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SUMÉRGETE EN EL RIO DE LA SANGRE

Levítico 17:12-13 Por eso les digo a los israelitas: Ninguno de ustedes ni ningún
inmigrante que viva entre ustedes debe comer sangre. 13 »Cuando un israelita o un
inmigrante que viva entre ustedes cace un animal o ave que se pueda comer,
deberá derramar su sangre y cubrirla con tierra. (PDT)

Romanos 5:8-11 En cambio, Dios nos demostró su amor en que Cristo murió por
nosotros aun cuando éramos pecadores. 9 Con mucha más razón ahora, seremos
salvos de la ira de Dios porque él nos aprobó por medio de la muerte de
Cristo. 10 Cuando éramos enemigos de Dios, él hizo las paces con nosotros a través
de la muerte de su Hijo. Con mayor razón ahora que somos amigos de Dios, él nos
va a salvar por medio de la vida de Cristo. 11 Además, ahora nos alegramos por lo
que Dios ha hecho ya que tenemos amistad con Dios a través de nuestro Señor
Jesucristo.(PDT)

En el libro de Levítico, entre las leyes que Dios dio a su pueblo elegido, les pide a
las familias que ha rescatado, que sean un pueblo santo. Esto significa separarse de
las costumbres culturales de otras naciones.

Dios quiere que su pueblo sea especial y diferente, consagrado solo a él, aunque
vivan rodeados de otros que adoran a ídolos.

Una de las reglas que Dios estableció, fue la de no comer "cualquier forma
de sangre".

Esto se debe a que la vida está en la sangre, y Dios la considera sagrada. También,
la sangre era usada en los sacrificios para expiar los pecados.

Este mandato era solo un símbolo, una similitud de lo que Jesús hizo por nosotros
en la cruz. Él derramó su sangre para que nosotros podamos tener vida.

En el libro de Romanos, vemos los resultados de la sangre de Jesús.

Todos los que creen en él son justificados ante Dios y tienen paz. Jesús, al
resucitar, les dijo a sus discípulos: "La paz sea con vosotros". Esa paz la obtuvimos
cuando Jesús murió por nuestros pecados. Por eso, cuando confiamos en él, somos
justificados y tenemos paz con Dios.

Gracias a Jesús, tenemos una relación perfecta con Dios y podemos


acercarnos a Él como hijos.

Su sangre cubre nuestro pasado, presente y futuro. En el pasado, hizo la paz. En el


presente, caminamos en su gracia. Y en el futuro, tenemos la esperanza de la gloria
de Dios.

Así que, queridas familias, recordemos siempre el sacrificio de Jesús y


sumerjámonos en el río de su sangre.
Es en él donde encontramos vida, paz y esperanza. Debemos tener siempre
presente que la sangre derramada en la cruz del calvario nos libra de

todo ataque del enemigo, esa sangre protege nuestros hogares y nuestras vidas de
que el ángel de la muerte pueda entrar a nuestras casas, su sangre derramada y
aplicada nos da familias fuertes en Cristo, protegidas, sanas, prósperas y con
propósitos definidos para no extraviarnos ni salirnos del camino.

Donde el enemigo ve las marcas de la sangre de Jesús, sabe que le está prohibido
entrar, “Sumérgete en la sangre derramada y cubre todo lo que el Señor te ha
entregado con esa sangre”. “HAY PODER EN LA SANGRE DE JESÚS”. Éxodo: 12:11-
14.

¡Sigamos confiando en Jesús y caminando en su amor!

Oración

En el poderoso nombre de Jesús y mediante su preciosa sangre, queremos sellar y


proteger a cada miembro de nuestra familia. Desde los más pequeños hasta los
más ancianos, incluyendo nuestras relaciones familiares entre esposos, padres e
hijos, y entre hermanos. Sellamos también nuestros trabajos, negocios, salud
física, emocional y espiritual.

Con el poder de la sangre de Cristo, rompemos toda interferencia, distracción,


división, y cualquier acción del maligno que pueda perturbar nuestra paz y armonía
familiar. Confiamos en que la sangre de Jesús nos sumerge con la potencia de su
gracia y misericordia, guiándonos con fuerza y amor en nuestro diario vivir.

Que el poder salvífico y liberador de la preciosa sangre de Cristo nos acompañe en


cada paso que damos, permitiéndonos vivir con gozo y plenitud nuestra misión en
el mundo. Nos consagramos a esta maravillosa fuerza que emana de la sangre de
nuestro Salvador, confiando en su protección y cuidado en todo momento.

¡Que la paz y el amor de Cristo llene nuestros hogares y nos guíe en cada aspecto
de nuestras vidas!

CENA DEL SEÑOR

Oración: Señor hoy nos unimos a cortar con toda maldición en nuestras vidas,
todo lo que provenga del pasado, de nuestras anteriores generaciones, nos
determinamos a caminar en libertad eterna, avanzamos creyendo en tu palabra, lo
que hiciste en el madero por nosotros, hoy te reconocemos y te entronamos a ti en
nuestras vidas. En el nombre poderoso de Cristo Jesús, amén.

Tome el pan: levántelo y diga: señor Jesús con este pan, comemos de tu cuerpo
como acto profético, para nuestra sanidad física y espiritual, tomamos de este pan
declarando que se va toda enfermedad, toda dolencia, todo rencor, todo
sufrimiento de nuestra vida, declarando que tomamos de este pan en memoria tuya
mi Señor.

Lea la siguiente cita bíblica:


1 Corintios 11:24 y, después de dar gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo,
entregado por ustedes; hagan esto en memoria de mí. (Coman el pan)

ahora lea la siguiente cita:

1 Corintios 11:25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado,


diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que
la bebiereis, en memoria de mí.

ahora levante la copa y diga: Padre, levantamos la copa en memoria tuya mi


Señor, brindamos y tomamos de tu sangre con acción de limpieza, de purificación
de nuestro cuerpo y nuestra casa. (tome el vino)

terminen dando gracias a Dios.

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