Está en la página 1de 6

Acuerdos de Paz

Arzú quien fue el presidente a cargo de la Firma de los Acuerdos de Paz ya había
mantenido contactos con la comandancia guerrillera y había hecho de la
conclusión del proceso de negociaciones un eje de su campaña electoral. El 20
de marzo de 1996 el Gobierno y la URNG proclamaron sendos altos el fuego y en
los meses sucesivos fueron alcanzando los acuerdos sectoriales. El 6 de mayo se
firmó en México uno sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria, y el
20 de septiembre el mismo escenario produjo otro sobre el Fortalecimiento del
Poder Civil y la Función del Ejército en una Sociedad Democrática. En octubre
culminó el proceso de desarme y desmantelamiento de los Comités Voluntarios
de Defensa Civil.

El 29 de diciembre del mismo año, se firma el Acuerdo de paz firme y duradera,


este fue el último de los Acuerdos de Paz suscrito por el Gobierno de la República
de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca. Este
documento integra todos los acuerdos suscritos a partir del Acuerdo marco sobre
democratización para la búsqueda de la paz por medios políticos, para alcanzar
soluciones pacíficas a los principales problemas que generaron la guerra civil.

Cerca de las 8 P.M. de ese día, Arzú salió a la tarima principal ubicada frente al
Palacio Nacional de la Cultura y se dirigió a la multitud diciendo: "Pueblo de
Guatemala, la Paz ha sido firmada", la firma de los Acuerdo de Paz que habían
comenzado en 1991 había finalizado y con ello también finalizaba la guerra que
duró más de 36 años.

Importancia de los Acuerdos de Paz

La importancia del Acuerdo de Paz Firme y Duradera radica en constituir el


instrumento jurídico por medio del cual se pone fin a un conflicto armado de más
de tres décadas, el segundo más antiguo de América Latina. O sea que
constituye el medio formal por el que se logra hacer realidad la dimensión
negativa de la noción amplia de paz: la ausencia de conflicto armado. Así como
sirve de medio formal para dar culminación al enfrentamiento armado, también
es el medio legal fundante para el inicio de un proceso incesante de
construcción de la paz en sentido amplio, o sea una paz con dimensiones
positivas.
Antecedentes de la Firma de Paz

Guatemala había sido escenario del Conflicto Armado Interno, que inició en la
década de 1960. Esta guerra civil causó el cierre de espacios políticos y
participación. Además, provocó gobiernos altamente anticomunistas que
surgieron después de haber derrocado a Jacobo Árbenz Guzmán con el apoyo
de Estados Unidos.

En 1982, después de casi 20 años de enfrentamiento armado, se hizo un primer


intento por parte del gobierno militar del General Efraín José Ríos Montt de
encontrar una resolución a las negociaciones de paz. Pero esto fue rechazado
por la guerrilla, el ambiente era tenso entre los negociantes.

Luego, en 1983 se hizo un esfuerzo internacional por parte de un grupo de países


conocidos como Grupo de Contadora. Ellos ayudaron a buscar la paz y
reconciliación de toda Centroamérica.

En 1987 los Presidentes de Centroamérica firmaron el Acuerdo de Esquipulas I y


luego el de Esquipulas II. En estos documentos se establecieron los mecanismos
para alcanzar la paz y reconciliación por medios políticos.

El 29 de diciembre de 1996 se firmó en el Palacio Nacional de la Cultura el


Acuerdo de Paz Firme y Duradera entre el gobierno de Guatemala y la Unidad
Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG). Con la suscripción de este
documento terminaba una década de negociaciones y se ponía fin a una
guerra que tuvo, de acuerdo con la Comisión para el Esclarecimiento Histórico,
un saldo de 200.000 muertos y 50.000 desaparecidos. Aquella tarde de
diciembre, miles de guatemaltecos se hicieron presentes en la Plaza de la
Constitución para celebrar la finalización del conflicto, festejos que se realizaron
también en la mayoría de las ciudades y pueblos que fueron afectados por la
violencia, así como en los campamentos insurgentes, donde los combatientes
guerrilleros se habían «concentrado» para iniciar su desmovilización.

Negociación de los Acuerdos de Paz y que fue lo que se estableció

Los grupos insurgentes aglutinados en la URNG negociaron el fin de la guerra con


cuatro gobiernos distintos: Vinicio Cerezo Arévalo, Jorge Serrano Elías, Ramiro de
León Carpio y Álvaro Arzú Irigoyen.

Los cambios en el mundo afectaron a los actores en contienda. Las guerrillas


pasaron de pensar el diálogo y negociación como una táctica que les permitiera
ganar tiempo para recomponer fuerzas a considerarlo un proceso estratégico
que posibilitaría, desde su punto de vista, sentar las bases para la solución de los
problemas que causaron la guerra. Para el gobierno, implicó también limitar la
militarización del Estado y contener la autonomía del Ejército en asuntos de
contrainsurgencia. Para un sector de las elites empresariales, la pacificación
vendría a mejorar el «clima de negocios» y atraería nuevas inversiones.

Fue entonces cuando se moldeó una compleja agenda de negociación dividida


en temas sustantivos y operativos. Lo sustantivo abordaba los problemas que la
sociedad guatemalteca venía arrastrando desde tiempos coloniales y
poscoloniales: el racismo, la discriminación y la exclusión de los pueblos
indígenas, pero también la concentración de la riqueza y la propiedad, así como
la persistencia de la pobreza y la desigualdad. Además, dentro del eje sustantivo
se ponía el foco en la militarización del Estado y el predominio del Ejército en
asuntos de seguridad ciudadana. Las cuestiones operativas, que fueron
colocadas al final de la agenda de negociación, se vinculaban con la
desmovilización e incorporación a la legalidad de las unidades guerrilleras.
Además, se trataron problemáticas como el retorno de la población refugiada
en México y en zonas montañosas y selváticas del país, y el esclarecimiento de
las violaciones a los derechos humanos.

Las negociaciones establecieron mecanismos para vincular a las organizaciones


de la sociedad civil. Primero, se las incorporó a través de una ronda de diálogos
con la insurgencia, que facilitó a las guerrillas encontrar puntos de coincidencia
con las organizaciones sociales. Posteriormente, se dio lugar a Asamblea de la
Sociedad Civil, espacio en el que por primera vez organizaciones, grupos, y
pueblos pudieron dialogar y elaborar propuestas de solución a los problemas del
país. La Asamblea produjo documentos de consenso sobre cada una de las
temáticas de la negociación. Aunque no eran vinculantes, estos documentos
permitían constatar los alcances reales de cada uno de los acuerdos.

Antes de negociar los temas sustantivos, se suscribieron varios acuerdos


enmarcados en la defensa de los derechos humanos. En marzo de 1994, se
suscribió el Acuerdo global sobre derechos humanos que entró en vigencia
inmediatamente y dio lugar al despliegue de la Misión de Naciones Unidas para
Guatemala (MINUGUA), cuya presencia no solo contribuyó a la disminución de
las violaciones a los derechos humanos, sino que creó un ambiente propicio para
la participación y movilización social. En junio de ese mismo año se firmó el
Acuerdo para el reasentamiento de las poblaciones desarraigadas por el
enfrentamiento armado, bajo el cual se institucionalizó el retorno organizado y
en condiciones dignas de los miles de familias que tuvieron que desplazarse por
las campañas contrainsurgentes. También en junio de 1994, se firmó el Acuerdo
sobre el Establecimiento de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico de las
Violaciones a los Derechos Humanos y los Hechos de Violencia que han causado
sufrimientos a la población guatemalteca.

El primer acuerdo sustantivo, Identidad y derechos de los pueblos indígenas, fue


el más avanzado, tanto en términos conceptuales como políticos. Firmado en
marzo de 1995, este documento reconoció el carácter multiétnico y pluricultural
de la sociedad guatemalteca y la identidad de los pueblos maya, xinca y
garífuna. A partir de ese acuerdo se alcanzaron una serie de medidas y acciones
para el pleno reconocimiento y ejercicio de los derechos culturales y políticos de
los pueblos indígenas. Pero para su efectivo cumplimiento se acordó la
realización de una reforma constitucional.

A diferencia del resto de los documentos, el Acuerdo sobre Aspectos


Socioeconómicos y Situación Agraria, firmado en mayo de 1996, fue ambiguo e
insuficiente. En esto influyeron varios factores, como la vocación de los mandos
guerrilleros de lograr un entendimiento rápido durante el primer año de gobierno
del presidente Arzú, así como la presión de los grupos empresariales para que
este acuerdo no afectara ni la propiedad ni la estructura tributaria. A esto se
sumó la disolución del equipo de asesores de la comandancia insurgente, que
no estaba de acuerdo en firmar un documento tan laxo. Con esto se perdió la
posibilidad de establecer, por lo menos en el papel, una solución de fondo para
cambiar el modelo económico excluyente y concentrado que se mantiene en
el país hasta la actualidad.

Finalmente, el Acuerdo sobre Fortalecimiento del poder civil y papel del Ejército
en una sociedad democrática, firmado en septiembre de 1996, estableció la
reducción efectiva del Ejército, tanto en términos numéricos como de funciones.
A su vez, bajo este acuerdo se robustecía a las entidades civiles de seguridad,
incluyendo a la Policía Nacional Civil y a los servicios de inteligencia.

Con la suscripción del acuerdo sobre la desmilitarización quedaban pendientes


temas que permitirían la desmovilización e incorporación democrática de la
insurgencia y afinar los mecanismos de su cumplimiento: cronograma, reformas
constitucionales y régimen electoral. Pero, ya en la recta final de la negociación,
se dio a conocer que la Organización del Pueblo en Armas (ORPA), había
secuestrado a la matriarca de uno de los principales grupos empresariales del
país para cobrar un millonario rescate. Dos insurgentes fueron capturados: uno
de ellos fue desaparecido y el otro fue intercambiado por la anciana. La
negociación fue suspendida y no se reanudó hasta que Rodrigo Asturias Amado
se retiró de la mesa de negociaciones.
El secuestro y sus consecuencias afectaron las negociaciones. La URNG llegó
debilitada a la discusión de los últimos acuerdos, se rompió la confianza
construida entre las partes y la guerra terminaba con la desaparición forzada y
el posible asesinato de un combatiente guerrillero. El 29 de diciembre de 1996, se
firmó el documento final, con el que se cerraban tres décadas de guerra y se
abría una nueva etapa para el país.

Implementaciones de los Acuerdos de Paz

La implementación de los Acuerdos de Paz llevaba implícitas tres condiciones


necesarias para su cumplimiento. La primera era la aprobación de las reformas
constitucionales necesarias para ajustar el orden legal y el diseño estatal a lo
acordado. La segunda era la decisión gubernamental de invertir recursos
políticos, administrativos y financieros para hacer realidad los cambios
establecidos. La tercera era que los grupos guerrilleros, convertidos en partido
político, lograran tener suficiente fuerza para impulsar desde el Congreso y el
Ejecutivo la agenda de la paz.

Logros de la Firma de los Acuerdos de Paz

 Puso fin al Conflicto Armado Interno que duró 36 años.


 Se reformó la Constitución para organizar las funciones del ejército.
 Surgió la meta de adherirse a principios para garantizar y proteger la plena
observancia y respeto a los derechos humanos.
 Así como también se propuso el compromiso de investigar las violaciones
de los derechos humanos ocurridos en el marco del enfrentamiento
interno.
 Reconocimiento a la identidad y derechos de los pueblos indígenas para
construir una nación multiétnica, pluricultural y multilingüe.
Bibliografía
 https://aprende.guatemala.com/historia/epocas-historicas/historia-
firmade-la-paz-guatemala/

 https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_civil_de_Guatemala#Finalizaci%C3%
B3n_de_la_guerra_y_firma_del_Acuerdo_de_paz_firme_y_duradera

 https://nuso.org/articulo/guatemala-25-anos-de-paz/

También podría gustarte