Está en la página 1de 417

AGRADECIMIENTOS

Gracias a todas las personas que me rodean y que enriquecen mi vida con
su presencia.
Antes que nada quiero dar las gracias a todas las personas que me aman y a
todas las que se dejan amar por mí o por otros. Si a solas, sin que nadie nos
escuche, te pregunto si te gusta que te quieran, conozco tu respuesta sin
lugar a dudas.
A mis pacientes, a los que amo tiernamente, quiero darles las gracias por
confiar en mí, por desnudar su alma y concederme el honor de colaborar en
una parte del camino hacia su bienestar.
Afortunadamente, tengo muchas personas que me aman, y me atrevería a
afirmar que no tengo enemigos, al menos que yo conozca. Quizá porque el
daño que me hayan podido causar a lo largo de mi vida he procurado
transformarlo en aprendizaje; no he devuelto las ofensas. Quizá también
porque una parte de mí me hizo reconocer a tiempo que todo,
absolutamente todo, estaba en mi mente, y que, por tanto, no existen
enemigos ahí afuera. En realidad no existe ese afuera. A ellos también les
dedico este libro y mi más sincero agradecimiento. Con su comportamiento
solo han reactivado unas heridas que yo ya tenía; me han ayudado a
descubrirlas y a poder sanarlas.
Gracias especialmente a estas personas.
Gracias a mis padres por trasmitirme valores positivos y ayudarme a
encarnar cumpliendo así con mi objetivo.
Gracias de todo corazón a mi hermano Julio que sin interesarle apenas el
mundo espiritual, ha sido la primera persona que ha leído este libro, para
darme su opinión profesional y asesorarme en la forma apropiada para su
difusión.
Gracias a mis amigos y familiares, a los que no cambiaría por nada del
mundo, porque todos ellos sin excepción han aportado cosas importantes en
mi vida. Y en especial a Paco y Maribel que cada vez tengo más claro que
son mis ángeles de la guarda en la Tierra, y que han colaborado con las
fotos y portada de este libro.
Y gracias a la Fuente Creadora por darme la oportunidad de experimentar la
proyección de mi amor al exterior en la misma medida en que lo percibo
dentro de mí.

GRACIAS A TODOS VOSOTROS POR ESTAR


AHÍ.
PREFACIO
Antes de empezar, me gustaría darte las gracias, lector anónimo. Sí, gracias
por confiar en Yo Soy la Luz, por decidir leer este libro, que, como yo,
sabes no es más que un recuerdo del conocimiento que vive en tu interior.
No lo leas si tu intención es que no se produzcan cambios dentro de ti.
¡Enhorabuena si has decidido continuar! Eso significa que eres valiente y te
gustan los retos.
Hay cosas que quizá no entienda tu mente lógica-racional. No importa,
sigue adelante, una parte de ti estará despertando y empezarás a recordar
quién eres y qué haces realmente aquí, y entonces lo entenderás todo.
Cuando lo leas es aconsejable hacerlo dejándote llevar por lo que te hace
experimentar y te darás cuenta de que la mayoría de las cosas son más
sencillas de entender desde el corazón que desde la mente tal y como la
tenemos utilizada a día de hoy.
En este libro hay manifestada una frecuencia vivencial de Paz adquirida a
través del sentir, desde la experiencia profesional de mis trabajos de ayuda a
las personas que buscando alivio a su malestar han conseguido liberarse en
gran medida de aquellas causas que les estaban perturbando.

Con la lectura de este libro, podrás conseguir un conocimiento basado en la


liberación de aquello que te está haciendo sentir en tu ser un estado
desarmonizado consigo mismo.

Lo que se expresa en este libro, está basado en experiencias reales. Por ello,
le da autenticidad científica, puesto que no son meras conjeturas literarias.

La lectura de este libro te conecta con una frecuencia de expansión y


libertad amorosa.

Mi nombre es Virginia y soy una persona como tú, que comenzó su


búsqueda interior porque lo que veía a su alrededor no le convencía del
todo, y porque intuía que el ser humano era mucho más de lo que
aparentaba.
¿Y tú?: ¿Crees que cuando tu cuerpo muere mueres con él?, ¿piensas que
cuando el cuerpo deja de existir renaces a una nueva vida?, ¿consideras que
eres un ser inmortal?, ¿crees que toda vez que el cuerpo desaparece se
produce tu despertar?
Desde muy pequeña empecé a sentir que este no era mi mundo. ¿Piensas tú
que es el tuyo?
Mi familia me educó en la religión católica y yo asumí el concepto de que
tenía que ser buena por encima de todo, incluso de mí misma. Llegué a
aferrarme tanto a la idea de que mi Padre sólo me amaría si me sacrificaba
por los demás, que olvidé atender las necesidades propias. Creí también que
tenía que conseguir que todos me amaran, porque así mi Padre se sentiría
orgulloso de mí.
Igualmente adopté ese maravilloso pensamiento (nótese la ironía) de que
era culpable por todo. Me habían enseñado que todos somos pecadores a los
ojos de Dios. Que Jesús, nuestro hermano, había muerto por culpa de
nuestros pecados. Que yo era un ser insignificante cuyo objetivo principal
era ganar el afecto, aprecio y amor de mi Padre Dios. El resultado fue que
aprendí a ser buena con los demás, pero no conmigo. ¡Qué ideas tan dañinas
y tan equivocadas!
Posteriormente supe que Dios me ama tal y como soy, sin hacer nada
especial. No sólo no me considera insignificante, sino que para Él soy algo
muy grande. Lo mejor de todo no es que Dios esté a mi lado, sino que está
dentro de mí. Yo formo parte de Él y Él de mí.
Recuerdo que cuando empecé a averiguar todo esto mi madre me dijo: “¡No
digas eso, cómo vas a ser como Jesús, que fue el Hijo de Dios! Nosotros no
podemos compararnos a él. Eso es blasfemar”.
Le respondí: “Es Él quien me ha ayudado a descubrir que soy igual que Él,
que todos lo somos, que lo único que tenemos que hacer es elegir el camino
adecuado para hacernos conscientes de ello, para despertar de este letargo
que no nos permite abrir los ojos a la verdad absoluta de lo que somos y lo
que hacemos aquí”.
Si alguien me pregunta hoy si soy una persona religiosa, mi respuesta es
rotunda: yo soy un ser espiritual.
Hay algo que me gustaría dejar claro desde el principio, la religión en
algunas ocasiones ha enmascarado la verdad, y eso ha hecho que hoy
muchas personas sientan rechazo hacia la palabra espiritual, en el error de
creer que espiritualidad y religión son lo mismo.
En mi antigua consulta convivían dos figuras, una de Jesús y otra de Buda.
Muchas personas me preguntaban el porqué de esa convivencia. Tenían
para sí que creer en uno excluía seguir al otro.
Siempre les daba la misma respuesta: ¿Imaginas a Jesús y Buda peleando
por ver quién es mejor de los dos? Evidentemente, nadie era capaz de
evocar al disparate. “Luego entonces, pueden estar juntos; ambos
transmitieron enseñanzas muy positivas para la Humanidad”, continuaba
argumentando yo.
Vivimos en una sociedad que te obliga a decantarte prescindiendo de la
riqueza de matices que existe en el espacio que separa las opciones: católico
o budista, Barça o Madrid… ¿Por qué no quedarnos con la parte positiva de
todos y cada uno de ellos? ¿No ganaríamos tomando una actitud más
abierta y flexible en nuestra vida? ¿Nos interesa realmente ver todo en
términos de bueno o malo, de estás conmigo o contra mí? Salimos
perdiendo en ese mundo del blanco o negro, pero, en cualquier caso, cada
uno debe adoptar la postura que le resulte más gratificante.
Sinceramente, con respecto a la religión me tengo por una persona muy
espiritual, pero nada religiosa. Considero adecuadas algunas ideas de las
diferentes confesiones que han llegado hasta nuestros días, pero hay otras
que limitan nuestra libertad. El simple hecho de hacer incompatible, por
ejemplo, ser católico y budista al mismo tiempo es ya una limitación
inaceptable para mí.
Por encima de todo, somos seres libres y no debemos permitir que nada ni
nadie coarte nuestra libertad.
¿Cómo conseguí llegar a estas conclusiones? Me llevará tiempo ofrecerte
una idea clara. Voy a contártelo desde el corazón para intentar que disfrutes
conmigo de todo lo que fui descubriendo sobre nuestro verdadero origen.
Hoy 27 de mayo de 2010 me he decidido por fin a escribir mi trayectoria
desde que comencé mi camino de crecimiento personal. Si inicio el
proyecto, es porque considero que estas páginas pueden ayudar a algunas
personas a abrir las puertas a su espiritualidad.
La práctica totalidad de quienes sostenéis en este momento el libro entre
vuestras manos pertenecéis a uno de estos cuatro grupos:
1) Os ha llegado a través de amigos o conocidos y os preguntáis: ¿pero
para ser espiritual no hay que ser primero muy religioso? Y os
respondéis: no me interesa este libro porque no soy nada religioso.
2) Los que os definís como ateos: no creo en Dios, ni en ningún
espíritu, eso son cosas esotéricas, no son reales.
3) Los que creéis en vuestro espíritu, pero no os identificáis con
ninguna religión.
4) Los que tenéis una religión como dogma pero desconocéis vuestra
espiritualidad. Simplemente os limitáis a repetir una serie de rituales
que se os han enseñado, sin dedicaros a sentir lo que estos generan.
Probablemente haya personas fuera de estos cuatro grandes grupos, pero
básicamente las que he encontrado hasta ahora encajan en alguno de ellos y
todas son muy respetables para mí. Cada uno tenemos nuestro camino y
ninguno es mejor que otro.
Otra cosa que he ido descubriendo a lo largo de los años y que me ha
dejado muy sorprendida es que hasta la persona más atea del mundo es
espiritual.
A veces vivimos tan alejados de nosotros mismos que nos limitamos a
cumplir una serie de requisitos que la sociedad nos impone, aquello que
estimamos “políticamente” correcto: los hombres no pueden llorar porque
eso implica debilidad, tienes que tener una imagen perfecta para agradar a
los demás, no puedes…, no debes…
Así vamos creando un personaje que a veces nada tiene que ver con
nosotros, con el desgaste emocional que ello implica. Tanto es así que hasta
se nos olvida que tenemos un espíritu o, mejor dicho, como apuntaba el
paleontólogo y filósofo francés Pierre Teilhard de Chardin, y
posteriormente entre otros el psiquiatra Brian Weiss: “Somos seres
espirituales viviendo experiencias humanas”. Pero eso ya lo explicaré más
adelante a través de las experiencias que he ido teniendo con varios de mis
pacientes.
En el caso de que te estés planteando si este libro te aportará algo, la
respuesta es que si lo tienes ante ti, o te ha llegado información de él a
través de alguien, sí te va a aportar algo, nada es casual.
Si tu argumento es que estás bien y no tienes ningún problema, por lo que
no necesitas ningún cambio, deja que te pregunte si eres feliz con
mayúsculas, las 24 horas del día y los 365 días del año. Si tu respuesta es
negativa, tienes un problema. Créeme, tu estado natural es el de la felicidad
eterna. Si aún no lo has logrado, ¿por qué te conformas?, ¿acaso no te
sientes merecedor de algo mucho mayor?
Recuerdo una conversación con algunos colegas psicólogos en los que uno
de ellos se confesaba quejoso ante el hecho de que una compañera se
hubiera formado más que él, lo que en buena lógica le restaría pacientes. Le
respondí: “Estoy segura de que los pacientes que te llegan a ti no son los
mismos que me llegan a mí, ni los que le llegan a ella. Cada paciente busca
su terapeuta, como cada terapeuta atrae sus propios pacientes”.
Si algo he aprendido a lo largo de mi recorrido profesional, es que no solo
yo he ayudado a mis pacientes, sino que todos ellos me han aportado mucho
en mi vida. Incluso me han ayudado a descubrir cualidades que había dentro
de mí. Siempre les voy a estar agradecida por ello, por confiar en mí y por
ayudarme a cumplir con mi misión de ayuda a la humanidad.
PRÓLOGO
Hemos llegado al final de un trayecto. Los humanos se han organizado a lo
largo de los años siguiendo diferentes pautas. Los primitivos solventaban
sus necesidades repartiéndose entre cazadores y recolectores. Los
medievales, en torno al señor feudal, lo que les reportaba la aparente
protección de unas murallas. Sin abundar mucho y llegando hasta el siglo
XX, la humanidad se articuló básicamente entre dos modelos opuestos, uno
consagraba la intervención del estado en prácticamente todas las facetas de
la vida, desde la educación misma hasta el modo de acceder a una vivienda,
y el otro colocaba la libertad –de mercado, como exponente principal- en la
cúspide de los mandamientos a cumplir para obtener una sociedad mejor.
Aunque muy diferentes en las formas, en el fondo subyacían muchas
similitudes entre ambos. En los dos existían unas élites dominantes. Las de
los países socialistas no eran elegidas y atesoraban los medios de
producción descritos por el marxismo, mientras que las capitalistas, que
nacen de procesos electorales, dejan esas herramientas de obtención de
beneficios a individuos privados que, a su vez, pasaban a ser élites. Los
unos escalaban vía partido, los otros, vía patrimonio.
En los últimos años de la década de los ochenta, Mihail Gorbachov dio por
fallecido al modelo socialista y anunció un proceso de perestroika
(reestructuración) y glasnost (transparencia). De facto significaba que el
mundo del aparente comunismo eterno se pasaba al capitalismo, dicho sea
prescindiendo de los miles de matices que empaparon el proceso.
El mundo occidental celebró la buena nueva, que se tradujo en hitos de
suma relevancia histórica como la caída del Muro de Berlín. En el plano
geoestratégico, la decisión de Moscú produjo un cambio brutal en pocos
años.
La Segunda Guerra Mundial provocó extrañas alianzas. Los soviéticos por
el este y los aliados por el oeste tenían el interés común de empujar a Hitler
dentro de las fronteras germanas y perseguirlo después hasta Berlín mismo
para finiquitar el nazismo. La locura bélica alemana desató la violencia en
varios escenarios provocando 60 millones de muertos, entre ellos seis
millones de judíos y los más de 200.000 japoneses víctimas de las dos
bombas de destrucción masiva arrojadas por Estados Unidos cuando el final
de la contienda estaba escrito.
Tras la guerra, la URSS y EEUU se repartieron el mundo. Eran las dos
nuevas superpotencias y, como tales, se iban a vigilar de manera estrecha y
a castigarse en la carne de sus respectivos aliados. Tan grandes eran sus
diferencias, que ambos estaban dispuestos a tragar sapos si eso les ponía en
ventaja frente al otro. Un ejemplo claro lo tenemos en España. Después de
derrotar a los nazis y fascistas, Estados Unidos ensoleró al dictador Franco,
neutral durante la contienda pero claramente inclinado hacia las destructivas
ambiciones de Adolf Hitler. El motivo básico de esa permisividad
americana estribó en que el golpista español permitiera la instalación de
bases militares estadounidenses en lugares estratégicos como Rota, que
permitían controlar el paso por el estrecho de Gibraltar.

De ese modo, los soviéticos tenían cerrado el paso por el Sur de Europa en
una hipotética maniobra de avance hacia Norteamérica a la vez que se
asegurada a las tropas del Tío Sam una base cercana al enemigo por el este.
Ese difícil equilibrio terminó cuando Gorbachov enterró al comunismo ante
el evidente fracaso de su puesta en práctica. El saqueo por parte de los
mandatarios siempre estuvo por encima de la justicia que pregonaba el
modelo. Antes que repartir la riqueza, mejor se la quedaban ellos. Y si para
ello era necesario instaurar un régimen de terror, no se dudaba, al menos
Stalin no lo hizo. También parte de la base ciudadana encontró formas de
ser protegida por el estado sin tener que arrimar el hombro.
Nos quedó entonces el capitalismo, un modo de entender la vida que
permite prosperar hasta tener una existencia medianamente cómoda, pero
que, aplicado según las doctrinas más puristas, abandona a todos aquellos
que no se encuentran en condiciones de competir con el resto y no duda en
expoliar materias primas a los países en los que basta tener feliz al dictador
de turno para conseguirlo. La religión del capital alcanzó su cénit desde
mediados de los años 90.
Tras los fastos de 1992 –Juegos Olímpicos de Barcelona y Expo de Sevilla,
principalmente- España entró en recesión. La economía había logrado
mantenerse hasta ese momento por el alto nivel de inversión pública que
requerían esas celebraciones, pero terminadas estas llegaron con toda su
fuerza los problemas derivados de las tensiones petroleras motivadas por la
Primera Guerra del Golfo –la de Bush padre- y el estallido de la burbuja
inmobiliaria de Japón.
En 1994, los números empezaron a mejorar. Muy poco a poco al principio.
Sin embargo, la llegada del PP a La Moncloa en el año 1996 aceleró a
fondo la remontada. ¿Cómo? Creando las condiciones para hacer del sector
de la construcción uno de los principales motores y afrontando la
privatización de empresas públicas de gran tamaño (Endesa, Repsol,
Telefónica…), lo que disminuía el patrimonio nacional, pero evitaba gastos
a las cuentas estatales.
La rueda se puso en marcha a gran velocidad. Una nueva ley del suelo
provocó que las urbanizaciones proliferaran como las setas en el bosque. A
pesar del reciente batacazo japonés por la misma vía, nadie en la clase
política con mando en plaza quiso echar la vista atrás; ni siquiera lo hacían
cuando los expertos les advertían del desastre que se avecinaba. Tampoco
cuando Zapatero tomó el relevo en 2004 varió el rumbo de la nave. Poner
ladrillos garantizaba una tasa de desempleo baja y unos altos ingresos a las
arcas públicas vía impuestos. Con los bolsillos de los ciudadanos cargados,
el consumo interno vivía una época feliz, más aún cuando el sector
financiero ponía en circulación cuánto dinero se le pedía y aún más.
Y así arribamos al momento actual, en el que, como decía en la primera
oración de este prólogo, hemos llegado al final de un trayecto. El
capitalismo también ha muerto. Se ha suicidado. Ha fallecido de éxito.
Llámese como se quiera. Si de resultas de esta crisis de dimensión
dramática saliéramos viviendo bajo los mismos parámetros que antes de
padecerla, solo sería para caminar con paso vivo hacia una nueva y más
grave autodestrucción. De hecho, ya hay cuestiones que se están variando.
Por poner solo un ejemplo, Europa camina hacia la unidad bancaria para,
entre otras muchas cuestiones, evitar otra sequía crediticia como la actual.
Pero asuntos como este se mueven en el plano de la técnica y el cambio
debe ser mucho más profundo.
En el ejercicio de mi profesión tuve ocasión no hace mucho de entrevistar al
economista austriaco Christian Felber, padre de la economía del bien
común. Él da por superada la dicotomía comunismo-capitalismo y defiende
que el objetivo de la actividad productora debe ser ese bien común. No
renuncia a la obtención de beneficios, pero sí los condiciona a que lograrlos
sirva a ese objetivo de mejorar la sociedad en su conjunto.
Cuando la vereda termina en un precipicio, es indispensable volver hacia
atrás y buscar sendas adyacentes, dar rienda suelta al pensamiento lateral
con el que los niños imaginan soluciones a cada instante. Reiterar los
errores conduce a repetir una y otra vez los fracasos.
Resulta una evidencia que no utilizamos todo el poder que nos ofrece
nuestra mente. No se nos educa para ello y eso provoca que en el binomio
miedo-soluciones las más de las veces triunfe el primero. Si por donde
hemos caminado hasta el momento no nos ha conducido hasta la felicidad,
¿por qué no explorar otras trayectorias? No se trata de cambiarlo todo de la
noche a la mañana, no de romper con el pasado de manera drástica
corriendo el riesgo de olvidar los errores cometidos.

Cada uno a su manera, en sus límites, los que cada cual fije para sí, estamos
llamados a inventar un futuro mejor, más garantista para nosotros y el resto
de la sociedad. Empezar por sonreír es una buena forma de acercarnos a
conseguirlo.

Julio Gutiérrez
Redactor Periódico LA PROVINCIA (Gran
Canaria)
CAPÍTULO 1
¿ESTÁS DISPUESTO A ASUMIR TU
PODER?
Este libro es una guía para ayudarte a recordar quién eres y encontrar la
Felicidad Plena. Sin embargo, antes de continuar sería bueno que
reflexionaras sobre las siguientes cuestiones y pensar si estás dispuesto a
comprometerte con cada una de ellas. De lo contrario, estarás cerrando las
puertas a tu bienestar. Te recomiendo que las leas tranquilamente, dándote
tiempo para responder.
1) ¿ESTÁS DISPUESTO A DEJAR DE JUZGAR A LOS DEMÁS
POR SUS ACTOS? ¿Y A TI MISMO?
2) ¿ESTÁS DISPUESTO A DEJAR DE INTENTAR CAMBIAR A
LOS DEMÁS, PARA ASÍ SENTIRTE MEJOR?
3) ¿ESTÁS DISPUESTO A CAMBIAR TU FORMA DE VER LAS
COSAS PARA CONSEGUIR TU LIBERTAD?
4) ¿ESTÁS DISPUESTO A ABANDONAR LA BÚSQUEDA DE
CULPABLES Y SUSTITUIRLA POR LA BÚSQUEDA DE
SOLUCIONES?
5) ¿PREFIERES TENER LA RAZÓN O SER FELIZ?
6) ¿DESEAS MANTENER TU PAPEL DE VÍCTIMA?
7) ¿DESEAS MANTENER TU PAPEL DE VERDUGO?
Espero que al leer cada una de estas frases no te hayas sentido molesto. Si
por el contrario, algo dentro de ti se ha movido en dirección a la ira, ten en
cuenta que no eres tú quien se enfada, sino tu ego, que es el que tiene miedo
a que no lo necesites cuando consigas trascender cada uno de estos puntos.
Lograrlo te conectará directamente con la Fuente, con Dios, o como tú
prefieras llamarlo.
Te conecta con tu esencia, con el Amor que vive en ti y, por tanto, con tu
Fuerza Divina. El ego te intentará convencer de que conseguir cada uno de
estos puntos es imposible, o bien, innecesario para tu Felicidad, pero prueba
y verás.

1) ¿ESTÁS DISPUESTO A DEJAR DE JUZGAR


A LOS DEMÁS POR SUS ACTOS? ¿Y A TI
MISMO?
Imagina por un momento que no te sintieras juzgado por nadie. Imagina
después cuando te sientes juzgado por algo o alguien. ¿Cómo te sientes en
cada una de esas dos ocasiones?
Cuando tienes miedo a ser juzgado, ocultas, mientes, te culpabilizas y
buscas alguien sobre quien hacer recaer esa culpa para sacudírtela de
encima. Y cuando juzgas a alguien despiadadamente piensa si ese interés en
juzgar al otro no nace de una represión en ti a hacer eso mismo que criticas
en el otro, o si, de algún modo, sientes que al juzgar al otro eres menos
culpable de tus fallos.
Recuerdo un paciente que se enfadaba mucho cuando sus nietecitos
hablaban dando su opinión. Decía: “Yo no sé cómo mis hijos lo permiten.
Los niños no deben meterse en las conversaciones de los mayores”.
Curiosamente, al poco tiempo reconoció que él también quería dar su
opinión cuando era niño, pero sus padres no se lo permitían por el hecho de
ser pequeño. Él en realidad no era con sus nietos con los que estaba
enfadado, ni siquiera con sus hijos, sino consigo mismo por prohibirse
(reprimirse) dar su opinión muchas veces debido a lo que sus progenitores
le habían inculcado.
Para juzgar de manera justa deberíamos ser objetivos, además de conocer la
vida de la persona que juzgamos, no un hecho aislado dentro de toda su
existencia. Si alguien actúa de forma descabellada, es porque en algún lugar
de su mente hay un conflicto. Según sea el tamaño de su acción, dicho
conflicto puede implicar hasta una enfermedad mental. No estoy tratando de
decir que convivas con esa persona si es agresiva, solo te pido que no la
juzgues, porque ese juicio tendrá muchas lagunas.
Por otra parte, ¿cuántas veces te juzgas al día, implícita o explícitamente?
¿Qué pasaría si no te sintieras juzgado? Te sentirías libre, no buscarías
culpables a los que responsabilizar de tus actos. Reconocerías tus errores e
intentarías enmendarlos sin esconderte de ellos, pues nadie te está juzgando.

2) ¿ESTÁS DISPUESTO A DEJAR DE


INTENTAR CAMBIAR A LOS DEMÁS PARA
SENTIRTE MEJOR?
No intentes cambiar a tus hijos, a tu mujer o marido…, no es a ellos a
quienes tienes que cambiar. Es a ti mismo.
Si lo que percibes en tu vida no te gusta, varía esa percepción y crea un
entorno saludable en el que te sientas cómodo, pero para que eso sea
efectivo los cambios debes realizarlos en ti.

3) ¿ESTÁS DISPUESTO A CAMBIAR TU


FORMA DE VER LAS COSAS PARA
CONSEGUIR TU LIBERTAD?
Más adelante hablaremos del papel de víctima que muchas veces asumimos.
¿Quieres seguir haciendo responsables de tus desgracias a los demás o
prefieres empezar a verte como el único responsable de tu vida y obrar en
consecuencia, con todo lo que ello implica?
Si pienso que es mi pareja la que me está haciendo la vida imposible, estaré
cediéndole mi poder, al mismo tiempo que cerceno mi propia libertad. Si,
por el contrario, creo que mi pareja me hace la vida imposible porque yo se
lo permito, entonces basta con que deje de tolerarlo para que el sufrimiento
termine.
Con ello estaré reconociendo mi propio Poder y mi propia Libertad.

4) ¿ESTÁS DISPUESTO A CAMBIAR LA


BÚSQUEDA DE CULPABLES POR LA
BÚSQUEDA DE SOLUCIONES?
Muchas veces he pensado en torno al maravilloso tiempo que perdemos
cuando lo empleamos en buscar quién ha roto esto o quién ha hecho lo otro,
en lugar de buscar la solución.
Hace poco me ocurrió una anécdota en el autobús. Había un chico
escuchando música a través de sus cascos. De pie y delante de él, junto a la
puerta de salida, una mujer se aferraba a la barra para evitar que los
frenazos conllevaran una caída. En una de las paradas, cuando ya las
puertas estaban a punto de cerrarse para continuar el trayecto, el joven de
los auriculares comenzó a gritar: “¡No, por favor, abra, es mi parada!
Claramente se había despistado.
Sin embargo, tras lograr alcanzar la calle comenzó a echar pestes contra la
señora que estaba agarrada a la barra, la culpaba de haber estado a punto de
pasarse de parada. Quienes estábamos cerca de la situación nos reímos.
El chico se había sentido culpable por su despiste, pero su ego salió al paso
echando la culpa a la mujer; de ese modo se autoengañaba y su conciencia
quedaba tranquila. Lo más gracioso es que no consiguió engañar a nadie
más. De hecho, tampoco él pudo engañarse a sí mismo, porque en el fondo
todos sabemos quién es el responsable de cada situación.

5) ¿PREFIERES TENER LA RAZÓN O SER


FELIZ?
Yo prefiero ser Feliz. ¿Y tú?
A veces nos empecinamos tanto en tener la razón que nos complicamos la
existencia. He podido ver a varios matrimonios tener conversaciones acerca
de por dónde pasaba el tranvía en sus tiempos mozos, y engancharse en
discusiones peregrinas.
Sinceramente, ¿no sería más fácil decir: “Pues a lo mejor pasaba por esa
calle que tú dices”, y así no acalorarse tanto y pasar un mal rato?
6) ¿DESEAS MANTENER TU PAPEL DE
VÍCTIMA?
¿Cuántas veces te has planteado que no eres feliz porque tu pareja no te
hace feliz, porque tus padres no supieron darte un ambiente acogedor…?
Cada vez que responsabilizas de tus desgracias a otra persona, tú te estás
sintiendo víctima, con lo que estás reconociendo implícitamente que es el
otro quien tiene poder sobre ti.
Responsabilízate de tu vida y empieza a hacer los cambios que necesites
para ser feliz. Solo así estarás tomando el timón y por lo tanto asumiendo tu
Poder. Nadie puede manejarte como si fueras una marioneta siempre que tú
no lo permitas.

7) ¿DESEAS MANTENER TU PAPEL DE


VERDUGO?
¿Disfrutas machacando a alguien?, ¿a tu pareja?, ¿a tus empleados?, ¿a tu
compañero de trabajo?
Créeme, tienes un problema importante de autoestima. Cuando te quieras
más a ti mismo no necesitarás sentirte por encima de nadie, porque
entonces ya te sentirás todopoderoso.
CAPÍTULO 2
EL DOLOR NO EXISTE
El cuerpo físico-emocional como herramienta o como
obstáculo
Buda, en su último sermón antes de desencarnar, dijo a sus discípulos: “Sed
lámparas de vosotros mismos”.
Muchas enseñanzas espirituales dicen que el cuerpo no existe y que, por
tanto, si le prestamos atención nos estaremos alejando de nuestra verdadera
esencia, puesto que él es la morada del ego. Es cierto que el ego intenta
hacernos creer que es una entidad real valiéndose del cuerpo. Cuando el
cuerpo nos duele, el ego nos dice: “¿Ves? El dolor existe”.
¿Pero qué pensarías si te digo que incluso el dolor que sentimos en el
cuerpo, es un dolor que solo está en la mente? ¿No te ha ocurrido alguna
vez tener cierto dolor y, tras suceder algo inesperado, has notado que el
dolor había desaparecido durante el intervalo de tiempo que duró la
sorpresa? ¿Es que en tus sueños nocturnos no experimentas dolor cuando
alguien te agrede? ¿Y dónde están las heridas que tanto dolían cuando
despiertas?
Por otra parte, nuestra faceta espiritual nos dice que el dolor no existe en
realidad, que solo es producto de un error de nuestra mente, de forma que si
sanamos ese error, nos hacemos conscientes de que se trata sólo de una
proyección de nuestra mente egoica; la mente inferior, limitada, que nos
hace creer que somos seres vulnerables, mortales y débiles.
En base a estas y otras enseñanzas espirituales, algunos deciden ignorar a su
cuerpo o castigarlo, como hacen por ejemplo las personas que se
autoinfligen castigos golpeándose públicamente. Piensan que con ello
podrán llegar a trascender el dolor y conectar así con su verdadero Ser.
Todas estas imágenes de sacrificio, como las que, por ejemplo, podemos ver
en Semana Santa, me han removido desde niña. No entendía, no
comprendía cómo Dios, Jesús o la Virgen María podían querer que alguien
sufriera por ellos. Al crecer, mis dudas fueron en aumento. Ahora sé que
ningún Padre, se llame Dios, Yaveh, Jehová…, desearía que su hijo sufriera
lo más mínimo. Del mismo modo, no me imagino a Jesús, Buda, María…
pidiendo a sus feligreses que se castiguen de modo alguno.
Siguiendo en esa misma línea, Gautama Buda estuvo a punto de morir de
inanición. Decidió dejar de comer para así trascender el cuerpo e
iluminarse.
Si conoces algo sobre la vida de Buda, sabrás que renunció a una vida de
lujo para buscar algo que le llenara más que una serie de placeres
materiales. Encontró varios gurús (maestros) que le enseñaron a meditar. En
la India existía la creencia de que si castigas al cuerpo puedes conectar más
rápidamente con el espíritu. Así fue cómo Buda practicó todos los
ascetismos (autoflageló su cuerpo, apenas comía...) durante seis años.

De ese modo, llegó un momento en que al intentar incorporarse para


caminar, su cuerpo no lo sostenía, estaba demasiado debilitado. Entonces
comenzó a reflexionar sobre la idea de que seguir por ese camino no le
permitiría encontrar la Verdad que tanto anhelaba conocer. Recordó un
momento de su infancia en el que entró espontáneamente en un estado de
meditación. Entonces cambió de táctica. Decidió alimentarse bien para
tener el cuerpo sano y seguir su búsqueda a través de la meditación no
forzada, sino espontánea, natural.

Un día, después de haber recuperado su salud, paseaba junto a un río y vio


un árbol enorme que daba una sombra muy confortable, y pensó: "Este es el
sitio adecuado". Se sentó junto a aquel gran árbol y se dispuso a meditar. Lo
hizo durante toda la noche, y por la mañana, al abrir los ojos, notó que algo
en él había cambiado. Había conseguido trascender todas las limitaciones
del ego, había trascendido el mundo dual (tiempo, espacio, vida,
muerte…). Realmente había despertado.
Poco a poco fui descubriendo a través de diversas lecturas, pero
especialmente a través de mi propia experiencia personal y la de mis
pacientes, que solo a través del amor podemos trascenderlo todo.
Si sentimos dolor en nuestro cuerpo, sea físico o emocional, y negamos ese
dolor, éste será mayor hasta que le prestemos atención. En cambio, si le
damos amor, lo cuidamos, alimentamos saludablemente y escuchamos
cuando nos habla a través de sensaciones y emociones, podremos descubrir
lo que en realidad necesitamos para sanar, para acercarnos cada vez más al
estado iluminado. No solo no debemos maltratar e ignorar al cuerpo, sino
que es nuestra vía, nuestro canal para llegar al ser.

Dolor emocional
Cuando en lugar de asumir y aceptar alguna cualidad que detestamos,
tendemos a ocultarla, no solo ante los demás, sino ante nosotros mismos,
ésta se hará más presente en nosotros.
Si me da miedo utilizar el ascensor, no lo reconozco por vergüenza y me
obligo a subir en él sin trabajarme ese miedo, voy a padecer un grado de
ansiedad muy elevado.
Si, además, el ascensor hace algún movimiento extraño, puede que incluso
se desencadene un ataque de pánico. Sin embargo, si acepto mi miedo y
entiendo que eso no significa ser peor o mejor que nadie, aun con mi miedo
me aceptaré y amaré. Desde ese cariño hacia mí misma voy a pedir ayuda a
un profesional que me enseñe a superar ese miedo, pero desde la
compasión, nunca desde el juicio o la crítica.
Cuando aceptamos esa cualidad que no nos gusta como parte de nosotros,
cuando dejamos de juzgarnos por ello y nos perdonamos, entonces estamos
preparados para empezar a hacer los cambios pertinentes.
¿Cuántas veces nos han dicho que no está bien sentir rabia o que sólo los
débiles se deprimen? Lo malo no es sentir rabia, sino no saber gestionarla
de modo adecuado y llegar a coger del cuello al oponente o algo peor. Lo
realmente sanador sería reconocer que se está sintiendo mucha rabia y
dejarnos muy claro a nosotros mismos que no somos esa rabia o, lo que es
lo mismo, aprender a ser conscientes de que podemos sentir emociones sin
que eso nos convierta en la emoción misma, como nos ocurre muchas
veces.
El siguiente paso es preguntarnos qué ha despertado tanta rabia, qué
palabras, qué situaciones. Y por último, debemos reflexionar sobre si detrás
de la rabia o enfado hay una autocrítica encubierta hacia ti mismo.
Cuando trabajé en la Fundación ONCE, pude descubrir que había dos
grupos de personas bien diferenciados: el de quienes tenían aceptada su
discapacidad y el de los que por el contrario no la habían asumido aún.
Los primeros estaban totalmente integrados en la sociedad, los segundos se
mostraban suspicaces con todo lo que tenía que ver con su discapacidad.
Entre otras cosas, algunos dejaban traslucir su enfado con el mundo por
tener que vivir con una discapacidad. A todos nos costaría asumir
determinadas discapacidades. De hecho, uno de los motivos por los que me
gustaba trabajar allí era porque casi cada día recibía una lección de vida.
Recuerdo, por ejemplo, varias familias en las que el padre tenía una
enfermedad neurodegenerativa hereditaria. Al cumplir cierta edad todos los
hijos iban manifestando la misma enfermedad y, aún así, luchaban por
seguir adelante desde su silla de ruedas.
Cuando aprendemos a amarnos con todas nuestras limitaciones,
conseguimos sentirnos en paz con nosotros mismos y con los demás. Eso
nos lleva a alcanzar la felicidad. Además, el amor del prójimo crece en la
misma proporción, cuanto más te quieres tú, más te aman los demás.
Recuerdo a un profesor de la facultad que físicamente era poco agraciado.
Sin embargo, mostraba tanta seguridad en sí mismo que tenía unas cuantas
alumnas enamoradas de él. Viene a mi memoria también el recuerdo de un
paciente que era muy tímido cuando llegó por primera vez a la consulta. Un
día, estando ya a punto de darle el alta, me dijo:
“¿Sabes? Mi jefe me ha promocionado en la empresa, me ha dado un cargo
de más responsabilidad, y ayer me dijo que no se explicaba cómo
trabajando con él tantos años no se hubiera dado cuenta de mi valía hasta
hace una semana”.
Su jefe no lo había visto porque ni siquiera mi paciente reconocía sus
propias aptitudes y méritos. Cuando te valoras a ti mismo, tu entorno
también lo hace.
¿Qué emoción predomina en tu día a día?
¿Has observado qué emoción es la que más se repite en ti? Es la rabia, la
cólera. Pregúntate que te aporta de positivo. Quizá te han dicho que sentir
rabia es de ser mucho más fuerte que sentir tristeza. Quizá creas que el
mundo es tan hostil que si no sientes rabia no puedes estar alerta para
defenderte de lo que está por llegar. O quizá emulas el modelo de algún
adulto que ha sentido rabia y, a tu juicio, ha tenido más suerte en la vida que
tú. Pregúntate ahora qué tiene de negativo.
Es la tristeza. ¿qué tiene de positivo sentir tristeza? Quizá seas mujer y te
han dicho que sentir rabia es de histéricas, que queda mejor sentir tristeza.
Quizá creas que el mundo es tan hostil que es mejor sentir pena y llorar para
que alguien se apiade de ti y no sean tan duros contigo. Quizá pienses que
con la tristeza, solo sufres tú en silencio, pero con la rabia, puedes hacer
daño a alguien y luego sentirte culpable.
Es importante conocer nuestras emociones para así poder identificar nuestro
cuerpo o dolor (la parte de nosotros que sufre, que se identifica con nuestro
ego). Una vez lo hemos identificado es más fácil aprender a verlo como
observador y no dejarnos llevar por la emoción. Las emociones son
importantes, porque nos ayudan a conocernos. A medida que las sanamos,
nos vamos acercando al estado de felicidad plena, aquel en que gozamos de
una paz inmensa.
Cuando alguien me dice en la consulta que le gusta sentir rabia porque le
hace fuerte, siempre contesto que una persona fuerte es aquella a la que
pocas cosas le hacen tambalearse. Si te enfadas a la primera oportunidad,
créeme que ello supone un desgaste emocional que te debilita. No te hace
fuerte, todo lo contrario.
No se trata de sublimar esa emoción, sino de sentirla sin engancharse a ella,
sin reforzarla con los pensamientos y terminar por convertir lo que era una
situación puntual en una tortura para todo el día o mucho más.
Cuando un animal es atacado por otro, al terminar la pelea se despereza y
suelta toda esa acumulación energética de agresividad que le predisponía al
ataque. Sin embargo, cuando la disputa acontece entre seres humanos, a
veces se guarda la agresividad de forma indefinida. Eso no nos hace más
fuertes. Se trata de una energía de bajo nivel vibratorio que nos debilita.
Recapitulando:
1. No necesitas hacer nada para ser fuerte, lo eres por naturaleza.
Solo necesitas recordarlo.

2. Si quieres sentirte fuerte, aprende a gestionar tus emociones de


una forma saludable, tanto para ti como para tu entorno. No se
trata de controlarlas, sino de manejarlas.

Repetirnos que estamos sintiendo rabia o tristeza, pero no somos esa rabia
ni esa tristeza, ayuda bastante a manejar las emociones.
La estabilidad emocional equivale a fortaleza de carácter.
El miedo
El miedo no existe en nuestro verdadero yo. Es algo aprendido en el mundo
que hemos creado entre todos, este mundo ilusorio que solo está en nuestra
mente. Nacimos del amor y estamos hechos de amor, y donde hay amor no
hay sitio para el miedo.
Nuestra evolución espiritual, consiste en renunciar al miedo y a cambio
aceptar nuestra verdadera naturaleza (el amor). Conectar con el amor es
nuestra realidad última y nuestro propósito sobre la tierra. Lo único que da
sentido a nuestra vida es tener plena conciencia de él, tener la vivencia del
amor en nosotros y en los demás.
El amor está dentro de nosotros. No se puede destruir, aunque hemos
conseguido ocultárnoslo a nosotros mismos durante siglos hasta el punto de
llegar a sentirnos malos, culpables o culpabilizar a los demás. El verdadero
amor no se percibe con los sentidos físicos, pues no es algo material, es una
energía, pero podemos experimentarlo a través de gestos de bondad,
perdón, compasión, unión, no juzgar...
El miedo, en cambio, podría definirse como la falta de amor y lo podemos
experimentar a través del odio, la enfermedad, la codicia, la cólera, el dolor,
la adicción, el egoísmo, la obsesión, la violencia…
Hasta ahora, el mundo en que vivimos está regido por el miedo: sentimos
miedo de no gustar a los demás o de dejar de hacerlo algún día; de morirnos
jóvenes y también de envejecer y sentirnos solos; tenemos miedo de que
nuestra relación de pareja no sea la adecuada para nosotros o de que sí lo
sea y que por algún fenómeno extraño la perdamos. Tenemos miedo del
fracaso o del éxito…
En el libro Un Curso de Milagros, se nos dan dos sabias frases
tranquilizadoras. Si las pronuncias procurando sentirlas, el miedo se
desvanece de inmediato:
“Nada real puede ser amenazado”.
“Nada irreal existe”.
Solo existen dos caminos posibles: el del amor, que te conecta con tu
verdadera esencia, y el del miedo, que te desconecta de lo que en realidad
eres para hacerte creer que eres malo, culpable, débil, vulnerable…
El miedo es lo opuesto al amor. A lo largo de la historia, por miedo se ha
matado, se ha engañado... Sustituye el miedo por la fe, y no me refiero a la
fe en algo externo, sino a la fe en ti, en tu verdadera esencia. Cuando
confías, cuando experimentas la fe, el miedo deja de tener sentido en tu
vida. El miedo es la fe invertida. Es la fe en tu vulnerabilidad,
culpabilidad…
En mi labor terapéutica he podido comprobar que hay dos miedos que se
repiten en la mayoría de nosotros: a la soledad y a la muerte.
Miedo a la soledad
Los pacientes y yo trabajamos en muchas ocasiones sus relaciones con
familiares y amigos. Lógicamente, sin la presencia física de ninguno de los
aludidos. Sin embargo, resulta curioso que cuando hemos estado trabajando
el perdón del padre, por ejemplo, el paciente se sorprende cuando esa
semana su padre lo llama, desea quedar con él o limar asperezas.
O, como ocurrió con uno de mis últimos pacientes, después de no saber de
su padre durante años, este lo llamó para decirle que había decidido
transmitirle la mitad de las acciones de sus empresas.
Eso son hechos que acontecen trabajando en la distancia. No hay misterio,
nuestras mentes están conectadas. En realidad, solo nuestros cuerpos nos
hacen creer que estamos separados. De ahí que si haces daño a la mente de
otro, ese daño te repercutirá antes o después, puesto que tu mente está
conectada a la suya.
Tienes miedo a la soledad cuando crees que estás separado de los demás,
cuando te crees un ser único. Solo en el plano físico esa separación se
percibe como real. Pero como lo físico no es real, tampoco lo es la
separación. Tu mente y la de tus semejantes están unidas en un todo. Tú
formas parte de ese todo y no estás solo en él.
Miedo a la muerte
Si supieras quién eres en realidad, el miedo a la muerte desaparecería en un
instante, porque solo tu cuerpo es perecedero. Tú eres un ser eterno, al igual
que la fuente que te creó.
Esto es algo que se puede percibir muy bien a través de la terapia regresiva.
El paciente muchas veces deja de temer la muerte al poder experimentar en
una misma sesión varias muertes de los distintos personajes que ha ido
representando a lo largo de su existencia.
Podríamos decir que todo forma parte de un juego, el juego de la vida.
LA CULPA
CÓMO DEJAR DE CULPABILIZARTE Y
DE CULPABILIZAR A LOS DEMÁS
Si has asistido a una ceremonia eucarística recordarás esa oración que se
repite siempre antes de comulgar. Oración que ha sido tomada del evangelio
de San Mateo y que explica cómo Jesús cura a un criado de un centurión
romano.
“Cuando Jesús entra en Cafarnaum, se le acerca un militar romano y le
pide que cure a su criado diciéndole: ‘Señor, no soy digno de que entres en
mi casa, pero di una sola palabra y mi criado sanará”.
Jesús, un judío considerado El Mesías, no tuvo en cuenta que el soldado
fuera romano, porque para él los enemigos no existen. No diferencia entre
judíos y gentiles, lo que ve son personas, seres que necesitan de su amor, de
su compasión, de sanación… Por eso, el centurión responde al gesto de
Jesús con esa oración.
¿Pero qué tiene que ver el centurión con que nos hagan repetir una y otra
vez siglos después que no somos dignos…? ¿Por qué no soy digna de que
Dios entre en mi casa, por qué no lo eres tú?
También puedes recordar el acto penitencial, en el que decimos:
“Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he
pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por
mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedáis por mí
ante Dios, nuestro Señor. Amén”.
¿Por qué tengo que decirme a mí misma una y otra vez que soy culpable?
¿Dios me considera culpable?
También podemos recordar el Ave María:
Dios te salve, María, llena eres de gracia,(…) Santa María, madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores…
Nuevamente la culpa. Hagamos lo que hagamos parece que no hay remedio.
Ya se nos ha colgado la etiqueta de pecadores y no hay quien nos la quite.
En definitiva, se nos ha dicho que con independencia de nuestras acciones
somos malos, muy malos.
Hace unos años decidí hacer unos cambios en mis oraciones. Por ejemplo,
en el Ave María sustituyo la palabra pecadores por: hombres y mujeres. De
forma que digo: (…) ruega por nosotros, hombres y mujeres, ahora y en la
hora (…).
El mensaje de Jesús dista mucho del que ha llegado a nuestros días. Poco a
poco me di cuenta de que, aunque Jesús nos dijo “ama a tu prójimo como a
ti mismo”, lo que realmente se nos enseñó es “ama a tu prójimo, pero no a ti
mismo”. Se nos ha enseñado a no amarnos y diría que, en muchos casos, a
odiarnos.
¿Sabes cuál es el resultado de todo ello? Nos duele tanto reconocer que no
nos aceptamos, que no nos queremos lo suficiente, que hemos empezado a
proyectar esa falta de amor hacia los demás. Creemos que estamos
enfadados con la persona que tenemos enfrente y, sin embargo, somos
nosotros mismos los blancos de nuestras iras.
Una situación extrema de proyección de la culpa acontece cuando una
persona asesina a otra. En realidad, inconscientemente lo que busca es su
propia autodestrucción, solo que ha proyectado su dolor en otro, creyendo
que así él podrá descansar y no sentirse culpable. Sin embargo, el mero
hecho de asesinar a otra persona aumenta mucho más el sentimiento de
culpa, en unos casos en el nivel consciente y en otros, en el nivel
inconsciente.
Cambia tu mentalidad, haz que sea más flexible y abierta. Observa lo que te
rodea sin emitir juicios de ningún tipo y experimentarás un gran cambio en
tu vida.
Te voy a proponer un ejercicio muy sencillo. Consiste en anotar durante una
semana las veces que tú y quienes te rodean utilizáis la palabra culpa.
Cuando lo hayas hecho, probablemente notarás la frecuencia con que
culpabilizamos a los demás o a nosotros mismos, como si fuéramos jueces
dictando sentencias cada día y, a veces, cada hora.
Lo peor es que no nos limitamos a juzgar hechos concretos, sino a la
persona en su totalidad por uno solo de sus errores; arrogándonos, además,
la autoridad para determinar si estamos ante un despojo humano al que no
merece la pena ni mirar a la cara. Así, sin concesiones.
Nuestra forma de juzgar es a veces implacable. Pregunta por ejemplo al
colectivo de homosexuales. Ellos te confirmarán que a pesar de que se ha
recorrido un trecho muy largo en cuanto a su normalización, todavía tienen
que soportar a personas que consideran la homosexualidad como una lacra a
eliminar. He tenido pacientes que han recibido palizas simplemente por el
mero hecho de su condición sexual.
Tomando el ejemplo de esos agresores, cabría preguntarles qué es lo que les
lleva a pegar a una persona que no se ha metido con ellos en ningún
momento. Cuando aborreces tanto algo es porque sientes algo parecido y lo
reprimes. Alguien te ha dicho que eso está mal y tú no te das permiso para
manifestar esos sentimientos ni puedes tolerar que otro lo haga.
En cualquier caso, no se trata tampoco de defender a la víctima con el único
objeto de condenar al verdugo, porque probablemente este también es
víctima de una serie de prejuicios y creencias que no le dejan manifestar su
libertad.

Culpabilizar a los padres


Muchas personas llegan a terapia responsabilizando a los padres de todos
sus males. Les culpan de la baja autoestima que presentan, de sus
inseguridades, sus miedos... Es cierto que nuestros padres han cometido
errores en nuestra educación, a veces graves, pero también los cometieron
nuestros abuelos con ellos, del mismo modo que nosotros los cometeremos
con nuestros hijos por mucho cuidado que pongamos en su educación. Ellos
lo hicieron lo mejor que supieron en ese momento. ¿Por qué hacerles
responsables de todo lo que no nos gusta de nuestra personalidad?
Cuando aprendamos a reconocer que los únicos responsables de nuestras
vidas somos cada uno de nosotros, podremos ponernos manos a la obra para
hacer los cambios pertinentes. Si seguimos responsabilizando a nuestros
padres, estaremos negándonos la posibilidad de mejorar nuestra propia vida.
Lo que ocurre en una gran parte de los casos es que no nos gustamos de
ninguna de las maneras, hasta el punto de llegar a autoaborrecernos. A
veces somos conscientes de este sentimiento hostil hacia nosotros, pero no
siempre, en cuyo caso seguimos culpabilizando a los demás de nuestras
desdichas.
¿Te has parado a pensar cuántas veces has saboteado tu propia felicidad?
Saboteamos las relaciones con nuestra pareja, hijos, carrera profesional… A
veces aceptamos un puesto de gran responsabilidad aunque nos quede
grande, simplemente por el hecho de poder presumir de ello. No importa si
la sensación de incomodidad en el trabajo se incrementa y la autoestima
merma cada vez que tomas una decisión incorrecta derivada de tu falta de
preparación. Con hacer responsable a otro de tu error, crees que alejas de ti
el problema. En el peor de los casos, cuando no queremos ver nuestro
fracaso podemos convertirnos en adictos a comer o beber en exceso o a
descargar nuestra ira en otros.
¿Cuál es el modo de salir de esa cadena sin sentido? Reconocer que los
responsables de nuestras vidas somos nosotros mismos, que no somos
felices y, por lo tanto, hay algo que estamos haciendo mal y necesitamos
cambiar. Solo cuando tomamos esa decisión abrimos las puertas al cambio
y a la verdadera felicidad.
En resumen, como ser humano no soy perfecto, de la misma manera que no
lo es el resto de la humanidad, pero no importa, me acepto con mis
imperfecciones, me quiero a pesar de ellas, y desde el amor que siento hacia
mí mismo puedo comenzar a modificar cosas en mi vida que vayan en favor
de mi bienestar.
En Un Curso de Milagros Jesús dice:
“8 Te has crucificado a ti mismo y te has puesto una corona de espinas
sobre la cabeza. 2 Aún así, no puedes crucificar al Hijo de Dios, pues la
voluntad de Dios no puede morir. 3 Su Hijo ha sido redimido de su propia
crucifixión y tú no puedes condenar a muerte a quien Dios ha dado la vida
eterna. 4 El sueño de la crucifixión aún descansa pesadamente sobre tus
ojos, pero lo que ves en sueños no es realidad. 5 Mientras sigas percibiendo
al Hijo de Dios como crucificado es que estás dormido. 6 Y mientras creas
que puedes crucificarle estarás simplemente teniendo pesadillas. 7 Tú estás
comenzando a despertar, todavía eres consciente de tus sueños y aún no los
has olvidado. 8 Te olvidarás de ellos y cobrarás conciencia de Cristo
cuando otros despierten para compartir contigo tu redención.(Un curso de
milagros, VI, El despertar de la redención… págs. 229-230).
El karma del que se habla en la religión budista constituye una forma
diferente de entender la culpa. Ellos no hablan de culpabilidad,
simplemente nuestros errores tienen unas consecuencias que debemos
asumir experimentando muchas veces el efecto de nuestros propios actos.
El karma
Karma es una palabra de origen sánscrito, cuya traducción es acción.
Para los budistas e hinduistas, por ejemplo, es la energía que se genera
como consecuencia de nuestros actos persona les y que determina nuestras
encarnaciones posteriores. Según esto, cada una de nuestras
reencarnaciones está influida por las acciones realizadas en las vidas
previas. No se trata de premiar o castigar ningún comportamiento, sino
simplemente de una ley de enseñanza que indica si nos queda algo por
aprender antes de iluminarnos.
Cuando comprendemos la causa de cada uno de los acontecimientos de
nuestra vida somos capaces de transmutar nuestro karma y, con ello,
cambiar nuestro destino. Según la ley del Karma, somos los responsables de
nuestra vida, de nuestros actos, de las situaciones que se nos van
presentando… Por lo tanto, también tenemos el poder de transmutarlos a
través del perdón y del amor incondicional.
Se podría decir que el karma es la consecuencia de una acción en esta o en
otra existencia. Sin embargo, si tenemos en cuenta que todo lo que vemos
en el mundo físico (causa y efecto) está en nuestra mente, con solo sanar
(perdonar) la causa, el efecto cambiaría instantáneamente. Es lo mismo que
decir que lo único que hay que sanar es nuestra mente.
¿Cómo podemos trascender el dolor y
descubrir que no es real?
La respuesta es sencilla: identificándote con tu verdadero yo (tu Ser) y dejar
de hacerlo con tu yo irreal (tu ego).
Según Un Curso de Milagros, nunca ha existido un pecado original tal y
como nos han hecho creer, simplemente fue un error. Según él, el Hijo de
Dios soñó que estaba separado de su Padre y fue entonces cuando su mente
se fragmentó en millones de mentes (los hombres) que se identifican
erróneamente con su cuerpo físico y que se creen separados de Dios y del
resto de la humanidad. Ese pensamiento erróneo de separación dio origen al
ego. El ego es esa creencia errónea de la separación de Dios que nos hace
vivir una vida ilusoria, creyendo que somos cuerpos que moramos en un
mundo físico que en realidad no existe.
El ego es una especie de voz que compite en nuestro interior con la voz de
nuestro ser (la que habla por Dios), un sistema de pensamiento
fundamentado en el miedo y en la creencia de estar separado de Dios.
Nosotros hemos sido dotados por nuestro creador con el libre albedrío, así
que tenemos la opción de elegir seguir a una u otra voz. Si seguimos la voz
del ego seguiremos creyendo en la separación, en que somos seres limitados
y en todo lo que ello supone (viviremos inmersos en un sueño continuo). Si,
por el contrario, seguimos la voz de nuestro ser, iremos evolucionando hasta
llegar al despertar y reconoceremos nuestra unidad con Dios y con nuestros
hermanos; algo que creímos haber perdido, pero eso nunca ocurrió.
No es Dios quien nos considera culpables, sino nosotros mismos, pero
como no nos gusta sentirnos así, preferimos culpar a los demás de nuestros
errores. Así creemos que nuestra culpa se alivia. Sin embargo, ese alivio es
solo momentáneo, porque en el fondo sabemos que somos nosotros, y no
los demás, los responsables de cambiar nuestro mundo.
Si alguien hace algo que te molesta o te perjudica, tienes dos opciones:
1. Actuar desde el rencor, es decir, desde el ego, devolviéndole la
jugada, procurando hacerle también daño. Eso hará que él a su vez
busque el modo de perjudicarte aún más. Así sucesivamente, ambos
envueltos en una nube de negatividad, bajaréis vuestro nivel
vibratorio y además de recibir la ira del otro, recibiréis la de otros
muchos, porque vosotros os habréis colocado en una espiral
descendente negativa.

2. Actuar desde el amor, desde el ser de luz que eres, perdonando al


enemigo . Si no te ves capaz de ello, puedes recurrir al auxilio del
Espíritu Santo. Pero de esto ya hablaremos de una manera práctica y
didáctica en el capítulo sobre el perdón.
El Espíritu Santo te enseña la diferencia entre dolor y dicha, entre estar
aprisionado y ser libre. Sin su enseñanza seguirás creyendo que el
aprisionamiento dentro de una vida llena de compromisos y limitaciones es
libertad. Sus enseñanzas apuntan en una sola dirección y tienen un único
objetivo. Su dirección es la libertad y su objetivo es Dios.
El ego te dice que te fijes únicamente en ti. El Espíritu Santo te enseña que
si buscas sólo en ti, no podrás encontrarte a ti mismo, porque tú no eres un
ente separado.
Sin embargo, cuando estás con otra persona estás aprendiendo lo que eres
porque estás enseñando lo que eres. Aprendes lo que eres a medida que
sanas tus relaciones con los demás. Hablar del ego es hablar de división (los
cuerpos están separados, percibe las almas como individualizadas…). Sin
embargo, el ser se basa en la unión, en la comunión y hermandad entre
todos los fragmentos del Hijo de Dios, es decir, nosotros.
El ego fue pseudocreado desde el pecado, la culpa y el miedo. El ser fue
creado desde el amor. Por ello, sus cimientos son reales. Las principales
herramientas del ego son el dolor, la culpa y el miedo. Te hace creer que
eres débil y vulnerable y que por ello tienes que protegerte de los demás y
defenderte.
Las principales herramientas de nuestro ser son el amor y el perdón. En
realidad no somos culpables de nada, pero como hemos creado un sueño en
el que sí nos sentimos así, tenemos que utilizar el perdón para deshacer ese
sueño y así darnos cuenta de que todo lo que tenemos dentro es amor.
Paradójicamente, cuanto más culpables nos sentimos, peor nos
comportamos con nosotros mismos y con los demás. Proyectamos nuestra
culpa en el otro para así autoconvencernos de que es él quien actúa mal y
nosotros somos inocentes. El ego te dice que tu fuerza reside solo en ti
como persona limitada y separada del resto, el Espíritu Santo, que tu fuerza
reside en Dios y por ende en ti, ya que tu formas parte de él.
Cuando se nos habla sobre la tentación de que fue objeto Jesús por parte del
demonio en el desierto, lo que se nos está narrando no es otra cosa que el
modo en que el ego de Jesús intentó hacer que se apartara del camino
espiritual, ofreciéndole una serie de bienes materiales y un poder ficticio.
Convencerlo, en suma, de que si seguía la voz de su ego obtendría la
felicidad. Afortunadamente el grado de evolución espiritual de Jesús era tal
que le permitió descubrir que detrás de esas promesas de pseudofelicidad no
estaba su espíritu, su esencia, su verdadero yo, sino un ego debilitado que
sabía que le quedaba poco para desaparecer de la vida de Jesús. Ya que
Jesús consiguió trascenderlo, logró descubrir que no tenía que luchar contra
el ego porque en realidad este no existía, nunca existió, sólo era producto de
su mente humana, no de su mente divina. Ya sabemos que aunque hasta
ahora nos hayamos identificado con un cuerpo y con una mente humana
limitada, en verdad somos mucho más que eso. Somos, por encima de todo,
seres espirituales que forman una unidad alimentada por el amor
incondicional.
El ego se percibe a sí mismo en estado de guerra y, por lo tanto, para él
existen aliados y enemigos. Tu mente superior (tu ser, el Espíritu Santo)
solo ve hermanos, iguales. Cuando decides dar poder en tu vida a la idea de
la competencia por encima de la igualdad, significa que te has identificado
con tu ego. Para tu mente superior, la idea de la competitividad no tiene
ningún sentido, pues sabe que tú y la persona que tienes a tu lado sois
iguales. ¿Y cómo podrías ser mejor o peor que alguien que es como tú?
El cuerpo es utilizado por el ego para hacerte creer que eres un individuo
separado de otros y utiliza el dolor como herramienta. Te intenta convencer
de que puesto que sientes el dolor, este no puede ser sino real. Por otra
parte, como el cuerpo duele, según esta argumentación, también se dota al
cuerpo de identidad real. Pero ahora ya sabes que eso no es cierto. Tu mente
está conectada a la de los demás.
CAPÍTULO 3
ADN
ADN Y SENTIMIENTOS, UN CÓCTEL
AUTOSANADOR
El ácido desoxirribonucleico (ADN), descubierto en 1953, se localiza en el
núcleo de nuestras células. Contiene la información genética heredada de
nuestros progenitores, tanto física como la referente a determinadas
aptitudes intelectuales o psicológicas.
El ADN humano vibra a una frecuencia de entre 32 y 78 gigahercios, es
decir, miles de millones de ciclos por segundo. Esa energía vital no es
estática, se mueve constantemente.
En el año 2003, una parte de ese ADN fue decodificada. Es lo que se llamó
genoma humano y que representa solo el 3% del total. Al 97% restante,
como no producía proteínas, se le llamó ADN basura o chatarra. Se pensaba
que era inservible.
El doctor ruso Vladimir Poponin, reconocido mundialmente como uno de
los principales expertos en Biología Cuántica, descubrió que nuestro ADN
está rodeado de un campo multidimensional. Y si nuestro ADN es
multidimensional, nosotros también lo somos.
Por su parte, Gregg Braden, profundo conocedor de las culturas antiguas
(egipcia, esenia, nativas americanas, tibetana…) y científico especializado
en temas medioambientales que intenta acercar la ciencia a la espiritualidad,
afirma que las células vivas se reconocen entre sí.

Para sostener su tesis refiere un experimento llevado a cabo por los


militares. En dicho experimento se recogieron muestras de leucocitos de
varios donantes y se colocaron en una habitación equipada con un equipo
de medición de los cambios eléctricos. El donante permanecía en una
dependencia distinta y era sometido a diferentes estímulos emocionales a
través de videos que provocaban en él determinadas emociones. Resultó
que cuando el donante experimentaba cambios emocionales, medidos en
ondas eléctricas, su ADN colocado en la otra habitación también los
experimentaba.
Con objeto de conocer la distancia a que se mantenía el efecto, empezó a
ampliarse el espacio que separaba al donante de su ADN. Se llegó a
confirmar que hasta a 80 kilómetros los efectos eran los mismos que cuando
muestra y donante se encontraban en el mismo edificio. Braden extrajo la
conclusión de que esta energía no se ve afecta por el espacio ni por el
tiempo, porque existe en todas partes y al mismo tiempo.

Otro experimento relacionado con el ADN fue llevado a cabo en el instituto


Heart Math. Se colocó en un recipiente una muestra extraída de una
placenta humana al objeto de medir sus cambios. Varios investigadores, en
concreto 28, recibieron un tubo de ensayo con dicho ADN. Todos ellos
habían sido entrenados para generar y sentir determinadas emociones.
Sucedió que el ADN cambió de forma en función de los sentimientos de
cada investigador:
1. Cuando los investigadores sentían rabia, miedo o estrés, el ADN
reaccionó como constriñéndose. Se hizo más corto y apagó
muchos de los códigos, que se volvieron a conectar cuando los
investigadores tuvieron sentimientos de amor, alegría, gratitud y
aprecio.

2. Cuando los investigadores sintieron gratitud, amor y aprecio, el


ADN respondió relajándose y sus filamentos estirándose. El
ADN se hizo más largo.

Muchas veces he dicho que prefiero el agotamiento físico al emocional. El


físico se repone con descanso, el emocional, si no sabes manejarlo bien, te
lo puedes llevar incluso a la cama, y te deja como sin pilas. Con este
experimento del instituto Heart Math nos queda constancia de que cuando
tenemos emociones de baja frecuencia, nuestro cuerpo descarga.

Posteriormente, el experimento se llevó a cabo con pacientes con el virus de


la inmunodeficiencia humana (VIH).
A medida que experimentaban sentimientos de aprecio, amor y gratitud la
respuesta inmune se multiplicaba hasta por 300.000 con respecto a los
momentos en que no tenían dichos sentimientos. Como conclusión
podemos afirmar que mantenernos conectados a sentimientos de alegría,
amor y gratitud es un buen antídoto contra cualquier enfermedad.

Se ha podido demostrar que estos cambios emocionales no solo provocaban


efectos electromagnéticos, sino que aquellos individuos que conseguían
sentir amor profundo pudieron incluso cambiar la forma de su ADN.

Gregg Braden dice que todo esto nos lleva a hablar de una nueva forma de
energía que conecta toda la creación. Una energía que parece constituir una
especie de red que conecta toda la materia. La forma principal en que
podemos influir en esa red es precisamente cambiar nuestra vibración. Y
añade que, únicamente se necesitan 8.000 personas emitiendo
simultáneamente sentimientos de paz y amor para la consecución de la paz
en la Tierra.
Ensamblando todo esto con la Ley de la Atracción del Universo, según la
cual atraemos aquello en lo que nos enfocamos, si ponemos el foco en tener
una fuerte emoción de miedo acerca de cualquier cosa, estaremos enviando
un mensaje al Universo para que nos mande precisamente aquello a lo que
tememos.

En cambio, si nos mantenemos en sentimientos de alegría, amor, aprecio o


gratitud, atraeremos más oportunidades por las que sentir alegría, amor,
aprecio o gratitud y nos estaremos poniendo un potente antídoto contra todo
lo negativo. Con ello, mantendremos un sistema inmune
extraordinariamente fuerte. Por lo tanto, necesitamos buscar algo por lo que
mantenernos alegres todos los días Así estaremos generando salud.

Según Gregg, nuestro ADN cambia con las frecuencias que generamos a
través de nuestros sentimientos. Las más altas, que son las del amor,
influyen en el ambiente de una forma material, produciendo cambios no
solo en nuestro ADN, sino también en todo lo que nos rodea. De todo ello,
se deduce que si nos conectamos con la frecuencia del amor, estaremos
perfectamente preparados para afrontar cualquier cambio que se nos
avecine, y mediante nuestros pensamientos positivos en grupo
conseguiremos guiar nuestro planeta hacia un futuro mejor.
Gregg ha investigado los distintos centros de poder de las diferentes
culturas en la tierra, entre ellos las pirámides de Egipto. Y ha podido
averiguar que la práctica totalidad de las culturas se han estado preparando
de una forma u otra para lo que ya está ocurriendo en nuestros tiempos.
Cuenta incluso que encontró en uno de los templos que investigó una
especie de gráficos y dibujos en los que los iniciados practicaban el
dominio de cada sentimiento, es decir, de cada frecuencia vibratoria
posible, preparándose así también para estas fechas.

Nuestro adn está transmutando


Lo que sí es cierto es que hemos podido constatar que hay cosas que la
ciencia, tal y como estaba concebida hasta hace unos años, no podía
explicar. Eso me trae a la memoria la que era mi forma de pensar hace tan
solo unos años. Era tan racional que no podía concebir la existencia de
cosas que no pudieran ser constatadas físicamente.
A lo largo de las experiencias que he ido viviendo, principalmente en los
últimos años, conmigo y mis pacientes, he podido caer en la cuenta de que
dos más dos no siempre suman cuatro. Hay cosas que no podemos ver con
nuestros ojos físicos o que no puede explicar nuestro hemisferio racional
izquierdo. Sin embargo, existen.
Pero eso es algo que no solo me ha sucedido a mí. La Física Cuántica surgió
precisamente como respuesta ante una serie de incógnitas que la Física de
Einstein, por ejemplo, no podía explicar. De ahí que se hayan invertido
tanto personal y recursos (cientos de universidades y laboratorios y más de
2.000 físicos de 34 países han participado en su construcción) en la
confección del Gran Acelerador de Hadrones (colisionador de partículas) de
Ginebra por parte de la Organización Europea para la Investigación Nuclear
, cuyo principal propósito es recrear un proceso parecido al Big Bang.
De hecho, el 8 de noviembre de 2010 se hicieron colisionar dos haces de
protones, después de acelerarlos en sentidos opuestos al 99,9% de la
velocidad de la luz, produciendo altísimas energías (a escala subatómica), lo
que, según el CERN (Centro Europeo de Física Nuclear), simuló un mini
Big Bang.
El propósito último del Gran Acelerador de Hadrones es confirmar la
existencia de la partícula de Higgs, un tipo de partícula elemental que,
según se estima, tiene un relevante papel en el mecanismo por el que se crea
la masa en el Universo. De ahí que se le haya llamado también la partícula
de Dios.
Regresando sobre nuestro ADN, recientemente se ha descubierto que
alrededor de él hay doce capas o energías que interactúan entre sí de forma
compleja. Esas capas reciben nombres hebreos y están muy relacionadas
con nuestra parte espiritual.
Así pues, se ha llegado a postular que ese ADN que en principio se llamaba
chatarra, resulta que contiene las instrucciones del otro 3%. Se podría decir
que se encarga de establecer los programas que dirigen al otro 3%. Este es
otro sector en el que una vez más se está cuestionando lo que hasta entonces
teníamos asumido como ADN.
En este ámbito podemos destacar la importante aportación de la doctora
Berrenda Fox, genetista que ha demostrado que estamos empezando a
desarrollar una tercera hélice en nuestra cadena de ADN. Incluso ha podido
detectar que algunos niños nacidos recientemente ya tienen esa tercera
hélice desarrollada en sus células. Del mismo modo, a través de análisis se
ha podido atestiguar que algunos adultos tienen ya tres hélices, y en otros se
halla en proceso de formación. Estas personas están presentando una gran
cantidad de cambios en sus cuerpos físicos, pero también de conciencia.
La mayor parte de las personas que experimentan este cambio en sus
células suelen variar su forma de pensar, a veces incluso deciden cambiar de
profesión o hacen cambios importantes en su forma de vida. Aunque
algunas veces puedan sentirse cansados o enfermos, todo forma parte de un
proceso que a largo plazo les beneficiará notablemente.
Ocurrirá que su cuerpo se hará más luminoso, más saludable, pero en
ocasiones es un virus el catalizador de esa mutación del ADN -Epstein Barr
y Herpes nº 6, por ejemplo-, de ahí que algunas personas que tengan esos
síntomas.

Sin embargo, según Fox el cambio merece la pena, ya que la calidad de vida
mejora tras superar ese proceso. La doctora Berrenda postula que con estos
cambios llegará a no existir la enfermedad, no necesitaremos morir.
Podremos aprender a través de la alegría y el amor sin sufrir. Aprenderemos
a conectar mucho más con nuestro interior y descubriremos que estamos
provistos de todo lo que necesitamos.

Algunos de los síntomas que se pueden experimentar cuando se realizan


esos cambios celulares son: cansancio (a veces necesitaremos dormir más),
confusión mental, falta de concentración, dolor y malestar por todo nuestro
cuerpo, sin causa específica. Algunos piensan que se están volviendo locos
o algo parecido. A algunas mujeres se les puede adelantar la menopausia,
dado que el sistema endocrino es uno de los más afectados junto con el
inmunológico.

Hay muchos científicos que, al igual que Berrenda, han podido constatar
este cambio, que ya han sido puestos en común en distintas convenciones
de ámbito mundial. Hace pocos años se celebró en México un congreso en
el que participaron genetistas de todo el mundo.
El tema central fue precisamente el cambio en el ADN. Según Berrenda
Fox, el ser humano está cambiando en su nivel celular, pero la comunidad
científica siente que esta noticia podría asustar de algún modo a la
población, por eso no se han hecho públicos los cambios que están
detectando.

El poder de las palabras en nuestro adn


Según investigadores rusos, nuestro ADN además de ser responsable de la
construcción de nuestro cuerpo, es un almacén de información. Lingüistas
del gigante del este europeo descubrieron que el código genético,
especialmente en el mal llamado ADN chatarra sigue las mismas reglas del
lenguaje humano.
Compararon la sintaxis (la forma en que se colocan las palabras para formar
frases y oraciones), semántica (el estudio del significado en formas de
lenguaje) y reglas gramaticales básicas con la estructura del ADN. Y
descubrieron que los alcalinos del ADN siguen una gramática regular con
reglas fijas, tal y como sucede en nuestro lenguaje. De ahí se puede sacar la
conclusión de que todos los lenguajes que se hablan en la humanidad no
surgieron de forma accidental, sino que reflejan de algún modo la estructura
de nuestro ADN. Hablan de una posible nueva clase de medicina en la que
el ADN puede ser influido y reprogramado por las palabras y frecuencias
(de energía) sin necesidad de reemplazar los genes individuales.
El biofísico y biólogo molecular ruso Pjotr Garjajev investigó, junto a otros
colegas, el comportamiento vibratorio del ADN. Pudieron observar cómo
reacciona ante nuestras palabras, nuestro lenguaje. De este modo, mientras
los investigadores occidentales extraían genes individuales de los
filamentos de ADN y los insertaban en otro lugar, los rusos simplemente
trabajaron con dispositivos que permitían influir en el metabolismo celular
a través de frecuencias moduladas de radio y de luz para reparar defectos
genéticos. Así, Garjajev y su equipo pudieron probar cómo a través de este
método podían reparar incluso cromosomas dañados por los rayos X.
Todo esto explica el gran poder de la genética de ondas, que según las
investigaciones desarrolladas hasta el momento tiene más influencia en la
formación de los organismos que en los procesos bioquímicos de secuencias
alcalinas.
Así pues, los lingüistas y científicos rusos han concluido que el código de
nuestros genes sigue las mismas reglas de nuestro leguaje. Por tanto,
consideran que nuestro lenguaje es una consecuencia de cómo está
estructurado nuestro ADN. Así mismo, estos investigadores han
conseguido modular ciertos patrones de frecuencia (sonido) proyectando un
rayo parecido al láser, sobre el ADN, modificando así la información
genética. Con lo cual, dado que la estructura básica de los pares alcalinos
de ADN y el lenguaje son de la misma estructura, no es necesario
decodificarlo. Para generar cambios, basta con utilizar el sonido de nuestras
propias palabras.
Por tanto, en base a estos estudios se puede concluir que podemos
reprogramar nuestro ADN a través del lenguaje y frecuencias de sonido
adecuadas para ello.
En realidad, no es un hallazgo tan nuevo, aunque sí lo es que se haya
podido demostrar científicamente. Los maestros espirituales han sabido
desde hace miles de años que nuestro cuerpo se puede programar por el
lenguaje, las palabras y el pensamiento. Ahora eso se ha probado y
explicado científicamente. Para conseguirlo, se debe utilizar la frecuencia
correcta por supuesto.
Ese es precisamente el motivo que determina que unos tengan más éxito
que otros. De ahí que sea importante que cada persona se trabaje a sí
misma internamente, con objeto de que su frecuencia sea más elevada y
poder así establecer una comunicación consciente con su ADN.
Según los investigadores rusos, cuanto más desarrollada es la conciencia
individual, menos necesidad hay de cualquier tipo de dispositivo. Tú puedes
lograr esos resultados por ti mismo, si te lo propones.
El ADN tiene la capacidad de comunicarse a nivel cuántico, rompiendo con
ello las barreras del espacio y del tiempo.
Los científicos rusos descubrieron que los cambios vibratorios de nuestro
ADN pueden causar patrones de perturbación en el vacío, produciendo así
agujeros de gusano magnetizados, equivalentes microscópicos a las
perturbaciones Einstein-Rosen formadas en torno a los agujeros negros.
Según la Física, los agujeros de gusano son una especie de túneles que
conectan áreas completamente diferentes del universo. A través de ellos se
puede transmitir información fuera del espacio y del tiempo. Así pues, a
través de los agujeros de gusano microscópicos, el ADN podría atraer
información de más allá del vacío e incorporarla a nuestra conciencia.
De hecho, la hipercomunicación se ha estado produciendo durante millones
de años, lo que confirma la visión de un ser humano holístico relacionado
con todo y con todos. Esa visión holística no sólo se refiere al ser humano.
Los científicos alemanes Grazyna Fosar y Franz Bludorf pudieron
confirmar que cuando una hormiga reina es separada físicamente de su
colonia, la construcción continúa de acuerdo a lo planeado. Pero, sin
embargo, si se mata a la reina, todo el trabajo se detiene. Ninguna hormiga
sabe qué hacer.
Lo que parece ocurrir es que la reina es la que lleva consigo los planes de
construcción y se encarga de enviarlos incluso desde largas distancias, por
medio de la conciencia grupal y el campo de resonancia mórfica. No
importa lo cerca o lejos que ella se encuentre espacialmente, basta con que
esté viva.
El proceso de hipercomunicación en los humanos se puede ver favorecido o
dificultado según nuestro estado de ánimo. Por ejemplo, se ha comprobado
que resulta mucho más exitoso cuando estamos relajados que cuando
estamos alterados o preocupados.
Incluso, se ha podido atestiguar cómo el ser humano puede acceder a un
tipo de hipercomunicación que está fuera de sus conocimientos
individuales, en cuyo caso se le llama intuición, inspiración… Tal fue el
caso del compositor italiano Giuseppe Tartini, que soñó que el diablo se
sentaba junto a su cama tocando el violín y a la mañana siguiente pudo
transcribir la pieza de memoria con exactitud y la llamó la Sonata del Trino
del Diablo.
Grazyna Gosar y Franz Bludorf, en su libro Vernetzte Intelligenz
(Networked Intelligence: Inteligencia transmitida por la red) , argumentan
que hace miles de años la humanidad, al igual que los animales, estuvo muy
vinculada a la conciencia grupal y actuaba como tal grupo. Sin embargo,
con objeto de poder experimentar la individualidad, dejaron de utilizar la
hipercomunicación hasta olvidarla casi por completo. Actualmente
podemos comparar la hipercomunicación con lo que sucede en Internet.
Podemos incluir información en la Red, podemos pedir información a la
Red y así mismo podemos establecer contacto con otros usuarios.
De este modo, pueden entenderse la curación a distancia y la telepatía.
Actualmente, cada vez nacen más niños con cualidades de clarividencia y
con gran tendencia a una nueva clase de conciencia grupal.
Todo puede ser influenciado por la conciencia grupal. Por ejemplo, el clima
es influenciado por las frecuencias de resonancia de la Tierra (las
frecuencias Schumann).
Sin embargo, también nuestro cerebro es capaz de generar ese tipo de
frecuencias. Así pues, cuando hay un numeroso grupo de personas que han
sincronizado su cerebro con el pensamiento de que llueva, es muy fácil que
el suceso ocurra. Y así ocurrirá con muchas otras cosas, cada vez que
tengamos un propósito común.
CAPÍTULO 4
SALUD Y ENFERMEDAD
¿Qué es una enfermedad?
La enfermedad es la consecuencia de una falta de armonía en nosotros, en
nuestra forma de percibir la vida.
¿Cuántas veces has oído decir a alguien: pobrecito, qué mala suerte, vaya
enfermedad que le ha tocado vivir? Esa forma de pensar se basa en la idea
de que somos víctimas de las enfermedades que nos ha tocado
experimentar.
Con esos males nos enfadamos y nos compadecemos por sufrirlos. Esa idea
está muy anclada en la creencia de que este es un mundo para sufrir y
cuanto más suframos, más alto llegaremos en la otra vida.
Algunos pacientes, cuando les he comentado la idea de que la enfermedad
no viene a fastidiarnos, sino a darnos un toque de atención, a alertarnos de
que hay algo que no estamos haciendo bien, se han sentido casi ofendidos.
Afortunadamente han sido muy pocos los que lo han visto así. En cualquier
caso, entiendo su reacción. A veces nos cuesta asumir que somos los
responsables de nuestros sufrimientos, es más fácil hacer responsable a algo
o alguien externo, al igual que es más fácil decir que el mundo está en tu
contra, en lugar de reconocer que eres tú quien está en contra de ti mismo.
Supongo que sabes que no solo somos un cuerpo físico. Nuestro campo
energético es mucho más amplio. Tenemos un cuerpo emocional, mental...
¿Qué ocurre si nuestro cuerpo mental experimenta un shock en forma de
noticia dolorosa inesperada, por ejemplo? Pues que nuestro cuerpo
emocional también se desequilibra (tenemos emociones más negativas). Lo
mismo sucede con nuestro cuerpo físico y, por supuesto, nuestro campo
electromagnético también se altera. Los chinos dirían que se produce un
desequilibrio del Chi (la energía vital). Esto es algo que se ha podido
demostrar empíricamente, aunque no sin recibir mucha oposición y críticas
desde algún sector del ámbito científico.
Uno de los estudios más señalados es el que realizó el doctor Ryke Geerd
Hamer, nacido en 1935 en Frisia (Alemania) y licenciado en Medicina por
la Universidad de Tübingen. Hamer se especializó en medicina interna y
trabajó en la Clínica Universitaria de Tübingen con pacientes con cáncer.
También desarrolló su labor profesional de internista en una clínica privada
junto a su mujer. En agosto de 1978 recibió la traumática noticia de que su
hijo Dirk había sido accidentalmente herido de bala. En diciembre de ese
mismo año, Dirk falleció.
Tras la muerte de su hijo, Hamer desarrolló un cáncer de testículo y su
mujer uno de mama. Comenzó entonces a investigar en su hospital con más
de 30.000 casos, buscando si detrás de cada cáncer o enfermedad similar
había un conflicto emocional fuerte. No sólo encontró una relación entre
conflicto emocional y enfermedad, sino que halló una etapa intermedia
entre ambos: una alteración electromagnética en el cerebro detectable
mediante una tomografía axial computerizada (TAC).
Así fue cómo encontró una relación clara entre el tipo de conflicto, el punto
del cerebro alterado y el órgano enfermo. De este modo, era capaz de
diagnosticar el órgano afectado por el cáncer con sólo un escáner cerebral.
Todo cáncer o enfermedad equivalente al cáncer se origina a partir de un
shock agudo, con un componente fuerte de dramatismo y vivido en soledad,
de forma completamente inesperada.
Como consecuencia, experimentamos estrés emocional y mental.
Al mismo tiempo, ese shock inesperado provoca una lesión que se puede
detectar fácilmente en una tomografía computarizada del cerebro como un
grupo de anillos concéntricos nítidos. Esa lesión anular recibe el nombre de
Foco de Hamer.
Según Hamer, cuando se genera una emoción muy fuerte y negativa, la
persona no logra exteriorizarla y además la vive en soledad, ésta produce un
daño en el organismo, que puede convertirse en un cáncer. Según sus
estudios, el cáncer puede aparecer alrededor de seis meses después de la
situación traumática.
Actualmente hay estudios que confirman que existe una relación muy
estrecha entre determinado tipo de personalidad y las personas que generan
un cáncer. Por tanto, podríamos decir que la enfermedad es consecuencia de
un desequilibrio energético.
Tenemos un cuerpo energético que nutre al físico y que, al ser impactado
por un sufrimiento emocional, hace que no llegue suficiente energía a
determinadas áreas del cuerpo. Éstas van perdiendo su vitalidad, pudiendo
llegar a enfermar de cáncer o de otras patologías.
Recuerdo el caso de una mujer de 87 años que vino a mi consulta. Hacía
nueve meses que había perdido a su hija de 52 años y no conseguía salir de
su duelo. Cuando sus hijos la trajeron a la consulta me explicaron que
ponían a su padre -el marido de la paciente- como ejemplo. Él había
superado hacía mucho tiempo la pérdida, pero mi paciente no hacía más que
llorar. Al año de la muerte de la hija, el padre desarrolló un cáncer de
pulmón, y curiosamente el meridiano de pulmón según la medicina china
está muy asociado con la tristeza. El marido murió y la mujer sigue
viviendo, con 90 años.
¿Qué habría sucedido si el marido hubiera asistido a terapia como su mujer?
Muy probablemente habría podido gestionar todo su dolor en vez de
tragárselo y no habría llegado a tener cáncer.
Es importante fijar el momento en que aparece la enfermedad, analizar
cómo nos iba la vida antes de su llegada, qué nos impide hacer y qué
beneficios secundarios obtenemos por ella; por ejemplo, más atención
familiar. De ese modo, podremos descubrir cuál es el propósito de dicha
enfermedad y tendremos más fácil deshacer el patrón de conducta que nos
ha llevado a ella.
Hay muchas personas que pasan por la vida sin ocuparse de sí mismas ni
tan siquiera un momento, la enfermedad aparece en esos casos precisamente
para que no les quede otro remedio que pensar en sí mismos.
El error estriba en que nos han enseñado a combatir el síntoma de la
enfermedad, pero nadie nos ha explicado cuál es su propósito al
manifestarse. No quiero decir con ello que si una enfermedad ya se ha
manifestado en nuestro cuerpo, no recurramos a la atención médica
necesaria para ayudar a remitir sus consecuencias.
Mi intención no es otra que hacerte caer en la cuenta de que es importante
que no te quedes sólo en ese punto, como si se tratara de combatir un
enemigo y una vez vencido te olvidas de que existió.
Tuve una paciente con fuertes ataques de ansiedad. Un día le dio uno en
plena sesión. Comenzó por decir que sentía un calor intenso que le subía
hacia la garganta y la iba a asfixiar. Le propuse que hablara con la sensación
y me preguntó cómo iba a poder hacerlo si la quería asfixiar. “Pregúntale
qué necesita de ti, para qué está aquí presente”, le dije.
Al hacerlo, la sensación desapareció por completo, por el simple hecho de
que se sintió escuchada. Eso me permitió explicar a mi paciente que su
sensación no era más que un grito de su interior para ser escuchada, porque
había algo que no estaba haciendo bien consigo misma en su vida; su
cuerpo lo único que estaba intentando a través de esas crisis era obligarla a
darse cuenta de ello.
La enfermedad, como otras cosas en la vida, forma parte de nuestro
aprendizaje. Cuanto antes obtengamos ese aprendizaje, antes dejará de tener
sentido seguir enfermos.
Según el Curso de Milagros, el dolor y la enfermedad no son un proceso
físico, sino mental. Así pues, sanando el error de la mente que te llevó a
enfermar conseguirás sanar. Según esto, el médico es la mente del propio
paciente, y el resultado será el que él mismo decida. En tus manos está tu
propia sanación.
CAPÍTULO 5
EL AMOR ES LA ‘ENERGÍA’
MÁS PODEROSA QUE EXISTE
Puedes tener muchos pisos, varios coches, una gran fortuna en el banco,
pero si no tienes amor, tu vida está vacía. Te costará ser feliz. El amor te
empodera, te despierta, te recuerda que eres luz, que mereces lo mejor, que
no necesitas compararte con nadie porque ya eres perfecto tal y como eres.
Que no necesitas demostrar nada a nadie, excepto a ti mismo.
Kryon nos decía:

“¡El amor es una fuente de poder! Es energía. Puede usted invocarla,


encenderla y apagarla, almacenarla, enviarla hacia fuera y centrarse en ella
para múltiples usos. Siempre está disponible y nunca le fallará. ¡Es la
promesa del universo!".

"Aprenda a sentir o experimentar la fuente de amor cada vez que lo desee.


Este es su nuevo derecho. Creará la paz que usted necesitará para pasar por
todo aquello que ha de venir".

"Este nuevo poder le será necesario para efectuar el trabajo de


transmutación sobre la Tierra. La Tierra necesitará que muchos de ustedes
efectúen este salto, ya que de otro modo no habrá el suficiente poder
necesario para realizar la tarea que debe realizarse...”.

“No impresionará a nadie si decide seguir este camino y tampoco


decepcionará a nadie si decide no seguirlo. Se trata de una elección que
debe afrontar basándose en el discernimiento espiritual de saber dónde se
encuentra en este momento en su propio camino...”.
¿Cuántas veces te han dicho cuando has tenido un gesto de amor con otra
persona: qué bueno que eres, qué generoso? ¿Pero qué pasa cuando esa
persona se ha portado mal contigo, cuando su comportamiento te ha hecho
daño de algún modo? Si en ese caso, contestas con un gesto de amor, te
dirán que eres tonto por confiar en que esa persona puede cambiar. Si
además se te ocurre decir que no es una mala persona, sino que no ha sido
consciente realmente del daño que te ha hecho y del daño que se hace a sí
mismo con ello, y que hay que confiar en el amor que hay dentro de él, te
dirán: “Ahora sí que has perdido el juicio, si uno actúa mal, es porque es
una mala persona y ya está”.
Desde que era pequeña, me llegaban continuamente mensajes de que había
que defenderse si alguien te atacaba, había que ser competitivo para poder
ser un triunfador en la vida, en tu profesión… En definitiva, se me describía
el mundo como un lugar lleno de enemigos al acecho y con el que había que
estar a la defensiva por lo que pudiera ocurrir. Cada vez que oía algo de ese
tenor, se me encogía el alma. Yo confío en la bondad del ser humano,
pienso que todos somos buenos por naturaleza, solo tenemos que
creérnoslo. Con el tiempo, y después de terminar la carrera de Psicología,
me ratifiqué en lo que pensaba. Me di cuenta de que, efectivamente, cuando
un ser humano actúa de forma descabellada, no es por ser una persona mala,
sino porque hay algo en su mente que le está haciendo actuar así, por lo que
ayudándole a corregir ese error, la persona se comportará tal y como es en
esencia.
Por supuesto, hay casos extremos como las víctimas de malos tratos, donde
lo primero que aconsejo a la víctima es que se aparte de su agresor, pero
luego le enseño a perdonarlo y a entender que es el agresor, con su mente
enferma, la víctima de su propia enfermedad, puesto que ésta no le
permitirá ser feliz mientras no consiga curarse. Hasta dónde llega su dolor
para echar de su lado a una persona que le quería.
A lo largo de mi experiencia profesional he podido comprobar en repetidas
ocasiones que las personas que se comportan mal con otras lo hacen porque
no son felices. Incluso, algunas se llegan a odiar a sí mismas, aunque no
sean conscientes de ello. Lo peor es que con su comportamiento se ganan
muchos insultos y frases del tipo “tú eres el culpable”, “te odio” y otras del
mismo corte.
Estos insultos aumentan su grado de enfado hacia el otro, pero en especial
hacia sí mismos, porque en su interior no están en paz con su forma de
actuar. Así cada vez se produce más odio, más rabia…, hasta que llega
alguien y responde a esos mensajes de dolor con amor. Entonces todo se
desvanece.
¿Cómo se puede cortar todo eso? Empezando a tener confianza en que
dentro de la persona que ha actuado de forma descabellada existe un
corazoncito. Existe una capacidad de amar tan grande como la tuya. Cuando
confías en ello, te es más fácil entender y perdonar su comportamiento, y
hablar con él desde el consejo y no desde el juicio, como solemos hacer.
Por ejemplo, si ves que alguien va a descargar contigo un enfado que se ha
generado con otra persona, puedes actuar de dos maneras diferentes:
diciéndole que no pague contigo lo que han originado otros o, por el
contrario, preguntarle qué le ha pasado que la ves preocupada; incluso, si
tienes confianza con él puedes echar mano del humor diciendo algo como:
¡Eh, dolor, márchate! Déjalo en paz, que no puedo ver lo maravilloso que es
cuando tú estás delante.
Hace ya mucho tiempo me propuse demostrar que con amor se puede todo.
Ahora siento que lo que yo creía estaba basado en algo real. El amor
incondicional es la energía más poderosa que existe. Descubre ese amor
dentro de ti y verás lo que sucede. ¿Cómo lo puedes descubrir? Comienza
por confiar en que todos estamos hechos de amor. A medida que ayudas a
otro a despertar su confianza en la buena esencia que hay en él, despiertas la
tuya propia.
Jesús decía que no sólo había que amar a los amigos, sino también a los que
considerabas tus enemigos. Prueba a amar a alguien que te haya puesto la
zancadilla en el trabajo, por ejemplo, y podrás comprobar cómo te sientes
cuando lo has conseguido. Cuidado, no me estoy refiriendo a tragar el dolor
de lo sucedido y poner buena cara al verdugo, sino a entender por qué se ha
comportado como lo ha hecho y conseguir verlo como una madre ve a sus
hijos, con compasión. Entender que no ha sido nada personal contra ti, sino
que su dolor necesitaba expresarse y te ha pillado en medio.
Sé que puedes estar pensando que es difícil, pero déjame decirte que lo fácil
o difícil de todo lo que conseguimos en la vida depende única y
exclusivamente de la fe que tenemos en nosotros mismos y nuestras
capacidades. Confía en ti y en el ser que eres.

¿Cómo aprender a amarte y amar


incondicionalmente?
¿Cómo podemos amar al prójimo si nos rechazamos a nosotros mismos?
¿Cómo podemos amar incondicionalmente si no empezamos por nosotros?
O mejor incluso: ¿sabemos qué es eso de amarnos incondicionalmente?
En mi caso, anteponer otras personas a mí misma no me resultaba difícil,
me encantaba ayudar a los demás, me gustaba poder ser partícipe de su
felicidad. Creo que es una de las cosas que más nos engrandece como seres
humanos. Por eso elegí la profesión de psicóloga. Es verdad que ayudar al
prójimo es maravilloso y enriquece mucho, sin embargo, no debemos
olvidarnos de nosotros, porque es muy difícil dar amor si primero, y por
encima de todo, no nos amamos a nosotros mismos.
Ese fue mi error durante varios años. Era tan feliz ayudando a los demás
que olvidé que también yo necesitaba sentirme amada. Gracias a mi trabajo
personal me reconcilié con mi niña interior, aprendí a escucharla y a atender
sus peticiones de afecto. Algo que consideraba un acto de egoísmo, como
darme amor a mí misma, siento hoy que es necesario para poder amar
igualmente a cada uno de mis pacientes y a cada persona que entra en mi
vida. Si quieres amar incondicionalmente empieza por ti mismo. De lo
contrario, no podrás dar amor verdadero a nadie, pues no se puede dar lo
que no se tiene.
El verdadero terapeuta
Varias personas me han comentado que les gustaría dedicarse
profesionalmente a ayudar a otros a través de diferentes terapias. Algunos
de ellos me han pedido que les diera algún consejo para ser buen terapeuta.
Como tengo la intuición de que muchas personas de las que están leyendo
este libro quieren dedicarse a la ayuda de los demás y de sí mismos, he
decidido poner mi respuesta también en este capítulo.
Para mí, un sanador en el sentido más amplio de la palabra, es aquel que se
conecta con su verdadero yo para sanar. Es decir, que sana desde el ser, no
desde el ego. Para ello, es importante que nunca olvide que él y sus
pacientes son iguales, y que, del mismo modo que él está ayudando a su
paciente a sanar, éste le está facilitando la conexión con partes de sí mismo,
imprescindible en el proceso.
Que muchas personas lleguen hasta ti para pedir consejo no significa que
seas superior a nadie. Si bien tienes ciertas cualidades destacadas en este
sentido, la persona que tienes frente a ti poseerá aptitudes de las que tú
careces.
Somos seres especiales, todos tenemos nuestros propios dones. Lo
importante es que descubras los tuyos sin dejar de respetar los de los otros.
El verdadero sanador es aquel que cree en la inocencia de sus semejantes, al
igual que en la suya propia, e invalida cualquier idea relacionada con la
culpa o la autoculpabilidad, pues sabe que no es real.
CAPÍTULO 6
EL PERDÓN, UNA HERRAMIENTA QUE
LOGRA MILAGROS
El perdón es la herramienta más poderosa que existe para liberar y sanar
todo lo que obstaculiza el bienestar de tu vida, tu evolución y el crecimiento
personal y espiritual.
Hasta la consulta han llegado varias personas pidiendo que les ayudara con
su problema, pero poniendo como límite el perdón a otros. Afirmaban que
les costaba mucho hacerlo. Por ejemplo, una mujer joven decía que no
podía perdonar a su padre, porque había sido malo y eso la había marcado
desde pequeña. La testé con kinesiología para que ella misma pudiera
comprobar cómo el rencor que sentía hacia su padre la estaba debilitando,
no la dejaba ser quien era, porque gran parte de su energía la tenía enfocada
en la rabia que sentía hacia él. Al ver cómo efectivamente se debilitaba,
decidió ponerse manos a la obra y empezar a perdonar.
Resulta curioso. En varios casos similares, cuando la persona descubre lo
liberador y sanador que es perdonar, tras conseguirlo una primera vez me
pedían que siguiéramos con otra y otra hasta lograrlo con todas las
relaciones de su vida.
El problema reside en que nadie nos ha enseñado nunca en qué consiste el
verdadero perdón. Creemos que en nuestra bondad perdonamos a los demás
para sanarlos. Sin embargo, es todo lo contrario, lo hacemos para sanarnos a
nosotros mismos.
Existen muchas formas de perdonar y pedir perdón. Yo voy a hablar de tres
para que cada uno pueda utilizar la que más se acerque a sus creencias.
En Un Curso de Milagros se nos dice que el mundo que percibimos es una
ilusión, que en realidad no existe. Es una construcción de nuestro ego y en
esta ilusión creemos que estamos separados de los demás y por tanto
también de Dios. Nos ofrece como herramienta sanadora el perdón, porque
a través del perdón podemos cambiar ese sueño, en el que nos creemos
sentirnos incluso a veces atacados por otras personas como nosotros.
Perdonando, llegamos a ver que en realidad nunca nadie nos atacó. Que
todo formaba parte de una percepción errónea.
El rencor
Cuando guardas rencor a alguien, estás eligiendo odiar por encima del
amor. Y puesto que tu verdadera esencia es amor, al elegir el rencor te estás
negando a ti mismo, te estás alejando de ti mismo y por tanto de Dios, que
al igual que tú es amor.
Por otra parte, cuando odias a alguien estás reconociendo que ese alguien
puede dañarte, con lo cual en vez de reconocer el poder de tu ser, lo que
estás eligiendo es tu propia vulnerabilidad. Estás eligiendo sentirte débil.
En definitiva, abrigar resentimientos implica necesariamente olvidarte de
quién eres. Perdonar, en cambio, desvanece el error que te hizo creer que
eres un ser débil y limitado para reconocer tu grandeza, y tu existencia
eterna.
Herramientas para perdonar
HO´OPONOPONO
El Ho´oponopono, es una antigua técnica hawaiana utilizada por los
indígenas de la isla desde hace miles de años, para sanar el subconsciente
colectivo. Según ellos, en nuestra mente hay errores debidos a
pensamientos afectados por memorias traumáticas del pasado. Esos
pensamientos a su vez generan dolor, desequilibrio y enfermedad.
La palabra Ho´oponopono significa algo así como corregir el error.
Esta técnica de sanación fue redescubierta por el Dr. Len (Ihaleakala Hew
Len), un psicólogo que curó un pabellón entero de pacientes criminales
desequilibrados mentales con solo ver la foto de cada uno. Primero leía el
historial del preso, luego buscaba en su interior (en el suyo propio) con el
fin de tomar consciencia de que una parte de él había creado la enfermedad
de esa persona. A continuación, aplicaba la fórmula.
Al aplicar el Ho´oponopono estamos pidiendo a nuestra divinidad que libre
de memorias dolorosas al origen de estos problemas. De ese modo, queda
neutralizada la energía negativa que hemos asociado a determinada persona
o situación.
Se basa también en la idea de que todo lo que nos rodea, todas nuestras
vivencias, son proyecciones de nuestra mente. Por lo tanto, somos los
únicos responsables de todo lo que pasa en nuestra vida y, por tanto,
tenemos el poder de modificarlo con solo trabajar en ello.
Con esta técnica realizamos un proceso de higiene mental, limpiamos todo
lo que tenemos almacenado en nuestro subconsciente y en el subconsciente
colectivo procedente de esta o de otras existencias anteriores. Al limpiar
esos pensamientos, creencias… que nos estaban limitando en nuestro
desarrollo, podemos utilizar de una manera más fluida la Ley de la
Atracción, pues estaremos más alineados con nuestra divinidad,
proyectando así aquello que nuestra alma necesite atraer a nuestra vida para
lograr la felicidad plena.
Hay varias formas de utilizar esta técnica para aliviarte a ti (o a otro) de
cualquier problema que estés experimentando. Mantén siempre claro que lo
que ves en otros está también en ti, por lo que la curación de otros también
es realmente una autocuración. Se podría decir que tienes el poder sobre tu
mundo. Si tú cambias, tu mundo cambia.
Somos los creadores de todas nuestras vivencias, por lo tanto decidimos qué
personaje representar en esta vida y qué personas necesitamos conocer para
que nos pongan en situaciones y tesituras que nos ayuden a trabajarnos, a
aprender o mejor dicho a recordar quiénes somos en realidad. Por muy
doloroso que nos resulte el comportamiento de alguien hacia nosotros, de
algún modo hemos decidido que sea así con el fin de aprender algo
importante.
En el inicio recomiendo la fórmula larga del doctor Len. Es esta:
- Primero visualizas a la persona con la que deseas sanar la relación (puedes
ser tú mismo, incluso un órgano que tengas enfermo). Respiras
profundamente unas cuantas veces para serenarte, y a continuación dices:
Te pido perdón, X (el nombre de la persona en cuestión), por
pedirte que te comportes de esa forma tan X (hostil, por
ejemplo) conmigo para conformar mi realidad, te amo.
Me perdono por pedir a X (el nombre de la persona en
cuestión) que se comporte de esa forma tan (hostil) conmigo
para conformar mi realidad, me amo.
Pido al Universo (o a Dios, dependiendo de la creencia de
cada uno) que sane la parte de mí que pide a X (el nombre de
la persona en cuestión) que se comporte de esa forma tan
(hostil) conmigo para conformar mi realidad. Gracias.
En la fórmula corta del Dr. Hew Len se dice primero “lo siento” y “por
favor, perdóname” para reconocer que algo –sin que sepas qué es- ha
entrado a tu cuerpo/mente. No tienes idea de cómo llegó allí, pero no
necesitas saberlo tampoco.
Si tienes una enfermedad, simplemente atrapas el programa que te está
haciendo mal. Al decir “lo siento” le dices a Dios que quieres perdón dentro
de ti por cualquier cosa que te haya traído la enfermedad. No le pides que te
perdone, sino que te ayude a perdonarte a ti mismo.
Después dices: “Te amo” y “gracias”.
El “te amo” hace que la energía bloqueada comience a fluir. Te realinea con
Dios. Con el “estado cero”, como lo llama el doctor Len. Ese estado es de
puro amor. Cuando además continúas diciendo “gracias” estás reconociendo
implícitamente que sabes que el problema ya ha sido resuelto de la manera
más adecuada para todos.
En resumen:
Lo siento.
Por favor, perdóname.
Te amo.
Gracias.
También se utiliza otra oración más general, que es muy simple, pero muy
potente:
“Divino creador, padre, madre, hijo en uno…
si yo, mi familia, parientes y antepasados te hemos ofendido a
ti,
tu familia, parientes, antepasados en pensamiento, palabra,
obra y acción desde
el principio de la creación hasta el presente, te pedimos
perdón…
Deja que esto limpie, purifique, libere, corte todos los
recuerdos negativos,
bloqueos, energías y vibraciones y transmute esas energías no
deseadas en luz pura… Está hecho…”.
‘Un Curso de Milagros’
La filosofía de Un Curso de Milagros es prácticamente la misma que la del
Ho´oponopono, pues se basa en el perdón hacia uno mismo y hacia los
demás.
También parte de la idea de que son los errores de nuestra mente los que
nos hacen ser infelices e impedir que la energía del amor incondicional
fluya a través de nosotros. Esos errores hacen que nos identifiquemos más
con nuestra mente inferior-ego que con nuestra mente superior-ser.
Para deshacer todos nuestros errores, podemos pedir: “Padre esta persona
ha hecho…., lo cual me ha llenado de rabia y enfado, me gustaría
devolverle la jugada, pero sé que se debe a un error de nuestras mentes. Por
eso te entrego todas estas emociones y situación y el error que hay detrás de
esto para que tú lo sanes”. En ese momento le entregas de corazón todo al
Espíritu Santo y esperas su respuesta. Si ves que aún te queda algo de
enfado, le puedes decir: “Padre, te entrego mis resistencias a sanar esta
situación y el error que ello supone. ¡Gracias, padre, en ti confío! Insiste y
busca en tu interior qué es lo que aún necesitas entregar al Espíritu Santo
para quedarte totalmente tranquilo y aliviado. Él se encargará de
proporcionarte la paz que necesitas y la que necesita tu adversario y cuando
ese sentimiento le llegue a éste será cuando verás cómo no solo se produce
el cambio en ti, sino también en él. Entonces serás consciente una vez más
de que cambiando tú, cambiará el mundo que te rodea.
El proceso es el siguiente:
- Si estás enfadado con alguien (X), este es el proceso a seguir:
Cierras los ojos, haces 3 respiraciones profundas. Traes a X a tu
mente (lo visualizas).
Explicas (es preferible que lo hagas en voz alta, así es más fácil que
te concentres en lo que estás haciendo) a X por qué te ha enfadado su
actitud. Por ejemplo, le dices: “No me ha parecido justo eso que
hiciste de..., porque me sentí atacado y… Cuando le hayas dicho
todo, pero absolutamente todo, sin quedarte nada sin expresar
respecto al tema del conflicto, respiras y empiezas a intentar recordar
todos los detalles bonitos que ha tenido esa persona contigo (aunque
te cueste hacerlo, es preciso intentarlo).
A continuación intentas traer a tu mente aquellas ocasiones en las que
consideras que de algún modo no te has comportado bien con dicha
persona, aunque sea algo que en principio te parezca poco
importante, pero que, siendo honesto contigo mismo, reconoces que
no hiciste lo correcto y X pudo sentirse mal por ello. O aquellas otras
situaciones en que te comportaste de ese modo incorrecto con otra
persona.
Luego le dices:
Te perdono, X, por todo eso que has hecho y que me ha llevado a
creer que me intentabas hacer daño. Te bendigo con amor (le
visualizas envuelto en amor incondicional).
Después dices:
Perdóname tú también, X, por las veces en que he sido injusto
contigo, o por las cosas que he hecho y que has podido percibir como
ofensivas o dolorosas. Y, por favor, bendíceme, necesito tu bendición.
Nota cómo él te bendice y qué pasa dentro de ti. Puede que no sientas
nada o puede que sientas mucho, dependerá de lo sensible que seas,
pero si has sido realmente sincero durante todo el proceso sin intentar
maquillar nada, te puedo asegurar que el tema conflictivo que has
trabajado queda sanado.

Cómo pedir ayuda al Espíritu Santo


Si ves que te cuesta concretar alguna de las partes del proceso, por ejemplo
a la hora de encontrar situaciones en las que tu actitud ha hecho sentirse mal
a X o bien a la hora de encontrar momentos en los que X ha hecho cosas
buenas por ti, di:
Padre -o Espíritu Santo, como prefieras, porque en cualquier caso te
estás dirigiendo a Dios, tu Padre-, te entrego esta situación entre X y
yo para que la sanes. Te lo pido en nombre de Cristo Jesús, amén.
Y le explicas al Padre con todo detalle en voz alta cómo has vivido todo lo
que ha ocurrido, por qué te cuesta encontrar cualidades positivas de X, por
qué te cuesta pedir perdón a X, el daño que has sentido con su actitud....
Hecho esto, espera en días sucesivos a ver qué ocurre, pero con actitud
abierta.
El Padre ya sabe cómo estás viviendo la situación, pero es preciso
explicarle todo, porque con ello te estás vaciando al completo, entregándole
todo.
Dios ya te ha concedido el perdón antes de que se lo pidas. Sin embargo, al
pedírselo eres tú el que se está abriendo para recibir su perdón. El perdón no
te llega si en algún lugar de tu interior te sientes culpable. Lo cierto es que
cuando empiezas con estas prácticas, cada vez eres más consciente de que
la mayor parte de las veces detrás de todo hay un sentimiento de
autoculpabilidad que no te permite recibir el perdón que el Padre te ofrece.
Consejillo: si te observas pensando algo como esto es imposible, seguro que
no ocurre nada o cosas por el estilo, di en ese mismo instante en que lo estás
pensando:
Padre, te entrego estas resistencias y dudas que me surgen para que
tu las sanes. Gracias, Padre.
La clave está en ir entregando todas las angustias, enfados y miedos en
manos de Dios, explicándole con pelos y señales cómo te sientes con la
persona X, que entiendes que te ha ofendido, que te apetece retorcerle el
pescuezo… Una vez que le has explicado todo, sin dejar nada en el tintero,
sin intentar dar una perfecta imagen a Dios porque él lo sabe todo, dices:
Padre, pongo esta situación en tus manos para que la sanes.
Sin indicarle el modo en que quieres que lo haga, ya que él sabe mejor que
tú cómo hacerlo desde el amor.
Una observación: si en algún momento a lo largo del día notas que estás
pensando mal de alguien, incluido tú mismo, dices:
Padre, sana mi mente; Padre, sana mi mente; Padre, sana mi mente.
O bien:
Padre, ayúdame a ver a este hermano/a (o esta situación) desde el
amor.
CAPÍTULO 7
CÓMO SANAR A TRAVÉS DE LA
ENERGÍA
Quizá en este momento estés pensando en que puede que seas en parte
energía, pero también un cuerpo. Tengo que decirte que eso a lo que llamas
cuerpo también es energía. Lo que ves con tus ojos físicos es solo una parte
de ti, tu cuerpo físico, pero tú eres mucho más que eso. De hecho, además
de la ya conocida cámara kirlian, actualmente existen muchos aparatos que
son capaces de detectar y fotografiar nuestros otros cuerpos (el etéreo, el
emocional, el mental…) dándonos así una imagen que combina los
diferentes colores de nuestro aura. Esos diferentes colores están
determinando si existe algún bloqueo en alguna parte de nosotros.
Hay personas cualificadas para ver ese aura sin necesidad de ningún
artilugio externo, pero para la mayoría de la humanidad resulta complicada
ese tipo de visualización Eso se debe única y exclusivamente a que no
hemos desarrollado y potenciado suficientemente nuestro hemisferio
derecho.
La calidad de nuestra energía viene determinada por distintos factores:
alimentación, nuestra vida emocional-mental (cómo afrontamos y vivimos
los problemas con los que nos vamos encontrando), si hacemos o no
ejercicio, si meditamos…
Según los hindúes, tenemos varios vórtices de energía o chakras. Son
centros distribuidos, algunos de ellos, a lo largo del cuerpo físico y que se
encargan de suministrar energía a nuestros distintos órganos. Ellos hablan
de siete centros principales localizados en nuestro cuerpo físico y cinco que
se prolongan más allá de éste. No obstante, aunque normalmente se suele
hablar de los siete que se distribuyen a lo largo de la columna vertebral, hay
bastantes más.
Cada centro se relaciona con un sistema de órganos del cuerpo y con una
glándula del sistema endocrino.

Por su parte, los chinos hablan de meridianos, que son una especie de
canales que atraviesan nuestro cuerpo y cuya función es, al igual que la de
los chakras, nutrir de combustible (energía) a los distintos órganos para que
estos se mantengan saludables y restablecer su equilibrio en caso de que se
produzca una enfermedad.
A diferencia de la medicina occidental alopática, que se enfoca
principalmente en el síntoma y la curación del órgano físico afectado, la
medicina oriental siempre ha intentado dejar claro que un órgano enferma
porque hay un desequilibrio en todo el sistema energético, y existen
distintas formas de reequilibrar el sistema y, por tanto, de restablecer la
salud.
Hoy en día existen numerosas terapias energéticas cuyo fin es precisamente
el de buscar ese equilibrio: yoga, taichi, chikung, reiki usui, reiki karuna,
Skhm, técnica de transmisión de energía ireca, sanación reconectiva,
reconexión…

Chakras
Se empezó a hablar de chakras o ruedas de energía en los textos sagrados de
los vedas, dentro de la cultura hindú, en torno al siglo VII a. c. Chakra es
una palabra sánscrita que significa rueda y se utilizó para denominar a estos
centros de energía, dado que cada chakra es como una rueda o vórtice
giratorio energético, que se encuentran a lo largo de todo nuestro cuerpo
energético.
Atraviesan todos nuestros cuerpos: el etérico (de hasta unos seis
centímetros y el más cercano al cuerpo), el emocional, el mental y el
espiritual.
Los chakras reciben, almacenan, transforman, distribuyen y regulan nuestra
energía vital.
La mayoría de la gente puede aprender a sentir la energía de sus chakras.
La enfermedad surge cuando hay una incapacidad de absorber, transmutar o
procesar determinadas frecuencias energéticas. Al bloquearse la energía en
un chakra, puede generarse un problema físico, psicológico o emocional.
A su vez, en cada chakra confluyen varios canales energéticos, llamados
nadis, que recorren el organismo. Se dice que hay más de 72.000 nadis. Los
tres principales son:
Sushumna: recorre toda la columna vertebral.
Ida: recorre la parte izquierda del organismo.
Pingala: recorre la parte derecha del organismo.
De los tres nadis principales surgen los siete chakras principales, que son
los más conocidos. Sin embargo, existen 21 chakras más, que son los
secundarios, y cientos de centros terciarios, menos conocidos, pero
igualmente importantes para el mantenimiento de una salud óptima.
Cada chakra principal está asociado con una glándula endocrina y con un
color. No obstante, desde hace unos años se ha podido comprobar que se
suelen visualizar todos los chakras con el color blanco cuando hasta hace
poco sus colores eran diferentes y bien definidos. Quizá esté relacionado
con el proceso de cambio, de evolución-ascensión que el ser humano está
experimentando, dado que el color blanco integra a todos los demás.
Veamos los chakras principales:
CHAKRA RAÍZ (muladhara)
Asociado con las glándulas suprarrenales, situadas encima de cada riñón.
Secretan aldosterona, que regula la actividad del riñón; cortisona, hace lo
propio con el metabolismo, y adrenalina, la respuesta del cuerpo humano al
estrés, es decir, nos prepara para la lucha o la huida. Las glándulas
suprarrenales regulan también el metabolismo de las grasas, proteínas y
carbohidratos, así como la sal y los líquidos del cuerpo.
Muladhara se localiza en la zona del perineo, entre el ano y los genitales, y
su disfunción suele estar asociada, entre otros, con problemas en nuestro
sistema óseo, por ejemplo artritis.
Se le relaciona con el color rojo.
CHAKRA SACRO (swadisthana)
Asociado con las glándulas reproductoras masculinas y femeninas,
swadisthana se localiza en la zona del sacro.
Interviene en la relación con nuestra propia sexualidad y su disfunción suele
estar asociada, entre otros, con problemas de impotencia, frigidez, dolor en
la parte inferior de la espalda, problemas de vejiga, próstata, inestabilidad
emocional, sensación de aislamiento…
Se le relaciona con el color naranja.

CHAKRA DEL PLEXO SOLAR (manipura)


Asociado con el páncreas. Como es bien sabido, el páncreas secreta una
serie de enzimas digestivas que favorecen el procesamiento y asimilación
del alimento ingerido. Por otra parte, también es la responsable de la
insulina, que regula el nivel de azúcar en sangre.
Manipura se localiza en el punto medio entre el pecho y el ombligo, y su
disfunción suele estar asociada con problemas digestivos y diabetes.
Se le relaciona con el color amarillo.
CHAKRA CORAZÓN (anahata)
Asociado con las glándulas del timo, muy importante en lo que a nuestro
sistema inmunológico se refiere.
El timo forma parte del sistema linfático, pero también del endocrino, ya
que fabrica hormonas implicadas en la producción de los linfocitos T en la
médula ósea y la maduración de los linfocitos T en el timo. Al estimular la
producción de linfocitos, ejerce un efecto purificador en nuestro organismo,
puesto que potencia nuestro sistema inmunológico.
No obstante, se dice que recientemente ha aparecido un nuevo chakra en
nuestro sistema energético que es precisamente el chakra del timo, como un
vórtice de energía diferente al del corazón.
Anahata se localiza en la zona del corazón y su disfunción suele estar
asociada entre otras con hipertensión, cáncer, enfermedades cardiacas,
dependencia emocional…
CHAKRA GARGANTA (vishuda)
Asociado con las glándulas tiroides y paratiroides. La tiroides, situada a
ambos lados de la laringe, regula el metabolismo del cuerpo a través de la
hormona tiroxina y la hormona calcitonina, que ayuda a la formación de
hueso. Por su parte, la paratiroides controla el nivel de calcio y fósforo en
sangre, facilitando la absorción de calcio, vitamina D y fosfatos en el
intestino delgado. Ambas influyen en el desarrollo físico y mental del
cuerpo.
Vishuda se localiza por tanto en la zona de la garganta y su función
principal de este chakra es actuar de mediador entre el corazón y el cerebro.
Es decir, expresar teniendo en cuenta la información del cerebro y la del
corazón.
Su disfunción suele estar asociada, entre otros, con problemas de garganta,
cuello, oído, boca, tiroides, bloqueo de la parte creativa, incapacidad para
expresar emociones, perfeccionismo…
Se le relaciona con el color azul.
CHAKRA TERCER OJO (ajna)
Asociado con la glándula pituitaria o hipófisis, que influye en la química
del organismo en general. Se aloja en un espacio óseo llamado silla turca
del hueso esfenoides, situado en la base del cráneo, y conecta con el
hipotálamo a través del tallo pituitario. Tiene forma ovalada. También
influye en la hormona que produce las contracciones del útero en el parto
(oxitocina) y ayuda a la secreción de la leche materna durante la lactancia.
A su vez, el funcionamiento de la hipófisis está regulado por el hipotálamo.
Ajna se localiza en la zona entre los ojos, por encima de la raíz de la nariz.
Este chakra gobierna la glándula pituitaria, la parte izquierda del cerebro, el
ojo izquierdo, los oídos, la nariz y el sistema nervioso en general. La
glándula pituitaria a su vez se relaciona con la glándula pineal.
Cuando ajna está equilibrado, se desarrollan la paciencia, la dignidad,
grandeza, sentimientos delicados, además de producir la clarividencia
positiva.
Cuando por el contrario existe una disfunción, se produce un desequilibrio
intelectual. La persona se comporta de forma ilógica, distraída, demasiado
intelectual y con posible temor al futuro. También puede experimentar
dolores de cabeza, perturbaciones neurológicas, glaucoma, mala visión,
alucinaciones, dificultades de aprendizaje…
Se le relaciona con el color índigo, combinación de azul y violeta.
CHAKRA CORONA (sahasrara)
Asociado con la glándula pineal, que produce la hormona melatonina,
reguladora de los mecanismos del sueño.
Sahasrara está ubicado en el punto más alto de la cabeza. Nos conecta con
el mundo espiritual y nos ayuda a tomar conciencia del concepto de unidad
cósmica. Está asociado a la zona superior del cráneo y a la corteza cerebral.
Se puede decir que es el chakra maestro que controla a los demás. Es el
punto de conexión con el ser esencial. Tanto el chakra del entrecejo como
sahasrara se abren a través de la meditación.
Si se produce un bloqueo de este chakra, hará que nos sintamos separados
del ser. Eso nos generará miedo e inseguridad. Dicho bloqueo evitará que la
energía de los demás chakras vibren en armonía con la creación.
Su disfunción suele estar asociada a depresión, pensamiento obsesivo,
confusión, agotamiento crónico, epilepsia, alzheimer…
Se le relaciona con el color blanco.
Como ya señalé anteriormente, los chinos por su parte hablan no tanto de
chakras ni nadis, sino de meridianos.
Los meridianos
Podríamos decir que los meridianos son un conjunto de canales energéticos
que atraviesan todo nuestro cuerpo y que nutren de energía a cada una de
nuestras células.
Estos canales conectan el interior y el exterior del cuerpo. Además, también
unen entre sí todos los sistemas de nuestro cuerpo: el nervioso, el muscular,
el cardiovascular y el resto. Cuando estamos bien, estos meridianos fluyen
correctamente, pero cuando carecemos de equilibrio, en cualquier sentido,
alguno de los canales puede fluir en exceso o manifestar su escasez. La
acupuntura es una herramienta de la medicina tradicional china que se
encarga precisamente de restablecer la energía de estos canales con agujas,
pero existen otros métodos para lograr dicha armonía energética, como la
que ya explicamos cuando hablamos de la técnica EFT de Cary Craig,
según la cual basta con dar una serie de golpecitos con nuestros dedos en
determinados puntos de dichos canales.
Paso por lo tanto a explicar brevemente cada meridiano. Y digo brevemente
porque la medicina tradicional china es mucho más compleja de lo que se
pueda decir al nombrar cada meridiano por separado.
La medicina tradicional china se basa fundamentalmente en la Teoría de los
Cinco Elementos. Del equilibrio resultante de la interrelación entre todos
ellos, depende nuestra salud, física, emocional y mental.
Como puede apreciarse en el gráfico, cada meridiano está asociado a uno de
los cinco elementos (agua, fuego, tierra, madera, metal), a un color, a una
estación del año, a determinadas emociones…

Elemento fuego:
Estación del año: verano.
Clima: calor.
Color: rojo.
Sabor: amargo.
Sentido: tacto.
Cualidad de su energía: se expande, irradia.
Funciones vitales: sistema endocrino, hormonas, sangre.
Están asociados los meridianos de:
- Intestino delgado (órgano Yang): comienza en la parte externa de
la uña del dedo meñique. Recorre el lateral de la mano. Sigue por el
antebrazo y por detrás del codo, continúa por la parte de atrás del
brazo llegando hasta el hombro, por encima de la escápula, junto al
cuello. De allí continúa por el rostro, para terminar delante de la
oreja. Su desequilibrio se suele relacionar con la emoción de pena.
- Triple calentador (órgano Yang): también llamado de los tres
cerebros, dado que aquí confluyen el neocortex (relacionado con los
procesos mentales superiores), el cerebro emocional (sistema
límbico) y el cerebro reptiliano (en la zona occipital del cerebro). Su
desequilibrio se suele relacionar con situaciones de estrés. Este
meridiano comienza en la zona de la uña del dedo anular más cercana
al dedo meñique. Sube por el dorso de la mano. Recorre la parte
exterior del antebrazo, el brazo y el hombro. Sube por el cuello,
bordeando la oreja y termina junto a la ceja.
- Corazón (órgano Ying): comienza bajo la axila, continúa por la
parte interior del brazo, terminando en el extremo de la uña del dedo
meñique. Su desequilibrio se suele relacionar con la emoción de
autocrítica, cólera.
- Pericardio (órgano Ying): empieza junto al pezón. Al llegar al
brazo, baja por la parte interior del mismo hasta llegar a la palma de
la mano y alcanzar el dedo corazón. Termina junto a la uña de dicho
dedo. Su desequilibrio se suele relacionar con la emoción de celos,
pérdida de control.
Elemento tierra:
Estación del año: final de verano.
Clima: húmedo.
Color: amarillo.
Sabor: dulce.
Sentido: gusto.
Cualidad de su energía: estabilizadora.
Funciones vitales: sistema linfático, sistema muscular, digestión.
Están asociados los meridianos de:
- Estómago (órgano Yang): comienza en la zona de la ojera, recorre
boca, mandíbula y sien. Baja por el cuello hasta el pecho, cruza el
pezón, y desciende en paralelo a la línea central del cuerpo, por la
parte exterior del muslo y pantorrilla. Continúa por el centro del pie
para terminar en el lado externo de la uña del segundo dedo del pie.
Su desequilibrio se suele relacionar con la emoción de ansiedad.
- Bazo (órgano Ying): comienza junto a la uña del dedo pulgar del
pie. Continúa por el lado interior de éste, la pantorrilla, el muslo, la
ingle. Sube por el abdomen, cruzando el pecho junto al pezón. Llega
a la axila y termina en el costado del pecho. Su desequilibrio se
suele relacionar con la emoción de preocupación.
Elemento metal:
Estación del año: otoño.
Clima: seco.
Color: blanco.
Sabor: picante, agrio.
Sentido: olfato.
Cualidad de su energía: se contrae.
Funciones vitales: sistema respiratorio.
Están asociados los meridianos de:
- Intestino grueso (órgano Yang): comienza en la uña del dedo índice,
sube entre el pulgar y el índice, recorre la parte externa del antebrazo
y el hombro, de ahí sigue en ascenso por el cuello, siguiendo por el
rostro hasta llegar a una de las aletas de la nariz. Su desequilibrio se
suele relacionar con la emoción de culpa.
- Pulmón (órgano Ying): comienza en la parte superior del pecho,
debajo de la clavícula. Recorre el brazo hasta llegar a la muñeca,
luego continúa por el dedo pulgar hasta el final de la uña del mismo.
Su desequilibrio se suele relacionar con la emoción de tristeza.
Elemento agua:
Estación del año: invierno.
Clima: frío.
Color: azul oscuro.
Sabor: salado.
Sentido: oído.
Cualidad de su energía: conserva, recoge.
Funciones vitales: sistema reproductor.
Están asociados los meridianos de:
- Vejiga (órgano Yang): comienza en el punto interior del ojo, junto a
la raíz de la nariz. Recorre la cabeza, bajando por la parte de atrás
del cuello, donde se divide en dos canales que descienden paralelos a
la columna vertebral. Recorre la nalga, bajando por la parte de atrás
del muslo y la pantorrilla. Continúa por el lateral exterior del pie
para acabar en el extremo de la uña del dedo meñique. Su
desequilibrio se suele relacionar con la emoción de inseguridad.
- Riñón (órgano Ying): empieza en el centro de la planta del pie. Sube
por la parte interna del tobillo, la pantorrilla y el muslo. Pasa junto a
los genitales. Asciende por la zona central del tronco y luego se
desvía ligeramente hacia un pectoral y, después de llegar al esternón,
termina bajo la clavícula. Su desequilibrio se suele relacionar con la
emoción de miedo.
Elemento madera:
Estación del año: primavera.
Clima: viento.
Color: verde.
Sabor: ácido.
Sentido: vista.
Cualidad de su energía: crece, se desarrolla y engendra.
Funciones vitales: sistema nervioso simpático.

Están asociados los meridianos de:


- Vesícula biliar (órgano Yang): comienza en la parte externa del ojo.
Bordea la oreja por arriba para regresar hacia la frente y luego
continuar hacia la parte posterior de la cabeza. Continúa por el cuello
y hombro. Baja por la parte frontal del tronco, luego se desvía por el
lateral hacia la cadera. Desciende por el lateral externo de la pierna
hasta alcanzar la parte del empeine del pie y terminar junto a la uña
del dedo meñique. Su desequilibrio se suele relacionar con la
emoción de rabia.
- Hígado (órgano Ying): empieza junto a la uña del dedo pulgar del
pie. Sube por el empeine, entre el pulgar y el anular. Asciende por el
interior de la pantorrilla, el muslo y la ingle. Se dirige al lateral del
tronco y acaba bajo la caja torácica sobre una costilla flotante. Su
desequilibrio se suele relacionar con la emoción de frustración.

Sólo añadir que el concepto de Ying o Yang, hace referencia al mundo dual
en el que nos movemos. Todo es positivo o negativo dependiendo de las
circunstancias, de quien las viva y del momento en que las viva. En el
mundo que hemos creado existe siempre un polo y su opuesto. Eso no
significa que uno sea mejor o peor que el otro, puesto que ambos son
complementarios.
El día no existiría sin la noche ni la noche sin el día. ¿Cómo
diferenciaríamos la una del otro si no?
Del mismo modo que tenemos órganos más ying y órganos más yang, los
hombres, por lo general, tienen más energía yang y las mujeres más ying.
La cuestión está en contar con unos niveles lo suficientemente equilibrados
para que se mantenga un estado de armonía natural y saludable.
Al igual que en la naturaleza no puede generarse corriente eléctrica si solo
existe un polo, también es necesario que todo tenga un porcentaje de ying y
de yang, tal y como lo representa el famoso signo del TAO, en un círculo
dividido en dos zonas, una blanca y otra negra, y dentro de la blanca un
círculo negro, mientras que en la negra el círculo es blanco, aludiendo
precisamente a que todos tenemos una porción de cada polo O lo que es lo
mismo, que dentro de cualquier elemento siempre existe su opuesto.
En el fondo no existen opuestos, dado que nuestro verdadero mundo no es
dual. Podríamos empezar pensando que la oscuridad no es más que la
ausencia de luz. Por tanto, dependiendo del grado de luz que haya,
podremos decir que existe suficiente o no suficiente luz. Todo es gradual. Y
siguiendo con ese mismo razonamiento, sería bueno que tendiéramos a
flexibilizar nuestras posturas ante una discusión acalorada en la que los dos
interlocutores defienden posiciones opuestas. Quizá lo mejor sería que
ambos se vieran dentro de una misma verdad pero situados en lugares
diferentes. Todos saldríamos ganando.
Limpieza y activación de los siete chakras
principales
Existe un método basado en la técnica Ireca (Instituto de Investigación de la
Energía Cósmica Aplicada), cuyo objetivo es armonizar los distintos
centros energéticos:
Te sientas en una postura cómoda, con los pies apoyados en el suelo.
Colocas tu columna recta, e inclinas ligeramente la barbilla hacia el pecho.
Respiras profundamente unas cuantas veces y te enfocas en el primer
chakra, mientras dices:
Visualizo mi centro uno (te imaginas una espiral de luz blanca en la zona
del perineo).
Lo percibo.
Lo siento.
Lo sano.
Lo activo.
Lo protejo con luz blanca líquida brillante.
Permaneces unos instantes sintiendo la zona del centro uno sin hacer nada,
solo llevando tu atención a tu sentir.
A continuación te enfocas en el segundo chakra (unos 3 centímetros debajo
del ombligo, en la zona del sacro), y repites:
Visualizo mi centro dos (te imaginas una espiral de luz blanca en esa zona).
Lo percibo.
Lo siento.
Lo sano.
Lo activo.
Lo protejo con luz blanca líquida brillante.
Nuevamente permaneces unos instantes enfocado en esa zona.
Después te concentras en el tercer chakra (plexo solar, zona intermedia
entre el ombligo y el pecho) y repites el proceso.
Visualizo mi centro tres (te imaginas una espiral de luz blanca en esa zona).
Lo percibo.
Lo siento.
Lo sano.
Lo activo.
Lo protejo con luz blanca líquida brillante.
A continuación, llevas tu atención al cuarto chakra (zona del corazón) y
nuevamente repites el proceso.
Visualizo mi centro cuatro (te imaginas una espiral de luz blanca en esa
zona).
Lo percibo.
Lo siento.
Lo sano.
Lo activo.
Lo protejo con luz blanca líquida brillante.
Permaneces unos instantes ahí y luego continúas con el quinto chakra (zona
de la garganta) y haces lo mismo.
Posteriormente, te centras en el sexto (zona del tercer ojo).
Y, por último, repites el proceso con el séptimo chakra (en lo alto del
cráneo, la zona de la corona).
Luego dejas que una columna de luz te atraviese desde la cabeza hasta los
pies, comunicándote por arriba con el centro del Universo (el Gran Sol
Central) y por abajo con el centro de la Tierra, y permaneces unos instantes
dejando fluir esa energía blanca brillante como si se tratara de una especie
de fluido luminoso.
Por otra parte, existe otro método más prolongado en el tiempo, pero cuyos
resultados son muy positivos. Consiste en limpiar cada chakra durante siete
días seguidos, y está basado en un método que utilizaba el maestro Jesús, tal
y como nos describe Daniel Meurois Givaudan, en su libro El método del
maestro . Se trata de ocho ejercicios para purificar los chakras, cada uno de
los cuales es recomendable que se ejercite durante siete días seguidos.
Purificación del Primer Chakra:
1) Siéntate en el suelo en una postura meditativa y confortable, colocando
ambas manos con las palmas hacia abajo sobre las rodillas.
2) Respira lenta y profundamente varias veces. A continuación lleva tu
atención a la base de tu cuerpo y percibe raíces que salen de su interior
y que penetran en la tierra, a modo de árbol. Permanece así hasta que
sientas como si el suelo ejerciera atracción sobre tu cuerpo, como si te
hundieras en él al menos un poco.
3) Ahora enfócate en unos 50 centímetros sobre tu cráneo, donde
percibirás una hermosa esfera de luz blanca de unos 12 centímetros de
diámetro.
4) Una vez percibida, la invitas a descender lentamente hasta llegar a la
base de tu cuerpo. Deja que llene la base de ese color blanco brillante y
permanece así durante uno o dos minutos.
5) Inspiras lentamente percibiendo esta radiación blanca que ha llenado
completamente nuestro chakra base como si se tratara de una serpiente
de luz que gira muy lentamente sobre sí misma, como desperezándose.
Una vez esta percepción se haya estabilizado, inspiras y al espirar
sientes cómo gira más rápidamente en ti (el sentido del giro es de
delante del cuerpo hacia atrás). Este último paso conviene repetirlo con
sus inspiraciones y expiraciones siete veces seguidas, con una breve
pausa entre cada ciclo.
Purificación del Segundo Chakra:
1) Siéntate en el suelo en una postura meditativa que sea confortable para
ti, colocando la mano izquierda sobre tu rodilla izquierda con la palma
hacia abajo, y la derecha, unos tres dedos debajo de tu ombligo (sede
del segundo chakra). En el caso de que el practicante sea mujer, se
invierten las manos, es decir, es la mano derecha la que se coloca en la
rodilla derecha y la izquierda sobre el chakra.
2) Centra tu conciencia por encima de tu cráneo y déjala descender
plácidamente a lo largo de tu espalda hasta llegar a tu chakra base. Haz
nacer allí un pequeño sol.
3) Cuando sientas estabilizado ese sol en la base de tu columna, inspiras y
lo haces ascender hasta llegar a tu segundo chakra (zona donde tienes la
mano).
4) Al espirar, dejas que descienda de nuevo hacia la base de tu cuerpo.
5) Repite cuatro veces el ejercicio, haciendo cuatro series de siete
inspiraciones-espiraciones. Procura buscar un profundo silencio interior
centrado en el segundo chakra entre cada una de las series. Es
conveniente que en cada inspiración-espiración, hagas rozar suavemente
la parte trasera de tu nariz con el aire que entra y sale.
Purificación del Tercer Chakra:
1) Siéntate en el suelo en una postura meditativa que sea confortable para
ti, colocando la mano izquierda sobre tu rodilla izquierda con la palma
hacia abajo y la derecha sobre el plexo solar, por encima de tu ombligo
(sede del tercer chakra). En el caso de que el practicante sea una mujer,
se invierten las manos, es decir, es la mano derecha la que se coloca en
la rodilla derecha y la izda sobre el chakra.
2) Céntrate en el pequeño sol blanco situado en la base de tu columna, no
hace falta que lo veas, basta con que lo sientas. Al inspirar, súbelo hasta
el tercer chakra y haz que irradie sus rayos en esa zona. Puede que
llegues a sentir su irradiación en la palma de la mano situada sobre tu
plexo solar, al menos unos segundos en el intervalo entre respiración y
respiración.
3) A continuación, expulsas enérgicamente el aire por la nariz con un
golpe seco. Al mismo tiempo procuras centrarte en sentir una expansión
total de tu aura. Lo normal es que al vaciar rápidamente tus pulmones
generes un aumento en la radiación de tus cuerpos sutiles.
Lo ideal es repetir los pasos 2 y 3 treinta y tres veces, aunque cada uno
deberá encontrar su límite.
Purificación del Cuarto Chakra:
1) Siéntate en el suelo en una postura meditativa que sea confortable para
ti. Cruza los brazos sobre tu pecho, dejando el derecho por encima del
izquierdo. Respira tranquilamente.
2) Centra tu conciencia al centro de tu pecho. Trata de percibir en dicha
zona una espiral de luz rosa que gira sobre sí misma en el sentido
horario. La respiración sigue siendo normal, tranquila.
3) Cuando sientas que esa espiral ha instalado su dulzura en ti, hazla subir
a modo de una bonita red de luz desde el centro cardíaco hasta por
encima de tu cráneo. Esa luz puede percibirse como blanca, pero lo
ideal sería que la sintieras como ligeramente rosada. Esa ascensión es
dirigida a través de una inspiración nasal (por la nariz).
4) Cuando tus pulmones estén llenos y la luz haya rebasado tu cabeza
unos 20 centímetros, dejas que esa columna de luz se enrolle a modo de
espiral también en sentido horario. Percibirás cómo se forma esa espiral
durante una breve apnea. A continuación espiras, soltando esa
percepción y realizando una respiración libre.
Conviene repetir este ejercicio cuatro veces seguidas cada día.
Purificación del Quinto Chakra:
1) Siéntate en el suelo en una postura meditativa que sea confortable para
ti, colocando la mano izquierda sobre tu rodilla izquierda con la palma
hacia arriba y la derecha sobre la garganta. En el caso de que el
practicante sea una mujer, se invierten las manos, es decir, es la mano
derecha la que se coloca en la rodilla derecha y la izquierda sobre el
chakra. Respiras a tu ritmo.
2) Comienzas a inspirar lentamente, haciendo rozar la parte trasera de tu
cavidad nasal con el aire, mientras percibes una red de aire que teñirás
de color azul claro.
3) Cuando tus pulmones estén llenos de aire y hayas practicado una breve
apnea (retén el aire a pulmón lleno unos segundos), espiras del mismo
modo. Esta vez el color será azul oscuro. Con ese aire expulsarás todas
las escorias etéricas que había en ti. Esta fase de inspiración-espiración
conviene repetirla siete veces, para completar la limpieza bien.
4) Con la parte de atrás de nuestra garganta emites una especie de
zumbido. Se trata de que interiormente oigas el sonido AUM. Cuando te
queda poco por espirar, ese último aire lo expulsas cerrando la boca y
espirándolo todo de una sola vez por la nariz. Esta última fase la repites
cinco veces seguidas. A continuación, permaneces en silencio durante
un tiempo prolongado a la espera de escuchar qué sucede en el centro
de tu cabeza y en el fondo de tu garganta.
Purificación del Sexto Chakra:
1) Siéntate en el suelo en una postura meditativa que sea confortable para
ti. Con tus ojos cerrados y tus manos unidas en el gesto tradicional para
la oración, respira tranquilamente.
2) Cuando te sientas centrado, colocas la mano izquierda sobre tu rodilla
izquierda con la palma hacia arriba, y la derecha en la raíz de tu nariz,
entre ambas cejas. Con la zona plana de la uña de tu dedo índice, das
pequeños golpes secos sobre tu chakra del tercer ojo. Luego dejas tu
mano derecha sobre la rodilla derecha con la palma hacia arriba.
Recuerda que en las mujeres se invierten las manos.
3) Inspira y espira lentamente doce veces, procurando enfocarte en la idea
de que estás llenando y vaciando una especie de bolsa detrás del chakra
frontal (tercer ojo).
4) Manteniendo los ojos cerrados, ponte bizco interiormente sin forzar,
pero de una manera lo suficientemente fuerte como para crear una
presión en tus ojos. Mientras esta sensación se manifiesta, repite en voz
alta la sílaba TA, TA, TA… hasta que te sientas saturado.
Purificación del Séptimo Chakra:
1) Siéntate en el suelo en una postura meditativa que sea confortable para
ti. Coloca tus manos sobre tus rodillas con las palmas hacia arriba.
Permaneces tranquilamente con una actitud receptiva.
2) Procuras percibir a unos 50 centímetros de tu cráneo un bello sol
blanco. Este sol empieza a dejar caer gotitas de oro sobre tu cabeza.
Serán siete gotitas. Sin forzar, sientes el descenso de esas gotitas y su
contacto en el séptimo chakra.
3) Después haces unas cuantas inspiraciones y espiraciones a tu ritmo.
4) De nuevo percibes siete gotitas nuevas en lo alto de tu cráneo.
5) Después, haces unas cuantas inspiraciones y espiraciones a tu ritmo.
6) Nuevamente invitas al sol blanco que está por encima de tu cabeza a
que deje caer otras siete gotitas. Esta vez puedes percibirlas mejor en tu
chakra corona.
7) Quédate un momento en silencio interior y cuando sientas que ya has
permanecido en él lo suficiente, emite con la ayuda de la parte posterior
de tu garganta un zumbido largo y grave, o si lo prefieres el sonido
AUM.
Purificación del Octavo Chakra:
1) Siéntate en el suelo en una postura meditativa que sea confortable para
ti. Coloca tus manos sobre tus rodillas con las palmas hacia arriba.
Permanece tranquilamente en silencio, tratando de profundizar en él
para percibir lo que se llama el canto de la energía (una especie de
silbido en el centro de tu cráneo).
2) Trata de percibirte por encima de tu cráneo, como si fueras el mango
de una ducha (en la zona del octavo chakra). Observa tu cráneo desde
allí.
3) Cuando has conseguido verte desde arriba, empiezas a dejar caer
gotitas de oro sobre tu cráneo. No importa el número de gotitas. Este
estado de exteriorización de la conciencia no conviene prolongarlo más
de dos o tres minutos.
4) Vuelve a descender tu conciencia a tu cuerpo, a ser posible a la altura
del corazón, y cruza tus brazos en horizontal manteniendo el brazo
derecho por encima del izquierdo. Permanece unos instantes saboreando
el efecto de la ducha de luz que acabas de recibir.
Como señala Daniel Meurois en su libro, conviene repetir durante siete
días seguidos cada uno de los ejercicios. Con eso, el proceso dura ocho
semanas seguidas.
Al cabo de esas ocho semanas se practica una fase por día durante ocho días
(purificación chakra 1 el primer día, purificación chakra 2 el segundo
día…). A partir de ahí conviene descansar. De hecho, Jesús decía que con
dos períodos al año dedicados a ello era suficiente.
No obstante, si con alguno de ellos se sienten molestias continuas
(aturdimiento, incomodidad…), es recomendable continuar dejar ese
ejercicio y al día siguiente comenzar con el siguiente chakra.
Cómo activar los puntos curativos que hay
en tí
La órbita microcósmica
La Órbita Microcósmica es una especie de circuito circular que recorre
nuestra columna vertebral pasando por los siete chakras principales y la
parte frontal del cuerpo, conectando con todo el sistema de meridianos de
éste.
Los taoístas descubrieron que hay dos canales que llevan mucha energía y
que nutren de ella a todo nuestro cuerpo. Estos canales son el Du Mai y el
Ren Mai.
El Du Mai (o vaso gobernador, yang) comienza en el punto hui yin (en el
perineo, entre los genitales y el ano), asciende por la parte trasera del
cuerpo, por la espalda, pasando por el cóccix, hasta llegar a la corona de la
cabeza. Desde allí desciende hasta el paladar.
El Ren Mai (o vaso concepción, Ying), comienza en el hui yin también,
pero asciende por la parte delantera del organismo, pasando por los órganos
sexuales, el estómago, corazón, garganta y termina en la punta de la lengua.
De este modo, al colocar la punta de la lengua en el paladar, cierras el
circuito energético y la energía comienza a fluir formando un círculo que
nutre a todo nuestro cuerpo, enviando energía, hormonas y vitalidad a todo
el cuerpo. La energía es percibida, transformada y absorbida por cada punto
u órgano que la necesite.
Si aprendes a hacer circular la energía por la Órbita Microcósmica podrás
limpiar tus canales energéticos y eliminar bloqueos en el organismo con
objeto de hacer circular y revitalizar todas las partes de la mente y del
cuerpo.
Esta práctica si se hace a diario, previene el envejecimiento y ayuda en la
curación de muchas enfermedades, como la presión arterial alta, la artritis,
el insomnio, los dolores de cabeza…
Cuando lo practiques varias veces, puedes empezar a sentir calor por la
columna.
La sonrisa interior
Si ya has hecho yoga o alguna práctica oriental, seguramente sabrás de qué
se trata la sonrisa interior. Confieso que la primera vez que me lo
plantearon, me pareció una tontería: cómo yo iba a sonreír a mis órganos, y
además para qué, si ellos no tiene sentimientos, qué más les da que yo les
ponga buena o mala cara…
Pues gracias a que me gusta experimentar, probé a ver qué pasaba, y cuál
fue mi mayor sorpresa al ver que si estaba haciendo un estiramiento en
yoga, y le sonreía a mis músculos, éstos se volvían como más flexibles. Fue
entonces cuando decidí hacerlo con todos mis órganos, y poco a poco a
medida que mi sensibilidad iba en aumento, sentía como mis órganos se
relajaban, cuando yo les sonreía. Y posteriormente me di cuenta de que lo
que iba adquiriendo era un sentimiento de amor hacia mi cuerpo y hacia mí
misma, porque de algún modo me estaba dedicando una sonrisa, un gesto
de ternura de cariño, cosa que muy pocas veces hacemos con nosotros
mismos.
Antes de practicar la sonrisa interior, te aconsejo que procures aumentar el
flujo de tu saliva.
Cuando me formé en noesiterapia (curación por el pensamiento) con el
doctor Escudero, me gustó descubrir con él que había una forma muy fácil
de activar el sistema nervioso parasimpático (el que nos relaja), y consistía
en ensalivar, repitiéndote mentalmente varias veces: mi boca se llena de
saliva fluida y agradable…
Efectivamente, igual que cuando nos ponemos nerviosos, tensos, la boca se
nos queda seca por la activación del sistema nervioso simpático, cuando nos
sentimos tranquilos tendemos a ensalivar mucho más.
Por ello, si provocamos esa respuesta, estaremos facilitando el desconectar
de cualquier tipo de pensamiento conflictivo para nosotros.
Puedes seguir el siguiente orden:
PARTE DELANTERA y MEDIA
Sonríe a tus ojos (si relajas tus ojos, se relaja todo tu sistema nervioso).
Sonríe a tus mandíbulas (esta zona acumula mucha tensión).
Sonríe a tu cara.
Coloca tu lengua en el paladar en la zona de detrás de los dientes y sonríela.
Sonríe al cuello. Se tensa con mucha facilidad debido a las preocupaciones
diarias, es la conexión entre el cerebro y el cuerpo, por lo que si no se
relaja, los mensajes de nuestro cerebro no llegarán con claridad a nuestro
cuerpo.
Puedes probar a tensarlo mucho y luego soltarlo imaginando que no tienes
ningún músculo que lo sostenga y lo dejas que permanezca suelto,
enviándole una sonrisa.
Sonríe a tu corazón y sistema cardiovascular.
Sonríe a tus pulmones y sistema respiratorio.
Sonríe a tu hígado y vesícula biliar (en tu lado derecho).
Sonríe a tu bazo y páncreas (en tu lado izquierdo).
Sonríe a tus riñones y glándulas suprarrenales.
Sonríe a tu boca.
Sonríe a tu estómago.
Sonríe a tu intestino delgado y al grueso.
Sonríe a tu ano y recto.
Sonríe a tus órganos sexuales.
Sonríe a tus órganos del sistema urinario (vejiga…).
PARTE TRASERA
Sonríe a la parte interna de las vértebras empezando por arriba o por abajo,
una a una.

PRIMER PUNTO (el ombligo)


Cuando nos concentramos en el ombligo y almacenamos energía allí, ésta
asciende rápidamente atravesando la glándula pineal (o niwan) y a
continuación la glándula pituitaria (yin tang).

SEGUNDO PUNTO:
Kuan-Yuan. Punto medio de los ovarios (para la mujer).
Jing Gong. Donde comienza el pene (para el hombre).

TERCER PUNTO:
Hui- Yin. Punto medio entre el ano y los genitales.

CUARTO PUNTO:
Chang-Chiang. Situado en el cóccix.

QUINTO PUNTO:
Ming-Men. Punto simétrico al ombligo, situado por detrás en la columna,
entre las vértebras L2 y L3. El riñón izquierdo es Ying y el derecho Yang, y
el equilibrio entre ambos está en el punto del medio entre ambos.
SEXTO PUNTO:
Chi-Chung. Punto en el lado opuesto al plexo solar, en la columna
vertebral. Está localizado entre las glándulas suprarrenales.

SÉPTIMO PUNTO:
Yu-Chen. Punto en el cerebelo.
Controla los latidos cardíacos, la respiración y varias funciones
relacionadas con el sistema nervioso autónomo.

OCTAVO PUNTO:
Pai-hui. Punto de la zona de la corona. Está relacionado con la sensibilidad
y el acto sexual. Controla la parte posterior del cerebro, oído, equilibrio, la
percepción de la luz a través de los ojos y de la piel y la parte superior del
cerebro y la médula espinal.
Algunas personas que han activado este punto han experimentado
visualizaciones de distintos colores según el órgano que tenían afectado:
- Las personas con enfermedades hepáticas veían una luz verde.
- Las personas con enfermedades en la vesícula biliar, las de
enfermedades renales y las de escaso impulso sexual veían una luz
negra.
- Las personas con enfermedades cardíacas, veían una luz roja.
- Las personas con enfermedades en el estómago y en el bazo veían
una luz amarilla.
- Las personas con enfermedades pulmonares veían una luz blanca.
NOVENO PUNTO:
Ying- Tang. Punto del tercer ojo o de la glándula pituitaria o hipófisis.
La hipófisis tiene medio centímetro de altura, 1 centímetro de longitud y 1,5
centímetros de anchura. Se encuentra localizada físicamente en la parte
superior de la corona. Es la glándula maestra que controla el
funcionamiento de las gónadas, las suprarrenales, el crecimiento y las
glándulas tiroideas. Está cubierta en su exterior por huesos que la protegen.
Controla la parte frontal del cerebro, la visión, el ojo derecho, y se la
considera el centro del Amor, y la Compasión.
Si te concentras en este punto, se activa la glándula pituitaria:
- Reduce el efecto molesto de los ruidos.
- Te sientes más equilibrado (las preocupaciones disminuyen).
- Aumenta el flujo de saliva.
Explicación física de la iluminación
Cuando el calor de la kundalini sube desde la base de la espina dorsal hacia
el cerebro y toca la glándula pituitaria y la glándula pineal, éstas
comienzan a vibrar y a segregar una serie de hormonas. El impacto del
calor más la secreción de ambas glándulas abren la parte subconsciente del
cerebro produciendo un estado de éxtasis. Los efectos son distintos en cada
individuo debido a que el subconsciente manifiesta a la vez sus
propiedades. La combinación de éxtasis más las manifestaciones del
subconsciente dan paso a la apertura de la catedral del alma. Con ello se da
el despertar.

Podemos autoprotegernos contra la energía


radiactiva y contra infecciones generadas por
virus o bacterias
Todos los seres humanos tienen la habilidad de generar su propia medicina
energética para protegerse y sanarse, no solo del envenenamiento
radioactivo, sino también del efecto de toxinas o infecciones por virus o
bacterias.
El método es muy sencillo. Consiste en lo siguiente:
En primer lugar es necesario que conozcas la ubicación de tu alma celestial
(también llamado yo superior)
El yo superior es un aspecto de tu propia conciencia que se encuentra fuera
del tiempo y espacio. Esta parte de ti está en los reinos de luz. Puedes
conectarte con esta parte de ti cada vez que le envíes agradecimiento o
apreciación por algo.
Si levantas tus brazos por encima de tu cabeza, aproximadamente allí donde
llegan tus dedos extendidos, se encuentra ubicado un punto de entrada de tu
yo superior a tu campo energético.
Enfoca tu atención en dicho punto y pon tu intención en el tipo de energía
que deseas recibir. Por ejemplo, si has estado expuesto a fuentes de
contaminación energética radiactiva, pon tu intención en equilibrar y
armonizar tu campo energético de forma saludable; si deseas sanar tu
hígado, pon tu intención en que esa energía que va a entrar en ti tenga como
objetivo sanar esa parte de tu cuerpo.
A continuación da las gracias desde tu corazón a tu yo superior por
proporcionarte la medicina energética que necesitabas para sanar. Por tanto,
envía este gesto de agradecimiento desde tu corazón hasta el punto de tu
campo energético conectado con el yo superior que tienes encima de tu
cabeza, con la seguridad de que te está llegando el beneficio energético
proporcionado por el yo superior, y que eso te protegerá o sanará (según lo
que hayas proyectado).
Luego, cambia tu atención del punto reseñado de encima de tu cabeza hacia
tu chakra del corazón (en el centro de tu pecho debajo del esternón) y luego
espera a recibir la protección energética y sanadora.
Los que nunca antes hayan trabajado con la energía, probablemente
necesiten enviar la intención junto con el sentimiento de apreciación o
gratitud a su yo superior varias veces antes de que sientan la respuesta. Pero
continúa enviando la intención junto con el sentimiento de apreciación y
gratitud hacia arriba a tu yo superior, hasta que sientas un descenso de
energía. Cuando lo sientas, cambia tu atención hacia el chakra de la
garganta. Permite que tu centro del corazón reciba esta protección sanadora
energética.
Luego coloca tus manos alrededor de un vaso de agua y envía esta energía
recibida desde tu alma celestial hacia el agua. La energía de sanación y/o
protección que ha entrado en tu centro del corazón, bajará por tus brazos
hacia el agua a través de los dos chakras que están en el centro de cada una
de sus palmas.
Repite este proceso tres veces y luego bebe el agua.
Si te encuentras en una situación muy difícil, conviene que repitas el
proceso varias veces al día y bebas el agua conforme a tu intuición.
Este procedimiento puedes utilizarlo incluso para enfermedades muy
resistentes, por ejemplo, el cáncer.
Obviamente, si te encuentras en una situación muy crítica, será prudente
que consigas todos los remedios médicos que tengas a tu alcance. Es decir,
este método no es un sustituto de la intervención médica, pero sí puede
complementar y potenciar su sanación.
En el caso de niños, personas mayores imposibilitadas o animales, es
posible que un adulto realice el proceso, enfocando su intención en la
sanación del niño, anciano, etcétera.
La habilidad de crear este agua medicinal es una habilidad que poseen todos
los seres humanos.
Si enseñas a alguien a realizarlo, estarás contribuyendo a tu propia maestría,
mientras que si lo usas para hacer creer a los demás que tienes un poder
especial, al que nadie o solo unos pocos pueden acceder, estarás
contribuyendo a alimentar tu propio ego; con lo cual te estarás alejando de
la energía proporcionada por el yo superior y el nivel vibracional de la
energía que recibas será por tanto mucho más baja, y lo mismo ocurrirá con
el poder sanador de la misma.
CAPÍTULO 8
TÉCNICAS DE RESPIRACIÓN
SANADORA
Según el Yoga, el pranayama o respiración consciente es la puerta de acceso
a la purificación de la mente y el cuerpo.
Beneficios de una respiración profunda:
1. Serena el sistema nervioso, ya que activa el sistema nervioso
parasimpático.
2. Los órganos digestivos reciben más oxígeno, con lo cual la
digestión se facilita.
3. Favorece la eliminación de toxinas del organismo.
4. Regeneración de las glándulas pituitaria y pineal, con el
consiguiente beneficio para el resto del organismo.
5. La piel rejuvenece.
6. Tanto los órganos digestivos como el corazón reciben un masaje
con cada respiración, con lo que se activa la circulación
sanguínea en dichos órganos.
7. Ayuda a controlar tu peso ideal. Si tienes insuficiente peso, el
oxígeno alimenta a los tejidos y glándulas. Y si tienes exceso de
peso, el suministro extra de oxígeno ayuda a quemar las grasas.
8. Los pulmones se hacen más elásticos, con lo cual aumenta la
capacidad pulmonar.

Si te duele la cabeza, cierra tu fosa nasal derecha y respira por la izquierda.


En unos minutos, el dolor cesará.

Si te encuentras cansado, cierra la fosa nasal izquierda y respira por la


derecha. Notarás alivio .

Observa por qué lado de la nariz respiras mejor cuando te despiertas. Si es


por el izquierdo, lo normal es que te sientas cansado, así que, tápate la fosa
nasal izquierda y respira por la derecha durante unos diez minutos.
Normalmente conviene prolongar unos segundos las pausas entre la
inspiración y la espiración, ya que en esas pausas se produce un efecto
regenerador de la energía vital.
También es importante tener en cuenta que si lo que deseas es
tranquilizarte, convendrá hacer más lenta la espiración, mientras que si lo
que necesitas es activarte, reanimarte, conviene que alargues la inspiración.
Respiración para purificar la mente
Contraindicada para personas mayores o con problemas cardíacos.
Beneficios:
Ayuda a la concentración mental.
Equilibra el metabolismo.
Mantiene joven el cerebro.
Limpia la sangre.
Inspira profundamente dilatando tu abdomen, como si se tratara de un globo
y exhala todo el aire que puedas por la nariz.
Inhala de nuevo y al exhalar hazlo rápidamente ayudándote con la
contracción del abdomen hacia dentro. Procura que la inhalación sea lenta y
cuatro veces más larga que la exhalación.
Lo ideal es hacer de veinte a treinta respiraciones.
RESPIRACIÓN PARA LA ANSIEDAD
Respiración rítmica
Beneficios:
Ayuda a la concentración mental.
Equilibra tus órganos.
Previene contra el estrés, ansiedad, angustia...
Proporciona un profundo descanso.
Túmbate en el suelo, sobre tu espalda.
Haz una inspiración completa (abdomen y pecho). Retén el aire el tiempo
que puedas, sin forzar.
Haz una exhalación completa.
Retén a pulmón vacío, aproximadamente el mismo tiempo que retuviste a
pulmón lleno.
Inhalación y exhalación duran lo mismo. Al igual que la retención a pulmón
lleno y vacío.
Repetir durante unos diez minutos.
Respiración alternada
Beneficios:
Ayuda a la concentración mental.
Equilibra tus energías.
Estabiliza la actividad cardíaca.
Favorece la respiración, previniendo la sinusitis y los catarros.
Previene contra el estrés, ansiedad, angustia...
Siéntate con la espalda recta.
Tapa tu fosa nasal derecha e inhala por la izquierda hasta llenar el pecho por
completo.
Tapa tu fosa nasal izquierda e inhala por la derecha el doble de tiempo que
lo hiciste antes.
Tapa tu fosa nasal izquierda e inhala por la derecha.
Tapa tu fosa nasal derecha y exhala por la izquierda el doble de tiempo que
lo hiciste antes.
Consiste en exhalar por la fosa opuesta a la que inhalaste e inhalar por la
misma que exhalaste.
Repítelo durante unos diez minutos.
Cuando domines el ejercicio, puedes añadir un tiempo de retención entre
inhalación y exhalación, pero sin forzar nunca nada.
Respiración regular
Beneficios:
Equilibra tus energías.
Equilibra tus órganos.
Seda el sistema nervioso. Induce a la relajación profunda.
Serena la mente.
Túmbate en el suelo o siéntate con la espalda recta.
Haz una inspiración en el pecho (contrayendo el abdomen), llenando
completamente tus pulmones.
Retén el aire el mismo tiempo que hayas tardado en inhalarlo.
Exhala en el mismo tiempo que lo has inhalado y retenido.
Repite durante unos diez minutos.
RESPIRACIÓN PARA LA DEPRESIÓN

Respiración solar
Beneficios:
Fortalece los pulmones.
Equilibra tus energías.
Combate la hipotensión.
Previene contra el reuma y cefaleas.
Previene contra la Depresión.
Siéntate con la espalda recta.
Tapa tu fosa nasal izquierda e inhala por la derecha hasta llenar tus
pulmones (mientras contraes ligeramente el abdomen).
Retén el tiempo que puedas con las dos fosas nasales tapadas.
Exhala por la fosa nasal izquierda tapando la derecha durante el doble de
tiempo que inhalaste.
Repite durante unos diez minutos.
CAPÍTULO 9
MANTRAS y MUDRAS
Mantras
En el plano etimológico la palabra mantra se divide en dos vocablos
sánscritos “man”, que significa mente, y “tra”, que significa liberar.
Podríamos decir que al recitar un mantra estamos generando una vibración
sonora que nos aparta del ruido de nuestra mente consciente, de nuestros
pensamientos. Por ello, al repetir continuamente un mantra y enfocarnos en
la repetición continua de ese sonido, nuestra mente va encontrando más
espacios en blanco, en paz, llegando con la práctica continuada a
verdaderos estados de paz interior.
Por otra parte, al conseguir acallar nuestros pensamientos estamos creando
un espacio para recibir mensajes de nuestra propia sabiduría interior.
Normalmente los mantras se recitan en sánscrito y generan el efecto
deseado sin importar que la persona que los recite conozca o no su
significado.
Aquí solo te voy a hablar de algunos de los numerosos mantras que existen
y están muy relacionados con la sanación, pero hay muchos más.

OM NAMO BHAGAVATE VASUDEVAYA


Aunque su traducción literal sería: "me inclino ante el Señor, que vive en los corazones de todo", se
podría decir que la traducción es: “Yo me entrego a la verdad”.
Se refiere a esa verdad de la que nos hablaba el maestro Yeshua (Jesús) que nos hace libres, porque
nos conecta con nuestro verdadero ser.
En realidad, consiste en reconocer que existe un poder superior a nosotros y mediante este mantra
nos estamos entregando a ese poder con el correspondiente alivio de sentir que ya no necesitamos
controlar nada, pues estamos en buenas manos. Eso nos ayudará a conseguir ese estado de paz
absoluta que tanto buscamos.

OM YAJAMAHE SUGANDIMPUSH
TRYAMBAKAM

TIVARDHANAM URVARUKAMIVA
BANDHANAN MRITYOR MUKSHIYA
MAAMRITAT
A este mantra se le denomina Mahamrityunajya: La palabra sánscrita maha
significa grande, mrityu quiere decir muerte y jaya significa victoria. Es
muy potente, hasta el punto de que nos ayuda a superar el miedo a la
muerte. Incluso se ha llegado a decir que supera a la muerte en sí misma.
Es una combinación de 34 potentes sonidos.
También se le llama moksha mantra, precisamente por su fuerza liberadora
(mokhsha: liberación).
Los moksha mantras son mantras de adoración.
Cuando se recita suele generar calor a diferencia del gayatri mantra, que por
lo general produce un efecto calmante y refrescante.
Otorga longevidad. Su propósito es sanar enfermedades. Genera un escudo
psíquico de protección alrededor de quien lo practica, preservándolo así de
fuerzas negativas o dañinas.
Trasmuta el sufrimiento y la pobreza, y cumple todos nuestros deseos. De
tal forma que siempre que quieras eliminar los obstáculos de la vida y
superar situaciones difíciles o enfermedades, puedes repetir este mantra con
frecuencia y constancia.
Incluso es beneficioso para dormir. Si lo recitas al menos once veces antes
de dormir te ayuda a descansar mejor y tener sueños más positivos.

OM BHUR BHUVAH SVAH TAT SAVITUR


VARENYAM BHARGO DEVASYA DHÎMAHI
DHIYO YO NAH PRACHODAYAT
El Gayatri Mantra es una plegaria universal de protección, purificación e
iluminación.
Su vibración purifica el cuerpo, la mente y el alma, así como los ambientes
donde su sonido y vibraciones resuenen. Genera paz, armonía, seguridad y
luz.
Se usa también como protección en situaciones de peligro, ansiedad, miedo,
ira…
Se recomienda repetirlo en múltiplos de tres. Se puede comenzar con tres
veces y luego seguir con nueve o 21 hasta alcanzar el total de su recitación
completa, que son 108 repeticiones.
Es una de las oraciones más antiguas de la humanidad y no pertenece a
ninguna religión. Su significado literal sería el siguiente:
Om Bhûr Bhuvah Svah : Om, invoco a la tierra, al espacio y al cielo.
Tat Savitur Varenyam: Y a la esplendorosa fuerza suprema que está en el
sol.
Bhargo Devasya Dhîmahi: sobre la cual estoy meditando
Dhiyo Yo Nah Prachodayat: para que promueva y sostenga mi inteligencia
y destreza.
En este epígrafe también podríamos incluir al Padre Nuestro. Se puede
decir que esta oración tan poderosa también es una especie de mantra.
Sobre todo porque el significado de cada una de sus frases nos purifica y
limpia a niveles más profundos de lo que creemos.
El Padre Nuestro activa y armoniza nuestros siete chakras principales. La
palabra sánscrita chakra significa rueda o vórtice. Así pues, un chakra es un
vórtice de energía que nutre de la misma a los órganos de la zona.

Al recitar cada frase del Padre Nuestro, puedes enfocarte en el chakra


correspondiente. Incluso sería bueno repetir esta oración de tres a siete
veces, hasta llegar a sentir cómo se activan los chakras.

Primer chakra, o chakra Raíz.


Y no nos dejes caer en la tentación mas líbranos del mal.

Segundo chakra, o chakra del Sacro.


Y perdónanos nuestras deudas (ofensas), así como nosotros perdonamos a
nuestros deudores (a quienes nos han ofendido).

Tercer chakra, o chakra del Plexo solar.


El pan nuestro de cada día dánoslo hoy.

Cuarto chakra, o chakra Corazón


A nosotros tu reino.

Quinto chakra, o chakra Garganta


Santificado sea tu nombre.

Sexto chakra, o chakra del Tercer Ojo.


Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.

Séptimo chakra, o chakra Corona


Padre Nuestro que estás en el cielo.

Los chakras interactúan con el cuerpo físico a través de dos sistemas: el


sistema nervioso y el sistema endocrino. Por tanto, cada uno de los siete
chakras principales está asociado con una glándula endocrina y, a su vez,
con un grupo de nervios llamado plexo.

De este modo, los chakras controlan nuestras glándulas hormonales y con


ello también nuestras emociones, pensamientos…
Con respecto al sistema endocrino, a continuación detallo la
correspondencia de cada frase con la glándula correspondiente:

Glándula pituitaria o glándula maestra


Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre.

Glándula pineal
Venga a nosotros tu reino.

Glándula tiroides
Hágase tu voluntad así en la tierra.

Glándula del timo


Como en el cielo

Glándula tiroides
El pan nuestro de cada día dánoslo hoy.

Gónadas (glándulas sexuales masculinas y


femeninas)
Y perdónanos nuestras deudas (ofensas), así como
nosotros perdonamos a nuestros deudores (quienes
nos han ofendido).
Glándulas suprarrenales
Y no no dejes caer en la tentación.
Abre las células de Lyden (o glándulas de Leydig, que no son
una glándula sino un conjunto de células secretoras de hormonas, situadas
debajo del ombligo y por encima de las gónadas)
Mas líbranos del mal.

Glándula del timo


Puesto que tuyo es el reino,

Glándula tiroides
El poder.

Glándula pineal
Y la gloria.

Glándula pituitaria
Por los siglos de los siglos

Igualmente los mudras son gestos que se hacen con las manos y que nos
ayudan a focalizar mucho más nuestros propósitos meditativos. Sin
embargo, aunque son menos conocidas, también hay mudras que se hacen
con los ojos, y el cuerpo.
Etimológicamente hablando, la palabra mudra se compone de mud , que en
sánscrito significa gozo, y ra, cuyo significado es producir.
Estos gestos con los dedos de las manos tienen un efecto sanador tanto
física como mental y espiritualmente.
Influyen en el flujo de energía a través de los meridianos de acupuntura
(según la medicina china) y a través de los nadis (según la cultura hindú).

¿CUÁNTO TIEMPO CONVIENE APLICAR EL


MUDRA?

Depende de cada caso:

1- Para problemas crónicos, conviene aplicarlos al menos tres veces al


día, durante cinco minutos mínimo.

2- Para dolores agudos, conviene mantenerlos hasta que cese el


problema.

3- Para sanar problemas del plano mental-emocional, se suele tardar


entre 21 y 42 días, llevándolos a cabo de forma regular y constante a
diario.

No obstante, es importante que desde este mismo momento te dejes llevar


por tu propia intuición. Tú sabes el tiempo que necesitas para sanar, confía
en ti.
Con respecto a los resultados, no te inquietes si no encuentras un efecto
inmediato. Si existe un bloqueo importante, necesitarás tiempo para
deshacerlo, simplemente confía en tu fuerza interior y sé constante en la
aplicación del mudra.

A veces los resultados se empiezan a notar tras varias semanas de aplicar el


mudra, otras veces es a los meses de utilización.

A continuación, vamos a hacer un pequeño resumen para que puedas


conocer más acerca de la energía que predomina en cada dedo.

Dedo PULGAR

Está conectado con el meridiano del pulmón y a la vez con el elemento


fuego.

Equilibra la energía (por exceso o defecto) de los otros dedos.

Dedo ÍNDICE

Tiene que ver con el elemento aire (el espíritu, la capacidad para pensar).
Está relacionado con nuestra capacidad para reflexionar y nuestra
inspiración.
Se conecta con el chakra corazón, intestino grueso y meridiano profundo
del estómago.

Dedo CORAZÓN

Está relacionado con el chakra garganta. Se le puede simbolizar como una


escalera hacia el cielo puesto que su energía irradia hacia el infinito.

Dedo ANULAR

Está relacionado con el chakra base y el meridiano profundo del hígado.


También en este dedo (en su yema) comienza el meridiano del triple
calentador, el cual controla todas las funciones de protección del cuerpo y
regula la temperatura corporal.
Ayuda a mantener el equilibrio en situaciones difíciles, fortaleciendo así
mismo el sistema inmunológico.

Dedo MEÑIQUE

Está relacionado con el segundo chakra y con el meridiano corazón.


En él se tratan las relaciones personales en general.
El elemento asociado es el Agua.
ALGUNOS MUDRAS
ATMANJALI MUDRA

Es uno de los más conocidos. Es el que se utiliza comúnmente para rezar.


Se unen las dos palmas de las manos a la altura del corazón, con los dedos
apuntando hacia arriba.
Beneficios:
Este mudra genera calma, equilibrio, paz. Armoniza los dos hemisferios
cerebrales. Refuerza cuando queremos hacer súplica a la divinidad.
DHYANI MUDRA

Es una de las posturas clásicas de meditación. Se colocan las dos manos


sobre el regazo, en forma de cuencos. La mano derecha se pone sobre la
izquierda, y ambos pulgares se tocan. Las manos y los brazos forman un
círculo de energía cerrado. Es un mantra que invita a recibir.
HAKINI MUDRA (para el chakra del tercer ojo)

Consiste en apoyar todas las puntas de los dedos unas sobre otras.
Es bueno por ejemplo para recordar algo. Unes las puntas de los dedos,
levantas los ojos, colocas la punta de la lengua al inspirar en el paladar y la
dejas caer al espirar. Haces unos cuantas respiraciones y lo recordarás.
Este mudra ayuda a equilibrar los dos hemisferios cerebrales.
Incluso puede llegar a regenerar la energía de los pulmones.
KUNDALINI MUDRA

Coloque el puño izquierdo cerrado, y extendiendo el dedo índice apuntando


al techo. A continuación coloque el puño derecho cerrado sobre el
izquierdo, pero abrazando al dedo índice del puño izquierdo. Mantenerlo
tan bajo como sea posible junto al abdomen.
Este mudra conecta lo masculino con lo femenino, el alma individual con el
cosmos.
Es conveniente practicarlo durante 15 minutos tres veces al día.
LINGA MUDRA

Unir las palmas de las manos, cruzando los dedos, dejando un pulgar
levantado. Rodeas ese pulgar con el índice y el pulgar de la otra mano.
Aumenta la temperatura corporal.
Es eficaz contra los resfriados, infecciones del pecho, dificultades
respiratorias, tos y ayuda a desprender la mucosidad de los pulmones.
Es conveniente utilizarlo durante 15 minutos, tres veces al día.
Cuando se desea emplear para reducir exceso de peso:
Además de practicarlo 3 veces al día durante 15 minutos, se debe
acompañar de 8 vasos de agua al día, y alimentos como arroz, plátanos,
zumos de cítricos…
MUDRA DEL ASM A

Unir y presionar las falanges de los dedos corazón de ambas manos entre sí,
mientras los otros dedos se extienden.
Se debe practicar de 4 a 6 minutos ante un ataque agudo de asma, y a
continuación se aplica el mudra del asma, hasta que la respiración se
normaliza.
En tratamientos de larga duración, es conveniente aplicar ambos mudras
durante 5 minutos, cinco veces al día.
MUKULA MUDRA

Una las yemas de los cinco dedos y aplique las puntas de los mismos sobre
la zona del cuerpo que necesite sanar. Es como aplicar un rayo láser de
energía regeneradora a la parte del cuerpo u órgano afectado.
MUSHTI MUDRA

Doblar los dedos índice, corazón, anular y meñique hacia el centro de la


mano, como cerrando el puño, y colocar el pulgar encima del anular.
Aplicarlo con ambas manos.
Mantenerlo 15 minutos durante 3 veces al día.
Se encarga de activar la energía del hígado, del estómago, y estimula la
digestión y ayuda a los problemas de estreñimiento.
SHIVALINGA

La Mano derecha se coloca sobre la palma de la izquierda con el pulgar


extendido, apuntando al techo. La mano izquierda forma una especie de
cuenco, permaneciendo todos los dedos unidos. Ambas manos se colocan a
la altura del abdomen y los codos se abren hacia los lados y hacia delante.
Este mudra se utiliza para reponer fuerzas, por lo que es muy recomendable
ante estados de abatimiento, cansancio, depresión… También ayuda a
agilizar los procesos de sanación.
Conviene aplicarlo al menos dos veces al día durante 4 minutos.
PRIMITHIVI

Unir la punta del pulgar con la punta del anular (en ambas manos), mientras
el resto de los dedos permanecen extendidos.
Aumenta la energía del chakra base, de modo que hace que te sientas más
vital tanto física como psicoemocionalmente.
También potencia el sentido olfativo, y es beneficioso para las uñas, la piel,
el pelo y los huesos.
Aplicar 3 veces al día durante 15 minutos.
MUDRA BRONQUIAL

Colocar el meñique en la raíz del pulgar, el anular junto a la articulación


superior del pulgar y el dedo medio en la yema del pulgar.
Se debe practicar de 4 a 6 minutos ante un ataque agudo de asma, y a
continuación se aplica el mudra del asma, hasta que la respiración se
normaliza.
En tratamientos de larga duración, es conveniente aplicar ambos mudras
durante 5 minutos, cinco veces al día.
PUSHAN MUDRA

Existen dos formas de realizarlo:


Primera:
Mano Derecha: unir las puntas de los dedos índice, corazón y pulgar,
mientras los otros dos permanecen extendidos y rectos.
Mano Izquierda: unir las puntas de los dedos anular, corazón y pulgar,
mientras los otros dos permanecen extendidos y rectos.

Beneficios:
Relaja el plexo solar (estómago, hígado bazo, vesícula biliar). Armoniza las
energías del sistema nervioso. Alivia las naúseas, el mareo, las flatulencias
y la sensación de saciedad después de comer. Potencia las energías de la
defecación y desintoxica.
Segunda:
Mano Derecha: unir las puntas de los dedos anular, meñique y pulgar,
mientras los otros dos permanecen extendidos y rectos.
Mano Izquierda: unir las puntas de los dedos anular, corazón y pulgar,
mientras los otros dos permanecen extendidos y rectos.

Beneficios:
Estimula las funciones intelectuales (memoria, razonamiento lógico,
concentración…) Potencia la digestión y la defecación. Se le puede
considerar como una bomba de energía.
Ambos conviene utilizarlos cuatro veces al día durante cinco minutos.
Se utilizan en problemas crónicos, o como remedio de emergencia.
PRAN MUDRA

En cada mano, se unen las yemas de los dedos, anular, meñique y pulgar,
mientras los otros dos quedan extendidos.
Beneficios :
Este mudra disminuye el cansancio y aporta calma. Aumenta la vitalidad en
general. También se utiliza para mejorar la vista.
Si lo combinamos con una respiración lenta y profunda, nos genera un gran
estado de sosiego y paz interior. Conviene aplicarlo de cinco a treinta
minutos. Aunque cuando se usa como cura, es recomendable utilizarlo tres
veces al día durante quince minutos.
APAN MUDRA

En cada mano, se unen las yemas de los dedos, anular, corazón y pulgar,
mientras los otros dos quedan extendidos.
Beneficios:
Este mudra equilibra nuestro estado de ánimo, da paz, serenidad, armonía
interior y confianza. Favorece la expulsión de toxinas del organismo y
elimina problemas de vejiga.
Conviene aplicarlo de cinco a cuarenta y cinco minutos. Aunque cuando se
usa como cura, es recomendable utilizarlo tres veces al día durante quince
minutos.
PRITHIVI MUDRA
(mudra de la Tierra)
En cada mano, se unen las puntas de los dedos, anular y pulgar, mientras los
otros tres quedan extendidos.
Beneficios:
Este mudra aporta seguridad en sí mismo. Aumenta la temperatura corporal.
Corrige el déficit de energía en el primer chakra, con lo cual aumenta la
fuerza vital. También es beneficioso para el olfato, uñas, piel, pelo y huesos.
Conviene aplicarlo tres veces al día durante quince minutos.
BHUDI MUDRA
(mudra del líquido)

En cada mano, se unen las yemas de los dedos, meñique y pulgar, mientras
los otros tres quedan extendidos.
Beneficios:
Este mudra ayuda a recuperar el equilibrio de los líquidos del cuerpo y a
mantenerlo. Es recomendable cuando se presenta sequedad de ojos, o de
boca, trastornos en los riñones o vejiga. También favorece el sentido del
gusto.
Conviene aplicarlo tres veces al día durante quince minutos.
MUDRA de la ESPALDA
Mano Derecha: unir los dedos corazón, meñique y pulgar, mientras los otros
dos quedan extendidos.
Mano izquierda: se coloca la falange del pulgar sobre la uña del índice.
Beneficios :
Este mudra ayuda cuando alguien que se encuentra delicado de la espalda
ha realizado un esfuerzo extra.
Es conveniente acompañar a este mudra una postura adecuada de la
columna. Por ejemplo, resulta muy beneficioso mantener la barbilla un
poco inclinada hacia el pecho, con objeto de que la nuca esté recta y
extendida.
Trascurridos unos veinte minutos en esta postura, las vértebras se habrán
nutrido adecuadamente.
Conviene aplicarlo cuatro veces al día durante cuatro minutos. Pero si se
padecen dolores agudos, entonces puede aplicarlo hasta que se alivie.
KUBERA MUDRA
(técnica de los tres dedos)

En cada mano, se unen las puntas de los dedos, índice, corazón y pulgar,
mientras los otros dos quedan doblados en el centro de la mano.
Beneficios :
Este mudra da paz interior y confianza en uno mismo. Ayuda a potenciar
nuestros propósitos. A focalizarnos más en su consecución.
Hay personas que lo utilizan para buscar aparcamiento, para encontrar una
determinada información, para lograr determinados propósitos…
Puedes aplicarlo una o dos veces al día enfocado en lo que quieres
conseguir, visualizando que ya lo has logrado y conectando con la emoción
de alegría que ello te supone.
KSEPANA MUDRA
(mudra para soltar)

Unes ambas manos, cruzando sus dedos entre sí. Estiras los dedos índices,
pegando un dedo índice al otro, apuntando en dirección al suelo.
Beneficios:
Este mudra ayuda a la expulsión de las energías viejas o negativas y la
posterior absorción de las nuevas y positivas.
Favorece la excreción a través del intestino grueso, la piel
Mientras se aplica, se hace de siete a quince respiraciones completas,
enfocados principalmente en la espiración. Luego se hacen tres suspiros
profundos y a continuación se colocan las manos con palmas hacia arriba
sobre los muslos, para recibir la energía nueva que está por llegar.
RUDRA MUDRA
(mudra del Plexo Solar, o del elemento Tierra)

En cada mano, se unen las puntas de los dedos, índice, anular y pulgar,
mientras los otros dos quedan extendidos.
Beneficios :
Este mudra potencia los órganos del elemento tierra (estómago, bazo y
páncreas). Por ello. Eleva el estado de ánimo, mejora los estados de
agotamiento y alivia los trastornos cardíacos y vértigos.
Conviene aplicarlo de tres a seis veces al día durante cinco minutos. No
obstante, depende de cada persona el que necesite aumentar o disminuir
esta frecuencia.
MUDRA de las ARTICULACIONES

Mano derecha: unir las yemas de los dedos anular y pulgar.


Mano izquierda: unir las yemas de los dedos corazón y pulgar.
En cada mano, se unen las yemas de los dedos, meñique y pulgar, mientras
los otros tres quedan extendidos.
Beneficios :
Este mudra equilibra la energía de las articulaciones. Y alivia el dolor de las
mismas.
Conviene aplicarlo según cada uno precise. No obstante, se recomienda
cuatro veces al día durante quince minutos. En caso de enfermedad la
frecuencia recomendable es de seis veces al día durante treinta minutos.
JÑANA MUDRA
En cada mano, se unen las puntas de los dedos, índice y pulgar, mientras los
otros tres quedan extendidos. Las manos se dejan sobre los muslos con las
palmas hacia arriba, hacia el Cielo.
Beneficios:
Este mudra estimula la sabiduría interior, el conocimiento.
CHIN MUDRA
En cada mano, se unen las puntas de los dedos, índice y pulgar, mientras los
otros tres quedan extendidos. Las manos se dejan sobre los muslos con las
palmas hacia abajo, hacia la Tierra.
Beneficios:
Este mudra estimula el estado de conciencia. Potencia la concentración y la
armonía.
Estos dos últimos mudras se utilizan con frecuencia para meditaciones
profundas, ya que favorecen el estado de conexión interior.
Versión 1:
Versión 2:

Estos son solo algunos ejemplos de mudras, pero existen muchos más. Hay
libros especializados en ellos, y combinados con las posturas de yoga y
determinados ejercios de pranayama (respiración) pueden potenciar
enormemente sus efectos curativos.
Es importante que cada uno elija aquel que le resulte más cómodo, aquel
que le llame más la atención. Una vez más te aconsejo que te dejes llevar
por tu intuición.
Meditación
de profunda limpieza interior
Toma una postura cómoda en un lugar donde no seas interrumpido.
Comienza a respirar profundamente, enfocándote en la parte baja de tu
vientre. Inspira y llena tu vientre de aire limpio, puro, fresco, sano.
Coloca tus manos boca-abajo sobre tus rodillas, uniendo los dedos índice,
corazón y pulgar en ambas manos.
Espira y suelta, libera, afloja cada parte de ti.
A medida que inspiras te sientes regenerar, renovar por dentro. A medida
que espiras sientes cómo te vacías de cualquier pensamiento.
A medida que sueltas el aire, entra más y más dentro de ti, cada vez más
profundamente.
Vuelves tus ojos hacia el interior, todo tu enfoque está en tu interior, y te
dedicas a sentir todo lo que ocurre ahí, dentro de ti.
Ahora inspiras en tu corazón, abriendo el pecho lo máximo que puedas
(como si quisieras que tus omóplatos se juntaran por la espalda) con la
conciencia de conectar con tu alma. Tomas de nuevo otra inspiración en tu
corazón y repites nuevamente una tercera vez.
Te das permiso para relajarte, para viajar hacia el interior de ti mismo, para
viajar al interior de tu alma. Pides conectar profundamente con tu alma.
Visualizas una enorme y poderosa luz blanca en lo alto de tu cráneo y
comienzas a respirar esa luz hacia abajo, hacia tu corona, tu garganta, tu
pecho, pasando por el lugar donde reside tu alma y continuando hasta las
plantas de los pies y desde allí hasta el centro de la Madre Tierra. Esa luz va
mostrándote todo, en particular esas zonas ensombrecidas por el dolor. Y
cuando esa luz pasa por el espacio físico ubicado entre la garganta y el
pecho preguntas ¿qué necesita mi alma para serenarse, para sanarse? Puede
que empieces a experimentar sensaciones, emociones. No analices, no
juzgues, solo siente, siente todo lo que hay ahí.
Y según te vayan llegando esas sensaciones o emociones, simplemente
dices en voz alta:
Desde mi luz, desde la luz del yo soy en mí, me perdono por haberme
olvidado de mi esencia divina y haber permitido a mi alma sentir este
dolor…
(indica el dolor de que se trate: frustración, rabia, tristeza…).
Desde mi luz, desde la luz del yo soy en mí, perdono a …. (nombre del
causante) por el dolor (como antes, indicas el dolor de que se trate…) que
su comportamiento ha ocasionado en mí.
Cuando sientas que el dolor te viene de muy atrás, hasta el punto que te
cuesta identificar el momento en que se generó y quién lo desencadenó,
puedes decir en general.
Desde mi luz, desde la luz del yo soy en mí, me perdono por haberme
maltratado, atrayendo a mi vida dolor físico y/o emocional, por haber
pensado que no era digno de ser amado, por haber sentido que no merecía
ser feliz. Y sobre todo, me perdono por tener miedo a amar.
Desde mi luz, desde la luz del yo soy en mí, perdono a la humanidad por
todo el dolor que me ha generado a mí y por todo el dolor que se ha
generado a sí misma al olvidarse de su esencia divina y actuar desde sus
instintos más bajos en diversas ocasiones a lo largo de los siglos.
Y pido a Dios (o al Universo, como cada uno prefiera) que sane en todos
nosotros esos errores que nos hacen creer que nuestros hermanos son
nuestros enemigos. Lo pido en nombre de Cristo-Jesús. Amén.
A continuación dices:
Ahora desde mi luz, desde la luz del yo soy, me arrodillo ante mi cuerpo y le
digo:
Perdóname, por no haber tenido en cuenta tus mensajes, perdóname por no
haberte valorado suficientemente por haberte permitido sufrir creyendo que
el sufrimiento era el único modo de llegar a Dios.
Y gracias por ser mi instrumento, mi canal para cumplir con mi objetivo
espiritual aquí en la tierra. Te bendigo y te envuelvo en luz.
Ahora visualiza cómo tu presencia luminosa -yo soy- encarna a tu cuerpo
físico, viste tu cuerpo físico de luz y siéntete uno con tu presencia divina,
con el Dios que hay en ti.
Dedícate unos instantes a experimentar esa nueva sensación, a dejar que a
partir de ahora sea tu yo superior quien dirija tu vida, con la firme
convicción de que el sufrimiento quedó atrás, pues ya no es necesario. Ha
llegado el momento de recordar quién eres y para qué estás aquí. Ha llegado
el momento de abandonar las creencias que te hacían creer un ser inferior,
para identificarte con tu verdadera esencia y cumplir con tu misión.
CAPÍTULO 10
TÉCNICAS PARA LA AUTOSANACIÓN

EFT ( Emotional Freedom Techniques)


Es una técnica de liberación emocional desarrollada por Gary Craig,
ingeniero americano, formado en Programación Neurolinguística, y que
descubrió que si estimulamos de forma secuencial varios puntos de
acupuntura enfocándonos en una emoción dolorosa, se restablece el fluido
de la energía a través de nuestro cuerpo.
EFT se engloba dentro de las terapias llamadas de Psicología energética.
Parte de la premisa de que siempre que existe un desequilibrio emocional,
también se produce un desajuste en nuestro sistema energético.
En base a ello, si equilibramos nuestro sistema energético, dando pequeños
toquecitos en determinados puntos de los meridianos de acupuntura, nos
armonizaremos de forma que también nuestras emociones y nuestros
pensamientos se tornarán más positivos. Por tanto esta técnica nos permite
eliminar las emociones negativas de manera rápida y eficaz.
La técnica consiste en los siguientes pasos:
1) Si no estás frente a la situación o problema que deseas superar, cierra tus
ojos y piensa en alguna situación en la que hayas vivido dicho problema
y que aún te haga sentir con solo recordarla ese malestar.
2) Golpear punto kárate (el borde de una mano contra otra), o hacer
círculos en los puntos dolorosos, mientras repites en voz alta 3 veces sin
equivocarte (si te equivocas, vuelves a decirlo otras tres veces):

“Aunque…….. , me quiero y acepto”


Ej. Aunque esté enfadado, me quiero y acepto
o
Ej. Aunque me considere una inútil, me quiero y acepto
3) Tapear (consiste en dar golpecitos con los dedos índice y corazón de
una mano juntos en el punto que corresponda) todos los puntos uno detrás
de otro (por lo menos 7 veces en cada uno) mientras colocas la lengua en el
paladar y dices para ti mismo: eliminar sensación de inutilidad, eliminar
sensación de inutilidad…, o eliminar enfado, eliminar enfado…
dependiendo del tema que estés trabajando.
Con los dedos índice y corazón tapear:
3.1. Parte interior de la ceja.
3.2. Lateral externo del ojo.
3.3. Debajo del ojo.
3.4. Debajo de la nariz.
3.5. Debajo del labio inferior (en el surco entre el labio inferior y la barbilla)
3.6. Debajo de la clavícula.
3.7. En la línea del pezón, debajo del pecho sobre la costilla flotante.
Con el dedo pulgar:
3.8. Dar debajo de la axila ( para las chicas justo en la tira lateral del sujetador), como haciendo el
mono.
3.9. Un dedo pulgar contra el otro.
3.10.Dedo pulgar contra la parte lateral más cercana a él del dedo índice.
3.11.Dedo pulgar contra la parte lateral más cercana a él del dedo corazón.
3.12.Dedo pulgar contra la parte lateral más cercana a él del dedo meñique.
3.13.Un punto kárate contra el de la otra mano (como al principio, se trata de dar el borde de una
mano contra el de la otra)
4) Tapear con los dedo índice y corazón de una mano el Punto Gamma (vértice de un triángulo
imaginario formado por los nudillos de los dedos meñique y anular) de la otra, mientras haces lo
siguiente sin mover la cabeza en ningún momento:

Cierra ojos

Abre ojos

Mira abajo a la izda.

Mira abajo a la dcha.

Gira 360º (un giro completo) hacia un sentido

Gira 360º (un giro completo) hacia el otro sentido

Tararea una canción con la boca cerrada durante unos 5 segundos

Cuenta hasta 5

Tararea una canción con la boca cerrada durante unos 5 segundos


Respira profundamente.

5) Golpear punto kárate (el borde de una mano contra otra) mientras repites en voz alta 3 veces sin
equivocarte (si te equivocas, vuelves a decirlo otras tres veces):
“Aunque me quede algo de…….. , me quiero y acepto”
Ej. Aunque me quede algo de mi sensación de inutilidad, me quiero y acepto.

6) Tapear todos los puntos uno detrás de otro (por lo menos 7 veces en cada uno) mientras colocas
la lengua en el paladar y dices para ti mismo: eliminar lo que quede de mi sensación de
inutilidad, eliminar lo que quede de mi sensación de inutilidad…
Con los dedos índice y corazón:
6.1. Parte interior de la ceja.
6.2. Lateral externo del ojo.
6.3. Debajo del ojo.
6.4. Debajo de la nariz.
6.5. Debajo del labio inferior (en el surco entre el labio inferior y la barbilla)
6.6. Debajo de las clavículas.
6.7. En la línea del pezón, debajo del pecho sobre la costilla flotante.
Con el dedo pulgar:
6.8. De debajo de la axila ( para las chicas justo en la tira lateral del sujetador)
6.9. Un dedo pulgar contra el otro.
6.10.Dedo pulgar contra índice.
6.11.Dedo pulgar contra dedo corazón.
6.12.Dedo pulgar contra dedo meñique.
6.13.Un punto kárate contra el de la otra mano (como al principio)

7. Por último, te das unas 3 veces con los dedos índice y corazón en los siguientes puntos mientras
repites para ti estoy bien, estoy bien, estoy bien:
7.1. En el centro de la frente (no muy fuerte)
7.2. Debajo de la Nariz.
7.3. Debajo del labio inferior.
7.4. Entre ambos pechos, casi al final del esternón
Y finalmente tomas una respiración muy profunda, llenándote totalmente de oxígeno.

NOTA: es fundamental que en todo momento estés concentrado en la


situación problemática (es decir en el tema que estés tratando de resolver),
si no no funcionará.

Visualización creativa
En primer lugar, es importante que sepas que nuestro cerebro no distingue
entre lo real y lo imaginario. Antes de que te lleves las manos a la cabeza,
permíteme que te explique un poco más.
Imagina que estás relajado leyendo, viendo la televisión, y llega tu mujer o
marido y dice: “Hoy he preparado tu postre preferido”. Imagina, cuál es el
postre que tanto te gusta, tan agradable para tu paladar, tan dulce…; si es
cremoso, líquido…; si tiene fruta, vainilla, chocolate… Imagina que llevas
una cucharada grande de ese postre tan bueno a tu boca. ¿Estás salivando?
El postre por el momento solo está en tu imaginación. Sin embargo, tu
cerebro ha respondido como si fuera real.
Teniendo en cuenta este factor, podemos atraer a nuestra vida experiencias
que previamente hayamos imaginado. Para ello, conviene que se cumplan
una serie de condiciones:
1. Hacerlo cuando nos vamos a la cama, nada más despertar o
respirando unas cuantas veces profundamente en el momento
que decidamos realizar el ejercicio para entrar en un estado de
relax.

2. Imaginar la escena tal y como queremos que suceda, poniéndole


mucha luz, y recrearnos en cómo sucede.

3. Vernos sonriendo y felices, sabiendo que ya ha ocurrido lo que


queríamos. Poner mucha más luz a la escena y, sobre todo,
acompañarla de esa emoción de alegría, de dicha, por ver nuestro
objetivo cumplido.

A partir de ahí, bastará con que recordemos todos los días (al menos dos
veces, una por la mañana y otra por la noche) la imagen final, con la
emoción de alegría que nos supone.
Autosabotajes
Cuando quieres conseguir algo, piensa en primer lugar que no hay ningún
agente externo al que se pueda responsabilizar por carecer de ello. Sin duda
se deberá a un autosabotaje, una creencia equivocada y limitante que se
instala en tu subconsciente.
Algunos pacientes me hacen comentarios tales como: “No me llega el
dinero a fin de mes” o “según coge el dinero una mano, se me va por la
otra”. Cuando entramos en el subconsciente de la persona que realiza esas
afirmaciones, descubrimos mensajes del tipo el dinero es malo o el dinero
corrompe.
En otros casos, hemos podido comprobar a través de la terapia de hipnosis
regresiva que el paciente tiene instalado un programa de culpa en su
subconsciente y, dado que la culpa siempre busca un castigo, no solo no
atraerá prosperidad a su vida, sino que además se las ingeniará para atraer
personas o situaciones que le impidan de algún modo ser feliz.
Lógicamente, mientras no cambie las sentencias que tiene grabadas en su
subconsciente, el dinero y otras muchas cosas no fluirán en su vida.
Siempre digo que el dinero, como tantas otras cosas en la vida, no es bueno
ni malo; depende del uso que se haga de él.
Recuerdo también el caso de una paciente que avanzaba muy lentamente en
la terapia. Decidí averiguar si había algún autosabotaje que le impidiera
sanar. Efectivamente, lo había. Tenía grabada la sentencia de “no merezco
curarme”. Una vez trabajado ese autosabotaje, sanó rápidamente.
Por eso insisto una y otra vez en que no existe ningún enemigo ahí afuera,
el verdadero enemigo está en nuestra mente. Es aquella parte de nosotros
que se ha identificado tanto con el cuerpo, que nos hace creer seres
limitados, cuando en realidad somos inmortales y poseemos un poder
inmenso, tanto como para variar nuestra vida y tener una mucho más
armoniosa y feliz.
También existe el efecto de la Ganancia Secundaria. Se trata de personas
que están enfermas y que conscientemente quieren curarse. Sin embargo,
una parte de ellos, que suele ser inconsciente, les mantiene enfermos porque
considera que de ese modo puede tener alguna ganancia secundaria, tal
como no tener que volver a un trabajo donde el ambiente es hostil o recibir
más afecto por parte de sus familiares y amigos, por ejemplo.
Una forma de cambiar los autosabotajes, una vez detectado es por ejemplo,
repitiendo:
“Aunque sienta que merezco seguir con ansiedad, me acepto profunda y
completamente y ahora elijo sanarme y sentirme tranquila, aunque no sepa
cómo hacerlo con todas mis partes integradas”.
Conviene repetirlo tres veces seguidas durante al menos una semana
mientras das golpecitos en el conocido como punto kárate. Recibe ese
nombre porque es el que utilizan los karatecas cuando se disponen a romper
un bloque de ladrillos. Para los conocedores de Medicina Tradicional
China, se trata del punto correspondiente al intestino delgado 3. Para los
que no disponen de dichos conocimientos, se trata del punto medio en el
lateral externo de cada mano. Así, golpeando el lateral de una mano con la
otra estimulamos dicho punto kárate.

Cómo librarte de un hábito insano


Conéctate con el estado alfa, aquel al que llegas momentos antes de dormir
y justo cuando despiertas. Para ello, si no te encuentras en esos momentos
anejos al sueño, relájate de la siguiente forma:
Haz diez respiraciones profundas procurando que con cada espiración te
vacíes completamente de aire, como si te deshincharas. Suelta todo el aire,
mantente un momento a pulmón vacío y luego vuelve a inspirar, llenándote
y manteniendo tu respiración antes de volverte a vaciar.
Repítelo sucesivamente diez o más veces, las que necesites para entrar en
un estado de relajación.
A continuación repites:
Estoy completamente libre de este hábito de… La armonía y la paz dirigen
mi mente.
Repítelo verbalmente durante al menos cinco minutos, dos o tres veces al
día; por la mañana nada más despertar, por la noche al acostarte y, si es
posible, una vez más a lo largo del día.
Lleva la frase en tu bolsillo y repítela siempre que te llegue la intención de
volver a realizar el hábito que estás cambiando.
Gracias
El agradecimiento te ayuda atraer aquellas cosas que te gustaría tener en tu
vida. Cuando das gracias a Dios, en realidad se las estás dando a tu mente
superior, es decir, a nadie externo a ti, sino que te estás identificando con tu
mente verdadera, con tu esencia divina. Estás agradeciendo a tu yo superior
lo que te haya concedido.
Cuando das las gracias, estás reconociendo implícitamente que tu petición
ya ha sido atendida. Por ejemplo, puedes decir “gracias, padre o espíritu
infinito o yo superior por atraer a mi vida prosperidad económica.
Mientras lo haces, imagina que estás encomendando tu petición a una
inteligencia superior, a esa parte de ti que sabe mejor que tu ego lo que
necesitas en cada momento.
Luego, a lo largo del día puedes repetir:
Gracias, padre.
Recordando la escena que visualizaste la primera vez que dijiste la frase.
Risoterapia
Se ha podido demostrar que la risa estimula el sistema nervioso. Este libera
endorfinas que, a su vez, actúan sobre el sistema endocrino y el
inmunológico favoreciendo con ello la recuperación de procesos
patológicos.
Aunque la risa como terapia se dio a conocer en los años setenta a través del
escritor y editor Norman Cousins, ya venía utilizándose como técnica
terapéutica desde mucho antes. Incluso en el antiguo Imperio Chino, las
personas se reunían para reír en unos templos con el objetivo de equilibrar
la salud.
En algunas culturas tribales existía la figura de una especie de payaso
sagrado, que en realidad era un hechicero que utilizaba el poder de la risa
para curar a los enfermos. Y más cercano a nosotros, en el siglo XX, el
propio Sigmund Freud decía que la risa tenía el poder de liberar al
organismo de la energía negativa.
No obstante, como he señalado anteriormente, la risoterapia llega hasta
nosotros a través de Norman Cousins. Este escritor fue diagnosticado de
una dolorosa y degenerativa enfermedad de columna sin cura posible. Al
saber que las situaciones de estrés podrían empeorar su estado, dedujo que
las emociones positivas serían capaces de desatar el proceso contrario y
mejorar su salud.
Se autoimpuso la risa como terapia y para ello veía vídeos humorísticos,
películas de El Gordo y El Flaco o de Los Hermanos Marx, entre otras. Así
descubrió que diez minutos de risa le ayudaban a olvidarse del dolor
durante al menos dos horas. Todo ello hizo que la enfermedad remitiera.
Cousins dio a conocer su propia experiencia a la comunidad médica y los
resultados fueron publicados en 1976 en la reconocida revista New England
Journal of Medicine . Más adelante aparecieron en su libro Anatomía de
una enfermedad: una perspectiva del paciente, publicado en 1979 y que
llegó a ser un best-seller . También a través de su propia fundación se
difundieron los resultados.
En 1980, el investigador médico Dr. Lee Berk comprobó junto a sus
colegas que los pacientes que veían un vídeo humorístico presentaban una
elevación del 27% de las betaendorfinas –incrementan el estado de ánimo-
y un 87% de la hormona de crecimiento humano o HGH –contribuyen a
optimizar la inmunidad. Los sujetos que formaban parte del estudio pero no
veían el vídeo permanecían ajenos a esas elevadas tasas de las dos
hormonas referidas.
CAPÍTULO 11
LA ENERGÍA DEL AMOR UNIVERSAL
¿EXISTE DIOS? ¿QUIÉN ES?
Las respuestas a estas preguntas admiten innumerables versiones. Tantas
como personas las respondan.
Entre los argumentos a favor, podemos encontrar aquellos que definen a
Dios como el origen de la creación de todo lo demás. Aristóteles, en su
libro Metafísica XII , describe a Dios como el primer motor. Lo llama
gnoesis gnoeseos (conocimiento de conocimiento). Lo representa con forma
circular porque dice que el círculo es perfecto y Dios también lo es, dado
que no tiene comienzo ni fin, es continuo. De ahí la estructura esférica con
la que Aristóteles representa al universo.
Los seguidores del creacionismo consideran que la Tierra y todos los seres
vivos que la habitan han sido creados por uno o varios dioses.
Por su parte, la teoría de la evolución biológica argumenta que los seres que
habitan actualmente la Tierra son descendientes de un mismo ancestro
común, que por diferentes motivos ha ido experimentando transformaciones
hasta llegar a la variedad de especies que existen hoy. Dentro de este
concepto podemos encontrar Darwin, con su Teoría de la Selección Natural.

Más adelante surgió la Teoría Sintética, que recoge entre otras las ideas de
Darwin, Wallace, las leyes de Mendel y otras teorías genéticas, y que señala
a las variaciones en los genes de una población a lo largo de distintas
generaciones como responsable de la evolución.

El científico británico Stephen Hawking, que hace tiempo afirmó que no era
incompatible la creencia en un Dios creador con los descubrimientos
científicos relacionados con el Universo, actualmente considera que las
nuevas teorías científicas hacen innecesario el papel de un creador del
Universo. Algunos señalan que la propia complejidad de éste y el orden que
existe en el mismo, solo ha podido ser creado por un Dios Creador. Otros
dicen que se entiende mejor la relación de la conciencia con la materia a
través de la existencia de Dios.
Por su parte, el monje benedictino San Anselmo de Canterbury dijo:
“Todos, incluso aquellos que niegan la existencia de Dios, tienen en su
mente la noción de Dios”. Francis Collins, coordinador del Proyecto del
Genoma Humano, en EEUU, dice: “No conozco ningún conflicto
irreconciliable entre el conocimiento científico sobre la evolución y la idea
de un Dios creador. Yo soy genetista pero creo en Dios”.

Son tantas las teorías a favor o en contra de la existencia de Dios que lo


mejor es que cada uno saque sus propias conclusiones a través de sus
experiencias.

Ahora estoy recordando el caso de una mujer que nada más entrar por la
puerta de la consulta comenzó a explicarme que ella no creía en Dios, que
estaba convencida de que sólo somos un cuerpo y que cuando este muere,
todo acaba. Después de estar un rato argumentando sus afirmaciones, me
preguntó si yo creía. Le dije que sí creo que existe una fuerza superior que
nos ha creado a la que podemos llamar Dios, Fuente de la Vida o como nos
parezca. Eso sí, le dije que no se inquietara porque no iba a pretender en
ningún momento que nuestras creencias fueran las mismas. Somos seres
libres y cada uno tenemos derecho a pensar en libertad. Por eso considero
digna de respeto cualquier opinión. “Mi misión es ayudarte a sanar a través
de la terapia, nada más”, concluí.
Nada más comenzar con la terapia observé que desde sus ojos cerrados
comenzaban a deslizarse lágrimas por sus mejillas. Le pregunté qué le
sucedía y me contestó titubeante que estaba viendo a Dios.
- ¿No decías que no existe? -le dije.
- Sí, pero es Él -contestó.
- ¿Cómo lo sabes?
- No sé, pero lo sé, es Él, es una luz enorme que con solo mirarla me
ilumina y me emociona. Lloro de emoción, es algo maravilloso.
Al poco tiempo, comenzó a decir: “Es tan emocionante, tan…”.
Le pregunté qué estaba sucediendo y me respondió: “Yo soy un fragmento
de esa luz y estoy entrando en el cuerpo de mi madre. ¡Oh, Madre mía! Voy
a encarnarme”.

Cuando acabó la sesión me dijo: “¡Jamás pensé que pudiera experimentar


algo tan bello al conectar con mi interior! Pensaba que todo eran emociones
encontradas y conflictos”.
Sí creo en una fuerza superior, pero no pienso que esa fuerza esté fuera de
nosotros. Al revés, siento que Dios, si así lo queremos llamar, es la unión de
todos nosotros, el Todo. Por lo tanto, cuando quiero dirigirme a Él, soy
consciente de que me dirijo a una parte de mí, a esa parte auténtica, al trozo
de DIOS, al trozo de la Fuente que vive en mí. En realidad, prefiero
llamarlo energía del Amor universal, o del Amor incondicional. Cada día
que pasa pongo todo mi empeño en ceder el control de mi vida a esa parte,
pues sé que ella sabe mejor que mi propio ego lo que necesito en cada
momento.

Dios no ha creado el mundo


Muchas veces he escuchado comentarios tales como: “¿Cómo Dios puede
permitir esta guerra?, ¿cómo puede permitir que los niños mueran de
hambre? ¿cómo que existan estas enfermedades?...”.
Yo misma no entendía que alguien tan perfecto como Dios pudiera haber
creado un mundo tan imperfecto como este en que nos movemos. Tampoco
cómo nosotros, sus hijos, podíamos ser tan imperfectos a veces hasta el
punto de hacer daño a otros semejantes o a nosotros mismos. Más adelante
pude encontrar respuestas a todas estas preguntas y más.
La explicación es mucho más sencilla de lo que nunca hubiera imaginado:
Dios no creó el mundo que vemos actualmente. Su mundo es otro. Por eso
Jesús respondió cuando le preguntaron si era el Rey de los Judíos: “Mi
Reino no es de aquí”.
Efectivamente, su reino no es de aquí como tampoco lo es el nuestro.
Esperamos a morir para conectarnos con el Reino de Dios, con el Paraíso, y
resulta que tanto el mundo que vemos como el Verdadero Mundo, el
Paraíso, están en nuestra mente. La única diferencia es que uno de ellos está
en la parte enferma y el otro, el real, en la que aún permanece sana.
A estas alturas te estarás preguntando qué hacer con el libro del Génesis , el
primero de la Biblia y en el que se habla de la creación del mundo por parte
de Dios:
Dios vio que la luz era buena, y Separó la luz de las tinieblas
Dios Llamó a la luz día, y a las tinieblas llamó noche. Y fue la tarde y fue la
mañana del primer día.
En primer lugar, el mundo tal y como lo percibimos no ha sido creado por
Dios, sino por aquella parte de nuestra mente que cree que puede existir
algo fuera de nosotros mismos.
Por otra, en el Reino de Dios no existe la dicotomía entre lo bueno y lo
malo, lo bonito y lo feo, porque si algo caracteriza a las creaciones de Dios
es que son perfectas, eternas, inmutables, como lo es nuestro espíritu y
como lo es el Reino de los Cielos, nuestro verdadero MUNDO, con
mayúsculas. Además, aquello que todo lo abarca no puede tener opuestos.
Recientemente, Stephen Hawking, uno de los físicos más eminentes del
mundo, nos dijo en su libro El gran diseño que el Universo no había sido
creado por Dios. El mundo que vemos tan solo es producto de un sueño,
nuestro sueño. Es un mundo ilusorio. Ni siquiera la energía es real, dado
que puede cambiar, y lo que Dios ha creado no puede experimentar ningún
cambio, porque es como hemos reseñado en el anterior párrafo, eterno,
inmutable y perfecto.
La polaridad entre lo bueno y lo malo, lo perfecto e imperfecto sólo existe
en el sueño que todos estamos soñando. Ha llegado el momento de
despertar y de descubrir quién eres.
¿En qué quedamos, Dios castiga o nos ama
incondicionalmente?
Cuando de pequeña oía comentarios que hablaban de la correspondencia
entre un mal comportamiento y un castigo de Dios –como no te has portado
bien, Dios te ha castigado-, no lo entendía. En el colegio me enseñaban que
Dios amaba incondicionalmente, pero, sin embargo, si te portabas mal te
castigaba.
Muchas veces me he preguntado cómo puede Dios castigar si simboliza el
amor incondicional. Si no pone condiciones para amar, ¿cómo se va a
enfadar por nuestros errores e incluso infligirnos un castigo?
Según nos han contado, Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso por
desobedecer a su Padre:
(…) y entonces Dios les castigó y le dijo a Adán: te ganarás el pan con el
sudor de tu frente (…)
Estuve mucho tiempo buscando una respuesta convincente, hasta que poco
a poco fui descubriendo que no es Dios quien nos castiga, sino nosotros
mismos. Dios no solo no nos ha castigado por llegar a creer que podíamos
estar separados de Él, sino que creó la figura del Espíritu Santo para volver
a Él.
Según la Kábala, el Árbol que representa a Dios no es el árbol del
conocimiento, sino el Árbol de la Vida. Para Dios no existe el bien y el mal,
todo está bien. En el mundo que Él creó no existen los culpables, todos
somos inocentes.
¿Qué ocurre si actuamos en contra de las normas de Dios?
Sufrimos.
¿Por qué Dios nos castiga?
No es así. Nos castigamos nosotros mismos al alejarnos de Él. Comparte su
dicha con nosotros, pero si decidimos sentirnos separados de Él, no
podemos disfrutar de lo que nos pertenece como Hijos de Dios y llegaremos
a creer incluso que somos todo lo contrario: seres inferiores, vulnerables,
débiles, tendremos miedo, sentiremos culpa… Y todo por el simple hecho
de que decidimos distanciarnos de la Fuente que nos da paz, amor,
felicidad.
Según Un Curso de Milagros, el Hijo de Dios soñó que estaba separado de
su Padre y fue entonces cuando su mente se fragmentó en millones de
mentes (los hombres) que se identifican erróneamente con su cuerpo físico
y que se creen separados de Dios y del resto de la humanidad. Ese
pensamiento erróneo de separación dio origen al ego. El ego es la creencia
errónea de que estamos separados de Dios, que nos hace vivir una vida
ilusoria creyendo que somos cuerpos que habitamos en un mundo físico que
en realidad no existe.
No es Dios quien nos considera culpables, sino nosotros mismos. Pero
como no nos gusta sentirnos así, preferimos culpar a los demás de nuestros
errores. Así creemos que nuestra culpa se alivia. Sin embargo, el alivio es
solo momentáneo, porque en el fondo sabemos que somos nosotros los
responsables de cambiar nuestro mundo, no los demás.
En un acto de demencia, lo que intentamos es esconder nuestro sentimiento
de culpa de nosotros mismos proyectándola en los demás. Ese
comportamiento no soluciona el problema, sino que lo multiplica al
interactuar con los sentimientos de culpa del otro Así vamos generando una
bola enorme de ira, rabia y frustraciones. Sólo con que uno de los dos
decidiera cambiar la dinámica, la relación sanaría. ¿Cómo? Perdonando.
Si alguien nos insulta, pensamos que esa persona es la responsable de
nuestro dolor, por lo tanto es culpable. Sin embargo, las cosas no son del
todo como parecen.
Cuando trabajé en la Fundación ONCE, puede observar cómo las personas
con discapacidad forman dos grupos bien diferenciados: quienes aceptan su
discapacidad y quienes no lo hacían e incluso llegaban a odiarse por
padecerla. Cuando alguien aludía a la disminución de alguna de sus
capacidades, los primeros no le daban importancia y hasta se permitían
bromear con ello; los segundos respondían en muchas ocasiones con ira.

Si llevas gafas y no te importa, en un momento de acaloramiento con


alguien que te llama cuatro ojos, puedes manifestar dos reacciones posibles:
ignorarlo o reírte. Por el contrario, si usar gafas te acompleja, ante el mismo
comentario insultarás a tu interlocutor o, peor, saltarás a su cuello.
Por tanto, ¿de quién depende que nos duela lo que dicen los demás? Única y
exclusivamente de nosotros mismos. ¿A quién tenemos que perdonar y
aceptar en primer lugar entonces? A nosotros mismos.
Una vez leí una leyenda oriental que contaba que tres demonios discutían
sobre dónde guardar la felicidad de los seres humanos para que nunca la
encontraran. Uno de ellos propuso guardarla en una montaña muy alta; otro,
en el fondo del océano, y el tercero, sin embargo, dijo: “Lo mejor es
esconderla en su interior, en su corazón, ahí nunca van a buscar”.
Así es. Entre todos hemos creado un mundo demente. Pasamos la vida
buscando las soluciones fuera cuando es dentro de nosotros donde tenemos
la llave de nuestra verdadera felicidad. Hemos perdido siglos de nuestra
existencia buscando en el lugar equivocado las soluciones para todo lo que
nos pasaba. La buena noticia es que podemos cambiar eso ahora, en este
preciso instante.
La misma tendencia a proyectar nuestra culpa la utilizamos también en
nuestra relación con Dios. Si ocurre alguna catástrofe nacional, o personal,
enseguida pensamos por qué Dios lo ha permitido. ¿Acaso cuando eres
padre intentas ir pegado a tu hijo para evitar que se equivoque en todo
momento?
Si amas a tu hijo, sabes que tu deber es guiarle los primeros años de su vida,
pero luego debes permitir que se equivoque las veces necesarias hasta
aprender.
Si tienes algún hijo en edad adolescente sabrás que por mucho que intentes
advertirle de determinadas cosas, habrá situaciones en las que siga tus
consejos y otras en las que prefiera aprender equivocándose, tal y como tú
lo hiciste a su edad. Dios actúa de la misma forma con nosotros.
Él deja que nos equivoquemos las veces que sean necesarias para aprender.
Por mucho que nos dijera, probablemente no le haríamos caso y por eso nos
hemos distanciado tanto del mundo perfecto al que pertenecemos llegando a
creer que este que percibimos es el único que existe.
En un acto de amor, Dios nos ha dotado del libre albedrío. Nos ha dado total
libertad para actuar. Incluso es tan generoso con sus hijos que creó el
Espíritu Santo para que nos condujera de vuelta a casa. Así que, tenemos
dos opciones: dejarnos llevar por lo que a nosotros nos parezca bien o poner
nuestra vida a su disposición para que sea Él quien nos guíe. Hace tiempo
que elegí la segunda opción y desde entonces mi vida ha cambiado y sigue
haciéndolo.
Cuando dejas de intentar controlarlo todo desde tu mente inferior y lo pones
en manos de la inteligencia superior, los milagros ocurren.
CAPÍTULO 12
EXPERIENCIAS EN CONSULTA
A lo largo de mi experiencia profesional, me he encontrado con personas
que poseían creencias muy diferentes acerca de su origen, de si se
consideraban seres espirituales o tan solo un cuerpo.
Quiero citar aquí el caso de Neil Selinger, abogado retirado que fue
diagnosticado de esclerosis lateral amiotrófica. Él escribió:
A medida que mis músculos se debilitaban, mi escritura se hacía más
fuerte. A medida que perdía lentamente el habla, ganaba mi voz. A medida
que disminuía, crecía. A medida que perdía tanto, comencé finalmente a
encontrarme a mí mismo.
Voy a narrar algunas experiencias vividas en mi consulta para que puedas
sacar tus propias conclusiones sobre si consideras que tan solo eres un
cuerpo o algo más. Evidentemente, la confidencialidad debe respetarse, por
lo que los nombres utilizados no son los verdaderos.
María
Cuando vino contaba tenía 34 años y se decidió a dar el paso por sufrir
desde hacía algún tiempo ansiedad, sobre todo relacionada con el trabajo.
En el tiempo inmediatamente anterior a nuestro primer encuentro le habían
dado incluso mareos que comenzaban a manifestarse con una visión borrosa
y, en algunos casos, culminaban con la pérdida de conocimiento. Después
de aplicarle diferentes pruebas médicas, le dijeron que todos esos síntomas
respondían a un cuadro de ansiedad.
Os voy a narrar una de las sesiones, en la que partimos de una situación en
la que ella se ve trabajando apresuradamente con una compañera en una
peluquería, siente debilidad en las piernas y hormigueo en el estómago.
A lo largo de la terapia van surgiendo distintas escenas.
Primero una compañera le ofrece pasar al almacén, se sientan y hablan, lo
cual la tranquiliza momentáneamente. Luego le da agua, tras lo cual la
compañera se marcha.
De repente, en la siguiente escena ve cómo empiezan a entrar bolitas
blancas por la puerta que comunica la peluquería con el almacén. Aparece
otra compañera que le invita a entrar de nuevo a la peluquería, pero a ella,
sin saber por qué, hacerlo desata su miedo.
Esta segunda compañera vuelve a la peluquería y desaparece al fundirse con
las bolitas. Al final, María también se acerca a la puerta y al hacerlo las
bolitas desaparecen, pero lo que ve no es la peluquería, sino el vacío. Una
voz interior le indica que se lance al vacío sin temor y después de primero
dudar y después hacerlo, se ve tumbada en una especie de nube. En su
relato describía que había mucha claridad y se sentía muy bien.
A renglón seguido se encuentra envuelta en oscuridad, sin ver nada e
incapaz de describir cómo se sentía, simplemente estaba allí. A partir de ese
momento, las escenas de la nube y la oscuridad se alternan. La una da paso
a la otra y así sucesivamente.
En determinado momento, vuelve a escuchar la voz interior que, en esta
ocasión, le da a elegir entre nube y oscuridad. Elige la nube y comienza a
ver un sol enorme junto a un arcoíris; la oscuridad ha desaparecido por
completo.
Percibe todo con un velo que lo difumina mientras se siente flotando. De
repente ve un pájaro volando y siente que es ella misma. Por último, se
descubre con los brazos levantados, mirando al cielo y repitiéndose a sí
misma: lo he logrado.
Cuando le pedí que regresara a la escena primigenia de la peluquería, se
percibía a sí misma completamente tranquila y disfrutando con la
realización de su labor.
Mónica
Tiene 37 años y se siente culpable por haber decidido trasladarse a Madrid
dejando a su madre viuda sola en el pueblo.
Comenzamos la sesión con una escena en la que Mónica está tumbada en la
cama del pueblo, su madre entra en la habitación y le comunica llorando
que no quiere quedarse sola. En la siguiente escena está hablando con su
madre de forma tranquila mientras ambas mantienen las manos
entrelazadas. Su madre deja de llorar y surge una especie de neblina o humo
que llena la habitación en que se encuentran. A continuación comienza a
levantarse un fuerte viento que mueve las cortinas y se lleva el humo.
Madre e hija salen de la habitación y se dirigen al patio. En determinado
momento, Mónica vuelve su mirada atrás y ve que en el lugar de la
habitación solo está el cielo. Según narra, un cielo muy azul se ha instalado
en el lugar que ocupaba la habitación.
Al llegar al patio, Mónica se ve sola, pensativa y sentada en un escalón. Le
hace gracia porque ve todo en blanco y negro excepto las hojas de una
parra, que son de un verde intenso.
Lo siguiente que percibe es un mono pequeño jugando con una pelota que
la toma a ella de la mano para llevarla hacia el portón que comunica con la
calle. Entonces el portón se abre y entra una muchacha joven, muy bonita,
que desprende una luz muy blanca que entra desde el exterior.
Mónica comienza a echar su cabeza hacia atrás y a abrir con fuerza sus
manos mientras extiende los brazos hacia abajo y hacia atrás, como sacando
pecho. Le pregunto qué está sucediendo y me responde que está respirando
una potente luz blanca que entra por su pecho y la abandona por las manos.
“Me siento muy, muy fuerte, y muy bien”, afirma.
Al regresar a la escena del principio con su madre, asegura que ya sabe
cómo puede organizarlo para que no se sienta tan sola.
Pedro
Llegó con 27 años tras sufrir una ruptura con su pareja. En la segunda
sesión me contó que había vuelto a hablar con él y acabaron discutiendo. Se
sentía tan mal que afirmaba que la única vía de escape que le quedaba era el
suicidio.
Comenzamos la sesión conectado a esa idea. En determinado momento
cambió el gesto de la cara y tras comenzar a dar puñetazos en la mesa,
siempre con los ojos cerrados, gritó: “¡Que te calles, cabrón!”.
Conociéndole, dulce y educado, era difícil imaginar ese comportamiento en
él. Le pregunté qué sucedía y respondió que se percibía como un ogro que
pretendía matar a una hormiga, que tenía luz blanca alrededor de la cabeza.
Se preguntaba en voz alta por qué tenía esa visión.
Continué la estimulación bilateral, mientras le solicitaba que no juzgara
nada de lo que le fuera llegando, que no lo analizara. Le pedí, en definitiva,
que continuara adelante y me narrara lo que sucedía.
De pronto empezó a reír. Cuando me explicó por qué lo entendí
perfectamente. La hormiga le hacía burla y verla tan pequeña y valiente
despertaba su hilaridad, que cada vez iba a más restando espacio al enfado
que antes ocupaba su interior por completo.
Así continuó la sesión. Al preguntarle al final si continuaba pensando que el
suicidio era su única salida, se escandalizó de haber tenido un pensamiento
de ese tenor. “¿Cómo he podido pensar eso?”, exclamó y zanjó la cuestión:
“Además, ahora estoy partido de la risa con todo lo que acabo de
experimentar”.
Además de ese cambio experimentado a lo largo de la sesión, también se
llevó una explicación a lo sucedido. Su propia sabiduría interior había
decidido trabajar y desactivar la idea de suicidio de esa manera. Era mucho
más agradable que hacerlo solo desde su parte lógica y racional, por eso lo
hizo desde un plano simbólico. Dio a esa parte tan grande de él mismo que
quería matarle forma de ogro y a la pequeñita que deseaba sobrevivir, el de
una hormiga.
Desde entonces, cada vez que está un poco deprimido recuerda la sesión y
termina riendo.
Carlos
Tiene 29 años y una pareja a la que un día vio besar a una amiga. Desde
entonces los celos no le dejan encontrar paz.
Partimos de esa escena del beso. Al comenzar la estimulación ve a su novio
guiñándole el ojo con complicidad, indicándole que se trata de una broma.
Luego hablan entre ellos y Carlos se siente más tranquilo.
De pronto su pareja le toma la mano y ambos se elevan del suelo; salen
volando como si la casa no tuviera techo.
A continuación se ve a él mismo, a su pareja y a la amiga sentados
alrededor de una mesa riéndose y vestidos de blanco. Sus cuerpos emiten
una luz blanca brillante.
Al conectarle con la escena del principio, Carlos sonríe y confiesa que hacía
tiempo que no sentía tanta paz.
Beatriz
Tiene 40 años y vive un conflicto con su pareja porque él ha cedido dinero a
su hermano sin consultar con ella. Su enfado es tan grande que incluso se
plantea poner fin a la relación. Le ha intentado entender, pero no puede, es
superior a ella.
Arrancamos la sesión con la escena en la que tiene conocimiento del hecho
a través de terceras personas.
Una espiral de luz blanca gira alrededor de su entrecejo, llega a ella y eso le
hace encontrarse muy bien, por lo que sonríe. A continuación, la
luminiscencia se aleja y regresa la oscuridad inicial. Retorna un ambiente
pesado, todo lo contrario a la ligereza que le transmitía la luz blanca.
Tras eso, luz y oscuridad se mezclan. El punto de oscuridad está rodeado de
mucha luz blanca. La mezcla de ambos ambientes penetra en su entrecejo y
baja por su nariz. Empieza a ver todo con mucha luz brillante, cada vez más
y le llega el pensamiento de que su pareja no pretendía hacerle daño, tan
solo ayudar a su hermano.
Termina la sesión sintiendo mucha paz y mucho cariño hacia su pareja.
Lourdes
Tiene 45 años y es una persona con una autocrítica cercana a la
exacerbación.
Partimos en una sesión de una escena en la que comete un error en el
trabajo. A continuación se ve a sí misma como si fuera dos seres diferentes.
Uno de ellos está llorando, la otra es un monstruo con colmillos.
Le pido que mire a los ojos al monstruo y comienza a llorar. “He aparecido
yo de pequeña”, me dice; el monstruo era un mecanismo de defensa de su
niña interior. A renglón seguido se sumerge en una profunda tristeza, pero
inmediatamente alguien le dice que no esté triste. Se ve en medio de un
paisaje lleno de flores muy altas que se mueven por el viento y con mucha
vegetación por todas partes. Escucha algo semejante a risas en ese paisaje.
Le empiezan a llegar muchos pensamientos e imágenes, algunos inconexos.
Se siente perdida.
A su espalda, ve oscuridad. Se adentra en ella y se tumba. Se siente muy
tranquila. Intenta nadar hacia arriba en esa oscuridad para ver si consigue
salir de ella. Se ve a sí con una forma extraña, casi como un pez.
De repente se emociona y comienzan a deslizarse unas lágrimas sobre sus
mejillas mientras dice: “No puede ser, es como que si fuera a nacer. Veo un
sol gigante que me ilumina y me emociona muchísimo, me estoy metiendo
dentro de un cuerpo de bebé”. Le pregunté qué necesitaba aprender o
recordar con esa situación. “Saltar, un cambio”, me contestó.
Vuelve a revivir su parto, pero de una forma diferente a como son realmente
esos procesos. Se ve mirando hacia arriba mientras nace sin ningún tipo de
sufrimiento y le empiezan a llegar escenas de todas las cosas positivas que
va a experimentar en su nueva vida.
Francisco
29 años. Tiene un conflicto personal con su jefe.
Trabajando con una técnica diferente a través de las sensaciones de su
cuerpo sucedió lo siguiente:
“Piensa en tu jefe y dime qué experimenta tu cuerpo al hacerlo”, le pido.
“Una sensación de hormigueo”, contesta.
Le pregunto qué forma y color tendría y la identifica como marrón oscura y
de apariencia redondeada e irregular. Al saludar a esa sensación dice
visualizar unas olas azules acompañadas de aire fresco que la barren y la
transmutan en paz.
Cuando le pregunto si las olas pueden limpiar su interior de todo lo que le
está molestando, contesta afirmativamente. Entonces narra que una especie
de mancha azul se extiende y sube por su cuello hasta la cabeza
inundándole de tranquilidad.
A continuación le pido que piense en alguien por quien sienta mucho
afecto. Al hacerlo me explica que están saliendo rayos de color blanco
desde el corazón de esa persona hacia el suyo y cuando le tocan se
extienden por todo el cuerpo, embargándole de una paz desconocida.
Le llevo entonces a la escena más conflictiva que ha vivido con su jefe y me
dice: “Realmente tiene problemas en casa, por eso se comporta así en el
trabajo, pero yo ahora lo siento diferente, no me afecta”, asegura.
Nuria
Tiene 42 años. Entre otras cuestiones aseguraba que no le gustaba su
cuerpo. Un día, acompañando a su cuñada a probarse trajes de novia, se
hizo más consciente de la autocrítica que se infligía.
Partimos de la escena con su cuñada y comienza a sentir dolor en los
riñones. En ese momento le llega el pensamiento de que su pareja hace
tiempo que no se muestra tan cariñoso como antes. Siente tristeza, un nudo
en la garganta, muchas ganas de llorar, pero algo le impide hacerlo.
Le solicito que se comunique con el nudo de su garganta, que le pregunte de
qué está hecho. Miedo al fracaso y la soledad es su respuesta. Le pregunto
cuál de los dos le preocupa más y contesta con total convicción: “La
soledad”.
Le sugiero entonces que pregunte a su sensación de qué herramientas
dispone para dejar de preocuparse por la soledad. “De la fe”, fue su
respuesta. Al preguntarse cómo puede conectar con la fe, se le acelera el
corazón y empieza a sentir pinchazos en distintos lugares de su anatomía.
Reformulo la pregunta: “¿Hay algún obstáculo en mí para tener fe?”.
Entonces llora y confirma que tiene un conflicto interno porque no es
creyente.
Le pregunté entonces de qué herramientas dispone para tener fe y le llegó:
“Reza”. Volvió entonces a llorar. “Pero si no sé rezar”, aseguró.
CON HIPNOSIS REGRESIVA
Luis
Tiene 45 años y el principal motivo para acudir a terapia fue la tendencia
que tenía a cargarse de ira por cuestiones que, en realidad, él sabía que no
eran tan graves. Por ejemplo, el cansancio acumulado de una semana de
trabajo, viajes incluidos, hacía que se sintiera acorralado por el simple
hecho de que su mujer le anunciara que el sábado debían ir a comprar. El
sabía que es necesario llenar la nevera de comida para la semana, pero por
otra se siente agotado.
Nada más comenzar la sesión de hipnosis regresiva fue directamente a la
etapa en el vientre materno. Empezó a encogerse y a tapar su oreja derecha
con la mano. Le pregunté si le sucedía algo y contestó: “Déjame, no me
pegues”.
- ¿Quién te está pegando? –dije.
- Mi padre. Me está dando patadas –señaló para explicar que su padre
estaba dando patadas al vientre de su madre-. Déjame en paz, déjame. -
continuaba diciendo a su padre.
Trabajamos la situación con la que había conectado y al hacerlo, empezó a
decir: “Me va a matar. ¡No, para! Le ha dicho a mi madre: ‘¡voy a matar a
tu bebé zorra!”.
Le ayudé a sanar su dolor y luego a hablar y perdonar a su padre. Al hacerlo
volvimos a la escena y ya no le incomodaba. Es más, cambió
completamente su percepción al respecto.
Al finalizar me dijo que ya entendía por qué se sentía acorralado y
respondía como si le fuera la vida en ello.
Asociaba cualquier pequeño estímulo a la escena en la que indefenso
intentaba escapar de una muerte segura por la paliza que su padre propinaba
a su madre.
Margarita
43 años. Sueña en repetidas ocasiones con ella tumbada en la cama y algo
en una esquina de la habitación la intimida. Partimos de esa misma escena.
Se ve con seis años de edad y dice sentirse en una especie de cueva, bajo
tierra. Está encerrada, no puede salir.
En ese momento cambia completamente su tono de voz, y dice: “Estás
hablando con nosotros”.
- ¿Quiénes sois vosotros? –pregunté.
La voz que yo ya no reconocía como de mi paciente pronunció entonces un
nombre extraño y a continuación me dijo, sin abandonar el plural, que
procedían de otro planeta, al que también pertenece Margarita. Según el
relato que llegaba a mis oídos ella fue enviada a la tierra hace 1.300 años
para comprender al ser humano, integrarse con él y ayudarle a dar el paso.
Pregunté entonces por ese paso. “El tránsito que lleva a la paz, el proceso,
la falta de miedo. Cada nombre uno, todos uno. Nosotros hemos encerrado
a Margarita, porque ella tiene que pasar el proceso para que su alma se
integre completamente con ella. Cuando encuentre la salida, el proceso de
reencuentro con su alma se dará”, señalaron. Después continuó hablando
con fluidez en un dialecto extraño.
En determinado momento noté una expansión desde su cuerpo hacia el
exterior.
Pregunté entonces qué era esa presencia que siente en su habitación
Margarita y me dijo que era uno de ellos velando por ella. De ese modo,
siempre según el relato que me hacía esa voz irreconocible, Margarita
dejaría de tener miedo.
Efectivamente, en la siguiente sesión mi paciente me confirmó que su
miedo se había disipado.
Gema
47 años. Tiene una relación muy conflictiva con su madre y en ella
centramos el trabajo. Lo primero que ve es algo oscuro y comenta que las
paredes semejan una garganta. Hay una especie de columnas. Intenta
avanzar pero algo que se lo impide y cuando al final lo logra ve músculos
sin piel y sangre.
Es el cuerpo de mi madre –exclama-. Yo tengo que estar ahí, pero no me
gusta, nunca me han gustado las vísceras ni la sangre; es desagradable.
Siente asco y miedo. Le pido entonces que retorne en el tiempo a un
momento anterior en que haya sentido lo mismo. Llega a una escena en la
que ve a un joven cuyo caballo ha sido acuchillado por otro hombre. Al
pedirle que conecte con la energía de ese hombre, me dice que es su madre
actual. Siente pena por el caballo, algo de miedo hacia el hombre y mucho
asco por ver las vísceras del caballo, la sangre y el olor.
Le pido un nuevo salto temporal atrás y se ve con doce años junto a una
mujer que está pariendo. Tiene miedo. “Huele a sangre, me recuerda a los
animales”, dice. Solicito un nuevo retroceso, esta vez hasta la primera vez
en que asoció el dolor con la sangre y con las vísceras y se ve nadando en
medio del mar.
Es un joven de veintitantos años al que le han advertido que no nade en esas
aguas porque hay tiburones, pero no hace caso.
El resultado es que se encuentra con un tiburón que le destroza
completamente. Me cuenta con pelos y señales cómo se va desangrando,
cómo el animal desgarra sus miembros y cómo escucha el chasquido de sus
dentelladas.
Dice que ahora entiende por qué no aprendió a nadar, y por qué siempre ha
tenido tanto pánico a los tiburones, incluso para ni siquiera atreverse a
meterse en el agua. Dice sentir que en aquella existencia anterior era más
aventurero y que por el contrario en esta a veces es excesivamente prudente.
Trabajamos todas y cada una de las escenas que fueron surgiendo y
quedamos que probaría a meterse al agua al menos hasta la cintura para ver
cómo se sentía.
Marina
42 años. Dice tener una mala relación con los hombres y que cuando
alguien merece la pena lo echa de su lado.
Comenzamos sobre ese tema. Se encuentra en un camino donde aparece lo
que ella define como un duendecillo o un niño. Sin embargo, al acercarse
constata que es un anciano que se esconde y le hace burla.
Le indico que pregunte a ese ser por qué se encuentra en su camino. No hay
manera, sigue con sus burlas, por lo que pido que se abra una columna de
luz para que el duendecillo se marche a ella. Para lograrlo, pido a Marina
que llame a los seres queridos de este ser con el fin de que lo acompañen al
lugar que le corresponda. Aparece entonces en el torrente de luz, siempre
según el relato de mi paciente, un hombre que desprende incluso aún más
luz y que genera un enorme rechazo en Marina sin que esta pueda entender
por qué. Intuye una sensación de pertenencia a él que le desagrada
enormemente, se siente como prisionera de él.
Le anuncio entonces que voy a contar del uno al tres y cuando llegue a este
último número conectará con la última vez en que estuvo con el hombre de
su visión. Me narra que se ve tumbada en el suelo, herida de muerte por un
arpón o flecha y que junto a ella hay un hombre de unos cincuenta años.
Siente que les une un profundo amor y él se siente culpable por no haber
podido evitar su muerte. Las últimas palabras que ella le dice son: “Te
quiero”. Ambos se prometen amarse por toda la eternidad.
Le pido a ella que rompa ese pacto para que cada uno pueda seguir su
camino libremente y ella me comunica que es lo mismo que él acaba de
proponerle. Rompieron ese acuerdo, con lo que ella logra permiso para
atraer un hombre a su vida con el que poder formar un verdadero hogar.
Entendió por qué echaba de su lado a los hombres que realmente merecían
la pena.
Posteriormente, recibí un e-mail suyo en el que decía:
Hola Virginia:
Las cosas me han mejorado un 100% y la verdad es que la regresión
me ha ayudado muchísimo, ahora me siento con mayor libertad,
desde todos los puntos de vista. Desde hace tres meses tengo pareja y
es un chico fenomenal, todo lo contrario a lo que atraía en mi vida y
tal y como siempre lo había pedido. Le he hablado de la experiencia
que he tenido contigo y las ganas de regresar en algún momento para
seguir. Me dice que él también quiere hacerlo, pues es una persona
muy espiritual, aunque no religiosa. Es un chico estupendo.
Estas son solo unas muestras de lo que día a día me encuentro en terapia.
Puedo asegurar que varias de estas personas no creían más que en su cuerpo
y aun así sus experiencias fueron tanto o más espirituales que las de los
demás.
No depende tanto del tipo de técnica que se utilice. Si bien actualmente
empleo más la hipnosis regresiva, muchos de estos pacientes fueron
tratados con otras terapias psicológicas como EMDR, Focusing…
Por otra parte, se me han presentado varios pacientes en terapia que al
entrar en hipnosis dicen proceder de otros planetas. Pensé la primera vez
que me ocurrió que la persona en cuestión podía tener algún tipo de
trastorno.
Sin embargo, no me gusta poner etiquetas sin tener plena certeza de las
cosas y decidí ayudarle a sanar sus miedos, su dolor, al igual que hago con
cualquier otro. Mi sorpresa es que algunos de los supuestos extraterrestres
enviaban mensajes muy positivos para la humanidad.
Nunca me ha atraído el tema de los extraterrestres. Cuando veía algún
programa en la televisión en el que entrevistaban a personas que decían
haber tenido algún tipo de contacto, pensaba en término cuantitativos, es
decir, suponía que si eran muchos los que decían haber experimentado
avistamientos así debía ser, pero no profundizaba más.
Sin embargo, últimamente, la experimentación de estos testimonios a través
de mis pacientes me ha hecho cuestionarme que al igual que existe vida en
la Tierra puede haberla también en otros planetas. Además, desde pequeña
sentía dudas al pensar que Dios solo fuera el Dios de los habitantes de la
Tierra.
Todavía no he encontrado una explicación racional para creer que hay seres
de otros planetas conviviendo con nosotros, pero tampoco la necesito.
Además, antes de que la Tierra se enfriara y se convirtiera en un planeta, no
existía vida en ella, así que, por qué no van a llegar seres de otros planetas
para poblarla. Según ese criterio, todos somos extraterrestres.
CAPÍTULO 13
¿CÓMO SE FORMA EL CUERPO
FÍSICO?
Tal y como se describe en el libro Los Nueve Peldaños de los franceses
Givaudan y Meurois, las emanaciones de los minerales de la Tierra, son las
que preparan el molde etérico, alrededor del cual se forma posteriormente el
feto. Ellos forman el molde donde luego aparece la carne. Para ello, la
corriente telúrica que conforma el molde etérico del cuerpo físico se
encarga de distribuir la esencia de cada uno de los siete minerales
principales que se encuentran en la tierra. En ese momento también
intervienen el elemento agua y el fuego.
En el momento en que el corazón del feto empieza a latir, se genera una
especie de apego visceral entre el alma del feto y su madre. El cuerpo del
alma tiene un ritmo biológico diferente al cuerpo físico. El bazo se empieza
a formar antes que el corazón y es el que va acostumbrando a la nueva alma
que se está encarnando al tiempo, tal y como se entiende en el mundo
físico.
El alma que decide descender de nuevo para encarnarse lanza una especie
de llamada telepática al alma de la futura madre, mientras ella duerme, para
hacer un primer encuentro, para que sus almas comiencen a intercambiar un
poco de amor.
El elemento fuego, que caracteriza los siete minerales que conforman los
cimientos del cuerpo, es el que da lugar a la creación de los chakras. Éstos
deben estar constituidos desde el principio, de lo contrario no se podría
formar el resto. Posteriormente, la labor del fuego se une a la de los
elementos agua y tierra, lo cual permite el desarrollo de las ramificaciones
(los nadis). Son estos nadis los que diseñan la forma del cuerpo.
El alma, antes de encarnarse, vive en una especie de mundo alternativo
donde aprende determinados conocimientos, donde se hace consciente de
los errores que cometió en su vida anterior. Y todo ello impregnará el nuevo
cuerpo en el que se encarne. Por tanto, aunque creemos que cuando un niño
viene al mundo está totalmente virgen de conocimientos, en realidad no es
así. Lleva con él un conjunto de temores, esperanzas, alegrías,
limitaciones…
El nuevo hijo que nace en el seno de una familia trae su propio equipaje, y
aunque sus padres tengan el deber de guiarle y educarle, también él les
ayudará a recordar sus propias debilidades y muchas de las cosas que aún
ellos no han sabido resolver en su propia vida.
Es hacia las tres semanas después de la concepción cuando la nueva alma se
integra por primera vez al aura de la futura madre y a su vientre. Eso indica
que los átomos-germen de sus cuerpos físico y etérico ya están presentes en
su madre y atraen hacia ellos a los de los cuerpos más sutiles. Todo ello
genera un vínculo con la madre que causa dolor en caso de ruptura, que será
mayor en la medida en que lo sea el grado de madurez del feto.
A continuación se detallan algunos de esos meses de gestación:
Cuarto mes de gestación:
El cuerpo se mueve sin que el alma esté presente. Ese movimiento viene
ocasionado por la influencia de los elementos tierra y agua, que están
buscando una especie de equilibrio de acuerdo con el molde elaborado en el
cuerpo etérico. Cuanto más denso se hace el cuerpo, cuanto más sólido se
hace, la conciencia del alma se hace más dispersa, pierde su individualidad
para mezclarse con la de sus nuevos familiares.
Cuando un feto recibe un impacto brusco, necesita gran cantidad de energía
del cuerpo vital de la madre, que absorbe del bazo de esta, para volver a
equilibrarse. Del mismo modo, el alma del futuro bebé cuida en cierta
medida el cuerpo y el ser de su madre.
Las zonas del cuerpo de las embarazadas donde a veces se estanca el prana,
donde deja de circular de forma fluida, son la del hueso sacro y la nuca.
Para descongestionarlos basta con poner una mano sobre cada uno de ellos.
A continuación hay que poner una mano en un punto por encima del
ombligo, que está relacionado con la distribución de la conciencia. Una
mano se pone en la parte dorsal -la espalda-, y la otra por delante en la parte
abdominal. Por último, también hay que poner las manos sobre los centros
de la frente y de la planta de los pies, para enviarles luz.
Quinto mes de gestación:
El átomo-germen es una memoria que nos ha implantado el espíritu del que
hemos surgido cada uno de nosotros y que ha desarrollado después en las
almas que ha engendrado. Este átomo-germen es la suma de las
experiencias acumuladas desde el principio de nuestra existencia. Existe un
átomo-germen para el cuerpo físico, otro para el etérico, otro para el
emocional y así para todas las partes de nuestra alma-personalidad.
Lo que se llama tradicionalmente memoria celular hace referencia en
realidad al conjunto de datos del átomo germen etérico y al del germen
físico.
Hay aproximadamente el mismo número de seres humanos que ignoran que
se reencarnan, que el de aquellos que creen que cuando su cuerpo físico
muere, ellos también lo hacen.

Sexto mes de gestación:


Cada vez que el alma penetra en el cuerpo físico del feto, lo hace por la
zona de la fontanela, en la cúspide del cráneo. Ocurre desde que el feto está
en sus primeras semanas de vida. El alma percibe una sensación similar a la
de un remolino que le aspira hacia el interior del feto.
Esta aspiración es al principio algo dolorosa, al igual que el cuerpo del feto
resulta asfixiante por su reducido espacio en relación a las grandes
dimensiones del alma. Al principio, los sonidos de los órganos de la madre -
el corazón, la respiración, el movimiento de las vísceras…- resultan
molestos, pero con el transcurso de los meses de gestación se convierten en
tranquilizadores.
Las dudas que suelen surgir tienen que ver con el miedo a olvidar todo lo
aprendido en otras existencias, el temor a no conseguir habituarse a la
nueva vida.
En el sexto mes, lo que más molesta es el esqueleto. Los huesos se sienten
como una especie de solidificación del ser, como aquello que te va a anclar
a la tierra y no te va a permitir volar y expandirte como te gustaría. Los que
más se perciben en este mes son los de la pelvis y la parte inferior de la
espalda. Sucede como si la vitalidad, la fuerza del futuro bebé, partiera
desde ese centro, igual que si fuera esa parte la que nos ancla a la Tierra.
Incluso, durante este mes, ocurre en ocasiones que el feto percibe un calor
bastante intenso en la zona del coxis.
Esa sensación se debe al asentamiento del fuego vital, que tiene su origen
en cada uno de los gérmenes de la creación. Es una energía triple y esa
triplicidad es el origen de los tres huesos que forman el coxis. No es que
esta fuerza resida en estos huesos, sino que aparece como su punto de
apoyo en el cuerpo.
Octavo mes de gestación:
En este mes, el alma que llega tiene la posibilidad de tomar más consciencia
de su propio potencial. También es posible que el aura del feto se dilate más
que la de la madre. De ese modo podrá comunicarse con ella de forma
diferente y más duradera que a través del sueño. La madre lo percibe como
intuición, pero en realidad es una comunicación con el futuro bebé. Todas
las almas que vienen reciben esa oportunidad y que la aprovechen o no
depende de la apertura del corazón, de la claridad de su conciencia. La
sensación de unidad que la madre experimenta con su hijo es el resultado de
la interpenetración de auras, sobre todo de las mentales. Una parte de la
energía del feto circula por la madre y viceversa.
Cuanto más sólido se hace el cuerpo, más tiempo permanece el alma en su
interior, lo que le genera una especie de pereza intelectual, ocasionada por
el nivel vibratorio del planeta Tierra. Sin embargo, el despertar puede ser
activado. Para ello, los padres deben tomar parte activa, por ejemplo
huyendo de infantilizar a sus hijos. Deben hablarles con palabras, no con
sonidos, deben utilizar palabras sencillas, pero con significado. El bebé
comprende mucho más de lo que aparenta, hay que darle ternura, sí, pero
combinada con inteligencia.
Muchas veces los padres conciben a su hijo como un material que deben
modelar y que les pertenece íntegramente, en lugar de verlo como un ser
individual con sus propias capacidades.
Noveno mes de gestación:
En esas semanas, el alma del bebé pierde prácticamente su identidad y los
pensamientos de la madre se mezclan con los que tenía cuando era hija. Sus
dudas se mezclan con las del bebé. Si la madre está contenta, el bebé se
siente alegre. Si la madre tiene frío, el bebé tiembla.
Una mujer que va a dar a luz tiene miedo y dudas sobre el parto, cuestiones
ambas que intensifican el dolor físico, porque hace que esté más presente en
su dolor de lo que sería deseable. Además han reforzado tanto desde fuera
la idea de que va a sufrir que difícilmente podrá evadirlo. Si se dedicara a
centrarse en el bebé, a hablarle y a concentrarse en su presencia, el dolor
sería menor.
Nacimiento
En el mismo instante del nacimiento, aparecen dos seres de gran paz que se
encargan de fijar la conciencia al cuerpo físico. Son los sabios de la cuerda
de plata. Uno tiene la fuerza del sol y el otro, la fluidez de la luna.

Formas de nacer
- Con el cordón umbilical al cuello:
La forma de decir “no, me lo he pensado mejor y no quiero nacer”. Es
un rechazo categórico a nacer.
- Nacer de nalgas:
Cuando surgen dudas o nerviosismo a nacer. Es como si el alma
tartamudease su nacimiento. Se plantea preguntas del tipo ¿qué me
espera ahora? o ¿conseguiré lo que me he propuesto?
Algunos incluso se negarán a respirar, con todas las anomalías que eso
puede provocar.
Es fundamental que desde el mismo momento en que los futuros padres
saben que viene un hijo de camino le guíen con su amor y luz interior
Aborto
Muchas veces el aborto es originado por un rechazo inconsciente de los
padres hacia la identidad del alma concreta que se quiere encarnar. Es un
error, porque es un impedimento para dejar que la vida fluya. La vida
comienza con la concepción, no con el parto.
Las malformaciones importantes en un feto, que impedirán llevar una vida
digna, que convertirán su existencia en un infierno, se deben con frecuencia
a un alma que posee una herida profunda procedente de su anterior
existencia en la Tierra.
NOTA:
No necesitamos sufrir para evolucionar. El sufrimiento no es ningún
maestro, simplemente es un castigo que nos hemos puesto a nosotros
mismos por equivocación.
Cuando una persona tiene fiebre, su aura se modifica. Sus cuerpos sutiles
están menos anclados en el cuerpo físico. Por eso los campos luminosos que
desprenden son más fáciles de penetrar por el alma del feto.
Hay almas que son como los hermanos mayores, porque han vivido más o
han amado más que el resto y, por ello, resultan buenos guías, ya que tienen
una visión más nítida de las necesidades y del fin.
Es injusto hablar de la mayor o menor madurez de un alma por el simple
hecho de que sea creyente o ateo. Lo que en realidad importa es la luz de su
corazón, no su religiosidad o filosofía.
Para el bebé es muy importante llamarle por su nombre desde el principio
de su concepción, porque ello le va facilitando el tránsito.

Cómo comunicarte con tu embrión mientras


permanece en tu vientre:
Cuando quieras transmitirle algo o esperes recibir algo de él, enfócate en tu
corazón. Visualiza tu amor como una hermosa bola de luz sobre tu pecho.
Durante unos instantes no proyectes nada hacia el feto. Háblale como si
estuviera frente a ti de pie, pues en realidad ahí estará. La sencillez es el
camino más directo para comunicarse.
CAPÍTULO 14
EL ALMA
¿Para qué estás aquí, de dónde vienes, dónde vas
después de que tu cuerpo desaparezca?
Estoy segura de que en algún momento de tu vida te habrás formulado
alguna de estas cuestiones. Yo concretamente me las he planteado muchas
veces, pero hasta hace relativamente pocos años no había conseguido
ninguna respuesta satisfactoria.
Desde pequeña he pensado que nuestra vida es demasiado breve, demasiado
insulsa, que detrás de todo este escenario que es el mundo en que vivimos
tenía que haber mucho más y así lo he podido ir comprobando con el paso
de los años. Mi evolución espiritual me ha permitido ser cada vez más
positiva y que creciera en mí la esperanza en cuanto al origen de nuestra
existencia.
¿Crees sinceramente que única y exclusivamente hemos venido para nacer,
nutrirnos, relacionarnos, reproducirnos, trabajar, envejecer y morir?
Llegados a este punto, seguro que alguno dirá que también hemos venido
para disfrutar a tope de la vida.
No digo que todo esto no sea cierto, pero sí afirmo que hay más, y por
mucho que disfrutemos de la vida tal y como está concebida, eso no tiene
nada que ver con lo que somos capaces de disfrutar, con la felicidad que
podemos lograr si conseguimos recordar e identificarnos con el ser que
somos en verdad.
Gandhi y otros muchos maestros anteriores a él ya decían que hemos creído
que somos seres humanos, algunos viviendo experiencias espirituales,
cuando en realidad somos por encima de todo seres espirituales que están
viviendo en la Tierra experiencias humanas.
¿Existe la muerte?
Esta pregunta ha suscitado multitud de debates acerca de si en realidad
morimos o solo cambiamos de forma. Son muchas las experiencias de
personas con vivencias cercanas a la muerte que narran cómo al morir el
cuerpo físico, nuestro espíritu lo abandona y regresa a una dimensión
diferente. Cuando el cuerpo perece, el alma sale de él e inicia un proceso de
ascensión. A medida que el alma se aleja de la Tierra, va percibiendo una
luz cada vez mayor y más brillante a su alrededor.
Algunas personas con este tipo de experiencias cuentan que ven un túnel,
otras, una especie de portal. Pero todas coinciden en que se encuentran con
algún ser querido fallecido o bien con su guía, que está para ayudarles a
trascender hacia el otro plano.
Cuando el alma se aleja del cuerpo y consigue avanzar hacia el nuevo
plano, se desprende de las cualidades humanas. Así pues, entre otras cosas
deja de sentir emociones. Por ejemplo, no sufre al ver su cuerpo muerto.
Antes de que el alma se una a su grupo de almas -suelen ser en torno a 15
miembros por grupo, aunque los hay mayores y menores-, existe un periodo
en el que junto con sus guías evalúa lo que ha vivido mientras estuvo
encarnada en la Tierra.
Según concluyó el psicólogo e hipnoterapeuta Michael Newton después de
trabajar con 55 casos de personas llevadas bajo hipnosis a la etapa que
transcurre entre el momento en que un alma se desencarna de un cuerpo y
vuelve a encarnarse en otro, las almas que se han asociado con cuerpos que
han generado daños a otros son llevadas a centros especiales donde esa
energía negativa es remodelada.
Es necesario que enmienden todo ese dolor que han causado, incluso
volviendo a encarnarse en el cuerpo de alguien que experimente lo mismo
que ellas hicieron, pero en este caso en la figura de la víctima. No se trata
de castigar a nadie, sino de limpiar y equilibrar el karma que han generado.
Tan solo se trata de un aprendizaje, de que se hagan conscientes del efecto
ocasionado por su comportamiento en una vida anterior.
En cualquier caso, en el mundo del espíritu nadie es obligado a nada que no
desee. Si un alma no desea reencarnarse de momento, no lo hace, y nadie le
reprocha nada. Si no desea avanzar en su evolución, se respeta su decisión.
Existen almas más evolucionadas que otras. Según su grado de evolución
tendrán diferentes colores. Las más avanzadas presentan tonalidades azules.
En una o dos ocasiones durante el periodo entre vidas, el alma visita al
Consejo de Almas más Avanzadas. Los miembros de este consejo le hablan
sobre los errores que ha cometido y cómo podría corregirlos en una vida
futura. No se trata de juzgar a nadie, sino de dar consejos para mejorar.
Antes de encarnar, el alma elige el cuerpo en el que desea hacerlo. Algunas
almas eligen cuerpos y vidas difíciles para tener más oportunidades de sanar
su karma de otras vidas.

¿Qué ocurre después de la muerte física?


Según los pacientes tratados por Michael Newton, después de abandonar su
cuerpo al fallecer éste, ellos aparecen ante lo que denominan el Consejo de
Mayores (integrado por Maestros Ascendidos). Otros incluso vuelven a
comparecer ante él justo antes de volver a encarnar en una nueva vida.
Al parecer, la Cámara del Consejo de Mayores está formada por una gran
sala circular en forma de cúpula. Las almas entran en ella al final de un
pasillo y se colocan en el centro. Los guías que las acompañan se sitúan
detrás y a la izquierda de cada una de ellas, mientras que el Consejo queda
enfrente en una mesa rectangular o en forma de semicírculo. A los
miembros del Consejo se les ve con togas o túnicas, normalmente de color
blanco o púrpura.
El doctor Newton asegura que los colores de nuestra aura, que podemos
detectar ya con determinados aparatos como la cámara kirlian, no tienen
que ver con los colores de nuestra alma, puesto que los primeros están muy
influenciados por nuestras vivencias físicas. Él clasifica los colores del alma
y sus cualidades de la siguiente forma:
- Negro: almas negativas, dañadas, manchadas, que se suelen llevar a
los centros de restauración de almas.
- Blanco: pureza, claridad, inquietud.
- Plateado: confianza, flexibilidad.
- Rojo: pasión, sensibilidad.
- Anaranjado: impulsividad, franqueza.
- Amarillo: protección, fuerza, coraje.
- Verde: nutrición, compasión, curación.
- Café: madurez, diligencia, tolerancia.
- Azul: conocimiento, perdón, revelación.
- Púrpura: sabiduría, verdad, divinidad.
Experiencias cercanas a la muerte
El primero que utilizó el término “Experiencia Cercana a la Muerte” fue
Raymond Moody, doctor en Medicina y Psiquiatría, en su libro Vida
después de la vida . En él recogía las experiencias, similares entre sí, de
varias personas que habían estado a punto de morir. Todas coincidían en
haber visto al final de un túnel una luz brillante por la que se sentían
atraídos. Este tipo de experiencias han acaecido a lo largo de la historia y en
diferentes culturas.
Moody elaboró un listado con los puntos comunes que tenían todas esas
personas y confeccionó una relación de once puntos coincidentes. Entre
ellos, estaba la imagen de un túnel oscuro, la luz brillante al final, la
sensación de estar fuera del cuerpo, la reunión con seres espirituales y la
sensación de regreso al cuerpo.
Más tarde el doctor Greyson siguió los pasos de Moody confeccionando
una escala con 16 preguntas al objeto de establecer una base más científica
en torno a este tipo de experiencias. La escala estaba integrada por cuatro
apartados o factores: cognitivo, afectivo, paranormal y trascendental. Cada
factor a su vez estaba constituido por 4 preguntas que eran valoradas de 0 a
2 por los pacientes, de modo que a partir de los 7 puntos se consideraba una
respuesta significativa para la investigación. Así pudo determinar que ni el
sexo ni la edad eran factores determinantes en el tipo de experiencia que el
paciente tenía.
Sin embargo, lo que sí parecía influir era que el paciente hubiera
experimentado una posible muerte inesperada (accidente, infarto…), o bien,
una posible muerte prevista (enfermedad terminal, degenerativa…). Cuando
era inesperada, el paciente decía haber visto desfilar ante sí su propia vida,
cosa que en la muerte prevista no sucedía.
Podemos también recordar un caso narrado por el cardiólogo de Georgia
Michael Sabom en su libro Light and Death: One Doctor´s Fascinating
Account on Near-Death Experiences (Luz y muerte: fascinante relato de un
médico sobre experiencias cercanas a la muerte) .
La mujer objeto del relato del doctor Sabom era una mujer de 35 años con
un gran aneurisma cerebral. Hubo que inducirla a un estado de coma en que
la actividad cerebral era cero y el corazón estaba detenido. Es decir, la
paciente estaba clínicamente muerta. Lo sorprendente sobrevino cuando
después de la intervención quirúrgica la paciente contó cómo había sentido
que salía de su propio cuerpo a través de un agujero en la cabeza y se
colocaba junto al cirujano. Narró al detalle las dificultades con que el
equipo médico se encontró a lo largo de la operación y la música que
sonaba en el quirófano. A continuación pasó a través de un túnel hacia una
luz brillante, donde se encontró con familiares fallecidos que le aconsejaron
que volviera de nuevo a su cuerpo.
También el sociólogo australiano Allan Kellehear investigó este tipo de
experiencias en India y China con objeto de comprobar si existían
diferencias con respecto a los países occidentales. Pudo encontrar
coincidencias: la luz brillante, el sentimiento de estar en otro mundo con
seres diferentes y una notable claridad de pensamiento.
Todo ello parece apuntar a que tal y como titulaba el doctor Moody su libro,
hay Vida de después de la vida.

¿Cómo se comunican nuestros seres


queridos fallecidos con nosotros?
Son numerosas las personas que dicen haberse comunicado con sus seres
queridos después del fallecimiento de estos. Algunas dicen oler su colonia
en algún momento del día, escuchar su voz e incluso ver su imagen.
Lo curioso es que a veces nuestros seres cercanos deciden utilizar las
nuevas tecnologías para contactar con nosotros. Recuerdo el caso de la
hermana de una amiga a la que se le murió su novio. A los pocos días llegó
a casa y vio que la luz del teléfono parpadeaba para indicarle que había un
mensaje. Pero cuál fue su sorpresa al escuchar la voz de su novio al otro
lado diciéndole que estaba bien y que no se preocupara por él.
Otras personas dicen haber recibido comunicaciones a través de sus
televisores, grabadoras de audio, radios, ordenadores... Algunas cuentan
que han mantenido una conversación por teléfono con el fallecido y que al
terminar la conversación no se escucha que la otra persona corte, sino sólo
silencio, como si alguien hubiera cortado el cable.

En otras ocasiones se puede llegar a ver al ser querido totalmente o solo la


parte de la cabeza. En ese caso, todos suelen coincidir en que se percibe
dentro de una luz muy brillante que no daña los ojos, con una apariencia
muy saludable y mucho más joven que en el momento en que se produjo el
fallecimiento, en el caso de que se trate de una persona ya adulta. También
ocurre en ocasiones que se llega a escuchar un mensaje verbal que muchas
veces se acompaña de alguna caricia o sensación física de presencia.

La forma de facilitar estas experiencias visuales es permaneciendo en


estado alfa (estado de ensueño), como sucede cuando estás a punto de
dormir o cuando acabas de despertar, por ejemplo. Sin embargo, otras veces
se dan estando la persona totalmente despierta.

Hace unos meses una de mis primas me comentó que años atrás tuvo una
experiencia muy extraña. Estaba en la cama cuando las cortinas de su cuarto
empezaron a moverse.
Se levantó pensando que había dejado la ventana abierta, pero el
movimiento de las cortinas cesó gradualmente según se acercaba a la
ventana. Pudo comprobar que todo estaba cerrado.

Al momento de acostarse, volvió a suceder y cuando estaba pendiente de las


cortinas pudo ver claramente la imagen de la parte superior de su abuelo
como rejuvenecido, y envuelto en luz, sonriéndole. Dice que sintió mucha
paz y después la imagen se desvaneció.

Hay personas que cuentan que han hablado con algún fallecido a través de
sus sueños y que estos sueños eran especialmente luminosos y coloridos. Al
despertar les acompañaba un inmenso estado de paz.

Muchas veces, se manifiestan encendiendo y apagando luces y aparatos


eléctricos.

Lo que sí es cierto es que no son una ni dos las personas que cuentan este
tipo de experiencias, así que, esto demuestra una vez más que después de la
muerte del cuerpo físico seguimos vivos.
CAPÍTULO 15
¿QUÉ ESTÁ OCURRIENDO CON EL
TIEMPO?
LOS DÍAS SE HAN ACORTADO CON
RESPECTO A HACE UNOS AÑOS
Quizá ya has notado que cada vez te cunde menos el tiempo. Es como si al
día le faltaran horas. Estás en lo cierto. Lo que antes eran 16 horas, son
ahora la 24 horas de las que se compone un día. Te preguntarás cómo puede
ser posible. Un estudio científico procedente de Alemania lo confirma.
Durante muchos siglos, la Tierra giraba sobre su eje con una frecuencia de
7,8 hercios (Hz.) y así permaneció durante miles de años. Esto hacía que la
Tierra tardara 24 horas en dar un giro sobre su eje. Sin embargo, desde
1980, la frecuencia se ha elevado a 12 Hz. Como consecuencia, un día de
24 horas, ahora equivale a las 16 horas de antes. El tiempo lineal se vio
afectado. De hecho, sigue acelerándose. Este proceso se ha denominado
“Salto cuántico dimensional” y nosotros también lo estamos
experimentando junto a nuestro planeta.
Según los pronósticos mayas, el 21 de diciembre de 2012 pasaríamos a la
cuarta dimensión. Los astrónomos argumentan por su parte que ese día los
planetas se alinearon horizontalmente con el Sol. La Tierra y todos los
planetas del sistema solar están pasando de la tercera dimensión a la cuarta.
Este proceso comenzó en el año 2000, cuando una energía de cuarta
dimensión alteró la carga electromagnética de nuestro planeta.
En los años 50, el doctor alemán Schumann descubrió un efecto de
resonancia en el sistema Tierra-Aire-Ionosfera que tiene que ver con el
Salto cuántico dimensional y lo llamó Resonancia Schumann. Se pudo
confirmar que estas ondas resonantes vibraban a la misma frecuencia que
las ondas cerebrales de todos los mamíferos, es decir, a 7,8 hercios o ciclos
por segundo (ciclos/seg.).
Al producirse el cambio a la cuarta dimensión se están, por tanto, alterando
los campos magnéticos de la Tierra que empezaron a debilitarse desde hace
dos mil años. Nuestra memoria y estabilidad mental están influidas por esos
campos magnéticos. Según se debiliten esos campos magnéticos de la
Tierra, se producirán terremotos, tsunamis …
Por otra parte, aquellas personas que se empecinen en seguir confiando en
las viejas energías, en sus viejos patrones mentales, sentirán que sus lagunas
emocionales, miedo, ira… se potencian.
Como hemos dicho, la Resonancia de Schumann ha sido de 7,8 Hz. durante
siglos y ahora es de 12 Hz. Lo que se ha postulado es que si la Resonancia
de Schumann llega a los 13 ciclos/seg, estaríamos en el campo magnético
del punto cero.
La Tierra se detendría y en dos o tres días comenzaría a girar nuevamente,
pero en la dirección opuesta, con lo cual se revertirían los campos
magnéticos alrededor de la tierra, con todos los cambios que ello implicaría
para nosotros, dado que esta frecuencia nos conecta a todos los seres
humanos con la Tierra como un verdadero entramado eléctrico. Al
invertirse los campos magnéticos de los Polos Norte y Sur, se produciría un
importante cambio ecológico.
El efecto Schumann ha sido ocultado por Estados Unidos y Gran Bretaña
durante mucho tiempo y no porque esto sea el fin del mundo, como muchos
han vaticinado. Simplemente es el final de una era y el reinicio de otra en
una nueva Tierra. En nuestras manos está poder conseguir que estos
cambios se produzcan de la forma más suave posible. ¿Cómo? Confiando
en nuestra naturaleza divina y en el poder que reside en cada uno de
nosotros; ambos, sumados con un mismo propósito, pueden cambiar el
mundo.
Con que tan solo dos millones de personas se enfocaran en un mundo
perfecto, la situación daría un cambio de 180 grados. Por este motivo es
importante que nos trabajemos personalmente, que evolucionemos como
personas, porque cuanto más evolucionados estemos, más conectaremos
con nuestra esencia y mayores logros conseguiremos entre todos.
Por otra parte, a medida que la energía de cuarta dimensión vaya entrando
en nuestro planeta, la relación de causa-efecto se dará más rápido, se
manifestará en nuestra vida con una mayor celeridad. Es decir, si nos
enfocamos en algo negativo y no hacemos nada por modificar ese enfoque,
atraeremos algo negativo a nuestra vida. Pero si nos enfocamos en algo
positivo, sucederá inmediatamente lo contrario. Por eso no es necesario
tener miedo, puesto que podemos cambiar todo con solo modificar nuestros
pensamientos.
Se trata pues de mantener una higiene mental, teniendo presente que
siempre podemos cambiarlo todo a mejor, pues se nos ha dotado para ello.
Así que, pongámonos manos a la obra y dejemos de creer en catastrofismos
que lo único que logran es hacernos perder un valiosísimo tiempo que
conviene invertir en nuestros propósitos de beneficio mutuo para nuestra
Nueva Tierra.
Lo que vemos fuera es un reflejo de nuestro interior. Si nos enquistamos en
la ira, el odio y el miedo, nos costará ver quiénes somos en realidad y para
qué estamos aquí en este momento de tránsito de nuestro planeta. Es hora
de actuar desde el amor, desde el perdón, liberando de nosotros cualquier
emoción que no nos genere armonía y bienestar, pues al fin y al cabo es eso
lo que siempre hemos merecido, aunque a veces nos hayamos autoengañado
con otros planteamientos.
El tiempo no existe
Ahora vamos a rizar el rizo. No voy a hablar de lo rápido que transcurre el
tiempo como en el apartado anterior, sino que confirmo que el tiempo no
existe. Sé que cuesta entenderlo, porque hasta ahora hemos vivido creyendo
en su existencia, sin embargo, es importante atrapar este concepto, porque
eso nos facilitará enormemente la identificación con nuestro ser, con lo que
somos y no con lo que hemos creído ser hasta el momento. El pasado y el
futuro no existen. Sólo existe el presente, el ahora. Lo demás forma parte de
una ilusión a la que es imprescindible que empecemos a dejar de dar
crédito.
¿Podrías asegurar que alguna de las situaciones que te ha planteado la vida
han ocurrido en un momento distinto del presente? Cuando las recuerdas,
piensas que acaecieron en el pasado, pero en realidad siempre tuvieron
lugar en tu momento presente. El pasado es tan solo el recuerdo de un
momento que fue presente. Incluso al recordar lo pasado lo hacemos desde
el momento presente.
De igual forma, no puedes asegurar que algo ocurrirá en el futuro, porque
también eso que crees que va a ocurrir, realmente ocurre en el momento
presente. El futuro consiste en la proyección de un ahora. Todas las
experiencias de tu vida las vives en el momento, ni antes ni después.
La ansiedad, el estrés, la preocupación, todas las formas del miedo son
consecuencia de un exceso de vivir en el futuro y muy poco en el presente.
El resentimiento, la culpa, las lamentaciones, las quejas, la tristeza, la
amargura y todas las formas de ausencia de perdón son causadas por un
exceso de vivir en el pasado y por falta de presencia. Sólo viviendo en el
presente desaparecerá toda la negatividad de nuestra vida.
Cuanto más vivas en tu momento presente, más disfrutarás de cada
experiencia y más cerca estarás de identificarte con tu esencia espiritual,
con tu ser. Con ello conseguirás conocer la verdad de la que hablaba Jesús
cuando decía: “La verdad os hará libres”. Esa verdad que no es otra que la
de reconocer el poder y la armonía que reside en nuestro interior.
Existen personas que han necesitado vivir situaciones límite para trascender
su ego y dar paso a su ser. Estas personas han necesitado estar tan presentes
para solucionar sus asuntos, que han conseguido rendirse o, mejor dicho,
creer que se estaban rindiendo cuando era su ego quien lo hacía, y dejar así
el camino abierto a su sabiduría divina. Sin embargo, no es necesario llegar
a esos límites para alcanzar la iluminación.
CAPÍTULO 16
ORIGEN DE LA HUMANIDAD
En un principio, existía una energía de origen: el Gran Sol Central o lo que
llamamos Dios. Este punto estaba formado por la unión de cada una de las
chispas divinas que somos cada uno de nosotros.
En determinado momento, la mente del creador se dijo a sí misma: me
gustaría experimentar mi conciencia divina en la materia. Lo dijo mirando
hacia sí mismo, es decir, hacia nosotros, puesto que todos juntos formamos
el cuerpo de Dios. Cada una de las chispas divinas, cada uno de nosotros,
cada yo superior, somos como todo un planeta.
Para conseguir esa experiencia, tuvimos que bajar nuestra vibración
energética. Esas chispas fueron materializándose en cuerpos y hubo varias
etapas en este viaje evolutivo: la primera ocurrió en Sirio; la segunda, en
Orión; la tercera, en la constelación de Pléyades, y la última, en la Tierra
En realidad, vinimos a la Tierra a elevar la frecuencia del planeta, pero una
vez aquí empezamos a olvidar lo que éramos y llegamos a pensar que
únicamente somos humanos sin poder sobre nuestra vida ni nuestro mundo.
En la Vía láctea hay un grupo de estrellas llamadas las siete hermanas. Una
de ellas tiene varios planetas alrededor. A este grupo de planetas se le llamó
Pléyades. Hace 100.000 años, algunos habitantes de Pléyades vinieron a la
Tierra para sembrar una energía espiritual. Aterrizaron en la zona que hoy
conocemos como las islas de Hawái. Para ello, inyectaron una semilla de
ADN con características divinas. El nuevo ADN tardó en extenderse en
toda la Tierra 50.000 años.
Así fue como apareció Lemuria, la primera gran civilización del planeta. Su
ADN multidimensional estaba al 90%, en contraste con el 30% del que
tenemos actualmente. El ADN interdimensional de los lemurianos les
permitía conocer a la perfección el sistema solar y la galaxia en general sin
telescopios ni ordenadores. No necesitaban los avances técnicos que
tenemos en la actualidad. No era una sociedad con avances tecnológicos,
pues carecía de habilidades técnicas. Sin embargo, podían curar con su
magnetismo y al tener un ADN multidimensional que funcionaba al 90%
tenían la conciencia de ser uno con el universo, con lo cual conocían todo
acerca del ADN sin necesidad de microscopios.
Lemuria fue la civilización más antigua del planeta y la de mayor duración.
Sin embargo, quedó asolada por el agua de océanos y mares que empezaron
a elevarse. En Lemuria nunca hubo guerras ni conflictos. Fue la civilización
de luz de la Tierra. Una civilización muy conectada con lo espiritual. Había
una conexión multidimensional. Una serie de sucesos hizo que ese ADN
lemuriano fuera involucionando hasta caer al 30% o, incluso, al 3%.
El motivo por el que la humanidad involucionó no está en ningún demonio,
sino que así ocurrió por libre elección. Ahora, en cambio, cada vez son más
las personas que se consideran trabajadores de la luz y se dedican a preparar
el camino a las nuevas generaciones, haciendo los cambios oportunos a
favor de un planeta más evolucionado espiritualmente.
¿Cómo podemos ayudar en esta evolución? Principalmente sanándonos a
nosotros mismos.
CAPÍTULO 17
EL PODER DEL TRES
Desde épocas remotas se ha dado gran importancia al número tres. Los
esenios, asirios, caldeos, druidas, egipcios, griegos, romanos, judíos… y
más adelante en India y China, además de en otros países, el número tres ha
sido altamente venerado. En la Edad Media se atribuía al Ser Supremo.
Desde el punto de vista de la Física se considera al elemento agua como
aire condensado y consta de tres partes: dos de hidrógeno y una de oxígeno;
en consecuencia también el aire está formado por otros tres elementos:
oxígeno, hidrógeno y nitrógeno. Por lo mismo, la fecundidad de la tierra se
manifiesta a través del agua, el aire y el calor.
La Física determina tres estados naturales propios de los cuerpos: sólido,
líquido y gas. Por otra parte, existen tres clases de esencias aéreas en la
atmósfera: vapor, gas y éter.
Podemos dividir a los seres que habitan la tierra en tres reinos: animal,
vegetal y mineral. En la Música se distinguen tres sonidos: agudo, medio y
grave.
En las mitologías griega y romana, el mundo estaba repartido entre sus tres
dioses: Júpiter, dios de los cielos; Neptuno, dios de los mares, y Plutón, dios
de los infiernos. La trinidad egipcia fue: Isis, Osiris y Horus. La de los
hinduistas la componen: Brahma, Vishnu y Shiva. Para los godos eran:
Wotam, Freya y Thor. La de los escandinavos: Odín, Vile y Ve. Para los
aztecas: Huitzilopoxtli, Tlaloc y Texcaltipoca. Los cristianos católicos
distinguen entre limbo, purgatorio e infierno. Además de hablar de la
Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu.
Se puede decir que hubo tres grandes profetas: Moisés, Jesús y Mahoma. Se
habla de tres libros sagrados: el de los Vedas, el Evangelio y el Corán. En la
religión católica se habla de que Pedro negó a su maestro tres veces, que
fueron tres los Reyes Magos, quienes a su vez hicieron tres regalos: oro,
incienso y mirra.
El número tres se repite en numerosas ocasiones a lo largo de todos los
tiempos. De hecho, se dice que el tres veces tres, es decir, el número nueve
es el número de la transmutación, del cambio, el número perfecto que
algunos asocian con la figura de Dios.
La chispa divina
Siempre que se habla de la chispa divina se suele simbolizar con una llama
triple de tres colores definidos. El azul y el rosa en los extremos y el dorado
en el centro. Es, por otra parte, lo que se ha denominado también Santísima
Trinidad o el fuego de Dios que reside en cada uno de nosotros. No sé si en
alguna ocasión te has preguntado qué es eso de la Santísima Trinidad.
Como acabamos de comentar el número tres tiene gran relevancia en
nuestro mundo. Según los celtas, el tres era el número mágico por
excelencia, el símbolo de la divinidad. De ahí que tanto en oriente como en
occidente se le haya dado tanto valor místico. Para los celtas, el símbolo
que representaba mejor la divinidad era el triskel.
Cada una de las tres hélices simboliza un estadio de la vida, cada una de las
tres esferas manifiesta un poder, y todas ellas se unen a un círculo externo
que es una alegoría del mundo. Es una forma de manifestar la energía
divina; fuerza, sabiduría y amor.
Aunque el origen es céltico, también se ha utilizado en otras culturas, como
la china, por ejemplo. Este símbolo ha sido tan universal, que a veces se ha
asemejado con la trinidad católica (Padre, Hijo y Espíritu Santo).
Si tuviéramos que definir cada uno de estos conceptos, podríamos hacerlo
de la siguiente forma:

PADRE
Hace referencia al Dios Padre-Madre creador, al principio de todas las
cosas, a la divinidad pura. Se representa con el color azul y simboliza el
poder divino.

HIJO
Es la creación del Padre, una mente creada por la extensión de otra mente.
El Padre se extiende y crea a su Hijo. Se representa con el color amarillo-
dorado y simboliza la sabiduría divina.
ESPÍRITU SANTO
Figura creada también por Dios para ayudar a su Hijo a despertar del sueño
y recordar que es uno con Dios. Es decir, que es lo mismo que Dios, puesto
que está hecho de esencia divina. Algunos dicen que el Espíritu Santo hace
referencia a la parte femenina de Dios, al amor incondicional. Y se
representa con el color rosa.
CAPÍTULO 18
LA MENTE
CÓMO FUNCIONA EL CEREBRO
El cerebro controla la respiración, el hambre, la sed, la circulación
sanguínea, el movimiento, los ciclos de sueño-vigilia, pero además nos
permite pensar, analizar y formar opiniones y controlar los sentimientos.
Todas las emociones humanas como el amor, el odio, el miedo, la ira, la
alegría y la tristeza están controladas por el cerebro. También se encarga de
recibir e interpretar las señales que se envían desde el organismo e, incluso,
desde el exterior a través de los cinco sentidos: gusto, tacto, olfato, vista y
oído.
Un cerebro humano adulto de 18 años pesa en torno a 1,3 kilogramos (Kg.)
o 1,4 Kg. y lo integran una media de 100.000 millones de neuronas (células
nerviosas) interconectadas entre sí.
Podríamos hacer la siguiente división:
❖ Zona frontal: centro de las emociones y el razonamiento.
Configura la personalidad.
❖ Zona derecha del cerebro: controla la parte izquierda del cuerpo, la
capacidad de resolución de problemas y las facultades espaciales.
Permite, por ejemplo, distinguir la distancia entre dos puntos.
❖ Zona izquierda del cerebro: controla la parte derecha del cuerpo y
las facultades mentales relacionadas con el lenguaje.
❖ Tronco encefálico: controla las funciones básicas del organismo
como la respiración, circulación de la sangre y deglución de
alimentos.
❖ Zona posterior del cerebro: controla el sentido de la vista.
El cerebro está dividido en dos partes por una fisura longitudinal que va de
delante a atrás. La parte derecha se llama hemisferio cerebral derecho y la
parte izquierda, hemisferio cerebral izquierdo. Se podría decir que su
morfología se asemeja a la de una nuez y que ambos hemisferios son
aparentemente iguales, aunque funcionalmente son diferentes.
Ambos hemisferios se encuentran interconectados a través del cuerpo
calloso, que es un conjunto de fibras nerviosas de color blanco que los
conectan y transfieren información de uno a otro. Procesan la información
que llega del exterior de distinta forma. Ambos se complementan,
funcionando como una unidad debido a las conexiones que existen entre
ambos.
Se ha podido comprobar que cuando un hemisferio está más activo, su
simétrico adopta un papel pasivo y a la inversa.
El hemisferio derecho es dominante en cualidades como percepción del
espacio, ritmo, color, dimensión, imaginación… Por su parte, el hemisferio
izquierdo posee predominancia en otras habilidades tales como lo verbal, lo
lógico, lo secuencial, lo numérico, lo lineal y lo analítico. No obstante, con
independencia de que cada lado del cerebro es dominante en actividades
específicas, ambos están capacitados en todas esas actividades, hallándose
distribuidas en toda la corteza cerebral. La corteza cerebral ocupa la mayor
parte de nuestro cerebro. Está relacionada con nuestras capacidades
cognitivas: conciencia, personalidad, lenguaje y pensamiento abstracto, así
como con funciones motoras y sensitivas.
El hemisferio izquierdo dirige la parte derecha del cuerpo y el hemisferio
derecho, la izquierda. El primero de ellos está relacionado con el mundo
físico, distingue entre yo y el otro, interpreta, analiza la información,
establece juicios. Es cuantitativo. Opera en la frecuencia cerebral Beta, de
12 a 32 ciclos/seg (c/seg)/ Gamma, de 32 a 100 c/seg.
El hemisferio derecho, por su parte, está relacionado con el mundo no
físico, se guía por metáforas, por intuiciones Su principal guía son las
emociones y sentimientos. Utiliza símbolos, imágenes, arquetipos. Para él
no existen el espacio y el tiempo. Se dedica a percibir, sentir, crear.
Hacemos un mayor uso de este hemisferio en el período desde el
nacimiento hasta aproximadamente los diez años de edad.
A partir de dicha edad, se empiezan a potenciar más las capacidades del
otro hemisferio. Lo saludable sería tener ambos hemisferios desarrollados
en la misma proporción. Sin embargo, hasta ahora es imposible que esto se
produzca, dado que la sociedad nos enseña a potenciar más el izquierdo.
Se ha comprobado que el cuerpo calloso es más grueso en las mujeres que
en los hombres Quizá eso es lo que hace que a ellas les resulte más fácil
expresar sus emociones.
Cada hemisferio tiene funciones distintas, pero ambos están relacionados
entre sí. Claro que también influye la educación que recibimos para que uno
prevalezca sobre el otro. Hoy en día, dicha educación da más prioridad al
desarrollo del hemisferio izquierdo y no tanto al del derecho.
A pesar de todo ese complejo funcionamiento, los científicos afirman que
solo utilizamos aproximadamente un 10% del mismo. En 1997, el
neurocientífico norteamericano Paul MacLean, desarrolló su teoría del
cerebro triple. Lo llamó cerebro triuno o tríada cerebral. Según este trabajo,
existen tres funciones cerebrales bien diferenciadas en nosotros:
- El cerebro reptiliano (integrado por el tallo cerebral): regula los
elementos básicos de supervivencia, los instintos.
- El cerebro límbico (integrado por el sistema límbico): asociado con
nuestras emociones y cómo a través de ellas interactuamos con los
demás.
- El cerebro neocórtex (integrado por la corteza cerebral): asociado con
los procesos mentales superiores.
Proceso evolutivo del cerebro
Los científicos han comprobado que al nacer, apenas existe una conexión
neuronal, que comienza a desarrollarse desde los primeros años de vida. Por
eso es imprescindible tener una buena estimulación desde muy temprana
edad. Se ha comprobado que los bebés que crecen en entornos poco
afectuosos o en los que no tienen cubiertas sus necesidades básicas, se
desarrollan más lentamente y con mayor ansiedad que los que crece en
ambientes protegidos y amorosos.
Esa ralentización del desarrollo tiene su explicación en una baja
neuroplasticidad del cerebro o capacidad del sistema nervioso para generar
conexiones entre distintas neuronas. Hay que tener en cuenta que tanto en la
vida dentro del útero, como en los primeros años de vida, se pueden crear
de 30.000 a 50.000 conexiones sinápticas (entre neuronas) por segundo, en
cada centímetro cuadrado de la corteza cerebral. A partir de determinada
edad, dependiendo de cada persona, disminuye la capacidad neuroplástica
del cerebro. Por eso, actividades como la lectura, el estudio o la creación
nos ayudan a ejercitar nuestro cerebro, manteniendo su neuroplasticidad y,
con ello, su agilidad y juventud.
UN MODELO IDEAL DE ENSEÑANZA
EDUCATIVA
En base a los nuevos descubrimientos de la neurociencia, se ha empezado a
pensar en diseñar modelos educativos que permitan desarrollar ambos
hemisferios cerebrales de forma equilibrada y armoniosa. Hasta el momento
actual, las escuelas ofrecen una enseñanza lógico-verbal, ahora se está
planteando la posibilidad de ofrecer también un aprendizaje con un modelo
no verbal, sino visual o analógico. Para ello, se hace necesario usar
herramientas como la imaginación, la metáfora y la creatividad a través del
desarrollo de los cinco sentidos y no sólo a través de la vista y oído como se
hacía antes. La fórmula que se pretende pasa por incluir en la enseñanza
también el tacto, gusto y olfato.
Un ejemplo de este nuevo modelo de enseñanza, lo desarrolló en 1907 la
doctora Maria Montessori. Se convirtió en la primera médica que tuvo
Italia. Como ayudante de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Roma,
se interesó por la educación de los niños que tenían algún tipo de
deficiencia mental. Aplicando métodos experimentales de dos profesores
franceses que admiraba, logró que esos niños aprendieran a leer y a escribir.
¿Cómo lo consiguió? Reforzando la autoestima de los chicos a través de
juegos y del trabajo manual. Una vez que ellos sentían que podían avanzar,
Maria iba transmitiéndoles el conocimiento de las letras y de los números.
Posteriormente pensó que su método podría ser aún más eficaz con chicos
que no tuvieran ningún tipo de dificultad. Ella partía de la premisa de que el
niño necesita ser estimulado para aprender, pero con libertad, por lo que el
papel del maestro debe ser dejar que el niño muestre sus preferencias. Del
mismo modo, conviene dejar que se equivoque y repita de nuevo la acción
para aprender de sus propios errores. Desde este punto de vista el maestro
pasa a jugar un papel menos dominante que en épocas anteriores, para que
con ello el alumno tome un papel más activo en su propio aprendizaje.
En su método, la doctora Montessori también cambió el escenario de
estudio, sustituyendo las aulas con luz artificial por otras más amplias, con
ventanas y luz natural. El objetivo es lograr que el alumno pueda desarrollar
todas sus potencialidades a través de la interacción con un ambiente
preparado adecuadamente.
Así fue como María fundó en enero de 1907 en la ciudad de Roma la
primera Escuela para niños, donde había pequeños muebles y un adecuado
material pedagógico como formas geométricas, lápices, pinceles, pinturas
de colores... Este sistema de enseñanza ha tenido repercusión mundial y
está en consonancia con los recientes hallazgos de la neurociencia, según
los cuales la formación de las estructuras cerebrales fundamentales para el
posterior desarrollo de la parte intelectual y emocional de un ser humano se
suele dar entre los 0 y 6 años. A los 5 años, el cerebro alcanza el 80% de su
tamaño adulto, por lo que el desarrollo de sus potenciales debe comenzar en
edades tempranas.
Con este sistema de enseñanza se potencian todas las áreas:
el lenguaje, el arte, las ciencias, las matemáticas, el desarrollo motor…, al
mismo tiempo que se hace hincapié en habilidades para aprender a
relacionarse, desarrollo de la propia autoestima, hábitos de orden,
concentración.
Según este modelo nuevo de enseñanza:
El niño debe adquirir sus conocimientos en la medida en que son
percibidos y razonados por él mismo.
Hay que motivar a los niños para que aprendan de forma
agradable, fomentando su curiosidad.
Es necesario dejar que sea el niño quien encuentre la solución a
los problemas, sin intervenir con nuevos conocimientos a menos
que sea necesario. Fomentar que sean ellos quienes construyan
sus propios conocimientos en base a sus experiencias,
respetando así mismo el tiempo que necesite cada alumno.
Con objeto de evitar el fracaso, al niño se le dan unos
conocimientos básicos que le permitan sentirse con la seguridad
de poder experimentar por sí mismo.
Las experiencias sobrenaturales son más
naturales y cotidianas de lo que nos
creemos
Cuántas veces hemos escuchado decir cosas como que Marta tiene
facultades paranormales o Luis tiene un don porque puede predecir cosas.
Si tienes a alguien cercano que haya vivido alguna experiencia sobrenatural,
que haya visto un ángel o tenga visualizaciones premonitorias… puede que
hayas pensado que está loco o que, por el contrario, te gustaría parecerte a
él, porque lo consideras especial. Tengo dos noticias que darte, una buena y
otra mala. La mala es que si consideras que esa persona está enferma,
también tú lo estás, porque eres capaz de conseguir lo mismo que ella. La
buena es que si la consideras especial, tú también lo eres por el mismo
motivo.
Probablemente te estés preguntando por qué determinadas personas ven el
aura y otras muchas cosas que escapan al ojo humano y tú no. La única
diferencia reside en que la persona con esas cualidades tiene más
desarrollado el hemisferio derecho que tú y probablemente actúe a lo largo
de su vida con los dos hemisferios; mientras que en ti predomina con
diferencia uno de ellos, normalmente el izquierdo.
Seguro que has conocido a alguien con una gran capacidad para las
matemáticas; otros, para el dibujo; otros, para la música. Pues bien, también
existen personas que nacen con una mayor dotación para facultades
premonitorias, pero eso no significa que alguien con el entrenamiento
adecuado no pueda llegar a tener esas mismas cualidades.
El hemisferio izquierdo es el que nos hace buscar lo racional, lo que se
puede analizar y juzgar, está más relacionado con lo que se ve, se puede
demostrar científicamente. El hemisferio derecho es más sensitivo,
emocional, intuitivo, global, holístico...
Para cumplir el ideal de que los dos se desarrollen de forma equilibrada y
armoniosa, puedes realizar una serie de ejercicios.
Hay diferentes modos de empezar a utilizar el hemisferio derecho y así
poder equilibrarlo con el uso del izquierdo.
Escribir con la mano izquierda es un modo de hacerlo. También puedes
procurar comer y realizar cada vez más actividades en tu día a día con la
mano izquierda, por ejemplo. Además de eso, existen otros entrenamientos
más especializados para conseguir dicho objetivo.
HEMISFERIO CEREBRAL IZQUIERDO
Dirige la parte derecha del cuerpo.
Analiza, razona, juzga.
Utiliza conceptos.
Cuantitativo y científico (dos más dos son cuatro y lo que no se demuestre
así no existe),
Es más racional.
Funciona con frecuencias cerebrales altas (nivel Beta).
Está más relacionado con terapias científicas.
En general, predomina más en el hombre.
Está más relacionado con nuestra parte consciente.
Vive pensando en el pasado o futuro.
Utiliza el lenguaje.
HEMISFERIO CEREBRAL DERECHO
Dirige la parte izquierda del cuerpo
Es muy sentimental y emocional.
Utiliza símbolos y arquetipos.
Se basa más en la intuición, la percepción.
Es más sensitivo.
Funciona con frecuencias cerebrales bajas (nivel Alfa).
Está más relacionado con las terapias alternativas.
En general, predomina más en la mujer.
Está más relacionado con la parte inconsciente.
Está enfocado en el presente.
Utiliza imágenes y sensaciones.
La conciencia de tu hemisferio derecho te dice que eres uno con el todo,
que formas parte de una unidad mucho mayor. Que eres fuerza vital unida
al resto del universo. La conciencia de tu hemisferio izquierdo te dirá que
eres un individuo separado del resto de individuos y separado de la energía
universal, con el consiguiente sentimiento de soledad que ello supone.
Repito que lo ideal es procurar desarrollar ambos hemisferios para obtener
una visión mucho más equilibrada de nuestra realidad. De hecho, ya existen
centros donde se educa desde edades tempranas para que el alumno
comience a potenciar también el hemisferio derecho y no solo el izquierdo
como se hace en la educación tradicional.
Podemos hablar del método Waldorf, que considera al alumno como un ser
integrado de tres partes: cuerpo, alma y espíritu. Esta metodología fue
creada por Rudolf Steiner (1861-1925), profesor austriaco-alemán de la
Universidad de Berlín. Procura el máximo desarrollo del hemisferio
derecho del cerebro, dejando al izquierdo el papel de soporte y
complemento analítico. El objetivo principal de este sistema pedagógico es
potenciar la creatividad del alumno hasta límites insospechados. Se forma al
niño en el acceso a la libertad y la responsabilidad tanto individual como
colectiva. El maestro facilita al niño los medios adecuados para que
desarrolle todo su potencial.
Se trata de una educación personalizada. Los conocimientos son adquiridos
a través de prácticas lúdicas, para que cada alumno vaya descubriendo el
mundo a su ritmo, según sus capacidades e intereses, aprendiendo no de
manera abstracta conceptual, sino de una forma didáctica y práctica.

La ment e
La mente tiene tres planos: subconsciente, consciente y supraconsciente.
Subconsciente
Contiene todos los patrones de conducta que se repiten a lo largo de nuestra
vida. En principio fueron pensamientos que posteriormente se
transformaron en creencias, con lo cual se han convertido en verdaderas
sentencias que marcan nuestro día a día, aunque no seamos conscientes de
ello.
A su vez, y dado que nuestras mentes están conectadas, nuestro
subconsciente está conectado a los subconscientes de toda la humanidad
(recuerda el concepto de conciencia colectiva de Carl Jung).
Llegados a este punto, es también conveniente recordar la teoría de la
Resonancia Mórfica del bioquímico Rupert Sheldrake. Según ella, las
mentes de todos los individuos de una especie, incluida la humana, están
unidas formando parte de un mismo campo mental planetario (campo
morfogenético) que influye en las mentes de cada individuo, al igual que
sus mentes también afectan al campo. Sheldrake considera que cada especie
animal, vegetal o mineral posee una memoria colectiva a la que contribuyen
todos los miembros de la especie. Es famoso su ejemplo de los monos de la
isla de Koshima (Japón). Alimentó a un grupo de monos con batatas sin
lavar, pero una hembra descubrió un buen día que lavando la batata en el
mar, además de perder la piel, sabía mejor. Al poco tiempo, todos los
monos de la isla aprendieron el truco. Sin embargo, lo más asombroso es
que pasado un tiempo todos los monos del continente comenzaron a lavar
los tubérculos, también los que no habían tenido ningún contacto físico con
los monos de Koshima.
Más adelante, Rupert Sheldrake fue más allá al afirmar que la mente no está
contenida en el cerebro, sino que va mucho más allá, puesto que su poder es
ilimitado. A partir, de ahí habla de conceptos como la telepatía, y otros
dones que tiene nuestra mente y que aún no han sido explorados en su
totalidad.
Consciente
La mente consciente utiliza la información que tiene grabada en el
subconsciente para desenvolverse en el día a día. Cada paso que damos en
nuestro día a día, cada decisión que tomamos, está claramente condicionado
por esos patrones de conducta, por esas creencias que tenemos guardadas en
el subconsciente.

Supraconsciente
Hace referencia a nuestra mente superior, al yo superior, a aquella parte de
nosotros que nos conecta directamente con la fuente divina. Enfermamos,
sufrimos y nos hacemos daño unos a otros porque vivimos muy
desconectados de nuestro supraconsciente.
Cuando surge algún problema en el día a día, en vez de buscar la solución
en el supraconsciente lo hacemos en el subconsciente colectivo. Como el
subconsciente colectivo está lleno de creencias limitantes y erróneas que
hemos ido creando entre todos, la consecuencia es que al final tomamos una
decisión insana.
Tomemos un ejemplo. Tu jefe te abronca y ante dicha circunstancia tienes
dos opciones: buscar la respuesta en el supraconsciente, en tu mente
superior que te ayudará a perdonar, con el consiguiente descanso que eso te
proporcionará al no sentirte víctima de nadie; o bien, puedes buscar la
respuesta en el subconsciente, donde hallarás respuestas como insultarle o
tirarle los papeles a la cara, con las consiguientes consecuencias que eso te
puede acarrear.

Iluminación
Se dice que el estado de iluminación se alcanza cuando se produce el
matrimonio místico entre el alma y el espíritu, es decir, entre el
subconsciente y el supraconsciente. Cuando tu subconsciente esté lleno de
las sabias ideas de tu supraconsciente, tu mente estará siendo guiada
plenamente por la fuente divina, con lo que te habrás identificado
plenamente con el ser de luz que eres, y todos tus pensamientos serán
perfectos como los de Dios.
CAPÍTULO 19
¿EL PECADO ORIGINAL?
El resultado del pecado original fue lo que muchos llaman el Big Bang.
¿Y cómo surgió ese pecado?
De todo lo que he leído al respecto, os voy a dar la explicación que resuena
más conmigo, es decir, que la siento como verdadera en mi interior. A
medida que leas dicha explicación a continuación, observa cómo te sientes
al hacerlo y saca tus propias conclusiones como es natural.
Dios (o la fuente de luz) se extendió, y al hacerlo creó a Cristo (Buda, Ser,
Hijo de Dios, como cada uno prefiera llamarlo). Pero al crearlo, no lo
separó de Él en ningún momento, pues es una extensión de Él mismo. Por
lo tanto, Cristo no es que sea un trocito de Dios, es que es Dios mismo, pues
es una extensión del Todo. La Mente crística es entonces una con Dios y es
capaz de extenderse tal y como hace su Creador para realizar nuevas
creaciones. Cristo, al igual que Dios, también crea.
En el libro de Un Curso de Milagros se habla de que en algún instante una
muy pequeña parte de Cristo quiso experimentar que ocurriría si se sintiera
separado de Dios y quisiera actuar por su cuenta. Esa idea de sentirse
separado de Dios es lo que desencadenó lo que la Astrofísica ha
denominado el Big Bang.
A partir de ese momento, la sola idea de estar separado de Dios hizo que
esa parte de la mente crística sintiera lo que implica la separación y, por
tanto, sintiera cómo ella misma se fragmentaba en numerosos pedacitos.
Esos pedacitos somos cada uno de nosotros. Somos fragmentos de la
totalidad.
A partir de ahí surgen nuevas ideas, como la de la dualidad. Ahora parece
que existe algo que no es Dios. Y si Dios es la luz, lo que no es de Dios será
la oscuridad, entendido como aquello que nos aleja de nuestra fuente
creadora. El problema es que aun pudiendo crear desde ese lado, al haber
dado crédito a la falsa idea de estar separado de Dios, lo que crees a partir
de ese momento será producto también de esa ilusión, de esa falsa idea. Por
lo tanto, no será real ni eterno como lo es tu creador y como lo eres tú
mismo.
¿Cuál es la respuesta de Dios ante tal situación?
Él no quiere que su Hijo sufra e intenta ayudarle a regresar al hogar (quizá
estés recordando en este instante la Parábola del Hijo Pródigo ) para que se
siga sintiendo completo, no fraccionado y sí omnipotente, tal y como fue
creado. Para ello, creó la figura del Espíritu Santo.
¿Y cual es el propósito del Espíritu Santo (yo superior)?
Ayudar a sanar los errores de la mente enferma que cree estar separada de
Dios.
Pero para dejarte ayudar por la figura del Espíritu Santo necesitas
previamente reconocer que no es Dios el responsable de las experiencias
que vives en tu día a día, sino tú mismo. Puede que muchas veces te sientas
culpable al reconocer la imperfección del mundo que has creado junto a los
otros fragmentos de Cristo, las otras personas. El Espíritu Santo te ayudará
a comprender que este mundo no es real y que, por tanto, nada de lo que ves
en él ha sucedido. La culpa no existe, por el simple hecho de que nunca has
estado separado de Dios, todo forma parte de una ilusión, de una especie de
sueño.
Cuántas veces se ha culpado a Dios de cualquier acontecimiento. También
se dice en la Biblia que Dios creó el mundo tal y como lo conocemos.
Según el Génesis, Dios es responsable del mundo que ves y tú eres una
especie de víctima de él. Sin embargo, no fue Dios quien creó este mundo,
sino la parte de nuestra mente que está identificada con el ego y que nos
hace creer que somos malos, culpables, vulnerables…
Si tú confías en que Dios es el creador de este mundo, estarás afirmando
que es cruel, que castiga, que se enfada… Esos son atributos del ego, no de
Dios. ¿Cómo puede entenderse todo eso si Dios es la fuente del amor
incondicional?
Si Él es el amor incondicional, cómo va a enojarse, cómo va a castigar,
cómo va a querer hacer daño a sus hijos. No tiene ningún sentido, como no
lo tienen muchos sucesos del mundo ilusorio que habitamos. Entre otras
cosas porque este mundo ha sido creado a partir de una idea loca, de una
idea falsa, como es la de creer que estamos separados de nuestra Fuente. La
misma Fuente que nos ha dado la vida.
Una vez que la mente se siente fraccionada, puede seguir fraccionándose
más veces, y cuando adopta su nuevo estado, el anterior queda relegado,
como si se olvidara en el inconsciente. De ahí que nos cueste recordar
nuestro verdadero origen.
La primera división estriba en que hay una parte de la mente del Hijo de
Dios que se considera separada de Él. Responde a un esquema según el cual
Dios está por una parte y por otra su Hijo.
La segunda división se fundamenta en la idea de que una parte de nuestra
mente está errada (la del ego) y otra está sana (la del Espíritu Santo).
Tenemos por tanto dos opciones: escuchar la voz del Espíritu Santo o la del
Ego. Al elegir escuchar la voz del Ego, olvidas por completo quién eres y
dejas de escuchar la voz de Dios (Espíritu Santo) en tu interior, pues has
escogido en su lugar la del Ego y ambas son excluyentes. La buena noticia
es que aunque ahora solo escuches al ego, el Espíritu Santo está también en
tí y puedes volver a recuperar tu comunicación con él si tú lo decides.
En el Génesis, se recoge que Dios dijo a Adán y Eva que no podían comer
del árbol del conocimiento del bien y el mal, porque si lo hacían morirían.
Por una parte, Dios sabía que su Hijo era eterno como Él, entonces iba a
prevenirle contra la muerte. Por otra, Dios es todo, y como dice Jesús en Un
Curso de Milagros : “Aquello que todo lo abarca no puede tener opuestos”.
En el mundo real no existe el bien y el mal, porque todo es perfecto. No hay
dualidad.

La culpabilidad inconsciente
La culpabilidad que llevamos en nuestro inconsciente es lo que prevalece en
el mundo en que vivimos. Y cuando hay culpabilidad, también se siente
miedo. Si eres culpable por haber hecho daño a otro, este otro te puede
devolver el ataque.
Al elegir la voz del Ego y considerarte separado de Dios, sientes que has
pecado contra Dios. Igual que si hubieras querido usurpar el poder a Dios,
pues has querido separarte de Él. Entonces el ego se proclama como tu
amigo salvador y te dice: Dios te va a castigar, pues has pecado al creerte
superior a Él. “Eres culpable, por lo que vas a ser castigado”. Así llegaste a
creer que podías ser atacado y castigado por el mismo Dios que te creó. Del
mismo modo, tu mente egoica te dice: “Yo te ayudaré”.
Y lo hace creando un mundo paralelo en el que tú estás fuera de Dios y tu
culpa puede ser proyectada hacia el exterior, hacia otros. Así es como
empiezas a proyectar esa culpa inconsciente hacia los demás, hacia los que
son como tú; fragmentos del Cristo, pedacitos de la totalidad del Ser. Es así
cómo tu mente errónea comienza a crear dentro de su sueño una realidad en
la que tus hermanos pueden llegar a ser tus enemigos, en la que Dios, tu
creador, puede atacarte también, porque según el ego, todos están fuera de
tí.
Si el mundo que consideras real, es tan solo una pesadilla, ¿qué pasa con el
cuerpo? ¿y con el Universo? Tanto el Universo como el cuerpo son también
creaciones de tu mente errónea, luego tampoco son reales. Tú crees que
estás dentro de tu cuerpo. Sin embargo, tú eres mente y tu cuerpo es una
proyección de tu mente, luego no puede estar contenida en él. La primera
vez que pude experimentar esto me pareció asombroso pero muy real.
Recuerdo que estaba hablando con una compañera de yoga y de repente me
vi desde fuera, vi a Virginia hablando con otra persona, pero desde un punto
de vista de observador, sólo estaba allí, no juzgaba, no analizaba,
simplemente observaba. Ahí comencé a entender muchas cosas sobre mi
verdadera condición.
¿Y cómo podemos distinguir lo real de lo irreal? Simplemente porque lo
real es eterno y permanente. El espíritu lo es, por ejemplo.
Así mismo, la energía es un pensamiento proyectado que se puede convertir
en materia, que no es más que otro tipo de energía. Por tanto, el universo tal
y como lo conoces no es más que el resultado de un pensamiento
proyectado y erróneo. La energía no forma parte del espíritu, es algo que
está en continuo cambio. Sin embargo, lo que es real es inmutable, por lo
que el espíritu es real, dado que nunca cambia, simplemente es, al igual que
Dios.
El ego, por su parte, divide, separa. Así ha creado mentes que parecen estar
separadas. Es eso lo que hoy llamamos almas. Mientras sigues escuchando
la voz del ego, sigues creyendo que es posible atacar a Dios y que, por
tanto, eres culpable. Por otra parte, como la culpa siempre demanda castigo,
tienes miedo, te sientes vulnerable, porque en algún momento serás atacado,
castigado por tus pecados . Ese sentimiento de culpa es tan grande que
necesitas sacarlo fuera de algún modo, así que lo proyectas en los demás.
Intentas culpar a otro para aliviar tu culpa. Para ello, el ego te crea un
mundo externo, fuera de ti, donde están los otros, donde está también Dios.
Ese fenómeno en el que el ego te enseña a proyectar fuera la idea de sentirte
separado de Dios es lo que da lugar a lo que conocemos como Big Bang (la
creación del Universo), tal y como ya hemos apuntado anteriormente. Todo
ello, forma parte del mundo ilusorio del Ego.
Con ello, te da la falsa sensación de que aquel al que tanto temes, Dios, ya
no está dentro de tu mente. Como si tu mente errónea hubiera creado el
universo (el cosmos), el cuerpo, el mundo externo, para esconderte del que
busca castigarte (tu creador).
¿Existe la reencarnación?
El hecho de que necesites encarnarte varias veces se debe a que todavía no
has salido del mundo ilusorio en el que te sumergiste. Todavía no has
encontrado el camino de vuelta al hogar. Esas numerosas aparentes vidas
siguen estando dentro del mundo ilusorio. ¿Cómo salir de él? A través del
perdón.
Si sanas la culpabilidad inconsciente, dejarás de temer a Dios y sanarás
totalmente el miedo. Son precisamente el miedo y la culpa los que no te
dejan ver quién eres de verdad, el hijo de Dios, un ser puro y perfecto,
todopoderoso a imagen y semejanza de su creador, que jamás ha pecado
pues su esencia es el amor incondicional Cuando amas incondicionalmente,
no tienes espacio para temer, odiar, atacar… Cuando conectas con tu
verdadera esencia, todo lo que no es real se desvanece, pues conoces la
verdad. Esa verdad que te hace libre de culpa, miedo, pecado…

Expiación de los pecados


La expiación implica reconocer que nunca nos separamos de Dios, que
nunca hemos pecado. Todo este mundo en el que vivimos sumergidos no es
más que un sueño, una pesadilla. Como el pecado no existe, porque forma
parte del mundo-ilusión, concluirás que tampoco es necesario el perdón.
Sin embargo, aunque es cierto que el perdón también es algo ilusorio, es
una herramienta muy apropiada para ayudarnos a perdonar lo que nunca ha
existido y así poder descubrir después por nosotros mismos que no es
necesario el perdón, porque no existe el pecado.
¿Cómo podríamos desengancharnos de nuestro sentimiento de culpa y
autoculpa si no es a través de un elemento como el perdón? El perdón
deshace el error que nos conecta con el sueño-pesadilla y nos acerca al
amor que somos.
Como la culpa no es real, ¿tenemos que permitir que alguien nos agreda
físicamente? Rotundamente no, porque nadie nos pide sufrir ni en nuestros
sueños. Por otra parte, cuando sentimos rencor u odio hacia alguien, nos
estamos olvidando de quiénes somos, estamos negando nuestra propia
esencia: el amor.
En el caso de que una paciente llegue a mi consulta tras haber sido
maltratada por su marido, lógicamente le aconsejo que tome distancia física
para evitar males mayores. Sin embargo, también la ayudo a perdonar a su
pareja con objeto de sanar el dolor ocasionado por esa relación. También a
entender que de algún modo ella ha atraído esa persona a su mundo, no para
sufrir, sino para trascender el dolor asociado a ello y conectarse un poco
más con su esencia divina. Curiosamente, cuando la paciente en cuestión
perdona de veras a su pareja, esta cambia su actitud para con ella.
Cuando alguien te irrite con su comportamiento puedes pedir a tu Yo
Superior, o al Espíritu Santo, que sane el error de tu mente que hace que
veas a tu hermano como a un enemigo, y que te ayude a verlo desde el ser
que eres en realidad. Te aseguro que si entregas la situación desde el
corazón, los resultados que obtendrás te parecerán verdaderos milagros.
Como me decía un paciente no hace mucho, esto del perdón engancha,
porque a medida que perdonas, te das cuenta de que cada vez hay menos
obstáculos en tu vida.
Por qué nos ponemos pruebas tan duras es algo que aún hoy no consigo
comprender. Supongo que son muchos años y siglos de escuchar máximas
del tipo “te ganarás el pan con el sudor de tu frente” o “hay que sufrir para
llegar al cielo”. Mensajes que están en nuestra memoria celular y que es
hora de cambiar. Yo hace tiempo que después de vivir unos momentos
bastante duros decidí decretar: pido seguir evolucionando, de una forma
agradable, saludable y divertida. Tú puedes utilizar este mismo decreto o
crear el tuyo propio. Recuerda que tienes poder absoluto para cambiar tu
realidad por otra mucho más armoniosa.
CAPÍTULO 20
El VERDADERO MENSAJE DE JESÚS
Habrás oído que casi desde el principio de los tiempos muchas
comunidades hacían ofrendas a dioses. Por ejemplo, sacrificaban animales
con objeto de que ese dios perdonara a una población o a alguno de sus
miembros.
Según ese esquema, la expiación implica que el pecado convierte al hombre
en impuro y bloquea su relación con Dios. Por su parte, Dios, para
recuperar esa relación interrumpida por el pecado del hombre, ofrecería
como alternativa el sacrificio de un animal. Según esas creencias, siempre
exige un castigo para redimir el pecado.
De igual forma, la religión judeocristiana explicó la crucifixión de Jesús
como un sacrificio que él acepto a cambio de la expiación de nuestros
pecados. Según esta tradición, Jesús murió para que Dios nos perdonara.
¿Te has parado a pensar alguna vez, la enorme carga de culpa que eso
conlleva? Se nos ha hecho creer que hagamos lo que hagamos somos
pecadores. Nacemos pecando y morimos siendo pecadores igualmente.
Sin embargo, si pensamos un poco en la verdadera naturaleza de Dios, que
es amor puro, no podemos concebir que la fuente del amor pudiera pedir
que alguien sufriera, y encima que ese alguien fuera su hijo.
Para que esa versión fuera correcta, Dios tendría que haber dado realidad al
mundo ilusorio (al sueño) que hemos creado en nuestra mente. Pero no lo
ha hecho. Es más, él nos envió a Jesús para que precisamente a través del
sueño nos ayudara a despertar con su mensaje. Con la verdad que nos hace
libres a todos.
Jesús no quiso en ningún momento poner el énfasis en su crucifixión,
porque con ello nos enganchábamos mucho más a la idea de que somos
culpables, inferiores, vulnerables. Además de dar con ello más relevancia al
cuerpo físico que al espíritu. Jesús quiso demostrarnos con su ejemplo que,
a pesar de todo lo que su cuerpo experimentó, con las torturas y la
crucifixión, Él sigue vivo. Y de igual manera, nosotros somos seres eternos.
Es en la resurrección donde quiso poner el foco. Del mismo modo, nos
quiso demostrar que el cuerpo también forma parte del sueño ilusorio,
porque no es eterno como el espíritu. Dios no nos pide que suframos, ni
siquiera en sueños, ni pidió a Jesús que soñara la pesadilla de cómo su
cuerpo iba a ser torturado y humillado. Fue Jesús quien tomo su elección de
llevar su mensaje hasta el final, aunque para ello tuviera que participar en el
sueño. Quizá si no hubiera llevado el mensaje del perdón hasta sus últimos
extremos, ahora no estaríamos hablando de Él y de su mensaje.
Respeto enormemente a Jesús como también respeto a otros benefactores de
la humanidad. A todos los personajes históricos que vivieron bajo estos
parámetros les estaré siempre enormemente agradecida por su bello y
efectivo trabajo para el bien común.
Así que, sal por ahí y date un homenaje, porque no eres culpable de nada y
mereces todo lo bueno que la vida te ofrece.

¿Quieres llegar a conectar con tu ser tal y


como hizo Jesucristo?
Si pregunto a quiénes les gustaría ser como Jesús, seguro que muchos
darían una respuesta afirmativa, eliminando la parte de la crucifixión, claro
está. Si estás entre quienes responden afirmativamente, continúa
preguntándote qué es lo que te gustaría copiar de Jesús:
1) Toda su vida.
2) Sus enseñanzas.
3) Sus sanaciones.
4) Su capacidad para amar.
5) Su prestigio y reputación.
Sé sincero contigo mismo, porque de ello va a depender tu despertar. Si son
todas o varias de estas opciones, entonces valora de uno a diez la que más
relevancia tiene para ti y la que menos.
Hay muchas veces que nos autoengañamos sin siquiera darnos cuenta. Por
ejemplo, me he encontrado con practicantes de reiki que competían por
canalizar más o menos energía sanadora que otros. O, al menos, decían
hacerlo mejor que otras personas. También me he encontrado con personas
que decían ser felices ayudando a los demás, pero cuando no les daban las
gracias o les devolvían el favor se enfadaban.
Si cuento todo esto, no es para desprestigiar la labor de estas personas,
porque al fin y al cabo mientras estamos encarnados, todos cometemos
errores. Lo hago simplemente para que estés muy atento a ti, para que sepas
cuándo estás actuando desde tu ser o desde tu ego. A veces el ego se
disfraza de espiritualidad y nos engaña haciéndonos creer que somos más
espirituales que otros, o mejores personas que ellos. Ten en cuenta algo, el
espíritu no se compara con nadie, no lo necesita, pues en sí lo es todo. El ser
no se mide con ningún otro ser, no se compara con nadie porque lo tiene
todo en sí mismo. En el momento en que detectes algún pensamiento de
rivalidad o te descubras juzgando, ten por seguro que tu ego es el que
controla en ese momento.
En cambio, cuando ayudas a los demás y disfrutas con el mismo hecho de
ver feliz al otro con tu ayuda, sin esperar reconocimiento por su parte;
valoras tus logros en la misma medida que valoras los de los demás, eres
compasivo con tus errores y con los de los demás…, ten por seguro que
estás dejándote guiar por tu ser, por tu esencia divina.
Hay una forma de saber quién es tu verdadero guía. Sencillamente, dejarte
llevar por tu sentir. Cuando llevas a cabo un acto que se acompaña de
bienestar interior, cuando piensas algo y recibes paz, ten por seguro que tu
ser está detrás de ello.
Recordamos a Jesús como un mártir y lo que fue en realidad fue un gran
maestro. Algunos le recuerdan como el único Hijo de Dios, cuando Él nos
dijo que Hijos de Dios somos todos. Por consiguiente, si quieres realmente
parecerte a él y lograr lo mismo, lo único que tienes que hacer es elegir
como guía a tu ser, al Espíritu Santo, y empezar a ignorar las demandas de
tu ego (de buscar prestigio, poder…).
La felicidad no está en el poder, el control sobre los demás, en el dinero. En
realidad no está en nada externo. La felicidad está en aprender a amarnos,
perdonarnos a nosotros mismos y a los demás. Cuando nos liberamos y
liberamos a todos del sentimiento de culpa, empezamos a conocernos de
verdad. Eso nos hace sentirnos libres y es así cómo conseguimos la paz.
Cuando la paz nos inunda, llegamos a la felicidad eterna.
Jesús fue tan generoso y se identificó tanto con su ser (el Cristo, el
Buda…), que en uno de los momentos más difíciles de no identificarse con
su ego, cuando padeció todo el dolor que conllevaron su tortura y
crucifixión, fue capaz de trascender ese padecimiento y perdonar a las
personas que se lo estaban infligiendo, consiguiendo así descorrer el velo
que no nos permite ver que somos uno con Dios, o con el todo, como
prefieras llamarlo. Que somos seres divinos y espirituales por encima de
todas las cosas. De ese modo, Él nos enseñó el camino de vuelta a casa. Y
con su resurrección nos demostró que somos seres eternos. En definitiva,
nos invitó a seguir sus pasos para alcanzar la Gloria Eterna.

La verdad os hará libres


Recuerdo que durante muchos años me preguntaba de forma recurrente qué
querría decir Jesús cuando manifestó: “La verdad os hará libres”. Pensaba
que si recurría a la iglesia, ellos me podrían ayudar, incluso pensé en
comprar algún libro de Teología, pero no sabía por dónde empezar. Fue en
2005 cuando en una de mis visitas a mi hermano Julio en Las Palmas de
Gran Canaria me dijo que un amigo suyo daba clases de inglés a una
maestra de Reiki. “¿Te gustaría conocerla?”, preguntó. Por supuesto que sí,
estaba encantada.
Me facilitaron su teléfono, la llamé y nos encontramos en la terraza del
hotel donde yo me alojaba para tomar un café. La cita se alargó hasta las
diez de la noche, conectamos muy bien. Me habló de un libro titulado Un
curso de milagros , una obra verdaderamente milagrosa como pude
comprobar más tarde. Fue escrita por la psicóloga Helen Schucman. El
origen del curso data de 1965, año en el que la doctora Helen Schucman y
el doctor William Thetford, catedráticos de Psicología Médica de la
Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad de Columbia en Nueva
York, vivieron un acontecimiento que comenzó a cambiar sus vidas por
completo.
Ninguno de ellos era una persona muy espiritual. De hecho, Helen se
describía como atea. Con frecuencia, la relación entre ambos doctores era
algo tensa. Lo único que les importaba era el reconocimiento personal y
profesional.
Un día William dijo a Helen que estaba cansado de tanta ira y agresividad
entre ellos y expresó su convencimiento sobre la existencia de otro camino.
Helen se quedó sorprendida por ese cambio de actitud y se comprometió a
ayudarle a buscar ese nuevo horizonte.
Fue entonces cuando Helen comenzó a tener sueños con cierto simbolismo,
por lo que William le pidió que los fuera escribiendo. Un día Helen
comenzó a escuchar una voz interior que se identificaba como Jesús de
Nazaret. Pensó en un primer momento que se estaba volviendo loca, pero al
pedir asesoramiento a William éste de nuevo le solicitó que escribiera lo
que decía esa voz al solo objeto de ver si había alguna coherencia en su
discurso.
Así fue cómo Helen comenzó a escribir una especie de dictado que
escuchaba interiormente y que comenzaba con la frase: Este es Un Curso de
Milagros. El proceso duró unos siete años. Primero llegó el texto, luego el
libro de ejercicios y finalmente el manual para el maestro.
A pesar de que el curso se enmarca dentro de un contexto cristiano, se
trabajan temas espirituales de carácter universal. De hecho, en él se señala
que existen muchos caminos espirituales y que éste es sólo uno de ellos. Su
objetivo es la sanación de las relaciones personales y, a través de ellas, la
sanación de nuestra propia mente. Se trata de una labor de ir eliminando del
pensamiento aquello que nos genera malestar y sustituirlo por lo que nos
hace felices.
El curso lo integran un conjunto de tres libros:

I El TEXTO
Describe la parte teórica del curso. Sus ideas contienen los cimientos de
las lecciones del libro de ejercicios. Lo integran 754 páginas.

II EL LIBRO DE EJERCICIOS
Consta de 365 ejercicios prácticos para aplicar uno cada día del año.
Todos están precedidos por una lección explicativa que aclara el tema a
trabajar ese día. Se puede, no obstante, repetir un mismo ejercicio varios
días. Lo que no se recomienda es hacer más de un ejercicio por día. En
total son 522 páginas.
III EL MANUAL PARA EL MAESTRO
Aclara conceptos y las preguntas más frecuentes que se suelen plantear
los alumnos. Consta de 100 páginas.
Me resultó curioso que un libro tan espiritual me llegara a través de mi
hermano Julio. Se podría decir que él es bastante escéptico con todo lo
espiritual. Se define como agnóstico. Según él mismo dice, cree en lo que
ve. Sin embargo, por detalles que he observado, siento que su parte
espiritual es mucho más grande de lo que él pueda imaginar a nivel
consciente, pero yo no soy nadie para convencerle de ello, pues cada uno
somos libres de elegir el camino que estimemos en cada momento. Mi parte
intuitiva me ha dicho muchas veces que algún día ocurrirá algo que le
permita recordar que es mucho más que un cuerpo físico. Y si cada vez que
ocurre algo así con alguien cercano me siento dichosa, imagina cómo me
sentiré si esa persona es alguien tan querido para mí.
Continuando con Un Curso de Milagros, diré que quizás algunas de las
frases que más me han gustado han sido las del comienzo del libro:
“Nada real puede ser amenazado
Nada irreal existe
En esto radica la Paz de Dios”.
Dado que nunca podemos ser amenazados por nada ni por nadie, aquella
parte de nosotros que se siente vulnerable, en realidad no es real, no existe,
a pesar de que durante siglos hayamos creído que sí lo es y le hayamos
otorgado mucho más poder que a nuestro verdadero yo.
Eres un ser inmortal y libre. Tú eliges tu realidad.
CAPÍTULO 21
¿EL CAMBIO DESDE 2012?
Los científicos han dicho que el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, es
una poderosa fuente de energía magnética. Ellos lo llaman “filamentos
magnéticos” que irradian desde él. La fuente de energía procedente de la
Vía Láctea tiene un efecto inmenso sobre el planeta Tierra.
El 21 de diciembre de 2012, la Tierra se colocó en línea recta con este
campo de energía, por lo que dicha fuerza influyó notablemente en nuestro
planeta y sus habitantes. Según el científico Gregg Bradem, en anteriores
ocasiones, antes de que los polos magnéticos se invirtieran, estos debieron
debilitarse hasta cierto punto. Al parecer, los científicos han observado una
disminución en la fuerza del campo magnético de la Tierra durante los
últimos 100 años aproximadamente. Sin embargo, dicen que para revertirlos
tendrían que debilitarse aún mucho más, con lo cual consideran poco
probable que esto suceda en los próximos años.
En anteriores ocasiones, además de que los campos magnéticos de la Tierra
se debilitaron, la energía procedente del Sol era mucho más fuerte, por lo
que el hielo en los polos empezó a derretirse. Los océanos comenzaron a
elevarse, el clima inició un cambio y también asomó una variación en los
patrones de tiempo.
En realidad, ya hace tiempo que hemos empezado a experimentar esos
cambios que han sido vaticinados para 2012. Ya hemos podido observar
terremotos, tsunamis, incendios de bosques… Sin embargo, los registros
geológicos demuestran que esos cambios, aunque intensos, son de corta
duración. Según Gregg Braden, en el pasado, cuando el mundo comenzó a
cambiar, las civilizaciones por entonces no comprendían ese cambio y
cometieron el error de luchar unas contra otras para lograr recursos. En esa
lucha perdieron todos.
Ahora se nos vuelve a dar la oportunidad del cambio, y de nosotros depende
si estamos decididos a trabajar juntos para superar este período antes de
lograr el cambio. Si volvemos a luchar entre nosotros, volveremos a perder
todos, pero si nos unimos, lograremos hacer el cambio mucho más rápido y
de forma más agradable para todos. El secreto está en crear una existencia
basada en el corazón.
Se ha podido demostrar que cuando generamos emociones basadas en el
amor (gratitud, aprecio, cariño…), estamos generando un campo magnético
dentro de nuestros cuerpos que ayuda a elevar el campo magnético de la
Tierra, y éste regula todo (el clima, el mar…).
Por tanto, cuando muchos seres humanos se reúnen con una misma
intención y generan una misma emoción, se produce una coherencia entre el
cerebro y el corazón. Una coherencia que puede tener unos efectos muy
positivos para todos.
Esto fue descubierto por los científicos a raíz del atentado del 11 de
septiembre de las torres gemelas. En dicha ocasión, los satélites situados a
22.000 millas en el espacio registraron cambios en el campo magnético de
la Tierra, cuando había multitud de personas que estaban sintiendo
emociones acerca del suceso acontecido recientemente.
A partir de ahí, los científicos notaron que existía una conexión entre ambos
hechos y desarrollaron el Proyecto de Iniciativa de Coherencia Global, con
objeto de seguir investigando en ello. De hecho, actualmente están
construyendo unos sensores para medir estos campos magnéticos y poderlos
mostrar en tiempo real a través de Internet.
Uno de los principales objetivos de este proyecto es enseñar a la humanidad
cómo crear coherencia en su vida cotidiana .
La convergencia armónica
Según el historiador José Argüelles, la llamada Convergencia Armónica fue
una profecía basada en los mayas. Según ella, si 144.000 humanos se
reunían en lugares sagrados de todo el mundo el 16 y 17 de agosto de 1987
a una hora determinada, harían que nuestra civilización entrara en una era
de paz. Argüelles añade que la paz llegará sólo si la humanidad abandona el
materialismo y vuelve a vivir en armonía con la naturaleza. En caso
contrario, se producirá la destrucción del mundo (Armagedón).
En 1989, se preguntó a la humanidad si estaba lista para cambiar el futuro.
Existían dos posibilidades: el Armagedón o cambiar el nivel vibratorio del
planeta hacia otro más saludable. La humanidad se decidió por el cambio en
la energía de la Tierra. Después de medir la energía y el potencial futuro de
la humanidad, un conjunto de maestros ascendidos denominados La
Hermandad envió a la Tierra a Kryon y su grupo para modificar la rejilla
magnética del planeta y así apoyar a la humanidad en su camino hacia la
iluminación.
El 8 y 9 de noviembre de 2003 se produjo el siguiente paso en esta
evolución planetaria, la Concordancia Armónica. En ella, se preguntó a los
seres humanos si daban permiso para que se les cambiase el ADN de forma
que se pudieran activar las diez capas que unidas a las dos que se conocen
científicamente a través del Proyecto del Genoma Humano, completan el
total de doce capas.
La rejilla magnética de la Tierra nos ayuda a comunicarnos y relacionarnos
con nuestras células a través de nuestro ADN, dado que éste es
interdimensional. Ahora mismo estamos rodeados de campos
electromagnéticos que creemos que no existen por el simple hecho de que
no son perceptibles para nuestros ojos. Se ha podido comprobar que las
aves y mamíferos que emigran utilizan este tipo de magnetismo para
orientarse.
Los científicos ya están descubriendo el efecto de estos campos eléctricos
(aparatos electrónicos, microondas, móviles…) y magnéticos en nuestras
células, incluso su relación por ejemplo en el origen del cáncer.
El día en la Tierra tiene 24 horas. El día galáctico tiene 26.000 años, es
decir, el Sistema solar tarda 26.000 años en dar la vuelta al Sol Central de
nuestro universo local.
En 2012 se llegó a un nuevo ciclo, puesto que se cumplen otros 26.000 años
desde el ciclo anterior. El Sol Central de la galaxia se está alineando con el
Sol de nuestro Sistema Solar. Eso provoca un gran impacto de luz y energía
en nuestro planeta. El sistema solar está entrando en el Cinturón (o banda)
de Fotones. Esa banda es parecida al Rayo blanco de la Ascensión, ya que
vibra a un nivel muy elevado. Esta banda atraviesa a modo de Cinturón la
Banda de Leo y Acuario y lo creamos nosotros para recordarnos, cada vez
que nuestro Sistema Solar pasa por ahí, quiénes somos. Por lo tanto, cada
13.000 años entramos en esa energía.
Algunos de nuestros científicos están preocupados porque el magnetismo de
la Tierra está disminuyendo de una forma acelerada y drástica e, incluso,
han hablado de un posible cambio de polos magnéticos del planeta o algún
otro tipo de efecto secundario menos drástico. Cuanto mayor sea el
magnetismo de la Tierra, mayor es el tiempo que pasa entre lo que
pensamos y sentimos, y su manifestación en nuestro mundo. Por lo tanto,
cuanto menor sea el magnetismo, menor será el tiempo en que se
manifiesten nuestros deseos o nuestros miedos, dependiendo de aquello en
lo que solamos enfocarnos más.
Se ha estado preparando a la humanidad durante 25 años repartidos en tres
periodos para este cambio de vibración:
- Entre 1987 y 1997 la vibración de nuestras moléculas fue aumentando
diez veces por año.
- De 1998 a 2006 la vibración aumentó cien veces cada año.
- Desde 2007 y hasta 2012 nuestro cuerpo está aumentando la vibración
mucho más rápidamente, cien mil veces por año.
Todo ello hace que los átomos de nuestras moléculas comiencen a vibrar
más rápidamente, lo que genera cambios en nuestras vidas. Estamos
transmutando nuestro karma.
Así mismo, también la Tierra se sacude de su karma, de ahí que haya
movimientos sísmicos y otras alteraciones, también climáticas. Con todo
ello, desaparecerán unas especies y aparecerán otras. Pero me gustaría
aclarar que de la misma forma que cuando hacemos obras en casa para
dejarla más bonita vemos todo desordenado en un principio o afrontamos
cambios drásticos para poner en orden nuestras vidas, también la Tierra está
poniendo orden en sí misma.
Puede que en ese proceso tengamos que ver cosas que nos pueden hacer
creer lo que no es. Es importante que tengamos claro que ni los terremotos,
ni los huracanes, ni otros fenómenos naturales, son el preludio del fin del
mundo, como algunos creen, sino todo lo contrario. Suponen el cambio a
una Tierra mucho más evolucionada, pacífica y espiritual en la que domine
el bienestar general por encima de todo.
La Rejilla Magnética
Como ya he apuntado, en 1987 Kryon llegó a la Tierra para ayudar a la
humanidad a formar la Rejilla Magnética del planeta y así apoyar la
evolución del ser humano. Esta rejilla es una red de comunicación con el
ADN humano. Antes de ese año había más oscuridad (falta de conciencia).
Desde que apareció Kryon, esto empezó a cambiar, dado que se encargó de
recalibrar la energía de la Rejilla durante doce años, terminando de hacerlo
en 2002. Con ello, la conciencia de la humanidad fue aumentando en
relativamente poco tiempo.
Por lo tanto, en 1987 se generó una Nueva Tierra, con lo cual también se
empezó a crear un nuevo humano. Del mismo modo que se creó una rejilla
alrededor del planeta, también se está creando una especie de rejilla
individual alrededor de cada uno de nosotros. De esta forma, la Rejilla de la
Tierra, informa a la rejilla individual del cambio vibracional y ésta a su vez
se lo transmite al ADN humano.
Se ha podido comprobar que con estos cambios también está viéndose
afectado nuestro sistema de chakras. Además de los siete que conocemos,
hay ocho más transpersonales.
El cambio del ADN
En el ADN está toda la información de quienes somos, tanto física como
espiritualmente.
Los científicos después de desarrollar el Proyecto del Genoma Humano,
llegó a la conclusión de que solo el 3% del ADN es útil, puesto que es la
única parte que pudieron investigar a través del microscopio.
Sin embargo, actualmente se sabe que esa parte del ADN que los
científicos en su día llegaron a denominar “ADN chatarra” es el que
contiene el anteproyecto cuántico de nuestra divinidad, es decir, toda la
información relativa a nuestras vidas, nuestro crecimiento espiritual, todas
las capacidades que hemos ido adquiriendo a lo largo de nuestra existencia,
nuestros logros y fracasos, el karma… es decir, es el que contiene toda la
información de quienes somos en realidad.
Dentro de ese ADN cuántico está la conciencia humana. Y precisamente a
través de nuestra conciencia tenemos la capacidad de controlar y hablar con
nuestro ADN, con lo cual podemos ayudar al correcto funcionamiento de
nuestro cuerpo. Podríamos decir que esa parte del ADN es el motor que
hace que funcione la biología del cuerpo.
El desarrollar la parte cuántica de nuestro ADN, nos permitiría entre otras
cosas potenciar nuestra capacidad de autodiagnóstico (saber cuándo hay un
desequilibrio en el cuerpo).
Por otra parte, sin esa capacidad, las células del cuerpo se guían por los
ciclos lunares en vez de como fue originalmente diseñado, lo cual provoca
el envejecimiento celular prematuro.
De hecho, algunos de nuestros antepasados vivieron vidas dos y tres veces
más largas que las de hoy en día.
Estamos pasando del ADN del carbono 666 al ADN cristalino-crístico
inmortal.
CAPÍTULO 22
MI HISTORIA
Bueno y ahora me toca contar mi historia. Te preguntarás por qué lo he
dejado para el final. Sencillo, no quería escribir sobre mí porque entiendo
que quizá algunas de las cosas que cuente sean difíciles de entender o
asimilar. Al menos a mí me costó lo suyo, ya que siempre he sido una
persona muy racional. De hecho, cuando acabé la carrera opté por utilizar la
terapia cognitivo-conductual, hasta que años después descubrí y me formé
en otras que agilizan bastante la sanación de los problemas.
Sí, me costó, pero a lo largo de los dos años que me ha llevado escribir este
libro, recibía en mis meditaciones el mensaje de que tenía que escribir sobre
mí y contar mi experiencia. Prolongaba la llegada de ese momento y mi
mente se las ingeniaba para sortear el tema sacando otro que consideraba de
mayor utilidad para mis lectores.
Fue tanta la insistencia que percibía en mis meditaciones, que un día
pregunté: “¿Pero para qué tengo que hablar de mí? ¿Acaso es tan necesario?
Yo estoy hecha de la misma esencia que los demás, no tengo nada especial
que me diferencie de ellos y, además, ¿qué puedo aportar contando mis
vivencias? Recibí entonces una respuesta muy firme que me decía: “Tú has
venido a sanar el miedo de sus corazones, muéstrales que tu amor hacia
ellos está por encima de tu miedo a sus juicios”.
Para mí fue una frase muy significativa. Al recibirla, mi cuerpo se
estremeció de alegría y sentí que era eso precisamente en lo que yo siempre
había confiado, en que el amor está por encima de todo y que cuando
amamos incondicionalmente, los juicios, las críticas, dejan de tener valor.
Sin más dilación, comienzo a narrar la historia de mi personaje de Virginia
y cómo empezó a despertar de su sueño. Llegados a este punto, ya sabéis
que a lo largo de nuestra existencia representamos distintos personajes.
Dado que Virginia es mi personaje actual, voy a contarte esta historia en
primera persona. Podría haberme llamado de otra manera, podría haber
sido otra persona, porque al fin y al cabo todos estamos hechos de la misma
materia. Aunque nuestras experiencias sean diferentes de unos a otros,
nuestra esencia es la misma. Somos luz.
La historia comienza así:
Fui educada en un colegio de religiosas donde me inculcaron valores muy
positivos, como ser responsable de mis actos, ser generosa, cierta disciplina,
pero muy lejos de los abusos que he escuchado en otros casos. Lo cierto es
que se podría decir que mis monjas eran unas monjitas ye-yés . Hasta
algunos padres las criticaban al ver que en vez de llevar hábitos vestían
pantalones, cosa que en esos años setenta tenía tintes de transgresión.
¿Dónde íbamos a llegar?
A mi corta edad no lo entendía y solo alcanzaba a pensar qué importancia
podía tener el atuendo cuando su trabajo lo hacían bien. Si hay algo que me
encanta de los niños es su nula capacidad para criticar y juzgar. A medida
que crecemos, y para nuestro pesar, esos pensamientos van ocupando un
espacio cada vez mayor en nuestro interior, jugándonos muchas malas
pasadas a lo largo de la vida. Repasa si no, todas las situaciones en que te
has machacado con autocríticas por cometer errores e, incluso, por el simple
hecho de no ser perfecto.
Dada mi educación católica, asistía a misa todos los domingos. Sin
embargo, lo que más me gustaba no era la misa en sí, sino el bienestar que
sentía cuando entraba en la iglesia y me ponía delante de un sagrado
corazón de Jesús y contarle mis problemas. En realidad, nunca me gustaron
las imágenes de Jesús crucificado, no entendía cómo se podía venerar la
imagen de alguien sufriendo. Mi suegro, dotado para la pintura, quería
regalarnos un cuadro para casa con la pasión de Cristo. Yo le dije que
prefería un sagrado corazón, que aún conservo con todo el cariño hacia la
imagen de Jesús y hacia mi suegro.
Mi madre, esa persona a la que estaré eternamente agradecida por prestarme
su vientre durante nueve meses para poder cumplir mi objetivo aquí y
ahora, tuvo que ver mucho en eso. Cuando yo aún era una niña, me decía:
“Hija, si llegas al cole y aún está cerrado, entra en la iglesia y reza unos
padrenuestros a Jesús”. Aquello se convirtió en un hábito para mí. No había
mañana que no pasara por la iglesia, pero no para rezarle, sino para hablar
con él. Toda vez que le contaba algo o le pedía algún favor, un sentimiento
de paz inundaba mi pecho. Después le daba las gracias, me despedía y me
iba al colegio. Ahora sé que no hace falta desplazarse a ningún sitio para
hablarle, porque siempre está dispuesto a escuchar nuestras contiendas con
nosotros mismos y con los demás.
Por otra parte, estaba mi padre, al que también amo y agradezco haberme
cuidado y querido lo mejor que ha sabido. Para mí ha sido fundamental. Él
que nunca ha sido nada religioso, dado que cuando era pequeño tuvo alguna
que otra experiencia dolorosa con algún cura, sin embargo sí es muy
espiritual, más de lo que él mismo cree. Espiritualidad y religión no son la
misma cosa, aunque durante muchos años se hayan entendido como
conceptos mezclados. Hoy en día puedo decir con total certeza que no soy
nada religiosa, pero sí muy espiritual.
Mi padre empezó a tener problemas en el trabajo cuando yo tenía catorce
años.
Tenía una modesta ebanistería y unos cuatro operarios a su cargo. Él
siempre ha sido demasiado autoexigente, al igual que yo hace años, y
llevaba todas las cuentas al día, pero de pronto se vio inmerso en una
situación crítica; a duras penas cubría los gastos que generaba la empresa.
Para agravar el asunto, uno de los trabajadores, al que había regalado
maderas en numerosas ocasiones para hacer sus propios muebles destinados
a decorar la casa que acababa de comprar, se vio agobiado económicamente
tras quedar su novia embarazada. Mi padre le iba pagando a lo largo del
mes como podía, sin hacerle firmar nada a cambio confiando en la buena fe
de este chico.
El resultado fue que lo denunció aludiendo que no le había pagado ninguna
cantidad durante un año. El negocio de mi padre terminó con un embargo
de máquinas y de su coche, un viejo Renault 8 con más de quince años y al
que teníamos mucho cariño. Tras perder sus medios de trabajo, las deudas
comenzaron a crecer.
Estando un día en el instituto, la secretaria del centro irrumpió en medio de
clase para decirme delante de todas mis compañeras que el banco había
devuelto el recibo de ese mes. Solo tenía catorce años y me sentí muy
avergonzada. Tengo que dar gracias a Dios por haber puesto en mi camino a
personas tan maravillosas como las alumnas que formaban parte de esa
clase.
Ellas me tranquilizaron. Algunas de ellas continúan siendo grandes amigas.
Una noche escuché llorar a mi padre y fue una de las peores experiencias
que hasta ese momento había vivido. Supongo que estaba desesperado. No
sabía qué hacer. Siempre ha sido muy responsable, disciplinado, y
conociendo su autoexigencia estoy segura de que se llegaba a sentir
culpable por no poder llevar dinero a casa todos los meses como hasta el
momento había hecho.
Esta mala racha duró varios años, durante los que pude comprobar cómo
mis padres, lejos de enfrascarse en discusiones o polémicas, se unieron más.
Se apoyaban mutuamente. Para mí fue una gran lección de amor. Me sentía
y me siento orgullosa de ellos. Han podido cometer sus errores al igual que
yo, al igual que todos, pero su corazón es puro como el del resto de los
inmortales (debería decir inmortales, ¿no?).
Mi madre se puso a trabajar de composturera en algunas tiendas
aprovechando la experiencia laboral adquirida en sus varios años de trabajo
como modista en la firma Balenciaga. Con lo que ella sacaba, lo que mi
padre conseguía haciendo algunos trabajos para particulares y la ayuda
económica de mis tíos, pudimos ir tirando hasta que las cosas se arreglaron
al encontrar mi padre un trabajo estable.
Insisto en que mi padre no era nada religioso, sin embargo, y esa es otra de
las lecciones que me dio, aseguraba rezar en un rincón de su taller, donde
decía que se conectaba con Dios. Él pensaba que Dios estaba fuera de él,
como también yo lo pensé durante mucho tiempo hasta descubrir que en
realidad formamos parte de él.
Al escucharle decir aquello, entendí que religión y espiritualidad no eran lo
mismo, porque mi padre no era religioso pero sí espiritual. Más tarde
descubrí que todos somos espirituales, puesto que por encima de todo
somos espíritu.
También esos años me sirvieron para darme cuenta de la calidad humana de
mis tíos, que sin dudarlo nos ofrecieron lo que tenían para que pudiéramos
seguir adelante. Incluso compraron ropa para mí y mi hermano. Me di
cuenta de lo afortunada que era al tener tantas personas maravillosas a mi
lado. Con el paso del tiempo lo valoro mucho más. Mis padres, hermano,
tíos, primos, amigos, pacientes…, a todos los amo profundamente y les
agradezco que hayan querido compartir conmigo parte de su camino.
También de aquellos años recuerdo una frase que oí de labios de una de mis
abuelas y que se me quedó muy grabada: “Dios aprieta, pero no ahoga”.
Pensé que esos padecimientos eran una prueba que Dios nos había puesto.
Según fui creciendo, pensaba que cada cosa que se truncaba en mi vida era
una prueba que Dios me había puesto. Eso me llevó a generar un gran
sentimiento de culpa por todo. Si algo no me salía bien, era porque Dios no
estaba de mi parte, y eso se debía a que yo había hecho algo mal y merecía
que las cosas salieran torcidas.
Un día caí en la cuenta de que el origen de esa manera de pensar estaba en
las ideas de culpabilidad que nos inculca la religión católica. Hoy sé que no
es la única religión que infunde culpa. Por ejemplo, el budismo te dice en
ocasiones que si cometes un error, generas karma y luego tienes que vivir
alguna experiencia dolorosa para limpiarlo.
No quiero criticar ninguna religión porque sé que todas han aportado algo
positivo a nuestras vidas, nos han dado unos valores, pero también sé que
todas ellas tienen parte de error. ¿Acaso el ser humano no es así, parte
divina y parte de ego?
Posteriormente, a través de mis pacientes, otro grupo de personas muy
relevantes en mi vida y a los que respeto y amo por lo que me han enseñado
de ellos y de mí misma, descubrí que todos llevamos impreso a fuego el
sentimiento de culpa. Estoy totalmente de acuerdo con la idea que postula
Un Curso de milagros de que en realidad nos sentimos culpables porque al
sentirnos separados de Dios creemos que hemos pecado contra Él, cuando
en realidad el perjuicio ha sido para nosotros mismos al creernos alejados
de la fuente de la felicidad.
Además, como vamos a alejarnos de Dios, si nosotros somos Él. En mi
caso, la religión que yo profesaba me potenció esa culpa. No se si habrá
sido consciente o inconscientemente, pero se ha hecho mucho daño a la
humanidad al inculcar la culpa.
A lo largo de mi vida, me fueron surgiendo preguntas que no encontraban
respuesta en el catolicismo: ¿qué significaba que Jesús dijera la verdad os
hará libres?, ¿quién es realmente el Espíritu Santo?, ¿Dios es alguien
externo a nosotros?, ¿cómo Dios puede poner a veces pruebas tan duras a
sus hijos?, si Dios es amor incondicional, ¿entonces cómo puede enfadarse
o castigar?
Según fui creciendo, tenía gran interés en hacer la carrera de Psicología,
porque pensaba que a través de dicha profesión podría ayudar mejor a aquel
que lo necesitara, puesto que eso era lo que me llenaba de verdad. Cuando
finalicé mis estudios, me sentía feliz de que por fin podría trabajar en lo que
me gustaba. Pero no fue del todo así.
Al acabar, la única forma de trabajar como Psicólogo Clínico era tener mi
propia consulta y yo no disponía de medios para ello, así que, me dispuse a
formarme en Recursos Humanos a través de un curso-máster de varios
meses subvencionado por la Comunidad de Madrid. Cuando lo finalicé, me
dispuse a enviar currículos por doquier. Así fue cómo entré a trabajar en la
Fundación ONCE. En este lugar aprendí mucho más de los seres humanos.
Cada día atendía a personas con unas condiciones físicas, y muchas veces
económicas, muy duras. Recuerdo una persona con una ataxia cerebral que
iba apoyándose de pared en pared hasta llegar al asiento que estaba junto a
mí. Cuando me acerqué para agarrarle y ayudarle, me dijo sonriendo: “No
te preocupes, si ya estoy acostumbrado”.
Recuerdo también un chico de 27 años con una enfermedad
neurodegenerativa heredada del padre ya fallecido. Tenía cuatro hermanos
varones y al llegar a los 23 años todos acababan manifestando la misma
enfermedad. Recuerdo que yo pensaba lo dolorosa e injusta que era la
situación, para ellos y para su madre.
Otro día me llegó una madre discapacitada con un hijo en silla de ruedas.
Tenía otro que era toxicómano. Ella y su marido estaban en paro. Algunas
de estas personas lo llevaban bastante bien, a pesar de todo. Cada día
recibía una lección de todos y cada uno de ellos. Me enseñaron que aunque
el mundo se hunda a tus pies, siempre puedes elegir entre engancharte al
sufrimiento o percibir la situación desde otra óptica mucho más positiva.
Todo ello me hizo replantear mi relación con Dios. El Dios en el que yo
creía no podía ser consentidor de tanto dolor. Era injusto que alguien lo
pasara tan mal. Cómo Dios, que es perfecto, había podido crear un mundo
tan imperfecto. Afortunadamente, más adelante encontré la respuesta que
esperaba: ¡Dios no ha creado el mundo que ven nuestros ojos físicos! Como
ya he comentado, yo era muy racional y sabía que la mente tenía más poder
del que nos habían enseñado hasta el momento. Ahora sé que nuestro
verdadero poder no está en la mente humana, sino en su conexión con
nuestra mente superior, nuestra esencia divina.
Movida por tales inquietudes, me apunté a un curso de control mental. Me
pareció muy interesante. A partir de ese momento me dediqué a enviar
energía mentalmente a mis familiares y amigos, tal y como me enseñaron
en esas clases. Pero lo que más me conectó con mi verdadero Yo fue el
Reiki. Ya que como he apuntado anteriormente, nuestro verdadero poder no
reside en la mente tal y como la tenemos concebida hasta ahora, sino en
Nuestra Mente Superior. Fue gracias a una tía del que por entonces era mi
marido. Ella tenía cáncer de páncreas e hígado.
La autoexigencia fue mi verdugo durante
varios años
Desde muy pequeña sentía que me había equivocado de mundo. Cuando
veía actos violentos, sentía dolor aunque no fueran conmigo. Pensaba que
este era un mundo demasiado hostil e imperfecto, que no nos merecíamos
eso. Teníamos que cambiarlo. Intentaba aportar mi granito de arena siendo
una niña buena. Más que una niña buena, intentaba ser perfecta porque
consideraba que cuanto más nos esforzáramos todos en ser perfectos,
nuestros padres estarían más contentos con nosotros y así contribuiríamos a
construir un mundo mejor.
El problema fue que ese grado de perfección me llevó a una autoexigencia
extrema, hasta el punto de que por muy bien que me portara, por muy
buenas notas que sacara, nunca era suficiente. Siempre consideraba que
podía mejorarlo, con lo que nunca llegaba a la meta, que yo misma alejaba
a cada momento.
También me encantaba ayudar a los demás a hacer las paces y a apoyarles a
la hora de solucionar sus problemas o, mejor dicho, a intentar
solucionárselos yo. Me implicaba tanto a veces que convertía sus problemas
en los míos. Procuraba decir a las personas lo que querían oír para que así
estuvieran contentas y no hubiera discusiones. Ese era mi modo de
contribuir a la creación de un mundo menos hostil.
Mi autoexigencia iba en aumento con el paso de los años. Cuando decidí
estudiar la carrera de Psicología porque consideraba que ello me permitiría
seguir haciendo mi labor de ayuda hacia los demás, había olvidado por
completo que yo también necesitaba ser ayudada y querida. Siempre decía
que haciendo felices a los demás era suficiente para mí. Yo siempre
quedaba en un papel secundario. Mi forma de conseguir el cariño de los
demás era ir perfeccionándome cada vez más y más.
Cuando comencé mi viaje hacia el interior de mí misma, decidí encontrar la
verdad de mi existencia, de nuestra existencia. Recordé aquella verdad a la
que se refería Jesús cuando decía: “La verdad os hará libres” y me dispuse a
buscarla sin cesar. Decidí trabajarme primero a mí misma, pues sólo
sanándome yo primero, podría ayudar luego a mis pacientes a hacer lo
mismo.

Y mi intuición empezó a tomar el poder


Podría decir que todo comenzó cuando fui iniciada en Reiki, esa técnica de
sanación que fue redescubierta por el doctor Usui y que permite mediante
imposición de manos transmitir al paciente energía sanadora procedente del
Universo, de Dios, o como cada uno quiera llamarlo, para armonizar
cuerpo, mente, emociones y espíritu. Sin embargo, y para ser del todo fiel a
la realidad, debo decir que todo empezó un poco antes.
Mi por entonces marido tenía una tía con cáncer de hígado y páncreas. Ella
luchó mucho para mantenerse en este plano físico, en este mundo. Sin
embargo, al final tiró la toalla y se marchó. Yo quería ayudarla a toda costa.
Descubrí en Internet una receta con aloe vera de la que hablaban auténticas
maravillas. Cada vez que me enteraba de algo nuevo se lo comentaba.
Buscaba en Internet, leía artículos relacionados con el cáncer, le enviaba
información sobre cómo alimentarse cuando se recibe un tratamiento de
quimioterapia y compré para ella algún producto natural de herbolario con
el fin de mitigar sus efectos.
Un día fue ella la que me comentó algo que para mí fue muy importante. Sé
que allá donde esté se acordará de mí, al igual que yo me acuerdo de ella,
porque no sé si yo pude ayudarle en algo, pero ella me abrió las puertas a un
mundo nuevo al hablarme del Reiki. Sucedió un día de los que la llamé para
preguntar por su estado. Estaba como muy animada, y me dijo: una
catedrática de Biología (ella trabajaba en la Universidad) ha venido a casa y
me ha dado una sesión de energía, dice que se llama Reiki y que ella junto
con más personas me van a seguir enviando a distancia. Así yo, que
también le estaba enviando energía con los conocimientos que recibí en el
curso de control mental del Método Silva, descubrí otra forma de enviar
energía.
Lo que entonces no sabía era la implicación espiritual que conllevaba el
Reiki. Mary, que así se llamaba la tía, mejoró muchísimo. En uno de las
tomografías –escáner- que le hicieron, los médicos se quedaron
asombrados.
Los tumores habían disminuido notablemente. Ante tal resultado decidieron
darle unas sesiones de radioterapia para luego seguir con quimio. Nada más
empezar con la radioterapia comenzó a empeorar. Se le obstruyó incluso
una vía biliar y propusieron a su marido hacerle una pequeña intervención
quirúrgica que tenía un coste que no cubría su seguro médico, pero que,
según le dijeron, podía ayudarla a mejorar su calidad de vida. A los dos días
de la intervención falleció.
Eso creó en mí una especie de revolución. Estaba enfadada, frustrada. No
entendía cómo una persona que había luchado tanto por vivir estaba muerta.
No lo consideraba justo. Recordé cómo uno de mis tíos había fallecido diez
años antes y de la misma forma que ella. Habían pasado varios años desde
entonces y la tía Mary había muerto de la misma forma.
Pensé en qué había avanzado la medicina tradicional, qué mejoras había
experimentado. No veía ninguna. ¿Realmente la quimioterapia o la
radioterapia sanan? Comencé a leer revistas especializadas en medicina
como Discovery Salud. Allí encontré multitud de artículos que ponían en
tela de juicio tanto a la quimioterapia como a la radioterapia.
También hablaban de que algunos oncólogos que habían decidido buscar
métodos alternativos, tenían que hacerlo en la clandestinidad porque había
demasiados intereses económicos como para que la quimio dejara de
utilizarse. A veces, incluso se les había amenazado con retirarles del cuerpo
médico, a pesar de haberse podido demostrar que en algunos casos es la
propia medicación la que genera más cáncer.
En estas revistas ofrecían métodos alternativos naturales cuyo fundamento
consistía en potenciar nuestro sistema inmunológico en vez de envenenarlo
como lo hacía la quimioterapia.
Estuve un tiempo buscando otros métodos menos agresivos para tratar el
cáncer y fui recopilando varios estudios al respecto. Hasta que un día me
levanté con una idea clara: “Quiero hacer Reiki”. Que nadie me pregunte
cómo lo decidí porque no lo sé. Creo que fue la primera vez en que no me
dejé llevar por mi mente racional. La muerte de la tía Mary fue una
revelación.
Como no conocía a nadie que impartiera este método de canalizar energía,
busqué por Internet. A partir de ahí empecé a dejarme guiar por mi
intuición, faceta que hasta aquel momento no había puesto en práctica.
Contacté vía mail, y luego telefónicamente, con un maestro y ni corta ni
perezosa me fui a hacer el curso. Me sorprendió la plena seguridad que
tenía sobre la necesidad de hacer aquello, sin apenas conocerlo y sin
conocer al maestro de nada. Nunca había actuado de forma tan intuitiva, era
demasiado racional para permitirme esos lujos y, sin embargo, estaba
sucediendo.
Fui la primera en llegar al lugar de la cita y allí me encontré con el maestro-
profesor, que me pareció muy agradable.
Estoy segura de que si en aquel momento lo encuentro vestido con una
túnica o algo parecido, salgo corriendo y no me vuelve a ver el pelo, pero
por suerte lucía unos vaqueros, lo que le confería una apariencia de total
normalidad. Recuerdo lo que nos dijo: “Ahora empieza la verdadera
aventura, os vais a convertir en verdaderos exploradores de vosotros
mismos. Vais a conoceros de verdad”. Entonces yo no sabía cuánta razón
encerraban sus palabras.
El curso transcurrió muy bien, fue incluso divertido porque el maestro era
muy didáctico y poseía una dialéctica amable y con un cierto toque de
gracia. El problema surgió a la hora de hacer la iniciación en Reiki.
Estábamos allí con los ojos cerrados y sentí una corriente de aire muy
cálido por detrás y luego aire fresco por delante. A continuación empecé a
ver que me estaba saliendo de mi cuerpo, era como un cuerpo trasparente
que salía del físico y que tenía mi misma imagen.
Me llevé un gran susto. ¿Qué explicación podía dar a aquello que me estaba
sucediendo? Estuve tentada de salir corriendo, pero algo decía en mi
interior que debía estar tranquila y que todo estaba bien. Permanecí allí. El
corazón se me salía del pecho y el propio susto me reintegró al cuerpo.
Cuando la sesión finalizó, el maestro nos dijo que intentáramos acostarnos
pronto y no tomar nada de alcohol. Esa noche soñé que iba por el océano en
una moto acuática entre ballenas y tiburones sin ningún temor por estos
últimos.
Luego llegaba a una playa donde me encontraba con mis seres queridos, me
despedía de ellos y me sentaba en una silla de ruedas guiada por el maestro
que me había iniciado en Reiki el día anterior.
A partir de ese momento, mi mente racional comenzó a hacerse más
flexible y a darme la opción de abrirme a experimentar cosas nuevas. Al
poco tiempo unos amigos, mi marido y yo decidimos alquilar una casa rural
y pasar un fin de semana en el campo. Estuvimos dándonos sesiones de
Reiki unos a otros. Cuando le tocó recibir a mi marido, de repente me
conecté con él y vi a alguien correr por un bosque. A él le ocurrió lo mismo.
A continuación ambos vimos todo en negro y mientras él gritaba yo empecé
a girar en círculo sin mover los pies del suelo.
Sentía que una gran fuerza procedente del centro de la tierra me sujetaba,
mientras seguía girando sobre mi propio eje inclinándome cada vez más. Si
me propongo hacer eso a propósito no podría. El grado de inclinación que
conseguí en aquel momento me haría perder el equilibrio con total
seguridad. Empecé a sentir una gran fuerza por todo mi cuerpo. Me sentía
poderosa, pero no superior a nadie. Era un sentimiento de superioridad y
fuerza sin comparaciones, si acaso en relación con el concepto que hasta
entonces tenía de mí misma.
Al comentarlo con mi maestro de Reiki, me dijo que lo que había
experimentado era una iniciación espontánea de SKHM, que es lo que
llaman el Reiki Egipcio, y que te conecta mucho con la Tierra.
Con respecto a mis prácticas de Reiki, puedo asegurar que mis sesiones
eran muy bonitas, al igual que las de otros practicantes de este tipo de
energía (rematé esta frase así, pero no sé si es esto lo que quieres decir).

Experiencias que resquebrajaron mi


racionalidad
Un día visualicé dos manos gigantes con una enorme luz blanca en el centro
que se instalaba en mi pecho. Otro día, tenía dolor en el abdomen y me puse
las manos; de repente, visualicé a un ser de luz vestido de blanco que
entraba por la puerta de la habitación en la que me encontraba, y al
momento escuché en mi oído susurrar mi nombre varias veces. A
continuación comenzó a salir fuego por mis manos, y digo fuego porque era
lo que sentía en mi interior. Al instante el dolor cesó.
Otro día me vi vestida de comunión y detrás de mí una cara gigante de un
indio pintado. A los dos días abrí al azar un libro que acababa de adquirir y
encuentro: “Los chamanes se pintan la cara en sus ceremonias”.
En determinado momento me llegó en una sesión el siguiente mensaje:
“¡Invoca a los ángeles!”. Hasta ese momento, nunca me había planteado la
existencia o no de los ángeles, simplemente no era algo que me llamara la
atención.
Pero dado que el mensaje me llegó varias veces, comencé a invocar a los
que conocía: Gabriel, Rafael y Miguel. Entonces empecé a sentir como si
me envolvieran, me abrazaran y me transmitieran mucho amor y mucha
tranquilidad. A partir de ahí no me quedó ninguna duda de que los ángeles
existen.
Con respecto a los seres queridos fallecidos, siempre he creído que cuando
nuestro cuerpo muere vamos a otro plano, pero me costaba creer que
pudiéramos bajar al plano físico para conectar con nuestros seres queridos
encarnados.
Esto es algo que pude comprobar en una ocasión en la que a mi padre le
diagnosticaron anemia. Al parecer sus análisis detectaron un nivel alto de
anemia. Me dispuse a enviarle una sesión a distancia, pero no sentía que me
demandara mucha energía. Parecía como si estuviera bloqueado. Entonces
pedí ayuda a su madre, mi abuela, ya fallecida hacía años. De pronto sentí
que alguien me abrazaba. Era ella, porque me hizo recordar cuando era niña
y me apretaba con fuerza entre sus manos y me besaba. Otro golpe para mi
parte racional. Me emocioné tanto al sentir a mi abuela, su energía, que las
lágrimas se deslizaban por mis mejillas. De repente, el bloqueo se rompió y
empecé a canalizar cantidades ingentes de energía para mi padre. Una
semana después le repitieron el análisis y no había restos de anemia. El
médico dijo que no se lo podía creer, que probablemente los análisis habían
sido erróneos. Los repitieron y los resultados fueron los mismos, no había
anemia.
A día de hoy mi padre sigue creyendo que hubo un error en alguno de los
análisis. Yo lo único que puedo decir es que lo que sentí y experimenté al
canalizar energía para él, lo sentí en todo mi cuerpo y algo así no se puede
inventar.
En otra ocasión estaba meditando e invoqué al arcángel Rafael. Me dijeron
que era bueno colocar los cinco elementos, así que, puse flores para
representar el elemento Tierra, en un jarrón con agua para representar al
elemento Agua, incienso para representar al Éter, encendí una vela para
representar al Fuego, y el Aire ya estaba en la sala. Estaba en una
habitación con todo preparado y yo muy relajada cuando se me ocurrió
invocar al arcángel Rafael y empecé a escuchar una cascada de agua en mis
oídos, como si la tuviera al lado. De repente, surgió una corriente de aire de
la nada y apagó la vela. La puerta y la ventana estaban cerradas. Al instante
entró mi marido en la habitación y me preguntó sobresaltado qué había
sucedido porque había visto salir del cuarto una luz dorada a gran
velocidad.
Al día siguiente abrí un libro que acababa de comprar y encontré que la
autora señalaba: “Y doy gracias al arcángel Rafael, que siempre entra en mi
consulta con su sonido de cascadas de agua”.
Más sucesos que ayudaron a acabar con mi excesiva racionalidad. Un día en
el coche con mi marido me asaltó un molesto dolor de cabeza. Cuando
llegamos al garaje de casa le dije que iba a poner incienso para desterrar del
ambiente lo que me ponía dolor de cabeza. Lo hice.
Pasadas dos horas aproximadamente teníamos que volver a salir y bajamos
al garaje para coger el coche. Nos miramos perplejos: el asiento del copiloto
estaba totalmente reclinado. ¿Cómo pudo suceder mientras estábamos en
casa?
Otra experiencia, a mi entender graciosa, fue que durante una temporada los
halógenos del techo del pasillo se encendían y apagaban a mi paso como si
se tratara de una discoteca. La parte negativa estuvo en que los del cuarto de
baño llegaron a fundirse varias veces con tanto encendido y apagado.
Podría seguir contando innumerables experiencias, pero creo que éstas son
suficientes para hacer comprender los cambios que se produjeron en mi
modo de enfrentarme a la vida. También cómo mi tendencia a ser tan
racional fue dejando espacio a otras posibilidades sin por ello dejar de tener
en todo momento los pies en la tierra.
Y con la reconexión todo se disparó
Después del Reiki Usui, me fui formando en otras terapias energéticas
(Reiki Karuna, SKHM, IRECA, Sanación Zen…), pero el siguiente paso
decisivo fue a través de la Reconexión. Recuerdo que por entonces tenía
varios proyectos en mente, fue recibir la Reconexión y todo se fue
colocando; me llegaron las personas y situaciones adecuadas para ponerme
en el camino hacia mis metas. Así les ha sucedido también a muchas
personas que yo he reconectado. Han dejado trabajos fijos en plena crisis
económica porque sentían que no era realmente lo suyo y al poco tiempo
han encontrado otros más apropiados. Algunos han decidido marcharse a
vivir al campo. En otros casos, se han paralizado enfermedades
degenerativas…
Lo cierto es que la forma en que me enteré de la Reconexión fue muy
curiosa. Hacía unos meses que había conocido a una colega psicóloga
llamada Isabel en un proceso formativo acerca de una nueva terapia
psicológica relacionada con EMDR ( Eye Movement Desensitization and
Reprocessing , lo que en español quiere decir Reprocesamiento y
Desensiblilización a través de Movimiento Ocular). Desde entonces nos
enviábamos mails .
Un buen día me escribió diciendo que a través de una conocida se había
enterado de que existía una nueva terapia energética llamada Reconexión y
que quizá me interesaría, teniendo en cuenta de que yo era maestra de
Reiki.
Como suelo hacer siempre, le dije que primero me enteraría de quién lo
realizaba en Madrid para asistir a alguna sesión y así decidir si me convenía
o no hacer el curso formativo. Así fue cómo al experimentar la sesión pude
descubrir que estaba ante una nueva forma de energía. Era como más
envolvente que el Reiki y me conducía a un estado de paz absoluta con solo
empezar la sesión. Se podría decir que era más que una terapia.
Me formé en ella y, al poco tiempo, recibí un mail de mi amiga Isabel
contándome que al dar la sesión a su nuera (Raquel), ésta había empezado a
hablarle de una tal Stella, que al parecer era un ser de luz con el que se
conectaba en las sesiones de sanación reconectiva y le daba mensajes para
lo que iba a acontecer a partir de 2012.
Al poco tiempo, dio una sesión a la madre de su nuera (María del Carmen),
a la que se le presentó un arcángel que dijo ser Azrael y que repitió desde
entonces muchas noches su presencia. Azrael se ha llevado muchas veces a
Mari Carmen a hacer viajes astrales durante los que le enseña muchas
cosas, todas relacionadas con la Nueva Tierra. A las pocas semanas, la
persona que había recomendado la Reconexión a Isabel (Natividad), le dijo
que había contactado con una maestra ascendida y que le había dicho que la
Tierra está evolucionando a un nivel mucho más espiritual. Por esas mismas
fechas, a mí me llegaron unas palabras en meditación de forma visual y se
lo comento a Isabel.
A los pocos días ella me llama y me dice que les acababan de dar el
siguiente mensaje: “Es hora de cerrar el círculo, Virginia forma parte del
círculo. Vuestro trabajo está destinado a ayudar a la humanidad a dar un
salto hacia un nivel más espiritual”. Este último mensaje les llegó
coincidiendo con el día de mi cumpleaños. Me sentía tremendamente feliz
de poder ayudar en este trabajo, que a mi modo de ver tenía tanta
trascendencia para todos. Así que me dispuse a marchar a Aranda de Duero
y así conocer a todas las personas que integraban lo que esos seres habían
llamado el círculo.
Cuando llegamos, enseguida nos pusimos a hacer intercambios de sesiones
de energía. Primero se tumbaba una en la camilla y el resto le dábamos la
sesión. Después variaba la persona que recibía. Mi marido también quiso
que le diéramos una sesión y así lo hicimos. En su caso, se le presentó
Stella, el ser de luz que tantas veces se había aparecido a Raquel. Le dijo:
“Perdona”, mientras le sonreía.
Cuando me llegó el turno a mí, pusimos la grabadora por si me llegaba
algún mensaje mientras recibía la sesión y ocurrió algo que aún hoy no
entendemos. Sentí mucha fuerza en mi pecho acompañada de una gran
emoción, mientras repetía: “Yo soy, soy yo, soy yo, yo soy, lo soy, lo
soy…”. También otras palabras que curiosamente no se grabaron, porque
cuando rebobinamos la cinta solo se escuchaban los instantes previos al
inicio de la sesión y, a continuación, al resto de los presentes
preguntándome qué había sentido cuando ya todo había terminado.
Lo curioso es que sucedió como si no hubiera transcurrido ningún tiempo
entre que comenzamos y acabamos. El desarrollo de la sesión había
desaparecido por completo de la cinta. También me comentaron que en el
transcurso sintieron vibrar el suelo, algo que nunca antes había sucedido en
ese lugar y que cesó al mismo tiempo que la sesión.
Al año más o menos de acontecer esto, llegó a mi consulta una persona con
cáncer de mama. Le habían extirpado un tumor no hacía mucho y en poco
tiempo se le había vuelto a reproducir. Decidí entonces darle tres sesiones
seguidas en días consecutivos para potenciar el efecto. Antes de empezar
me explicó que lo que más echaba de menos era reírse, hacía mucho tiempo
que no le sucedía.
Podemos decir que su primera sesión, más que una experiencia espiritual,
fue de risoterapia. Se le apareció Juan Tamarit haciendo juegos de magia
con su famoso chantatachán y obsequiándole con tres regalos que iba
sacando de su sombrero. Regalos todos ellos que tenían un valor simbólico
importante para la paciente. Luego la invitó a cantar y entonces ella repetía
una y otra vez cantando: “Y recordar esta experiencia, y recordar esta
experiencia…”, con la música de la canción: “no dudaría” de Antonio
Flores.
En la siguiente sesión experimentó mucho dolor en el pecho mientras veía
tres seres de luz vestidos con túnicas blancas que le repetían: “sanación,
sanación, sanación…”.
En la tercera sesión, alguien le pedía que se lanzara desde un precipicio.
Ella decía que no podía, que tenía miedo. Sin embargo, la empujaron y, al
mover los brazos, se dio cuenta de que podía volar. Estaba maravillada de
esa sensación de libertad al volar.
A la semana siguiente tenía programada la operación para extirparle el
tumor que se había regenerado. El médico, sorprendido, no podía creer que
un cáncer tan agresivo estuviera como detenido.
A los pocos meses de conocer a esta persona, y después de haberme
presentado a su hermana, me contó que durante una meditación ésta había
comenzado a canalizar a un ser llamado Kryon que le había dado el
siguiente mensaje: “Tú, junto con tu hermana, con Virginia y más personas
vais a formar un grupo de trabajo para la Nueva Tierra”. Como apenas nos
conocíamos por entonces, pensó que me lo podía tomar a broma, así que no
me dijo nada hasta que, más adelante, ella misma canalizó en meditación a
un ser llamado Tobías -el personaje bíblico- y éste le repitió el mismo
mensaje que le dieron a su hermana. Después me llamó y me lo contó.
¿Para qué enfermamos?
En 2009 caí enferma. Tuve una enfermedad muy dolorosa, hasta el punto de
desear morirme. Mi por entonces marido me daba todos los días sesiones de
Sanación Reconectiva, gracias a las cuales podía dormir. Yo meditaba todo
el día para aliviar los dolores. Era como vivir en el cielo y en el infierno en
el mismo día. Tenía experiencias espirituales muy hermosas, pero cuando
dejaba de meditar empezaban de nuevo los dolores. No tomé ningún
calmante durante todo el proceso, por lo que los médicos no podían
explicarse cómo podía haber soportado todo aquello sin calmantes, ya que
el proceso duró siete largos meses. Me operaron y la cosa se complicó, con
lo cual me tuvieron que volver a intervenir.
A las dos semanas de salir del hospital mi exmarido me dijo que se había
dado cuenta de que había nacido para vivir solo y me pide el divorcio.
Sinceramente no lo podía creer. Yo que considero que todo lo que nos
ocurre en la vida es porque nosotros de algún modo lo pedimos, para sacar
algún aprendizaje, no entendía cómo había podido pedir tanto dolor,
primero físico y luego emocional.
Por otra parte, días antes, cuando ingresé de nuevo en urgencias por
segunda vez, mi madre me trajo la estampa de un santo. Me dijo que una
dependienta de una tienda se lo había dado para mí. Yo estaba tan
desesperada del dolor que me puse a rezar a ese santo y curiosamente a
partir de dicho momento todo empezó a arreglarse.
Me volvieron a intervenir y todo fue bien. Cuando salí del hospital fui a dar
las gracias a esa dependienta (A) y ella me dijo que le había dado la
estampa a mi madre porque se lo habían dicho los ángeles, que ella desde
pequeña hablaba con ellos. Entonces le ofrecí hacerle una Reconexión y
días después me llamó para decirme que eso debía ocurrir donde yo tuve mi
primera experiencia espiritual, porque así se lo habían dicho.
Automáticamente vino a mi mente la escena de la primera iniciación en
Reiki. Pregunté en meditación si se referían a ese lugar y la respuesta fue
afirmativa. Además me dijeron que debían asistir varias de las personas que
integraban el grupo de Madrid que habíamos formado a partir de los
mensajes de Kryon y Tobías. Íbamos a ser seis y añadieron que la fecha era
el tercer viernes de agosto. La gran sorpresa vino cuando A volvió a
llamarme para decirme que los ángeles le han comunicado que seríamos
seis personas y la fecha, el 13 de agosto de 2010. Todo coincidía.
El primer problema era que el maestro que me inició allí en Reiki se había
trasladado y yo no conocía a la dueña del centro. No obstante, y dada la
insistencia sobre el lugar, me dispuse a contactar con dicha persona. Era
julio y estaba en Estados Unidos, por lo que me emplazaron a repetir la
llamada en agosto.
Así lo hice, pero nadie cogía el teléfono. Me acerqué en persona, pregunté
al portero de la finca y me aconsejó que fuera una mañana sobre las once,
porque, al menos en julio, solían ir a esa hora. Fui a las once, pero allí no
había nadie. Volví a hablar con el portero el día 11, dos antes de la fecha
fijada para nuestro encuentro, y sus noticias no pudieron ser más
desalentadoras: “Han debido de irse todos de vacaciones, porque no veo
ningún movimiento en estos días”.
El día 12 me disponía a meditar para preguntar qué estaba sucediendo
cuando sonó el teléfono. Era la dueña del local. Casualmente estaba
acostada en plena siesta cuando algo le había hecho levantarse e ir hacia el
teléfono para llamar al centro en busca de los mensajes de voz que le
podían haber dejado. Me aseguró que era algo que no solía hacer en agosto.
“Cuéntame de qué se trata”, me interpeló.
Se lo expliqué como pude, añadiendo que entendía que le sonara extraño.
La sorprendida fui yo cuando me anunció que le emoción le embargaba al
escucharme. “Hace unos meses un buen amigo médico que también medita
me dijo que le había llegado un mensaje anunciándoles que el 13 de agosto
se reuniría en mi local un grupo de personas no muy numeroso pero que
mueve mucha energía”. Me invitó a ir a su casa a tomar café y a recoger las
llaves para que fuéramos tranquilamente al local sin que nadie nos
molestara. Tampoco quiso cobrarnos por ocupar ese espacio durante el
tiempo que durara la sesión.
Llegó el día y todos estábamos emocionados. Apenas había empezado a
hacerle la sesión a A cuando ésta comenzó a mover su cuerpo y a batir
rápidamente sus brazos como si fueran alas. Se sentía muy buena energía
allí. De repente, paró como invitando a preguntarle. Nos dijo que era el
arcángel Miguel, el guía del grupo, y a continuación nos fue dando un
mensaje a cada uno. Todos eran mensajes positivos. Nos instaba a reunirnos
periódicamente para meditar, puesto que estábamos haciendo un trabajo en
grupo para luego ayudar e incorporar a otros en dicho trabajo.
A día de hoy seguimos reuniéndonos y nos llegan mensajes de esperanza
para la humanidad. Dicen que merecemos la pena y no tenemos que
conformarnos con el mundo en que hemos creído hasta ahora, porque el
Reino de los Cielos no está ahí fuera, sino dentro de cada uno de nosotros.
No hay que esperar a que el cuerpo muera para alcanzarlo, sino que es aquí
mismo y en este momento cuando podemos despertar y descubrir que el
paraíso siempre ha estado aquí y que nadie nos ha apartado de él excepto la
equivocada percepción que teníamos de nosotros mismos.
He intentado resumir al máximo mis experiencias. Lo que he pretendido no
ha sido más que trasmitirte que estas experiencias y otras mucho más
espirituales puedes tenerlas si decides perdonar hasta lo imperdonable y
amar incondicionalmente empezando por ti mismo, puesto que el amor es lo
que eres y el perdón es la herramienta que te conecta con tu ser, al ayudarte
a deshacer lo que no eres, a desintegrar aquello que te impide acoplarte con
tu esencia verdadera, con tu luz.
Antes de terminar, dejadme deciros que os amo incondicionalmente, que
todos sois parte de mí, como yo lo soy de vosotros, porque juntos formamos
el todo y por separado sólo somos fragmentos de algo mucho más grande.
Pero si no entendéis o compartís mis experiencias como si fueran vuestras,
lo entiendo perfectamente, porque hubo un tiempo en el que las cosas que
he ido experimentando en los últimos años me habrían parecido sacadas de
una novela de ciencia-ficción.

Algunas experiencias más


Tardé unos 37 años en hacerme consciente de que Virginia solo era uno de
mis personajes. Ahora que mis conocimientos sobre el tema son mucho más
amplios y que las experiencias que he vivido desde mi ser me han ido
permitiendo despertar poco a poco, puedo hablar con total seguridad de esta
manera, sin importarme que alguien no comparta mi forma de ver la vida.
Creedme que el día que descubrí que yo no era el personaje que me había
fabricado, que yo no era en realidad Virginia, sino que era algo mucho más
grande que ella, sentí un alivio enorme.
En una práctica de uno de los cursos que realicé, me vi dentro de un
laberinto en el que se estrechaban las paredes hasta el punto de que era
físicamente imposible que pudiera pasar por ahí.
Al preguntar con qué estaba simbolizada esa dificultad, ese momento, esa
estrechez, me llegó el siguiente mensaje: tu mente es demasiado limitada
para tu ser, no te permite identificarte con todo lo que eres. Me sentía como
prisionera dentro de mi mente racional-analítica, porque sentía que no me
estaba permitiendo ser yo. Al recibir este mensaje pensé lo curioso del
momento, dado que días antes había tropezado en la calle con un hombre
que dijo ser un chamán, quien detuvo mi paso y me espetó: “¡Valora lo que
eres! ¡Permítete ser tú!”.
Dos días antes me habían practicado una regresión a vidas pasadas en la que
comencé buscando el origen de unos sentimientos de rabia, impotencia y
pena procedentes de una dolorosa enfermedad que duró varios meses. En
esta regresión contacté con una vida que aún hoy en día me cuesta asumir.
En esa experiencia vi primero un túnel con puertas a ambos lados y al final
una luz blanca intensa que me atraía. Según lo estaba visualizando, pensé
que quizá era ese el escenario descrito por las personas que están a punto de
morir y vuelven a la vida. Llegó un momento en que mi parte consciente se
dejó llevar por esa luz que tanto me atraía. Cuando iba a dar el paso para
entrar en ella, una red al modo de las que usan los pescadores no me dejaba
seguir. Pedí atravesar esa red, aparecieron unas tijeras gigantes con las que
pude cortarla y pasé al otro lado.
Lo primero que encontré fue una especie de camino en el que había una
neblina blanca. A lo largo de él vi a seres queridos míos ya fallecidos y a
otras personas que no me resultaban familiares. Todos sonreían, todo lo que
sucedía era agradable. De pronto vi a varios ángeles. Mi terapeuta me dijo
que les preguntara si tenían algún mensaje para mí. Lo hice y uno dijo:
“Continúa”. Mi siguiente interacción con ellos fue preguntarles cómo podía
sanar ese dolor, esa impotencia, pena, rabia, y su respuesta fue que
atravesara todos esos sentimientos, que pasara sobre ellos y me llegó como
una especie de nebulosa densa que debía atravesar. En ese momento me vi
atravesando ese dolor.
Mi terapeuta pidió entonces a mi yo superior que me diera algún objeto o
símbolo que representara todo aquello. Apareció en mi mano derecha una
cruz pequeñita hecha de madera antigua, muy antigua, y escuché un
mensaje que me decía: “Tiene que ver con él”. Entonces algo sucedió que
me sacó del estado hipnótico en el que me encontraba. Aquella regresión
me dejó impactada, sobre todo porque una parte de mí quería saber más,
pero aún a día de hoy no he conseguido averiguar el resto. Espero algún día
poder profundizar en ello, porque intuyo que cuando lo haga voy a sentir
una profunda liberación.
En abril de 2011, mientras meditaba, escuché el siguiente mensaje: “Eres tú
quien se resiste a ser feliz”. Pregunté por qué y la respuesta que recibí fue
que estaba “aferrada a una realidad que no es real”. La misma voz me
explicó que mi verdadera realidad es la de la felicidad. “Todo lo bueno te
pertenece por ser una creación de Dios”, zanjó.
Pregunté entonces cuál es el modo de acercarse a la verdadera realidad y me
explicaron que debía enfocarme en el instante actual sin alimentar
pensamiento alguno. “Pero yo estaba haciendo planes para mi consulta,
para mi futuro”, expuse y me respondieron que el problema es que siempre
planificamos desde “el miedo. Si confiarais, si tuviérais la fe absoluta de
que todo va a salir bien y que no puede ser de otra manera, vuestra
experiencia cambiaría”.
Evidentemente, no existe una fórmula mágica para partir desde ese punto.
¿Pero cómo hago eso?, pregunté
- No pienses, no hagas nada -respondieron.
- ¿Y cómo se hace para no hacer nada?
- Vive cada momento como único, como especial, siéntelo con la fe de que
todo lo que va a venir es para tu bien y tu felicidad. Actúa como si ya
gozaras de esa paz, de esa felicidad, porque es cierto que ya gozas de ellas
aunque aún no hayas tomado conciencia total de ello.
- Pero estoy preocupada por la salud de… -intenté relatar.
- No des crédito a algo que no es real –me interrumpieron.
- Pero es difícil ignorar algo que parece tan real. ¿Cómo lo hago?
- No pienses, es la única forma de dejar espacio a tu verdadera mente.
Prueba y tus ideas se iluminarán.
- ¿Me vas a ayudar?
- Confía en ti, en lo que eres, y entonces recibirás todo lo que te pertenece.
Di las gracias por esos consejos y a partir de ese instante no pude pensar en
nada. Cuando me esforzaba por hacerlo se me ponía dolor de cabeza, y con
solo concentrarme en relajarla conseguía no pensar.
- Observa lo que ocurre si dejas de dar fuerza al mundo irreal –me dijeron.
En ese momento comencé a ver a personas de mi entorno y a mí misma
sonriendo, felices, dándonos abrazos. A continuación vi a otras personas
desconocidas haciendo lo mismo y empecé a sentir que todos éramos
familia.
Eso me emocionó mucho y expuse: “Tengo añoranza al ver esta imagen,
porque siento que ya lo he experimentado en algún momento anterior y lo
echo de menos”.
La respuesta que obtuve fue contundente:
- Puedes recuperarlo, porque siempre ha estado ahí.
CAPÍTULO 23
ERES EL CREADOR DE TU
REALIDAD
Dios nos hizo a su imagen y semejanza, por lo tanto somos creadores como
lo es Él. La diferencia entre su forma de crear y la nuestra es que su mente
siempre crea en positivo y es omnipotente, mientras que la mente humana
en ocasiones crea de forma eficaz, pero otras veces lo hace de forma
autodestructiva. Dios crea siempre desde el amor, nosotros a veces también,
pero muchas otras, creamos desde el miedo. Por ejemplo, creamos armas
nucleares con un enorme potencial destructivo contra nuestros propios
hermanos para defendernos de ellos.
Buda decía que somos lo que pensamos y el Curso de Milagros habla de
que si pensamos desde nuestra mente humana, percibiremos la realidad,
pero no la conoceremos. Sólo existe una verdad y sólo podemos llegar a
ella a través del conocimiento que reside en nuestra mente divina. Si
percibimos la realidad, que es lo que hacemos desde la mente humana,
estamos viendo una ilusión, una verdad sesgada.
El prisma desde el que yo la veo viene dado en función de todas las
vivencias que me han marcado hasta ese momento, lo que determina que el
resto de personas perciba esa misma realidad de un modo diferente. Así, si
nuestra mente está llena de miedo, crearemos una realidad llena de temores.
Si por el contrario, nuestra mente está plena de amor, crearemos una
realidad repleta de amor y, por tanto, de felicidad.
Nuestro estado natural es vivir con amor, no con miedo. La buena noticia es
que todo lo que se distancie de nuestra verdadera esencia no existe, forma
parte de un sueño o, más bien, de una pesadilla. Mientras, todo lo
relacionado con el amor nos acerca a la verdad absoluta y, por tanto, a lo
real. Lo malo es que mientras continuemos pensando desde la mente
humana, seguiremos sufriendo, aunque sea por algo que no existe. Jesús
dice en el Curso de Milagros: “¿No te parecen reales los sueños que tienes
mientras duermes ? Pues lo que estás viendo ahora que te parece tan real no
es más que un sueño”.
Él añade que tiene por propósito vencer al mundo tal y como lo vemos
ahora. “No lo ataco, simplemente mi luz lo desvanece. La luz no ataca a la
oscuridad, sólo que al iluminarla ésta desaparece”, explica.
La misión de Jesús es unir la Voluntad de los Hijos con la del Padre, la
Fuente:
“Eso es lo que vine a enseñarte. El mundo que ves es el resultado
de creer que esto no es cierto. Sin embargo, la voluntad del Hijo y
del Padre es la misma. Este mundo está cimentado en la creencia
de que el Amor es imposible, que la Felicidad absoluta no existe.
Elimina esta creencia, asumiendo que tu Voluntad es la del Padre y
verás lo que ocurre.
Sólo no puedes hacer nada, porque sólo no eres nada. Yo no soy
nada sin el Padre y tú no eres nada sin Él, porque si niegas al
Padre, te estás negando a ti mismo”.

Tus pensamientos generan tu realidad


Tu mente no cesa de crear. ¿Sabes por qué te cuesta tanto creer que tus
pensamientos son creadores? Porque te da miedo asumir que lo que ocurre a
tu alrededor es producto tuyo, producto de tus creaciones. Te da miedo
aceptar que tus pensamientos son tan poderosos. Por eso prefieres
responsabilizar a los demás y al propio Dios de todo lo que sucede en tu
entorno, en vez de ser consciente de que eres partícipe activo en esa
situación que te está resultando tan desagradable.
Nos da miedo nuestro propio poder creativo. Eso significa que en cierto
modo somos conscientes de que no siempre mantenemos el control de
nuestros pensamientos, ya que muchas veces son las emociones quienes los
dirigen. Esa inseguridad deriva de que estamos pensando desde el ego y no
desde nuestra mente superior; la que algunos llaman la mente crística y
otros, la mente del Buda.
Dios creó todas las cosas y al crearlas las hizo parte de sí mismo. Tú
también has sido creado por él. Por tanto, Dios no es una especie de hombre
con barba separado de ti, sino que tú eres parte de Dios y eres tan ilimitado
como Él.

Tus palabras generan tu realidad


Cuántas veces a lo largo del día decimos palabras que llevan implícita una
enorme carga de negatividad. Recuerdo a una paciente que
indefectiblemente cuando se quedaba sin conversación, en vez de hablar del
tiempo como hacemos la mayoría decía: “¡Qué lástima!”.
Al ver que en una hora lo había repetido unas cuantas veces le pregunté qué
era aquello que la movía a tanta lástima. Me respondió que simplemente era
una forma de hablar. Le propuse que modificara esa forma de expresión por
otra. En concreto, se me ocurrió que desde ese día, cuando no se le
ocurriera nada que aportar, podría exclamar: “¡Qué alegría”.
- ¿Y si no tengo nada por lo que alegrarme? –me dijo.
- Sólo es una forma de hablar –contesté. Me miró y sonrió.
Las palabras contienen una carga energética, incluso en el caso de que las
pronunciemos sin creérnoslas. Por eso es importante que practiquemos la
higiene mental y empecemos a cambiar nuestro vocabulario.
¿Cuántas veces has escuchado a alguien decir “qué torpe soy”? O, “mira
que no recordar eso” o “seré tonta, desde luego no tengo remedio”. Y
cuántas veces te lo has dicho a ti mismo. También hay frases típicas que me
encuentro con frecuencia en la consulta: “No soy capaz de…” o “ya me
gustaría ser de otro modo, pero es que soy muy torpe”. Podrán parecerte
palabras inofensivas, pero, créeme, no lo son.
Cuando realizas esas afirmaciones negativas, estás dando por sentado que
jamás vas a ser capaz de llevar adelante esas cuestiones. Es aconsejable
sustituir esas aseveraciones por otras del tipo:
“Hasta ahora no he sido capaz, puede que con el entrenamiento
adecuado lo consiga”.
“Aunque de momento no lo he conseguido, cuando pase un
tiempo lo voy a intentar pasado de nuevo”.
“Lo cierto es que me cuesta mucho, pero…”.
“En general no se me ha dado bastante bien, pero…”.

El poder de las palabras


Debemos ser prudentes con lo que decimos y con la forma en que lo
decimos, porque a veces estamos lanzando verdaderas sentencias contra
otros y nosotros mismos.
Si le dices a tu hijo que es torpe, le estás sentenciando para toda su vida.
Puede parecerte una exageración, pero no lo es. Las palabras tienen poder
en la medida en que de ellas emana energía cuando las pronuncias, estás
proyectando toda esa fuente de energía a tu interlocutor para bien y para
mal. Si tu interlocutor es un niño, ten por seguro que le llegarán con mucha
más fuerza. Si además eres su progenitor -padre o madre-, la intensidad se
multiplica.
Quizás te parezca que este tipo de mensajes no tienen importancia, pero
cuando llevas años trabajando como terapeuta, te das cuenta de que detrás
de ellos hay personas con una autoestima tocada, a veces demasiado tocada.
En el Libro de Oro de Saint Germain, se habla concretamente de la
relevancia de todas aquellas frases que comienzan con yo soy.
En él se dicen cosas como: “Yo soy” es la actividad de la vida. ¡Qué extraño
es que los estudiantes más aplicados no siempre lleguen a captar el
significado verdadero de esas dos palabras!
Cuando dices “yo soy” sintiéndolo, abres la fuente de la vida eterna para
que corra sin obstáculos. En otras palabras, liberas todo su caudal. Mientas
que cuando dices “yo no soy” cierras las compuertas a esa magna energía.
“Yo soy” es la plena actividad de Dios. Te he colocado frente a frente
infinidad de veces la verdad de “Dios en acción”. Quiero que comprendas
que la primera expresión de todo ser individualizado en cualquier parte del
Universo, bien sea en pensamiento, sentimiento o palabra, es “yo soy”,
reconociendo así su propia victoriosa divinidad.
En su libro Los Mensajes del Agua, el doctor Masaru Emoto nos habla de
cómo pudo demostrar la influencia de nuestras palabras y de los sonidos en
general en las moléculas del agua. Para ello colocó una probeta con una
muestra de agua entre dos altavoces por los que emitía determinadas
palabras o música. Cuando las palabras emitidas eran del tipo “te amo, eres
maravilloso” las moléculas de esa agua tenían una forma armoniosa y bella.
Lo mismo sucedía cuando el sonido emitido se componía de música clásica.
Por el contrario, si las palabras eran “te voy a matar, te odio”, las formas de
las moléculas eran tétricas, totalmente desorganizadas.
Con todo ello, llegó a la conclusión de que como una gran parte de nuestro
cuerpo es agua, cuando utilizamos palabras positivas, estamos generando
salud a nuestras células, pero cuando las utilizamos negativas, podemos
llegarlas a enfermar.

Afirmaciones
Las creencias que tenemos grabadas en la mente subconsciente ejercen una
poderosa influencia en nuestra vida. Las enfermedades que se muestran
resistentes a los procesos de cura suelen tener una profunda raíz en el
subconsciente. Por eso para erradicar la enfermedad es importante acceder a
dichas raíces y sanarlas.
Del mismo modo, cuando repetimos una misma afirmación con
perseverancia y con fuerza podemos conseguir grabarla en nuestra mente
subconsciente, lo que atraerá consecuencias positivas a la mente consciente.
Cuando repites determinadas afirmaciones durante varios días y varias
veces al día, puedes llegar a integrarlas en tu mente subconsciente, con las
consecuencias beneficiosas que eso te puede reportar.
Cómo integrar las afirmaciones:
1. Utilizar frases en positivo, no usar la negación, puesto que
nuestro subconsciente no entiende de sí o no, simplemente
integra el mensaje. Por ejemplo, en lugar de decir “no quiero
estar enfermo” es preferible afirmar: “Elijo estar sano”.

2. Cuanto más cortas sean las afirmaciones, antes se integrarán.

3. Es conveniente hacerlas nada más despertar o al acostarte.

4. Mejor decirlas en voz alta.

5. Poner voluntad en creerlas.

6. Mientras las recitas puedes estimular con los dedos índice y


corazón juntos de una mano un punto del dorso de la otra mano
que se localiza a dos centímetros del punto medio entre el
nudillo del dedo meñique y el nudillo del dedo anular.

Indecisión:
Yo siempre recibo la inspiración adecuada a cada momento y me dejo guiar
por ella sabiendo que estoy tomando la decisión adecuada para mí.
Cuando hay algo que no sabes resolver:
Yo entrego esta carga al Yo Superior (o al Espíritu Santo) que está en mí y
avanzo con libertad.
Cuando quieres atraer abundancia:
Espíritu infinito, abre la vía de la gran abundancia para mí. Atrae
irresistiblemente a mi vida todo lo bueno y sano que a mi me pertenece por
derecho divino.
Tus emociones generan tu realidad
El nivel de vibración energético es diferente para cada emoción. Si permites
que una emoción de enfado te invada, estarás bajando tu nivel vibracional,
la calidad de tu energía y, tal y como dice la Ley de la Atracción, todo atrae
a su igual y todo en lo que te enfocas se expande a tu alrededor. De este
modo, atraerás situaciones del nivel vibracional al que bajes.
Recuerdo una paciente que vino a la consulta cargada de ira. Estaba
enfadada con su marido, su hija y su madre. Con todos se llevaba bastante
mal. Cuando le di el alta, me dijo que, además de encontrarse más tranquila
interiormente, ya no discutía con nadie. Incluso, su hija adolescente le pedía
opinión cuando tenía algún problema, algo que parecía imposible antes de
venir a verme. Las personas eran las mismas, pero ella había cambiado,
había empezado a aprender a gestionar de una forma saludable sus
emociones y las personas a su alrededor habían aprendido a relacionarse
con ella de un modo diferente, mucho más sano.
El doctor Wayne Dyer distingue en su libro There's a spiritual solution to
every problem las distintas frecuencias vibratorias de cada emoción. Según
él, en los niveles más bajos de energía (10.000 ciclos por segundo), es
donde se crean los problemas, la enfermedad, ansiedad y miedo, mientras
que en los más altos y evolucionados (100.000 ciclos por segundo) todo
problema desaparece.
Mi experiencia
Hace varios años decidí tomar las riendas de mi vida. En realidad lo decidí
mucho tiempo antes, pero no sabía cómo hacerlo. Ahora sí sé dónde está la
clave: procuro positivar todo lo que me ocurre y me he dado cuenta de que
el resultado es que siento que la que maneja mi vida soy yo. Antes pensaba
que dependía de algo o alguien externo -del tiempo, de la persona que tenía
a mi lado...-, pero ahora sé que la única responsable de todo lo que me
ocurre soy yo; de lo bueno y de lo menos bueno. Sé que si lo paso mal en
una situación, es porque yo la he atraído para aprender algo de ella. Sé
también que cuando termine ese aprendizaje, la situación no se volverá a
repetir.
Para liberar la emoción que acompaña a la situación, utilizo muchas veces
EFT (Técnica de Liberación Emocional, desarrollada por Gary Craig). Te
quedarás sorprendido de lo rápidamente que actúa (revisar el capítulo 9).
Cuando empecé a utilizar esta técnica, me hice mucho más consciente de
que nosotros no somos el enfado y la tristeza, sino que esas son energías
que en determinado momento de nuestra vida se apoderan de nosotros y no
nos permiten ver con nitidez. A veces nos identificamos tanto con la
emoción, que nos convertimos en ella. Con EFT, liberas esa emoción, esa
energía, y entonces te sientes libre de toda esa carga emocional, con lo cual
te es más fácil pensar con claridad. Te resulta mucho más sencillo conectar
con tu verdadero yo.
Somos seres multidimensionales
Según el doctor en Física Jean-Pierre Garnier Malet, tenemos dos tiempos
diferentes y simultáneos: un segundo en un tiempo consciente y miles de
millones de segundos en otro tiempo imperceptible durante el que podemos
hacer cosas cuya experiencia pasamos luego al tiempo consciente. Ha
desarrollado lo que denomina la Teoría del desdoblamiento del Tiempo. La
prestigiosa revista American Institute of Physics de New York y su comité
científico la han validado, publicándola en el año 2006.
Según Garnier Malet, en cada instante presente tenemos un tiempo que no
percibimos conscientemente y durante el que fabricamos nuestro futuro
potencial, lo memorizamos y, posteriormente, lo hacemos consciente en
nuestro tiempo real. Se trata de miles de millones de segundos en un tiempo
imperceptible en el que podemos obtener varias experiencias que
trasmitimos luego al tiempo consciente.
Percibimos que nuestro tiempo es lineal, continuo. Sin embargo, se ha
podido demostrar a través de estudios del cerebro humano que es linealidad
no existe, sino que la percepción es intermitente. Entre dos de esos instantes
perceptibles, siempre existe uno imperceptible. El funcionamiento es
similar al de la publicidad subliminal, según la cual mediante mensajes no
perceptibles de forma consciente puedes influir en la consciencia.
En la Universidad participé en un estudio que partía de la recopilación de
anuncios de bebidas alcohólicas publicados en medios de comunicación
impresos. Observamos cómo en lo que parecían ser las sombras de las
botellas, vasos o hielos aparecían con cierta claridad imágenes de contenido
sexual.
Este tipo de imágenes camufladas en el anuncio conectaban con el
subconsciente del cliente y le incitaban a su adquisición.
Continuando con Garnier, se podría decir que existe por una parte el
hombre que vive en el tiempo real y por otro, el que vive en el tiempo
cuántico, el que es imperceptible y tiene varios estados potenciales.
Entre ambos hay un trasvase de información, proceso que en Física recibe
el nombre de hiperincursión. Siguiendo con esa explicación, se memoriza el
mejor de todos esos estados potenciales y se transmite al tiempo real, para
ponerlo en práctica. Esos intercambios de información se hacen a
velocidades superiores a la de la luz, por lo que en ese tiempo imperceptible
pueden suceder muchas cosas.
El físico francés argumenta que es durante el sueño profundo cuando se
produce el intercambio de energía e información. Y más concretamente, se
realiza a través del agua del cuerpo.
Así pues, considera de vital importancia que durante el último minuto antes
de dormir pidamos a nuestro doble la solución de los problemas que hemos
generado a lo largo del día. Así mismo, también dice que hay que ser
precavidos con lo que se piensa o desea, porque si piensas en hacer daño a
alguien, ese daño te llegará a ti puesto que eres quien lo ha pedido. No se
trata ya de una ley moral, sino física.
Garnier señala:
"Nuestro cuerpo nos permite proyectarnos en el porvenir, ir a ver el futuro, arreglarlo y volver
para vivirlo. Y es durante la noche cuando tenemos la capacidad de arreglar ese futuro que
hemos construido durante el día. Podemos ver los peligros antes de vivirlos por medio de la
intuición y borrarlos" .
CAPÍTULO 24
CÓMO SER FELIZ
y UN CASO QUE DEMUESTRA QUE
LA FELICIDAD ESTÁ DENTRO DE
NOSOTROS

Tengo que confesarte que me ha costado encontrar un título adecuado para


este capítulo, por lo relevante de su mensaje.
Considero que este capítulo es el que más corresponde con el título de este
libro YO SOY LA LUZ, porque en verdad en él narro uno de los casos más
recientes que he tenido en consulta en el que un paciente conectó
físicamente con su luz. Se podría decir que por unos instantes hizo coincidir
su cuerpo físico con su verdadera esencia divina, de ahí lo espectacular y
maravilloso de la experiencia.
Ha habido más casos en terapia, pero como digo este es el más reciente y
por eso, y por el título que lleva este libro he estimado pertinente incluirle
en este capítulo.
Cómo decía al comienzo, me ha costado encontrar un título apropiado para
este capítulo. Estuve barajando algunos como: “ La Felicidad está en tus
manos”. “La Felicidad solo depende de ti”, “Cómo aprender a ser feliz”…
En realidad, también podía haberlo llamado “herramientas para ser feliz”, y
es que aunque parece un tópico decir que la felicidad está dentro de
nosotros, lo cierto es que así es.
Ocurra lo que ocurra a nuestro alrededor, nosotros tenemos el poder de
percibirlo de una u otra forma. Podemos experimentarlo como algo nefasto,
caótico, o por el contrario como algo que nos está proporcionando
información sobre nosotros, sobre nuestros puntos fuertes y aquellos otros
que necesitamos trabajar más.
He podido constatar no solo en la consulta actual, sino años atrás cuando
trabajaba en la Fundación ONCE, como personas con discapacidades,
enfermedades genéticas y situaciones económicas precarias, te contaban su
historia con una sonrisa en sus labios.
Cuando cualquier otro ser humano con solo uno de esos factores en su vida,
ya se habrían derrumbado emocionalmente.
Recuerdo también el caso de una paciente que viajó a India. Me contaba
que ella tenía un nudo en la garganta continuamente los primeros días al ver
tanta pobreza, pero que al conversar con aquellas gentes, se quedó
sorprendida cuando le dijeron que ellos eran felices. No podía entenderlo.
Estaban en la calle pidiendo, y decían que eran felices.
Quizás más de uno de nosotros deberíamos hacer un viaje allí y dejarnos
impregnar por la sabiduría de esas personas. Escuchar sus argumentos.
Porque probablemente ellos estén más cerca del verdadero concepto de la
Felicidad que nosotros los occidentales, con tantos “adelantos” nuevas
tecnologías: móviles, ordenadores…
Por otra parte, me han llegado pacientes a la consulta que decían tenerlo
todo aparentemente para ser felices, pero no lo eran. Recuerdo una mujer
que el primer día me dijo: Virginia te voy a ser sincera, tengo todo el dinero
que quiero, tengo un marido que me adora y unos hijos maravillosos y no
hago más que pensar en suicidarme, porque no hay nada que me llene.
También muchas personas dadas a emitir juicios, dirían: esa mujer es una
desagradecida porque no valora todo lo que tiene. Pero yo les contestaría: a
lo mejor es que la Felicidad no está ahí afuera ¿no?
Hay un cuento muy bonito de esos que tienen su moraleja en el que se narra
que un día 3 demonios se reunieron para decidir donde podían esconder la
llave de la Felicidad del ser humano con objeto de que nunca la
encontraran. Uno de ellos propuso esconderla en el fondo del mar, otro en el
pico de la montaña más alta, y el tercero les increpó diciendo: no, no, no, yo
se cuál es el mejor sitio para que nunca la encuentren.
Los otros le preguntaron con gran interés: dinos dónde está ese lugar. Y él
respondió: dentro de sus corazones, porque los seres humanos siempre
buscan las soluciones en el exterior, nunca en su interior.
Bien, pues quiero deciros que el mejor truco para ser feliz es empezar
desterrando creencias como: la vida es dura, hay que sufrir para ganarse el
cielo, somos pecadores y por ello sufrimos en este mundo…
En las regresiones que aplico a mis pacientes, hay muchas creencias de este
tipo y similares grabadas a fuego en el subconsciente, por lo que no se dan
permiso para ser felices.
Lo primero es decirte: eres un ser inocente. Recuérdalo siempre y actúa
como lo que eres.
Segundo: si te regocijas en el sufrimiento (ahí se incluye, rabia, culpa,
envidia, tristeza…), estarás más cerca de la frecuencia del Ego que de la de
tu verdadero Ser.
Procura disfrutar con cada cosa que hagas. Valora todo lo agradable que te
sucede en el día, agradécelo y presta mínima atención a lo desagradable.
Simplemente obsérvalo para sacar el mensaje positivo que tiene para ti, y
luego deja que siga su curso, no lo retengas más de la cuenta. A
continuación trae de nuevo una imagen agradable de tu día. Con ello,
estarás en la frecuencia de la Alegría, la Paz, el Amor, la Felicidad, lo cual
hará que tu energía esté cada vez más en armonía con la de tu Ser y
entonces estarás trascendiendo al Ego y el dolor que éste lleva adherido.
Por otra parte, al encontrarte en una frecuencia más elevada, atraerás
personas y situaciones mucho más agradables que en el pasado. Todo ello,
hará que cada vez seas más y más Feliz.
Bueno, y tal y como os anunciaba al comienzo del capítulo, paso a narraros
el caso de Gerardo, una de esas personas que ha conseguido experimentar
su verdadero yo a través de su cuerpo físico:

Gerardo
53 años. Es abogado y desea trabajar su cólera. Dice que en ocasiones se
carga de mucha ira y no puede evitarlo. Desea sanar esa parte para sentirse
más feliz.
Le pido que se proyecte hacia un camino. Lo describe como una pradera,
con mucha hierba. Se siente tranquilo.
Continúa caminando y se encuentra con un edificio elaborado de madera y
piedra. Frente a su puerta siente malestar en el estómago. A partir de ahí lo
ve todo oscuro.
Le voy dando alternativas para deshacer el bloqueo y que pueda conectar
con lo que hay al otro lado, pero él repite en varias ocasiones: no veo nada.
En determinado momento le pido a su Yo Superior que le de alguna
herramienta para trascender ese obstáculo y le llega un martillo.
Le digo: ¿vas a romper con el martillo la pantalla que te separa del otro
lado, y de pronto se queda callado y dice con rotundidad: no, en realidad no
quiero ver.
Le pregunto si tiene algún malestar asociado con ese no, y me dice que en
el estómago. Entonces, comenzamos a hablar con esa sensación, cuya
información nos decía que estaba hecha de miedo. Le ayudamos a sentirse
segura hasta que en un momento determinado dijo con firmeza, ahora sí
quiero. Le pregunto: ¿te sientes preparado? Y me responde con rotundidad:
Sí.
Entonces me cuenta que de un solo golpe, la pantalla se desmorona y
empieza a ver una luz entre blanca y amarilla.
Empieza a sollozar emocionado, repite: hay mucha luz, es, es……
En determinado momento le viene la imagen de su mujer, y le pregunto:
¿hay algo que necesitas decirle a ella?
Y se echa de nuevo a llorar diciendo: sí, perdóname por favor, te amo.
Le pregunto: ¿qué hace ella?
Y responde: me sonríe y me abraza.
Pero siento que no está recibiendo ese abrazo, así que, le digo, si ella te ha
perdonado, permítete ser perdonado y entonces hace un gesto como de
llenarse de algo, mientras inspira diciendo AHHHHHH!!!!! Y dice: es
increíble me estoy llenando de amor.
A partir de ahí, le empezaron a llegar las imágenes de seres queridos con los
que tenía algo pendiente y les fue perdonando y pidiendo perdón uno a uno.
Cada vez que perdonaba a una de esas personas, volvía a hacer la misma
exclamación que con su mujer. Decía llenarse de amor y de luz.
Yo le iba indicando: sí te estás vaciando de lo que no eres y has creído ser
para llenarte de ti, porque tu eres Amor Incondicional. Y él repetía: sí yo
soy amor, si yo soy luz. Me están diciendo que yo soy esto, y que yo soy el
todo. A medida que me entra más luz me llega información.
Entonces yo le repetía, sí la información es luz y tu eres luz. Tu eres eso que
estás experimentando. Ahora estás recordando quien eres en verdad.
Estaba tan emocionado y tan lleno de esa elevada frecuencia de Amor, que
me decía: Virginia, yo necesito transmitir esto, quiero que me toquen para
que todos se contagien de esta alegría, me siento pleno, feliz. Ya nadie me
va a poder negar lo que soy porque lo estoy sintiendo en mí.
¡Madre mía, me sigo llenando!
Cada vez que perdonaba a alguien o algo de sí mismo, le entraba más luz,
más de su propia luz. Y decía: esto es maravilloso, pero es difícil explicar
con palabras, hay que sentirlo, experimentarlo.
Me decía una y otra vez: amo a todos, sin excepción, sin condiciones.
¿cómo me he podido creer algo que no soy? Ahora se lo que soy.
Su cuerpo empezó a vibrar y seguía canalizando más y más luz.
Cuando terminamos la sesión le costaba incluso moverse, porque su cuerpo
seguía vibrando. Le pedí que se tomara su tiempo, pues el cuerpo es
demasiado denso y necesita tiempo para asumir una vibración tan elevada.
Al día siguiente, me llamó y me comentó que se sentía diferente, mucho
más tranquilo, incluso como si hubiera crecido, porque se sentía más
grande. Decía que había empezado a ver las cosas con menos dramatismo,
que ahora lo relativizaba todo, porque nada de eso era realmente grave,
ahora había tomado consciencia de su Luz, y del Amor Incondicional que
habita en él, por lo que el miedo no tenía sentido en su vida, incluso había
perdido completamente el miedo a la muerte y sin miedo tampoco es
necesario defenderse de nada, luego la ira tampoco tenía sentido en su vida.
CAPÍTULO 25
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR
He reservado este capítulo para las cuestiones que me he ido formulando a
lo largo de varios años y las conclusiones a las que he ido llegando. Te
invito a que también tú te formules cada una de estas preguntas con una
actitud meditativa, concediéndote un tiempo considerable para responder.
Incluso, si te apetece, sería bueno que escribieras tus respuestas, porque hay
consideraciones internas que no se manifiestan cuando nos comunicamos
verbalmente.
Empezamos:
1) ¿Has pensado en algún momento que podías ser más feliz de lo que
eres?
Sí. Lo he pensado muchas veces. No es que me queje con lo que me ha
tocado vivir, pero siempre he oído que Dios creó un mundo perfecto y
yo quiero descubrir ese mundo, pues en este a veces se sufre bastante.
2) ¿Crees que puedes ser feliz al cien por cien todos los días a todas las
horas?
Sí, creo que puedo ser feliz las 24 horas del día y, de hecho, estoy en el
camino para conseguirlo. ¿Cómo? Intentando no quedarme enganchada
a nada que me perturbe -enfados, tristezas, juicios de valor…-, a nada
que me aleje de mi verdadera esencia.
3) ¿Consideras que el mundo puede mejorar?
Estoy totalmente segura, de hecho está mejorando. El ser humano está
evolucionando y el planeta con él. Estamos en un momento de cambio,
pasando de lo material a lo espiritual. Si todos nos proponemos cambiar
nuestra actual percepción del mundo por otra mucho más positiva,
cambiará sin lugar a dudas.
4) ¿Cuál es tu mejor herramienta para llegar a ser feliz?
Gracias a mi profesión de psicoterapeuta, cuento con varias
herramientas, pero la más poderosa con diferencia es el perdón hacia mí
misma y hacia los demás.
Algunas frases célebres
"La mayoría de la gente se muere sin haber vivido"
.
Madre Teresa de Calcuta

"El amor verdadero empieza cuando no se espera


nada a cambio" . Antoine de Saint Exupery

"No existe nada bueno ni nada malo, es la mente


humana la que lo hace parecer así".
William Shakespeare

“Formamos parte de una sociedad tan enferma, que


a los que quieren sanar se les llama raros y a los
sanos se les tacha de locos”.
Jiddu Krishnamurti
Y mi preferida:
“No somos seres humanos atravesando una
experiencia espiritual, somos seres espirituales
viviendo una experiencia humana”.
Del sacerdote y filósofo francés Pierre Teilhard de
Chardin.
CONCLUSIONES
Siguiendo la filosofía de este libro, te diré cuales son las claves
fundamentales para alcanzar la felicidad plena:
Perdona hasta lo imperdonable.

No juzgues, ni siquiera a ti mismo.

No busques fuera (el amor, la felicidad…), porque todo está


dentro de ti.

Las personas que ves no son más que proyecciones, espejos, de


tu mente. Si las perdonas, también te estarás perdonando a ti
mismo. Y una mente libre de culpa no tiene miedo, por lo que no
sufre.

Si quieres conectar con tu verdadera esencia, pide ayuda a tu yo


superior (al Espíritu Santo o como quieras llamarlo) para que
sane todos los errores que hay en tu mente y que te impiden ver
con los ojos del Espíritu.

Si no crees en tu parte espiritual, no importa. Puedes seguir


utilizando el perdón y alcanzarás igualmente la felicidad.
Tanto el Ego como el Espíritu Santo están en tí. Tú eliges la voz
que prefieres que te guíe. Una te lleva a la autodestrucción, la
otra a conectarte con lo que en realidad eres. Te regresa a tu
hogar.

Ama a los demás, pero empieza por ti mismo. Si no te amas tú,


no tendrás nada que ofrecer a los otros. El verdadero amor es el
incondicional, y ese solo se puede compartir cuando lo sientes
dentro de ti. Lo demás es amor condicionado, pseudoamor.

No esperes a que tu cuerpo muera para salirte del mundo


ilusorio, porque solo el perdón te libera de él. Si tu cuerpo muere
sin que hayas perdonado, volverás a encarnar en un nuevo
cuerpo o, lo que es lo mismo, seguirás viviendo el mismo sueño
una y otra vez.

Y, por último, decirte que si a lo largo del camino has querido tirar la toalla,
créeme que te entiendo perfectamente. Durante un tiempo de mi vida perdí
la ilusión por todo, me sentí muy sola, y aunque mi parte espiritual gritaba
desde dentro que continuara adelante, mi cuerpo se sentía agotado.
Recuerdo perfectamente una noche en la que mi cuerpo se puso a temblar.
Sentía tanta energía en la cabeza que creí me iba a estallar. Pude percibir
claramente la voz de mi ego que me invitaba a abandonar este plano físico
diciéndome que lo que yo defiendo no tiene sentido, que la mayoría de las
personas no creen en el amor, lo que me dejaba en completa soledad.
Vinieron a mi mente todas las ocasiones en que me habían llamado ingenua
por confiar en la bondad natural del ser humano, las veces en las que la
actitud de algún ser querido me había decepcionado. Todo eso me hacía
sentir prisionera de mí misma, de mi mente. Necesitaba liberarme de todo
aquello, pero no sabía cómo. En ese instante había una pequeña voz interior
que me repetía: “Tú sabes que todo esto no es cierto. Aunque te duela, no
tires la toalla, sigue confiando en lo que siempre has creído, en que el amor
lo puede todo”.
Sabía que éramos mucho más que un cuerpo, que el dolor no existe, pero
cuando estamos encarnados todo parece tan real…
Estaba en la cama encogida, con una especie de temblor interior, mientras
en mi cabeza sentía una fuerte efervescencia. Notaba la necesidad de que
alguien me abrazara, porque me sentía sola ante tal conflicto interior, pero
no había nadie físico a mi lado. Sin embargo, no estaba sola realmente.
Empecé a pedir ayuda a Dios, o lo que es lo mismo, a la Conciencia del
Amor Incondicional y me llegaron las frases del H´Oponopono: “Lo siento
por todos estos pensamientos erróneos en mí, perdóname, gracias, te amo,
lo siento, perdóname, gracias, te amo”… La tempestad de mi cabeza
comenzó a amainar y no recuerdo más que al día siguiente desperté
totalmente calmada.
En casos como este, en que el ego te hace dudar, coge aire, lame tus heridas
por breve espacio de tiempo y ponte de inmediato manos a la obra para
cambiar el chip . Recuerda que mereces todo lo mejor. Tu estado natural es
ser feliz las 24 horas del día y los 365 días del año. No te conformes con
menos.
DISCULPAS
Antes de finalizar este libro quiero darte las gracias por llegar al final, a
pesar de que no hayas estado de acuerdo con algunas de las palabras
contenidas en él. También te pido disculpas si los términos que se han
utilizado en este libro no resuenan (no coinciden) contigo. Si sucede así,
sustituye Dios, Espíritu Santo o Hijo de Dios, por otros que te hagan sentir
bien: fuente, yo superior, Buda…
Quiero que sepas que sean cuales fueren tus creencias y estés de acuerdo o
no total o parcialmente con este libro, te amo incondicionalmente, porque
formas parte de mí al igual que yo formo parte de ti. Por muchas disputas
que puedan tener nuestros egos, nadie lo va a cambiar. Somos trozos de una
misma esencia, amor incondicional y luz.
Aun así perdóname si has podido percibir como hirientes algunas de las
frases contenidas en este libro. Cualquier camino lleva a Roma y el camino
que hayas emprendido será tan válido como el mío. Por ello y por tu
naturaleza divina, te respeto y te bendigo con todo mi amor. Confío
plenamente en que muy pronto nos miraremos y reconoceremos como lo
que somos: seres de luz.
Ha llegado el momento de despertar y de descubrir quién eres. ¿Te animas?
BIBLIOGRAFÍA
- Un Curso de Milagros
Varios autores
Foundation for inner peace, 2009

- Destino de las almas. Un eterno crecimiento espiritual.


Dr. Michael Newton
Arcano Books, www.alfaomega.es

- El método del maestro


Daniel Meurois-Givaudan
Isthar Luna-Sol

- Manual Emotional Freedom Techniques


Cary Craig
http://www.findthelightwithin.com/EFT%20Manual%20en%20Espanol.pdf
El libro de oro de Saint Germain
Saint Germain, Humanitas , 1990
- Volver al Amor de Marianne Williamson
Marianne Williamson
Books4pocket, 2007
- Despierta la energía curativa a través del Tao
Mantak Chia
Equipo Difusor del Libro, SL.
- El camino más fácil para entender el Ho´oponopono
Mabel Katz
Edición Especial
Para más información:
http://www.regresiones.net
Si deseas hacer algún comentario:
E-Mail: virginia@regresiones.net
E-Mail: contacto@regresiones.net

También podría gustarte