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Tipos de empaque

Los tipos de empaque hacen alusión a aquellos recipientes o envases en los que se colocan los
productos para mantenerlos protegidos a la hora de transportarlos, almacenarlos y exponerlos.
Entre otras cosas, el empaque sirve para colocar información sobre el producto en cuestión,
permite manipularlos con mayor facilidad así como también es uno de los soportes que sirven para
promocionar al producto y atraer a los posibles compradores.

Existen diferentes clases de empaque. Algunas de ellas son las siguientes:

De papel. Dentro de los embases hechos con este material, se pueden encontrar las siguientes
variedades:

Papel tissue: bajo este nombre se conoce a aquel papel caracterizado por ser absorbente y por
contar con una textura suave. Además, su superficie posee microarrugas y se caracteriza por ser
muy liviano, así como también elástico. Además de utilizarse en el ambiente doméstico, como
papel higiénico o como pañuelos descartables, el papel tissue es utilizado para envolver productos
de vidrio, calzado, utensilios e incluso herramientas.

Cartón: este empaque está compuesto por numerosas capas de papel, lo que le otorga una rigidez
que permite guardar y mantener protegidos productos de distinto peso y tamaño. En estas se
pueden guardar desde productos electrónicos hasta frutas o botellas. Gracias a su forma, hace
posible poder trasladar y manipular productos muy fácilmente. Además, pueden apilarse, lo que
resulta muy útil para almacenarlas o incluso transportarlas.

Papel vegetal: una de las principales características de este papel, que lo vuelve ideal para envolver
alimentos, es que es resistente a las grasas, a los aceites y a la humedad en general. Además, el
papel vegetal logra soportar el calor, así como también la suciedad y es muy fácil de moldear. Entre
otras cosas, se lo utiliza para envolver manteca, queso, pescado, margarina o pollo, entre otros
alimentos, aunque también es ideal para envolver metales.

Papel encerado: este producto es ideal para proteger a los productos de los líquidos y vapores.
Esto hace que sea una buena opción para proteger a los alimentos congelados o incluso a cereales
o productos de repostería.

Papel Kraft: esta clase de papel se caracteriza por ser de los más resistentes, por lo que se utiliza
para envolver productos como frutas o hacer bolsas de papel para múltiples usos. También se lo
suele utilizar para producir laminaciones de materiales como plástico o aluminio, entre otros.

Vidrio. Los tipos de empaques de vidrio resultan una muy buena opción sobre todo para los
productos alimenticios, ya que permiten protegerlos de altas temperaturas y evitan que se vea
afectado el sabor o el color de los productos. Dentro de estos empaques existen las siguientes
variantes:
Frascos: estos empaques de vidrio resultan muy prácticos ya que poseen una abertura bastante
amplia, lo que facilita incluso almacenar alimentos de gran tamaño, como pueden ser las frutas.
También los frascos pueden utilizarse dentro del mundo farmacéutico, para almacenar remedios,
productos de tocados o elementos químicos. En los frascos pueden encontrarse dos cierres, uno a
rosca y otro a presión.

Botellas: a diferencia de los envases anteriores, estos poseen una abertura mucho más reducida y
son utilizados para almacenar productos líquidos, ya sean alimenticios o no, debido a su forma. Las
botellas de vidrio son ideales ya que ofrecen la ventaja de poder mantener el sabor, olor, gas y
color de lo que almacenan.

Madera. Esta clase de empaques se caracteriza por ser muy eficiente para proteger productos
frágiles, como por ejemplo el vidrio. Además, ofrecen la posibilidad de poder ser diseñados a
medida, lo que los vuelve muy atractivos en materia de marketing, sobre todo para los productos
denominados como de “lujo”. Los empaques de madera pueden ser utilizados para almacenar
botellas de vidrio, juegos de mesa, vajilla, té, entre otros productos. Algunas ventajas de este tipo
de embalajes es que son muy resistentes, fáciles de manipular y pueden ser apilados.

Metales. Este producto es ideal para producir empaques que requieran ser herméticos, es decir
que mantengan aislados al producto del ambiente externo. También, estos empaques tienen una
larga duración y resistencia. Además de esto, los empaques de metal pueden utilizarse para
almacenar productos gaseosos, sólidos y líquidos, a los cuales logra proteger de la luz solar gracias
a su opacidad. Otro rasgo característico de los envases de metal es que son livianos y muy
resistentes. Algunos de los envases más comunes son las latas, sobre todo dentro del mercado
alimenticio, ya que permiten almacenar gaseosas, así como también atún, arvejas o puré de
tomate.

Plástico. Los empaques producidos con este material se caracterizan por ser muy versátiles,
resistentes, económicos, fáciles de imprimir, pueden almacenar productos de distintos materiales,
pueden colocarse en el microondas y son muy económicos. También, se caracterizan por ser
resistentes al calor, al frío, al oxígeno, a la humedad, entre otros fenómenos. Dentro de los
empaques de plástico existen algunos más flexibles y otros más rígidos. Algunos de los envases de
plástico más comunes pueden ser botellas o los tarros de yogurt, entre otros.

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