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ABUELAS DE PLAZA DE MAYO

Abuelas de Plaza de Mayo es una organización no gubernamental creada en 1977 cuyo objetivo
es localizar y restituir a sus legítimas familias todos los niños desaparecidos por la última dictadura
argentina.

El 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas se adueñaron del poder en la Argentina por medio
de un golpe de estado. El régimen militar, que se autodenominó “Proceso de Reorganización
Nacional”, desapareció a 30.000 personas de todas las edades y condiciones sociales.
Centenares de bebés fueron secuestrados con sus padres o nacieron durante el cautiverio de sus
madres embarazadas.

En la ESMA, Campo de Mayo, Pozo de Banfield y otros centros de detención de la dictadura,


funcionaron verdaderas maternidades clandestinas, incluso con listas de matrimonios en “espera”
de un nacimiento, y unos 500 hijos de desaparecidos fueron apropiados como “botín de guerra”
por las fuerzas de represión. Algunos niños fueron entregados directamente a familias de
militares, otros abandonados en institutos como NN, otros vendidos. En todos los casos les
anularon su identidad y los privaron de vivir con sus legítimas familias, de sus derechos y de su
libertad.

Nada ni nadie detuvo a las Abuelas de Plaza de Mayo para buscar a los hijos de sus hijos. Tareas
detectivescas se alternaban con diarias visitas a los juzgados de menores, orfanatos, oficinas
públicas, a la vez que investigaban las adopciones de la época. También recibían las
informaciones que la sociedad les hacía llegar sobre sus posibles nietos.

Las Abuelas siguen buscando a sus nietos, hoy adultos, pero también a sus bisnietos -que, como
sus padres, ven violado su derecho a la identidad-, y con esta finalidad trabajan los equipos
técnicos de la institución, además de crear las condiciones para que nunca más se repita tan
terrible violación de los derechos de los niños y exigir castigo a todos los responsables de estos
gravísimos delitos.
MUNDIAL 78

La Copa Mundial FIFA de 1978 se jugó en seis estados distribuidos en las ciudades de Buenos
Aires, Rosario, Mar del Plata, Córdoba y Mendoza; con la participación de 16 equipos. Argentina
alzó el trofeo, pero el triunfo pasó a la historia con una serie de cuestionamientos y denuncias
contra la dictadura cívico-militar.

Un 1° de junio de 1976 comenzaba el Mundial de Argentina 1978, en medio de la dictadura


cívico-militar encabezada por Jorge Rafael Videla. El seleccionado nacional, con el 10 en la
espalda Mario Alberto Kempes, consiguió ese año su primera copa del mundo, una victoria
atravesada por las relaciones entre los represores con la FIFA y las denuncias por corrupción.

Con la Argentina como país anfitrión, la Copa del Mundo volvió así a Sudamérica tras
disputarse por primera vez en Chile en 1962. Se jugó en seis estados distribuidos en las
ciudades de Buenos Aires, Rosario, Mar del Plata, Córdoba y Mendoza; con la participación de 16
equipos: Alemania Federal, Austria, Brasil, Escocia, España, Francia, Hungría, Irán, Italia,
México, Países Bajos, Perú, Polonia, Suecia y Túnez, además de Argentina. Gauchito
Mundialito fue el nombre con el que bautizaron a la mascota.

Un día como hoy, pero hace 44 años, fue la apertura en el Estadio Monumental. Comenzó a las
13.30 con un toque de clarín y duró 75 minutos. En toda la ceremonia primó el carácter militar:
disparos de cañón, las campanas, una banda musical que tocó marchas castrenses y un desfile
de estudiantes, de colegios públicos y privados de Buenos Aires, vestidos de celeste y blanco.
Todo culminó cuando los chicos se reunieron en el centro del campo de juego para formar con sus
cuerpos el logo del Mundial 1978, mientras sonaba el himno nacional argentino.

En ese mismo momento, un grupo de mujeres, que luego se darán a conocer como las Madres de
Plaza de Mayo, reclamaban por sus hijos e hijas desaparecidos. Años después se conocerá que
muchos de ellos estaban secuestrados en el centro clandestino que funcionó en la ex Escuela de
Mecánica de la Armada, ubicada a pocos metros de River.

Ese día también se disputó el primer partido del Mundial en ese mismo estadio, donde Alemania
Federal empataron sin goles con Polonia. Apenas 24 días después, Argentina llegará a la final con
Países Bajos, a quien derrotó por 3-1; y así levantó su primera copa del mundo, un triunfo que
pasará a la historia empañada por una dictadura cívico-militar que secuestró, torturó, asesinó
y despareció a miles de personas.

Maradona, afuera de la lista de convocados

El 19 de mayo de 1978, apenas unos días antes de comenzar el Mundial, César Luis
Menotti realizó el último recorte de la lista y así dejó afuera a Diego Armando Maradona, quien
brillaba con 17 años en Argentinos Juniors. Los otros dos que quedaron afuera fueron Victor
Alfredo Bottaniz, de 25, jugador de Unión de Santa Fe; y Humberto Rafael Bravo, con 27, de
Talleres de Córdoba.

“No voy a dar explicaciones. No se las di a los jugadores y obviamente tampoco las haré públicas.
Simplemente tenía 25 jugadores y debía inscribir a 22. Había que excluir a tres. Yo a ellos les
había adelantado que iba a proceder así. De nada hubieran valido los discursos. ¿Qué ganaban
ellos si yo les decía que eran unos fenómenos pero que los tenía que sacar?”, explicó
Menotti a los medios tras conocerse los 22 mundialistas confirmados.

Ellos fueron Daniel Bertoni, Leopoldo Luque, Jorge Mario Olguín, Norberto Alonso, Miguel Oviedo,
Rubén Pagnanini, Daniel Passarella, Alberto Tarantini, Héctor Baley, Ricardo Villa, Ricardo La
Volpe, Ubaldo Fillol, Daniel Killer, Américo Gallego, Rubén Galván, Omar Larrosa, Luis Galván,
Oscar Ortiz, Osvaldo Ardiles, René Houseman, José Daniel Valencia y Mario Kempes, con la
camiseta 10.

Los cuestionamientos a la Copa del Mundo para Argentina

El seleccionado no sólo se llevó el trofeo sino también los títulos de mejor goleador para
Kempes y el Premio FIFA al Juego limpio por ser el equipo con menos amonestaciones. La
euforia de los premios pasó a la historia con una serie de cuestionamientos y denuncias
contra la dictadura cívico-militar, que surgen desde el primer momento en que la FIFA eligió a
la Argentina como sede.

Es que Videla, desde que tomó el poder, dio máxima prioridad a la organización de la Copa del
Mundo para obtener apoyo internacional y encubrir las violaciones masivas de derechos humanos.

Además, la organización de la competencia estuvo a cargo del Ente Autárquico Mundial '78,
creado por la dictadura en 1976. Para ello, el Gobierno de facto oficializó el decreto 1261/77, que
eximió al organismo deportivo de llevar registros de su gestión, por lo que nunca presentó un
balance de costos sobre el Mundial. Aun así, la dictadura y la FIFA declararon que la Argentina
gastó 517 millones de dólares, más del cuádruple del costo declarado por España para la
organización del mundial de 1982.

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