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“Rómulo Gallegos”
ENSAYO
Profesora: Bachiller:
Por la palabra principio se entiende, una “norma o idea fundamental que rige el pensamiento o la
conducta". Un principio es una aspiración, una guía, un indicador, es la orientación central de un
sistema. Los principios constitucionales que pueden ser llamados también principios fundamentales, se
refieren a los valores éticos, sociales, legales e ideológicos, que se consagran en la constitución de una
nación. En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela estos principios estan presentes
desde el Preámbulo hasta el último de los artículos, constituyen el fundamento filosófico y político de
Venezuela y a partir de ellos se deriva todo el ordenamiento jurídico de nuestro país, sin embargo el
Título I de dicha constitución señala directamente los principios fundamentales del Estado. Los valores
superiores de la sociedad venezolana son los siguientes: libertad, independencia, paz, solidaridad, bien
común, integridad territorial, convivencia y imperio de la ley o Estado de Derecho.
El primero de los principios es el de supremacía constitucional este sigue la tesis de Hans Kelsen, es un
principio teórico del Derecho Constitucional que desde su origen postula ubicar a la Constitución de un
país por encima de todo; la supremacía constitucional tiene como fundamento legal los artículos 7, 131,
333, 334, 335 y 336 de la CRBV. De los artículos ya antes mencionados es importante resaltar el artículo
7 de la CRBV que consagra lo siguiente "La Constitución es la norma suprema y el fundamento del
ordenamiento jurídico. Todas las personas y los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a la
Constitución", dicho esto se comprende el artículo anterior como un principio de supremacía y fuerza
normativa de la Constitución. El principio de supremacía constitucional implica un derecho de los
ciudadanos a que la Constitución aprobada por el pueblo en todo momento sea la norma suprema, que
no sea violentada y además no sea modificada sino mediante los procedimientos previstos en la misma.
La humanidad ha debido evolucionar mucho para llegar a la protección que hoy en día se le brinda a los
derechos humanos, considerando que apenas en el año 1948, posterior a la Segunda Guerra Mundial, la
cual envolvió a las tres cuartas partes de la población mundial, fue la fecha en que se adoptó por
unanimidad por los 190 países del mundo, la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”.
Este principio establece que los derechos humanos son el valor supremo del ordenamiento jurídico y
que todas las leyes y acciones deben ser conformes a ellos. Esto significa que cualquier ley o acción que
viole los derechos humanos se considera inválida e inconstitucional. El principio de preeminencia
jerárquica-juridica de los derechos humanos contribuye a que el gobierno respete y proteja los derechos
y libertades fundamentales de sus ciudadanos. El artículo 19 de la CRBV consagra lo siguiente: “El Estado
garantizará a toda persona, conforme al principio de progresividad y sin discriminación alguna, el goce y
ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependientes de los derechos humanos...” entonces puede
decirse que los derechos humanos se definen como aquellos principios que deben regir a los
ordenamientos jurídicos, nacionales e internacionales, ya que la definición teórica que hoy conocemos
de los derechos humanos es un reconocimiento al respeto por la naturaleza humana en toda su
dimensión, moral, psicológica, familiar, social, étnica, cultural, religiosa, económica y política. El ser
humano no puede deshacerse de sus derechos, y menos puede hacerlo alguna institución nacional o
internacional, así como tampoco se podrían seccionar para gozar sólo de alguno de ellos, no obstante la
limitación a los derechos humanos son los derechos de los demás seres humanos.
Proseguiremos con el principio de legalidad y legitimidad jurídica de las actuaciones de los poderes
públicos; el principio de legalidad es un principio fundamental del derecho constitucional, es una
condición necesaria para poder afirmar que un Estado es un Estado de derecho. Todo ejercicio de un
poder público debe realizarse acordé a la ley vigente y su jurisdicción, no en la voluntad de una persona
particular o un mandatario. Cuando un Estado se atiene a dicho principio, las actuaciones de sus
poderes están sometidos a la Constitución y al estado actual o al imperio de la ley. Se considera que la
seguridad jurídica requiere que las actuaciones de los poderes públicos estén sometidas al principio de
legalidad.
La legitimidad forma parte del orden de la política y de la ética pública (fundamentación de las normas y
de las decisiones). De esta forma, mientras que la legalidad genera obligación, la legitimidad genera
responsabilidad (política o ética) y reconocimiento.
El principio de legalidad y legitimidad de los poderes públicos en Venezuela es otro principio importante
en la constitución del país. Este principio establece que todos los poderes públicos deben actuar en el
marco de la ley y que sus actuaciones deben ser legítimas y transparentes. Exige que los poderes
públicos rindan cuentas al pueblo y respeten los principios de la democracia y el estado de derecho. Este
principio ayuda a garantizar que el gobierno opere de manera transparente y responsable y que sus
acciones estén en línea con la voluntad de la gente. Además proporciona un marco legal para que las
personas y los grupos responsabilicen a los funcionarios públicos si actúan fuera de la ley o abusan de su
poder.
El Poder Legislativo, encargado de dictar las leyes; el Poder Ejecutivo, encargado del gobierno y la
administración de los asuntos públicos; el Poder Judicial, encargado de administrar justicia y resolver los
conflictos con sujeción a la Ley; el Poder Ciudadano encargado de velar por la buena gestión y la
legalidad en el uso del patrimonio público; y el Poder Electoral, encargado de la dirección, supervisión y
control de todos los actos relativos al desarrollo de los procesos electorales y de referendos, previstos
en la CRBV. Estos cinco conjuntos orgánicos en el texto de la Constitución se encuentran separados, son
autónomos e independientes entre sí, y cada uno de ellos tiene sus competencias constitucionales y
legales específicas. Es garantía de la libertad, porque la división y separación del poder es un mecanismo
de control que evita la concentración del poder y el ejercicio del mismo.
La separación de poderes se entiende en el sistema venezolano, en primer lugar, como una separación
orgánica entre los órganos de cada rama del Poder Público; y en segundo lugar, como una asignación de
funciones propias a cada uno de dichos órganos; pero nunca como una separación de funciones
atribuidas con carácter exclusivo a los distintos órganos. Mediante este principio se reserva a ciertos
órganos el ejercer una función en una forma determinada (funciones propias), lo que no excluye la
posibilidad de que otros órganos ejerzan esa función en otra forma. Por lo tanto, de acuerdo con lo
establecido en el artículo 136 de la Constitución, la asignación de funciones propias a los órganos que
ejercen los Poderes Públicos, no implica que cada uno de los órganos del Estado siempre tenga el
ejercicio exclusivo de alguna función estatal específica.