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HISTORIA:______________________________________________________________________

¡Lali, te he dicho mil veces que recojas tu habitación! - Mil y una. Mamá, estoy harta
de que me lo repitas. La recogeré cuando quiera.Lali acaba de cumplir catorce años
y está harta de su madre, de su padre, de su hermano pequeño y, a veces, hasta de
su perro, Tini, y de ella misma. En el instituto no iban mejor las cosas... Lali percibía
que sus profesoras y profesores la tenían demasiado controlada. - El trabajo de
Biología lo recogeré el próximo martes. La exposición oral será el viernes, a las doce y
para el fin de semana...'Pero por qué no me dejará la gente en paz. Cada uno que viva
y haga lo que le dé la gana. ¡Qué manía de organizarlo todo!', pensó Lali. La mejor
amiga de Lali era Sandra, otra adolescente rebelde sin causa, que ahora
también protestaba:- Pues yo voy a mandar todo a la m... Mi padre dice que si no
apruebo todas, este verano me quedaré en la ciudad. Pero me da igual, que se
fastidie, me es indiferente irme o quedarme.- Ya somos dos - expresó Lali -. Haz la
cama, recoge la ropa, ayuda algo en las tareas de casa, acompaña a tu hermano al
parque... Y, sobre todo... ¡Pasas demasiado tiempo delante del móvil!- Bueno, esa es
la canción de siempre. Como ellos no tuvieron móviles a nuestra edad...- Mi padre
me ha dicho que acabará quitándomelo. Ese será el último día que me vería por casa.
Además, él se pasa el día trabajando y cuando llega a casa también se pega al
ordenador... Y odio a mi hermano, a él siempre le consienten todo, y en cuanto yo
abro la boca, ¡zas! Todo lo que hago les parece mal: cómo visto, cómo hablo, los
amigos con los que voy últimamente, las notas que saco... ¡Ahhhhhh!- ¡Bah! Lo dicen,
amenazan, pero luego nada de nada. Nosotras a lo nuestro, tenemos catorce años y
tenemos que disfrutar de la vida; tenemos que disfrutar de nuestra adolescencia.-
Eso, a disfrutar y pasando de todo. Con decir NO a todo, suficiente razón.Esa misma
noche, Lali se encontraba en su habitación, con el libro de biología abierto, pero
conectada a sus redes sociales y hablando con su amiga Sandra, en otros.- ¡Lo que
faltaba, Sandra! Ahora me dice Alberto que pasa de mí, que como amigos... muy bien,
pero que no soy su tipo. Este es un engreído.- No le des más vueltas, Lali, pasando de
Alberto. ¿Vas a estudiar Biología? Yo me quedaré por aquí sin hacer nada, me da
igual sacarme un 4 que un 1, total... no voy a aprobar.Ni yo tampoco. El profesor
me tiene manía, está claro: 'Lali, para de hablar cuando explico, no dibujes cuando
exponen en clase, no te sientes así, quítate la cazadora en clase...'. Estoy harta,
¡ahhhhhh! Con el grito, Lali cortó la comunicación con su amiga Sandra, como si de un
adiós se tratara. Estaba muy claro que Lali era un hervidero de emociones y no sabía
controlar todas, o ninguna. Habían tenido lugar muchos cambios en su cuerpo en
poco tiempo. Y también en su cabeza, en su forma de actuar.En cualquier caso, Lali
no era feliz porque se sentía incomprendida y tampoco sabía muy bien cómo
remediarlo. Si es que tenía remedio... En una crisis de histeria y nerviosismo, lanzó el
móvil hacia arriba, hacia el techo, y no le dio tiempo a recogerlo con las manos.
El móvil impactó en su cabeza. El golpe contra el cráneo sonó: ¡truc!El móvil había
golpeado violentamente en la zona denominada corteza prefrontal. Lali quedó
sumida en un profundo sueño en el que las imágenes se hacían cada vez más
nítidas.Se contempló a ella misma, en todas las situaciones que le producían
insatisfacción. Pero algo había cambiado, una sensación de tener el control,
de paz interna, se adueñó de Lali. Su madre ya no le ordenaba hacer la cama o
recoger la ropa. Y, mucho menos, con gritos.- Llegamos a un acuerdo y tú misma te
organizas la habitación y tu armario.Su padre parecía tener la cara mucho más
relajada. Parecía haber asumido que Lali vestiría como quisiera y que
el móvil formaba parte de su vida. Se sorprendió al escucharse cuando se dirigía a su
padre.- Papá, yo creo que tú también deberías trabajar menos y desconectar del
trabajo en casa.¿Cuánto tiempo hacía que no hablaba con su padre más de tres o
cuatro segundos, y discutiendo? Vio a su hermano jugando en el parque con Tini, el
perro. Enseguida comprendió que eran parte de su familia. Que ni a ella le iban a
cambiar ni ella podía pretender cambiarlos. Eran su hermano y su perro,
simplemente.En escena apareció el profesor de Biología, tan serio como era en
realidad, apartó sus lentes de sus ojos y escribió en la pizarra lo mismo que había
escrito el primer día de curso: Trabajo y respeto, curso completo.'Tampoco es tan
malo estudiar biología, además me da igual si el profesor es guapo o feo, si tengo
actitud positiva, lo pasaré mucho mejor en sus clases', pensó Lali. Y hablando de
guapos o feos... ¿Puedo hacer algo si mi exnovio no quiere ya salir conmigo?
Alegrarme por ser sincero y no fastidiarme la vida. Adiós, amigo, hasta la
vista.Apareció Sandra, su mejor amiga, protestando por todo e incitando a la
rebeldía adolescente con o sin causa. ¡Vamos, Lali, rebelémonos! ¡Seamos
rebeldes!'Hay tiempo para todo, Sandra, somos adolescentes y claro que tenemos
que rebelarnos...'.En el sueño, las imágenes se fueron difuminando: las caras de su
madre y su padre, su hermano, el perro, su profesor, la mejor amiga... Lali dio un
respingo y volvió a verse con el móvil entre las manos.Miró al techo sin
comprender muy bien qué había sucedido durante ese tiempo. Simplemente, cerró
los ojos y se durmió.

REFLEXION:________________________________________________________________________

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