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BHABHA
EL LUGAR DE LA CULTURA
MANANTIAL
Buenos Aires
Título original: The location of culture
Routledge,1994
© 1994, Homi K. Bhabha
cultura Libre
Hecho el depósito que marca la ley 11. 723
Impreso en la Argentina
ISBN: 987-500-074-4
Derechos reservados
Prohibida su reproducción total o parcial
INTRODUCCiÓN 21
• El ~utor hace un juego de palabras entre transnational y translationai. E,te último térmLOO
refiere tanto J traducción como a traslación [no del t.].
22 HOMi K. BHABHA
senta el conflicto letal entre los tamiles y los singaleses mediante referen-
cias alegóricas a la brutalidad estatal en Sudáfrica y América latina; el ca-
non anglo-céltico de la literatura y el cine australianos está siendo reescrito
desde la perspectiva de imperativos políticos y culturales aborígenes; las
novelas sudafricanas de Richard Rive, Bessie Head, Nadine Gordimer,
john Coetzee, son documentos de una sociedad dividida por los efectos del
aponbeid que imponen que la comunidad intelectual internacional medite
sobre los mundos desiguales y asimétricos que existen en todas partes; Sal-
man Rushdie escribe la historiografía fabulada de la India y el Pakistán
postindependencia en Hijos de la medianoche y Vergüenza, sólo para re-
cordamos en Los versos satánicos que la visión más verídica puede perte-
necer ahora a la doble visión del migrante; Beloved, de Toni Morrison, re-
vive el pasado de la esclavitud y sus rituales mortíferos de posesión y
autoposesión para proyectar una fábula contemporánea de la historia de
una mujer que es al mismo tiempo el relato de una memoria histórica afec-
tiva de una esfera pública emergente de hombres y mujeres por igual.
Lo notable del "nuevo" internacionalismo es que el movimiento de lo
específico a lo general, de lo material a lo metafórico, no es un pasaje flui-
do de transición y trascendencia. El "pasaje intermedio" de la cultura con-
temporánea, como sucede con la esclavitud misma, es un proceso de des-
plazamiento y disyunción que no totaliza la experiencia. Cada vez más, las
culturas "nacionales" son producidas desde la perspectiva de minorías pri-
vadas de sus derechos políticos. El efecto más significativo de este proceso
no es la proliferación de "historias alternativas de los excluidos", produ-
ciendo, como afirmaría alguien, una anarquía pluralista. Lo que muestran
mis ejemplos es el cambio de base para hacer las conexiones internaciona-
les. El valor del comparatívismo crítico, o el juicio estético, ya no está res-
paldado en la soberanía de la cultura nacional, concebida como propone
Benedicr Anderson como una "comunidad imaginada", arraigada en un
"tiempo vacío homogéneo" de modernidad y progreso. Los grandes rela-
tos conectores de capitalismo y clase hacen marchar los motores de la re-
producción social, pero no proveen, por sí mismos, un marco fundacional
para los modos de identificación cultural y afecto político que se generan
alrededor de problemas de sexualidad, raza, feminismo, el mundo de los
refugiados o migran tes, o el fatal destino social del sida.
El testimonio de mis ejemplos representa una revisión radical en el con-
cepto de la comunidad humana misma. Lo que puede ser, como realidad
local o transnacional, este espacio geopolítico está siendo a la vez interro-
gado y reiniciado. El feminismo, en la década de 1990, encuentra su soli-
daridad tanto en narrativas liberadoras como en la dolorosa posición ética
de una esclava, la Sethe de la novela Beloved de Morrison, que es llevada
al infanticidio. El cuerpo político ya no puede contemplar la salud de la
nación como una mera virtud cívica; debe repensar la cuestión de los dere-
chos de toda la comunidad nacional e internacional, desde la perspectiva
INTROOUCUÓN 23
Hola América,
ésta es la voz de Gran Vato Charollero
transmitiendo desde Jos calientes desiertos de Nogales, Arizona,
zona de libre cogercio,'
2.000 megahertz en todas direcciones.'
Las cosas están más confundidas ahora. Una ruidosa grabación del himno
nacional noruego resuena desde un altoparlante en la Casa del Marinero sobre
IN1ROUlICC!ÓN 25
ei farallón que domina el canal. El barco de carga al que saluda ostenta una
bandera de conveniencia, de las Bahamas. Fue construido por coreanos traba-
jando horas extra en los gigantescos astilleros de Ulsan. La tripulación mal pa-
ga y escasa podría ser salvadoreña o filipina. Sólo el capitán escucha una melo-
día que le es conocida. "
Aunque sé que el Habla puede [ser), en el mejor de los casos, una sombra
[que hace eco de
la luz. silenciosa, dar testimonio
de la verdad, no es...
no podían volver a su vida reglada e independiente sin notar que habian apren-
dido muchas ideas y costumbres extrañas, que habian adoprado inconsciente-
mente, y sin sentir aquí y all¡ necesidades espirituales e intelectuales antes no
reconocidas.P
La necesidad de hacer 10 que hice. -Colocó los bordes de las dos manos, los
dedos extendidos y juntos, como un marco a ambos lados de las hojas del tes-
timonio que tenía frente a ella. Y se puso frente a él, para ser juzgada por el."
su cara que es mía"." ¿Cuál puede ser la ética del infanticidio? ¿Qué co-
nocimiento histórico vuelve a Sethe,a través de la distancia estética, o me-
diante el "oscurecimiento" del acontecimiento, en la forma espectral de
Beloved, su hija muerta?
En su excelente descripción de las formas de resistencia de los esclavos
en Within tbe Plantation Household, Elizabeth Pox-Genovese considera el
homicidio, la automutilación y el infanticidio como la dinámica psicológica
nuclear de toda resistencia. Opina que "estas formas extremas captan la
esencia de la autodefinición de la mujer esclava"." Una vez más vemos có-
mo este acto de violencia sumamente trágico e íntimo es realizado en una
lucha por hacer retroceder las fronteras del mundo esclavo. A diferencia de
actos de enfrentamiento contra el amo o el capataz, que se resolvían dentro
del contexto doméstico, el infanticidio era reconocido como un acto contra
el sistema y al menos reconocía la posición legal de la esclava en la esfera
pública. El infanticidio era visto como un acto contra la propiedad del amo
(contra sus ganancias excedentarias) y quizás eso, concluye Pox-Genovese,
"llevaba a algunas de las más desesperadas a sentir que, matando al niño
que amaban, lo estaban reclamando de algún modo como propio't."
Ese reclamo, precisamente, es el que tiene lugar mediante la muerte y el
regreso de Beloved: la madre esclava recupera, mediante la presencia de la
niña, la propiedad de su persona. Este conocimiento viene como una espe-
cie de amor propio que es también el amor-del "otro": Eros y Ágape jun-
tos. Es un amor ético en el sentido Ievinesiano, en el que la "interioridad"
del sujeto está habitada por la "radical y anárquica referencia al otro". Es-
te conocimiento es visible en los intrigantes capítulos" que se acumulan
unos sobre otros, en los que Sethe, Beloved y Denver realizan una ceremo-
nia, en clave de fuga, de reclamo y nominación mediante subjetividades in-
rersectanres e intersticiales: "Beloved es mi hija"; "Beloved es mi herma-
na"; "Yo soy Beloved y ella es mía". Las mujeres hablan en lenguas, desde
un espacio "inter-medio" entre una y otra, que es un espacio comunitario.
Exploran una realidad "interpersonal": una realidad social que aparece
dentro de la imagen poética como si fuera un paréntesis: estéticamente dis-
tanciado, mantenido a distancia, y aun así históricamente enmarcado. Es
difícil transmitir el ritmo y la improvisación de esos capítulos, pero es im-
posible no ver en ellos la curación de la historia, una comunidad reclama-
da en la formación de un nombre. Finalmente, podemos preguntamos:
(Quién es Beloved?
Ahora comprendemos: es la hija que vuelve a Sethe para que su mente
ya no carezca de hogar.
é Quién es Beloved?
BUSCANDO LA UNiÓN
NOTAS
Guerra del Golfo. Estoy convencido adenias de ...:¡ue tal dominación econó-
mica y política tiene una profunda influencia hegemónica sobre los órde-
nes de información del mundo occidental, ~lIS medios de 'comunicación
populares y sus instituciones especializadas y académicas. Todo eso no e~
ni en duda.
Lo que sí exige más discusión e" si los "nuevos" lenguajes de la crítica
teórica (semiótica, posrestructuralista, dcconstruccionista y lo demás) se li-
mitan a reflejar esas divisiones geopolíticas y sus esferas de influencia.
iLos intereses de la teoría "occidental" necesariamente están coordinadas
con el papel hegemónico de Occidente como bloque de poder? ~Ellengua
ie de la teoría es sólo otra treta de la elite occidental culruralmenre privile-
giada para producir un discurso del Otro que refuerce su propia ecuación
poder-conocimiento?
Un gran festival de cine en Occidente (aun una reunión alternativa o
contracultural como el Congreso del "Tercer Cine" en Edimburgo) nunca
deja de revelar la influencia desproporcionada del Occidente como foro
cultural, en los tres sentidos de esa palabra: corno sitio de exhibición pú-
blica y discusión, como lugar de JUICio y como mercado. Una película in-
dia sobre el drama de los sin techo en Bombay gana el Festival de Newcas-
de, lo cual ahre posibilidades de distribución en la India. La primera
desgarradora exposición del desastre de Bhopal la hace el Channe l Four.
Un importante debate sobre la política y teoría del Tercer Cine aparece en
Screen, publicación del Brirish Film lnstitute. Un artículo erudito sobre la
importante historia del neotradicionalismo y lo "popular" en el cine indio
ve la luz en Framework. J Entre los má... importantes contribuyentes al de-
sarrollo del Tercer Cine como precepto y práctica hay una cantidad de ci-
neastas y críticos del Tercer Mundo que son exiliados o émigrés en el Oc-
cidente y viven problemáticamente, a menudo peligrosamente, en los
márgenes "izquierdos" de una cultura liberal burguesa eurocéntrica. No
creo que deba mencionar nombres o lugares particulares, o detallar las ra-
zones históricas por las que el Occidente larga y explota lo que Bourdieu
ltamarta su capital simbólico. La condición es demasiado conocida, y no es
mi propósito aquí hacer esas importantes distinciones entre diferentes si-
tuaciones naciuunles y las dispares causas políticas e históricas colectivas
del exilio cultural. Quiero tomar posición sobre los márgenes móviles del
dcsplazamienro culrurul (que confunde cualquier sentido profundo II "au-
ténrico" de una cultura "nacional" o un intelectual "orgánico") y pregun-
tar cuál podría ser la función de una perspectiva teórica comprometida,
tina vez que se torna como pumo de: partida paradigmático la hibridez cu]-
rural e histórica dr l mundo poscoloninl.
é Compromerido con qué? En este estadio de la argumentación, no
quiero identificar ningún "objeto" espeoüco de afiliación polínca. el Ter-
cer Mundo, la clase obrera, la lucha fcminisrn. Aunque tal objetivación de
I ¡DMI K. BHABHA