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Cristian David Montilla Matabanchoy 11-01 J.

Comentario Crítico: Quien le teme al hombre cruel

Introducción:
El ser humano es violento por naturaleza, estos actos suceden en todas las sociedades y
culturas del mundo, algo no muy explicado por los que piensan que la violencia que se
sufre se debe a la sociedad competitiva, a las familias desunidas, al consumo de drogas,
a la pobreza, al racismo, a los amigos. Estas ideas proporcionan una pista de lo que
puede conducir un determinado comportamiento, pero ¿es la última razón por la cual
matan? Esto es lo que cree la sociedad en la que están.

Parte I
Resumen:
Llegó en medio de la calle para vengarse con una escopeta, abrió fuego contra niños,
mujeres y hombres. Una docena de heridos dejaron huella en memoria de Puerto Hurraco
la tarde del 26 de agosto de 1996. Estos actos suceden en sociedades y culturas del
mundo, algo no bien explicado por quienes piensan sobre la violencia que se sufre es
debido a la sociedad competitiva, en familias destructuradas, consumo de drogas,
pobreza, racismo. Estas ideas dan una pista de lo que puede inducir a un
comportamiento, pero ¿es la razón por la que matamos? Esto creen los que achacan la
violencia en la sociedad, lo cual pervierte al ser humano.
Opinión:
El ser humano es violento debido a la educación que se le da en el hogar, lo cual provoca
esa actitud de venganza hacia otras personas y llegar a tal punto de asesinar a personas
inocentes. Estos casos se podrían solucionar ayudando a quienes tengan más carácter o
mal comportamiento a temprana edad y pagarles algún psicólogo y poder ayudarlos con
ese problema. También en la educación enseñarle buenos valores, y así se podría
solucionar este caso para ir disminuyendo los problemas de violencia en el ser humano.

Parte II
Resumen:
Esta postura es incapaz de explicar culturas primitivas como de Nueva Guinea poseen
índices altos de asesinatos del mundo. Los gebusi parecen cumplir el mito no
contaminado por la civilización, son extremadamente generosos al compartir alimentos,
pero matan a tal ritmo 100 veces superior a los estadounidenses. La tasa de homicidios
entre bosquimanos Kung del Kalahari es superior a Los Ángeles o Nueva York. Según
Melvin Konner, el asesinato por venganza es un pilar de control social. La mayoría de
crímenes son cometidos por hombres cuyos motivos son las mujeres, a lo que Michael P
Ghiblieri llama el fenómeno de salvar la cara: honor, venganza. “Los hombres matan con
finalidad de forjar una reputación” una reputación se ve premiada por mayor acceso a
recursos, pero, ¿mejora su éxito productivo? Los biólogos piensan que sí. Entre los
yanomamis, aquellos que han asesinado tienen mayor número de esposas que quienes
no lo han hecho nunca. “La violencia es genética”, afirma Arthur C. Clarke. Quiere decir
que no es exclusivamente humano, social. Nuestros familiares primates son prueba de
ello. El 79% de encuentros entre machos da a lugar a actos violentos y asesinan a crías
que no son suyas.
Opinión:
La venganza conlleva a la violencia, con lo cual se puede reflejar en telenovelas o en
otras ocasiones, por las enseñanzas y actitudes del ser humano en discusiones
familiares. Es por eso que a veces se actúa como los chimpancés, peleando ya sea por
algún territorio o por diferencia de género. Este conflicto se podría solucionar con cursos
de psicología para aquellos que tengan problemas para controlar su ira y puedan
entender que la violencia no es la única opción para llevar a cabo un conflicto.

Parte III
Resumen:
El mito buen salvaje no soporta el más mínimo escrutinio. La antropóloga Carol Ember
encontró que el 64% de sociedades cazadoras-recolectoras hacían guerra cada dos años
K.F.O Herbein, incluyó a sociedades agrícolas, que el 92% guerreaban. Nuestros primos
chimpancés también guerreaban entre ellos, demostró la primatóloga Jane Goodall. Por si
fuera poco, el etnocentrismo y la xenofobia aparecen a la velocidad del rayo. En 1954,
Muzafer Sherif realizó el experimento de Robbers Cave con 22 niños de 11 años. Los
dividió y puso en situaciones competitivas. En menos de una semana hubo episodios
violentos contras la otra tribu. Las bandas juveniles se explican por esta necesidad
biológica de adhesión al grupo. Los genocidios son expresiones extremas de estos
sentimientos. Quizás vean en esto una justificación, excusa ante los actos más execrables
del ser humano. Es un error creer lo biológico no se puede evitar, entonces podemos
hacerlas donde queramos. Conocer las causas de violencia da pistas para detener el
problema. Según encontró el antropólogo Donald Summons, la culpa la tiene una
deshumanizada sociedad que exalta el machismo, la utilizan violadores del hospital de
Atascadero (California) para ser rehabilitados y excarcelados. Ante esa corriente cabe
preguntarse si no estaremos echando la culpa a la sociedad por no querer aceptar lo que
somos.
Opinión:
La violencia lleva años de llevarse a cabo, lo cual provoca lo que es hoy en dia. En el
fútbol pueden surgir actos de violencia debido a las faltas o discusiones que se presentan
en medio del partido. Esto se podría solucionar llevando las cosas con calma en cada
sociedad. Sin discusiones y siempre tratando de tener una charla formal y pacifica. Estos
actos suceden por medio del trato que se les da a algunos en sus respectivas casas y por
tal razón llegan a ser violentos en cierto modo o al punto de querer asesinar a alguien
más, ya sea por problemas en el hogar o en la institución y esto tiene que parar y
concientizar a esas personas de las consecuencias que pueden surgir si se realizan estos
actos violentos.

Conclusión:
Hay que aprender a conocerse a sí mismos y aceptar lo que es cada quien, no echarle la
culpa a la sociedad ya que de por si esta sociedad no tiene la culpa en que los demás se
acepten. La humanidad no es pacifica por naturaleza, sus antepasados chimpancés,
guerreaban entre ellos por comida o territorio, desde allí surgen las peleas en esta
humanidad, pero se debe tratar de cambiar esas cosas y tratar de llevarlo de una mejor
manera para una mejor convivencia en el ser humano.

Bibliografía:
-, - (año 21). “Quien le teme al hombre cruel”. -, volumen (N°245), pp42-45.

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