Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
SINOPSIS
Paula Ricci una hermosa joven de 22 años, sencilla y de buen corazón, una simple mesera, la vida se
ha empeñado en darle pruebas muy difíciles desde que su madre murió cuando aún era una niña,
circunstancias de la vida la llevan a hacer cosas que jamás imaginó, cruzando en su camino a nada
más y nada menos que al arrogante Dante de Luca, un empresario multimillonario de 35 años, que
pensaba que el dinero y el poder lo consigue todo, incluso a ella. ¿Podrá tenerla como tanto lo desea
o Paula pondrá su mundo de cabeza?
—Vamos Katy levántate dormilona.— la lleno de besos y le hago cosquillas, así ella siempre
despierta riendo.
—Levántate dormilona debes prepararte para no llegar tarde al colegio.
—Mmmm un poquito más Paula por favor.— Pide, yo sigo riendo, siempre es lo mismo.
[—No, levántate y dúchate que ya está el desayuno, y se nos hace tarde, anda te espero abajo.
—Mmmm eres cruel Paula...—Si, aha soy muy cruel, ahora mueve ese pequeño trasero de la cama
y entra al baño que tienes poco tiempo para estar lista.
—Ya, ya, siento que contigo estoy en una academia militar Paula. Ruedo los ojos, siempre tan
exagerada.
—Lo que te hace falta es tener un novio que te haga menos mandona.
¡Kathy! La reprendo mientras que la muy listilla suelta una carcajada.
**
— Katy hoy tengo doble turno en el restaurante, te recogerá Isa y te quedas con Sara.— Hablo
mientras desayunamos... Por cierto Sara es mi vecina una señora ya mayor que vive sola y es una
gran persona siempre me echa la mano con mi hermana, nunca terminaré de pagarle todo lo que ya
me ha ayudado, es como si mi madre me hubiera enviado un ángel para que nos cuide en su ausencia.
Ya empezamos?
—Ok Paula sabes que me gusta estar con doña Sara amo sus gatos.— rio observándola, la verdad
que la quiero mucho, sin ella mi vida sería un completo vacio.
—Bueno señorita hora de irnos o las dos llegaremos tarde.— luego de 10 minutos salimos para el
colegio tomamos el autobús, dejo a Katy en el colegio y voy caminando al restaurante que está como
a cinco cuadras, es por eso que odio usar tacones, pero casi nunca los uso, y no sé de qué me quejo
tanto.
Llego diez minutos después, veo a mi amiga Isabela quien siempre está con una enorme sonrisa,
así esté de buen o mal humor, esta mujer nunca cambia, su entusiasmo me transmite alegría.
—Hola, Isa ¿cómo estás?— Saludo nada más llego junto a ella.
— Hola, Paula súper bien espléndida.— saluda abriendo los brazos dejando un sonoro beso en mi
mejilla, ¿y a esta que le sucede?
— ¿Y a ti que te pasa, porque estás tan contenta, sacaste la lotería o algo?
—Ojalá, pero no, de todos modos, Ay amiga, es que anoche me llamo Santiago, dijo que pasaría por
mí después del trabajo—."Santiago es su, digamos amor platónico", es un cliente de aquí que hace
tiempo viene detrás de mi amiga, pero según ella se está haciendo la difícil para no parecer tan
Estoy en shock, no puedo asimilar lo que el doctor me acaba de decir, mi Kathy no puede estar
enferma, no ella no, las lágrimas no se hacen esperar, me cubro el rostro con las manos, siento las
manos de Marcos acariciándome la espalda.
—No puedo creer doctor ¿cómo es posible?— Hablo entre sollozos, con los ojos totalmente aguados.
—Lastimosamente es así señorita, le recomiendo consultar con el especialista para empezar cuanto
antes su tratamiento, puesto que está en una etapa tratable, según pude constatar en su análisis.— No
sé qué hacer mi cabeza no procesa lo que el doctor me dice.
— ¿Cómo podemos hacer doctor para empezar cuanto antes el tratamiento?— Pregunta Marcos, yo
solo lo observo fijamente en un punto fijo, es como si su voz se oyera tan lejos, estando ahí a mi lado.
¿Por qué a mí, porque a Kathy? ¿Qué mal estamos pagando?
—Le haré una cita con mi colega, el especialista, para que consulte mañana mismo y él le estará
indicando los procedimientos, yo ya no puedo hacer nada.— le miro al doctor sin poder creer, no
asimilo aún lo que dice.
—Vamos cariño.— Marcos me toma de la mano ya que he quedado sumida en una profunda
oscuridad, una terrible pesadilla, de la cual quiero despertar. — Vamos a ver a Katy.— me sostiene de
la cintura y lo agradezco pues mis piernas no reaccionan. Es como si mi cuerpo flotara en el aire y mi
mente en blanco.
Salimos del consultorio y caminamos hasta la sala donde se encontraba Katy, el doctor me
indica que le dará su alta medico y que ya se podía ir, pero que mañana mismo nos esperaba para la
consulta.
Veo a mi hermana y quiero llorar como se lo voy a decir, como decirle que tiene cancer. Esto es
demasiado para ella, para nosotras, mi pequeñita.
—Hola princesa ¿cómo te sientes?— Pegunto intentando esconder mi angustia y desesperación, ese
nudo y opresión que siento en el pecho.
—Bien estoy mejor Paula ¿ya podremos irnos?— Pregunta aún en tono cansado. Y me siento peor,
tal vez ella ya estaba así y yo no me había dado cuenta, tal vez esto es mi culpa.
— ¿Qué tengo Pauli, que salió en los estudios?— quería llorar, gritar, pero no podía, debía ser fuerte
por ella, por Katy, la amo demasiado, sin ella no soy nada, solo nos tenemos la una a la otra.
—Nada de qué preocuparse cariño hablaremos en casa ¿sí? — solo intento mantener la calma, lo
que menos quiero es angustiarla.
—Ve a descansar, voy en un rato amor. — Ella lo hace, dejándome a solas con Marcos, volteo hacia
mi jefe para despedirme de él en la puerta y agradecerle por tantas molestias.
—Marcos gracias por todo, quería pedirte que mañana me des la mañana libre para ir a la consulta.
—Por supuesto preciosa sabes que no tienes de qué preocuparte, si quieres me quedo contigo esta
noche y mañana les llevo a la consulta.
—No es necesario Marcos.— contesto presurosa, no quiero abusar de su confianza y mucho menos
aprovecharme de la situación.— No te molestes iremos en taxi te agradezco.
—No me agradezcas nada, yo haría cualquier cosa por ti y lo sabes.— suspiro y solo lo miro, me da
pena no corresponderle, es guapo pero no me atrae ni un poco, que será qué me pasa ¿será que soy
incapaz de sentir algo por algún hombre? ¿Será que soy lesbiana? no creo, solo que no ha aparecido
el hombre indicado, si eso es. Esto es serio tengo 22 años y nunca me ha gustado un hombre. Pero
tampoco he tenido mucho tiempo para eso, entre trabajo y trabajo se me pasa el tiempo, o tal vez sea
de esas personas que nacieron para estar solas, para otro propósito en la vida que no es casarse ni
nada.— me quede pensando de pronto para luego escuchar un carraspeo que me devuelve a la
realidad.
—De nada preciosa, siempre puedes contar conmigo. — aprieto mis labios con una pequeña mueca
y lo veo girarse. Cierro la puerta apenas Marcos se retira, debo ir a hablar con Katy debo contarle la
verdad, suspiro hondo antes de entrar a su habitación, ahí la encuentro sentada en la cama como si
sospechara que algo ocurre, me acerco a ella y la envuelvo en un abrazo sin poder evitar las lagrimas,
ya no puedo controlarlo.
— ¿Me vas a decir que es lo que tengo Paula? — pregunta mirándome con esos ojitos que me
desarman.
—Sí, te lo voy a decir solo quiero que me prometas una cosa, que pase lo que pase no te darás por
vencida lucharas conmigo y no me abandonaras, eres fuerte Katherine, las dos hemos pasado por
mucho y debemos seguir luchando pase lo que pase. — parpadea una y otra vez.
— ¿Qué ocurre Paula?— Sus ojitos me observan angustiada. —Solo prométeme amor. — Vuelvo a
pedir.
—Bien Katy tú...— hago una pausa.— tienes leucemia.— se lleva las dos manos a la boca y empieza
a sollozar, en tanto yo la aprieto a mi pecho mientras lloramos juntas.
—Sah tranquila, tranquila te vas a curar te lo prometo haré hasta lo imposible para que te cures
princesa.— sujeto su rostro al ver sus hermosos ojos llenarse de lágrimas. —Estamos juntas Kathy,
yo no te dejaré sola, ¿me oíste? Jamás, nunca te dejaré sola, eres lo que mas amo en la vida.
— No me dejes nunca Paula no me abandones por favor, no quiero ser una carga para ti.
—No digas eso, jamás óyeme bien jamás te voy a abandonar.— Así nos quedamos abrazadas por
largos minutos hasta que después de tanto llorar se quedó dormida en mis brazos, la recuesto
suavemente en la cama acostándome a su lado.
Suena mi despertador como de costumbre me levanto sin perder tiempo, voy a mi habitación a
ducharme, apenas entro debajo me permito llorar como nunca he llorado en mi vida, estoy tan
cansada, he pasado tantas cosas y ahora esto, pero debo ser fuerte por Katy, por ella, y saldremos
de esta, siempre salimos de todos los problemas, pero esto ¡¡Dios!! Esto es demasiado, perder a mi
madre ha sido muy difícil, no me imagino lo que sería perder a mi única hermana. Solo te pido que no
me dejes sola.
Me visto con lo primero que encuentro observándome en el espejo con unas inmensas ojeras. Peino
mi cabello acariciándolo, tengo el pelo negro, amo mi cabello es lo más lindo que tengo, los ojos verdes
como el de mi padre, ese maldito cobarde que nos abandonó un día dejando apenas una carta donde
pedía perdón y diciendo que jamás volvería, creo que jamás se lo perdonare, Katy es todo lo contrario
a mi ella es un poco rubia de ojos azules como mi madre es delgadita también de piel más tostada es
muy parecida a mi madre.
Voy a la cocina preparar el desayuno es aún muy temprano, dejaré que Katy duerma un poco más,
pues la cita con el especialista es a las ocho de la mañana y ella debe descansar, después de haber
preparado todo el desayuno voy a despertar a Katy.
—Kathy despierta, debemos ir al doctor recuerdas ya es hora.— Abre lentamente sus ojos.
—Buenos días Paula… —Levántate y dúchate para desayunar amor, e irnos al medico.— dejo un
beso en su cabeza en tanto ella estira sus brazos, observo como se levanta de la cama para caminar
a paso lento entrando al baño, niego moviendo la cabeza, me siento terriblemente mal, verla así, saber
que sufre de esa terrible enfermedad me hace muy mal. Me froto el rostro para luego salir de la
habitación, dejo que termine de arreglarse en tanto yo la espero en la cocina para desayunar.
—Mmm huele rico por aquí.— Aparece en la cocina ya totalmente lista y un poco mas animada que
ayer.
—Preparé tostadas, tus favoritas. — le regalo una tierna sonrisa, observándola llevar a sus labios la
taza de cafe.
—Umm que delicia, eres la mejor del mundo.— le lanzo un beso al aire. Desayunamos en silencio
las dos. — ¿Paula como haremos para pagar el tratamiento?— Me quedo pensando, es cierto no lo
había pensado. Un nudo se me forma en el estómago, quitándome hasta las ganas de comer.
—No te preocupes Katy, haré lo que sea, cualquier cosa para conseguir el dinero, tu solo quédate
tranquila.— contesto para que no se preocupe por eso. Ahora no solo estoy preocupada por la salud
de mi hermana, si no como pagaré su tratamiento.
Al rato llegamos al hospital, dirigiéndonos hasta la recepción del hospital, ya tenemos una cita previa
con el especialista. Pero en mi cabeza no deja de dar vuelta en como voy a pagar el tratamiento.
—Buenos días.— saludo amable a la mujer que está detrás del escritorio.
— Buenos días ¿en qué puedo ayudarlas?— Pregunta muy amable, regalándonos una sonrisa.
— Tenemos una cita con el Doctor Luis Parissi.— contesto en tanto veo teclea en su computador…
— ¿Señorita Ricci? Asiento…— Pase por favor cuarto piso oncología. — indica y solo sujeto de la
mano a Kathy para subir. Al llegar al cuarto piso nos volvemos a encontrar con una secretaria.
—Buenos días tenemos cita con el Doctor Luis.— digo acercándonos a la joven muchacha.
—Si un momento.—contesta esperamos un rato hasta que nos indica que podemos pasar.
—Gracias doctor igualmente. —Hola, ¿tu debes ser Kathy?— se voltea hacia ella para regalarle una
tierna sonrisa. —Hola doctor si soy yo.— contesta un poco tímida apretando mi mano.—Por favor
tomen asiento.— indica señalando con la mano.
—Bueno a ver por donde empezamos ¿ya sabes tú diagnostico no es así señorita Katherine?— Le
pregunta en forma dulce y cariñosa.
—Si.— contesta Katy cabizbaja. — ¿Dígame doctor que se puede hacer? — inquiero rápidamente
ya que esto me está matando.
— Tengo los resultados de su estudio, ya mi colega me habló de su caso y empezaremos lo más antes
posible su tratamiento.
— ¿Y cuánto costara el tratamiento doctor?— El doctor me mira, tal vez viendo la preocupación en
mis ojos. — Es un poco costoso y usted supongo ¿no cuenta con un seguro medico?
—No doctor, no contamos con ningún seguro médico.— contesto con un gran nudo en la garganta,
las lagrimas amenazan nuevamente en salir pero me contesto, intento mantenerme fuerte, por ella,
por mi hermana.
—Bien, le daré todas las indicaciones, los costos y las espero el viernes para empezar el tratamiento
se quedará internada 3 días cada 1 mes para su tratamiento y le seguiremos haciendo estudios
monitoreando su evolución, ¿bien?
—Está bien doctor aquí estaremos el viernes. — muevo la cabeza repetidas veces.
El médico me dio la indicación y salimos del consultorio, Pero nuevamente antes de salir el doctor se
despide de nosotras con una mirada que no sabría interpretar sujetando mi mano más tiempo de lo
debido, tuve que aclararme la garganta para que soltara mi garganta en tanto Kathy solo enarcó una
ceja, salimos del hospital y me pongo a mirar las indicaciones y mi corazón cae al suelo costara 30 mil
dólares más o menos para su primer tratamiento ¡Dios!!Y eso que solo es una parte, ¿de dónde sacare
esa cantidad de dinero?
**
Hoy es miércoles, de nuevo al trabajo, Katy sigue normal, va al colegio, pude hablar con la directora
comentándole su estado de salud, y me comprendió perfectamente, incluso me dio la opción de las
clases a distancia en caso de que ella no pueda asistir por su estado de salud y creo que sería lo mejor
al menos por ahora, hasta ver como evoluciona con los tratamientos.
—Buenos días— salude a mis compañeros sin muchos ánimos, será tan difícil concentrarme en el
trabajo pensando en la salud de mi hermana.
—Buenos días contestaron.— Isa me abraza rápidamente al llegar junto a mi. — ¿Cómo estás
amiga?
—Bien dentro de todo, Emm pero necesito hablar contigo Isa, ¿podemos en la hora de mi
almuerzo?— Por qué de nuevo hoy hago doble turno y más ahora que necesito el dinero.
—Bien Marcos.
—Sabes que puedes pedirme lo que sea si necesitas ¿verdad?— Asiento sin ánimos.
—Gracias Marcos.
—De nada preciosa.— deja un beso en mi frente y se marcha nuevamente hacia su oficina.
La mañana paso volando, de repente como un espejismo erótico entran en el restaurante tres
hombres guapísimos y la boca se me cae al suelo y no soy la única pues al voltear a mirar a mis
compañeras están igual o peor que yo, Virgen Santísima, vuelvo a mirar a esos hombres, mis ojos se
desvían solitos hacia ellos.
— ¿De dónde salieron estos hombres?— Se acerca Isa, al igual que mis otras compañeras se quedan
embobadas mirándolos, son muy atractivos e imponentes, los veo de reojo, toman asiento en una
mesa en el fondo. Uno de ellos es el más alto y el más atractivo de los tres, mi corazón comienza a
palpitar, me remojo los labios al observarlo, la piel tostada, cabello perfectamente peinado, unos ojos
perturbadoramente hermosos, y uff una sonrisa que me paralizo el pulso.
—Yo los voy a atender.—exclama Isa acomodando su escote y camina decidida hacia la mesa de
esos tres bombones, suelto una risita sacudiendo mi cabeza, mi amiga es una completa loca, y eso
que tiene novio imagínate, yo por mi parte dejo de estar de babosa y sigo atendiendo las mesas
sintiéndome observada todo el tiempo, como si alguien vigilará más movimientos.
—Princesa ¿qué tal estas? —Aparece Marcos frente a mí, posando su vista en la mesa de esos tres
Dioses del pecado.
—Bien Marcos, estoy bien.— volteo hacia ellos y dos de esos hombres me observan pero no puedo
dejar de mirar a uno en particular. —Me alegro, no me gusta verte bajoneada Paula. —Lo siento pero
no puedo estar sonriendo Marcos. —No me refiero a eso, no me malinterpretes, solo digo que me pone
mal a mi verte así.
—Estaré bien no te preocupes.—giro caminando hacia a la cocina dejándolo ahí, traigo el pedido de
la mesa siete, y veo a Marcos hablando con esos hombres, al parecer los conoce pues se están riendo
con él, cuando de pronto cruzo miradas nuevamente con ese hombre, ¡Dios Mío! Que ojos, veo como
frunce el ceño y niega desviando la mirada hacia su amigo, yo sacudo mi cabeza y continuó con mi
trabajo, volteo nuevamente y ahí de nuevo esa mirada, ¿Por qué me mira tanto? ¿tengo algo pegado
en la cara o algo? Mejor dejo de soñar y vuelvo a mi realidad, un hombre como el jamás se fijaría en
una simple mesera como yo.
Entro a la cocina huyendo de ahí gracias a Dios había llegado la hora del almuerzo, hoy le pedí a
Sara si podía recoger a Katy del colegio porque necesitaba hablar con Isa, y la rubia se asoma
también.
—Isa no sé qué hare amiga.— ¿Qué sucedió?— Cuestiona y ambas nos sentamos en la mesa.
—Lo intentare aunque no creo que me den treinta mil dólares jamás.
—¿Cómo Isa, como podría ayudarme Santiago? Por cierto se están dando una oportunidad con Isa
creo que este par se quedan juntos.
—No lo sé amiga de alguna forma, el tiene muchos contactos.— Estuvimos conversado un poco mas
hasta que volvimos a nuestros deberes.
Al cerrar el restaurante aparece Marcos — Preciosa espérame que te llevo a tu casa, no pude
negarme estaba realmente agotada, así que lo espere y nos fuimos
—Me imagino.— hablamos poco durante el camino porque realmente estaba agotada llegamos a la
casa le dije a Marcos que no lo invitaba a pasar porque era muy tarde y estaba cansada en eso me
agarra la mejilla y deja un beso en la comisura de mis labios, pues yo desvíe el rostro, no sabía cómo
reaccionar, se separó lentamente.
—No sabes cuánto quería hacer esto.— suspire y me baje del auto.
Entro a casa, Sara durmiendo en el mueble de la sala con Katy, la despierto despacito y se levanta.
Le doy un beso, esta mujer es increíble, es como una madre para mí, llevo a Katy a su habitación
y sigue dormida, yo por mi parte entro al baño para tomar una ducha antes de dormir.
Capitulo 3. La única solución.
Paula
—Buenos días chicos.
—Buenos días Paula, Isa me abraza y me dice que me tiene una noticia que necesita hablar
conmigo.
—Hablamos al medio día Isa.
—Está bien es sobre el dinero Paula, abro los ojos como platos. ¿Qué dices Isa? me mira y sonríe.
—Creo que encontré una solución, me quede pensando toda la mañana en eso hasta que llego el
medio día.
—Ahora si Isa ¿qué me tienes que decir? —Mira tú dijiste que harías cualquier cosa ¿verdad por
Kathy no?
—Si así es Isa lo que sea haría por ella —Bueno hable con Santiago y me dijo algo, solo no sé
si quisieras hacerlo.
—Anda Isa dime de una vez por favor, cualquier cosa con tal de pagar su tratamiento.
—Bien como sabrás, él se mueve en un círculo de hombres con dinero y mucho poder.
—¿Y eso qué? Déjame seguir amiga.
—Bien, perdón sigue. —Y me dijo que podrías si quisieras, ser dama de compañía de alguno de
esos hombres y cobrar por eso, me comenta que pagan muy bien por esos servicios — me quedo
atónita por lo que estoy escuchando.
— ¿Qué? ¿Isa, estás loca, te das cuenta de lo que me estás diciendo? —Sí y tú dijiste que harías
cualquier cosa.
—Lo sé amiga, pero eso no lo sé.
—Vamos anda no es que tendrás sexo con ellos es solo ser dama de compañía por una noche y
voila te pagan buen dinero por eso.
—No lo sé Isa tengo que pensarlo.
—Bien piénsalo amiga y avísame., me quedo pensando en lo que me ha dicho Isabela.
— Ok mi turno termino creo que ya nos vemos mañana. Solo la observo agarrar sus cosas para
marcharse, pero aun no asimilo nada de esto.
─No seas imbécil, contesta cabreado, si ella no quiere sexo no me importa pagaré igual por su
compañía, pagaría lo que sea por ella.
─Vaya hermano nunca te pusiste así por nadie. Comenta Leonardo, e Iam lo fulmina con la mirada.
No sé ni lo que digo solo tengo tanta rabia de no ser yo quien este a su lado yo también pagaría lo
que fuera por estar con ella.
Cambié de tema, ya no quería seguir hablando de ella, esto se va salir de control, hablamos de otras
cosas triviales un buen rato y volvimos al trabajo, yo sin embargo tenía que averiguar más sobre ella.
Nada más al entrar en mi oficina Llamo a mi contacto. Unos tonos después me contesta.
─Sandro, exclamo cuando escucho un hola Dante al otro lado de la línea. ─ Vaya Dante a que se
debe tu llamada
─Necesito un favor hermano.
─Para que soy bueno– y le empiezo a relatar los hechos.
─ Mañana mismo te tengo toda la información.
—Gracias hermano hablamos.
— Adiós Dante.
Debo dejar de pensar en esa mujer un segundo, necesito desesterarme y solo lo haré follando con
alguna de mis amantes, llamo a Sofía una de las tantas en mi lista, necesito follar a ver si así me la
saco de la cabeza.
PAULA
Hoy hago doble turno aquí en el restaurante, hoy la gente está repleta, anoche dormí muy poco
no dejaba de pensar en ese hombre, sus palabras fueron muy hirientes, piensa lo peor de mí, pero
aun así no dejo de pensar, en su mirada, en sus ojos en su voz, todo de él me llama la atención, Iam
es muy bueno y caballeroso, aunque esté pagando por mí no le saca que sea muy atento, es guapo,
pero no me atrae.
¡Maldición! ¿porque tienes que fijarte en los hombres más idiotas? solo ruego que no se aparezca
de nuevo por aquí o en algún evento no volver a encontrarme con él, porque apenas lo vi dos veces y
siento que nada bueno saldrá si lo vuelvo a encontrar.
Tierra llamando a Paula
— Si Marcos solo estoy un poco cansada por lo de Katy no es nada, ya trabajo.
—Sabes que puedes contar conmigo ¿no es así Paula? –Si Marcos lo sé gracias, iré a atender
aquella mesa digo y me voy rápido de ahí de lo contrario Marcos empezará con su coqueteo de
siempre y no me gusta, ya no sé cómo decirle que solo lo quiero como amigo.
De pronto mi amiga se acerca curiosa...—Paula debemos hablar de lo que pasó anoche. Se que
de ella no me escapo.
Me subo al auto, a casa le digo a Jorge mi chofer, asiente y pone en marcha, no dejo de pensar en
esa mujer, no sé qué me sucede con ella, todo el tiempo la tengo en mi cabeza, la quiero besar, la
quiero abrazar, sentir, su olor me encanta, su pelo negro es precioso, toda ella me fascina, suspiro
frustrado frotando mi rostro me comporté como un idiota con ella. Eso es característico en mí, al final
no es nada raro, pero con la diferencia que con ella si tengo cargo de conciencia cosa que nunca me
había sucedido con ninguna otra mujer.
Debo cambiar de estrategia si quiero acercarme a ella, debo ser más cuidadoso con mis palabras.
Lo que no entiendo es por qué se altera tanto cuando le ofrezco las cosas, porque a Iam si le acepta
y a mí me rechaza, ¿será que le gusta mi amigo? No, eso no puede ser.
Necesito solucionar esto cuanto antes, mañana hablaré con Iam le pediré que se aleje de Paula,
la quiero para mí, no me importa lo que tenga que hacer ni cuánto debo pagar, pero esa mujer será mi
amante como sea.
Luego de llegar a casa y ducharme unas horas para tratar de organizar mi cabeza, que está hecha
un lio, salgo para adentrarme a la cama, espero que hoy pueda dormir, y ya no aparezca esa mujer en
mis sueños o me volveré loco, si es que ya no lo estoy, suspiro acostado boca arriba mirando al techo,
siento como mi verga comienza a despertar nuevamente, suspiro frustrado, ¡maldición! Golpeo la cama
con mi puño y me tapo el rostro con una almohada, ya tengo la mano adolorida de tanto masturbarme
pensando en ella. En ¡Paula!
Capítulo 11. Segundas oportunidades.
Llego a la empresa, todas las mujeres se quedan mirándome embobadas, sonrío ligeramente
saludando al pasar.
─ Buenos días. Saludo con la voz gruesa, para adentrarme en mi elevador privado, llegando hasta
mi piso.
─Buenos días, saludo a la recepcionista de mi piso a la que Iam no puede ver ni en pintura, según
él, es muy ofrecida, hasta llegar al escritorio de mi asistente Eva.
─Buenos días Señor De Luca, viene detrás de mí, resonando sus tacones en el mármol.
─ ¿Que tenemos para hoy Eva? Pregunto.
—¿Tu habitación nena? se muerde el labio y me señala la habitación de atrás, la cargo sin sacar mi
miembro de su mojado coño, entramos y la acuesto en la cama, entro entre sus piernas y
empiezo envestirla como un loco, ella me vuelve loco.
Paula se encuentra sumida en placer, con los ojos cerrados, ¡Mírame Paula! Ordeno, ella abre
los ojos que están tan oscuros producto de la excitación, quiero que te corras conmigo amor.
Con los labios entre abiertos es mi jodida adicción, lleva las manos a los pechos y los aprieta y
ese fue el pase a la locura, un par de estocadas más y nos corremos los dos, un balbuceo de nuestros
nombres y un gruñido de parte de mi es lo que se escucha en la habitación.
Salgo de su interior y me acuesto a su lado y la atraigo hacia mí, la pego a mi cuerpo le beso la
frente, ella sonríe girándose a mirarme al rostro.
—Yo también te amo Dante…. Sonrío como un bobo, por sus palabras.
[0:55 a. m., 19/7/2021] Mony Libro Grupo Caliente: —Te amo mi amor te amo, reparto besos en
su rostro, apretándola a mí, es todo lo que necesito en mi vida.
Así nos quedamos un buen rato mimándonos en su cama, me hubiera encantado volver a
tenerla en mi cama, pero por el momento tengo que comprenderla, está pasando por una situación
muy difícil con su hermana y yo estoy aquí para apoyarla, para amarla y sostenerla cada vez que ella
necesite.
Sin darnos cuenta nos quedamos dormidos, después de unas horas despierta ella y comienza
a dejar besos en todo mi rostro, despierto sintiendo sus suaves caricias.
—Mmmmm, mi amor… susurro ronco sin abrir los ojos.
—Tengo que levantarme Dante, tengo mi pierna encima de ella y mi brazo la aprisiona fuerte
como si no quiera que escapara de mí.
—Necesito ir al baño, sonrío. Debo volver al hospital amor. Dios nunca pense que esa palabra
me alegraria tanto escucharla.
—Vamos nena, vamos a ducharnos. Contesto a duras penas, la verdad nunca había dormido
tan delicioso.
Entramos a la ducha, y entre risas y mimos terminamos haciendo el amor de nuevo, le he dado dos
orgasmos de seguido en la ducha.
—Ay gracias al cielo dice juntando sus manos al cielo, ya era hora
¡¡Sara!! reclamo riendo apenada. —Es que mi niña pensé que te quedarías a vestir santos.
—Qué cosas dices Sara, estaba esperando al indicado y ya.
—Está bien mi niña, ya me voy, deja un beso en mi mejilla, regresaré mañana Paula, asiento.
—-Gracias por todo Sara, nos vemos mañana. Salgo afuera y veo que Sara se despide de Dante,
acercándome lentamente a el.
—Hola.
—Hola amor. —Debes de ir a tu casa a descansar Dante.
—Me iré, pero más tarde nena ¿o acaso no me quieres a tu lado? Sonrío, claro que si le acaricio
el rostro, él cierra los ojos ante mi tacto, agarra mis manos y los besa primero uno después el otro.
Al rato llega Isa con Santiago.
—Amiga, corre a abrazarme.
—Isa... ¿Cómo están? ¿Cómo está Katy?
—Bien Isa, está dormida. Contesto cuando ella gira a observar a Dante. —Buenas Noches señor
De Luca
—Buenas noches señorita, Isa se gira y me hace un gesto divertido moviendo sus cejas, a lo que
yo quiero reír, y aprieto mis labios en una línea fina.
Dante saluda a Santiago, y creo que si se conocen también, porque hablan por un momento hasta
que Isa se aleja de mí y Santiago me saluda.
—Hola, hermosa.
—Hola, Santiago, gracias por venir, asiente.
—Nena, creo que ya es hora de irme.
—Está Bien, ¿nos vemos mañana?, asiente.
—Así es amor, vendré mañana, cualquier cosa no dudes en llamarme por favor ¿está bien?
—Si Dante, gracias, me muerdo el labio. Se acerca a mi oído lentamente. —Deja de provocarme,
porque me veré tentado a tomarte aquí mismo frente a todos, deja un beso rudo en mi boca mientras
que yo ahogo un gemido, Virgen Santísima este hombre con solo hablarme ya me moja las bragas,
deja un beso en mi coronilla antes de alejarse.
—Buenas Noches, se despide para marcharse. Isa me mira con los ojos abiertos y me sonríe.
—Amiga, chilla emocionada, mientras que Santiago se mantiene ajeno a lo que ocurre.
— ¿Tienes algo que contarme? Levanta una ceja a lo que yo rio... —Si amiga Dante y yo somos
novios.
— ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? no lo puedo creer. ¿ya lo perdonaste? —Si Isa lo hablamos,
creo que fue un malentendido y ayer me lo pidió, me ha dicho que me ama, mi amiga jadea
sorprendida.
Llegamos a casa después de un momento, llevamos pizza para la cena Katy estaba encantada con
Dante, le pidió que se quede incluso a dormir, a lo que el sonríe, porque ya era un hecho que se
quedaría está noche. Si aha dormir Paula, a dormir, cállate subconsciente, por supuesto que solo
dormir, Naaa a quien quiero engañar, con este papacito en mi cama semi desnudo, como podría
dormir, ya me dio calor madre mía.
Después de reír, contar algunos chistes e historias Kathy estaba agotada, había hablado tanto
con Dante mientras yo solo los observaba. La llevo a su habitación para que se acueste a dormir, le
doy sus medicinas, deposito un beso en su frente para luego salir cerrando su puerta.
Me dirijo a la sala pero Dante no está, Mmm que raro, voy a mi habitación pensando que podría
estar ahí y no estaba equivocada, lo encuentro sentada en mi cama.
—¿Qué haces aquí? Pregunto acercándome a él.
Me palmea la pierna. —Ven aquí amor, yo muy obediente, mis pies se mandan solita, me acerco
a él y trato de sentarme en una pierna, pero él hace girarme hasta quedar sentada a horcajadas sobre
él, siento su duro miembro debajo de mí, soltando un gemido involuntario.
Nos besamos, apasionadamente, sin importarnos la cortadura que ambos tenemos en los labios, duele
pero que importa.
Comienzo a desprender su camisa lentamente con su ayuda, él hace lo mismo con mi blusa, me
besa el cuello, baja a mis pechos, me acaricia con ambas manos la espalda, hasta llegar al broche de
Ay Paula, mejor ten cuidado, no sabemos de qué puede ser capaz Marcos.
No se pierdan el próximo capítulo.
Capitulo 39. Problemas y celos.
Paula
Ya ha pasado dos semanas desde que trabajo en la empresa de Dante, todo marcha bien,
demasiado bien y mucha calma ya es muy raro en mi vida, mi bebé está sano y creciendo súper bien
según la doctora que me está tratando mi embarazo, por parte de Katy su tratamiento está marchando
muy bien según el doctor y eso es muy esperanzador si sigue así su tratamiento puede durar menos
de lo que pensábamos y podría curarse completamente.
Dante es lo máximo, se ha preocupado tanto por ella apenas y siente algo la lleva corriendo al
hospital, no le hace faltar sus medicamentos, y compra comida especial y vitaminas para mi princesa.
El doctor dice que la buena atención que recibe es la que la ha ayudado a mejorar tanto en su
tratamiento.
Y sobre mi embarazo Dante es un exagerado, un obsesivo, pero está tan feliz cada noche le habla
y le dice lo mucho que la ama y cuanto anhela su llegada, yo por mi parte no puedo evitar derramar
algunas lagrimitas cuando lo escucho hablar de esa manera tan tierna, tan cariñosa, nadie lo creería
si no lo viera.
Mi suegra por su parte siempre viene a verme y esta tan feliz que será abuela, juro que entre Dante,
mi querida suegra y Carolina mi cuñada me volverán loca.
Isa por su parte termino definitivamente con Santiago, al parecer veía a otra mujer, mi amiga lo
mando a la mierda, él está arrepentido pero conociendo a Isa, no da segundas oportunidades por más
que le duela.
El muy idiota hasta me pidió ayuda para que Isa lo perdonara pero yo no traicionaría a mi amiga
jamás y si ella no quiere saber nada de el pues no voy a interferir, conozco a Isa, ella no perdona una
infidelidad.
—Mmmm si Dante, está aquí conmigo. —mi amiga confiesa sincera sin dejar de mirarme.
Suspira fuerte en el teléfono. — Quisiera hablar con ella por favor. —le hago señas , no quiero hablar
con él.
—Lo siento, pero ella no quiere hablar contigo Dante.
—Por favor. —vuelve a suplicar.
Ambos se quedan en silencio. — Está bien Isa, por lo menos dime si está bien. —pide con la voz
bajoneada. — Si Dante, ella está bien no te preocupes.
—Dile que quiero hablar con ella y que la amo Isa por favor, recuérdale que la adoro.
—Está bien, se lo diré. —Isa me observa con una mueca.
—Adiós.
Isa me mira, y yo rompo en llanto. — Amiga tienes que hablar con ese hombre por favor; se volverá
loco ahora que sabe dónde estás vendrán aquí y con Santiago y él creo que esto será un caos.
Rio entre llantos por el comentario de mi amiga, ella con el idiota de su ex y yo con el idiota de mi
Dante.
Al día siguiente
Isa me convenció de seguir trabajando aquí, no sé qué tan buena idea sea, pero aquí estoy, llegue
muy temprano antes que todos, con el corazón latiendo a mil.
Ojalá no encuentre a Dante por ningún lado, solo eso pido a Dios, porque no sé qué hare si lo
encuentro.
Llegan mis compañeros. — ¡Oh! que hace aquí tan temprano la jefa. — bromea Ana en todo de
burla.
—Que chistosita. —digo, se acerca a dejar un beso en mi mejilla y un abrazo, lo mismo hace Christofer
y Luis.
—Hola linda. —saluda Luis
FIN
Extra
Capitulo Extra
Luna de miel
Dante
No quisimos despegarnos de Valentina ni un solo día, decidimos llevarla con nosotros a la luna de
miel, porque ahora no somos dos, somos tres, una familia y quiero a mis dos mujeres conmigo todo el
tiempo, tanto Paula cómo yo nos volveriamos locos si no la vieramos por tantos días.
Mi madre insistió en que la dejáramos con ella, pero ambos tuvimos la misma respuesta, un no rotundo.
No pudimos con eso de llevar en brazos a la novia para hacerle el amor, no, a quien traje en brazos y
subí al jet fue a mi princesa Valentina quien ahora duerme en la otra habitación, Paula me ha pedido
un momento y se la di. Sabe Dios para qué.
Para esta ocasión no quise seguridad, no quise que nadie nos acompañe, quiero mi privacidad.
Muevo el vaso de coñac en mi mano, observando la ventanilla, ahora mismo ya es la media noche y
estamos yendo rumbo a Miami donde pasaremos una romántica semana en familia.Desprendo los
botones de mi camisa y enrollo la manga de mi camisa hasta mis codos para darme más comodidad.
De pronto escucho unos pequeños pasos, volteando mi rostro para suspirar hondo y tragar grueso.
Me relamo los labios observandola de pies a cabeza, mi esposa, mi pequeña Paula con un vestido
blanco muy muy corto para mí desgracia. Sonríe traviesa, coqueta, sensual, sabe lo que provoca en
mí, sabe lo que su sola presencia causa en mi cuerpo.
Camina a paso lento hasta posarse frente a mí entre mis largas piernas abiertas dándome así un poco
más de comodidad.
—No es mi vestido de bodas pero lo cambié por algo más...—muerde su dedo coqueta.— más sencillo.
Contesta como si su voz no me causara nada, como si su largo pelo que cae sobre sus nalgas no
fueran mi mayor debilidad, como si sus pechos de un tamaño exquisito no me provocara una tremenda
necesidad de poseerla.Bajo mi vaso a mi costado inclinándome hacia delante, recorro mi mirada desde
sus pies calzados con unos zapatos de tacón alto también en color blanco. —Ya no traes medias.—
reclamo recorriendo mi dedo índice desde sus pies subiendo hasta sus piernas, tiembla, se le eriza la
piel y yo exhalo aire.
Voy subiendo más queriendo saber que me voy a encontrar. —¡Mierda!— gruño al tocar las ligas,
muerdo mi labio inferior muy fuerte. Introduzco aún más mi mano debajo de su diminuto vestido para
seguir mi recorrido hasta llegar a ese infinito de locura y placer.
Y sí me he vuelto loco al sentirla así desnuda sin ropa interior, sin ninguna barrera que me impida
sentirla.
—¡Dante!— gime apretándome el brazo.
—¡Paula! — jadeo al deslizar uno de mis dedos entre sus pliegues. —¡Ah! — vuelve a gemir y estoy
muriendo poco a poco lentamente.
Acerco mi rostro hasta su intimidad aspirando el olor por encima de su vestido. Gruño, tiemblo, aprieto
mis dientes entre sí volviendome loco.
De pronto un ruído llama mi atención obligándome a levantar la cabeza, era la azafata que al parecer
venia a ver si necesitabamos algo, pero al ver la situación se sonrojó, agachó la cabeza y giró sobre
sus talones ingresando nuevamente a la cabina.Solo pedí un piloto, el copiloto y una azafata, nada
más, no quiero gente a mi alrededor, nadie que nos interrumpa.
—¡Dante!— jadeó nuevamente cuando levanté su vestido hasta su cintura dejandola expuesta así,
perfecta. Solo unas ligas cubren su perfecta piel, no hay bragas, no hay nada, solo un hermoso coño,
que incita a pecar.
Acerco nuevamente mi rostro a su intimidad introducciendo mi nariz disfrutando de su olor, el olor de
mi mujer, de mi esposa, de mi amor.
Siento como vibra, todo su cuerpo, su ser vibra por mí, la deseo, la necesito, saco mi lengua llevándola
hasta su sexo, recogiendo un poco el sabor de su excitación.
Sujeta mi cabeza introducciendo sus dedos entre mi cabello, me encanta que lo haga, me fascina,
todo lo que Paula hace me tiene enamorado, no entiendo que es lo que me ha hecho ésta mujer para
Cerró sus ojos mordiéndose los labios al sentir como froté mi verga en su delicado y húmedo coño.
—Quiero que poco a poco vayas introduciéndote.— pedí porque sabía que ella no podría contenerse.
Abrió los ojos y fue sentándose sobre mi verga, entendí que quería encajarse de una vez y no se lo
permití, sujetándola de las caderas.
—Lento y sin prisa, disfrútalo Paula, como la primera vez. — Asintió suave, fue bajando poco a poco,
torturandome, retorciendo todo mi cuerpo, y enviando una descarga que aniquilaba todos mis sentidos.
—Por favor, por favor.— suplico queriendo hundirse completamente, aún no se cómo alguien tan
pequeña ante mí tamaño puede aguantar tanto.
Lo hice, la ayude y la encaje por completo.
—¡Ah! Gimió alto.
—¡Ah! Jadee ronco.
—¡Dios! Paula, creo nunca saciarme de ti mi amor.— confesé perverso, mientras ella movía su pelvis
en círculos para luego saltar sobre mi duro miembro, la sujeto muy fuerte de la cadera para intentar
pararla porque me correré si no lo hago, y aún no quiero correrme, aún quiero sentirla.—Quiero
tocarte.— pidió desesperada llevando sus temblorosas manos hasta los botones de mi camisa y eso
hizo que se me encienda más el cuerpo entero.
—¡Tranquila mi amor! Con calma.— pedí ronco mientras seguía moviéndola de la cadera para
hundirme fuerte en ella.
Con fuerza jaló mi camisa a los lados con sus manos y lo abrió sin tomarse el tiempo de quitar los
botones.
Metió sus manos palpando mi pecho y se inclinó a dejar besos húmedos y pasar su delicada y traviesa
lengua por él, gruñí al sentir como me quemaba por dentro y por fuera, quiero desnudarla, quiero
dejarla sin nada pero no estamos en un lugar apropiado. Intento calmar mi necesidad de ella tocándola
por encima de su delicado vestido blanco. Esos pechos que son magníficos y ahora dando de mamar
lo es aún más.
—Te amo Dante.— musitó mientras nuestras bocas danzaban en un baile de lujuria y pasión, nuestros
labios ya dolían de tanto amarnos pero quería más, más de ella, no quería parar.
Paula es la mujer más hermosa y sensual que se me cruzó en mi camino, recordarla tan tímida,
sonrojándose ante mis palabras y verla ahora así, tan desatada me puede y mucho.Comenzó a gemir
y a retorcerse, sabía que había llegado al clímax y solo dejo que haga lo que quiera, montándome
como se le antoja.
Porque no existe otra, no existirá jamás nadie más que llene mi vida por completo.
Solo levanto mi pelvis una y otra vez para rocar lo más profundo de su ser, intentando llenarla tanto
como sea posible.
—Deberia ser delito que lucieras así.— confesé tomándola de la cintura. —Ahora tendré que golpear
a todo aquel que se atreva a mirarte.
—Dante, no hagas una locura.— aclaró y solo gruñí sujetándola de la cintura más fuerte aún.
—Me volverás loco si pudiera encerrarte a ti y a Valentina en una caja de cristal y no dejarlas salir lo
haría mi amor, para tenerlas solo para mí.— sonrió guindandose de mi cuello poniéndose de pinturas.
—Te amo Dante D Luca y me gusta lo celoso que eres, pero sabes bien que soy solo tuya y me vuelvo
loca por ti. — mordí su labio ligeramente.
—Y yo te amo a ti Paula.
Bajamos de la habitación, mi princesa Valentina estaba hermosa también con su trajecito se baño que
estoy segura es obra de mi madre, Catalina D Luca, esa mujer sí que sabe cómo sacar de quicio a los
hombres de la familia.
Bajamos y las miradas tanto de los hombres como de las mujeres se posaban en Paula, si jodida
mierda, en ella, la sujete de la mano mientras empujaba el cochecito de Valentina saliendo del
hotel.Paula no se percataba de nada, solo admiraba a su alrededor todo con absoluto asombro, tal
vez su inocencia no le permitía ver más allá de las cosas, mientras yo me estaba muriendo.