Está en la página 1de 2

UNIVERSIDAD NACIONAL PEDRO RUIZ GALLO FACULTAD DE CIENCIAS HISTÓRICO

SOCIALES Y EDUCACIÓN ESCUELA PROFESIONAL DE EDUCACIÓN


LICENCIATURA EN EDUCACIÓN MODALIDAD MIXTA – LEMM

CURSO : Taller de Lenguaje y Comunicación

DOCENTE : Lucy Santisteban Zeña

ALUMNA : Teresa de Jesús Meléndez Ilatoma

ESPECIALIDAD : Idiomas Extranjeros (LEMM)

NIVEL : Secundaria

TRABAJO : Redacción de un texto

TÍTULO : Admirando la Naturaleza


ADMIRANDO LA NATURALEZA

En un pintoresco y diminuto pueblo, enclavado entre campos verdes y majestuosas


montañas, florecía una comunidad apacible y unida. Durante la luz del día, los
aldeanos se dedicaban a trabajar en sus tierras, cultivando una variada gama de
productos que conferían al paisaje tonalidades vibrantes y colores encantadores. Al
caer la noche, la plaza central del pueblo se llenaba de luces cálidas y risas que
danzaban en la brisa nocturna.

¡Un soleado día, María, una joven de espíritu entusiasta y curiosidad insaciable,
decidió aventurarse por los senderos que serpentean hacia la cima de la montaña más
elevada! Acompañada por su fiel compañero, Max, embarcaron juntos en una
emocionante odisea. El ascenso, repleto de desafíos, no logró mermar la resolución de
María, quien ansiosamente aspiraba a conquistar la cima y deleitarse con la prometida
vista panorámica.

Al llegar a la cima, ¡María y Max quedaron absortos ante la belleza que se desplegaba
frente a ellos! El sol descendía con parsimonia, tiñendo el cielo con matices de naranja
y rosa. María, maravillada, suspiró, agradecida por la oportunidad de experimentar
momentos tan mágicos. Max, compartiendo la emoción, ladró con alegría, como si
comprendiera la trascendencia de aquel instante especial. ¿Será verdad tanta belleza?,
se preguntaban maravillados.

De regreso al pueblo, María compartió sus vivencias con los vecinos, quienes
escucharon con atención sus relatos llenos de emoción. La comunidad se congregó en
la plaza central para celebrar la audacia de María y disfrutar de una noche colmada de
música y baile. Las risas resonaron nuevamente, esta vez entretejidas con melodías
alegres y el embriagador aroma de platillos locales.

El tiempo, inexorable, siguió su curso, y el pequeño pueblo continuó floreciendo


gracias a la solidaridad y el compromiso de sus habitantes. Cada temporada
desentrañaba nuevas historias y desafíos, pero la comunidad persistía en su unidad,
afrontando juntos los avatares que la vida les presentaba.

Entre risas y lágrimas, días soleados y noches estrelladas, el pueblo y sus residentes
tejieron su propia narrativa. Una crónica impregnada de la riqueza de la amistad, la
valentía de explorar lo desconocido y ¡la magia de apreciar cada momento como si
fuese el más precioso de todos! En cada rincón, en cada callejuela adoquinada, la
esencia de la vida palpitaba, recordándoles que su historia aún se estaba escribiendo,
capítulo a capítulo.

También podría gustarte