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Más de 60 ecuatorianos proponen 8 acuerdos basados en el diálogo y la confianza

Parte del equipo promotor de Diálogos Vitales.


De izquierda a derecha: (fila 1) Felipe Espinosa, José Ignacio Morejón, Sandra Reed, Corinne Lebrun; (fila 2)
Roberto Salas, Diana Castellanos, Martin Jara, Paola Barriga; (fila 3) Isabela Pérez, Nicolas Maldonado, Saskia
Izurieta, Mateo Muñoz; (fila 4) Álvaro Galindo y Yolanda Kakabdse.
30 de julio, 2020 - 06h00

Seis de cada diez ecuatorianos creen que la sociedad civil será la que reactive el país, dice Roberto
Salas, uno de los promotores de la iniciativa ciudadana Diálogos Vitales.
Tras el paro nacional que vivió Ecuador en octubre pasado, la “incapacidad de los poderes estatales
y la ausencia de espacios de diálogo” empezaron a preocupar a este grupo de ecuatorianos,
incertidumbre que se vio acelerada por la crisis sin precedentes que ha provocado la pandemia de
COVID-19.
El proyecto Diálogos Vitales surgió hace pocos meses en medio del tiempo de aislamiento que se
impuso en el país y tiene como objetivo –mediante la vía del diálogo– ayudar a orientar el accionar
futuro sea colectivo o individual de la sociedad ecuatoriana.
La iniciativa, que se maneja de forma autofinanciada, comenzó con un grupo promotor de 21
ciudadanos que buscan construir espacios de diálogo y confianza. A ellos se sumaron 43 líderes en
diversas áreas, comprometidos en diseñar una propuesta de acuerdos mínimos para el país.
Los líderes fueron definidos según criterios de selección con base en la diversidad, equidad e
inclusión, partiendo de un estudio al cual tuvieron acceso y según el cual la sociedad civil y las
empresas son los dos actores de mayor confianza para los ecuatorianos. “La confianza de los
ciudadanos para el resurgimiento de Ecuador también está depositada en el gremio empresarial”,
agrega Salas.
Hasta el momento, Diálogos Vitales cuenta con doce participantes del sector privado empresarial,
catorce de la sociedad civil, ocho personas provenientes de instituciones relevantes del sector
público y cerca de una decena de expertos en reactivación económica, salud, educación, soberanía
alimentaria, desarrollo rural, trabajo en alianzas y sostenibilidad, todos participan en la iniciativa para
aportar con sus conocimientos y experiencias.
Salas comenta que en la iniciativa cuentan también con representantes de minorías del país.
En un primer consenso, todos los promotores y líderes comprometidos lograron definir tres
ejes para establecer ocho acuerdos mínimos que serán la base de trabajo para ir
alcanzando resultados en otras etapas de la iniciativa. “El resultado se logró a través de la
generación de confianza, en un diálogo respetuoso”, dice José Ignacio Morejón, también promotor de
la iniciativa, y cuenta que paradójicamente a lo que se pensaría, llegar a un acuerdo entre tantas
personas y distintas ramas no les resultó difícil.
El primer eje comprende la Unidad y colaboración nacional;
el segundo la Recuperación justa y sostenible; y
el tercero, el Cambio del modelo de desarrollo, que esperan difundir a
través de los actores involucrados.
En el primer eje se encuentran tres de los ocho acuerdos: construir confianza como valor
indispensable para definir una visión común partiendo de la honestidad es el primero; promover el
diálogo social, colaborativo e igualitario; y crear un proceso denominado Minga Ecuador, en el que
todos los ecuatorianos puedan unirse para generar y fomentar acciones que construyan el bien
común.
Los promotores comentan que Minga Ecuador es el brazo de la iniciativa a la que esperan
que se sigan sumando los ecuatorianos, mediante la página web, con propuestas para que por
medio del diálogo y con base en la ética y en pro de intereses comunes permitan reconstruir el país,
y también con su participación en otras mingas ya propuestas para apoyar con su difusión y
aplicación en la sociedad.
Hasta ahora la iniciativa ha conseguido captar 36 ideas de ciudadanos que podrían
llegar a convertirse en mingas.
En estas se encuentran todo tipo de planteamientos que abarcan temas que van desde fomentar
emprendimientos sostenibles en zonas como la Amazonía, erradicar la corrupción y la desnutrición
en el país, cerrar la brecha de desigualdad y también otros que apuntan al desarrollo de la
tecnología, el cuidado ambiental y de los recursos naturales.
En tanto, en el segundo eje se establecen dos acuerdos más: un accionar en conjunto para
desarrollar resiliencia que permita la recuperación urgente con miras a largo plazo, guiados por la
ética y la justicia, reconociendo las capacidades propias del Ecuador que puedan ser potenciadas
con innovación y emprendimiento; y, el quinto, forjar una sociedad solidaria de seres humanos
libres con igualdad de oportunidades.
Y en el tercer eje se establecen los tres acuerdos finales: alcanzar metas comunes que
garanticen dignidad, los derechos y un desarrollo justo y equitativo para todos, unidos en la
diversidad, con respeto, humildad y corresponsabilidad; promover un modelo de desarrollo
interdependiente, descentralizado y sostenible, que reduzca la inequidad y la pobreza con una
gobernanza transparente, democrática y participativa; y asegurar que este modelo de desarrollo sea
ambientalmente responsable y conciba a la naturaleza como un seguro de vida para las futuras
generaciones.
No obstante, Morejón dice que los ocho acuerdos pueden ser aplicados en cualquier situación y
hace un llamado a todos los ecuatorianos a aplicarlos hasta en las cosas más cotidianas.
Lourdes Luque de Jaramillo, otra integrante del grupo promotor, dice que ahora que se
han definido estos primeros ocho acuerdos mínimos ha llegado el momento de la adhesión de los
ciudadanos a la iniciativa.
“Queremos que todos los ecuatorianos se sientan parte de este país en
construcción. Una sola hoja de ruta, un solo país”, apunta.
En el país al igual que esta iniciativa existen otras basadas también en el diálogo que se están
impulsando, como Reinventa Ecuador y las Mesas de Concertación, y con las que los promotores de

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