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Estela de la restauración de Tutankamon

Cuando su majestad fue coronado rey, los templos y las propiedades de los dioses y diosas, desde
Elefantina hasta las marismas del Bajo Egipto, estaban en ruinas. Las capillas se habían
derrumbado, convertidas en pilas de escombros y cubiertas de vegetación. Los santuarios
estaban como si nunca hubieran existido. Los templos se habían convertido en senderos. El
mundo estaba en caos y los dioses habían vuelto la espalda a su tierra (…).

Ahora unos días después de que su Majestad llegara al trono de su padre y reinara en Egipto (…)
todas las tierras se inclinaron ante su poder (…). Entonces su Majestad miró en su corazón y
buscó algo efectivo que pudiera hacer por Amón. Él hizo una estatua sagrada de genuino electro,
como nunca se había hecho (…). Su Majestad hizo monumentos para los dioses, haciendo para
ellos estatuas de electro con el tributo de las tierras extranjeras. Él renovó sus santuarios y sus
monumentos por siempre y para siempre, dotándolos de ofrendas para siempre (…). Él añadió
riqueza a lo que había existido antes, haciendo más de lo que sus predecesores habían hecho
nunca.

Traducción de la Estela de Restauración de Tutankamon. English translation by Benedict G.


Davies, Egyptian Historical Records of the Later Eighteenth Dynasty. Fascicle VI, translated
from W. Helck, Urkunden der 18. Dynastie, Heft 22, Warminster, 1995.

Nos encontramos ante un texto de carácter historiográfico, político y propagandístico, extraído


de la Estela de Restauración de Tutankamon, que fue descubierta en el templo de Karnak y cuya
traducción llevó a cabo el egiptólogo Benedict G. Davies.

La estela describe el momento de la coronación del faraón Tutankamon, cuyo reinado se


extendió entre los años 1336 y 1327 a.C. (correspondientes a la etapa del Reino Nuevo egipcio,
concretamente a su dinastía XVIII) y que se caracterizó entre otros aspectos por la vuelta a la
normalidad religiosa; normalidad a la que se volvió después del monoteísmo anterior
promulgado por Akenatón, el faraón que, antes de Semenejkara, había precedido a
Tutankamon. En el texto se describen las labores constructivas y escultóricas que se llevaron a
cabo durante el reinado de este faraón, que en esta época alcanzaron un grado de riqueza que
no se había visto hasta el momento.

Esta vuelta a la normalidad se produjo de una forma paulatina: primero se restauró el culto a los
dioses y posteriormente se rehabilitó la arquitectura de los templos, que habían sido
abandonados durante el periodo “herético”, y que ahora volvían a brillar en todo su esplendor;
se dedicaron de nuevo a los dioses egipcios y se volvió a colocar a la casta sacerdotal en el
ejercicio de sus funciones rituales, además de restituirse en sus cargos a todos aquellos que
habían sido desposeídos por Akenatón. Sin embargo, debemos resaltar que estos hechos no
supusieron un abandono del culto a otras divinidades; en realidad fue por un ahorro de recursos,
ya que el culto al dios Atón no necesitaba de sacerdotes que realizaran ritos continuamente, al
ser éste un dios solar que por tanto estaba siempre presente. Pero sí fue la falta de clero lo que
provocó el caos.

La descripción incluye algunos detalles interesantes, como el hecho de destacar que el nuevo
faraón propició la riqueza de sus territorios, ordenando que se llevaran a cabo acciones que

[Comentarios de textos de arte]: Estela de la Restauración de Tutankamon


nunca se habían realizado antes y que sobre todo perdurarían eternamente, algo muy
recurrente en el mundo egipcio, que persigue siempre construir obras o realizar hechos que
sean recordados para toda la eternidad. Todo esto forma las bases de la llamada “revolución de
Amarna”, fase histórica en la que el faraón cambió su nombre para tomar el definitivo de
Tutankamon, hizo que Egipto experimentara un cambio radical no sólo religioso sino también
en sus políticas, y trasladó la capital a Tebas, pasando Menfis a ser la capital administrativa de
Egipto.

Bibliografía

Alarcos Llorach, E. (1982): El comentario de textos. Madrid: Castalia.

López Melero, R. (2011): Breve historia del mundo antiguo. Madrid: Editorial Universitaria
Ramón Areces.

Martínez de la Torre, C.; Gómez López, C.; Vivas Sainz, I. (2017): Arte de las grandes civilizaciones
antiguas: Egipto y Próximo Oriente. Madrid: Editorial Universitaria Ramón Areces.

Pérez Largacha, A. (1994): “Los últimos años del periodo amarniense”. Espacio, Tiempo y Forma.
Serie II, Hª Antigua, t. 7, pp. 41-63.

Ziehr, W. (1978): Esplendor del mundo antiguo. Culturas mediterráneas. Barcelona: Mundo
Actual de Ediciones.

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