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La nutrición vegetal es el conjunto de procesos mediante los cuales los vegetales toman
sustancias del exterior para sintetizar sus componentes celulares o usarlas como fuente de
energía.
El C, H y O constituyen el 94-99,5% de los elementos de las plantas. La mayor parte del carbono
y del oxígeno lo obtienen directamente del aire, por fotosíntesis, mientras que el hidrógeno
deriva del vapor de agua del aire y, principalmente, del agua del suelo. Sin embargo, las plantas
no pueden desarrollarse exclusivamente con agua y aire, ya que requieren de cierto número de
elementos químicos que suelen absorber de la disolución del suelo. Aunque estos elementos
constituyen una pequeña porción del peso anhidro de la planta (entre el 0,6-6%), no dejan por
ello de ser fundamentales para las plantas, ya que son los que comúnmente limitan el desarrollo
de los cultivos.[1]
Después de las cosechas, el suelo pierde gran parte de sus nutrientes, que los recuperará a
través de los fertilizantes. Los elementos esenciales requeridos por las plantas superiores son
exclusivamente de naturaleza inorgánica.[2] Para que un elemento sea considerado un nutriente
esencial de las plantas debe satisfacer las tres condiciones siguientes[3] (Arnon y Stout, 1934):
1. Una deficiencia de este elemento
hace imposible que la planta
complete su ciclo vital.
2. La deficiencia es específica para el
elemento en cuestión.
3. El elemento está directamente
implicado en la nutrición de la planta
con función específica e insustituible.
Basándose en el contenido de cada nutrimento dentro del tejido vegetal, se pueden clasificar en
dos tipos; macronutrientes y micronutrientes. Cabe hacer énfasis en que esta división no
obedece al tamaño molecular del elemento ni a la importancia de los mismos; todos son
esenciales pero los macro se requieren en mayores cantidades. Actualmente está demostrado y
admitido que los elementos esenciales para el crecimiento de todas las plantas son 16, y 5 solo
son esenciales para algunas.[1]
Historia
El carbono, el hidrógeno y el oxígeno son los nutrientes básicos que las plantas reciben del aire
y el agua. Justus von Liebig demostró en 1840 que las plantas necesitaban nitrógeno, potasio y
fósforo. La ley del mínimo de Liebig establece que el crecimiento de una planta está limitado
por la deficiencia de nutrientes.[4] El cultivo de plantas en medios distintos del suelo fue
utilizado por Arnon y Stout en 1939 para demostrar que el molibdeno era esencial para el
crecimiento del tomate.
Proceso de la nutrición
vegetal
Las plantas absorben nutrientes esenciales del suelo a través de sus raíces y del aire
(principalmente dióxido de carbono, oxígeno y vapor de agua) a través de sus hojas. La
absorción de nutrientes en el suelo se logra mediante el intercambio de cationes, en el que los
pelos de las raíces (pelos radiculares) bombean iones de hidrógeno (H+) al suelo a través de
bombas de protones. Estos iones de hidrógeno desplazan los cationes adheridos a las
partículas del suelo cargadas negativamente para que los cationes estén disponibles para ser
absorbidos por la raíz. En las hojas, los estomas se abren para absorber dióxido de carbono y
expulsar oxígeno. Las moléculas de dióxido de carbono se utilizan como fuente de carbono en
la fotosíntesis.
Hay tres formas fundamentales en que las plantas absorben nutrientes a través de la raíz:
Muchas plantas producen simbiosis con microorganismos. Dos tipos importantes de estas
relaciones son:
La atmósfera de la Tierra contiene más del 78% de nitrógeno. Las plantas llamadas
leguminosas, incluidos los cultivos agrícolas de alfalfa y soja, que los agricultores cultivan
ampliamente, albergan bacterias fijadoras de nitrógeno que pueden convertir el nitrógeno
atmosférico en nitrógeno que la planta puede utilizar. Las plantas no clasificadas como
legumbres como el trigo, el maíz y el arroz dependen de los compuestos nitrogenados
presentes en el suelo para apoyar su crecimiento. Estos pueden ser suministrados por
mineralización de materia orgánica del suelo o residuos de plantas añadidos, bacterias fijadoras
de nitrógeno, desechos animales o mediante la aplicación de fertilizantes.
Macronutrientes
Los macronutrientes se caracterizan por sus concentraciones superiores al 0.1% de la materia
seca. Los tres elementos que se encuentran en mayor concentración son el carbono, el
hidrógeno y el oxígeno; los cuales se toman del agua y de la atmósfera. El nitrógeno, el fósforo y
el potasio son llamados macronutrientes primarios y es muy frecuente fertilizar con esos
nutrientes. Los macronutrientes secundarios son el calcio, el magnesio y el azufre. La presencia
de una cantidad suficiente de elementos nutritivos en el suelo no garantiza por sí misma la
correcta nutrición de las plantas, pues estos elementos han de encontrarse en formas
moleculares que permitan su asimilabilidad por la vegetación. En síntesis, se puede decir que
una cantidad suficiente y una adecuada disponibilidad de estos nutrientes en el suelo son
fundamentales para el correcto desarrollo de la vegetación.[6]
Macronutrientes esenciales para las plantas vasculares y concentraciones internas
consideradas como adecuadas[7] [8]
Concentración
Forma
Símbolo adecuada en
Elemento disponible para Funciones
químico tejido seco, en
las plantas
mg/kg.
Micronutrientes
Los micronutrientes llamados también oligoelementos no sobrepasan el 0.01% de la materia
seca. Son el cloro, el hierro, el boro, el manganeso, el zinc, el cobre y el molibdeno. Todos los
mencionados cumplen en todas las especies vegetales con los criterios de esencialidad
mencionados anteriormente. Existen otros elementos benéficos que pueden ser esenciales para
algunos cultivos; tales como el sodio, el silicio o el cobalto.
Micronutrientes esenciales para las plantas vasculares y concentraciones internas
consideradas como adecuadas[7]
Concentración
Forma
Símbolo adecuada en
Elemento disponible para Funciones
químico tejido seco, en
las plantas
mg/kg
El manganeso es activador de
algunas enzimas; necesario para la
Manganeso Mn 50 integridad de la membrana
cloroplástica y para la liberación de
oxígeno en la fotosíntesis.
El cobre es el activador o
componente de algunas enzimas
Cobre Cu 6
que se producen en las oxidaciones
y las reducciones.
El molibdeno es necesario para la
Molibdeno Mo 0,1 fijación del nitrógeno y en la
reducción de los nitratos.
Micronutrientes esenciales en
algunas plantas
Micronutrientes esenciales para algunas plantas vasculares.[1]
Forma
Símbolo
Elemento disponible para Funciones
químico
las plantas
Crecimiento y rendimiento
de las plantas
La producción de alimentos y materias primas vegetales se produce a través del crecimiento de
la planta sobre la base de la fotosíntesis y otros factores de crecimiento, de naturaleza física,
química o biótica. Los factores de rendimiento son factores climáticos y de suelo, disponibilidad
de agua, de nutrientes, presencia de sustancias tóxicas, valor de pH del sustrato, sustancias
orgánicas...
Barril de Liebig
Justus von Liebig, en el año 1840, enunció el siguiente principio: “el rendimiento de la cosecha
está determinado por el elemento nutritivo que se encuentra en menor cantidad”. Además, un
exceso en cualquier otro nutriente, no puede compensar la deficiencia del elemento nutritivo
limitante.
Esta ley pone en evidencia la relación entre los elementos nutritivos y la necesidad de alcanzar
una riqueza suficiente en cada uno de ellos, para que pueda obtenerse el rendimiento óptimo.
Este concepto se aplicó originalmente al crecimiento de plantas y cultivos, donde se encontró
que el aumento de la cantidad del nutriente más abundante no hacía aumentar el crecimiento de
las plantas. Sólo mediante el aumento de la cantidad del nutriente limitante (el más escaso) se
podía mejorar el crecimiento de una planta o cultivo. Este principio puede ser resumido en el
aforismo: "la disponibilidad del nutriente más abundante en el suelo es como la disponibilidad
del nutriente menos abundante en el suelo."[17]
Según esta ley, el rendimiento óptimo o económico es el punto que se alcanza cuando el
rendimiento que se obtiene de la cosecha compensa el gasto en fertilizantes. Evidentemente, en
la determinación del rendimiento óptimo o económico intervienen una serie de factores ajenos a
la naturaleza y rendimiento del cultivo, tales como el precio de los fertilizantes utilizados y el
precio de los productos agrícolas estimado.
Ley de la restitución
Al finalizar el ciclo de cultivo, el suelo debería conservarse en las mismas condiciones en las
que se encontraba al iniciarse el mismo. En lo que a nutrientes se refiere, esto significa que
deben reponerse los extraídos por las cosechas, con objeto de que no se pierda fertilidad tras
las sucesivas campañas. La restitución al suelo de lo exportado por la cosecha, debe de
considerarse desde un punto de vista económico y en cuanto a garantizar la correcta nutrición
de la próxima cosecha. La fertilización debe tener como objetivo primordial mantener la
fertilidad del suelo, no debiendo limitarse a la restitución de los elementos extraídos por la
cosecha.[17]
Fertilización orgánica y
mineral
La fertilización racional de los cultivos debe conjugar la utilización de fertilizantes orgánicos y
minerales, que se complementan. Los orgánicos, aunque también aportan nutrientes, actúan
sobre todo, mejorando las propiedades físico-químicas del suelo y su actividad biológica,
mientras que los minerales, en cambio, aportan la mayor parte de los nutrientes que la planta
precisa. Los abonos minerales permiten producir plantas sanas y vigorosas, que en parte
después se incorporan al suelo, manteniendo e incluso elevando su contenido en humus. Todos
los recursos orgánicos que estén al alcance del agricultor (estiércol, purín, restos de cosecha,
compost, etc.) deben incorporarse al suelo en cantidades adecuadas, previendo su
mineralización y la cantidad de nutrientes que pueden liberar en cada momento. Estas
aportaciones anuales deben ser tenidas en cuenta a la hora de practicar el abonado mineral.[17]
Véase también
Referencias
6. «MACRO-, MICRONUTRIENTES Y
METALES PESADOS PRESENTES EN
EL SUELO» (https://www.infoagro.co
m/documentos/macro___micronutrien
tes_y_metales_pesados_presentes_su
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Enlaces externos
Datos: Q8328350
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