 a $
30.000.

DELITOS CONTRA LA LIBERTAD DE REUNIÓN (Art. 160: 15d a 3m)


El bien jurídico protegido es el derecho que tienen los habitantes del país a reunirse o congregarse con fines lícitos. En cuanto
a las acciones típicas, “impidiere materialmente" implica el que logra que la reunión no se realice actuando antes de que haya
comenzado o disolviéndola una vez que está en curso, lo que debe concretarse por actos materiales, físicos, que hagan abortar
la reunión; mientras que se turba la reunión cuando, sin impedírsela, se la desordena, alterando su desarrollo, tornando difícil
o aun imposible (sin que se disuelva la reunión) el cumplimiento de sus objetivos. Autor puede ser cualquier persona que actúe
subjetivamente con dolo. En el caso de que el agente sea funcionario público, el tipo concurriría realmente con el de abuso de
autoridad y violación de los deberes de su cargo previsto en el Art. 248. Sujeto pasivo es todo aquel que participe de la reunión.
Es delito materia, cuya consumación requiere que la reunión se haya turbado efectivamente. Si los insultos o las amenazas
dirigidas al orador o a la institución no han conseguido ese efecto, el hecho puede quedar en tentativa.

DELITOS CONTRA LA LIBERTAD DE PRENSA (Art. 161: 1 a 6m):


El bien protegido por la figura guarda estrecha vinculación con la libertad de prensa, aspecto fundamental del derecho más
amplio de la libertad de expresión, que ampara el Art. 14 de la CN, entendida aquélla como la libre manifestación del
pensamiento por medio de la palabra escrita o impresa. Pero la tutela penal sólo alcanza a una de las manifestaciones de la
libertad de prensa, ya que la figura sólo protege la libre circulación de la prensa, o “la libre circulación de la palabra escrita”.
Quedan así al margen de la protección, otros graves hechos atentatorios de aquella libertad.
La figura del Art. 161. Acciones Punibles. Son 2 las acciones reprimidas por el art.: la de impedir y la de estorbar la libre
circulación de un libro o periódico. Impide la circulación el que imposibilita la distribución del libro o periódico, aunque no
es necesario para el perfeccionamiento del delito que se imposibilite la circulación de la totalidad de los ejemplares editados
bastando con el impedimento a la circulación de uno o varios de ellos. Estorba la circulación, el que, sin impedirla, la
obstaculiza o entorpece, desviándola, retrasándola o haciendo más dificultosa la distribución del libro o periódico. El delito
consiste en impedir o estorbar la libre circulación. El libro o periódico está en circulación, a los efectos de la protección penal,
desde que, luego de su impresión, está en condiciones de ser distribuido hasta su recepción por sus destinatarios. Quedan
atrapadas por la fig. tanto las acciones tendientes a impedir o estorbar una distribución que aún no ha comenzado, como las
dirigidas a impedir o entorpecer una circulación ya en curso. Libro es todo impreso, de varias páginas, cosidas o
encuadernadas, cualquiera sea su formato o tamaño, cuyo concepto también incluye los folletos o revistas. Los volantes u
hojas sueltas no son libros en el sentido que se ha expuesto, por lo que no quedan comprendidos en aquel concepto. Periódico
es también un impreso, que se edita y publica con determinados intervalos de tiempo. Queda fuera de la protección penal
cualquier otra forma de expresión que no sea la escrita e impresa. La ley no limita los medios comisivos, por lo que serán típicas
la violencia, amenazas, o cualquier medio de fraude o engaño. Sujeto activo puede ser un particular o un funcionario público.
No hay acuerdo en doctrina sobre el sujeto pasivo de la infracción. Una parte de ella sostiene que puede ser no sólo el autor,
editor o distribuidor, sino toda persona interesada en la circulación del impreso. Otros autores lo limitan solo al autor o al
editor. Es delito doloso y de resultado, que requiere para su perfeccionamiento que la libre circulación haya sido
efectivamente impedida o estorbada. Es también opinión dominante en doctrina que la figura admite la tentativa. Debe
señalarse que en la figura que nos ocupa, en cualquiera de sus modalidades, los medios comisivos no se encuentran limitados,
como lo están en la figura del Art. 160.

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UNIDAD 9: DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

Concepto y alcance del término:


La propiedad, como bien jurídico protegido por este Tít. VI, tiene un significado mucho más amplio que el limitado alcance
civil del “dominio”, que según el Art. 2.506/7 del CCyC “es el derecho real en virtud del cual una cosa se encuentra sometida a la
voluntad y a la acción de una persona”. La propiedad tutelada por el CPA tiene el contenido que le acuerdan los Arts. 14 y 17 de
la CN, y si bien ésta no la define, la CSJN, invariablemente ha sostenido que el término “propiedad” utilizado por nuestra CN en
sus Arts. 14 y 17 o en otras disposiciones de ella, debe ser tomado en sentido amplio y comprensible de todos los intereses
apreciables que un hombre puede poseer fuera de sí mismo, de su vida y de su libertad. El CPA protege en el Título no sólo el
dominio y los demás derechos reales que de este se desprenden; sino también la posesión; o la simple tenencia de la cosa,
reconociendo en otro la propiedad; y hasta el poder de hecho que las personas tienen sobre las cosas que tienen consigo,
aunque este reconozca un origen ilegítimo o delictivo. Pero además de estos derechos que vinculan a las cosas con las
personas, integran el concepto de propiedad los créditos y derechos personales con contenido económico y que constituyen el
patrimonio de la persona.

Clasificación:
La amplitud y las múltiples características que presentan los delitos contra la propiedad, ha motivado permanentes intentos de
lograr una adecuada clasificación sistemática de las distintas figuras que componen esta familia de delitos.
El CPA argentino divide el Título VI de los “Delitos contra la propiedad” en 9 capítulos:
Cap. I: HURTO.
Cap. II: ROBO.
Cap. II Bis ABIGEATO (Agreg. por Ley N° 25.890)
Cap. III EXTORSIÓN (Propiamente Dicha, Extorsión de Documentos y Chantaje).
Cap. IV ESTAFAS Y OTRAS DEFRAUDACIONES (distintas fig. de Fraude, Abusos de Confianza y Aprovechamiento).
Cap. IV Bis USURA (es una forma de Aprovechamiento de Situaciones).
Cap. V QUEBRADOS Y OTROS DEUDORES PUNIBLES (reprime al comerciante o deudor no comerciante declarado en
quiebra que por actos fraudulentos o culposos desmantele la garantía de sus acreedores. Reprime también la insolvencia
fraudulenta y la colusión del acreedor, deudor o su representante).
Cap. VI USURPACIÓN (Distintas Modalidades y Usurpación de Aguas).
Cap. VII DAÑOS (reprime al que destruye, inutiliza o hace desaparecer una cosa mueble, inmueble o animal, contemplando
además diversas circunstancias agravantes).
Cap. VIII EXCUSA ABSOLUTORIA para determinados delitos contra la Propiedad (a favor de ciertos parientes del sujeto
pasivo).

HURTO (Art. 162: 1m a 2a):


Para nuestra ley, el Hurto, en su estricta acepción, es el apoderamiento ilegítimo de una cosa mueble, total o parcialmente
ajena, sin fuerza en las cosas o violencia en las personas.
Bien Protegido: Hay acuerdo en doctrina que el bien jurídico protegido por el delito de hurto no es el dominio sobre las cosas,
como derecho regulado por el CCyC, que no se pierde por la acción ilícita del sujeto activo, y cuya titularidad conserva el
propietario de la cosa. El hurto protege la posesión y aún la mera tenencia de las cosas, cualquiera sea la causa u origen de las
mismas. La protección alcanza no solamente la posesión o tenencia reguladas en el CCyC, sino también al vínculo o poder de
hecho que las personas tienen sobre las cosas que tienen consigo, aunque este reconozca un origen ilegítimo o delictivo. El
ladrón puede ser víctima del hurto de la cosa que él hurtó o robó.
Acción de Apoderamiento: La acción material del delito de hurto consiste en “apoderarse”. Hurtar una cosa es “apoderarse” de
la cosa. Pero la cuestión que ha dado lugar a discrepancias doctrinarias y jurisprudenciales, es la determinación del significado y
alcance jurídico del verbo “apoderarse”. Se trata de precisar con exactitud cuándo el sujeto activo se ha “apoderado” de la cosa,
lesionando el bien protegido por la norma, lo que permitirá determinar el momento consumativo del delito.
Consumación: Diversas teorías se elaboraron para señalar en qué consiste el apoderamiento y precisar el momento de
laconsumación del delito, y a las que la Doctrina las resume en las siguientes:
a) Teoría de la Attrectatio, o del simple tocamiento, para la cual el delito se consuma cuando la mano del delincuente
entra en contacto físico con la cosa que pretende sustraer.
b) Teoría de la Aprehensio Rei, o de la aprehensión, que requiere la captación material de la cosa, que el delincuente la
tome entre sus manos.
c) Teoría de la Amotio, o de la remoción, que considera consumado el hurto cuando el agente ha movido la cosa, cuando
la ha cambiado del lugar donde se encontraba.

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d) Teoría de la Ablatio, o de la traslación, consistente en transportar la cosa de un lugar a otro, sacándola de la
esfera de custodia de quien la tenía.
e) Teoría de la Illatio, que señala como momento consumativo del hurto cuando el ladrón ha puesto la cosa enlugar
seguro, a buen resguardo.
f) Teoría de la Locupletatio, según la cual el delito se consuma recién cuando el agente ha aprovechado el objeto del
delito de la forma que se había propuesto.

De las teorías expuestas, las indicadas en a), b), e) y f) han sido rechazadas por la doctrina, por considerarlas inadmisibles,
inapropiadas y hasta absurdas. Se ha señalado que el debate moderno se ha planteado entre las 2 doctrinas consideradas
intermedias, la amotio y la ablatio.
Hasta el año 1948, la jurisprudencia de nuestros tribunales admitía en forma casi absoluta y excluyente la teoría de la amotio, o
de la simple remoción, la que definía el momento consumativo del hurto.
En mayo de 1948, la Cámara Criminal y Correccional de la Capital, en Fallo Plenario en la causa “Tabacchi, José A.”,
estableció que la sola remoción de la cosa no basta para consumar el delito de hurto, abandonando el criterio hasta entonces
dominante en la jurisprudencia, que sostenía en la cuestión la teoría de la amotio, para inclinarse por el significado que al
término “apoderamiento” le atribuía la Teoría de la ablatio.
A partir del fallo comentado, la jurisprudencia nacional se ha inclinado, salvo contadas excepciones, por los principios sentados
en el mismo, abandonando la teoría de la amotio o de la simple remoción, y admitiendo los criterios que sostiene la Teoría de la
Ablatio o de la Traslación.
Pero bien se ha señalado que la evolución doctrinaria y jurisprudencial en la aplicación de los principios de la ablatio, ha dado
lugar a la elaboración de dos criterios distintos sobre el significado y alcance del verbo “apoderar”, y a los que se los ha
denominado la “Teoría de la Disponibilidad” o “de la Posibilidad Física de Disponer” y la “Teoría del
Desapoderamiento”.

Conforme a la 1° Teoría, la de la “Disponibilidad”, apoderarse, es poder ejercer actos posesorios sobre la cosa durante un
tiempo cualquiera, por brevísimo que sea, pues de no ser así, el objeto robado o hurtado no está en poder del ladrón. El
desapoderamiento del sujeto pasivo, sin el apoderamiento del sujeto activo, cuando aquél se concreta con esta última
finalidad, dejará el hecho en grado de tentativa. Debe destacarse, además, que el alcance y significación que al término
“apoderamiento” otorga el criterio que analizamos, coincide con la significación gramatical del término “apoderar” que
consiste en “hacerse alguien o algo dueño de una cosa, ocuparla, ponerla bajo su poder”.
La denominada “Teoría del Desapoderamiento” contiene menos exigencias que la anterior para la consumación del delito,
por lo que su proceso ejecutivo se restringe considerablemente. El desapoderamiento de la víctima, que se produce cuando ha
sido despojada de la cosa que poseía, marca el momento consumativo del delito. El hurto se consuma cuando el acto de
apoderamiento del autor ha privado al sujeto pasivo de la posesión corporal de la cosa, lo que ocurre cuando a causa del acto de
apoderamiento, la cosa ya no es portada o conducida por la víctima. Y refiriéndose a las exigencias de la teoría de la
disponibilidad, sobre la posibilidad de disposición de la cosa por parte del agente, agrega que la tenencia, que es el bien
tutelado en el hurto, no se pierde recién cuando el autor puede disponer de la cosa, sino antes, cuando la víctima no puede
disponer de ella sin quitársela al ladrón. Conforme al alcance otorgado al término apoderamiento por este criterio, y los
ejemplos a los que acude Núñez, lo que para esta teoría es hurto consumado, para la teoría de la disponibilidad sólo será una
tentativa, pues si bien existeuna sustracción consumada, el apoderamiento no se ha perfeccionado.

Concepto de Cosa Mueble:


Cosa Mueble. La fig. requiere que la cosa objeto del hurto sea mueble. Son cosas muebles, según el CCyC, las que pueden
transportarse de un lugar a otro, moviéndose por sí mismas o que sólo se puedan mover por una fuerza externa. Pero el
concepto penal de cosa mueble, no se adecua al concepto civil de la misma. Aquél es mucho más amplio que éste. Es decir, que
para la ley penal será cosa mueble todo inmueble por su carácter representativo y por accesión o por su naturaleza que el
agente tenga posibilidad de darle existencia independiente de su adherencia, haciéndola susceptible de ser transportado.

HURTOS AGRAVADOS (Art. 163: 1 a 6a):


HURTO CAMPESTRE: Inc. 1°. Distintos Supuestos. El vigente inc. contempla 4 tipos de hurtos que difieren entre sí por el
distinto objeto del delito, pero que tienen en común que deben tratarse de cosas dejadas en el campo, con el alcance que esta
expresión tiene según se verá más adelante. El dispositivo reprime:
a) El hurto de productos separados del suelo.
b) El hurto de máquinas o instrumentos de trabajo.
c) El hurto de productos agroquímicos, fertilizantes u otros insumos similares.
d) El hurto de alambres u otros elementos de los cercos.

HURTO CALAMITOSO:

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Inc. 2°. Hurto Calamitoso. Razones objetivas y subjetivas fundamentan la mayor severidad represiva en el hurto calamitoso o
calificado por la ocasión. Objetivamente, las situaciones de desastre, conmoción pública o infortunio particular, en cuya ocasión
debe cometerse el hurto, hace que la defensa y custodia de las cosas por parte de sus tenedores disminuya sensiblemente y aun
se anule. El hurto se comete en ocasión del desastre o conmoción cuando se perpetra en el mismo tiempo y lugar de estos
acontecimientos, o inmediatamente después de ocurrido, mientras dura la sensación de temor o angustia que producen, o
mientras se prestan los primeros auxilios o se rescatan a los damnificados materiales del evento. Pero no se califica todo hurto
cometido en ocasión de un desastre, conmoción o infortunio particular. Es necesario que aquellas calamidades o situaciones
hayan debilitado o anulado la normal y ordinaria defensa que la víctima del hurto acuerda a la cosa objeto de aquél, facilitando
de esa forma la comisión del delito. A este requisito objetivo debe agregarse el conocimiento que debe tener el agente, tanto
del desastre o infortunio por el que atraviesa la víctima, como de las facilidades que devienen de aquéllas para la perpetración
del delito. La ley requiere, como exigencia subjetiva, que el agente cometa el hecho aprovechando las facilidades que para ello
le proporciona alguna de aquellas situaciones. Define la doctrina las distintas hipótesis previstas por la ley: desastre o
conmoción pública e infortunio particular del damnificado. Desastre es una desgracia grande, un suceso infeliz y lamentable,
según el Diccionario de la lengua española. Es un mal de grandes proporciones, que puede provenir del hecho del hombre u
ocasionado por fuerzas naturales como un tornado, terremoto, epidemia o inundación, y que por su envergadura o
proporciones sea consecuencia de un efectivo debilitamiento o anulación de la defensa que, normalmente, las personas
prestan a sus cosas. El desastre tiene que ser público. Conmoción pública es la perturbación violenta de la tranquilidad
pública; es una situación de confusión o alboroto multitudinario, provocado por el hombre o grupo de hombres, cualquiera sea
su motivación. A diferencia de las hipótesis analizadas, que deben alcanzar a la generalidad de las personas, el infortunio del
particular damnificado está referido a una persona determinada. Es un estado de desgracia o padecimiento en que se
encuentra la víctima, que le impide ejercer la debida vigilancia o custodia de sus cosas. Puede ser de naturaleza física; o de
naturaleza moral. Es indiferente la causa u origen del infortunio, naturales o provocadas.

HURTO MEDIANTE GANZÚA O LLAVE FALSA: Inc. 3°. Hurto con Ganzúa, Llave Falsa o Llave Verdadera. Ganzúa es el
instrumento, de alambre o cualquier otro material, que sin ser llave y utilizada con destreza, sirve para abrir cerraduras
haciendo funcionar su mecanismo. Pero como la ley se refiere también a “otro instrumento semejante”, que puede ser un
clavo, un destornillador y aun una moneda, lo que decide la aplicación de la agravante no es la naturaleza del instrumento
utilizado, sino su idoneidad para abrir la cerradura como lo haría su llave. Llave falsa es aquella que no ha sido legítimamente
destinada para abrir la cerradura por quien tenía derecho a hacerlo. Puede tratarse de una llave que no pertenece a la
cerradura, o fabricada expresamente para ésta, como el duplicado que se saca de la llave verdadera, con desconocimiento de
su dueño. Llave verdadera es “el instrumento de que se sirve el propietario, cualquiera sea su forma” para abrir la cerradura.
Será verdadera no sólo la llave expresamente fabricada para la cerradura y que su titular utilice para abrirla, sino también una
ganzúa o cualquier otro instrumento semejante que aquél use con esa finalidad. Pero para que el uso de la llave verdadera
califique el hurto, ésta tiene que haber sido sustraída, hallada o retenida, por el agente o por un tercero.

HURTO CON ESCALAMIENTO: Inc. 4°. Hurto con Escalamiento. El Escalamiento, que, a diferencia de otras legislaciones,
nuestro Código no define, exige la necesaria concurrencia de 2 requisitos, toda vez que la falta de uno solo de ellos será
impedimento para la aplicación de la agravante. El escalamiento requiere que la penetración al lugar donde se encuentra la
cosa lo sea por vía no destinada a ese efecto, superando los resguardos que se oponen a dicha penetración, ascendiendo o
descendiendo. No habrá escalamiento si el acceso al lugar se logró por vía destinada a la entrada, o por vía no destinada, pero sin
ascenso o descenso. Para que haya escalamiento es necesario que la superación de las defensas predispuestas u obstáculos
protectores de la cosa, requieran en el agente una actividad de esfuerzo, artificio o habilidad. No calificará el hurto cuando para
lograr ese acceso sólo se requieran simples saltos o descensos que no demanden gran esfuerzo, o que los obstáculos puedan
superarse fácilmente. Nuestra ley no impone condiciones de altura, profundidad o de otra naturaleza que deben reunir los
obstáculos o cercos cuya superación agrave el hurto. Su apreciación es una cuestión de hecho, que debe analizarse
judicialmente en cada caso particular, y que deberá resolverse más que por la intención del propietario al colocar el obstáculo,
por su naturaleza y real aptitud defensiva, y por el esfuerzo o habilidad que el agente haya debido desplegar para superarlo.

HURTO DE MERCADERÍAS TRANSPORTADAS: Inc. 5°. Hurto d e Mercaderías o Cosas Muebles Transportadas. Si bien
de los antecedentes legislativos de la ley surge que lo que el legislador quiso reprimir fue la modalidad delictiva denominada
“Piratería del Asfalto”, resulta evidente que de la redacción del inciso la tutela penal excede a los hechos de los “piratas del
asfalto”,

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alcanzado a toda mercadería transportada, cualquiera sea el medio utilizado y el lugar de comisión del ilícito, que no
necesariamente debe ser en rutas para el transporte terrestre. El fundamento de la agravante radica en la mayor desprotección
en que necesariamente se encuentran las cosas en los momentos previstos por el inciso, y en la imposibilidad del propietario de
ejercer, en estos supuestos, una adecuada vigilancia. Cronológicamente, es necesario que el apoderamiento se produzca en las
circunstancias de tiempo típicas a la figura. Desde el momento de la carga de las mercaderías o cosas, durante el viaje y sus
escalas, hasta la llegada a destino, y si deben ser entregadas, hasta el momento de dicha entrega. Objeto del delito son las
“mercaderías u otras cosas muebles transportadas”. El alcance del término mercaderías está precisado en el Art. 77 Ap. 4°
del CPA: “… toda clase de efectos susceptibles de expendio”. Cosa Mueble es aquella que puede ser objeto del delito de hurto
simple, y a la que nos referimos al tratar aquella figura. Están excluidos de la agravante el dinero, efectos personales o equipaje
que lleve consigo el transportista. Se excluye también la sustracción del medio de transporte.

HURTO DE VEHÍCULOS: Inc. 6°. Hurto de Vehículos Dejados en la Vía Pública. La agravante resulta de aplicación, aunque el
vehículo se encuentre cerrado o disponga de algún sistema de alarma contra robos, pero dado la razón de la agravante, esto es,
que el vehículo queda librado a la confianza pública, ha resuelto la jurisprudencia que la misma no es aplicable cuando el
vehículo ha quedado con personas en su interior. “Vehículo” es todo artefacto, motorizado o por tracción a sangre que sirve
para el transporte de personas o cosas por tierra, aire o agua. La tutela resulta más amplia que el derogado Art. 38 que se
refería sólo a los “automotores”. El vehículo debe haber sido “dejado”, es decir estacionado, sin custodia y librado a la confianza
pública en la vía pública o lugares de acceso público. “Vía pública” es la calle, camino, carretera del dominio público por donde
transita y circula el público. “Lugares de Acceso Público” son aquellos que, sin ser una vía, admiten el estacionamiento como
una plaza o las playas de estacionamiento donde se permite el libre ingreso del público. Quedan excluidos los garajes o playas
privadas, cerradas o donde no se admite el libre ingreso o circulación.

HURTO AGRAVADO EN RAZÓN DEL SUJETO ACTIVO (Art. 163 Bis: + 1/3 mín. y máx):
La Ley N° 25.816 incorporó el art. en análisis que agrava la pena para los distintos hurtos previstos cuando el autor de éstos
sea miembro de las fuerzas de seguridad, policiales o penitenciarias. Los fundamentos de la agravante son comunes a los
tres dispositivos incorporados al CPA y que fueron señalados en el comentario al Inc. 9 del Art. 80. También son válidas las
consideraciones expuestas entonces sobre la calidad de los sujetos activos alcanzados por la agravante. Pero a diferencia de la
agravante prevista en el Inc. 9 Art. 80, inexplicablemente el tipo que analizamos no requiere que el hecho sea cometido con
“abuso de las funciones” del sujeto activo o aprovechando las facilidades que las mismas le da. Basta el mero acto administrativo
de nombramiento en esas funciones para que proceda la calificante. De esta forma se le da a la agravante una indebida
amplitud y hasta resulta atentatoria contra el principio de igualdad ante la ley.

EL HURTO DE USO:
Vinculado al aspecto subjetivo requerido por el delito de hurto, ha dado lugar a profundas divergencias doctrinaras y
jurisprudenciales el llamado hurto de uso.
Son 2 los distintos alcances o significados que a la acepción hurto de uso le ha dado la doctrina y que resulta necesario
precisarlos adecuadamente para evitar confusiones que atenten contra la cabal comprensión de la cuestión. Debe por
consiguiente distinguirse lo que se ha dado en llamar el hurto de uso propio del hurto de uso impropio.

Hurto de Uso Propio. Es el furtum usus de los romanos, el abuso de confianza o trufa de uso según Carrara, consistente en el
uso indebido de la cosa ajena, excediendo sus atribuciones, por parte de quien la tenía legítimamente en su poder, para no usarla
o para un uso distinto al que el agente le dio. Este hurto de uso propiamente dicho, o la “apropiación del uso”, realizado sin
sustracción o apoderamiento de la cosa invito domino, ya que la misma se encontraba legítimamente en poder del autor, no es
una acción punible para nuestra ley penal. Sólo podrá ser fuente de responsabilidad exclusivamente civil, dando lugar a
acciones de esta naturaleza.
Hurto de Uso Impropio. Ley N° 24.721. El hurto de uso impropio, o hurto de cosa para su uso, el “verdadero” hurto de uso
para Carrara, consiste en el apoderamiento, invito domino, de una cosa ajena, sin el ánimo de apropiarse de la misma, para
usarla o servirse de ella y luego restituirla. A diferencia del hurto de uso propio, donde el agente se encuentra legítimamente
en poder de la cosa que usa, este supuesto requiere la sustracción, el apoderamiento de la cosa que hasta entonces el agente
no detentaba. La cuestión referida a la punibilidad o impunidad de este hurto, ha dado lugar a controversia en la doctrina y a
dispares soluciones en la jurisprudencia.

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Considerando que el animus rem sibi habendi, esto es, la intención de apropiarse de la cosa sustraída, es elemento subjetivo
imprescindible para la configuración del delito de hurto, buena parte de nuestra doctrina considera que el hurto de uso
impropio no es típico al Art. 162 del CPA, ni a ninguna otra disposición de nuestra ley represiva, por ausencia de aquel
elemento subjetivo del tipo. La acción de tomar la cosa ajena para sólo usar de ella y luego devolverla no importa un
“apoderamiento”, en el sentido técnico y jurídico del vocablo, pues a la misma le falta el dolo específico consistente en el ánimo de
quedarse con la cosa. Se sostiene, además, que el perjuicio que se ocasiona con el hurto de uso puede ser reparado mediante
sanciones civiles.
Otra importante parte de la doctrina sostiene, acertadamente, la punibilidad del hurto de uso impropio, acción que si bien no
está prevista en disposición especial del CPA es típica al hurto común o al robo. Ya se dijo que el apoderamiento de la cosa en
el hurto debe ir acompañada por el propósito del agente de someter aquélla a su propio poder para disponer de ella,
cualquiera sea el uso o destino que el agente quiera darle. Pero no se requiere la intención de desposeer definitivamente al
dueño, basta el propósito de disponer de la cosa para luego restituirla. Ninguna duda cabe que un acto de disposición es usar la
cosa, servirse de ella. Quien usa la cosa que se apoderó ilegítimamente actúa como verdadero dueño, aunque tenga la
intención de devolverla luego de utilizarla.

ROBO: Concepto: (Art. 164: 1m a 6a)


El robo es una especie del género más amplio del hurto. Es un hurto agravado por el empleo de fuerza en las cosas, o de
violencia en las personas. Coincide la doctrina, en virtud de esta relación de género a especie, en la dependencia de la figura
que tratamos con el hurto, en el sentido que no podrá haber robo si en el hecho no concurren todos los elementos
constitutivos del delito de hurto, por lo que todo lo expuesto al tratar a éste, resulta de aplicación al delito que nos ocupa.

ROBO SIMPLE:
1.- ROBO CON FUERZA EN LAS COSAS. La fuerza requerida por esta primera modalidad del robo, consiste en el despliegue de
una energía, humana, animal, mecánica o de cualquier otra naturaleza, que el agente debe utilizar para vencer la resistencia
que se opone al apoderamiento de la cosa. La cosa debe ofrecer una verdadera resistencia que requiera el forzamiento de la
misma por medio de la fuerza desplegada para su sustracción, aunque ésta no responda a una intención de custodia o de
defensa de la cosa. Destaca la doctrina y jurisprudencia 2 características que debe tener la fuerza requerida para el robo: que
sea destructiva y anormal. Oportunidad de la Fuerza. De la original y vigente redacción del Art. 164, se desprende que la
fuerza sobre las cosas constitutivas del robo sólo puede ser ejercida desde el comienzo de los actos ejecutivos del delito, hasta
su total consumación, aunque estos actos, constitutivos de un mismo proceso de ejecución, hayan tenido lugar en distintos
tiempos. La ley requiere el apoderamiento con fuerza en las cosas, sin extender el momento de su ejercicio, como lo hace con la
violencia en las personas, que puede ejercerse antes del robo, para facilitarlo, en el acto de cometerlo o después de cometido.
Conexión Subjetiva de la Fuerza con el Apoderamiento. No es suficiente la coincidencia temporal de la fuerza desplegada
sobre las cosas con el proceso ejecutivo del delito. Subjetivamente se requiere que esa fuerza haya estado dirigida a lograr el
apoderamiento. Debe mediar una relación de medio a fin. La fuerza intencionalmente desplegada por el agente, debe ser el
medio que utiliza para lograr el fin propuesto del apoderamiento.

2.- ROBO CON VIOLENCIA FÍSICA EN LAS PERSONAS. La 2° modalidad del robo previsto por la figura, consiste en el
apoderamiento mediante la utilización de una energía física, humana, animal, mecánica o de cualquier otra naturaleza, que el
agente despliega sobre o en contra de la víctima o un tercero, para vencer la resistencia que éstos oponen o pueden oponer al
apoderamiento, sea que la violencia se despliegue antes de aquél, para facilitarlo, en el mismo acto del apoderamiento o
después de cometido, para que el autor logre su impunidad. Soler, a cuyas conclusiones adherimos, el que con absoluta
precisión señala la diferencia entre la violencia, típica al robo, y la intimidación típica a la extorsión. Destaca que no es
correcto equiparar la intimidación requerida por la extorsión con la violencia moral o coacción del Art. 34 Inc. 2. La extorsión
no requiere la certeza e inminencia del mal que determina al coacto, no es necesario que la amenaza o intimidación llegue a
crear una situación de necesidad inevitable a la víctima. Mientras que la violencia requerida por el robo, no sólo comprende el
acto físico que ejercitado sobre el cuerpo de la víctima vence materialmente su resistencia (vis absoluta), sino también toda
forma de vis compulsiva, consistente en la presente e inmediata amenaza de empleo de la violencia, que, sin recaer sobre el
cuerpo de la víctima, “quebranta o paraliza la voluntad sin motivarla”. La amenaza con armas, acompañada de la exigencia de
dejarse registrar o de entregar una cosa, es típica al robo y no a la extorsión. Prueba terminante de ello, es que el CPA califica el
robo cuando es cometido con armas (Art. 166 Inc. 2) calificante que es de aplicación, aunque el arma no se utilice o se hiera a
alguien. Violencia en las Personas. Violencia Presumida. Violencia Simulada. La figura requiere el efectivo y directo
despliegue de violencia, absoluta o compulsiva, sobre las personas o sobre cualquier otra que ofrezca o represente una resistencia
al apoderamiento propuesto.

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Pero no será la efectiva violencia exigida por la ley, la que simplemente presume o imagina la víctima desplegará el agente, la que
la atemoriza y vence su resistencia al apoderamiento, sin haber desplegado aquél ninguna acción objetiva que, aunque
engañosa, simulen una real violencia. Distinto es el supuesto de la violencia simulada, donde el ladrón, induciendo en error a la
víctima por medio de una actividad física, le hace creer sobre la existencia de una real violencia desplegada en su contra.
Conforme lo dispone el Art. 78 del CPA, el uso de medios hipnóticos o narcóticos se equiparán a la violencia exigida por la
figura, existiendo coincidencia doctrinaria sobre el tema.
Oportunidad de la Violencia. El Art. 164 admite que la violencia física en las personas sea desplegada antes del robo, para
facilitarlo, en el acto de cometerlo o inmediatamente después de cometido, para lograr la impunidad del autor o de sus
cómplices.
La violencia preparatoria o anterior al robo, para facilitarlo o hacerlo posible, es la que se despliega antes de comenzar los
actos propios del apoderamiento, sea que se despliegue inmediatamente antes de comenzar el apoderamiento, o que entre
éste y aquélla medie un lapso más o menos prolongado.
La violencia concomitante, esto es, la que se ejerce en el acto de cometer el robo, es la desplegada desde el comienzo mismo
de los actos ejecutivos del apoderamiento hasta su consumación, en contra del tenedor o de un tercero que se oponga o pueda
oponerse a este apoderamiento.
La violencia posterior a la consumación del apoderamiento es también típica a la figura, si se despliega para procurar la
impunidad del autor o sus cómplices. Pero si bien la vigente redacción de la ley no contiene una precisa limitación del tiempo
posterior en que puede ejercerse esta violencia, esta debe ser inmediatamente después de cometido el hecho.
Conexión Subjetiva de la Violencia con el Apoderamiento. Como en el supuesto de robo con fuerza en las cosas, en el robo
con violencia en las personas debe existir una vinculación subjetiva entre la violencia desplegada y el apoderamiento. La
violencia debe ejercerse “para” facilitar el robo, consumarlo o lograr la impunidad. No mediando esta relación de medio a fin, si
la violencia no responde a estos propósitos, su empleo no transformará el hurto en robo. En estos casos, de constituir la
violencia desplegada un ilícito independiente, este concurrirá materialmente con el hurto.

DISTINGUIR HURTO - ROBO

ROBOS AGRAVADOS:
El Art. 165 y los ss prevén las distintas circunstancias que califican el delito de robo cuando concurren con él, agravando
sensiblemente la penalidad de la figura básica. Estas circunstancias están referidas a los resultados dañosos que para las
personas devienen de la violencia desplegada en la comisión del delito; a los medios utilizados; al lugar de comisión; al número
de intervinientes; al modo y lugar de comisión y a la concurrencia de las agravantes del delito de hurto. El Art. 167 Bis
aumenta la pena para todos los supuestos anteriores del cap. en razón de la calidad del sujeto activo.

En razón del Resultado:


ROBO CON HOMICIDIO (Art. 165: 10 a 25a)
Supuestos que comprende. Distinción con el Homicidio Criminis Causae. Existe acuerdo cuando se destacaque mientras que
el Homicidio Criminis Causa es un homicidio calificado por su conexión subjetiva, de medio a fin, con cualquier otro delito,
que tanto puede ser un robo como una violación u otro homicidio, y que se utiliza como medio para preparar, facilitar,
consumar, etc., el delito fin, la figura del Art. 165 es un robo donde el homicidio resultante es sólo una consecuencia ocasional
de las violencias ejercidas con motivo u ocasión del robo. No se encuentra en esta figura, como en la del Art. 80 Inc. 7, una
conexión subjetiva dolosa, final o causal, entre el robo y el homicidio. Este aparece como un suceso eventual en los designios del
ladrón, y si bien admite el dolo del homicidio simple, nunca puede estar dirigido a preparar, facilitar o consumar el robo, o a
lograr la impunidad, o motivado por el fracaso del apoderamiento propuesto.
Pero diferenciados claramente el robo calificado por el homicidio, del homicidio calificado por su conexidad con otro delito, el
desacuerdo, de doctrina y jurisprudencia, se produce cuando se trata de determinar que homicidios son atrapados por el Art. 165.
Una parte de nuestros autores incluye en la figura, acertadamente según nuestro criterio, todos los homicidiosque no sean típicos
al Art. 80 Inc. 7 esto es, los final o causalmente conexos con el robo. Por consiguiente, deben incluirse en el supuesto del Art.
165 los homicidios cometidos con dolo de homicidio simple, directo, indirecto o eventual, los preterintencionales y los
culposos, siempre que estos resulten de la violencia ejercida con motivo u ocasión del robo, es decir, que exista un nexo causal
entre ambos delitos. Otros autores rechazan la inclusión del homicidio culposo en la figura, o sólo admiten la culpa con
representación. Soler sostiene por su parte, que “la muerte resultante debe estar conectada, como en los demás delitos
preterintencionales, bajo la forma de responsabilidad culposa”. También acude a un típico caso de culpa, de la anciana que
muere por el terror suscitado por asaltantes armados, terror con cuyas consecuencias deben contar éstos. Supuestos en que la
muerte no sobreviene a causa de las lesiones o heridas recibidas, “sino por traumas de carácter psíquico originados por el
terror o la
impresión sufrida por la víctima”. Es decir que indudablemente, Soler incluye en la figura los homicidios
preterintencionales y los culposos. Fontán Balestra rechaza las soluciones anteriores, y a través de una interpretación
sistemática de la ley, comparando las penas que corresponden a los delitos de homicidio, simple, preterintencional y culposo,
y de robo simple, individualmente considerados, admite sólo para el delito complejo del Art. 165, la inclusión del homicidio
doloso simple. Rechaza la inclusión en esta figura de los homicidios preterintencionales o culposos, dado que la pena del Art.
165 importaría un inadmisible plus con respecto a la fusión de las penas que corresponden a estos delitos y al robo simple,
según las pautas establecidas por el Art. 55. Pero cualquiera sea el alcance que se le dé a la figura, es indudable que el
homicidio resultante es un elemento normativo del tipo, es decir, que debe tratarse de la muerte de una persona ocasionada
por otra, dolosamente o por culpa. Quedan excluidas, por consiguiente, las muertes meramente accidentales o por caso
fortuito, en cuya producción ninguna responsabilidad, dolosa o culposa, pueda atribuírsele al autor del robo. 6
La ley requiere que el homicidio resulte con motivo u ocasión del robo. El homicidio estará motivado por el robo, cuando
éste ha sido el origen de aquél, es esto, cuando ha sido el resultado de la violencia ejercida antes del robo para facilitarlo, en el
acto de cometerlo, o después de cometido para lograr la impunidad. El homicidio resultará en ocasión del robo, cuando ha
sucedido en oportunidad del robo, cuando es producto de violencia que no es típica a éste, desplegada por el ladrón y aun por
la propia víctima o un tercero, para rechazar la violencia de aquél. Pero los términos “con motivo u ocasión”, destacan el
necesario nexo causal que debe mediar entre ambos delitos, pues faltando éste desparece el delito complejo de robo con
homicidio.
Víctima del homicidio puede ser la víctima del robo, o un tercero, incluso uno de los partícipes en el robo, si su muerte es el
resultado de la acción reprochable, dolosa o culposa, de otro partícipe. Esta opinión no es pacífica, pues una parte de nuestros
autores estima que víctimas del homicidio sólo pueden ser los sujetos pasivos del robo o terceros, que no sean autores o
partícipes de éste. Pero es incuestionable que la figura no contempla un caso de responsabilidad objetiva, por lo que el
homicidio justificado, o el cometido con culpa o dolo por la víctima o un tercero en perjuicio de uno de los partícipes del robo,
no puede ser atribuido al o a los restantes partícipes, mediante la aplicación del Art. 165. Los restantes partícipes del robo sólo
responderán por este delito, y a la víctima o a los terceros se les deberá reprochar la consecuencia (el homicidio) no justificada,
dolosa o culposa, de su conducta.
Participación. La figura no deroga las reglas comunes de la participación, por lo que cada uno de los partícipes es responsable
de su propia culpa.
Consumación. Tentativa. El delito requiere para su perfeccionamiento que el homicidio se haya consumado, aunque el robo
quede en grado de tentativa, pues lo que cuenta para el tipo es la violencia que ocasiona el homicidio, no la consumación del
apoderamiento, aunque alguna jurisprudencia ha sostenido que el delito previsto por el Art. 165 queda en grado de tentativa
cuando el robo no alcanzó su consumación. Pero si lo que no se consumó es el homicidio, la figura no resulta aplicable, ya que
ésta no admite la tentativa y requiere para su perfeccionamiento la efectiva producción del resultado de la muerte.

Robos Agravados: Art. 166: 5 a 15ª; Art. 167: 3 a 10a y Art. 167 Bis: +1/3 mín. y máx.)
Inc. 1°. ROBO CON LESIONES GRAVES O GRAVÍSIMAS. La figura califica el robo cuando “por las violencias ejercidas” para
realizarlo, se ocasiona alguna de las lesiones previstas en los Arts. 90 y 91 del CPA (Graves y Gravísimas). Las lesiones deben ser
el resultado de las violencias típicas al robo. Sólo las lesiones graves o gravísimas agravan el robo. También señalábamos, al
tratar la figura básica del robo, que, entre éste y las lesiones leves ocasionadas con motivo de las violencias desplegadas, existe
un concurso aparente de leyes por consunción, donde éstas son absorbidas o consumidas por aquél.

En razón del Lugar:


Inc. 2°. ROBO CON [ARMAS] O EN {DESPOBLADO Y EN BANDA}. El inc. prevé 2 agravantes del robo que funcionan
independientemente una de la otra. La 1° es cuando el Robo se cometiere con armas y la 2° es cuando se cometiere en
Despoblado y en Banda.
Para que el Robo se califique por esta agravante, deben mediar en conjunto, las 2 circunstancias: que sea cometido en
DESPOBLADO y por una BANDA.

Despoblado. Concepto. Despoblado es el lugar que está fuera del radio urbano o poblado de ciudades, villas, pueblos,
etcétera. Estas zonas nunca pueden ser consideradas despobladas a los fines de la aplicación de la agravante, aunque
eventualmente estén solitarias. Será entonces despoblado aquel lugar, que no estando en zonas urbanas y habitadas, “está
desamparado, solitario, donde no hay población ni concurrencia de gentes”, y en donde se torna muy dificultoso o hasta
imposible, por la soledad que caracteriza al lugar, que la víctima reciba amparo o auxilio de terceros y por la facilidad que, por
las mismas razones de soledad, el lugar ofrece al agente para el apoderamiento de las cosas. Pero no es necesario, para que el
robo se considere cometido en despoblado, que tenga lugar a cielo abierto, enpleno campo o “camino público”, fuera de una casa
o construcción. El término despoblado no debe equipararse a descampado.

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Inc. 1°. ROBO EN DESPOBLADO. El inc. contempla el despoblado como agravante autónoma, que no requiere para su
funcionamiento de la concurrencia de otra agravante, como en el supuesto del Inc. 2° del art. anterior, que exige la presencia
conjunta de las dos circunstancias agravantes. Al analizar la segunda agravante del Inc. 2° del Art. 166, nos hemos referido
al concepto y alcance del término “despoblado”.
Inc. 2°. ROBO EN POBLADO Y EN BANDA. Por oposición al concepto de despoblado, y cuyo alcance ya se analizó al tratar el
artículo anterior, lugar poblado es aquel que está dentro del radio urbano de ciudades, villas, pueblos, etc., aunque
eventualmente, por razones horarias o de otra naturaleza, se encuentren desolados, sin gente a su alrededor. También será
lugar poblado aquel que estando fuera de estos límites y que por regla general sea un lugar desolado, ocasionalmente esté
poblado por la concurrencia de un número importante de personas, que permita a la víctima contar con el auxilio previsible
de terceros o que, por las mismas circunstancias, el lugar no ofrezca las facilidades que para el apoderamiento se dan en el
despoblado.

En razón del N° del Sujeto Activo:


Inc. 2°. ROBO CON ARMAS O EN DESPOBLADO Y EN BANDA. El inc. prevé 2 agravantes del robo que funcionan
independientemente una de la otra. La 1° cuando el robo se cometiere con armas, la 2° cuando se cometiere en despoblado y
en banda.
Robo en Despoblado y en Banda. Para que el robo se califique por esta agravante, deben mediar, en conjunto, las dos
circunstancias: que sea cometido en lugar despoblado y por una banda. Banda: Concepto. En virtud de estos antecedentes
legislativos, es que un importante sector de nuestra doctrina y jurisprudencia identifica a la “banda” a que se refieren los Arts.
166, 167 y 184 del CPA, con la “asociación ilícita” prevista por el Art. 210. Existe una total equivalencia entre estos términos,
por lo que la “banda”, como calificante del robo, debe tener las características de permanencia e indeterminación de la
asociación ilícita prevista por el Art. 210. Para que haya “banda” tiene que haber “asociación ilícita”, y si el hecho se comete
por una pluralidad de sujetos, no integrantes de una asociación ilícita, será de aplicación la figura básica del robo, y las reglas
comunes de la participación criminal. Otra parte de nuestra doctrina sostiene la correcta tesis de que para que exista “banda”, a
los fines de los Arts. 166, 167 y 184 del CPA, es suficiente que tres o más sujetos hayan acordado y participado en el delito, no
siendo necesario que éstos sean integrantes de una asociación ilícita que prevé el Art. 210. La banda como agravante del robo
o del daño, es la reunión de tres o más personas que acuerdan, con relativa antelación o inmediatamente antes de cometer el
hecho, la comisión de un delito determinado, no siendo necesario para ser considerada como tal que tenga las características o
que sus integrantes conformen una asociación ilícita que reprime el Art. 210. Pero si éstos pertenecen a una asociación de esta
naturaleza, la figura concurrirá realmente con el delito de robo o daño.

Inc. 2°. ROBO EN POBLADO Y EN BANDA. Este inciso y el Inc. 2° del artículo anterior, evidencian que, en realidad, la banda es
una circunstancia calificante autónoma, que su sola presencia agrava siempre el delito de robo. También en el Inc. 2 del Art.
166 hemos tratado sobre el concepto de banda, señalando los distintos criterios que se han dado sobre el particular.

En razón del Medio:


Inc. 2°. ROBO CON ARMAS O EN DESPOBLADO Y EN BANDA. El inc. prevé 2 agravantes del robo que funcionan
independientemente una de la otra. La 1°, cuando el robo se cometiere con armas, la 2°, cuando se cometiere en despoblado y
en banda.
Robo con Armas. La Ley N° 25.882 (2004), introdujo importantes reformas al Inc. 2° en lo referido a la utilizaciónde armas en
el robo, agregando al mencionado inciso los 2° y 3° Párrs. Armas: Concepto. Armas Propias e Impropias. Arma es, conforme
al Diccionario de la lengua española, el “instrumento, medio o máquina destinado a ofender o defenderse”. Significación
gramatical y restringida de arma en sentido propio. Pero, además, cualquier objeto, aún sin la específica propiedad de
aquellas, que utilizado idóneamente en función ofensiva tiene la suficiente capacidad vulnerante para poner en peligro la vida
o la integridad física de las personas, deviene jurídicamente en arma. Son las que la doctrina denomina Armas Impropias.
Integran el concepto legal de armas alcanzadas por la agravante, tanto las propias, las destinadas o construidas
específicamente para ofender o defenderse, como las impropias, esto es, los instrumentos, herramientas u objetos que, sin ser
técnicamente armas, utilizados ofensivamente, tienen capacidad para herir o dañar a las personas. El alcance del concepto
jurídico de armas expuesto, que alcanza tanto a las armas propias como a las impropias, ha sido cuestionado por una más
reciente doctrina que ha objetado que puedan incluirse en el concepto de “armas” las armas “impropias”, dado que al no
contener el CPA una definición de “arma”, no puede incluirse en ésta las llamadas “impropias”, porque son objetos que
técnicamente no son “armas”. Se señala que con ello se vulnera el principio de legalidad “al introducir en el tipo un concepto
extensivo, por analógico” como el de certeza jurídica, al desdibujar la precisión que debe tener todo elemento del tipo penal.

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No nos parece que las opiniones expuestas puedan conmover el concepto amplio de armas, comprensivo tanto de las propias
como las impropias, sin que ello importe una violación al principio de legalidad. La capacidad vulnerante del arma es la
única exigencia típica requerida por la ley para agravar el robo, más allá que esta arma, propia o impropia, sea
gramatical o técnicamente un “arma”.

En razón del Modo de Comisión:


Inc. 3°. ROBO CON PERFORACIÓN O FRACTURA. Llamado también por la doctrina como Robo con Efracción, la figura agrava
el robo cuando para su comisión se utiliza una fuerza destructiva que recae sobre objetos que, dotados de relativa solidez, han
sido predispuestos como cerramiento para defensa y seguridad de las cosas y de las personas que se encuentran, o
eventualmente pueden encontrarse, en lugar habitado o sus dependencias. El fundamento de la agravante radica en que la
acción del agente, además de lesionar el derecho de propiedad, atenta también contra la esfera de intimidad de la víctima,
mediante la violación de su domicilio, y con el consiguiente peligro que esta acción representa para quienes habitan el lugar.
Perforar es horadar, es atravesar de parte a parte las cosas puestas como cerramiento y defensa. Fracturar es romper o
quebrantar con violencia una cosa, importa la destrucción de la defensa o el cercamiento; o la separación violenta de una parte
constitutiva de la unidad. La perforación o fractura debe ser el resultado de la energía física, humana, animal o mecánica,
constitutiva de la fuerza en las cosas requerida para el delito de robo. Debe tratarse por consiguiente de una fuerza –
necesariamente destructiva en este supuesto–, y anormal. Queda excluida de la agravante la utilización de otros
procedimientos que no importen el empleo de fuerza de aquellas características. También una parte de nuestra doctrina
rechaza la tipicidad de medios como el ácido o el fuego para perforar o fracturar, por no importar supuestos de fuerza,
mientras que otros autores admiten la utilización de cualquier medio o energías para la acción de perforar u horadar. La
perforación o fractura debe recaer sobre pared, cerco, techo o piso, puerta o ventana (o sus partes integrantes colocadas para
su cerramiento), de lugar habitado. La efracción de muebles separados del inmueble no califica el hecho. Estos objetos deben
estar colocados como efectivas defensas o cerramiento de las cosas que se encuentran en el lugar:
Efracción Externa o Interna. La perforación o fractura puede recaer sobre defensas exteriores o interiores. La figura no hace
ningún distingo entre efracción interna o externa, ni se refiere a la fractura para penetrar en el edificio.
Efracción para Entrar o para Salir. Tampoco existe acuerdo en doctrina sobre el momento en que debe realizarse la
perforación o fractura. Si sólo califica el robo la efracción realizada para penetrar al lugar donde se encuentra la cosa, o si
también lo califica la practicada para salir del lugar.
Lugar Habitado. Dependencias Inmediatas. La figura contiene como exigencia típica que las defensas que se perforan o
fracturan, sean de un lugar habitado. Es decir, que se trate de un ámbito que para el tiempo de la comisión del delito sea
efectivamente utilizado como vivienda por una o varias personas, aunque ocasionalmente, en el mismo momento de la
comisión del hecho, no se encuentren ninguno de sus habitantes. La efracción también califica al robo cuando recae sobre las
dependencias inmediatas de un lugar habitado. Coincide en general la doctrina que por dependencia inmediata debe
entenderse a los accesorios del lugar, que, si bien no son utilizados como habitación, están ubicados dentro de la esfera de la
intimidad del domicilio, y están destinados a satisfacer las necesidades de sus moradores. Pero no es de aplicación la
agravante cuando la perforación o fractura recae sobre otros lugares, que, aun siendo dependencias de lugar habitado, están
físicamente separados de aquél. Estos, por no estar dentro de la esfera de intimidad de los moradores del lugar habitado,
aunque estén próximos, carecen de la inmediatez que requiere la fig.

En razón de la Concurrencia de Circunstancias Calificativas del Hurto:


Inc. 4°. ROBO CON CONCURRENCIA DE LAS CIRCUNSTANCIAS DEL ART. 163. Cuando en alguno de los apoderamientos
a que se refiere el Art. 163 se utilice también fuerza en las cosas o violencia física en las personas, desplegada antes del
apoderamiento, para facilitarlo en el acto de cometerlo, o después de cometido para lograr la impunidad, será de aplicación la
agravante que nos ocupa.

ROBO CON ARMAS DE FUEGO: Distintos Supuestos:


Los Distintos Supuestos Contemplados por la Ley N° 25.882. Ya habíamos señalado que la vigente ley 25.882 agregó al Inc. 2°
del art. que comentamos un 2° y 3° Aps. referidos ambos a la utilización de armas en el robo, por lo que la norma diferencia 3
supuestos distintos, con distintas penalidades, para el robo agravado por el uso de armas:
I. 1° Ap. del Inc. 2°. La ley N° 25.882 no introdujo ninguna modificación al ap. 1° del Inc. 2°, el que conserva su redacción
original. Atento al agregado de los Aps. 2° y 3° dispuesto por la reforma, que expresamente se refieren al uso de armas
de fuego, aquel primer apartado ha dejado de contemplar el uso de estas armas, y sólo será de aplicación cuando para
cometer el robo se utilicen armas propias o impropias que no sean o simulen ser un arma de fuego.
II. 2° Ap. del Inc. 2°. Sintéticamente señalamos que para sostener la llamada Tesis Afirmativa,amplia, de la intimidación o
subjetiva, se argumentaba que el arma de fuego, aun descargada o inepta para el disparo sigue siendo “arma”, tanto
para el agente como para la víctima, y que nuestro Código

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sólo requiere la utilización de armas, con independencia de su aptitud para el disparo, bastando su mayor poder compulsivo e
intimidatorio. La Tesis Negativa, Restringida o del Peligro, y a la que habíamos prestado nuestra adhesión sostenía que el uso
de un arma de fuego inepta para el disparo o descargada no agrava el delito de robo, quedando el hecho sólo en la figura
básica. Entendemos que la Ley 25.882 soluciona este conflicto, adoptando en este segundo apartado que comentamos el criterio
sostenido por la tesis restringida objetiva o del peligro, e incrementando la pena dispuesta por el Art. 166 en un 1/3 de su
mínimo y máximo; y adoptando también, en el 3° apartado del inciso, el criterio sustentado por la tesis amplia, subjetiva o de
la intimidación, previendo para este supuesto una pena inferior a la de los apartados anteriores, de 3 a 10 años de reclusión o
prisión. Este 2° apartado agrava el robo cometido con armas “si el arma utilizada fuera de fuego …”. La primera cuestión que
se presenta es determinar qué debe entenderse por “arma de fuego”. El Art. 3° del Decr. N° 395/75, reglamentario de la Ley
Nacional de Armas y Explosivos N° 20.429, distingue entre arma de fuego y arma de lanzamiento. El Inc. 1° de este artículo
define al arma de fuego como “la que utiliza la energía de los gases producidos por la deflagración de pólvoras para lanzar un
proyectil a distancia”. El Inc. 2° del artículo define el “arma de lanzamiento” como la que dispara proyectiles autopropulsados,
granadas, munición química o munición explosiva, incluyendo también los lanzallamas cuyo alcance sea superior a 3 metros.
No nos parece acertada la aplicación del Decr. 395/75 para definir el arma de fuego y excluir de la misma al arma de
lanzamiento cuyo poder ofensivo se basa en la explosión de los gases. Coincidimos con la tesis expuesta por Víctor Félix Reinaldi,
en cuanto afirma que la normativa aplicable al caso para determinar qué es un arma de fuego no es el señalado decreto sino la
“Convención Interamericana contra la Fabricación y el Tráfico Ilícitos de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y otros
Materiales Relacionados” adoptada por la OEA en su Asamblea General celebrada en Washington en 1997, y que nuestro
país aprobó y ratificó por Ley 25.449. Sostiene el profesor consulto de la Universidad Nacional de Córdoba que esta
Convención, suscripta y ratificada por nuestro país, tiene jerarquía superior al Decr. N° 395/75, conforme lo dispone el Art. 75
Inc. 22 de la CN, por lo que el concepto de “arma de fuego” contenido en la misma debe primar sobre la definición dada por
este decreto. Y aquel instrumento incluye en su Art. I ,3 como “armas de fuego” “a) cualquier arma que conste de por lo menos
un cañón por el cual una bala o proyectil puede ser descargado por la acción de un explosivo y que haya sido diseñada para ello o
pueda convertirse fácilmente para tal efecto”. Pero la Convención también considera armas de fuego a “b) cualquier otra arma o
dispositivo destructivo tal como bomba explosiva, incendiaria o de gas, granada, cohete, lanzacohetes, misil, sistema de misiles y
minas”. “Armas de fuego”, conforme a la normativa internacional, es un concepto más amplio que el contenido en el Decr. N°
395/75, comprensible de lo que éste considera armas de fuego y también armas de lanzamiento.
III. 3° Ap. del Inc. 2°. El apartado prevé 2 supuestos distintos a los que reprime con la misma pena, inferior a la de los
aps. 1° y 2°, e igual a la establecida para los robos del Art. 167: 3 a 10 años de reclusión o prisión. El 1° supuesto que
contempla es cuando el robo se cometiere “… con un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera
tenerse de ningún modo por acreditada …”. Al analizar el apartado anterior, habíamos señalado que este tercer
apartado adopta la tesis amplia, subjetiva o de la intimidación. Es decir, que para la aplicación de esta agravante es
necesario que el robo haya sido cometido con un arma de fuego, y que no se haya acreditado que en el momento del
hecho su mecanismo funcionara correctamente y que se encontraba cargada con sus respectivos proyectiles, esto es
que no se haya acreditado su aptitud para el disparo. El 2° supuesto contemplado por este tercer apartado que
analizamos, es cuando el robo se cometiere “… con un arma de utilería …”. También en este supuesto el legislador
ha formulado confusamente la agravante. Hubiera sido más apropiado referirse a cualquier objeto o instrumento
que simule ser un arma de fuego y no a “arma de utilería” como lo hace la ley. Sostenemos que en la agravante se
incluyen tanto las armas destinadas a utilería como los juguetes que imitan armas de fuego o cualquier otra réplica
de éstas, siempre que tengan suficiente poder intimidante. El sujeto pasivo debe creer que el arma con que se lo
amenaza es un arma de fuego verdadera y lista para ser disparada.

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Robo Agravado en razón del Sujeto Activo: El tipo fue incorporado por el Art. 3° de la Ley N° 25.816. Es la misma agravante
que para los supuestos de hurtos prevé el Art. 163 Bis. Las consideraciones entonces expuestas son válidas para la agravante
que analizamos.

ABIGEATO SIMPLE (Art. 167 Ter: 2 a 6a y 3 a 8a):


Concepto: El término con el que en el antiguo derecho romano se designaba al hurto de ganado, proviene de ab y agere, que
significa echar por delante, arrear, conducir los animales que se sustraen a lugar distinto del que se encuentran, animales “que
no se toman en los brazos para llevarlos”. Conforme a esta significación, existe absoluta coincidencia en doctrina sobre el
alcance del término ganado utilizado por la ley. El mismo sólo es comprensivo de cuadrúpedos domésticos, de cierta talla, que
habitualmente se apacientan en los campos formando grey, rebaño o manada, y que resultan útiles al hombre para la
producción, el trabajo o para carne. Ganado mayor son las especies vacuna, caballar, asnal y mular; y ganado menor las
especies ovina, caprina y porcina. Fue motivo de enfrentadas opiniones doctrinarias y soluciones jurisprudenciales la
determinación del número de animales hurtados que se requiere para que el hecho constituya abigeato. Si es necesario una
pluralidad de cabezas o si basta con una sola. Una parte de la doctrina, teniendo en cuenta la estricta significación gramatical
del término ganado, entendían que aquel término expresaba colectividad, no unidad. Otra parte de nuestros autores, con
acertados y concluyentes argumentos, rebatió la tesis de la pluralidad de animales, sosteniendo la buena doctrina que para la
aplicación de la agravante bastaba la sustracción de un solo animal. Se sostuvo que la razón de la agravante no radica ni en el
número de los animales sustraídos ni en su valor, sino por el lugar de donde se sustraen. Ya señalamos que el abigeato, pese a
la autonomía que le ha dado la Ley N° 25.890, es un hurto calificado, esto es, un apoderamiento ilegítimo, invito domino, de
una o más cabezas de ganado, por lo que la acción material típica del delito es la misma que la del hurto simple que ya ha sido
analizada al tratar el Art. 162.

Figura Básica: La ubicación del cap., a continuación del Cap. II que contempla el delito de robo y sus agravantes, nos merece
una 1° objeción por la indebida ubicación sistemática del cap. agregado que estamos analizando. La acción material de la
figura básica del abigeato sigue siendo la misma que la del hurto, esto es, un ilegítimo apoderamiento sin fuerza en las cosas o
violencia en las personas. La fuerza o violencia es causal de agravación de la figura básica conforme lo dispone el Art. 167
Quater Inc. 1°. Su correcta ubicación sistemática hubiera sido luego del Cap. I que reprime el delito de hurto y sus agravantes.

Establecimiento Rural: Concepto. La misma ley 25.890 se encarga de definir qué es un establecimiento rural al incorporar un
último apartado al Art. 77 del CPA, el que establece: “El término ‘establecimiento rural’ comprende todo inmueble que se
destine a la cría, mejora o engorde del ganado, actividades de tambo, granja o cultivo de la tierra, a la avicultura u otras crianzas,
fomento o aprovechamiento semejante”. Será entonces establecimiento rural todo campo donde se encuentren los animales
para su cría, mejora o engorde, “a cielo abierto”, cercado o no, o destinado a la ganadería, al cultivo de la tierra u otras
actividades rurales. Quedan incluidos en el término también cualquier galpón o construcción utilizados para desarrollar alguna
de estas actividades de tambo, granja, avicultura, etcétera. La doctrina también incluye los establecimientos destinados a la
reproducción de la iguana, las ranas, conejos, a la producción de miel, o a la producción y reproducción de lombrices o de
caracoles terrestres comestibles.

La Agravante del 2° Ap. del Art. El 2° Ap. del tipo penal que analizamos califica el abigeato elevando la pena a prisión de 3 a 8
años cuando el apoderamiento fuera de cinco o más cabezas de ganado mayor o menor y se utilizare un medio motorizado para
su transporte. Para que proceda esta calificante, ambas circunstancias deben concurrir simultáneamente. Una sola de ellas es
insuficiente para la aplicación de este segundo apartado. No es necesario que las cabezas sean conducidas en un único medio de
transporte. Pueden utilizarse varios medios, siempre que su transporte sea realizado en un único contexto de acción, en cuyo
caso los animales trasportados en los distintos medios se suman a los fines del número requerido por la calificante. Si se
transporta 1 o + animales, pero sin alcanzar el mínimo de 5 requeridos por la ley, y luego de dejarlos donde el agente se
propuso, consumando de esa forma el delito, éste vuelve inmediatamente al establecimiento rural en busca de más cabezas, y
así sucesivamente hasta completar el mínimo requerido por el apartado, no será de aplicación la calificante. En tal supuesto, se
estará ante una reiteración de abigeatos en su forma básica, tantos como viajes y hurtos consumados, y que concurrirán
materialmente.

Abigeatos Agravados (Art. 167 Quater: 4 a 10a): El art. contempla 6 circunstancias agravantes del abigeato, elevando la
pena de reclusión o prisión de 4 a 10 años cuando concurriere cualquiera de ellas. Pero no se multiplica el delito si concurriera
más de una.

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Inc. 1°. La ley 25.890 excluye al abigeato de los hurtos agravados y lo legisla como delito autónomo, por lo que no resulta de
aplicación a su respecto el Art. 167 Inc. 4°. Fue necesario prever expresamente como agravante del delito el uso de fuerza en
las cosas o violencia en las personas, como lo hace el inciso que comentamos.
Inc. 2°. Se agrava también el abigeato cuando además del apoderamiento ilegítimo de la cabeza de ganado, se alteran suprimen
o falsifican marcas o señales utilizadas para la identificación del animal. Conforme lo dispone la Ley Nacional de Marcas y
Señales N° 22.939 en su Art. 1°: “La marca es la impresión que se efectúa sobre el animal de un dibujo o diseño, por medio de
hierro candente, de marcación en frío, o de cualquier otro procedimiento que asegure la permanencia en forma clara e indeleble
que autorice la Secretaría de Agricultura y Ganadería. La señal es un corte o incisión, o perforación, o grabación hecha a fuego, en
la oreja del animal”.
Inc. 3°. La agravante prevista en este inciso guarda cierta similitud con la del inc. anterior. En este supuesto el abigeato se
agrava cuando lo que se falsifica, total o parcialmente o se adultera, son los certificados de adquisición, guías de tránsito,
boletos de marcas o señal o documentación equivalente.
Inc. 4°. Es una agravante que se fundamenta en razón de la calidad de alguno o de todos los sujetos activos del delito, porque
basta que uno solo de los que participan en el delito se dedique a las actividades mencionadas en el inciso, para que la agravante
alcance a todos los que intervinieron en el hecho.
Inc. 5°. El hecho se agrava por la condición de alguno de los partícipes del delito, que debe ser un funcionario público. Para
comprender el alcance de los sujetos alcanzados, debemos remitirnos al Art. 77 donde se define al funcionario o empleado
público, quedando todos comprendidos en la agravante sin ningún tipo de exclusiones.
Inc. 6°. Este último inc. del Art. 167 Quater contiene una agravante frecuentemente utilizada por el CPA en otros tipos penales y
que se fundamenta en el mayor temor que inspira una pluralidad de sujetos en la comisión de un delito, en la mayor indefensión
de la víctima del delito y en las posibilidades de mayor éxito en la empresa delictiva. Para la aplicación de la agravante es
necesario que 3 o más sujetos hayan acordado con antelación o inmediatamente antes de cometerlo, ejecutar o participar en el
abigeato.

Inhabilitación Especial y Multa Conjunta: Casos en que procede


El último art. de este nuevo Cap. II Bis incorporado por la Ley N° 25.816, impone, en los casos de condena por el delito de
abigeato, además de la reclusión o prisión, la pena conjunta, de aplicación obligatoria para el juez o tribunal de sentencia, de
inhabilitación especial por el doble del tiempo de la pena privativa de la libertad impuesta, si él o los condenados fueren
funcionarios públicos o personas que se dediquen a la crianza, cuidado, faena, elaboración, comercialización o transporte de
ganado o de productos o subproductos de origen animal. El 2° Ap. del art. en estudio impone también a los condenados que
reunieren las mismas condiciones que los anteriores la pena, también conjunta y obligatoria, de multa “equivalente de dos a
diez veces del valor del ganado sustraído”. No nos parece de buena técnica legislativa, y hasta lesiva del principio de la legalidad de
la pena, dejar al arbitrio del juez establecer la base sobre la que en definitiva se determinará la multa imponible. El “valor del
ganado sustraído” es una apreciación que puede variar según la opinión personal del juez que la determine o de los peritos,
entendidos, o mercados económicos a los que recurra para su determinación. A ello debe agregarse la incertidumbre que
proviene del hecho que no todo ganado de la misma especie tiene el mismo valor.

EXTORSIÓN
1.- BÁSICA (Art. 168: 5 a 10a):
Concepto: La Extorsión es un delito pluriofensivo, que lesiona el derecho de propiedad mediante una lesión o ataque al
derecho de libertad de determinación del sujeto pasivo. Se señala que es el acto por el cual el autor obtiene un provecho
ilegítimo, en función del miedo infundido a la víctima.

La Extorsión y otros Delitos contra la Propiedad


El Cap. III del Tít. VI “Delitos contra la propiedad”, prevé en sus 4 art. distintas especies de extorsión que, no obstante, sus
diversas modalidades y características, importan todas ellas un ataque al patrimonio por medio de un ataque a la libertad
individual.
Son 5 las distintas especies de Extorsión previstas por el Cap.:
1.- La Extorsión Propiamente Dicha o Común o Genérica (Art. 168 1° Parte);
2.- La Extorsión de Documentos (Art. 168 2° Parte);
3.- La Extorsión por Imputaciones contra el Honor y Violación de Secretos o Chantaje (Art. 169);
4.- El Secuestro Extorsivo o Rescate (Art. 170)
5.- La Sustracción de Cadáveres o Rescate de Cadáveres (Art. 171).

2.- EXTORSIÓN DE DOCUMENTOS:


Extorsión de Documentos. Acción Típica. El 2° Ap. del Art. 168 contempla otra de las modalidades del delito de extorsión, que la
doctrina ha denominado extorsión de documentos. En ésta la acción típica consiste en obligar, exigir, compeler al sujeto pasivo
a realizar determinada actividad. La diferencia radica en la acción que se impone a la víctima, consistente en este caso, en
“suscribir o destruir” documentos de obligación o de crédito. Resulta de aplicación lo dicho al analizar la acción típica de la
extorsión común, respecto del necesario nexo causal que debe existir entre el medio comisivo y la suscripción o destrucción del
documento, y respecto a la ilegitimidad de la exigencia que se impone al extorsionado. Suscribir un documento es firmarlo,
dándole validez y existencia.

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Destruir un documento es eliminarlo en su existencia material, o inutilizarlo de cualquier forma de manera tal que no pueda
cumplir con su función probatoria, y sea imposible exigir su cumplimiento. Sujeto pasivo del delito es quien suscribe o
destruye el documento, cediendo a los medios extorsivos que utiliza en su contra el agente. Pero no necesariamente debe ser el
damnificado u ofendido por el delito, es decir, el titular del patrimonio que se afecta con la suscripción o destrucción extorsiva
del documento.
Medios Comisivos en la Extorsión de Documentos. A los medios admitidos para la extorsión propiamente dicha o común, la
intimidación, simulando autoridad pública o falsa orden de la misma, la figura agrega la violencia. La violencia admitida por
esta modalidad extorsiva no es la vis absoluta, que ejercida sobre la víctima anula totalmente su resistencia y voluntad. Sólo
será típica a la figura la vis compulsiva, consistente en la presente e inmediata amenaza de empleo de la violencia, y que actúa,
intimidatoriamente, a través de la psiquis de la víctima. Esta violencia extorsiva, también resulta típica al robo.
Objetos de la Extorsión de Documentos. Los objetos que el sujeto pasivo debe ser obligado a suscribir o destruir, según esta
modalidad extorsiva, son documentos de obligación o de crédito. Es decir, aquel que instrumente una deuda, una obligación de
hacer, no hacer o dar; o el que instrumente un crédito, el derecho de exigir la cosa objeto de la obligación. Queda fuera del tipo
cualquier otro documento que no sea de la naturaleza señalada anteriormente.
Consumación y Tentativa. Tratándose de destrucción de documentos, el delito se consuma cuando la víctima, obligada por el
agente, elimina o inutiliza el documento, de manera que no pueda servir para los fines probatorios a que estaba destinado.
Pero en los supuestos de firma de documentos, el delito no se consuma por la sola y obligada suscripción. Será necesario que
luego de suscripto, el firmante se desprenda de él. Si el sujeto pasivo fue obligado a suscribir un documento que aún conserva
en su poder, el hecho seguirá siendo una tentativa del delito, el que quedará consumado recién cuando el paciente lo entregue,
lo envíe al agente.
Penalidad. La extorsión prevista por el Art. 168 tenía pena de prisión de 1 a 4 años. La ley 17.567 agregó a la prisión la
reclusión, incrementándolas de 2 a 8 años. La Ley N° 20.642 elevó aún más esta escala penal, fijándola en reclusión o prisión
de 5 a 10 años.

3.- IMPUTACIONES CONTRA EL HONOR Y VIOLACIÓN DE SECRETOS (Art. 169: 3 a 8a):


CHANTAJE: Acción Típica. La acción típica de la extorsión mediante amenaza de imputaciones contra el honor o de violación
de secretos, o chantaje consiste en obligar a otro a entregar, enviar, depositar o poner a su disposición o a la de un tercero,
cosas, dinero o documentos que produzcan efectos jurídicos, o a suscribir o destruir documentos de obligación o de crédito. Es
decir, que las acciones típicas reprimidas por la figura, son las mismas que reprimen las extorsiones previstas en el artículo
anterior, por lo que lo dicho entonces, tiene aplicación al artículo que analizamos. El único elemento diferencial entre el
chantaje y la extorsión común o la extorsión de documentos radica en el medio comisivo, que en la figura que analizamos, si
bien también consiste en una verdadera intimidación, requiere que ésta se despliegue mediante la específica amenaza de
formular imputaciones contra el honor o de revelar secretos.
Medios Comisivos. Sólo pueden ser medios comisivos, con exclusión de cualquier otro, amenazas de imputaciones contra el
honor o de violación de secretos. El empleo de otro tipo de intimidación, amenazas de cualquier otro mal, simulación de
autoridad u orden de la misma, o el despliegue de violencia, es incompatible con la figura y el hecho sólo podrá adecuarse a los
tipos previstos por el artículo anterior.

4.- SECUESTRO EXTORSIVO (Art. 170: 5 a 15a; +fin: mín. +8a; 10 a 25a; 15 a 25 y Perpetua):
Acción Típica. Las acciones típicas consisten en sustraer, retener u ocultar, que son las mismas requeridas por el secuestro
coactivo, previsto y reprimido por el Art. 142 Bis delito que en su materialidad resulta así igual al que ahora analizamos,
diferenciándose ambas figuras sólo por el propósito que inspira al autor. Sustraer a la víctima es separarla del lugar donde se
encontraba, llevándola a otro lugar. Es indiferente el lugar de donde la víctima es sustraída. Es necesario que exista la
abducción en esta modalidad del delito. Retenerla es impedirle apartarse del lugar donde se encuentra, por un tiempo más o
menos prolongado. Puede ser en el mismo lugar donde voluntaria o involuntariamente (en el caso del detenido legítimamente)
se encontraba antes de la retención, o adonde fue llevada luego de la sustracción. No es necesario que la retención esté
precedida de la sustracción del secuestrado. Se oculta a la víctima cuando se la esconde, impidiendo que terceros conozcan el
lugar donde se encuentra, imposibilitando con ello su liberación. Se señala que la ocultación no es una modalidad autónoma,
dado que la misma sólo puede recaer en una persona previamente sustraída o retenida. Cada una de estas acciones importan
una privación ilegítima de la libertad, pero mientras que en su modalidad comisiva de sustraer es un delito instantáneo, en su
forma de retener u ocultar es un delito permanente, cuya consumación necesariamente se prolonga por un lapso más o menos
extenso.
Elemento Subjetivo. La fig. requiere que el autor, al privar de la libertad a la víctima, lo haga con el propósito de sacar rescate.
La ausencia de este móvil o propósito, que es un elemento subjetivo del tipo, impide encuadrar el hecho de la privación ilegal
de la libertad en el secuestro extorsivo. En esto radica la diferencia

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entre el delito que analizamos, y el secuestro coactivo previsto por el Art. 142 Bis, donde la exigencia perseguida por el autor es
un hacer, no hacer o dar algo que no sea el pago de un rescate. El rescate es el precio que se impone para la liberación del
secuestrado, el que no necesariamente debe consistir en dinero, pudiendo ser cualquier otro bien o prestación siempre que
tenga carácter o trascendencia patrimonial.

Agravantes: La pena mín. establecida para la fig. básica, se eleva a 8 años si el autor “lograre su propósito”. Ya destacamos
que la Ley N° 25.742 les dio igual redacción a los Arts. 142 Bis y 170. Todas las agravantes que contenía y las que le agregó la
Ley N° 25.742 al Art. 142 Bis que reprime el Secuestro Coactivo, también son adoptadas por el artículo que analizamos.
Resultan válidas todas las consideraciones expuestas al comentar aquéllas en el estudio del Art. 142 Bis.
Remisión. Por las mismas razones expuestas, hacemos remisión a las consideraciones formuladas al tratar el Art. 142 Bis
referidas a la escala penal atenuada; al decomiso; a la atenuante para el arrepentido o delator y a las disposiciones procesales
especialmente referidas a los Arts. 142 Bis y 170 del CPA, por resultar de estricta aplicación al tipo que estudiamos.
Consumación y Tentativa. El delito se consuma cuando se sustrae, retiene u oculta al sujeto pasivo con la finalidad de obtener
rescate, siendo indiferente, a los fines de su consumación, que se haya obtenido o no el pago del rescate. La tentativa es
admisible. Para ello es necesario que el agente despliegue verdaderos actos ejecutivos de una privación ilegal de la libertad,
con el propósito de obtener un precio por la liberación de la víctima, y que esa privación de la libertad se haya frustrado por
causas ajenas a la voluntad del sujeto activo.

Sustracción de Cadáveres (Art. 171: 2 a 6a):


El Código de 1886 reprimía como robo “el que robase cadáveres para hacerse pagar su devolución”. El Proyecto de 1891, de
donde proviene la fórmula vigente, incluyó el delito entre la extorsión porque “… la intención del agente no se dirige a hacerse
dueño del cadáver, sino a servirse de la ocultación o sustracción como medio de ejercer una violencia moral para ejecutar un
delito contra la propiedad. Nadie puede decirse dueño ni poseedor de un cadáver, que no es cosa susceptible de apropiación”.
La Acción Típica consiste en sustraer el cadáver, llevándolo a otro lugar. Es indiferente el lugar de donde se sustrajo. Se señala
también que es indiferente el procedimiento utilizado para la sustracción. A diferencia de la fig. anterior, la que analizamos no
señala como acciones típicas la retención u ocultamiento del cadáver, las que sólo son consecuencias de la sustracción. El
delito se perfecciona con la sustracción, por lo que el mismo es de consumación instantánea. El objeto del delito es un cadáver.
Cadáver son los restos de una persona muerta. En el estado en que se encuentre, cualquiera sea su antigüedad o
descomposición que presente. También puede ser objeto del delito el cadáver hecho cenizas. Resulta indiferente el motivo por
el cual el cadáver quedó reducido a cenizas: por el transcurso del tiempo, o por haber sido cremado. No es pacífica esta última
opinión, dado que otros autores rechazan como objeto del delito las cenizas del cadáver.
Elemento Subjetivo. La fig. requiere que la acción material de sustraer concurra acompañada del propósito del agente de
hacerse pagar la devolución del cadáver. Es un elemento subjetivo del tipo cuya ausencia excluye la tipicidad de la conducta.
Consumación y Tentativa. La figura del Art. 171 es un delito instantáneo que se consuma con la sustracción del cadáver con la
finalidad de hacerse pagar su devolución. No es necesario para la consumación, que el pago se haya efectivizado, y a diferencia
de la figura anterior, el hecho no se agrava si aquél se obtiene. Existe coincidencia en admitir como posible la tentativa.

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UNIDAD 10: DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD (Continuación)

ESTAFAS Y OTRAS DEFRAUDACIONES (Art. 172: 1m a 6a):


Concepto General: Es previo precisar el concepto estafa y defraudación. La doctrina es unánime en considerar a la estafa como
una especie de defraudación. El Art. 172 contiene el verbo defraudar; estafar es defraudar de una manera determinada.
Siendo las cosas como están planteadas todavía quedará el interrogante respecto al motivo por el que 1° se legisla la especie
(Art. 172) y luego el género (Art. 173).
El CPA no contiene una definición de defraudación, simplemente se limita a enumerar los hechos que la configuran en el
Art. 173, después de haber legislado a la estafa que es un caso especial de defraudación.

LA ESTAFA GENÉRICA del Art. 172 del CPA. Concepto


FORMAS DE FRAUDE ENUNCIADAS EN EL ART. 172. El tipo penal en estudio, a modo ejemplificativo, enuncia una serie de
formas de fraude, que en modo alguno pretende limitar las formas de ardid o engaño por las cuales se pueda defraudar. Ellas
son los siguientes:
Nombre Supuesto. No es el nombre real o el que habitualmente utiliza. El nombre supuesto puede ser de otra persona,
imaginario, correcto el apellido y cambiado el nombre de pila, y aún puede ser el real del sujeto activo, pero haciéndolo
corresponder al de un homónimo. Lo decisivo no es la utilización de un nombre supuesto, sino que la utilización sea a los fines
de engañar y hacer incurrir en error a la víctima, para que ésta realice una disposición patrimonial perjudicial. Para que la
utilización de nombre supuesto tenga implicancias penales debe existir en quien lo utiliza la intención de engañar, por dicho
medio, al sujeto pasivo y a su vez éste tiene que haber incurrido en error por la misma circunstancia.
Calidad Simulada y Falsos Títulos. Implica la atribución de condiciones personales que no se tienen. Ellas pueden estar
referidas a relaciones de familia, jurídicas o sociales en general. Invoca calidad simulada el que finge una determinada
condición porque no la tiene, o bien porque dejó de tenerla. Nos parece correcta la metodología de Soler al tratar calidad
simulada y falsos títulos, en forma conjunta. En realidad, quien invoca o pretende engañar con falsos títulos obra con calidad
simulada. Lo determinante a los fines de la estafa será que la calidad simulada o la invocación de falsos títulos, sea el motivo
causante del error en la víctima y la consecuente disposición patrimonial perjudicial.
Influencia Mentida. “El autor defrauda valiéndose de influencia mentida, si obtiene de un tercero una disposición patrimonial
pecuniariamente perjudicial, mediante la promesa de hacer valer ante un tercero, para un fin cualquiera, un poder, valimento,
o autoridad, a sabiendas de que no lo posee”. Lo típico es la promesa de ejercer una influencia que no se tiene. Si la influencia
realmente se tiene, no estamos en el supuesto en estudio.
Abuso de Confianza. La confianza es la seguridad que se tiene en otra persona, lo que motiva que no se tomen ciertas
precauciones respecto de ella.
Aparentar Bienes, Crédito, Comisión, Empresa o Negociación. Todas estas formas de fraude tienen en común el modo de
realizarlo: deben ser con apariencia. Aparentar significa mostrar lo que no es. Para gran parte de la doctrina no basta la simple
manifestación mentirosa para aparentar. Se exige que a través de actos exteriores el autor provoque el error en la víctima.

El Ardid:
Ardid o Engaño. La Teoría del Ardid o Engaño es el núcleo central del delito de estafa. Conforme al Diccionario de la lengua
española, ardid es “cualquier artificio o medio empleado hábil y mañosamente para el logro de algún intento”, engaño “es falta
de verdad en lo que se dice, hace, cree, piensa o discurre”. Sólo gramaticalmente puede hacerse la diferencia ya que a los fines
del Art. 172 el ardid y engaño son falsedades que hacenincurrir en error a la víctima.
Idoneidad del Ardid. La relación de causalidad que debe mediar entre el fraude –por ardid o engaño– y el error en la víctima,
es el estudio de la idoneidad del ardid que tratamos en este punto. Para que exista estafa, debe mediar una relación causal
entre los medios engañosos utilizados por el agente activo y el error de la víctima. La víctima debe entrar en error con motivo
de los ardides o engaños utilizados por el estafador. Resulta necesario el conocimiento de la aptitud o idoneidad de los medios
utilizados. Corresponderá al juez la valoración compleja en cada caso particular del examen de la idoneidad del medio,
atendiendo a los medios fraudulentos utilizados en relación al error de la víctima, y que dicho error no sea imputable, por falta de
diligencia mínima o indiferencia, al sujeto pasivo. Especial atención deberá prestarse al examen de la idoneidad del medio
cuando se analice la conducta del sujeto pasivo. Si bien es cierto que la ley no protege al que se quiere dejar engañar, tampoco
exige una advertencia especial.

El Perjuicio y el Beneficio:

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Perjuicio Patrimonial. El Delito de Estafa es un delito de daño efectivo y no de peligro de daño. Como delito de daño, la estafa
requiere de un perjuicio que sea cierto y efectivo. No se puede hablar de “posibilidad” o “probabilidad” de perjuicio, porque
con ello se está haciendo referencia a un daño que no existe. La defraudación no es una simple mudanza de la propiedad de una
persona, sino una mudanza que resulte pecuniariamente perjudicial.
Sujetos Pasivos. Resulta necesario hacer la distinción entre la víctima del fraude y la del perjuicio. En algunos casos la víctima
del error y de la disposición patrimonial perjudicial será el mismo sujeto pasivo. En otros casos se produce el desdoblamiento.
Los inconscientes, los incapaces y las personas jurídicas no pueden ser víctimas de error, pero sí pueden ser del perjuicio
patrimonial por el error de quienes las representan y tienen facultades para obligarlas o disponer de su patrimonio. Otro caso
de desdoblamiento de los sujetos pasivos es el de la Estafa Procesal. Ello ocurre, cuando cualquiera de las partes en un
juicio engaña al juez, mediante ardid o engaño, y obtiene de esa manera una sentencia dispositiva de propiedad para la
contraparte o un tercero. En este supuesto, víctima del fraude es el juez y perjudicado es la parte sobre la que recae la
sentencia dispositiva de propiedad.
Consumación y Tentativa. El delito de estafa se consuma en el momento que se produce un perjuicio patrimonial. No se
consuma el delito en el lugar y tiempo del fraude; en tal caso estamos frente a una tentativa de estafa. La tentativa comienza en
el momento que se utiliza, por parte del sujeto activo, ardid o engaño con la finalidad deengañar al sujeto pasivo.

ESTUDIO PARTICULARIZADO DE CADA UNA DE LAS DIVERSAS FIGURAS DEL ART. 173 DEL CPA (LEY N°26.388,
ART. 9)
Inc. 1°. DEFRAUDACIONES EN LA SUSTANCIA, CALIDAD O CANTIDAD DE LAS COSAS: Objeto del Delito. Son las cosas. El CyCC
define a éstas como: “… los objetos materiales susceptibles de tener un valor”. Dentro del concepto quedan incluidas las cosas
muebles e inmuebles. Concepto de Sustancia, Calidad y Cantidad. La sustancia de una cosa es el ser y la esencia de la cosa. La
calidad es el modo de ser mejor o peor de las cosas. El término cantidad se infiere del Art. 606 del CCyC cuando dice: “La
obligación de dar cantidades de cosas es la obligación de dar cosas que consten de número, peso o medida”. Si el ardid está dado
por falsas pesas o medidas y consecuentemente se defrauda a través de ello, se aplica la figura agravada del Art. 174 Inc. 3° y
no el tipo penal en estudio. Fraude. No se trata de la simple diferencia entre lo debido y lo entregado, el fraude debe estar
constituido por un ardid o engaño. El sujeto activo, mediante ardid o engaño debe hacer incurrir en error a la víctima para que
ésta realice una disposición patrimonial perjudicial. En el delito estudiado la disposición patrimonial se refleja en la
disminución de su patrimonio, al recibir cosas de inferior valor patrimonial. Resulta necesario que se trate de un engaño
positivo. Si el fraude es utilizado para la firma del contrato, la conducta no encuadra en la figura estudiada sino en el Art. 172.
Perjuicio. La defraudación estudiada consiste en inferioridad de la sustancia, calidad o cantidad entregada respecto de la que
se debió entregar. Ello no significa que el simple cambio de sustancia, calidad o cantidad constituya el ilícito estudiado. Es
necesario que dicho cambio produzca una disminución del valor de la cosa en el aspecto patrimonial. Contrato o Título
Obligatorio. La acción típica del delito estudiado consiste en la entrega de las cosas. Esa entrega debe ser en virtud de
“contrato o título obligatorio”. El término contrato se encuentra claramente definido en la ley civil. Respecto de la expresión
“título obligatorio” la doctrina coincide en que se trata de cualquier negocio o acto jurídico que sea fuente de obligaciones.
Además de obligatorio el título debe ser oneroso ya que de lo contrario no existe perjuicio patrimonial.

Inc. 2°. RETENCIÓN Y APROPIACIÓN INDEBIDA. Abuso de Confianza. En el presente inc. como en el delito previsto en el Inc.
7° existe una relación jurídica entre autor y víctima, en virtud de la cual el agente entra en posesión del objeto del delito sin
engaño, y por un título que lo obliga a entregar o devolver, negándose en definitiva el autor del hecho a restituir o no restituir
en debido tiempo la propiedad ajena. El Abuso de Confianza descripto en el Art. 172, es uno de los medios ardidosos de los
que se vale el agente para hacer incurrir en error a la víctima, y de esa forma lograr una disposición patrimonial perjudicial del
sujeto pasivo.
Precedentes Legislativos:

2
Núcleo del Tipo Penal. Resulta particularmente importante para la comprensión del delito en estudio el análisis de sus
precedentes legislativos. Buena parte de la doctrina y abundantes fallos jurisprudenciales hacían radicar el núcleo del tipo penal
en la “apropiación”, aun cuando dicha acción no estaba vigente como conducta típica. Cuando la ley dice: “se negare a restituir o
no restituyere a su debido tiempo” quiere reprimir algo menos que la apropiación, por lo que resulta una interpretación
analógica edificar el delito del Inc. 2° del Art. 173 en torno al concepto de apropiación. “Ni conceptual, ni jurídicamente
apropiarse es lo mismo que negarse a restituir o no hacerlo a debido tiempo”. Tenencia del Objeto del Delito. Es presupuesto
del delito, que el agente tenga el “dinero, efectos o cosa mueble” porque se lo haya dado en carácter de depósito, comisión,
administración o cualquier otro título que obligue al sujeto activo a entregar o devolver. La cosa debe entregarse al agente
mediante un título que le transfiera la tenencia corporal autónoma del objeto del delito; debe tratarse de una tenencia
autónoma respecto de la que ejercía quien entregó la cosa. Acciones Típicas. Ellas consisten en “negarse a restituir” o “no
restituir a su debido tiempo”. Es un delito de comisión por omisión. La negativa a restituir implica, por parte del agente, la no
devolución de la cosa a la que accedió en su tenencia por un título que lo obligaba a restituir o entregar a un tercero. En este
concepto queda abarcado, como conducta típica, tanto el que no restituye la cosa a quien se la entregó, como el que no
restituye la cosa al tercero indicado en el título de la obligación. La otra acción típica contemplada en la ley se refiere a no
restituir a su debido tiempo. Ello implica la mora en la restitución, lo que se produce cuando la cosa no es restituida en el plazo
consignado por el título jurídico que originó la entrega de la cosa al autor del hecho. Si el título no establece plazo de entrega o
devolución es aplicable el art. 509 del CCyC debiendo poner en mora al deudor. El delito se consuma en el instante que el
agente se niega a restituir o no lo hace en tiempo debido. Si con posterioridad a la mora se entrega o devuelve la cosa subsiste el
delito, aunque desaparezcan los efectos civiles del mismo. No toda retención es típica del Art. 173 Inc. 2°. Perjuicio. Como toda
estafa, requiere la producción de un perjuicio. Perjudicado es el titular del derecho a la restitución, que puede ser quien
entregó la cosa o el tercero a quien se debía restituir la cosa. El perjudicado puede ser, también, el dueño de la cosa que fue
entregada por otro.

INC. 3°. ESTAFA MEDIANTE SUSCRIPCIÓN DE DOCUMENTO. Elementos. A los fines de una clara comprensión del
tipo penal en estudio, Gulperín y Lodi sintetizan los elementos sustanciales de este delito de la siguiente forma:
a) Debe tratarse de un documento idóneo que produzca efectos jurídicos para afectar el patrimonio de la víctima.
b) La suscripción del documento debe ser obtenida mediante engaño.
c) La suscripción del documento debe causar daño en el patrimonio de la víctima.
Consumación. Doctrinas. Para una corriente doctrinaria, el delito se consuma cuando el autor del ilícito obtiene el documento
suscripto, sin necesidad de un daño efectivo en el patrimonio de la víctima. Para esta corriente se trata de un delito de peligro.
Esta doctrina considera que el tipo penal sólo exige “hacer suscribir con engaño algún documento”. La otra corriente
doctrinaria, acertada a nuestro criterio, es la sostenida por Jiménez de Azúa, Soler, Núñez, Ramos, Fontán Balestra, Creus, Ramos
Mejía, Gulperín y Lodi. Jiménez de Azúa sostiene que cuando la fórmula legislativa expresa “el que defraudare” está indicando
que se requiere la defraudación y no sólo la suscripción con engaño del documento. Cuando el Inc. 3° dice el que defraudare,
está exigiendo todos los elementos de la estafa; el ardid o engaño que produzcan error en la víctima y que por dicho error ésta
realice una disposición patrimonial perjudicial. Tal como hemos analizado en el Art. 172 el perjuicio debe ser real y concreto,
lo que se contrapone con la figura de peligro que intentan sostener los propulsores de la primera doctrina comentada.
Documento. Puede ser público o privado. El daño patrimonial o la posibilidad del mismo debe surgir del mismo documento. El
engaño debe consistir en el contenido o alcance del documento. El error en la suscripción del documento debe recaer sobre
aspectos esenciales que hagan al perjuicio o la posibilidad de perjuicio patrimonial; no sobre aspectos meramente
accidentales.

INC. 4°. ABUSO DE FIRMA EN BLANCO. Carácter del Ilícito. Alguna doctrina piensa que se trata de una fig. de abuso de
confianza. Lo cierto es que de la misma redacción del tipo penal estudiado surge claro que es un caso de fraude y que seguimos la
corriente española. El tipo penal dice: “El que cometiere alguna defraudación”, con lo cual está exigiendo el uso de fraude en la
acción típica de abusar de una firma en blanco.

3
Acción Típica. La acción típica es la de defraudar, extendiendo con la firma en blanco, un documento que ocasione un perjuicio
patrimonial a quien otorgó el documento o a un tercero. Ello supone la preexistencia de una firma en blanco por parte del
agente del delito. Queda claro que el otorgamiento de la firma en blanco lo hace la propia víctima, en forma voluntaria. La
firma en blanco puede otorgarse para que el documento sea íntegramente creado, o para completar uno redactado sólo en
partes. Lo decisivo a los fines del ilícito investigado será que el documento firmado en blanco, en todo o en parte, sea llenado
abusivamente, es decir creando obligaciones perjudiciales para el que lo suscribió, y entregó voluntariamente, o para un
tercero. Consumación. Para algunos, el momento consumativo es el uso del documento llenado abusivamente, aun cuando no
se cause perjuicio. Otros piensan que el momento consumativo es cuando se llena el documento firmado en blanco. La correcta
doctrina considera que el momento consumativo es cuando se produce el perjuicio en forma real y concreta.

INC. 5°. HURTO IMPROPIO. Carácter del Ilícito. El tipo penal se encuentra perfectamente ubicado entre las defraudaciones. No
se trata de un delito de hurto o daño, en razón que la cosa objeto del delito es propia. Resulta similar a la figura de
desbaratamiento de derechos del Inc. 11. Tenencia Legítima de la Cosa. Para la configuración del ilícito en estudio la cosa se
debe encontrar en la tenencia legítima de un tercero. Debe tratarse de tenencia legítima, y no del dominio de un tercero. En
este supuesto el delito sería de hurto. La tenencia es legítima cuando tiene su origen en un título legalmente válido y
subsistente al momento de la sustracción. Acción típica. Es la de sustraer. Respecto del significado en doctrina de la acción de
sustraer, Soler y Fontán Balestra han sostenido que es el apoderamiento propio del hurto. Compartimos con Vera Barros que la
acción de sustraer del inciso en estudio, es la mera sustracción de la cosa mueble que implique un apartamiento de quien
ostenta legítimamente la cosa. No se requiere, como en el hurto, un apoderamiento de la cosa, desde que la misma es de
propiedad de quien la sustrae. Autor del Delito. Es el dueño de la totalidad de la cosa. Culpabilidad. Se requiere dolo. Exige el
conocimiento de la legitimidad de la tenencia y la voluntad de privar de la cosa a la víctima del ilícito.

INC. 6°. CONTRATO SIMULADO O FALSOS RECIBOS: Característica de la Figura. Correctamente afirma Damianovich de
Cerredo que la figura en estudio no corresponde a las defraudaciones en cuanto a la estructura típica fundamental. Pero, la
maniobra del otorgamiento de los instrumentos simulados o falsos, entraña un ardid que logra hacer incurrir en error a la
víctima acerca de la veracidad de los instrumentos, con el consiguiente perjuicio patrimonial. Acción Típica. Es la de otorgar
alguno de los instrumentos descriptos en el tipo penal, causando perjuicio a otro. Otorgar en la inteligencia del inciso
estudiado, es suscribir. Autores del ilícito son todos los que suscriben el instrumento simulado o falso. Concepto de Contrato
Simulado. Se encuentra perfectamente detallado en el CCyC. Concepto de Falso Recibo. Por recibo se debe entender lo
siguiente: “toda constancia escrita de entrega de cosas, valores o dinero”. Dicho recibo es falso cuando la constancia inserta en
el mismo no es real. Culpabilidad. El tipo penal es compatible con dolo directo en cuanto a la culpabilidad. Los autores del
ilícito deben obrar con la intención de simular el contrato o recibo para perjudicar a un tercero extraño al acto fraudulento.

INC. 7°. ADMINISTRACIÓN INFIEL. Es una defraudación por abuso de confianza, no por fraude. El sujeto activo entra en la
administración de los bienes a través de un acto jurídico o por imperio de la ley. El manejo, administración o cuidado de los
bienes no se obtiene a través del engaño en la víctima. Sujetos Activos. Son todos aquellos que, “por disposición de la ley, de la
autoridad o por un acto jurídico, tuvieran a su cargo el manejo, la administración o el cuidado de bienes o intereses pecuniarios
ajenos”. El autor debe ejercer un poder sobre los bienes o intereses ajenos, “por disposición de la ley” (representantes
legales) “de la autoridad” (tutores o curadores designados judicialmente) o “por un acto jurídico” (mandatarios,
representantes de sociedades, etc.). Acción Típica. Consiste en “perjudicar los intereses confiados u obligare abusivamente al
titular de éstos”, a través de la violación de deberes por parte de quien administra, maneja o cuida bienes ajenos. La existencia
del perjuicio resulta de la “comparación de los estados patrimoniales antes y después de la operación”.

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Señala Fontán Balestra, que la causación de perjuicio no implica, necesariamente, el enriquecimiento del autor; “bien puede
defraudar sin apoderarse de nada”. Esta interpretación surge de la misma exigencia subjetiva contenida en el tipo; la comisión
del ilícito puede ser con el único propósito de causar daño. El sujeto activo obliga abusivamente al titular de los bienes
mediante la “violación de los deberes que tengan por consecuencia el compromiso patrimonial o la obligación excesiva en
perjuicio del titular de los bienes cuya representación ejerce el autor”. Recordemos que la acción típica de perjudicar los
intereses confiados u obligar abusivamente al titular de éstos debe tener relación causal con la “violación de deberes” por
parte de quien administra, maneja o cuida bienes o intereses pecuniarios ajenos. Esta violación de deberes debe ser dolosa.

INC. 8°. SUSTITUCIÓN O SUPRESIÓN DE DOCUMENTOS: Acciones Típicas. Consiste en la defraudación por medio de
sustitución, supresión o mutilación. Las acciones descriptas deben recaer sobre instrumentos que prueban algo relacionado
con una disposición patrimonial. Sustituye el que cambia la prueba por otra de distinto sentido o significación; mutila, el que
destruye parcialmente la prueba existente, variando de ese modo su sentido o significación; oculta el que hace desaparecer,
impidiendo su utilización en el momento oportuno, los documentos que acreditan una determinada circunstancia o incumple
con la obligación de presentarlos cuando la ley, la convención, o un hecho precedente suyo se la impone”. Objeto de la
Sustitución, Ocultamiento o Mutilación. Claramente dice la ley que tiene que recaer sobre un proceso, prueba obrante en una
causa judicial; expediente, referido a las pruebas obrantes en un expediente administrativo; y finalmente sobre un documento
o papel importante, referido a cualquier papel escrito, firmado o no, que tenga relevancia patrimonial. Confluencia de
Figuras. Las acciones descriptas en el inciso estudiado se superponen con las descriptas en el Art. 255 del CPA, pero a
diferencia de éste en el delito del Inc. 8° del Art. 173, resulta indiferente que los documentos o papeles importantes se
encuentren depositados en una oficina pública. La prueba objeto de la maniobra delictiva puede ser sobre un documento
verdadero o falso. Ello no es así en el delito del Art. 294. Consumación. Para la mayor parte de la doctrina, el delito se consuma
con la producción del perjuicio. Otros piensan que el delito se consuma al momento de la realización de las acciones típicas de
sustraer, mutilar u ocultar. Culpabilidad. El dolo exigido por la figura es el directo. Este consiste en la intención de sustituir,
ocultar o mutilar para inducir en error a la víctima, y de esta forma defraudar.

INC. 9° ESTELIONATO. Estamos en presencia de una Defraudación por Fraude, consistente en el engaño del autor, que con su
silencio u ocultación sobre la verdadera condición del bien, vende o transfiere bienes como libres pero que en realidad se
encuentran en litigio, gravados o arrendados. En otra modalidad del delito, el engaño se produce en la venta, constitución de
garantías o arrendamiento de bienes ajenos, simulando que son propios. Acciones Típicas. Conforme a las descripciones de la
ley, las acciones típicas son: vender, gravar o arrendar. La venta puede ser de cosas inmuebles o muebles. Grava el que
“constituye sobre la cosa un derecho real de garantía (Hipoteca, Prenda, Anticresis); pero no lo hace quien sólo constituye una
obligación personal sobre la cosa”. Conforme al CCyC, “habrá locación, cuando dos partes se obliguen recíprocamente, la una a
conceder el uso o goce de una cosa, o a ejecutar una obra, o prestar un servicio; y la otra a pagar por este uso, goce, obra o
servicio un precio determinado en dinero”. El delito requiere para su configuración, que se vendan o graven como bienes libres,
los que fueron litigiosos o estuvieron embargados o gravados; o bien, el que gravare o arrendare como propios, bienes ajenos.
Objetos del Delito. Un bien es litigioso cuando es el objeto de una litis judicial; ya sea sobre su dominio, o sobre su condición
de libre o gravado. Un bien se encuentra embargado, cuando por una orden judicial se lo afecta, como garantía, en un
juicio determinado. El bien está gravado cuando “pesa sobre él un derecho real de garantía, debidamente constituido con
las formalidades exigidas por la ley para que el gravamen puede ser opuesto a terceros”. El delito se consuma con el efectivo
perjuicio de la víctima. Ese perjuicio ocurre cuando la víctima realiza la contraprestación.

INC. 10. DEFRAUDACIÓN CON PRETEXTO DE REMUNERACIONES: Diferencia con la Influencia Mentida del Art. 172. No es
clara en doctrina la distinción entre el precepto del Inc. 10 del Art. 173 y la influencia mentida del Art. 172. En la fig. del Art.
172 el agente cobra para hacer valer su influencia, ante cualquiera. En la fig. estudiada el agente cobra para aplicar al pago de
una supuesta remuneración a un juez o empleado público.

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Engaño. Este consiste en la falsa afirmación de que el agente debe remunerar al juez o funcionario para obtener o por haber
obtenido algo de ellos. La remuneración es un premio en dinero, o de cualquier otra forma que implique un beneficio
patrimonial, como contraprestación de un acto positivo u omisivo de un juez o empleado público sobre un asunto de interés de la
víctima del ilícito. La remuneración tiene que ser supuesta, es decir, que no es debida y que el agente convertirá en provecho
propio. El concepto de empleado público ese encuentra en el Art. 77. El delito se consuma con el perjuicio, el que se concreta
con la entrega de la supuesta remuneración.

INC. 11. DESBARATAMIENTO DE DERECHOS ACORDADOS. No se trata de una defraudación por abuso de confianza, como
tampoco por fraude. Señala Creus que se trata de “una defraudación por abuso de la situación jurídica o de hecho”. Presupuesto
del Delito. Es la existencia de un negocio jurídico entre las partes, mediante el cual se acuerda, como precio o garantía, una
obligación o un derecho sobre el bien. El negocio jurídico debe ser válido y oneroso. Acción Típica. Consiste en “tornar
imposible, incierto o litigioso el derecho sobre un bien o el cumplimiento, en las condiciones pactadas, de una obligación
referente al mismo”. Es precisamente en la acción típica donde reside la más notoria diferencia del tipo en estudio con el del
Art. 173 Inc. 9°. La acción típica se lleva a cabo por cualquiera de los medios enunciados en la ley; “… acto jurídico relativo al
mismo bien, aunque no importe enajenación, sea removiéndolo, reteniéndolo, ocultándolo o dañándolo …”. Como bien señala
Creus los medios por los cuales se realiza la acción típica pueden ser actos jurídicos o hechos. Los resultados de la acción típica se
encuentran perfectamente descriptos por la ley: la frustración del derecho sobre el bien consiste en tornarlo imposible, incierto
o litigioso. Perjuicio. Como toda defraudación, el Inc. 11 requiere la producción de perjuicio, el que se puede presentar de
formas diversas. Sujetos del Delito. La postura acertada es la sostenida por Fontán Balestra, para quien el sujeto activo puede
ser, únicamente, “la persona que se obligó por la relación contractual, porque sólo a ella le impone la ley la obligación de
abstenerse de realizar los actos relativos al bien que la figura describe. Sujeto pasivo es aquél en cuyo favor se pactó el derecho
o la obligación incumplida”. Consumación. El delito en estudio se consuma cuando el derecho previamente acordado se torna
litigioso, incierto o imposible a los términos del Art. 173 Inc. 11, ello con absoluta independencia del resultado final del litigio.
Culpabilidad. Subjetivamente el delito requiere que el autor tenga conciencia que con su acción burla un derecho acordado.

INC. 12. DEFRAUDACIÓN DEL TITULAR FIDUCIARIO, EL ADMINISTRADOR DE FONDOS COMUNES Y EL DADOR DE
CONTRATOS DE LEASING. Conceptos Generales a los Incs. 12, 13 y 14 del Art. 173. Sujetos Activo y Pasivo. La sanción de
la Ley N° 24.441, denominada “Financiamiento de la Vivienda y la Construcción”, en el Tít. XI Art. 82, tipifica las conductas
descriptas por los actuales Incs. 12, 13 y 14 del Art. 173 del CPA. Atento el tipo penal en estudio son sujetos activos, el titular
fiduciario, el administrador de fondos comunes de inversión y el dador de un contrato de Leasing. Mientras que sujetos
pasivos son: el fiduciante, el beneficiario, el fideicomisario, en los fideicomisos establecidos por contratos, el cuotapartista en
los fondos comunes de inversión, y el tomador del contrato de leasing. El Art. 1° de la Ley N° 24.441 establece: “Habrá
fideicomiso cuando una persona (fiduciante) transmita la propiedad fiduciaria de bienes determinados a otra (fiduciario), quien
se obliga a ejercerla en beneficio de quien se designe en el contrato (beneficiario), y a transmitirlo al cumplimiento de un plazo o
condición al fiduciante, al beneficiario o al fideicomisario”. En cuanto al administrador de fondos comunes de inversión, la Ley
N° 24.441 en el Art. 78 dice que: “Se considera fondo común de inversión al patrimonio integrado por valores mobiliarios con
oferta pública, metales preciosos, divisas, derechos y obligaciones derivados de operaciones de futuro y opciones, instrumentos
emitidos por entidades financieras autorizadas por el Banco Central de la República Argentina, y dinero perteneciente a diversas
personas a las cuales se les reconoce derechos de copropiedad representados por cuotapartes cartulares o escriturales…”. “El
administrador de fondos comunes de inversión es quien está encargado de la inversión y custodia de esos fondos …”. El contrato
de leasing también se encuentra definido en la nueva ley, de la siguiente forma: “Existirá contrato de Leasing cuando al
contrato de locación de cosas se agregue una opción de compra a ejercer por el tomador …”. “Dador de un contrato de leasing” es
el contratante que da cosas en locación con una opción de compra. Las acciones típicas consisten en disponer, gravar o
perjudicar los bienes de otro, en beneficio propio o de un tercero.

INC. 13. EJECUCIÓN EXTRAJUDICIAL DE LETRAS HIPOTECARIAS IMPAGAS. El Art. 52 de la Ley N ° 24.448 establece:
“Las hipotecas en las cuales se hayan emitido letras hipotecarias con la constancia prevista en el art. 45 y todas aquéllas en que se
hubiere convenido expresamente someterse a las disposiciones de este título, podrán ejecutarse …”.

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Acto seguido la ley en el Art. 53 y ss. establece el procedimiento para realizar la ejecución extrajudicial de las letras
hipotecarias mencionadas.
El inciso en estudio reprime 2 conductas distintas:
a) Al acreedor de letras hipotecarias que haga uso de las facultades del Art. 52 y siguientes de la ley, a sabiendas que el
deudor no se encuentra en mora.
b) Cuando maliciosamente omite los recaudos legales de la ley para efectuar la subasta.
Omisión de recaudos. Los requisitos para la ejecución están consignados en los Arts. 57 a 59 de la Ley N° 24.441 y son:
verificación del inmueble; remate público; publicidad de la subasta en el Boletín Oficial y 2 diarios de circulación masiva;
condiciones de venta; notificación fehaciente al deudor de la fecha de la subasta.

INC. 14. OMISIÓN DE REGISTRAR PAGOS EN LETRAS HIPOTECARIAS. Este tipo penal tiene directa vinculación con el Art. 41
de la Ley N° 24.441 cuando dice: “Las letras hipotecarias tendrán cupones para instrumentar las cuotas de capital o servicios de
intereses. Quién haga el pago tendrá derecho a que se le entregue el cupón correspondiente como único instrumento válido
acreditativo. Si la letra fuera susceptible de amortización en cuotas variables podrá omitirse la emisión de cupones; en ese caso el
deudor tendrá derecho a que los pagos parciales se anoten en el cuerpo de la letra …”. Creus sostiene que el Inc. 14 contempla la
segunda hipótesis contemplada en el Art. 41 de la ley citada. Las Letras Hipotecarias son títulos valores con garantía
hipotecaria. Circulan por endoso nominativo, no siendo necesaria la notificación al deudor. Estos títulos pueden ser emitidos
con o sin cupones que instrumenten las cuotas de capital o del servicio de intereses. Esta figura sólo se refiere a las letras
emitidas sin cupones, pues sólo en el ámbito de ese tít. es que se da la obligación de consignar los pagos a cuenta. Aquí la acción
debe ser dolosa y se requerirá el efectivo perjuicio del patrimonio del deudor o de un tercero. Sujeto activo es el tenedor de la
letra que omite, dolosamente, consignar el pago recibido a cuenta. Sujeto pasivo, el deudor de la obligación.

INC. 15. ESTAFA MEDIANTE EL USO DE TARJETAS DE COMPRA, CRÉDITO O DÉBITO. Este inc. fue incorporado por la
Ley N° 25.930 (2004). Antecedentes Parlamentarios. Esta figura integra el grupo de las defraudaciones por fraude, a través de
sus modalidades, ardid o engaño. Se prevén 2 medios comisivos: el uso de tarjeta de compra; y el uso de datos de tarjeta de
compra. El autor citado manifiesta que ambos medios deben considerarse taxativos y consecuentemente otras modalidades
no contempladas deben excluirse de este tipo lo cual en todo caso se enmarcará en la estafa genérica. Los dos medios aludidos
se refieren a las expresiones “tarjeta de compra, crédito o débito”, que resultan elementos normativos del tipo, y para su
valoración deberá estarse a lo dispuesto por la Ley N° 25.065 que define a la Tarjeta de Crédito como “el instrumento
material de identificación del usuario que puede ser magnético o de cualquier otra tecnología, emergente de una relación
contractual previa entre el titular y el emisor”. El uso, debe considerarse típico en la medida que lo sea conforme al destino
habitual de la tarjeta o datos, de modo que este uso descarta que la mera tenencia de una tarjeta robada pueda enmarcarse en
este delito.

ESTUDIO PARTICULARIZADO DE CADA UNA DE LAS FIGURAS DEL ART. 174 (2 a 6a):
INC. 1°. ESTAFA DE SEGURO O PRÉSTAMO A LA GRUESA. El presupuesto del delito es la existencia de un contrato de seguro o
préstamo a la gruesa. El primero, se encuentra definido en el Art. 1° de la Ley Nacional de Seguros y dice: “El Contrato de
Seguro existe cuando una persona (el asegurador), se ha obligado mediante una prima o cotización a resarcir un daño o cumplir la
prestación convenida si ocurre el evento previsto”. El 2° se encontraba preceptuado por la Ley de Navegación 20.094: El
Préstamo a la Gruesa es el contrato por el cual una persona (dador) presta a otra, cierta cantidad sobre objetos expuestos a
riesgos marítimos, bajo la condición de que, pereciendo esos objetos, pierda el dador la suma prestada, y llegando a buen
puerto los objetos, devuelva el tomador la suma con un premio estipulado”. La acción típica consiste en “incendiar o destruir”
una cosa asegurada, una nave asegurada, o una carga o flete asegurados o sobre la que se haya pactado un préstamo a la
gruesa. Sujeto activo del delito puede ser el beneficiario del seguro o el préstamo, o un tercero; ello, surge claro de la letra de la
ley: “… para procurarse a sí mismo o procurar a otro …”. Resulta indispensable el propósito de procurar un provecho ilegal en
perjuicio del asegurador o dador del préstamo.

INC. 2°. DEFRAUDACIÓN DE UN MENOR O INCAPAZ. Es una fig. que no responde a la de fraude, ni a la de abuso de confianza.
Es una defraudación por abuso de las debilidades propias de la personalidad de la víctima menor de edad o incapaz. El sujeto
pasivo está claramente definido en el tipo penal: menores de edad o incapaces, declarados o no judicialmente. Menores de
edad son todos aquellos que no han cumplido la edad de veintiún años. La materialidad del delito consiste en abusar de las
necesidades, pasiones o inexperiencia de alguno de los sujetos pasivos referidos. Abusa el que explota la necesidad, pasión o
inexperiencia de un menor o incapaz. La acción del agente será típica cuando el abuso de la necesidad, pasión o inexperiencia
del menor o incapaz tenga por finalidad “hacerle firmar un documento que importe cualquier efecto jurídico”.

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Correctamente señala la doctrina, que el documento al que hace referencia la ley debe ser de carácter patrimonial, ya que de
otra forma no hay ataque a la propiedad. El efecto patrimonial del documento firmado por el menor o incapaz debe ser “… en
daño de él o de otro …” dice el inciso en estudio. No obstante, de tratarse de un delito contra la propiedad, es un delito de
peligro. El delito se consuma con la firma del documento, aun cuando no se produzca un perjuicio material concreto, atento el
carácter de la figura. El delito es doloso y éste tiene por contenido el conocimiento por parte del agente de que se trata de un
menor o incapaz, y la intención de explotar la necesidad, ligereza o inexperiencia del mismo con la finalidad de que suscriba un
documento de carácter patrimonial.

INC. 3°. DEFRAUDACIÓN POR EL USO DE PESAS O MEDIDAS FALSAS. Es una forma agravada de cometer el fraude del Art. 173
Inc. 1°. En el inc. en estudio la ley selecciona un ardid especial; el uso de pesas o medidas falsas. Se diferencia también, del
Art. 173 Inc. 1°, en que el delito del inciso en estudio lo puede cometer tanto el que entrega las cosas como el que las recibe,
mientras que en el Art. 173 Inc. 1°, el sujeto activo es el que entrega. El delito se materializa cuando el sujeto activo utiliza las
pesas o medidas falsas, con conocimiento de esa falsedad, como medio ardidoso para hacer incurrir en error al sujeto pasivo
sobre lo que tiene que entregar o recibir. Es un delito doloso y como tal si el autor ignora la falsedad de las pesas o medidas no
estamos en presencia del ilícito investigado. El delito se consuma cuando se produce el perjuicio, y ello ocurre cuando luego de
pesar o medir se realiza la contraprestación.

INC. 4°. FRAUDE EN MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN. La razón de la agravante es el peligro común que crea para las personas,
los bienes o el Estado la entrega o utilización de materiales de construcción de mala calidad. Igual que en el inciso anterior el
delito en estudio es un caso especial de la defraudación del Inc. 1° del Art. 173, toda vez que el fraude exigido consiste en la
defraudación en la sustancia, calidad o cantidad de los materiales vendidos para una obra o empleados en la misma. La doctrina
admite que la figura es de fraude, por oposición a las figuras de abuso de confianza. La acción consiste en una defraudación en
la sustancia, calidad o cantidad de los materiales vendidos para unaobra o utilizados en una construcción. Además de la lesión
a la propiedad la figura requiere un peligro abstracto para la seguridad de las personas, los bienes o el Estado. El delito se
consuma en el momento en que se comete el acto fraudulento típico, poniendo en peligro la seguridad de las personas, los
bienes o el Estado.

INC. 5°. FRAUDE EN PERJUICIO DE UNA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA. La razón legislativa de la agravante es la repercusión
general del daño que se ocasiona con el ilícito. La calidad de empleado público del sujeto activo es relevante sólo a los fines de
imponerle al culpable la pena de inhabilitación del 2° Ap. del Inc. 5° del Art. 174, en forma conjunta con la pena de prisión
prevista en el tipo penal. Aun cuando la ley penal se refiere al que cometiere “fraude” en perjuicio de la Administración Pública,
la doctrina en forma pacífica admite que la defraudación sea por fraude propiamente dicho o por abuso de confianza. Se puede
defraudar a la Administración Pública mediante la conducta típica del Art. 172 o de cualquiera de las formas contenidas en
el Art. 173. La defraudación se produce en “perjuicio de una Administración Pública” cuando el delito lesiona la propiedad de un
ente del Estado, sea nacional, provincial, municipal o empresa mixta con capitales del Estado. El perjuicio del que habla la ley
es la pérdida del objeto mismo del delito. En cuanto a la culpabilidad, la figura exige dolo, el que se traduce en el conocimiento,
por parte del autor del ilícito, que atenta contra un patrimonio cuyo titular es una entidad dotada de personalidad de derecho
público. La 2° parte del inc. en estudio impone como pena accesoria, la de inhabilitación especial perpetua si el culpable fuera
empleado público. El concepto de empleado público es el que determina el Art. 77 y por esta norma se equipara al concepto
de funcionario público.

INC. 6°. La incorporación de esta fig. se enmarca dentro de una serie de normas tendientes a la Protección de variadas
Actividades Económicas, Industriales, etc., (de Desarrollo Económico del país). Acciones Típicas. La 1° de ellas hace
referencia a la afectación del normal desenvolvimiento de un establecimiento, lo cual tiene que ver con la punición de
determinadas conductas que apuntan a sabotear o de algún modo alterar la marcha del desarrollo de la actividad de que se
trate. Ello supone que deberá producirse con la comisión de un efectivo perjuicio patrimonial para situarnos en el marco de la
consumación, descartándose el mero peligro. Las otras acciones apuntan a la destrucción, desaparición, daño, ocultación o
disminución de materias primas y/o del valor de un determinado bien que pueden ser también maquinarias y/o cualquier
elemento, considerando la enumeración meramente ejemplificativa y no limitativa.

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Se sostiene que esta defraudación puede llevarse a cabo tanto mediante, cuanto por medio de abuso de confianza y/o por
abuso de situación. Por último, resta destacar que no habrá variantes respecto de la culpabilidad y de los sujetos
intervinientes, salvo en lo que respecta a la agravante del funcionario público que ahora queda ampliada mediante la
incorporación del empleado y se les aplica a los dos la pena accesoria de inhabilitación especial perpetua.

ESTUDIO PARTICULARIZADO DE CADA UNA DE LAS FIGURAS DEL ART. 175 ($):
INC. 1°. APROPIACIÓN DE COSAS PERDIDAS O DE TESOROS. La norma protege 2 derechos: el derecho al dominio, posesión o
tenencia cuando se trata de cosas perdidas, y el derecho del propietario o poseedor del predio a que se le entregue la parte
que le corresponde cuando se trata de tesoros. El objeto del delito recae sobre las cosas perdidas y los tesoros. Cosa perdida es
toda cosa mueble, que tenga valor económico, que haya salido de la tenencia de su legítimo tenedor y sin que otro sujeto se
haya apoderado de ella. Por tesoro debe entenderse: “… todo objeto que no tiene dueño conocido, y que está oculto o enterrado
en un inmueble, sea de creación antigua o reciente, con excepción de los objetos que se encuentren en los sepulcros, o en los
lugares públicos, destinados a la sepultura de los muertos”. Queda comprendido en la norma, como objeto del delito, la mitad del
tesoro encontrado en el predio ajeno, ya que la otra mitad le corresponde al descubridor. Para que la mitad del tesoro
corresponda al descubridor, debe ser encontrado casualmente. Se apropia en el sentido del tipo penal, el que halla la cosa
perdida o descubre el tesoro, adueñándose de la cosa o de la mitad del tesoro que le corresponde al propietario del inmueble.
La forma de adueñarse, por parte del autor, puede ser explícita o implícita. El 1° supuesto ocurre cuando realiza actos
concretos de destrucción, transformación, venta, etcétera; el segundo supuesto, se da cuando, en el caso de cosas perdidas, no
da inmediata noticia al dueño si lo conoce o debía conocerlo, o caso contrario, entregarlos al juez o policía del lugar, y en el
caso de tesoros, el que lo conserva en su poder, sin hacer entrega, de lo que le corresponde, al propietario del inmueble, aun
cuando no realice actos de dueño del tesoro. Es un delito doloso y éste consiste en el conocimiento que tiene el autor de que se
trata de una cosa perdida o que la mitad del tesoro descubierto le pertenece al propietario del inmueble, y la intención de
apropiarse de ellos. La figura es compatible aún con dolo eventual. El delito se consuma con la apropiación expresa o implícita
de la cosa perdida o de la mitad del tesoro descubierto. El delito admite tentativa.

INC. 2°. APROPIACIÓN DE COSA AJENA POR ERROR O CASO FORTUITO. El objeto protegido es el derecho que tiene el dueño,
poseedor o tenedor de una cosa, a que ésta le sea restituida. La acción típica consiste en apropiarse, de la misma forma que en
el inciso anterior, de la cosa ajena en cuya tenencia se entró por error o caso fortuito. El error puede ser del mismo autor del
hecho, del propietario de la cosa o de un tercero. Respecto al caso fortuito, no existe semejanza con el concepto dado por el D°
Civil, en cuanto la ley civil requiere para la existencia del caso fortuito y la fuerza mayor que sea “imprevisible” e “inevitable”;
ello, porque en el CCyC el caso fortuito y la fuerza mayor sirven para eximir de responsabilidad, mientras que en el Inc. 2° del
Art. 175 sólo opera como causa material de la tenencia de la cosa. Son casos fortuitos para la ley penal, los hechos de la
naturaleza, del hombre en forma involuntaria y de los animales, en cuya virtud el autor entra en la tenencia de las cosas
ajenas. Son supuestos donde queda excluida la tenencia de la cosa originada por un error. El delito se consuma,
ordinariamente, en el momento de la apropiación. Pero también puede consumarse el ilícito en el mismo momento en que se
entra en la tenencia de la cosa; ello ocurre cuando al autor del hecho se le hace entrega, por error, de una cosa y éste sabe –en
ese mismo momento– que la entrega es por causa de un error y no obstante ello la recibe.

INC. 3°. DISPOSICIÓN ILEGAL DE LA PRENDA. “La pena del Inc. 3° del Art. 175 protege la propiedad del deudor prendario en lo
que atañe al derecho de éste a que, en caso de incumplimiento total o parcial de su obligación, la garantía dada se haga efectiva
con las formalidades dadas por la ley”. El presupuesto del delito es la existencia de un contrato válido de prenda con
desplazamiento, el que se encuentra definido en el CCyC. El acreedor cometerá el delito en estudio cuando incumplido el
contrato, venda, se apropie o disponga de la cosa objeto de la prenda, sin seguir con el procedimiento legal correspondiente.
Este procedimiento es el regulado en los códigos de fondo.

INC. 4°. DESNATURALIZACIÓN DE CHEQUES. No resulta claro cuál es el bien jurídico protegido por la figura que reprime el
inc., ni si su ubicación metodológica, entre las estafas y otras defraudaciones, resulta correcta. En cuanto al bien jurídico
protegido, se ha discutido mucho en doctrina.

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No se puede dudar que el tipo penal desnaturaliza al cheque, desde que éste es un instrumento de pago y la acción típica
consiste en transformar la verdadera naturaleza jurídica del cheque. El objeto del delito es el “cheque o giro”, que consiste en
una simple orden de pago. No es, por lo tanto, instrumento de garantía. La doctrina considera como términos sinónimos al
cheque y al giro. El cheque debe ser con fecha posterior o en blanco. Con fecha posterior es el que se entrega con un día
delibramiento futuro. En blanco, es el que carece de fecha de libramiento. Se considera cheque al instrumento que reúne todos
los requisitos establecidos en el Art. 2° de la Ley N° 24.452. Con la anterior legislación el cheque era una orden de pago, en la
actualidad y luego de la reforma, existen 2 clases de cheques: los cheques comunes y los cheques de pago diferido. El cheque
común de la vigente legislación, sigue siendo una orden de pago. El cheque de pago diferido, “es una orden de pago librada a
días vistas, a contar para su registro en una entidad autorizada, contra la misma u otra en la cual el librador a la fecha de
vencimiento debe tener fondos suficientes depositados a su orden en cuenta corriente o autorización para girar en descubierto,
dentro de los límites de registro que autoriza el girado”. Atendiendo a la naturaleza jurídica del cheque, en la actual legislación,
con el cheque diferido se puede posdatar la fecha de vencimiento, a diferencia del cheque común. Entendemos que sólo el
cheque común de La Ley 24.452 podrá ser objeto del delito del Inc. 4° del Art. 175; no así el cheque diferido del Art. 56 de la
Ley N° 24.452 de Cheques. Las conductas típicas son las de “exigir” o “aceptar”. El delito se consuma no con la exigencia o
aceptación del cheque, sino con su recepción. La recepción del cheque o giro debe ser por una “obligación no vencida”. El delito
supone una obligación entre el autor del ilícito y la víctima; obligación que puede ser de dar, hacer o no hacer. El tipo penal
contiene un elemento subjetivo cuando dice: “El acreedor que a sabiendas exija o acepte”.

DEFRAUDACIONES FISCALES: Concepto: El fraude fiscal es la evasión en el pago de los impuestos debidos por parte de las personas
físicas o jurídicas que se encuentran obligadas a contribuir tributariamente al Estado. El fraude fiscal es el perjuicio patrimonial
ocasionado al Estado (a la hacienda púb lica) sabiendo que se está incumpliendo los pertinentes deberes tributarios o falseando
alguna situación que provoque la generación de una cantidad de impuestos menores de los que deberían haberse generado.

DELITOS ADUANEROS: Contrabando: Figura Básica y Agravadas. Actos Culposos. Tentativa. Encubrimiento (Ley N° 22.415: Cód. Aduanero).
Delito Aduanero: Cualquier acto u omisión, impidiere o dificultare, mediante ardid o engaño, el adecuado ejercicio de las funciones que las leyes acuerdan al
servicio aduanero para el control sobre las importaciones y las exportaciones. Los Delitos Aduaneros consisten en actos ilícitos, los cuales se basan en la
simulación, engaño, falsedad u ocultación que inciden o inducen a errores contra las Administraciones Aduaneras, causando perjuicios tanto al control y
cumplimiento de la norma aduanera o, a su vez, en la recaudación al fisco evadiendo el pago parcial o total de los impuestos al comercio exterior, aunque las
mercancías no sean objeto de imposición.
Contrabando: consiste en cualquier acto u omisión tendiente a impedir o dificultar, mediante ardid o engaño, el adecuado ejercicio de las funciones acordadas al
servicio aduanero para el control de las importaciones y exportaciones.

RÉGIMEN PENAL CAMBIARIO: Infracciones Punibles. Responsabilidad de las Personas Jurídicas. Prescripciónde la Acción Penal. Ley N° 19.359 modif.
por Leyes N° 22.338, N° 23.928 y N° 22.144.
El Rég. Penal Cambiario es el que aplica sanciones de multa y prisión. La particularidad es que el BCRA actúa, hasta ahora, como un juez de instrucción. Aquí es
donde el Gobierno quiere darle mayor poder a la entidad, para imponer control y castigo. Es el régimen de sanciones para quienes infrinjan disposiciones legales
con moneda extranjera. otorgamiento de facultades al banco central.
La Ley Penal Cambiaria es una ley penal en blanco, que requiere ser integrada a través de disposiciones administrativas que definan con precisión el hecho
punible merecedor de reproche penal, lo que para una parte de la doctrina es inconstitucional, ya que la conducta que configura el tipo penal es fijada por una
entidad autárquica y no por una ley anterior al hecho del proceso, tal como exige el Art. 18 de la CN.
Delitos Cambiarios:
 Toda negociación de cambio que se realice sin intervención una de institución autorizada
 Operar sin estar avalado
 Toda falsa declaración relacionada con las operaciones de cambio
 La omisión de rectificar las declaraciones producidas y efectuar los reajustes correspondientes si las transacciones reales resultasen distintas de las
denunciadas
 Toda operación que no se realice por la cantidad, moneda o cotización, en los plazos y demás condiciones establecidos por la regulación vigente
 Todo acto u omisión que infrinja las normas sobre el régimen de cambios (por ejemplo, las normas del BCRA).

RÉGIMEN PENAL TRIBUATRIO: Delitos Tributarios. Delitos relativos a los Recursos de la Seguridad Social. Delitos Fiscales Comunes. Disposiciones
Generales. Ley N° 24.769
¿Qué es el Régimen Penal Tributario? Según la Ley Penal Tributaria, el delito contable es aquel donde las empresas incumplen con las normas tributarias de
llevar libros y registros contables. Los actos materiales que llevan a las organizaciones a cometer este delito son cuatro: Incumplimiento de llevar libros contables.
Los Delitos Penales Tributarios prevén sanciones privativas de la libertad y están regulados por la Ley N° 27.430.
Delitos Tributarios o Delitos Fiscales Comunes:
 Evasión Simple
 Evasión Agravada
 Aprovechamiento Indebido de Tributos Fiscales
 Apropiación Indebida de Tributos.

Delitos Previsionales o de la Seguridad Social:


 Evasión Simple
 Evasión Agravada
 Apropiación Indebida de los recursos de la Seg. Soc.
 Insolvencia Fiscal Fraudulenta
 Simulación Dolosa de Pago
 Alteración Dolosa de Registros
 Delitos Fiscales Comunes

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UNIDAD 11: DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD (conclusión)

EL DELITO DE USURA (Art. 175 Bis: 1 a 3a + $):


Bien Jurídico Protegido. Al igual que su fuente directa, la figura alcanza a la incriminación no sólo de la usura practicada en
un préstamo, usura crediticia, sino también a la usura real, es decir, a la practicada en cualquier otro negocio jurídico.
Quedan alcanzados por la figura los contratos usurarios de compraventa, arrendamiento, cesión de derechos, etc., y en
general, todo negocio jurídico donde ambas partescontratantesse obligan a una prestación.
Ante su Ubicación Sistemática en el Tít. VI del CPA, ninguna duda cabe, y sobre la cuestión existe coincidencia en doctrina, que
en nuestro derecho la propiedad de los particulares es el bien protegido por la figura, por los graves perjuicios que el negocio
usurario ocasiona al patrimonio del damnificado.
Análisis de la Figura Legal:
USURA PROPIAMENTE DICHA. Las acciones típicas de la fig. prevista por la 1° parte del art. consisten en hacerse “dar o
prometer”, es decir, lograr que el sujeto pasivo del delito entregue o se obligue o comprometa a entregar al agente intereses o
ventajas pecuniarias evidentemente desproporcionadas con la prestación que éste entrega a aquél. Pero estas acciones
materiales deben estar precedidas o acompañadas de un especial elemento subjetivo requerido por el tipo, consistente en el
aprovechamiento, por parte del agente, de la necesidad, ligereza o inexperiencia de la víctima, lo que provoca la entrega o
promesa. Entre el aprovechamiento y la acción típica debe mediar una relación de causa a efecto. La necesidad de la víctima, y
de la que se aprovecha el usurero, no necesariamente debe tener carácter económico, o importar un verdadero apremio de
esta naturaleza como lo requiere una parte importante de nuestra doctrina. La carencia que importa la necesidad puede ser de
cualquier naturaleza. La figura no distingue sobre la naturaleza de la necesidad, sólo exige su aprovechamiento por parte del
usurero. Actúa con ligereza quien lo hace irreflexivamente, sin medir el alcance o consecuencias económicas del negocio que
realiza o de las obligaciones que contrae. Ligereza que puede ser una característica en la estructura de la personalidad de la
víctima, o producto de cualquier otra circunstancia. La inexperiencia es la ignorancia o falta de conocimiento sobre el negocio
que la víctima celebra, producto de su inmadurez, o por la ausencia de práctica en su realización, lo que le impide comprender
su verdadero alcance. El delito de usura sólo es propio a los negocios donde ambas partes se obliguen a una prestación. La
prestación del sujeto pasivo del delito consiste en “intereses u otras ventajas pecuniarias evidentemente desproporcionadas” con
lo que entrega o hace el agente. La desproporción entre la prestación de la víctima y la del agente debe ser evidente, es decir, de
tal magnitud que se patentice o haga notar sin esfuerzo.
OBTENCIÓN DE RECAUDOS O GARANTÍAS EXTORSIVAS. En el otro modo de usura prevista por esta 1° parte del art. que
comentamos, la acción material del delito consiste en hacerse otorgar recaudos o garantías extorsivas que aseguren el
cumplimiento de las obligaciones asumidas por el deudor en un negocio jurídicocualquiera. El acreedor se hace otorgar, dar o
constituir por este resguardo, fianzas, seguridades extraordinarias, anormales, fuera de lo común respecto a operaciones
similares, y que operan coactivamente sobre el sujeto pasivo, por las graves consecuencias que le puede traer el
incumplimiento de su obligación. Consumación y Tentativa. El delito de usura, en sus 2 formas comisivas previstas por la 1°
parte de este art. es instantáneo. Se consuma cuando la víctima promete o da los intereses o ventajas desproporcionadas, u
otorga recaudos o garantías extorsivas. No existe acuerdo respecto a si estas formas usurarias admiten o no tentativa. Una
parte de la doctrina rechaza esta posibilidad, dado que se trata de un delito de peligro que se consuma con la sola promesa,
antes de la cual sólo habrá actos preparatorios. En la otra modalidad usuraria prevista por la 1° parte del art., la acción
típica consiste en “hacerse otorgar”, no en “prometer” otorgar, por lo que es posible imaginar que antes de la consumación del
hecho, es decir, del efectivo otorgamiento del recaudo o garantía, verdaderos actos ejecutivos tendientes a este resultado sean
frustrados por causas ajenas a la voluntad del agente, por lo que pensamos que, en esta modalidad del delito, es admisible la
tentativa. Otro sector de la doctrina admite la posibilidad de la tentativa, en las dos formas de usura.

NEGOCIACIÓN DE UN CRÉDITO USURARIO. El delito, previsto por el Ap. 2° del Art. 175 Bis es denominado también por
la doctrina como “Usura Sucesiva”, dado que el sujeto activo, sin ser el que directamente obtuvo

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el crédito usurario, lo mantiene en las mismas condiciones, adquiriéndolo, transfiriéndolo o haciéndolo valer, continuando o
adhiriendo con su acción, al originario aprovechamiento de la necesidad, ligereza o inexperiencia de la víctima.

Agravante (Art. 175 Bis Últ. Ap.: 3 a 6a +$). El último Ap. del Art. 175 Bis agrava la pena elevándola a prisión de 3 a 6 años y
multa de $15.000 a 150.000, si el autor de cualquiera de los tipos previstos por la fig. fuera prestamista o comisionista usurario
profesional o habitual. Debe tratarse de un prestamista o comisionista usurario, es decir, que tenga como profesión o que
habitualmente de o intervenga como intermediario en préstamos o negocios usurarios. La habitualidad importa la
celebración repetida de varios contratos usurarios, con la misma persona, o con personas diferentes. Es profesional el
prestamista o comisionista usurario que hace de esta actividad su medio de vida, aunque no sea único, y se comparta con
otras actividades o fuentes de ingresos.

QUEBRADOS Y OTROS DEUDORES PUNIBLES:


Principios Generales.Bien Protegido
El espectro pluriofensivo que presentan las conductas tipificadas por el cap. que nos ocupa, ha dado lugar a una diversa
interpretación de la doctrina acerca del bien jurídico tutelado por las normas que lo integran. Al concepto de “propiedad” no
debe identificárselo con el “dominio”, sino como comprensivo de todos los derechos patrimoniales y es con este alcance con el
que debe interpretarse la protección que la CN da al “derecho de propiedad” (Art. 17). De la premisa antedicha, resulta
adecuada la tipificación de las conductas en estudio como Delitos contra la Propiedad, siendo ésta, en el caso concreto,
interpretada como el derecho de los acreedores a la satisfacción de sus créditos mediante la preservación de la intangibilidad
del patrimonio a fin de que el mismo pueda operar como prenda común de aquéllos. Ese derecho representa el bien jurídico
tutelado, no correspondiendo tener también por tal a la referida preservación del patrimonio, desde que la incolumidad del
mismo no es sino el presupuesto para que pueda ejercitarse ese derecho.

Sistema del CPA:


TIPIFICACIÓN PENAL Y CALIFICACIÓN DE CONDUCTA. En la legislación argentina sobre la materia el hecho de que la ley
penal tipificara los delitos que podían resultar del estado de quiebra y la ley comercial se encargara de calificar la conducta
del fallido había dado lugar a distintos cuestionamientos en torno a si dicha conducta constituía o no un requisito previo a la
procedencia de la acción penal, como así también la calificación de los tipos delictivos vigentes, eran los definidos a través de
la calificación conductual que hacía la ley mercantil o bien los previstos por el CPA.
Hoy, merced de la Ley N° 24.522 (Concursos y Quiebras), ha quedado definitivamente superada toda la problemática
antedicha a raíz de la eliminación que ha hecho del incidente de calificación de conducta del fallido sustituyéndolo por un
sistema de inhabilitación. Se ha derogado un instituto de demostrada ineficacia práctica que, implicando una doble e
inconveniente actividad jurisdiccional, imponía al juez de la quiebra actuar como si lo fuera de instrucción al tener que
investigar conductas delictivas. La nueva ley ha venido así a concretar en sede penal la unificación del sistema sancionatorio de
la quiebra.

QUIEBRA FRAUDULENTA (Art. 176: 2 a 6a)


Del texto del art. que comentamos, resulta la necesidad de que exista, a los efectos de la configuración del delito, una
declaración de quiebra, respecto de cuyo carácter la doctrina no logra coincidir. Suscribimos la opinión que considera a dicha
declaración un elemento del tipo, en tanto las conductas resultan ser típicas por estar relacionadas a una quiebra declarada.
Elemento que califica al autor al determinar que éste no es“el comerciante”, sino “el comerciante declarado en quiebra”. Sujeto
Activo. Respecto de éste, el texto legal exige la calidad de “comerciante”, que la reviste quien, teniendo capacidad legal para
ejercer el comercio, realiza actos de comercio en nombre propio y como profesión habitual. Sabido es que dicha calidad
deviene estrictamente de una situación de hecho cual es la del efectivo ejercicio de actos de comercio idóneos para ello y que,
para la materia penal, trátese en el caso de un comerciante “declarado en quiebra”. Sujeto Pasivo. Por tal debe tenerse a los
acreedores del fallido, en tanto éstos son los titulares de los créditos a cuya satisfacción está destinado el patrimonio del
deudor como prenda común de los mismos. Pero cabe advertir que no se trata de cualquier acreedor por el solo hecho de
serlo, sino del que integra la masa de acreedores.

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Conductas Punibles. Las conductas del sujeto activo descriptas por el Art. 176, deben haber sido ejecutadas “en fraude de sus
acreedores”.
Corresponde indicar que la enumeración de actos fraudulentos que refiere el Art. 176 tiene Carácter Taxativo y todo acto que
no se encuentre comprendido en ella –aunque importe fraude a los acreedores– no quedará incluido en la figura penal de dicha
norma, sin perjuicio de que pueda estarlo en otras. Tales conductas permiten ser clasificadas en tres categorías atendiendo a la
finalidad perseguida por el autor a través de las mismas:
a) Actos Aparentes.
b) Actos Disminutorios.
c) Actos Dispares.
Actos Aparentes. Referidos por el Inc. 1° del Art. 176 –“simular o suponer deudas, enajenaciones, gastos o pérdidas”– son
ejecutados con la finalidad de “simular” el pasivo para “disimular” el activo, es decir, aparentar un mayor estado del pasivo que
el real y disminuir el verdadero del activo.
Actos Disminutorios. Se encuentran tipificados por el Inc. 2° del Art. 176, al incriminar los hechos de “no justificar la salida o
existencia de bienes que debiera tener; sustraer u ocultar alguna cosa que correspondiere a la masa”. El inciso en análisis refiere
dos clases de autoría: por omisión, en relación a la primera parte; y por comisión, respecto de la segunda parte.
Actos Dispares. Los llamamos así en cuanto los mismos lesionan el principio de la par conditio creditorum, destinado a
preservar la paridad en el tratamiento de los acreedores y se encuentran referidos por el Inc. 3° del Art. 176 que reprime el
“conceder ventajas indebidas a cualquier acreedor”.

Consumación y Tentativa. En relación al momento de la consumación del delito de quiebra fraudulenta, tanto la doctrina
como la jurisprudencia registran distintos criterios a ese efecto. Se ha indicado que aquélla se produce:
 Al momento de la cesación de pagos.
 Al momento de la declaración de quiebra.
 Al momento de la cesación de pagos cuando los hechos fraudulentos fueron anteriores a ella y al momento de ocurrir
éstos si fueron posteriores a la misma.
 Al momento de la declaración de quiebra cuando los hechos fraudulentos fueron anteriores a ella y al momento de
ocurrir éstos, si fueron posteriores a la misma.
Nos pronunciamos por compartir este último criterio por entender que es el que se corresponde adecuadamente a la
estructura configurativa del delito.

QUIEBRA CULPOSA: (Art. 177: 1m a 1a)


Concepto y Diferencia: A los efectos de la configuración penal del tipo, surge del Art. 177 que deberían concurrir, como
requisitos, la declaración de quiebra de un comerciante que la ha causado en razón de sus propios actos y el perjuicio
ocasionado con ello a los acreedores. Causa y Declaración de la Quiebra. Reprime el Art. 177, al comerciante que hubiere
causado su propia quiebra y perjudicado a sus acreedores por la realización de los actos que la norma describe. Del texto
resulta que a los efectos de la figura penal que nos ocupa, es necesario que exista una relación de causalidad por la que la
declaración de quiebra es consecuencia de la propia conducta del comerciante, el que aparece, así como causante de ella a
través de la comisión de los actos incriminados. Dicha conexidad debe terminar en esa declaración, de manera que el solo
estado de cesación de pagos no es suficiente para la tipificación. Sujetos activo y Pasivo. Respecto del 1°, debe tratarse de un
comerciante individual que ha causado su quiebra. En cuanto al sujeto pasivo, al igual que en el caso del Art. 176, no se trata de
cualquier acreedor sino de aquél que concursalmente se lo tiene reconocido por tal y, por tanto, integra la masa. Resultado
perjudicial. Reclama la norma que el comerciante haya perjudicado a sus acreedores y, al respecto, se ha discutido sobre la
causa del perjuicio en cuanto a si por tal deben interpretarse los hechos punibles referidos por el Art. 177 o si es el estado de
quiebra el generador de ese efecto. Conductas punibles. Siguiendo el criterio de indicar manifestaciones concretas de conducta
culposa antes que definirla propiamente, el Art. 177 refiere, a título ejemplificativo, algunas de esas manifestaciones que bien
pueden sintetizarse diciendo que son expresiones, en todos los casos, de la imprudencia y de la negligencia. Además de las
acciones punibles referidas, pueden darse otras no mencionadas explícitamente por el texto. Mas éste se encarga de requerir
para todas las conductas, que ellas deben ser de una negligencia o imprudencia manifiesta. Entrando en la consideración de las
conductas expresamente mencionadas, cabe señalar que algunas obedecen al concepto de imprudencia, cuales son los gastos
excesivos con relación al capital y al número de

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personas de la familia; las especulaciones ruinosas y el juego. La restante responde al concepto de negligencia.
Consumación. Atento a la relación de causalidad existente entre las conductas culposas del sujeto y el estado de quiebra en
cuanto éste es consecuencia de aquéllas, es opinión común en la doctrina que la consumación del delito tiene lugar con la
declaración de la misma pasada en autoridad de cosa juzgada. Elemento Subjetivo. Por último, los actos de negligencia o
imprudencia manifiesta implican la culpa del deudor en la violación de los deberes inherentes a su cargo. Se trata del único
supuesto donde se tipifica el delito culposo

QUIEBRA IMPROPIA: Quiebras de Personas Jurídicas y Liquidación Sin Quiebra de Entidades Financieras. Quiebra
Societaria Fraudulenta o Culposa
Si bien es cierto que a las personas jurídicas no puede atribuírseles responsabilidad penal, también lo es que, por el obrar de sus
representantes pueden caer en estado de insolvencia, al que podrían haber llegado o, una vez declarado, verse agravado por
las conductas culposas o dolosas de aquéllos, y es por lo que el legislador ha debido incriminarlos a través de la norma
transcripta para evitar así la impunidad en que quedarían atento a no ser ellos propiamente los sujetos caídos en quiebra. Es
por esta última razón que a dicha figura se la ha referido como “Quiebra Impropia”, para significar con esta denominación el
hecho de que quien quiebra no es quien resulta penalizado.

Entes Colectivos Comprendidos. La norma refiere los entes colectivos respecto de los cuales sus representantes, funcionarios
o auxiliares pueden ser reprimidos como autores de las conductas dolosas o culposas reprobadas por los Arts. 176 y 177 del
CPA, respectivamente. Menciona:
o Las Sociedades Comerciales (vale señalar que el carácter de mercantiles les deviene de la forma o tipo societario
adoptado con prescindencia de la propia naturaleza de los actos constitutivos del objeto social);
o Las Personas Jurídicas que Ejerzan el Comercio (las que para llegar a ser tenidas como tales deben dedicarse a la
efectiva explotación de actos propiamente mercantiles)
o Los Bancos y Entidades Financieras (entes que realicen intermediación habitual entre la oferta y la demanda de
recursos financieros: referidos por el Art. 178, en tanto se hubiere abierto el “procedimiento de liquidación sin quiebra”
de los mismos).

El Art. 178 comprende:


Las Sociedades Cooperativas y a las Mutuales, respecto de estas últimas, por imperio de la Ley de Asociaciones Mutuales
N° 20.321 y de la Ley de Concursos y Quiebras N° 24.522, las mismas no pueden ser sujetos pasivos de concursos. Sujetos
Activos. Por tratarse de un delito propio o especial, pueden ser autores del mismo sólo los sujetos calificados por la ley. Resulta
así que, a los efectos del tipo, conforme al Art. 178, pueden ser sujetos activos los directores, síndicos, administradores,
miembros de comisiones fiscalizadoras o de vigilancia, de consejos de administración o directivos, gerentes, contadores y
tenedores de libros. Conducta punible. Está representada por la “cooperación” en la ejecución de alguno de los actos referidos
por los Arts. 176 y 177, lo cual nos pone en la necesidad de precisar el significado y alcance de tal cooperación. Apuntando que
ésta es una expresión poco adecuada al caso –porque no se trata de una concurrencia a la delincuencia ajena– con ella se ha
querido referir la intervención mínima exigida para la punibilidad del sujeto, siendo abarcativa tanto de los actos de
participación por complicidad como de los propios de ejecución ya en coautoría o en autoría individual sin participación
alguna.

EL CONCURSO CIVIL FRAUDULENTO (Art. 179: 1 a 4a)


PANORAMA LEGISLATIVO. Referido el Art. 176 a los actos por él considerados delictuales cuando la autoría responde a un
sujeto comerciante declarado en quiebra, el legislador de 1921 a los efectos de evitar la impunidad que le significaría al no
comerciante la ejecución de aquéllos en razón de no tener él la especial calidad requerida en el sujeto por tal precepto ni llegar
a la condición de quebrado, es que dictó la norma que nos ocupa tipificando esas conductas cuando su autor tiene, también,
una calidad especial, esto es, la de ser no comerciante. Encontrándose éste en concurso civil y ejecutando las conductas
normadas, devenía la configuración penal del concurso civil fraudulento.
Dictada la Ley de Quiebras 11.719, por su art. 1° se reconocía al no comerciante, bajo ciertas condiciones, como sujeto susceptible de quiebra, con lo cual aquél
venía a quedar fuera de la previsión del Art. 179 en tanto no se ajustaba al requisito prescripto de estar concursado civilmente y no en quiebra; no siéndole
tampoco aplicable el Art. 176 por no tener la calidad de comerciante. Con la sanción de la Ley de Concursos 19.551, vino a quedar salvada la situación
antedicha, habida cuenta de que por su Art. 310 se instituyeron los concursos civiles aplicables a los no comerciantes, de manera que por esta vía, venían a
darse los requisitos exigidos por el Art. 179 para su operatividad. Esta armonía legislativa bien pronto desapareció con la Ley N° 22.917, la que, derogando
aquél artículo, unificó el régimen

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concursal de manera que resultaron comprendidas, sin distinción, las personas de existencia visible y el deudor no comerciante pasó a ser sujeto pasivo de quiebra
y no ya de concurso civil.

Este criterio se ha mantenido por la Ley de Concursos y Quiebras N° 24.522 y con él planteada la cuestión relativa a la
aplicación del Art. 179, desde que el no comerciante no podría estar ya en concurso civil y, estando en quiebra no lo sería
como comerciante, con lo cual vuelve a plantearse el interrogante de su punibilidad. Se ha sostenido que el no comerciante
puede ser sujeto de concurso –que no puede ya adjetivárselo de civil, pero concurso al fin– y funcionar válidamente respecto
de él la norma del Art. 179. Ello así, en tanto la finalidad del legislador no se ve desvirtuada por el hecho de que haya
desaparecido la categorización de los concursos en comerciales y civiles. Hoy, la unificación legislativa operada en la materia
hace que el régimen legal de los concursos sea aplicado tanto al que es comerciante como al que no lo es, y en relación a este
último, en la medida en que hubiere cometido o cometiere alguno de los actos mencionados en el Art. 176, le alcanzará
válidamente la aplicación del Art. 179 del CPA. Conductas Punibles. Son las descriptas por el referido Art. 176, y es entonces
de aplicación al caso cuanto se ha dicho respecto de ellas en su oportunidad. Cabe sí advertir que el propio texto legal autoriza
a interpretar que, para la configuración penal, basta con que el autor haya actuado con la intención de defraudar a sus
acreedores, aun cuando de hecho este resultado no se haya logrado.

INSOLVENCIA FRAUDULENTA
El caso se encuentra referido por la segunda parte del Art. 179, la que fue agregada a éste por la Ley N° 17.567.
Sujetos Activo y Pasivo. Respecto del primero, está representado por todo deudor procesalmente demandado o condenado
por sentencia al cumplimiento de obligaciones civiles. Compréndase como tal no sólo al deudor principal sino también al que
lo es como fiador o garante. El sujeto pasivo está dado por el acreedor en particular de la obligación cuyo cumplimiento se ha
frustrado por la acción típica del sujeto activo.
Obligación Frustrada. Es oportuno apuntar que el tipo predica la autoría frustratoria respecto del cumplimiento de
“obligaciones civiles”. Tales obligaciones son las derivadas de relaciones de derecho privado de naturaleza propiamente civil o
mercantil, como también de hechos ilícitos generadores de responsabilidad civil. Atendiendo a las características de los actos
frustratorios del cumplimiento de la obligación, se infiere que esta última debe serlo de “dar”, toda vez, que tanto las de hacer
como las de no hacer, no pueden serafectadas por dichos actos.
Conductas Punibles. En el marco de la acción típica representada por el hecho de frustrar el cumplimiento de las obligaciones
civiles a cargo del deudor, se comprenden distintas conductas enderezadas a ese fin que no es sino el de “hacerse insolvente”.
Presupuesto Circunstancial. Está representado por el hecho de que la acción debe tener lugar “durante el curso de un proceso o
después de una sentencia condenatoria”.
Consumación y Tentativa. Del análisis de la norma, en tanto prescribe la represión de quien por las conductas prescriptas
“frustrare” “el cumplimiento” de la obligación correspondiente, resulta claramente que la consumación del delito no se
configura por la comisión en sí de los hechos frustratorios, sino por la efectiva concreción de la frustración que se da al
momento de pretenderse el cumplimiento de aquélla, lo que no resulta posible como consecuencia directa de esos hechos. Es
en ese momento, cuando se patentiza el efecto querido maliciosamente a través de la ejecución de los mismos, en que queda
consumando el delito. Si realizados los actos frustratorios el efecto del incumplimiento no se produce porque por vía extraña
al propio deudor –tal el caso del pago por un tercero– llegado el momento del cumplimiento este es satisfecho, se estará en ese
caso en presencia de tentativa.

INSOLVENCIA ALIMENTARIA FRAUDULENTA (Art. 2 Bis de la Ley N° 13.944).


El Art. 2° Bis de la Ley N° 13.944 (1.991), sobre Incumplimiento de los Deberes de Asistencia Familiar, reprime con
penas más severas que las previstas por el 2° ap. del art. que comentamos, un especial supuesto de insolvencia fraudulenta
ejecutado con la finalidad de eludir el cumplimiento de obligaciones alimentarias. El mencionado art. reprime con prisión de 1 a
6 años al que “con la finalidad de eludir el cumplimiento de sus obligaciones alimentarias, maliciosamente destruyere, inutilizare,
dañare, ocultare, o hiciere desaparecer bienes de su patrimonio o fraudulentamente disminuyere su valor, y de esta manera
frustrare, en todo o en parte, el cumplimiento de dichas obligaciones”. Esta figura agravada por la finalidad perseguida por el
agente, de eludir el cumplimiento de obligaciones alimentarias, se diferencia de la figura básica prevista por el Ap. 2° del Art.
179 del CPA, en que aquélla no

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requiere la exigencia temporal de que la acción típica se ejecute durante “el curso de un proceso o después de una sentencia
condenatoria”. Sujetos activos del delito pueden ser todos aquéllos que, por ley, o resolución judicial, están obligados a la
prestación alimentaria. Sujeto pasivo sólo puede ser el pariente o persona a la que se le deba prestar alimentos.

CONNIVENCIA MALICIOSA (Art. 180: 1m a 1a)


La colusión –en cuanto traduce la celebración de un pacto en daño a tercero– como conducta punible en el marco de un proceso
concursal, se encuentra tipificada como figura penal cuando media una connivencia dolosa que, concertada entre el acreedor y
el deudor partícipes de un concurso, compromete el consentimiento del primero a favor de un acuerdo concursal a cambio de
beneficios especiales a otorgar por el segundo en caso de que tal acuerdo prospere. Ajustando el concepto a los términos de la
norma, cabe señalar que ésta contempla 2 casos correlativos de connivencia. La 1° parte de la misma predica la colusión del
acreedor “que consintiere en un concordato, convenio o transacción judicial, en virtud de una connivencia con el deudor o con un
tercero, por la cual hubiere estipulado ventajas especiales para el caso de aceptación del concordato, convenio o transacción”. En
la 2° parte tipifica la colusión del deudor o del representante de una persona jurídica al incriminar la acción de “todo
deudor o director, gerente o administrador de una sociedad anónima o cooperativa o de una persona jurídica de otra índole, en
estado de quiebra o de concurso judicial de bienes, que concluyere un convenio de este género”.

1.- Colusión del Acreedor. Tratase de un acreedor que participa del concurso como parte de la masa, dado que sólo por su
condición de tal puede, a través de su comportamiento, incidir en el mismo. El acreedor nunca podría ser el único participante
del proceso concursal desde que aquél requiere la existencia de un concurso con pluralidad de acreedores. Conductas
Punibles. El iter criminis por el que el acreedor llega a la comisión del delito, comienza con la connivencia fraudulenta entre el
mismo y el deudor o un tercero. Acto por el cual compromete prestar su consentimiento al acuerdo concursal a proponer por
el deudor a cambio de las ventajas especiales que éste, o el tercero, le otorgarán siempre que dicho acuerdo resulte aceptado.
Las ventajas de que se trata son especiales tanto porque se convienen respecto de un acreedor en particular y no de los demás
como por el contenido de las mismas, el que supone beneficios de los que tampoco gozarán esos otros acreedores y de ahí la
alteración que sufre la “pars conditio creditorum”. La promesa de dar ventajas patrimoniales requiere, para ser típica, que ellas
recaigan sobre bienes desafectados a la garantía de los acreedores pues, de ser así, la configuración penal encuadraría en los
Art. 176 o 179. Por ello deben estar referidas a bienes excluidos de la prenda común o remanentes de ella o correspondientes a
terceros. Consumación y Tentativa. Se ha señalado que el itinerario delictual comienza con la connivencia antes descripta la
que no basta para la concreción del tipo. Es necesario la ejecución por el acreedor del acto consumativo, que está representado
por la conformidad del mismo al acuerdo concursal presupuesto por el deudor. Laje Anaya estima que no basta con la emisión
del voto (entendiéndose conformidad) sino que es necesaria la aceptación del acuerdo –a través de su homologación judicial–,
de manera que no gozando el mismo de estabilidad procesal, el delito sólo habría alcanzado el grado de tentativa. No
suscribimos este criterio toda vez que él no se corresponde con la prescripción legal que demanda del acreedor el
consentimiento sin someter éste a condición alguna. Señalábamos que la sola connivencia fraudulenta entre el acreedor y el
deudor o un tercero, importaba un principio de ejecución del delito. Si el acreedor arrepentido del concierto fraudulento no
presta su conformidad al acuerdo, estaremos en presencia de una tentativa voluntariamente desistida y, por consiguiente,
impune. Cuando la conformidad no fuere prestada por razones ajenas a su voluntad habráentonces una tentativa punible.

2.- Colusión del deudor o del representante. El Sujeto Activo. El Art. 180 en su segunda parte, tipifica la conducta correlativa
del deudor que connivió dolosamente con un acreedor en los términos descriptos por la primera parte de esa norma. Tratase
de un deudor que se encuentra en estado concursal. No siendo propiamente deudores, sino representantes de la persona
jurídica que sí lo es, la ley los ha considerado específicamente también sujetos activos a los directores, gerentes o
administradores de una sociedad anónima o cooperativa o de una persona jurídica de otra índole. Autoría y Participación.
Sujeta la autoría a la figura del deudor o del representante en los términos indicados en el parágrafo anterior, corresponde
ahora referirnos a la cuestión de la participación, considerada ella particularmente en relación a la intervención que tiene el
acreedor, desde que, fuera de él, la cuestión se resuelve por las reglas generales que gobiernan la materia. Conducta Punible.
Está representada por la celebración del convenio colusorio con el acreedor, prometiéndole ventajas especiales para el caso de
que se acepte el acuerdo concursal que este último se compromete a conformar.

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De lo expuesto resulta que la acción tipificada se agota en la conclusión del convenio doloso, momento éste que por ser
consumativo del delito no exige del sujeto ningún otro comportamiento a ese efecto. A diferencia del caso del acreedor, no hay
en el del deudor acto preparatorio alguno. Estipulada laconnivencia se ha configurado el tipo. No es éste el pensamiento de Laje
Anaya, para quien ese momento es idéntico al del acreedor toda vez que considera que la acción es la misma. Tal correlación no
nos parece exacta desde que, para el deudor, una vez convenido el pacto doloso, nada más le queda por hacer, de manera que
es ese momento y no otro el del perfeccionamiento del delito. La completividad de su accionar en un acto único, aleja, en el
caso, la idea de tentativa.

USURPACIÓN (Art. 181: 6m a 3a)


Bien Jurídico Protegido. De la misma forma que todos los tipos penales que estudiamos en el Tít. VI del CPA, lo protegido es la
propiedad. Pero, especializando la protección del Cap. VI podemos decir que el bien jurídico protegido es la propiedad en
relación con el ejercicio efectivo de la tenencia, posesión o la cuasi-posesión. Es que carece de importancia el análisis de la
legitimidad o ilegitimidad por la que se posee, o se es tenedor, o se ejerce un derecho real.

Propiedad, Posesión y Tenencia:


INC. 1°. USURPACIÓN POR DESPOJO. Derechos Protegidos. Estos se encuentran taxativamente descritos en el inc. estudiado:
la posesión, la tenencia, y el ejercicio de un derecho real sobre un inmueble. La posesión es definida por el Art. 1.909 del CCyC:
“Posesión. Hay posesión cuando una persona, por sí o por medio de otra, ejerce un poder de hecho sobre una cosa, comportándose
como titular de un derecho real, lo sea o no”. La tenencia es definida por el Art. 1.910 del CCyC: “Tenencia. Hay tenencia cuando
una persona, por sí o por medio de otra, ejerce un poder de hecho sobre una cosa, y se comporta como representante del
poseedor”. En cuanto a los D° Reales a que hace referencia el tipo penal son los siguientes: dominio, condominio, usufructo, uso y
la habitación, servidumbres activas, anticresis y superficie forestal. Elementos del Delito: Objetos de los Delitos. Son los
inmuebles (Arts. 225/6) por su naturaleza que define el Art. 334 del CCyC, cuando dice: “Las tierras, edificios, caminos y
construcciones de todo género adheridas al suelo. Los árboles y plantas y los frutos pendientes, mientras estuvieren unidos a la
tierra o formaren parte integrante de un inmueble”. Despojo: Acción Típica. La acción consiste en despojar a otro de la
posesión, tenencia o del ejercicio de un derecho real. El despojo implica una doble consecuencia: el poseedor o tenedor debe
resultar excluido o desplazado de la posesión o tenencia; el usurpador debe estar en condiciones de permanecer en la
ocupación. El despojo se logra mediante la invasión del inmueble, manteniéndose en él o expulsando a sus ocupantes. El
despojo puede ser total o parcial. En el primer caso es cuando se usurpa la totalidad del inmueble objeto del delito, mientras
que es parcial cuando el despojo se produce sobre una parte determinada de la totalidad del inmueble que ocupa el sujeto
activo, o bien cuando el despojo se produce sobre una parte limitada del inmueble que la víctima ocupa. Medios típicos
Comisivos: Son la violencia, las amenazas, el engaño, el abuso de confianza y la clandestinidad.
1. Violencia. El Art. 1.925 del CCyC define a la posesión violenta, como: “La posesión de mala fe es viciosa cuando es de cosas
muebles adquiridas por hurto, estafa, o abuso de confianza; y cuando es de inmuebles, adquiridos por violencia,
clandestinidad, o abuso de confianza. Los vicios de la posesión son relativos respecto de aquel contra quien se ejercen. En
todos los casos, sea por el mismo que causa el vicio o por sus agentes, sea contra el poseedor o sus representantes”.
Comprende la realización de actos materiales de fuerza (violencia física) y la proliferación de amenazas (violencia moral
o verbal). El vicio afecta la adquisición y la conservación de la posesión de inmuebles, supuesto este último que tiene
lugar cuando, por ejemplo, una persona ingresa en forma clandestina —sin violencia— en un predio ante la ausencia de
sus moradores, pero una vez que estos regresan, los repele por la fuerza o amenazas.
2. Engaño. Es toda afirmación contraria a la verdad, que logra hacer incurrir en error a la víctima. Para que el engaño sea
típico debe ser idóneo y lograr que la víctima, por error, se prive del goce del derecho que como poseedor o tenedor
ostenta sobre la cosa inmueble. El engaño debe ser interpretado de la misma forma que el utilizado en la estafa.
3. Abuso de Confianza. Es otro de los medios típicos para producir el despojo. El medio típico de despojar a través de
abuso de confianza es intervertir el título; es decir, el que cambia, por su propia voluntad y con la finalidad de despojar
a otro, el tít. por el que ocupaba un inmueble.
4. Clandestinidad. El Art. 1.925 del CCyC nos dice que: La posesión del inmueble se adquiere de una manera disimulada u
oculta, aprovechando la ausencia del poseedor o tomando los recaudos para que la desposesión no llegue a su
conocimiento; abuso de confianza. Se refiere a quien ha recibido una cosa, mueble o inmueble, a título de tenedor con
obligación de restituirla a aquel cuya posesión representa (arts. 1910 y 1940 Inc. c, CCyC) y, sin embargo, omite hacerlo. En
el caso, por un acto unilateral —es decir, sin intervención de poseedor—, el tenedor eleva la categoría de la relación de
poder y se convierte en el nuevo poseedor de la cosa. En estos términos hay abuso de confianza porque quien entregó la
cosa “confió” en que el tenedor se la restituiría, y este último, al no cumplir con la obligación a su cargo, vino a “defraudar”
la confianza en él depositada. De la norma civil se puede afirmar que hay entrada clandestina a un inmueble cuando se
realiza en forma oculta, secreta subrepticia, con ciertas precauciones para que su titular no se entere, y de tal forma se
logra ocupar el inmueble.

Culpabilidad. En este aspecto la figura es dolosa, requiere dolo directo. El autor debe tener la voluntad de despojar a otro de
un inmueble, a través de los medios comisivos que describe la ley.

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Justificación. La disposición del art. 2470 del CCyC encuentra distinta interpretación por parte de la doctrina. El art. referido,
dice: “El hecho de la posesión da el derecho de protegerse en la posesión propia, y repulsar la fuerza con el empleo de una fuerza
suficiente, en los casos en que los auxilios de la justicia llegarían demasiado tarde; y el que fuese desposeído podrá recobrarla de
propia autoridad sin intervalo de tiempo, con tal que no exceda los límites de la propia defensa”. Consumación. La consumación
del delito se produce con la invasión del inmueble, con o sin expulsión de sus ocupantes. Como delito de resultado que es,
admite tentativa.

Turbación:
INC. 3°. TURBACIÓN DE LA POSESIÓN O TENENCIA. Es correcto el distingo que formula Creus, entre las previsiones de los
Incs. 1° y 2° con el inc. en estudio. El delito que ahora estudiamos restringe el ejercicio de los derechos del poseedor o tenedor.
En los dos primeros incisos se dan situaciones de despojo de la posesión o tenencia. Acción Típica. Es turbar la posesión o
tenencia. Es decir, restringir temporal o permanentemente el ejercicio de los derechos que sobre un inmueble tiene un
poseedor o tenedor. Quien turba la posesión o tenencia con la intención de ocupar el inmueble, comete el delito del Inc. 1°,
no el del Inc. 3°. La norma civil dice: “Sólo habrá turbación en la posesión, cuando contra la voluntad del poseedor del inmueble,
alguien ejerciere, con intención de poseer, actos de posesión de los que no resultase una exclusión absoluta del poseedor”. Este
acto perturbatorio de la ley civil no coincide con el del Inc. 3° del Art. 181 del CPA. Ello se explica en razón de que la ley
penal mira la defensa erga omnes del uso y goce posesorio; mientras que la ley civil define la posesión contra los actos
posesorios del que ejerce la posesión. Para que la turbación de la posesión o tenencia resulte típica al Inc. 3°, debe ser
realizada con violencia o amenaza. En el Inc. 1°, el delito se debe cometer “por” violencia, amenaza, etcétera, en el inc. 3°, es
“con” violencia o amenaza. Esto lleva a la doctrina a interpretar que en el inciso estudiado no resulta necesaria una relación de
causa a efecto entre la violencia o amenaza utilizada y la turbación. Basta que la violencia o amenaza acompañen la ejecución
del delito. Culpabilidad. El delito es doloso. El dolo del autor consiste en la voluntad de turbar la posesión o tenencia del sujeto
pasivo, utilizando violencia o amenaza, con la intención o no, de constituirse en poseedor.

Y Alteración de Términos:
INC. 2°. DESTRUCCIÓN O ALTERACIÓN DE TÉRMINOS O LÍMITES. Es otra forma de usurpación. Acción típica. Es la de destruir
o alterar los términos o límites de una propiedad inmueble. La ley se refiere a los inmuebles, sin hacer distinción alguna.
Destruye el que deshace o elimina el término o límite en sí mismo. Altera, el que cambia de lugar el término o límite de su
posición originaria, modificando la extensión de un inmueble en mayor superficie en desmedro del sujeto pasivo. No cualquier
alteración será típica a los fines del Inc. 2° del Art. 181, en razón que la misma norma expresa que debe ser con la finalidad de
apoderarse de todo o parte de un inmueble. Términos, a los fines del tipo penal significa, toda señal que se pone para fijar los
límites de un inmueble. “Los límites son los signos físicos, naturales o artificiales, fijos y permanentes que, con o sin solución
de continuidad, constituyen la línea divisoria de dos inmuebles”. Elemento Subjetivos del Tipo. No basta la alteración o
destrucción de los términos o límites, sino que debe estar completada dicha acción por el dolo específico que requiere el tipo
penal; esto es, “para apoderarse de todo o parte del inmueble”. Para que se configure el delito de usurpación la destrucción o
alteración deberá ser con la finalidad de apoderarse del inmueble lindero. Sujeto Activo. El tipo penal reprime al que “para
apoderarse de todo o parte de un inmueble …”, lo cual nos indica que el único que puede tener dicha finalidad es el propietario,
tenedor o poseedor de la propiedad colindante con la que se destruyen o alteran los límites. Consumación. No implica el
despojo, a diferencia de la figura del Inc. 1°. El delito se consuma cuando se logra anular la demarcación de los inmuebles
contiguos, con la finalidad, por parte del autor, de apoderarse del inmueble vecino.

USURPACIÓN DE AGUAS (Art. 182: 15d a 1a)


USO Y GOCE DE LAS AGUAS. Bien Jurídico Protegido. Es la propiedad en cuanto al derecho al uso y gocede las aguas, fundado
en el dominio sobre ellas, o en un derecho personal o real o en su posesión de buena fe. Objeto del Delito. Es el agua cuando
tiene carácter de inmueble. Si el agua pierde su carácter de inmueble, por la acción del hombre, y se transforma en cosa
mueble, sólo puede ser susceptible de hurto. Distinto supuesto sería que el agua se la extraiga de la cañería. El agua debe ser
superficial y no subterránea, toda vez que los tres incisos del Art. 182 del CPA se refieren a las aguas de ese tipo.

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Es indiferente que las aguas sean públicas o privadas, que provengan de fuentes o de lluvia, que sean corriente o
estancadas o durmientes. Elemento subjetivo. Creus trata en forma común a los Incs. 1° y 3° del tipo penal en estudio la
exigencia subjetiva contenida en los delitos y traducida por el “propósito de causar perjuicio” que señala la norma. Con la sola
posibilidad de causar perjuicio, en el ánimo del autor al momento de la sustracción, sin necesidad de un efecto concreto, se
satisface la exigencia subjetiva del tipo penal. Por las razones expuestas no caben dentro del tipo penal, la extracción de agua
en pequeñas cantidades, o que no generen la posibilidad de un perjuicio.

DAÑO:
Daño Material: Concepto En este delito el sujeto activo no persigue una ventaja de carácter patrimonial, no lo anima un
propósito de lucro, ni el hecho importa un apoderamiento de la cosa. El daño consiste en la destrucción, deterioro o
menoscabo de una cosa, total o parcialmente ajena, que quita o disminuye su valor de uso o de cambio, perjudicando así el
patrimonio de su propietario. La propiedad es el bien protegido por la figura, dado que el daño lesiona el valor económico o de
uso de las cosas muebles o inmuebles sobre las que recae, o al hacerlas desparecer, impide su disponibilidad por el
propietario, conel consiguiente perjuicio para su patrimonio.

Acciones Típicas. La enumeración que hace la ley de las distintas acciones materiales comisivas del delito es meramente
ejemplificativa, no taxativa, según se advierte de la amplitud de la fórmula empleada, cuando luego de enunciar expresamente
algunas de las acciones típicas, agrega “… o de cualquier modo dañare …”. Destruir la cosa es romperla, deshacerla, en su
sustancia o en su forma, de manera que deje de ser lo que por su naturaleza era. Inutilizarla es deteriorarla de tal forma, que
aun sin alterar su sustancia o forma, deje de cumplir el fin para la que estaba destinada. La ley amplía el concepto tradicional del
delito, e incluye también como acción típica el hacer desaparecer la cosa, consistente no ya en dañar la cosa misma, sino que,
sacándola de la esfera de tenencia de la víctima, la priva de su uso o disponibilidad. Con la expresión “o de cualquier modo
dañare”, la figura adquiere una amplitud que abarca cualquier acción, que, sin importar destrucción, inutilización o
desaparición, atenten contra la integridad material o funcional de la cosa. El daño es delito de comisión, pero que también
puede cometerse por medio de una omisión, cuando el agente tenía la obligación de actuar.
Elemento Subjetivo. La exigencia de un específico propósito en el agente, que esté fuera del acto mismo de dañar, hoy es
rechazada por la doctrina más moderna. La fig. se conforma con el dolo directo, que consiste en el conocimiento de la ajenidad
de la cosa, del carácter dañoso de la acción que se ejecuta y de la voluntad de llevarla a cabo. No se requiere dolo específico o
propósito que no sea el de dañar la propiedad ajena, con conciencia y voluntad. El móvil que ha guiado al agente, es extraño al
dolo requerido por la figura e intrascendente para la configuración del delito. La expuesta, es la opinión francamente
dominante. También existe coincidencia cuando se excluye el dolo eventual y la culpa, como formas de culpabilidad admitidas
por la fig.
Relación con otras figuras.
Subsidiariedad Expresa de la Figura. El delito de daño desaparece como delito punible autónomamente, cuando es medio de
comisión de otro delito más severamente penado. La última parte del artículo dispone esta subsidiariedad. Pero será punible
el daño cuando éste se haya consumado para la comisión de un delito más severamente penado, por ej., un robo, que resulta
impune por haberse desistido voluntariamente del mismo. Esta regla funciona sólo si el otro delito es más severamente
penado. Si el daño es medio de comisión de delito que tenga igual o menor pena que el Art. 183, el delito fin no desplaza al
daño y mediará entre ambos un concurso ideal.

DAÑO INFORMÁTICO (Art. 183, Párr. 2°). Esta novedosa modalidad es fruto del empleo de nuevas tecnologías para afectar
el patrimonio ajeno, por medio de la lesión de bienes intangibles, como datos, programas o sistemas informáticos. La norma
prevé en principio 2 modalidades diferentes de daño o Sabotaje Informática. En 1° lugar, el Daño Propiamente Dicho se
consuma mediante las acciones de alterar, destruir o inutilizar datos, documentos, programas o sistemas informáticos.
Los verbos típicos se asemejan, en lo sustancial a las modalidades que ya se encontraban previstas para la figura tradicional
del daño a cosas materiales, en el párr. 1° del Art. 183, con la salvedad de que no se menciona entre las posibilidades al hacer
desaparecer la cosa, referida con exclusividad a cosas materiales, susceptibles de aprehensión física o corporal. Alterar Datos
implica mutarlos o modificarlos sin destruirlos, haciendo por ej., que un programa funcione de una manera diferente a aquella
para la cual fue diseñado, o que una página de Internet muestre un contenido distinto al que poseía antes de la acción del
autor. El acto de destruir debe tener por resultado la supresión del dato, documento, programa o sistema informático. La
información que antes existía en cualquiera de tales manifestaciones, deja de existir como efecto de la maniobra del agente.
Para que se verifique la supresión tal como la prevé la norma, se requiere que el borrado sea definitivo, sin posibilidad de
recuperación de los datos. Inutilizar el dato, documento, programa o sistema significa que estos dejan de funcionar a causa
de la acción del sujeto activo, que ya no serán aptos para cumplirla finalidad con que se los creó. También en este caso el
resultado de be ser definitivo. Se ha postulado que esta enumeración de acciones típicas no es taxativa, por lo cual cualquier
otra que tenga por resultado el daño de un dato, documento, programa o sistema informático resultará típico en los términos
del delito de Daño o Sabotaje Informático. El delito es de resultado, por lo cual se exige que cualquiera de las acciones
mencionadas en la norma cause un daño a los datos informáticos, que puede ser total o parcial La 2° acción que tipifica el
precepto legal es la de vender, distribuir, hacer circular o introducir en un Sistema informático, cualquier programa
destinado a causar daños. No se encuentra prohibida por esta norma, sin embargo, su mera tenencia o inclusive, su misma
creación. Se trata de un tipo tendiente a prevenir la producción de daños informáticos, es decir, se anticipa la protección a un
estadio previo a la lesión del bien jurídico, creando una especie de delito de peligro para la integridad de datos, documentos,
sistema de programas informáticos. Las acciones típicas son vender, distribuir, hacer circular o introducir en un sistema
informático un programa destinado a causar daños. En rigor, la distribución bastaría para considerar comprendidas también a
la venta y la puesta en circulación. En cuanto a la introducción en el sistema, ella se refiere al acto de hacer ingresar en9el
mismo al programa destinado a causar daños para que pueda comenzar a operar. El autor puede hacerlo por cualquier vía,
puesto que el tipo no menciona ninguna en particular. Como señalamos precedentemente, esta 2° alternativa, a diferencia de
la 1° es un delito de peligro que no necesita la producción de resultado alguno para su consumación. Al igual que en el
supuesto de la figura básica, no se exigen calidades especiales en el sujeto activo, ni tampoco en el sujeto pasivo del delito, con
lo cual toda persona puede ocupar cualquiera de los dos roles. Se trata de un delito doloso, el sujeto activo debe conocerla
naturaleza de los bienes sobre los que actúa y el propósito deliberado de generar en ellos una alteración destructiva o dañina.
El delito es instantáneo. La 1° alternativa típica se consuma con la producción del perjuicio en los bienes ajenos, en tanto la 2°
no exige la producción de resultado alguno y se consuma en el mismo momento de vender, distribuir, hacer circular o
introducir el programa destinado a causar daños en el sistema. La tentativa resulta admisible, aún en el supuesto de la
propagación o utilización de virus informáticos.

Daños Agravados: (Ley 26.388) Art. 184: 3m a 4a


Se ha destacado que las agravantes previstas por el art., requieren de todos los elementos de la figura básica, a los que se debe
agregar estas circunstancias calificantes.
Inc. 1°. La agravante se caracteriza por el elemento subjetivo requerido. El autor del daño debe obrar con la finalidad de
impedir el libre ejercicio de la autoridad, o en venganza de sus determinaciones. En este supuesto de daño, es necesario un
dolo específico en el autor. En su 1° modalidad comisiva, no es necesario que el agente logre su propósito de impedir el
ejercicio de la autoridad, basta que ese haya sido el móvil determinante de su acción. En su 2° modalidad comisiva, el
agente comete el daño en revancha o por satisfacción como castigo por el agravio o daño, real o simplemente supuesto por el
autor, que una resolución o determinación de la autoridad le ha ocasionado.

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Inc. 2°. La razón de esta agravante radica en el medio utilizado y en el objeto sobre el que recae el daño. El daño debe consistir
en infectar o contagiar al animal una enfermedad transmisible por ese medio. No es suficiente la posibilidad de que se
produzca la infección o el contagio. En tal supuesto el hecho quedaría en tentativa. La infección o contagio debe recaer sobre
animales domésticos.
Inc. 3°. La circunstancia calificativa de la agravante prevista por este inc., radica exclusivamente en el medio empleado,
cualquiera sea el objeto sobre el que recae. El uso de sustancias venenosas o corrosivas puede utilizarse para dañar un ave
de corral, un perro, un caballo, una oveja, un árbol o cualquier otro vegetal. Es indiferente la cantidad o el lugar donde se
encuentren, pero es necesario que se produzca la muerte del animal o vegetal, o que la sustancia le haya provocado algún
perjuicio.
Inc. 4°. La agravante, idéntica a la contenida en el Inc. 2°, 2° supuesto del Art. 166, requiere, como aquélla, que ambas
circunstancias calificativas concurran simultáneamente. Despoblado es aquel lugar, que no estando en zonas urbanas y
habitadas, está desamparado, solitario, donde no hay población ni concurrencia de gente. Banda es la reunión de tres o más
personas que acuerdan, con relativa antelación o inmediatamente antes de cometer el hecho, la comisión de un delito
determinado, no siendo necesario para ser considerada como tal que tenga las características o que sus integrantes conformen
una asociación ilícita que reprime el Art. 210 del CAP.
Inc. 5°. Esta última agravante se refiere a 3 categorías de bienes: 1) archivos, registros, bibliotecas o museos, públicos o
privados, sean o no de uso público; 2) puentes, caminos, paseos o bienes de uso público, públicos o privados; 3) tumbas, signos
conmemorativos, monumentos, estatuas, cuadros u otros objetos de arte colocados en edificios públicos, o en lugares públicos.

DAÑOS EN OCASIÓN DE UN ESPECTÁCULO DEPORTIVO. Ley N° 24.192. Excusa Absolutoria en ciertos delitos contra la
propiedad.
Existe coincidencia absoluta en que el artículo consagra una excusa absolutoria, que en nada afecta la tipicidad, la
antijuridicidad o culpabilidad del hecho, que sigue siendo ilícito, sino que son causas personales de exclusión de la pena, su
único efecto es excluir la punibilidad del hecho. La misma beneficia sólo a las personas a cuyo favor está dispuesta, según
expresamente lo dispone el último aparatado del artículo, que excluye a los extraños participantes en el delito. La excusa deja
subsistente la responsabilidad civil que al beneficiado con aquélla le corresponde por los daños y perjuicios ocasionados con el
delito.
Sus Fundamentos y Alcances: Distintas razones han dado la doctrina como fundamentos que justifican esta excusa
absolutoria. La comunidad de hecho y de bienes que existe entre ciertos parientes; la falta de alarma social que producen
hechos de esta naturaleza; la ausencia de interés en el castigo; la inconveniencia de dar curso a acciones que sólo reflejan
conflictos circunstanciales de familia. Puede sostenerse que el fundamento de la excusa, al igual que en todas las demás
excusas absolutorias consagradas por el Código, responde a criterios de política criminal, a razones de utilidad, que aconsejan
que el Estado, en determinadas circunstancias, deponga su potestad de reprimir los hechos delictivos, en defensa de intereses
superiores a esa potestad punitiva.

PROTECCIÓN PENAL DE LA PROPIEDAD CIENTÍFICA, LITERARIA Y ARTÍSTICA: Leyes N° 11.723 y 23.741. Acciones Punibles
El Art. 17 de la CN ampara también la propiedad intelectual preceptuando que: “… Todo autor o inventor es propietario
exclusivo de su obra, invento o descubrimiento, por el término que le acuerde la ley …”. Es una propiedad de naturaleza especial,
que se diferencia de la común pues no se refiere a objetos corporales o derechos, sino a creaciones del espíritu o inteligencia
del hombre. Es el derecho que el autor tiene sobre su obra literaria, artística, invento, descubrimiento, etcétera. Esta
propiedad está excluida del amparo que el Tít. VI del CPA otorga a la propiedad común. Su protección es materia de Leyes
Especiales, como la Ley de Propiedad Científica Literaria y Artística N° 11.723, y sus modif. N° 23.741 y 24.286; o la Ley N°
22.362, sobre Falsificación y Uso Indebido de Marcas y Designaciones.

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UNIDAD 12: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA

El Bien Jurídico Protegido: Para una mayor comprensión del concepto del bien jurídico protegido en el Tít. VII del CPA,
hemos seleccionado un fallo de la Cámara Criminal y Correccional de la Capital que define de esta forma al bien jurídico
protegido: “El bien jurídico de la seguridad pública consiste en el complejo de las condiciones garantizadas por el orden
público, que constituyen la seguridad de la vida, de la integridad personal, de la sanidad, del bienestar y de la propiedad, como
bienes de todos y de cada uno, independientemente de su pertenencia a determinados individuos”. Concepto de “Peligro
Común”: El “peligro común” es lo que vincula a los tipos penales del Tít. VII, y esta idea de peligro común significa “que el autor
no domina la idea del peligro. Se expone al peligro a personas o cosas indeterminadas. Peligro común y seguridad común se
corresponden recíprocamente”.

EL DELITO DE INCENDIO (Art. 186: 3 a 10a; 3 a 15a y 8 a 20a):


Incendio. Esta acción consiste en el fuego peligroso. El simple fuego no es incendio; para que ello ocurra deberá ser un fuego
que cree un peligro común. El incendio se caracteriza por su expansibilidad, que implica la posibilidad de que dicho fuego se
extienda a bienes distintos a aquel en que se originó, volviéndose incontrolable. El delito de incendio se consuma con la
creación del peligro común a consecuencia del incendio. Tratándose de un delito de peligro real y concreto resulta posible la
tentativa, consistente en la producción de un incendio que provoque peligro común, pero que no se consuma por causas ajenas
a la voluntad del agente. En cuanto a la culpabilidad, es un delito doloso. El dolo no radica en la producción del fuego, sino en
la generación de un incendio con la conciencia del peligro común que ello genera. Queda comprendido el dolo eventual.
Explosión. Es otro de los medios prescriptos por la ley para crear peligro común. “La explosión es la liberación súbita y
violenta de una energía, provenga o no ésta de una materia explosiva”. La doctrina ha caracterizado a la explosión como
instantánea e irrefrenable. Nosotros compartimos con Creus la opinión de que para nuestra legislación basta con que la
explosión ocurra, cualquiera que sea el origen o la mecánica. Resulta obvio que dicha explosión, para ser típica al artículo en
estudio,deberá crear un peligro común. En cuanto a la culpabilidad, es aplicable lo que se ha señalado para el caso de incendio.
Inundación. Como en los demás supuestos contemplados por la norma, tiene que existir un peligro común. Soler: “inundación
es el desastre producido por el desencadenamiento del poder del agua”. Según este autor, para que exista inundación debe
tratarse de un desencadenamiento de agua más o menos importante, de tal manera que resulte incontrolable para el hombre.
Los medios por los que se produce el desencadenamiento del agua pueden ser de cualquier naturaleza.

Figuras Agravadas:
Son las previstas en los Incs. 3°, 4° y 5° del Art. 186. En los 2 primeros incs. mencionados el delito se conmina con la misma
pena. En el Inc. 5° la pena es mayor: reclusión o prisión de 8 a 20 años.
Peligro de Bienes (Inc. 3°). La redacción actual del inciso en análisis deja de lado la protección de los bienes de carácter
industrial o religioso, antes protegidos por el tipo penal en virtud de la redacción dada por la Ley N° 21.338. Resulta evidente
el error legislativo en la nueva redacción del tipo penal en estudio.
Peligro de Muerte (Inc. 4°). Tiene lugar esta agravante cuando, como consecuencia del incendio, hubiera peligro de muerte
para una persona. El peligro de muerte debe ser una consecuencia preterintencional del incendio; el peligro debe ser real y
concreto para una persona determinada. Lo expuesto no es pacífico en doctrina.
Resultado de Muerte (Inc. 5°). A diferencia del tipo anterior, se requiere que el incendio fuere causa inmediata de la muerte
de una persona.

INCENDIO, EXPLOSIÓN O INUNDACIÓN (Art. 186, Inc. 1: 3 a 10a). La conducta típica consiste en causar (originar,
ocasionar, producir, etc.) un incendio, explosión o inundación y únicamente será punible cuando se produzca la consecuencia
típica: una situación de peligro común. La ausencia de esa situación excluye la tipicidad. Por Incendio debe entenderse el inicio
de la combustión del objeto destina do a arder cuando exista peligro de propagación, es decir, un fuego peligroso con poder
autónomo que escapa al contralor de quien lo encendió. La expansibilidad se determina mediante la posibilidad que tenga el
fuego de extenderse a bienes indeterminados y distintos de aquel en el cual se originó. No está ligada a la magnitud del fuego
entendido, pues la lenta combustión también puede configurar el tipo. Es un delito de peligro concreto, por lo que debe ser un
fuego que crea un riesgo objetivo, que produce un estado de peligro de otros bienes o de personas, de una manera general.
No implica un riesgo a un bien determinado, sino común para los bienes en su conjunto. La presencia de gran cantidad de
materiales inflamables en el lugar (maderas, ropas, artefactos y conductos eléctricos) indica la existencia de un riesgo concreto
de que ardieran estos otros objetos y, a raíz de ello, un peligro común sobre los bienes y las personas. La Explosión es la
liberación súbita (instantánea) y violenta (irrefrenable) de energía. Consiste en el estallido de un cuerpo continente, por haber
rebasado la resistencia de sus paredes por obra del súbito aumento de su contenido o por transformación en energía de este
último, que debe tener carácter de instantánea e irrefrenable. Lo que la caracteriza es la propia fuerza expansiva que debe tener
magnitud tal para crear un peligro común para bienes indeterminados. La ley no especifica los objetos o fuente de la explosión,
que puede tener diversas causas: combustión (pólvora), compresión (vapor), percusión (nitroglicerina), transformación
(mezcla de ácidos). Finalmente, la Inundación se define como el desastre producido por el desencadenamiento del poder del
agua, que no puede ser controlado por el hombre. Se puede producir por el desvío del curso en forma peligrosa o por el
aumento repentino del caudal que naturalmente corre por un río o arroyo Consiste en la invasión de las aguas en terrenos que
no constituyen sus cauces en sus depósitos naturales. Al igual que en los casos anteriores, tiene que producir un daño que
entrañe un peligro común para bienes indeterminados y, para ello, debe tratarse de un caudal de agua de cierta magnitud (un
caudal insuficiente para crear ese peligro solo podrá configurar los delitos de daño o de usurpación). Puede darse de forma lenta
o impetuosa, instantánea o continuada. Lo que la caracteriza es que el control del agua no pueda ejercerse por medios
comunes. Tampoco interesa el medio empleado por el agente para lograrla inundación. El tipo no prevé calidades especiales 1
en el sujeto activo. En el caso del incendio, por las características propias del delito, no solo será responsable como autor quien
haya iniciado el fuego sino también el que haya procurado condiciones que aumenten o reaviven el incendio producido por
otro, pues su obrar es fuente creadora de un peligro común distinto del creado por el iniciador del incendio. Es un delito
doloso. El autor debe conocer y querer producir el incendio, la explosión o inundación. En cuanto a la creación del peligro
común, se admite el dolo eventual, en el sentido de que el sujeto pudo no tener la expresa finalidad de crear un peligro común
mediante I a producción del incendio, explosión o inundación, pero representándose esa posibilidad, la acepta e igual actúa. Es
un delito instantáneo y de peligro concreto, que se consuma con la creación del peligro común a causa del incendio, explosión
o inundación. En el caso del incendio, no es suficiente la acción de prender fuego, pues la consumación se produce cuando el
objeto comienza a arder por sí mismo y ello conlleva el riesgo de propagación con entidad suficiente para poner en peligro
otros bienes jurídicos. Admite tentativa. El ej. clásico es el caso del autor que ha dispuesto todo lo necesario para que la bomba
detone en cierto momento y, por razones ajenas a su voluntad, no explota.

2. ESTRAGO RURAL (Art. 186, Inc. 2: 3 a 10a). La idea de incendio o destrucción tiene que ver con la Seguridad Pública, el
evitar el daño que provoque un peligro o riesgo para la seguridad. El Simple incendio de cualquiera de los objetos enumerados
en el Inc. 2 del Art. 186 del CPA configurará el delito de daño, a excepción de que con el incendio se provoque un peligro o
riesgo para la seguridad. Sin embargo, parte de la doctrina entiende que el tipo no exige la creación de peligro común, sino que
la delictuosidad de estos hechos reside en la naturaleza de lo quemado o destruido, procurándose el resguardo de la riqueza
rural. En base a ello, se ha llegado a la conclusión de que estamos ante un delito de daño injertado entre los delitos contra la
seguridad común, cuya acción es la de destruir por cualquier medio, incluso el incendio, los objetos mencionados. La conducta
típica consiste en causar (originar, ocasionar, producir, etc.) incendio o destrucción de los bienes enumerados en la norma y,
siguiendo a Donna, únicamente será punible cuando se produzca la consecuencia típica; una situación de peligro común. El
tipo no prevé calidades especiales en el sujeto activo. Es un delito doloso. El autor debe conocer y querer destruir o incendiar
alguno de los objetos previstos en la norma, pero con la idea del riesgo que provoca a otros bienes jurídicos. Respecto del
momento consumativo, dependerá de la posición que se adopte respecto del peligro común. Si se exige peligro común a la
seguridad, el delito se consuma con su creación a partir del incendio o destrucción. En cambio, si se sostiene que este inc.
configura el delito de daño de cosas especiales (Creus, Nuñez), se consuma con la destrucción o incendio de los objetos
referidos. Admite tentativa.

3. Figuras Agravadas (Art. 186 Incs. 1 a 5: 3 a 15a y 8 a 20a). El Inc. 3 otorga una especial protección a determinados
lugares públicos y privados, expresamente enunciados en la norma. Es una enunciación taxativa. Solo están comprendidas las
fábricas de pólvora o de pirotecnia militar como organismos del Estado, no así aquellas destinadas a la fabricación de
pirotecnia para juegos de artificio. El Inc. 4 prevé un supuesto de mayor penalidad en los casos en que, a raíz del incendio,
explosión o inundación, hubiere un peligro de muerte para alguna persona. Consiste en una hipótesis de peligro concreto para
un individuo determinado, del cual resulta la probabilidad de su muerte, es decir, una amenaza efectiva de muerte. La
agravante se funda en que, además de violentar la seguridad pública, el incendio, explosión o inundación pone en riesgos la
persona en concreto en su entidad física y de manera objetiva y real, no en la mente del autor ni de un tercero, sino
científicamente cierto. El supuesto no alcanza el peligro corrido por el propio autor ni recae sobre personas que deben
afrontar ese peligro (por ej., el bombero); sobre quienes, habiéndose ya salvado, vuelven a rescatar algo; o el caso del
espectador que concurre al lugar del peligro sin ninguna necesidad. El peligro de muerte configura una hipótesis de resultado
preterintencional. El agente debe prever que una persona correrá peligro de muerte por el incendio, explosión o inundación
que él mismo provoca, pero su voluntad no debe estar dirigida a causar su muerte (en cuyo caso, la conducta podría quedar
abarcada por el Art. 80, Inc. 5). Finalmente, el Inc. 5 prevé la pena más grave para aquellos casos en los que el incendio, la
explosión o la inundación son causa inmediata de la muerte de alguna persona. La muerte de la persona debe tener una
conexión inmediata con el peligro creado por el accionar del autor. Esta relación causal directa implica que la muerte sea el
efecto directo riel incendio, explosión o inundación. La muerte no solo puede ocasionarse con el hecho del autor, sino también
con alguna consecuencia del desastre, por ej., un derrumbe, asfixia por el humo, el aterrorizado por el siniestro que se arroja
por una ventana, el enfermo cardíaco que muere a raíz de la impresión que le produce el siniestro, etc. La pluralidad de
resultados no multiplica el delito, de manera que es suficiente la muerte de una sola persona. Al igual que el inc. anterior, es
una figura preterintencional pues la voluntad del autor no debe estar dirigida a la muerte de personas. Es un delito doloso,
siendo suficiente del dolo eventual.

Art. 187:
1. ESTRAGO. A los efectos de la presente norma, se entiende por Estrago todo resultado dañoso de grandes proporciones,
cuyos efectos son extraordinaria mente graves o complejos y amplios, y afectan colectivamente las cosas y personas
amparadas por ley, produciendo conmoción pública. Donna, define al estrago: a) la gravedad de los medios usados, aquellos
que describe la ley o cualquier otro medio poderoso de destrucción, y b) la gran magnitud del as consecuencias destructivas
posibles provocadas que llevan a un peligro común para los bienes, es decir, para la vida, integridad corporal o bienes, de un
conjunto no definido de personas. La conducta típica consiste en causar (originar, ocasionar, producir, etc.) un estrago a través
de los medios que expresamente y de forma enunciativa prevé la norma y únicamente será punible cuando se produzca la
consecuencia típica: una situación de peligra común. No hay estrago sin daño, ni es suficiente, para que se dé el estrago, un
daño que no importe un peligro común. Por ej., el varamiento o la sumersión de un pequeño yate, tripulado por una sola
persona, es una sumersión o varamiento de nave, pero de ningún modo tendrá carácter de estrago típico: faltará el peligro
común. Los medios típicos para ocasión del Estrago resultan ser:
a) Sumersión de Nave. Es el naufragio o hundimiento de la nave (embarcación susceptible de transportar un conjunto
indeterminado de personas o cosas las que habrán de sufrir el peligro o daño) con desaparición de sus obras (hasta las cubiertas
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superiores) bajo las aguas de manera total, o de un modo tal, que solo queden fuera de ellas partes de mínima entidad (como
mástiles y chimeneas). Puede lograrse de diversas formas, por ej., abordaje con otra embarcación, lanzando la nave contra las
rocas, apertura de una vía de agua, etc.
b) Varamiento de Nave. Implica encallar la nave, es decir, producir su detención haciéndola tocar fondo.
c) Derrumbe de un Edificio. Es la caída, precipitación o hundimiento rápido de una obra construida por el hombre, o en
construcción, en su totalidad o en parte. A los fines de este art., la construcción debe tener dimensiones y solidez tal que su
desmoronamiento configure un estrago.
d) Inundación, de una Mina. La mina debe entenderse como medio explosivo, es decir, explosivos que se hacen detonar bajo
tierra, agua u otros elementos naturales o artificiales que los cubren. La coma colocada entre inundación y de una mina
independiza dos medios distintos de causación de estragos: la inundación por un lado y la explosión de una mina por el otro.
La explosión de una mina que sin dañar bienes es personas cree un peligro común, constituirá el delito del Art. 186, y si aquella
daña bienes o personas con cierta extensión, constituyendo, a la vez, un peligro común, estaremos en el Estrago del Art. 187.
e) Cualquier otro medio Poderoso de Destrucción. Cualquier medio cuyas particularidades sean de las que caracterizan al
estrago o bien con un poder dañoso que se desarrolla instantáneamente y de manera irrefragable, por ej., invasión de lava
volcánica, la utilización de gases tóxicos en gran escala, el derrumbe de una mina, súbitas avalanchas de agua sin que salgan de
sus causen naturales, el desmoronamiento de accidentes naturales, etc.; lo que debe ocasionarse a causa del accionar del
autor. EI tipo no prevé calidades especiales en el sujeto activo. Es un delito doloso. El autor debe conocer y querer producir el
estrago, bastando con el dolo eventual, es decir, que el sujeto haya conocido la idoneidad del medio empleado para la creación
del peligro y haya aceptado el resultado. El momento consumativo del estrago dependerá del caso. Cuando el estrago consiste
en la utilización de un medio que por si implica daño (como la sumersión o varamiento de nave, inundación, derrumbe,
desmoronamiento) es suficiente con que el medio haya si do utilizado creando el peligro común; si ha utilizado el medio sin
lograr hacerlo, podrá constituir tentativa. En el caso de que el empleo del medio no importe por sí un daño (explosión de minas,
liberación de gases, etc.), la consumación ocurrirá cuando se dé el daño proveniente de una acción de estrago; la mera
utilización del medio sin que se haya producido ese daño, dejará el hecho en tentativa.

Art. 188: 1 a 6a:


1 IMPEDIMENTO O ENTORPECIMIENTO DE LAS TAREAS DE DEFENSA (Art. 188 1° Párr.). La conducta típica consiste en
destruir (dañar) o inutilizar (volver inepta una cosa para cumplir con el fin para la que fue creada) un dique u obra destinada a
la defensa común contra las inundaciones u otros desastres y únicamente será punible cuando se produzca la consecuencia
típica: el peligro de que se produzca el desastre, Ei tipo no exige que efectivamente se produzca el desastre, sino la posibilidad
efectiva de que se produzca. Por ello, se trata de un delito de peligro concreto, o sea, efectivamente corrido, en el sentido de
que la sola realización de la conducta típica debe implicarla amenaza efectiva del desencadenamiento de un desastre. El mero
peligro abstracto, o sea, el que se puede inferir lógicamente dela normalidad del resultado con respecto a la entidad del
atentado, deja el hecho en el delito de dañe. En cuanto a los objetos del delito se trata de un dique u obra destinada a la
defensa común contra las inundaciones u otros desastres. Lo importante es la función de protección que cumpla la obra,
aunque no haya estado destinada de inicio a ello (por ej., un dique para producción de energía). La función de seguridad de la
obra tiene que ser previa al desastre, no incluye aquellas construcciones destinadas a combatir el desastre ya ocurrido, El tipo
no prevé calidades especiales en el sujeto activo. Es un delito doloso. EI autor debe conocer y querer destruir o dañar una obra
que entiende que se encuentra destinad a la defensa de inundación o desastre. Alcanza con el dolo eventual. Se consuma
cuando, destruida o inutilizada la obra, se origina el peligro efectivo de un desastre. Sin la creación del peligro, se
configurará el delito de daño,

2. FAVORECIMIENTO AL ESTRAGO (Art. 188 2° Párr.:) La conducta típica consiste en sustraer (sacar al objeto de la esfera
de disponibilidad de quien puede usarlo adecuadamente), ocultar (sin quitarlo de esa esfera, colocarlo en una situación tal que no
pueda ser hallado oportunamente para su defensa) o hacer inservible (tornar al objeto inutilizadle para el fin de defensa)3
materiales, instrumentos y otros medios destinados a la extinción de incendios o a la protección de desastres. No se requiere
que las acciones provoquen efectos permanentes o definitivos, basta que impidan o entorpezcan —por su oportunidad o d u
ración— las tareas de defensa. Los objetos del delito son los materiales, instrumentos u otros medios destinados a la extinción
o a la defensa. Ese destino puede ser especifico (objeto creado especialmente a tales fines por ej., extintor) o circunstancial
(aquel que tiene otras finalidades, pero es útil para contrarrestar el desastre). Como presupuesto de tipo, el desastre debe
hallarse en curso. Es un delito doloso. El autor debe conocer y querer destruir, ocultar o hacer inservibles los objetos
mencionados y, además, debe tener una finalidad específica: evitar la defensa frente a la inminencia de un desastre. Por ello,
requiere un elemento subjetivo distinto del dolo: el fin de impedir la extinción de un incendio o las obras de defensa contra un
desastre. Así, el dolo también abarca el conocimiento respecto de la inminencia de un desastre. Se consuma con la destrucción,
ocultación o inutilización de los objetos destinados a la extinción o defensa con la finalidad típica; aunque esa finalidad no
pueda alcanzarse y la defensa no se viera menoscabada en su funcionalidad. Admite tentativa.

ESTRAGO CULPOSO (Art. 189: 1m a 1a; muerte: hasta 5a). El delito consiste en causar culposamente un incendio u otros
estragos. Quedan abarcadas por el tipo las figuras descriptas en los Arts. 186 y 187, de manera que el resultado ocasionado
por el accionar culposo debe reunir sus características; daño grande o incontrolable y peligro común. Entre la conducta del
agente y el resultado de un incendio o estrago debe haber una relación causal directa a los efectos que se pueda imputar al
autor. EI tipo no prevé calidades especiales en el sujeto activo. La aceptación tácita de los trabajadores afectados para realizar
la tarea encomendada en condiciones deficientes de seguridad no diluye la imprudencia del empleador que debió haber
adoptado todos los recaudos que se le imponen para evitar o minimizar riesgos. El máximo de la pena prevista se agrava si de
la producción culpable de un incendio o estrago se pone en peligro de muerte, se produce la muerte de una persona. 3
1. TENENCIA ILEGITIMA DE ARMAS Y MATERIALES:
a) Atentado a la Seguridad Común Con Explosivos, Energía Nuclear O Materiales Peligrosos (Art. 189 Bis Pto. 1, Párr. 1°).
En la 1° parte de este Párr., las conductas típicas pueden consistir en adquirir (obtener por cualquier título sea oneroso,
gratuito, herencia, legado, trueque, etc.), fabricar (producir, manufacturar, hacer), suministrar (proveer a otro u otros también
por cualquier título), sustraer (presupone hacerse clandestinamente de la cosa, ya sea hurtándola, robándote o desapoderando
de cualquier modo a otro) y tener en su poder (en forma oculta o expuesta, pero bajo su efectivo dominio) cualquiera de los
elementos mencionados en el art. El tipo describe diversos objetos y materiales (o sustancias) aptos por su naturaleza para
cometer delitos de peligro común. No se trata de actos que simplemente alteren la tranquilidad pública, sino que se punen en
cuanto son preparatorios de Delitos Contra La Seguridad Común, lo cual se revela, en esta figura, mediante el elemento
subjetivo que se inserta en el tipo. En tal sentido, la ley exige que el autor lleve a cabo cualquiera de las conductas descriptas
con el móvil o finalidad de contribuir a cometer Delitos Contra la Seguridad Común o causar daños en máquinas o elaboración
de productos que en ambos casos afecten la seguridad común. Cuando el elemento subjetivo está ausente, las actividades
típicas ilegítimas podrán quedar comprendidas en la Simple Tenencia del Art. 189 Bis 3° Párr. o, si no se da esa tenencia
típica, en figuras contravencionales. El delito se consuma con te actividad misma. Es de peligro abstracto, por lo que no
requiere de la efectiva utilización del objeto en los delitos o la producción del resultado dañoso perseguido por el autor.
Admite tentativa.
b) Instrucciones para la Preparación de Materiales Explosivos (Art. 189 Bis Pto. 1, 2° Párr.). La acción típica consiste en
dar instrucciones para la preparación de sustancias o materiales mencionados en el ap. precedente. Instruye quien aporta sus
conocimientos específicos, indica el modo o la forma de proceder y utilizar determinados elementos y materiales, para la
obtención de un resultado. La figura penaliza una forma de participación distinta antes descriptas por los Arts. 45 y 46 del CPA,
ya que dar instrucciones, puede serlo aún de modo genérico. No se trata de una contribución indirecta o de segundo grado,
sino que por la especialidad del conocimiento que requiere la fabricación o manipulación de estos artefactos y/o elementas y
el conocimiento de que se contribuye a generar peligro común, la instrucción resultará determinante (a sabiendas o debiendo
saber). De ahí la equiparación de pena. La expresión "contribuyere a la comisión de delitos contra la segundad común o
destinados a causar daños..." indica que se colabora con delitos indeterminados, pero que implican riesgo para la seguridad
general. Si el autor instruye a alguien sobre el modo de preparar un artefacto explosivo para que se lo utilice en un hecho
determinado (atentado o acto terrorista), es partícipe de este último delito, en la medida de su cooperación y este delito
absorbido por el delito fin. Es un delito de peligro abstracta, que no requiere que la sustancia o material se utilice, que se
prepare como haya indicado el autor o que se empleen tales instrucciones para la consumación del delito. El peligro radica en
transmitir un conocimiento indispensable o apto o útil para fabricar elementos de alto riesgo para personas y bienes. Admite
tentativa.
c) La Tenencia de Materiales del Inc. 1° (Art. 189 Bis Pto. 1, 3° Párr.). Aquí se reprime a quien tenga en su poder materiales
peligrosos (por sí mismo o potencialmente) o que puedan ser destinados a la fabricación de los elementos o materiales
enumerados en el primer párrafo (potencia útil para cometer hechos contra la seguridad común), sin autorización legal
(emanada de autoridad competente), o sin razones que justifiquen su uso doméstico o industrial (porque es bueno recordar que
algunas de las sustanciase materias primas contempladas, pueden ser de uso industrial, común o diverso). Se reprime la simple
tenencia de los materiales a que se refiere el 1° Párr., de este art., sin la debida autorización legal o sin razones de otra clase de
uso, por lo que se trata de un ilícito de mera conducta o de pura actividad, donde la acción se agota en ella misma. Es un delito
de peligro abstracto que no admite tentativa. Desde la esfera subjetiva se satisfaría con dolo simple, pues basta el
conocimiento de la naturaleza o carácter riesgoso del elemento y la voluntad de tenerlo sin la autorización legalmente
indispensable.
d) La Tenencia Ilegítima de Armas (Art. 189 Bis Pto. 2°, 1° Y 2° Párrs.). En este caso, se reprime la simple tenencia (actual o
anterior pero efectiva), de armas de uso civil o de guerra sin la debida autorización legal. La 1° parte, refiere a las armas de
uso civil; la pena es mayor cuando se tienen armas de guerra (2° parte). El delito de tenencia ilegitima de arma de guerra no
requiere la efectiva tenencia de aquél las, sino que solo se tenga un poder de hecho a su respecto, como sucede, en el caso, si el
imputado convivía en el inmueble donde se encontraba el armamento. En lo atinente a sus requisitos subjetivos se satisface
con dolo simple, porque basta el conocimiento de que se trata de un arma de uso civil o de guerra y la conciencia de la
ilegitimidad de su detentación, es decir, que no se encuentra autorizad o a tenerla. La circunstancia de que haya caducado la
autorización de la tenencia del arma no implica la afectación al bien jurídica mente protegido y previsto en el Art. 189 Bis Párr.
4°, sino que constituye tan solo la infracción administrativa prevista por el Art. 69 del Decr. N° 395/75, reglamentario de la
Ley Nacional de Armas. Sin embargo, la jurisprudencia no es pacífica al respecto. Respecto a la calidad del arma, debe gozar de
algún nivel de operatividad (perfecta o imperfecta). Resulta un absurdo incriminara quien tiene un arma totalmente
inutilizada, como mero elemento decorativo. Si bien tal instrumento puede servir como medio amenazante para cometer otro
delito, ej., un robo o amenazas, en este título, el arma debe ser peligrosa per se. Al tratarse de un delito de peligro abstracto, es
suficiente con probar que las armas encontradas eran idóneas para percutir balas. Es un ilícito de mera conducta o de pura
actividad, donde la acción se agota en ella misma y consuma instantáneamente. El hecho de que el arma—apta para disparar,
haya carecido de proyectiles resulta irrelevante, por cuanto este delito en su estructura típica es de mera conducta.
e) Portación de Armas (Art. 189 Bis Pto. 2, 3° Y 4° Párrs.). La conducta consiste en portar (llevar consigo, trasladar, mover de
un lugar a otro uno mismo), armas de uso civil o de guerra (aunque con pena diferenciada). Portar es tener la inmediata
disposición (a mano) el arma y en condición inmediata de uso; esto implica que esté cargada y al alcance del sujeto activo.
Puede haber portación por parte de quien se desplaza a pie con el arma adherida o sostenida de algún modo al cuerpo, y
también en caso de quien la lleva en un vehículo, en condición inmediata de uso y a al alcance de la mano, aunque no haya un
contacto corporal inmediato (ej., si la traslada en la guantera o el piso del automóvil). En general, solo el que lleva el arma
puede ser autor de este delito, pero la jurisprudencia sostiene que la portación puede ser compartida cuando el arma4 en
condición inmediata de uso se encuentra al alcance de más de un sujeto activo.
f) Portación de Armas Atenuada (Art. 189 Bis Pto. 2, 5° a 7° Párrs.). En el Párr. 5°, se contempla una disminución de 1/3
del mínimo y máximo respectivamente, para el supuesto de quien portare sin autorización gozando de licencia para tener
armas civiles o de guerra. Con ello, el legislador ha dejado claramente establecida la diferencia entre tener (detentar, poseer en
su poder) pero en un lugar determinado; y portar, que implica transporte, acarreo o llevar de algún modo de un lugar a otro.
Pero en ambos casos, cualquiera de las conductas es peligrosa. En el Párr. 6°, se establece una disminución de pena para el
supuesto de que, según las circunstancias del hecho y condiciones del autor, se demuestre la absoluta falta de intención de
utilizarlas armas con fines ilícitos. El Párr. 7° prevé una pena conjunta de inhabilitación especial.
g) Portación de Armas Agravada (Art. 189 Bis Pto. 2, 8° Párr.). En este párrafo final, se agrava el caso de portación de
armas de fuego en caso de que el autor tuviera antecedentes penales por delitos contra las personas o mediante uso de armas o
se encontrare gozando de una excarcelación o prisión anterior. Antecedente implica condena anterior.
h) Acopio de Armas (Art. 189 Bis Pto. 3, 1° Párr.). Acopia armas de fuego (de cualquier calibre o especie), partes de ellas
(útiles, y eventualmente que puedan servir a modo de repuestos, o para el armado de alguna otra) y municiones para armas de
fuego (útiles, operables, utilizables para reserva, etc.) quien reúne de un modo considerable. Se ha sostenido que el secuestro
de 17 cartuchos de bala no puede ser considerado como un acopio, toda vez que no constituye la reunión de una considerable
cantidad de materiales que resulte superior al uso común, y sin tener la entidad para abastecerá otras personas que justifica la
peligrosidad y potencialidad dañosa del bien jurídico tutelado. La segunda conducta refiere a la tenencia (sin autorización o
ilegal) de instrumentos aptos para producir armas, partes de armas y/o municiones. Con ello, se viene a completar la cadena
de prevención que se persigue con esta disposición. Estos delitos de tenencia o acopio deben ser dolosos. Munición es la
designación genérica de cartuchos o tiros o proyectiles. Cartucho o tiro a la vez, es el conjunto constituido por el proyectil
entero o perdigones, la carga de proyección, la cápsula fulminante y la vaina que contiene la pólvora requeridos para ser
usados en un arma de fuego. Es una previsión propia de los delitos de peligro abstracto. No solo penalizando conductas que
vulneran o colocan en peligro concreto el bien jurídico protegido, sino aquellas conductas que en otro caso podrían
interpretarse como actos preparatorios, pero que encierran en realidad un alto grado de peligro potencial (posible). Se
consuma cuando el número de armas que dispone el agente alcanza magnitud Suficiente para que se lo considere acopio.
Admite tentativa. La multiplicidad de objetos a copiados, en este caso, no multiplica el delito.
i) Fabricación Habitual (Art. 189 Bis Pto. 3, 2° Párr.), La habitualidad en la fabricación de armas es una circunstancia
agravante, porque el vocablo remite al concepto de reiterancia o casi una forma de vida. Al menos de una costumbre repetida.
La habitualidad, por ser una circunstancia típica agravante, debe ser probada como el resto de los componentes del ilícito. Es
un delito doloso, que se consuma con la acción de fabricar. Admite tentativa.
j) Entrega Ilegal de Armas (Art. 189 Bis Pto. 4°). La acción típica es entregar (suministrar) armas de fuego, por cualquier
concepto (donación, venta, trueque, legado, pago, transacción etc.), a una persona que no se encuentre legalmente habilitada
para tal fin conforme la Ley N° 20.429 y el Decr. N° 395/7511. En 1° lugar, se estableció la figura básica: entregar por
cualquier título un arma de fuego (cuando el que recibe es un mayor de 18 años). Luego, se prevén tipos agravados para el caso
de que el destinatario sea un menor de 18 años o cuando exista habitualidad de la conducta. Asimismo, se agrava con
inhabilitación absoluta perpetua y multa a quien cometa cualquiera de las conductas descriptas, siendo persona habilitada
para la provisión de armas (comerciante, fabricante o distribuidor, funcionario público, personal de las fuerzas armad as o de
seguridad destinado en "arsenales o armería", etc.).
k) Omisión Ilegal o Duplicación de Armas (Art. 189 Bis Pto. 5°). Las conductas reprimidas en este inc., constituyen formas
de evadir el control por parte de la autoridad de registro pertinente. Se procura evitar la producción o circulación de armas
clandestinas, no identificables desde el inicio de su fabricación. Las acciones típicas consisten en omitir, asignar
regularmente o adulterar la numeración de un arma. La omisión dolosa implica no consignar el número o grabado (marca
o señal indispensable), correspondiente según la ley, en el arma que se fabrica, por parte de su hacedor o empresario
autorizado a la manufactura o industrialización de estos elementos o productos. El 2° supuesto consiste en duplicación
numérica o de registro exigido por ley, es decir, otorgar a 2 o más armas de fuego la misma numeración. La adulteración o
supresión del número o grabado de un arma es modificar total o parcialmente la numeración asignada por el fabricante o
eliminarla completamente. En los casos de omisión y asignación irregular, solo puede ser sujeto activo quien cuente con
autorización legal para fabricar armas. Adulterar o suprimir el número de grabado puede cometerlo cualquier persona. La
alteración en la numeración de un arma de guerra, encuadra en el Art. 189 Bis Inc. 5° Párr. 2°, ilícito que se encuentra incluido
entre aquellos que son objeto de la competencia del juez federal. Son delitos dolosos. El error elimina el dolo. Se consuman con
la realización de las conductas típicas. Admiten tentativa.

Ley N° 24.192
Violencia en Espectáculos Deportivos.

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DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DEL TRÁNSITO Y DE LOS MEDIOS DE TRANSPORTES Y COMUNICACIÓN. EL NUEVO
BIEN JURÍDICO INCORPORADO POR LA LEY N° 26.362. EL ART. 193 BIS (LEY N° 27.347): ANÁLISIS DE LA FIGURA. SU
RELACIÓN CON EL ART. 84 BIS Y 94 BIS
La seguridad de los medios de transporte y de comunicación está en función del bien jurídico del título, es decir, la seguridad
pública. Por eso es necesario que la acción afecte o ponga en peligro la vida, la integridad corporal o propiedades de un
conjunto de personas, de la comunidad o de personas determinadas.

ATENTADOS CONTRA TRANSPORTE ACUÁTICOS, AÉREOS Y TERRESTRES: (Art. 190: 2 a 8a; Agrav.: 6 a 15a y 10 a 25a)
Atentados contra Transportes Acuáticos o Aéreos. Acción Típica. El Art. 190 reprime cualquier acto que ponga en peligro
la seguridad de una nave, construcción flotante o aeronave. La figura no hace una enumeración de las acciones típicas,
refiriéndose a “cualquier acto” que ponga en peligro la seguridad de los objetos tutelados. Pese a los términos utilizados por la
ley, lo punible puede ser tanto una actividad del agente como una omisión, aunque en este último supuesto no se trata de una
omisión simple, sino que debe ser una comisión por omisión. Es delito de peligro concreto. La acción típica debe haber puesto
en efectivo peligro la seguridad de la nave o aeronave, peligro cierto, real y determinado, que debe haber corrido el medio de
transporte o las cosas o personas transportadas, y del que resulta un peligro para la seguridad común. Transportes Tutelados.
La figura protege la navegación por agua o por aire, por lo que los medios de transporte tutelados son las naves,
construcciones flotantes y aeronaves, sean públicas o privadas. Nave es un buque o toda embarcación utilizada para la
navegación marítima, fluvial o lacustre, cualquiera que sea su tamaño o sistema de propulsión y destinada al transporte de
personas o cosas. Las construcciones flotantes son artefactos que flotan libremente o que están fijos y que, sin ser propiamente
naves, son auxiliares de la navegación. Aeronave es todo aparato que se desplaza en el aire, cualquiera que sea su medio de
propulsión o lugar de elevación o descenso, destinado también al transporte de personas o cosas. Para que los actos llevados a
cabo contra estos medios de transporte y construcciones sean típicos a la figura, es necesario que se encuentren afectados a la
prestación de servicios, aunque no lo estén efectivamente prestando enelmomento del hecho.

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El último Párr. del Art. 190 hace aplicables sus disposiciones, aunque la acción recaiga sobre una cosa propia, si del hecho
deriva peligro para la seguridad común, que es el bien jurídico protegido por la figura, y contra el que se puede atentar cuando
la acción recae tanto sobre cosa ajena como sobre propia.
El Elemento Subjetivo. Luego de su reforma, y en su vigente redacción, el tipo disminuye las exigencias subjetivas, dado que
sólo se estipula que el acto debe ser ejecutado “a sabiendas” de que el mismo puede poner en peligro la seguridad de alguno de
los objetos protegidos por la ley, sin que sea necesario que el autor obre con ánimo de crear ese peligro. El dolo de la figura se
conforma con el conocimiento cierto y positivo que tiene el agente de que su acción es causalmente idónea para crear el
peligro en la nave o aeronave, y con la voluntad de llevarla a cabo. No se requiere el específico propósito de crear ese peligro,
aunque la concurrencia del mismo, frente a la exigencia cognoscitiva del dolo requerido por la figura, será lo más común.
Consumación. Tentativa. Tratándose de un delito de peligro concreto, éste se consuma cuando los transportes tutelados han
corrido un efectivo peligro por la acción del agente. Es admisible la tentativa cuando los actos ejecutados por el agente,
siempre que sean idóneos para generar aquel peligro, no logren ese resultado, por causas ajenas a su voluntad.
Agravantes. Los 2° y 3° Párrs. del art. en análisis agravan considerablemente la penalidad cuando del acto peligroso
devienen daños efectivos para los transportes o personas. La pena es de 6 a 15 años de reclusión o prisión, si se produjere
naufragio, varamiento o desastre aéreo. Conforme al Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, se ha
señalado que naufragio es la “pérdida o ruina de la embarcación” y que no necesariamente implica la sumersión de la
nave. Otra parte de la doctrina sostiene que no es naufragio de la embarcación su ruina, si de ésta no sigue la inmediata
sumersión de aquélla. Se produce varamiento cuando la nave encalla, cuando deja de flotar por su asentamiento en partes
sólidas como rocas, hielo, arena. Desastre aéreo es un daño de gravedad, de considerables proporciones, que sufre una
aeronave en vuelo. No es necesario que haya provocado su precipitación, bastando su aterrizaje forzoso o anormal. El Párr. 3°
conmina al autor con la misma pena que el anterior si el hecho causa lesión a alguna persona. Se incluyen las lesiones leves,
graves o gravísimas. También coincidentemente la doctrina señala que, entre el acto peligroso y la lesión o la muerte, debe
mediar un nexo causal directo e inmediato para que sea aplicable la agravante. Media acuerdo en que la lesión o la muerte son
resultados preterintencionales. Si el agente utilizó el acto peligroso como medio para matar o lesionar a una persona, el hecho
será típico al homicidio o lesiones agravadas, los que concurrirán materialmente con la figura básica del artículo que
comentamos, según lo estima una parte de la doctrina.

ATENTADOS FERROVIARIOS (Art. 191: 6m a 3a; 2 a 6a; 3 a 10a y 10 a 25a)


La acción típica consiste en el empleo de “cualquier medio” para detener un tren, entorpecer su marcha o hacerlo descarrilar.
Como en la figura anterior, se adecuan al tipo tanto los medios directos como los indirectos. Coincide la doctrina en que se trata
de un delito de peligro abstracto, que no requiere que el tren haya corrido un efectivo y real peligro y que puede ejecutarse tanto
por una acción como en forma de comisión por omisión.
El elemento Subjetivo. La figura requiere un elemento subjetivo consistente en la intención del agente de detener o entorpecer
la marcha del tren o de hacerlo descarrilar. El empleo del medio típico debe estar intencionalmente dirigido a obtener alguno
de aquellos resultados, aunque realmente no se logren. Ante esta exigencia subjetiva, el delito sólo admite el dolo directo.
Soler admite también la posibilidad del dolo eventual.
Transporte Tutelado. El medio de transporte protegido por el art. que analizamos es exclusivamente el TREN. Quedan
excluidos, como objetos del delito, otros medios de transporte terrestre. El Tren es el medio de transporte compuesto por uno
o más vagones, que circula sobre rieles destinados a ese solo efecto, arrastrados por una locomotora impulsada
ordinariamente por vapor, motor de combustión interna o electricidad. La ley tutela el transporte ferroviario, de personas o
cosas, por lo que no se incluye en el concepto de tren, a los fines de la figura, la locomotora que marcha sola o a los medios
auxiliares del tránsito ferroviario.
Consumación. Tentativa. Es delito instantáneo, que se consuma con la ejecución de la acción o con la omisión dirigida a
detener o entorpecer la marcha de un tren o de hacerlo descarrilar. Por tratarse de un delito de peligro abstracto, no es
necesario para su consumación que se logren aquellos resultados. No es admisible la tentativa, pues el comienzo de ejecución de
los actos destinados a lograr la finalidad típica, importa ya la consumación del delito. Gómez considera al delito como de
resultado y al Inc. 1° como un supuesto de tentativa.
Agravantes. El Inc. 1° del Art. 191 prevé la figura básica consumada, donde la acción del agente no ha logrado los resultados
que éste se propuso. Pero debe señalarse que lograr la detención de un tren o entorpecer su marcha, en la medida en que esta
detención o entorpecimiento no sea causa del descarrilamiento u otro accidente, no agrava la figura, pues estos resultados no
están previstos entre las circunstancias calificantes de los Incs. 2°, 3° y 4°. Cuando el agente logra los resultados que se
propuso con su accionar, la figura se agrava. El Inc. 2° incrementa la pena, elevándola a prisión de dos a seis años, cuando a
causa de la acción u omisión del agente se produce el

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descarrilamiento o el tren sufre otro accidente. Los Incs. 3° y 4° agravan el delito según los resultados dañosos sufridos por las
personas, como consecuencia del descarrilamiento o accidente.

ATENTADOS CONTRA TELÉGRAFOS O TELÉFONOS FERROVIARIOS (Art. 192: ídem Art. 191)
Dada la importancia que estos medios de comunicación tienen para la seguridad y el normal funcionamiento del transporte
ferroviario, el artículo extiende su expresa tutela a los mismos. La fig. reprime la ejecución de “cualquier acto” dirigido a
interrumpir el funcionamiento o la utilización del telégrafo o teléfono. Serán típicas las acciones destinadas a destruir o
simplemente a inutilizar, temporariamente, los aparatos o instalaciones telegráficas o telefónicas, cortar hilos conductores,
arrancar postes o las acciones destinadas a interceptar las líneas para enviar noticias falsas relacionadas con el tránsito
ferroviario. Se adecuan también al tipo las acciones ejercidas sobre el personal encargado del control o manejo de estos
medios de comunicación. La figura no contiene como exigencia típica el logro del resultado propuesto. Basta que el acto
ejecutado haya sido idóneo para lograr aquella interrupción.
Elemento Subjetivo. Al reprimir la figura “… cualquier acto tendiente a interrumpir …”, el tipo está constituido por un elemento
subjetivo, consistente en el propósito del sujeto activo dirigido a interrumpir el funcionamiento del telégrafo o teléfono. El
delito sólo admite dolo específico.
Medios de Comunicación Tutelados. El art. sólo tutela las instalaciones telegráficas o telefónicas expresamente destinadas al
servicio de un ferrocarril.
Consumación. Tentativa. La figura básica es un delito instantáneo, de peligro abstracto, que se consuma con la ejecución de
los actos tendientes a lograr la interrupción del funcionamiento del telégrafo o teléfono, siendo indiferente que tal resultado
se logre o no. La figura tampoco admite la tentativa.
Agravantes. Al remitir el art. que comentamos a las penas del art. anterior “en sus casos respectivos”, cuando a consecuencia
de la interrupción del funcionamiento del telégrafo o teléfono ferroviario, un tren sufriere descarrilamiento u otro accidente,
se aplicará la pena prevista en el Inc. 2° del Art. 191; si a consecuencia de estos accidentes alguna persona resultare con
lesiones leves, graves o gravísimas, la prevista en el Inc. 3°, y si resultare la muerte, la del Inc. 4°.

LANZAMIENTO DE CUERPOS CONTUNDENTES O PROYECTILES CONTRA TRENES O TRANVÍAS (Art. 193: 1m a 1a)
La acción típica consiste en arrojar, en lanzar con violencia cuerpos contundentes o proyectiles. Cuerpo contundente es
cualquier objeto con la suficiente contextura y dureza para que, al ser arrojado con cierta violencia, sea idóneo para producir
contusiones a las personas o daños al transporte. Proyectil es el cuerpo arrojadizo lanzado por un dispositivo, accionado
mecánicamente o por fuerza humana. Se trata de un delito de peligro abstracto, cuya tipicidad no requiere que el transporte
sufra algún daño. Transportes Tutelados. La figura sólo tutela a los trenes y a los tranvías. Al analizar el Art. 191, señalamos el
concepto de tren. El Tranvía es un medio de transporte urbano de pasajeros, que se desplaza sobre vías destinadas a ese solo
efecto, propulsado por la energía eléctrica que le proporciona un cable aéreo al que va enganchado. El tipo requiere un tren o
tranvía en marcha, es decir, que se encuentre en movimiento, siendo indiferente que, al momento del hecho, el vehículo
transporte o no pasajeros. Subsidiariedad expresa de la figura. Se trata de una figura subsidiaria que surge del texto mismo
de la ley, al disponer que ésta sólo será aplicable “… si el hecho no importare un delito más severamente penado …”. El delito
previsto por el Art. 193 es absorbido por el delito más grave que resulte del hecho de arrojar cuerpos contundentes o
proyectiles contra el tren o tranvía.
Culpabilidad. Consumación. Tentativa. Es delito doloso, que sólo requiere el conocimiento y la voluntad del agente de
arrojar el cuerpo contundente o proyectil contra el transporte en marcha. No es necesario ningún ánimo específico en el sujeto
pasivo. El delito es instantáneo y se consuma con el lanzamiento y, por tratarse de una figura de peligro abstracto, es
indiferente para esta consumación que el cuerpo contundente o proyectil acierte o no en el blanco. Antes del lanzamiento del
proyectil sólo mediarán actos preparatorios, por lo que no es admisible la tentativa, tentativa cuya posibilidad es admitida por
otra parte de la doctrina.

PARTICIPACIÓN, ORGANIZACIÓN O PROMOCIÓN DE PRUEBAS DE VELOCIDAD O DESTREZA SIN AUTORIZACIÓN (Art.


193 Bis - 2.017-: 6m a 3a)
Art. 193 Bis. Art. sustituido por Ley N° 27.347 (2.017). Será reprimido con prisión de 6 meses a 3 años e Inhabilitación Especial
para conducir por el doble del tiempo de la condena, el conductor que creare una situación de peligro para la vida o la integridad
física de las personas, mediante la participación en una prueba de velocidad o de destreza con un vehículo con motor, realizada
sin la debida autorización de la autoridad competente.
La misma pena se aplicará a aquél que organizare o promocionare la conducta prevista en el presente artículo, y a quien
posibilitare su realización por un tercero mediante la entrega de un vehículo con motor de su propiedad o confiado a su custodia,
sabiendo que será utilizado para ese fin.

Las Picadas de Auto y Automotores: el campo de protección penal de la seguridad pública se ha ampliado con la
incorporación de esta figura delictiva, incluyendo como un elemento más de riesgo para tal bien la peligrosidad provocada en
el ámbito del tránsito vehicular cuando de allí se derive un peligro concreto contra la vida o la integridad física de las personas
en general. El legislador entendió que la realización de "Picadas" con automotores u otras pruebas de destreza en las cuales se
utiliza la alta velocidad de cualquier vehículo automotor, junto con la puesta en peligro de vidas humanas o de la integridad
física de las mismas, era constitutiva de un delito contra la seguridad pública, procurando proteger la seguridad del tránsito y
la seguridad de los medios de transporte y comunicación. El Art. 5° del Decr. - Ley N° 6.582/58 de Vehículos Automotores,
son considerados Automotores: los automóviles, camiones, inclusive los llamados tractores para semirremolque, camionetas,
rurales, jeeps, furgones de reparto, ómnibus, micro - ómnibus y colectivos con sus respectivos remolques y acoplados, aun
cuando no estuvieran carrozadas, las maquinarias agrícolas incluidas los tractores, cosechadoras, grúas, maquinarias viales 8 y
todas aquellas que se auto propulsen. Con ello, quedan comprendidos dentro del término automotores, aquellos vehículos que
pueden desplazarse usando para ello la fuerza motriz propia, como ser los vehículos antes mencionados, no siendo ajenos a
esta definición los de motores, motonetas y motocicletas, triciclos y cuadriciclos con motor, independientemente de su
cilindrada, conforme el Art. 2° de la Res. N° 586 de la Func. Ejec. Los Sujetos Activos son tanto el conductor del rodado que
interviene en dicha competencia, como también el organizador, el promotor de ella y el titular del vehículo que lo facilita o
presta sabiendo que va a ser utilizado en tal actividad. Conductor es quien maneja, quien gobierna y tiene el dominio del
vehículo automotor que participa en una competencia de esta naturaleza. Nada dice la legislación de la situación del copiloto o
acompañante que se desplaza en el mismo rodado. Creemos que este último participa de algún modo en el hecho delictivo y, si
bien no es quien genera el riesgo para la vid a o la integridad física de las personas, tiene una activa participación al igual que
el organizador. Promotor o quien presta el vehículo para ello, por lo que—en el mismo sentido—debería considerárselo como
un partícipe de esta figura penal. El tipo penal también contiene en su primera parte un elemento normativo consistente en la
falta de autorización por autoridad competente para la realización de tales eventos. El Organizador de estas competencias es
quien lleva adelante la realización del evento disponiendo los medios y los instrumentos necesarios para que la competencia
se celebre. Realiza las gestiones necesarias para ello, selecciona el lugar y el momento, elígelos participantes y decide o
impone las reglas que imperan en dicha competencia. Promociona el que tiene a su cargo la publicidad o la comunicación a
terceros de la celebración de este evento. Posibilita su realización en los términos legales, aquel que facilita un vehículo que
es de su propiedad o que se encuentra confiado a su custodia, siempre y cuando supiere quesera utilizado para la realización
de una competencia de esta naturaleza. Es un delito de peligro concreto, que no exige un resultado lesivo para ningún otro
bien jurídico más que la con creta puesta en peligro de la vida o la salud de las personas. Las pruebas de velocidad o de
destreza deben estar autorizadas para su realización en lugares públicos por la autoridad competente para quedar excluidas
de esta conducta. El Art. 60 de la Ley de Tránsito establece las condiciones para el uso especial de la vía pública, o sea, para
fines ajenos al tránsito, ej., competencias de velocidad.

ENTORPECIMIENTO DE TRANSPORTES Y SERVICIOS (Art. 194: 2m a 2a)


Para la aplicación del art. en comentario se requiere de una expresa condición negativa, consistente en que las acciones típicas
no generen una situación de peligro común. Sólo serán típicos a la figura que comentamos los hechos que impidan, estorben o
entorpezcan el normal, regular o eficaz funcionamiento de estos transportes, sin ninguna otra consecuencia de peligro
para los mismos o para la seguridad común. Quedan comprendidas en el Art. 194 las acciones que impiden, estorban o
entorpecen el normal funcionamiento de los trenes (y entre las que se cuentan las de detener o entorpecer su marcha), pero
que no tienen idoneidad para generar un peligro para la seguridad común. Las acciones punibles previstas por la figura en
estudio consisten en impedir, estorbar o entorpecer. Impedir es imposibilitar o suspender el funcionamiento de los
transportes o servicios. Estorbar es obstaculizar, molestar o incomodar. Entorpecer es turbar, poner trabas o dificultades,
desorganizar, retardar el funcionamiento de aquéllos. Transportes y Servicios Objeto del Delito. La figura contiene una doble
protección. En 1° término, tutela el normal funcionamiento de los transportes en general, sean terrestres, acuáticos o aéreos,
sin ninguna referencia limitativa. Pueden tratarse tanto de transportes afectados al uso público como de los destinados al uso
de los particulares. Respecto a los medios de Transporte Terrestre, tampoco contiene el artículo que tratamos las indebidas
limitaciones a los trenes y tranvías impuestas por los Arts. 191 y 193

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En 2° término, se tutela el normal funcionamiento de los servicios públicos de comunicación, de provisión de agua, de
electricidad o de sustancias energéticas. En este supuesto se trata de un servicio público, es decir, que beneficia a un número
indeterminado de personas o cosas, sea que aquél pertenezca al Estado, que se explote por concesión o que sea propiedad de
particulares. También en este caso lo protegido es el servicio en general.
Culpabilidad. Consumación. Tentativa. Se trata de un delito imputable sólo a título de dolo, el que consiste en el conocimiento
y la voluntad de ejecutar los hechos impeditivos o turbadores del normal funcionamiento de los transportes o servicios. No se
requiere en el agente ningún propósito específico. La figura se conforma, incluso, con el dolo eventual. Es delito de resultado, y
para su perfeccionamiento es insuficiente la ejecución de los actos con idoneidad para impedir, estorbar o entorpecer. La
figura reprime al que “… impidiere, estorbare o entorpeciere …”, por lo que, para la consumación del delito, se requiere que
realmente se haya impedido, estorbado o entorpecido el normal funcionamiento de los objetos tutelados. Pacíficamente se
admite la posibilidad de la tentativa, cuando, ejecutadas las acciones típicas e idóneas, no se logran aquellos resultados por
causas ajenas a la voluntad del autor.

ABANDONO DE TRANSPORTES (Art. 195: 1m a 1a)


Abandono de Servicio. Acción Típica. El delito tutela la seguridad del transporte, que puede ser puesto en peligro por el
abandono, y son dos las conductas típicas que puede asumir el sujeto activo la 1°, abandonando efectivamente el tren o el
buque donde está prestando servicios, y la 2°, permaneciendo a bordo del transporte, pero omitiendo, permanente o
temporariamente, cumplir con el servicio que le corresponde.
La Limitación Temporal de la Figura. Para que el abandono sea típico a la figura, debe producirse a partir del momento en
que comienza el viaje del convoy o del buque, nunca antes que el tren haya comenzado su marcha o el buque haya zarpado.
Para el 1°, es típico el abandono ocurrido antes del “término del viaje ferroviario” –es decir, antes que el tren arribe a su punto
de destino–, por lo que aquél será punible aun cuando se produzca en una estación intermedia, que no sea la de destino final.
Para el viaje en buque, la ley señala que el abandono es punible “antes de llegar a puerto”, sin ningún otro agregado.
Sujetos Activos. El artículo que comentamos enumera como posibles autores de este delito a los conductores, capitales,
pilotos, mecánicos y “demás empleados de un tren o un buque”. Conductor es el maquinista de un tren, encargado del manejo y
gobierno de la locomotora o de la máquina que arrastre al convoy. Capitán es la persona encargada de la dirección y gobierno
del buque. Piloto es el encargado de la conducción del buque. Mecánico es el que integra el personal de máquina de un buque
encargado del funcionamiento y reparación de las maquinarias de propulsión del buque o del tren. Pero esta enumeración es
simplemente ejemplificativa, ya que a continuación la ley amplía la punibilidad a “los demás empleados” del tren o buque. No
obstante, esta generalización de la ley, ha señalado correctamente la doctrina que, dado el bien protegido por la figura, ésta sólo
alcanza al personal cuyas funciones hacen a la seguridad del buque o del tren. Queda excluido el resto del personal que
desempeña tareas cuyo abandono en nada afectaría o podría afectar a la seguridad del transporte.
Subsidiariedad expresa de la figura. La ley consagra su subsidiariedad al establecer que sus disposiciones serán aplicables
siempre que “… el hecho no importare un delito más severamente penado …”. Si el autor abandonó el transporte con el propósito
de crear una situación de peligro común, la figura queda desplazada por las más graves de los Arts. 190 o 191.
Consumación. Tentativa. Es un delito de peligro abstracto que se consuma en el momento mismo de producirse el abandono,
sin que sea necesaria la producción de resultado alguno. Coincide en general la doctrina que el delito no admite la tentativa.

Formas Culposas: Alcance: (Art. 196: 6m a 3a y 1 a 5a)


ACCIDENTES CULPOSOS. El art. que nos ocupa reprime al que por culpa ocasionare un descarrilamiento, un naufragio o
cualquier otro accidente de los previstos en el Cap. II. De la redacción del art. vigente resulta evidente que se trata de un delito
de resultado, que requiere la efectiva producción de alguno de estos accidentes. Esta solución guarda coherencia con el
sistema del Código respecto a la incriminación de los actos producidos por culpa, que requieren, necesariamente, un resultado.
La mención a “… otro accidente previsto en este Cap.”, que hace el Art. 196, fue interpretada en el sentido de que la figura
alcanza a todos los hechos comprendidos en los Arts. 190 a 196, cometidos por culpa. Pero estos hechos no son accidentes,
sino conductas generadoras sólo de un peligro abstracto, que, por no afectar la seguridad común, no son punibles. Sólo los
accidentes previstos por los Arts. 190 y 191, esto es, naufragio, varamiento, desastre aéreo, descarrilamiento u otro
accidente ferroviario, ocasionados por la imprudencia, negligencia, impericia o inobservancia de los reglamentos u
ordenanzas del agente, serán típicos a la figura que comentamos.
Sujetos Activos. La figura no requiere, en cuanto a su autor, determinadas condiciones, profesión, oficio o empleo. Sujeto activo
puede ser cualquier persona, vinculada al servicio de transporte de que se trate o completamente ajena a él.
Agravantes. El delito se agrava si el accidente típico a la figura es causa directa e inmediata de la muerte o de las lesiones de
una persona. Puede tratarse de las personas que ocupaban el transporte (tripulación y pasajeros) o de personas que no
viajaban en él.

INTERRUPCIÓN O ENTORPECIMIENTO DE COMUNICACIONES (Art. 197: 6m a 2a)


Entorpecimiento del funcionamiento de transportes desde o hacia estadios deportivos. Ley N° 24.192. Delitos contra la salud
pública. Ley N° 26.524.

Art. 197 Ley N° 26.388 (2.008) Será reprimido con prisión de 6 meses a 2 años, el que interrumpiere o entorpeciere la
comunicación telegráfica, telefónica o de otra natura leía o resistiere vio lenta mente el restablecimiento de la comunicació n
interrumpida.

Interrupción de Comunicación Telegráfica o Telefónica y Resistencia al Restablecimiento. La norma prevé 2 tipos


penales. 1° la conducta típica abarcará la interrupción o el entorpecimiento de la comunicación telegráfica o telefónica,
10 y,
2°, la resistencia violenta al restablecimiento de la comunicación que había sido interrumpida. Interrumpir implica tornar
discontinua el curso de la comunicación, en cambio, Entorpecer es dificultar la comunicación. El delito no consiste solamente
en la afectación material de la instancia donde la comunicación (aparatos, líneas), sino que debe contemplarse el servicio en si
teniendo en cuentas el bien jurídico protegido, esto es, la seguridad común. En razón de ello, la mera interrupción o
entorpecimiento de una determinada comunicación aislada, sin que de ello derive en una afectación del servicio en general, no
será suficiente para configurar el tipo. Luego, en cuanto a la resistencia al restablecimiento de la comunicación, la redacción
propia de la norma exige que el servicio haya sido interrumpido previamente y que el agente se o ponga a su restablecimiento.
La resistencia tiene que ser violenta, esto es, se exige una oposición vehemente contra aquellos que procuran reestablecer el
servicio, por ejemplo, destruyendo el trabajo que estén realizando. En ambos casos, la acción debe recaer sobre
comunicaciones telegráficas o telefónicas, excluyen do la tipicidad de otras formas de comunicación, ej., informáticas. El tipo
no prevé calidades específicas en el sujeto activo. Es un delito doloso.

PIRATERÍA (Art. 198: 3 a 15a)


Antiguamente, la piratería era considerada como un rabo en el mar, es decir, un delito que afectaba a la propiedad y cuya
característica especial se encontraba dada por el lugar especial de comisión. El concepto ha evolucionado hasta ser
considerado como un crimen que afecta a la seguridad internacional, pues la libertad de los mares y del aire queda
efectivamente coartada porque se han puesto motivos de inseguridad en su tránsito; se han suscitado peligros extraños a los
riesgos de la navegación misma. Corresponde distinguir entre el corso o corsario y la piratería. La institución del corsario es
una antiquísima práctica derivada del principio bélico según el cual en la guerra es licito inferir al adversario el mayor mal
posible. Sobre esa base, los Estados autorizan a un particular para que ejecute actos de depredación y violencia sobre naves
del enemigo sirviéndose para ello de su propio barco. En definitiva, la diferencia es que un corsario obra con autorización de
un país beligerante y actúa solo en tiempos de guerra y adquiere la propiedad de lo que apresa, como una especie de
compensación de su trabajo y sus riesgos. En cambio, el pirata es considerarlo como un bandido, obra por propia autoridad,
sin estar autorizado por el Estado, tanto en tiempos de paz como de guerra.

1° Piratería Marítima Propiamente Dicha (Art. 198, Inc. 1°). La conducta del sujeto debe consistir en practicar (llevar a
cabo, producir, realizar) cualquier acto de depredación o violencia contra un buque o contra personas o cosas que en él se
encuentren, ilegítimamente. Abordaje de buque a buque es el medio clásico de comisión, pero pueden contemplarse otras
formas tales como el ataque a través de submarinos, por medio de colocación de explosivos por buzos especializados,
canoneos desde tierra o aire, etc. El acto de depredación consiste en robar, saquear con violencia y destrozo. Son acciones de
cierto tenor y magnitud contra otro buque que está en curso de navegación. La violencia queda comprendida en la
depredación, contempla aquellos actos con fines distintos del apoderamiento de cosas, ej., delitos contra la libertad sexual. Los
objetos de tales actos deben ser buques (navío de cubierta) o las personas o cosas que en él se encuentren, por lo que se
excluyen otros elementos flotantes o pequeñas embarcaciones. La acción debe realizarse en el mar o ríos navegables, mientras
el buque esté navegando. La ley excluye otros lugares navegables, como son los lagos interiores. Los actos son piráticos
cuando son llevados a cabo sin estar autorizado por un país beligerante o cuando se excedieran los límites de esa autorización
(ej., actuando sobre buques, personas o cosas que la autorización n o compren día). La propia norma prevé que la autorización
debe ser legítima, esto es, concedida por autoridad competente y observando las formas propias del caso (aquellas que prevé
la ley del país beligerante o las normas del derecho internacional). El Sujeto Activo es el pirata, es decir, aquel que actúa por
cuenta propia, que no pertenece a ninguna nación y no distingue entre la guerra y la paz. Es un delito doloso, que se consuma
con la realización de las conductas típicas.

2° Piratería Aérea (Art. 198 Inc. 2°). El objeto sobre el cual deberán recaer los actos de depredación o de violencia que, en
este caso, son las aeronaves (aparatos o mecanismos que puedan circular en el espacio aéreo y que sean aptos para transportar
personas o cosas). La norma incorpora un elemento temporal, pues la acción debe realizarse mientras la aeronave se encuentra
en vuelo o mientras realiza operaciones inmediatamente anteriores al vuelo. Se considera que una aeronave se encuentra en
vuelo desde que se aplica la fuerza motriz para despegar hasta que termina el recorrido de aterrizaje. Las operaciones
inmediatamente anteriores al vuelo son las que sitúan la aeronave en el lugar donde recoge los pasajeros o la carga, o es
colocada mediante fuerza motriz que no es la propia, en la pista de despegue, siempre que se trate de actos temporalmente
cercanos al del vuelo. Se excluyen los actos que se concreten durante las operaciones posteriores al carreteo con que termina
el recorrido del aterrizaje. No se requiere que el ataque se produzca necesariamente mediante otra aeronave.

3. Piratería Impropia o Usurpación de Comando o Mando (Art. 198 Inc. 3°). La acción típica es la de usurpar la autoridad
de un buque o aeronave. Implica quitarle al comandante, piloto o autoridad de la nave el poder de gobierno sobre ella, lo que
debe llevarse a cabo por intermedio de la violencia (actos de fuerza física), intimidación (amenazas) o engaño (fraude). No
basta con que el sujeto imponga su voluntad respecto de uno o algunos de los actos que integran esa autoridad, sino de ella en
su totalidad (ej., quien emplea la violencia exclusivamente para desviar el medio de transporte de su curso original queda
comprendido en el inc. anterior, no en este). El tipo no prevé calidades especiales en el sujeto activo. Es un delito doloso, que
re quiere una finalidad específica; la de apoderarse de la nave o disponer de las cosas o personas que traslada. Se consuma con
la usurpación de la autoridad de la aeronave, independientemente de haber logrado el fin propuesto. Admite tentativa.

4. Connivencia con Piratas (Art. 198 Inc. 4°). La acción típica es la de entregar (poner a disposición) un buque o aeronave,
su carga o lo que le perteneciere a su pasaje o tripulación a un pirata. Así, el pirata obtendrá la posibilidad de realizar los actos
de depredación mencionados anteriormente. La entrega debe ser voluntaria, acordada entre ambas partes. Sujeto Activo
puede ser cualquier persona (un tercero ajeno a la tripulación del buque o aeronave, un tripulante o un pasajero, la persona 11 a
cuyo cargo se encuentra el gobierno de la nave, etcétera) que tenga capacidad para entregar el objeto. Se trata de un delito
doloso, que requiere la connivencia del agente con el pirata. Ello comprende no solo la confabulación con el pirata, sino
también la aceptación tolerante del requerimiento pirático. Implica el conocimiento del carácter de pirata del sujeto a quien
entrega alguno de los objetos del delito y la voluntad de entregarlos. EI delito se consuma con la entrega. Admite tentativa. La
actividad desplegada en connivencia con piratas, que facilite o contribuya de otro modo (y por otras personas) a la acción de
ellos en orden al a apoderamiento de los objetos típicos, únicamente podrá considerarse complicidad en los delitos del Art.
193, Incs. 1°, 2° o 3°.

5. Oposición a la Defensa Contra Piratas (Art. 198 Inc. 5°). La acción típica consiste en oponerse (impedir la defensa) a que
el comandante o la tripulación defiendan el buque o aeronave atacado por piratas. Para que sea típica, esa oposición debe
realizarse con violencia o amenazas. Como presupuesto, el tipo requiere que la nave se encuentre siendo objeto de un ataque
pirático; pero no es necesario que se hubieran ejecutado actos de defensa. Sujeto Activo puede ser cualquier persona ajena al
ataque pirático. Se trata de un delito doloso, que se consuma con la realización de las conductas típicas. No admite tentativa.

6. Equipamiento Pirata (Art. 198 Inc. 6°). Se trata de la punición de un acto preparatorio de otro delito (piratería). La
conducta típica consiste en equipar (acondicionar, proveer lo necesario—tripulación, armas, etcétera—para la realización de
sus actividades) un buque o aeronave destinada a la piratería. El Sujeto Activo puede realizar la accionar por cuenta propia o
ajena. EI destino del buque o aeronave es un carácter del objeto: el tipo no requiere que se equipe un buque para destinarlo a
la piratería, no que se acondicione una nave que ya realiza o que va a realizar actividades piráticas. En su Faz Subjetiva, es un
delito doloso, que exige el conocimiento del destino de la nave, y no la finalidad de equipar una nave cualquiera para que
realice actos de piratería, aunque luego efectivamente los realice. Se consuma con el suministro del equipamiento, sea total o
parcial. Admite tentativa.

7. Tráfico Pirata (Art. 198 Inc. 7°). La acción típica consiste en traficar o suministrar auxilio a piratas. Trafica quien comete
con piratas o recibe la producción de sus depredaciones para colocarla en el comercio o lograr de cualquier manera su venta
(reducidor). Implica una actividad de tipo comercial con el pirata. Suministra auxilio quien proporciona ayuda o sostén al
pirata, dándole medios económicos o favoreciéndolo personalmente de cualquier modo (ocultándolo, dándole permiso para
que se re abastezca en sus propiedades, etc.). La norma requiere que la conducta se despliegue desde el territorio de la
República. El tipo no requiere calidades especiales en el sujeto activo. Es un delito doloso. El agente debe actuar a sabiendas, es
decir, con conocimiento de que trafica o auxilia a piratas, por lo que sol o admite dolo directo. Se consuma con la realización de
las conductas típicas.

Agravante. Art. 199. Si los actos de violencia u hostilidad mencionados en el art. anterior, fueren seguidos de la muerte de
alguna persona que se encontrare en el buque o aeronave atacados, la pena será de 10 a 22 años de reclusión o prisión.
La norma prevé una agravante, en razón del resultado que de los hechos de piratería pudieran derivar. Concretamente, la
muerte de alguna persona que se encuentre en el buque o aeronave atacados debe ser resultado directo de los"... actos de
violencia u hostilidades del art. anterior". Se excluyen los casos previstos en los Incs. 4°, 6° y 7° porque no exigen la
concurrencia de actos de violencia. Se trata de un resultado preterintencional no abarcado por el dolo del agente.

DELITOS CONTRA LA SALUD PÚBLICA:


ENVENENAR O ADULTERAR AGUAS POTABLES O ALIMENTOS O MEDICINAS
Envenenamiento o Adulteración de Aguas, Alimentos o Medicinas (Art. 200: 3 a 10a y $):
La fig. exige que el envenenamiento o adulteración lo sean de modo peligroso para la salud y recaiga sobre elementos que
estén destinadas al uso público o al consumo de una colectividad de personas. Con estas 2 exigencias se delimitan las
características de un delito de peligro real pero indeterminado en cuanto a su alcance o efectos dañosos, que resulta de la
idoneidad del medio empleado (envenenamiento o adulteración) y no exigen daño material para su consumación. La Salud
debe ser entendida genéricamente como el bienestar físico y psicológico de las personas. La acción típica puede llevarse a cabo
de 3 formas distintas: Envenenar. Refiere a la introducción, suministro o mezcla de una sustancia químicamente tóxica con
otra sustancia o líquido que puede consumirse. Este envenenamiento, debe ser idóneo para causar perjuicio en la salud o la
vida de seres vivos. Adulterar. Está referida a la que se ejercita sobre un objeto auténtico o genuino y que tiene como
consecuencia la modificación del objeto por la mera alteración de sus condiciones, por la sustitución o supresión de alguno de
sus componentes o agregación de otra sustancia. En esta acción puede comprenderse la conducta de contaminar. A su vez, la
fabricación de medicamentos que contienen una cantidad de droga menor a la declarada en el rótulo encuadra en este delito
pues el término adulterar comprende la fabricación de un medicamento falso por cuanto, de no ser así, se castigaría a quien
estira un medicamento haciéndole perder un porcentaje de su valor curativo y se absolvería a quien lo falsificó por completo
sin ningún tipo de elemento activo. Encuadra asimismo este caso la acción de adulterar medicamentos con material inocuo
carente de elementos activos—por ejemplo, lactosa—, toda vez que tales medicamentos adulterados, en tanto aparentan que
van a aliviar el dolor siendo en realidad ineficaces para lograrlo, resultan peligrosos para la salud. Falsificar. Esto es sustituir
lo verdadero por otra sustancia o elemento, tanto sea absolutamente inútil o que carezca total o parcialmente de las
propiedades del verdadero, pero como en los casos anteriores de modo peligroso para la salud. Envenenar es delito de peligro
concreto, mientras que adulteración y falsificación son delitos de peligro abstracto. El legislador previo presume la
peligrosidad de toda adulteración y falsificación.

Los objetos sobre los que recaen las acciones típicas resultan ser:
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Agua Potable. Es la que es apta o puede ser utilizada para beber o para consumo alimenticio humano. Potable no es sinónimo
de pureza sino de aptitud para el destino indicado.
Sustancias Alimenticias. Sean sólidas o líquidas, son las destinadas al sustento o consumo análogo de las personas, mediante
ingestión. No son solamente alimentos ordinarios sino también el suero utilizado con tal fin, complementos alimenticios que
vienen bajo formas de medicamentos o como especial mente recomendados, etc.
Sustancias Medicinales. Son aquellas que se emplean normalmente para curar enfermedades o preservar la salud, cualquiera
sea el modo como se las suministre o que se emplee. Conforme el Decr. N° 150/92. Medicamento es toda preparación o
productos farmacéuticos utilizados para la prevención, diagnóstico o tratamiento de una enfermedad o estado patológico, o
modificar sistemas fisiológicos en beneficio de la persona a quien se le administra.
Sujeto Activo puede ser cualquier persona. Se ha sostenido que la organización de personas con el objeto de fabricar y
comercializar productos medicinales adulterados, constituye el Delito de Asociación Ilícita en concurso real con el tipificado
por el Art. 200 —último Párr.
Sujeto Pasivo es un N° indeterminado de personas, pues tanto el agua como las medicinas y sustancias alimenticias deben
estar destinadas al uso público o al consumo de una colectividad de personas. Es un delito de peligro concreto, pues la acción es
peligrosa en sí y puede causar daño efectivo en la salud o en la vida de quienes consuman estas sustancias. Las acciones deben
ser idóneas para poner en peligro la salud de personas indeterminadas. Es un delito doloso, de dolo eventual para las 2
primeras formas de la conducta y dolo directo en el caso de falsificar. Se perfecciona solo con realizar las acciones descriptas.
Si no se puede determinar dónde se adulteraron o falsificaron los productos u objeto de este delito, debe estarse a la
competencia del juez del lugar donde los mismos fueron detectados y esto puede ocurrir hasta en el lugar de su venta.

Tráfico y Suministro de Mercaderías o Medicamentos Peligrosos (Art. 201 Ley N° 26.524 – 2.009). Se protege a la salud
pública del peligro que para ella constituye poner en circulación medicamentos y mercaderías que puedan perjudicar la salud
de quienes los utilicen. Las acciones típicas son diversas formas de poner en circulación los objetos peligrosos: Vender
(transferir a cambio de un precio), poner en venta (ofrecer para su comercialización en lugar accesible al público adquirente, sin
necesidad de que se efectivice adquisición alguna), suministrar (cualquier modalidad de traspaso a otro u otros, sea en forma
onerosa o gratuita), distribuir (hacer circular, poner a disposición de quienes pudieran realizar cualquiera de las otras
conductas típicas), o almacenar (guardar o abarrotar cantidad de cosas, o sustancias o aguas). En todos los casos se debe obrar
disimulando el carácter nocivo o de efecto perjudicial que potencial mente pueden producirse y que el autor conoce de
antemano, ocultándolo dolosamente; no es el simple callar, sino ocultar dolosamente. El delito admite perfectamente la
conformación de asociaciones ilícitas u organizaciones criminales, destinadas a cometer estos delitos. Entonces la conducta
(en cualquiera de sus modalidades) debe llevarse a cabo con conciencia del carácter peligroso de los objetos (agua,
medicamentoso mercaderías) que se ponen a la venta o se distribuyen o se almacenan y con un destino indeterminado. En
cuanto a los Objetos del delito, son casi los mismos que prevé el Art. 200, y además abarca cualquier otra sustancia peligrosa,
sea que su peligro derive de la adulteración o sea que se trate de una condición natural de la sustancia misma. En cuanto a
Mercaderías, es una expresión más amplia que la de alimentos. El concepto está dado por el Art. 77 que las define como toda
clase de efectos susceptibles de expendio. Es un delito de peligro abstracto, pues los medicamentos, mercaderías o aguas
adulterados pueden estar ofrecidos y no venderse nunca, con lo cual no producen peligro concreto. En cuanto al Elemento
Subjetivo, el delito requiere dolo simple (la forma culposa está prevista en el Art. 203); y en algunos casos admite la tentativa, a
pesar del carácter formal de la figura.

Tipos Agravados (Art. 201 Bis, Ley N° 26.524 – 2.009: 10 a 25a; 3 a 15a y 3 a 10a +$). Esta disposición establece una
mayor pena para el caso de muerte, lesiones graves o gravísimas como consecuencia de la realización de algunas de las
conductas establecidas en el Art. 200. Llamativamente, no se ha incorporado la agravante para el caso de las conductas
previstas en el Art. 201, con el riesgo que él lo implica.

PROPAGACIÓN DE ENFERMEDADADES (Art. 202: 3 a 15a)


Acción Típica. Propagar significa multiplicar, reproducir, extender, difundir, diseminar. No ha habido un criterio uniforme
sobre el alcance de la expresión legal. Algunos consideran que la propagación, a diferencia del contagio singular, requiere la
transmisión plural de la enfermedad, la multiplicidad de afectados. Otros entienden que basta que se enferme una persona,
por tratarse de una figura de peligro construida sobre la base de un daño. Y están los que sostienen que no es necesario que
alguien contraiga la enfermedad. En nuestra opinión, la propagación de los gérmenes no equivale a la de la enfermedad.
Aquéllos producen la enfermedad, pero no son la enfermedad misma. No se concreta la propagación de una enfermedad si no
se ha multiplicado el número de enfermos.
Enfermedad Peligrosa y Contagiosa para las Personas. Enfermedad es el síndrome o conjunto de síndromes que se
producen en un organismo animal o vegetal, que sufre la acción de una causa morbosa y reacciona contra ella. La enfermedad
propagada debe acumular las características de peligrosa y contagiosa para las personas. Será peligrosa no sólo cuando
ponga en peligro la vida del afectado, sino cuando pueda dejar secuelas graves. Es contagiosa la que se comunica a través del
contacto, directo o indirecto, con quien la sufre.
Consumación. El delito se consuma cuando la enfermedad, como consecuencia de la acción del agente, ha sido contraída por
una pluralidad de personas con la posibilidad de extenderse a un número indeterminado. Se darán casos de tentativa, toda vez
que el sujeto activo ejecute actos idóneos con el fin de propagar la enfermedad, y la difusión no se produzca por razones
ajenas a su voluntad.
Culpabilidad. Es necesario que el sujeto activo conozca el carácter peligroso y contagioso de la enfermedad y que tenga la
voluntad de propagarla o demuestre indiferencia por la producción de ese resultado. Resulta admisible tanto el dolo directo
como el eventual. Debe estar ausente el dolo homicida, ya que, si la propagación de la enfermedad fue el medio escogido para
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matar, la fig. que estudiamos resulta desplazada por la del homicidio agravado prevista por el Art. 80, Incs. 2° y 5°.
Concurso. Aunque la propagación de los gérmenes se realice a través del agua, sustancias alimenticias o medicinales o
cualquier tipo de mercaderías que resulten aptas a tal fin, no son aplicables los Arts. 200 y 201, ya que la figura que estudiamos
aquí excluye los delitos previstos por dichas normas por su especialidad. Las muertes que puedan producirse como resultados
preterintencionales no constituyen agravante alguna, a diferencia de lo previsto en las figuras anteriores.

El Tipo Imprudente (Art. 203: $ y 6 a 15a)


En todas las formas Culposas previstas el resultado exigido genéricamente es el de causar peligro para la salud pública (sea
enfermedad o muerte e indeterminadamente), que se satisface sin inconveniente alguno actuando con imprudencia,
negligencia, impericia en el arte o profesión o por inobservancia de los deberes a su cargo en esta materia, ya que la
disposición refiere a todos los art. anteriores (Arts. 200, 201 y 202). "En el tipo penal del Art. 203, el verbo 'adulterar'
equivale a corromper, alterar o cambiarlas cualidades de los alimentos destinados a terceros indeterminados, y tal alteración,
a diferencia del tipo doloso, debe producirse de un modo negligente, imprudente, imperito o por inobservancia de
reglamentos u ordenanzas. Provoca daño a la Salud reprimido por el Art. 203, la conducta omisiva del gerente y del
encargado del restaurante que, al omitir negligentemente vigilar y controlar el trato higiénico y diligente que las personas a su
cargo debían poner para conservar y elaborar los alimentos, permite que estos se sirvieran a los clientes adulterados por
agentes. "El analgésico falsificado, fabricado con sustancias neutras es nocivo para la salud en tanto al no producir efecto
sanador, no restaura el estado natural de equilibrio fisiológico de la persona. La 2° parte del art. se a grava la pena para el
supuesto de que se ocasione un riesgo dañoso concreto en tas personas (enfermedad o muerte). Debe existir una relación
causal entre la acción del agente y el resultado típico, es decir, el resultado debe ser el efecto de la acción efectivamente
realizada por el sujeto activo.

Suministro Ilegal de Medicamentos (Art. 204 Ley N° 26.524, 2.009: 6m a 3a). El tipo protege la salud pública del peligro
que importa el uso de medicamentos que puedan resultar dañosos por no corresponder a las características que el enfermo
necesita, o por resultar ineficaces para curar la afección, desconociendo esa circunstancia quien los administra o quien los
consume. La norma sanciona el suministro infiel de sustancias medicínales, entendida como la acción de entregarlas o
expenderlas con un destino determinado y no como el acto de aplicar la sustancia medicinal, pues el autor debe ser quien se
encuentre autorizado a la venta de sustancias medicínales. La figura abarca 4 situaciones:
a) que lo despachado sea diferente a lo indicado en la receta—Despacho al Menudeo
b) que el despacho sea diverso a lo convenido—Despacho del Droguero al Farmacéutico o al Por Mayor
c) que las sustancias sean suministradas en exceso de las reglamentaciones para su reemplazo.
d) que se omitiera requerirla presentación de la receta y su archivo.
Es un delito especial propio, pues el sujeto activo es quien está habilitado para el tráfico expendio o venta, o sea un
farmacéutico o comerciante de medicamentoso mayorista o encargado de comercialización de un laboratorio. En los primeros
3 casos, se requiere que el suministro sea infiel, es decir, que la sustancia sea despachada en especie, calidad o cantidad no
correspondiente a la receta médica, o diversa de la declarada o convenida. En el Aspecto Subjetivo, basta con dolo simple. El
delito se consuma con el suministro o expendio del medicamento. Admite tentativa.

Suministro Ilegal de Medicamentos Culposo (Art. 204 Bis Ley N° 26.524, 2.009: $)
Esta disposición solo contempla el suministro ilegal de manera culposa en la modalidad de la negligencia (únicamente). La ley
pone en cabeza de quien está autorizado a la venta de estos productos, la responsabilidad por los debidos controles que deben
existir en el tráfico de medicamentos. Es un delito de sujeto activo propio, conforme lo comentado para el art. anterior.

Producción Ilegal de Medicamentos (Art. 204 Ter Ley N° 26.524, 2.009: 1 a 4a + $)


La disposición pune la producción o fabricación (bajo cualquiera de sus formas) de sustancias medicinales en cualquier lugar
o establecimiento que no tenga autorización debida para llevar a cabo estos procesos, protegiéndose con ello la salud pública y
la buena fe de los potenciales adquirentes. Sujeto activo puede ser cualquier persona. La ilicitud radica en que se fabrica en
lugares no autorizados por ley y con ello, escapan a la labor de contralor e identificación propios de esta clase de actividad, por
parte de la autoridad estatal. Es delito doloso y admite tentativa (porque producir o fabricar, requiere un resultado en el mundo
real), a pesar del peligro que representa la conducta en forma ilegal (o sin los controles debidos de la autoridad pública) para
consumarlo. Tanto prescinde la ley de algún resultado dañoso en particular, que ni siquiera se entra a discutir si los
medicamentos están bien o mal fabricados, bien o mal suministrados o conductas semejantes. Si resultan inocuos o
perjudiciales, igualmente se consuma el delito por que el nudo de la ilicitud radica en fabricarlos o producirlos en
establecimientos no autorizados (aunque el autor esté autorizado a hacerlo). Ya nos referimos al concepto de sustancias
medicinal (Art. 200). Cabe destacar, la fabricación y elaboración de medicamentos de uso veterinario o el instrumental que se
emplea en la medicina y los productos sanitarios que no ejercen acción farmacológica, inmunológica o metabólica en el
interior o en la superficie del cuerpo humano que solo cumplen funciones de alivio o de compensación por lesiones o
deficiencias, como las prótesis, resultan atípicas.

Omisión de Deberes de Vigilancia (Art. 204 Quater, Ley N° 26.524, 2.009: $)


La conducta típica consiste en no controlar dolosamente (a sabiendas) a quienes suministraren medicamentos en las
condiciones previstas en el Art. 204. Se trata de un tipo omisivo. Los sujetos indicados en la norma deben omitir el
cumplimiento de los deberes a su cargo, habiendo tenido la posibilidad de actuar conforme a derecho. Y esa omisión debe
posibilitar de manera concreta la realización de alguno de los tipos previstos en el Art. 204, de manera que resulta necesario
que otra persona realice el otro delito. Entre la omisión y la realización del otro delito debe haber una relación directa, causal,
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pero de existir una relación subjetiva entre la conducta del agente y el autor del delito previsto en el Art. 204. Habrá una
participación necesaria en el otro delito, que conllevará aúna pena de mayor gravedad. Sujeto activo es únicamente el
encargado de la dirección, administración, control o vigilancia de establecimientos (donde se producen, fabrican, expenden,
distribuyen o almacenan medicamentos). La venta sin permiso o el suministro sin receta o hacerlo en un lugar no autorizado,
no son el eje de la prohibición, sino la conducta que poner a circular el riesgo, la omisión de los deberes de control que
contribuye de manera decidida a favorecerlos delitos bajo tratamiento, con lo cual se presenta como un delito doloso especial,
pues el autor debe conocer que con su incumplimiento posibilita el otro delito. El delito se consuma cuando un tercero comete
alguno de los delitos previstos en el Art. 204, aprovechándose del incumplimiento de los deberes a cargo del agente. No
admite tentativa.

Venta de Medicamentos Sin Autorización (Art. 204 Quinqués, Ley N° 26.524, 2.009: 6m a 3a)
El delito refiere específicamente a la venta sin autorización de productos o sustancias medicinales cuyo suministro exige
prescripción médica. La conducta típica consiste en vender (comercializar) sin autorización, de manera que se exige un precio
por el producto. La provisión gratuita no es alcanzada por la norma. La venta debe ser de sustancias medicinales que requieran
receta médica para su expendio, y el sujeto no debe estar autorizado a su venta. Cualquier persona no autorizada puede ser
autor. Es un delito doloso, y el dolo abarca el conocimiento de la ausencia de autorización para el expendio del medicamento y
que debe venderse bajo receta.

VIOLACIÓN DE MEDIDAS CONTRA EPIDEMIAS: (Art. 205: 6m a 2a)


Violación de Medidas Antiepidémicas. Bien Jurídico Protegido. Se protege la salud pública por medio de la incriminación de
la violación de las medidas que se sancionen para prevenir o combatir las epidemias. Se entiende por epidemia la enfermedad
que, a través del contagio, ha afectado a un número significativo de habitantes de una comunidad y cuya propagación amenaza
a un número indeterminado de personas. Es indiferente que la transmisión se produzca de una persona a otra o de animales o
vegetales a las personas. Lo que sí es determinante es que se trate de una epidemia que comprometa la salud de las personas.
Acción Típica. La conducta reprimida es la de violar las medidas adoptadas por las autoridades competentes para impedir la
introducción o propagación de una epidemia. La violación puede consistir en la realización de acciones prohibidas o en la
omisión de las acciones que han sido dispuestas con carácter obligatorio por la autoridad a fin de evitar la aparición o difusión
de epidemias. Es un tipo penal en blanco, cuyo contenido deberá integrarse con las

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medidas sanitarias vigentes al momento de la infracción, emanadas de la autoridad competente. Con el término “medida”, la
doctrina comprende los mandatos y prohibiciones tanto de carácter general como particular, ya emanen de un acto legislativo
o ejecutivo siempre que sean jurídicamente exigibles al sujeto activo.
Consumación. Es un delito de peligro abstracto, de modo que no será necesario que, con la infracción, se haya creado una
situación de peligro real respecto de la introducción o propagación de alguna epidemia. Se consuma con la acción u omisión que
importe la violación a la medida sanitaria. La tentativa sólo es admisible en los casos en que el incumplimiento se manifieste a
través de la ejecución de un acto prohibido.
Culpabilidad. Es un delito doloso. El autor debe estar al tanto de la existencia de la medida, de que la finalidad de ésta es evitar
la introducción o propagación de una epidemia, y de su obligación de cumplirla. A estos conocimientos debe sumarse la
voluntad de violarla en forma positiva o negativa.

POLICÍA SANITARIA ANIMAL (Art. 206: 1 a 6m)


Violación de Leyes de Policía Sanitaria Animal. Bien Jurídico Protegido. Se protege en forma directa la salud de los
animales y, de manera indirecta, la salud pública, dada la incidencia negativa que las enfermedades de aquéllos pueden tener
en ésta, sobre todo si se trata de animales destinados al consumo.
Acción Típica. Se trata de un tipo penal en blanco, pues se integra con las leyes de Policía Sanitaria Animal vigentes a la época
en que se produzca el hecho que sea motivo de juzgamiento. Aquí también la violación puede darse por comisión o por
omisión. Lo que se debe violar es una ley, es decir, el mandato general que emana del Poder Legislativo nacional o provincial,
sin perjuicio de que se tengan en cuenta los decretos reglamentarios para determinar el alcance de aquélla. La falta de
acatamiento a los mandatos singulares adoptados por las autoridades competentes en materia de sanidad animal podrá dar
lugar al Delito de Desobediencia, pero no a la figura que analizamos.
Consumación. Es un delito de peligro abstracto. No es necesario que se haya generado una situación de peligro común. Es
suficiente la violación legal para tenerlo por consumado.
Culpabilidad. Es una figura dolosa. El autor debe conocer concretamente el mandato o la prohibición que él ha violado y
haber contrariado voluntariamente esa disposición, pero no se requiere que mediante la infracción haya pretendido afectar la
salud animal.
Derogación de Agravantes. La Ley N° 25.528 (BO 9/1/02) incorporó circunstancias agravantes en los Párrs. 2° y 3° de este
artículo, derogadas luego por la Ley N° 25.890 (BO 21/5/04), puesto que esas circunstancias contemplaban casos de
encubrimiento de abigeato que no requerían una previsión especial.

EJERCICIO ILEGAL DE LA MEDICINA (Art. 208: 15d a 1a)


Este art. contiene 3 hipótesis de Ejercicio Ilegal del Arte Sanitario: el curanderismo, el charlatanismo y el préstamo de
nombre. No en todos los casos se trata de actos propios del médico. El Bien Jurídico Protegido es la salud pública. Son figuras
de peligro abstracto que concurren realmente con los delitos contra la vida o con las lesiones que pudieran producirse.
1.- Curanderismo. La actividad del curandero pone en peligro la salud pública porque, como consecuencia de ella, se sustrae de
la atención de los profesionales de la salud a personas que podrían necesitarla. No tiene relevancia que el paciente tenga
conocimiento de que quien lo atiende no ejerce legítimamente el arte de curar. Sujeto Activo de este delito es quien carece de
un título o de una autorización para la práctica de un arte de curar o quien excede los límites de su autorización. Las acciones
típicas son: anunciar, prescribir, administrar y aplicar, en forma habitual, algún medio destinado al tratamiento de las
enfermedades de las personas.
 Anuncia el que ofrece el tratamiento a personas indeterminadas.
 Prescribe el que lo indica.
 Administra el que proporciona el medio con el destino indicado.
 Aplica el que personalmente practica el tratamiento directamente sobre el paciente.
Es necesaria la habitualidad de estas conductas para la configuración del delito. Entendemos que lo que se exige es una
habitualidad objetiva, es decir una reiteración de las acciones típicas, y no el mero propósito de dedicarse habitualmente a la
práctica del curanderismo, que puede revelarse a través de un solo acto. El medio utilizado por el sujeto activo debe tener por
destino la prevención o curación de alguna enfermedad. Es imprescindible que el medio empleado esté orientado al
tratamiento de las enfermedades de las personas. Ningún resultado hay que esperar para la consumación del delito, bastando la
realización habitual de cualquiera de las acciones típicas y aunque el tratamiento hubiese sido beneficioso para la salud de
algún sujeto en particular. Si las prácticas del curandero tuvieren relación causal con la enfermedad o muerte de algún
individuo, los delitos de lesiones u homicidio concurrirán en forma real con el ejercicio ilegal de la medicina. Es un delito
doloso, que requiere el conocimiento de la falta de título o autorización para ejercer un arte de curar y la voluntad de realizar
en forma habitual cualquiera de las acciones enunciadas por la ley, a fin de tratar enfermedades, aunque se estuviera
convencido de la eficacia del tratamiento y aunque no se persiga un lucro.
2.- Charlatanismo. Con esta figura no se pretende proteger la ética ni la competencia profesional leal, sino la salud pública,
que se pone en peligro cuando se distraiga a los pacientes de los tratamientos adecuados, valiéndose de su ansiedad por la cura
o de su imposibilidad de recabar información sobre la eficacia del tratamiento que se le brinda. El Sujeto Activo de esta figura,
el charlatán, posee título o autorización que lo habilita para ejercer algún arte sanitario.

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Las acciones típicas son las de anunciar o prometer la curación de enfermedades. Anuncia la curación el que la da por cierta, y
la promete el que la garantiza profesionalmente, asegurando su consecución. Atendiendo al bien jurídico tutelado, el anuncio o
promesa debe dirigirse a un número indeterminado de personas. Lo que el autor debe anunciar o prometer es la curación de
enfermedades en un lapso determinado, o por medios que mantiene en reserva o que aseguran un resultado. El delito se
consuma con el anuncio o la promesa, con absoluta independencia de la eficacia o ineficacia del tratamiento. No admite
tentativa. Si los medios utilizados producen un daño en el cuerpo o en la salud, o la muerte de alguna persona, como resultados
no queridos por el autor, los delitos de lesiones culposas o de homicidio culposo concurrirán en forma real con el
charlatanismo.
3.- Préstamo de nombre. El delito es cometido por quien, teniendo título o autorización para ejercer un arte de curar, presta su
nombre a quien carece de esta condición, para que practique el curanderismo. No basta que el titulado o autorizado permita
que en su consultorio alguna persona ejerza el curanderismo o que remita sus pacientes a quien no tiene título ni autorización,
sin perjuicio de considerarlo, en estos casos, partícipe del delito previsto en el Inc. 1°. Es necesario que el profesional, en
connivencia con el curandero, preste su nombre para que éste actúe bajo la identidad de aquél. Es un delito doloso, que
requiere el conocimiento de que quien utiliza el nombre no tiene título ni autorización para ejercer el arte de curar, y la
voluntad de poner a cubierto la actividad ilegal de éste, facilitándole la simulación de la identidad que necesita para ocultar su
condición de curandero. Si el préstamo de nombre constituyó un aporte voluntario para que alguien, valiéndose de la falsa
identidad, consumara los delitos de lesiones u homicidio dolosos, el prestanombre responderá como partícipe de estos hechos y
no como autor del delito del Inc. 3° del Art. 208.

RESIDUOS PELIGROSOS. CONCEPTO. RÉGIMEN PENAL. LEYES N° 24.051 Y 25.612


Régimen Penal de la Ley N° 24.051. La Ley de Residuos Peligrosos (BO 17/01/1.992) contiene disposiciones penales que
resultan aplicables cuando el envenenamiento o la adulteración del ambiente en general se produce por medio de los
residuos a que ella se refiere, desplazando al Art. 200 del CPA en razón de su especialidad. El Art. 55: Se protege no sólo al
agua, sino al suelo, a la atmósfera y al ambiente en general. La expresión “en general” ha sido interpretada por la doctrina en el
sentido de que mediante la afectación de esos elementos se crea una situación de peligro común o se agrava la preexistente. A
las acciones de envenenar y adulterar contenidas en el Art. 200 se agrega la de contaminar. Por contaminación debe
entenderse la impurificación o degradación de la atmósfera, el agua o el suelo de modo que se rebasen los límites de impureza
aceptados científicamente. El envenenamiento, la adulteración o la contaminación deben ser el resultado de la utilización
de los residuos peligrosos a que se refiere el Art. 2° o de los Residuos Patológicos contemplados en el Art. 19. La del Art. 55 de
la Ley N° 24.051 es una figura dolosa, que admite tanto el dolo directo como el eventual.

LEY DE VINOS N° 14.878. SIMPLES INFRACCIONES. DELITOS (ART. 31). COMPLICIDAD


El Art. 31 de la Ley N° 14.878. – El Art. 31 de la Ley General de Vinos N° 14.878 (BO 23/11/1959) dispone que “toda
persona responsable material de adulteración o falsificación de los productos” a que esta ley se refiere, “o que pueda ser juzgada
partícipe del hecho a tenor de lo que prescribe el Art. 45 del CPA, será reprimida, cuando el hecho no encuadrara en otro delito
de pena mayor, con prisión de tres a diez años, sin perjuicio de la

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aplicación, en su caso, de la regla del Art. 46” del mismo Cód. Agrega en un segundo apartado que “se considerarán cómplices
principales, salvo prueba en contrario, los que provean alcoholes y/o sustancias aptas para la falsificación, a los adulteradores”.
En un Ap. 3°, este artículo establece que, “a los efectos de la calificación del delito, los jueces juzgarán como cometida
adulteración o falsificación, cuando a cualquiera de los productos comprendidos en esta ley se le haya agregado elementos
extraños a su composición natural y especialmente materias colorantes, ácidos minerales y edulcorantes no provenientes de la
uva”.
El Art. 23 establece las calificaciones de los vinos distinguiendo, en el Inc. a), entre los “no genuinos”, los “adulterados” y los
“aguados y/o manipulados”. Y dispone que se entenderá por “producto adulterado” aquel al que se le hayan agregado
elementos extraños a su composición natural o que se haya obtenido por adición de sustancias prohibidas o mezclas no
autorizadas, y que se considerará “producto aguado y/o manipulado aquel al que, en cualquier momento de elaboración o
depósito, se le haya adicionado agua u otras sustancias que, aun siendo normales en el producto, alteran su composición o
desequilibran la relación normal de sus componentes”.
La figura de la Adulteración de Vinos contiene una regla expresa de subsidiariedad: será desplazada toda vez que el hecho
encuadre en otro delito de pena mayor. El tipo no tiene agravantes ni es exigencia del mismo que la adulteración sea efectuada
de modo peligroso para la salud. Se protege a la industria vitivinícola, procurando la genuinidad de los vinos y a la vez la salud
pública.

ESTUPEFACIENTES: TRÁFICO. TENENCIA Y SUMINISTRO INFIEL. TRÁFICO ILEGAL Y APLICACIÓN. HIPÓTESIS LEGALES
Y FIGURAS AGRAVADAS. MEDIDAS DE SEGURIDAD CURATIVA. MEDIDA DE SEGURIDAD EDUCATIVA. EL ARREPENTIDO
O DELATOR. EL AGENTE ENCUBIERTO. LA ENTREGA VIGILADA.PROTECCIÓN DE TESTIGOS E IMPUTADOS

Ley 23.737 y sus Modif. N° 23.975, 24.061, 24.112 y 24.424


TENENCIA Y TRÁFICO DE ESTUPEFACIENTES. LEY N° 23.737. (BO el 11/10/1.989), y se le han introducido modificaciones a
través de las Leyes N° 23.975, 24.061, 24.112, 24.424 y 26.052.

La OMS define ampliamente a la droga como toda sustancia que introducida en el cuerpo por cualquier vía genera una
alteración de cualquier tipo. A nosotros no nos interesa cualquiera, sino las psicoactivas que tienen una incidencia en el
sistema nervioso central. Estupefacientes va a tener una definición normativa en el Art. 77, como psicotrópicos, o cualquier
otra que produzca dependencia física o psíquica que además se incluyan en la lista que se elaboren y actualicen
periódicamente. Esto se critica por ser un tipo en blanco y la CSJN ya se expidió recomendando que no quede estancada la ley.
Después de la Ley N° 26.052, se federalizó la tenencia de drogas con motivo de tráfico y se provincializó cuando estas
cantidades fueran directamente vinculadas con el consumo.

Ley N° 23.737 actualizada: trata todas las cuestiones relativas al tráfico.


Las Tenencias que incluye:
1) Tenencia Simple: Art. 14, el que tuviere estupefacientes sin saber a qué lo dirige.
2) Tenencia Atenuada: Art. 14, 2° párr., cuando es para consumo personal.
3) Tenencia Agravada: tenencia para fines de comercialización (Inc. c). En principio las cantidades no son un factor para
determinar si es consumo personal. “Inequívocamente” apunta a ver si la persona es consumidora o no con peritajes
psicológicos y bioquímicos y no tanto las cantidades. La problemática está en que constitucionalmente uno puede
consumir por el Principio de Reserva, pero como consumo si no tengo, entonces la Corte ha tenido varios dictámenes donde
se establece si es constitucional o no el Art. 14 en el 2° párr.

Ley N° 23.737: Art. 5 (4 a 15a +$):


a) Siembre o cultive plantas o guarde semillas, precursores químicos o cualquier otra materia prima para producir o
fabricar estupefacientes, o elementos destinados a tales fines;
b) Produzca, fabrique, extraiga o prepare estupefacientes;
c) Comercie con estupefacientes, precursores químicos o cualquier otra materia prima para su producción o fabricación o
los tenga con fines de comercialización, o los distribuya, o dé en pago, o almacene o transporte;
d) Comercie con plantas o sus semillas, utilizables para producir estupefacientes, o las tenga con fines de comercialización,
o las distribuya, o las dé en pago, o las almacene o transporte;
e) Entregue, suministre, aplique o facilite a otros estupefacientes a título oneroso.
Si lo fuese a título gratuito, se aplicará prisión de 3 a 12 años y $.

Art. 6 (4 a 15a + $): Introducción al país estupefacientes fabricados o en cualquier etapa de su fabricación, precursores
químicos o cualquier otra materia prima destinada a su fabricación o producción, habiendo efectuado una presentación
correcta ante la Aduana y posteriormente alterará ilegítimamente su destino de uso.
 De 3 a 12 años: cuando surgiere inequívocamente, por su cantidad, que los mismos no serán destinados a
comercialización dentro o fuera del territorio nacional.
 Actividad (5 a 20a): cuyo ejercicio depende de autorización, licencia o habilitación del poder público, se aplicará
además Inhabilitación Especial.
Art. 7 (8 a 20a +$): para el que organice o financie cualquiera de las actividades ilícitas a que se refieren los Arts. 5° y 6° de
esta ley, y 865 Inc. h), y 866 de la Ley N° 22.415.
Art. 8 (3 a 15a + $): para el que estando autorizado para la producción, fabricación, extracción, preparación, importación,
exportación, distribución o venta de estupefacientes los tuviese en cantidades distintas de las autorizadas; o prepare o emplee
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compuestos naturales, sintéticos u oficinales que oculten o disimulen sustancias estupefacientes; y a que aplicare, entregare, o
vendiere estupefacientes sin receta médica o en cantidades mayores a las recetadas.
Art. 9 (2 a 6a+ $): para el médico u otro profesional autorizado para recetar, que prescribiera, suministrare o entregare
Estupefacientes fuera de los casos que indica la terapéutica o en dosis mayores de las necesarias. Si lo hiciera con destino
ilegítimo la pena de reclusión o prisión será de 4 a 15 años.
Art. 10 (3 a 12a + $): para el que facilitare, aunque sea a título gratuito, un lugar o elementos, para que se lleve a cabo alguno
de los hechos previstos por los artículos anteriores. La misma pena se aplicará al que facilitare un lugar para que concurran
personas con el objeto de usar estupefacientes. En caso que el lugar fuera un local de comercio, se aplicará la accesoria de
inhabilitación para ejercer el comercio por el tiempo de la condena, la que se elevará al doble del tiempo de la misma si se
tratare de un negocio de diversión.
Art. 12 (2 a 6a + $): a) El que preconizare o difundiere públicamente el uso de estupefacientes, o indujere a otro a
consumirlos; b) El que usare estupefacientes con ostentación y trascendencia al público. ¿Con ostentación y trascendencia al
público es controversial porque si no hay nadie en la plaza que pasa?
Art. 13 Agravante (+1/3 al mín., y al máx.): Si se usaren estupefacientes para facilitar o ejecutar otro delito.
Art. 14 (1 a 6a +$): para el que tuviere en su poder estupefacientes. La pena será de un mes a dos años de prisión cuando, por
su escasa cantidad y demás circunstancias, surgiere inequívocamente que la tenencia es para uso personal.

Tenencia: Los Art. 5 y 14 de la Ley N° 23.737 castigan la tenencia de Sustancias Estupefacientes. Implica el “ejercicio de un
poder de hecho sobre la cosa”; Se entiende además que no se precisa un contacto material constante y permanente con la cosa
poseída, sino que basta con que quede sujeta a la acción de la voluntad del poseedor, manteniendo éste la posesión en tanto no
abandone o ceda la cosa a otro, la destruya o adquiera sobre ella un tercero una nueva posesión. La Tenencia para Uso
Personal: cuestiones respecto a su constitucionalidad. Tener estupefacientes para consumo es una cuestión que da lugar a
diferentes opiniones. Para algunos debe castigarse, para otros no porque se violaría el Art. 19 de la CN y hay otros que dicen
que debe castigarse sólo en determinados casos. La Ley de Estupefacientes en el Art 14 reprime con penas de 1ma 2a de
prisión la “tenencia de estupefacientes para uso personal”. Pero el Art 19 de la CN consagra la libertad personal estableciendo
que “las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero,
están sólo reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los magistrados…”

Jurisprudencia: La CSJN se pronunció varias veces sobre la tenencia y no siempre opinó igual: En los fallos “Bazterrica”
(1986) y “Capalbo” (1986), la CSJN se inclinó por despenalizar la tenencia para consumo personal considerando que de lo
contrario se estaría violando el Principio de Reserva del Art 19 de la CN. “Colavini, Ariel O.” (1978). Estando todavía vigente la
Ley N° 20.771, sostuvo que no era violatoria al Art. 19 la represión de la tenencia de estupefacientes, aunque estuvieran
destinados al consumo personal. La tenencia personal integra la cadena de producción, comercialización y consumo, por lo que
el tenedor es un eslabón necesario de esa serie; que la tenencia trasciende la intimidad personal, pues suele traducirse en la
ejecución de acciones antisociales, aunque sin indicar cuales sería esas acciones.
Bazterrica (1986). Se condenó a Gustavo Bazterrica a la pena de 1 año de prisión en suspenso, multa $ y costas, por
considerarlo autor del delito de tenencia de estupefacientes. Este pronunciamiento fue confirmado por la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Criminal y Correccional, y contra ésta se interpuso Recurso Extraordinario, sosteniendo la
Inconstitucionalidad del Art. 6 de la Ley N° 20.771 que por reprimir la tenencia de estupefacientes para uso personal se viola
el Art. 19 de la CN. La CSJN hace lugar al recurso y revoca el fallo de la Cámara, ya que entiende que el Art. 6 de la Ley N°
20.771 es inconstitucional por invadir la esfera de la libertad personal exenta de la valoración de los magistrados. No basta la
sola posibilidad potencial de que una conducta trascienda la esfera privada para incriminarla, sino que es necesaria la
existencia en concreto de un peligro para la salud pública. Debe distinguirse entre la ética privada reservada por la Constitución
al juicio de Dios, y la ética colectiva referida a bienes o intereses de terceros. Manifiesta que no está probado que la
incriminación de la simple tenencia de estupefacientes pueda evitar consecuencias negativas y concretas para el bienestar y la
seguridad de la comunidad. El Dr. Petracchi sostuvo que el adicto al consumo de estupefacientes es un enfermo, y debe ser
tratado como tal, planificando sistemas de ayuda y reincorporación a la sociedad. Disidencia Dres. Fayt y Caballero, consideran
que no es impugnable el Art. 6 de la Ley N° 20.771 en cuanto incrimina la simple tenencia de estupefacientes para uso
personal, ya que existe un área de defensa social que puede ser más o menos ampliada de acuerdo a la valoración de los bienes
que se desea proteger, por lo tanto, basta para ellos, con la mera posibilidad, esto es el peligro de daño al bien resguardado,
para justificar que dicha acción resulte incriminada.
Montalvo (1990). Que la tenencia de drogas para consumo personal trasciende los límites del derecho a la intimidad del Art.
19 de la CN. Dicho artículo queda excluido para este tipo de hechos ya que en este caso las acciones privadas (el consumo de
estupefacientes) ofenden el orden y la moral pública y perjudican a terceros. De esta manera toman la cuestión, ya que los
drogadictos ofrecen su ejemplo, su instigación a quienes no lo son. Hablan del efecto «contagioso» de la drogadicción y la
tendencia a «contagiar» de los drogadictos. De esta manera las consecuencias de la conducta de un drogadicto no quedan
encerradas en su «intimidad» sino que «se exteriorizan en acciones», porque es claro que no hay «intimidad» ni «privacidad» si
hay exteriorización y si esa exteriorización es apta para afectar, de algún modo, el orden o la moral pública, o los derechos de
un tercero. Pretender que el comportamiento de los drogadictos no se exterioriza «de algún modo» es apartarse de los datos
más obvios, penosos y aún dramáticos de la realidad cotidiana. Que el Art. 6º de la Ley N° 20.771, sanciona una conducta de las
llamadas de «peligro abstracto», es decir, que ínsita la trascendencia a terceros; y encuentra su fundamento constitucional en
que, una vez determinada por los poderes públicos la potencialidad dañosa de determinadas sustancias respecto de la salud
pública su tenencia constituye una acción que trasciende la intimidad, susceptible de ser castigada. Que la tenencia de
estupefacientes para uso personal atenta contra un bien común que es la salud pública. Plantean la necesidad de proteger a la
comunidad ante uno de los más terribles peligros contra la salud humana, porque lo que se quiere proteger no es el interés 19
particular del adicto, sino el interés general que está por encima de él y que aquél, como suele suceder, trata de alguna manera
de resquebrajar, dado que su conducta también constituye un medio de difusión de la droga o de los estupefacientes. Que no
solo se trata de resguardar la salud pública sino también un conjunto de bienes jurídicos, protegiendo los valores morales, la
familia, la sociedad, la juventud, la niñez, la nación y la humanidad. Que el delito de tenencia de estupefacientes para uso
personal, no hace distinciones en cuanto a la cantidad, ya que, al tratarse de un delito de peligro abstracto, cualquier actividad
relacionada con el consumo de drogas pone en peligro la moral, salud pública y hasta la misma supervivencia de la nación.
Asimismo, no es la cantidad lo importante sino la naturaleza y efectos de los estupefacientes. Que la penalización de la
tenencia de estupefacientes para uso personal no puede entenderse como una consecuencia del autoritarismo, sino por el
contrario traduce la voluntad del legislador de reprimir todas las actividades relacionadas con el narcotráfico por ser
conductas atentatorias de la propia supervivencia del Estado. Que en relación con la validez constitucional del Art. 14 2° parte,
de la Ley N° 23.737. De acuerdo a ésta norma, se sigue considerando peligroso toda conducta vinculada con la tenencia de
estupefacientes en la medida en que ello implica sustraerse al control propio del Estado en el ejercicio de su poder de policía
de salubridad ya que se trata de tenencia para drogarse, y eso implica la destrucción del individuo y el perjuicio de quienes lo
rodean. Que cuando los consumidores son muchos atraen el tráfico y en tanto existan consumidores hay narcotráfico. Esto
lleva a pensar que, si no existieran consumidores, no habría interés económico en producir, elaborar y traficar con el
producto, lo cual conduce a que, si no hubiera interesados en drogarse, no habría tráfico ilegítimo de estupefacientes.
Que la actitud permisiva, a partir del fallo Bazterrica y Capalbo, ha incrementado el consumo, el tráfico y la actividad delictiva.
Arriola (2009). La CSJN consideró que la tenencia de pocas cantidades de marihuana para consumo personal no puede ser
punible porque el hecho recae en un ámbito de la privacidad y en la esfera de la libertad personal. Que ciertas normas que son
consideradas legítimas en su origen, pueden haberse tornado indefendibles desde el punto de vista constitucional con el
transcurso del tiempo y el cambio de circunstancias objetivas relacionadas con ellas. Las razones pragmáticas del fallo
“Montalvo” han fracasado. Asimismo, dicho debate se ha llevado a cabo antes de la Ref. Const. de 1994 dejando de lado los
tratados internacionales de derechos humanos. Que la adhesión a los postulados del fallo “Bazterrica” implica que los jueces
deberán analizar en cada caso si la tenencia de estupefacientes para consumo personal se realizó en condiciones que trajo
aparejado peligro concreto o daño a bienes o derechos de terceros, que le quiten a dicha conducta el carácter de acción
privada protegida por el Art. 19 de la C.N. Que el Congreso ha sobrepasado las facultades que le otorga la Carta Magna ya que
debe respetarse el ámbito de ejercicio de la libertad personal cuando no hay daño o peligro concreto para terceros, y que no
son admisibles los delitos de peligro abstracto. Que cada individuo adulto es soberano para tomar decisiones libres sobre el
estilo de vida que desea, acorde con el Art. 19 de la CN, artículo que es pilar fundamental de nuestro sistema jurídico. A pesar
de esto la adicción puede afectar la libertad personal, pero ello no justifica la intervención punitiva del Estado. Que la
peligrosidad abstracta, la conveniencia o la moralidad pública no superan el test de constitucionalidad. Que la tendencia que
predomina en la legislación de los países de la región resulta totalmente contraria a la que pretende la habilitación del poder
punitivo para los casos del consumidor de estupefacientes y sin lesionar o poner en peligro concreto. Que ninguna de las
convenciones suscriptas por el Estado Argentino en relación a la temática, lo comprometen a criminalizar la tenencia de
estupefacientes para uso personal. Que la estrategia de penalizar el consumo produjo respecto de los individuos
criminalizados efectos negativos no deseados ya que produce un agravamiento de la adicción. Que el derecho a la salud, a la
intimidad, a estar a solas y a disponer de su propio cuerpo poseen marco constitucional y la Ley N° 23.737 los violenta. La
adicción es un problema de salud y no debe encarcelarse a los afectados. Que no es misión del derecho penal prevenir los
daños que una persona puede causarse a sí misma, ya que solo puede penarse la conducta lesiva no la personalidad. Que por el
Art. 14 2° Párr. de la Ley N° 23.737, tanto la actividad policial como judicial malgastan esfuerzos que deberían destinarse a
combatir el narcotráfico. Que cuando se declara la inconstitucionalidad de una norma ésta pierde vigencia en lo que respecta
al caso concreto y no en general. Asimismo, el rechazo de la inconstitucionalidad no significa que la ley es absolutamente
válida para todos los casos posibles por venir. Que la decisión que toma la Corte no implica "legalizar la droga". Se debe
subrayar el compromiso ineludible que deben asumir todas las instituciones para combatir al narcotráfico, no a través de la
persecución penal de sus propias víctimas sino de los distribuidores.

La Confabulación para cometer algunos Delitos previstos en la Ley y su Delación. Art. 29 Bis (1 a 6a): para el que tomare
parte en una confabulación de dos o más personas, para cometer alguno de los delitos previstos en los Arts. 5, 6, 7, 8, 10 y 25
de la presente ley, y en el Art. 866 del Código Aduanero. La confabulación será punible a partir del momento en que alguno de
sus miembros realice actos manifiestamente reveladores de la decisión común de ejecutar el delito para el que se habían
concertado. Quedará eximido de pena el que revelare la confabulación a la autoridad antes de haberse comenzado la ejecución
del delito para el que se la había formado, así como el que espontáneamente impidiera la realización del plan.

EL PARTICIPE QUE REVELA O SUMINISTRA INFORMACIÓN. EL AGENTE ENCUBIERTO. REQUISITOS Y CONSECUENCIAS.


LA PROTECCIÓN DE TESTIGOS. LAS FIGURAS DEL "ARREPENTIDO" Y DEL "AGENTE ENCUBIERTO". LEY N° 27.319
(2.016)

Ver Arts. 31 Bis, Ter, Quater, Quinques y Sexies.

Agente Encubierto (Art. 31 Bis). Durante el curso de una investigación y a los efectos de comprobar la comisión de algún
delito previsto en esta ley o en el Art. 866 del Cód. Aduanero, de impedir su consumación, de lograr la individualización o
detención de los autores, partícipes o encubridores, o para obtener y asegurar los medios de prueba necesarios, el juez por
resolución fundada podrá disponer, si las finalidades de la investigación no pudieran ser logradas de otro modo, que agentes
de las fuerzas de seguridad en actividad, actuando en forma encubierta: a) Se introduzcan como integrantes de organizaciones
delictivas que tengan entre sus fines la comisión de los delitos previstos en esta ley o en el Art. 866 del Código Aduanero, 20
y b)
Participen en la realización de alguno de los hechos previstos en esta ley o en el Art. 866 del Cód. Aduanero. La designación
deberá consignar el nombre verdadero del agente y la falsa identidad con la que actuará en el caso, y será reservada fuera de
las actuaciones y con la debida seguridad. La información que el agente encubierto vaya logrando, será puesta de inmediato en
conocimiento del juez. La designación de un agente encubierto deberá mantenerse en estricto secreto. Cuando fuere
absolutamente imprescindible aportar como prueba la información personal del agente encubierto, éste declarará como
testigo, sin perjuicio de adoptarse, en su caso, las medidas previstas en el Art. 31 Quinquies.

Medidas de Seguridad (Art. 18). En el caso del Art. 14 2° Párr., si durante el sumario se acreditase por semiplena prueba que
la tenencia es para uso personal y existen indicios suficientes a criterio del juez de la responsabilidad del procesado y éste
dependiere física o psíquicamente de estupefacientes, con su consentimiento, se le aplicará un tratamiento curativo por el
tiempo necesario para su desintoxicación y rehabilitación y se suspenderá el trámite del sumario. Acreditado su resultado
satisfactorio, se dictará sobreseimiento definitivo. Si transcurridos dos años de tratamiento, por falta de colaboración del
procesado no se obtuvo un grado aceptable de recuperación, se reanudará el trámite de la causa y, en su caso, podrá
aplicársele la pena y continuar el tratamiento por el tiempo necesario, o mantener solamente la medida de seguridad. La
medida de seguridad que comprende el tratamiento de desintoxicación y rehabilitación, prevista en los Art. 16, 17 y 18 se
llevará a cabo en establecimientos adecuados que el tribunal determine de una lista de instituciones bajo conducción
profesional reconocidas y evaluadas periódicamente, registradas oficialmente y con autorización de habilitación por la
autoridad sanitaria nacional o provincial, quien hará conocer mensualmente la lista actualizada al Pod. Jud., y que será
difundida en forma pública. El tratamiento podrá aplicársele preventivamente al procesado cuando prestare su
consentimiento para ello o cuando existiere peligro de que se dañe a sí mismo o a los demás. El tratamiento estará dirigido por
un equipo de técnicos y comprenderá los aspectos médicos, psiquiátricos, psicológicos, pedagógicos, criminológicos y de
asistencia social, pudiendo ejecutarse en forma ambulatoria, con internación o alternativamente, según el caso. Cuando el
tratamiento se aplicare al condenado su ejecución será previa, computándose el tiempo de duración de la misma para el
cumplimiento de la pena. Respecto de los procesados, el tiempo de tratamiento suspenderá la prescripción de la acción penal.
El Servicio Penitenciario Federal o Provincial deberá arbitrar los medios para disponer en cada unidad de un lugar donde, en
forma separada del resto de los demás internos, pueda ejecutarse la medida de seguridad y de rehabilitación de los Art. 16, 17
y 18.

Entrega Vigilada (Arts. 15/6). El juez, de oficio o a pedido del Ministerio Público Fiscal, en audiencia unilateral, podrá
autorizar que se postergue la detención de personas o secuestro de bienes cuando estime que la ejecución inmediata de dichas
medidas puede comprometer el éxito de la investigación. El juez podrá incluso suspender la interceptación en territorio
argentino de una remesa ilícita y permitir que entren, circulen o salgan del territorio nacional, sin interferencia de la autoridad
competente y bajo su control y vigilancia, con el fin de identificar a los partícipes, reunir información y elementos de
convicción necesarios para la investigación siempre y cuando tuviere la seguridad de que será vigilada por las autoridades
judiciales del país de destino. Esta medida deberá disponerse por resolución fundada.

Agente Revelador (Art. 5/6) Será considerado agente revelador todo aquel agente de las fuerzas de seguridad o policiales
designado a fin de simular interés y/o ejecutar el transporte, compra o consumo, para sí o para terceros de dinero, bienes,
personas, servicios, armas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, o participar de cualquier otra actividad de un grupo
criminal, con la finalidad de identificar a las personas implicadas en un delito, detenerlas, incautar los bienes, liberar a las
víctimas o de recolectar material probatorio que sirva para el esclarecimiento de los hechos ilícitos. En tal sentido, el accionar
del agente revelador no es de ejecución continuada ni se perpetúa en el tiempo, por lo tanto, no está destinado a infiltrarse
dentro de las organizaciones criminales como parte de ellas.

21
UNIDAD 13: DELITOS CONTRA EL ORDEN PÚBLICO

El Bien Jurídico Protegido: Los delitos previstos en este Tít. no son lesivos de específicos bienes, cosas o personas, sino que
llevan al ánimo público el temor o la alarma de que puedan producirse hechos que efectivamente lesionen aquellos bienes,
cosas o personas. Con su represión no se protege en forma directa la seguridad social, sino la opinión que las personas tienen
de esa seguridad, tratando de evitar el generalizado sentimiento de inseguridad que provoca una asociación ilícita o una
instigación pública a cometer delitos o una intimidación pública, etc. Por eso es que con precisión se ha dicho que son delitos
de alarma colectiva, que tienen la característica de ser verdaderos actos preparatorios o figuras accesorias para la comisión de
otros delitos, generalmente de mayor gravedad. Cualquiera que sea la denominación que dicho Tít. tenga, el bien jurídico que
tutela, conforme a los hechos que se reprimen, es aquella tranquilidad espiritual de las personas en general.

El Título consta de 5 Capítulos:


1. Instigación Pública a Cometer Delitos Determinados: (Art. 209: 2 a 6a)
Acción típica. La acción consiste en instigar, públicamente, a la comisión de un delito determinado. Conforme a los
principios generales que regulan la instigación común, como forma de participación criminal, es instigador el que determina al
autor principal a cometer un delito. El acto del instigador debe ser doloso, dirigido intencionalmente a lograr la comisión de un
delito valiéndose de la acción del instigado. Y en la figura que analizamos, la acción típica de instigar reúne las mismas
características subjetivas que la Instigación Genérica del Art. 45. El delito de Instigación previsto por el art. que comentamos
es una forma de la Instigación Genérica del Art. 45, con la diferencia de que aquélla debe necesariamente ser pública y que
es puniblepor el Art. 209 aun cuando no haya tenido éxito.
Publicidad. Indeterminación de los Destinatarios. Para que la instigación resulte típica al Art. 209 debe ser pública. La
publicidad de la instigación, que es una característica distintiva respecto de la instigación genérica del Art. 45, es un
elemento constitutivo de la figura que comentamos y es lo que da fundamento a la inclusión del tipo entre los delitos contra el
orden público. La publicidad exigida por la figura consiste en que la instigación sea realizada en forma o por un medio idóneo
para que llegue, o pueda llegar, a una generalidad indeterminada de personas, y que el agente conozca esa publicidad y el hecho
de que su instigación llegará o puede llegar a un número indeterminado de eventuales instigados. Para que la instigación sea
pública, es necesario que sus destinatarios sean indeterminados. La instigación realizada públicamente, pero dirigida a una
persona determinada, no resulta típica a la figura que analizamos, y sólo será punible si la misma tiene éxito en el instigado,
conforme a las reglas comunes del Art. 45. Si una instigación privada se hace pública, y llega a indeterminadas personas,
ignorándolo el autor o en contra de su voluntad, faltará el dolo requerido en él, lo que hará inaplicable el artículo que
analizamos. Es indiferente para la ley el medio o la forma utilizada por el agente.
Determinación del Hecho y de la Persona o Institución a la que se Dirige. La figura requiere que se instigue a cometer un
“delito determinado”, debe tratarse de un delito previsto por el CPA o por una ley complementaria de éste. Quedan al margen
de la tipicidad las faltas o contravenciones. Por “delito determinado” debe entenderse “hecho determinado”. La exigencia de la
ley está referida a una delimitación fáctica. Debe incitarse a cometer un hecho, a ejecutar una acción u omitir un hacer, concreto
e individualizado, que resulte típico a alguna disposición del CPA o de sus leyes complementarias. No es preciso que medie
una determinación jurídica del hecho que se instiga y hasta resulta indiferente, para la tipicidad, que la adecuación legal que el
agente dé al hecho que incita sea errónea. También debe determinarse contra qué persona o institución debe ejecutarse el
delito instigado. En el concepto de persona utilizado por la ley, se incluyen no sólo las personas de existencia visible sino
también las personas jurídicas, muchas de las cuales, sin ser “instituciones”, como el Estado, son personas. Puede tratarse de
una instigación a la comisión de uno o varios delitos, lo que no multiplica la delincuencia, siempre que el acto instigador se
haga en un único contexto de acción.

Instigación a Sustracción al Servicio Militar Ley N° 26.394. (Art. 209: 2 A 6a)


Según Zaffaroni y CavaIIero, el Delito Militar debe afectar bienes jurídicos militares, aunque también es frecuente que se
lesione —además—otro bien jurídico. Así, la incitación pública a la sustracción al Servicio Militar en tiempo de conflicto
armado perjudica, en 1° lugar, a la Seguridad Nacional y al potencial defensivo de nuestro país. Pero de igual modo, la
conducta afecta la tranquilidad pública. La acción típica es la misma que la analizada en el art. anterior, aunque en el caso
particular del art. 209 Bis, no bastará con que el agente dijera no estar de acuerdo con el servicio militar, sino que será
necesario que formule manifestaciones expresas tendientes al fin expresado. Cualquier sujeto puede ser el autor de la
conducta típica. No obstante, la 2° parte del art. agrava el máximo de la pena cuando es hecho es cometido por un militar (Art.
77, 4° Párr.). Sujeto Pasivo es la generalidad indeterminada de sujetos que recepta la incitación. En caso de que la incitación
sea dirigida a una persona en concreto, la "figura del Art. 209 Bis se tornaría atípica. Es un delito del tipo doloso, por lo cual el
autor deberá saber que con su accionar estimula o determina a la sustracción al servicio militar. Además, y como elemento
distinto del dolo, será necesario que tenga la voluntad de que la misma efectivamente se realice. Asimismo, el autor debe saber
que el medio seleccionado para exteriorizar su voluntad es de trascendencia pública. El delito se consuma cuando un sujeto
recíbela incitación, sin importar la actitud que luego tome. La tentativa no es admisible.

ASOCIACIÓN ILÍCITA
(Art. 210: 3 a 10a y de 5 a 10a)

1
Acción Típica. Concepto y Características de la Asociación. La materialidad del delito consiste en tomar parte de una
asociación o banda, ser miembro de la misma, pertenecer a ella. Subjetivamente, la asociación ilícita es un delito doloso que
consiste en la voluntad de integrar la asociación, en el conocimiento de los objetivos de la misma y en que está compuesta por
el número de miembros mínimo requerido por la fig. aunque no se conozcan sus identidades. No se requiere una permanencia
absoluta, sine die, sino una relativa estabilidad, impuesta por el objeto mismo de la asociación, que requiere una actividad
delictiva continuada, y que trasciende de la ejecución de uno o varios delitos determinados.
N° Mínimo de Integrantes. Su Capacidad Penal. La asociación ilícita es un delito de los llamados de codelincuencia, de
participación necesaria, plurisubjetivos o colectivos, que requiere, como ineludible exigencia típica, que esté integrada, como
mínimo, por 3 asociados. Se ha señalado que el número mínimo de personas necesario para tener por constituida la asociación
es una cuestión de política criminal, que más interesa al legislador que al jurista. No media acuerdo en doctrina respecto a la
capacidad penal de los integrantes de la asociación. Para algunos autores se requiere que por lo menos el mínimo de sus
integrantes sean sujetos capaces penalmente, pues los inimputables no tienen voluntad ni discernimiento para asociarse con
fines delictivos. Disiente Núñez de esta opinión, sosteniendo que la criminalidad del pacto no reside en la punibilidad de sus
autores, sino en el peligro que implica el pacto en sí mismo, por lo que el número mínimo de la asociación puede estar
integrado por incapaces penalmente, aunque éstos no sean punibles por su inimputabilidad.
Objeto de la Asociación. La asociación debe tener como objeto el de “cometer delitos”, aunque no es necesario que la
asociación se haya constituido con esta finalidad ilícita. Puede tratarse de una sociedad cuyo objeto original haya sido lícito y
que luego, en el desenvolvimiento de sus actividades, a éstas se les hayan agregado (o se hayan visto suplantadas por) otras de
neto corte delictivo.
Consumación. Tentativa. La fig. en análisis es un delito formal y de peligro, de simple actividad, quese consuma en el momento
mismo en que el agente comienza a pertenecer a una asociación ya constituida o desde que, como mínimo, 3 autores acuerdan
en constituirla. Y ninguna otra actividad se requiere para su consumación. La ley reprime “el solo hecho de ser miembro de la
asociación”. Por tratarse de un delito formal y de peligro, que no requiere de la concreción de los fines delictivos de la
asociación, la tentativa es inadmisible.
Agravantes. La Ley N° 20.642 agregó un párr. final al Art. 210, incrementando el mínimo de la pena para los jefes u
organizadores de la asociación. El máximo se mantiene sin modificaciones, por lo que la escala penal para éstos es de prisión
o reclusión de 5 a 10 años. Son “Jefes” los que comandan la asociación, los que de cualquier forma imparten las directivas
respecto a las actividades y funcionamiento de la asociación, directivas u órdenes que son acatadas por el resto de los
integrantes de ésta. Los “Organizadores” son los integrantes originarios de la asociación que permitieron su constitución
como tal, son los miembros que fundaron y organizaron las exigencias típicas de la asociación.

Concurso con Otras Figuras: Media absoluto acuerdo en doctrina, por ser la asociación ilícita un delito autónomo, per se, en
que los delitos que en cumplimiento de los fines asociativos cometan sus integrantes concurrirán materialmente con la figura
del Art. 210. Por supuesto que por tales delitos responderán solamente los miembros que participaron en los mismos, en
cualquier grado, no alcanzándoles responsabilidad por aquéllos al resto de los asociados si no tuvieron intervención alguna en
su comisión.

ASOCIACIÓN ILÍCITA AGRAVADA. Acciones Típicas. La modalidad agravada del delito, que aumenta sensiblemente la
penalidad de la fig. básica, fue introducida por la Ley N° 23.077 y requiere para su aplicación la concurrencia simultánea de la
circunstancia general de agravación y, por lo menos, 2 de las circunstancias específicas calificantes, de las 8 enunciadas en la 2°
parte del art. La figura amplía las conductas típicas y los eventuales sujetos activos, dado que no sólo es punible la acción de
“tomar parte” en la asociación, de pertenecer a ella, sino también determinadas formas de participación, consistentes en ayudar
o cooperar a la formación o mantenimiento de la asociación sin tomar parte en ella. Pero la acción de ayudar o cooperar, para
ser típica a la fig.debe estar dirigida a la formación de la asociación, a su creación, elaborando sus reglamentos o instruyendo
sobre su futura forma de funcionamiento, etcétera, pero sin integrarla una vez que se constituye con todas sus exigencias
típicas. La ayuda o cooperación

2
típica puede también estar dirigida al mantenimiento de una asociación ya formada, facilitando lugar de reuniones,
proveyendo de armamentos, aconsejando estrategias, etc., y a permitir la subsistencia misma de la sociedad, pero, como en el
caso anterior, sin formar parte. En ambos supuestos, la ayuda o cooperación puede ser tanto material como intelectual.
Cualquier otra ayuda o cooperación que se preste a la asociación, que no esté referida a su formación o mantenimiento, sólo
será punible conforme a las reglas generales de la participación.
Peligro para la Vigencia de la CN. La figura requiere que “la acción contribuya a poner en peligro …”.

Características Agravantes (Art. 210 Bis: 5 a 20a). Pero, además de la circunstancia calificante analizada precedentemente,
es necesario, para la aplicación de la figura agravada, que la asociación reúna, como mínimo, dos de las características
señaladas en los Incs. a) a h) de la 2° parte del artículo en comentario.
1) Estar integrada por 10 o + Individuos. Debe tratarse de 10 o + integrantes de la asociación, que tomen parte en ella,
que sean miembros de la misma.
2) Poseer una Organización Militar o de Tipo Militar. La ley requiere que la asociación esté estructurada en cuadros y
en el reconocimiento de jerarquías, de disciplina y de subordinación igual o similar a la reconocida en las Fuerzas
Armadas.
3) Tener Estructura Celular. Esta característica consiste en que la asociación está compuesta por distintos grupos de
personas (células), que actúan separadamente, sin conexión entre sí, y cuyos integrantes no conocen a los integrantes
del otro u otros grupos.
4) Disponer de Armas de Guerra o Explosivos de Gran Poder Ofensivo. Armas de guerra son sólo aquellas declaradas
como tales por Ley N° 20.429, su Decr. - Regl. N° 395/75 y las modificaciones introducidas por los Decrs. N° 1039/89
y 64/95. No se incluyen en el tipo las “armas de fuego”, si éstas no son expresamente consideradas como de guerra
por la normativa señalada. Los explosivos son los objetos señalados en el 1° Párr. del Art. 189 Bis. No integran el
concepto los proyectiles o municiones de armas de fuego, de guerra o de uso civil. La determinación de su “gran poder
ofensivo” es una cuestión de hecho que deberá determinarse en cada caso en particular. Es la asociación la que debe
disponer de estos armamentos, para todos y cada uno de sus integrantes, aunque no le alcance para proveer a todos
sus miembros, y aunque no hayan sido utilizadas.
5) Operar en Más de Una de las Jurisdicciones Políticas del País. Son jurisdicciones políticas las provincias y BAires.
Es necesario que la asociación opere, como mínimo, en 2 de estas jurisdicciones políticas.
6) Estar Compuesta por uno o más Oficiales o Suboficiales de las Fuerzas Armadas o de Seguridad. Estos deben
formar parte de la asociación, no resultando suficiente que actúen como simples colaboradores, pero sin pertenecer a
la asociación. Puede tratarse de personal en actividad o en situación de retiro, dado que estos últimos siguen
perteneciendo a la fuerza respectiva. Quedan comprendidos los oficiales o suboficiales de las fuerzas de seguridad
nacional o provinciales, dado que la ley ninguna distinción hace sobre el particular, y la razón de la característica
agravante subsiste en cualquier supuesto.
7) Tener Notorias Conexiones con Otras Organizaciones Similares Existentes en el País o en el Exterior. Debe
tratarse de asociaciones con afinidad de ideologías y procedimientos, con las cuales la asociación ha de estar
vinculada por un recíproco intercambio de apoyatura material, intelectual, informativa, etc. Se ha señalado que la
notoriedad de la conexión no requiere que ésta sea pública, dado que la característica de estas asociaciones y
conexiones es su condición de ocultas o secretas. Será notoria la conexión cuando, aun siendo secreta, sea fácil de
detectar.
8) Recibir Algún Apoyo, Ayuda o Dirección de Funcionarios Públicos. Conforme a la redacción de la ley, resultarían
comprendidos sólo los actos de complicidad o de autoría en funciones directivas del funcionario público.

Culpabilidad. La figura acuñada por el Art. 210 Bis es delito doloso, que requiere en su aspecto cognoscitivo el conocimiento
del agente que forma parte, coopera o ayuda a la formación o mantenimiento de una asociación cuya acción contribuye, o
puede contribuir, a poner en peligro la vigencia de la CN. Requiere también el conocimiento del agente de las dos o más
características de las que participa la asociación y que completan el tipo agravado.

INTIMIDACIÓN PÚBLICA (Art. 211: 2 a 6a);


Acciones Típicas. Características. La fig. enumera, a título meramente ejemplificativo, algunas acciones materiales que deben
ser utilizadas por el agente como medios para obtener las finalidades típicas.

3
Hacer señales de alarma es avisar o advertir por medio de actos o gesticulaciones lo suficientemente expresivas, o por
cualquier procedimiento que llame la atención pública, sobre la existencia de un peligro inexistente. Voces de alarma son
manifestaciones verbales realizadas con la misma finalidad, pronunciadas directamente o por medio de altavoces, radio,
televisión, que sean sostenidas y audibles y que permitan su percepción por el público en general. Amenaza con la comisión de
un delito de peligro común quien anuncia que ejecutará un delito de estas características, o que lo hará ejecutar por un tercero
sujeto a su voluntad. El art. se refiere a “… otros medios materiales normalmente idóneos …”, lo que evidencia el carácter
simplemente ejemplificativo de la enumeración anterior. Los medios enunciados deben tener la suficiente idoneidad para
producir el temor público, los tumultos o desórdenes. Si bien el perfeccionamiento del delito no requiere la efectiva
producción de esos resultados, debe haber existido un peligro real de que aquéllos se produjeran. Esta característica de la
idoneidad de los medios, exigida por la figura en su genérica mención de “otros medios materiales”, es extensiva también a los
anteriores supuestos señalados en el art. Pero esta condición de efectividad de los medios para intimidar necesita de una
vinculación con la trascendencia pública de aquéllos a un número indeterminado de personas. Es esta publicidad la que dará
lugar al tumulto o desorden.
Elemento Subjetivo. En el aspecto subjetivo, media acuerdo en doctrina en que el agente debe ejecutar los actos materiales,
idóneos y con trascendencia pública, con la específica intención de infundir un temor público o de suscitar tumultos o
desórdenes. Y en tal sentido, la figura sólo admite el dolo específico, que es exigido por la ley como un elemento o condición
subjetiva del tipo.
Agravantes. Subsidiariedad de la Figura. La 2° parte del artículo agrava la figura elevando considerablemente su penalidad
cuando para la comisión del hecho se utilizaren explosivos, agresivos químicos o materias afines. Explosivos es la materia que
produce la súbita, instantánea y violenta liberación de energía. Agresivos químicos son aquellas sustancias, obviamente de
naturaleza química, perjudiciales y dañinas para la salud de las personas, animales, vegetales y demás cosas en general. Las
“materias afines” son aquellas que, sin ser técnicamente explosivos o agresivos químicos, producen efectos similares.
Cualquiera que sea el medio utilizado, aun con la finalidad típica de atemorizar o suscitar tumultos o desórdenes, si éstos han
ocasionado un peligro o efectivo daño para las personas o bienes indeterminados, el hecho deja de ser punible por esta figura
para adecuarse a alguno de los delitos contra la seguridad pública.

INCITACIÓN A LA VIOLENCIA COLECTIVA (Art. 212: 2 a 6a)


Acción Típica. Consiste en incitar a la violencia colectiva. Una parte de los autores sostienen que la acción de incitar tiene
jurídicamente el mismo significado que instigar, por lo que consideran que debió mantenerse el verbo “instigar”. Pero esta
identidad de significación de ambas acciones no es admitida por otro importante sector de nuestra doctrina, el cual expone
diversos criterios para diferenciar la acción de instigar con la acción de incitar. Otros autores encuentran la distinción en que en
la acción de instigar predomina la influencia psíquica, mientras que la incitación es preponderantemente material, lo que
excluye de ésta los medios puramente psicológicos. Ya habíamos señalado que a diferencia del Art. 209 del CPA, en el vigente
Art. 212 el objeto de la incitación comprende sólo a la violencia colectiva –es decir, estimular para que un grupo
indeterminadode personas ejerza fuerza física contra otros. La incitación para que una o más personas determinadas ejerzan
esta violencia, por no ser colectiva, queda fuera del tipo. Pero no obstante que la figura vigente no incluye la incitación a
cometer delitos, bien se ha señalado que será muy difícil encontrar un caso de incitación a la violencia que no sea también la
incitación a la comisión de un delito.
Sujetos Pasivos. Sujetos pasivos de la incitación deben ser los grupos de personas o instituciones. “Grupos de personas” es un
conjunto más o menos numeroso de personas identificables por características o circunstancias que les son comunes. Las
instituciones pueden ser públicas o privadas, cualquiera que sea su naturaleza o finalidad.
Consumación. La incitación a la violencia colectiva es delito formal, de mero peligro, que se consuma por la sola incitación, sin
que sea necesario que se haya ejercido alguna violencia. La tentativa es inadmisible. El delito sólo admite el dolo directo.

APOLOGÍA DEL CRIMEN (Art. 213: 1m a 1a)

4
Bien Jurídico Protegido. Ha puntualizado la doctrina la inadecuada denominación del Cap., que no responde a la distinción
bipartita entre delitos y contravenciones admitida por nuestra legislación. El “crimen” de otras legislaciones se encuentra
comprendido entre nosotros en los delitos, por lo que técnicamente hubiera resultado apropiado denominar al Cap. “Apología
del Delito”.
Acciones Típicas. La figura reprime 2 conductas:
1.- Apología de un Delito. Hacer la apología de un delito es alabarlo, elogiarlo, exaltarlo, justificarlo, ponderarlo, etcétera,
en forma verbal, escrita o por cualquier otro medio apto para que sea captado por terceros. Cuando la ley utiliza el término
“delito” lo hace en su significado técnico jurídico, comprensible solamente de los hechos previstos por el CPA o los previstos
como tales por leyes especiales o complementarias de aquél. Quedan al margen de la punibilidad las alabanzas de faltas o
contravenciones, de hechos que no son típicos a alguna figura delictiva y aun de conductas viciosas, en tanto éstas no sean
delictivas. Consideraba una parte de nuestra doctrina que la apología podía referirse tanto a un hecho concreto, realmente
sucedido, como a un delito considerado en abstracto. Pero la más moderna y dominante doctrina rechaza el alcance que al
artículo que comentamos le otorga la opinión precedente. Se afirma, acertadamente, que la Apología debe versar sobre un
hecho delictivo, realmente sucedido, no sobre delitos considerados abstractamente. Estos últimos no son hechos, sino ideas.
Se argumenta también, en apoyo de esta postura, que la ley no reprime las opiniones respecto al acierto o desacierto de las
incriminaciones contenidas en la ley, y la apología de un delito en abstracto no es otra cosa que la crítica, obviamente lícita, de
la ley que lo reprime como delito. Por eso es que esta figura sólo alcanza a la exaltación de los hechos delictivos realmente
ocurridos. No será típica a este art. la genérica ponderación del duelo, como la forma más apropiada y caballeresca de resolver
determinados conflictos personales, o del aborto, como el ejercicio del inalienable derecho de la mujer de disponer de su
propio cuerpo, etc. El carácter delictivo del hecho sobre el que versa la apología debe haber sido declarado por un
pronunciamiento jurisdiccional firme, con autoridad de cosa juzgada. Ni siquiera es suficiente una declaración judicial
provisoria y reformable. Y ello es así, no sólo por la correspondencia de esta exigencia con la otra forma de la apología, donde
también se requiere una sentencia firme, sino, y fundamentalmente, porque únicamente un pronunciamiento judicial
inamovible es el que puede determinar y establecer que un concreto hecho cometido, objeto de la apología, reúne los
elementosestructurales de tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad que lo caracterizan como un delito.
2.- Apología de un Condenado por un Delito. La 2° forma de la apología no ha ocasionado mayores divergencias en la
doctrina. En este supuesto, de manera casi unánime se destaca que debe mediar una sentencia condenatoria firme, con
autoridad de cosa juzgada. Antes de ello, aun mediando una sentencia condenatoria que todavía puede ser atacada por algún
recurso, la persona sobre la que hubiera recaído esta condena seguiría siendo un encausado o procesado, cuyo juicio no
estaría definitivamente concluido. Fontán Balestra es de la opinión de que no es necesario que la condena se encuentre firme,
dado que la ley no hace distinción. La apología del condenado debe estar referida al delito cometido, por su participación en
el mismo, y que motivó la condena. No serán típicas a la figura las alabanzas al condenado efectuadas en razón de otros aspectos
de su vida, sin vinculación con el hecho por el que se lo condenó. Tampoco lo serán las críticas a la sentencia que lo condenó,
que, sin importar una exaltación del condenado o del hecho, cuestionen los aspectos formales o sustanciales de aquélla.

Publicidad de la Apología. La fig. requiere, como elemento típico integrante de la misma, que la apología se haga
públicamente. Es decir, que ésta pueda llegar a un número indeterminado de personas,al público en general. Por eso es que la
ley admite cualquier medio, siempre que tenga idoneidad para llegar a indeterminadas personas. La apología hecha en
privado, ante una o varias determinadas personas, sin intención de darla a publicidad, no es típica.
Consumación. Tentativa. El delito se consuma cuando por un medio idóneo se hace pública la apología, aunque no es necesario
que ésta haya alcanzado realmente determinada trascendencia. Pacíficamente se rechaza la posibilidad de la tentativa.
Culpabilidad. Es delito doloso que requiere el conocimiento, por parte del agente, de que lo que alaba es un delito o un
condenado por delito. Cuando en un mismo contexto de acción la apología es referida a

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varios hechos delictivos o a varios condenados por delitos, la delincuencia no se multiplica, no mediando concurso alguno. Son
indiferentes para la ley los móviles que puedan haber determinado al autor, que no excluyen la ilicitud del hecho, aunque
puedan ser tenidos en cuenta para la individualización judicial de la pena. Media coincidencia en que, al no exigir la figura un
dolo directo o específico, admite el dolo eventual.

ASOCIACIONES INTIMIDATORIAS (Art. 213 Bis: 3 a 8a)


Acciones Típicas. 2 son las conductas reprimidas por el art, consistiendo la 1° en Organizar una Agrupación de las
características señaladas por la norma, y la 2° en Tomar Parte en esta Agrupación. Ambas funcionan alternativamente,
bastando la comisión de una sola de ellas para conformar el tipo, aunque la concurrencia de las dos no multiplica la
delincuencia. Organizador es el que ha constituido la agrupación o ha contribuido en su constitución, fijando sus reglas,
integrantes, número de los mismos, orden, jerarquías, dependencias, etc. La 2° de las conductas típicas consiste en tomar
parte de la agrupación. Tomar parte en la agrupación es estar dentro de la misma, pertenecer a ella, ser miembro integrante,
con voluntad de integrarla y con conocimiento de su naturaleza y de los fines que persigue.
Organizaciones para la Coerción Ideológica: El delito consiste en organizar o tomar parte en una agrupación cuyo objetivo
principal o accesorio reside en imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor. El delito podría explicarse
como un atentado de coerción ideológica. Por agrupación debe entenderse toda reunión de personas enlazadas por fines e
intereses comunes, con carácter más amplio que la asociación. Los medios aptos para lograr los objetivos propuestos son la
fuerza física o el temor. El delito es doloso, de dolo directo y se consuma por el solo hecho de ser miembro de la asociación.
Características y Finalidades de la Agrupación. La ley no señala el N° mínimo de integrantes que deben componer la
agrupación, pero la subsidiariedad del tipo que taxativamente determina con la asociación ilícita permite concluir que, en este
aspecto, la exigencia es la misma, por lo que aquélla también requiere estar compuesta, como mínimo, por tres integrantes. La
agrupación puede ser permanente o transitoria. No se requiere una permanencia absoluta, sine die, sino una relativa
estabilidad y una permanencia en el tiempo que trascienda la ejecución de una o varias acciones típicas previamente
determinadas. Para ser típica a la figura, la agrupación debe tener la específica finalidad de imponer sus ideas o combatir las
ideas ajenas por medio de la fuerza o el temor. Ha señalado la doctrina que esta finalidad constituye un elemento subjetivo del
tipo. Las ideas a imponer o combatir pueden ser de cualquier naturaleza. Los medios típicos señalados por la figura son
comprensibles de la violencia en las personas, la fuerza en las cosas y la intimidación. Si alguno de los medios empleados
configura un delito, éste concurrirá realmente con la fig.
Consumación. Tentativa. En su 1° modalidad, la de organizar la agrupación, el delito es de resultado, que requiere para su
consumación que la agrupación quede efectivamente constituida. En esta primera forma del delito es admisible la tentativa,
cuando no obstante haberse llevado a cabo actos ejecutivos destinados a constituir la agrupación, dicho objetivo no se logra por
causas ajenas a la voluntad del autor. En su segunda modalidad, la de tomar parte en la agrupación, se trata de un delito formal
que se consuma “… por el solo hecho de ser miembro de la asociación”, sin que sea necesario que la agrupación haya cumplido
alguno de los fines típicos, por lo que en esta modalidad delictiva la tentativa es inadmisible.
Culpabilidad. Se trata de un delito doloso en el que la acción de organizar, que requiere la voluntad y el conocimiento de que
se está organizando una agrupación de las características y con las finalidades típicas, exige de dolo directo. También en la
acción de tomar parte en la agrupación el dolo consiste en la voluntad de integrar la agrupación, con conocimiento de sus
finalidades y de que está compuesta por 3 miembros como mínimo. Otra parte de la doctrina considera que el delito admite el
dolo eventual en la acción de tomar parte, y sólo el directo en la de organizar. Otros autores admiten el dolo eventual en sus
dos modalidades delictivas.

Otros Atentados Contra el Orden Público


REPRESIÓN DE ACTOS U OMISIONES DISCRIMINATORIOS. LEY N° 23.592
En el 2° Párr. del Art. 1 no se incluye como motivo de discriminación la orientación sexual y la identidad de género. Antes de
la aprobación de la ley en 1988, la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) promovió su inclusión, y cuando su esfuerzo falló,
ingresaron varios anteproyectos para modificar la ley. Sin embargo, un proyecto de modificación de la ley con la inclusión de
la orientación sexual e identidad de género no fue presentado hasta el año 2005. Fue aprobado por el Senado en 2006, pero
perdió estado parlamentario en la Cámara de Diputados en 2007. Ese mismo año, se presentó un nuevo proyecto que obtuvo
la media sanción en 2008, pero luego perdió estado parlamentario en el Senado. Con el apoyo de la CHA y la Federación
Argentina LGBT (FALGBT), se volvió a presentar el proyecto varias veces en los años siguientes, pero nunca salió de las dos
cámaras. Actualmente, numerosos proyectos de ley están siendo tratados en Cámara de Senadores y de Diputados debido a
que la cuestión de una nueva ley nacional contra la discriminación, o de la modificación de la ley vigente de 1988 es
totalmente imperativa. Los caminos para lograr esta ley son diversos por encontrarse propuestas que van adoptando distintas
estrategias legislativas y poseen ya sea un tinte penal o un enfoque que se inclina por la perspectiva de derechos humanos. Lo
que sí es evidente, es que se está avanzando en pos de la redacción de dicha ley. Asimismo, en la práctica, se tiene en cuenta
como posible fuente inspiradora y antecedente inmediato la ley 5.261 antidiscriminatoria vigente de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires del 2015.

LA FORMACIÓN DE GRUPOS PARA LA VIOLENCIA DEPORTIVA. LEY N° 24.192 (Art. 6: 1 a 6a)

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UNIDAD 14: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN

Bien Jurídico Tutelado: Debemos señalar que mucho esfuerzo y sangre demandó separar los delitos contra la soberanía, de
aquellos vinculados a los poderes públicos y la organización constitucional. Los gobernantes tuvieron la tendencia a creerse la
encarnación del Estado, asignándose la importancia de la Nación misma. Por ello éste es un punto fundamental en el
sentido teleológico del bien jurídico protegido, que es la Seguridad Nacional.

TRAICIÓN CONTRA LA NACIÓN. Figura Básica (Art. 214: 10 a 25a)


Bien jurídico protegido. Es la seguridad externa de la Nación.
Presupuesto del Delito. Debe ser una situación de guerra, no siendo necesaria una declaración formal de la misma, pero sí su
existencia material como tal, es decir que la Nación se encuentre agredida por una potencia extranjera, o que nuestro país la
haya iniciado, o que fuerzas militares argentinas estén realizando acciones bélicas.
Sujeto Activo. No puede ser cualquiera y el Art. 214 lo limita a:
a) “Todo argentino”, tanto nativo, por opción como naturalizado. Si perdió la nacionalidad por adquisición de otra,
queda excluido.
b) “O toda persona que deba obediencia a la Nación por razón de su empleo o función pública”. Entiendo que ésta
es una ampliación de la disposición constitucional y que es inconstitucional.
Acciones Típicas. Las acciones típicas quedan concretadas a:
a) Tomar las armas contra ésta. No cualquier tarea realizada a favor del enemigo constituye esta acción sino el
combatir con ellas o formar parte del ejército enemigo que lucha contra nuestro país.
b) Unirse al enemigo prestándole ayuda y socorro, significa realizar actos materiales de apoyo y no señalar
simplemente una adhesión. Aquí se amplían las acciones que son atrapadas por la figura, pues deben caer dentro de la
misma la prestación de ayuda material.
Culpabilidad. Solamente puede ser dolosa, admitiendo a mi juicio el dolo eventual y excluyendo la culpa. No es necesario un
ánimo especial.
Tentativa. La característica del delito en cuanto a la acción es formal y admite la tentativa, no requiriendo resultado material.

Figuras Agravadas (Art. 215: Perpetua) – Art. 119 CN


Bien Jurídico Protegido. La rebelión está fuera del tipo legal del Art. 214 y consecuentemente de la figura que analizamos, ya
que el bien jurídico protegido es la seguridad del Estado nacional, frente a una agresión externa y no interna. Estas figuras
deben distinguirse de su modelo, la Constitución de los Estados Unidos que, al configurar el delito de traición, incluye la
rebelión.
Sujeto Activo. Acciones Típicas. Por tratarse esta figura de una agravante del tipo básico del Art. 214, para su configuración
deben darse todas las características descriptas en la figura básica anterior. El sujeto activo va a ser el mismo del Art. 214, y el
contenido del tipo igual al que resulta de la construcción dogmática que hemos señalado al comentar el art. anterior. En el caso
del Inc. 1°, la calificante se dará, en tanto el nacional tome las armas, o uniéndose con el enemigo, le prestará a éste ayuda o
socorro dirigido a someter a la Nación total o parcialmente o a desmembrarla. Con respecto al Inc. 2° se presenta la dificultad,
de que está definiendo una instigación, o la acción de decidir a una potencia extranjera contra la República. De tal manera este
instigador tendrá que reunir las características enunciadas en el Art. 119 de la CN, en función con el Art. 214 del CPA, para ser
autor de traición agravada en la modalidad prevista por el Inc. 2°.
Art. 119 CN: Lo 1° que debemos señalar es que el tipo legal es distinto del Art. 119 de la CN, el que expresa: “La traición contra
la Nación consistirá únicamente en tomar las armas contra ella, o en unirse a sus enemigos prestándoles ayuda y socorro. El
Congreso fijará por una ley especial la pena de este delito; pero ella no pasará de la persona del delincuente, ni la infamia del reo se
transmitirá a sus parientes de cualquier grado”. En coincidencia con la doctrina nacional, entiendo que el Art. 119 es un límite
infranqueable para el legislador y por tanto es inconstitucional el Art. 214 en todo loque exceda el tipo constitucional indicado,
debiendo reconstruirse dogmáticamente el mismo.
La CN en su Art. 119 contempla únicamente 2 conductas típicas a saber:
a) Tomar las armas contra la Nación.
b) Unirse a sus enemigos prestándoles ayuda y socorro.

El CPA reprime 3 conductas:


a) Tomar las armas contra la Nación.
b) Unirse a sus enemigos.
c) Prestarle cualquier ayuda o socorro.

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La diferencia expuesta es importante, pues el término “únicamente”, presente en la disposición de la CN, establece una
limitación que no puede ampliarse por el Congreso, al construir el tipo legal. Nuestra norma tiene origen en el texto
constitucional de los EEUU.

CONSPIRACIÓN PARA LA TRAICIÓN (Art. 216: 1 a 8a)


La fig. incrimina un verdadero acto preparatorio, lo que se justifica por la importancia del bien jurídico protegido, que atrapa
actos anteriores al comienzo de ejecución de la traición.
Sujetos activos. Podemos señalar como una nota distintiva de esta fig. con respecto a las demás, que de su texto no surge la
exigencia de sujetos activos calificados, que pueden ser tanto argentinos como extranjeros, residente o no en el país. Pero
coincide la doctrina en destacar que por lo menos uno de los conspiradores que tendrá a su cargo la comisión del delito de
traición, debe reunir los requisitos exigidos por el Art. 214.
Acción típica. Consiste en “tomar parte en una conspiración”, lo que significa que dos o más personas lleguen a un acuerdo
para cometer el delito de traición, determinado en cuanto al tiempo, lugar y modo de comisión, aunque no es necesario que se
hayan resuelto en forma definitiva todos sus pormenores y circunstancias consumativas.
Condición de Punibilidad. La referencia del último apartado de la ley, cuando señala “…si la conspiración fuere descubierta
antes de empezar su ejecución”, fija una condición de punibilidad, es decir, que para que el hecho sea punible el autor debe ser
descubierto en plena flagrancia conspirativa, resultando impune una conspiración, si bien consumada, fue desistida antes de
ser descubierto el acuerdo.
Consumación. Tentativa. El delito se consuma cuando se ha logrado el acuerdo para la comisión de un determinado delito de
traición, sin que sea necesario que se haya terminado de convenir sobre las distintas modalidades y circunstancias ejecutivas.
Dada la estructura del tipo, coincide la doctrina en rechazar la posibilidad de tentativa.

Excusa Absolutoria (Art. 217)


La excusa absolutoria sólo se generará con la delación, antes de comenzar el procedimiento. Núñez sostiene que el Art. 217 no
admite, con respecto a la conspiración, que el desistimiento voluntario traiga aparejada la liberación de pena. Sólo admite la
delación. Creus: “en la conspiración para la traición no funciona el desistimiento según las pautas del Art. 43, ni en su forma de
abandono voluntario de la acción de la tentativa inacabada, ni en la forma de frustración de los efectos del delito por medio del
arrepentimiento eficaz; estas formas podrán eximir de pena al agente con referencia a la tentativa de traición, pero no por la
conspiración que antes haya consumado si es que no la reveló a la autoridad conforme lo establecido por el Art. 217”. Soler
sostiene que “tienen que distinguirse 2 situaciones: la conspiración en curso actual, en los términos del Art. 216, y la
conspiración ya extinguida, que no ha pasado de ser acto preparatorio y que ha cesado de estar en curso”. En este caso,
teniendo en cuenta que el Art. 216 declara punible como conspiración la descubierta antes de empezar la ejecución de la
traición, para él la única interpretación posible de esta norma es que los conspiradores sean descubiertos conspirando, ya que de
lo contrario tendría un “absurdo sentido probatorio”, pues ningún delito puede ser castigado sin ser descubierto. No hace en
este caso una aplicación del Art. 43, sino que trae un problema de tipicidad. Me parece que ésta es la interpretación correcta,
pues la razón de política criminal del Estado hace que éste tenga interés en dar oportunidad de que la traición no se produzca.
La conspiración pasada y abandonada es impune, por falta de un requisito típico, “ser descubierta”. Con el texto actual,
debemos seguir la línea interpretativa de Soler.

Traición Contra Potencia Aliada. Traición de los Extranjeros (Art. 218: Perpetua)
Comprende 2 aspectos:
a) Una ampliación de la punición si se trata de los mismos hechos anteriores dirigidos contra una potencia aliada.
b) La punibilidad de los extranjeros residentes.
Con respecto al 1° aspecto tenemos que encontrarnos en guerra y que al aliado se dirijan las acciones incriminadas en los
artículos anteriores. Es preciso señalar que las mismas han de seguirse en el territorio del país aliado y no en el nuestro.
2° En el caso de los extranjeros, éstos deben ser residentes en el país, aunque lo sean de hecho y no de derecho. No se aplica
la norma a quienes están de paso.
Quedan excluidos de la punición los funcionarios diplomáticos y los nacionales de los países en conflicto. Estos se regirán por
el derecho de gentes, lo que a mi juicio comprende los tratados internacionales y los principios del Derecho Internacional.
Para los extranjeros residentes, las escalas penales se reducen como en los casos de tentativa, según las reglas establecidas
por el Art. 44 del CPA.

DELITOS QUE COMPROMETEN LA PAZ Y LA DIGNIDAD DE LA NACIÓN


Bien Jurídico Protegido. La tutela apunta a las relaciones que existen entre la nación y los demás estados en tiempos de paz,
las que podrían verse comprometidas por la acción de estos delitos.

Actos Materiales Hostiles (Art. 219: 1 a 6a; 3 a 15a; Militar: +3/10a mín., y 10/20a máx.)
Tipo Objetivo. Acción Típica. El delito consiste en ejecutar actos materiales hostiles de los cuales deriva la posibilidad de una
declaración de Guerra contra la Nación. Un acto es hostil cuando está vinculado o representa en sí mismo acciones propias de
un conflicto armado. Son actos del enemigo de tipo militar, actos de guerra ejecutados por un particular contra una nación
extrajera, sus habitantes o bienes, ej., los alistamientos o convocatorias a las armas, etc. Deben tratarse de actos materiales
(que se expresen mediante vías de hecho) no autorizados por el gobierno nacional. Sujetos. SA puede ser cualquier persona
nacional o extranjera; SP son los habitantes de la nación, es decir los nacionales de nuestro país y los extranjeros residentes.
Tipo Subjetivo. Consumación y Tentativa. Es un delito doloso, de peligro concreto en 2 de sus modalidades y de resultado en
3
la 3° y se consuma cuando como consecuencia del acto, se produce la situación de peligro (o de resultado). La tentativa parece
admisible. Agravante. La mayor penalidad se aplica si de los actos hostiles resultan las hostilidades o la guerra. La agravante
contempla un tipo de resultado preterintencional no abarcado por el dolo del autor. La agravante por la condición de militar
fue incorporada por la Ley N° 26.394.
Actos Materiales Hostiles. La acción típica es la de dar motivos—o sea, crear—a los peligros enunciados por la disposición,
mediante la realización de actos hostiles. La esencia del tipo objetivo es la realización de actos hostiles materiales, que den
motivos, que causen, esto es, que posibiliten, la declaración de guerra en contra del Estado Argentino, y que no sean aprobados
por el gobierno nacional. La norma pareciera exigir 2 conductas: a) realizar actos hostiles, y b) que estos den lugar al peligro
de una declaración de guerra. Tales acciones, realizadas autónomamente no configuran el tipo. Se entiende por acto hostil de
guerra, es decir, cuando represente acciones propias de un conflicto armado. Será todo acto propio de enemigo, realizado por
un particular contra un Estado extranjero o sus habitantes o bienes, aunque no llegue a poseer los caracteres de u na acción
bélica. Debe tratarse de actos materiales y no simples manifestaciones del pensamiento, verbales o escritas; y deben ser actos
no aprobados por el gobierno nacional, en cuyo caso el tipo quedaría excluido. La aprobación de estos a 2 solo puede provenir
del ejercicio legítimo de las facultades con sagradas en el Art. 99 Inc. 15 de la CN y el Art. 75 Inc. 25 al Poder Legislativo.

Ahora bien, no alcanza el acto hostil no aprobado por el gobierno, sino que para que ellos sean punibles, la norma exige 3
consecuencias específicas:
1) El Peligro de una Declaración de Guerra contra la Nación. Debe existir una situación de peligro concreto a la paz y la
seguridad de la Nación (bien jurídico protegido) como consecuencia de la realización del acto hostil, que genere la
probabilidad de un conflicto bélico.
2) Que se Exponga a sus Habitantes a Experimentar Vejaciones o Represalias en sus Personas o en sus Bienes. Se
entiende por vejaciones, molestias, malos tratos, artos humillantes de índole material o moral y por represarías a toda
retribución del daño recibido por parte del país que ha sufrido el acto hostil. A su respecto, hasta con el concreto peligro de
ocurrencia de tal exposición. Las vejaciones o represalias deben estar dirigidas a los habitantes de la Nación.
3) Que altere las relaciones amistosas de Gobierno Argentino con un Gobierno Extranjero. Implica la existencia de una
relación amistosa previa entre los dos países, que se ve alterada a raíz del acto hostil. Basta con la disminución de carácter
amistoso de ese vínculo, ocasionando el cambio de las relaciones diplomáticas entre las naciones.

Sujeto Activo puede ser cualquier persona, nacional o extranjero.


Es un delito doloso. El autor debe conocer que actúa sin autorización del gobierno nacional y el carácter del acto que realiza.
En el aspecto volitivo, basta con querer realizar el acto hostil no autorizado, aunque no se persiga (y solo se acepte) la
concreción de los resultados típicos; por lo que admite el dolo eventual.
Se consuma cuando se produce la situación de peligra enunciada en la norma a raíz del acto hostil. Admite Tentativa.
Agravantes: Se establece un aumento de pena si de los actos hostiles resulta la guerra o por la calidad especial del autor
(militar).

Violación de Compromisos Internacionales (Art. 220: 6m a 2a; Militar: +1a y 5a)


La acción consiste en violar (romper, quebrantar, desconocer, etc.) un tratado concluido con una potencia extranjera, una
tregua o un armisticio convenido o suscripto entre la Argentina y una potencia enemiga o entre sus fuerzas beligerantes de
mar o tierra o los salvoconductos debidamente expedidos. El delito presupone una situación de conflicto armado entre ambos
países (la nuestra y una potencia extrajera), pero solo puede cometerse cuando las hostilidades han cesado, por la derivación
del acuerdo de paz. La tregua es la suspensión de las actividades bélicas por tiempo determinado y por razones
circunstanciales (ej., la conmemoración de ciertas fechas reconocidas internacionalmente, etc.). El armisticio cuyo objetivo
persigue la finalización de la guerra, comprende también la suspensión de las operaciones armadas ya que implica un acuerdo
de suspensión de toda actividad bélica. El salvoconducto es un documento que se expide a favor de una determinada persona
para que pueda circular por una zona de guerra. Se trata de un delito doloso, de peligro abstracto y de pura actividad que se
consuma cuando se realiza la acción típica. Se agrava cuando el SA tiene la condición de militar.

Violación de Compromisos Internacionales. En ese caso, debe haber existido un conflicto bélico entre la República y otro
Estado que haya finalizado como consecuencia de la firma de un tratado de paz. De ahí que los delitos agrupados en este Cap.
presuponen una situación de paz. La Acción Típica consiste en violar, es decir, no cumplir con todas o algunas de las cláusulas
del acuerdo o de la autorización, aunque ese incumplimiento no asuma las características de acto hostil. Puede consistir en
reanudar las hostilidades antes de la expiración del término de la tregua, en no retirar las tropas a las líneas establecidas por
el armisticio, en desconocer la vigencia del salvoconducto o impediría realización del acto para el que fuera concedido.
Los objetos de la violación resultan ser:
 La Tregua. Implica la interrupción de las hostilidades durante un tiempo determinado, que alcanza a todos los países
sometidos a los Estados beligerantes y que, en general, obedece a circunstancias especia les o conmemoración de fechas
reconocidas internacionalmente (cuidado de heridos, navidad, etc.).
 Armisticio. Consiste en la suspensión de hostilidades, pactada por los representantes de ambos Estados por un tiempo
indeterminado, con la finalidad de realizar negociaciones de paz. Según la Convención de La Haya de 1899, implica
suspenderlas operaciones de guerra por un mutuo acuerdo de la beligerancia.
 Salvoconducto. Es la autorización o privilegio que se otorga a integrantes de las fuerzas enemigas o terceros ajenos al
conflicto para transitar sin riesgo por una zona de guerra o realizar determinadas acciones (ej., ayuda o socorro).
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El autor no requiere calidades especiales, con lo que cualquiera puede ser autor. No obstante, se establece un aumento de
pena si quien realiza la acción típica es militar. Es un delito doloso. Exige el efectivo conocimiento de la existencia de una
tregua, armisticio o salvoconducto y la voluntad de llevar adelante actos violatorios de ellos. Se consuma con la violación de
los pactado y parte de la doctrina admítela tentativa.
Violación de Inmunidades (Art. 221: 6m a 2a)
Se reprime la mera violación de las inmunidades del jefe de estado o del representante extranjero, aun cuando el hecho no
haya realmente afectado las relaciones entre ambas naciones. Sujetos. El SA no puede ser cualquier persona, sino solo aquel
que tenga facultades jurisdiccionales por ejemplo un juez, que le permitan quebrantar las inmunidades o privilegios del
diplomático. SP solo pueden ser en cambio el jefe de un estado o el representante de una potencia extranjera, mientras se
encuentren en la Republica. Jefe de Estado es la máxima autoridad política del Estado sea que pertenezca a un gobierno de
facto o a un gobierno de iure, puede tratarse del presidente, de rey, el primer ministro, el Papa, etc. Representante de una
potencia extranjera son aquellos que tienen un rango diplomático por ejemplo embajadores, ministros plenipotenciarios,
nuncios etc., son quienes se encuentran acreditados en el país como tales. No quedan comprendidos los cónsules sus agentes
ni los enviados comerciales. Acción Típica. Consiste en violar (quebrantar, desconocer) las inmunidades del jefe de estado o
del representante de potencia extranjera. Las inmunidades son los privilegios que gozan ciertas personas que se traducen en
un tratamiento especial y extraordinario establecido por la costumbre y los tratados internacionales, en virtud de los cuales
adquieren inviolabilidad personal estando exentos de la aplicación de la legislación local. Tipo Subjetivo. Consumación y
Tentativa. La infracción es dolosa, de peligro abstracto y de pura actividad. Se consuma en el momento en se quebrantan los
privilegios diplomáticos. La tentativa es posible. Violación de Inmunidades. La norma encuentra basamento en el cuidado de
los vínculos amistosos internacionales (bien jurídico protegido), que podría verse menoscabado con el ataque al jefe de Estado
o representantes de una potencia extranjera en territorio argentino o en los lugares sometidos a su jurisdicción. La conducta
típica consiste en violar las inmunidades del jefe de Estado (presidente, primer ministro, rey) o sus representantes (embajador,
jefes demisión, etc.), es decir, en desconocer, quebrar o vulnerar dichos privilegios. EI ataque al sujeto pasivo debe implicar una
agresión a su función como jefe de Estado o representante de una Nación. Las agresiones y ofensas a la persona del
funcionario extranjero no pueden ser consideradas como una violación de inmunidades, pues implicarían una extensión
indebida del tipo penal en violación al principio de legalidad. En su caso, podrían configurar los delitos de injuria, calumnia o
algún otro de delito. Inmunidades son aquellos privilegios o exenciones de jurisdicción reconocidos por los tratados o por el
derecho internacional a los jefes de Estado o representantes diplomáticos de otras naciones, que se encuentran en la
República. Sujeto Activo solo será aquel con capacidad para quebrantar las inmunidades, es decir, la persona dotada de
autoridad pública que desconoce alguno de los aspectos de la exención de jurisdicción contenida en la inmunidad, de modo
que un simple particular no puede ser autor. Sujetos Pasivos únicamente pueden ser los jefes de Estado extranjero o
representantes de las potencias extranjeras en la Argentina.

Revelación de Secretos Políticos o Militares


La revelación del secreto sucede cuando se lo pone de manifiesto o en el conocimiento de alguien que no pertenece al círculo
de personas obligadas a mantenerlo. En general hay acuerdo en que SA puede ser cualquier persona, incluso un FP. La
infracción es dolosa, de peligro abstracto y se consuma con la sola revelación del secreto aun cuando no se comprometa la
seguridad exterior de la Nación.

1. Revelación de Secretos (Art. 122 1° Párr.: 1 a 6a). La acción típica de la 1° parte del Art. 122 consiste en revelar un secreto
político, industrial, tecnológico o militar concerniente a la seguridad, a los medios de defensa o a las relaciones exteriores de la
Nación. Revelar es descubrir o hacer saber cosas que son secretas y se mantienen reserva de las de quienes no tienen la
autorización para conocerlas. Es irrelevante el medio por el cual se ponga en conocimiento la información clasificada. El
secreto a que hace referencia el art. es todo dato sensible, ignorado por el público en general, relativo a intereses nacionales,
que tiende a preservarla seguridad, los medios de defensa o relaciones exteriores de la Nación. Su naturaleza puede ser
política, industrial, tecnológica o militar, pero siempre vinculado a tales intereses. Por imposición normativa, el imputado tenía
la obligación de guardar secreto sóbrela información que hubiere conocido en virtud de las funciones que desplegó en él año
2003 como secretario de inteligencia. Es que la clasificación de los datos se mantiene incluso en supuestos de abandono del
cargo; y para poder difundirlos siempre es necesaria autorización del presidente de la Nación o de la autoridad en que delegue
dicha atribución (Arts. 16 y 17 Ley 25.520 y Arts. 12 Decr. N° 950/02) (...) no es justificativo de su actuar que fuera convocado
por los magistrados intervinientes a comparecer al juicio, por expreso pedido de la defensa en el ejercicio de sus derechos. En
definitiva, visto el tenor de lo preguntado, en el caso la obligación normativa pesaba únicamente sobre el imputado pues era él
quien estaba en condiciones de advertir cuáles partes de la declaración brindada podían comprometer datos secretos que
debía resguardar. Él lo debió conducirlo, cuando lo anterior sucediera, informarlo a las autoridades presentes, extremo que
evidentemente no desconocía" El tipo no prevé calidad es especia les en el sujeto activo. Puede tratarse aun de un funcionario
público. No obsta me, se establece un aumento de pena si quien realiza la acción típica es militar en ejercicio de sus funciones.
Es un delito doloso, que admite dolo eventual. Exige el conocimiento respecto de la confidencialidad de la información y la
voluntad realizadora del tipo penal. Se consuma con la revelación de la información clasificada. Admite tentativa.

2. La Obtención de la Revelación de Secretos (Art. 122 1° Párr.: 1 a 6a). La 2° fig. prevista en el 1° Párr. Art. 222 es la de
Espionaje. La doctrina ha entendido que la norma debe ser analizada de manera conjunta con la Ley N° 13.985 de Espionaje,
Sabotaje y Traición, por la especificidad de su materia. La Acción Típica consiste en la obtención por cualquier medio de
información secreta. Se trata de un delito de codelincuencia necesaria: el autor de la revelación y el que la obtiene. Sin
revelación, no hay espionaje posible. El espía actúa sóbrelos funcionarios públicos y militares con el fin de conseguir datos
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secretos y valiéndose de cualquier medio, aun de la culpa de quien está obligado a guardar el secreto. Solo es punible quien
logra que el que tiene que guardar el secreto se lo revele, pero no lo es quien lo consigue de otra manera. Por su parte, la Ley
N° 13.985 describe distintas figuras de espionaje (Arts. 1a a 17). Ej., en su Art. 2 se prevén las acciones de procurar, revelar,
remitirlo aprovechar noticias, documentos, informaciones u objetos de orden político, social, militar o económico que deban
permanecer secretos en función de la seguridad, de la defensa o de las relaciones exteriores de la Nación. Si la conducta
descripta en el Art. 222 del CPA se encuentra entre aquellas previstas en la Ley N° 13.985, se aplicará está última en razón del
principio de especialidad. De adverso, regirá lo normado en el CPA. En definitiva, la regulación prevista por ley especial
implica una ampliación de las conductas reprimidas por el Art. 222 del CPA inherente al Espionaje. El tipo no prevé calidades
especiales en el sujeto activo. No obstante, se establece un aumento de pena si quien realiza la acción típica es militar en
ejercicio de sus funciones. A su vez, el Art. 3° de la Ley N° 13.985 agrava la pena si el autor se sirve de su empleo, función,
estado o misión, elevando aún más la punición si el agente actuara al servicio en beneficio de una potencia extranjera. Es un
delito doloso, de dolo directo. Se consuma con la revelación de la información secreta. Admite tentativa, más el Art. 12 de la
Ley N° 13.985 establece que incurrirá en las mismas penas establecidas para los autores de los delitos previstos en la ley el
autor de tentativa, cuando haya sido cometida con el fin de espionaje o sabotaje. En la misma pena incurrirá el que obtuviere
la revelación del secreto. Se trata de una figura de Espionaje propiamente dicha que se caracteriza por particular actividad
del autor. Solo se es espía cuando se busca o persigue el logro de determinada información, sin este designio especifico el
espionaje desaparece por más que el agente acceda o tenga conocimiento por otros medios de lo que debe quedar en secreto.
El delito consiste en obtener la revelación de un secreto de tipo político militar relacionado con la seguridad, la defensa o las
relaciones exteriores de la Nación. Se trata de una hipótesis de codelincuencia entre el autor de la revelación y el que la
obtiene. La infracción es dolosa, de peligro abstracto y se consuma en el momento en que se obtiene la información.

3. Ultraje a la Bandera (Art. 222 2° Párr.: 1 a 4a) La doctrina es pacifica en cuanto a que, no obstante, la ubicación de la
figura bajo este tít., el Bien Jurídico Protegido no se vincula con la seguridad de la Nación sino con la significación simbólica;
la dignidad y el prestigio de los símbolos patrios. Asimismo, se ha dicho que, si bien se trata de símbolos que merecen respeto,
no necesitan ser protegidos penalmente. Sentado ello, la Acción Típica consiste en ultrajar (despreciar o tratar con desvío a
alguien) la bandera, el escudo o el himno de la Nación o los emblemas de una provincia argentina. Ei problema del tipo penal
radica en la ambigüedad del verbo típico en la medida en que "...aparece como un tipo penal abierto y puede tomar en cuenta
acciones que son de protesta contra la persona del representante del gobierno y que sea usado, por parte de este, como medio de
represión de las ideas. Ej., en un acto público, el abucheo al presidente cuando se canta el himno nacional ...”, la acción material
del delito consiste humillar o agraviar los símbolos nacionales por cualquier medio. El ultraje debe ser público, en el sentido de
que el hecho sea un sitio público, abierto al público o privado expuesto al público; pues lo relevante a los efectos del tipo
radica en la naturaleza del lugar en que se lleva a cabo la Conducta. Por ello, el ultraje en un lugar privado (Ej., una casa de
familia), aunque fuera realizado ante un número importante de personas, no es punible. Los objetos a los que se dirige el tipo
penal son la bandera nacional, el escudo nacional, el himno nacional y los emblemas provinciales. El tipo no prevé calidades
especiales en el sujeto activo. Es un delito doloso. Exige el conocimiento del símbolo patrio y la voluntad realizadora del tipo
penal. Se consuma en el momento en que se realiza el acto de ultraje. Admite tentativa. Ultraje a Símbolos Nacionales o
Emblemas de Provincia Argentina: Bien jurídico. Es la dignidad y el prestigio de los símbolos patrios. Tipo Objetivo. Acción
Típica. La acción material consiste en ultrajar los símbolos nacionales o provinciales, es decir humillarlos, agraviarlos,
ridiculizarlos, etc., por cualquier medio como ser materiales (destruirlos, quemarlos, pisotearlos, escupirlos, etc.) por escrito
(leyendas injuriosas) o de palabra (expresiones ofensivas, silbatinas, gritos, abucheos, etc.). Se trata de un delito de sujetos
indiferenciados de modo que puede ser cometido por cualquier persona. Objetos del Delito. Son la bandera, el Escudo y el
himno nacional y los emblemas provinciales. Quedan excluidos otros símbolos, signos, distintivos o emblemas, aunque lleven
los colores patrios x ej., la escarapela. También quedan excluidos los emblemas municipales. El ultraje es punible en la medida
de que se realice públicamente en lugares en donde pueda ser captado por cualquiera, por ello un ultraje privado, aunque
fuere realizado ante un número importante de personas no es punible. Tipo Subjetivo. Consumación y Tentativa. Es un delito
doloso de dolo directo y de pura actividad. Se consuma en el momento en que se realizan los actos de ultraje y hay acuerdo en
la que la tentativa resulta admisible.

4. Agravante (Art. 122 3° Párr.: Mín.: 3a y Máx. 10a). Fue introducida por Ley N° 26.394. Concurre cuando el autor del
delito es un militar y conoce el hecho en el ejercicio de su actividad funcional.

Revelación Culposa (Art. 223: 1m a 1a)


Es una figura culposa de autor calificado, pues solo puede cometer el delito quien se halla en posesión de secreto en razón de
su oficio o empleo. La conducta punible consiste en dar a conocer (revelar, poner en conocimiento de otra persona, etc.) un
secreto de los mencionados por el Art 222 cuyo conocimiento el agente tiene por oficio o empleo. El delito se consuma en el
momento en que se da a conocer el secreto a otro. La figura prevé el tipo culposo únicamente en las formas imprudencia o
negligencia. Las otras 2 formas de la culpa, impericia e inobservancia de los reglamentos, han sido incorporadas por la Ley N°
13.985. Concretamente, se trata de aquellos casos en que, en razón de su oficio u empleo, el sujeto activo se halla en posesión
de un secreto y lo hace conocer, violando su deber descuidado. Entre la violación del deber de cuidado y el conocimiento por
los terceros debe haber una relación causal directa, Ej., dejar los papeles sobre un escritorio de la casa y que su cónyuge los lea
y los comente en público. Es una infracción especial propia dado que, por tratarse del manejo de información clasifica da, solo
pueden cometerlo determinas personas. El delito se consuma cuando se da a conocer el secreto a otro.

Espionaje por Instrucción (Art. 224: 6m a 2a)


La disposición contempla 2 tipos de espionaje: 6
Espionaje Real o Verdadero (1° Párr.) Consiste en levantar indebidamente planos de fortificaciones, buques,
establecimientos, vías u otras obras militares. La conducta típica debe ser indebida, es decir contraria a una disposición que
expresa o tácitamente la prohíbe. De aquí que el obrar debe ser doloso, abarcando el dolo el conocimiento de la materia de
prohibición. El error y la buena fe excluyen la culpabilidad. Se trata de un delito de pura actividad, que se consuma con la
realización de la conducta típica. La tentativa es posible.
El Espionaje por Instrucción (2° Párr.) consiste en introducirse en lugares o zonas militares en las que el acceso está vedado
al público en general. La prohibición debe referirse a causas concernientes a la seguridad a la defensa o a las relaciones
exteriores de la nación. El hecho es punible en la medida de que se lo realice de manera clandestina o engañosa. El delito es
doloso, pero exige la concurrencia de un elemento subjetivo específico que el fin de levantar indebidamente. Si la
introducción a algunos de los sitios prohibidos no obedece a este propósito, el tipo queda excluido.

1. Espionaje por Intrusión. La norma descripta en el CPA contempla 2 casos de espionaje:


a) Cuando indebidamente se levantaren planos de fortificaciones, buques, establecimientos, vías u otras obras
militares (Espionaje Real o Verdadero). La acción típica consiste en levantar vía sin autorización. Implícala confección
de planos referentes a fortificaciones, buques, establecimientos estratégicos u otras obras militares. El agente deberá
reproducir imágenes o planos de los objetos descriptos en el tipo penal y que deben tener al momento riel hecho relación
directa con la defensa, seguridad o relaciones exteriores. La doctrina no es pacífica en cuanto a si la enumeración de los
objetos de espionaje es taxativa o meramente enunciativa. La conducta debe ser in debida, es decir, el autor no debe estar
autorizado expresa o tácitamente a levantar planos. El tipo no prevé calidades especiales en el sujeto activo. Es un delito
doloso. Exige el conocimiento de la prohibición y la voluntad realiza dora del tipo penal. Se consuma con la realización de la
conducta típica. Admite tentativa.
b) Cuan do el autor se in tradujere con tal fin, clandestina o engañosamente en esos lugares, cuando su acceso
estuviere prohibido al público (Espionaje por Intrusión). La conducta del sujeto activo implica introducirse en lugares
o zonas militares cuyo acceso está vedado al público en general, es decir, que el autor no debe estar autorizado para
ingresar. En efecto, esa intrusión debe ser clandestina (de forma culta) o engañosa (mediando fraude) para quedar
abarcada por el tipo penal. EI tipo no prevé calidades especiales en el sujeto activo. Es un delito doloso que, además del
conocimiento de la prohibición y la voluntad realizadora del tipo penal, exige un elemento subjetivo específico distinto del
dolo: el fin de levantar indebidamente. Se consuma con la realización de la conducta típica. Admite tentativa. La Ley N°
13.985 amplía los medios comisivos y los objetos de la prohibición: "Será reprimido con prisión de 1 a 8 años el que, con
cualquier ardid o engaño o mediante efracción o escalamiento, se introdujere en una obra cualquiera de defensa, puesto,
servicio, depósito, almacén, construcción de defensa nacional o en todo otro establecimiento militar; o en un barco, aeronave,
vehículo, servicio o establecimiento industria organizado o empleado por la autoridad competente en el interés de la defensa
nacional" (Art. 4). "Será reprimido con prisión de un 1 a 4 años el que, careciendo de permiso de autoridad competente,
tomare fotografías, ejecutare dibujos, operaciones topográficas, geológicas o reproducciones, por cualquier medio, sobre todo,
de zonas, obras o materiales situados dentro de un radio prohibido por la autoridad en razón de la defensa nacional. En igual
pena incurrirá el que copiare, imitare, vendiere, distribuyere, publicare o retuviere dichas reproducciones" (Art. 5). Y en su
Art. 12, la Ley N° 13.935 equipara la pena del delito consumado en caso de tentativa, cuando haya sido cometida con el fin
de espionaje o sabotaje.

2. Sabotaje. El Art. 7 de Ley N° 13.985 establece: "Será reprimido con prisión de 1 a 25 años el que, por cualquier medio,
desorganizare, destruyere, deteriorare o inutilizare, en todo o en parte, temporal o definitivamente, documentos, objetos,
materiales, instalaciones, servicios o industrias de cualquier naturaleza, con el propósito de perturbar, retardar o impedir el
desarrollo militar, económico, financiero, social, científico o industrial de la Nación. Cuando los actos fueran realizados al servicio
o en beneficio de una potencia extranjera, se podrá imponer al culpable prisión perpetua". Es un delito de peligro concreto en
cualquiera de sus formas comisivas y los objetos de delito son aquellos que específica mente prevé la norma. En el aspecto
subjetivo, requiere además del dolo la finalidad específica de perturbar, retardar o impedir el desarrollo militar, económico,
financiero, sacia I, científico o industrial de la Nación.

Infidelidad Diplomática (Art. 225: 3 a 10a):


El delito consiste en conducir de un modo perjudicial para la Nación, una negociación con un Estado extranjero apartándose
de las instrucciones recibidas. SA solo puede ser un FP, que haya sido encargado de conducir una negociación de esta clase. La
acción típica debe realizarse en el marco de una negociación internacional con un estado extranjero en forma individual o en
una comunidad de Estados. El delito requiere que el agente se aparte de las instrucciones recibidas y de ello derive un
perjuicio para los intereses de la Nación, siendo este el resultado de una mala negociación. Se trata de un delito doloso que se
consuma con la producción del perjuicio. Puede cometerse por acción o por omisión por lo tanto la tentativa resulta admisible.
La acción tiplea consiste en conducir de un modo perjudicial para la Nación una negociación con u n estado extranjero,
apartándose de las instrucciones recibidas. Y esa conducta debe ser desplegada por la persona a quien el gobierno argentino le
haya encargado tal negociación. Se trata de un delito especial propio en la medida en que el autor: a) debe estar encargado por
el gobierno argentino a negociar, y b) se le debe haber otorgado instrucciones específicas de las cuales no se puede apartar.
Los demás que hayan tenido algún tipo de intervención, pero a quienes no se les haya encargado la tarea, serán cómplices. El
encargo puede ser general o específico. La Conducta Típica, debe realizarse en el marco de una negociación internacional.
Para que se configure el delito, el agente debe haberse apartado de las instrucciones recibidas y ello haber causad o un
perjuicio para la Nación. De ello, se deriva que, como presupuesto del tipo, deben haberse impartido al agente instrucciones
específicas para actuaren la negociación. Las instrucciones deben haber sido dadas por el gobierno nacional, no admitiéndose
las dadas por una provincia. Y, además, el tipo no se satisface simplemente con el apartamiento de tales instrucciones, sino 7
que, con ello, debe ocasionarse un perjuicio para la Nación, entendido como el resultado de una mala negociación que,
precisamente, se frustra como resultado del incumplimiento de las instrucciones. Se debe tratar de un asunto del Estado
Nacional, en el sentido de que debe ser una cuestión pública. El perjuicio debe ser para la Paz o la Seguridad de la Nación. Es
un delito doloso. Exige el conocimiento de las instrucciones respecto de una determinada negociación y la voluntad de
apartarse de ellas. Se consuma con la producción del perjuicio. La tentativa es admisible.

Delitos Contra la Seguridad de la Nación. Espionaje y Sabotaje. Ley N° 13.985


Espionaje: Art. 2: Será reprimido con prisión de 1 a 10 años el que procurare, buscare, revelare, remitiere o aprovechare noticias,
documentos, informaciones u objetos de orden político, social, militar o económico que deban permanecer secretos en función de
la seguridad, de la defensa o de las relaciones exteriores de la Nación. Art. 3: Será reprimido con prisión de 2 a 15 años el que
cometiere los delitos previstos en el Art. 2° sirviéndose de su empleo, función, estado o misión. La pena será de 8 a 25 años de
prisión, o prisión perpetua, si el agente actuare al servicio o en beneficio de una potencia extranjera. Art. 4: Será reprimido con
prisión de 1 a 8 años el que con cualquier ardid o engaño o mediante efracción o escalamiento se introdujere en una obra
cualquiera de defensa, puesto, servicio, depósito, almacén, construcción de defensa nacional o en todo otro establecimiento
militar; o en un barco, aeronave, vehículo, servicio o establecimiento industrial organizado o empleado por la autoridad
competente en el interés de la defensa nacional. Art. 5: Será reprimido con prisión de 1 mes a 4 años el que, careciendo de permiso
de autoridad competente, tomare fotografías, ejecutar dibujos, operaciones topográficas, geológicas o reproducciones por
cualquier medio o método, de zonas, obras o materiales situados dentro de un radio prohibido por la autoridad en razón de la
defensa nacional. En igual pena incurrirá el que copiare, imitare, vendiere, distribuyere, publicare o retuviere dichas
reproducciones. Art. 6: Será reprimido con prisión de 1 mes a 4 años todo aquel que sin autorización para ello entregue, remita,
comunique, publique o difunda datos económicos, políticos, militares, financieros o industriales que, sin ser secretos o reservados,
no estén destinados a su publicación o divulgación, y de los cuales haya tenido conocimiento o se le hubieren confiado en razón de
su empleo, función, estado o misión.

Sabotaje: Art. 7: Será reprimido con prisión de 1 a 25 años el que por cualquier medio desorganizare, destruyere, deteriorare o
inutilizare, en todo o en parte, temporal o definitivamente, documentos, objetos, materiales, instalaciones, servicios o industrias
de cualquier naturaleza, con el propósito de perturbar, retardar o impedir el desarrollo militar, económico, financiero, social,
científico o industrial de la Nación. Cuando los actos fueran realizados al servicio o en beneficio de una potencia extranjera, se
podrá imponer al culpable prisión perpetua. Art. 8: Será reprimido con prisión de 1 a 8 años el que por cualquier medio provoque
pública alarma o deprima el espíritu público causando un daño a la Nación.

Penalidades para Quienes Propicien Sanciones Contra el Estado Argentino. Ley N° 14.034:
Art. 1: Será reprimido con prisión de 5 a 25 años e inhabilitación absoluta y perpetua, el argentino que por cualquier medio
propiciare la aplicación de sanciones políticas o económicas contra el Estado argentino. Art. 2: La aplicación de la presente ley
estará a cargo de la Justicia nacional. La prescripción de la acción no correrá mientras el autor del delito este fuera de la
jurisdicción nacional.

UNIDAD 15: DELITOS CONTRA LOS PODERES PÚBLICOS Y EL ORDEN CONSTITUCIONAL

ATENTADOS AL ORDEN CONSTITUCIONAL Y A LA VIDA DEMOCRÁTICA


Rebelión: Figura Básica (Art. 226: 5 a 15a; Agravante: 8 a 25a; Funcionario o Empleado Púb.: Mín. + 1/3), (Art. 226 Bis:
Amenaza de acciones del Art. 226: 1 a 4a)
Atentado Contra la Vida Democrática. Antecedentes. El CPA de 1887 sólo definía actos de rebelión y sedición, dirigidos
contra gobiernos de provincia, y es a partir del Proyecto de 1891 que comienza a distinguirse netamente la separación entre
ambas figuras: una, de aplicación a los actos que constituyen alzamiento contra el gobierno nacional, y la otra, por los que
constituyan alzamiento contra las autoridades provinciales.

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La Ley 23.077 cambia el epígrafe de “Rebelión” por el de “Atentado Contra la Vida Democrática”, siendo el miembro
informante del Senado quien propuso esta restricción, aun reconociendo la subsistencia en el CPA de “alguna alusión a la
rebelión”. Sobre esta disquisición semántica, Creus dice: “si atendemos a su contenido con buenas razones, porque muchos de
los tipos que en él aparecen salen del marco de la rebelión propiamente dicha en cuanto ‘alzamiento en armas’”; pero he aquí que
no ha sido esa razón tan escuetamente técnica la que motivó al legislador, sino un argumento de magia del lenguaje y
profundamente sentimental, aunque con vistas sociológicas, porque ya en el mensaje del Poder Ejecutivo se indicaba que el
reemplazo se proponía “con el fin de privar a esta aberrante conducta de la connotación heroica y romántica que posee el
término ‘rebelión’”.
Acción Típica. El alzarse en armas constituye la acción típica, debiendo exteriorizarse la manifestación por la cual a un tiempo
se comienza y se consuma la rebelión, trazando de esta manera el tipo concreto, evitando sucumbir en una norma de tipo
penal abierto y que la misma pueda ser utilizada como arma política. Para que haya alzamiento debe existir un levantamiento
colectivo, público, más o menos tumultuoso, pero con ciertos rudimentos de organización, impuesta sobre todo por la finalidad
común, y armado. Mientras no haya existido la irrupción ostensible, no se habrá pasado de la etapa conspiratoria.
 El alzamiento debe ser en armas. Quienes se alzan tienen que disponer de armas para afectarlas al levantamiento.
Debe existir la certeza de que cuentan con las mismas, aunque no las exhiban ni hagan demostración de ellas.
 La rebelión supone una organización previa; pero tal organización no es la rebelión misma, que se constituye con el
acto dirigido claramente hacia determinado objetivo. En este aspecto juega un papel preponderante el hecho de que el
delito queda consumado con la acción de alzarse en armas con esos propósitos, sin que se requiera que los fines
propuestos hayan sido logrados. Lo que la ley reprime es el levantamiento en armas, para lograr ese propósito.
Culpabilidad. La figura se concibe sólo en su forma dolosa, y debe acompañar al dolo alguno de los propósitos específicos que
señala la disposición.
Fines Comisivos. La norma, en su 1° Párr. establece taxativamente los fines que el autor debe perseguir cuando se levanta en
armas, para que el delito se tipifique:
1. Cambiar la Constitución. La CN tiene sus propios mecanismos para su modificación total o parcial. Hacerlo por medio
de la fuerza que implica el levantamiento en armas es lo delictuoso. No es necesario que se pretenda cambiar la
Constitución totalmente o reemplazarla, sino que bastaría con su modificación parcial.
2. Deponer Alguno de los Poderes Públicos del Gobierno Nacional. El fin perseguido es la destitución de los
funcionarios nacionales que representen alguno de los poderes del Estado; no se ataca a las instituciones, sino a la
persona que ocupa ese cargo.
3. Arrancarle Alguna Medida o Concesión. Es claro que debe tratarse de una medida arrancada al poder por medio del
alzamiento. Es indiferente que la medida o concesión que se trata lograr sea, en sí misma, lícita o ilícita; lo que se pune
es la ilicitud del medio empleado.
4. Impedir, aunque sea Temporariamente, el Libre Ejercicio de sus Facultades Constitucionales. No se trata, en este
supuesto, de la supresión de la Constitución Nacional mediante un alzamiento en armas; el movimiento tiene como fin
lograr que los funcionarios dejen de ejercer sus facultades, aunque sea en un caso específico.
5. Impedir la Formación o Renovación del Gobierno Dentro de los Términos y Formas Legales. En nuestro sistema
de gobierno, la propia Constitución establece la forma de renovación de los poderes; el impedir que asuma quien
legítimamente debe hacerlo o que continúe quien debe cesar, por los medios descriptos en este artículo, constituye el
delito de rebelión.

Agravantes: La 1° de las agravantes previstas es dada por la finalidad perseguida por los autores –“… cambiar de modo
permanente el sistema democrático …”– y la 2° por la calidad de los autores.
1. Agravante por la finalidad. En el 1° Párr. se distinguen 2 modalidades: 1 requiere la permanencia y la 2 puede ser
sólo temporaria. La doctrina coincide en describir el tipo dentro de los supuestos de la subversión tal como se había
plasmado en la Ley N° 20.840. Algunos autores hacen la distinción entre terrorismo y subversión, basándose en la
definición de la Convención de Ginebra para la Prevención y Represión del Terrorismo. Entendemos que los actos
terroristas son uno de los elementos constitutivos de la acción subversiva. La conducta prevista en el 2° Párr. in fine del
art. en comentario (“o suprimir o menoscabar, aunque sea temporariamente, la independencia económica de la Nación …”)
puede concurrir con las otras finalidades y tiene por objetivo subordinar la economía de la Nación a otras potencias o
capitales extranjeros, con la acción distintiva de la rebelión mediante el levantamiento en armas, sin que se exija carácter
permanente.
2. Agravante por el sujeto. La calidad de los sujetos reviste la condición subjetiva de los autores por su estado o
asimilación militar, puniendo esta conducta con más severidad puesto que, a diferencia del resto de la ciudadanía, los
autores cuentan con pertrechos necesarios para llevar a cabo la acción típica, con la agravante de que a este personal le
es confiada la seguridad de los ciudadanos, las instituciones y la defensa de la Nación, y utilizan estos medios para otros
fines, defraudando la confianza que la población depositó en ellos.

Amenaza de Rebelión

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El espíritu del legislador en la Ley N° 23.077 estableció que esta norma procura evitar conductas de virtualidad
desestabilizadora para el régimen representativo y republicano de gobierno. La doctrina es coincidente en señalar que la voz
“amenaza” no debe ser separada de su contexto, interpretándola aisladamente y con el sentido que se le ha dado al tratar el
delito así denominado (Art. 149 Bis), sino que debe ser entendida como el anuncio de una de las conductas constitutivas de
rebelión. Entendemos que la amenaza es una modalidad de esta acción y no la figura autónoma del delito contra la libertad.
Acción. Si bien se requiere que la acción sea hecha a un número indeterminado de personas, no basta con la mera publicación
o difusión de “doctrinas o manifestaciones encaminadas a derrocar el gobierno o a destruir o reemplazar la libertad establecida
en la Constitución por un régimen de fuerza”, sino que debe tener idoneidad suficiente para constituir una conducta
desestabilizadora, ligada a la calidad del autor, quien por su función o cargo haga presumir que pueda llevar a cabo alguno de
los hechos previstos en el Art. 226.

Concesión de Poderes Tiránicos (Art. 227: Perpetua):


Acción. Es conceder al presidente de la Nación o a los gobernadores de provincia la suma del poder público o facultades
extraordinarias. Para la ley penal solamente la conducta atrapada en el verbo “concedieren” sería punible; el Art. 29 de la CN
en su última parte establece: “Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen,
consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria”. Conceden los legisladores que otorgan las
facultades extraordinarias; consiente el que, teniendo poder jurídico para oponerse a la concesión de los poderes
extraordinarios, no lo hace; firma el que, en su calidad de funcionario del órgano legislativo, refrenda el acto legislativo para
proseguir con el trámite de su sanción.
Autores. De acuerdo con el CPA, los legisladores nacionales o provinciales serían sujeto activo de esta conducta; para la CN se
amplía a los otros miembros. La doctrina tiene distintas posturas con respecto a este tema.
Penas. Según la gravedad del hecho, la pena puede llegar hasta la reclusión o prisión perpetua.

Consentimiento del Estado de Rebelión (Art. 227 Bis: Perpetua + Reglas Participación Criminal)
Consentimiento por Permanencia o Asunción de Funciones. El consentimiento se refleja en 3 actitudes:
a) Consentir continuando en las funciones que el agente desempeñaba al producirse la rebelión.
b) Consentir asumiendo las funciones propias de un miembro de cualquiera de los tres poderes: tanto puede asumir el
que, no estando en funciones en el momento de consumarse la rebelión, ocupa los cargos luego de producida, como el
que, habiendo cesado en su cargo por obra de la rebelión, lo reasume mientras no ha cesado el estado creado por la
rebelión.
c) Consentir haciendo cumplir las medidas dispuestas por quienes hayan usurpado los poderes del Estado a raíz de la
rebelión.
Sujetos Activos: Con respecto a los autores, son los miembros de los 3 poderes (Presidente y Vice de la Nación, Gobernadores y
Vicegobernadores de Provincias, Legisladores –Nacionales y Provinciales– y Jueces), referidos en el 1° Párr. del art.; el tema de la
autoría no presenta mayores inconvenientes, ya que se circunscribe a los nombrados precedentemente, pero la última parte
del 1° Párr., puede llevar a una errónea interpretación: pareciera que cualquier funcionario que hiciera cumplir las medidas
dispuestas por quienes usurparon los poderes sería responsable a tenor de la conducta requerida por el tipo. La acción admite
la tentativa y parece posible la instigación.

Colaboración en el Estado de Rebelión (Art. 227 Ter: Máx. de Pena + 1/2)


Colaboración con las Autoridades de Facto. La 2° situación prevista por este art., condena la colaboración con el estado de
rebelión, con pena de 1 a 8 años de prisión o reclusión e inhabilitación absoluta por el doble de la condena. La redacción de
esta disposición sólo se acepta si se vive en un estado de democracia erradicando toda idea de Golpe De Estado y conviviendo
con la plena vigencia de la CN. La autoría se extiende a todos aquellos que acepten mantenerse en el cargo colaborando con los
miembros de los 3 poderes encuadrados en el 1° Párr., ya sea manteniéndose en funciones o asumiendo las mismas luego de
producida la rebelión, o en cargos a crearse por las autoridades de facto. El agente debe tener conocimiento de la rebelión
previa y aceptar su colaboración en alguna de las funciones taxativamente enumeradas en el art.
Agravante: Cualquier delito previsto en el CPA, si tiene, como finalidad directa o eventual, contribuir a poner en peligro la
vigencia de la CN, puede verse agravado en la pena, aunque no se realice con la modalidad del Art. 226. En tal sentido la
doctrina lo denomina “Agravante Genérica”. Esta agravante reconoce un doble encuadramiento típico. No basta atacar la
vigencia de la CN. El autor debe hacerlo a través de un acto que constituya delito con independencia de aquel resultado; no
basta la mera posibilidad formal de la creación de peligro por la perpetración del delito, sino que es necesario que la conducta
delictuosa de que se trata haya efectivamente contribuido a crear peligro para la vigencia de la CN.

Ejecución Ilegal de Resoluciones Religiosas (Art. 228: 6m a 2a; 1 a 6a)


Ejecución de Mandamientos Papales Sin Pase del Gobierno. La disposición proviene de Los conflictos de poder entre el
Estado y la Iglesia cuando esta ejercía el poder temporal y reconoce sus antecedentes en el D° Español. Este art. se encuentra
implícitamente de rogado, ya que, como consecuencia de la Ref. del ‘94 de la CN, se derogó el "Patronato" (derecho del Poder
Ejecutivo, con acuerdo de la CSJN, de conceder el paseo detenerlos decretos del Papa).

SEDICIÓN (Art. 229: 1 a 6a)


El Bien Jurídico Protegido es el orden institucional provincial, tanto en las relaciones entre las provincias, como el interno de
cada una de ellas. Pero si éste alzamiento va más allá de las provincias y afecta a la Nación se estará frente al delito de
Rebelión. La norma sanciona a quienes, sin rebelarse contra el gobierno nacional, realizaran alguna de las siguientes
conductas típicas: 1
0
a) Armen una Provincia Contra Otra, la conducta no se conforma con la provisión de armamento armas y municiones a los
efectos de contribuir al conflicto armado entre provincias, sino que requiere hostilidades de hecho de una provincia contra la
otra (Art. 127 CN) con Invasión (Art. 6 CN) o sin ella.
b) Se Alzaren en Armas. Confórmelo explicado para el Art. 226, con alguna de las finalidades que prevé esta figura. Su
extensión debe ser local y no nacional, para no cometer otro ilícito.
En ambos casos, son delitos que se cometen con dolo simple, aunque en el primer caso reconocen un propósito que no
necesariamente debe ser querido por el autor, como resultado final de su acción. Basta que entienda que dicho alzamiento
puede ocasionar o servir para tales con secuencias. Admiten tentativa.

MOTÍN (Art. 230: 1 a 4a)


Las conductas prohibidas constituyen, en rigor, 2 formas menores de Sedición:
La Acción Típica del Inc. 1° es la de Atribuirse los Derechos del Pueblo y Peticionar en nombre de éste. El tipo pretende
proteger el sistema representativo, al deformar los canales de petición, desconociendo el sistema representativo u
oponiéndose a la ejecución de las leyes o resoluciones legítimamente sancionadas por los poderes públicos. Resulta sediciosa
la actitud coercitiva mediante el abuso de una fuerza que actúa en nombre del pueblo. No se exige que el grupo esté armado o
no. Tampoco interesa que la petición sea lícita o no. El nudo de la ilicitud radica en la pretensión de sustituir al pueblo o
usurpar su soberanía, median te una forma tumultuaria y perturbadora. Se exige una variedad de autores, ya sea especiales
(integrantes de fuerzas armadas en sentido amplio) o comunes (aquellos que forman una "reunión de personas). La finalidad de
la petición esencial para diferenciar este delito de los anteriormente estudiados. El delito se consuma con la sola petición en el
carácter expresado sin necesidad de que produzca resultado alguno.
En cuanto al Inc. 2°, reprime el Alzamiento Público, es decir, manifestarse grupal y públicamente a los finos de obtener
todas o algunas de las finalidades expresamente contenidas en el tipo penal, coincidente con el objeto de tutela de la norma. El
alzamiento puede ser armado o no. Basta que sea público y confrontativo de las instituciones o de las leyes.
Es una forma grave de insubordinación, porque es colectiva, concertada y armada, como tal, supone un alto grado de la
perversión del sentimiento militar, base esencial de disciplina y le acarrea a esta peligrosa y tan graves e inmediatos que se
hace necesario, para evitar los efectos del contagio, castigar pronto y en forma dura mientras que la rebelión sea el alzamiento
armado con fines que se relacionan tan solo con las instituciones o con la marcha del gobierno, no supone el mismo grado de
perversión del sentimiento militar. Es un delito subsidiario, por cuanto para configurarse el evento no debe constituir algunos
de los delitos antes mencionados. Los autores exclusivamente deben ser comunes. Conforme a la redacción de la ley, no es
necesario resultado alguno. Se reprime la mera conducta, de peligro abstracto que no admite tentativa, Entonces el delito se
consuma con el solo alzamiento realizado con aquellos propósitos. Claro que si esta ostensible oposición se realiza en forma
armada la conducta queda atrapada por el Art. 226 o 229, en su caso.
En el aspecto subjetivo, la figura se satisface con dolo directo, acompañado por los elementos subjetivos diferentes del dolo en
cada situación: ejecución de una medida concreta en el 1° caso, e impedir la ejecución de leyes u órdenes en el 2°.

DISPOSICIONES COMUNES:
Procedimiento Ante la Rebelión a Sedición. Diferenciación Represiva (Arts. 231 y 232)
Estas disposiciones aplican a todos los arts. del Tít. X y determinan el procedimiento a seguir en caso de que ocurran los hechos
de Rebelión, Sedición y Motín, ya que este es una forma de sedición. Además, regulan las consecuencias diferenciadas de los
promotores o directores y de los simples intervinientes, determinando, en caso de mera "perturbación momentánea del orden"
—es decir, cuando se no hizo uso de las armas, ni se cometieron otros delitos - la disminución de la pena para los primeros
y la aplicación de la excusa absolutoria a los segundos.

Conspiración, Seducción de Tropa, Usurpación y Retención de Mando (Arts. 233/6)


Estos delitos, lesionan los Poderes Públicos y el Orden Constitucional, ya que la autoridad militar, es parte de las autoridades
de la Nación, aunque de 2° o menor jerarquía. Las conductas típicas previstas consisten en:
a) Conspiración. Conspirar significa deliberar de acuerdo para cometer una rebelión, sedición o motín. La acción consiste en
haber tomado parte como promotor o director de la conspiración para los delitos en cuestión. La norma castiga a los
promotores y directores, en caso de descubrirse la conspiración —ponerse de acuerdo para llevar a cabo el delito—antes
de ponerse en ejecución, siempre y cuando participen 2 o más personas. Con ello, se castiga claramente un acto
preparatorio, es decir, hay un adelantamiento de la punibilidad de actos que normalmente no se castigan.
b) Seducción de Tropas. Implica persuadir o influir sobre un conjunto de personas con estado militar o policial, para
participar de una rebelión o sedición.
c) Usurpar el Mando de Tropas. Es asumir ilegítimamente el comando o autoridad y poder efectivos sobre buques, cuarteles
(plaza fuerte) opuesto de guardia. Es hacerse jefe, imponiéndose a la fuerza.
d) Retener Ilegalmente su Mando. Es continuar disponiendo actos atinentes a ese mando (político o militar), habiendo
cesado en el mismo, a fin de cometer los delitos mencionados.
Los tipos no requieren calidades especiales en los sujetos activos, aunque lógicamente en el 1° caso solo podrán serlo quienes
hayan sido los directores o promotores de una conspiración formada por una pluralidad de personas. Estos delitos se
consuman con dolo directo, como mínimo.

La Agravante prevista en el 2° Párr., para el caso de producirse rebelión o sedición, equipara la pena a los respectivos delitos
ya que, en tal caso, las conductas se desplazan a tales tipos penales. En el Art. 235 se sanciona a los funcionarios públicos que,
teniendo el deber de resistir, no lo hayan hecho por todos los medios a su alcance, es decir que depende de la situación, el
poder y los recursos de cada funcionario. La resistencia más bien puede ser tomada como un no colaborar, no prestarse, no 1
1
avalar. Pero es importante señalar que si un funcionario del Estado de Derecho combate (aún con armas) la subversión del
Orden Constitucional, estaría actuando conforme a derecho. Además, se impone una Pena de Inhabilitación Especial a
aquellos funcionarios públicos que promueven o ejecutan los delitos, y se agrava la pena de los jefes y agentes de la fuerza
pública que los cometan u san do u exhibiendo las armas a las que tienen acceso por su cargo.
Sujeto Activo únicamente puede ser aquel funcionario que tenga el deber de resistir.
Por último, el Art. 236 reafirma las reglas del Concurso De Delitos. Obviamente, los delitos comunes que se cometan en
ocasión de estos hechos, concurrirán en forma ideal o real según el caso, con lo cual el art., aparece como innecesario, a la luz
de lo normado por los Arts. 54 y 55 del CPA.

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2
UNIDAD 16: DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

Bien Jurídico Protegido: El Tít. XI del Libro II del CPA, bajo el Título “Delitos Contra la Administración Pública”, se
encuentra integrado por 14 Cap.; los primeros 9 protegen a la Administración Pública en General, mientras que los últimos 5
lo hacen respecto de la Administración de Justicia. El Tít., que estudiamos reviste una asombrosa particularidad respecto de
los demás del Libro II del CPA. Ya sea por la índole del bien jurídico protegido o bien por la entidad objetiva del hecho, el CPA,
en los delitos en particular, comienza por los delitos de mayor gravedad. Asombrosamente en los Delitos contra la
Administración Pública, los delitos como el Cohecho y la Malversación de Caudales Públicos “aparecen como islotes jurídicos en
el territorio de los Delitos Contra La Administración Pública” y se legislan los Delitos de Atentado y Resistencia, con penas
menores, al comienzo del Ti., destrozando la lógica metodología del CPA a la que se hizo referencia. Bien Jurídico Protegido.
Se puede afirmar que el bien tutelado es el “normal, ordenado y legal desempeño de la función de los órganos del Estado,
en todas las ramas de sus tres poderes”. Este es el bien jurídico protegido expresado en forma genérica, toda vez que
conforme la evolución del Derecho Administrativo al que hicimos referencia, la protección va mucho más allá de la Función
Ejecutiva, Legislativa y Judicial. Nuestra normativa recepta determinadas conductas tendientes a evitar que personas
enlazadas directa y/o indirectamente con los sectores del poder en el ámbito de la administración, puedan alterar las
funciones y/o el prestigio del Estado. El bien jurídico protegido en estos delitos es el buen funcionamiento de la
administración pública, entendido como la imparcialidad, legalidad, objetividad o atención a los intereses generales de la
sociedad en la actuación administrativa.

LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Nada fácil resulta definir con límites precisos a la “Administración Pública”. Sabido es que dicho concepto ha sufrido una
vertiginosa evolución en los últimos tiempos. A partir de la Revolución Francesa el concepto de “administración” se confundía
con el Poder Ejecutivo; a mediados del S.XIX, en Alemania el concepto de “administración pública” supera “… su identificación
con uno de los poderes orgánicos del Estado y pasa a ser una función del Estado persona”. Farrando resalta un doble aspecto en
la idea de administración: “a) en sentido objetivo: es una acción, un conjunto de actividades positivas dirigidas a un fin
determinado, con prescindencia del órgano o autor del acto. Desde este punto de vista hay que concluir que existe
administración en los 3 órganos del Estado; en síntesis, ‘administración’ en sentido ‘objetivo’ es función administrativa”; b) en
sentido subjetivo, “la administración implica una ‘estructura orgánica’”; equivale también, a “aparato administrativo”.
Concluye el autor en que administración en sentido subjetivo resulta equivalente a “administración pública”. El concepto
administrativo de “Administración Pública” coincide o no, con la “administración pública” como bien jurídico protegido en el
Tít. XI del CPA. Entendemos entonces que con la elaboración moderna del concepto por parte de la doctrina administrativista
la respuesta es afirmativa.
En la actualidad la “Administración Pública” comprende un conjunto de actividades dirigidas a un fin determinado y
caracterizadas por los sujetos que las ejecutan, dando lugar a la “función administrativa”, y a su vez se compone de un conjunto
de entes, formando una estructura orgánica. La “administración pública” la podemos encontrar dentro del aparato
administrativo o donde se desarrolle la función pública, con prescindencia del órgano. Concluimos que hay “función pública” y
por tanto “administración pública” no sólo en el Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial, sino también en los entes
descentralizados, autárquicos, empresas del Estado, entes descentralizados territoriales (municipios), algunas concesiones de
servicios públicos, etc.

Funcionario y Empleado Público: Concepto


Funcionario y Empleado Público. Tradicionalmente se veía la distinción, señalando que los funcionarios públicos eran de
mayor jerarquía que los empleados públicos; que los funcionarios públicos eran aquellos elegidos por elección popular; o la
distinción que hacía Bielsa considerando que los funcionarios públicos eran una especie de delegados del Estado con facultades
de transmitir a los administrados la voluntad estatal, mientras que el empleado público no tiene delegación alguna y su
relación es exclusivamente interna dentro de la administración. La moderna doctrina administrativista considera que el
régimen jurídico no hace distinción alguna, y por otra parte no existe distinción “esencial ni ontológica” entre funcionarios y
empleados. En el CPA el tema se encuentra solucionado a través del Art. 77 del Libro I, al equiparar los términos funcionario
público con empleado público; también hace referencia al funcionario o empleado que participa “accidental o
permanentemente dela función pública”.

Atentado Contra la Autoridad: (Art. 237: 1m a 1a)


Concepto. Bien Jurídico Protegido. Los funcionarios públicos en ejercicio de sus funciones deben actuar libres de todo tipo de
presión o condicionamiento por parte de terceros o de los mismos agentes de la administración pública. Lo que se protege en
el tipo penal es la libre determinación de los funcionarios públicos, para que puedan tomar decisiones de conformidad a su
propio criterio.

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Con el tipo penal del Art. 237 se castiga al que pretenda sustituir con su voluntad el acto funcional que debe realizar quien
tiene competencia para ello.
Sujetos Activo y Pasivo. El agente activo del delito puede ser cualquier persona, un tercero no vinculado con la administración
pública o un funcionario público. En cuanto al sujeto pasivo, se encuentra perfectamente previsto en el tipo penal: “un
funcionario público” o “la persona que le prestare asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de un deber legal”. El funcionario
público tiene que ser competente para realizar el acto funcional cuya ejecución u omisión se exige, toda vez que el tipo penal así
lo tiene previsto.
Acciones típicas. Las acciones típicas consisten en el uso de fuerza o intimidación desde un punto de vista objetivo, y el
empleo de esos medios con la finalidad de obtener la ejecución o la omisión de un acto funcional, desde un punto de vista
subjetivo. El delito del Art. 237 no consiste en atentar solamente, sino en atentar con la finalidad de obtener el resultado
típico que exige la figura. Subjetivamente, exige la doctrina que el agente conozca la calidad de funcionario público del sujeto
pasivo. En caso contrario, no sería atentado sino el delito de coacción. La expresión “fuerza”, utilizada en el tipo penal, implica
violencia física en forma directa o indirecta, que resulta idónea para influir en la determinación del funcionario. Intimidación
es el anuncio de un mal grave, serio e inminente a la persona, sus derechos o sus bienes. El delito se consuma con la utilización de
la fuerza o intimidación para que el funcionario ejecute u omita un acto propio de sus funciones, independientemente de que
obtenga el resultado querido.

AGRAVANTES (Art. 238: 6m a 2a)


En los 4 Incs. se agrava la pena respecto de la figura básica del Art. 237. También esta norma prevé la inhabilitación, como
pena accesoria en caso de que el agente sea un funcionario público:
Inc. 1°. La razón de la agravante está dada por el mayor poder intimidante que implica el arma, y por el peligro que corre la
víctima. Las armas deben ser mostradas. Deben utilizarse con poder intimidante para que se aplique la agravante; ello no
implica la utilización del arma. La exhibición de ésta debe ser de tal forma que intimide al funcionario e implique un peligro
para la víctima, o bien el arma debe servir “para ejercer fuerza sobre el funcionario”. En cuanto a las armas comprendidas en
la agravante, son las propias e impropias, en tanto y en cuanto tengan la virtualidad de aumentar el poder ofensivo del
agente, correlativamente resulten idóneas para intimidar o ejercer fuerza sobre la víctima del delito, y también sean
capaces de poner en peligro su integridad física. Las armas propias simuladas, inutilizadas o descargadas no caen dentro de
la previsión legal en estudio.
Inc. 2°. Mediante este inc. se agrava la figura del Art. 237 si el hecho se comete por una reunión de más de 3 personas.
Conforme a la redacción del inc. debe tratarse de 4 personas como mínimo. La razón legislativa de la agravante radica en el
mayor poder intimidante que genera en la víctima la reunión de varias personas. Analizado el concepto de “banda” al que
nosotros adherimos (como una reunión de tres o más personas que acuerdan la comisión de un delito determinado, no siendo
necesario para ser considerada como tal que tengalas características del Art. 210 del Cód. Penal), podemos afirmar que el Inc.
2° del Art. 238 es un atentado en banda, cuyo número mínimo de integrantes debe ser el de 4.
Inc. 3°. Se agrava el delito de atentado cuando el autor es un funcionario público. La razón legislativa de esta agravante
radica en la misma lesión que el atentado produce en la administración pública y en la ofensa para ésta que implica el
“quebrantamiento por el autor de su deber funcional de respetarla”. A los fines de este inc. sólo es funcionario público el
definido por el Art. 77 del CPA, quedando excluida las personas equiparadas en el Art. 240. Conforme con el último párr., del
Art. 238, el funcionario público sufrirá una condena accesoria a la prevista, consistente en inhabilitación especial por doble
tiempo del de la condena.
Inc. 4°. Esta última agravante consiste en “poner manos en la autoridad”, siendo la razón legislativa de la agravante el mayor
peligro a la integridad física de la víctima y “la mayor significación ofensiva del hecho para la autoridad”. La dificultad
interpretativa de este inc. radica en diferenciarlo de la figura básica, teniendo en cuenta que en ambas figuras se requiere la
utilización de fuerza sobre la víctima. Naturalmente que quien pone manos en la autoridad está ejerciendo fuerza sobre la
misma. La expresión “poner manos” es metafórica, entendiéndose por tal todo contacto físico entre el agente y la víctima;
tanto pone manos sobre la autoridad quien golpea como quien, retiene, empuja o inmoviliza a la víctima. El contacto físico
debe ser a mano limpia, sin la utilización de armas.

DELITOS MILITARES Ley N° 26.394 (Arts. 238 Bis y Ter: 1 a 3 a 6a; 1 a 5a y 4 a 12a)
La actividad militar no es más que una de las tantas aristas que conforman la actividad del Estado. Por lo tanto, su correcto
funcionamiento redunda en el correcto funcionamiento de la administración pública.
El Bien Jurídico Tutelado por este tipo de delitos es el correcto desarrollo de la actividad militar, sin la cual el Estado no
cumple uno de sus fines específicos.
a) Atentado Contra la Autoridad Militar (Art. 238 Bis). La acción típica consiste en "poner manos en el superior". La
doctrina mayoritaria alude al contacto físico y directo entre el agresor y el sujeto pasivo, contacto que no requiere
estrictamente que el autor del delito utilice sus manos contra la víctima. El delito se concreta, aunque no se causen lesiones y
absorbe además las lesiones leves producidas como consecuencia del a cometimiento. Militar superior resulta aquel que, en
su rango o jerarquía, se encuentra por encima del autor del delito, y comprendes aquellos a quienes se debe respeto y
obediencia. La superioridad puede ser considerada en razón de la antigüedad, el cargo o la jerarquía. El tipo penal no
determina un lugar especial de comisión del delito, por lo que este puede concretarse en cualquier circunstancia de tiempo,
modo o lugar (a excepción de los supuestos de la Agravante del 2° Párr.). Es indistinta la fuerza a la que pertenezcan los sujetos,
pero, por supuesto, ambos deben integrarlas mismas filas de esa fuerza (marina, ejército, fuerza aérea). Se trata de un delito
especial propio, cuyo Sujeto Activo solo puede ser un militar. En cuanto al sujeto pasivo, únicamente puede ser destinatario
del atentado el superior del militar autor del delito. No importa que el o los sujetos de este delito se encuentren sin uniforme,
pues solo deben tenerla calidad de militares exigida. Tampoco varía el delito si alguno de ellos se encuentra de licencia. Es un 2
delito doloso. El autor debe conocer su propia condición militar y la del agredido, como así también la situación de
superioridad en la que se encuentra el sujeto agredido. Además, tiene que tener la intención de poner manos en su superior,
sin que importen los motivos y los fines. El delito se consuma al "poner manos sobre el superior" sin que se requiera otro
resultado. Es un delito instantáneo y de simple peligro. Por las características de la conducta incriminada, no posible la
Tentativa. El 2° Párr., del art. incrementa el reproche penal en aquellos casos en los cuales el hecho se cometiere frente al
enemigo o la tropa formada con armas, como así también cuando el atentado se cometa en grupo de 6 o más personas. El
enemigo es aquel o aquellas personas con las cuales la Nación tiene un conflicto bélico. No es necesaria una declaración
formal de enemistad o de guerra, sino la simple ausencia de paz. La tropa está formada en armas cuando se encuentra
preordinada de manera militar y en posesión o tenencia de armas (propias, aunque necesariamente de fuego). Finalmente, el
ataque que se comete en grupo de 6 o más personas exige que todos y cada uno de ellos sean militares y que el agredido sea
un superior común a ellos, aunque no necesariamente todos los agresores deben tener el mismo rango, cargo o jerarquía.
b) Resistencia y Desobediencia a la Autoridad Militar (Art. 238 Ter 1° Parte). La figura básica está contemplada en
la 1° parte del art. La Conducta Típica consiste en resistir o desobedecer una orden de servicio legal mente impartida por un
superior. La Resistencia radica en todo a todo que tienda a poner un freno o traba a la ejecución de un acto del superior,
ejecutado en el marco de su competencia. Por su parte, los autores han tratado de definir a La Desobediencia como un acto de
omisión, sin perjuicio de lo cual es posible pensaren actos de desobediencia con un comportamiento activo (si el superior
ordena a un militar de menor jerarquía que se detenga y este continúa caminando). Por otro lado, la orden que se imparte debe
ser ejecutable, es decir, debe ser vigente. Además, debe ser legal mente impartida, esto es, ser dictada dentro del marco de la
competencia de su emitente. Debe ser una orden destinada a que el militar haga o no haga algo relativo al servicio. La manera
en que se exterioriza la Desobediencia o la Resistencia no interesa al tipo penal, por lo cual puede concretarse por medio de
palabras, gestos, signos, etc. La Resistencia o la Desobediencia de este tipo penal sola se verifica cuando la conducta del sujeto
activo se con creta ante situaciones particulares: frente al enemigo o en situación de peligro inminente de naufragio, incendio
u otro estrago. Por último, cabe señalar que este delito puede cometerse incluso en suelo extranjero, pero condicionado a
aquellos lugares en los cuales el Estado argentino tiene Soberanía, como son los buques y naves, embajadas o consulados, etc.
Solo puede ser Sujeto Activo de este delito el militar, independientemente de la fuerza que integre. La orden impartida
también debe provenir de un militar. Se trata de un delito doloso, donde el grado de conocimiento y voluntad del agente solo
aceptan un dolo directo. Este tipo penal se consuma con la simple resistencia o desobediencia, no se exige un resultado lesivo
distinto de la propia insubordinación. Al tratarse de un delito de pura actividad y de peligro concreto, no es posible la
tentativa.
c) Resistencia a un Operativo de Patrulla (Art. 238 Ter 2° Parte). Esta figura está prevista en la 2° parte del único
párr. que contiene el Art. 238 Ter del CPA. La Acción Típica también consiste en la resistencia, pero con distintos matices en el
tipo objetivo. La resistencia se proporciona al procedimiento que desarrolla una patrulla en un contexto determinado. El
procedimiento al que hace referencia el tipo no es otro que la consigna en una zona de conflicto armado, en zona de
operaciones o en zona de catástrofe. Zona de conflicto es el lugar en el cual los militares se encuentran formados en armas,
donde se preparan para enfrentar al enemigo o donde se enfrenta al enemigo. Zona de operaciones es el lugar en el cual los
militares realizan prácticas, preparación y actividades que le son propias. Zona de catástrofes es aquella en la cual se ha
producido un estrago de la naturaleza o por la actividad humana. También quedan incluidas las inmediaciones donde el
personal militar trabaja en su control o prevención. Según la propia letra de la ley, existe una ampliación del sujeto activo,
dado que lo que se resiste es el accionar legitimo del personal militar, razón por la cual también puede resultar sujeto activo
de éste delito el militar de rango superior al de cualquier miembro de la patrulla. Se trata de un delito doloso, valiendo la s
mismas consideraciones formuladas al tratar la Resistencia y Desobediencia militar básica. El delito se consuma con la simple
resistencia, sin exigirse ningún otro resultado. La tentativa no es admitida en este delito.
d) Resistencia y Desobediencia Militar Calificada por el Resultado (Art. 238 Ter, 3° Parte). La 3° parte del art., en
análisis contiene una calificante aplicable cuando, a consecuencia de la resistencia o de la desobediencia, se producen ciertos
daños más allá de la lesión al propio bien jurídico protegido. Por pérdidas militares debe entenderse la muerte del personal
militar, independientemente del rango que ocupe. No quedan incluidas otras pérdidas materiales, como lo serian vehículos,
municiones, etcétera. La restante exigencia está referida a la dificultad o impedimento para salvar vidas humanas en el
accionar de los militares ante sus puestos de catástrofes. La Resistencia y la Desobediencia deben ser de una importancia
significativa y un grado de imputación determinante para aplicar el agravante. En cuanto al tipo subjetivo, el mismo resulta
complejo. Se tratado un delito preterintencional, donde el autor persigue la comisión de un delito doloso y los medios elegidos
no deben razonablemente causar el resultado calificante. Existe dolo en la Resistencia o Desobediencia, en tanto existe culpa
con representación en el resultado calificante. El agravante funciona en carácter subsidiario o residual: solo se aplica cuando
la conducta imputada no resulte más severamente penada por otro tipo penal.

3
RESISTENCIA Y DESOBEDIENCIA A LA AUTORIDAD (Art. 239: 15d a 1a)
Bien Jurídico Protegido. Oportunamente analizamos en el delito de atentado que la protección era de la libre determinación
de los funcionarios públicos. En el delito de resistencia y desobediencia el funcionario ya resolvió una determinada cuestión y
comienza a ejecutar lo resuelto. Lo que se pretende proteger en la figura del Art. 239 es el libre accionar del funcionario.

RESISTENCIA. Acción Típica. La acción típica es la de “resistir”, lo que significa oponerse a la ejecución de un acto. Esta
resistencia puede ser de cualquier forma, incluidas la fuerza e intimidación de la figura del atentado. Al exigir la ley que la
resistencia o la desobediencia sean a un funcionario público en el “ejercicio legítimo de sus funciones”, está refiriéndose a que la
orden debe emanar de un funcionario con competencia funcional y territorial, ejecutada en la forma que exige la ley. Sujetos
Activo y Pasivo. Autor de este delito puede ser cualquiera, aun el destinatario de la orden, sin que por ello se convierta en el
delito de desobediencia. En la resistencia hay una oposición activa a la ejecución del acto, la que se encuentra expresada en el
tipo con el verbo “resistir”, mientras que en el delito de desobediencia la conducta típica consiste en un no hacer, no acatar,
sin resistencia alguna. En cuanto a los sujetos pasivos del tipo, son el funcionario público y “la persona que le prestare
asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de una obligación legal”; ésta es la figura del asistente del funcionario. Debe
agregarse como sujeto pasivo del delito al particular que tratare de aprehender o hubiere aprehendido a un delincuente en
flagrante delito, de acuerdo con la norma del Art. 240. Culpabilidad. En este aspecto el delito es doloso, compatible con dolo
directo, consistente en el conocimiento que tiene el agente de la calidad de funcionario público –o de los autorizados en el
tipo– de quien ejecuta el acto, así como el carácter funcional del acto que se resiste y su legitimidad.

DESOBEDIENCIA. En los Precedentes Históricos, desde el Proyecto Tejedor, la desobediencia ha tenido la misma categoría
y sanción que la resistencia contra la autoridad. Es recién en el Proyecto de 1941 que el delito de desobediencia a la
autoridad alcanza “jerarquía jurídica autónoma, emancipándola de la resistencia”. Esta histórica equiparación de ambos
delitos fue un evidente error, que la doctrina destaca de distintas formas. Por imperio de la Ley N ° 23.077, se vuelve al
sistema original, confundiendo en un solo tipo penal los delitos de resistencia y desobediencia. El delito estudiado es
posible cuando existe un destinatario en la orden que se pretende ejecutar. La actitud del agente debe ser un no hacer,
sin resistir en los términos expuestos anteriormente. El destinatario de la orden debe omitir su cumplimiento. Si, en
lugar de omitir, resiste, será autor del Delito del Art. 238.

DIFERENCIAS ENTRE ATENTADO, RESISTENCIA Y DESOBEDIENCIA A LA AUTORIDAD


La 1° diferencia existente entre la figura del atentado y las de resistencia y desobediencia se encuentra en los Bienes Jurídicos
Tutelados. En la figura del Atentado se protege al funcionario en la libre autodeterminación de sus resoluciones. Se lo
resguarda de los posibles atentados que puedan o pretendan imponerle una determinada decisión. En la figura del Art. 239, se
tutela la libre ejecución del acto funcional ya resuelto. El criterio diferenciador entre las figuras de los Arts. 237 y 239 se
encuentra en los distintos bienes jurídicos tutelados. El Atentado exige como medios típicos el uso de fuerza o intimidación.
En La Resistencia esos medios pueden ser utilizados, entre otros. En La Desobediencia no caben la fuerza o la intimidación, ni
ninguna forma activa de oposición. La diferencia existente entre resistencia y desobediencia consiste en que en la primera
debe exigirse una oposición activa a la ejecución de un acto funcional, mientras que en la segunda sólo debe existir una
omisión, esto es un no hacer respecto de la orden que se le imparte al sujeto destinatario de la misma. En la resistencia el sujeto
activo puede ser el destinatario de la orden o un tercero. En la desobediencia el sujeto activo sólo puede ser el destinatario de
la orden, asumiendo una conducta omisiva, jamás activa. Existirá Atentado cuando se utilice intimidación o fuerza contra un
funcionario público (o los terceros señalados en la norma) para exigir la ejecución de un acto propio del funcionario, vulnerando
la libre autodeterminación en sus decisiones. Estaremos en presencia del Delito de Resistencia cuando el agente se oponga
activamente a la ejecución de un acto funcional ya resuelto por el funcionario público y mientras se lleva a cabo la ejecución del
acto. El Delito de Desobediencia requiere necesariamente que la orden del funcionario tenga como destinatario al agente y
que éste omita su cumplimiento, sin una oposición activa.

Personas Equiparadas (Art. 240)


Conforme con el texto de la ley, la equiparación que realiza el art. estudiado se refiere a los efectos de los delitos de
resistencia y desobediencia a la autoridad y a la figura agravada del atentado, quedando excluido el delito previsto en la
figura básica de atentado del Art. 237. Ello no es así y también queda incluido el tipo de la última disposición mencionada, toda
vez que al admitirse la equiparación en la figura agravada del atentado existe una necesaria remisión a la fig. básica. La
equiparación no es a los fines del “asistente” del funcionario, sino que implica una situación diferente; se refiere a un particular
que ninguna vinculación tiene con el funcionario público.

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La equiparación del Art. 240 podrá ser posible cuando la resistencia, desobediencia o el atentado, con las limitaciones
expuestas, se produzcan en ocasión en que el particular “tratare de aprehender o hubiere aprehendido a un delincuente en
flagrante delito”. El término “delincuente” está tomado en forma vulgar; debe ser “… alguien a quien razonable y
fundadamente se considere que está cometiendo o acaba de cometer un delito”. Respecto del término “Flagrancia”, el mismo
se encuentra definido por los códigos de procedimientos penales de las provincias.

VIOLACIÓN DE INSTRUCCIONES MILITARES. Ley N° 26.394

ATENTADOS LEVES (Art. 241 Bis: 1 a 4a – Fig. Residual)


Generalidades. “Atentados Leves” es la denominación seleccionada para el delito por varios autores, la que es compartida por
nosotros en razón de considerar que resulta comprensiva de las distintas situaciones que presenta el tipo penal en sus 2 incs.:
la Perturbación y el Impedimento o Estorbo de la función pública o de la ejecución de un acto funcional. Mediante ambas
conductas se atenta contra la libertad de decisión de los funcionarios públicos (Bien Jurídico Protegido).
INC. 1°. PERTURBACIÓN DEL EJERCICIO DE FUNCIONES PÚBLICAS. Mediante la acción de entorpecimiento en los lugares
señalados por la ley, se impide o al menos se dificulta que la autoridad ejerza la función pública. A diferencia del atentado
de la fig. básica, no existe en este inciso la utilización de fuerza o intimidación. El verbo utilizado en el tipo es “perturbar”,
que significa “impedir, obstaculizar el normal funcionamiento del acto…”. Esta perturbación debe darse en el momento
en que la autoridad está ejerciendo sus funciones, en los lugares señalados por la ley. Autor puede ser cualquier persona.
INC. 2°. EL IMPEDIMENTO O ESTORBO DEL MISMO ACTO FUNCIONAL. En el inc. anterior se “atacaba el orden en el lugar
de ejercicio de la función; aquí se ataca el acto funcional mismo”. En este delito se pretende hacer incurrir en error al
funcionario sobre el lugar donde se debe realizar el acto funcional, para obtener que éste no concurra al mismo,
impidiendo de tal forma la efectiva realización del acto funcional. También caen dentro de la previsión legal todas aquellas
maniobras del agente tendientes a obstaculizar el mismo acto funcional.

VIOLACIÓN DE FUEROS (Art. 242: $)


Bien Jurídico Protegido. El delito afecta a la administración pública en razón de atentar contra las “seguridades personales
necesarias para el normal desempeño del poder público que representan determinadas personas”.
Acción típica. Esta consiste en arrestar o formar causa a los funcionarios públicos descriptos en el tipo penal. Cuando la ley hace
referencia al “arresto” es en sentido amplio, comprendiendo a la detención como a la aprehensión, por cualquier motivo.
Formar causa significa llevar a cabo la instrucción formal de una causa con medidas procesales en contra del funcionario. El
tipo penal castiga al que arreste o forme causa contra los funcionarios mencionados en la norma, en el caso en que no se
guarden las formas prescriptas en las constituciones o leyes respectivas.
Sujetos. Sujeto Activo del delito puede ser cualquier funcionario que por disposición de la ley tenga facultades para arrestar o
formar causa. En cuanto a los Sujetos Pasivos, son todos aquellos funcionarios que tienen inmunidad establecida en las
constituciones y leyes.
Culpabilidad. Es un delito doloso, consistente en el conocimiento que tiene el agente, de la inmunidad de que goza el
funcionario arrestado o a quien se le forma causa.

INCOMPARENCIA DE TESTIGOS (Art. 243: 15d a 30d)


Abstención d el Legalmente Citado como Testigo de Comparecer o de Prestar Declaración:
Acción Típica. La acción típica comprende 2 situaciones diferentes: no comparecer al ser legalmente citado y comparecer
negándose a prestar la declaración, el informe o la interpretación requerida judicialmente. En cualquiera de las 2 formas es un
delito de omisión, que se perfecciona violando un mandato que le impone una conducta determinada. Se abstiene de
comparecer el que legalmente citado no concurre al acto judicial en el día y hora de la convocatoria. Se abstiene de “prestar
la declaración o exposición respectiva” quien habiendo comparecido se niega a declarar, presentar el informe o realizar la
interpretación ordenada judicialmente.
Autores. Son los testigos, peritos e intérpretes. Testigo es la persona que a través de sus sentidos tiene conocimiento acerca de
un determinado hecho que se encuentra sometido a proceso. Perito es quien tiene conocimientos especiales sobre
determinada ciencia o arte. Intérprete es el sujeto idóneo a fin de realizar la traducción de documentos o declaraciones que
resultan ininteligibles a quienes no tengan una capacitación especial para ello.
Diferencia con el Falso Testimonio. Con la primera de las acciones típicas la diferencia es clara; en la figura que estudiamos el
autor se abstiene de comparecer a una citación legalmente efectuada, mientras que en el falso testimonio la comparecencia del
autor es el presupuesto necesario del delito. La cosa se complica cuando

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el autor del delito en estudio comparece y se niega a prestar la declaración, informe o traducción respectiva. En este
supuesto seguimos en la figura del Art. 243. En la del Art. 275 el autor declara, presenta el informe o realiza la traducción
callando la verdad, en todo o enparte.

RESISTENCIA O DESOBEDIENCIA EN ESPECTÁCULO DEPORTIVO. Ley N° 24.192.


Art. 6º: Será reprimido con prisión de 1 mes a 2 años, el que resistiere o desobedeciere a un funcionario público encargado de la
tutela del orden, o a la persona que le prestare asistencia a requerimiento de aquél, en las circunstancias del Art. 1º. Art. 1º: El
presente capítulo se aplicará a los hechos previstos en él, cuando se cometan con motivo o en ocasión de un espectáculo deportivo,
sea en el ámbito de concurrencia pública en que se realizare o en sus inmediaciones, antes, durante o después de él.

FALSA DENUNCIA (Art. 245: 2m a 1a)


Acción típica. Consiste en denunciar, lo que significa poner en conocimiento de la autoridad judicial o policial un hecho que
constituye delito, con lo cual queda excluida la denuncia de contravenciones. La denuncia debe ser falsa, es decir que el hecho
denunciado no existió, u ocurrió de otra forma y el agente lo rodea de características especiales que lo convierten en un hecho
con relevancia jurídico-penal. Los delitos denunciables deben ser de acción pública o de instancia privada y pueden ser dolosos o
culposos. La diferencia entre Falsa Denuncia y Calumnia es que en este último supuesto los hechos falsos que se denuncian
se atribuyen a una persona determinada. En el delito de calumnia se ofende el honor de alguien, mientras que en el delito del
Art. 245 se atenta contra la administración pública (Bien Jurídico Protegido), perturbando el normal desenvolvimiento de la
misma. El delito es doloso y consiste en el conocimiento que tiene el agente de la falsedad de lo denunciado.

USURPACIÓN DE AUTORIDAD (Art. 246: 1m a 1a)


Distintas Figuras. El tipo penal en estudio contiene, en 3 inc., delitos distintos:
1. Asunción y Ejercicio Ilegal de Funciones Públicas (Inc. 1°).
2. Continuación Arbitraria de la Función (Inc. 2°).
3. Incompetencia del Ejercicio Funcional (Inc. 3°).

Inc. 1°. Asunción y Ejercicio Ilegal de Funciones Públicas. Tenemos que diferenciar 2 acciones distintas que
prevé el tipo: la Asunción del Cargo y el Ejercicio del mismo: Asunción. Es la “toma de posesión de un cargo o comisión a los
que le es inherente esa función”. El cargo es el empleo público que tiene su regulación legal en cuanto a la competencia dentro
de la administración, mientras que la comisión es el encargo de determinadas labores dentro de la administración. La
asunción del cargo implica la toma real y efectiva del mismo; no basta su mera invocación. La doctrina dice que la toma de
posesión puede ser por un acto público o privado. En cuanto al sujeto activo, debe tratarse de un particular y no de un
funcionario público. Ejercicio. Ejerce la función pública el que se inviste de una calidad funcional determinada y realiza actos
propios de esa función. 2 son los requisitos exigidos: la calidad con que obra el sujeto activo y la calidad del especial acto que
ejecuta. En cuanto a lo 1°, el agente debe investirse de la autoridad pública que pretende ejercer, y llevar a cabo un acto propio
de esa función. En cuanto a la calidad del acto, debe ser de aquellos en que el funcionario tiene competencia, no siendo
suficiente que el agente invoque su calidad de funcionario y realice actos distintos de los de su esfera de competencia. La
función pública puede ser de carácter administrativo, legislativo, judicial o de jurisdicción nacional, provincial o municipal.
Título o Nombramiento. El tipo penal se perfecciona cuando la asunción o el ejercicio de la función pública son sin título o
nombramiento, conforme a la clara descripción del tipo penal. No existe discusión acerca de lo que significa “nombramiento”,
que es el acto administrativo por el cual se designa a una persona en un determinado cargo público o para que asuma una
comisión, también determinada. La discusión se centra en el alcance del término “título”. Gómez y Moreno consideraban que
“título” y “nombramiento” tienen el mismo significado. Otra doctrina ha considerado que el término “título” significa “título
profesional”. Núñez termina concretando el significado de “título” de la siguiente forma: es “… el título eleccionario o electivo,
que no emana siempre de una autoridad pública”. El delito, en sus dos modalidades, es doloso.
Inc. 2°. Continuación Arbitraria de la Función. Sujeto activo de este delito sólo puede ser quien legalmente ha
dejado de ser funcionario o bien está suspendido. Se deja de ser funcionario cuando, por ministerio de la ley, se ha cesado en un
cargo público o cuando se ha notificado la cesantía, mientas que en el supuesto de suspensión el funcionario no ha dejado de
ser tal, pero igualmente comete el delito. En los 2 casos previstos en el tipo es requisito indispensable que el autor ejerza actos
propios de la función, sin que haya abandonado la posesión del cargo.

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Cesación por Ministerio de la Ley. En muchos casos el término del mandato por el que se extiende la función de una persona
se encuentra previamente determinado desde su asunción. En estos casos el funcionario cesa en sus funciones cuando fenece
el término del mandato y quedará consumado el delito cuando no abandone el cargo con posterioridad a esa fecha. Por ello la
ley se refiere a la casación “por ministerio de la ley”. En el caso de los nombramientos comunes, la designación no contiene una
fecha de terminación de la función pública. Cesación por Cesantía o Suspensión. Aquellos funcionarios cuyos nombramientos
no tienen un plazo de terminación de la función pública, frente a causales de las leyes que rigen la actividad de que se trate,
pueden ser separados, en forma permanente o transitoria, del cargo público que desempeñan. Ello se logra a través de la
cesantía y la suspensión. La cesantía es el acto administrativo por el que se ordena la separación definitiva de un funcionario
público, de su cargo. La suspensión es también un acto administrativo, por el que se separa, en forma preventiva o como
sanción disciplinaria, a un funcionario público de su cargo. Comunicación del Acto Administrativo. El tipo penal del Inc. 2°
dice que será punible la conducta indebida del funcionario que: “… después de haber recibido de la autoridad competente
comunicación oficial de la resolución que ordene la cesantía o suspensión …”, implicando ello que no sólo debe dictarse el acto
administrativo de cesantía o suspensión a los fines del delito, sino que además dicho acto debe ser notificado a su destinatario.
Esta comunicación debe ser en forma personal y fehaciente.
Inc. 3°. Incompetencia del Ejercicio Funcional. El sujeto activo es un funcionario público que ejerce funciones que
no le competen. Por ello concluimos que el funcionario suspendido podrá ser autor del delito del Inc. 2° y aun del Inc. 3°,
jugando las reglas del concurso. La acción típica consiste en ejercer actos propios de otro cargo funcional; estas funciones deben
estar definidas por la ley o el reglamento. Debe tratarse de un real y concreto ejercicio de funciones que son ajenas a su
competencia.

Agravante. El delito se agrava si el ejercicio o la retención del mando o autorizados se cometiere en tiempos de conflicto
armado (estado de guerra o mientras han comenzado o se están produciendo las hostilidades) y no resultare un delito más
severamente penado.

USURPACIÓN DE AUTORIDAD MILITAR (Art. 246 último Párr., Modif. Por Ley N° 26.394)
Ejercicio o Retención de Mando Sin Autorización. El último párr. del Art. 246 prevé el ejercicio o la retención de mando sin
autorización por parte de un militar. La Acción Típica consiste en ejercer o retener un mando sin contar con autorización
pata ello. Ejerce aquel que lleva a cabo funciones o atribuciones contenidas en su cargo, en tanto retiene quien permanece en
el mando una vez que este ha concluido. EI Sujeto Activo de este delito podrá ser única mente un militar, en los términos del
Art. 77 del CPA. En el aspecto subjetivo, se trata de un delito doloso, perfectible únicamente con doló directo, pues exige
efectivo conocimiento de la legitimidad del ejercicio o retención del mando. La última parte del art., establece una agravante
que eleva la penalidad cuando el ejercicio o la retención de mando sin autorización sea en el tiempo de conflicto armado. Para
delimitar el alcance del término tiempo de conflicto armado, remitimos al Anexo II de la Ley N° 26.394 que señala: "Tiempo
de guerra. El tiempo de guerra, a los efectos de la aplicación del procedimiento previsto en esta ley, comienza con la declaración
de guerra, o cuando ésta existe de hecho, o con la norma que ordena la movilización para la guerra inminente y termina cuando
se ordena la cesación de hostilidades. A los mismos efectos, se entenderá que existe conflicto armado cuando éste exista de hecho"
(Art. 2°). Para finalizar, cabe decir que se trata de un delito de mera conducta, de peligro, que en principio admite la tentativa y
que opera con carácter subsidiario, pues se aplica solo si no resultare un delito más severa mente penado.

EJERCICIO ILEGAL DE UNA PROFESIÓN (Art. 247: 15d a 1a y $)


Acción Típica. El 1° párr. de la norma castiga el ejercicio de “actos propios de una profesión para la que se requiere una
habilitación especial, sin poseer el título o la autorización correspondiente”. La acción típica consiste en “ejercer” una actividad
profesional sin poseer el título correspondiente. Ejercer implica el desempeño de la actividad propia y específica de una
profesión. Las profesiones requieren la habilitación oficial que se obtiene mediante un título de grado que otorgan los
establecimientos habilitados al efecto. El tipo penal abarca no sólo a los que carecen de título, sino también a los que no
poseen “autorización” para el ejercicio profesional. Conforme con Fontán Balestra, cuando la ley dice “actos propios de una
profesión”, está exigiendo habitualidad y un solo acto no configura el ilícito.

USURPACIÓN DE GRADOS, TÍTULOS Y HONORES (Art. 247: 15d a 1a y $)


Acciones típicas. – En el 2° Párr., 2 son las acciones típicas. Una es la de quien lleva “insignias o distintivos de un cargo que
no ejerciere”; debe ser una portación pública, satisfaciendo este requisito que los objetos del delito puedan ser advertidos por
indeterminadas personas. La figura no exige que el agente entre en el ejercicio del cargo: basta su simple portación pública. La
otra acción típica contenida en la norma es la de quien se arroga “grados académicos, títulos profesionales u honores que no
le correspondieren”. La acción consiste en autoatribuirse grados académicos, títulos u honores, sin que resulte necesario que
el autor ejerza la profesión correspondiente al título. Insignia significa “la señal o divisa honorífica constituida por objetos que
pueden o no usarse sobre el cuerpo”. En cuanto a distintivo, tiene un sentido más amplio y se encuentra referido a todo objeto
que distinga de los demás a la persona que ostenta el cargo. Por “grados académicos”, debe entenderse los otorgados por los
establecimientos oficiales de enseñanza; en general se trata de títulos de mayor jerarquía que otorgan los establecimientos
aludidos. “Títulos profesionales” son aquellos expedidos o convalidados de los establecimientos de enseñanza, en aquellas
profesionesreglamentadas.

ABUSO DE AUTORIDAD Y VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DE LOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS


ABUSO DE AUTORIDAD (Art. 248: 1m a 3a)
Generalidades. Bien Jurídico Protegido. El manejo de la cosa pública, de los bienes del Estado y la finalidad de propender 7
al bienestar general requieren de funcionarios públicos idóneos, éticos y honestos. El orden republicano crea un registro de
valores que orientan la acción de las autoridades frente a la cosa de todos. La falta de austeridad, decoro, dignidad y
responsabilidad no implica la presencia de un delincuente, pero sí de una conducta repudiable”. La ley penal se encarga de
mantener la corrección de los empleados públicos a través

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de distintas normas penales. Es por ello que el Estado castiga el abuso de sus funcionarios elevando a la categoría de delito
ciertas conductas que vulneran distintos bienes jurídicos.

Figuras Legales: Acciones Típicas. 3 son las acciones típicas señaladas en el art.:
a) La del funcionario público que dictare resoluciones u órdenes contrarias a las constituciones o leyes nacionales o
provinciales.
b) La del funcionario público que ejecutare las órdenes o resoluciones existentes contrarias a las leyes nacionales o
provinciales
c) La del funcionario público que no ejecutare las leyes cuyo cumplimiento le incumbiere.

Las 2º primeras acciones típicas son delitos de comisión, mientras que la 3º constituye uno de omisión. Las 3 acciones
típicas tienen en común que el funcionario siempre actúa en contra de lo que la Constitución o la ley mandan hacer. Siempre es
un ejercicio arbitrario de la actividad propia del funcionario público.
1. Dictado de Resoluciones u Órdenes Contrarias a las Constituciones y Leyes. Dice Creus que el acto de dictar
resoluciones u órdenes resulta abusivo en 2 situaciones: “cuando ello importa una facultad que ni las constituciones
ni las leyes atribuyen al funcionario”, y cuando, no obstante que el funcionario tiene atribuciones legales, en el “caso
concreto se la ejerce arbitrariamente”. Por resoluciones debe entenderse la exteriorización de la voluntad del Estado
sobre una determinada cuestión de su competencia, ya sea general o particular. Las órdenes implican encomendar a un
órgano funcional el cumplimiento de la voluntad del Estado.
2. Ejecución de las Resoluciones u Órdenes. Ejecuta el que lleva adelante o concreta la resolución u orden contraria a la
constitución o leyes nacionales o provinciales.
3. El Funcionario que no Ejecuta las Leyes Cuyo Cumplimiento le Incumbe. Esta modalidad es de omisión, donde el
funcionario no ejecuta las leyes que debe ejecutar. A diferencia de los 2 supuestos anteriores, aquí es el no cumplimiento
de las leyes, sin incluir las resoluciones u órdenes.

Significado de LEY en el Tipo Penal. El término “ley” en el Art. 248 significa “las leyes”, sin exclusión de ninguna, habida
cuenta de que el tipo penal no distingue, y el art. 77 “… no contiene una disposición que limite o extienda el concepto”; las
ordenanzas municipales se encuentran dentro del concepto de ley. La ley inconstitucional, en principio, debe ser ejecutada
por el funcionario, toda vez que el mismo no tiene la facultad decisoria para resolver cuándo una ley es inconstitucional. La
solución en el campo penal no es un problema que se pueda resolver en el tipo, sino en la esfera de la antijuridicidad o
culpabilidad. Autor de este delito sólo puede ser un funcionario público que se desempeña en el ejercicio de su propio cargo. En
cuanto a la culpabilidad, se exige el dolo directo.

Fiscalización del Cumplimiento de las Normas de Comercialización de Ganado


El delito consiste en la omisión culposa de ciertos deberes funcionales, pero únicamente referidas a la actividad pecuaria.
La norma reprime con pena de inhabilitación absoluta, al funcionario público que “omitiere fiscalizar” el cumplimiento de
normas que regulan la actividad referente al ejercicio del comercio, cuando este tiene por objeto: ganado, productos y
subproductos de origen animal. Conforme la norma, los establecimientos que se deben inspeccionar son: “mercados de
hacienda, ferias y remates de animales, mataderos, frigoríficos, saladeros, barracas, graserías, tambos u otros establecimientos o
locales afines con la elaboración, manipulación, transformación o comercialización de productos de origen animal y vehículos de
transporte de hacienda, productos o subproductos de ese origen”. La enumeración no parece ser taxativa, puesto que trata de
abarcar la mayor cantidad de supuestos posibles, además al decir “establecimientos o locales afines”, deja abierta la figura a
supuestos no enumerados. Lo que la norma intenta proteger es todo lo referente a la actividad de tipo agropecuario,
(Bien Jurídico Protegido) sancionando al funcionario público, que, por incumplimiento de sus funciones, facilite la comisión
de ilícitos relativos a esa actividad. Se trata de un delito culposo, porque refiere al incumplimiento de reglamentos que es una
modalidad de la culpa.

Omisión de Inspección (Art. 2148 Bis: Inhabilitación Abs. + $)


La 2º acción típica, es la de “omitir inspeccionar”, conforme los reglamentos a su cargo, es decir conforme las peculiares
condiciones que impone la naturaleza misma de la función que se le designa.

VIOLACIÓN DE SELLOS Y DOCUMENTOS


Bien Jurídico Protegido. El Estado, con diversas finalidades, tiene la necesidad de conservar distintos objetos o documentos,
rodeándolos de ciertas seguridades. Esos medios de protección utilizados por el Estado constituyen el objeto protegido por el
presente Cap.
Generalidades. El tipo penal del Art. 254 contiene una figura básica, en el 1º Parr., donde describe la conducta típica. El 2º
Párr. tipifica una figura agravada, no sólo por la calidad de su autor, sino por el aprovechamiento de tal calidad para
cometer el ilícito. Finalmente, prevé una figura culposa.

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Figura Básica. Conforme al 1º Párr. de la norma estudiada, la Acción Típica consiste en violar “los sellos puestos por la
autoridad para asegurar la conservación o la identidad de una cosa”. El término violar comprende todos los actos materiales
por los que el sello deja de cumplir la función para la cual fue puesto”. El sello debe ser oficial, puesto por un funcionario
público nacional, provincial o municipal en ejercicio de sus funciones, y aun por un particular legalmente autorizado por el
funcionario público. El sello tiene que haber sido puesto para “asegurar la conservación o la identidad de una cosa”. La
conservación significa la subsistencia misma de la cosa y de su estado, mientras que la identidad es la subsistencia de su
identificación. Autor puede ser un particular cualquiera o un funcionario. El delito es doloso, pues requiere el conocimiento de
la función que el sello desempeña y la voluntad de violar el mismo. El delito se consuma con la violación del sello puesto por la
autoridad.
Agravante. En el 2º Párr. del art., estudiado se prevé una figura agravada cuando el sujeto activo sea un funcionario público
que comete el hecho con abuso de su cargo. No es necesario que el funcionario público tenga competencia: cualquiera que sea
comete el ilícito. La pena prevista es la del 1º Párr., de 6 meses a 2 años de prisión, con más la de inhabilitación especial por
doble tiempo.
Figura Culposa. El autor de esta figura sólo puede ser un funcionario público que actúe con imprudencia o negligencia, por lo
cual se produzca la violación de sellos por parte de un tercero. No se castiga al funcionario que obra imprudente o
negligentemente, sino al que, obrando de esa manera, da ocasión a que un tercero cometa los delitos de los 1° y 2° Párrs. de la
norma. El funcionario público que actúa con imprudencia o negligencia, sin ninguna otra consecuencia jurídica, está sometido
al derecho disciplinario administrativo, pero en forma alguna incurre en el tipo que analizamos. Debe descartarse toda relación
subjetiva entre la conducta del funcionario y el tercero, porque, caso contrario, no se aplica la figura del 3º Párr. del Art. 254,
sino las reglas de la participación criminal de la Parte General del Código.

COHECHO Y TRÁFICO DE INFLUENCIAS:


Este Cap. se aboca al tratamiento de aquellos delitos que abarcan la problemática de la corrupción instalada en la Función
Pública.

COHECHO PASIVO (Art. 256: 1 a 6a + Inhab. Espec.)


Contenido de la Reforma. Conforme el Art. 30 de la nueva ley, el Cap. VI del Tít. XI del CPA pasa a denominarse “Cohecho y
Tráfico de Influencias”.
Denominación del Tít. El agregado del título “Tráfico de Influencias” obedece a la inclusión en el Cap. de un nuevo tipo penal
(Art. 256 bis) que se denomina de esa manera.
Bien Jurídico Protegido. Se protege a la administración pública de la venalidad de sus funcionarios en el ejercicio del cargo,
con prescindencia de la naturaleza del acto en sí mismo.
Sujeto Activo. Sólo puede ser un funcionario público, ya sea de orden nacional, provincial o municipal, de cualquiera de los 3
poderes, con excepción de los jueces, que de reunirse los extremos del tipo incurren en el delito del Art. 257. Por funcionario
público debe entenderse todo el que participa accidental o permanentemente del ejercicio de las funciones públicas. El
funcionario debe ser competente para hacer, retardar o dejar de hacer algo relativo a sus funciones. El Cohecho Pasivo es un
delito de codelincuencia necesaria, toda vez que se requiere necesariamente, como presupuesto, de otro sujeto que entregue
dinero o dádiva o que realice la promesa. Sin embargo, no se aplican las normas de la participación criminal en razón de que la
conducta del cohechante se encuentra descripta en el Art. 258. Las reglas de la participación criminal no quedan excluidas de
otros supuestos que pueden presentarse, como el de la persona interpuesta que se menciona en el Art. 256. El codelincuente
necesario que realizó la entrega del dinero o dádiva o que concretó la promesa es castigado de conformidad con la figura
autónoma del Art. 258 (Cohecho Activo).
Acciones Típicas. Consisten en recibir dinero o cualquier otra dádiva o aceptar una promesa directa o indirecta. Recibe el que
entra en la tenencia material del dinero o dádiva, mientras que acepta una promesa el que asiente la entrega futura de lo que es
prometido. Esta distinción es importante a fin de fijar el momento consumativo del delito: en el 1º caso el delito se consuma
cuando lo entregado es recibido; y en caso de tratarse de una Promesa, el momento de la consumación es aquel en que el
funcionario acepta la promesa.
Objeto Material. En cuanto al objeto material que se recibe, puede ser dinero o dádiva, entendiéndose por el primero la
moneda de curso legal que sirve para adquirir bienes y cancelar obligaciones; puede ser moneda nacional o extranjera, trátese
de la acuñada en metal o de papel billete. En cuanto al término de dádiva nos remitimos al comentario del Art. 266.
Elemento Subjetivo del Tipo. Debe existir un verdadero acuerdo entre quien entrega dinero o dádiva o promete y el
funcionario que recibe o acepta para hacer, retardar o dejar de hacer algo relativo a sus funciones. Ambos sujetos tienen el mismo
objetivo; la acción, el retardo o la omisión de un concreto y determinado acto funcional.

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El pacto venal tiene que ser sobre una acción, retardo u omisión futuras.
Culpabilidad. El dolo se encuentra en el pacto venal, siendo necesario que el funcionario sea absolutamente consciente de que
lo recibido o la aceptación de la promesa tiene por finalidad la acción o la omisión de un acto funcional, coincidiendo de esta
manera con la misma finalidad tenida en cuenta por el cohechante.

EL TRÁFICO DE INFLUENCIAS (Art. 256 Bis: 1 a 6a + Inhabilitación Espec. Perpetua elevando a 12a si es Func. Jud. O MP)
Generalidades. Con la reforma quedó suprimida la última parte del Art. 256 y se legisló un nuevo tipo penal, el actual describe
en forma más amplia la conducta reprimida. Es por ello que en realidad el tráfico de influencias ya se encontraba legislado con
anterioridad a la reforma. El nuevo tipo penal consta de 2 Párr.: el 1º, referido al Tráfico de Influencias, y el 2º, al supuesto
denominado por algún legislador como “Cohecho Político”.
Acción Típica: Análisis del Tipo. La acción típica consiste en solicitar o recibir dinero o dádiva o aceptar una promesa, con la
finalidad prevista en la ley. Solicita quien pide, y recibe quien entra en la tenencia material del dinero o la dádiva, con el
alcance de lo expuesto al comentar el Art. 256. El que solicita o recibe dinero o dádiva o acepta una promesa lo hace con la
finalidad de influir, en forma indebida, en un funcionario público, a fin de que éste realice, retarde o deje de hacer algo relativo
a sus funciones. Debe existir un pacto venal entre quien entrega el dinero o la dádiva y quien la solicita o recibe, consistente en
que el 2º logre hacer valer indebidamente su influencia ante un funcionario público.
Agravante: En cuanto al 2º Párr., se castiga la misma acción típica estudiada, aumentando la pena cuando la conducta
estuviera destinada a hacer valer indebidamente una influencia ante un magistrado o fiscal con la finalidad prevista en la ley.
Las razones legales que precedieron este artículo es por la denominada “Cláusula Ética” contenida en la CN luego de la Ref.
del ‘94, que en el Art. 36, su última parte, reza: “… El Congreso sancionará una ley sobre ética pública para el ejercicio de la
función”. La intención era activar sistemas de control que garantizasen la transparencia de los actos de gobierno y de los
funcionarios intervinientes”. Pero la ley también es parte de la evolución del derecho de organización regional, desde que la
Argentina suscribió en Caracas, durante la 3º sesión plenaria de la OEA, la “Convención Interamericana de Lucha contra la
Corrupción”, firmada el 20/03/1996, y que fue aprobado por el Congreso en diciembre del mismo año mediante Ley Nº 24.759
y ratificada por el Poder Ejecutivo nacional.

COHECHO JUDICIAL (Art. 257: 4 a 12a + Inhabilitación Especial Perpetua)


Generalidades. Se trata de un Delito de Cohecho con circunstancias particulares en cuanto a su autor y a la naturaleza de
los actos sobre los que recae, con la conminación de una pena más severa que la de la figura del cohecho pasivo del Art. 256. Se trata
de un Cohecho Pasivo Agravado. La razón de la agravante radica en la calidad de su autor y en la naturaleza de los actos que
contiene el acuerdo venal.
Acciones Típicas. Son las de aceptar dádiva o promesa, cuyo alcance es el mismo que el descripto en el Art. 256. La figura no
establece que la acción típica pueda ser llevada a cabo por persona interpuesta, lo que no importa vedar esta posibilidad. En
esta hipótesis, la persona interpuesta actúa como un partícipe y se aplican las reglas de la participación criminal.
Objeto Material. En este caso el acuerdo venal tiene por finalidad que el juez o fiscal emita, dicte, retarde u omita una
resolución, fallo o dictamen, en asunto sometido a su competencia. Por tanto, el objeto del acuerdo son las resoluciones, fallos
o dictámenes. Por resoluciones deben entenderse todas las decisiones jurisdiccionales que tengan por finalidad la resolución
de incidentes o distintas alternativas del juicio dentro del proceso, quedando incluidos los decretos, que también revisten la
calidad de decisiones jurisdiccionales. Por fallo debe entenderse la decisión jurisdiccional por medio de la cual se resuelve en
forma definitiva el proceso, aunque sea susceptible de revisión por la vía recursiva. Dictamen, es la forma procesal por la que
se expiden los fiscales.
Elemento Subjetivo del Tipo. El acuerdo venal requiere la conciencia, por parte del juez, de que acepta una promesa o dádiva
con la finalidad de dictar, demorar u omitir dictar una resolución o fallo en la causa concreta pactada con el cohechante.
Sujetos Activos: Autor. Sólo puede ser un juez competente para decidir el caso concreto o un representante del Ministerio
Público Fiscal. Por juez debe entenderse un magistrado judicial, con competencia nacional, provincial o municipal. Fiscal es el
que promueve y excita la acción pública penal. Cuando los representantes del Ministerio Público tienen facultades de orden
procesal local para decidir en calidad de instructores sobre la situación del imputado son sujetos activos del ilícito aquí
estudiado.

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No hay dudas de que los conjueces se encuentran incluidos en las previsiones del tipo del Art. 257, toda vez que actúan
investidos de su calidad de magistrados judiciales.

COHECHO ACTIVO (Art. 258: 1 a 6a)


Contenido de la Reforma. Ésta es una figura autónoma de la conducta reprimida en el cohecho pasivo. Aquí se reprime la
actividad del cohechante, independientemente de que el funcionario haya recibido el dinero o dádiva o aceptado la promesa
con la finalidad descripta. A diferencia del Art. 256, no se requiere una codelincuencia necesaria; la conducta reprimida se
consuma independientemente de las circunstancias del cohecho pasivo. En la figura estudiada se castiga al cohechante del
funcionario descripto en los Arts. 256 y 256 Bis, 1º Parr. 1° y al cohechante de los Arts. 256 Bis, 2º Párr. y 257, con penas
agravadas.
Autor. Puede ser cualquier persona. Si el agente es un funcionario público será reprimido con una pena accesoria.
Acción Típica. Es la de dar u ofrecer dádiva. Es entregar o prometer, lo que guarda paralelismo con las conductas típicas del
Art. 256. La dádiva puede ser explícita (directa) o implícita (indirecta), como también la entrega o la promesa puede ser
formalizada por una persona interpuesta.
Elemento Subjetivo. El agente debe entregar o prometer con la finalidad de que el funcionario público haga, retarde o no haga
algo relativo a sus funciones o que el juez o fiscal emita, dicte, retarde u omita el dictado de una resolución, fallo o dictamen.
Pero no hace falta que ello ocurra.
Consumación. El delito se consuma cuando el agente entrega la dádiva o promete su entrega, con total independencia de la
actitud que asuma el funcionario o el juez.
Agravantes. EI 3º supuesto del Art. 258 configura la figura de Tráfico de Influencias Activo Agravado cuando el funcionarlo
influenciare es un magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Público, a fin de obtener la emisión, dictado, demora u o
misión de un dictamen, resolución o fallo en asuntos sometidos a su competencia.

SOBORNO INTERNACIONAL: (Art. 258 Bis: 1 a 6a + Inhabilitación Especial Perpetua)


Acciones Típicas: Este art. fue reformado por la Ley Nº 25.825 en los siguientes aspectos: tipifica como destinatario de esta
especie de cohecho activo no sólo al funcionario público de otro Estado, sino también a una “Organización Pública
Internacional”. Precisa además que el ofrecimiento u otorgamiento del beneficio puede ser en beneficio de ese funcionario u
organización o de un tercero. Clarifica el objeto, dado que entre los beneficios pueden estar comprendidas “sumas de dinero”.
Reemplaza la palabra “beneficio” por “compensaciones” como término abarcativo de una enumeración que incluye “dádivas,
favores, promesas o ventajas”. Con aserto metodológico se ha incorporado el Tráfico de Influencias al aclarar que el delito
puede consistir para el funcionario tanto en realizar u omitir un acto en el ejercicio de sus funciones, como en hacer valer
la influencia derivada del mismo. Se ha ampliado el espectro de asuntos sobre los que puede actuar, omitir o hacer valer su
influencia el funcionario, agregando a las transacciones de naturaleza económica o comercial, las transacciones de naturaleza
financiera.
Sujetos: Autor puede ser cualquier persona, incluso un funcionario público. El sujeto pasivo es calificado (funcionario público
de otro Estado o de una organización pública internacional), en un asunto relacionado con una transacción de naturaleza
económica, financiera, o comercial, y siempre que dicho funcionario actúe en el ejercicio de sus funciones públicas. El propio
art. define al funcionario público de otro Estado, o de cualquier entidad reconocido por la Nación Argentina, como aquella
persona designada o electa para cumplir una función pública, en cualquiera de sus niveles o divisiones territoriales de
gobierno, o en toda clase de organismo, agencia o empresa pública en donde dicho Estado ejerza una influencia directa o
indirecta.
Elemento Subjetivo. Sobre la tipicidad subjetiva, se trata de un delito doloso que requiere dolo directo. Es un ofrecimiento a
un funcionario de otro Estado, para un fin determinado, de manera que el sujeto debe conocer tal calidad de la persona a
quien le entrega la dádiva y que se trata de una transacción de naturaleza económica o comercial. Se trata de un delito de pura
actividad que se configura con el mero ofrecimiento, por una parte, de un objeto de valor ola dádiva, favores, promesas o
ventajas. Sin Tentativa.

ACEPTACIÓN Y OFRECIMIENTO DE DÁDIVAS (Art. 259: 1m a 2a e Inhabilitación Absoluta de 1 a 6a)


Estructura del Tipo. En el mismo tipo penal se reprime la conducta de 2 autores distintos: el funcionarioque admite dádivas (1º
Párr.) y la persona que ofrece o presenta la dádiva (2º Párr.), castigándose más severamente la conducta del funcionario.
Admisión de Dádiva. Acción Típica. Es la de admitir dádiva, que equivale a aceptarla. Aquí no basta la promesa; el tipo
requiere la aceptación de la dádiva, que puede ser en forma personal o a través de otro.
Autor. Sólo puede serlo un funcionario público (Art. 77). La ley exige que “permanezca en el ejercicio del cargo”, lo que implica
que, una vez que haya cesado en el ejercicio de la función pública, ya no podrá ser autor del delito en estudio.
Consumación. Es al momento de recibir la dádiva, teniendo conciencia de que la entrega se realiza en consideración a su oficio
y que el tercero hace dicha entrega por idénticos motivos.
Presentación u Ofrecimiento de Dádiva. Acción Típica. La acción típica es la de presentar u ofrecer. Presenta el “que pone
a disposición o hace llegar la dádiva, mientras que ofrecer es proponer la entrega, ofertar, prometer la entrega de la dádiva”. El
autor tiene que tener el designio de presentar u ofrecer la dádiva en consideración al oficio del funcionario.
Consumación. Se consuma con la presentación u ofrecimiento de la dádiva, sin necesidad de su receptación o aceptación.
Curso de la prescripción de la acción penal emergente de delitos cometidos en ejercicio de la función pública (Art. 67).

12
UNIDAD 17: DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACION PUBLICA (Conclusión)

MALVERSACIÓN DE CAUDALES PÚBLICOS


El bien jurídico protegido en este Cap. consiste en el eficaz desarrollo de la ad ministración, pero referido concretamente al
cuidado de los fondos públicos que surgen en razón de los deberes especiales que le incumben al funcionario. Lo que se
protege no es la integridad del patrimonio público, sino el correcto funcionamiento de la actividad patrimonial del Estado y la
propia fidelidad de los funcionados encargados de velar por el mismo.
Sujeto Activo. Debe ser un funcionario público en los términos del Art. 77; además dicho funcionario público debe ser
administrador de los caudales o efectos. El carácter de administrador se da cuando la administración faculta al
funcionario para disponer de ellos de conformidad a lo previsto por la ley. Con acierto la doctrina entiende que no es
necesario que el administrador haga posesión material de los bienes que administra; basta que tenga facultades para disponer
de ellos.

Aplicación Indebida de Fondos (Art. 260: Inhabilitación Especial de 1m a 3a)


Bien Jurídico Protegido. A través de la norma el legislador pretende que rijan el orden y la regularidad en la aplicación de los
fondos públicos al destino que se les dio en la ley. Con ello se impide que el funcionario administrador de fondos públicos
disponga de los mismos en forma arbitraria, conmocionando de esta manera la regularidad y eficiencia de la administración
pública en general.
Acción Típica. Consiste en dar a los caudales públicos o efectos que se administran “una aplicación diferente de aquella a que
estuvieren destinados”. La acción punible es la aplicación diferente dentro del ámbito de la administración pública. Si fueren
sustraídos del ámbito de la administración, el delito es el de Peculado. Existe uniformidad en doctrina acerca del significado de
caudales y efectos. El 1° de los términos comprende cualquier clase de bienes, donde naturalmente se encuentra incluido el
dinero. “Efectos” se refiere a todo documento de crédito emitido por el gobierno nacional, provincial o municipal y reconocido
por el Estado como título negociable.

Peculado de Caudales o Efectos (Art. 261: 2 a 10a + Inhabilitación Absoluta Perpetua)


Generalidades. Bien Jurídico Protegido. El Art. 261 contiene 2 acciones típicas: en el 1° Párr., el Delito de Peculado; en el
2° Párr., el Delito de Aprovechamiento por Funcionarios, de Trabajos y Servicios Públicos.
Bien Jurídico Protegido en los 2 aparatados de la norma es la “… protección de la seguridad de los bienes de propiedad
pública sobre la ofensa que la violación de esa seguridad implica para la propiedad pública o privada y para la fe pública”.
Acción Típica. La acción típica es la de “sustraer”, verbo que no ha sido interpretado uniformemente por la doctrina.
Rivarola consideraba que la expresión “sustraer”, utilizada en la norma, significa ni más ni menos que el apoderamiento de la
cosa con ánimo de tenerla para sí. Esta antigua doctrina prácticamente no ha sido seguida por los autores. La mayoría de ellos
considera que sustraer nada tiene que ver con la acción de apropiarse del hurto o del robo, toda vez que en el delito de
peculado no se requiere que el sujeto activo actúe con el ánimo de hacer entrar el bien en su esfera de tenencia. La sustracción,
como acción típica del peculado, significa “apartar, separar, extraer” o “quitar” los bienes del ámbito de tenencia en que se
encuentran dentro de la administración pública y en virtud de lo dispuesto por las leyes, reglamentos u órdenes, aun cuando
simplemente el ánimo del agente sea el de apartar la cosa de la esfera de tenencia de la administración. Compartimos con la
doctrina citada, y por los mismos argumentos, la opinión de que el término “sustraer” nada tiene que ver con el
“apoderamiento”, de los delitos de hurto y robo. Consideramos que la postura correcta en la intelección del verbo típico del
Art. 261 es la dada por Soler, para quien el presupuesto característico del delito estudiado coincide con el Abuso de Confianza
del Art. 173 Inc. 2° (Retención y Apropiación Indebida). La única diferencia entre la acción típica del Peculado y la de la
Defraudación del Art. 173 Inc. 2° se encuentra en que en el 1° el autor necesariamente es un funcionario público, y la cosa objeto
material del delito es de pertenencia pública, pero en ambos casos existe un abuso de confianza. En cuanto a la esfera de
custodia de la que debe ser sustraído el bien, es la propia del funcionario autor del delito, que en virtud de la ley, reglamento u
orden tiene los objetos. El funcionario que sustrae un bien de la esfera de custodia de otro funcionario no comete el delito de
peculado.
Objetos Materiales del Delito. Son los “Caudales o Efectos”, cuyo concepto y alcance tratamos al comentar el Art. 260.
Administración, Percepción y Custodia. Los caudales o efectos sustraídos por el funcionario son aquellos “cuya
administración, percepción y custodia le haya sido confiada por razón de su cargo”. En cuanto al concepto de “administración”,
nos remitimos a lo expuesto al Art. 260; “percepción” es el acto por el cual se reciben bienes para “ingresarlos o regresarlos” a
la esfera de la administración, mientras que “custodia” es toda actividad de “cuidado y vigilancia” de los bienes de la
administración. Tanto la Administración como la Percepción y la Custodia deben haber sido confiadas al funcionario “por
razónde su cargo”, lo que implica que el agente recibe los caudales o efectos en razón de lo establecido por la ley, el reglamento
o una orden administrativa.

1
Sujeto Activo. Es el funcionario público que tiene la competencia asignada por la ley, por el reglamento o por una orden, en
forma permanente o transitoria, de administrar, percibir o custodiar los caudales o efectos públicos.
Consumación. El delito se consuma cuando el autor saca los caudales o efectos de su propia esfera de custodia funcional. Es un
delito doloso, aun de dolo eventual.

Peculado de Trabajo o Servicios (Art. 261: 2 a 10a + Inhabilitación Absoluta Perpetua)


Este delito se encuentra contemplado en el 2° Párr. del Art. 261.
Acción Típica. Consiste en “emplear” trabajos o servicios pagados por una administración pública. “Emplear” significa
“ocupar”, “encargar” o “utilizar” el trabajo o el servicio. El empleo del trabajo o servicio tiene que ser para el funcionario o un
tercero, lo que implica distraer, sacar ese trabajo o servicio de la esfera de la administración.
Supuesto Peculado de Uso. 2 palabras acerca de la posibilidad de incluir en la figura estudiada el supuesto Peculado de Uso,
consistente en usar los bienes públicos que administra, percibe o custodia el funcionario. Esta conducta resulta impune al
delito estudiado, toda vez que lo punible es el desvío de trabajos o servicios y no el uso o la utilización de los mismos.
Objetos del Delito. Son los trabajos o servicios. Los primeros son todas aquellas tareas, “físicas o intelectuales”, que son
empleadas en la realización de una determinada obra, mientras que por servicio debe entenderse las tareas, también de
carácter físico o intelectual que sin estar afectadas a una obra determinada son prestadas “dentro de una situación o estado del
sujeto que la realiza y que se caracterizan por una cierta permanencia de la tarea con relación a la actividad administrativa”.
Sujeto Activo. Siempre es un empleado público, (Art. 77). Compartimos con Fontán Balestra la opinión de que en el supuesto
del Art. 261 2° Párr., no se requiere aquella relación funcionalque exigía la primera parte del tipo.
Culpabilidad. El delito es doloso, aun con dolo eventual.

FORMA CULPOSA
Malversación Culposa (Art. 262: $)
Estructura del Tipo. La figura presenta una estructura irregular, toda vez que el actuar culposo del funcionario no incide
directamente en el resultado, sino que posibilita que un tercero, dolosamente, sustraiga caudales o efectos que se encontraban
bajo la administración o custodia del funcionario. No se reprime la “… sustracción culposa, sino el dar lugar a la sustracción
dolosa”.
Acción Típica. Es la de dar ocasión a que se efectúe por otra persona la sustracción de “caudales o efectos cuya administración,
percepción o custodia le haya sido confiada por razón de su cargo” al funcionario público. Da ocasión quien “pone una condición
que facilita o permite consumar la sustracción”. El concepto de sustracción del tipo en estudio resulta el mismo al que se
refiere el Art. 261.
Sujeto Activo. Es pacífica la doctrina en cuanto a que el autor debe reunir las mismas características que en el delito de
peculado. Autor del delito es el funcionario público que administra, percibe o custodia los bienes sustraídos.

Demora Injustificada de Pago (Art. 264 1° Parte: Inhabilitación Especial 1 a 6m)


Sostiene Fontán Balestra que la acción consiste en demorar un pago, lo que no puede ir más allá de una simple desobediencia.
Si la demora responde a un cambio de destino de los bienes o a la sustracción de los mismos por parte del funcionario que los
administra, percibe o custodia, se aplicará la figura de la malversación de caudales o la de peculado.
La Acción Típica es la de demorar un pago. Esto ocurre cuando el funcionario no lo hace en tiempo oportuno de acuerdo con la
ley o costumbre que rige el caso. La demora puede ser de quien debe ordenar el pago o de quien debe efectivizarlo. La demora
debe ser de pagos ordinarios o decretados por autoridad competente. Los primeros son todos aquellos que se efectúan normal
y periódicamente de conformidad con un presupuesto o disposición previa (sueldos), mientras que los segundos son aquellos
dispuestos por una resolución especial en casos específicos (pago a proveedores). El tipo reclama que la demora en el pago sea
de fondos expeditos; ello implica que se encuentren a disposición del funcionario. No es suficiente que los fondos se
encuentren en una partida o imputación presupuestaria, siendo imprescindible que los mismos estén a disposición del
funcionario para hacer el pago ordinario o decretado. La figura estudiada contiene un elemento normativo, consistente en lo
injustificado de la demora del pago. El tipo puede eliminarse por una causa de “… justificación objetiva del hecho compatible
como excluyente con la naturaleza del deber de pagar a que estaba sometido el funcionario …”, como también por “… hechos
fortuitos o de fuerza mayor o por circunstancias o motivos que excusen al autor”.

Negativa a Entregar Bienes (Art. 264 2° Parte: Inhabilitación Especial 1 a 6m)


Soler considera que es un Delito de Resistencia, mientras que Fontán Balestra afirma que es un verdadero Delito de
Desobediencia.

2
La Acción Típica consiste en rehusar la entrega. El presupuesto necesario de la acción es que el funcionario haya sido requerido
por la autoridad competente.
El Sujeto Activo es el funcionario que tiene bajo su depósito, custodia o administración determinados efectos.

Negociaciones Incompatibles con el Ejercicio de Funciones Públicas (Art. 265: 1 a 6a + Inhabilitación Especial Perpetua)
Con el dictado de la Ley N° 25.188 (Ley de Ética en la Función Pública, BO 01/11/1.999), el Art. 265 fue reformado.
El Bien Jurídico Protegido. En el 1° Párr., es la lealtad de los funcionarios públicos manifestada a través de la prescindencia e
imparcialidad de los mismos en los negocios del Estado. En el 2° Párr., si bien las situaciones previstas no entrañan peligro
para los bienes de la administración pública, la especial circunstancia y condiciones de los sujetos descriptos por la norma los
equipara a los funcionarios públicos, respecto de los bienes en cuya intervención hayan participado.
Acción Típica. La acción típica señalada en la ley es la de interesarse en cualquier contrato u operación. Ello implica un
desdoblamiento de la personalidad del funcionario, que actúa como interesado y como funcionario público en forma
coincidente y simultánea. A los fines del tipo no basta que el autor pretenda sólo favorecer al tercero,se requiere que sea parte
de la negociación a llevarse a cabo. La mayor parte de la doctrina entiende que el interés del autor en la operación o el contrato
es de naturaleza patrimonial.
Sujeto Activo. Este es el funcionario público o alguna de las personas asimiladas a él descriptas en el párr. 2° del tipo
estudiado. No basta la sola calidad de funcionario público para ser autor del delito; se requiere competencia en el negocio
jurídico de que se trate. Al momento del hecho el funcionario deberá estar interviniendo en el contrato u operación porrazón de
su cargo. Por lo expuesto, no basta que sea un funcionario público cualquiera perteneciente a la administración pública: ha de
encontrarse directamente vinculado con el negocio jurídico en cuestión.
El Contrato u Operación. El hecho punible es el interés del funcionario que se interesa en “cualquier contrato u operación en
que intervenga en razón de su cargo”. El contrato es el acuerdo de voluntades definido por el Art. 957 del CCC, mientras que las
operaciones son lasde contenido económico en las que la administración actúa a título singular.
Elemento Subjetivo. constituye un delito doloso compatible solo con dolo directo, pues el autor debe perseguir en la
negociación un interés personal o de un tercero. No se requiere que el interés del agente sea de carácter económico y tampoco
es necesario establecer la finalidad que persigue el agente para que se configure el delito
Formas de Intervención del Funcionario Público. Puede intervenir en forma directa, por persona interpuesta o por acto
simulado. Lo hace en forma directa cuando actúa en forma personal o a través de un mandatario. Actúa por persona
interpuesta cuando se vale de alguien que en apariencia actúa por sí, cuando en realidad lo hace en el interés del funcionario
público. Actúa por acto simulado cuando el funcionario hace intervenir a una persona jurídica inexistente. El tercero
interpuesto es sancionado conforme a las reglas de la participación criminal.
Extensión a Otros Sujetos: Autores Equiparados. Si bien los sujetos de la 2° parte del art. no revisten la condición de
funcionarios públicos, desempeñan oficios de naturaleza pública respecto de bienes de terceros.

EXACCIONES ILEGALES (Art. 266: 1 a 4a + IE + $)


Los delitos contemplados en este Cap., tutelan por un lado, el normal, ordenado y legal funcionamiento de la Administración
Pública, pero también el patrimonio de la Víctima de la Indebida Exigencia.

Modificaciones Introducidas:
Bien Jurídico Protegido. Del estudio de la figura se advierte que la conducta típica afecta a la propiedad del sujeto pasivo, en
algún otro supuesto a la libertad, y finalmente, a la Administración Pública. Se toma en cuenta la afectación del último bien
jurídico protegido, de ahí su inclusión en el Tít. XI del CPA.
Concepto de Exacción. Implica exigir, “con aplicación a impuestos, prestaciones, multas o deudas”; es una exigencia
indebida o arbitraria.
Sujeto Activo del Delito. El agente activo es un funcionario público (Art. 77). Es necesario que el funcionario realice la acción
típica de “exigir” ostentando la calidad de funcionario público. Se requiere que el sujeto activo “exija” en razón de su cargo. El
tipo penal admite que el funcionario actúe por sí o por persona interpuesta. Esta última es un partícipe necesario del
funcionario público.
Acciones Típicas. Son las de exigir, hacer pagar o entregar indebidamente, contribuciones, derechos o dádivas, o cobrar
mayores derechos que los que corresponden. Exige el que demanda, reclama. Las otras acciones típicas son la de “hacer
pagar”, “que es hacer dar en pago dinero o documentos con poder cancelatorio”, y la de “hacer entregar”, que implica “hacer dar
algo que tenga valor o cumpla una función económica”. Las acciones típicas descriptas tienen que ser exigidas en forma
indebida; ello implica que lo que se demanda no es debido o no lo es en la cantidad exigida. Lo debido o el quantum de lo
debido lo fija la ley o el reglamento. La nueva acción típica de “solicitar” es incompatible con la misma esencia del delito de
exacciones ilegales, toda vez que exacción significa, exigir; exigencia indebida o arbitraria.
Objetos Materiales de la Exacción. Son las contribuciones, derechos o dádivas. Contribuciones son los impuestos. Los
derechos son obligaciones fiscales, o tasas, multas.

3
En el párr., anterior analizábamos los objetos materiales sobre los que recae el delito estudiado, dejando expresamente de
lado el análisis de las dádivas; ello, en razón de la complejidad del tema, lo que merece un tratamiento pormenorizado para
su cabal comprensión.

La problemática se concentra en 2 aspectos:


1. Qué debe entenderse por dádivas.
2. Cómo debe interpretarse este objeto material en los delitos previstos por los Arts. 266 y 268 del CPA.

1.- Concepto de Dádiva. La doctrina se encuentra dividida en cuanto al concepto de dádiva. Por una parte, se piensa, con un
criterio restringido, que dádiva es algo con valor económico, no resultando dádiva lo que “constituye una satisfacción estética,
sentimental o sensual o una complacencia de la vanidad”. Por otra parte, se piensa que, aun cuando lo entregado no tenga
valor económico, pero se trate de algo codiciable para el receptor, es una dádiva. La diferencia sustancial entre ambas
posturas doctrinarias radica en la ventaja patrimonial; para Soler debe estar presente, para Ramos Mejía no es relevante. En
abono de su postura afirma que cuando en los Arts. 256 al 259 (Cohecho) se dice “dinero o cualquier otra dádiva”, y en virtud
de este empleo alternativo, por razones sistemáticas, debe darse al término “dádiva” un alcance más amplio que el utilizado
por Soler. Sigue diciendo que ello es así en razón de que con el término “dinero” la ley hace referencia a una retribución
económica y, al decir a continuación “cualquier otra dádiva”, implica otro tipo de retribuciones “de índole moral, honorífica,
sensual, que representa en última instancia un beneficio, provecho o utilidad cualquiera”. No compartimos el significado que
Ramos Mejía le otorga a las dádivas y tampoco compartimos los argumentos que esgrime en abono de su postura. Nosotros
consideramos que por “cualquier otra dádiva” debe entenderse –en la interpretación del cohecho– cualquier otro beneficio con
contenido económico, excluido el dinero. Ramos Mejía afirma que dádiva es “cualquier beneficio, provecho o utilidad, con o sin
valor económico”. Nosotros sostenemos: dádiva es cualquier beneficio, provecho o utilidad, con valor económico. Por las razones
expuestas es que adherimos a la tesis restrictiva del concepto de dádiva para nuestra ley penal. Compartimos con Creus que, si
lo entregado proporciona el goce de la satisfacción de ciertos deseos, al margen de todo contenido material, estamos fuera del
concepto de dádiva. También queda fuera del concepto todo aquello que “constituye una satisfacción estética, sentimental o
sensual o una complacencia de la vanidad”.
2.- La Dádiva como Delito de Concusión. No caben dudas de que “las contribuciones o derechos” que describe el Art. 266,
siempre que sean exigidas indebidamente por el funcionario público, lo son para el Estado. Por la propia naturaleza de lo que
significa una contribución o un derecho, el único agente de percepción es el Fisco; nunca podría ser para un particular, por más
que éste fuera funcionario público. De esta manera jamás se podrá convertir la dádiva en beneficio personal y
consecuentemente la conducta del agente no puede quedar atrapada en la disposición del Art. 268.

Frente a lo antagónico de las posturas doctrinarias expuestas y la distinta interpretación jurisprudencial, creemos que, a fin
de fijar nuestra postura, resulta útil hacer varios distingos:
a. La Dádiva es Exigida para el Estado. Por sí misma una retribución moral u honorífica es de carácter personal y jamás
puede ser pensada para el Estado. Pero nosotros compartimos el criterio restringido del término “dádiva”
sustentado por Soler, y consecuentemente sostenemos que siempre debe existir un contenido de tipo económico en
la dádiva. Entendemos que, en la medida en que el funcionario público exija, en forma indebida, una dádiva con abuso
de sus funciones, y destine su producido a la administración, estamos en presencia del tipo penal del Art. 266.
b. La Dádiva es Exigida para el Estado y Luego se Produce la Conversión. En tal supuesto la conducta queda
atrapada en la figura agravada del Art. 268 del CPA, toda vez que la dádiva fue exigida por un funcionario público en
nombre de la administración, en forma ilegítima y con destino al Estado, para luego convertirla, antes que ingrese a
las arcas fiscales, en beneficio propio o de un tercero.
c. La Dádiva se Exige en Forma Personal o para un Tercero. Ramos Mejía considera que es un delito autónomo e
independiente, denominado “Concusión”, que encuadra siempre en el Art. 266 y queda excluido de las previsiones
del Art. 268. Nosotros pensamos que la figura es atípica tanto al Art. 266 como al Art. 268 y que no encuadra en
ningunade las previsiones del Cap. IX del Tít. XI del CPA.

Culpabilidad. El autor tiene que saber que sus exigencias son indebidas. Tiene que tener un conocimiento cabal de que
exige el pago de contribuciones o derechos que no son debidos.

Agravantes.

4
Entrando al análisis del Art. 267, el legislador considera motivo suficiente de agravamiento de la pena los medios utilizados
por el autor para exigir, hacerse pagar, entregar o cobrar, con abuso de su cargo, una contribución, un derecho, una dadiva,
o cobrar mayores derechos que los que corresponden.

Los medios utilizados son 2:


1. El empleo de Intimidación.
2. Medios Engañosos que se traducen en invocar orden superior, comisión, mandamiento judicial u otra
autorización judicial.
Intimidación. La intimidación implica el anuncio de sufrir un mal en la persona, en sus bienes o derechos, con la característica
de que esa amenaza de sufrir un mal sea posible, más o menos determinada e idónea.
Los medios engañosos. El engaño, que consiste en la invocación de orden superior, comisión, mandamiento judicial u otra
autorización judicial, se encuentra bastante cerca de la intimidación. El autor se presenta como un intermediario de otro
funcionario que da la orden. La invocación de orden superior tiene que ser falsa, porque si la invocación es real el funcionario
que la traslada al administrado será un partícipe del delito de exacción que comete el funcionario del cual emanó la orden.

CONCUSIÓN (Art. 268: 2 a 6a + Inhabilitación Absoluta Perpetua + $)


El Art. 268 prevé la conducta del funcionario que a través de los medios de los Arts. 266 o 267, abusando de su cargo, exigiere,
solicitare o hiciere pagar, entregar o cobrar una contribución, un derecho o una dádiva o cobrare mayores derechos que los
que correspondan, con destino a la administración pública, y posteriormente se apropiare de dichos fondos para sí o un
tercero. El delito es complejo; existe un abuso funcional como medio y un acto de apropiación particular. La figura requiere la
conversión de la exacción en beneficio propio. El funcionario “exige” la contribución, el derecho o la dádiva para la
administración pública, pero antes de ingresar el producto de la exigencia lo convierte en beneficio personal o de un tercero. La
doctrina es pacífica en cuanto a considerar que el desvío de lo percibido debe ser antes que éste ingrese en la administración,
ya que si lo desvía con posterioridad a su ingreso no habrá exacción, sino malversación. El delito se consuma con la
conversión, es decir cuando el funcionario dispone en su provecho o de un tercero el producto de la exacción. El delito es
doloso, en el que al dolo propio de la exacción se suma la voluntad de convertir el beneficio en su provecho o de un tercero.

ENRIQUECIMIENTO ILÍCITO DE FUNCIONARIOS Y EMPLEADOS:


La Ley de Ética Pública N° 25.188 cuyo antecedente es el Art. 36 de la CN y la Convención Interamericana contra la
Corrupción (Ley N° 24.759), las que introdujeron modificaciones al Cap.

EMPLEO DE INFORMACIONES RESERVADAS (Art. 268_1: 1 a 6a + Inhabilitación Especial Perpetua)


Utilización de Información y Datos de Carácter Reservado. Generalidades. Los 2 tipos penales previstos en este Capítulo
tienden a resguardar a la administración pública frente a hechos realizados con fines de lucro por parte de sus funcionarios, que
son actos de corrupción en la función pública. Estos tipos penales, en unión con el Art. 265, tienden a proteger la imparcialidad
de la administración pública frente a terceros, la que se ve atacada por el abuso de ciertos funcionarios que, valiéndose del
poder que la función les concede, lucran a costa de aquéllos.
Acción Típica. Es la de “utilizar” informaciones o datos de carácter reservado, la que se complementa con un elemento
subjetivo consistente en el “fin de lucro”. Tanto utiliza la información o dato el funcionario que lo hace de propia mano, como
aquel que lo hace a través de un tercero, entregando la información y cobrando un precio por ello; en ambos casos, la
utilización de esa información o dato se realiza con un fin de lucro, que es el elemento subjetivo requerido por la figura.
Objeto Material del Delito. Es una información (noticia) o un dato (antecedente). La información o el dato deben ser
reservados, sea por su propia naturaleza o por disposición de la ley o de una resolución administrativa. La Reserva del Dato o
Información debe ser una obligación propia del funcionario que maneja dichos antecedentes. Toda información a la que tenga
acceso por otras vías, y no por su actividad funcional, no quedará incluida dentro del tipo penal. Es por ello que el tipo penal
dice: “… que haya tomado conocimiento en razón de su cargo”.
Sujeto Activo. Es el funcionario público que utiliza información o datos reservados, con fin de lucro, y de los cuales toma
conocimiento en el ejercicio del cargo.
Elemento Subjetivo. El fin de lucro requerido en el tipo es el elemento subjetivo; la acción tiene que estar dirigida a la
obtención de ese lucro. Cualquier otra finalidad queda fuera del tipo.

Enriquecimiento Injustificado (Art. 268_2: 1 a 6a + Inhabilitación Especial Perpetua + $)


Ley de Reforma. Mediante el Art. 38 de la Ley N° 25.188 (Ley de Ética de la Función Pública, BO 01/11/1.999), en el
Cap. IX Bis modificó el Art. 268(2).

Las Reformas Introducidas:


Bien Jurídico Protegido. Considera Creus que con la norma se trata de prevenir conductas anormales de los funcionarios que
persiguen aumentar sus patrimonios aprovechando sus funciones públicas.

5
Acción Típica. Se trata de un delito complejo, integrado por una acción positiva y otra omisiva. Consiste en “un enriquecimiento
patrimonial apreciable” (acción positiva) y en la negativa a justificar la procedencia del referido enriquecimiento al ser
debidamente requerido (acción omisiva). Con ambas acciones típicas se integrael tipo estudiado.
Formalidad del Requerimiento. El delito es de acción pública y exige que el requerimiento para justificar sea hecho por las
autoridades establecidas procesalmente a esos fines: Los Magistrados Competentes.
Tiempo del Enriquecimiento. El tipo penal es claro en cuanto al momento inicial, “enriquecimiento patrimonial apreciable …
ocurrido con posterioridad a la asunción … y hasta dos años después de haber cesado en su desempeño …”, por lo que el
enriquecimiento anterior al ejercicio de la función pública, aun cuando tenga relación con ese desempeño, no es punible
conforme el tipo estudiado.
Prueba del Enriquecimiento. Expresamente establecía el Art. 268(2) según Ley N° 16.648 que la prueba que aportara el
imputado de su enriquecimiento se conservaría secreta a su pedido, y no podría ser invocada contra él para ningún otro efecto.
Con la nueva redacción del tipo penal en virtud de la Ley N° 25.188 de Ética de la Función Pública, el párr., concerniente al
secreto de la prueba fue eliminado y por tanto todos aquellos elementos probatorios que se incorporen en la causa por
enriquecimiento ilícito pueden ser utilizados, sin obstáculo legal alguno.
Sujeto Activo. Es el funcionario público (Art. 77). Este puede actuar por sí o por persona interpuesta. El tercero es un
personero del funcionario, simulando ser “… el real partícipe en el acto o negocio para encubrir el interés de aquél”.
La pena de la Persona Interpuesta. El 2° Párr. del art. en su anterior redacción disminuía notablemente la pena del personero
del funcionario a un mínimo de 1 año y un máximo de 4 años. Con la nueva redacción del art. la pena del funcionario y de la
persona interpuesta es la misma.
Aspecto Constitucional del Tipo. Desde de la discusión parlamentaria en la Cámara de Diputados de la Ley N° 16.648, se
ponía en duda la constitucionalidad del delito que estudiamos. La conducta que se reprime fue considerada por algunos
legisladores como contraria a la Constitución, toda vez que era violatoria del principio de inocencia y de la garantía de que
nadie está obligado a declarar en contra de sí mismo. Es Sancinetti quien toma la posta y desarrolla con profundidad científica
el tema, afirmando que: “… el delito de ‘enriquecimiento ilícito de funcionario público’, en su versión del Art. 268 (2), no
respeta el principio de legalidad ni el derecho penal de acto, viola el principio de inocencia y desconoce el principio ‘nemo
tenetur’”.
Concepto de Enriquecimiento: El enriquecimiento patrimonial consiste en un aumento del patrimonio o disminución del
pasivo, conforme con la doctrina. En cuanto a que el mismo debe ser “apreciable”, dice Núñez que: “… en razón de la capacidad
económica de la persona en el momento de asumir el cargo o empleo y de sus posibilidades económicas ulteriores, exige una
justificación particular”.
Participación. Se trata de un delito de omisión que se consuma cuando, una vez vencidos los plazos fijados para contestar el
requerimiento, o en su defecto transcurridos los plazos procesales pertinentes para ejercer el derecho de defensa, el FP no
justificó o no justificó suficientemente la procedencia extra funcional de su enriquecimiento. La tentativa no es admisible.

Omisión de Presentar Declaración Jurada Patrimonial y Falsedad u Omisión en la Inserción de Datos (Art. 268_3: 15d
a 2a + Inhabilitación Especial Perpetua)
Bien Jurídico Protegido. Es la transparencia en el ejercicio de la función pública.
Acciones Típicas. Son 2: 1) “Omitir maliciosamente la presentación, dentro de los plazos normativamente establecidos, de
las declaraciones juradas patrimoniales que por ley deban realizar determinadas personas en razón de su cargo”. La acción
típica consiste en omitir (abstenerse de cumplir con la obligación legal), maliciosamente la presentación de la declaración
jurada patrimonial cuando en razón del cargo, el agente estuviera obligado por ley a hacerlo. El delito se concreta por la no
presentación jurada patrimonial en los plazos establecidos por la intimación fehaciente al responsable de la presentación,
vencido el plazo legal el delito queda perfeccionado. Es un delito doloso de solo directo que, al ser de omisión propia, de
peligro abstracto y de mera conducta se consuma con la no realización de la conducta debida una vez vencido el plazo que fija
la ley. La tentativa no resulta admisible. 2) “Falsear u omitir insertar, maliciosamente, los datos que tales declaraciones
juradas patrimoniales han de contener según leyes y reglamentos aplicables”. La acción consiste en falsear (insertar datos
falsos, no verdaderos) u omitir (no incluir los datos que deben incluirse), insertar los datos que deben contener las
declaraciones juradas de acuerdo con las exigencias impuestas por ley por los reglamentos. Esta falsedad puede ser total o
parcial, lo que es penalmente relevante es que los datos o informaciones sean discordantes con la realidad económica del
otorgante. SA es el FP p el que ha dejado de serlo obligado por ley, SP es la Administración Publica.
Sujetos Activos. Son las personas que, por expresa disposición de la ley y en virtud del cargo que ocupan, se encuentran
obligadas a presentar la correspondiente declaración jurada.
Elemento Subjetivo: Culpabilidad. El delito es doloso. En ambas hipótesis (falsedad u omisión) el delito es doloso de dolo
directo, el obrar malicioso excluye el dolo eventual.
Consumación. En el falseamiento el delito se consuma con la presentación de la declaración jurada ante la autoridad
competente que corresponda; en la omisión se consuma una vez expirado el plazo legal. No resulta admisible la Tentativa.

PREVARICATO (Art. 269: $ + Inhabilitación Absoluta Perpetua)


Prevaricato de Juez y de Personas Equiparadas

PREVARICATO DEL JUEZ


Bien Jurídico Protegido. Se resguarda a la administración pública, de la infidelidad de los funcionarios encargados de
administrar justicia, aunque no hay consenso en la Doctrina.

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Sujeto Activo. Conforme al tipo penal en estudio, puede ser un juez o los árbitros o arbitradores amigables componedores. El
juez puede ser nacional o provincial, de tribunales unipersonales o colegiados, de cualquier instancia o fuero, quedando
incluida en este concepto la figura del conjuez. Consideramos que el juez lego, de la misma forma que un juez letrado, puede
cometer el delito de cualquiera de las 2 formas previstas en el tipo. También son sujetos activos los Árbitros y los Arbitradores
Amigables Componedores. Ambas figuras están previstas en los códigos de procedimientos; se trata de personas elegidas por
las partes para dirimir un pleito y, en tal sentido, realizan una labor jurisdiccional: de ahí su inclusión en el tipo penal. La
equiparación del 3° Párr. del tipo es sólo aplicable al 1° Párr. del art., toda vez que la figura del árbitro sólo está prevista en
materia civil y no penal.
Acción Típica. Consiste en el dictado, por parte del juez (o de quienes se equiparan a él), de “resoluciones contrarias a la ley
expresa invocada por las partes o por él mismo” o en la cita para fundarlas de “hechos o resoluciones falsas”. El juez prevarica de
2 formas diferentes: dictando resoluciones contrarias a la ley invocada o invocando hechos o resoluciones falsos.
1. Dictado de Resoluciones Contrarias a la Ley Invocada. Ello implica que el juez dicta una resolución disponiendo algo
contrario a lo que la ley estipula. El concepto de ley abarca la ley en sentido sustantivo, como también sus decretos
reglamentarios. Cuando el tipo dice “ley expresa” se refiere a la ley que expresamente ha sido invocada como
fundamento de la resolución, no a la claridad u obscuridad de la ley. Cuando el tipo dice “ley expresa invocada por las
partes”, no significa que el juez esté obligado a fundar su decisorio en la ley que invocaron las partes. Lo que significa es
que “…el juez ha fundadocontradictoriamente la resolución en una ley que las partes han invocado”.
2. Fundamento de la Resolución en Hechos o Resoluciones Falsos. Prevarica el juez que invoca hechos o resoluciones
falsas en los aspectos esenciales de su resolución, como fundamento principal de esta última. Los hechos son falsos
cuando no han existido o, habiendo existido, fueron diferentes de como los fundamenta el juez. En cuanto a las
resoluciones falsas, son aquellos casos jurisprudenciales citados como fundamento de la decisión del juez y que son
determinantes de la resolución que se toma.
Aspecto Subjetivo. La sola contradicción objetiva entre la ley y los fundamentos del juez no constituye el delito en estudio. No
existe prevaricato por culpa. El elemento subjetivo cognoscitivo requerido por la figura es “… la contradicción entre lo
declarado y lo conocido”. Consecuencia de lo expuesto es que el juez tiene que saber que resuelve en contra de la ley que invoca
como fundamento de su fallo o que los hechos o resoluciones fundantes del fallo no existen o existen de forma diferente.
Frente al elemento subjetivo requerido por la figura, ésta, en cuanto a la culpabilidad, es compatible con dolo directo.
Agravante. La figura se agrava en el supuesto del 2° Párr. de la norma estudiada, es decir, cuando la sentencia fuere
condenatoria en causa criminal. En este caso queda excluida la posibilidad del prevaricato en el dictado de resoluciones que no
sean la sentencia definitiva. Ello surge de la misma letra del tipo, al exigir, como agravante, que sea una sentencia
condenatoria. Prisión preventiva ilegal.

PRISIÓN PREVENTIVA ILEGAL: (Art. 270: $ + Inhabilitación Absoluta de 1 a 5a)


Acciones Típicas. 2 son las acciones típicas en el tipo penal estudiado: 1° consistente en decretar una prisión preventiva
por un delito en virtud del cual no procede dicha restricción de la libertad; 2° consistente en prolongar la prisión
preventiva más allá de lo que la ley lo permite. La Prisión Preventiva es una medida de coerción ordenada por los jueces
penales cuya finalidad es el encierro del imputado para asegurar el cumplimiento y sometimiento al proceso.
a) Decretar la Prisión Preventiva: Es la 1° de las acciones típicas previstas. Cuando la ley dice “decretar”
significa ordenar, disponer por medio de una resolución. La acción típica requiere que se decrete la prisión preventiva
por “delito en virtud del cual no proceda”. La procedencia de la prisión preventiva se encuentra definida en los códigos
de procedimiento locales.
b) Prolongar la Prisión Preventiva: La otra acción típica prevista se satisface cuando el juez prolonga la prisión
preventiva más allá de lo que corresponde, conforme al cómputo que debe efectuarse según el Art. 24 del CPA. El
presupuesto necesario es, además de una prisión preventiva en ejecución y legalmente decretada, que se haya agotado
el tiempo máximo señalado por el tipo penal para la pena privativa de la libertad conminada al delito que se le imputa
al detenido.

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Sujeto Activo. Los únicos que pueden desplegar la conducta típica son los jueces penales con competencia para dictar prisión
preventiva o para hacer cesar la misma cuando corresponde. Sólo el juez penal con estas atribuciones puede ser autor del
delito estudiado.
Culpabilidad. Doctrina importante sostuvo que al juez se lo castiga por su ligereza, dejadez, retardo, sosteniendo que la
estructura del tipo es culposa. Con razón, Creus sostiene que se trata de un delito doloso. En punto a la consumación de la
acción, ésta se produce cuando el juez decreta la prisión preventiva en forma ilegítima o cuando prolonga la prisión preventiva
sabiendo que debe hacerla cesar.

PREVARICATO DE LOS ABOGADOS, OTROS PROFESIONALES Y OTROS AUXILIARES DE LA JUSTICIA (Arts. 271 y 272: $ +
Inhabilitación Especial de 1 a 6a)
Acción Típica. No es pacífica la doctrina sobre la conducta típica; algunos consideran que son 2: la de defender o representar
partes contrarias en el mismo juicio y la de perjudicar deliberadamente la causa que estuviere confiada al sujeto activo.
Compartimos con Creus que la conducta típica es una sola, la de “perjudicar deliberadamente la causa confiada”. Esta acción
típica se puede desplegar asumiendo una doble representación o defendiendo partes contrarias, simultánea o sucesivamente,
perjudicando “deliberadamente” la causa confiada. Una de las formas de perjudicar la causa es defender o representar partes
contrarias en un mismo juicio. Cuando la ley dice: “… el abogado o mandatario judicial que defendiere o representare partes
contrarias”, se está refiriendo al abogado patrocinante de cualquier causa civil o penal y al mandatario que representa a las
partes en sede judicial. Cualquier otro mandato no entra en las previsiones de la ley. El tipo expresamente se refiere al
mandato “judicial”. La defensa o el mandato judicial deben ser de “partes contrarias”, o sea, sujetos procesales con
intereses y pretensiones diferentes entre sí. La duplicidad funcional del abogado o mandatario puede ser simultánea
(mientras el sujeto activo está representando a una de las partes) o sucesiva (cuando renuncia a la defensa o al mandato de una
parte y, sin que haya concluido el litigio, asume la defensa o el mandato de la contraparte). A este modo específico de perjudicar
la causa, el tipo añade una forma más amplia de hacerlo: “de cualquier otro modo”.
Elemento Subjetivo. El tipo describe perfectamente el elemento subjetivo reclamado en la conducta típica, al decir:
“perjudicare deliberadamente”, con lo cual se reclama el proceso deliberativo interno del agente, consistente en querer y
comprender que con su acción u omisión causará un perjuicio a la causa confiada. En el aspecto de culpabilidad, sólo es posible
dolo directo.
Sujeto Activo. Se encuentra perfectamente descripto en la norma: es el abogado o el mandatario judicial.

DENEGACIÓN Y RETARDO DE JUSTICIA


En los Delitos contemplados en este Cap., se intenta proteger a la Administración de Justicia de los comportamientos de los
Jueces y demás funcionarios públicos que tiendan, por un lado, a paralizar o enervar la acción protectora del Poder Judicial
sobre los D° Individuales y Colectivos, y por el otro, a omitir las conductas que se encuentran obligados a promover y llevar
adelante la persecución penal de los delitos y reprimir a sus autores.

Denegación de Justicia (Art. 273 1° Párr.: Inhabilitación Absoluta de 1 a 4a):


Resulta claro que todo asunto justiciable debe ser resuelto por el juez que entiende en la causa, aun cuando no exista una ley
aplicable al caso concreto. El juez siempre tiene la obligación de resolver una causa sometida a su conocimiento y decisión y la
solución legal para hacerlo. Ello es el presupuesto del delito. La Acción Típica del delito consiste en negarse a juzgar “… so
pretexto de obscuridad, insuficiencia o silencio de la ley…”. El juez debe hacer referencia expresa a que no juzga el caso por los
motivos expuestos en el tipo. El delito no consiste en la negativa a juzgar, sino en la negativa fundada en la obscuridad, el
silencio o la insuficiencia de la ley. El autor solamente puede ser el juez que tiene la obligación legal de fallar el caso. En cuanto
a la culpabilidad, es un delito doloso, de dolo directo.

Retardo de Justicia (Art. 273 2° Párr.: Inhabilitación Absoluta de 1 a 4a):


En el 2° Párr. del art., a diferencia del anterior, se castiga el retardo malicioso de la administración de justicia. La acción
típica requiere “retardar” o demorar con malicia la administración de justicia. El simple retardo no constituye delito por sí
solo. La ley exige que se hayan vencido los plazos establecidos por el ordenamiento procesal y que el juez haya sido requerido
por las partes.

INCUMPLIMIENTO DEL DEBER DE PROMOVER LA REPRESIÓN


Omisión de Promover la Persecución y Represión de Delincuentes (Art. 274 Inhabilitación Absoluta de 6m a 2a):
Sujeto Activo. Autores de este delito pueden ser los funcionarios judiciales y administrativos. Entre los primeros se
encuentran los miembros del Ministerio Público; entre los segundos, la autoridad policial o prevencional que tenga facultades
para promover la persecución y represión de los delincuentes. Las facultades referidas provienen de los códigos de
procedimiento locales y de las leyes de fondo.
Acción Típica. La acción típica consiste en una omisión: “dejar de promover la persecución y represión de los delincuentes”.
La persecución y represión es la obligación legal que tienen los funcionarios ya descriptos de instruir sumarios, investigar,
localizar y cuanta diligencia corresponda para el descubrimiento de los delitos y la individualización de sus autores y
partícipes.

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El funcionario no comete el delito si su inactividad proviene de un “inconveniente insuperable”, el que deberá ser meritado de
acuerdo con las circunstancias particulares del caso. El delito es doloso y se satisface con el conocimiento que el autor debe
tener de un ilícito, de la propia obligación de actuar y del hecho de no hacerlo.

FALSO TESTIMONIO (Art. 275: 1m a 4a)


Concepto. Bien Jurídico Protegido. Como delito comprendido en el Tít. XI, “lesiona el derecho de la sociedad a que las
autoridades públicas, en resguardo del acierto de sus resoluciones, conozcan la verdad en los casos llevados a su juzgamiento”.
Sujetos activos. Conforme a las claras previsiones de la ley, son los testigos, peritos e intérpretes. Testigo es todo aquel que, a
través de sus sentidos, tiene conocimiento acerca de un determinado hecho que se encuentra sometido a proceso. Perito es la
persona que tiene conocimientos especiales sobre determinada ciencia o arte. Intérprete es el sujeto idóneo a fin de realizar
la traducción de documentos o declaraciones que resultan ininteligibles a quienes no tengan una capacitación especial para
ello.
Elementos Materiales: Acciones típicas. Son las de afirmar una falsedad o negar o callar la verdad. Afirma una falsedad el que
asegura como hecho verdadero lo que sabe que no lo es. No resulta indispensable que la falsedad sea total. Negar la verdad es
una afirmación falsa al revés: se afirma como no verdadero un hecho que sabe que lo es o seniega un hecho que se sabe que es
verdadero. Callar la verdad es dejar de decir lo que se sabe. La falsedad debe recaer sobre aspectos fundamentales al tema
sobre el que se tomará la decisión.
Autoridad Competente. El tipo penal estudiado reprime el falso testimonio hecho ante la “autoridad competente”, esto es, ante
la autoridad que de conformidad con las leyes y reglamentos tiene facultades para recibir declaraciones testimoniales,
requerir informes periciales o disponer traducciones.
Aspectos Formales. El presupuesto necesario del delito es que la declaración, pericia o informe del intérprete sean requeridos
por autoridad competente y con las formalidades que establece la ley.
Elementos Subjetivos: Aspecto Subjetivo. El delito no consiste en la contradicción entre lo afirmado y lo realmente ocurrido. El
sujeto debe tener conocimiento de la falsedad de lo afirmado y así y todo realizar esa declaración falsa.

Agravantes:
Falso Testimonio Agravado. Es el previsto, en distintos supuestos, en el 2° Párr. del Art. 275 y en el tipo del Art. 276. La
agravante prevista en el 2° Párr. de la disposición estudiada consiste en el falso testimonio prestado en causa criminal, en
perjuicio del imputado. La pena se eleva tanto en su mínimo como en el máximo. Inculpado es aquella persona a la que se sindica
como autor de un delito, sin necesidad de una resolución judicial que disponga su prisión preventiva. Según el Último Párr. del
Art. 275, en cualquiera de los 2 supuestos previstos en la norma, se impone al reo, como condena accesoria, inhabilitación
absoluta por doble tiempo del de la condena.
Falso Testimonio Agravado por Soborno. La redacción anterior agravaba el delito cuando el falso testimonio se cometía por
soborno. Ahora se agrava cuando es cometido por cohecho. Compartimos con Creus la opinión de que debemos precisar el
término “Cohecho” conforme con la estructura del delito del Art. 256, según el cual, además de recibir dádivas, el pacto venal
puede consistir en recibir dinero o aceptar una promesa. En el 2° Párr. del art. se castiga al sobornante con la pena del falso
testimonio simple.

ENCUBRIMIENTO (Art. 277: 6m a 3a)


Autonomía del Delito de Encubrimiento. La autonomía del delito en estudio es producto de la doctrina moderna. Tanto la
legislación nacional como la comparada trataban al encubrimiento dentro de la Parte General del CPA, más precisamente
dentro de la Teoría de la Participación Criminal. “El encubridor era el sujeto que a sabiendas tomaba parte en un delito después
de la consumación de éste”. En nuestra legislación, el Proyecto Tejedor incluyó al Encubrimiento dentro de la Parte General
del CPA, distinguiendo 3 grados diferentes. Es con el Proyecto de 1891 que se independiza y se da autonomía al encubrimiento
respecto de la participación criminal, ubicando a la figura en análisis dentro de los delitos contra la administración pública.
El bien Jurídico Protegido. Ninguna duda cabe de que lo lesionado es la administración pública, de ahí su ubicación
metodológica. Recordemos que al hablar de administración nos referimos a ella en su conjunto. Lo lesionado es la
administración de justicia.

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El Delito de Encubrimiento lesiona la administración de justicia, interfiriendo, entorpeciendo o pretendiendo hacerlo, al
accionar judicial o policial en la comprobación de un hecho delictivo y de sus responsables o “es una ofensa a la administración
de justicia, consistente en trabar o entorpecer esa acción por entrometimiento”.
Presupuestos del Delito. Estos surgen de la 1° Parte del Art. 277, cuando dice: “delito ejecutado por otro” “en el que no hubiera
participado”.

Los requisitos son los 2 señalados, que como afirma Soler importan un presupuesto positivo (delito anterior) y otro negativo
(inexistencia de participación).
1. El Delito Anterior. El Delito de Encubrimiento es autónomo y como tal es aplicable con posterioridad a la comisión de
otro delito, el que puede ser consumado o tentado; en este último caso la Tentativa debe ser Acabada, toda vez que
mientras subsista la ejecución del delito es posible la participación y no el encubrimiento. A diferencia de algunas
legislaciones comparadas el encubrimiento es de delitos y no de contravenciones o contraventores. También el Delito
de Encubrimiento es susceptible de Encubrimiento. Lo que no resulta posible es el autoencubrimiento; el autor del
delito estudiado debe ser un sujeto activo diferente del que cometió el delito encubierto. La prescripción es causa de la
extinción de la acción penal y no habrá Delito de Encubrimiento operada la prescripción, toda vez que faltaría el
presupuesto de delito preexistente. Pero es aplicable la figura del Art. 277 cuando el encubrimiento haya sido con
anterioridad a la prescripción del delito preexistente, aun cuando éste luego prescriba.
2. Inexistencia de Participación. El Art. 277 establece como otro presupuesto del delito, que no exista participación
criminal. Esto hace a la autonomía del delito de encubrimiento como analizáramos con anterioridad. “Participación y
encubrimiento son dos títulos incompatibles: la 1° figura excluye siempre a la 2°”. Resulta claro que quien presta una
ayuda material en la ejecución de un delito es partícipe del mismo y no podrá ser sujeto activo del delito de
encubrimiento. Nunca será encubridor y sí partícipe el que presta una ayuda material en la ejecución del delito. Recién
después de la consumación del delito o de su tentativa acabada resulta aplicable el Art. 277 del CPA.

Sujeto Activo. Puede ser cualquier persona, con excepción de las establecidas en el Inc. 1° Letra d) del Art. 277. En este
supuesto el autor debe revestir determinadas características que luego analizaremos.

Distintas Figuras:
Acciones Típicas. El Art. 277 en estudio establece las siguientes acciones típicas en sus distintos incisos:
1. Favorecimiento (Inc. 1°, a). En el Inc. 1° del Art. 277 se legislaban 2 situaciones diferentes de favorecimiento: 1°, la de
Ayudar A Alguien (forma comisiva) la que se mantiene en la actualidad, y 2°, la de omitir denunciar cuando la ley obliga a
hacerlo (forma omisiva). Forma Comisiva. Es la prevista en la 1° Parte del Inc. y consiste en: “ayudar a alguien a
eludir las investigaciones de la autoridad o sustraerse a la acción de ésta”. La “ayuda” que presta el encubridor puede ser
con 2 fines diferentes: para “eludir las investigaciones de la autoridad”, en tanto tiendan a la averiguación de un delito o
la identificación de los responsables, y para que alguien se “sustraiga a la acción de la autoridad”, que supone eludir la
detención. El tipo contiene un elemento subjetivo, consistente en ayudar al favorecido, teniendo conocimiento de que éste
cometió un delito, para que eluda las investigaciones o se sustraiga a la acción de la autoridad competente.
2. Favorecimiento Real (Inc. 1°, b). Las acciones típicas “… tienen que estar guiadas por finalidades taxativamente
enunciadas en la norma”. Hacer desaparecer los rastros, pruebas e instrumentos del delito implica suprimirlos o
quitarlos de la esfera en que puedan ser empleados por la autoridad. Ocultarlo es esconder de cualquier forma. Alterar es
modificar el aspecto de la cosa. Lo que se suprime, oculta o modifica son los objetos señalados en la ley. La acción típica
puede ser desplegada por sí (1° parte del Inc.) o por otro (2° Parte del Inc.).
3. Receptación (Inc. 1°, c). Es adquirir, consistente en obtener el objeto en propiedad o con la intención de ejercer sobre el
cualquier otro derecho real, sin importar el título de su adquisición; en recibir, consistente en tomarlo, admitirlo,
aceptarlo, por un modo que no sea la transmisión de la propiedad; en ocultar, consistente en quitarlo de la posibilidad
de que un tercero lo localice, aun cuando el objeto no sea trasladado. Sujeto Activo. Puede ser cualquier persona que
realice la acción típica sin haber participado del delito ejecutado por otro y con posterioridad a que éste se haya
consumado. Caso contrario, la conducta del autor no quedará atrapada en el tipo penal estudiado, sino en las reglas
generales de la participación criminal.
4. Forma Omisiva (Inc. 1°, d). La 2° Parte del Inc. prevé el favorecimiento de quien cometió un ilícito, a través de una
conducta omisiva de un tercero obligado por la ley a denunciar. La acción típica consiste en omitir “denunciar el hecho
estando obligado a hacerlo”, “o no individualizare al autor o partícipe de un delito ya conocido”.

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El Principio General es que la denuncia de un hecho delictivo es facultativa, salvo en ciertos supuestos, en los que la ley
procesal impone a determinadas personas la carga de hacer las denuncias de las que tomaren conocimiento por su ejercicio
funcional. En este último caso la denuncia resulta obligatoria. Esta 2° Parte del Inc. 1° es una Ley Penal En Blanco, que se
integra con la ley que pone la obligación de denunciar, más concretamente con las leyes procesales de cada provincia. Para que
el funcionario público revista la calidad de sujeto activo del delito de encubrimiento resulta necesaria que, habiendo tomado
conocimiento de un hecho delictivo en el ejercicio de sus funciones, no lo denuncie a la autoridad competente. El hecho
delictivo se refiere a un delito del CPA o de leyes complementarias de dicho cuerpo legal, quedando excluidas las faltas o
contravenciones. El delito debe ser de acción pública, por lo que no resultan abarcados los de acción pública dependientes de
instancia privada y los de acción privada. Todos los funcionarios públicos, en la medida en que conozcan un hecho delictuoso
en el ejercicio y ocasión del desempeño de sus funciones, se encuentran obligados a denunciarlo, sin importar el lugar donde
estén ejerciendo sus funciones o la provincia de la que provenga dicho funcionario. Claro que esta afirmación se encuentra
supeditada a determinadas condiciones:
I. Que la Provincia en la que se encuentra el Funcionario prevea tal hipótesis. El Art. 277, en la modalidad
estudiada, es una ley penal en blanco en cuanto a la imposición de la obligación al funcionario. En tal sentido
el delito previsto en el Art. 277 es una ley penal en blanco que como tal contiene un precepto no concretado
en la misma norma, sino en la ley complementaria a la cual se remite, que “es la que formula el tipo”. Esta ley
complementaria es la ley procesal de cada provincia. Cuando las provincias legislan la obligación de los
funcionarios de denunciar los hechos delictivos resulta de absoluta aplicación la conducta descripta en el Art.
277.
II. Denuncia. El funcionario debe denunciar el hecho a la autoridad competente para promover la acción penal,
esto es la autoridad judicial o a la policía. No denuncia el hecho criminoso el funcionario que anoticia a una
autoridad administrativa que no tiene posibilidades de poner en marcha la acción penal.
III. Tiempo de la Denuncia. En cuanto al tiempo en que debe hacerse la denuncia, Núñez diferencia 2 momentos:
si la ley procesal establece el plazo dentro del cual se debe denunciar, vencido dicho plazo se consuma el
delito; caso contrario, si no establece plazo, se aplica el criterio seguido por Millán: la omisión se consuma
cuando no se puede justificar el retardo. En cuanto a la culpabilidad, la omisión de denuncia es un delito
doloso, aun de dolo eventual.
5. Asegurar el Producto (Inc. 1°, e). Otra finalidad contenida en el tipo es la de “asegurar el producto o el provecho del mismo”.
Asegurar significa garantizar, poner a buen recaudo el “producto” o “provecho” del delito, es decir la misma cosa que se
obtuvo del ilícito o lo que se adquirió con la realización de lo ilegítimamente obtenido. Atenuante (Inc. 2° Ley N° 25.815).
El presente inciso establece la figura atenuada, cual operará tan sólo ante el supuesto de la receptación (Inc. 1°, Ap. c). Para
que la aplicación sea posible, es necesario que, por las circunstancias fácticas, el sujeto activo “pueda sospechar” que el
dinero, cosas o efectos provienen de un delito.
6. Agravantes de la Pena (Inc. 3°). Se establecen las causales de agravación para todos los supuestos del Art. 277, Inc. 1°.
Sujetos Exceptuados:
7. Excusa Absolutoria (Inc. 4°). Con la reforma se mantiene la excusa absolutoria de los sujetos mencionados en la anterior
redacción. Ahora, el tipo dice “exentos de responsabilidad criminal”, en lugar de “exentos de pena”, con lo cual se adapta la
terminología a la utilizada en el Art. 185. Los sujetos comprendidos en la excusa absolutoria, son: el cónyuge. En el caso de
que los cónyuges se encuentren separados de hecho la excusa absolutoria es de toda aplicación, no así cuando se divorcian.
En cuanto al parentesco por consanguinidad (en 4°) o afinidad (2°) es conforme a lo dispuesto por el CCC. Los amigos
íntimos, son los que tienen “… una vinculación que se traduce en un trato familiar constante”. La especial gratitud, se
refiere a la circunstancia en que el favorecedor se ha visto respaldado por circunstancias particulares de la vida. Limitación
de la Exención: En cuanto a los supuestos excluidos, resulta esclarecedor lo expuesto por la mayoría en la Comisión de la
Cámara de Diputados, en los siguientes términos: “En el texto vigente no está cubierto por la eximente, de por sí, el que
comete receptación con ánimo de lucro, lisa y llanamente porque el delito descripto en el Art. 277 Inc. 3°, no está incluido entre
los que admite la excusa. El 2° Párr. del Art. 279 del CPA vigente, excluye la excusa también para quien ayuda a asegurar el
provecho o actúa por precio. La excusa absolutoria no está prevista en función de la gravedad del hecho, sino en la de estrecha
relación entre un sujeto que encubre y el sujeto encubierto, mientras el primero no se beneficie especialmente de ello, ni esté
‘terminando’ de asegurar los efectos ulteriores del delito cometido por el autor o partícipe del hecho precedente”.

11
EVASIÓN (Art. 280: 1m a 1a)
Con anterioridad al Código de 1891 no se reprimía al detenido que se fugaba, aun cuando fuera con violencia en las personas o
fuerza en las cosas. Esto obedecía “… al hecho de reconocer como un instinto irresistible y moralmente no censurable el de la
libertad”. El castigo quedaba reservado para aquellos que colaboraban en la fuga del reo. Con el Código de 1891 se tipifica la
evasión propiamente dicha, con violencia en las personas o fuerza en las cosas,tal como hoy se encuentra legislada.
Concepto: Bien Jurídico Protegido. Dentro del genérico bien jurídico protegido –la administración pública–, lo que aquí se
protege es la administración de justicia.
Acción Típica. Es la de evadirse, lo que implica liberarse del encierro o custodia a los que se estaba legalmente sometido. El
sujeto activo debe estar legalmente detenido. La calidad de detenido legalmente se da cuando el sujeto ha sido condenado o
tiene prisión preventiva, y tal medida ha sido tomada por la autoridad policial, conforme a las facultades que le otorgan los
códigos de procedimiento locales, o bien por cualquier otra autoridad administrativa que no sea la policía y que tenga
facultades legales para detener.
Culpabilidad y Consumación. Es un delito doloso, de dolo directo. En cuanto a la consumación, se produce cuando el detenido
sale del ámbito del encierro o se sustrae a la custodia a la cual se encontraba sometido. El delito admite tentativa: es el
supuesto en que se comienza a ejercer violencia o fuerza sobre las cosas, con intención de evadirse, y ello no se puede lograr.
Elemento Material: Los Medios. Son violencia en las personas o la fuerza en las cosas. La violencia es el despliegue de energía
física sobre las personas encargadas de la custodia del detenido, mientras que la fuerza en las cosas es la que tiene por
finalidad vencer la resistencia de aquellos elementos materiales que restringen la libertad ambulatoria del agente. Tanto la
fuerza como la violencia deben tener una relación de medio a fin con la evasión. Las utilizaciones de estos medios con
posterioridad a la consumación de la evasión no resultan típicos a la figura del Art. 280. Tampoco es un medio típico el
vencimiento de objetos materiales puestos en aseguramiento de la detención, si ellos no son vulnerados a través de la fuerza.
La conducta descripta en el delito de evasión desplaza, por razones de especialidad, a la figura del atentado y resistencia
contra la autoridad.

Favorecimiento de Evasión (Art. 281: 1m a 4a y Figura Culposa $)


Distintos Supuestos. La norma contiene, en 2 Párr., un delito doloso y otroculposo.
1.- Favorecimiento Doloso. Es la conducta prevista en el 1° Párr. del art. La acción típica es la de favorecer, la que
debe ser interpretada como ayuda, colaboración para que un detenido o condenado se evada. El delito no requiere que se
favorezca únicamente la evasión del Art. 280; queda incluido todo tipo de evasión. El que favorece para que otro se evada,
mediante engaños, sin utilizar fuerza o violencia en las personas, resulta sujeto activo del delito estudiado, aun cuando el
evadido no cometa delito alguno. Autor del delito puede ser cualquier persona, incluso otro detenido o condenado. El delito es
doloso, de dolo directo.
2.- Favorecimiento Culposo. Es la conducta prevista en el 2° Párr. de la norma en estudio. La forma de culpa
contemplada en el tipo es la negligencia únicamente. Este obrar negligente debe tener una relación causal directa, sin que se
interponga una concausa, con la evasión del detenido o condenado. Autor del delito sólo puede ser un funcionario público que
tiene a su cargo al detenido o condenado.El delito se consuma con el logro de la evasión.

Quebrantamiento de Inhabilitación (Art. 281 Bis: 2m a 2a)


Quebranta la Inhabilitación el “… que ejerce o asume la actividad prohibida o goza de los derechos cuyo goce se le había
quitado … (o) hace uso de la capacidad jurídica que la inhabilitación había bloqueado”. La inhabilitación debe ser interpuesta
por una resolución o sentencia judicial firme. Para Núñez la inhabilitación que se quebranta es la impuesta por una condena
firme por delito o falta. Compartimos con Creus y otra importante doctrina que la solución de Núñez no es la correcta, toda vez
que la letra de la ley dice quebrantar “una inhabilitación judicialmente impuesta”, lo que significa que no sólo se trata de
sentencias definitivas, sino también de resoluciones provisorias dentro del proceso; no se refiere sólo a las inhabilitaciones
como sanción del D° Penal, sino que pueden ser también las impuestas por los jueces civiles, comerciales, etcétera. El sujeto
pasivo del delito es el inhabilitado judicialmente.El delito es de dolo directo y aun eventual.

12
UNIDAD 18: DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA Y CONTRA EL ORDEN ECONÓMICO Y FINANCIERO

Bien Jurídico Protegido: La precisión y alcance del concepto de “Fe Pública” como bien jurídico protegido por las figuras
agrupadas en este Tít., ha sido la causa de un antiguo y prolongado debate doctrinario que no ha logrado superar los
inconvenientes que surgieron en su transcurso. Dicha noción de “Fe Pública” ha experimentado una larga evolución histórica
y de ella se ha ocupado con detenimiento un importante sector de nuestra doctrina.
El Título XII del CPA se compone de 6 capítulos.

FALSIFICACIÓN DE MONEDA, BILLETES DE BANCO, TÍTULOS AL PORTADOR Y DOCUMENTOS DE CRÉDITO

Falsificación de Moneda (Art. 282: 3 a 15a)


Objeto del Delito. La fig. es la más severamente reprimida de todas las falsedades previstas por el Tít. La moneda extranjera
no está incluida en la figura. Su falsificación será típica a la equiparación del Art. 285. Pero, además de ser moneda emitida por la
entidad oficial autorizada, debe tratarse de “… moneda que tenga curso legal en la República …”. Y cuenta con esta característica
aquella que es de circulación obligatoria en el país y tiene poder cancelatorio de obligaciones.
Acciones Típicas. La fig. reprime 4 acciones materiales distintas: la de falsificar moneda nacional; la de introducir en el país
moneda nacional falsificada; la de expenderla y la de ponerla en circulación. Falsifica el que fabrica la moneda, copiando el
modelo de la moneda auténtica. La moneda falsa debe tener la idoneidad suficiente para ser tenida como verdadera por el
público en general. El delito se consuma en el momento en que una de las piezas falsificadas queda en condiciones de
idoneidad para ser utilizada. La doctrina admite la posibilidad de la tentativa. Introduce la Moneda Falsa el que por cualquier
medio la hace ingresar, desde el extranjero, en el territorio de la Nación o en los lugares sujetos a su jurisdicción. El delito se
consuma con el ingreso al país de la moneda falsa. Es admisible también en este supuesto la tentativa si se logra impedir que la
moneda falsa traspase la frontera argentina. Expende la Moneda Falsa el que, por cualquier concepto, la entrega a un tercero,
logrando que éste la acepte como moneda verdadera. El delito se consuma cuando la moneda es aceptada por el tercero de
buena fe, resultando también posible la tentativa. Se Pone en Circulación la Moneda cuando, no mediando expendio, se la
hace ingresar en el torrente circulatorio monetario. Cuando la moneda ingresa en aquel torrente circulatorio, confundida con
moneda verdadera, el delito queda perfeccionado, siendo posible la tentativa cuando esta incorporación se frustra por
cualquier causa ajena a la voluntad del autor. Esta es una figura compleja alternativa, por lo que para su funcionamiento basta
con incurrir en una sola de las acciones típicas analizadas. Pero la delictuosidad no se multiplica si un mismo sujeto incurre en
más de una o en todas las acciones reprimidas por el art.
Culpabilidad. Es delito doloso que requiere, en el caso de falsificación, el conocimiento de que lo que se fabrica es una imitación
de la moneda de curso legal, sin ninguna otra especial exigencia subjetiva. Respecto a las acciones de introducir, expender y
poner en circulación, que requieren de una previa falsificación consumada, acertadamente señala parte de la doctrina que
cuando el autor de estas acciones no es el falsificador, estos últimos deben tener o haber recibido la moneda de mala fe,
conociendo que es falsa, y con ese conocimiento haberla introducido, expendido o puesto en circulación.

Cercenamiento y Alteración de Moneda (Art. 283: 1 a 5a y Atenuante: 6m a 3a)


A diferencia de la figura prevista en el art. anterior, en la fig. contemplada por el art. que analizamos las acciones de Cercenar
o la Alterar deben recaer sobre moneda genuina. El cercenamiento o la alteración de moneda falsa no son típicos a la figura.
Objeto del Delito. Un importante sector de nuestra doctrina es de la opinión de que sólo la moneda metálica puede ser objeto
de este delito. Se sostiene que, al cortar la moneda papel, se inutiliza el billete, por lo que con esta acción no se perjudica ni a la
fe pública ni a un particular, sino sólo al autor del corte. Entendemos que la opinión expuesta sólo es válida respecto a la
acción de cercenar, la que únicamente puede recaer sobre moneda metálica. Pero no nos parece que no pueda ser alterada la
moneda papel.
Acciones Típicas: Cercenamiento y Alteración. La figura prevé como acciones típicas las de cercenar o alterar moneda de
curso legal, y las de introducir, expender o poner en circulación moneda cercenada o alterada. Cercena moneda quien le
quita parte del metal con que ha sido acuñada, disminuyendo su valor, pero respetando su forma, de manera que conserve
idoneidad circulatoria. Alterar es cambiar o modificar la moneda metálica (de modo tal que no importe cercenamiento) o la
moneda papel, dándole la apariencia de un valor distinto del que realmente tiene. Tanto en el cercenamiento como en la
alteración, al igual que en la falsificación, es requisito imprescindible que la moneda cercenada o alterada conserve la
característica de expendibilidad, de poder circulatorio entre el público en general.
Atenuante: Alteración por Cambio de Color. El 2° Párr. del art. reprime con pena considerablemente inferior a la establecida en
el párr. anterior la alteración consistente en cambiar el color de la moneda por otro correspondiente a moneda de otro valor,
sin introducir ninguna otra alteración. También en este supuesto de alteración, es exigencia necesaria, para la tipicidad, la
expendibilidad de la moneda así alterada.

1
Moneda Falsa Recibida de Buena Fe (Art. 284: $)
Coincide la doctrina en señalar que el fundamento de la sensible atenuación de la pena en este supuesto de expendición o
circulación de moneda falsa radica en que el autor trata de evitar perjudicarse, de resarcir el daño que le ha ocasionado la falsa
moneda que de buena fe ha recibido de un tercero. Para la aplicación de esta fig., se exige un presupuesto subjetivo: que el
Sujeto Activo haya recibido la moneda falsa de buena fe. El tercero que le entregó la moneda falsa puede haber actuado de
mala fe, sabiendo que era falsa, o de buena fe, ignorando también su falsedad. Pero acertadamente se señala que no será de
aplicación la fig. en los casos de dinero encontrado o hurtado (o robado), aunque lo haya sido en la creencia de que se trataba de
dinero verdadero. Su posterior expendición o su puesta en circulación por el ladrón, con conocimiento de su falsedad, serán
típicas al Art. 282.
Acciones Típicas. Exigencia Subjetiva. Las acciones materiales del delito consisten en “expender” o “circular” moneda falsa
recibida de buena fe. La fig. requiere en el sujeto activo –luego de la recepción de la moneda, cuando la expenda o la haga
circular– el conocimiento certero de que esa moneda, que él recibió como “buena”, es falsa o ha sido cercenada o alterada.
Coinciden nuestros autores en que, ante esta exigencia del tipo, la figura solamente admite el dolo directo, siendo insuficiente el
dolo eventual.

Valores Equiparados a Moneda. Alcance (Art. 285)


La equiparación dispuesta por el art. es a la moneda de curso legal en la República.
VALORES Comprendidos en la Equiparación. La 1° equiparación del art. es la Moneda Extranjera. Los “títulos de la deuda
nacional, provincial o municipal y sus cupones”, son los que documentan los empréstitos externos o internos contraídos por
el Estado nacional, provincial o municipal, haciendo uso del crédito público. Los “bonos o libranzas de los tesoros nacional,
provinciales o municipales”, son títulos o letras de crédito y en los cuales también el Estado se constituye en deudor principal y
responsable directo del pago. El art. incluye también a “los billetes de banco”. Esta equiparación tiene un valor meramente
histórico, dado que en la actualidad sólo el Banco Central de la República Argentina es la única institución que puede emitir
moneda de curso legal en el país. Conforme a lo dispuesto por el Art. 126 de la CN, las provincias no pueden acuñar moneda, ni
establecer bancos con facultad de emitir billetes, “… sin autorización del Congreso Federal”. Hubiera sido oportuno que el
legislador, al modificar el Art. 285, hubiera derogado ésta obsoleta e inaplicable equiparación. Con la Ley de Reformas N°
25.930 se incluyen en la equiparación los títulos, cédulas, acciones, valores negociables, legalmente emitidos no sólo por
entidades nacionales sino también extranjeras, las que pueden ser tanto oficiales como privadas. Una inclusión novedosa de la
ley son las tarjetas de compra, crédito o débito, legalmente emitidas por entidades nacionales o extranjeras, oficiales o
privadas, y que se encuentran reguladas y definidas en la Ley N° 25.065. El art. equipara a moneda “… los cheques de todo tipo,
incluidos los de viajero, cualquiera que fuere la sede del banco girado”.

Fabricación o Emisión Ilegal de Moneda (Art. 287: 1 a 6a + Inhabilitación Absoluta)


Acciones Típicas. Las acciones típicas consistentes en fabricar o emitir moneda, o la de autorizar la fabricación o emisión
ilegal de la moneda, varían según se trate de moneda metálica, de papel moneda o de los demás valores consignados en la ley.
Cuando estas acciones recaen sobre la moneda metálica, la ilegalidad radica en que ésta sea acuñada con título o peso inferior
al que estipula la ley. Título es la proporción que deben guardar los metales con cuya aleación se fabrica la moneda. Respecto
a la moneda papel y demás valores incluidos en el art., a la inversa de lo que ocurre con la moneda metálica, lo reprimido es la
fabricación, emisión o autorización en mayor cantidad que la permitida por la ley. Los títulos, cédulas o acciones al portador
cuya emisión ilegal es alcanzada por el Art. 287 son los emitidos por el Estado, en virtud de una autorización legal, y en donde
éste se constituye en deudor.
Sujeto Activo. Ya se dijo que el Banco Central de la República Argentina tiene la exclusividad para la fabricación o emisión de
moneda de curso legal en el país. Sujeto activo del delito sólo puede ser un funcionario público con competencia para fabricar
o emitir moneda. También respecto a la autorización para la fabricación o emisión de moneda, únicamente un funcionario
público puede autorizarla. En cuanto a los otros valores que no son moneda metálica o moneda papel, ya se dijo que se trata de
los emitidos por el Estado, por lo que los que emitan o autoricen la emisión ilegal, serán funcionarios públicos (Art. 77).
Culpabilidad. Media acuerdo en doctrina con respecto a que subjetivamente el hecho constituye un delito doloso que requiere
la conciencia, por parte del agente que fabrica, emite o autoriza la fabricación o emisión de moneda metálica con título o peso
inferior al dispuesto por ley, o de moneda papel o de los otros valores enumerados, en cantidad superior a la autorizada,
respecto de la naturaleza de la acción que lleva a cabo.

FALSIFICACIÓN DE SELLOS, TIMBRES Y MARCAS

Art. 288: 1 a 6a:


INC. 1°. Falsificación de Sellos Oficiales. Acción Típica. El Inc. 1° de la fig. reprime la acción material de falsificar
un sello oficial. Es la misma acción que la de falsificar moneda. Lo punible es la creación imitativa del sello verdadero. Objetos
del Delito. Los Sellos Oficiales. Los sellos oficiales son aquellos que utiliza la autoridad pública de cualquiera de sus poderes y
que son insertados en determinados documentos para darles autenticidad. Media acuerdo en doctrina en que lo reprimido por
la figura es la falsificación del sello mismo, es decir, del instrumento sellador, dada la posibilidad de utilización del mismo en
ilimitadas oportunidades y documentos.

2
Consumación. Tentativa. Se admite que el delito se consuma cuando ha concluido la creación imitativa del instrumento
sellador falso, de manera que pueda ser utilizado, aunque es indiferente para este perfeccionamiento del delito que el sello sea
colocado en algún documento. No es exigencia típica de la figura la efectiva utilización del sello falso. La tentativa es admisible,
cuando la acción creadora del sello falso es interrumpida por causas ajenas a la voluntad de su autor.
INC. 2°. Falsificación de Papel Sellado, Sellos de Correos o Telégrafos y Efectos Timbrados. El Inc. 2° reprime
la misma acción típica que la prevista en el inc. anterior, aunque ésta debe recaer sobre objetos distintos. El delito se consuma
con la creación imitativa de los impresos, sin que sea necesaria para el perfeccionamiento del delito su efectiva utilización. El
papel sellado es aquel que debe utilizarse para determinadas actuaciones, que contiene un timbre o un sello que representan
el valor de la contribución impuesta por el Estado a las actuaciones para las que aquél es utilizado. Los sellos de correos o
telégrafos son las estampillas utilizadas para el pago del franqueo de la correspondencia. Con la genérica expresión “…
cualquiera otra clase de efectos timbrados …”, la ley comprende todo otro tipo de estampillas o timbres que acreditan el pago de
determinados impuestos, tasas o contribuciones impuestas por el Estado nacional, provincial o municipal.

IMPRESIÓN FRAUDULENTA DE SELLO VERDADERO


Art. 289: 6m a 3a:
La Última Parte del art. equipara a la falsificación la impresión fraudulenta del sello verdadero. Como la ley se refiere a los
casos de este art. y a los de los arts. siguientes de este mismo Cap., el hecho queda limitado a los supuestos del Inc. 2° del art.
que comentamos y alos de los Incs. 2° y 3° del Art. 289, que son los únicos que admiten la acción típica. Lo reprimido por la fig.
consiste en la impresión del sello fuera de los casos en que legalmente corresponde, o en la impresión por quien no está
autorizado legalmente para hacerlo.
INC. 1°. Falsificación de Marcas y Contraseñas. La 1° acción reprimida por el art. es la de falsificar los objetos
tutelados por el delito. Estos objetos consisten en las marcas o contraseñas, que se aplican a determinadas cosas a los fines
establecidos por el art. Las firmas manuscritas son las aplicadas como señal de la individualización o control de la cosa sobre
la que se estampan. Las marcas, contraseñas o firmas deben ser las que se utilizan para contrastar pesas y medidas; para
identificar un objeto; para certificar su calidad; su cantidad; su contenido. A diferencia del art. anterior, lo reprimido por el inc.
que comentamos es la falsificación de la marca, seña o firma que se coloca en la cosa, no los instrumentos selladores o
marcadores. Coincide la doctrina cuando destaca que quedan fuera del tipo las fajas o estampillas que acreditan el pago de un
impuesto, cuya falsificación será alcanzada por el Inc. 2° del Art. 288. Cuando la fig. requiere que las marcas, contraseñas o
firmas sean las “oficialmente usadas”, se refiere a las que son utilizadas por cualquier administración pública y que, para los
fines de control o identificación previstos, coloca el funcionario público competente. La 2° acción típica reprimida por este Inc.
1° no es ya la de falsificar, sino la de aplicar la marca, contraseña o firma verdadera, en forma fraudulenta, a objetos a
los que no correspondía que se les aplicara. En esta acción tampoco resultan objetos típicos las marcas de fábrica.
INC. 2°. Falsificación de Billetes de Empresas Públicas de Transporte. El vigente inc. ha limitado
considerablemente las acciones punibles, que sólo pueden recaer sobre billetes de “empresas públicas de transporte”. La acción
típica de falsificar consiste en crear imitativamente el billete verdadero. Objeto del Delito son los “billetes” de las empresas.
Media acuerdo en que por billetes debe entenderse no sólo los boletos o pasajes que habilitan a viajar o a transportar
equipaje, sino a toda impresión vinculada a la empresa, que permiten el acceso a los lugares de partida o llegada del
transporte. El inc. limita lo punible a la acción típica que recae sobre los billetes de empresas de transporte exclusivamente,
sea de personas, de cosas o de ambas. La ley no distingue, por lo que quedan comprendidas las de transporte terrestre,
marítimo, fluvial o aéreo. Debe tratarse de empresas “públicas”, esto es, de propiedad del Estado nacional, provincial o
municipal o de un ente público descentralizado.
INC. 3°. Falsificación, Alteración o Supresión de Numeración Individualizadora. El 3° y último inc. del art.
amplía las acciones típicas en relación con los dos incisos anteriores, dado que, además de la de falsificar, comprende también
la acción de alterar, es decir, cambiar total o parcialmente la numeración genuina que tiene el objeto, dándole una distinta de
la verdadera, y la de suprimir, que importa borrar, hacer desaparecer totalmente la numeración auténtica que tiene el objeto.
Las acciones deben recaer sobre la “… numeración de un objeto registrada de acuerdo con la ley”. La ley, entendida en sentido
amplio, impone que a ciertos objetos se les grave un número, que también puede estar expresado en letras, como marca
individualizadora de aquéllos, para distinguirlos de otros semejantes, o por razones de orden público, de seguridad, de
protección a la propiedad, etc. Debe tratarse de la numeración individualizadora aplicada de acuerdo con la ley, y que adquiere
autenticidad por quedar registrada en documento público.

Culpabilidad. Todos los hechos previstos por los distintos incisos del art. que analizamos son delitos dolosos, que se
consuman con la realización de las respectivas acciones de falsificar, aplicar indebidamente, alterar o suprimir, sin que para su
perfeccionamiento se requiera ningún otro resultado.

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RESTAURACIÓN DE SELLOS USADOS O INUTILIZADOS
Art. 290: $
El 1° Párr. del art. contempla una especial falsificación, consistente en hacer desaparecer de los objetos a que se refieren los
arts. anteriores, el signo que indique que ya han sido utilizados o que han sido inutilizados. Cuando los sellos, timbres, marcas,
etc., cumplen con la finalidad para la cual fueron colocados, o cuando por cualquier razón se les quita valor, se les aplica un
signo que acredita su utilización y que indica que no pueden volver a usarse para los mismos fines de su expedición. La Acción
Reprimida por la figura consiste únicamente en restaurar estos sellos, timbres o estampillas, de manera que aparezcan como
idóneos para volver a utilizarse para el objeto con el que fueron expedidos. Y ello se logra haciendo desaparecer, por cualquier
procedimiento, el signo que los inutiliza para un nuevo uso. Dada las características de la acción típica, cuando la ley incluye a
los sellos, se refiere a los contemplados en el Inc. 2° del Art. 288, no al instrumento sellador comprendido en el Inc. 1°. Coincide
la doctrina en sostener que el momento consumativo del delito se opera cuando se ha restaurado el sello o timbre, haciendo
desaparecer el signo que lo inutiliza, sin que sea necesario para el perfeccionamiento del delito que aquellos sellos o timbres
sean utilizados nuevamente, aunque en este último supuesto podrá mediar un concurso real con estafa.

USO Y PUESTA EN VENTA DE SELLOS USADOS O INUTILIZADOS


El 2° Párr. del art. reprime la acción de usar, hacer usar o poner en venta los sellos o timbres inutilizados. Sujeto Activo del
delito únicamente puede ser quien no ha sido el autor de la restauración. Si quien lo usa, lo hace usar o lo pone en venta es el
mismo autor de la restauración, el hecho sólo queda atrapado por el 1° Párr. del art. La figura exige que el autor del delito
actúe a sabiendas de que el sello que usa, hace usar o pone en venta, ha sido restaurado por haberse suprimido el signo que lo
inutilizaba. El delito se consuma con el uso del sello, por el autor o por el tercero a quien se lo hizo usar, conforme al destino
para el que fue expedido. Respecto de la otra acción típica, se consuma cuando el sello es puesto en venta. Pero se destaca que
la acción de ponerlo en venta no es la acción de vender, por lo que si así ocurre mediará un concurso real con la estafa.

AGRAVANTE PARA LOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS.


Art. 291: Inhabilitación Absoluta
Si el autor de alguno de los delitos previstos por el Cap. fuera funcionario público, la punibilidad se agrava debiendo aplicarse,
además de las penas establecidas para los delitos, la pena conjunta de inhabilitación absoluta, por doble tiempo del de la
condena concretamente aplicada. Pero para el funcionamiento de la agravante, es necesario que el funcionario abuse de su
cargo para la comisión del delito.

FALSIFICACIÓN Y USO INDEBIDO DE MARCAS Y DESIGNACIONES. LEY N° 22.362


Tampoco están incluidas en el tipo las marcas de fábrica, que son tuteladas por una legislación especial – Ley N° 22.362 –, que
no tienen la función de asegurar la cantidad, calidad, identidad, etc., de la cosa, sino que son las utilizadas por los productores
o comerciantes para individualizar los objetos que producen o comercializan.
LEY N° 22.362 CAP. III DE LOS ILICITOS SECCION 1A: ACTOS PUNIBLES Y ACCIONES
ART. 31. Será reprimido con prisión de 3 meses a 2 años pudiendo aplicarse además una multa de $ 1.000.000 a $ 150.000.000:
a) el que falsifique o imite fraudulentamente una marca registrada o una designación;
b) el que use una marca registrada o una designación falsificada, fraudulentamente imitada o perteneciente a un tercero sin su autorización;
c) el que ponga en venta o venda una marca registrada o una designación falsificada, fraudulentamente imitada o perteneciente a un tercero sin su autorización;
d) el que ponga en venta, venda o de otra manera comercialice productos o servicios con marca registrada falsificada o fraudulentamente imitada.
El PEN actualizará anualmente el monto de la multa prevista sobre la base de la variación registrada en el índice de precios al por mayor nivel general, publicado
oficialmente por el INDEC.
ART. 32. La acción penal es pública y las disposiciones generales del Libro I del CPA son aplicables en cuanto sean compatibles con la presente ley.
ART. 33. La Justicia Federal en lo Criminal y Correccional es competente para entender en las acciones penales, que tendrán el trámite del juicio correccional; y la
Justicia Federal en lo Civil y Comercial lo es para las acciones civiles, que seguirán el trámite del juicio ordinario.
ART. 34. El damnificado, cualquiera sea la vía elegida, puede solicitar:
a) el comiso y venta de las mercaderías y otros elementos con marca en infracción;
b) la destrucción de las marcas y designaciones en infracción y de todos los elementos que las lleven, si no se pueden separar de éstos.
El Juez, a pedido de parte, deberá ordenar la publicación de la sentencia a costa del infractor si éste fuere condenado o vencido en juicio.
ART. 35. En los juicios civiles que se inicien para obtener la cesación del uso de una marca o de una designación, el demandante puede exigir al demandado
caución real, en caso de que éste no interrumpa el uso cuestionado. El juez fijará esta caución de acuerdo con el derecho aparente de las partes y podrá exigir
contracautelas.
Si no se presta caución real, el demandante podrá pedir la suspensión de la explotación y el embargo de los objetos en infracción, otorgando, si fuera solicitada
caución suficiente
ART. 36. El derecho a todo reclamo por vía civil prescribe después de transcurridos 3 años de cometida la infracción o después de 1 año contado desde el día en
que el propietario de la marca tuvo conocimiento del hecho.

FALSIFICACIÓN DE DOCUMENTOS EN GENERAL (Arts. 292 al 298 Bis)


Escalas Penales:
 Art. 292: 1° Párr.: 1 a 6a – 2° Párr.: 3 a 8a
 Art. 293: 1° Párr.: 1 a 6a – 2° Párr.: 3 a 8a
 Art. 293 Bis: 1 a 3ª
 Art. 294: pena arts. anteriores
 Art. 295: 1° Párr.: 1m a 1a – 2° Párr.: 1 a 4a
 Art. 296: pena del autor de la falsificación
 Art. 297: equiparación de instrumentos públicos
 Art. 298: pena para funcionarios, además de la principal, + Inhabilitación Absoluta
 Art. 298 Bis: = pena al Art. 293 4
LAS FALSEDADES DOCUMENTALES PREVISTAS POR EL CAP. III
Generalidades. En las figuras previstas en los Caps. I y II su forma de comisión se limita, casi exclusivamente, a la imitación de
los signos que dan autenticidad al objeto del delito. Pero las falsedades documentales previstas por este Cap. permiten una
mayor amplitud en sus formas comisivas, muchas de las cuales, aun sin alterar o imitar los signos de autenticidad del
documento, recaen sobre la verdad de su contenido o eliminan la verdad expresada en el documento mediante su supresión o
destrucción.

Documento. Concepto. El objeto material de los delitos previstos en el Cap. es el documento. Pero no son pacíficas ni la doctrina
ni la jurisprudencia de nuestros tribunales, en punto a la significación, alcances y características del documento como objeto
de las falsedades documentales reprimidas por el CPA. En resumen, acertadamente se ha señalado, como criterio general sobre
el objeto material de los delitos previstos en este Cap., que: “… es documento todo el que, con significación de constancia
atinente a una relación jurídica, observa las formas requeridas por el orden jurídico como presupuestos para asignar valor de
acreditación del hecho o acto que le da vida, modifica o extingue”.
Objeto del Delito. La fig. en estudio señala, como objeto sobre el que pueden recaer las falsedades, al documento, cuyo
concepto y características ya hemos analizado. Pero a continuación, al individualizar la pena, el art. hace referencia a
“instrumento” público y a “instrumento” privado. Esta doble mención ha llevado a una parte de la doctrina a considerar la
necesidad de distinguir ambas expresiones, otorgando a la de “Instrumento” un significado más restringido, como especie del
género “Documento”, en tanto forma, pública o privada, de documentar, concluyendo que el tipo requiere que la falsedad
recaiga sobre lo documental. No nos parece que esta doble mención de la ley pueda trascender en los contenidos de los
distintos tipos de falsedades, sobre todo si se tiene en cuenta que las figuras que componen el Cap. en análisis emplean –
indistintamente– los términos “instrumento” y “documento”. En este sentido, otra parte de nuestros autores considera que
dichos vocablos son utilizados por la ley como sinónimos.

Instrumentos Públicos
Documentos Públicos. Es en la conceptualización de lo que es Documento Público donde las opiniones de la doctrina y los
pronunciamientos judiciales resultan más encontrados y polémicos. Y coincidiendo con esta opinión, puede sostenerse que
son doctrina y jurisprudencia dominante las que postulan que son documentos públicos a los fines de la ley penal, no sólo los
enunciados por el Art. 979 del CCyC, sino también todos aquellos en cuya formación interviene el Estado, nacional, provincial o
municipal, a través de sus órganos o funcionarios con competencia

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para otorgarlos, atribuida por ley nacional o provincial, decreto, ordenanza, reglamento administrativo o cualquier otra
disposición jurídica obligatoria (ley en sentido material), y cumpliendo con los requisitos y formalidades que les den
autenticidad oficial. Conforme a este criterio amplio, se ha señalado por los autores y resuelto por la jurisprudencia que serán
instrumentos públicos las actas de las sesiones legislativas; los decretos del Poder Ejecutivo y las actuaciones y resoluciones
administrativas, hasta el simple recibo que extiende el empleado administrativo como comprobante de pago de una obligación
fiscal; los certificados de estudios y actas de exámenes de colegios o universidades estatales; las actuaciones y prontuarios
policiales; los registros de conductor expedidos por los municipios o las provincias; la oblea destinada a la habilitación de un
taxímetro expedida por una empresa privada que por delegación cumple funciones públicas; las actuaciones de la policía
judicial; las resoluciones y sentencias judiciales, etcétera. También serán instrumentos públicos sus copias o testimonios, en la
medida en que estén revestidos de los signos de autenticidad exigidos por la pertinente ley o reglamentación. Pero esta
mayoritaria opinión no es pacífica, dado que otros autores sostienen que el concepto de instrumento público sólo puede
extraerse del Art. 979 del CCyC y, si bien otorgan a su Inc. 2° un alcance amplio, que va más allá de los referidos a los puros
actos jurídicos, para comprender a todo instrumento otorgado por funcionario público “en la forma que las leyes hubieran
determinado”, afirman que esta forma debe estar reglada por una ley en sentido formal, no por una “ley” en sentido material.

Documentos Equiparados. La Ley N° 24.410 de 1994 agregó a estos documentos los certificados de parto y nacimiento,
que son las constancias expedidas por los médicos o parteras que asistieron a la madre del recién nacido en el alumbramiento.
Los integrantes de las Fuerzas Armadas son aquellos que tienen estado militar y que integran alguna de aquellas Fuerzas. Los
documentos deben estar destinados a acreditar la identidad de su titular, quedando fuera de la agravante los que sólo
acreditan el grado que aquél reviste, la función que desempeña, etc. Las fuerzas de seguridad son los cuerpos militarizados
que se hallan sometidos a la jurisdicción militar y que son la Gendarmería Nacional y la Prefectura Nacional Marítima. En las
fuerzas policiales y penitenciarias se incluyen la Policía Federal, el Servicio Penitenciario Federal, y las policías y servicios
penitenciarios provinciales. Las cédulas de identidad son los documentos expedidos por la Policía Federal y las policías de
provincia, acreditantes de la identidad de las personas. Queda comprendida en la agravante la falsedad que recae en las
libretas cívicas o de enrolamiento, que son documentos con aptitud para probar la identidad de las personas, hasta que estos
documentos no hayan sido canjeados por el DNI. Al incluirse expresamente los pasaportes entre los documentos cuya falsedad
da lugar a la aplicación de la figura agravada, ha quedado superada la opinión que los excluía del párr. 2° por no tener valor
acreditante de la identidad de las personas. Los documentos mencionados en los 2° y 3° Párrs. del art. son todos documentos
públicos, con excepción de los agregados por Ley N° 24.410 (los certificados de parto y de nacimiento), que son documentos
privados.

Instrumentos Privados
Documentos Privados. El CPA incluye, como objeto de las falsedades documentales, no sólo a los documentos públicos sino
también a los documentos privados. El Documento Privado es aquel, otorgado por particulares, en cuya formación no
interviene un funcionario público que, en el ejercicio de su cargo, le dé la autenticidad oficial que caracteriza al instrumento
público. No requiere de formas especiales y las partes pueden redactarlo “… en el idioma y con las solemnidades que juzguen
más convenientes …”, siempre que, firmado por sus otorgantes, tenga un contenido con significación jurídica o aptitud
probatoria de hechos o circunstancias con dicha significación, y cuya falsedad o alteración pueda ocasionar perjuicio a
terceros, de acuerdo con las características comunes que debe revestir todo documento con trascendencia penal. Sólo si el
documento privado participa de las características señaladas será válida la noción residual o negativa que se da de éste: todo
documento que no sea público es documento privado. Destaca Soler que también serán documentos privados aquellos que
contienen un relato semejante a un testimonio y que revelan el propósito de dejar constancia, como el acta de una asamblea,
los libros de comercio, una receta médica, etcétera. Se señalan, además como instrumentos privados, aquellos que han sido
otorgados por funcionarios públicos incompetentes o sin cumplir con las formas requeridas para valer como instrumentos
públicos, siempre que estuvieren firmados por las partes, conforme lo dispone el Art. 987 del CCyC.

FALSEDAD MATERIAL
Acciones Típicas. La figura contempla los casos de falsedades que recaen sobre los signos auténticos de un documento, sobre
sus elementos materiales, tales como la firma, el texto, los sellos, por medio de un procedimiento imitativo, total o parcial, de un
documento que realmente existe o existió; o por medio de la alteración de aquellos signos de autenticidad en un documento
verdadero. El tipo de falsedades indicado en el párr. anterior está abarcado por las acciones señaladas por el artículo: hacer en
todo un documento falso; hacer en parte un documento falso; adulterar un documento verdadero.
Hacer en todo un Documento Falso. La falsificación es total, cuando son creados todos los elementos materiales para que el
documento tenga existencia real. Y esta creación puede lograrse copiando imitativamente los signos de autenticidad de un
documento verdadero que existe, introduciéndole modificaciones falsas y deformantes, logrando hacer pasar por genuino lo
que no es. Pero también es comprendida por la imitación típica la creación de un documento inexistente, “inventando” algo que
nunca existió, para que sea tenido como real y verdadero. Coincide la doctrina en destacar que lo esencial en la creación total
de un documento falso radica en su atribución a quien realmente no lo ha otorgado, lo que se logra atribuyendo la
manifestación o el contenido del documento a alguien que no es su autor u otorgante, o atribuyendo la propia manifestación a
una persona supuesta, con lo que se falsifica todo lo que el documento prueba.

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Hacer en parte un Documento Falso. Para que proceda esta falsedad es presupuesto necesario la existencia de un documento
verdadero. A diferencia de la hipótesis anterior, en la que el agente crea de la nada un documento falso, en la creación parcial de
un documento falso la acción típica debe recaer sobre un documento auténtico. Hacer en parte un documento falso es insertar
en un auténtico declaraciones falsas, que no pertenecen a su otorgante, por medio de agregados o del llenado de espacios en
blanco existentes en el documento auténtico, con lo que se distorsiona o cambia su significación jurídica. Pero el “hacer” en
forma parcial el documento importa una actividad creadora, que se agrega al texto original y auténtico del documento, que
no es modificado materialmente, pero que cambia, por medio de aquellos agregados, en cuanto al verdadero contenido o
significado que le dio su otorgante. Sujeto Activo de falsificación parcial de un documento no sólo puede ser persona distinta de
la que otorgó el documento auténtico sobre el que recae la falsedad parcial, sino también el mismo autor de aquel documento
auténtico.
Adulterar un Documento Verdadero. En la falsedad por adulteración también se requiere, como en la creación parcial de un
documento falso, la existencia de un documento auténtico. Sólo puede adulterarse un documento verdadero. Pero, a diferencia
de la acción de hacer en parte un documento falso –la cual consiste en agregar declaraciones falsas sin modificar el texto del
documento auténtico–, la acción de adulterar recae sobre este texto, suprimiéndolo o modificándolo, de manera tal que su
verdadero contenido sea sustituido por otro falso. En la adulteración, se “trabaja” sobre el texto auténtico del documento.
Elemento Subjetivo. Las falsedades documentales son delitos dolosos. Coincide la doctrina en que no puede haber
falsificación de documento por imprudencia, negligencia o cualquier otra forma de culpa. Se ha destacado que el delito sólo es
compatible con el dolo directo, con lo que se deshecha el dolo eventual.
Consumación. Tentativa. En la falsedad material, la perfección del delito se logra en distintos tiempos, según se trate de un
documento público o de un documento privado. En la falsificación de documentos públicos, el delito se consuma con la
creación, en todo o en parte, de un documento falso o con la adulteración de uno verdadero. No es necesario para su
perfeccionamiento que se haga uso del documento falsificado. Con la sola falsificación del documento público ya aparece la
posibilidad de perjuicio, toda vez que, surgiendo del mismo una presunción de su veracidad y siendo oponible erga omnes, aun
a terceros extraños a su otorgamiento, su sola creación falsa o su adulteración hace nacer aquella posibilidad de daño. Cuando
la falsificación recae sobre documentos privados, unánimemente se admite que para su consumación se requiere el uso de los
mismos. El documento privado no es oponible a los terceros extraños a su otorgamiento, y a quienes su falsedad en nada les
puede afectar. Para que estos instrumentos falsos tengan posibilidad de ocasionar perjuicio, es necesario que se los haga valer
ante sus otorgantes o supuestos otorgantes o ante las personas sobre las que se producirán sus efectos. Coincide la doctrina en
rechazar la posibilidad de la tentativa, se trate de documento público o privado. En los primeros, las acciones tendientes a su
falsificación y, en los segundos, la falsificación sin el uso son meros actos preparatorios impunes. Después de ello, la
falsificación o el uso equivalen a consumación. Se destaca también que la tentativa es inadmisible por tratarse de delitos de
peligro y sólo eventualmente de daño efectivo y que, frente al delito imperfecto, sería imposible determinar si el documento
falso hubiera tenido idoneidad para ocasionar perjuicio.
Concurso de la Figura con Otros Delitos. Cuando el documento falsificado es utilizado para la comisión de otros delitos, se
plantea la cuestión de resolver la forma de concurrencia de la falsedad documental con el otro delito. Tratándose de un
documento público, ya se ha señalado que el tipo se consuma con la sola falsificación o adulteración, no siendo necesaria para
su perfeccionamiento la utilización de aquél. Cuando se usa un documento de esta naturaleza para cometer una estafa, nos
encontramos con dos hechos autónomos e independientes entre sí, por lo que en el caso resultan de aplicación las reglas del
concurso material. La solución no es la misma cuando el medio para cometer el otro delito es la falsificación de un documento
privado, delito éste que para su consumación requiere el uso del documento. En esta cuestión no media acuerdo en la doctrina
ni en la jurisprudencia. Una 1° opinión señala que cuando la utilización del documento es uno de los diversos procedimientos
engañosos a que el agente puede recurrir para cometer el otro delito, la falsedad documental, con el uso consumativo, no pierde
su autonomía delictiva, por lo que concurrirá en forma ideal con el otro delito, por tratarse de una conducta única atrapada
por más de una sanción penal. Algunos de nuestros autores han apuntado pronunciamientos judiciales donde se sostiene que,
como la falsificación del documento privado puede realizarse sin un propósito delictivo, su utilización para cometer otro
delito representa una infracción autónoma que concurrirá materialmente con aquélla. Otra parte de nuestra doctrina se ha
inclinado por considerar los supuestos que analizamos como concurso aparente de leyes. El Delito de Daño (el delito contra la
propiedad o contra cualquier otro bien jurídico) consume el correspondiente delito de peligro (la falsificación de documento
privado).

Agravante para Determinados Documentos. La Ley N° 20.642 incluyó un 2° Párr. al originario Art. 292, incrementando la
penalidad cuando la falsedad material recayera sobre documentos que acreditasen la “… identidad de las personas o la
titularidad del dominio o habilitación para circular de vehículos automotores”.

Documentos Destinados a Acreditar la Identidad de las Personas. Es el Documento Nacional de Identidad (DNI), que
otorga el Registro Nacional de las Personas, y que es el destinado a “… probar la identidad de las personas comprendidas…” en la
ley, agregando ésta que el mismo no puede “… ser suplido por ningún otro documento de identidad, cualquiera fuere su
naturaleza y origen”. Para que sea de aplicación la agravante, la falsedad debe recaer sobre los datos referidos a la identidad
de la persona, de manera tal que se deforme aquella identidad. Las falsedades que afecten otros datos que contiene el
documento sólo serán alcanzadas por la figura básica.

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Por tratarse de un documento público, el delito se consuma con la sola falsificación o adulteración, sin que sea necesario para su
perfeccionamiento el uso de aquél.

Documentos Destinados a Acreditar la Titularidad del Dominio o Habilitación Para Circular de Vehículos Automotores.
El instrumento que acredita la titularidad del dominio de un automotor es el “Título del Automotor” que el Registro Nacional
de la Propiedad del Automotor otorga, certificando la inscripción y el número de dominio del automotor, y su titular, conforme
lo dispone el Decr. - Ley N° 6582/58. Los documentos incluidos en la agravante son sólo los relativos a los automotores
comprendidos en el decr. - ley señalado y mencionados en su Art. 5°, además de los ciclomotores, motocicletas, motocarros,
motonetas, triciclos y cuatriciclos con motor, agregado por la Res. N° 586/88 de la Secretaría de Justicia de la Nación. La
habilitación para circular de los vehículos es la cédula de identificación del automotor, que también otorga el RNPA y que
permite la circulación del vehículo, aún conducido por quien no figure como su titular.

FALSEDAD IDEOLÓGICA
De las falsedades documentales previstas por el CPA, el artículo que comentamos reprime la Falsedad Ideológica o Histórica,
definida por la Exposición de Motivos del Proyecto de 1891, del que proviene la disposición, como “… aquella en que el
instrumento de formas verdaderas consigna declaraciones falsas …”.
Tal falsedad recae sobre un documento materialmente auténtico, extendido por sus verdaderos otorgantes, pero mentiroso en
cuanto a los hechos o circunstancias que integran su contenido y que el documento acredita como verdaderos. Y ello se logrará
haciendo aparecer como ocurridos hechos que no han sucedido, o como ocurridos de forma distinta de aquella como
realmente sucedieron; o insertando en el documento algo que no se dijo u omitiendo insertar lo que se dijo, etcétera. Mediará
pues falsedad ideológica cuando, en un documento materialmente dotado de todos los atributos de autenticidad y genuinidad
en cuanto a su texto y otorgantes, se inserten o se hagan insertar, como verdaderos, hechos o circunstancias falsos o mentirosos.
Se dice que en el documento ideológicamente falsificado hay una forma auténtica y un contenido falso. Pero no toda inserción
falsa o mentirosa en el documento importará una falsedad ideológica. La figura contiene dos exigencias típicas que
necesariamente deberán concurrir para que la falsedad sea punible por el Art. 293. Las declaraciones falsas deben estar
referidas al “… hecho que el documento deba probar…”, es decir a todas aquellas circunstancias o manifestaciones esenciales
que hacen al hecho que el documento público, conforme al destino jurídico para el que ha sido otorgado, está llamado a
acreditar como verdadero. Ha señalado la doctrina que la mentira en las circunstancias personales de los otorgantes, en tanto
el documento no esté destinado a probar las mismas, no será típica a la figura, siempre y cuando aquéllas no sean
imprescindibles para otorgar validez jurídica al acto que se instrumenta. La otra exigencia requerida por la ley para que la
inserción falsa sea típica a la figura es la de que de dicha inserción “… pueda resultar perjuicio”. La posibilidad de perjuicio
debe actuar juntamente con la otra exigencia, que requiere que la falsedad afecte a un hecho que el documento deba probar.
Esta no se basta por sí sola si de ella no surge un peligro concreto de perjuicio, conforme al alcance que ya hemos señalado
tiene este último requisito.

Documentos Objeto de Falsedad Ideológica. Sólo pueden ser falsificados ideológicamente los instrumentos públicos, aunque
esta regla admite excepciones que más adelante se verán. Estos son los únicos que pueden oponerse erga omnes, a terceros
que ninguna vinculación tienen con su otorgamiento, por estar dotados de los signos de autenticidad y haber sido otorgados
ante fedatarios que garantizan oficialmente la veracidad del hecho o manifestación que dichos documentos están destinados a
probar. Quedan excluidos como objeto de la falsedad ideológica los documentos equiparados a instrumentos públicos por el
Art. 297, equiparación que es al sólo efecto de la pena pero que no tiene la virtualidad de convertir estos documentos,
sustancialmente privados, en públicos. Sin embargo, la Ley N° 24.410 agregó al 3° Párr. de dicho Art. 292, al Art. 297 y al 2°
Párr. del Art. 293 los certificados de parto y de nacimiento, que son documentos privados y que pueden ser objeto de la
falsedad ideológica típica a este art. Otras excepciones a la regla que establece que sólo los instrumentos públicos pueden ser
objeto de falsificación ideológica o intelectual las prevé la ley como figuras autónomas, en el art. 295, sobre falso certificado
médico, y en el Art. 298 Bis, referidoa falsedades relacionadas con cheques y facturas de crédito.
Acciones Típicas. Autoría. La figura contempla dos conductas típicas: la de insertar y la de hacer insertar en el documento
declaraciones falsas. La acción de insertar consiste en incluir en el documento declaraciones falsas, mentirosas, que por
exceso, defecto o variación otorgan al acto un sentido jurídico distinto del que realmente ha pasado ante el funcionario
fedatario y sobre cuya veracidad éste debía dar fe. Por tratarse de documentos públicos, sólo el funcionario público o fedatario
competente puede ser el autor de esta forma de falsedad por inserción. Es el único autorizado para extender el documento,
para insertar en el mismo los hechos que han pasado en su presencia o las manifestaciones que le han formulado las partes
otorgantes. De la otra conducta típica reprimida por la figura sólo pueden ser sujetos activos los particulares otorgantes del
documento público, haciendo insertar en el mismo –por intermedio del funcionario o fedatario que lo extiende– declaraciones
mendaces contrarias a la verdad de lo realmente sucedido, respecto al hecho que el documento está destinado a probar. Y
resulta indiferente que el funcionario por error o engaño desconozca la falsedad que se le hace insertar o que por coacción se
lo obligue a insertarla, o que, en connivencia con el particular, y conociendo la falsedad, voluntariamente acepte incluirla en el
documento. En este último supuesto, ambos serán autores del delito.

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Consumación. Tentativa. Por recaer la falsedad ideológica en documentos públicos, el delito se consuma con el
perfeccionamiento del documento, desde el momento en que es autorizado por el funcionario público, siendo innecesaria su
utilización. Pero hemos destacado que la Ley N° 24.410 incorpora al 2° Párr. del Art. 293 los certificados de parto y
nacimiento, que son instrumentos privados, por lo que para el perfeccionamiento del delito será necesaria su utilización. La
equiparación de estos documentos a los que pueden ser objeto de este delito, como la equiparación dispuesta por el Art. 297, es
al solo efecto de la pena, sin que la misma incida en la naturaleza del documento, sustancialmente privado. Media acuerdo en
doctrina y jurisprudencia en que la tentativa resulta inadmisible, se trate de documentos públicos o de certificados de parto o
nacimiento.
Concurso de la Figura con otros Delitos. La cuestión referida al concurso de la falsedad ideológica con otros delitos tiene
características muy similares a las de la que se presenta cuando se trata de la falsificación material de documentos, y que hemos
tratado en el análisis del Art. 292. Cuando la falsedad ideológica recae sobre documentos públicos, si se los utiliza luego de
la consumación de la falsedad, para la comisión de otro delito, estaremos ante un concurso material de delitos, por tratarse de
dos hechos autónomos e independientes entre sí. Cuando se trata de certificados de parto o de nacimiento, la consumación
del delito del art. 293 requiere de su uso, por lo que su utilización para la comisión de otro delito dará lugar a la aplicación de
las reglas del concurso ideal o del concurso material o importará un concurso aparente de leyes, según las distintas soluciones
que a la cuestión se le han dado. También la ley penal reprime distintas figuras delictivas autónomas, cuyas acciones típicas
pueden importar verdaderas falsedades ideológicas, tales como los delitos previstos por los Arts. 138 y 139. Tampoco en estos
casos media acuerdo en doctrina o en la jurisprudencia. Compartimos la opinión que sostiene que, cuando el medio utilizado
para la comisión de estos delitos es la falsificación ideológica de instrumentos públicos, serán de aplicación las reglas del
concurso ideal, frente a otra corriente de opinión que sostiene el concurso aparente de leyes.

Agravante para Determinados Documentos. La Ley N° 20.642 agregó el 2° Párr. 2° al originario Art. 293, en coincidencia
con el párrafo que agregó al Art. 292. Por el mismo, se incrementa la pena cuando los documentos falsificados fueren “… los
destinados a acreditar la identidad de las personas o la titularidad del dominio o habilitación para circular de vehículos
automotores …”. La remisión efectuada por el art. en comentario se refiere al 3° Párr. en conjunción con el 2° Párr. del Art. 292.
Otra parte de nuestros autores admite que la remisión del párrafo que analizamos está referida a los 2° y 3 Párrs. del art.
anterior.

SUPRESIÓN Y DESTRUCCIÓN DE DOCUMENTOS


Denominada de esta manera por una parte de nuestros autores, o simplemente falsedad por supresión, o falsedad impropia, es la
3° forma de falsedad documental prevista y reprimida por el CPA. A diferencia de las 2 falsedades anteriores, en la falsedad
que nos ocupa se hace desaparecer la verdad que acredita el documento mediante la supresión o destrucción de éste. Carrara
definió la falsedad por supresión como la acción por la cual “… no se altera el documento probatorio verdadero, sino que se
sustrae, se esconde o se destruye dolosamente, para ocultar la verdad con perjuicio ajeno”.

DOCUMENTOS OBJETO DE LA FALSEDAD POR SUPRESIÓN O DESTRUCCIÓN


La falsedad por supresión puede recaer sobre documentos tanto públicos como privados. La ley no contiene sobre el
particular ninguna limitación, como lo hace la figura anterior. Coincide la doctrina en señalar que sólo pueden ser objeto de esta
falsedad los documentos verdaderos, genuinos. La supresión o destrucción de copias de documentos existiendo sus respectivos
originales u otras copias a los que se pueda recurrir oportunamente para acreditar la verdad representada por aquéllos no
constituye el delito que analizamos, porque de tal supresión o destrucción no puede derivar perjuicio alguno. La regla
expuesta precedentemente, respecto a que las copias de los documentos no pueden ser objetos típicos del delito, no es
absoluta. Por supuesto que lo serán si constituyen el único testimonio que queda, por haber desaparecido o haberse destruido
su original y las demás copias que hubiera habido.
Acciones típicas. Autoría. La fig. prevé 2 acciones típicas consistentes en suprimir, en todo o en parte, o en destruir, en
todo o en parte, un documento con trascendencia penal. Suprime un documento el que lo sustrae a quien lo tenía
legítimamente en su poder, o el que, detentando su legítima tenencia, lo oculta o no lo presenta ante quien estaba obligado a
hacerlo, logrando con estas acciones o con cualquiera otra similar, que el documento no pueda ser utilizado en la ocasión
oportuna por quien tiene derecho a invocarlo o utilizarlo. Destruye un documento el que actuando sobre la materialidad del
mismo pone fin a su existencia, cuando éste “deja de existir en su esencia material”, cualquiera que sea el procedimiento
utilizado. Mediará también destrucción cuando la acción recaiga sobre el contenido del documento, borrándolo o haciendo
totalmente ilegible su tenor. Se dice que la supresión nos da la idea de desaparición, mientras que la destrucción la de
extinción del documento. Autor del delito puede ser cualquier persona, incluso el mismo otorgante. Pero no mediará la
falsedad que analizamos, cuando el autor de la supresión o destrucción del documento sea el único perjudicado con esta
acción, porque de ella no puede resultar la exigencia típica de la posibilidad de perjuicio para un tercero.
Consumación. Tentativa. Cuando se destruye un documento el delito se consuma en ese mismo instante, dado que a partir de
entonces se ha eliminado la verdad contenida en el mismo y la posibilidad de utilizarlo conforme a su destino probatorio, y con
ello también ha surgido la posibilidad de perjuicio.

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Cuando la acción del agente consiste en la supresión del documento, el hecho no se consuma hasta tanto no se impida el uso
jurídico del documento, privando a los terceros interesados de hacerlo valer como prueba de la verdad en él expresada. Y ello
ocurrirá cuando, siendo necesario el empleo del documento, quien lo tiene ilegítimamente en su poder no lo devuelve o quien lo
tiene legítimamente no lo exhibe, no lo entrega o no lo presenta en tiempo y forma oportunos, estando obligado a hacerlo.
Recién entonces se habrá privado de la prueba de la verdad contenida en el documento y habrá nacido la posibilidad de
perjuicio, lo que consuma el delito. A diferencia de las falsedades previstas en los Arts. 292 y 293, no puede descartarse, en la
que analizamos, la posibilidad de la tentativa cuando las acciones dirigidas a suprimir el contenido del documento no logran,
por causas ajenas a la voluntad del autor, lograr aquel resultado. También media una falsedad tentada cuando se rompe en
varios pedazos un documento, sin lograr el cometido de su total “destrucción”, lo que permite su reconstrucción y posterior
utilización para los fines probatorios de lo que representaba.

Concurso de la Figura con otros Delitos. La falsedad por supresión puede ser el medio utilizado para suprimir o hacer incierto
el estado civil o la identidad de una persona (Arts. 138 y 139 Inc. 2°). En tales supuestos, entendemos que la solución debe ser la
misma que la propuesta al tratar el caso en el artículo anterior. La cuestión también se plantea cuando para la supresión se
acude al apoderamiento ilegítimo (hurto o robo) del documento. Si admitimos que la sustracción del documento, hurtándolo a
quien lo tenía en su poder, para evitar su oportuno uso probatorio, es una de las formas de “suprimir” un documento,
debemos concluir que en tal supuesto estaremos ante un concurso ideal entre el hurto y la falsedad por supresión. Otra parte
de nuestros autores se inclina por el concurso aparente de leyes, donde el hurto o el robo son desplazados por la falsedad por
supresión. Pero ninguna de estas 2 soluciones tendrá cabida cuando el ilegítimo apoderamiento se lleve a cabo con la intención,
no de suprimir, sino de hacer valer el documento sustraído. En tal supuesto, mal puede hablarse de falsedad por supresión; el
hecho sólo será punible como hurto o robo. El Art. 255 reprime también al que sustrajere, ocultare, destruyere o inutilizare
documentos confiados a la custodia de un funcionario o de otra persona en el interés de un servicio público. Es una figura con
igual elemento material que la falsedad que analizamos, pero con otra objetividad jurídica, y que obedece a propósitos también
diferentes. La doctrina ha señalado las notas distintivas entre estas dos figuras. Pueden puntualizarse, como las más salientes,
que el Art. 255 requiere que el documento se encuentre confiado “… a la custodia de un funcionario o de otra persona en el
interés de un servicio público”, exigencia que no es típica al Art. 294, de acuerdo con el cual es indiferente que el documento se
encuentre, o no, sometido a esta custodia, pero sí se requiere que de la falsedad pueda resultar perjuicio, lo que no es
necesario en la figura del Art. 255. Por tratarse de un delito contra la fe pública, la falsedad por supresión sólo puede recaer
sobre un documento genuino, verdadero, lo que es indiferente para la tipicidad de la figura del Art. 255, según el cual la
sustracción o la destrucción pueden recaer sobre un documento tanto verdadero como falso. Pero concurriendo en el hecho los
elementos típicos de ambas figuras, la doctrina señala que mediará asimismo un concurso ideal entre los Arts. 255 y 294.

Agravante para Determinados Documentos. Al analizar los Arts. 292 y 293, vimos que las Leyes N° 20.642, 21.766 y
24.410 habían agregado a aquellos artículos diversos documentos, contenidos en los 2° y 3° Párrs. del vigente Art. 292. Estas
leyes no modificaron el Art. 294, que reprime la falsedad por supresión. Pero como ya se hizo notar en el análisis del Art. 292,
el aumento represivo dispuesto por aquella normativa también alcanza a los supuestos del Art. 294, dado que éste
expresamente se remite a “… las penas señaladas en los artículos anteriores, en los casos respectivos”. Conforme a esta remisión,
quien suprimiere o destruyere alguno de los documentos señalados en los 2° y 3° Párrs. del vigente Art. 292 se hará pasible de
la pena allí señalada.

OMISIÓN DE MEDIDAS NECESARIAS EN LA EXPEDICIÓN DE DOCUMENTOS RELACIONADOS CON EL GANADO


Es un delito formal que se consuma por la simple omisión de no adoptar el funcionario público los deberes de cuidado cuando
expide guías de tránsito de ganado, o cuando visa o legaliza certificados de adquisición etcétera, para cerciorarse de la
procedencia legítima del animal, aunque en el caso concreto la procedencia del animal sea legítima y válida la documentación
que expide y legítima la que visa o legaliza. Le asiste razón entonces a Tazza cuando afirma que se introduce por primera vez
en la legislación argentina un delito culposo, de peligro abstracto, para cuya consumación no se requiere de un resultado, ni
por lesión ni por peligro concreto.

FALSEDAD DE CERTIFICADOS MÉDICOS


1° Párr.
Acción Típica. Autoría. La acción material del delito consiste en dar por escrito un Certificado Médico Falso. Este es un
instrumento privado que no requiere ser extendido en recetario o papel membreteado perteneciente al autor; ni que se utilice
la expresión “certifico”; tampoco será necesario que esté otorgado con términos o formas especiales preestablecidas. Basta
que pueda utilizarse como certificando los hechos que componen su tenor. Pero la ley requiere expresamente que el
certificado sea expedido por escrito. La falsedad debe estar referida a “… la existencia o inexistencia, presente o pasada, de
alguna enfermedad o lesión …”. La figura contempla un caso de falsedad ideológica, pues estamos ante un documento
materialmente genuino, pero mentiroso en su contenido. Es una excepción a la regla consagrada por el Art. 293, que sólo
admite la falsedad ideológica en los instrumentos públicos. El delito requiere de un Sujeto Activo calificado: sólo puede ser
autor del mismo un médico. El perjuicio efectivo. Estamos ante una figura de daño, no de simple peligro, para cuyo
perfeccionamiento se requiere un perjuicio real, que trascienda de la sola lesión de la fe pública. Tal perjuicio puede afectar
tanto a la persona a quien

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se refiere el certificado, como a un tercero extraño a ella, y puede alcanzar a un bien jurídico de cualquier naturaleza, siempre
que este perjuicio derive directamente de la falsedad consignada en el certificado médico.
Culpabilidad. Coincide la doctrina en señalar que la figura es un delito doloso que en su aspecto cognoscitivo alcanza no sólo al
conocimiento preciso de la falsedad de lo que se afirma, sino también a la duda sobre la enfermedad, cuya existencia o
inexistencia el certificado afirma con certeza. No satisface la exigencia subjetiva de la figura el error de diagnóstico o la
imprudencia, negligencia o impericia.

Agravante:
2° Párr. El párr. contempla una conducta que, si bien es idéntica en su materialidad a la prevista en la primera parte, es más
limitada en cuanto a su contenido, dado que la falsedad sólo puede consistir en afirmar la existencia de una enfermedad
presente, pues únicamente ésta puede tener por consecuencia que una persona sea internada en un manicomio, lazareto u
hospital. Como en el caso del 1° Párr. del art., el que nos ocupa es también delito propio, del que sólo puede ser autor un médico.
Algunos autores consideran esta hipótesis como tipo agravado del contenido en el párrafo anterior.
El Resultado Típico. Posibilidad de su Producción. La figura requiere que el falso certificado deba “tener por consecuencia”
que una persona sana sea “detenida” en un manicomio, lazareto u hospital. Por “detención” debe entenderse la internación,
por orden judicial, policial o aun sin ellas, de una persona en los lugares señalados por la ley, ocasionada por la falsa
enfermedad que surge del certificado médico. Se trata de una privación arbitraria e innecesaria de la libertad del paciente.
Entendemos que el consentimiento prestado por el sujeto afectado, pero viciado por el error en que le ha hecho incurrir el falso
certificado, no es dirimente de la ilicitud a los términos del 2° Párr. del art., dado que la innecesaria internación es
consecuencia de la falsedad expresada en el certificado. La posible detención debe ser en un hospital o sanatorio, público o
privado, en un manicomio, hospital destinado específicamente para los enfermos mentales, o en un lazareto, que es el
establecimiento sanitario para aislar a los infectados o sospechosos de enfermedades contagiosas. El afectado por la posible
detención debe ser persona sana. Es tal no sólo aquella que no padece de ninguna enfermedad y tiene perfecta salud, sino
también una persona enferma pero cuya dolencia no sea la que falsamente le atribuye el certificado o no requiera para su
tratamiento la internación del paciente en alguno de los establecimientos señalados por la ley. A pesar de que los términos
utilizados por la ley “debiera tener por consecuencia” han sido cuestionados por los autores por su inadecuada formulación, han
permitido que la doctrina concluya que el delito no requiere para su perfeccionamiento que se produzca la efectiva detención
del afectado. Basta con que el falso certificado haya creado el riesgo de esa internación, aunque ella no se haya producido. Se
trata de una figura de peligro, que se aparta del sistema seguido en el 1° Párr. del art., que requiere un perjuicio efectivamente
producido.
Culpabilidad. Lo expuesto sobre el elemento subjetivo requerido en el 1° Párr. resulta de aplicación a la figura que ahora
analizamos. Es delito doloso, por lo que no satisface a la culpabilidad típica el error en el diagnóstico, la imprudencia,
negligencia o cualquier otra forma de la culpa. Es necesario que el autor conozca que el paciente no padece la enfermedad que
certifica, o que no la padece en la forma que el certificado afirma, que prevea la posibilidad de que con su falsedad aquél sea
internado en alguno de los establecimientos señalados por la ley y que, no obstante, el conocimiento y la conciencia de la
posibilidad de aquel resultado, extienda y entregue ese falso certificado.
Consumación. Tampoco media acuerdo respecto al momento consumativo del delito previsto en este 2° Párr. Una parte de
nuestros autores sostiene, correctamente, que el delito queda consumado cuando el médico entrega a un tercero el certificado
falso. Otra corriente de opinión –y partiendo asimismo del supuesto de que estamos ante un documento privado– requiere
para el perfeccionamiento del delito el uso del certificado.

USO DE DOCUMENTOS O CERTIFICADOS FALSOS


Acción Típica. Objeto del Delito. La materialidad del delito consiste en usar, esto es, emplear, utilizar un documento falso o
adulterado. Pero debe tratarse de un empleo conforme con la finalidad probatoria a que el documento estaba destinado, para
hacerlo valer como tal. No es necesario que se haga uso de él ante la autoridad pública. Basta que el documento sea empleado
conforme a su destino. La ley reprime el uso de un documento falso, no el uso falso de un documento genuino. Puede tratarse
de un documento público o privado, que sea material o ideológicamente falso; de un documento nacional o extranjero,
falsificado en el país o fuera de él. Pero si bien la conducta típica requiere el uso de un “documento o certificado falso o
adulterado”, ha destacado la doctrina que no es necesario que esa previa falsificación o adulteración sea a su vez delictiva. Es
suficiente, para incurrir en el delito previsto por el Art. 296, el uso de un documento o certificado que se sabe falso o
adulterado mediando las restantes exigencias del tipo, aunque, en el caso concreto, no puedan aplicarse al autor o partícipes
de la falsedad las figuras de los Arts. 292, 293 o 295. Al remitir el art. a las penas establecidas para el autor de la falsedad,
cuando se usan los documentos previstos por los 2° y 3° Párrs. del Art. 292 o en el 2° Párr. del Art. 293, las penas serán las
conminadas en aquellos párrs.
Autoría. El delito previsto por el Art. 296 sólo puede ser cometido por quien no fue autor de la falsedad material o ideológica
del documento que luego usa. El autor de la falsedad responderá por los Arts. 292, 293 o 295. La

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conducta de usar un documento que el mismo sujeto previamente había falsificado es absorbida por las respectivas figuras de
las falsedades documentales, las que se excluyen mutuamente con la figura que analizamos. Se ha señalado que castigar la
falsificación y el uso en una misma persona es violatorio de la regla “ne bis in idem”. Media acuerdo tanto en doctrina como en
la jurisprudencia respecto de que el Art. 296 se refiere a la acción de un tercero extraño a quien confeccionó el documento
falso. La regla expuesta anteriormente sobre la imposibilidad de que el autor o el partícipe de la falsificación puedan además
ser reprimidos por la figura que comentamos no es absoluta, y sólo es aplicable a los supuestos en que aquellos autores o
partícipes sean responsables y punibles por las respectivas figuras de las falsedades materiales o ideológicas, por darse todas
las exigencias. Pero no es necesario para la aplicación del Art. 296 que la previa falsificación del documento que se usa sea
delictiva.
Posibilidad de Perjuicio. A diferencia de los anteriores art. del Cap., el que comentamos no trae la exigencia expresa de la
posibilidad o del efectivo perjuicio como requisito del tipo. Coincide la doctrina en señalar que, pese a no contemplarlo
expresamente, el perjuicio potencial o efectivo, según sea el documento falso utilizado, es también exigencia típica de la figura
que analizamos.
Culpabilidad. El delito sólo admite el dolo directo, que en el aspecto cognoscitivo requiere el conocimiento cierto de la
falsedad y la voluntad de utilizar el documento no obstante ese conocimiento. No resulta admisible el dolo eventual. La duda
sobre la autenticidad no equivale a la ciencia; se requiere un conocimiento positivo de la falsedad.
Consumación. Tentativa. Coincide la doctrina en señalar que el delito que analizamos es instantáneo, que se consuma en el
momento de usar el documento, a pesar de que muchas veces, con el uso del documento, se creen situaciones con caracteres de
permanencia. La prescripción de la acción penal en este delito corre a partir del momento en que se usa el documento de
modo que pueda resultar perjuicio, con independencia de la permanencia de sus efectos. La tentativa es inadmisible. Es
también opinión pacífica de la doctrina.

DOCUMENTOS EQUIPARADOS A INSTRUMENTOS PÚBLICOS


La normativa equipara los instrumentos a que hace referencia, todos ellos de carácter privado, a los instrumentos públicos. La
ley les ha otorgado una protección superior de la que merecen los otros instrumentos de la misma naturaleza, no contenidos en
su enunciación, por sus características o por el trascendente papel que tienen en las cotidianas transacciones comerciales, y
que justifica un amparo como el que se le otorga a los instrumentos públicos. Pero media pacífica uniformidad en doctrina en
cuanto a que la equiparación dispuesta por el artículo es al sólo efecto de la pena y no en cuanto a la naturaleza del
documento. La figura no transforma los documentos equiparados en instrumentos públicos. Aquellos siguen manteniendo su
naturaleza jurídica de instrumentos privados, por lo que su falsificación sólo será punible en la medida en que concurran todas
las exigencias requeridas para las falsedades de aquellos documentos. Atento al alcance que tiene la equiparación dispuesta
por el art. (solo en cuanto a la pena, no en cuanto a la sustancia del documento), ésta sólo podrá funcionar respecto de la
falsedad material o por supresión, únicas de las que pueden ser objeto los instrumentos privados. No así respecto a la falsedad
ideológica, que sólo puede recaer en instrumentos públicos, salvo las excepciones expresamente dispuestas por la ley, como el
falso certificado médico o las falsedades en facturas de crédito, que son típicas falsedades ideológicas que recaen en
instrumentos privados.
Documentos Incluidos en la Equiparación. La enumeración contenida en el Art. 297 es taxativa. Ampliar la misma a otros
documentos importará una indebida interpretación extensiva del tipo. La Ley N° 24.410 incluyó en el art. los certificados de
parto y de nacimiento, inclusión que resulta inexplicable. La figura equipara a los instrumentos públicos, al solo fin de la pena,
los siguientes instrumentos privados:
Testamentos Ológrafos o Cerrados. Los testamentos de ambos tipos son instrumentos privados, dado que ninguno de ellos
es otorgado en acto público ante escribano público. El testamento ológrafo debe ser escrito todo entero, en cualquier idioma,
fechado y firmado por la mano misma del testador. El testamento cerrado debe ser firmado por el testador, debiendo
entregarse el pliego que lo contenga a un escribano público, en presencia de 5 testigos, expresando que el contenido de aquel
pliego es su testamento.
Letras de Cambio y Títulos de Crédito Transmisibles por Endoso o al Portador. La letra de cambio es “la promesa
incondicionada de pagar una suma determinada de dinero”, la que “… es transmisible por vía de endoso, puro y simple, aun
cuando no estuviese concebida a la orden …”. Se incluyen en la equiparación los demás títulos de crédito transmisibles por esa
vía, con aptitud para entrar en el torrente circulatorio comercial, como los vales o pagarés y los otros papeles de comercio al
portador. La doctrina ha incluido también en esta categoría de documentos a los billetes de lotería oficial, los giros
bancarios, postales o telegráficos, la póliza de seguro marítimo redactada a la orden y los certificados de depósito o
warrants.

PUNIBILIDAD DE FUNCIONARIOS PÚBLICOS


Agravante para los Funcionarios Públicos. Para la adecuada comprensión de los sujetos incluidos en la agravante, debe
recurrirse, en principio, a las reglas establecidas en el Art. 77 4° Párr. Desde el punto de vista del derecho administrativo,
“funcionario público” es aquel a quien el Estado le ha delegado la facultad de expresar o ejecutar su voluntad ante los
administrados y, en este sentido, ejerce funciones públicas. El “empleado público” no participa del ejercicio de las funciones
públicas: sólo presta servicios en la Administración Pública, vinculados al ejercicio de una función pública. Señala la doctrina
que la agravante contenida en el artículo sólo alcanza al funcionario público propiamente dicho, conforme al concepto
administrativo del mismo. La agravante no alcanza al que administrativamente es “empleado público”, que no ejerce funciones
públicas, sino que sólo presta servicios auxiliares a esa función. Se señala, con precisión, que, si bien en muchas figuras

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la expresión “funcionario” comprende las dos categorías mencionadas en el Art. 77, en la que analizamos no media tal
equiparación, dado que la ley, además de referirse al funcionario, requiere que éste actúe “con abuso de sus funciones”, y
solamente puede abusar de estas funciones quien las tiene legítimamente. Algunos de nuestros autores no hacen la distinción
analizada, remitiéndose, sin fundamentación, a la definición genérica del Art. 77 Párr. Tampoco están incluidos en la agravante
los escribanos públicos, que, si bien cumplen una función estatal como otorgantes de la fe pública, no pertenecen a la
Administración Pública, ni por nombramiento ni por elección popular.
La Exigencia del Abuso Funcional. La aplicación de la agravante no depende de la sola condición de funcionario público del
sujeto activo, sino que es necesario que la falsificación provenga de un abuso funcional del agente.

FALSEDADES RELACIONADAS CON FACTURAS DE CRÉDITO


Objeto del Delito: la Factura de Crédito. Contratos que Comprende. La Factura de Crédito, conforme a la normativa que la
regula, es un título de crédito formal que debe emitirse cuando se celebre un contrato de compraventa, de locación de cosas
muebles, de locación de servicios o de locación de obra, y se haya convenido un plazo para el pago del precio, posterior a la
entrega de las cosas o de la obra, o a la realización de los servicios. Debe contener los siguientes requisitos: lugar y fecha de
emisión; fecha de vencimiento de la obligación; lugar de pago; importe a pagar; identificación de las partes y de sus domicilios;
firma del vendedor o locador; firma del comprador o locatario que tendrá el efecto irrevocable de aceptación de su exactitud y
el reconocimiento de la obligación de pago. Después de aceptada por el comprador o locatario, el vendedor o locador puede
transferirla por vía de endoso. La vigente Ley N° 24.760 amplía los contratos jurídicos sobre los que debe emitirse la factura
de crédito, agregando a los que ya comprendía la anterior Ley N° 24.064 la locación de cosas muebles. También amplía el
campo de lo punible, dado que incluye en el vigente Art. 298 Bis todos los contratos en los que debe emitirse factura de crédito.

Acciones Típicas. La figura contempla 2 conductas que se pueden diferenciar con precisión. En su 1° Parte, el art. prevé una
falsead ideológica de documento, consistente en la realización de un título simulado, al reprimir la emisión o aceptación de una
factura de crédito que no se corresponda con el negocio jurídico realmente contratado, lesionando así al bien jurídico de la fe
pública, dado que, por tratarse la factura de crédito de un título circulatorio transmisible por endoso, su falsedad puede ser
causa de potencial perjuicio para un número indeterminado de personas ajenas al origen de aquella factura. En su 2° Parte, la
disposición en estudio contempla una figura más cercana a una defraudación por abuso de confianza, reprimiendo a quienes en
forma injustificada rechacen la aceptación de la factura de crédito cuando el servicio ya ha sido prestado o reteniendo la
mercadería entregada. Esta conducta no importa ni una falsedad documental ni atenta contra la fe pública, por lo que su
ubicación en el Cap. III el Tít. XII del CPA resulta, “cuando menos, asistemática”.

Emisión o Aceptación de Factura de Crédito Falsa. Las acciones contempladas por la 1° parte del art. que comentamos
importan una falsedad ideológica cometida en instrumento privado. Es otra de las expresas excepciones establecidas por la
ley, que se aparta de la regla general que sólo admite este tipo de falsedad en instrumentos públicos. Emite la factura de crédito el
vendedor o locador que la confecciona y firma, incluyendo en la misma las especificaciones requeridas por el Art. 2° incorporado
por la Ley N° 24.760 al Cap. XV del Tít. X del Ex – Cód. de Comercio. La acepta el comprador o locatario que firma la misma,
aceptando la exactitud de su contenido y reconociendo la obligación de su pago. La falsedad consiste en emitir o aceptar
facturas de crédito que no correspondan a operaciones “… realmente contratadas …”. Pese a la deficiente formulación
gramatical de la figura, quedan incluidas en el tipo tanto las facturas que se refieran a operaciones inexistentes, como las que
distorsionan las modalidades o no guardan correspondencia con operaciones reales, dado que en cualquiera de los supuestos
estaremos ante un título de crédito, que por ser transmisible por endoso, tiene aptitud para perjudicar a un número
indeterminado de personas extrañas al documento y para lesionar la fe pública, bien jurídico protegido por la figura.

Consumación. Tentativa. No media acuerdo en doctrina respecto al momento consumativo del delito. Se sostiene que éste se
perfecciona con la respectiva acción, es decir, cuando se emite o se acepta la factura de crédito. Otros autores sostienen que,
por tratarse de documento privado, la consumación del delito requiere del uso de la factura falsa. Pensamos que es ésta la
solución dogmáticamente más acertada. Cualquiera que sea la posición que se adopte respecto al momento consumativo del
delito, la doctrina ha señaladola inadmisibilidad de la tentativa.

Rechazo Injustificado a la Aceptación de la Factura de Crédito. La 2° Parte del art. que analizamos fue introducida por la
Ley N° 24.760. En este caso se reprime al comprador o al locatario que, habiendo recibido la mercadería o el servicio
conforme a la operación contratada, rechazan o eluden aceptar la factura de crédito referida a la misma, impidiendo al
vendedor o locador disponer de un título cambiario perfecto. La figura, más que atentar contra la fe pública, tiene las
características de un delito contra la propiedad, donde el bien jurídico realmente protegido es el patrimonio del vendedor o
locador, afectado por el injustificado rechazo de la factura de crédito. La figura requiere que el rechazo sea injustificado. Pero
no es suficiente el rechazo injustificado para el perfeccionamiento del delito; la ley requiere además que el servicio “… ya hubiese
sido prestado en forma debida”, o que el comprador o el locatario retengan la mercadería que se les hubiere entregado. Respecto a
la primera exigencia, ella resulta obvia y hasta innecesaria, toda vez que, si el servicio no se prestó en debida forma, conforme a
lo contratado, el rechazo a la aceptación de la factura resulta justificado. Por eso es que se destaca que existirán justificaciones
posibles, aun cuando el servicio haya sido prestado en legal forma.

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Respecto a la 2° exigencia, no será punible el comprador que, rechazando injustificadamente la aceptación de la factura,
devuelve los bienes recibidos. Atinadamente se ha objetado el delito acuñado por esta segunda parte del artículo que
analizamos, que sólo protege al acreedor, vendedor o locador, que emite la factura de crédito, la que es rechazada
injustificadamente por el comprador o locatario, sujeto activo del delito.

FABRICACIÓN Y TENENCIA DE ELEMENTOS DE FALSIFICACIÓN (Art. 299: 1m a 1a)


Coincide la doctrina en destacar que la figura acuña un delito autónomo, cuyas acciones constituyen simples actos
preparatorios de alguna de las falsedades previstas en el Tít. XII, lo que importa otra de las excepciones al principio de la
impunidad de aquellos actos. La razón de la incriminación de los mismos radica en la importancia de los bienes jurídicos
tutelados, y en especial, en el caso que nos ocupa, se señala la falsificación de moneda, valores oficiales, sellos y timbres, etc.

Acciones Típicas. La fig. contempla 3 acciones típicas distintas, pero, por tratarse de una figura compleja alternativa, basta
para perfeccionar el delito con la comisión de una sola de ellas. Pero la comisión, por el mismo sujeto, de más de una de las
acciones previstas no multiplica la delincuencia, y el hecho sigue siendo único. Se trata de una infracción que admite
pluralidad de hipótesis. La fabricación consiste en la elaboración o construcción de la materia o del instrumento falsificador.
También será típica la modificación de un objeto ya existente para que se pueda utilizar entonces como elemento para
falsificar. Introduce al país el que hace ingresar las materias o los instrumentos dentro de los límites territoriales de la
República, desde un país extranjero. Conserva en su poder el que detenta, mantiene o guarda la cosa con caracteres de cierta
permanencia. Es algo más que una simple tenencia efímera, la que no es alcanzada por la figura. De lo expuesto se advierte que
se trata de un delito instantáneo en sus modalidades de fabricar e introducir, mientras que es permanente en su tercera
modalidad. Pero no basta para la punibilidad con la fabricación, introducción o conservación de los objetos del delito. La ley
requiere que estos objetos, las materias o instrumentos, sean “conocidamente destinados” a falsificar. Con esta expresión se
establece que debe tratarse de objetos destinados específicamente a la falsificación, no sólo respecto al propósito del autor, sino
“conforme a la naturaleza del objeto mismo”. Es una exigencia de carácter objetivo, que, para limitar la inusitada extensión
que puede alcanzar el tipo, sólo permite incluir en el mismo aquellos objetos que notoria y exclusivamente están destinados a
falsificar.

Consumación. Tentativa. Se trata de un delito de simple conducta, que se consuma con la realización de las acciones típicas de
falsificar, introducir o conservar, no siendo necesario para su perfeccionamiento ningún tipo de resultado. No obstante
tratarse de un delito de peligro abstracto, las dos primeras formas comisivas admiten verdaderos actos ejecutivos previos a
su consumación, por lo que en ellas la tentativa es admisible. Pero no lo será en su tercera modalidad, la de
conservación.
Culpabilidad. Es coincidente la doctrina cuando señala que la figura es delito que exige el dolo directo, que requiere en el
autor el conocimiento preciso del destino o utilidad de los objetos que fabrica, introduce o conserva en su poder, aunque no es
necesario que las conductas típicas se lleven a cabo con la específica intención de utilizar estos objetos para falsificar.

DE LOS FRAUDES AL COMERCIO Y A LA INDUSTRIA (Art. 300: 6m a 2a)


Ha señalado la doctrina que la fe pública, en tanto Bien Jurídico Protegido por el Cap. sólo puede entenderse como la
confianza que el público en general tiene en el correcto y honesto desenvolvimiento de las operaciones comerciales o
industriales, y que es seriamente afectada por las acciones reprimidas en el Cap. Pero poco o nada tienen que ver con la idea
de fe pública como la verdad certificada de ciertos objetos, actos o instrumentos que gozan de autenticidad probatoria. Con
acierto se dice que la consideración de estos hechos como una nueva categoría especial de delitos contra la economía pública
se halla determinada “… por la sola consideración de la trascendencia social alcanzada por ciertos fenómenos económicos de
concentración de capitales, en particular mediante la formación de grandes trusts, consorcios industriales y acuerdos de
capitalistas de proporciones tales que hacen aparecer en franco conflicto los intereses económicos de un pequeño grupo con
los de la colectividad”.

Distintos Supuestos:
INC. 1°. AGIOTAJE. Señalaba Moreno que el alza o la baja normal de las mercaderías, regulada por la ley de la oferta y
la demanda, es un fenómeno natural que no puede ni debe ser reprimido. Pero sí debe serlo el forzar dolosamente esas leyes
naturales en perjuicio del comercio, de la industria y de los consumidores. El delito previsto por el Inc. 1°, comúnmente
denominado por la doctrina como Agiotaje, es aquel cuya acción obtiene como resultado el alza o la baja forzadas del precio de
las mercaderías, por medio de los procedimientos señalados por la ley, dolosamente ejecutados y encaminados al logro de
aquel resultado. Se destaca que es un delito que afecta la intangibilidad del natural y libre proceso de formación de los precios.
Los Objetos del Delito, sobre los que debe recaer el alza o la baja de su precio, son las mercaderías. Mercaderías, según el Art.
77, son “… toda clase de efectos susceptibles de expendio …”.
Medios Comisivos. La fig. enumera los medios que deben utilizarse para obtener el resultado punible de alzar o bajar los
precios. Estos consisten en “… noticias falsas, negociaciones fingidas o … reunión o coalición entre los principales tenedores de una
mercadería o género”. Media acuerdo en doctrina en cuanto a que la enumeración es taxativa, no admitiendo la ley otros medios
típicos. Las noticias falsas consisten en la comunicación pública y dolosa de afirmaciones referentes a hechos falsos y que
tengan influencia en el proceso de fijación de los precios de las mercaderías. El autor debe tener el conocimiento de la

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falsedad en el momento de la difusión de la noticia, utilizándola intencionalmente como medio para hacer subir o bajar los
precios. No es necesario que la noticia tenga carácter económico. Las Negociaciones Fingidas son operaciones comerciales
simuladas, inexistentes, referidas a mercaderías, que por las características o volumen con que se las hace aparentar, tienen
entidad suficiente para influir en el alza o baja de los precios. El último medio típico que menciona el inc. consiste en la reunión
o la coalición entre los principales tenedores de una mercadería o género, encaminada a lograr el resultado punible. Pero, para
que la reunión o la coalición sean medios típicos, deben realizarse entre los “principales tenedores” de la mercadería. Pueden
ser tanto los fabricantes como cualquier clase de intermediarios. Esta modalidad comisiva contiene un plus en el aspecto
subjetivo respecto a las otras modalidades. La coalición debe tener el fin específico de no vender la mercadería o de no
venderla sino a un precio determinado, para lograr el alza o la baja de su precio.
Sujetos Activos. Autor del delito en sus dos primeras modalidades delictivas –falsas noticias y negociaciones simuladas–
puede ser cualquier persona, aun aquella que ningún interés pecuniario tenga en el alza o la baja de los precios. En su tercera
modalidad delictiva, el inciso expresamente establece que sujetos activos de la reunión o de la coalición sólo pueden ser los
“principales tenedores” de la mercadería.
Consumación. Tentativa. Por tratarse de delito de resultado, el agiotaje se consuma cuando se ha producido el alza o la baja
de los precios. Media coincidencia en doctrina sobre esta solución en lo referente a las dos primeras modalidades comisivas. El
mismo criterio sobre el perfeccionamiento del delito debe aplicarse en su tercera modalidad, la de reunión o coalición de los
principales tenedores. Para su consumación también es necesario que se haya producido la variación de los precios. Dadas las
características del delito, en esta modalidad, admite la tentativa.

INC. 2°. Balances e Informes Falsos. La característica del delito previsto por el último inciso del artículo que
comentamos es que se trata de un delito de propia mano en el que sólo pueden ser autores las personas señaladas: “El fundador,
director, administrador, liquidador o síndico de una sociedad anónima o cooperativa o de otra persona colectiva …”. La
enumeración es taxativa, por lo que nadie excluido del texto puede ser autor de este delito. Conforme a la Ley N° 19.550,
sobre Sociedades Comerciales: el fundador es la persona que ha intervenido en la constitución de la sociedad, suscribiendo
acciones. Director es cada uno de los integrantes del órgano de administración de la sociedad, correspondiendo al presidente
del directorio la representación de la sociedad. Administrador es el mandatario de la sociedad, en quien se ha delegado la
función de realizar los actos de administración de la sociedad. Liquidador es quien representa a la sociedad a los fines de su
extinción y está dotado de todas las facultades para realizar su activo y cancelar su pasivo; confecciona balances e inventarios,
informa a los socios sobre el estado de la liquidación y efectúa el balance final y la distribución entre los socios. Síndico es la
persona que ejerce las funciones de fiscalización de la sociedad. Todos estos posibles Sujetos Activos del delito deben
pertenecer a una sociedad anónima o cooperativa o a “otra persona colectiva”.
Acciones Típicas. Objetos del Delito. Las 1° acciones típicas previstas por la figura son las de publicar –que significa poner
en conocimiento de los que por ley o estatutos son los destinatarios–, los instrumentos objeto del delito. Certificar es dar fe
sobre la veracidad o exactitud de aquellos instrumentos. Autorizar es consentir o aprobar un acto, calificándolo como bueno o
correcto. Todas estas acciones deben haber sido ejecutadas por el agente con facultades legales o estatutarias para hacerlo.
Objetos materiales de las acciones de publicar, certificar y autorizar son los inventarios, balances, cuentas de ganancias y
pérdidas, informes, actas o memorias. Inventario es el documento contable que contiene todos los bienes y deudas de la
empresa. Constituye el soporte indispensable del balance. Balance es el documento que pone de manifiesto el estado
patrimonial, financiero y económico de la empresa a la fecha del documento. La cuenta de ganancias y pérdidas permite
conocer los resultados de la gestión de la empresa, las utilidades obtenidas o pérdidas sufridas, durante un período
determinado. Cuando la figura incluye entre los instrumentos típicos a “los correspondientes informes”, no se refiere a
cualquier tipo de informe, sino sólo a los concernientes al estado económico-financiero, de la persona colectiva. Acta es la
relación escrita de lo tratado y resuelto en las sesiones del directorio o de la asamblea. Memoria es el informe del
administrador sobre el estado de la sociedad en las distintas actividades en que haya operado y su juicio en cuanto a la
proyección de las operaciones, y sobre cualquier otro aspecto que ilustre acerca de la situación presente y futura de la
sociedad. Pero es necesario para la tipicidad que el inventario, el balance, etc., que se publican, certifican o autorizan, sean
falsos o incompletos, esto es, que sean mentirosos, que no se correspondan con lo que realmente es. La otra acción típica,
contenida en la última parte del inc., consiste en informar a la asamblea o reunión de socios con falsedad o reticencia. La
información debe rendirse a la asamblea o “reunión de socios”. Esta última expresión debe tomarse en sentido equivalente al
de “asamblea” y es admitida en determinadas sociedades.

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La información, que puede prestarse en forma oral o escrita, debe ser falsa o reticente, es decir, ser inexacta o mentirosa, u
ocultar hechos o circunstancias que debían informarse. Pero no toda información será típica por el mero hecho de que sea
falsa o reticente. Debe versar “… sobre hechos importantes para apreciar la situación económica de la empresa …”.
Consumación. Tentativa. El inc. contempla un delito formal, que se consuma con la exteriorización de las acciones típicas de
publicar, certificar, autorizar o informar, que no requieren para su perfeccionamiento ninguna otra clase de resultado, por lo
que la tentativa es inadmisible.

Balances e Informes Falsos Agravados (Art. 300 Bis: 1 a 4a + $)


La figura agrava la pena para el caso de que el Encubrimiento de una situación o aspecto económico determinado de una
empresa lo sea a los efectos de ocultar la comisión de los Delitos de Cohecho y Tráfico de Influencias, nacional y transnacional.
En tal sentido, se trata de un delito doloso, que requiere un plus subjetivo distinto al dolo: el autor debe actuar con esa
finalidad específica, descripta en la norma.

Autorización de Actos Indebidos (Art. 301: 6m a 2a; Agravante: Máx. de la pena se eleva a 3a; Fig. Residual)
Señala la doctrina que el bien protegido por esta figura es la confianza que el público en general deposita en lo que se presume el
correcto y legal desenvolvimiento de las sociedades o entes colectivos, y en el control a que están sometidos por el Estado.
También resulta ser, el que analizamos, delito propio, del que sólo pueden ser autores las personas mencionadas en el
artículo, es decir, el director, el gerente, el administrador o el liquidador de la sociedad.
Acciones Típicas. La figura admite 2 modalidades distintas de comisión: prestar concurso, esto es, cooperación, ayuda o
asistencia, y prestar el consentimiento a actos contrarios a la ley o a los estatutos. El acto al que se prestan el concurso o el
consentimiento debe ser contrario a la ley o a los estatutos. Es necesario para la tipicidad, además del concurso o del
consentimiento al acto indebido, que de éste pueda derivar algún perjuicio. La fórmula actual resulta así mucho más amplia y
contempla un delito de peligro, que no requiere para su consumación que el perjuicio se efectivice; basta la posibilidad
concreta de su producción. Pero se destaca que el artículo también resulta de aplicación cuando el perjuicio contemplado en la
figura anterior se ha producido. La expresión “a sabiendas”, utilizada por la ley, importa un elemento subjetivo del tipo, que
reclama que el autor tenga la absoluta certeza de que el acto al que presta su concurso o consentimiento es contrario a la ley o a
los estatutos de la persona jurídica.
Agravante. La última parte del art. eleva el máximo de la pena a 3 años de prisión, cuando el acto contrario a la ley fuere la
emisión de acciones o cuotas de capital. Media acuerdo en doctrina en que se trata de una agravante subsidiaria, que sólo se
aplicará si “el hecho no importare un delito más severamente penado”, lo que ocurrirá cuando la acción produzca un perjuicio
patrimonial para los socios o accionistas, en cuyo caso la administración fraudulenta del Art. 173 Inc. 7° desplazará a esta
figura.
Culpabilidad. Tanto en su forma básica como en la agravada, se trata de un delito doloso, que en su aspecto cognoscitivo
requiere la certeza de la ilicitud del acto para el que se prestan el concurso o el consentimiento. Sólo admite el dolo directo,
siendo inadmisible el eventual.

DEL PAGO DE CHEQUES SIN PROVISIÓN DE FONDOS. CARÁCTER DE LA INFRACCIÓN. DIFERENCIA CON LA ESTAFA (Art.
302: 6m a 4a + Inhabilitación Especial)

El Art. 302 será de aplicación siempre que el cheque librado o entregado en forma típica a cualquiera de los supuestos
previstos por la figura no sea el medio ardidoso utilizado para estafar. En este caso, el delito que analizamos queda desplazado
por la figura del Art. 172. Se trata de una subsidiariedad expresamente consagrada por la ley, pero referida exclusivamente a la
estafa, no a cualquier otro delito más grave. Otros autores extienden la regla de la subsidiariedad consagrada por la norma no
sólo al Art. 172, sino también a cualquier otro delito reprimido con pena mayor. La doctrina y la jurisprudencia han rechazado
la absorción del cheque irregular por la estafa, cuando aquél se ha utilizado como medio cancelatorio de una deuda
preexistente, o cuando de cualquier manera se otorgue crédito al librador, dado que en estos supuestos no hay una inmediata
contraprestación por parte de quien lo recibe. En tales casos, sólo habrá un libramiento ilegal de cheques, dado que no media
por parte del sujeto pasivo ninguna disposición patrimonial perjudicial. La única lesión a su patrimonio consistirá en no recibir
en tiempo el importe de la libranza. Pero cuando el cheque es el procedimiento mediante el cual se obtiene una
contraprestación en dinero o efectos, el hecho será típico al Art. 172. En este caso, el error en que incurre el sujeto pasivo, por
la apariencia de bienes que importa la entrega del cheque como pago de contado de lo que se recibe, es el motivo de su
disposición patrimonial perjudicial. Media entre aquel error y esta disposición patrimonial una perfecta conexión causal.

DISTINTAS HIPÓTESIS LEGALES


El vigente Art. 302, en sus 4 inc., prevé y reprime 4 formas autónomas del delito:
1. El libramiento de cheque sin provisión de fondos.
2. El libramiento de cheque a sabiendas de la imposibilidad legal de su pago.
3. El bloqueo y la frustración maliciosa del cheque.
4. El libramiento de cheque en formulario ajeno.

Con razón ha señalado la doctrina que a partir de la reforma introducida al artículo por el Decr. - Ley N° 4778/63 y con la
posterior y vigente modificación incorporada por la Ley N° 16.648, la rúbrica del Cap. VI del Tít. XII no es acertada, por
incompleta, pues ésta sólo hace referencia a la figura prevista por el Inc. 1°, sin comprender el resto de las figuras incorporadas
por aquellas reformas, las que pueden tratarse de libramientos con la suficiente provisión de fondos.
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1° Fig.: Libramiento de Cheques Sin Provisión De Fondos. El Inc. 1° del art. en estudio contempla una figura
compleja cuya conducta típica está integrada por una acción (dar o entregar un cheque sin tener provisión de fondos o
autorización para girar en descubierto), y una omisión (no abonarlo dentro de las veinticuatro horas de la comunicación al
librador de su falta de pago).

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En opuesta dirección, se sostiene también que se trata de un delito de omisión o de “predominante actividad”. La omisión de
pago no integra el tipo penal. Ella es sólo una condición objetiva de punibilidad o una excusa absolutoria de un delito ya
consumado. Acción Típica. La acción material del delito consiste en dar en pago o entregar por cualquier concepto un cheque
sin provisión de fondos o sin autorización para girar en descubierto. Se da en pago el cheque cuando con el mismo se pretende
cancelar una obligación que se adeuda con anterioridad al libramiento. Pero a continuación la ley amplía la causa de la entrega
a cualquier otro concepto. Pero el cheque se debe dar o entregar a un tercero. De lo expuesto, sin esfuerzo se concluye que no
basta el simple libramiento del cheque, es necesario que éste se dé o entregue a un tercero para que entre en el torrente
circulatorio comercial. Debe tratarse de un cheque que no tenga provisión de fondos suficientes para ser atendido, o de
un librador sin autorización del banco para girar en descubierto. Debe destacarse que para la configuración del delito
que analizamos son imprescindibles la presentación del cheque para su cobro al banco girado y el rechazo de su pago por este
último por carecer de fondos suficientes acreditados en la respectiva cuenta. No será suficiente acreditar que durante la validez
del cheque no se tenía suficientes fondos para su atención, si éste no fue efectivamente presentado a la institución girada. La
Interpelación. Plazo para Realizarla. La estructura de la figura prevista por el Inc. 1° del Art. 302 requiere –luego del rechazo
del cheque por la entidad girada– de la actividad jurídica del tercero tenedor del cheque consistente en la comunicación o en
cualquier otra forma documentada de interpelación mediante la cual se le haga saber al librador la falta de pago de aquél. El inc.
indica como formas de comunicación el “aviso bancario”, la comunicación del tenedor “o cualquier otra forma documentada
de interpelación”. Por medio del aviso bancario la entidad girada le hace saber al librador que el cheque ha sido rechazado por
falta de fondos, a los fines del pago de la multa y de la posibilidad del cierre de la cuenta. Pero por dicho aviso no se le intima al
pago del importe del cheque, ni se le informa de quién es su actual tenedor ni del lugar donde puede cancelar aquel importe. La
comunicación o interpelación debe efectuarse al librador del cheque en forma “documentada”. No será idónea la mera
intimación verbal, aun hecha ante testigos. El término de vigencia del cheque para ser presentado para su pago al banco es de
30 días contados desde la fecha de su creación, para los cheques librados en la República Argentina, y de 60 días para los
librados en el extranjero y pagaderos en la República. Pero, presentado el tít. al banco en ese plazo, y rechazado el mismo por
la institución girada, con constancia de los motivos del rechazo, su vida útil es de un año contado desde la expiración del plazo
para la presentación. La Omisión Típica. El delito requiere para su perfeccionamiento, luego de rechazado el cheque por el
banco girado y de interpelado su librador para su pago, que el agente omita pagarlo a su legítimo tenedor en el término
de las 24 horas posteriores a habérsele comunicado su falta de pago. Para que el pago tenga la idoneidad para impedir el
perfeccionamiento del tipo penal, ha de efectuarse al legítimo tenedor del cheque en dinero efectivo de curso legal, “en moneda
nacional”, según expresión de la ley. El librador cumple con su obligación abonando el importe del cheque, no estando obligado,
para evitar la configuración del delito, a abonar además intereses, gastos u honorarios. Estos rubros sólo se podrán reclamar
por las vías civiles pertinentes, sin que la omisión de su pago tenga incidencia penal. El pago debe ser también oportuno, es
decir, dentro de las veinticuatro horas posteriores a haberse comunicado al librador el rechazo del cheque. El plazo legal de 24
horas, luego de la interpelación, para abonar el importe del cheque, rige, aunque el tenedor interpelante haya otorgado uno
menor. Sujeto Activo. Solamente el librador del cheque, titular de la cuenta corriente sobre la que se gira, puede ser autor del
delito que analizamos. Es quien tiene la obligación de tener fondos expeditos en su cuenta para que el cheque sea atendido, y a
quien el banco puede autorizar para girar en descubierto. Es la persona del librador la que debe ser interpelada para el pago
del cheque, cuando éste es rechazado por no tener provisión de fondos, y es el obligado a su pago para evitar incurrir en el
delito previsto por el Inc. 1° del Art. 302. Culpabilidad. La figura que analizamos es delito doloso. Este dolo no requiere ningún
propósito específico, ni siquiera el de ocasionar perjuicio. Es admisible el dolo eventual. El error esencial, aun imputable al
librador, lo exime de responsabilidad penal, dado que el delito no está reprimido por ninguna de las formas de la culpa.
Consumación. Tentativa. El delito se consuma cuando el librador omite pagar dentro del plazo legal (24h) el cheque
rechazado por la entidad girada, luego de la comunicación o interpelación que le formula el tenedor del instrumento. Ya
señalamos también que para los autores que sostienen que el delito en estudio es de comisión, o de “preponderante actividad”,
éste se consuma con la entrega del cheque. Se afirma que la omisión de pago no integra el tipo, sino que es una condición
objetiva de punibilidad o una excusa absolutoria. Para aquéllos, el pago del cheque por el librador resultaba ser una verdadera
excusa absolutoria, al establecer que el librador debía ser informado de la falta de pago del cheque, “… quedando exento de pena
si abonare el importe …”. La doctrina rechaza la posibilidad de la tentativa.

2° Fig.: Libramiento de Cheque a Sabiendas de que Legalmente n Podrá Ser Pagado: Elemento Material del
Delito. A diferencia de la figura prevista por el Inc. 1°, que es compleja o compuesta, la que analizamos es delito de
predominante actividad, cuya acción típica consiste en dar en pago o entregar por cualquier

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concepto a un tercero un cheque. No basta la creación del cheque en las condiciones típicas: es necesario emitirlo, esto es,
ponerlo en circulación. El perfeccionamiento del delito no requiere ni de la interpelación intimando al pago ni la omisión de
pago. Imposibilidad Legal de Pago. Distintos Supuestos. El elemento normativo de la figura consiste en la imposibilidad legal
del pago del cheque por el banco girado. Señala la doctrina distintos supuestos donde el banco girado se encuentra legalmente
imposibilitado de atender el cheque que se le presente, o se le pudiera presentar, para su cobro. La falta de alguna firma en
cheques de orden conjunta, o con firma diferente de la registrada en el banco; cheques pertenecientes a libretas no retiradas
por el titular sin que éste haya prestado debida conformidad sobre su recepción, etcétera, son algunos ejemplos de los muchos
defectos formales que impiden que el banco girado pague un cheque que contenga alguno de ellos. También se indican, como
otras hipótesis de imposibilidad legal de pago del cheque, la declaración de quiebra del librador titular de la cuenta corriente,
su inhibición judicial y el embargo trabado sobre los fondos depositados en la cuenta corriente. Pero debe aclararse que, para
que el hecho quede comprendido en el Inc. 2°, la cuenta debe estar cerrada al momento del libramiento, o, estando abierta, su
cierre debe ser un hecho inminente, seguro al tiempo de presentación del cheque y conocido por el librador. Si la cuenta es
cerrada por el titular luego de librado el cheque, con el fin de evitar el pago del mismo, será de aplicación el 3° Inc.
Elemento Subjetivo. La figura se estructura con un elemento del tipo penal, consistente en el conocimiento que el autor debe
tener, cuando libra el cheque, de que éste no será atendido por la entidad girada, por mediar una imposibilidad legal para su
pago. Con los términos “a sabiendas” la ley pide el conocimiento cierto que debe tener el librador de la existencia de aquella
causal que imposibilita el pago del cheque. Media acuerdo en doctrina respecto de que este especial elemento subjetivo
requerido por el tipo hace que el delito sea compatible sólo con el dolo directo, debiendo excluirse el dolo eventual.
Consumación. Tentativa. Según ya se ha señalado al analizar el elemento material del delito, éste no requiere la presentación
del cheque al banco y su rechazo por la entidad girada. Su consumación se opera cuando se da o entrega el cheque a un
tercero. También en este caso, se considera inadmisible la tentativa.

3° Fig.: Bloqueo Ilegal del Cheque. El Inc. 3° contempla 2 hipótesis distintas, aunque ambas aparejan la imposibilidad
del pago del cheque por la entidad girada. La 1° de ellas consiste en la contraorden ilegal para el pago del cheque, o
bloqueo del cheque, y la 2°, en la frustración maliciosa de su pago. CONTRAORDEN ILEGAL PARA EL PAGO DEL CHEQUE.
Se trata de un delito cuya acción típica es doble, o compleja, la que consiste en librar un cheque y posteriormente dar al banco
girado la contraorden para su pago. Para la configuración del delito que analizamos el cheque que se libra debe ser un
instrumento formal y sustancialmente válido, con todas las exigencias requeridas por la ley mercantil, y con la suficiente
provisión de fondos o autorización para sobregirar. A diferencia de los 2 incs. anteriores, el presente inc. se refiere a la acción
de “librar” un cheque. Librar un cheque importa darlo o entregarlo, ponerlo en el torrente circulatorio. Sujeto Activo del
delito sólo puede ser el librador, titular de la cuenta corriente y que dio la contraorden para el pago. El tipo requiere que
la acción de librar y la de dar la contraorden sean obra de la misma persona. 1.- La Contraorden de Pago. Supuestos Legales.
Por el Art. 5° de la Ley N° 24.452 se impone al librador la obligación de dar aviso al banco girado, por escrito, en los casos de “…
extravío o sustracción de fórmulas de cheques sin utilizar, de cheques creados pero no emitidos o de la fórmula especial para
solicitar aquéllas …”, y también cuando se “… tuvieseconocimiento de que un cheque ya emitido hubiera sido alterado …”. En tales
supuestos, el aviso escrito impide el pago del cheque por el girado. Estas son las hipótesis en que la contraorden para el pago del
cheque resulta legítima. Pero ellos no agotan las posibilidades legales de dar, válidamente, una contraorden para el pago del
cheque. El inc. que analizamos no excluye la aplicación de los principios generales contenidos en el Art. 34 del CPA, referidos a
las causas excluyentes de la culpabilidad o a las causas de justificación. Culpabilidad. Como en los demás tipos previstos por el
Art. 302, el del 3° Inc. es delito doloso, que requiere el conocimiento, por parte del agente, de que la contraorden para el pago
está dada fuera de los casos en que la ley autoriza a hacerlo. El dolo debe existir en el momento de librar la contraorden. La
duda acerca de la legalidad o ilegalidad de la contraorden no elimina el dolo. La figura se conforma con el dolo eventual.
Consumación. Tentativa. Media también acuerdo en doctrina en que el delito se consuma cuando la contraorden para el pago
es recepcionada por el banco girado. Frente a esta dominante opinión, se ha sostenido que el delito se consuma cuando, a
consecuencia de la contraorden, el cheque no es atendido por la entidad bancaria. Es admisible la tentativa, cuando, por causas
ajenas al que emitió la ilegal contraorden, ésta no llega a conocimiento del banco girado. 2.- Frustración Maliciosa del Pago
del Cheque. Es la 2° hipótesis contemplada por el Inc. 3°. Frustrar el pago del cheque es impedir, por maniobras realizadas
con posterioridad a su libramiento, que éste sea atendido por la entidad bancaria. En este sentido, y como en el primer
supuesto previsto por el inciso, se trata de un delito de acción doble o compleja: la de librar el cheque y, luego, frustrar
maliciosamente su pago. La doctrina y la jurisprudencia incluyen, como casos alcanzados por esta hipótesis, que deben
concurrir luego del libramiento del cheque: hacerse declarar fraudulentamente en quiebra; hacer que un tercero trabe
embargo sobre los fondos depositados, o que anote su inhibición, etc.

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Culpabilidad. La figura contiene una especial exigencia subjetiva en el agente. La frustración debe ser maliciosa. Esto importa
la deliberada intención de realizar los actos frustratorios para impedir o malograr el pago del cheque por la entidad girada. El
delito solamente admite el dolo directo, siendo incompatible con el meramente eventual. Consumación. Tentativa. No media
acuerdo sobre el momento consumativo del delito. Se sostiene que éste se perfecciona cuando el cheque no es pagado por la
entidad girada a consecuencia del acto frustratorio. Otra parte de nuestros autores estima suficiente para la consumación del
delito la realización del acto frustratorio que impedirá el pago del cheque por el banco, sin que sea necesario su efectivo
rechazo por la institución. Pero pacíficamente se admite la posibilidad de la tentativa.

4° Fig.: Libramiento de Cheque en Formulario Ajeno. Acción Típica. Sujeto Activo. A diferencia de los restantes incs.
del art., de la acción prevista por el Art. 302 sólo puede ser sujeto activo un tercero que no sea el titular de la cuenta corriente
sobre la que se gira. La acción típica consiste en “librar” un cheque –esto es– no sólo crearlo, sino también darlo o entregarlo.
Debe tratarse de un cheque que pertenezca a un talonario de una cuenta corriente que no pertenece al sujeto activo librador o
a la que éste es ajeno. La Autorización. La ley no reprime el sólo hecho de librar un cheque en formulario ajeno. El tipo contiene
un elemento normativo imprescindible para el perfeccionamiento del delito: debe tratarse de un libramiento hecho “sin
autorización”. La 1° cuestión que se presenta es la de determinar quién puede otorgar la autorización para este libramiento,
con aptitud para excluir el tipo. Coincidentemente se señala que, conforme a la Ley de Cheques, el titular de la cuenta
corriente no puede autorizar, por sí, a que un tercero libre cheques pertenecientes al talonario de su cuenta. Esta autorización
“de hecho” carece de toda validez y el banco girado no podrá atender el cheque librado en estas condiciones. La única
autorización con idoneidad para excluir el tipo que analizamos es aquella que se ha otorgado cumpliendo todos los requisitos y
formalidades exigidos por la Ley de Cheques y sus reglamentaciones para que el cheque librado por el tercero no titular de la
cuenta pueda ser pagado por el banco girado. Debe tratarse de una autorización legal y válidamente otorgada. Y se ha
señalado que el titular de la cuenta corriente que otorgó esta indebida autorización y facilitó al agente el talonario de su
chequera será un partícipe primario en el delito de aquél. El Inc. 4° y las Falsedades Documentales. Cuestión que ha dado
problemas interpretativos y sobre la que no existe acuerdo, es la relacionada con la vinculación de este Delito con las
Falsedades Documentales. Pueden presentarse 3 supuestos cuando se libra un cheque en formulario ajeno sin autorización.
Que el librador utilice su propia firma; que imite la firma del titular de la cuenta corriente o que utilice una firma imaginaria,
de persona inexistente, desconocida para el banco. El 1° caso es alcanzado por el inc. 4° que analizamos. Es el único supuesto en
que el agente se coloca en la situación de librador del cheque, utilizando su verdadera identidad. En los otros 2° casos, el hecho
resulta atípico a la figura que analizamos. Culpabilidad. Se trata de un delito doloso, que requiere en el agente el conocimiento
de que el talonario al que pertenece el cheque que libra es ajeno y que carece de autorización legal para hacerlo, o que la
autorización que se le ha dado es irregular. Al no exigir la figura un especial conocimiento sobre la ajenidad del formulario
empleado, o de la ausencia o ilegitimidad de la autorización, el dolo eventual es admisible. Otros autores rechazan la
posibilidad del dolo eventual. Consumación. Tentativa. La consumación del delito se opera con el libramiento del cheque,
siendo innecesario para su perfeccionamiento el rechazo del cheque por el banco girado. Laje Anaya admite la posibilidad de la
tentativa, posibilidad que es rechazada por Creus.

TÍTULO XIII “DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONÓMICO Y FINANCIERO”. Arts.: 303 al 313
LEY N° 26.683 ART. 5. LEY N° 26.734 ART. 5..ARTS. 303, 304 Y 305 (LEY N° 26.683), 306 (LEY N° 26.734). ARTS. 307 AL
313: LAVADO DE ACTIVOS. LEY N° 26.733, ARTS. 4 AL 9

DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONÓMICO Y FINANCIERO


Este Tít. y su rúbrica han sido incorporados por la Ley N° 26.683 cuyo texto introduce una serie de modificaciones al CPA
pudiéndose destacar la derogación del Art. 278 que regulaba el delito de lavado de dinero en versión de la Ley N° 25.2456 que
paso a reubicarse en el Art. 303.
La nueva legislación es la consecuencia de la presión impuesta por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) hacia
nuestro país para que adopte políticas activas en la Lucha Contra el Lavado de Dinero y la Financiación del Terrorismo y
evitar de ese modo que el organismo internacional pudiera aplicar sanciones de diverso signo.
Los delitos del tít. implican una serie de infracciones que se agrupan en torno a un bien jurídico de carácter supraindividual o
colectivo, con características propias y diferentes a los tradicionales delitos patrimoniales. Los delitos de este tít. afectan al
sistema crediticio en su conjunto (la Regulación Económica del Mercado) y ponen el peligro consecuentemente el normal
funcionamiento del orden económico, esto es, la regulación jurídica de la producción, distribución y consumo de bienes y
servicios.

LAVADO DE DINERO (Art. 303: Incs. 1 y 2 Fig. Básica: 3 a 10a + $; Inc. 3 Agravante: + 1/3 al máx., y la ½ al mín. +
Inhabilitación Especial; Inc. 4) Atenuante: 6m a 3a)

Definición. Por lavado de dinero debe entenderse aquella operación o proceso mediante el cual el dinero o bines de origen
ilícito (por lo general procedente de delitos graves) es introducido por cualquier medio o procedimiento al circuito económico-
financiero legal como si se tratase de bienes obtenidos de forma licita

Procedimiento de Lavado de Dinero. Tiene varias etapas hasta el arribo al mercado legal:
a) Fase de colocación, ocultación, inserción o sustitución
b) Fase de control, cobertura u ocultación
c) Fase de integración, reinversión o blanqueo propiamente dicho
a) Fase de Colocación u Ocultación. En esta etapa se pretende hacer desaparecer o transformar el dinero ilícito
20
obtenido generalmente en grandes masas de dinero en efectivo en otros bienes que faciliten s manejo o que eviten
despertar sospechas. Los distintos e ilimitados mecanismos que pueden utilizarse para esta sustitución de bienes
por otros se realizan frecuentemente por grandes canales: 1) Instituciones financieras tradicionales (bancos,
empresas de créditos, transferencias entre cuentas etc.); 2 Instituciones financieras no tradicionales (corredores de
bolsa, intermediarios de metales preciosos etc.); 3 Introducción de los bienes a la economía diaria (inversiones den
negocios de gran movimiento, grandes almacenes, discotecas etc.); 4 Otras modalidades tendientes a colocar el
dinero fuera del país (transporte en efectivo por medio del correo, utilización de los llamados paraísos fiscales en los
que se garantiza el secreto bancario, la adquisición de propiedades en otros países etc.).
b) Fase de Control y Cobertura. En esta etapa se persigue ocultar o encubrir la previa sustitución de bienes ya
producida, se pretende alejar el dinero de su origen mediante la superposición de operaciones más complejas
tendientes a dificultar el seguimiento de los se conoce como huella o rastro del dinero, acudiéndose en numerosos
casos a la creación de sociedades pantalla o la intervención de testaferros. Lo que hace difícil notablemente la
investigación y persecución de este delito, dada la complejidad técnica que es inherente a esta fase del proceso
legitimador.
c) Fase de Integración, Reinversión o Blanqueo. Esta última etapa, el capital ilícitamente obtenido cuenta con la
apariencia de legalidad que se le pretendía dar y puede ser utilizado en el circuito económico- financiero como si
fuera un capital legal.

Bien Jurídico Protegido. Actualmente la Ley N° 26.683 le da un contenido al bien jurídico estableciendo que es orden
económico financiero del país, sin perjuicio de que por su carácter pluriofensivo también resulte afectada la administración de
justicia.
Tipo Objetivo. Acciones Típicas. Con arreglo a la descripción legal las conductas son: convertir (transformar, cambiar, mudar
una cosa); transferir (ceder a cualquier título); administrar (llevar manejo y cuidado de los productos obtenidos ilegalmente);
vender (trasmitir una cosa a título oneroso); gravar (afectar el bien con un derecho real de garantía); disimular (encubrir,
ocultar, esconder la cosa) o poner en circulación (colocar la cosa en el circuito destinado a otorgarle apariencia de legalidad).
Las conductas típicas deben tener relación con delito anterior (de cualquier especie o gravedad), si el hecho precedente no
constituye delito o no está previsto en el ordenamiento penal del país, las acciones posteriores al blanqueo serán atípicas. El
proceso de lavado puede realizarse por acción o por omisión por ej., cuando el obligado administrativamente omite aplicar los
controles o inspecciones debidas para la prevención de estas conductas.
Objetos del Delito. Son los bienes provenientes de un delito, incluyendo al dinero y a bienes que procedan de otro blanqueo
Tipo Subjetivo. Es un delito doloso, de dolo directo, pero como típico de intención subjetivamente configurado requiere
además la concurrencia de una finalidad específica y es que el dinero o los bienes adquieran una apariencia de legalidad.
Consumación y Tentativa. Por tratarse de un delito de pura actividad y de consumación anticipada, se consuma con
realización de las conductas típicas.

Agravantes: Están previstas en el Inc. 2 del Art. 303: Habitualidad. Implica la reiteración del lavado de dinero, conducta
habitual quiere decir conducta repetida en el tiempo. Asociación o banda. Se caracteriza por la pertenencia a una asociación
o banda formada para la comisión continuada de hechos de blanqueo. Se trata, al igual que en la asociación ilícita de un
conjunto de 3 o más individuos que integran una asociación criminal, con objetivos preconcebidos para cometer toda clase de
delitos en forma indeterminada. La agravante está dirigida a reprimir determinadas formas de criminalidad organizada no a
bandas de delincuentes que se dedican a un tipo de criminalidad tradicional (ej hurtos o robos). Se fundamente la agravación
en la mayor capacidad y eficacia delictiva que suministra a los sujetos la organización, amparándose sus integrantes en la
impunidad que muchas veces proporciona la organización al prever mediante el establecimiento de complejos canales de
distribución y contactos cada uno de los pasos necesarios para la legitimación de los bienes ilícitos. El concepto de
organización comprende tanto las asociaciones sofisticadas y complejas que operan en el ámbito nacional o internacional (ej
asociaciones mafiosas). La asociación debe haber sido formada para la comisión continuada de lavado de dinero, no de otra
actividad delictiva, aunque podría complementarse esta última con diversos procesos de blanqueo. El precepto no exige que la
organización se dedique exclusivamente a operaciones de lavado de dinero, sino que también se orienta hacia asociaciones
que son utilizadas con fines prohibidos, aun cuando en su seno se desarrollen otras actividades. Funcionario Público. Exige
no solo la concurrencia de un autor calificado, sino que requiere además que haya intervenido en la operación de blanqueo en
cualquiera de sus fases en ejercicio u ocasión de sus funciones. Profesión u Oficio con Habilitación Especial. La agravante
abarca a las profesiones liberales tales como abogados, contadores, médicos etc. y a todos aquellos oficios que requieran de
una habilitación especial para su ejercicio, pero no es suficiente con la sola condición de autoría, sino que necesario que haya
actuado en el ejercicio del oficio o de la profesión.

Otras Disposiciones Relacionadas con el Lavado de Dinero. El Inc. 4 del Art. 303 dispone que “el valor de los bienes no
superare la suma indicada en el Inc. 1, el autor será reprimido con la pena de prisión de 6 meses a 3 años”. La figura básica del
lavado de dinero se perfecciona en tanto el valor de los bienes de procedencia ilícita supere la suma de $300.000, en caso
contrario corresponderá una pena atenuada en la escala prevista en el Art. 303.
Acto Preparatorio Punible. Previsto en el Inc. 3 del Art. 303, donde se trata de un acto preparatorio del delito de lavado de
dinero, que reprime la sola receptación del producto o efecto del ilícito a título autónomo.
Excepción del principio de territorialidad. Con arreglo al establecido en el Inc. 5 del Art. 303 serán aplicables las
disposiciones del art aun cuando el ilícito penal precedente hubiera sido cometido fuera del ámbito de aplicación espacial del
CPA, en tanto el hecho que lo tipificara también hubiera estado sancionado con pena en el lugar de su comisión. La disposición
implica una consagración del principio de justicia universal. 21
RESPONSABILIDAD DE LA PERSONA JURÍDICA (Art. 304: $ + Suspensión Activ.)
En la Argentina ha sido tradicional la postura contraria a la Responsabilidad de las Personas Jurídicas con excepción de su
recepción legislativa en las Leyes N° 22.415 (Régimen Penal Aduanero) y N° 24.769 (Régimen Penal Tributario). El Art. 14
de la Ley N° 26.735 consagra el instituto de obrar en lugar de otro en materia tributaria diseñado para resolver los problemas
de los delitos especiales. Pero, en nuestro caso la ley prevé sanciones de naturaleza administrativa (no penales) que son las
únicas posibles para legitimar la vigencia de una imputación en el ámbito de la empresa. Además de sanciones se prevé una
serie de pautas que los jueces deberán tener en cuenta a la hora de graduar su monto.

MEDIDAS CAUTELARES EN PROCESO JUDICIAL (Art. 305)


La norma establece una serie de Medidas Cautelares que son posibles de ejecutarse desde el inicio del proceso judicial
respectivo con relación a los bienes o productos provenientes del procedimiento de lavado, de una asociación ilícita terrorista
y para asegurar la custodia, administración, conservación, ejecución y disposición de los bienes. La norma establece la
posibilidad de decomisar (que implica incautación, desposesión o privación de alguna cosa) de modo definitivo sin necesidad
de condena penal, los instrumentos, productos, provechos o efectos relacionadas con los delitos previstos en los artículos
precedentes, cuando se hubiera podido comprobar la ilicitud de su origen o del hecho material al que estuvieren vinculados y
el imputado no pudiere ser enjuiciado por causa de fallecimiento, fuga , prescripción o cualquier otro motivo de suspensión o
extinción de la acción penal. En cualquier caso, los activos que fueren decomisados serán destinados a reparar el daño causado
a la sociedad, a las víctimas en particular o al Estado.

TIPOS PENALES INTRODUCIDOS POR LA LEY N° 26.734: FINANCIACIÓN DEL TERRORISMO (Art. 306: 5 a 15a + $)
Tipo Objetivo. Acción Típica. Consiste en recolectar o proveer bienes o dinero para intervenir de algún modo o cometer
delitos con la finalidad prevista en el Art. 41 Quinquies del CPA. Cuando alguno de los delitos previstos en este Cód. hubiere
sido cometido con la finalidad de aterrorizar a la población u obligar a las autoridades públicas nacionales o gobiernos
extranjeros o agentes de una organización internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo, la escala se incrementará
en el doble del mínimo y el máximo. Las agravantes previstas en este artículo no se aplicarán cuando el o los hechos de que se
traten tuvieren lugar en ocasión del ejercicio de derechos humanos y/o sociales o de cualquier otro derecho constitucional. El
precepto legal tiene su antecedente en el Convenio Internacional para la Represión de la Financiación del Terrorismo
aprobada por Naciones Unidas del 10/01/2000 por medio del cual se exhorta a los estados miembros a adoptar medidas
para prevenir y contrarrestar la financiación de terroristas y asociaciones terroristas. El delito requiere que un autor que
recoja, reúna, recaude, cobre, etc. (recolecte) o aporte (provea, entregue, de etc.) bienes o dinero de cualquier naturaleza o
valor para que se utilicen con una finalidad específica, como es provocar el terror en la población u obligar a una autoridad
pública nacional, a un gobierno extranjero o a una organización internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo. No es
suficiente para la perfección típica el acto de solicitar la entrega de bienes o dinero, sino que es necesario que el agente
recepte (reciba) o entregue (provea) los bienes o dinero; solo en alguno de estos modos se concreta la acción típica. Debe
tratarse de bienes o dinero por lo que quedan fuera de la tipicidad el aporte de determinados servicios para el reclutamiento
de personas para por ejemplo integrar una asociación terrorista. Los Delitos de Terrorismo tienen como característica central
la de tener una estructura propia de los delitos de organización, en donde este elemento organizativo es esencial al fenómeno
no importando el móvil subjetivo de los miembros individuales. El elemento más controversial que genera problemas de
interpretación es el de actividad terrorista (terrorismo) caracterizado por su indeterminación. Para el convenio internacional
citado, se trata de aquellos actos destinados a causar la muerte o lesiones corporales graves a un civil o cualquier persona que
no participe directamente en las hostilidades en una situación de conflicto armado, cuando el propósito de dicho acto por su
naturaleza o contexto sea intimidar a la población u obligar a un gobierno u organización internacional a realizar un acto o a
abstenerse de hacerlo.

Sujetos. SA puede ser cualquier persona


Tipo Subjetivo. Es un delito doloso, de dolo directo. Pero el tipo exige además la concurrencia de un elemento intelectual
específico que consiste en realizar las actividades finalisticas descriptas en precepto legal intención que es suficiente para
perfeccionar el tipo.
Consumación y Tentativa. Por tratarse de un delito intencional de resultado cortado, la consumación coincide con las
acciones típicas, pero debe distinguirse. En la recolección, se consuma cuando el agente recibe de terceros los bienes o el
dinero con fin específico; mientras que en la entrega lo hace cuando se los da o pone en poder de la organización o de alguno
de sus miembros. Por la particular forma de estas acciones, la tentativa es posible.
La Penalidad. El Inc. 2 del Art. 306 establece que las penas establecidas se aplicaran independientemente del acaecimiento
del delito al se destinara el financiamiento y si este se cometiere aun si los bienes o dinero no fueren utilizados para su
comisión. El Inc. 3 por su parte estable un criterio de regulación de la escala penal a aplicar que tiene en cuenta si el delito que
se financia o pretende financiar, es decir si la escala penal prevista para estos delitos fuera menor que la establecida para el
delito de financiación del terrorismo previsto en este art. se aplicara la pena del delito de que se trate.
Excepción al Principio de Territorialidad. Previsto en el Inc. 4 donde la regla es una emanación de lo que establece el CPA en
el Art. 1 cuyo alcance permite la aplicación de la esta normativa cuando el delito que se pretende financiar haya sido cometido
en el extranjero o la organización terrorista o el autor o participe de un delito terrorista se encuentre fuera del país siempre y
cuando el hecho originario constituya delito y tenga sanción penal en el lugar de su comisión.

TIPOS PENALES INTRODUCIDOS POR LA LEY N° 26.733


Abuso de Información Privilegiada (Art. 307: 1 a 4a + $) 22
Bien Jurídico Protegido. Es el derecho de los inversionistas en el mercado de valores a que se garantice la igualdad de
condiciones y oportunidades frente a quienes tengan acceso a cierta información privilegiada o reservada y que la utilizan en
detrimento de aquellos que no posean tal información a través de conductas ilegales que ponen el riesgo el buen
funcionamiento y transparencia del mercado de capitales.
Tipo Objetivo. Acción Típica. La acción consiste en suministrar (comunicar, entregar, proveer, proporcionar, prestar etc.) o
utilizar (hacer uso, valerse de etc.) información privilegiada a la que se tuvo acceso en ocasión de la actividad, posición, cargo o
función ocupada en una sociedad emisora. Es el Delito de Insider Trading. En rigor el delito no se trata de suministrar la
información de esta clase aun cuando la norma no lo diga expresamente sino en aprovechase de ella para obtener ventajas en
el mercado de valores, en el marco de una negociación, cotización, compra, venta o liquidación de valores negociables. Los
valores negociables son los títulos valores emitidos tanto en forma cartular así como en todos aquellos valores incorporados a
un registro de anotaciones en cuenta, incluyendo en particular a los valores de créditos o representativos de derechos
creditorios, a las acciones, a las cuotas parte de fondos de inversión, a los títulos de deuda o certificados de participación en
fideicomisos etc. Las conductas implican acciones potencialmente perjudiciales no solo para el mercado de valores sino
también para los agentes económicos que el desarrollan su actividad. La fuga de información produce una fuga de ahorristas e
inversores hacia mercados más seguros.
Sujetos. Solo pueden ser SA el directos, miembro del órgano de fiscalización, el accionista, el representante del accionista y
todo aquel que por su trabajo, profesión o función dentro de una sociedad emisora suministra o utiliza la información
privilegiada. También puede serlo la persona interpuesta, testaferro o fiduciario (quien da la cara o figura en los papeles) del
que realiza el negocio con uso o suministro de la información privilegiada.
Tipo Subjetivo. Es un delito doloso de dolo directo. Además, requiere la concurrencia de un elemento subjetivo del injusto que
consiste en usar o suministrar la información privilegiada para obtener ventajas en el mercado de valores que por lo general
son económicas.
Consumación y Tentativa. En un delito de pura actividad, de peligro abstracto que se consuma con el uso o suministro de la
información privilegiada. No se admite la tentativa.

Agravantes (Art. 308: Mín. de pena del art. anterior se elevará a 2 y el máx. a 6a)
Los presupuestos que autorizan la mayor penalidad son: En 1° lugar la manera habitual, es decir de manera repetida de uso o
suministro de la información. En 2° lugar lograr un beneficio económico para sí mismo o para un 3° requiere un incremento
patrimonial cierto y determinable o la evitación efectiva de un perjuicio económico.

Hiper - Agravantes (Art. 308: Inhabilitación Especial)


Aquí la pena se eleva a 8 años de prisión en los siguientes casos: Cuando el uso o suministro de información privilegiada
causare un grave perjuicio en mercado de valores (ej la pérdida de confianza de los inversionistas). Luce indeterminación lo que
permite suponer las enormes dificultades para su interpretación y aplicación en la práctica. Se trata de un daño efectivo y
ciertamente mesurable además de grave lo cual será de difícil ponderación y determinación en la praxis. El Inc. d presupone
un incremento de la penalidad cuando el abuso de la información privilegiada es realizado por un miembro de cierto nivel de
gestión o empleado de una entidad ato reguladoras, que comprende a las bolsas de comercio autorizadas a cotizar valores
negociables. Es suficiente con la condición de autoría sin que se requiera que actúen en el marco u ocasión de su actividad
funcional.

DELITOS RELACIONADOS CON MERCADO FINANCIERO (Art. 309: 1 a 4a + $)


La reforma de la Ley N° 26.733 introdujo en este Cap. 3 nuevos delitos de carácter económico:
1- Realización de operaciones para alterar los precios de instrumentos financieros
2- El ofrecimiento fraudulento de valores negociables
3- El informe o balance falso en el ámbito de una sociedad con órganos de fiscalización privada.
Estos delitos tienden en su conjunto a proteger la actividad económica en el mercado de valores, a fin de asegurar que las
transacciones que en él se realicen se lleven a cabo en un ámbito de trasparencia, igualdad y libre competencia. Si estas
actividades en un mercado de capital no reúnen estas características es muy probable que la consecuencia sea la fuga de
inversores hacia otros mercados más seguros.

Realización de Operaciones para Alterar los Precios. El delito no consiste en el solo hecho de alterar los precios de ciertos
valores negociables sino en realizar transacciones u operaciones (actividades comerciales por ejemplo compra y venta) que
hicieren subir, mantener o bajar los precios de los valores negociables u otros instrumentos financieros, valiéndose de los
medios expresados en la norma con el fin de producir la apariencia de mayor liquidez o de negociarla a un determinado
precio. Los medios por los que se puede valer el agente son: las noticias falsas, esto aquellos hechos, sucesos o
acontecimientos falsarios (no ocurridos u ocurridos de manera diferente a la divulgada); las negociaciones fingidas que son
aquellas operaciones inexistente o simuladas que tiene influencia decisiva en las variables de la oferta y la demanda y en la
reunión o coalición entre los principales tenedores de la especie es decir el pacto entre los comerciantes, fabricantes o
productores más importantes para controlar y hacer variar los precios o cotización. Se trata de un delito doloso de dolo
directo al que debe añadirse un elemento subjetivo especifico que es el fin de hacer producir la apariencia de mayor liquidez o
de negociar los instrumentos a un determinado precio, la ausencia de este elemento implica la ausencia del delito, por lo tanto,
es un delito de resultado cortado. El delito se consuma cuando se produce la variación de precios con la finalidad prevista en la
norma, la tentativas se admite.

Ofrecimiento Fraudulento de Valores Negociables. Previsto en el Inc. 1 b del Art. 309 donde pune el hecho de ofrecer
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(proponer, procurar, invitar, mostrar, etc.) valores negociables o instrumentos financieros disimulando u ocultando hechos o
circunstancias verdaderas o afirmando o haciendo entrever hechos o circunstancias falsas. Se trata de un delito que requiere
típicamente maniobras o maquinaciones destinadas a disimular u ocultar una realidad respecto de un determinado
instrumento financiero. Se disfraza un valor financiero mostrándolo con valor de mercado que no tiene. La figura no exige
más. Es un delito doloso de dolo directo, de pura actividad y de peligro abstracto que se consuma con el mero ofrecimiento del
instrumento financiero. La tentativa no parece admisible.

Informe o Balance Falso en el Ámbito de una Sociedad con Órganos de Fiscalización Privada. Esta establecido en el Inc. 2
del Art. 309. El art. pune 2 delitos: 1° que consiste en Informar (poner en conocimiento en forma oral o escrita) a los socios o
accionistas de una sociedad comercial, ocultado (escondiendo) o falseando (desfigurando la realidad) hechos o circunstancias
importantes para la situación económica de la empresa; y el otro delito consistente en consignar datos falsos o incompletos en
balances memorias u otros documentos contables. Son delitos especiales, en los que el SA solo pueden ser un representante,
un administrador o un fiscalizador de una sociedad comercial de as que tienen obligación de establecer órganos de
fiscalización privada (ej sociedades anónimas en comandita por acciones, de responsabilidad limitada etc.). Los delitos además
son dolosos, de dolo directo, de pura actividad y de peligro abstracto que se consuma con la realización de las respectivas
acciones típicas. La tentativa no parece admisible.

DELITOS QUE IMPORTAN UNA INFRACCIÓN AL DEBER EXTRAPENAL (Art. 310: Fig. Básica: 1 a 4a + $ + Inhabilitación
Especial; Agravante: Mín. se eleva a 2a)
El precepto contempla 3 formas típicas relacionadas con el mercado financiero: a) realizar actividades de intermediación
financiera; b) captar ahorros públicos en el mercado de valores; y c) prestar servicios de intermediación financiera para la
adquisición de valores negociables. En los 3 casos, los tipos se completan con acción negativa que consiste en no contar con la
autorización correspondiente de la autoridad competente, El artículo prevé un aumento de pena para aquellas situaciones en
las que el agente para perpetrar el ilícito, hizo uso de distinto procedimiento de difusión masiva. Son delitos típicamente
administrativos.

Intermediación Financiera No Autorizada


El delito consiste en realizar actividades de intermediación financiera sin autorización emitida por la autoridad de
supervisión competente. La protección penal parece no estar dirigida al sistema financiero sino más bien a una actividad del
Estado, que es la función de supervisión y control del Banco Central de la República Argentina, por lo tanto, no se estaría
protegiendo un bien jurídico singular sino a una función del estado lo que llevaría a un derecho penal de gestión y no de un
derecho penal protector de bienes jurídicos. La Intermediación Financiera implica un proceso o una relación jurídica en la
cual, en una primera etapa, se produce la captación de los recursos y en la otra etapa es su consecuencia, se produce la
transferencia de esos recursos a un tercero. No se trata de una mera intermediación entre 2 partes, sino una intermediación
que implica la incorporación de recursos financieros a una determinada entidad para su ulterior colocación en el mercado.
Solo pueden incurrir en este delito, es decir son SA las entidades que necesitan de una autorización especial para funcionar en
el mercado financiero a saber, los bancos comerciales, bancos de inversión, bancos hipotecarios, compañías financieras,
sociedades de ahorro y préstamo para la vivienda u otros inmuebles y las cajas de crédito. Se trata de un delito de pura
actividad y de peligro abstracto que se perfecciona con la mera desobediencia o incumplimiento de la norma extrapenal.
Subjetivamente es un delito doloso, de dolo directo que se consuma en el momento en que se produce la repetición de los
actos de intermediación en el mercado financiero. La misma pena se prevé para quienes captaren ahorros del público en el
mercado de valores o prestaren algún servicio de intermediación para la adquisición de valores negociables, cuando no
estuvieran autorizados. Estas figuras son incensarías, ya que no son más que modalidades de la intermediación financiera
prevista en el 1° Párr. del art.

Agravante. El monto mín. de la pena se elevará a 2 años cuando se hubieran utilizados publicaciones periodísticas,
transmisiones radiales de televisión, internet, proyecciones cinematográficas, colocación de afiches, letreros o carteles y
comunicaciones impresas o cualquier otro procedimiento masivo de difusión. La agravante concurrirá solo cuando en la
comisión de los delitos previstos, el SA hubiere utilizado alguno de medios masivos de difusión sin contar con el permiso de la
autoridad de aplicación no para usar alguno de estos procedimientos, sino para realizar actividades de intermediación
financiera ya que la Ley N° 17.811 establece que la oferta pública de títulos valores puede realizarse de manera personal por
los emisores o bien a través de medios masivos.

Falsedad en Operaciones Crediticias o en Negociación de Valores Negociables (Art. 311: 1 a 4a + $ + Inhabilitación)


El delito consiste en documentar (registrar, confeccionar) contablemente una operación crediticia o de negociación de valores
negociables, por medio de la inserción de datos falsos o de hechos inexistentes. Para perfeccionar el delito se necesitan ambas
conductas: la falsedad y la documentación contable que le sirve de soporte. El SA solo puede ser un empleado o un funcionario
de instituciones financieras (bancos comerciales, bancos de inversión, etc.) o de entidades que operen en el mercado de valores.
La infracción es dolosa de dolo directo, que requiere además un elemento subjetivo especifico que se añade al dolo y es la de
obtener un beneficio (en general de carácter económico) o causar un perjuicio (de igual carácter) a un tercero. Se trata de un
delito de pura actividad, de peligro abstracto y de resultado cortado que se consuma con la registración contable falsa. La
tentativa no resulta admisible.

Omisión de Consignar Contablemente una Operación


El Art. 311 prevé que “quién omitiere asentar o dejar debida constancia de alguna de las operaciones a las que alude24
el
párrafo anterior”. Aquí el agente no despliega una actividad como en el supuesto anterior, sino que omite (no realiza,
incumple, etc.) asentar (consignar) o dejar debida constancia de la realización de una operación crediticia activa o pasiva o de
una negociación (contratación, arreglo, transacción) de valores negociables. Se trata de un tipo de omisión propia que solo
pueden cometer quienes se encuentran obligados por ley a realizar la conducta debida. En un delito doloso, de dolo directo, de
pura actividad y de peligro abstracto que se consuma con la omisión. La tentativa no parece admisible.

COHECHO FINANCIERO (Art. 312: 1 a 6a + Inhabilitación)


En este delito, cuya estructura es similar a la del delito contra la Administración Pública la acción típica consiste en recibir
(tomar, recoger, entrar en tenencia material del objeto) indebidamente dinero o algún otro beneficio económico para celebrar
operaciones crediticias, financieras o bursátiles. El SA solo puede ser quien tiene facultades legales para celebrar este tipo de
operaciones, debe tratarse empleados o funcionaros de entidades financieras que operen en el mercado de valores. La
recepción de dinero u otros valores puede recepcionarse de forma directa (por el propio agente) o indirectamente, es decir a
través de otra persona. El delito se concreta cuando el agente recibe el beneficio económico indebido al margen de la ley. Es un
delito doloso de dolo directo que se consuma con la recepción del dinero o con la materialización del beneficio económico
prometido. Se admite tentativa.

RÉGIMEN SANCIONATORIO PARA LA PERSONA JURÍDICA (Art. 313: Pers. Jur.: Art. 304 CPA)
El precepto establece un régimen especial de sanciones aplicables a las personas jurídicas que hubieran intervenido en
cualquier forma en alguno de los Delitos previstos en los Arts. 303 a 310. Las sanciones que contemplan son las del art 304:
1. Multa de dos (2) a diez (10) veces el valor de los bienes objeto del delito.
2. Suspensión total o parcial de actividades, que en ningún caso podrá exceder de diez (10) años.
3. Suspensión para participar en concursos o licitaciones estatales de obras o servicios públicos o en cualquier otra actividad
vinculada con el Estado, que en ningún caso podrá exceder de diez (10) años.
4. Cancelación de la personería cuando hubiese sido creada al solo efecto de la comisión del delito, o esos actos constituyan la
principal actividad de la entidad.
5. Pérdida o suspensión de los beneficios estatales que tuviere.
6. Publicación de un extracto de la sentencia condenatoria a costa de la persona jurídica.

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