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en instituciones sociales
Objetivos
2.2. Transmisión al usuario de información sobre las actividades. Actividades opcionales, voluntarias
y obligatorias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
2.3. Manejo de los materiales más comunes para la realización de actividades en instituciones sociales. . 50
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Como ya hemos estudiado anteriormente, los protocolos de actuación tienen como finalidad que los
distintos profesionales se organicen en el proceso de preparación de las actividades que se desa-
rrollan con los usuarios.
Estos protocolos definen una serie de pasos que se deben seguir a la hora de realizar los diferentes
procedimientos.
En los protocolos de actuación, los primeros pasos que se deben realizar en el proceso de elabo-
ración de cada uno de ellos están relacionados con la preparación y la organización de la actividad
en sí, de modo que, para poder garantizar que cada una de estas actividades se llevará a cabo de
forma adecuada, el profesional debe organizarlo todo previamente y plantearse una serie de cues-
tiones, entre las que destacan las siguientes:
Las actividades, pues, se deben preparar y planificar, y en el proceso de elaboración de los pro-
tocolos debe cuidarse este hecho, de modo que todas estas cuestiones ayudan a establecer una
organización previa.
Muchas de la actividades que se llevan a cabo en un centro residencial tienen que ver con el desa-
rrollo de actividades de la vida diaria por parte del residente, posiblemente con la ayuda o el apoyo
del profesional, y estas actividades no responden a los típicos procedimientos asistenciales o cura-
tivos (actividades en las que el profesional ofrece un tratamiento al usuario).
◦◦ Explicar al usuario la actividad que se va a llevar a cabo y la importancia que esta actividad tiene
para él.
◦◦ Conocer las capacidades y las limitaciones del usuario en el desarrollo de la actividad.
◦◦ Motivarlo para que participe en esa actividad.
◦◦ Buscar elementos que consigan que el usuario tenga una actitud participativa, y esto se debe
hacer a través del conocimiento del usuario como persona (su forma de ser, sus gustos, sus
preferencias, sus intereses...).
◦◦ Contar, siempre que sea posible y como elemento principal de motivación, con el apoyo de su
familia.
◦◦ Potenciar al máximo su autonomía en la realización de la actividad (dándole la oportunidad real
de participar), para lo cual será un requisito indispensable que el profesional se muestre pacien-
te y comprensivo.
En este segundo apartado se ponía el énfasis en la importancia de motivar a las personas en situa-
ción de dependencia, y cómo este factor influye en la implicación y en la participación del residente
en las actividades del centro.
En cuanto a la realización de las actividades del centro, y en función de si el residente tiene posibili-
dad de elección o no, podemos diferenciar las actividades obligatorias de las actividades opcionales
y voluntarias.
■■ Alimentación
Las actividades de alimentación se incluyen en el horario de las comidas: el desayuno, la comida,
la merienda y la cena. Y en los tiempos intermedios, entre una comida y otra, es importante la
ingesta de líquido.
Las diferencias que presenten los usuarios en cuanto a autonomía en la realización de esta ac-
tividad pueden dar lugar a la necesidad de diferentes formas de apoyo del profesional, así como
de la utilización de determinadas ayudas técnicas (cubiertos adaptados, por ejemplo). También
en las actividades de alimentación, pues, el objetivo será potenciar la autonomía del usuario.
■■ Movilidad
La realización de ejercicios físicos de movilidad también es una actividad obligatoria, pues es
imprescindible, entre otros beneficios, para favorecer la circulación sanguínea y mantener un
tono muscular adecuado.
Los puntos clave para la realización del ejercicio físico son la adaptación a las limitaciones indi-
viduales, la motivación, la constancia y la regularidad.
En cuanto a la autonomía de los residentes, algunos usuarios son autónomos para dar paseos y
realizar movilizaciones del cuerpo por ellos mismos, aunque a veces será necesario motivarlos
para que lo hagan. En otros casos, será el profesional (el fisioterapeuta, en este caso) el que
realice las movilizaciones y las transferencias del usuario, a través de técnicas y estrategias
específicas, y el uso de ayudas técnicas para la movilidad. Y siempre hay que procurar que la
persona realice los movimientos que pueda hacer por sí misma, por pequeños que sean, para
que no pierda la autonomía en ellos.
Alimentación
Movilidad
Los centros residenciales suelen ofrecer una cierta variedad de este tipo de actividades, que los
usuarios realizarán en función de sus intereses, y los profesionales asesorarán e informarán a los
usuarios y a sus familiares sobre los beneficios de participar en ellas.
El carácter opcional de algunas actividades viene dado por la posibilidad de elegir entre varias
alternativas, y el carácter voluntario de otras hace referencia a actividades que quieran llevar a cabo
o a las que quieran asistir.
■■ Rehabilitación en fisioterapia
Este tipo de actividades habitualmente se hacen en grupo, y por este motivo es conveniente que
los grupos sean tan homogéneos como sea posible.
El fisioterapeuta puede realizar una sesión conjunta, de manera que irá dando indicaciones de
cómo hacer los ejercicios y el grupo le seguirá, o bien puede ir trabajando individualmente con
cada residente, haciendo un trabajo específico en función de sus necesidades. Y esto lo puede
hacer porque cuenta con maquinaria diversa y con diferentes recursos para el trabajo de distintas
funciones.
Tanto los usuarios como sus familiares deben estar informados sobre qué actividades son obligato-
rias y cuáles no, así como del horario establecido para cada una de ellas.
Rehabilitación en fisioterapia
Los recursos materiales para la realización de actividades son los bienes tangibles que el centro
residencial pone a disposición de los usuarios para el logro de los objetivos.
Así pues, para el desarrollo de actividades en los centros residenciales es necesario una serie de
recursos que se encuentran a disposición de los profesionales y de los usuarios. Y, en función del
tipo de actividad que se lleve a cabo, estos recursos serán diversos.
Cada una de estas áreas, pues, tendrá unas salas con sus propios materiales, que estarán guarda-
dos en armarios o estanterías para que su uso por parte de los profesionales sea cómodo y práctico,
aunque en los centros también puede haber almacenes independientes para materiales específicos.
Una primera clasificación de los materiales sería la que los ordena en los siguientes tipos:
Material fungible
Es el material que se va consumiendo a medida que se va usando. Por este motivo, y con el objetivo
de garantizar su disponibilidad en el momento en el que se necesite, es importante que los profesio-
nales gestionen adecuadamente la organización de este material. El material que se utiliza en las
curas es un ejemplo de material fungible (gasas, guantes desechables...).
Es importante controlar el estado de estos materiales, pues con el tiempo se pueden deteriorar o
pueden dejar de funcionar, y, de cara a su control, es recomendable hacer un inventario.
A continuación haremos una clasificación de los diferentes tipos de materiales en función del tipo de
actividad en la cual intervienen:
Material sanitario
Los materiales que se utilizan en las distintas actividades de tipo sanitario son los siguientes:
◦◦ Medicamentos
◦◦ Gasas
◦◦ Agujas y jeringas
◦◦ Guantes desechables
◦◦ Termómetros
◦◦ Tensiómetros
◦◦ Mascarillas de oxígeno
◦◦ Glucómetro y tiras reactivas
◦◦ Diferentes tipos de vendajes y de esparadrapos
◦◦ Fonendoscopio
Los distintos materiales usados en las actividades relacionadas con la fisioterapia son los que si-
guen a continuación:
Los materiales que se utilizan en las distintas actividades relacionadas con el ocio y el tiempo libre
son los siguientes:
◦◦ Balones
◦◦ Juegos de mesa
◦◦ Libros de lectura
◦◦ Radio
◦◦ Televisión
En este apartado nos centraremos en los juegos de mesa, y detallaremos los beneficios y las posi-
bilidades como recurso de ocio y de prevención en personas mayores.
Los profesionales que trabajan con personas mayores cada vez más demandan nuevas formas de
intervención que combinen las actividades de tiempo libre con la acción terapéutica y preventiva.
La utilidad del juego como instrumento de mejora y prevención de los efectos negativos del enve-
jecimiento se ve reforzado por el entorno lúdico, que promueve una alta motivación que favorece el
seguimiento de los tratamientos.
Así, las cualidades básicas de los juegos de mesa quedarían englobadas en los siguientes aspectos:
Los juegos de mesa, pues, aportan muchos beneficios a las personas mayores, sobre todo en el
ámbito de las habilidades cognitivas y de la mejora de las redes sociales.
Para llevar este control y garantizar la organización de los distintos tipos de materiales del centro, es
importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
A continuación definiremos una serie de conceptos básicos de cara a la organización de los recursos:
Inventario
Un inventario es un listado de los bienes y materiales que posee el centro residencial. Así pues, un
inventario consiste en hacer un recuento de los materiales existentes, dejando constancia detallada
del tipo de material, la cantidad que hay de cada uno de ellos y el estado en el que se encuentran.
Los inventarios, pues, permiten un adecuado control de los materiales del centro, y es muy práctico
realizarlos organizando los materiales según su tipología.
Normalmente se hacen inventarios para cada uno de los almacenes del centro, aunque cada sala de
las distintas áreas donde se realizan actividades puede tener su propio inventario, con el mobiliario
y los diferentes materiales existentes.
Disponer de almacenes, entendidos como grandes espacios para guardar y conservar los materia-
les, ayuda a una mejor organización, de manera que es importante que dentro del almacén estos
materiales también se organicen de un modo ordenado, normalmente siguiendo un determinado
sistema de clasificación.
Con el objetivo de almacenar de forma ordenada los diferentes materiales, pueden tenerse en cuen-
ta diferentes criterios:
■■ Sistema alfabético
En este sistema de codificación los productos se designan con un código de letras, que identifi-
can unas características determinadas.
■■ Sistema numérico
En esta forma de codificación a los materiales se les asigna un código de números, los cuales
identifican también unas características determinadas.
■■ Sistema alfanumérico
Es la combinación de los dos sistemas anteriores: asigna a los materiales un código formado por
letras y números, de manera que la letra indica la clase de producto que es y los números indican
el código del artículo.
Gestión de aprovisionamiento
Con el término aprovisionamiento designamos todo el proceso que tiene como finalidad conseguir
e introducir en el centro aquellos materiales y recursos necesarios para llevar a cabo las diferentes
actividades.
Es importante que el centro cuente con estos recursos en el momento adecuado, en la cantidad
necesaria y en el estado en que los necesite, y para garantizar que así sea será necesario gestionar
el aprovisionamiento.
◦◦ Se detecta el momento en el que hay que pedir el producto (no debe esperarse a su ausencia).
◦◦ Se formula un pedido.
◦◦ Se recibe el pedido.
◦◦ Se realiza el pago.
Una buena gestión de aprovisionamiento tiene como objetivo evitar tanto la falta de un producto en
un momento determinado como los excedentes de este producto.
El término stock hace referencia a la cantidad de productos o recursos que son necesarios para el
adecuado funcionamiento del centro y el desarrollo de las actividades que se realizan en él.
En ese grupo de materiales se incluyen tanto las existencias como lo que se considera como reser-
va (todo el conjunto).
Stock final = Stock inicial (lo del principio) + Entradas (lo que llega al almacén) – Consumos
El objetivo será siempre no llegar a la situación denominada de ruptura de stock, pues esto supon-
drá que el centro no dispone de los artículos que necesita en ese momento.
Las ayudas técnicas son apoyos o ayudas que tienen como objetivo prevenir o compensar las difi-
cultades de las personas que presentan algún tipo de discapacidad.
Las ayudas técnicas, pues, son instrumentos que permiten a las personas dependientes, o con
algún tipo de discapacidad, realizar actividades de forma autónoma que de otra manera no podrían
hacer.
Las ayudas técnicas están clasificadas por la Norma UNE-EN ISO 9999, elaborada por la Organiza-
ción Internacional de Normalización (ISO) y adaptada en España por AENOR (Asociación Española
de Normalización y Certificación).
Es importante que el cuidador conozca las diferentes ayuda técnicas que pueden necesitar los
usuarios del centro. Los profesionales de terapia ocupacional y fisioterapia pueden asesorar sobre
sus características y sus funciones, así como de las recomendaciones para que su uso no suponga
ningún riesgo al técnico o al residente.
El Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (CEAPAT) tiene como
misión contribuir a hacer efectivos los derechos de las personas con discapacidad y de las perso-
nas mayores, a través de la accesibilidad integral, los productos y tecnologías de apoyo y el diseño
pensado para todas las personas.
Son las ayudas que pretenden ofrecer un apoyo para mejorar, controlar o mantener la condición
médica de un usuario.
Son las ayudas dirigidas a la mejora de las capacidades físicas y mentales del usuario, así como de
sus habilidades sociales.
Las ortesis se aplican para corregir o compensar alteraciones anatómicas o funcionales del cuerpo,
mientras que las prótesis reemplazan una parte del cuerpo que está ausente parcial o totalmente.
Unos zapatos ortopédicos serían un ejemplo de ortesis, mientras que un ejemplo de prótesis sería
la que llevaría la persona a quien hubiesen amputado el pie.
Son ayudas que sirven de apoyo para vestirse y desvestirse, para la protección corporal, para la
higiene personal, para traqueotomía e incontinencia, para medir las propiedades humanas físicas y
fisiológicas, y para actividades sexuales.
Son las ayudas destinadas a facilitar las habilidades de movilidad en la persona y a favorecer sus
desplazamientos.
Son ayudas dirigidas al cuidado del hogar y a apoyar la ingesta de comida y bebida.
Se trata de muebles para el descanso y/o el trabajo, y accesorios para la adaptación de locales de
residencia, trabajo y docencia incluidos.
Este tipo de ayudas tienen como objetivo ayudar a la persona a recibir, enviar, producir y/o procesar
información.
Se incluyen dispositivos para ver, oír, leer, escribir, telefonear y señalar, con alarmas y tecnología de
la información incluidas.
Estas ayudas tienen como objetivo favorecer a la persona el manejo de diferentes objetos, favo-
reciéndole la posibilidad de cogerlos, así como la utilización de controles remotos, informáticos y
robóticos para hacerlo.
Este tipo de ayudas técnicas son dispositivos y equipos para ayudar a mejorar el entorno personal
en la vida diaria, herramientas manuales y eléctricas.
Son las ayudas destinadas a favorecer el desarrollo de actividades propias del ocio y el tiempo libre:
juegos, aficiones, deportes y otras actividades lúdicas.
Las ayudas para el esparcimiento tienen como objetivo ofrecer a la persona los recursos y los apo-
yos necesarios para que pueda disfrutar de un ocio individual y compartido en igualdad de condicio-
nes que el resto de la comunidad.
◦◦ Hacer una valoración periódica de los usuarios respecto a su necesidad de usar alguna ayuda
técnica.
◦◦ Tener un control sobre las diferentes ayudas técnicas que hay en el centro (inventario).
◦◦ A través del inventario, registrar el estado en el que se encuentran las ayudas técnicas.
◦◦ Hacer una revisión del estado de las ayudas cada cierto tiempo. El inventario siempre servirá de
referencia para comprobar la evolución de estos estados.
◦◦ Reparar las ayudas técnicas que lo necesiten.
◦◦ Hacer pedidos nuevos cuando sea necesario.
La intervención sociosanitaria se basa en una respuesta directa al usuario, pero también en una
actuación sobre el entorno en el que se desarrolla la persona, pues, como veremos a continuación,
en el desarrollo de la vida diaria del usuario el contexto es muy importante.
Los factores del ambiente no sólo se refieren a características físicas y de accesibilidad, sino que
también incluyen las características sociales, es decir, las actitudes y pensamientos de la sociedad
hacia las personas con discapacidad.
En las personas dependientes, los factores ambientales pueden actuar de dos maneras:
■■ Como facilitadores
Son aquellos factores del entorno que ayudan a mejorar la funcionalidad del individuo y reducen
la discapacidad, de manera que favorecen su autonomía.
Ejemplo: una rampa para una persona que va en silla de ruedas.
■■ Como barreras
Son aquellos factores del entorno que dificultan la funcionalidad del individuo y aumentan su
discapacidad, de manera que reducen su nivel de autonomía.
Ejemplo: unas escaleras como única forma de acceso a un edificio para una persona que se
desplaza en silla de ruedas.
Mediante una adecuada distribución del espacio y un diseño apropiado del entorno, pues, podemos
mejorar la calidad de vida de los residentes por las siguientes tres razones:
2. Se mejora el bienestar emocional: cuanto más autonomía consiga una persona, mayor será su
autoestima y su bienestar emocional.
Así, no sólo se debe facilitar la comunicación de los residentes entre sí, sino que también es nece-
sario favorecer la comunicación entre los usuarios y los profesionales que los atienden.
Una forma de intervenir sobre el ambiente para favorecer esta comunicación es, por ejemplo, la
colocación de timbres e intercomunicadores en las habitaciones, los baños y las distintas depen-
dencias de la residencia.
Con esta medida, además de favorecer la independencia de los residentes al poder utilizar los
diferentes espacios de forma autónoma, garantizamos su seguridad, ya que pueden ponerse en
contacto con el personal sociosanitario de forma inmediata ante cualquier necesidad, accidente o
emergencia.
Se mejora la autonomía
A continuación estudiaremos las principales características sobre espacios y mobiliario que deben
cumplir las instalaciones del centro residencial.
Si observamos uno por uno los espacios del centro residencial, las principales características serán
las siguientes:
Comedor
◦◦ Las sillas y las mesas deben cumplir con las características óptimas.
◦◦ Las sillas deben disponer de reposabrazos para favorecer la acción de sentarse y levantarse.
◦◦ Debe haber espacio para poder maniobrar con silla de ruedas, y la altura de las mesas tiene que
estar adaptada a la silla de ruedas, de manera que el usuario quede a la distancia adecuada del
plato.
◦◦ Disposición de un espacio común en las mesas para bandejas, botellas, vinagreras...
◦◦ Disponibilidad de cubiertos adaptados.
Habitación
◦◦ La cama debe ser confortable (debe tener una anchura mínima de 90 cm y una altura mínima de
45 cm). En caso de usuarios con silla de ruedas, debe ser variable en altura, y es importante que
esté cerca de la ventana, si el usuario va a pasar mucho tiempo en ella.
Aseos
Puertas y pasillos
◦◦ Deben tener una anchura específica, según la normativa, que permita el paso de las sillas de
ruedas.
◦◦ Debe haber pasamanos en los pasillos y a lo largo de todo el recorrido.
◦◦ Los sistemas de apertura de las puertas deben ser de fácil manejo (mejor de tipo manivela que
pomos).
◦◦ Los pasillos deben estar libres de obstáculos.
Ascensores
◦◦ Debe haber un espacio libre de obstáculos a la salida del ascensor, que permita hacer maniobra.
◦◦ La cabina tiene que disponer de pasamanos.
◦◦ La anchura de la puerta y de la cabina tiene que ser la que fije la normativa.
◦◦ Los botones deben estar a la altura adecuada para su alcance, deben estar adaptados al Braille
y deben disponer de alarma de fácil identificación a través de varios sentidos.
◦◦ Las puertas tienen que ser automáticas, con célula fotoeléctrica.
◦◦ Tienen que disponer de un indicador acústico para el aviso de la apertura de la puerta y la selec-
ción de la planta.
◦◦ Sobre las escaleras: deben disponer de pasamanos, material antideslizante, inicio y fin de la es-
calera con pavimento de color y textura diferente, y dispositivo de iluminación para ver escalones
en la oscuridad.
◦◦ Sobre las rampas: deben tener la pendiente, la longitud de recorrido y la anchura según la nor-
mativa, además de pasamanos y pavimento antideslizante.
◦◦ Sobre la señalización: las diferentes plantas del centro residencial deben estar señalizadas con
una franja de color distinto y un número según el nivel en el que se encuentre, y también será im-
portante la utilización de carteles o símbolos colocados en la puerta de las diferentes estancias,
y el nombre o la foto de la persona a quien pertenece para identificar las habitaciones y otras
pertenencias de los usuarios (armarios, cajas...).
◦◦ Todas estas salas deben cumplir con la normativa en cuanto a requerimientos materiales y fun-
cionales de los centros.
◦◦ La disposición del mobiliario debe garantizar el desplazamiento libre, considerando las diferentes
dificultades de deambulación que puedan presentarse.
◦◦ Si no se cuenta con una habitación para cada una de las actividades, una de ellas puede ser po-
livalente, de manera que cumpla varias funciones a la vez. Si se da este caso, es adecuado que
se diferencien bien los espacios para evitar la sensación de uniformidad y masificación.
◦◦ Todas estas salas tienen que contar con el mobiliario adaptado a las necesidades de los usuarios.
Las condiciones de seguridad hacen referencia a que los espacios del centro, el tipo de mobiliario
y la distribución de este mobiliario deben reducir, en la medida de lo posible, el riesgo de acciden-
tes, deben prevenir estos accidentes y deben preservar la integridad física de los usuarios y de los
trabajadores.
Las condiciones de accesibilidad se refieren a las características que deben tener los distintos es-
pacios, los objetos, las herramientas, los productos y los servicios para que puedan ser utilizados o
disfrutados por todas las personas de la manera más autónoma posible.
Y esta tarea de comprobación, tanto de las condiciones de seguridad como de las condiciones de
accesibilidad, corresponde al personal de atención sociosanitaria.
Estas dificultades suponen un aumento del riesgo de sufrir accidentes cuando la persona se relaciona
con el entorno (seguridad), y una mayor necesidad de que las características de los espacios y el
mobiliario estén adaptadas y cumplan con la normativa (accesibilidad).
Así pues, establecer medidas concretas y específicas para el colectivo de personas con dependencia
forma parte de una respuesta integral adecuada, de manera que la combinación de las condiciones de
seguridad y de accesibilidad garantiza a los usuarios el ejercicio de sus derechos, al mismo tiempo que
se asumen una serie de riesgos controlados.
Y es importante ser consciente que promover la autonomía asumiendo riesgos controlados implicará
inevitablemente que se produzcan accidentes y situaciones problemáticas, de modo que se debe
tener previsto un protocolo de actuación para saber cómo actuar en estos casos.
Una vez identificados los principales riesgos, se elaborarán los protocolos de actuación para cada
situación con el objetivo de que todos los integrantes del equipo interdisciplinar estén preparados y
sepan cómo actuar ante una situación determinada de forma planificada y correcta.
Cuando las personas en situación de dependencia se relacionan con el entorno, se encuentran con
una serie de dificultades, que podemos clasificar mediante la siguiente tipología:
■■ Dificultades sensoriales
Este tipo de dificultades son específicas para las personas con discapacidad sensorial.
Las personas que presentan este tipo de discapacidad tienen limitaciones para percibir informa-
ción y señales importantes del entorno, como la detección de obstáculos, desniveles e indicacio-
nes sobre itinerarios (en el caso de la discapacidad visual) y en la identificación de señales so-
noras (en el caso de discapacidad auditiva).
■■ Dificultades de alcance
Estas dificultades hacen referencia a las limitaciones para llegar a los objetos que se encuentran
en el entorno (no sólo de forma manual, sino también incluyen cuando no se alcanza el objeto
con la vista).
Las personas con dificultades motrices presentan ambas situaciones. Así, por ejemplo, una per-
sona en silla de ruedas ve su mundo desde una altura menor que el resto, y le será difícil alcan-
zar con la vista y llegar a coger los objetos de su entorno que estén a una cierta altura.
■■ Dificultades en la manipulación
Son las dificultades que presentan las personas con limitaciones en los miembros superiores a
la hora de manipular algún tipo de objeto.
Las dificultades de manipulación se derivan fundamentalmente de problemas en la psicomotricidad
fina, aunque también en la gruesa. Las personas mayores, por ejemplo, van perdiendo precisión en
estas habilidades.
Dificultades sensoriales
Dificultades de alcance
Dificultades en la manipulación
Dificultades de orientación
■■ Iluminación
La iluminación debe ser la adecuada según la actividad que se realice: se procurará, en la me-
dida de lo posible, el aprovechamiento de la luz natural, mientras que los mecanismos de luz
artificial tienen que ser cómodos de accionar, fáciles de identificar y deben estar colocados a la
altura adecuada.
■■ Ventilación
La ventilación natural es obligatoria en habitaciones, comedores y salas de uso común.
■■ Limpieza
La limpieza es un elemento fundamental para favorecer la higiene y la buena presencia del centro.
■■ Ruido
El ruido es otro elemento ambiental al que hay que atender, y debe contemplarse a través de las
normas de convivencia de la institución.
Además de todo esto, es imprescindible que los diferentes espacios estén señalizados, pues la seña-
lización en el centro también es importante para garantizar tanto la seguridad como la accesibilidad:
■■ Seguridad
En muchos casos, las señales son determinantes para promover la seguridad en el centro, pues
cumplen la función de aviso en situaciones de peligro o riesgo de accidente, así como en situa-
ciones de emergencia.
■■ Accesibilidad
Las señales también cumplen características de accesibilidad, pues indican itinerarios, la entrada
a diferentes salas y la localización de elementos del entorno.
En cuanto al registro de incidencias, y como la labor del profesional de atención sociosanitaria será
revisar y comprobar las condiciones de seguridad y accesibilidad, se debe recalcar que cuando se
produzca cualquier incidencia se deberá registrar por escrito.
En el caso que se detecte que alguna de las características del entorno que deben cumplirse no se
cumple, se registrará, se pondrá por escrito en el registro de incidencias, con el objetivo de dejar
constancia de ello y tomar medidas para compensar las repercusiones que hayan podido ocasionar
y evitar, de este manera, complicaciones futuras.
Los profesionales de la institución serán los encargados de registrar las incidencias acontecidas du-
rante el día. Entendemos por incidencia aquellos cambios o sucesos no habituales del usuario y que
requieren que se deje constancia de ellos para que los trabajadores del siguiente turno o cualquier
persona que tenga que relacionarse con ellos estén informados, y para posteriores actuaciones con
el usuario.
Para esta tarea el personal cuenta con una hoja de registro de incidencias, donde, además de los
datos identificativos del usuario, habrá un listado con las incidencias más comunes y espacio para
otras no previstas. Junto a este listado de posibles incidencias el profesional deberá indicar la fecha
y el motivo de la incidencia.
Las principales categorías de incidencias que pueden aparecer en una hoja de registro son las
siguientes:
En este tipo de incidencia el profesional debe aclarar a cuál de estas cuatro categorías se refiere:
Se debe indicar si esta necesidad de adaptación de vestuario es por ropa demasiado ajustada o
demasiado grande, si es porque se desviste habitualmente, con lo cual requiere otro tipo de ropa
que no sea capaz de quitarse, o por haber pasado a silla de ruedas, para lo cual existe un vestuario
más cómodo.
El objetivo que persiguen los profesionales es el mayor grado de autonomía del usuario, y es preferi-
ble, por ejemplo, el uso de un andador siempre que el usuario mantenga las condiciones adecuadas
para su uso, pero hay ocasiones en que esto no es posible y hay que recurrir al uso de la silla de
ruedas. En la hoja de incidencias se debe explicar el motivo por el que se ha tomado esta decisión:
por graves problemas de desplazamiento con riesgo de caídas, por fracturas, por enfermedad...
Paso a andador
El andador es una excelente opción para mantener la independencia de movimientos del usuario.
Normalmente se recurre a él por problemas de inestabilidad o simplemente por seguridad, para
prevenir el riesgo de caídas, por ejemplo. El profesional deberá especificar siempre el motivo en la
hoja de registro de incidencias.
El hecho de mantener a un residente en la cama no debe responder nunca a un intento por antepo-
ner la seguridad cayendo en un exceso de control, ni a una mayor comodidad en el ejercicio de las
funciones del personal del centro. Siempre se debe responder a unos motivos justificados y así hay
que reflejarlo en el registro de incidencias: por fracturas, por enfermedad...
La pérdida de memoria y desorientación son afectaciones relacionadas con el progresivo deterioro cog-
nitivo asociado en algunos casos a la edad o pueden ser síntoma de patologías más graves, como
puede ser el Alzheimer. Por eso es importante anotar estas apreciaciones en la hoja de registro de
incidencias.
En este apartado se anotan aspectos como la posible presencia de ideas delirantes o extrañas y alu-
cinaciones que no son habituales en el residente, los cambios en el estado de ánimo habitual, como
estado depresivo, irritable, ansioso, inestable... Y, en definitiva, todas aquellas conductas extrañas
que no son habituales en el usuario.
Conflictos
Se debe registrar también como incidencias todos los conflictos que tengan lugar en el centro. Indi-
caremos si el conflicto ha tenido lugar entre residentes, entre familiares y residentes, entre profesio-
nales y residentes o entre profesionales y familiares. Asimismo, explicaremos en qué ha consistido
el conflicto y cómo se ha resuelto.
Caídas
Por muchas medidas de seguridad que se quieran implantar en el centro, si el objetivo es promover
la independencia y la autonomía de los usuarios, las caídas son incidencias casi inevitables. Así
pues, registraremos en qué situación se ha producido, qué medidas se han tomado y cuáles han
sido las consecuencias.
Según la posibilidad de elección del residente sobre la realización de las actividades del centro, se
pueden diferenciar dos tipos de actividades: las actividades obligatorias, como la higiene personal,
la alimentación o la movilidad, y las actividades opcionales y voluntarias, como la fisioterapia, el
entrenamiento en funciones cognitivas, los talleres de terapia ocupacional o los talleres de ocio y
tiempo libre, relajación, expresión corporal, baile o musicoterapia.
En cuanto a los materiales más comunes para la realización de las actividades podemos diferenciar
entre los materiales fungibles y los materiales inventariables.
Para la organización de estos recursos debemos tener en cuenta los inventarios, el almacenaje, los
sistemas de clasificación de los productos, la gestión de aprovisionamiento y los stocks.
Las ayudas técnicas son apoyos que tienen como objetivo prevenir o compensar las especiales
dificultades de una persona con discapacidad. Es necesario que se tenga un control sobre las ayu-
das técnicas disponibles, así como del estado en el que se encuentren, pues es fundamental para
garantizar que su uso cumpla con la finalidad concreta que tenga.
La intervención sociosanitaria no sólo se basa en una respuesta directa al usuario, sino que también
pasa por una actuación sobre el entorno en el que se desarrolla.
Estos factores del ambiente no sólo se refieren a características físicas y de accesibilidad, sino que
también abarcan las actitudes y los pensamientos de la sociedad hacia las personas con discapacidad.