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EL PARADIGMA Y LA ETICA PÚBLICA

“ETICA PUBLICA Y CORRUPCION”

William Enrique Mendoza Ortiz


Alberto Mario Mendoza Daza
Jesús Eduardo Barbosa Ruiz
Keiner Dominguez

DOCENTE
ANGELICA MARIA ALARCON PALACIO

ESCUELAS FILOSÓFICAS Y CAMBIOS PARADIGMÁTICOS II


CETAP LA JAGUA DE IBIRICO
2022
Los que hoy en día sirven a los gobernantes dicen:

“Yo puedo aumentar las tierras del príncipe y llenar sus graneros”.

A éstos, a los que hoy se llama funcionarios eficientes,

se los hubiera llamado antiguamente ladrones del pueblo.

Confucio, Los Cuatro Grandes Libros


LA CORRUPCIÓN

La corrupción se ha generalizado en todas las esferas del siglo XXI, en diferentes gobiernos y
administraciones públicas. Es un cáncer del cual Colombia no se ha escapado, a diario vemos
escándalos de servidores públicos. Estas conductas generan desconfianza entre la ciudadanía y
desprestigios a las instituciones públicas.

Cada vez que se roban los recursos públicos se caen las metas y los objetivos en educación,
salud, vivienda, transporte etc, logrando la insatisfacción de la ciudadanía y marginando cada
vez más a la población. Esto de manera prolongada genera ira y rencor en la comunidad
provocando estallidos sociales que desestabilizan la gobernabilidad.

En la contienda contra la corrupción en el servicio público es enorme el desafío, empero más


allá de los recursos económicos, físicos, tecnológicos que se le dediquen, es necesario de
voluntad, imaginación, ideas frescas y nuevas.

Ha de desarrollarse un esfuerzo adicional para alentar la vocación de servicio que se origina en


un espíritu patriótico, a partir de lo más profundo de nuestro ser. Más que las pruebas de
control de confianza, debemos alentar que se evalúe la vocación de servicio.

Entonces valdría la pena preguntarnos: ¿Qué está pasando entonces con los servidores
públicos?, ¿Por qué varios de ellos son incapaces de dar servicios de calidad? ¿Por qué un
enorme conjunto de ellos no otorgan resultados satisfactorios a la comunidad? ¿Dónde han
quedado esas 3 “E” que en otro tiempo se evocaran como cualidades distintivas de todo
servidor público, a saber: “eficiencia, efectividad, economía”?.

Cabe señalar que la corrupción es un fenómeno universal que se ha aumentado, en especial


desde la última década del siglo XX aunque esto no supone que previo a esta fecha no hubiera
corrupción, puesto que este mal existe a partir de las viejas culturas.

Los organismos dedicados a la medición de la corrupción, entre los que resaltan Transparencia
Universal (TI), la Oficina Europea de Batalla Contra el Fraude (OLAF) o la Oficina Antifraude de
Naciones Unidas concuerdan en señalar que en ni una etapa de la narración de la raza
humana ha habido tanta corrupción como en la de hoy.

En las naciones en el cual usualmente se hacen prácticas corruptas, el gasto público aumenta,
las ganancias se disminuyen por la evasión de impuestos y además se previene el pago de
servicios (agua, luz, predio). Aunado a ello, los recursos públicos, una vez indicados por medio
del presupuesto público, se van perdiendo camino a su destino, lo cual da como consecuencia
que las metas y fines programados no se cumplan. Hay recursos que se desvían (malversación)
o se aplican mal (derroche, despilfarro), de forma que con los pocos que llegan a las
instituciones destinatarias solamente se puede dar servicios de poca porción y calidad.
En lo económico, la corrupción daña el sistema de inversiones públicas, además perjudica a las
obras de infraestructura (puentes, carreteras, puertos, etcétera.), tanto en la obra como en su
mantenimiento. Realizar estructuras de baja calidad es fundamento para que, en el corto
plazo, haya que reformar dichas obras. Un caso bastante polémico sucedió en nuestra región
ha sido el de las organizaciones de Conjunto Aval Actividades y Valores SA, Corficolombiana,
se asoció con la compañía de Brasil Odebrecht en su plan más enorme en Colombia: una parte
de la autopista exitosa como Ruta del Sol, cuyo precio preciado es de 2.500 millones de
dólares. Entre 2009 y 2014, Odebrecht pagó millonarios sobornos para adjudicarse el contrato,
en lo que Aval afirmó en reiteradas situaciones que ignoraba los pagos ilegales.

En el último mes del año de 2016, Odebrecht aceptó haber pagado 788 millones de dólares en
sobornos en 12 paises, integrado Colombia. La compañía alcanzó convenios con los Gobiernos
de República Dominicana, Perú y Panamá, sin embargo la indagación de Colombia continúa.

En el pais ya fueron condenadas 5 personas, mientras tanto que otras 74 personas


permanecen siendo procesadas.

Consecuencias de la corrupción

La corrupción perjudica a la vida política, económica, cultural y social de un territorio sin


embargo, lo más grave es el deterioro moral de los habitantes. Al corromper el alma del
habitante, su dignidad, su motivación se va perdiendo. Los resultados en la actuación de un
régimen incluido por personas corruptas es notable: políticas públicas deficientes, mediocres,
inequitativas, diferencia, pobreza, acumulación de riqueza en manos de minorías, injusticia,
embrutecimiento de la ciudadanía, clientelismo político; en suma, un mal régimen.

En un ambiente en el que salen a la luz casos y más casos de corrupción, sin castigo a los
corruptos, y donde impera la impunidad, el desencanto en la población es cada vez mayor.
Algunos intelectuales y académicos brillantes, víctimas de este desencanto, afirman que no
hay solución para la corrupción. Contrario a esas afirmaciones desoladoras, en este trabajo se
sostiene que sí hay solución para la corrupción, que ésta se puede contener, controlar o
aminorar. Para ello, es necesario tomar distancia para comprender mejor el problema en toda
su magnitud. Decía el inventor estadounidense, Charles F. Kettering: “No es que no puedan ver
la solución, es que no pueden ver el problema”. Efectivamente, muchas veces no se
comprende la magnitud del conflicto, de ahí las soluciones aventuradas, simplistas o
“mágicas” que ofrecen algunas personas. Hay que replantear el problema una y otra vez,
ampliar el horizonte, cambiar de enfoque, sumar nuevas herramientas, haciendo nuevas
interpretaciones, modificando la manera en que se ha venido combatiendo.

Un nuevo enfoque para abordar la corrupción: la ética pública

Hay distintas maneras de abordar el asunto de la corrupción. Las más frecuentes atienden a
preguntas como las próximas: a) su conceptualización, abarcando diversas definiciones, b) su
tipología o las maneras que adopta, c) las propiedades de cada tipo de corrupción, d) las
razones de su aparición, e) los efectos que crea, f) los mecanismos para combatirla, g) la
percepción y medición de la misma, h) los sectores o campos de acción específicos de la
corrupción (educación, salud, medio ambiente, parlamento, juicios), i) casos concretos de
corrupción ventilados en los medios de comunicación, j) los mecanismos para su prevención.

Nos centraremos en el último enfoque, o sea, en la prevención de la corrupción, tomando


como eje a la ética, por ser ésta la disciplina delegada de aprender las prácticas, los hábitos y
el carácter del hombre. La ética, como disciplina de entendimiento, ha sistematizado el
comportamiento humano, clasificándola en diferentes géneros y estilos de vida. De un lado,
los acompañados de principios y valores y, de otro, esos que se norman por antivalores o
vicios, que ofrecen por resultado una vida acompañada de prácticas corruptas.

Si bien la ética es un asunto explorado a partir de las viejas culturas en las cuales su aplicación
se centraba en el actuar de los líderes, históricamente, ha habido fases en las que esta
disciplina se ha omitido del servicio público y de la política. En pleno siglo XXI, no todos las
naciones son conscientes ni conocedores de las múltiples herramientas éticas susceptibles de
ser aplicadas en el campo público.

Cuando hay una sociedad en la que se conjugan los diferentes intereses de la sociedad política
y se avanza en general, se alcanzan los objetivos de la política: bien común o confort general,
justicia, independencia, estabilidad, calidad de vida y confort. El desafío para las comunidades
corruptas está, primero, en querer dejar de serlo; segundo, en expandir su perspectiva,
conociendo e incorporando nuevos enfoques multidisciplinarios con novedosas herramientas
como la ética; tercero, en producir espacios para la institucionalización de dichas
herramientas; cuarto, en operarlas de forma efectiva y eficiente, generando una energía que
contagie a los miembros del ámbito; quinto, en detectar y detener a quienes se mantengan en
prácticas no éticas; sexto, en sancionar a esos individuos que hacen prácticas corruptas,
combatiendo de esta forma la impunidad; séptimo, en implantar sistemas de vigilancia,
control y evaluación; octavo, en retroalimentarse de los fallos y recursos discordantes que
logren surgir.

Que hacer para recuperar la credibilidad.

1. Para recobrar la credibilidad en nuestras propias instituciones, se hace imprescindible


romper el círculo interminable de la corrupción, por medio de la adopción de tácticas
integrales y con la más grande colaboración de los primordiales actores: ciudadanía,
estamentos oficiales, gremios de la producción y del negocio, veedurías ciudadanas activas
entre varios otros.
2. Es imprescindible modificar el perfil de la ciudadanía sobre la corrupción, señalando
cuánto cuesta su indiferencia, cuánto se pierde en recursos, cómo es de fundamental la
colaboración de los medios de comunicación. En esta tarea de combatir la corrupción
nadie puede desfallecer.

3. Es necesario consolidar el hecho de que el servidor público tiene una responsabilidad


penal, disciplinaria, patrimonial y sobre todo social.

4. Ha faltado, debería reconocerse, aplicación de la ley; el Régimen debería reconocer su


responsabilidad al respecto, como lo viene realizando, y afianzar su papel con los
organismos de vigilancia y control.

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