Está en la página 1de 4

1 El alcoholismo es la incapacidad de controlar el consumo de alcohol debido a una dependencia física y emocional.

Los síntomas incluyen consumo recurrente de alcohol a pesar de los problemas legales y de salud relacionado. Las personas
alcohólicas pueden beber al comienzo del día, sentirse culpables por el consumo y tener el deseo de reducir la cantidad de
alcohol que ingieren.
El tratamiento incluye el asesoramiento por parte de un profesional del cuidado de la salud. Una opción para aquellos que
necesitan ayuda adicional son los programas de desintoxicación en hospitales o instalaciones médicas. Existen medicamentos
que reducen el deseo de consumir alcohol.
Olvidarse de los problemas, ser capaz de socializar, encajar… Las variables que pueden llevar a una persona a consumir son
múltiples. Como también lo son las drogas a las que una persona puede engancharse.
No se puede olvidar que las drogas han estado presentes (y continúan) a lo largo de nuestra historia: desde los chamanes que
utilizan brebajes como la ayahuasca hasta los soldados norteamericanos que lucharon en Vietnam puestos hasta las cejas de
heroína, metanfetaminas o lo que pillasen. Pasando por la cocaína y su uso en Perú para soportar las altas presiones o el uso
terapéutico que hacía Freud de esta sustancia, que después se descubrió que era adictiva.
Pero no todas las drogas son ilegales, como ocurre con el tabaco y el alcohol. E incluso fármacos como los antidepresivos y
los ansiolíticos pueden terminar creando una adicción. ¿Por qué ocurren estos procesos? ¿Cómo se engancha uno a las
drogas? ¿Y cómo es la terapia para desengancharse? ¿Se puede obligar a una persona adicta a ir a terapia? ¿Puede uno tener
adicción a internet?
2 Cómo se produce la adicción
El consumo de drogas activa el circuito de recompensa del cerebro, por esto el cuerpo pide más de esa sustancia
El cerebro es uno de los culpables de que uno se vuelva adicto a cualquier sustancia porque todas activan una zona muy
concreta del cerebro: el circuito de recompensa
Es por este motivo que todas las personas adictas que están desenganchándose sufren un síndrome de abstinencia muy similar
independientemente de la sustancia que están dejando: ansiedad, irritabilidad, alteraciones del sueño y sobre todo craving, el
deseo psicológico de consumir la droga o realizar el hábito perjudicial. No obstante, el resto de síntomas dependen del tipo de
sustancia que se consuma porque entran en juego otras zonas del cerebro.
No obstante, es muy importante tener claro que “una adicción no se puede entender desde el punto de vista exclusivamente
biológico, como ninguna conducta humanaLlegar a estar enganchado a una sustancia es un proceso multifactorial: “Claro que
actúa la biología, pero siempre nos vamos a encontrar con un problema con factores como la personalidad, el contexto
individual o factores culturales y sociales”.
Terapia
La terapia ha pasado por varias formas a lo largo del tiempo. Primero y hasta hace unos años, la terapia se basaba, como
explica Delgado, en la creencia de que la única causa de la adicción era la sustancia. “Esto llevaba a plantear que lo ideal era
sacar a la persona del consumo de la sustancia y reducir el síndrome de asistencia” (más conocido como mono). Lo
importante era que el mono y el deseo de consumir se extinguieran, por lo que se controlaba que no pudiera a tener acceso a
la droga.
Los terapeutas primero creían que la única causa era la sustancia, pero los pacientes volvían a consumir tras regresar a su casa
Con esta idea se usaban lugares residenciales para internar a las personas durante un tiempo determinado. Allí se les mantenía
entretenidos y no tenían acceso a la sustancia e, incluso, se les enseñaba una profesión para que al salir fuera del centro
pudieran continuar ocupados. Pero los terapeutas se chocaron con la realidad: los pacientes volvían a su lugar de origen y
consumían.
¿Por qué? ¿Qué pasaba entonces con los pacientes? Pues que no había que centrarse tanto en el efecto de la sustancia y en
paliar el síndrome de abstinencia como en llegar a la raíz del problema: ¿Por qué la persona se droga? Las adicciones no son
solo cuestión de cómo funciona la sustancia en el cerebro, lo más importante es el contexto de la persona y qué le lleva a
consumir.
Diferentes drogas (Pixabay)
Otra idea que continúa en las terapias es reducir al máximo el síndrome de abstinencia: “Se puede ver muy claramente con el
tabaco: hay parches de nicotina, chicles… Pero no hay nada que te quite las ganas de fumar, te las pueden aliviar un poco,
pero el placer de fumar no te lo da comerte un chicle”, explica Delgado. “El enfoque que usamos en consulta es ayudar a la
persona a elegir dejar la sustancia incluso con síndrome de abstinencia. Una persona que deja una droga tiene que elegir
hacerlo aunque le entren ganas de consumir y lo pase mal, esta es la única forma con sustancias que no provocan síndromes
de abstinencia brutales, en casos más graves habría que complementarla con otro tipo de intervenciones”, ilustra. “Una
persona que deja de consumir, tarde o temprano, tiene que asumir que habrá síndrome de abstinencia sino terminará en
fracaso”.
Poliadicción
El cuerpo se acostumbra a la sustancia adictiva, por lo que cada vez pide más y más. A esto se le llama tolerancia y
dependencia y puede llegar a producir la poliadicción.
¿Qué significa esto? La actitud de huida, de evasión de la realidad o de anestésico no se circunscribe a una acción o sustancia
concreta, explica Sanjosé, sino a cualquier acción o sustancia que potencialmente pueda tener ese efecto por lo que
normalmente el uso de diversas sustancias o de sustancias y acciones (por ejemplo el chemsex, es decir, sexo y drogas
sintéticas) “es bastante frecuente”.
El craving es un deseo (o necesidad psicológica) intenso e irrefrenable que conduce al individuo a abandonar la abstinencia
2 ¿Y qué hay del plano psicológico? La búsqueda de una droga inicialmente es una conducta guiada por un objetivo que
luego tiene una recompensa (el “colocón”). Este tipo de aprendizaje asociativo es llevado a cabo por la región dorsomedial
del estriado cerebral. Esta área se asocia al reforzamiento y el sistema de recompensa dopaminérgico. Sin embargo, cuando la
recompensa disminuye, la intensidad o deseo de buscar la droga disminuye, o así debería ser. ¿Qué ocurre entonces? En los
consumidores a largo plazo, esta disminución de la recompensa no disminuye el deseo de búsqueda de la droga, esto ocurre
porque paralelamente está ocurriendo otro proceso de aprendizaje en el cerebro, es decir, un aprendizaje por
condicionamiento. Tras muchas repeticiones de la conducta, el consumidor acaba asociando la recompensa con lo que le
rodeaba mientras la sentía. Por ejemplo, cualquier polvo blanco, la habitación donde se drogaba, la persona con la que
consumía, la canción que sonaba, el sonido de quemar la droga, etc… Esos estímulos adquieren el valor de estímulos
condicionados y son de por si suficientes para inducir a la búsqueda de la droga, para inducir esa motivación que por el otro
sistema había disminuido. Ese segundo proceso ocurre en la región dorsolateral del estriado, en conexión con el córtex
sensoriomotor.
Disminución de la productividad: el consumo de alcohol afecta de forma grave al rendimiento del empleado en su puesto
de trabajo. ... Reiterados accidentes laborales: Entre el 15 y el 20% de los accidentes laborales ocurren en trabajadores que se
encuentran bajo los efectos del alcohol u otrasdrogas.
¿Qué consecuencias tiene beber en el trabajo?
Si nos paramos a pensar en los efectos que tiene el consumo de alcohol en el trabajo, seguramente la primera consecuencia que
aparece en nuestras mentes es la posibilidad de que ocurra algún accidente en el caso de manejar maquinaria o conducir un vehículo.
Sin embargo, el impacto y los efectos son mayores y pueden afectar tanto al trabajador como a la propia empresa, tal y como
especifica María Robles Martínez, psiquiatra en el Hospital del Mar, en Barcelona:
Efectos en el trabajador
“Las consecuencias más prevalentes son los problemas de relación con el resto de compañeros, con conductas de agresividad
verbal o física; problemas de salud física y psíquica (lo que da lugar a un mayor número de absentismo laboral y a la mayor
cantidad de incapacidades laborales transitorias), disminución del rendimiento y de la productividad y también el incremento de los
accidentes 
TABACO
Además del cáncer, el uso de cigarrillos causa enfermedades pulmonares como la bronquitis crónica y el enfisema y también
se sabe que empeora los síntomas del asma en adultos y niños. Más del 90 por ciento de todas las muertes por enfermedades
de obstrucción pulmonar crónica son atribuibles al hábito de fumar.
¿QUÉ RIESGOS Y CONSECUENCIAS TIENE EL CONSUMO DE TABACO?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco es la primera causa evitable de enfermedad, invalidez y
muerte prematura en el mundo. En Europa, el tabaquismo provoca cada año 1,2 millones de muertes. Está directamente
relacionado con la aparición de 29 enfermedades (de las cuales 10 son diferentes tipos de cáncer) y es la principal causa
de buena parte de muertes por cáncer de pulmón y de más del 50% de las enfermedades cardiovasculares.
Entre las enfermedades relacionadas con el tabaco destacan las siguientes:
 Bronquitis crónica.
 Enfisema pulmonar.
 Cáncer de pulmón.
 Hipertensión arterial.
 Enfermedad coronaria (angina o infarto de miocardio).
 Accidentes cerebrovasculares (trombosis, hemorragias o embolias).
 Úlcera gastrointestinal.
 Gastritis crónica.
 Cáncer de laringe.
 Cáncer bucofaríngeo.
 Cáncer renal o de vías urinarias.
 Impotencia sexual en el varón.
Riesgos adicionales en las mujeres:
 La probabilidad de padecer un infarto se multiplica por 10 en las mujeres que fuman y utilizan anticonceptivos
orales.
 Entre las mujeres fumadoras, la menopausia se adelanta una media de entre 2 y 3 años con respecto a las mujeres
que nunca han fumado.
 Aumenta el riesgo de sufrir osteoporosis.
El consumo de tabaco incrementa en un 70% el riesgo de morir prematuramente por diversas enfermedades derivadas del
consumo de tabaco. Este mayor riesgo es directamente proporcional al tiempo que se lleva fumando, a la cantidad de
cigarrillos que se fuman a diario, a la profundidad de la inhalación del humo y al contenido en nicotina y alquitrán de la
marca fumada
¿Qué sustancias químicas dañinas contiene el humo de tabaco?
El humo de tabaco contiene muchas sustancias químicas que son dañinas tanto para los fumadores como para quienes no
fuman.  Respirar solo un poco de humo de tabaco puede ser perjudicial (1–4).
De las más de 7000 sustancias químicas presentes en el humo de tabaco, al menos 250 se sabe que son dañinas, incluso
el cianuro de hidrógeno, el monóxido de carbono y el amoníaco (1, 2, 5).
De las 250 sustancias conocidas como dañinas en el humo de tabaco, al menos 69 pueden causar cáncer. Estas sustancias
químicas cancerígenas son las siguientes (1, 2, 5):
 Acetaldehído
 Aminas aromáticas
 Arsénico
 Benceno
 Berilio (un metal tóxico)
 1,3-butadieno (un gas peligroso)
 Cadmio (un metal tóxico)
 Cloruro vinílico
 Cromo (un elemento metálico)
 Cumeno
 Formaldehído
 Hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP)
 Níquel (un elemento metálico)
 Nitrosamina específica del tabaco
 Óxido de etileno
 Polonio-210 (un elemento químico radiactivo)
¿Cuáles son algunos de los problemas de salud causados por fumar cigarrillos?
Fumar es la causa principal de muerte prematura, y que puede prevenirse, en este país. Fumar cigarrillos y la exposición al
humo de tabaco causa cerca de 480 000 muertes prematuras cada año en los Estados Unidos (1). De esas muertes prematuras,
cerca de 36 % son por cáncer, 39 % son por enfermedades cardíacas y apoplejía, y 24 % son por enfermedades pulmonares
(1). Los índices de mortalidad entre los fumadores son casi tres veces más altos que en las personas que no han fumado nunca
(6, 7).
El fumar daña casi cada órgano del cuerpo y sistema de órganos del cuerpo y disminuye la salud general de la persona. Fumar
causa cánceres de pulmón, de esófago, de laringe, boca, garganta, riñón, vejiga, hígado, páncreas, estómago, cérvix o cuello
uterino, colon y recto, así como también leucemia mieloide aguda (1-3).
Fumar causa también enfermedades del corazón, apoplejía, aneurisma de la aorta (una hinchazón como globo en una arteria
del pecho), enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) (bronquitis crónica y enfisema), diabetes, osteoporosis, artritis
reumatoide, degeneración macular relacionada con la edad y catarata, y empeora los síntomas de asma en adultos. Quienes
fuman presentan un riesgo mayor de padecer neumonía, tuberculosis y otras infecciones de las vías respiratorias (1–3).
Además, fumar causa inflamación y debilita la función inmunitaria (1).
Desde la década de los sesenta, el riesgo de un fumador de presentar cáncer de pulmón o enfermedad pulmonar obstructiva
crónica ha aumentado en comparación con quienes no fuman, aun cuando el número de cigarrillos consumidos por cada
fumador ha disminuido (1). Ha habido también cambios con el tiempo en el tipo de cáncer de pulmón que se presenta en los
fumadores – disminución de carcinomas de células escamosas pero un aumento dramático de adenocarcinomas.  Estas dos
desviaciones pueden deberse a los cambios en diseño y composición de los cigarrillos, en la forma como se curan las hojas de
tabaco y en la profundidad con la que los fumadores inhalan el humo de los cigarrillos y los productos tóxicos que
contienen (1, 8).
Fumar dificulta más que la mujer quede embarazada. Una mujer que fuma embarazada tiene un riesgo mayor de abortar, de
tener un embarazo ectópico, que su bebé nazca prematuramente y con un peso anormalmente bajo al nacer, y que el bebé
nazca con labio leporino o paladar hendido (1). La mujer que fuma durante el embarazo o después de este aumenta el riesgo
de que su bebé muera por síndrome de muerte súbita del lactante (2, 3). Los hombres que fuman tienen un riesgo mayor
de disfunción eréctil (1, 9).
En cuanto más tiempo fuma una persona, mayor será su probabilidad de que experimente daños por fumar, incluso de muerte
más temprana (7). Pero, sin importar su edad, quienes fuman pueden reducir sustancialmente su riesgo de enfermedades,
incluso de cáncer, al dejar de fumar.
¿Cuáles son los riesgos del humo de tabaco para quienes no fuman?
El humo de tabaco en el ambiente (conocido también como tabaquismo de segunda mano, tabaquismo involuntario o pasivo)
es la combinación del humo de la corriente "lateral o secundaria" (el humo que resulta de la combustión de un producto de
tabaco) y el humo de la corriente "principal" (el humo que exhala el fumador) (4, 5, 10, 11).
La Agencia de Protección Ambiental de EE. UU., el Programa Nacional de Toxicología de EE. UU., el Director General de
Sanidad de EE. UU. y la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer han clasificado al humo de tabaco en el ambiente
como cancerígeno humano conocido (sustancia que causa cáncer) (5, 11, 12). La inhalación de humo de tabaco en el
ambiente causa cáncer de pulmón en adultos que no fuman (1, 2, 4). En Estados Unidos, aproximadamente 7300 muertes por
cáncer de pulmón ocurren cada año entre adultos que no fuman causadas por la exposición al humo de tabaco en el ambiente
(1).  El Director General de Sanidad estima que vivir con un fumador aumenta la posibilidad de cáncer de pulmón en quienes
no fuman en 20 a 30 % (4).
El humo de tabaco en el ambiente causa enfermedades y muerte prematura en adultos que no fuman y en niños (2, 4). La
exposición al humo de tabaco de segunda mano irrita las vías respiratorias y tiene efectos dañinos inmediatos en el corazón
de la persona y en los vasos sanguíneos. Aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas en 25 a 30 % (4). Se calcula que dicha
exposición causa cerca de 34 000 muertes por enfermedades cardíacas en Estados Unidos cada año (1).  La exposición al
humo de tabaco de segunda mano aumenta también el riesgo de ataque cerebral en 20 a 30  % (1). Las mujeres embarazadas
expuestas al humo de tabaco en el ambiente tienen riesgo de tener un bebé con una poca de disminución de su peso al nacer
(1).
Los niños expuestos al humo de tabaco en el ambiente tienen un riesgo mayor de presentar síndrome de muerte súbita del
lactante, infecciones de oídos, resfríos, neumonía y bronquitis.  La exposición al humo de tabaco en el ambiente puede
también aumentar la frecuencia y gravedad de los síntomas de asma en niños que tienen asma. La exposición al humo de
tabaco de segunda mano hace más lento el crecimiento de los pulmones de los niños y puede causarles tos, sibilancias y que
sientan que les falta aire (2, 4). 
¿Causa adicción el fumar?
Fumar es altamente adictivo. La nicotina es la droga responsable en primer lugar de la adicción de una persona a los
productos de tabaco, incluso a los cigarrillos. La adicción a los cigarrillos y a otros productos de tabaco causada por la
nicotina es semejante a la adicción producida por el uso de drogas como la heroína y la cocaína (13). La nicotina está presente
naturalmente en la planta de tabaco. Pero las compañías tabacaleras diseñan intencionalmente los cigarrillos para que tengan
suficiente nicotina para crear y mantener la adicción.
La cantidad de nicotina que entra en el cuerpo se determina por la forma como una persona fuma un producto de tabaco y por
el contenido de nicotina y diseño del producto. La nicotina es absorbida en el torrente sanguíneo por medio del revestimiento
de la boca y de los pulmones y viaja al cerebro en cuestión de segundos. La mayor cantidad de nicotina es absorbida por el
cuerpo al inhalar el humo de tabaco y tomar fumadas frecuentes y profundas.

También podría gustarte