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TRABAJO FIN DE GRADO

GRADO EN CIENCIA POLÍTICA Y GESTIÓN PÚBLICA

CURSO ACADÉMICO 2020/2021

CONVOCATORIA NOVIEMBRE

EL PROCESO DE INTEGRACIÓN EUROPEA EN EL


PERÍODO DE ENTREGUERRAS

AUTOR: DE FUNES VIÑAO, ENRIQUE

DNI: 18174871-H

DOBLE GRADO EN DERECHO, CIENCIAS POLÍTICAS Y GESTÍON PÚBLICA

TUTOR:

San Miguel Pérez, Enrique

Madrid, 21 de septiembre de 2020


El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN ………………………………………………………………………. 3
a) Justificación del trabajo.
b) Metodología.
c) Hipótesis.
2. DE LA 1ª GUERRA MUNDIAL A LA SOCIEDAD DE NACIONES.
a) El imperialismo europeo del siglo XIX ...……………………………………………. 7
b) La historia que los Balcanes no pueden absorber …………………………………….
10
c) Las humillaciones de Versalles ……………………………………………………... 12
3. LOS NACIONALISMOS Y TOTALITARISMOS DE ENTREGUERRAS.
a) El derrocamiento del Zar Nicolás II y el surgimiento de la URSS …………….…….
15
b) El fascismo italiano …………………………………………………………………..
18
c) El Nazismo …………………………………………………………………………...
21
4. LOS MOVIMIENTOS EUROPEOS DE ENTREGUERRAS.
a) Paneuropa …………………………………………………………………………… 24
b) El Memorándum de Briand ……………………………………………………….….
27
c) La Unión Económica y Aduanera Europea …………………………………………. 30
5. CONCLUSIONES ……………………………………………………………………….
32
6. BIBLIOGRAFÍA …………………………………………………………………..…….
36

2
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

1. INTRODUCCIÓN

Europa no es un concepto fácil de explicar. Europa no es solo el apéndice del continente


asiático, es un ideal que surge de la creación histórica y del pensamiento humanista de
múltiples autores e intelectuales, desde Dante, con la idea de crear un nuevo imperio que
aglutine a todas las coronas de occidente y bajo el mando único del Papa; hasta la actual
configuración de la Unión Europea con sus “padres”: Monnet, Schuman, Adenauer y De
Gásperi.
Sin embargo, no existe un concepto claro referente a este proyecto integrador y humanístico
ni incluso de la propia Unión Europea, ni se lo han dado los pensadores e ideólogos, ni
tampoco los propios tratados creadores. El mayor intento de definición lo ha dado el Tribunal
de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en su sentencia Costa c. Enel.
“…que, en efecto, al instituir una Comunidad de duración indefinida, dotada de
instituciones propias, de personalidad internacional y más en particular de poderes
reales derivados de una limitación de competencia o de una transferencia de
atribuciones de los Estados a la Comunidad, éstos han limitado su soberanía, aunque
en materias especificas, y han creado así un cuerpo normativo aplicable a sus
naciones y a sí mismos…”1.
Aunque este análisis jurídico y técnico refleja la estructura orgánica y el funcionamiento de la
Unión, no refleja el espíritu de la organización ni, tampoco, los necesarios procesos históricos
para llegar hasta aquí.
Sin embargo, como hemos dicho, el proceso de integración europea es un proceso que abarca
siglos y que requiere cada época un tratamiento especifico.
En este caso, nos vamos a centrar en los ideales de pensamiento europeo del período de
Entreguerras, etapa de repensar Europa. Tan solo en medio siglo, el continente había sido
sacudido por dos grandes conflictos: la guerra franco-prusiana (1870-1871) y la I Guerra
Mundial (1914-1918).
Tras una Gran Guerra devastadora que se dejaría por el camino la vida de aproximadamente
20 millones de personas2, con un Tratado de Versalles (1919) que no se consagraba como un
verdadero tratado de paz entre vencedores y vencidos, sino como una humillación e

1
STJUE de 15 de julio de 1964. Asunto 6/64, p. 105.
2
GAVALA, J.: El Final de la Primera Guerra Mundial. 2020. Historia National Geographic.
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El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

imposición de condiciones de los ganadores a los perdedores; y con una profunda crisis
económica y política, surgida, esta ultima, del auge de los nacionalismos y totalitarismos, el
viejo continente encara su futuro a un inminente conflicto.
Con la Gran Guerra se abandona cualquier idea sobre la creación de un proyecto europeo, y
no seria hasta 1923 cuando figuras como el aristócrata austriaco Richard N. Coundenhove
Kalergi lo resucitaran con su obra Paneuropa. Paneuropa representara la primera
configuración del proyecto europeo actual, es decir, la suscripción de tratados internacionales
entre los Estados y la creación de un sistema parlamentario elegido democráticamente donde
se sometan a deliberación los asuntos que afecten a todas las naciones del continente.
Y aunque Paneuropa y otros movimientos, como el Memorándum de Briand, no seria la
culminación de la Comunidades Europeas o de la futura Unión Europea es necesario analizar
hasta que punto los movimientos de integración europea que se desarrollaron en el período de
Entreguerras sentaron las bases del proceso constitutivo de esta organización internacional.
Este es el objetivo principal de este Trabajo de Final de Grado.
Tras la I Guerra Mundial se abrió en Europa un período de “xenofobia y ultranacionalismo en
el seno de las sociedades europeas” 3, esto condujo, de nuevo, a las naciones a los campos de
batalla en 1939.
Si en 1914 pudimos observar un avance en el modo de lucha en el campo de batalla con la
introducción del armamento químico, en 1939 veremos un despliegue armamentístico sin
precedentes.
Pese a la limitación establecida en el Tratado de Versalles, Alemania se convirtió en una
verdadera potencia militar, con unas fuerzas acorazadas, que, por su blindaje, superaban a las
de los aliados y con una fuerza aérea y de marina mas que satisfactoria. En apenas un año,
Alemania había ocupado, Polonia, Dinamarca, Noruega, Holanda, Luxemburgo y Francia,
que cayo en menos de dos meses.
El final de la Segunda Guerra Mundial supone la reconstrucción del continente europeo, con
una contienda que se estima que se ha cobrado mas de 40 millones de vidas y arrasado no solo
gran parte de las ciudades europeas, tal y como eran conocidas hasta el momento, sino el
propio ideario europeo.
Sin embargo, un hecho marcara el punto y aparte de esta conflagración. En 1950, el Ministro
de Exteriores francés, Robert Schuman, insto a la creación de la Comunidad del Acero y del
Carbón (CECA), se trataba de un acuerdo en el que Francia y Alemania habían acordado
poner bajo la mima autoridad la producción del acero y el carbón, es decir, los dos países que
recientemente se habían enfrentado en tres contiendas (la Franco-Prusiana, la I Guerra
Mundial y la II Guerra Mundial) pondrían en común la producción de la energía.

3
GIL PECHARROMÁN, J.: Historia de la Integración Europea. Madrid. UNED. 2013, p. 14.
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El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

Sin embargo, la Declaración Schuman no es una mera exposición sobre lo que suponía el
acuerdo de la CECA, pues la declaración empieza hablando de la paz entre ambas naciones
“La paz mundial no puede salvaguardarse sin unos esfuerzos creadores equiparables a los
peligros que la amenazan”4.
Actualmente, Europa atraviesa una profunda crisis, no solo a nivel económico y social, sino
también a nivel ideológico es necesario regresar a los orígenes, echar la mirada a tras. Para
muchos el proyecto europeo se ha convertido en la mera gestión económica de la vida de 500
millones de habitantes, se han abandonado los principios esenciales de cooperación y
solidaridad.
Desde la creación de la Unión Europea, por primera vez un Estado miembro ha tomado la
decisión de retirarse de esta organización internacional de integración a la que accedió
voluntariamente5. La retirada de uno de los primeros países, Reino Unido, acentúa el
euroescepticismo existente en algunos países y su representación a través de distintas fuerzas
políticas de índole populista.
Y aunque la mayoría de los ciudadanos europeos apoyan el proyecto de la UE como
organización internacional y su imagen ha experimentado una cierta mejora en el ultimo
Eurobarometro, tan solo el 45% de la población considera que la misma tiene una buena
reputación6.
Por eso, lo que se pretende en este Trabajo Final de Grado es regresar a uno de los tiempos
mas oscuros de la historia contemporánea europea como es el período de entreguerras y
buscar luz en la oscuridad, porque muchas veces en los orígenes esta la solución a los
problemas actuales.
La Ciencia Política es una disciplina amplia que permite analizar un amplio espectro de temas
que afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos y que incluso el propio Carl Schmitt afirmó
que es raro encontrar una definición clara de lo político7.
La integración europea es un trabajo de teoría política, entendiéndose la investigación de
teoría política como aquella que se basa en enunciados aplicables a un conjunto de casos y
que por tanto trascienden del análisis concreto de un caso 8; y es que, aunque, se aleja del cada
vez mas frecuente análisis cuantitativo no pierde el espíritu de dar respuesta al proceso que ha
dado lugar al mayor espacio democrático y de derechos y libertades del mundo.
En relación con la metodología de investigación, vamos a atacar este trabajo desde un
paradigma interpretativista, es decir, el mundo social externo esta constituido por múltiples
4
SCHUMAN. R.: Declaración Schuman 9 de mayo de 1950. Luxemburgo. 2000. Oficina de Publicaciones
Oficiales de la Unión Europea.
5
FERNANDEZ DE CASADEVANTE ROMANI. C.: Nociones básicas de Derecho de la Unión Europea.
Madrid. Centro de Estudios Ramón Areces, 2019, p. 87
6
EUROPEAN COMMISSION.: Standard Eurobarometer nº 91, p. 8.
7
SCHMITT, C.: El concepto de lo político. Madrid. Alianza, 1991, p. 51.
8
CHULIÁ, E y AGULLÓ, M.V.: Como hacer un trabajo de investigación en Ciencia Política. Madrid. Catarata,
2012, p. 29.
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El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

realidades, que los individuos perciben, entienden, experimentan y dan sentido a la realidad
de maneras diferentes según la formación y las experiencias únicas de cada individuo. No
existe una realidad única porque el conocimiento es subjetivo y culturalmente dependiente 9.
En similares términos se pronunciaba Max Webber al sostener que las Ciencias Sociales no
solo han de explica la realidad sino también han de comprenderla e interpretarla desde la
neutralidad valorativa.
Esta temática, el proceso de integración europea, se basa en una continua construcción de
ideas, un basamento ideológico de cientos de años y una recopilación de textos y
pensamientos de decenas de autores. Es dependiente, no podemos entender la actual Unión
Europea sin entender la CECA, ni es comprensible la CECA sin entender previamente la II
Guerra Mundial y los nacionalismos y totalitarismos que la precedieron. Es un continuo
proceso de aprendizaje e igual que lo es ahora la Unión.

9
POLE, K.: Diseño de metodologías mixtas. Una visión de las estrategias para combinar metodologías
cuantitativas y cualitativas. Renglones no. 60. Marzo – Agosto 2009, p. 38.
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El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

2. DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL A LA SOCIEDAD DE NACIONES

2.A El Imperialismo europeo del siglo XIX.

Tras la firma del acta de paz de la guerra Franco-Prusiana el 3 de septiembre en 1871 en el


Palacio Belleveu, el panorama de las relaciones internacionales del viejo continente había
cambiado por completo.

La adquisición, por parte de Prusia, de las regiones mineras de Alsacia y Lorena y la


constitución de un complejo sistema de alianzas bismarkiano para el aislamiento del país
franco supone una humillación sin precedentes que acabaría con el fin del Imperio de
Napoleón III.

En una Europa caracterizada por el imperialismo y el reparto de las colonias, con una
Revolución Industrial que había dado la vuelta al modelo económico y social, en donde se
habían adoptado las políticas económicas de “La Riqueza de las Naciones”, pero no todas,
pues no se doto por parte del Estado de una política educativa que garantizara el acceso a una
enseñanza pública que asegurara una igualdad de oportunidades para luchar contra la
brutalidad de la separación de clases.

Además, esta expansión colonial acarrea un dualismo, pues la ocupación territorial no solo
conduce a la instauración de un modelo político sino también a la de un prototipo social y
religioso que se alinea con el catolicismo europeo 10. Las misiones religiosas adquieren un
papel trascendental en el catecismo cristiano. Se pretende trasladar la civilización europea al
mas alto nivel en todas las colonias.

Una expresión de esta política evangelizadora la tenemos en el caso de las colonias españolas,
en donde se crea el llamado Derecho de indias, una legislación especifica para los territorios
del nuevo mundo y que -según Dougnac Rodríguez- presenta como uno de los rasgos
característicos la insistencia de los reyes en la conversión de los indios al cristianismo 11.

Esta política imperialista se vería agudizada con la llegada en 1888 de Guillermo II, el Káiser,
al trono de Prusia, que apartando a Bismark de la cancillería abandonó la política de alianzas e
instauro una política de conquista y expansión territorial denominada “weltpolitik” que tenia
10
RENOUVIN. P.: La crisis europea y la Primera Guerra Mundial. Simó, B (trad.). Madrid. Akal, 1990, p. 20.
11
DÍAZ GONZÁLEZ, F.J, CALDERÓN ORTEGA J.M & PÉREZ KOHLER, A.: Materiales y textos de historia
del derecho español. Madrid. Líneas de distribución logística del papel, 2011, pp. 161-162.
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El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

como objetivo competir con las dos potencias coloniales europeas hasta el momento y que ya
controlaban gran parte de África: Francia y Reino Unido.

El Reino Unido, que antes de que empezara el siglo XX, ya controlaba las Seychelles, Isla
Mauricio, Sudan, Sudáfrica y Egipto, con nada más y nada menos que el Canal de Suez, y no
seria hasta la Crisis de 1956, liderada por el coronel Nasser, cuando Egipto recuperaría su
control. La incorporación al Imperio Británico de las colonias del pacifico y del indico, pero,
sobre todo, las africanas constituirían el inicio de la futura y ya conocida Commonwealth.

La carrera imperialista no solo se limita al continente europeo, también se extiende mas allá
del Atlántico y el Pacifico. Bajo el contexto de la doctrina Monroe que se configuraba en la
locución “América para los americanos”, Estados Unidos comienza una carrera para recuperar
los territorios ocupados por las naciones europeas desde el siglo XV.

Esta doctrina perjudicará de forma muy especial a España, que en 1898 perderá sus últimos
territorios en ultramar: Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
“…Nosotros consagramos estos dos venerables principios: nosotros creemos que todos los hombres son
iguales, amamos la tolerancia, el orden y la justicia en todas las materias; respetamos las vidas y
propiedades de todos los ciudadanos pacíficos, aunque sean los mismos españoles, residentes en este
territorio, admiramos el sufragio universal que asegura la soberanía del pueblo; deseamos la
emancipación gradual y bajo indemnización, de la esclavitud; el libre cambio con las naciones amigas
que usen de reciprocidad; la representación nacional para decretar las leyes e impuestos, y, en general,
demandamos la religiosa observancia de los derechos imprescriptibles del hombre, constituyéndonos en
nación independiente, porque así cumple a la grandeza de nuestros futuros destinos, y porque estamos
seguro que bajo el cetro de España nunca gozaremos del franco ejercicio de nuestros derechos...” 12

Por el Pacifico, destacaba Japón como potencia imperialista, que en 1895 procedió a atacar
China y a derrotarla con gran facilidad 13. El triunfo de la batalla trajo consigo la firma del
tratado de Shimonoseki que otorga a Japón la soberanía de isla Formosa (actual isla de
Taiwán), así como un protectorado sobre Corea y el pago de 200,000,000 Kuping taels en
concepto de reparaciones de guerra14.

Japón, que desde 1895, se ha enfrentado con intereses rusos, está ultima ha aprovechado la
crisis de los Bóxers para ocupar la península de Manchuria y aplicar, así, su política de
expansión ferroviaria15. La toma de Manchuria desembocaría en una conflagración en 1903
entre Rusia y el imperio nipón.

El conflicto que se inicia con el hundimiento de tres acorazados en Port Arthur, pues este era
un paso estratégico para el imperio del zar Nicolás II, ya que mientras que el puerto de
Vladivostok solo servía de acceso para los períodos de estío por las circunstancias climáticas,
Port Arthur garantiza el acceso durante todo el año.

12
CESPEDE, C.M; Manifiesto de la junta revolucionaria de la isla de Cuba. Cuba. 10 de octubre 1868.
13
LANGHORNE, R.: El Imperialismo: acontecimientos y procesos. Newark. Ediciones Universidad de
Salamanca, 1999, p. 27.
14
Art. 2. Tratado de Shimonoseki (1895).
15
RENOUVIN, P.: La crisis europea y la Primera Guerra Mundial. Simó, B (trad.), Madrid, Akal, 1990, p. 32-
33.
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El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

Una guerra, ante todo, de carácter naval que se desarrollara entre el mar Amarillo y el mar de
Japón. Sin embargo, el final de este conflicto rompería el esquema geopolítico establecido
hasta el momento, mediante el cual los ejércitos de las naciones europeas eran infranqueables
e invencibles. Con el apoyo del imperio británico, derivado del acuerdo anglo-japonés de
1902, Japón vence a una potencia como Rusia.

Con el auge de la concepción geopolítica oceánica oriental frente a la europea continental


cristiana, Díez del Corral entiende que ambas identidades deben convivir mutuamente.
“Ha llegado el momento en que debemos comprender al oriente si queremos comprendernos a nosotros
mismos, y en que hemos de aprender a combinar los valores orientales y occidentales para evitar nuevas
tragedias, amarguras y derramamientos de sangre”16

La idea que Richard N. Coundenhove Kalergi plasma en Paneuropa de que Europa ha


perdido el protagonismo como potencia histórica y la única opción de supervivencia es la
unión de las naciones se empieza evidenciar ya a principios del siglo XX con la perdida de las
colonias hispanas y la derrota de Rusia ante Japón.

Para entender la Gran Guerra, resulta necesario precisar porque se produjo, pues la misma no
se suscitó por la teoría del Cisne Negro de Nassim Taleb 17, es mas, todo lo contrario, tal y
como estaban diseñadas las relaciones internacionales: lucha colonial y la elaborada tela de
araña de alianzas entre países “nada hacia indicar que el estallido bélico era ineluctable, se
trataba más bien de un haz de posibilidades abierto en cualquier dirección”18.

Una época que ha sido apodada por algunos autores como “el suicidio de Europa”, tomando
en consideración las palabras que pronuncio, el entonces secretario para la Guerra británico,
Winston S. Churchill.
“…Los Estados participantes de elevada cultura creyeron -no sin razón- que estaba en juego su
existencia misma. Ni los pueblos ni los gobernantes impusieron limites a los hechos, que según creían,
podrían ayudarles a vencer…”19

Tras la puesta en marcha de la Weltpolitik por parte de Guillermo II, los sistemas de alianzas
bismarkianos que tenían como objetivo el aislamiento de Francia se fueron abandonando y
Francia tuvo la posibilidad de forjar nuevas alianzas con países como Gran Bretaña o Rusia.
Fruto de estos pactos nacerá la Tripe Entente.

Las tensiones entre Francia y Alemania no son nuevas, apenas hace cuarenta años que ambos
países se han visto las caras en los campos de batalla durante la Guerra Franco-Prusiana. A
esto hay que sumarle la crisis de Marruecos de 1905 y 1906, en la cual el Káiser hizo un
alegato a la independencia de Marruecos y el rechazo al imperialismo francés y británico con

16
DÍEZ DEL CORRAL. L.: El rapto de Europa. Madrid. Revista de estudios políticos, 1953. p. 28.
17
TALEB, N.: The Black Swan: The Impact of the Highly Improbable. The New York Times. 2007.
18
VEIGA, F. y MARTÍN, P.: Las guerras de la Gran Guerra (1914-1923). Sociología Histórica, 2014. p. 545-
550.
19
JOHNSON, P.: Tiempos modernos. Buenos Aires. 1988, p. 25.
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El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

el objetivo de debilitar a la Entente. Sin embargo, este intento fracaso, y lejos de separar a
ambas naciones consiguió unirlas más.20

A esta crisis se le añadiría la vicisitud ocurrida en el verano de 1911 en Agadir. El 1 de julio,


el Panther, un buque alemán con dos cañones de juguete -como dijo el Káiser-, atracó en el
puerto de Agadir. Junto a este buque, el Gobierno alemán envió el crucero Berlín con la
justificación de proteger a los ciudadanos alemanes21.

Una vez más, Alemania pretendía crear un clima de tensión en Marruecos con el objetivo de
debilitar a la Triple Entente. Esta crisis acabara con la firma del Convenio Franco-Alemán el
4 de noviembre de 1911.

En el acuerdo, Alemania se comprometía a no perturbar la estabilidad sobre Marruecos ni a


entorpecer la acción que desarrolla Francia sobre el territorio 22. A cambio, Francia le
concedida a Alemania parte del Congo francés.

2.B. La historia que los Balcanes no pueden absorber.

Bajo las palabras que pronuncio el entonces el Primer Lord del Almirantazgo, Winston
Churchill al afirmar que “los Balcanes tienen la peculiaridad de generar más historia de la que
pueden absorber” me decido a esclarecer el inicio de la Gran Guerra.

Durante los últimos años del siglo XIX y principios del siglo XX, Europa se encuentra en una
situación de tensión continua. Desde la firma de la Triple Entente por parte del Reino Unido,
Francia y el Imperio Ruso, se crea una atmosfera de presión sobre Prusia y su único aliado es
el Imperio Austrohúngaro, cuyo mando lo ostenta el ya anciano Francisco José I.

Todos los Estados, pero en especial Prusia, se entregan a una carrera armamentística, la ya
conocida “paz armada”. Todos saben que van a ir a los campos de batalla, solo están
esperando el detonante.

Tras la anexión de Bosnia al Imperio Austrohúngaro se crea un clima de crispación entre los
serbios nacionalistas y los austriacos, que se ira agudizando con las Guerras de los Balcanes
(1912-1913) y el respaldo de los rusos al designio serbio.

“Alguna locura en los Balcanes -había predicho Bismarck- hará estallar la próxima guerra” 23.
Y así fue, el 28 de junio de 1914 es asesinado el heredero al trono austriaco, Francisco
Fernando, y su esposa por un miembro de la organización anarquista “La mano negra”. La
investigación policial del mismo sería el terrible desenlace.

Desde Austria se achaca una complicidad directa a Serbia de lo ocurrido en Sarajevo y pide la
participación de agentes austriacos en la investigación que había comenzado. Tras el rechazo
del gobierno serbio, Austria-Hungría le declaro la guerra el 28 de julio24.
20
MACMILLAN, M.: 1914: De la paz a la guerra. Vitier Adrián, J (trad.). Madrid. Turner, 2013. p. 33
21
Ibídem, p. 527.
22
Art. 1. Convenio franco alemán (1911)
23
TUCHMAN B.W.: Los Cañones de Agosto. Sholz, V (trad.), Barcelona, RBA, 2014. p.113
24
RENOUVIN, P; La primera guerra mundial. García Jacas, J. (trad). Barcelona. Oikos-tau, 1990.p. 4
10
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

Rusia, fiel aliado de Serbia y que en un pasado le había manifestado que podría agrandar su
territorio a costa del imperio Austrohúngaro, procede a enviar tropas a las lindes de sus
fronteras.

El 2 de agosto de 1914, Kafka escribió en su diario “Alemania le ha declarado la guerra


Rusia. Por la tarde me he ido a nadar”. Esta afirmación muestra con clarividencia como, en
pleno verano, esta encrucijada tomaba forma sin que políticos o intelectuales europeos de la
talla de Franz Kafka fueran conscientes de la importancia de la crisis que se estaba
produciendo en el continente.

Mientras que por el este se enfrentaban los austrohúngaros con los serbios y los rusos con los
alemanes, por el oeste los ejércitos del Káiser se enfrentaban con los galos.

Tras la derrota de Napoleón III, se instauro, mediante el Tratado de Londres de 1839, la


neutralidad de Bélgica.
“El arbitrio consiste en la neutralización de una nación dada bajo la garantía de varias otras. De esta
suerte la nación neutralizada, puesta al amparo de la guerra, garantizadas la integridad de su territorio y
la inviolabilidad de su soberanía, puede dedicar todas sus energías a las artes de la paz y al bienestar de
sus hijos. La guerra pasa a su lado como un soplo de maldición que ni la toca, ni la puede tocar, según la
convención consagrada por los mismísimos beligerantes. Verdaderamente un estado de ideal…” 25

Sin embargo, la neutralidad de Bélgica es violada por Alemania, quien moviliza a un millón y
medio de hombres y ataca la ciudad de Lieja. Su principal objetivo es cruzar el rio Mosa, y
llegar cuanto antes a Francia para que las tropas alemanas, por fin, pudieran desfilar por los
Campos Elíseos.

Paris, la ciudad que se le resistía al Reise-Kaiser (el emperador viajero), llamado así por la
asiduidad de sus desplazamientos. El Káiser que disfrutaba de entradas pomposas haya a
donde iba, deseaba visitar la capital francesa. Paris, el centro de lo que era maravilloso, de
todo lo que no era Berlín, permanecía cerrada a él. Deseaba recibir el Grand Cordón de la
Legión de Honor, pero la invitación no llegaba26.

Mientras el ejercito alemán avanzaba por Bélgica y Luxemburgo, las tropas francesas se
posicionaban en las lindes de sus fronteras, desde el norte de Calais hasta las proximidades de
Suiza, a las orillas del Rin, el ejercito galo cabo trincheras con longitud de algo más de 700
kilómetros. Esas trincheras, que acabarían con la vida de más soldados que la propia guerra.
La humedad, las carencias higiénico-sanitarias, el hambre serian el óbito de las tropas.

El siguiente actor en entrar en este gran conflicto seria Reino Unido, que tras ver como
Alemania rompe la neutralidad belga y amenaza su espacio de protección entre el continente y
las islas decide movilizar toda su flota. La armada más importante del mundo entra en acción.

25
PÉREZ TRIANA, S.: La tragedia de Bélgica. Estudios de Derecho. Diciembre 1914, vol. 3, no 14, pp. 426-
431.
26
TUCHMAN, B.W.: Los cañones de agosto. Sholz, V (trad.), Barcelona, RBA, 2014, p. 35
11
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

Aunque como relata Churchill, nunca se tomo la decisión de enviar un ultimátum a Alemania
o de declararle la guerra ni enviar tropas a Francia. Estas decisiones nunca fueron tomadas en
ningún gabinete. Siempre se iban tomando a galope de los acontecimientos y al arbitrio del
primer ministro27. Sin embargo, seria este joven ministro del gabinete el encargado de
gestionar el despliegue militar británico contra un uno de los ejércitos más poderosos del
mundo en aquellos momentos.

La Gran Guerra también abrió un nuevo capitulo en el modo de lucha. Se abandonaron los
rudimentarios estilos de guerra y se opto por un enorme despliegue armamentístico, pero si
hay algo que caracteriza a la Gran Guerra es el uso de armas químicas, el uso de gas como
único medio para acabar con una guerra que ya se estaba alargando demasiado porque las
tropas de los ejércitos estaban confinadas en las trincheras.

Un hecho decisivo pondrá fin a la I Guerra Mundial, el 7 de mayo de 1915 un submarino


alemán hace naufragar al RMS Lusitania, con el buque se van mas de un millar de vidas, entre
ellas varias norteamericanas. Este hecho será la justificación perfecta para la intervención de
unos Estados Unidos que durante mucho tiempo habían sido reticentes en participar en la
misma.

Tan solo un año después del hundimiento del Lusitania, los americanos eran llamados a las
urnas. Se disputaban el despacho Oval el demócrata Woodrow Wilson, que en ese momento
ostentaba la presidencia, y el republicando Charles Evans Hughes. Wilson que baso su
campaña en no participar en el conflicto europeo, logro revalidar su mandato con una ajustada
mayoría.

Sin embargo, pese a los pertinentes esfuerzos del presidente Wilson en no participar en la
guerra, la realidad se le volvía en contra. Al desastre del Lusitania se le sumaba el intento de
Alemania de sumar a Méjico a la Triple Alianza, intento que resulto infructuoso. La sociedad
aclamaba una intervención.

Esta amenaza hizo efecto en Wilson, de tal manera que el 2 de abril de 1917 se dirigió al
Congreso afirmando que debían considerar las acciones alemanas como una declaración de
guerra contra el gobierno y el pueblo de Estados Unidos. Wilson sostuvo "No tenemos nada
en contra del pueblo alemán. Nuestros únicos sentimientos hacia ellos son de simpatía y
amistad, pero el mundo debe ser un lugar seguro para que exista la democracia".28

Con la intervención de Estados Unidos se rompe el equilibrio del mapa miliar derivado de la
guerra de trincheras y los aliados empiezan a llevar una ofensiva con el fin de derrotar a los
alemanes. La, ya famosa, ofensiva de los cien días que abarca desde la batalla de Amiens
hasta la del Canal de San Quintín pasando por la de Marne -la cual Tuchman califica como
una de las más decisivas de la historia- supondrá el final de una guerra que se había
prolongado durante cuatro años.
27
CHURCHILL, W. La crisis mundial 1911-1918: Su historia definitiva de la Primera Guerra Mundial. 2014.
Debolsillo, p. 8.
28
GREGORY. P.: ¿Qué empujó a Estados Unidos a abandonar su neutralidad y entrar en la Primera Guerra
Mundial hace 100 años? BBC. 2017.
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El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

2.C. Las humillaciones de Versalles.

Tras una Gran Guerra devastadora que no solo traería la destrucción de vidas sino también la
destrucción de cualquier movimiento secularizador europeo y sienta las bases para el auge de
los movimientos nacionalistas y populistas.

La paz de Versalles rompe con los principios diplomáticos europeos establecidos hasta el
momento. La idea de que los Tratados se deben configurar con la voluntad de dos partes y
debe prevalecer el principio de buena fe se quiebra en Versalles. Como se refirió,
posteriormente, la Corte Internacional de Justicia en el caso de la Plataforma continental del
Mar del Norte al afirmar que “las partes están obligadas a emprender negociaciones con miras
a llegar a acuerdos… tienen que comportarse de tal modo que las negociaciones sean
significativas, lo que no ocurrirá si una de ellas insiste en su propia posición sin considerar la
posibilidad de modificarla”29.

Sin embargo, el Tratado de Versalles no se consagraba como un verdadero tratado de paz


entre vencedores y vencidos, sino como una humillación e imposición de condiciones de los
ganadores a los perdedores. Alemania cargaba con las consecuencias de una terrible guerra de
la cual el no era responsable al cien por ciento.

En primer lugar, se producía la restitución de Alsacia y Lorena a Francia que no era solo una
restauración territorial sino también una deuda sentimental de los franceses; en el plano
militar, la reducción del ejercito alemán a 100.000 hombres, una limitación en el armamento,
en las flotas navales y aéreas. Por ultimo, en materia económica, Alemania tendría que
entregar, anualmente, siete millones de toneladas de carbón durante 10 años a Francia y una
sanción reparatoria a la Entente de 132 mil millones de marcos

Las excesivas sanciones hicieron alzar las voces de intelectuales como la del economista John
Maynard Keynes, quien había acudido a la conferencia de paz como representante de los
intereses británicos, que publicó en diciembre de 1919 “Las consecuencias económicas de la
paz”.

Keynes sostenía que las cuantías solicitadas por los aliados eras excesivas, que supondrían la
ruina de Alemania. Exponía que para lograr una verdadera paz en el continente europeo y
olvidarse de esta sangrienta guerra es necesario que la economía de los países se situé al alza.

Junto a la aplicación de los catorce puntos Wilson, el otro gran planteamiento era la creación
de una Sociedad de Naciones. Un planteamiento, que de por si no era malo, dotar a las
nacionalidades de capacidad de decidir libremente acerca de su propio futuro y, al mismo
tiempo, crear un organismo en el que pudieran integrarse a pie de igualdad todos los Estados
del mundo, y allí dirimir sus diferencias acudiendo a un procedimiento arbitral30.

29
CIJ, Recuil, 1969, p. 103.
30
SAN MIGUEL PÉREZ, E.: La Civilización de los Inconformistas. Madrid. Fundación Universitaria Española.
2005, p. 30.
13
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

La organización promovida por Woodrow Wilson obligaba a los Estados signatarios a no


abrir hostilidades entre sí, además contemplaba la creación de un Tribunal internacional que
examinaría las vulneraciones del Tratado y con la capacidad de imponer sanciones. Al mismo
tiempo, se creaba una Asamblea donde todos los Estados miembros estuvieran representados
y de un Consejo dotado de cinco miembros permanentes, Estados Unidos, Francia, Reino
Unido, Italia y Japón; y la creación de una Secretaría General31.

Empero, el proyecto del presidente Wilson de crear la antesala a las actuales Naciones Unidas
nacería herido de muerte cuando el Senado de los Estados Unidos no ratifica la propuesta
presidencial.

31
Ibídem, p. 32.
14
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

3. LOS NACIONALISMOS Y TOTALITARISMOS DEL PERÍODO DE


ENTREGUERRAS
3.A. El derrocamiento del Zar Nicolás II y la Revolución Rusa

Más de tres siglos habían transcurrido desde el ascenso de la dinastía Romanov al trono del
Imperio Ruso, desde el zar Miguel I hasta el actual Nicolás II. El Zarismo, los herederos del
Imperio Romano, la dinastía que parecía eterna en Rusia va entrando poco a poco en una
crisis cada vez más profunda según se van precipitando los acontecimientos durante el siglo
XX.

Como bien hemos dicho anteriormente, nada hacia presagiar que una nación europea fuera
derrotada en los campos de batalla. El continente europeo, el de las naciones avanzadas y el
señor del imperialismo. Sin embargo, el auge de un nuevo imperialismo en el continente
americano y asiático rompe un muro hasta el momento infranqueable.

Con la derrota de Rusia en 1905 en la guerra rusa-japonesa, el imperio zarista entra en una
profunda crisis económica, política y social que se vera agudizada con la participación de este
en la Gran Guerra.

Rusia, que ya de por si es una nación aletargada y retrasada en un gran abanico de aspectos,
en donde a la demora de la Revolución Industrial se suman sus inclemencias naturales de su
gélido clima estepario, obteniendo como resultado una economía basada en un sector primario
cuando en la mayoría de los países de Europa la industria ya se había ejido como punta de
lanza del PIB nacional.

A la pésima situación económica hay que sumarle la política, una monarquía absoluta en la
cual -según L. Trotski- se habían adoptado los parámetros de la autocracia bizantina que
domeñó a los boyardos feudales con ayuda de la nobleza y sometió a esta a su voluntad,
entregándole los campesinos como siervos para erigirse sobre estas bases en el absolutismo
imperial peterburgues32. Rusia se rige en los sesgos de las sociedades estamentales
características del Antiguo Régimen, en donde el Zar adquiere el pleno poder del imperio y
donde la amplia sombra de la nobleza y de la iglesia adquiere un lugar muy importante. El
sistema zarista se apoyaba en la iglesia de la mima manera que la iglesia se apoyaba en él: su
dependencia era mutua.33

Sin embargo, la importancia de la iglesia ortodoxa no podrá ser comparada, en ningún caso,
en un mismo plano de igualdad con la magnitud del catolicismo europeísta occidental que
representa el Papado romano, y es que, como indico el sumo pontífice León XIII en su obra
Immortale Dei, los principios y la civilización europea van en paralelo con la religión.

32
TROTSKI, L.: Historia de la Revolución Rusa. Nin, A. & Ayllón, E. (trad.). Madrid. Capitán Swing Libros,
2020, p. 25.
33
FIGES, O.: La revolución rusa (1891-1924). Vidal, C (trad). Barcelona. Edhasa, 2010, p. 164.
15
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

“Si la Europa cristiana domó las naciones bárbaras y las hizo pasar de la fiereza a la mansedumbre y de
la superstición a la verdad; si rechazó victoriosa las invasiones musulmanas; si ha conservado el cetro
de la civilización y se ha mantenido como maestra y guía del mundo en el descubrimiento y en la
enseñanza de todo cuanto podía redundar en pro de la cultura humana; si ha procurado a los pueblos el
bien de la verdadera libertad en sus más variadas formas; si con una sabia providencia ha creado tan
numerosas y heroicas instituciones para aliviar las desgracias de los hombres, no hay que dudarlo:
Europa tiene por todo ello una enorme deuda de gratitud con la religión, en la cual encontró siempre una
inspiradora de sus grandes empresas y una eficaz auxiliadora en sus realizaciones” 34.

A lo largo de la historia se ha demostrado que en toda crisis surgen voces reveladoras de


respuesta social y que, en muchos casos, no solo indican la fatiga de la propia sociedad sino
también del propio sistema político. Esos movimientos de respuesta social surgieron en la
Rusia de 1917 con voces internas y también a través de voces desde el exilio como la de
Trotski o la de Lenin, los lideres del partido socialista, este ultimo de corte mucho más radical
y que optaba por posiciones revolucionarias.

Petrogrado -hoy San Petersburgo-, la capital del imperio, que al igual que Paris con el Sena y
Londres con el Támesis, encuentra su división natural en el Nevá, una frontera geográfica que
divide dos mundos sociales, por un lado, el del Palacio de Invierno, el de la opulencia de los
Romanov; y por el otro el de los que perecen en las calles por el frio y la hambruna.

En febrero de 1917, esta situación insostenible para el pueblo ruso tendrá su final a través de
una serie de revueltas que traerán consigo la abdicación del Zar Nicolás II y la formación de
un gobierno provisional.

La revolución de febrero de 1917 tuvo lugar sin que los lideres de los partidos
correligionarios a la insurrección estuvieran presentes para dirigirla. Tras finalizar la
revolución se formo un gobierno provisional constituido por los soviets y los liberales del
Comité Provisional del parlamento35. Sus miembros se encuentran en una dicotomía, los
miembros del soviet, del partido socialista, que optan por un cambio radical del sistema
alejándose del sistema capitalista; y por otro los integrantes del partido demócrata defensores
de un sistema basado economía liberal de mercado.

El Gobierno estará presidido por el liberal Gueorgui Yevguénievich Lvov, sin embargo,
encontrara su principal gurú ideológico en el socialista Aleksándr Kérenski quien toma
rápidamente una serie de medidas para ampliar las libertades y derechos no solo de los
ciudadanos, sino también de aquellos militares que se encuentran en el frente batallando por
una guerra que muchos consideran, cada vez, más absurda.

Con la instauración del gobierno provisional también regresan los exiliados, entre ellos Lenin
quien siempre ha sido contrario a la participación de Rusia en la I Guerra Mundial. El 3 de
abril, en la estación de Helsinki, Lenin dijo “El pueblo necesita paz, el pueblo necesita pan, el
pueblo necesita tierra. Y le dan guerra, hambre en vez de pan, y dejan la tierra a los
34
LEON XIII.: Immortale Dei sobre la constitución cristiana del Estado. Roma. Libreria Editrice Vaticana,
1885.
35
FONTANA, J.: La Revolución rusa y nosotros. Nuestra Historia: revista de historia de la FIM, 2016. no. 2, pp.
155-163.
16
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

terratenientes. Debemos luchas por la revolución social, luchas hasta el fin, hasta la victoria
completa del proletariado”. Concluyo afirmando “Esta guerra entre piratas imperialistas es el
comienzo de una guerra civil en toda Europa. Uno de estos días la totalidad del capitalismo
europeo se derrumbará”36

Lenin promulgaba un discurso que rompía con todos los parámetros sobre los que se construía
el humanismo europeo: el liberalismo y la instauración de una economía de mercado. Unos
principios que tradicionalmente son fundamentales y propician la existencia de un sistema
democrático.

El desarrollo de los valores democráticos y de la cultura democratita ha estado estrechamente


asociada a lo que en términos generales podemos calificar como una economía de mercado.
La economía de mercado es altamente favorable para las instituciones democráticas en donde
las empresas estén en manos privadas y no del Estado, esto es, en una economía capitalista
más que en una socialista o estatista 37. El Estado esta para paliar aquellas desigualdades que
pueda surgir del funcionamiento del sistema capitalista y así intentar procurar una igualdad de
oportunidades a los ciudadanos.

Mientras el joven gobierno, formado por liberales y socialistas, sigue una política que para el
pueblo es tomada como algo retardada pese a las grandes reformas efectuadas, sobre todo, en
el campo de las libertades civiles; el discurso de Lenin tiene como consecuencia que aquel
pequeño grupo de anarquistas bolcheviques vaya adquiriendo cada día un papel mas
importante.

La contraposición al gobierno provisional, liderado ahora por Kérenski, la tenemos


personalizada en el general Kornilov quien -en palabras del ahora presidente- “tiene con él a
la derecha, a los militares y a los aliados” 38. Este mismo general sería quien en verano de 1917
protagonizaría un golpe de Estado en contra del gobierno provisional. El golpe resulto
infructuoso.

La suma de los acontecimientos que se iban sucediendo en Petrogrado, suponía la resta en los
días de existencia del gobierno provisional. Los rusos encontraban en los mítines de Lenin
palabras de consuelo y esperanza a una Rusia hundida en la pobreza y la hambruna de una
guerra mundial y mas de seis meses de revolución. Se habían abierto, en el viejo continente,
las puertas de una dialéctica política en donde reinaría la demagogia, el populismo y la
búsqueda de un enemigo exterior para evitar los problemas internos.

La revolución iniciada en febrero, contada como un venero de unidad y de esperanza,


concluiría por convertirse en un mero recurso retorico de futuro. 39 En una ágil maniobra
militar, Trotski moviliza a todos los bolcheviques para que de forma pacifica tomen los

36
Ibídem, p. 157.
37
DAHL R.A.: La democracia. Vallespín, F (trad). Barcelona. Ariel, 2015, p. 182.
38
FERRO, M., KERENSKI, A., & VÁZQUEZ BARRON, A.: Entrevista de Marc Ferró a Alexander Kerenski.
Istor: revista de historia internacional, no. 17, 2004, pp. 139-141.
39
SAN MIGUEL PEREZ, E.: La Civilización de los Inconformistas. Madrid. Fundación Universitaria Española,
2005, p. 47.
17
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

puntos estratégicos de la ciudad y se lleve a cabo del derrocamiento del ya agotado gobierno
provisional. El exiliado Lenin sustituiría a Kérenski al mando de Rusia para poner en marcha
la creación de la URSS.

3.B. El fascismo italiano

Mientras que en la Europa oriental se sentaban las bases para el establecimiento de una
dictadura de corte comunista, por el Mediterráneo se planteaba una alternativa que tenia como
uno de sus principales objetivos la lucha contra el comunismo.

A pesar de que la situación de Italia no era la idílica, no era en ningún caso comparable con la
situación de hambruna que atravesaba Rusia. Había surgido una clase llegada de la economía
industrial, especialmente en el norte de Italia, en el antiguo Milanesado español, mientras que
el sur, de nuevo, se quedaba algo más postrero viviendo de una economía primaria.

Los Saboya seguían reinando Italia, Albania y las exiguas colonias africanas. Mantenía el
trono el que iba ser el penúltimo rey de la dinastía, Víctor Manuel III, a él se le unía el
inmenso poder que ejerce el papado en un país mayoritariamente católico y una pequeña elite
política. El Reino de Italia se dirigía con mano izquierda pese a los múltiples hechos que se
iban sucediendo.

Italia, que tras abandonar la Triple Alianza se adhirió a la Triple Entente todo ello con el
objetivo de evitar el aislamiento durante un conflicto que había desbordado todas las fronteras
nacionales y europeas.

En 1915, Italia entrará en la I Guerra Mundial, pero aun estando en el bando de los
vencedores, esta victoria no le saldrá tan beneficiosa como a Estados Unidos, Reino Unido o
Francia.

Estaba claro que el paso de los siglos había hecho perder a Italia su posición hegemónica en el
mundo, pues poco quedaba ya del orden románico establecido por Julio Cesar en el actual
reinado de Víctor Manuel III, y ese, precisamente, era uno de los objetivos del joven Benito
Mussolini, que su nación recuperara la grandeza del dominio romano.

Benito Mussolini proveniente de un hogar humilde y con unos orígenes ideológicos marcados
por el socialismo marxista, pero que en palabras de Angelica Balabanoff, joven marxista
ucraniana con quien Mussolini compartió momentos durante su estancia en la universidad
suiza de Lausana, relata que éste era muy indisciplinado intelectualmente y que su
radicalismo y anticlericalismo se debía mas al ambiente en el que había crecido que a una
convicción propia.40

Pese a la critica de Balabanoff de carecer de un ideal propio, desde muy joven a participado
en la redacción de artículos de opinión en distintos medios de prensa como es el caso del
diario socialista Avanti o en el Avvenire del Lavoratore.

40
LOZANO, A.: Mussolini y el fascismo italiano. Madrid. Marcial Pons Historia, 2012, p. 74.
18
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

El ágil y continuo uso de la pluma de Mussolini que desde joven había encandilado a los
medios, vera su máxima expresión cuando éste funde su propio diario: Il Popolo d´Italia. La
incesante participación en la prensa le hizo ganar seguidores, y es que pese a sus repetidos
arrestos por una cuestión o por otra, Mussolini era un hombre relativamente culto, poliglota
que, tras su exilio suizo, se expresaba perfectamente en francés y alemán 41. Se diplomó en
Ciencias Sociales por la Universidad de Lausana y estudió lengua francesa en la Universidad
de Bolonia.

Mussolini, que en un principio no era partidario de la intervención de Italia en la Gran Guerra,


torno su postura a favor de esta a través de un articulo en el diario Avanti bajo el titulo “De la
neutralidad absoluta a la neutralidad activa y operativa”. En el articulo entiende la guerra
como una lucha de clases42.
“…los revolucionarios que conciben la historia como creación de su propio espíritu, hecha por una serie
ininterrumpida de tirones actuados sobre las demás fuerzas activas y pasivas de la sociedad… no deben
contentarse con la fórmula provisional de "neutralidad absoluta", sino que deben transformarla en una
"neutralidad activa y operante". Lo cual significa volver a dar a la vida de la nación su genuino y
estricto carácter de lucha de clases, en cuanto la clase trabajadora, obligando a la clase detentadora del
poder a asumir sus responsabilidades, obligándola a llevar al absoluto las premisas de las que obtiene su
razón de existencia, a sufrir el examen de la preparación con la cual ha intentado llegar a la meta que
declaraba suya, la obliga a reconocer que ha fracasado completamente en cuanto a sus fines, porque ha
metido a la nación, de la cual se proclamaba representante única, en un callejón sin salida del cual no
podrá salir sino abandonando a su propio destino todas esas instituciones…”43.

El futuro Duce será uno de los múltiples hombres que se incorporará a las filas de las tropas
italianas para combatir en la I Guerra Mundial, de hecho, será la misma el caldo de cultivo
para su movimiento.

Tras el final de la guerra, Italia se encuentra en una situación de caos. A las revueltas
promovidas por socialistas y comunistas se le suma la decepción por las escasas recompensas
obtenidas en el Tratado de Versalles. El objetivo de Mussolini es presentarse como el padre
de la nación, el unificador, igual que lo fue Garibaldi en el siglo XIX.

A través de la creación de un grupo violento denominado Fasci italiani di combattimiento,


formado en gran parte por veteranos de la Gran Guerra, el Duce pretende recuperar el orden
de Italia, el orden representativo del Imperio Romano.

En octubre de 1922 ordena a todos sus seguidores, los ya apodados camisas negras, que
marchen sobre Roma. Ese mismo mes, el rey Víctor Manuel III encarga al Duce la formación
de un gobierno. Italia encara su propia época totalitaria.

41
SAN MIGUEL PÉREZ, E.: La Civilización de los Inconformistas. Madrid. Fundación Universitaria Española.
2005, p. 49.
42
BOSWORTH, R.J.B.: Mussolini. Bloomsbury Academy. Nueva York. 2010, p. 88.
43
MUSSOLINI, B.: De la neutralidad absoluta a la neutralidad activa y operativa. Milán. Avanti, 1914.
19
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

El anticlericalismo de Mussolini le había llevado a polemizar con Alcide de Gásperi 44, De


Gasperi, un democratacristiano, padre de las futuras Comunidades Europeas, que con su
pensamiento y enfrentamiento dialectico y escrito con Mussolini empieza a perfilar bajo que
premisas deberán regirse las futuras Comunidades Europeas, en donde no será posible la
existencia de regímenes totalitarios y a las vulneraciones de libertades y derechos

De Gásperi, fundador del Partido Popular italiano, que seria encarcelado por el régimen de
Mussolini y cuyo partido seria ilegalizado. Con ayudada del Vaticano seria puesto en libertad
meses más tarde, lugar donde obtendría asilo diplomático. Alcide De Gásperi, que mantenía
una estrecha relación con Robert Schuman, también de corte democristiano, trabajarían de
forma muy cercana para sacar adelante tanto los proyectos de la CECA como el de las futuras
Comunidades Europeas.

La contribución de De Gásperi fue y sigue siendo reconocida como la de un verdadero


valedor del actual proyecto europeo. A la muerte de De Gásperi, el que fuera pontífice de
Milán, Ildefonso Shuster, manifestó que “desaparece de la tierra un cristiano humilde y leal
que dio a su fe testimonio entero en su vida privada y pública”45.

En oposición a los ideales de De Gásperi, pero con el mismo espíritu europeísta encontramos
a Altiero Spinelli, comunista, su militancia en el Partido Comunista le costo diez años de
prisión durante la dictadura fascista.

Spinelli preso en la cárcel de Ventotene, redacta el llamado Manifiesto de Ventotene en donde


propone la creación de una Europa federal, un proyecto de integración política que en
cualquier caso tendrá carácter supranacional. Se trata de un texto que incluye la llamada
clausula democrática y la creación de un veto de entrada a todas aquellas naciones que no
acrediten un sistema democrático y de respeto a los derechos y libertades de los ciudadanos.

Mussolini se convertirá, también, en un mentor del futuro Führer alemán, ese mismo que
tiempo después se le volverá en contra de Italia. El joven cabo alemán que desde los inicios
quedo cautivado por la firmeza del discurso del Duce, el cual le sirvió como inspiración para
su propio movimiento.

La alineación militar del eje italo-aleman se llevo en un principio con una gran coordinación,
no por las potencias armamentísticas de ambas naciones, ya que el italiano tenia un
equipamiento en muchos aspectos muy rudimentario, sino por el respeto que tenia el Führer al
Duce.

Poco a poco, esa superioridad militar también se traslada al plano político e ideológico. El
racismo e identitarismo alemán obliga a Mussolini a reafirmarse como líder radicalizándose y
llevando a cabo una política fascista más agresiva como es el caso de la persecución a los
judíos, que en muchos casos eran simpatizantes del propio movimiento fascista.

44
DE VEGA GARCÍA, P.: Mussolini. Una biografía del fascismo. Madrid. Biblioteca Omegalfa, 2020, pp. 17-
18.
45
SAIZ J.M.: La visión cristiana de los padres de Europa. UNISCI Discussion Papers no.14, Mayo 2017, pp.
115-129.
20
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

La coordinación militar entre Italia y Alemania se quebrará con la invasión de este ultimo a
Polonia. Se había iniciado la II Guerra Mundial. A la situación de un debilitado ejercito, se le
suma las aclamaciones populares: se inician manifestaciones y se oyen gritos contra
Alemania. Mussolini se da cuenta que permanecer neutral es lo más razonable. A ello lo
invitan, además, figuras como el Papa, Roosevelt, Churchill o Daladier46.

Empero, la neutralidad supone una incoherencia absoluta con el discurso promulgado por
Mussolini y una humillación ante Hitler, por ello el Duce lanza una serie de ataques en África,
Grecia y Francia. Junto a la derrota de las tropas italianas también cae el propio Mussolini.

3.C. El Nacismo.

Cuando los aliados sometieron a los alemanes en aquel armisticio en noviembre de 1918,
estos nunca imaginaron que aquel famoso vagón de tren del bosque de Compiègne se les
volvería en contra pocos años más tarde, hasta el punto de que seria esa misma estancia la que
acogería la capitulación de Francia ante Alemania.

Que la firma del Tratado de Paz de Versalles fue un prologo de la II Guerra Mundial se ha ido
evidenciando poco a poco tras el paso del tiempo. Como hemos puesto de relevancia,
anteriormente, el mismo no se consagra como un verdadero programa estabilizador de la paz
europea y, tampoco, propicia el bienestar de los pueblos de Europa.

El Tratado de Versalles se basa en la humillación de vencedores a vencidos. Es la antítesis de


lo que es el proyecto de integración europea y de la propia Unión, que tienen como objetivos
garantizar la paz y el bienestar de los pueblos, y como una de sus máximas de actuación el
principio político de solidaridad entre los Estados miembros.

Tras la Paz de Versalles la cuestión no es si los Estados vencedores llegarían a recuperarse,


sino de que manera se recuperarían y por que modelos políticos optarían, pues el tratado no
incluye ninguna disposición para lograr la rehabilitación política y económica de Europa;
nada para colocar a los Imperios centrales, derrotados, entre buenos vecinos; nada para dar
estabilidad a los nuevos Estados de Europa; nada para levantar a Rusia, ni promueve en forma
alguna la solidaridad económica estrecha entre los mismos aliados. En París no se logró
ningún arreglo para restaurar la desorganizada Hacienda de Francia e Italia, ni para concordar
los sistemas del Viejo y el Nuevo Mundo 47. La obra de Keynes anunciaba ya la antesala a una
inminente conflagración entre las naciones europeas.

Tras el final de la guerra, milagrosamente la Republica de Weimar se mantuvo hasta 15 años


y, todo ello, a pesar de estar en manos de sus propios enemigos. La Republica de Weimar no
fue mas que un periodo de supervivencia entre una guerra y otra o el sin destino de un país
que hasta hace poco había sido grande. En apenas 15 años se sucedieron 14 cancilleres.

46
DE VEGA GARCÍA, P.: Mussolini. Una biografía del fascismo. Madrid. Biblioteca Omegalfa. 2020, p. 53.
47
KEYNES, J.M; Las consecuencias económicas de la paz. Calpe, 1920, p. 81.
21
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

Alemania no fue inmune a los movimientos de respuesta social que por una causa o por otra
se desarrollaban en Europa tras la Gran Guerra y que evidenciaban el clima de hartazgo de
una población sometida a la pena de la muerte y de la pobreza.

La imposición de las abusivas clausulas de Versalles hicieron soplar por tierras germanas los
aires de corrientes totalitarias y que, en este caso, encarnaría un joven veterano de la Gran
Guerra, Adolf Hitler. Hitler, seria encarcelado pocos años más tarde del final de la I Guerra
Mundial por el golpe de Estado contra la Republica de Weimar en la prisión de Landsberg.
Durante su internamiento plasmaría en su obra “Mein Kampf” su pensamiento y las futuras
líneas maestras del proyecto que más tarde emprendería.

En contraposición a la figura de Hitler aparece la de Walter Rathenau, de origen acomodado,


su familia era propietaria de la gran empresa eléctrica AEG. Sacrificando su vida por
Alemania y Europa, Rathenau ocupó la cartera de reconstrucción y más tarde la de Asuntos
Exteriores.

En la figura de Rathenau, encontramos el mismo pensamiento unificador, influyen y


europeísta que más tarde lograríamos ver en Stresemann.
“Los discursos eran sobrios y fantásticos a la vez, desilusionantes y agitadores a la vez, escépticos y
creyentes. Expresaban la mayor audacia con la voz más titubeante y queda.

Sin lugar a duda, él pertenece al grupo de las cinco o seis personalidades de este siglo. Fue un
revolucionario aristocrático, un gestor idealista, como judío un patriota alemán, como patriota alemán
un hombre de mundo liberal y como hombre de mundo liberal a su vez un estricto servidor de la ley (es
decir, en el único sentido estricto: un judío).”48

Sin embargo, con el asesinato anticipado de Rathenau se frustro cualquier intento de


conciliación e integración europea conseguido hasta el momento. Rathenau, al igual que
Hitler fueron dos presencias que lograron estimular al máximo la imaginación de la masa
alemana: uno gracias a su increíble cultura y otro gracias a su increíble maldad 49.
“La muerte de Rathenau representa para Europa la perdida de una de las personalidades mas
significativas de la política de conciliación y de reconstrucción europea.

Por un lado, estableció relaciones estrechas con Rusia y, por otro, trataba de dar a Francia la impresión
de que Alemania se hallaba dispuesta a liquidar el pasado y pagar sus deudas dentro de la capacidad que
se le permitiera desarrollar.”50

El Führer, al igual que su homologo italiano, era un ideólogo, un genio político que como en
el libro de Georg Lukacs acabo dando un asalto a la razón. Hitler, a las dos cualidades
anteriores, añadía la de ser un perspicaz comunicador, algo esencial para alguien que basa su
ideología en una cultura darwinista de la superioridad de la raza aria alemana sobre cualquier
otro tipo de hombre; además, recurre a la clásica estrategia política de la búsqueda de un
enemigo exterior, en este caso negros, gitanos y, especialmente, judíos.
48
HAFFNER, S.: Historias de un alemán. Memorias 1914-1933. Santana, B (trad). Barcelona. Planeta, 2021, p.
54.
49
Ibídem, p. 55.
50
La significación de Rathenau. Madrid. Diario Independiente El Sol, 1922.
22
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

Para Hitler solo existe una raza aria alemana superior al resto de hombres, una que debe
perdurar sobre el resto, aquella que ha logrado situar a Alemania en el mapa.
Sería inútil intentar discutir la cuestión de qué raza o razas fueron los abanderados originales de la
cultura humana y fueron los verdaderos fundadores de todo lo que entendemos por palabra humanidad.
Es mucho más sencillo abordar esta cuestión en la medida en que se relaciona con el tiempo presente.
Aquí la respuesta es simple y clara. Cada manifestación de la cultura humana, cada producto del arte, la
ciencia y habilidad técnica, que vemos hoy ante nuestros ojos, es casi exclusivamente el producto del
poder creativo ario. Este mismo hecho justifica plenamente la conclusión de que fue el ario solo quien
fundó un tipo superior de humanidad; por tanto, representa el arquetipo de lo que entendemos por el
término: HOMBRE51.

La política desarrollada por Hitler no solo consiste en la idea de la supremacía de la raza aria,
sino también en la instauración de una única ideología. Pese a la llegada democrática del
Führer al poder, esté desarrollará una serie de movimientos dirigidos a la eliminación de sus
opositores y a la abolición de los partidos políticos, la mayor expresión la encontraremos en la
llamada noche de los cuchillos largos.

Bajo la oscura sombra de un régimen totalitario se pretendía construir el nuevo imperio


alemán, el llamado tercer Reich, esta política expansionista se justificaba en el mal llamado
Lebensraum -espacio vital alemán- que ya había comenzado antes de la I Guerra Mundial y
que se vera agudizada desde el ascenso de Hitler como nuevo canciller.

El Lebensraum es para Alemania lo que es para América el control de sus fronteras: la base
del poder global52. Además, esta política encarna una dicotomía, por un lado, la territorial: la
adquisición de países como Austria en donde la dinastía de Habsburgo había desaparecido
facilita mucho la consecución de los objetivos; por otro lado, la cultural, que supone la
destrucción de unos ideales de civilización y el inicio de un período de persecución racial 53.

Para Hitler existe una conspiración judeo-comunista que pretende acabar con los intereses de
Alemania, todas las penurias por las que atraviesa el país son culpa de los judíos. Para los
judíos, la religión es tan solo un medio para llegar a un fin aclamó el que fuera el Führer
“Todo hombre va detrás de un objetivo mayor, sea la religión, el socialismo, la democracia.
Para los judíos éstos son sólo un medio para un fin, la manera de satisfacer su deseo por el oro
y la dominación”.54

Ese oro seria el mismo que pocos años después atravesaría el Pirineo oscense, a través de la
que fuera la Estación Internacional de Canfranc, que se convertiría en la moneda de cambio
para la relación comercial hispano-germana surtida de la no beligerancia de España en la II
Guerra Mundial.

Un conflicto que se planteaba para el tercer Reich como la salvación de Europa o eso
pretendía el máximo artífice de su maquinaria propagandística, Josef Goebbels, quien, bajo la
51
HITLER, A.: Mein Kampf. Murphy, J (trad). Sidney. Project Gutenberg of Australia, 2002, p. 289.
52
BARANOWSKI, S.: Nazi Empire. Nueva York. Cambridge University Press, 2011, p. 142.
53
Ibídem, p. 142.
54
PERASSO, V.: La carta de Hitler que cambió la historia. Los Ángeles. BBC, 2011.
23
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

afirmación “El sentido de esta guerra es Europa” pretendía su justificación 55. El proyecto nazi
pone un especial énfasis en su definición como un proyecto de todos los pueblos de Europa y
no solo de Alemania.

Goebbels no habla de una salvación de Europa como una unión de esta, tampoco hace suya la
idea de pensadores predecesores como Víctor Hugo, sobre la necesidad de aglutinar a todos
las naciones e impulsar un Estados Unidos de Europa.

El proyecto de integración europea no se presenta como un despliegue de todo el poder del


Estado, como fue el caso de los nazis; sino que pretende con sus medios el despliegue de una
sociedad que durante siglos a compartido un mismo ideal de civilización.

La evolución del conflicto y las grandes calamidades cometidas por los nazis hacen surgir un
momento en la sombra de oposición al régimen de Hitler y que su papel será esencial para la
derrota definitiva del totalitarismo europeo: La Resistencia.

La Resistencia combate en dos campos, por un lado, el militar, las acciones de hombres y
mujeres que posibilitaron la liberación de Europa; por el otro lado, el ideológico y quizás el
menos puesto en relieve por la diversa filmografía, pero de carácter esencial.

Al mismo tiempo que se desarrolla la guerra, en Alemania nacen espacios de resistencia como
el circulo de Kreisa, en donde, James von Moltke, convencido protestante, había reunido
conscientemente a católicos y protestantes para planificar el futuro de Alemania después del
desastre del nacionalsocialismo y de la Segunda Guerra Mundial56.

También de inspiración europeísta, destaca la Rosa Blanca integrada por un profesor -Kurt
Huber- y un grupo de estudiantes de la Universidad de Múnich como son los hermanos
Scholl.

El ideario de la Rosa Blanca era una síntesis de la tradición romántica-liberal alemana y del
pensamiento humanista de las iglesias cristianas alemanas. Los integrantes de la Rosa Blanca,
algunos de los cuales están combatiendo en el frente ruso u oriental, observan ya a finales de
1942 que Alemania va a ser derrotada. Por lo tanto, hay que pensar en su futuro sin el
nazismo, un futuro que pasa por su pertenencia a una Europa unificada en donde se hayan
recuperado los valores humanistas de la cultura europea, es decir, todo cuanto el nazismo a de
ser perseguido hasta el aniquilamiento. En marzo de 1943, mientras repartían los panfletos, la
Gestapo detiene a tres miembros de la organización entre los que se encontraban los hermanos
Scholl57.

55
SAN MIGUEL PÉREZ, E.: La Civilización de los Inconformistas. Madrid. Fundación Universitaria Española.
2005, p.147.
56
MARTÍN, M.: El ecumenismo de los mártires. Revista latinoamericana de teología. 2010. vol. 27, no. 81, pp.
329-341.
57
AXELSSON, G.: Munich students hanged by Nazis. The New York Times. 1943.
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El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

4. LOS MOVIMEINTOS EUROPEOS DE ENTREGUERRAS.

4.A. Paneuropa.

En agosto de 1849 el escritor francés, Víctor Hugo, fue el encargado de abrir el congreso de
paz que se celebró en París.
“Un día vendrá en el que las armas se os caigan de los brazos, a vosotros también. Un día vendrá en el
que la guerra parecerá también absurda y será también imposible entre París y Londres, entre San
Petersburgo y Berlín, entre Viena y Turín, como es imposible y parece absurda hoy entre Ruan y
Amiens, entre Boston y Filadelfia. Un día vendrá en el que vosotras, Francia, Rusia, Italia, Inglaterra,
Alemania, todas vosotras, naciones del continente, sin perder vuestras cualidades distintivas y vuestra
gloria individual, os fundiréis estrechamente en una unidad superior y constituiréis la fraternidad
europea, exactamente como Normandía, Bretaña, Borgoña, Lorena, Alsacia, todas nuestras provincias,
se funden en Francia. Un día vendrá en el que no habrá más campos de batalla que los mercados que se
abran al comercio y los espíritus que se abran a las ideas…”

Víctor Hugo fue uno de esos múltiples autores adelantados, de inspiración liberal, y que supo
plasmar la idea de que solo la unión de todas las naciones europeas pondría fin a las guerras
que durante siglos se habían sucedido en el viejo continente.

Las palabras de Víctor Hugo, de espíritu federalista, propugnan la creación de unos Estados
Unidos de Europa, regidos por un Senado, que será elegido por sufragio universal y cuya sede
estará en París. Estos ideales son, en síntesis, los que componen el basamento de las futuras
Comunidades Europeas: la creación de una organización internacional democrática, cuyo
principal objetivo sera el mantenimiento de la paz entre las naciones del continente, la
instauración de un libre mercado que tendrá carácter supranacional y la garantía de
cumplimiento de una serie de derechos y libertades para los ciudadanos europeos.

Si con la Gran Guerra parecía haber muerto el espíritu europeísta que encarnaba figuras como
Víctor Hugo, poco tiempo después, los impulsos de integración europea vinieron de la mano
de personajes como Stefan Zweig que pone de manifiesto como la calidad de vida había
disminuido tras el conflicto.
“Cierto que, como ciudadanos, gozamos de más libertad que la generación actual, que está
obligada a prestar el servicio militar, el servicio social y, en algunos países, a profesar ideologías
de masas, una generación que, en resumidas cuentas, ha sido entregada a la arbitrariedad de una
estúpida política mundial. Podíamos dedicarnos sin trabas a nuestro arte predilecto, seguir nuestras
inclinaciones intelectuales, moldear nuestra vida privada de un modo más individual y personal.
Podíamos vivir más a lo cosmopolita, el mundo entero se abría ante nosotros. Podíamos viajar sin
pasaporte ni permiso adonde nos diera la gana, nadie nos examinaba por razón de ideología, raza,

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El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

origen o religión. Teníamos en verdad, y no lo niego en absoluto, inmensamente más libertad


individual y no sólo la amábamos, sino que también la utilizábamos…”58

Zweig pone con cierta clarividencia que la libertad de movimiento entre las naciones europeas
no es un hecho que haya surgido como consecuencia de la creación de una organización
internacional, sino que ya existía, es la restricción de movimiento una consecuencia de la
guerra. Del mismo modo, señala que a pesar de que la guerra ya ha acabado, sigue existiendo
un clima de tensión entre los países e incluso entre las personas.

Tras el fracaso de los catorce puntos Wilson y de la Sociedad de Naciones, el pensamiento


político europeísta vuelve a intentar procurar nuevas soluciones para un continente asolado
por las guerras.

En este caso, la iniciativa pasa por un joven aristócrata austriaco, Richard N. Coudenhove-
Kalergi, quien en 1923 publica un ensayo titulado Paneuropa. Por primera vez, se expone, de
manera clara, que la pésima situación por la que atraviesa Europa es culpa de los propios
europeos y del sistema político. Coudenhove-Kalergi hace un llamamiento a una nueva
generación de jóvenes a levantar una “nueva Europa” destrozada por la anarquía y la guerra.
“La causa de la decadencia de Europa es política, no biológica. Europa muere no de vieja, sino porque
sus habitantes se matan y se destruyen unos a otros con todos los medios de la técnica moderna.

La guerra mundial ha transformado el mapa político, pero no su sistema político. En Europa sigue
reinando la anarquía internacional, la opresión de los débiles por los fuertes, un latente estado de fuerza,
la desmembración económica, la intriga política. La política europea de hoy se parece más a la política
del ayer que a la del mañana…

Esa mirada eterna hacia el ayer es la causa principal del movimiento reaccionario y de la división de
Europa. Es a la juventud europea a quien corresponde modificar este estado de cosas. La juventud
Europa esta llamada a levantar una nueva Europa sobre las ruinas de la antigua: a sustituir la Europa
anárquica por una Europa organizada…”59

Además, Paneuropa pone en cuestión la propia hegemonía de un continente que desde el


Imperio Romano ha regido el mundo. La división social y el caos económico provocado por
la guerra; la Revolución Rusa que ha hecho desaparecer el vinculo del que fuera el Imperio
Ruso como nación europea y ha creado un Estado de carácter euroasiático; o el auge de Japón
y su victoria en la guerra rusa-japonesa. Todo esto -señala el autor- son síntomas del fin de
una Europa hegemónica, una Europa que sino da pasos efectivos hacia la unidad está
condenada, en el mejor de los supuestos, a la insignificancia y, en el peor, a su reparto entre
sus poderosos vecinos.
“Europa podría aún, uniéndose a tiempo, participar, como quinto factor con igualdad de derechos,
el reparto del mundo. Pero si continúa dividida, su influencia política irá descendiendo
necesariamente, hasta que un día, después de perder sus colonias, caiga, victima de la invasión
rusa, en bancarrota y se vea sumida en la miseria y endeudada.”60

58
ZWEIG, S.: El mundo de ayer. Memorias de un europeo. Fontcuberta, J (trad.). Barcelona. Acantilado, 1968, p.
44.
59
COUDENHOVE-KALERGI, R.N. Paneuropa. De la Fuente, F (trad). Madrid. Encuentro, 2010, pp. 10-11.
60
Ibídem, p. 28.
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El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

Unos pasos que deben ir encaminados por dar una batalla cultural e ideológica, por trasladar
la doctrina Monroe a Europa: “Europa para los europeos”.

Para facilitar este proyecto de unidad, Coudenhove-Kalergi propone, en primer lugar, la


suscripción de un Tratado “vinculante de arbitraje y de garantía entre los estados
democráticos de la Europa continental”, es decir, la renuncia al uso de la fuerza y el
sometimiento de todos los litigios políticos, institucionales, económicos a una instancia
arbitral. Igualmente propone la creación de un sistema bicameral formado por “una cámara de
los pueblos que constaría de trescientos diputados, uno por cada millón de habitantes y una
cámara de Estados que tendría veintiséis representantes, un representante por cada uno de los
veintiséis gobiernos europeos”61. La obra de Coudenhove-Kalergi plantea la creación de un
sistema donde las ideas de los ciudadanos europeos puedan ser libremente debatidas y en
donde no habrá lugar para los “nacionalistas chauvinistas” y los “comunistas”.

El ensayo Paneuropa origina un gran impacto en el pensamiento europeo, el movimiento


paneuropeo que funda Coudenhove-Kalergi se instala en Viena y tendrá como seguidores a
grandes mandatarios e intelectuales, tanto de todo el panorama europeo como también del
español.

Así, intelectuales de la talla de Ortega y Gasset suscriben las ideas plasmadas en Paneuropa y
urgen a la creación de un Estado supranacional. Para Ortega y Gasset no existen diferencias
entre las naciones europeas, solo existe una única civilización: la europea cristiana.
“Ha sido el realismo histórico el que me ha enseñado a ver que la unidad de Europa como sociedad no
es un «ideal», sino un hecho y de muy vieja cotidianidad. Ahora bien: una vez que se ha visto esto, la
probabilidad de un Estado general europeo se impone necesariamente…

La unidad de Europa no es una fantasía, sino que es la realidad misma, y la fantasía es precisamente lo
otro, la creencia de que Francia, Alemania, Italia o España son realidades sustantivas e
independientes.”62

En similares términos se manifestaba Salvador de Madariaga que, tras el fracaso de la


Sociedad de Naciones, la cual definía como “la manifestación, en el terreno de las
instituciones, de un proceso histórico que hace que la humanidad tienda y evolucione hacia
una unidad consciente y organizada”; se esmera en buscar esa misma solución de ámbito
universal para trasladarla al europeo.

Al igual que Coudenhove-Kalergi, Madariaga cree en la necesidad de un sistema de Tratados


de arbitraje como primer paso para un futuro Tribunal Internacional que juzgara todos los
conflictos mundiales63.

61
Ibídem, p.174.
62
ORTEGA Y GASSET, J.: La rebelión de las masas. Madrid. Orbis, 1983, pp. 6-7.
63
MATEO VIÑES, J.: Europa en el pensamiento político de Salvador de Madariaga. Madrid. Comisión
Española de Historia de las Relaciones Internacionales, 2002, pp. 51-58.
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El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

Durante los años siguientes a la su fundación, el movimiento Paneuropeo había desarrollado


una muy continuada y razonada actividad, superando algunas inclinaciones un tanto
visionarias de sus comienzos64.

A las filas del movimiento se incorpora el socialista español Fernando de los Ríos a quien, en
marzo de 1943, se le encarga la elaboración de una Constitución para la creación de unos
Estados Unidos de Europa.

El español presentó el proyecto de Constitución europea en Nueva York en julio de 1943,


consistía en un texto compuesto por un centenar de artículos que, siguiendo el modelo de la
constitución federal estadounidense pretende trasladar él mismo para crear unos Estados
Unidos de Europa, idea no nueva, pero que si que se plasma constitucionalmente por vez
primera.

Estos Estados contarían con un poder legislativo-deliberativo bicameral, integrado por una
cámara de representantes y una cámara de los Estados, los miembros de la cámara de
representantes son elegidos por los parlamentos de los Estados miembros, y los miembros de
la cámara de los Estados, son elegidos por los miembros de los gobiernos de los Estados
miembros, en ambos supuestos con criterios proporcionales, pero corregida a favor de
aquellas naciones pequeñas. La Estados Unidos de Europa dispondrían de un poder ejecutivo,
El Consejo, formado por siete miembros, tres de los cuales tendrán que provenir de los
Estados con mas de veinte millones de habitantes. Además, esta organización contaría con
una presidencia y una vicepresidencia con un mandato de un año y no renovable, con una
función meramente representativa. El Poder Judicial estará integrado por quince miembros,
elegidos con criterios de representatividad territorial.

El proyecto de Fernando de los Ríos empieza a prefigurar algunas de las líneas maestras de la
futuras Comunidades, se crea una estructura institucional que reproduce los órganos básicos
de la actual Unión, pero el poder de decisión prosigue en manos de los Estados. La única
diferencia sustantiva apunta al poder judicial porque las Comunidades crean, desde el
principio, un espacio jurisdiccional vinculante a través del Tribunal de Justicia de la Unión
Europea. De los Ríos crea un texto que consiga aglutinar a las dos tradicionales corrientes
europeas, por un lado, a la partidaria de una organización de integración; y por otra, a los
defensores de una organización de cooperación intergubernamental.

El 8 de marzo de 1944 el nuevo texto constitucional era formalmente rubricado por sus
autores y aceptado por la Conferencia Paneuropea, entre sus firmantes se encuentran, además
del propio Coudenhove-Kalergi y Fernando de los Ríos, políticos españoles como el
presidente vasco en el exilio, José Antonio Aguirre, o Alfredo Mendizábal, antiguo profesor
de la Universidad de Oviedo, quienes dotaban a la iniciativa de una participación española sin
precedentes65.

64
SAN MIGUEL PÉREZ, E.: La Civilización de los Inconformistas. Madrid. Fundación Universitaria Española.
2005, p.169.
65
Ibídem, pp.170-171.
28
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

4.B. El Memorándum de Briand.

Uno de los principales problemas que pudimos observar al analizar el Tratado de Versalles es
que este no había materializado el verdadero espíritu de las relaciones internacionales.
Tampoco era un texto que impulsara la recuperación de todo el continente europeo y, en
cualquier caso, no reflejaba la paz como valor supremo del mismo.

El acuerdo de Locarno (1925) alcanzado por el primer ministro francés, Aristide Briand, y por
su homologo alemán, Gustave Stresemann, establece una metodología esencial en el avance
del proyecto europeo. Se rompe con el Tratado de Versalles y se establece un cauce de
dialogo entre dos naciones históricamente enfrentadas que se plasmara en un primer acuerdo
por el que Francia relaja las brutales exigencias económicas que Versalles había impuesto a
Alemania y que suponían, sin duda, una verdadera losa para la recuperación del país germano
y por extensión para la de Europa; pero además para que el acuerdo llegue a buen puerto se
mantiene una garantía ya prevista en Versalles: la de una Francia armada y una Alemania
desarmada, pero que podrían así pasar a formar parte de la Sociedad de Naciones.66
“Mi propia opinión sobre esta garantía bidireccional era que, mientras Francia seguía armada y
Alemania desarmada, Alemania no podía atacarla; y que, por otro lado, Francia nunca atacaría a
Alemania, lo que implicaba automáticamente que Gran Bretaña se convirtiera en aliada de Alemania.” 67

Briand encarna una tradición política socialista, mientras que Stresemann representa un
espacio político liberal. Briand es un europeísta por convicción y Stresemann se convierte en
un convencido europeísta por la necesidad imperante de supervivencia. Independientemente
de la ubicación ideológica de Briand o de la conversión que experimentara Stresemann, lo
importante es que ambos decidieron emprender una iniciativa de integración para Alemania y
Francia. Una iniciativa lo suficientemente valorada y esperanzadora que les hizo a sus
valedores ganar el Premio Nobel de la Paz.

Este proyecto de integración -que para Briand- había de ser federal y creado en el seno de la
Sociedad de Naciones.
“Creo que entre los pueblos que están agrupados geográficamente como los pueblos de Europa, debe
haber algún tipo de vinculo federal; estos pueblos tendrán la oportunidad, en todo momento, de
contactar, discutir sus intereses, tomar acuerdos conjuntos, establecer entre ellos un vinculo de
solidaridad que les permita afrontar, oportunamente, circunstancias graves, en caso de que se presenten.

Es este vinculo el que me esforzaría por establecer. Evidentemente, la Asociación actuara, sobre todo,
en el terreno económico: este es el tema más urgente. Pero también estoy seguro de que, desde el punto
de vista político, desde el punto de vista social, el vinculo federal, sin afectar la soberanía de ninguna de
las naciones, puede resultar beneficioso…”68

Durante el discurso ante la Asamblea de la Sociedad de Naciones, Briand insto a las naciones
del mundo a asegurar una “paz económica” a través de la creación de una política económica

66
Ibídem, p. 73.
67
CHURCHILL, W.S.: The second world war. Londres. Bloomsbury Academic, 2013, p. 17.
68
BRIAND, A.: Discurso de Briand ante la Asamblea de la Sociedad de Naciones. Ginebra, 5 de septiembre
1929. Fondation Saint-John Perse.
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El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

y monetaria común, basada en la cooperación entre los estados. Las ambiciosas ideas
económicas de Briand no dejaron de causar recelos ante una organización supranacional que
carecía de poder decisorio en política económica.

No obstante, tanto Stresemann como Briand quedan encargados por la Sociedad de Naciones
de presentar un proyecto que se articularia dentro de la lógica federal de Briand, pero cuando
va a ser presentado a la Sociedad de Naciones, a principios de octubre de 1929, Stresemann
fallece y el estallido del crack bursátil semanas después liquida definitivamente un proyecto
que atesora todavía el valor de ser el primero protagonizado por grandes Estados, es decir, un
proyecto que establece la única metodología posible para la construcción de Europa.

Con el fallecimiento de Stresemann no solo se iba del panorama político un gran europeo,
sino que se iba uno de los personajes esenciales para consolidar el acuerdo franco alemán que
asentara, por fin, un acuerdo de paz para Europa. Un acuerdo que iría encaminado, en
cualquier caso, a un espacio democrático en donde no cabria los regímenes totalitarios, y así
lo expreso el propio Gustav Strsemann ante el pleno de la Sociedad de Naciones el 9 de
septiembre de 1929.
“…rechazo con toda energía los pensamientos políticos que implican una tendencia contra este
continente de la tierra, y lo mismo todo lo que pueda parecer una autarquía de Europa en la economía
mundial. A mi me parecen practicables muchas posibilidades de organización. La estructura económica
de Europa es grotesca. Échese una mirada al territorio de Italia ¿Quién de ustedes podría imaginarse que
no había una Italia propiamente dicha, que allí estaban frente a frente territorios económicos
independientes y luchaban unos contra otros? ¿Quien puede imaginarse sin una sonrisa la Alemania
anterior a la unión aduanera, un comercio por el Elba que desde Berlín tenia que hacer parada cerca de
Dessau porque con el poste de la frontera empezaba un nuevo sistema de aduanas? ...” 69

No obstante, la triste marcha de Stresemann no paro la presentación del proyecto de Briand


ante la Sociedad de Naciones, un hombre que durante los últimos años había encarnado el
anhelo de unión política en Europa70.

La plasmación federalista de Briand será presentada el primero de mayo de 1930 ante el pleno
de la Sociedad de Naciones. El proyecto estaría compuesto por un preámbulo y cuatro
capítulos. El memorándum de Briand encarna, en gran parte, el mismo espíritu que mas tarde
veríamos reflejado en el tratado de la CECA, por un lado, la regulación económica; pero por
otro, y no menos importante, su afán por lograr la paz de Europa.
“La propuesta estudiada por veintisiete gobiernos europeos encontró su justificación en el sentimiento
muy preciso de responsabilidad colectiva ante el peligro que amenaza la paz europea, tanto desde el
punto de vista político como económico y social, debido al estado de descoordinación…

La necesidad de establecer un régimen permanente de solidaridad convencional, incluso para la


seguridad y el bienestar de los pueblos que su ubicación geográfica ha compartido, en esta parte del
mundo, una solidaridad de hecho…”71
69
STRESEMANN, G.: Memorias. Madrid. 1933, pp. 453-454.
70
SAN MIGUEL PÉREZ, E.: La Civilización de los Inconformistas. Madrid. Fundación Universitaria Española.
2005, p.169.
71
BRIAND, A.: Memorándum para la organización de un régimen de Unión Federal Europea. Paris, 1 mayo
1930, pp. 9-10.
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El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

Briand, al igual que Coudenhove-Kalergi, propone una estructura organizativa de esa Unión
Federal, con una Conferencia Europea que estaría compuesta por representantes de los
gobiernos de los Estados miembros. Además, plantea la creación de un Comité político
permanente, un órgano de carácter ejecutivo, conformados por algunos miembros de la
Conferencia Europea, y que tendrá como uno de los principales objetivos adoptar un
programa de cooperación europea, en sentido amplio. Por ultimo, se establece un servicio de
secretaria que se encargara de llevar las tareas administrativas que le sean encargadas por la
Conferencia y el Comité.

La iniciativa de Brand fue rechazada por casi la unanimidad de los Estados a excepción de
Bulgaria y Yugoslavia que la aceptaron íntegramente. La respuesta negativa fue
especialmente intensa por parte de los países escandinavos, Estados que si observamos con
perspectiva el proceso de integración europea siempre han sido partidarios de una
organización de cooperación gubernamental en vez de una organización de integración, como
si ha optado tanto Francia como Alemania.

En el caso de España, fue el duque de Alba, ministro de Exteriores, el encargado de dar la


respuesta sobre la postura de la nación ante el memorándum. Una respuesta que se esperaba
ante la gran acogida del movimiento paneuropeo por españoles de la talla de Ortega y Gasset
o Salvador de Madariaga.

Y aunque, no es menos cierto, que la respuesta oficial fue positiva, la misma oscilo entre el
entusiasmo y el escepticismo, que distingue entre el idealismo y la realidad del momento 72. Y
la realidad del momento es, que pese a la favorable acogida por la prensa española que
entendían el proyecto de Briand como una oportunidad de asentar la paz en Europa y de
profundizar en los retos del futuro que tienen el continente; lo cierto es que España, aun
habiendo perdido las colonias, no dejaba de ser un país con unas fuertes raíces latinas y que
tenia y tiene como máxima el mantener las relaciones con Hispanoamérica.

El propio presidente de la Republica, Alejandro Lerroux, manifestó en Ginebra al aludir a los


temas más significativos de la política exterior española que “la España republicana está
deseosa de practicar, con respecto a la América española, una política de colaboración cada
vez más estrecha”73

Con la caída del proyecto de Briand se cierra un período que había puesto en valor el proyecto
de integración europea como solución para la paz y prosperidad del viejo continente tras la
Gran Guerra y se abre una etapa de surgimiento de fuerzas políticas autoritarias y totalitarias,
que mas allá de defender la idea de Europa, la rechazaran o como en el caso de los Nazis la
usaran a su libre antojo perdiendo su esencia original.

4.C. La Unión Económica y Aduanera Europea

72
MENCHEN BARRIOS, M.T.: La actitud de España ante el Memorandum Briand (1929-1931). Revista de
Estudios Internacionales, no. 6, 1985, pp. 225.
73
Ibídem, p. 443.
31
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

Una de las cuestiones que hemos planteado al iniciar este trabajo es el sentido y el espíritu de
la Unión Europea como organización internacional, pues cada vez son más los europeos que
la conciben como una organización de carácter meramente económico y en muchos aspectos
la propia política de comunicación de la Unión ha dejado llevarse por esta corriente
alejándose de su verdadero origen.

No es menos cierto que el proyecto de integración europea tiene un fuerte basamento


económico, es decir, que a través de su creación pretende sortear o resolver una serie de
impedimentos que habían dificultado el libre comercio de mercancías dentro del continente.

El supuesto de los aranceles es un claro ejemplo, esas tasas e impuestos que aplicaban los
países a las importaciones con el fin del fomentar el consumo de productos nacionales. Un
ejemplo de esta política se dio en España a finales de la década de los 70 mediante la
imposición de aranceles al aceite de oliva italiano con el fin de encarecer este producto e
impulsar el consumo interno.

Sin embargo, la apuesta del proyecto europeo ha ido siempre encarrilada no solo a la creación
de un único espacio de libertad de movimiento de ciudadanos, sino también a la creación de
un libre mercado y de una unión monetaria.

No obstante, la idea de creación de un mercado único no es nueva, ya en 1915 Friedrich


Naumann plasmo en su obra Mitteleuropa la creación de una organización que aglutinará a
los países de Europa central. Un proyecto que representará la hegemonía germana, en donde
se configura ideas como la instauración de una unión militar y económica.

También, en pleno apogeo del movimiento paneuropeo, se avanzo en la creación de un único


proyecto europeo para el viejo continente. Así, dentro del pensamiento de Víctor Hugo, el
primer ministro francés Edouard Herriot avanza en la creación de unos Estados Unidos de
Europa.
“Mi mayor deseo es ver algún día aparecer estos Estados Unidos de Europa en la Sociedad de Naciones.
Tengo derecho a decirlo, es porque en esta gran institución vi el primer esbozo de estos estados unidos
de Europa ... quiero decir que hay pueblos que hay que reconciliar porque su la colaboración es una
necesidad”74.

En pleno apogeo del movimiento paneuropeo, en 1926, se constituye la “Unión Económica y


Aduanera Europea”, con la pretensión de fomentar los intercambios comerciales, y derribar
las barreras arancelarias en todo el mundo 75. Con la creación de la Unión Aduanera se pone de
evidencia la gran apuesta por romper todas las fronteras surgidas tras la I Guerra Mundial.

El proyecto de integración no solo se convierte en un proyecto que afecta a la esfera política,


también a la económica, pero que siempre carecerá de una rama militar o de seguridad, ya
que, actualmente, el único ápice regulatorio de esta materia lo podemos ver reflejado en la
PESC.
74
BONNEFOUS, E.: L´Europe en face de son destin. Paris. 1952, p. 61.
75
SAN MIGUEL PÉREZ, E.: La Civilización de los Inconformistas. Madrid. Fundación Universitaria Española.
2005, p.85.
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El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

La unión aduanera puede considerarse como la primera fase de un proceso de integración que
aspira a convertirse en un mercado común y, posteriormente, en una unión económica
monetaria76. Una apuesta que se ira convirtiendo poco a poco en una realidad a partir de la
CECA y de la Cumbre de Messina.

5. CONCLUSIONES

A lo largo de todo este trabajo he pretendido demostrar que todos los acontecimientos que se
produjeron desde finales del siglo XIX, desde el imperialismo y colonialismo europeo hasta la
guerra franco-prusiana y, de forma más especial, la Gran Guerra; no solo traerían la
destrucción de Europa como realidad continental y política, sino que también abriría un
período de oportunidad y de reflexión de una “nueva generación de europeos” tal y como
señaló Richard N. Coudenhove-Kalergi.

El final de la I Guerra Mundial, la creación de la Sociedad de Naciones y el elaborado


programa del presidente Wilson posicionan a Europa en un panorama político mas global,
alejándolo de la cómoda hegemonía en la que se había instaurado desde mediados del siglo
XV.

Empero, si hay algo que ha quedado medianamente reflejado en este Trabajo Final de Grado
es que el conflicto que finalizo en 1918, lejos de sentar las bases de una paz duradera en el
continente y dotar al mismo de un proyecto unificador acabo por disgregarlo.

La redacción de un humillante y mal llamado tratado de paz, como fue el de Versalles, no solo
deja la puerta abierta a un inminente conflicto, sino que enfrenta a la propia Europa a una
nueva realidad política que quebraría con los principios del pensamiento europeo de
principios del siglo XX: la instauración de un Estado democrático y de Derecho.

Con la caída de los Romanov en Rusia también cae Rusia en Europa y no desde un sentido
geográfico u económico, sino que se produce un distanciamiento de un Estado que, pese a sus
especialidades geográficas, políticas y religiosas siempre había sido situado dentro del marco
de la civilización europea. La instauración de la URSS produce una dispersión, ya no
hablamos de Rusia como país europeo sino como país euroasiático.

Antagónico a la URSS se presenta el movimiento de Benito Mussolini en la Italia de los


Saboya, aquella que hace escasos años había reunificado Giuseppe Garibaldi y su ejercito de
“camisas rojas” y que con gran astucia supo reflejar Tomas di Lampedusa en El gatopardo.

En esta ocasión era Mussolini, un veterano de guerra que durante los últimos años había
experimentado varias conversiones: desde el socialismo marxista clásico hasta el fascismo; el
que había decidido cambiar la indumentaria a sus correligionarios y ahora serian los “camisas
negras” los que marcharían sobre Roma para que una Italia rural recuperara la gloria del
Imperio Romano.

76
FERNÁNDEZ NAVARRETE, D.: Fundamentos económicos de la Unión Europea. Madrid. Thomson, 2007,
p. 15.
33
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

Con Mussolini y el fascismo no muere el pensamiento europeo, igual que no lo hizo con el
Nazismo, pues siempre estuvo en la mente de un grupo de audaces y valedores que, en
contraposición a los planteamientos que se estaban perfilando en Europa central y oriental,
optaban por un plan que incluyera a todos los ciudadanos de Europa bajo un mismo proyecto.

Estas voces serian, en mas de una ocasión reprimidas o castigadas. Así, durante el fascismo
italiano, confluían las de un conservador democristiano como De Gásperi, que creía que tras
la Gran Guerra solo podía existir Italia dentro de una esfera internacional; y Spinelli de corte
anarquista-federal que en su obra el Manifiesto de Ventotene refleja lo que ya antes había
reflejado Briand en su Memorandum, la necesidad de dotar a Europa de un proyecto integral.

Durante los regímenes totalitarios del período de Entreguerras, tanto en Italia con De Gásperi
o Spinelli o en Alemania, mas tarde, con proyectos como el Circulo de Kreisau o el ideario de
la Rosa Blanca, se pone de relevancia, lo que mas tarde plasmo Albert Camus en “Cartas a un
amigo alemán”, esa sutil diferencia que hacia el autor entre el “nosotros” y el “vosotros” no
refiriéndose a los franceses y a los nazis, sino a los europeos libres y a los totalitarios.
“Porque venceremos, eso a usted le consta. Pero venceremos gracias a esa misma derrota, a ese
largo tránsito que nos ha permitido dar con nuestras razones, a ese sufrimiento cuya injusticia
hemos padecido y cuya lección hemos extraído. De él hemos aprendido el secreto de toda
victoria y, si no lo perdemos algún día, conoceremos la victoria definitiva. Hemos aprendido
que, en contra de lo que a veces pensábamos, el espíritu nada puede contra la espada, pero que
el espíritu unido a la espada vencerá eternamente a ésta utilizada por sí sola” 77

Independientemente de la ideología, liberales o socialistas, democristianos o comunistas,


todos ellos coincidían en una solución común a las guerras que durante los últimos siglos
habían asolado el continente: una Europa unida, una Europa de ciudadanos libres e iguales.

Ese sentimiento de un proyecto unitario es el que capta Richard N. Coudenhove-Kalergi en su


obra Paneuropa en la que esgrime no solo los antecedentes que han derivado a la actual
situación de Europa, sino que además pone de manifiesto las posibles consecuencias que
tendría para el continente que sus naciones no se unan en torno a un proyecto común.

Coudenhove-Kalergi propone un plan completo para evitar la destrucción de Europa, a través


instauración no solo de una serie de instituciones que, por supuesto, estarían regidas por un
sistema democrático, sino también a través firme política económica que mas tarde recogerá
el primer ministro francés, Aristede Briand.

Además, Paneuropea constituye un doble merito en la Europa de posguerra: por una parte, se
presenta como una alternativa política a un continente devastado por el conflicto y que
empieza a ver las sombras de regímenes totalitarios fascistas y estalinistas; y por otra parte
logra resucitar el espíritu europeo que se había apagado. Un movimiento dotado de un fuerte
anclaje hispano con figuras como Ortega y Gasset, Salvador de Madariaga o Fernando de los
Ríos, entre otros.

77
CAMUS, A.: Cartas a un amigo alemán. Albiña, J (trad). Barcelona. Tusquets Editores, 1995, p. 26.
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El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

Pese a la cosecha de intelectuales que logra captar el movimiento paneuropeo, este fracasa y
con él mengua, una vez mas, el anhelo de ver una Europa unida y en paz.

Sin embargo, en 1929 se produce un hecho indispensable para que llegue a buen puerto
cualquier tipo de proyecto en el proceso de integración europea, la necesaria coparticipación
de las dos naciones que históricamente se habían enfrentado en los campos de batalla: Francia
y Alemania.

La “conjunción planetaria” -de la que irónicamente se hablo en España- se dio en Europa


cuando coincidieron como primer ministro de Francia, Aristide Briand, y el alemán Gustav
Stresemann tanto como canciller como ocupando la cartera de exteriores.

Por primera vez, con Francia y Alemania trabajando en un proyecto de unión europea, que en
cualquier caso seria federal, la paz de Europa se hace cada vez más viable. La pronta muerte
de Stresemann unida al crack del 29 quiebra, de nuevo, el ansiado proyecto que ambas
naciones habían empezado a construir.

En menos de una década dos grandes proyectos europeos como son Paneuropa y el
Memorándum para la Unión Federal Europea que presentaría Briand ante la Sociedad de
Naciones fracasan, un fracaso que no se puede achacar ni a sus autores ni tampoco a
situaciones externas como la crisis del 29, los únicos culpables fuimos los europeos.

En el inicio de este trabajo afirme que Europa no era una simple masa territorial es una
creación histórica del pensamiento y que pese a los empecinados intentos no se remonta al 9
de mayo de 1950.

Esta elaboración es un fiel reflejo de que la CECA no representa el inició de las Comunidades
Europeas ni si quiera el inicio de un proyecto de integración europea, es un acontecimiento
más de este proceso de integración. La CECA adquiere una relevancia en el proceso
integrador por los Estados firmantes del tratado, especialmente Francia y Alemania, y por las
circunstancias derivadas de la II Guerra Mundial. No obstante, ese intento de unión entre
ambos países no es nuevo, ya lo intentaron Briand y Stresemann.

A lo largo de este trabajo hemos pretendido poner de relevancia hasta que punto los
movimientos de integración que se dieron durante el período de Entreguerras han contribuido
a lograr el mayor espacio de derechos y libertades y de libre comercio del mundo, y hemos
podido comprobar que algunos de los retos a los que tuvo que dar respuesta los tratados
creadores de esta organización internacional ya fueron respondidos por los movimientos
desarrollados en este período.

La instauración de una libertad de movimiento entre todas las naciones de Europa no es una
idea que surge a consecuencia del proyecto. Según Stefan Zweig, fue a partir de la Gran
Guerra cuando se impusieron las fronteras y los pasaportes, el autor narra que él, hasta
entonces, viajaba con libertad por el continente.

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El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

Lo mismo ocurre con el caso de la existencia del mercado único, materia en la que el entonces
primer ministro francés, Edouard Herriot, avanzó con la creación de la Unión Económica y
Aduanera Europea.

Finalmente, la obra de Coudenhove-Kalergi no solo es una mera publicación sobre la


situación en la Europa de Entreguerras es un verdadero proyecto diplomático sobre la
construcción de una organización internacional, una organización que no guarda grandes
distancias con la actual Unión Europea.

En idénticos términos a Paneuropa ocurre con la propuesta de Aristide Briand, su reflexión


federal sobre el futuro de Europa no adquiere tanto una dinámica institucional, pero si
adquiere un fuerte basamento desde el plano económico propugnando la solidaridad entre
todos los Estados miembros para afrontar dificultades futuras.

Todos estos pensadores, además de concebir una Europa unida la concebían en paz y para eso
era fundamental la instauración de un único sistema político en los Estados miembros de esa
futura organización supranacional: la democracia y el Estado de Derecho. Valores
irrenunciables por los que Europa debería pasar si decidía ser un continente libre y en paz.

Así la instauración de la clausula democrática ya es una figura que se empieza a configurar en


este período, no es una propuesta que nazca a consecuencia de las Comunidades ni del
Consejo de Europa.

Mi profesor y tutor de este Trabajo Final de Grado, D. Enrique San Miguel, nos pregunto a
mis compañeros y a mi ¿Qué propone Europa en la actualidad? Él afirmo que en 1950
Schuman y Adenauer proponían la paz.

Estimado Enrique, hoy me atrevo a responderte que Europa tiene, ahora más que nunca,
vigentes los mismos retos que motivaron su creación: el mantenimiento de una paz
permanente, un severo cumplimiento del principio de solidaridad y cooperación entre los
Estados miembros y velar por la supervivencia de la democracia y del Estado de Derecho en
las naciones. Si cumplimos con estos retos, la Unión Europea no será un legado de
generaciones pasadas, será presente y futuro.

36
El proceso de integración europea en el período de Entreguerras Enrique De Funes Viñao

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