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Espanol Profesion relIGIOSA
Espanol Profesion relIGIOSA
DE LOS MISIONEROS
1.- Muchos fieles, llamados por Dios, son consagrados mediante los vínculos de la vida
religiosa, al servicio del Señor y al bien de los hombres y se esfuerzan por seguir más de cerca a Cristo,
observando los consejos evangélicos1. Por lo cual, la gracia del bautismo produce en ellos frutos más
abundantes2.
2.- La Iglesia, Madre piadosa, ha estimado siempre mucho la vida religiosa que, bajo la guía del
Espíritu Santo, ha revestido diversas formas en el decurso de los siglos3; la ha elevado a la dignidad de
estado canónico; ha aprobado muchas familias religiosas y las protege con leyes prudentes4.
La misma Iglesia, en efecto, recibe los votos de los que profesan, alcanza de Dios para ellos
auxilios y gracias con su oración pública, los encomienda a Dios y les da su bendición espiritual,
asociando su oblación al sacrificio eucarístico5.
3.- Las etapas por las que los religiosos se entregan a Dios y a la Iglesia son: noviciado, primera
profesión, renovación de votos y profesión perpetua.
5.- Sigue la primera profesión. Por ésta el novicio se compromete, con los votos temporales,
emitidos ante Dios y ante la Iglesia, a observar los consejos evangélicos.
La emisión de los votos temporales puede hacerse dentro de la celebración eucarística, pero
sin especial solemnidad. El rito de la primera profesión incluye la entrega del hábito y de las demás
1
Lumen Gentium 43; Perfectae Caritatis 1.
2
Lumen Gentium 43.
3
Lumen Gentium 43; Perfectae Caritatis 1.
4
Lumen Gentium 45; Perfectae Caritatis 1.
5
Lumen Gentium 45.
6
Renovationis Causam 13.
2
insignias de la vida religiosa, pues, según una antíquisima costumbre, el hábito se entregaba al acabar el
tiempo de prueba; ya que el hábito es signo de vida consagrada7.
6.- Concluido el tiempo señalado, se emite la profesión perpetua. El religioso se entrega por ella
perpetuamente al servicio de Dios y de la Iglesia. La profesión perpetua representa a Cristo unido con un
vínculo indisoluble a la Iglesia, su esposa8.
El rito de la profesión perpetua, con la conveniente solemnidad, se celebra muy
oportunamente dentro de la Eucaristía, ante los religiosos y el pueblo9. He aquí sus partes:
a). El llamamiento o la petición de los que van a profesar, que puede omitirse uno de los dos, si se
juzga conveniente.
b). La homilía o alocución, para instruir al pueblo y a los que van a profesar sobre la excelencia de la
vida religiosa.
c). Las preguntas por las que el Presidente se asegura de que los que van a profesar están dispuestos a
entregarse a Dios, y avanzar por la senda de la caridad perfecta, según las Constituciones.
d). La oración litánica, por la que se ruega a Dios Padre y se pide la intercesión de la Santísima
Virgen y de todos los Santos.
e). La emisión de la profesión, ante la Iglesia, el Superior legítimo del Instituto, los testigos y el
pueblo.
f). La bendición solemne o consagración de los profesos. Por ella la Iglesia, nuestra Madre, confirma
la profesión religiosa con la consagración litúrgica, rogando al Padre celestial que derrame con
abundancia los dones del Espíritu Santo sobre los nuevos profesos.
7.- La renovación de los votos se hace dentro de la Eucaristía, pero sin especial solemnidad,
sobre todo si renuevan los votos frecuentemente.
El rito litúrgico sólo se refiere a la renovación de votos, que tiene valor jurídico. Sin embargo,
se ha introducido la costumbre de renovar los votos sólo por devoción en fechas determinadas. La
renovación devocional de los votos se recomienda no hacerla dentro de la celebración eucarística por ser
un acto privado. En cambio, si parece oportuno el renovar públicamente los votos en determinados
aniversarios, como el XXV o el L años de vida religiosa, puede adoptarse el rito de la renovación de los
votos, haciendo las debidas adaptaciones.
8.- Como son de índole distinta, cada uno de estos ritos requieren su propia celebración. Por
tanto, hay que evitar absolutamente la acumulación de diversos ritos en una misma acción litúrgica.
7
Perfectae Caritatis 1.
8
Lumen Gentium 44.
9
Sacrosanctum Concilium 80.
3
9.- Al celebrar la profesión religiosa dentro de la Eucaristía es conveniente decir una de las
Misas rituales “en el día de la profesión religiosa”, que están en el Misal Romano o en el Misal
proprio de la Congregación. Pero cuando la profesión coincide con una solemnidad o un domingo de
Adviento, Cuaresma o Pascua, con el Miércoles de Ceniza o durante la Semana Santa y con la
Conmemoración de los Fieles difuntos, se dice la Misa del día, añadiendo oportunamente fórmulas
propias en la oración eucarística y en la bendición final.
10.- Por tener gran importancia la liturgia de la Palabra, cuando está adaptada a la celebración
de la profesión para subrayar la naturaleza y función de la vida religiosa, cuando se prohíbe la
celebración de la Misa “en el día de la profesión religiosa”, puede escogerse una de las lecturas
del Leccionario de la profesión, a no ser que se trate de los días de los domingos de Adviento,
Cuaresma, Pascua, el Triduo pascual, de las solemnidades de precepto o no, y de la
Conmemoración de los Fieles Difuntos.
11.-. Para la Misa ritual “en el día de la profesión” se emplean vestiduras sagradas de color
blanco.
13.- El presente Ritual es obligatorio para toda la Congregación. Por la diversidad de lenguas y
culturas que se dan en ella, se pueden adaptar e inculturar algunos elementos, teniendo siempre en
cuenta las orientaciones y criterios de la Instrucción La Liturgia romana y la inculturación
(Roma 1994).
4
CAPÍTULO PRIMERO
1.- En el día que comienza el noviciado canónico es conveniente tener un rito para obtener de
Dios la gracia para conseguir su fin peculiar.
3.- El rito debe ser sencillo, sobrio y reservado sólo a la comunidad religiosa.
4.- En los textos del rito evítese todo lo que de algún modo parezca atentar contra la libertad
de los novicios o deforme el verdadero sentido del noviciado o de la prueba.
5.- Escójase para este rito la capilla u otro lugar apropiado y digno.
RITOS INICIALES
5
7.- Todos hacen el signo de la cruz, mientras el Superior que preside la celebración dice:
El Superior añade:
Todos:
Y con tu espíritu.
8.- El Superior dirige unas palabras de saludo a los presentes, sobre todo a los postulantes.
Petición de admisión
9.- Luego, todos se sientan, menos los postulantes que permanecen de pie. El Superior se
dirige a los postulantes con estas u otras palabras semejantes:
N.N.,
nos hemos reunido hoy en nombre de Jesucristo
para celebrar su Palabra, viva y eficaz,
y para que manifestéis vuestros propósitos ante la comunidad.
Así pues, decidnos qué queréis.
El Superior responde:
O bien:
El Dios, que es la fuente de todo don perfecto,
y que os ha llamado por su bondad
a la vida misionera claretiana,
os ayude con su gracia,
os configure con su Hijo Jesucristo,
os ilumine con la luz del Espíritu Santo
y os acompañe durante este tiempo de noviciado
para que, fieles a vocación recibida,
podáis un día profesar en nuestra Congregación.
Todos:
Amén.
10.- Si parece mejor, puede omitirse la pregunta y hacer la petición del modo siguiente: Los
postulantes, todos juntos, se dirigen al Superior diciendo estas o parecidas palabras:
Nosotros N.N.,
movidos por la gracia de Dios
y respondiendo a su llamada,
queremos que nos admitáis al noviciado
para compartir y experimentar vuestra vida misionera
según el espíritu y carisma de San Antonio María Claret.
Enseñadnos a seguir y a configurarnos con Jesucristo,
pobre, virgen y obediente,
a escuchar y acoger la palabra de Dios
en la liturgia y en el silencio de la oración personal
a ejemplo de la Virgen María, la primera discípula de Cristo,
a ser asiduos en la oración,
y a vivir en la vida comunitaria
el espíritu misionero claretiano.
Ayudadnos en este tiempo
a discernir nuestra vocación,
a conocer y vivir el carisma claretiano
tal como está propuesto en las Constituciones.
Rogad al Señor, por intercesión de San Antonio M. Claret
7
y de los Beatos Mártires Claretianos de Barbastro,
para que aprovechemos este tiempo de gracia
y nos preparemos a profesar en esta Congregación
y llamarnos y ser Hijos del Inmaculado Corazón de María.
Todos:
Amén.
Oremos.
Todos:
Amén.
O bien:
Todos:
Amén.
13.- Después de las lecturas, el Superior habla a la comunidad y a los postulantes sobre la
naturaleza de la vida religiosa y la índole de la vocación misionera claretiana o lee un capítulo
apropiado de las Constituciones.
15.- El Superior, estando todos de pie, se dirige a los novicios con estas o parecidas palabras:
Queridos hermanos,
9
a la luz de la Palabra escuchada y meditada
y en nombre de la Congregación de Misioneros Claretianos,
os admito al noviciado
para que os preparéis a consagraros a Dios por la profesión,
y a entregaros al Inmaculado Corazón de María
para el ministerio de la salvación.
Los novicios:
O bien:
Demos gracias y alabemos al Señor,
porque es eterna su misericordia.
Todos:
Amén.
Los novicios se acercan al Superior, el cual abraza, según la costumbre del lugar, a cada
uno como gesto de acogida, luego hacen lo mismo los miembros de la comunidad presente,
mientras se canta una antífona o canto apropiado.
16.- A continuación el Superior introduce la oración universal o de los fieles (cf. n. 154), que
termina con la oración dominical y la siguiente oración conclusiva, diciendo:
Oh Dios,
autor y dispensador de la vocación religiosa,
sé propicio a las súplicas de tus hijos
y concede a estos hermanos nuestros,
que desean experimentar nuestra vida,
conocer cuál es tu voluntad,
y a nosotros ayúdanos a ser siempre fieles en tu servicio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
10
Todos:
Amén.
O bien:
Padre santo,
Tú que enviaste a tu Hijo al mundo
a evangelizar a los pobres,
concede a estos hermanos nuestros, N. N.,
que comienzan hoy el noviciado,
la gracia de ser fieles a la vocación recibida,
y se entreguen al Corazón Inmaculado de la Virgen María
para que sean configurados con el misterio de Cristo
a ejemplo de San Antonio María Claret, nuestro Fundador.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos:
Amén.
17.- El Superior presenta al Maestro los novicios que acaban de ser admitidos al noviciado con
estas o parecidas palabras:
Podéis ir en paz.
Todos:
Demos gracias al Señor.
11
II.- DENTRO DE LA LITURGIA DE LAS HORAS
18.- El rito de iniciación del noviciado puede tenerse también dentro de la celebración de
Laudes o Vísperas. Se inicia la Hora como de costumbre.
Petición de admisión
19.- Terminada la lectura breve o larga, el Superior se dirige a los postulantes, que están de pie,
con estas o parecidas palabras:
N.N.,
nos hemos reunido hoy en nombre del Señor Jesús
para orar y alabar a Dios Padre en unión con toda la Iglesia
y para que manifestéis vuestros propósitos ante la comunidad.
Así pues, decidnos qué queréis.
El Superior responde:
Todos:
Amén.
20.- Si parece mejor, puede omitirse la pregunta y hacerse la petición del modo siguiente: Los
postulantes, todos juntos, se dirigen al Superior diciendo estas o parecidas palabras:
Nosotros N.N.,
movidos por la gracia de Dios
y respondiendo a su llamada,
queremos que nos admitáis al noviciado
para compartir y experimentar vuestra vida misionera
según el espíritu y carisma de San Antonio María Claret.
Enseñadnos a seguir y a configurarnos con Jesucristo,
pobre, virgen y obediente (CC 39),
a escuchar y acoger la palabra de Dios
en la liturgia y en el silencio de la oración personal (Dir 196)
a ejemplo de la Virgen María, la primera discípula de Cristo (CC 61),
a ser asiduos en la oración,
y a vivir en la vida comunitaria
el espíritu misionero claretiano (Dir 195).
Ayudadnos en este tiempo
a discernir nuestra vocación (CC 67),
a conocer y vivir el carisma claretiano
tal como está propuesto en las Constituciones (CC 73).
Rogad al Señor, por intercesión de San Antonio M. Claret
y de los Beatos Mártires Claretianos de Barbastro,
para que aprovechemos este tiempo de gracia
y nos preparemos a profesar en esta Congregación
y llamarnos y ser Hijos del Inmaculado Corazón de María.
Todos:
Amén.
Oremos.
Todos:
Amén.
O bien:
Todos:
Amén.
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22.- A continuación el Superior habla a la comunidad y a los postulantes sobre la naturaleza de
la vida religiosa y la índole de la vocación misionera claretiana.
24.- Luego continúa el rezo de la Hora correspondiente. En las preces se formula una petición
por los nuevos novicios para que el Señor les acompañe con su gracia.
25.- Terminada la oración conclusiva, el Superior se dirige a los novicios con estas o parecidas
palabras:
Queridos hermanos,
a la luz de la Palabra escuchada,
y en nombre de la Congregación de Misioneros Claretianos,
os admito al noviciado
para que os preparéis a consagraros a Dios por la profesión,
a entregaros al Inmaculado Corazón de María
para el ministerio de la salvación (CC 71).
Los novicios:
O bien:
Demos gracias y alabemos al Señor,
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porque es eterna su misericordia.
Todos:
Amén.
Los novicios se acercan al Superior, el cual abraza, según la costumbre del lugar, a cada
uno como gesto de acogida, luego hacen lo mismo los miembros de la comunidad presente.
26.- El Superior entrega al Maestro los novicios que acaban de ser admitidos con estas o
parecidas palabras:
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CAPÍTULO SEGUNDO
27.- El rito que se describe en este capítulo se realiza dentro de la Eucaristía. Solamente
pueden utilizarlo los novicios que emitan la primera profesión después de acabar
satisfactoriamente el noviciado (cf. "Observaciones previas", n. 5).
28.- Se dice la Misa que corresponde a la liturgia del día o la Misa ritual para el día de la
primera profesión de los religiosos, o la Misa ritual de profesión propia de la Congregación,
conforme a las rúbricas (cf. Observaciones previas, nn. 9-11).
30.- La profesión religiosa, normalmente, se hace ante la sede; si lo piden las circunstancias, se
puede colocar la sede delante del altar. Colóquense en el presbiterio los asientos para los
profesandos, de tal forma que los fieles puedan seguir perfectamente toda la celebración litúrgica.
31.- Prepárese en abundancia el pan y el vino para consagrar, de manera que haya suficiente
para los ministros, los que van a profesar y los participantes a la celebración, por tanto, si se
emplea sólo un cáliz, que sea suficientemente capaz.
RITO DE ENTRADA
33.- Reunidos el pueblo de Dios y la comunidad claretiana, y después de preparar bien todo lo
necesario, avanza la procesión por medio de la iglesia hasta el altar, mientras tanto el coro,
alternando con el pueblo, canta el canto de entrada. La procesión se hace del modo acostumbrado
y se recomienda que participen en ella los que van a profesar, acompañados del Maestro.
34.- Al llegar al presbiterio hacen la debida reverencia ante el altar y se colocan todos en sus
respectivos lugares. Luego continúa la celebración eucarística.
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35.- Es recomendable que, en vez del acto penitencial, se tenga la aspersión del agua bendita
para recordar a los novicios y al pueblo que en el bautismo fueron consagrados a Dios por el agua
y el Espíritu. El rito se hace según el rito establecido en el Misal Romano. Puede hacerse al inicio
una monición. El Presidente dirigiéndose a la asamblea y a los novicios dice éstas o parecidas
palabras:
Hermanos,
al inicio de la celebración de la Eucaristía,
memorial de la muerte y resurrección de Cristo,
oremos humildemente a Dios nuestro Padre
para que bendiga esta agua
que será derramada sobre nosotros
en memoria de nuestro bautismo.
Sobre todo vosotros novicios,
antes de emitir la profesión religiosa,
recordad que el bautismo
os hizo hijos de Dios y hermanos de Cristo,
templos del Espíritu Santo y miembros de la Iglesia.
Pidamos al Señor
el perdón de nuestros pecados, la conversión del corazón
y la renovación de nuestra vida según el Evangelio
para que permanezcamos fieles al Espíritu que hemos recibido.
Después de una breve oración en silencio, prosigue con las manos juntas diciendo:
Todos:
Amén.
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El presidente toma el hisopo, se rocía a sí mismo y, luego, rocía a los ministros, al clero y
a los fieles. Si parece conveniente puede recorrer la iglesia para la aspersión de los fieles.
O bien:
Vuelto a sede y una vez acabado el canto, el Presidente, de pie y de cara al pueblo, con las
manos juntas, dice:
Todos:
Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
a). Escójanse las lecturas de la Misa del día o de los textos del Leccionario de la
Profesión en los nn. 101-152 (cf. "Observaciones previas", n. 9-10).
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PROFESIÓN RELIGIOSA
Llamada o petición
37.- Después de la lectura del Evangelio, el Presidente y el pueblo se sientan, mientras que los
profesandos permanecen de pie.
Si parece oportuno, el Diácono o el Maestro llama por el nombre a los que van a profesar.
Y ellos responden con estas o parecidas palabras:
Aquí estoy.
Queridos hermanos,
después de haber compartido y experimentado
nuestra vida misionera
durante el tiempo de noviciado,
¿qué pedís ahora, delante del pueblo de Dios?
Nosotros N.N.,
después de haber compartido
y experimentado vuestra vida misionera,
queremos responder a la llamada divina.
Por esto, te pedimos, Padre, N.N.,
que nos admitas a la profesión de los consejos evangélicos
en la Congregación de Misioneros Hijos
del Inmaculado Corazón de María,
para que, entregados a Dios, seamos consagrados por Él,
sigamos a Cristo en comunión de vida
y nos entreguemos en especial servicio
al Corazón Inmaculado de María.
Queremos compartir vuestra vida fraterna
y llegar a ser ministros idóneos de la divina palabra
para dar a conocer su nombre
y propagar el Reino de los cielos por toda la tierra.
Os pedimos que roguéis al Señor,
por intercesión de nuestro P. Fundador
y de los Beatos Mártires Claretianos de Barbastro,
para que seamos fieles a lo que hoy prometemos ante la Iglesia.
Homilía o exhortación
40.- Luego se sientan, también los profesandos, y tiene lugar la homilía o exhortación. En ella
se comentan oportunamente las lecturas bíblicas y el don de la profesión religiosa para
santificación de los elegidos y bien de la Iglesia y de la humanidad.
Interrogatorio
41.- Acabada la homilía, los profesandos se levantan. El Presidente les pregunta si están
dispuestos a entregarse a Dios y avanzar por la senda de la caridad perfecta, según las
Constituciones de la Congregación.
El Presidente pregunta:
Queridos hermanos:
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consagrados ya a Dios por el agua y el Espíritu Santo,
¿queréis uniros más estrechamente a él
por la profesión religiosa?
Profesandos responden:
Sí, quiero.
O bien:
Sí.
Después de haber sido consagrado a Dios por el bautismo,
quiero entregarme a Él
por la profesión de los consejos evangélicos
para buscar siempre su mayor gloria, mi santificación
y la salvación de los hombres de todo el mundo.
El Presidente:
Profesandos:
Sí, quiero.
O bien:
Sí.
Con la gracia de Dios,
quiero consagrarme de todo corazón a las cosas del Padre
y que mi castidad, como signo de amor perfecto,
sea fuente de fecundidad espiritual en el mundo.
Por el voto de pobreza quiero imitar a Cristo,
que siendo rico se hizo pobre para enriquecernos
y hacer que toda mi vida esté informada por el espíritu de pobreza
para recordar a los hombres los bienes del mundo futuro.
Por el voto de obediencia quiero configurarme con Jesucristo,
que se hizo obediente hasta la muerte,
y me propongo buscar junto con vosotros,
conocer y cumplir la voluntad de Dios
para realizar la misión que tenemos en la Iglesia.
El Presidente:
Así mismo,
¿queréis, bajo la fuerza del Espíritu Santo,
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entregaros al servicio del Inmaculado Corazón de María
para el ministerio de la salvación
y guardar fielmente las Constituciones
para progresar en el camino del Señor?
Profesandos:
Sí, quiero.
O bien:
Sí.
Quiero entregarme a la Santísima Virgen
para configurarme con el misterio de Cristo
y cooperar con su oficio maternal en la misión apostólica.
Cumpliré con fidelidad las Constituciones
para ser ministro idóneo de la divina palabra
como San Antonio María Claret, nuestro Fundador.
O bien:
El Dios de la misericordia,
que os ha llamado a la vocación misionera claretiana,
os ayude con su gracia,
os ilumine con la luz de su Palabra,
os guíe por el camino de la caridad perfecta,
robustezca vuestra voluntad
para que permanezcáis siempre fieles a lo que hoy prometéis ante la Iglesia.
Todos:
Amén.
Oremos.
O bien:
Todos:
Amén.
Profesión
44.- Concluida la oración, cada uno de los que van a profesar se acerca al Superior, se arrodilla
y pone su mano entre las manos de él y pronuncia con voz clara la fórmula de la Profesión. Dos
religiosos actúan como testigos.
Si los profesandos son muchos, pueden recitar todos a la vez la fórmula de la profesión,
pero cada uno particularmente ha de pronunciar: Por tanto,.. hasta con todo el cuidado posible,
demostrando así claramente la decisión personal.
45.- Luego se entrega a cada uno de los profesos el hábito, donde haya costumbre, y las
Constituciones.
El neoprofeso responde:
Amén.
---------------------------------
Si los profesos son muchos, o por otro justo motivo, el Presidente recita una sola vez para
todos la fórmula de entrega del hábito, diciendo:
Amén.
------------------------------------
Mientras los profesos se ponen el hábito en la sacristía o en un lugar apropiado, según las
circunstancias se canta esta antífona u otra apropiada:
25
Mira desde el cielo y contempla
y perfecciona esta viña que tu diestra plantó.
O bien
:
Estos son los que buscan al Señor,
los que vienen a tu presencia, Dios de Jacob.
y se canta o se recita el salmo 23 u otro oportuno. La antífona se repite cada vez después de cada
versículo. Acabado el salmo no se dice Gloria al Padre, sino la antífona. Si la entrega del hábito
se acaba antes de concluir el salmo, se interrumpe éste y se repite la antífona.
46.- El Presidente entrega a cada uno de los recién profesos el libro de las Constituciones,
diciendo:
El profeso responde:
Amén.
---------------------------------------------
Si los profesos son muchos, o por otro motivo justo, el Presidente recita para todos la
fórmula una sola vez, diciendo:
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Los profesos responden todos a la vez:
Amén.
Se acercan luego al Presidente, quien entrega a cada uno el libro de las Constituciones,
vuelven a su respectivo lugar y permanecen de pie.
---------------------------------------------
47.- El rito concluye convenientemente con la oración universal de los fieles. Pueden
escogerse las fórmulas que se proponen en los nn. 155 - 157.
LITURGIA EUCARÍSTICA
48.- Mientras se canta en la preparación de los dones, es recomendable que los neoprofesos
lleven al altar el pan, el vino y el agua para el sacrificio eucarístico.
50.- Cuando el Presidente ha sumido el Cuerpo y la Sangre del Señor, los profesos se acerca al
altar para recibir la comunión, que se puede distribuir a todos bajo las dos especies.
27
CAPITULO TERCERO
51.- Para la celebración del rito de la profesión, por la que el religioso se entrega
perpetuamente a Dios, son días muy oportunos los domingos o solemnidades del Señor, de la
Virgen, de nuestro Santo Fundador, de nuestros Patronos, de nuestros Beatos Mártires Claretianos
de Barbastro y de los Santos que sobresalieron en la vida religiosa o apostólica.
53.- Avísese, con tiempo, a los fieles el día y la hora para que puedan acudir el mayor número
posible.
54.- Se dice la Misa correspondiente a la liturgia del día o la Misa ritual para el día de la
profesión perpetua o la Misa ritual de profesión propia de la Congregación, según las rúbricas
(cf. Observaciones previas, núms. 9-11).
55.- Donde sea posible y la utilidad de los fieles no exija la celebración particular de todos los
sacerdotes presentes, se prefiere la Misa concelebrada, presidida, generalmente, por el Superior
que ha de recibir la profesión de sus hermanos.
57.- Si dos o más familias religiosas desean celebrar la profesión en la misma Eucaristía, es
muy oportuno hacer el rito de profesión en la catedral, en la parroquia o en cualquier otra iglesia
importante, concelebrando los superiores de los Institutos religiosas bajo la presidencia del
Obispo. Cada uno de los profesandos emitirá sus votos ante su respectivo Superior.
58.- La acción litúrgica debe celebrarse con toda la solemnidad que requiere el rito, pero hay
que evitar la suntuosidad que desdice de la pobreza religiosa.
59.- La profesión religiosa se tiene normalmente junto a la sede; sin embargo, para facilitar la
participación de los fieles, puede colocarse la sede delante del altar. Dispónganse en el mismo
28
presbiterio los asientos para los que van a profesar, de modo que los fieles puedan seguir bien la
celebración.
60.- Prepárese el pan y el vino para consagrar en cantidad suficiente para todos los que vayan a
comulgar. Por tanto, si sólo se usa un cáliz, que tenga suficiente capacidad.
61.- Además de todo lo que se necesita para la Misa, prepárese: a) el Ritual de la profesión
religiosa y b) el crucifijo.
RITO DE ENTRADA
63.- Es recomendable que, en vez del acto penitencial, se tenga la aspersión del agua bendita
para recordar a los que van a profesar y al pueblo que en el bautismo fueron consagrados a Dios
por el agua y el Espíritu. Se hace según el rito establecido en el Misal Romano. Puede hacerse al
inicio una monición. El Presidente, dirigiéndose a la asamblea y a los profesandos, dice estas o
parecidas palabras:
Hermanos,
al inicio de la celebración de la Eucaristía,
memorial de la muerte y resurrección de Cristo,
oremos humildemente a Dios nuestro Padre
para que bendiga esta agua
que será derramada sobre nosotros
en memoria de nuestro bautismo.
Principalmente, vosotros, profesandos,
recordad que en la tradición de la Iglesia
la profesión religiosa es considerada
como una profundización de la consagración bautismal.
Pidamos al Señor
el perdón de nuestros pecados, la conversión del corazón
y la renovación de nuestra vida según el Evangelio
para que permanezcamos fieles al Espíritu que hemos recibido.
Después de una breve oración en silencio, prosigue con las manos juntas diciendo:
Todos:
Amén.
El presidente toma el hisopo, se rocía a sí mismo y, luego, rocía a los ministros, al clero y
a los fieles. Si parece conveniente puede recorrer la iglesia para la aspersión de los fieles.
O bien:
Vuelto a sede y una vez acabado el canto, el Presidente, de pie y de cara al pueblo, con las
manos juntas, dice:
Todos:
Amén.
30
LITURGIA DE LA PALABRA
PROFESIÓN RELIGIOSA
Llamada o petición
65.- Después de la lectura del Evangelio, el Presidente y el pueblo se sientan, mientras que los
profesandos permanecen de pie.
Si parece oportuno, el Diácono o el Maestro llama por el nombre a los que van a profesar.
Y ellos responden con estas o parecidas palabras:
Aquí estoy.
66.- El Presidente pregunta a los que van a profesar, con estas o semejantes palabras:
Queridos hermanos,
durante el tiempo de la profesión temporal
habéis experimentado la vida misionera
de los Hijos del Inmaculado Corazón de María.
Ahora, ¿qué pedís a Dios y a nuestra Congregación?
31
El Presidente y todos los presentes responden con estas o parecidas palabras:
Homilía o exhortación
68.- Luego se sientan también los que van a profesar y se tiene la homilía o exhortación. En
ella se comentan oportunamente las lecturas bíblicas y el don de la profesión religiosa para
santificación de los elegidos y bien de la Iglesia y de toda la humanidad.
Interrogatorio
32
69.- Acabada la homilía, los profesandos se levantan. El Presidente les pregunta si están
dispuestos a dedicarse a Dios y avanzar por el camino de la caridad perfecta, según nuestras
Constituciones.
Presidente:
Queridos hermanos,
ya que por el bautismo habéis muerto al pecado
y estáis consagrados al Señor,
¿queréis consagraros más íntimamente a Dios
con la profesión perpetua?
Profesandos:
Sí. Quiero.
O bien:
Sí.
Quiero entregarme a Él definitivamente
por la profesión perpetua de los consejos evangélicos
y ser consagrado por Él
para dedicarme al anuncio del Evangelio.
Presidente:
Profesandos:
Sí. Quiero.
O bien:
Sí.
Con la gracia divina me comprometo a ello,
consciente y libremente,
a imitación de Jesucristo y de su Madre, la Virgen.
Observaré la castidad por el Reino de los cielos como un don
y como un signo del amor a Dios y a todos los hombres.
Quiero compartir la pobreza de Jesucristo
e imitar a la Virgen María, primera entre los pobres del Señor,
y buscar el Reino de Dios, que pertenece a los pobres (CC 24).
A imitación de Jesucristo, enviado para hacer la voluntad del Padre,
y de María, la esclava del Señor,
me propongo cumplir la voluntad de Dios dentro de la Congregación.
33
Presidente:
Así mismo,
¿queréis, bajo la fuerza del Espíritu Santo,
esforzaros en alcanzar la caridad perfecta,
guardar con esmero las Constituciones
y ser fieles a lo que prometéis hasta la muerte?
Profesandos:
Sí. Quiero.
O bien:
Sí.
Con la fuerza del Espíritu Santo,
y durante todos los días de mi vida,
guardaré con todo esmero las Constituciones
y me esforzaré por amar a los hermanos
con el mismo amor con que Dios los ama
y ganar los más posibles para Cristo.
Presidente:
Profesandos:
Sí. Quiero.
O bien:
Sí.
Quiero dedicarme de por vida al ministerio de la Palabra
empleando todos los medios posibles
para extender por el mundo entero la Buena Noticia del Reino.
Y buscaré, como Hijo del Corazón de María, urgido por la caridad,
gozarme en las privaciones, abordar los trabajos,
abrazar los sacrificios
y gloriarme en la cruz de Jesucristo.
34
Dios, que comenzó en vosotros la obra buena,
Él mismo la lleve a término hasta el día de Cristo Jesús.
O bien:
El Dios de la misericordia,
que os ha llamado a la vida misionera claretiana,
os ayude con su gracia,
os configure con Cristo muerto y resucitado,
y os unja con su Espíritu
para evangelizar a los pobres
y anunciéis la Buena Nueva del Reino
en fidelidad y fortaleza.
Todos:
Amén.
Oración litánica
70.- Todos se ponen de pie. El Presidente, con las manos juntas, vuelto hacia el pueblo dice:
Pongámonos de rodillas.
72.- Los cantores entonan las Letanías propias de la Profesión religiosa y todos responden.
Puede omitirse algunas de las peticiones que se señalan con la misma letra. Se pueden introducir,
en el lugar correspondiente, invocaciones a los santos que se veneran con especial devoción en el
lugar. También pueden introducirse otras invocaciones, si es oportuno.
73.- El Presidente se levanta, mientras la asamblea permanece de rodillas, y, con las manos
juntas dice:
Todos:
Amén.
El diácono dice:
Podéis levantaros.
Todos se levantan.
Profesión
74.- Concluida la oración, cada uno de los que van a profesar se acerca al Superior, se arrodilla
y pone su mano entre las manos de él y pronuncia con voz clara la fórmula de profesión escrita de
su puño y letra. Dos religiosos actúan como testigos.
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Respondiendo a la vocación divina,
yo N.N.,
quiero procurar con el mayor empeño la gloria de Dios,
dedicarme plenamente a El
y seguir más de cerca a Cristo Señor, como los Apóstoles,
en el ministerio de la salvación de los hombres de todo el mundo.
Por eso, en presencia de la familia de Dios aquí reunida,
por tus manos Padre N.N.,
me consagro en el Espíritu Santo a Dios Padre
por su Hijo Jesucristo
y me entrego en especial servicio
al Inmaculado Corazón de la Bienaventurada Virgen María
en orden a conseguir el objeto
para el que esta Congregación ha sido constituida en la Iglesia.
Por tanto, hago voto a Dios
de castidad, pobreza y obediencia para siempre
y me comprometo a vivir en la comunidad de vida apostólica
de esta Congregación de Misioneros Hijos
del Inmaculado Corazón de María,
según sus Constituciones,
que observaré con todo el cuidado posible.
Os ruego, pues, hermanos, que os dignéis ser testigos de mi Profesión.
Orad por mí, para que en el servicio de Dios y de la Iglesia
sea fiel al espíritu del Fundador, San Antonio María Claret,
y alcance la caridad perfecta.
Amén.
Si los profesandos son muchos, pueden recitar todos a la vez la fórmula de la profesión,
pero cada uno particularmente ha de pronunciar: Por tanto,.. hasta con todo el cuidado posible,
demostrando así claramente su decisión personal.
75.- Luego, cada uno de los que acaba de profesar se acerca al altar y coloca sobre él la fórmula
de la profesión. Si puede hacerse fácilmente, firma la fórmula sobre el mismo altar y después se
retira a su lugar correspondiente.
76.- Concluida la profesión, los profesos, estando de pie, o el coro, pueden cantar una antífona
u otro canto que exprese líricamente el sentido de la entrega y alegría, por ejemplo:
O bien:
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Bendición solemne o consagración del profeso
77.- Terminada la profesión o el canto, los que acaban de profesar se ponen de rodillas
mientras el Presidente y la asamblea se ponen de pie. El Presidente, con las manos extendidas
delante del pecho, dice la oración de la bendición. También puede recitarse las oraciones de
bendición: Oh Dios, fuente y origen de toda santidad, o Dios Padre, por ti florece tu Iglesia
santificada, que se encuentran en los nn. 159-160.
Todos:
Amén.
78.- Acabada la bendición, el Presidente y el pueblo se sientan. Los recién profesos se levantan
y se acercan uno por uno al Presidente, quien les entrega el crucifijo, diciendo:
El profeso responde:
Amén.
Y regresa a su lugar.
------------------------------------------
Si son muchos los profesos, el Presidente recita la fórmula de la entrega del crucifijo una
sola vez en voz alta diciendo:
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------------------------------------------
Lejos de mí gloriarme,
sino en la cruz de mi Señor Jesucristo,
por el cual el mundo ha sido crucificado
para mí y yo para el mundo.
O bien:
Y se canta o se recita el salmo 65, u otro canto apropiado. La antífona se repite cada vez después
de cada versículo. Al acabar el salmo, no se dice Gloria al Padre, sino la antífona. Si la entrega de
los crucifijos se acaba antes de concluir el salmo o canto, se interrumpe el salmo y el canto y se
repite la antífona.
80.- Donde parezca oportuno, por costumbre o porque lo pidan las circunstancias, terminada la
entrega de los crucifijos, se puede significar de una manera visible que los recién profesos han
sido admitidos definitivamente en la Congregación, El Superior dice estas o parecidas palabras
de admisión y da a los profesandos el gesto de paz (de fraternidad).
Amén.
A continuación, el Presidente y los profesos dan un abrazo a los recién profesos como
signo de acogida en la comunidad claretiana. Los demás (familiares, amigos) lo harán en el
momento de la paz.
LITURGIA EUCARÍSTICA
82.- En la preparación de los dones es recomendable que algunos de los recién profesos lleven
al altar el pan, el vino y el agua para el sacrificio eucarístico.
83.- En las plegarias eucarísticas se hace conmemoración de la oblación de los profesos con las
fórmulas correspondientes, tal como se indica en sus propios lugares (cf. Misal Romano: Misa
Ritual en el día de la profesión perpetua).
85.- Después que el Presidente ha sumido el Cuerpo y la Sangre del Señor, los recién profesos
se acercan al altar para recibir la comunión, que se puede distribuir bajo las dos especies. Después
de ellos comulgan los participantes a la celebración.
DESPEDIDA
86.- Acabada la oración Postcomunión, los recién profesos se colocan delante del altar, y el
Presidente, vuelto hacia ellos, puede decir:
Todos:
Amén.
Presidente:
Amén.
Presidente:
Todos:
Amén.
Y a todos vosotros,
que habéis participado en esta celebración,
os bendiga Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo.
Todos:
Amén.
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CAPÍTULO CUARTO
88.- La renovación de los votos que se hace antes de la profesión perpetua se realiza dentro de
la celebración eucarística.
90.- Se dice la Misa correspondiente a la liturgia del día o la Misa ritual para el día de la
renovación de votos, conforme a las rúbricas (cf. Observaciones previas, nn. 9-11).
91.- Generalmente, el Superior, que recibe la renovación de los votos, presidirá la celebración
eucarística.
92.- Los que renuevan la profesión, sus padres, familiares, amigos y hermanos de
Congregación pueden recibir la comunión bajo las dos especies.
LITURGIA DE LA PALABRA
a) Escójanse las lecturas de la Misa del día o de los textos que se señalan en el
Leccionario, nn.101 - 152 (cf. Observaciones previas, nn 9-10).
94.- Terminado el Evangelio, se tiene la homilía. En ella se comentan las lecturas bíblicas y
también el sentido y el valor de la vida religiosa.
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Petición de la gracia divina
Todos:
Amén.
Renovación de la profesión
96.- Concluida la oración, cada uno que va a renovar la profesión se acerca al Superior, se
arrodilla y pone su mano entre las manos de él y pronuncia con voz clara la fórmula de la
Profesión. Dos religiosos actúan como testigos.
Si los profesandos son muchos, pueden recitar todos a la vez la fórmula de la profesión,
pero cada uno particularmente ha de pronunciar: Por tanto,.. hasta con todo el cuidado posible,
demostrando así claramente su decisión personal.
97.- El rito de renovación de votos termina con la Oración universal o de los fieles. Escójase el
formulario que se encuentra en los nn. 155 - 157.
LITURGIA EUCARÍSTICA
98.- En la preparación de los dones es recomendable que algunos de los recién profesos lleven
al altar el pan, el vino y el agua para el sacrificio eucarístico.
99.- El Presidente da la paz a cada uno de los recién profesos, según la costumbre del lugar. Si
son muchos, da la paz al primero de ellos, que la trasmite a los demás.
100.- Después que el Presidente ha sumido el Cuerpo y la Sangre del Señor, los recién profesos
se acercan al altar para recibir la comunión, que se puede distribuir bajo las dos especies. Después
de ellos comulgan los participantes en la celebración.
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CAPÍTULO QUINTO
TEXTOS DIVERSOS
A) Leccionario
124.- Ef 1, 3-14:
Dios nos eligió en la persona de Cristo, para que fuésemos consagrados e irreprochables ante Él
por el amor.
129.- 1 Pe 1, 3-9:
No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis.
130.- 1 Jn 4, 7-16:
Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros.
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IV.- ALELUYA Y VERSÍCULOS ANTES DEL EVANGELIO
136.- Jn 15, 5:
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos, dice el Señor;
el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto.
137.- 2 Cor 8, 9:
Jesucristo, siendo rico, por vosotros se hizo pobre,
para que vosotros, con su pobreza, os hagáis ricos.
V.- EVANGELIOS
144.- Mc 3, 31-35:
El que cumple la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre.
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145.- Mc 10, 24b-30:
Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.
146.- Lc 4, 16-22:
El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido.
147.- Lc 9, 57-62:
El que echa mano y sigue mirando atrás, no vale para el reino de Dios.
153.-
Dios todopoderoso,
fuente y origen de la vida del alma y del cuerpo,
bendice + esta agua,
que vamos a usar con fe
para implorar el perdón de nuestros pecados
y alcanzar la ayuda de tu gracia
contra toda enfermedad y asechanza del enemigo.
Concédenos, Señor, por tu misericordia,
que las aguas vivas siempre broten salvadoras,
para que podamos acercarnos a ti
con el corazón limpio
y evitemos todo peligro de alma y cuerpo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Amén.
En tiempo pascual:
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Señor Dios todopoderoso.
escucha las oraciones de tu pueblo,
ahora, que recordamos
la acción maravillosa de nuestra creación
y la maravilla, aún más grande, de nuestra redención;
dígnate bendecir + esta agua.
La creaste para hacer fecunda la tierra
y para favorecer nuestros cuerpos con el frescor y la limpieza.
La hiciste también instrumento de misericordia
al librar a tu pueblo de la esclavitud
y al apagar con ella su sed en el desierto;
por los profetas la revelaste como signo de la nueva alianza
que quisiste sellar con los hombres.
Y, cuando Cristo descendió a ella en el Jordán,
renovaste nuestra naturaleza pecadora
en el baño del nuevo nacimiento.
Que esta agua, Señor,
avive en nosotros
el recuerdo de nuestro bautismo
y nos haga participar en el gozo de nuestros hermanos
bautizados en la Pascua.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Amén.
Monición:
Intenciones:
Por la Iglesia de Dios, para que sea cada día más santa
y comunique santidad en el mundo.
Roguemos al Señor.
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Por los pastores de la Iglesia,
para que cumplan siempre su deber ministerial
según la imagen del sumo y eterno Sacerdote.
Roguemos al Señor.
Oración:
(Cf. n. 16).
155.- Moniciones:
Queridos hermanos,
oremos a Dios, nuestro Padre,
por la santa Iglesia
por la paz y salvación del mundo,
por nuestra Congregación
y especialmente por nuestros hermanos
que hoy han renovado su consagración a Dios
para que sean fieles a lo que han prometido
y gasten su vida en el anuncio del Evangelio.
156.- Intenciones:
57
Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo,
y, por la intercesión del Inmaculado Corazón de María,
derrama abundantemente tu Espíritu
sobre estos hijos,
llamados al perfecto seguimiento de Cristo,
para que sean siempre fieles
a lo que en este día han prometido.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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C) Otras dos Plegarias de bendición solemne o de consagración de los profesos
Oh Dios,
fuente y origen de toda santidad,
que de tal modo has amado a los hombres
que los ha hecho partícipes de tu divinidad,
y no has permitido que este designio de tu amor
lo extinguiera el pecado de Adán
ni lo cambiaran los delitos del mundo.
Ya en el comienzo de los tiempos
nos diste en Abel un ejemplo de vida inocente;
suscitaste, además, en el pueblo hebreo
varones santos y mujeres ilustres en toda virtud,
entre las que sobresale la Hija de Sión,
la Santísima Virgen María,
en cuyas entrañas virginales
se encarnó, para la salvación del mundo,
tu Palabra, Jesucristo nuestro Señor.
Él es la imagen de la santidad querida por ti;
se hizo pobre para enriquecernos,
se hizo siervo para devolvernos la libertad.
Por su misterio pascual
redimió al mundo con su amor inefable
y santificó a su Iglesia,
a la que prometió los dones del Espíritu.
Tú, Señor, bajo la inspiración del Paráclito,
has atraído innumerables hijos
hacia el seguimiento de Cristo,
para que, dejadas todas las cosas
y ligados con el vínculo del amor,
se unan a ti con ánimo ferviente
y estén al servicio de todos los hermanos.
Mira, Señor, a estos hijos tuyos,
a quienes has llamado según tu providencia,
y derrama sobre ellos el Espíritu Santo,
para que puedan cumplir fielmente con tu ayuda
lo que hoy, llenos de alegría, han prometido,
mediten atentamente y sigan con constancia
los ejemplos del Divino Maestro.
(Abunde en ellos una castidad sin mancha,
una pobreza alegre,
una obediencia generosa.
Te agraden por su humildad,
te sirvan con corazón sumiso,
te amen con caridad ferviente,
sean pacientes en la tribulación,
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firmes en la fe,
gozosos en la esperanza,
activos en el amor.)
Su vida edifique la Iglesia,
promueva la salvación del mundo,
sea signo preclaro de los bienes celestes.
Señor, Padre Santo,
sé para estos hijos tuyos apoyo y guía,
y, cuando lleguen al tribunal de tu Hijo,
sé recompensa y premio,
para que se alegren de haber consumado
la ofrenda de su vida religiosa;
y así, afianzados en tu amor,
disfruten de la compañía de los santos,
con quienes te alabarán perpetuamente.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos:
Amén.
159.- O bien:
Dios Padre,
por ti florece tu Iglesia santificada,
a ti te corresponde la alabanza de toda criatura.
En el comienzo de los tiempos
creaste un mundo feliz,
y, al quedar derrumbado por el pecado de Adán,
tú prometiste unos cielos nuevos y una tierra nueva.
Entregaste la tierra a los hombres,
para que la hiciesen fecunda con su trabajo,
y, caminando por ella,
dirigiesen sus pasos a la ciudad celeste.
Sobre tus hijos, iniciados en los misterios sagrados
y reunidos en la Iglesia santa,
distribuyes los dones variados de los carismas,
para que unos te sirvan en la vida matrimonial,
y renunciando otros a las nupcias,
por el reino de los cielos,
comuniquen sus bienes con los hermanos,
se amen mutuamente en caridad,
y, formando un solo corazón,
manifiesten la imagen de la asamblea eterna.
Te suplicamos
que derrames desde el cielo el Espíritu Paráclito
sobre estos hijos tuyos
que han aceptado las palabras de Cristo con fe constante.
Fortalece su espíritu
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y conforma su vida a la doctrina del Evangelio.
Abunde en ellos, Señor, la caridad mutua
y brille el amor a los hombres,
para que sean signo claro
de que tú eres el único Dios verdadero
y amas a todos los hombres con un amor infinito.
Concédeles, Señor,
que, resistiendo firmemente los combates de esta vida,
reciban ya ahora el céntuplo que has prometido,
y merezcan alcanzar el premio eterno.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Amén.
160.- Presidente:
Todos:
Amén.
Presidente:
El os conceda
recorrer en el gozo de Cristo
el camino estrecho que habéis elegido,
llevando con alegría las cargas de los hermanos.
Todos:
Amén.
Presidente:
Todos:
61
Amén.
Presidente:
Y a todos vosotros
que habéis participado en esta celebración,
os bendiga Dios todopoderoso.
Padre, Hijo + y Espíritu Santo.
Todos:
Amén.
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