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Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (3,1-9). Sal 32,12-13.14-15.20-21. Lucas (4,38-44).

En el contexto actual sabemos muy bien los diversos escándalos que han salido a la luz pública sobre los abusos
sexuales de parte de religiosos y sacerdotes. Esto es una realidad compleja que nos toca directamente a nosotros,
pues somos religiosos. Algunos se atreven a decir que dichos abusos sexuales tienen sus raíces en personas que
han tenido desajustes de tipo afectivo, especialmente en el caso de los homosexuales.

Siguiendo con dicho tema, la Iglesia es clara al negar la admisión a ser religiosos o sacerdotes a aquellas personas
homosexuales, y alguien podría decir: “Hay que mirar lo que la persona quiere”; frente a lo cual la Iglesia dice: “El
solo deseo de llegar a ser sacerdote no es suficiente y no existe un derecho a recibir la Sagrada Ordenación”. De
manera sincera les digo; si hay problemas afectivos en general revísate, cuestiónate, o como diría Theodor Adorno:
“Piensa en contra de ti mismo”. Sólo de esta manera podrás descubrir que bajo un desorden afectivo no se puede
vivir sino bajo los parámetros del sufrimiento. No porque seas una mala persona, sino porque nuestra misma
estructura no genera un acompañamiento riguroso de ciertas realidades afectivas. Es mejor seguir creciendo
afuera de esta estructura…

Es de aclarar que el punto de partida de esta reflexión son las lecturas del día de hoy: si buscas realmente a Jesús
no lo vas a retener, si lo retienes, es porque te crees dueño de él, lo haces a tu imagen y semejanza. En el
evangelio se nos decía: “La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les
fuese”, y Jesús les dice que lo dejen ir a predicar a otros. No retengas a Jesús en el confort de tu forma de vida. Si
después de tres años de estar en este proceso no has podido madurar afectivamente no pretendas retener a
Jesús, no pretendas retener a tu formador… pues eso es tentar al formador para que retenga a Jesús, es decir,
para que te hable solo a ti y en favor de ti, olvidando que hemos de responder a una vida eclesial que plantea
claramente unas exigencias… La vida religiosa o el sacerdocio entendidos como procesos no pueden ser para
nosotros un refugio, sino que tiene que ser una voz de aliento para tomar decisiones en la vida; el hecho de estar
fuera de una estructura religiosa no te lleva a ser malvado, quizás eso es lo que Dios te esté pidiendo hoy: No me
retengas.

Dios te ha escogido como parte del pueblo de su heredad, sin embargo, ¿realmente crees que es honesto ser parte
de la heredad de Dios cuando pretendes estar ahí bajo los parámetros del engaño? Si persisten tus problemas
afectivos –ya sea con hombres o mujeres-, aprovecha el contexto actual donde muchas personas expresan con
libertad su opción y manera de vivir. Si vas a permanecer aquí ocultando tu realidad sexual, en algún momento
saldrá a la luz… y cuando tus hermanos estén hablando en torno a ti sobre tu orientación sexual no te quejes, tú
mismo has decidido vivir ocultando tu realidad y en lo oculto los demás lo comentarán.

En la primera lectura escuchábamos cómo algunas personas reconocieron su seguimiento a Cristo gracias a
ciertos representantes –Pablo o Apolo-, pero se olvidaron de la raíz. Quizás nosotros estemos dando más gracias
al formador que me ha permitido estar hoy aquí y NO TANTO a Dios, quien habla realmente a la conciencia e
impulsa a tomar decisiones sabias. Si quieres seguir a “Pablo y Apolo” “sigan” en la comunidad, pero después no te
quejes si murmuran de ti… no te hagas la víctima… es de admirar aquellos jóvenes que supieron reconocer su
homosexualidad o sus problemas afectivos y prefirieron vivir en la libertad y no en la represión de una estructura.
Estas palabras son dirigidas a hombres de espíritu, maduros, capaces de intuir la intención de fondo en lo
expresado. Y quien se sienta ofendido por estas palabras es un hombre carnal.

Nota: Si esto que dije no corresponde a lo que desean o extrañan vivir ustedes, échenlas al tarro de basura que
está en la entrada de la cafetería. Así podré ir a recogerlas para recordarles a tantos jóvenes que, en lugar de
seguir a Cristo, siguen al padre formador que ha alcahueteado una realidad tan grave de manera ingenua,
creyendo que puede llegar a cambiar al formando. Cada uno sabe lo que hay en el corazón y, si el formador duda
es mejor que no se arriesgue…

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